Discurso del Presidente más pobre del Mundo

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Traducciรณn ralizada por la Embajada del Uruguay en Japรณn Discurso del Presidente mรกs pobre del Mundo Ediciรณn: Yoshimi Kusaba Ilustraciรณn: Manabu Nakagawa


En el año 2012 se realizó una conferencia internacional en Río de Janeiro, Brasil. Fue para discutir el futuro del medio ambiente mundial que se está deteriorando. Los representantes de los países de todo el mundo se fueron turnando para presentar sus opiniones, pero no lograban ofrecer una buena idea sobre este tema. La conferencia se acercaba a su final, y le tocó el turno a Uruguay, un país de América del Sur. El Presidente Mujica subió a la tarima vistiendo un traje simple y sin corbata. Así es, él es el Presidente más pobre del mundo. Dona la mayor parte de su salario a gente pobre, no vive en la Residencia Presidencial. Vive con su esposa en su granja, alejados de la ciudad. Cultiva flores y verduras, y va al trabajo manejando su auto viejo, en vez de andar en un auto de lujo con chofer. La gente de Uruguay le llama cariñosamente “Pepe” a este Presidente que trabaja con entusiasmo sin darle importancia a su vestimenta. Muy bien, está comenzando el discurso del Presidente Mujica. Parece que la gente no tiene mucho interés en el discurso de este pequeño país.

Sin embargo, cuando terminó su discurso, el aplauso colmó la sala.



Presidente: Bueno, me voy a Río. Otra voz: Buen viaje, No te olvides de alimentar a las gallinas. Encendido de motor: Brummm… Sonido de motor: Brumam…¡Paf!


Discurso del Presidente m谩s pobre del Mundo. Por : Yoshimi Kusaba Ilustraci贸n: Manabu Nakagawa. Editorial: Chobunsha



A todos los representantes de los países participantes y de organismos, muchas gracias. Muchas gracias al pueblo de Brasil y a su Sra. Presidenta, que han trabajado para la organización de esta conferencia. Y muchas gracias a la buena fe que, seguramente, han manifestado todos los oradores que me precedieron. ¿Qué futuro debe escoger nuestra pobre humanidad? Expresamos la íntima voluntad como gobernantes de acompañar todos los acuerdos que pueda suscribir. Porque todos nosotros pensamos que debemos solucionar este problema.


Sin embargo, permítame hacer algunas aclaraciones en voz alta. Toda la tarde se ha hablado de la armonía con la naturaleza y de eliminar la pobreza de este mundo. Pero por otra parte. ¿Qué está pasando por nuestras cabezas? ¿No estamos pretendiendo tener una sociedad rica, en donde abunden las cosas que deseamos consumir?



Les paso esta pregunta: ¿qué le pasaría a este planeta si los indios tuvieran la misma proporción de autos por familia que tienen los alemanes? ¿Cuánto oxígeno nos quedaría para poder respirar? Más claro:


¿Tiene el mundo hoy los elementos materiales como para hacer posible que 7 mil u 8 mil millones de personas puedan tener el mismo grado de consumo y de despilfarro que tiene las más opulentas sociedades occidentales? ¿O tendremos que darnos algún día, otro tipo de discusión?


Porque hemos creado esta civilización en la que estamos, para tener más y mejores productos, y ella ha deparado un progreso material portentoso. Pero la economía de mercado ha creado sociedades de mercado. Buscamos la manera más económica para producir y la manera de vender más caro. El mundo se ha globalizado, y si estamos globalizados debemos mirar y preocuparnos por todo el planeta.



¿Estamos gobernando la globalización o la globalización nos gobierna a nosotros? ¿Es posible hablar de solidaridad y de que “estamos todos juntos” en una economía basada en la competencia despiadada? ¿Hasta dónde llega nuestra fraternidad? No digo nada de esto para negar la importancia de este evento. Por el contrario: El desafío que tenemos por delante es de una magnitud de carácter colosal. La gran crisis no es ecológica, sino que es producto de nuestra manera de vivir. El hombre no gobierna hoy a las fuerzas que ha desatado, sino que las fuerzas que ha desatado gobiernan al hombre.



