Periódico El Suroeste - Edición 157

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Diciembre de 2018

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aĂąos

23 historias

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Edición Especial

23 historias del Suroeste - 10 años

Boca tiene el hogar más grande de Amagá

AMAGÁ

la supervivencia en el parque porque ya había otros perros muy veteranos. Con el proyecto Llenando Pancitas le dábamos comida tres veces a la semana para recuperarlo un poquito y además lo esterilizamos”, recuerda Mabel Zapata.

Sale el sol en Amagá, y junto a los primeros que toman el bus a Medellín está Boca con sus orejas caídas, cola larga y su pelaje entre marrón, negro y mono. Aunque no tiene collar, es la mascota de todo el pueblo.

juguetón y se duerme a los pies de los que se mantienen tomando tinto o fresqueando en los parasoles del parque de Amagá. Según Mabel Karen Zapata, directora de Proamagá, Bocanegrita, como le gusta llamarlo o Bocanegra junior, llegó al municipio alrededor de agosto de 2016. Lo nombraron así por las similitudes con Bocanegra, un perro que pasa sus días con la Policía.

Si usted ha caminado por las calles de Amagá seguramente lo ha visto, le gusta estar donde hay fiesta o mucha gente. Es

“Cuando llegó era tímido y retraído, pensamos que para él iba a ser difícil

Con esa ayuda, poco fue el tiempo que Boca necesitó para apropiarse del parque de Amagá, al punto de volverse uno de los líderes de la manada de los perros callejeros. Botas, Negro y otros, pasan sus días persiguiéndose y resguardándose del sol amagaseño en los locales e incluso en el templo, uno de sus lugares preferidos. Es justamente ahí donde encontramos al hombre que más se ha encariñado con él, el padre Diego, que lo conoció desde su primera madrugada en el pueblo. “Cuando llegué hace unos tres años, salí al balcón de la casa cural y vi un perro tan grande que lo llamé Caballogrande. Entonces desde el balcón empecé a silbarle y ahí mismo paró las orejas, llegó a la casa y

JERICÓ

Caminar para llevar

la parvita y los periódicos Son las cinco de la mañana y una corneta suena por las calles de Jericó. “Qué bueno que nos despertó Jaime. Los niños tenían que madrugar a estudiar”, comentan desde alguna de las casas. Es la corneta de Jaime de Jesús Correa Palacio, quien camina por las coloridas calles jericoanas desde hace 33 años avisando que los pastelitos y los buñuelitos están listos para el desayuno. Solo esperan que Jaime esté más

cerca para salir a la puerta de la casa y comprarle la parvita fresca. Jaime venderá 170 buñuelitos hasta pasadas las nueve de la mañana. Y después, como lo ha venido haciendo por casi 20 años, recorrerá el mismo camino para ofrecer El Colombiano o repartir los periódicos EL SUROESTE, El Informador o el Alma Máter. “Hago mandaditos por ahí”, manifiesta con gratitud y satisfacción frente a la labor que ha hecho por más de tres décadas. Cumple con su jornada matutina, pero no se queda quieto; sigue caminando por si sale algún otro mandadito. Prefiere descansar cuando

llega a su casa al terminar la tarde o algunas veces se toma un martes o miércoles libre para pasar tiempo con su esposa, Luz Marina Jiménez. Es un personaje querido de Jericó, siempre presto a lo que alguien requiera y con la actitud para repartir y entregar información a todos los habitantes y visitantes del reino del carriel, donde es común escuchar a alguien preguntando por él: -Oiga, el señor Jaime, el que vende El Colombiano, ¿se encuentra por acá? -Ahorita pasó por acá o debe estar por allí cerquita, seguro estará caminando por ahí…

entró con mucha confianza”, cuenta el párroco de Amagá. Desde ese momento, Boca tiene entrada libre a la casa cural y un plato de comida seguro. “Él mismo llega y toca la puerta, porque él físicamente toca; come y cuando ya quiere irse se para en la puerta a tocar para que le abran y se va. Además, es un perro que entra al templo, él sabe abrir unas puertas que son para evitar la entrada de las palomas. Él sabe abrirlas para entrar o salir y le encanta estar ahí cuando uno da misa”, afirma. Así pasa sus días en el parque que convirtió en su hogar, acompañando a los transeúntes. A veces se acerca y se deja tocar la cabeza, otras veces solo los acompaña. “Yo a veces me pongo a mirar desde el parque y me pregunto ¿Quién no tiene que ver con Boca?, todo el mundo; niños, jóvenes, adultos. Todos lo acarician, es un perro que realmente se ganó el cariño de todos”, comenta el padre.


