Arquitectura popular dominicana

Page 76

relevante que demuestra un grado de avance lo evidenció la manera de hacer el subliminal reclamo territorial mediante el recurso construido de la casa, denominada choza quizás despectivamente, y con nombres distintos en islas adyacentes, pero que siempre significaban y representaban lo mismo: el receptáculo habitacional por excelencia, símbolo de estamentos y jerarquías. Allí había estado por años, desprejuiciada y desprovista del código consciente de lo que en realidad es la arquitectura para los académicos, apenas un recurso ante lo ambiental. No ocurría así con las obras que posteriormente levantaron los colonizadores. La importación ibérica fue definitiva y constituye un sello imborrable que aún perdura. Venía precedida de gran fama, estaba probada como resistente e imponía con su fuerza un lenguaje de dominación indiscutible. El período histórico conocido en la arquitectura académica como románico, dadas las extensiones territoriales del imperio romano, en España, la zona extremeña y toda la península ibérica, en donde realizaron sus construcciones apegados a experiencias ya puestas en práctica por ellos como conquistadores en otras latitudes, influyó poderosamente en el modelo impuesto en el Caribe, no obstante el cambio radical de clima en el que se actuaba a principios del siglo XVI. Las corrientes difusionistas de otras arquitecturas en aquellos tiempos, como las medievales y las renacentistas, tardarían en prosperar dentro de la península ibérica, objeto de la resistencia mudéjar o islámica, que había prevalecido por más de 800 años como factor de dominación cultural en toda la zona y que había dejado valiosos aportes al desarrollo de la arquitectura que se traspasarían a América en el devenir de los años. La suma de componentes fue haciendo los primeros eclecticismos prácticos, no teóricos. De allí las primeras necesidades de protección y subsistencia implementadas en lo que sería identificado como “nuevo mundo” con sus murallas y sistemas de fortificaciones, más una insurgente infraestructura sanitaria incluida, y el conocimiento de una fauna y una flora antes totalmente ignoradas. Dentro de ellas, la composición del entramado de calles obedecía al arreglo natural topográfico, siguiendo el perfil del terreno en los planos llanos, sin violentar las superficies de los lugares, respetando los sitios y aprovechando las arboledas para configurar las plazas y los patios de las casas. Fue una urbano-agricultura. No todas las ciudades fueron amuralladas y/o fortificadas. El criterio hegemónico del parapeto fortificado se aplicaba a aquellas fundaciones en donde operaban los centros administrativos de mayor jerarquía, lo cual incluía lo eclesiástico. Así, lo eminentemente urbano era un acertijo de combinaciones entre lo que se podía defender y lo defendido, que incluía vidas, bienes y territorios en reclamo de ocupación por derecho impuesto y todo lo que de esos territorios se pudiera extraer. Lo que discurre en la isla la Española, a partir del primer asentamiento con carácter de permanencia que erigen los conquistadores –visto el fracaso del Fuerte de la Navidad–, tiene ese matiz de arraigo

76

Arquitectura popular dominicana


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.