Y a la vida. Vamos a pensar honestamente. No venimos al planeta solamente para lograr m谩s desarrollo econ贸mico. Nacimos en este planeta para intentar ser felices.


La vida es corta y se nos va. Y ningún bien vale tanto como la vida y esto es lo elemental. Pero ¿qué pasa si la vida se nos va rápidamente, trabajando y trabajando para consumir un “plus”…?



La sociedad de producción y consumo es el motor, -porque, en definitiva, si se paraliza el consumo, se detiene la economía, y si se detiene la economía, aparece el fantasma del estancamiento para cada uno de nosotros. Pero es el fantasma del hiperconsumo el que está agrediendo al planeta. Y para saciar esta gula, hay que producir cosas que duren poco, porque hay que vender mucho.



Una lamparita eléctrica no puede durar más de 1.000 horas encendida. ¡Pero hay lamparitas que pueden durar 100 mil o 200 mil horas encendidas! Pero esas no se pueden hacer. Porque el problema es que hay que vender mucho. Tenemos que trabajar y tenemos que tener una civilización que use y tire, y estamos en este tipo de círculo vicioso. Con “crisis de nuestra manera de vivir” me refiero a esto. Es hora de empezar a luchar por otra cultura.


No planteo volver al hombre de las cavernas, ni de crear una herramienta para retroceder. Pero no podemos seguir, indefinidamente, esta forma de vivir, sino que tenemos que encontrar una mejor forma de vida. Tenemos que repensar nuestra forma de vivir. Los viejos pensadores -Epicúreo, Séneca o incluso los Aymaras- definían: “pobre no es el que tiene poco sino el que necesita infinitamente mucho, y desea más y más”. Estas palabras nos enseñan qué es lo importante para los seres humanos.




Respeto los esfuerzos para llegar a algún acuerdo en esta conferencia. Y los voy a acompañar, como gobernante. Sé que algunas de las cosas que digo los incomodarán. Pero tenemos que darnos cuenta que la crisis del agua y la agresión al medio ambiente, no son las causas de esta crisis. La causa es el tipo de felicidad que hemos procurado. Y lo que tenemos que revisar es nuestra forma de vivir.



Pertenezco a un pequeño país. En mi país hay 3 millones de habitantes, un poco más de 3 millones. Pero es un país muy bien dotado de recursos naturales para vivir. Hay unos 13 millones de vacas, de las mejores del mundo. Y unos 8 o 10 millones de estupendas ovejas. Es una penillanura y casi el 90% de su territorio es aprovechable. Mi país es exportador de comida, de lácteos, de carne.


Mis compañeros trabajadores, lucharon mucho contra el Estado y las compañías por las 8 horas de trabajo. Y ahora están consiguiendo las 6 horas. Pero el que tiene 6 horas, se consigue dos trabajos; por lo tanto, trabaja más que antes. ¿Por qué? Porque tiene que pagar una cantidad de cuotas: la moto, el auto, y pague cuotas y cuotas y cuando se quiere acordar, es un viejo reumático- como yo-, y se le fue la vida. Y uno se hace esta pregunta: ¿ese es el destino de la vida humana?



Estas cosas que digo son muy elementales: El desarrollo de la sociedad no debe afectar la felicidad humana. Tiene que ser a favor de ella. De tener buenas relaciones humanas, De cuidar a los hijos, De tener amigos, Del amor arriba de la Tierra‌.. Estas cosas son elementales. El desarrollo no puede estar en contra de la felicidad.




Precisamente, porque el tesoro mรกs importante que tenemos es la felicidad. La felicidad humana es elemental para tener una mejor vida. Cuando luchamos por una mejor vida, tenemos que recordarlo. Esto es todo. Gracias


Nota : El Presidente Mujica presentó el discurso en la lengua oficial de su país, el español. El discurso puede ser visto en el siguiente sitio: http: // www.yputube.com/watch?v=Q7aJcF_Lexs Este libro es una traducción libre del discurso en un vocabulario dirigido a los niños.




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