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Alejandro pinta chivas y pone

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ANDES

a rodar las tradiciones del pueblo colombiano

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asta con preguntar por Alejandro ‘El Pintor’ para que un andino le indique dónde vive. Ni siquiera es necesario su apellido. Que baje esas escaleras, que cruce el puente, que llegue a la bomba, que camine por todos los talleres que ahí es. Entre llantas, carros y mecánicos con las manos negras de aceite, hay una casa azul clara con zócalos y aleros verdes, naranjas y azul oscuro. Su puerta está abierta y hay una pequeña sala llena de cuadros. Un perro ladra para avisar que hay un visitante. Entre este oasis de color aparece un hombre con una pañoleta en la cabeza y los dedos pintados de rojo, verde y ese particular marrón que resulta cuando se combinan varios colores. Él es ‘El Pintor’.

ditación; esto tiene que ver con la geometría sagrada”, explica Serna. Sus chivas, que han recorrido todo el país, usualmente están pintadas con lo que su padre nombró colores montañeros: verdes, rojos, amarillos y azules; los colores de nuestros paisajes. La enseñanza de este arte empezó desde que Alejandro estaba en el preescolar, y su padre se volvió su maestro. “Le cogía el pincel y comenzaba a pintar. Lógicamente lo que hacía era dañarle el trabajo, pero él en ningún momento me regañó, sino que entendió que a mí me gustaba y comenzó a darme poquitos de pintura. Me daba pinceles y me ponía de tarea a pintar cositas”, cuenta.

Alejandro Serna tiene el mismo nombre y profesión de su padre; el hombre que hace 60 años se hizo famoso por decorar las chivas, o escaleras, con colores vivos y figuras geométricas con estilo serniano, como fue nombrado por el escritor y fotógrafo Carlos Pineda Núñez, autor del libro “Chivas, arcoíris del camino”.

“Empecé haciendo el trabajo de brocha gorda, que es tirando fondos, los colores planos. Llegó un momento en que papá me dijo que no me podía quedar echando brocha, que tenía que coger el pincel, el trabajo de decoración. Los primeros círculos fueron algo muy berraco, manejar ese compás es muy duro”, recuerda.

“Nuestro trabajo se inspira en la geometría, que se basa en la simetría. Entonces teniendo en cuenta eso, empezamos a jugar. Entra uno en unos estados de me-

Cuando su padre enfermó por una trombosis en 2004, y falleció seis años después, Alejandro ya había manipulado la suficiente pintura para ser capaz de

Café con sabor a

La finca es cafetera y la mayoría de la miel que se produce aquí es a base del néctar de las flores del café”, dice Carlos Andrés Ramírez, un concordiano de 26 años apasionado por el campo, el café y las abejas, aunque es alérgico a ellas. Como en otras fincas de Concordia y del Suroeste, en Dulce Abejita, han optado por cultivar un producto alterno que genere ingresos cuando el café no está en cosecha. “El que empezó con el apiario fue mi papá. Alguien nos ayudó a montarlo y nos dio unas bases, ya nosotros aprendimos solos investigando y preguntando en otros apiarios”.

Tanto la miel como el café se benefician en esta relación; las abejas buscan su alimento en las plantas de café y a su vez las polinizan, ayudando a que el café crezca mejor. “Nosotros notamos que la miel sale un poco más clara cuando se da la florescencia del café, y en otras temporadas cuando las abejas buscan otro tipo de flores la miel se oscurece. Cultivamos la miel porque sabemos que es muy difícil conseguirla pura, además porque es bueno para las plantas de la finca. Las abejas nos ayudan con los cultivos”, cuenta Carlos con alegría.

continuar satisfactoriamente con el trabajo. “Tengo el mismo nombre de papá y tengo que continuar con la misma línea, el mismo estilo. Él se había vuelto muy exigente, era muy riguroso con lo que hacía. Me decía: ‘Las cosas hay que hacerlas bien o no se hacen. Cuando una cosa se vea fea, es porque está mal hecha’. Eso es una responsabilidad, un compromiso moral y artístico”, afirma.

