Ulisse n.15

326 No volverá más a la naturaleza Al cielo, al mar, a la montaña Se trata de que la poesía se acaba No encuentra lugar en el mundo Ni dentro ni fuera de las pantallas Los espacios hoy están tránsito Aeropuertos, hoteles, Estación Victoria Hasta en el palacio de Buckingham La soledad separa el verbo Como las placas tectónicas los continentes Entonces el desafío es dejar de escribir Mantener la mente alerta y hablarles A los desconocidos en la fila de los bancos Sobre pintura china, alquimia, música barroca Sobre si Shakespeare fue realmente un empresario exitoso No debemos pagar ningún costo por ser poetas Nadie debiera pagar costos por nada Hoy los rebeldes llevan pañuelos de seda ¿Me entiendes? Yo sé que me entiendes Tú debes conocer los pensamientos de Yeats En ellos se encuentran las claves del tiempo circular El espíritu sube y baja, se levanta Destruye como una ola Ninguna civilización debemos añorar, todo cambia Vuelve a comenzar, se repite ¿Verdad mi querida reina?

Anoche volví a soñar que flotábamos Por los fiordos del sur de Chile Pero esta vez iban unos cuantos más en la canoa Mi pintora, mis hijos, mi amigo que vive en Cincinnati Secretarios, guardias de palacio, Poetas de la Nada Todos los que aparecen en esta carta En medio del temporal íbamos cantando [...]

Mi querida reina, esta carta no es un mensaje Dentro de una botella arrojada al mar, al cielo, a la montaña Ya no es necesario aparentar nada, hacer nada, justificar nada Por confesar esta verdad seré repudiado, lo sé Pero la digo para que el mar, el cielo, la montaña Los paisajes de lejos, mi propio país Las cosas que fueron y volverán a ser Sean venerados como tu corona: Una ilusión en tránsito La consagración del instante Y el asombro de la tierra ¿Se te ocurre una propuesta mejor en estos tiempos?

Entonces dale aire al aire Y a mí una piedra para terminar esta carta Como el viejo cazador penetrando en el bosque Es tiempo de liberar las sombras de los cuerpos Algo evidente está apareciendo 326