FASCICULO 01

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“La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con él” Porta fidei 10

Año

de la

Fe

2012 2013

Un don de

Dios

“Crecer más, para evangelizar mejor”

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¿Por qué un

Q

año de la fe?

uiero anunciar en esta celebración eucarística que he decidido convocar un «Año de la Fe» que ilustraré con una carta apostólica especial. Este año de la fe comenzará el 11 de octubre de 2012, en el 50º aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, y terminará el 24 de noviembre de 2013, solemnidad de Cristo Rey del Universo. Será un momento de gracia y de compromiso por una conversión a Dios cada vez más plena, para reforzar nuestra fe en Él y para anunciarlo con alegría al hombre de nuestro tiempo. (Homilía de Benedicto XVI en la santa Misa para la nueva evangelización, 16 octubre de 2011). Con estas palabras, el Santo Padre ha convocado a toda la Iglesia a movilizarse a favor de la gran empresa de la fe en nuestro tiempo y recodar a todos, especialmente a los cristianos la necesidad de creer. Es un llamado a todos los que han perdido su propia identidad como cristianos y que viven una profunda crisis de fe en estos tiempos, en el que los contenidos objetivos de la fe cristiana son muchas veces devaluados, sometidos a crítica destructiva. Por eso ha llegado el momento de apuntar la mirada sobre la fe en toda su riqueza de doctrina, fruto de veinte siglos de reflexión y de vida.

ha ofrecido una brújula segura para orientarnos en el camino del siglo que comienza” (Benedicto XVI). 3) “Para sostener los esfuerzos de los católicos que buscan profundizar las verdades de la fe” (Pablo VI); “intensificar la reflexión sobre la fe para ayudar a todos los creyentes en Cristo a que su adhesión al Evangelio sea más consciente y vigorosa, sobre todo en un momento de profundo cambio como el que la humanidad está viviendo” (Benedicto XVI). 4) “Invitar a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo”. 5) “Comprometerse a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe”. 6) “Suscitar en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza”. 7) “Comprender de manera más profunda no sólo los contenidos de la fe sino, juntamente también con eso, el acto con el que decidimos entregarnos totalmente y con plena libertad a Dios”.

Comprometerse a favor de una nueva evangelización para redescubrir la alegría de creer y volver a encontrar el entusiasmo de comunicar la fe. La finalidad de esta convocatoria del Año de la Fe es: 1) “Para confirmar nuestra fe rectamente expresada” (Pablo VI), “redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada” (Benedicto XVI). 2) “Para promover el estudio de las enseñanzas del Concilio Vaticano II” (Pablo VI), “con el Concilio se nos

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La fe es

el don de creer H

emos escuchado más de una vez frases como las siguientes: “No tengo fe. Reconozco que es hermoso creer, incluso a veces siento algo de envidia cuando veo que otros creen. Pero a mí Dios no me ha dado ese don”. La palabra “don” indica algo que se recibe así, sin más, como regalo, como señal de alguien que nos ama y nos quiere alegrar con un objeto concreto o con un gesto profundo de cariño. La fe también es un don, un don que Dios da a quienes creen no porque los creyentes tengan méritos o sean mejores que los demás, sino porque han descubierto y acogido ese don simplemente como lo que es, algo inmerecido. Dios les ofrece mil pequeñas luces para iniciar a dar ese paso, para recibir un don que no es sólo para unos pocos privilegiados, sino para todos. ¿Cuáles son esas pequeñas luces? Para miles de personas, la familia: los padres o abuelos, los hermanos u otros familiares. Desde ese testimonio, con esa ayuda, recibimos el don. Para otros, la “pequeña luz” habrá sido algún sacerdote, religioso o religiosa o catequista. Para otros, la “pequeña luz” fue un amigo, un maestro, un compañero de trabajo, una persona encontrada en un viaje, en una sala de espera, en un consultorio médico. Para otros, la ayuda llegó a través de un libro, una fotocopia, una página de internet, un e-mail inesperado de esos que corren de lista en lista entre amigos y conocidos. El don se ofrece, se desparrama, de mil modos. Es cierto que hay corazones que no pueden (o no quieren) abrir los ojos ni siquiera ante un torrente de luz. Pero también es cierto que muchos corazones que repetían, una y otra vez, que Dios no les daba a ellos el don de la fe, un día vieron. Cada uno de los bautizados podemos convertirnos en ayuda, en instrumento, en luz para que otros descubran el don de la fe. Enseñar y testimoniar, especialmente con la caridad. Dos caminos maravillosos que están al alcance de todos los bautizados. Dos caminos que encenderán hogueras de esperanza en muchos corazones, sedientos de eternidad, sedientos de Dios.