A sus 52 años Alejandro es uno de los pintores de chivas más reconocidos del Suroeste y se da el gusto de tomarse hasta dos meses trabajando en cada una, cuando el promedio de los demás es de un mes. Si alguien lo contrata es porque busca un trabajo especial, colorido y único. “Una vez me pasó con una Santa Ana que debía pintar en la parte de atrás. En el afiche que me presentaron ella estaba con vestido verde y me pareció que era un color muy triste y tenue, entonces se lo puse azul. El señor llegó y me

miel

dijo: ‘¿Usted qué está haciendo ahí? El vestido de ella no es azul, es verde’. Y le dije: ‘Cuénteme una cosa, ¿usted de casualidad conoció el clóset de Santa Ana y sabe que todos los vestidos de ella eran verdes? Ella pudo haber tenido uno azul’. Ese señor casi me pega”, cuenta entre risas. Así es él: confiado y burletero, pero muy amable. Con sus chivas nos recuerda que las tradiciones del pueblo colombiano son coloridas: amarillas con violeta, naranjas con rojo, azules con verde…

CONCORDIA


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ANGELÓPOLIS

El ciclo del carbón

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n La Estación, Angelópolis, un hombre sale de una mina, encarrila el grueso cable metálico, prende la máquina y hace sonar la alarma que indica que el coche está cargado y listo para salir. Sobre los rieles hechos con palos de madera, el vagón o cajón de tablas y balineras se asoma con carbón a rebosar. Él es Jhon Gómez. No habla mucho. Cuando descarga el carbón vuelve y entra a la mina Alberto Gómez, tío de John y de Nataly, cuenta que un minero puede pasar en

una mina hasta nueve horas por jornada, ganándose aproximadamente $60.000 al día, si trabaja para un tercero, pero si tiene su propia mina la cifra podría duplicarse.

mina] hasta que murió hace cinco años. Después nos heredó la mina a mí y a mis seis hermanos, así que todos decidimos continuar con su legado y de esto vivimos”, relata.

Ahora es el turno de Nataly Gómez. Tiene 29 años y su trabajo es separar las rocas de carbón que sus hermanos acaban de extraer. Nataly se dedica a esta labor desde que tenía 11 años, cuando su papá, quien trabajó 37 años como minero, la introdujo a ella y a sus hermanos en este oficio. “Mi papá la trabajó [la

Después de separar el carbón, se apila en cúmulos y cada tres días, a punta de pico y pala, todos cargan la volqueta de la empresa que compra el mineral para después cobrarle al conductor por cada tonelada. El precio varía según el tamaño del carbón. El delgado por ejemplo, tiene un valor aproximado de $110.000,

y el grueso de $130.000 por tonelada. “Cuando la semana es buena se le puede llegar a sacar de 28 a 30 toneladas. Pero por muy mala que esté, mis hermanos sacan mínimo las 15 toneladas”, detalla Nataly Gómez, quien quiere continuar con sus estudios, sacar adelante a su hijo y conseguir otro empleo que no requiera trabajar jornadas tan largas. “El ciclo del carbón se repite diariamente, ¿por qué? Por fidelidad, rentabilidad, porque es lo que sabemos hacer…” Nos cuenta Nataly.

BETANIA

Orlando y el rincón

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donde la memoria espera paciente

espués de cuatro años de haber huido con su familia de la violencia, Orlando de Jesús Betancur Restrepo regresó a la vereda El Pedral Arriba, en Betania, queriendo retomar su vida y sus actividades; pero el destino aún no se lo permitiría. Fue secuestrado el 12 de abril de 2002 por guerrilleros del Frente Ernesto Che Guevara del ELN. Luego de ser obligado a cruzar los Farallones del Citará, estuvo en cautiverio durante tres meses y medio en las espesas selvas del Alto Andágueda en Chocó. En este tiempo, a pesar de la angustia e intranquilidad, mantuvo la voluntad de escribir un diario, hoy hecho libro y titulado: La incertidumbre y el miedo.

Don Orlando fue liberado el 25 de julio de 2002. “En ese momento me di cuenta de que, irremediablemente, para bien o para mal, todo había cambiado, y que después de 104 días de secuestro, nada volvería a ser igual”, escribió en su libro. La memoria, aquella injusta compañera de viaje que a veces nos deja cortos o nos recuerda más de la cuenta, está presente en la obra de Orlando, al igual que en la de su hija, Luisa Fernanda Restrepo. Él ha dedicado su vida a escribir historia, como lo hace en Betania, la perla del Citaráo, en El Pedral Arribao, las compilaciones de Poemas del Citará y Betania es un poema. Este poeta betaneño tiene como autor favorito a Gabriel García Márquez. Tam-

