El cañoncito

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El cañoncito Érase un cañoncito que estaba cansado de ir a la guerra y por eso en vez de disparar balas, mandaba besos y regalos a los enemigos. Viendo que sus compañeros seguían tirando balas; el cañoncito se entristeció. Se entristeció tanto que ya no lanzaba nada. Los soldados dijeron:-¿Para qué tener este cañón si no sirve? Lo cargaron a un camión y se lo llevaron al museo. Allí se alegró mucho de ver cosas preciosas. Se animó tanto que empezó a lanzar regalos, abrazos, besos y sonrisas a todas las personas que pasaban por allí. A oídos de sus compañeros llegaron noticias de su fama. Y ellos dijeron:-¿Para qué pasarlo mal aquí, en medio del campo, siendo odiados por los soldados contrarios, puediendo estar bajo cobijo siendo admirados por otras personas? ¡Vámonos todos con él! Cuando fueron al museo, vieron que no cabían todos; entonces, se les ocurrió la idea de irse a otro campo, distinto del de la guerra, a pasarselo bien. Los otros cañones que lo vieron y lo escucharon hicieron lo mismo. ¡Así no se puede hacer la guerra!-dijeron los generales. firmaron la PAZ. Fin

Y entonces fueron y



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