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¡Pon tu fe en acción! Ve de misiones a un hospital

Haz viva tu fe poniendo en práctica buenas obras; por ejemplo, visitar a los enfermos. Pero antes, por favor, considera lo siguiente: Pregunta a los allegados más cercanos la hora propicia para hacer tu visita, ya que es posible que el enfermo necesite recibir procedimientos que requieren estricta intimidad. Llama antes de la visita. No sorprendas, ni dejes plantados a los familiares. Si no vas, avisa. Ve solo, nunca vayas con niños o amigos que no sean del círculo cercano a los familiares. Este no es un buen momento para hacer presentaciones. No uses perfumes que puedan afectar al enfermo, pues es posible causarle molestias. Si vas a llevarle al enfermo algo de comer, pregunta qué tiene indicado al respecto para que no lleves justo algo que está contraindicado en su dieta. Si el aspecto del paciente está muy deteriorado, evita sorpenderte o decir “pobrecito”. No converses cosas negativas como “y pensar que hace un mes estaba tan sana”… o: “así se murió el vecino de la prima de mi amigo”. Procura que tu visita no se extienda más allá de 20 minutos. Este punto es clave. No te creas médico, no contradigas el tratamiento o diagnóstico del doctor de tu visitado. Si no sabes, no hables. Recuerda visitar con frecuencia a tus familiares y amigos enfermos.


Joven: vive tu fe

Testigos de Cristo San José María de Yermo y Parres

El Actuar de Dios

Nació en Malinalco, Estado de México, en 1851. Desde joven sintió el llamado al sacerdocio. Fue ordenado en 1879. Elocuente orador, promovió la catequesis juvenil y desempeñó con esmero algunos cargos de importancia en la curia. Un día, mientras se dirigía a la Iglesia del Calvario, se halló de improviso ante una escena terrible: unos puercos estaban devorando a dos niños recién nacidos. Estremecido por aquella escena, se sientió interpelado por Dios, y en su corazón lleno de fe y amor proyectó la fundación de una casa de acogida para los abandonados y necesitados. Con la autorización de su obispo y seguido por cuatro valientes jóvenes, inauguró el Asilo del Sagrado Corazón, iniciando también la familia religiosa de las “Siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los Pobres”. Fundó también escuelas, hospitales, casas de descanso para ancianos, orfanatos, una casa para la regeneración de la mujer, y poco antes de su santa muerte, en 1904 llevó a su familia religiosa a la difícil misión entre los indígenas tarahumaras en el norte de México.

Hubo una inundación muy grande en un pueblo pequeño, todas las personas buscaron la manera de salvarse, pero un hombre se quedó solo en ese lugar, subió al techo de su casa y rezaba incansablemente pidiendo que Dios lo salvara. Éste confiaba plenamente en el Señor y estaba seguro que lo salvaría; de repente fue interrumpido por un hombre que pasaba en una balsa invitándolo a subir, sin embargo, el hombre respondió: “Dios me salvará”, y lo dejó ir. Luego pasó un hombre en un bote, luego una lancha y finalmente un helicóptero. A todos los rechazó diciendo: “Dios me salvará”. Finalmente se ahogó y llegó al cielo. Dios lo recibió a la entrada. El hombre, molesto, le reclamó al Señor: “¿Por qué no me salvaste si yo confiaba en ti?”. Pero Dios le respondió: “Vaya que eres ciego. ¡Yo mismo te mandé la balsa, el bote, la lancha y un helicóptero!”.

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Calendario de Octubre Semana de la Familia

“SOLEMNE APERTURA AÑO DE LA FE” Concelebración y Todos los apostolados, escuelas e instituciones católicas (Catedral de Chetumal).

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Conferencia del P. Juan Rivas, LC: “La fe es la victoria que vence al mundo” (Iglesia de Cristo Rey, Cancún, 8:00 PM)

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Semana de las Misiones

“SOLEMNE APERTURA AÑO DE LA FE” Concelebración y todos los apostolados (Iglesia de Corpus Christi, Cozumel).

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Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND) Colecta por las Misiones.

Publicación coleccionable elaborada por la Oficina de Pastoral www.cancunchetumal.org www.annusfidei.va


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