bién es el creador del Museo Jesús María Restrepo Vélez de Betania, ubicado en la misma vereda donde fue secuestrado en el 2002 y a la que le ha dedicado muchas letras. Música, libros, poemas, pinturas, esculturas y otros elementos que ha coleccionado a lo largo de los años, integran este lugar que cultiva la identidad de Betania. “Hay que rescatar la memoria del pueblo. La idea es que muchos lo conozcan para que se apropien de su territorio”, dice Orlando y añade que todavía hay historias por contar, personajes que destacar y memoria por rescatar. Él no se detendrá, seguirá escribiendo. En 2019 publicará Leyendas de mi pueblo, un ejemplar dedicado a la memoria de los relatos mágicos que encantan al Suroeste.

Antes y después Yo fui pájaro, flor, nube y vapor, tierra, excremento. Se degradaron, se desintegraron, y sus átomos se juntaron al azar Y me formaron. Ahora el tiempo, deidad cruel, me ha degradado; me espera la desintegración total y mi cuerpo volverá a ser pájaro, flor, nube y vapor, tierra, excremento. Pero... ¿Y mi espíritu?, ¿de dónde vino antes y a dónde irá después?


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Óscar,

¿

Por dónde empezamos? Cuando era niño yo me adentraba a los bosques para mirar la belleza de los árboles y de los animales. Miraba las cordilleras, ¡todo tan hermoso!, y entonces yo pensaba: nos regalaron este paraíso tan hermoso, ¿por qué no lo devolvemos como nos lo entregaron? Mi nombre es Óscar de Jesús Ruiz Mesa, vivo en la vereda La Cuelga en Hispania y llevo 16 años trabajando con la gestión ambiental, participativa y comunitaria. Mi labor ha sido inculcar en muchos niños, niñas y jóvenes del Suroeste la pasión por cuidar y proteger la naturaleza, ¡porque vivimos en un paraíso que nosotros los humanos hemos discriminado y afectado! Y si todos trabajamos a favor de nuestro entorno natural, podremos ser capaces de recuperar todo lo que hemos perdido. Por ejemplo, en el 2005 teníamos acabados unos bosques nativos acá en el municipio, pero con la ayuda de todos, logramos recuperarlos

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HISPANIA

el guardián del agua

y ahora ¡son nueve bosques inmensos que usted no se imagina! Deberían visitarlos cuando pasen por Hispania. Trabajo en mi finquita donde cultivo cafecito y algunas fruticas. Como ven, he trabajado con la tierra durante toda mi vida y por eso conozco lo que le puede hacer bien y lo que le hace mal, todo ese conocimiento me gusta replicarlo. Y enseñarle a los niños y niñas es muy bueno, y eso me ha permitido llevar proyectos a otros municipios. Hace poco ganamos una iniciativa pedagógica que fue realizada en Jardín. Pero lo más interesante de esta labor pedagógica es que muchas personas están observando no cuidar el agua y no cuidar la tierra es un problema que debemos atender. También he trabajado con la protección y fortalecimiento del recurso hídrico, con la identificación de proyectores biológicos que hay en los cultivos, el reconocimiento

de plantas nativas y cómo conservarlas, y presenté una iniciativa sobre embellecimiento en la vereda, ahí hay mucha fauna, muchas aves, ¡y podemos aprovecharlas para tomarles fotografías! Pero no tengo cámara y me inquieta no tenerla porque me gustaría tomar unas imágenes para publicarlas en un libro. ¿Mis sueños? Yo quiero seguir trabajando hasta que la vida me dé y formar nuevos semilleros ecológicos para que más adelante se recupere todo el recurso hídrico, ¡porque no podemos ahogarnos en un mar de polvo! Mi sueño es que todos podamos tener acceso al agua, pero es un trabajo de todos, de la mano de todos; si no nos unimos, no vamos a ser capaces. Todavía tengo mucho que contarles, ¿cuándo vienen a conocer uno de los humedales de acá? Pásense por La Cuelga que acá aprendemos más, lo más importante es replicar el mensaje del cuidado ambiental.

