PEQUEÑAS HISTORIAS

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JUAN DEL ENZINA – CUARTO - 2018


El rey estaba sentado en la playa, cuando a lo lejos vio enterrado algo. Se acercó y descubrió una lámpara como la de los cuentos, ¿sería… mágica?. La desenterró con sus manos, la cogió y se la llevó al castillo. El rey odiaba a su cuñado y decidió probar la lámpara, le pidió que convirtiera a su cuñado en una momia. Al día siguiente su cuñado fue al castillo y… ¡sorpresa!. El deseo se había cumplido, ¡era una momia!.


El rey al verlo así, se sintió mal y decidió quitarle el hechizo. Lo intentó, una y otra vez,,, hasta conseguir que el hechizo desapareciera. Su cuñado volvió a la normalidad y desde entonces se hicieron amigos.

Cintia


Un pequeño extraterrestre llegó a la tierra en su nave. Aterrizó en una llanura del bosque. Y se fue a reconocer el terreno, cuando regresó se llevó un gran sorpresa, ¡se la habían quitado!

Vio a un chico acercarse y decidió pedirle ayuda. El chico muy amablemente se ofreció a ayudarle a buscar la nave. Antes de empezar, el extraterrestre dijo: - ¿Cómo te llamas? - Me llamo Juan. – Yo, R4. Después de buscarla durante toda la tarde, no la encontraron. Juan invitó a R4 a su casa.


Al día siguiente llevó a R4 al colegio, se lo pasaron muy bien. Al volver a casa el extraterrestre vio un objeto y preguntó a Juan qué era. Le contestó que era una escoba que servía para volar. Entonces el extraterrestre le pidió que se la dejara para volver a su planeta. Juan encantado se la dio. Al amanecer se despidieron y R4 despegó en la escoba, volando hacia su casa.

Javier B.


Una mañana, el príncipe bajó al sótano del castillo para buscar una fotografía. Mientras rebuscaba en un cajón, le sorprendió una momia que salió de su tumba. El príncipe se asustó mucho. Cuando iba a salir corriendo, la momia le dijo con voz suave: - No corras que no te voy a hacer nada. Solamente quiero compañía.


Entonces, el príncipe le invitó a jugar un partido de fútbol en un campo cercano al castillo. La momia, muy entusiasmada, lanzó el balón con tanta fuerza que cayó detrás de la tapia del cementerio que estaba al lado. Fueron a buscar el balón y entonces… se encontraron con un libro, titulado ´´Como dejar de ser momia´´. Los dos se pusieron a leerlo y descubrieron un conjuro para que la momia volviera a la vida. Decidieron ponerlo en práctica y la momia volvió a la vida.

Rafa


Una mañana, una princesa paseaba por el cementerio que había alrededor de su castillo, cuando se encontró con una varita mágica. A lo lejos, vio a dos extraterrestres acercándose que iban buscando algo. La princesa, algo asustada, corrió hacia el castillo con la varita en la mano. Los extraterrestres al ver que llevaba la varita la persiguieron.


Ella se escondió detrás de una tumba. Entonces, los escuchó decir que si no encontraban la varita mágica no podrían arreglar la nave espacial para volver a su planeta. A la princesa le dio pena que los extraterrestres no pudieran regresar a sus casas. Así que salió de su escondite y les devolvió la varita. Los extraterrestres muy contentos se lo agradecieron. Se hicieron amigos y fueron al castillo a arreglar la nave. Después de unos días, se despidieron y los extraterrestres volaron hacia su planeta.

Hafssa


Un ogro, grande y bondadoso, iba paseando por un campo lleno de flores. Cuando… se encontró con unos niños. El ogro les preguntó: - ¿Qué hacéis vosotros tan lejos del pueblo? Los niños le respondieron: -Estamos de aventuras, buscando un tesoro. Y el ogro se ofreció a ayudarles a buscarlo. Después de caminar toda la mañana, encontraron una llave oxidada que parecía la de un cofre. Más animados siguieron buscando por un camino largo y estrecho. Siguieron y siguieron andando… hasta que a lo lejos vieron un montón de paja que les llamó la atención. Se dirigieron hacia allí.


Y rebuscando entre la paja, encontraron un cofre viejo y deteriorado. Probaron a abrirlo con la llave y… ¡menuda sorpresa!, dentro había mucho dinero y diamantes. Habían encontrado el tesoro. Todos saltaron de alegría.

Javier E.


Robertito Muelles CartĂłn es un muĂąeco hecho de cartĂłn, con cara redonda y muy sonriente, iluminada con una verde mirada. Con cuerpo alargado, vestido con pajarita verde y blancos botones.


Piernas como muelles que estira y encoge, calza sus pies con zapatos de corcho. Brazos de alambre que baja y sube cuando lanza el balรณn porque es un gran campeรณn.

Clase 4ยบ


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