BETULIA

La leyenda de Chorro Blanco

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solo 3 kilómetros de la cabecera del municipio de Betulia hay un espacio mágico; la quebrada Chorro Blanco, un verdadero tesoro indígena de nuestra región que fue capturado en fotografía por Andrés Felipe Morales López en nuestro concurso #ElSuroesteDescubre. Esta es una reserva natural rica en agua y fauna, su nacimiento trae en sus fuentes hídricas historias reales o imaginarias, que cultivan la incertidumbre de nuestro pueblo cafetero. Cuentan las leyendas que en la época de la Conquista de Antioquia, alrededor de 1540, los indígenas construyeron túneles para esconder sus riquezas y ocultarse de los españoles que saqueaban todo con su sed de fortuna. “Llegaron a estas regiones de Betulia, con grupos de exploradores, enviados por Badillo en busca de noticias acerca del fantástico tesoro de Dabeiba”, relata la docente del municipio Flor Amparo García.

Los túneles construidos son de difícil acceso, todos se comunican entre sí, con extensiones de ocho a diez metros aproximadamente. La agilidad, la respiración y una buena resistencia, son necesarias para lograr ingresar y atravesar los misteriosos corredores. Si usted tiene la habilidad de ingresar a ellos, también debería contar con gran suerte, porque podría terminar en el lugar menos esperado.

Sintamos las aguas de Chorro Blanco, dejémonos envolver de la energía de nuestros ancestros y de los tesoros que protegieron con valentía.

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JARDÍN

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Desempolvando las bambalinas del

Teatro de Jardín

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olverá muy pronto el Teatro de Jardín, y con él regresarán las historias que se dejaron de contar desde 1998. La edificación fue construida en 1912, hace más de 100 años, cuando la Compañía Industrial de Instalaciones Eléctricas de Jardín -sociedad que prestaba el servicio de energía eléctrica a la comunidad- quiso tener una sede principal para reunirse, desarrollar actividades empresariales y construir un teatro para todos. La sociedad estaba conformada por 36 ciudadanos y la Administración Municipal, dato que consta en la escritura pública número 216 del 8 de septiembre de 1912, pero 21 años después, en 1933, fue liquidada. El municipio se convirtió en único dueño del inmueble y el teatro siguió vivo con sus funciones, conciertos, actos literarios y cinemato-

LA PINTADA

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n jueves a las 5:20 de la tarde caminan hacia un árbol aún con sus uniformes escolares. No se hablan; él voltea a mirar atrás para ver que ella sigue ahí. Camina uno detrás del otro porque el puente amarillo tiene un andén tan estrecho que entre buses y camiones no dejan espacio para andar de la mano. El puente atraviesa el río Cauca y vibra a causa de los carros. Ella sonríe mientras mira el agua porque el movimiento la hace sentir como si estuviese en un barco flotando por el caudal crecido.

gráficos… el arte desfilaba sin cesar en esta esquina ubicada a una cuadra del parque municipal.

Muchos habitantes recuerdan cuando sus abuelos o padres los llevaban a la matiné, o cuando el plan perfecto para las noches de fin de semana era asistir a recitales. Infortunadamente, los ingresos no fueron suficientes, y así llegó la mala noticia, el teatro cerró.

El edificio dejó de ser un bonito lugar de encuentro para los jardineños. Las lluvias oxidaron las cerraduras y malgastaron la madera de las puertas. Sus paredes parecían lienzos para quien quisiera dejar un mensaje, “Todos somos excelentes artistas, pero somos pésimos espectadores”, decía uno de los grafitis. Jardín recibió grandes eventos culturales que hicieron recordar la existencia del teatro. El Festival de Cine de Jardín, liderado por el reconocido director de cine Víctor Gaviria, dejó el faro artístico más encendido que nunca, y el Ministerio de Cultura, el Fondo Financiero de Proyectos de Desarrollo -Fonade y el Fondo Nacional de Turismo -Fontur se responsabilizaron del futuro del teatro asignando en 2015 el dinero necesario para las obras de intervención y recuperación.

Fotografía Iván Erre Jota

Desde la asignación de los recursos, se ha ejecutado casi a totalidad la obra. La Secretaria de Planeación del municipio afirma que “el 15 de enero [de 2019] es la fecha tentativa de entrega [por parte del Ministerio y Fontur] aunque ésta puede ser modificada. El municipio se encargará de la dotación del teatro y en la primera semana de enero se abrirá el proceso de licitaciones para el suministro de equipos y vestimenta teatral”. Y aunque la fecha inicial de entrega no fue cumplida, los jardineños tienen certeza de que las luces volverán a brillar en el escenario, los telones subirán de nuevo, las sillas estarán adecuadas para los espectadores, los camerinos dispuestos para los artistas y la esquina donde está ubicado el teatro, será de nuevo el lugar de encuentro para dejarse inspirar por el arte.

Fotografía José Bedoya

Un árbol y dos garzas Terminan de cruzar el puente; él la toma de la mano y la guía por las escalas que descienden a la orilla del río. Saltan sobre escombros de cemento y piedras como niños jugando. Entre risas, caminan hacia su destino; el hogar de las garzas blancas; su árbol, su nido. Se sientan juntos debajo de sus ramas

y esperan el atardecer. Mientras llegan más garzas ella propone el reto: contemos cuántas vemos desde aquí. Ella iba en 20 y él en 23. Pero qué sentido tiene, ellas son paisaje, ellos son paisaje. El cielo ahora es naranja, rojo y amarillo. El calor se mezcla con el viento que

mueve al agua; y en brazos de él, ella busca mantenerse tibia. Él la abraza. Ella lo besa. Llega la noche y las garzas despiden al sol. Algunas se quedan, otras se van. Pero qué sentido tiene, ellas son paisaje, ellos son paisaje.


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CIUDAD BOLÍVAR

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onversamos con Sebastián Berrío, integrante del grupo Bioexploradores Farallones, jóvenes apasionados por la biodiversidad de nuestra región. ¿Cuál es la historia del grupo? El grupo surgió en el 2014, fue una iniciativa de la Institución Educativa Farallones. Cuando yo estaba en el colegio, un profesor se nos acercó y nos invitó a particiar en una una convocatoria de Colciencias de un programa que se llamaba Ondas, y formulamos un grupo de investigación llamado Bioexploradores Farallones. Lo que quería el grupo era documentar la biodiversidad de los Farallones del Citará. Iniciamos el proyecto y comenzamos difundiendo lo que encontrábamos en redes sociales (la página en Facebook se llama Biodiversidad Farallones del Citará), especialmente nos hemos enfocado en aves.

¿Qué ha hecho el grupo en estos años? Hemos realizado distintas exposiciones fotográficas en la comunidad, participamos en los premios Distinción Vida de Corantioquia. El primer año presentamos un proyecto de investigación que consistía en hablar sobre las especies que habitan acá. En 2015 también presentamos otro documento en el que expusimos la dieta y el comportamiento de dos especies de aves de la región: el gallito de roca y el cacique candela; en ese entonces éramos un grupo de 17 integrantes y estábamos liderados por una docente, con ellos salimos por diferentes zonas buscando las especies. También participamos con otro artículo sobre la dieta del búho de anteojos que está en Ciudad Bolívar, y aunque su hábitat se degradó completamente, pues vivían en los árboles de la ribera del río en la calle 6, es una especie importante para este municipio; tardamos año y medio en recolectar la información.

¿Quiénes conforman el grupo? Jorge Alejandro Cano Jiménez, Giovanny Alexis Monsalve Vélez y Sebastián Berrío Montoya. Actualmente somos tres integrantes porque ha sido difícil la convocatoria con los jóvenes del municipio, pero estamos en el proceso de vincular más interesados.

¿Qué experiencias gratificantes han tenido? En las exposiciones nos hemos encontrado a algunas personas que han sido cazadores y ahora no lo son, nos contaban que antes mataban algunas especies sin saber. Además, me ha sorprendido que los Farallones tienen mucho por estudiar, hay

Halcón Pechinaranja (Falco deiroleucus), es una especie rara con pocos registros en Antioquia, está catalogada por la UICN como Casi Amenazada. Foto: Jorge Cano

Búho de Anteojos (Pulsatrix perspicillata), habita en el casco urbano de Ciudad Bolívar, en las riberas del río. Lamentablemente el hábitat de esta especie en el municipio está siendo degradado por actividades humanas. Foto: Sebastián Berrío

muchas especies amenazadas que se encuentran acá, por ejemplo el águila crestada, una especie en peligro vulnerable de extinción. Ha sido interesante que por medio de las redes sociales y con ayuda de otras fundaciones, la gente ha cambiado la mentalidad frente a la cacería.

especies más. También estamos realizando un inventario de plantas. La idea es encontrar de todo y tener un listado que sirva para que la gente vea que sí hay cosas, y que debemos conservarlas ante la minería y otras amenazas que hay en la región. También queremos tener un sitio web para que la gente pueda acceder a él y que conozcan lo que hay, es decir, que todo esto no se quede solo en algo de nosotros si no que la gente pueda acceder a ellos, que sea útil para todos este conocimiento.

¿Qué están haciendo ahora y cuáles son las metas? Actualmente estamos haciendo el inventario de aves, van 307 especies solo en Ciudad Bolívar; esperamos encontrar al menos 70

PUEBLORRICO

La nueva cara del viacrucis del sendero El Gólgota

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galones de pintura, 70 cargas de piedras, 84 bultos de cemento y 168 cargas de arena es lo que se ha requerido desde marzo de 2018 hasta ahora para completar la labor de remodelación del Viacrucis del sendero El Gólgota. Desde su inicio y hasta septiembre de 2019, fecha probable de entrega, la obra necesita alrededor de 470 días o 5.640 horas de trabajo, divididas en 12 horas diarias, seis días a la semana. El escultor William Peláez emprendió la misión con dos oficiales, un arriero y dos mulas. Son 14

estaciones; ocho de ellas listas a diciembre de 2018. Cada una con dos bancas, un pedestal con dos faroles y otro con dos imágenes.

Con esta nueva obra de 95 millones de pesos y 30 figuras del maestro Peláez, la Pasión de Cristo hecha arte acompañará a los feligreses, turistas y habitantes de Pueblorrico.


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SANTA BÁRBARA

Un ser con profunda curiosidad

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odo empezó con una pregunta: ¿quiénes fueron los primeros habitantes de Santa Bárbara?, porque de algún lado deben de venir sus 22 mil

“Me permito decir que hemos descubierto a Santa Bárbara, un pueblo que no tenía historia”, dice antes de mencionar a los Londoño, los Pérez, los Valencia o los Arboleda, algunas de las primeras familias de este municipio.

Para hablar de la vida del hombre que relata la historia, empecemos por su barba larga y frondosa, por sus cabellos canosos, su mirada profunda y su seguridad para expresarse. Balbino aún no termina su obra, pero la tiene escrita en su cabeza. En el 2022 publicará un libro para conmemorar los 200 años de la fundación del municipio: “quiero que tengamos consciencia de lo que hemos tenido en las manos. Es un tesoro invaluable, un grupo humano valioso, una riqueza en recursos minerales y un futuro maravilloso”.

habitantes. José Balbino Bedoya Valencia un filósofo de profesión e historiador de corazón completó 50 años investigando la historia del pueblo que lo vio crecer.

Su investigación la empezó alrededor del año 1964, cuando aún estaba en el bachillerato; inició con los registros parroquiales de Santa Bárbara y Montebello, y aprendió sobre los indígenas que habitaban estas montañas.

TÁMESIS

Descendí de ti, Peinada

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enía miedo, adrenalina y angustia. Por segunda vez recorrí sus calles; ya conocía gran parte de la zona urbana y, como la mayoría de turistas, entré al templo una vez más. Fui a la Casa de la Cultura; tomé café de Támesis; me senté en las mesitas del Kiosco del parque, y divisé el Cerro Cristo Rey. Más allá está el hilo de plata; la cascada La Peinada, muy cercana a las nubes. Y allí estaba el reto: subir un camino prehispánico hasta llegar al encuentro con La Peinada y descender entre ella con tan solo una cuerda. 70 metros que prueban mi actitud y habilidad para el torrentismo. Un tímido sol nos acompaña. Un equipo de guías profesionales nos orienta a escaladores intrépidos y principiantes hasta sumergirnos en un estrecho vínculo con la naturaleza. Me cuesta caminar sin mirar al suelo y sin tropezarme; ligeramente me acostumbro y me concentro. La temperatura cae y mi respiración es lenta. Entre el bosque de niebla veo un mapa casi aéreo

de Támesis. No hay afán. La delicada y gruesa capa de niebla alza el vuelo y deja libre el paisaje para los que están abajo, y suavemente envuelve a los que estamos aquí. El sol y la cima nos esperan, están más allá de este gris que penetra nuestros huesos.

Tengo frío. Me resbalo, pero las ramas de los árboles me sostienen. Escucho el agua que cae. Agradezco a la tierra y sonrío por el encuentro con la vida. Luego de casi dos horas de camino, estamos aquí. ¡Es ella! No es un hilito de plata delgado; no es silenciosa. La Peinada aturde. Siento la magia. Cada paso entre las rocas mojadas me conecta con su poder. Descendí de ti, Peinada. Y al final no tuve miedo. Ahora entiendo por qué Támesis es la tierra del siempre volver.

Pasaron los años y siguió procesando más y más información. Averiguó que Santa Bárbara se llama así porque en el lugar tronaba mucho y uno de sus habitantes le encomendó el caserío a una virgen y mártir del siglo III, que por convertirse al cristianismo fue decapitada por su padre, a quien en ese instante un rayo lo mató. Esa virgen es Santa Bárbara. Balbino no se nombra como un especialista, dice que es un ser con profunda curiosidad. Respeta el pasado y ve su reconstrucción como una oda a lo vivido. “No podemos planear el futuro con el pasado, pero sí se puede contar para que los curiosos y los apreciadores de un legado valioso, no nos quedemos guardando meros recuerdos. Planear, no sobre él, pero sí con el impulso que da recordar y revivir”.


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MONTEBELLO

Don Tano

caminaba a pie limpio

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umberto Carmona López falleció en 1971. Familiares, amigos y vecinos, de cariño lo llamaban don Tano. Donó al templo de Montebello el Viacrucis traído desde España; también los terrenos donde se construyó el Hospital San Antonio, hoy en día comando de la Policía. Don Tano creó su riqueza a partir de un huevo que le regalaron para incubar. Era de familia cejeña, del Oriente antioqueño. Dejó 18 hijos, 80 nietos y 110 bisnietos.

“Él siempre vestía de camisa blanca, carriel y andaba descalzo. Solo se ponía zapatos cuando bajaba al pueblo”, así recuerda su última hija viva, María Inés Carmona, a un padre cariñoso y comprensivo. A don Tano le gustaba sentir su tierra y recorrerla. Por eso, a pesar de las diversas amenazas e intentos de secuestro, insistió hasta el último momento en recorrer sus fincas, en la vereda El Gavilán, a pie limpio. Se mantenía al tanto de sus cultivos y

Articultores:

ganado, y vivía enamorado del paisaje montañoso. Se cree que la tristeza que sintió cuando le quemaron una de sus propiedades fue tan grande que terminó en un ataque al corazón cuando tenía 84 años.

Han pasado 47 años y en Montebello no olvidan sus pasos limpios.

SALGAR

sembrar arte para cosechar vida

“El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana”, decía el dramaturgo Federico García Lorca. El teatro es arte y como expresión artística tiene la capacidad de transformar vidas o momentos de quienes se encuentran cara a cara con él. Ese poder transformador envolvió a Richar Felipe Eusse Castro, un joven que llegó hace siete años a Salgar para desarrollar un proyecto temporal de laboratorios culturales, pero la tierra del Cerro Plateado lo haría enamorar y le abriría las puertas para construir una vida allí. En 2016, junto a dos personas más, decidió crear Articultores, una corporación sin ánimo de lucro que nació a partir de una necesidad social y que busca brindar formación, lugares de esparcimiento, participación e incentivar el buen uso del tiempo libre en niños, niñas, jóvenes y adultos. Sembrar arte para cosechar vida se convirtió en la filosofía de 25 jóvenes

entre los 12 y los 28 años que le apuestan al arte como herramienta para generar conciencia frente al ambiente, el autocuidado, el perdón o la identidad con el territorio, como lo lograron con la obra de teatro La ninfa del agua, una proyección que invita a reflexionar sobre el patrimonio hídrico de la región. “Es un trabajo que hacemos desde el corazón”, resalta Richar al explicar que no tienen ningún apoyo económico más allá de lo que salga de sus bolsillos o de las convocatorias que ganen. Pero eso no impide promover actividades que integren a la comunidad de Salgar, “realizamos unas pangeas culturales que consisten en llevar un grupo de artistas del municipio a los sectores rurales y

así invitar a los habitantes a formar parte del sector artístico”. Articultores siembra ideas para consolidar un laboratorio cultural o una escuela de saberes, y aunque están en proceso de plantación y arado, esperan que la cosecha sea fructífera: la razón social de su corporación; la inscripción oficial a la Plataforma de Juventud municipal; las proyecciones de sus obras

artísticas en otros municipios, y el más importante, la formación constante de muchos jóvenes. La música, la danza, las artes plásticas, el circo… son solo una lista de las expresiones artísticas que buscan sembrar en los salgareños una semillita de arte para que en el futuro se convierta en un bosque mágico de sonrisas y poesía en movimiento, con conciencia.


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URRAO

El Cacique Toné E

n épocas prehispánicas, entre lo que se conoce hoy como las regiones Occidente y Suroeste de Antioquia, habitó el Cacique Toné junto con su comunidad indígena, los Catíos. Una de las tribus más fuertes de la época, que hizo frente y luchó contra los conquistadores españoles.

maestro Humberto Elías Vélez, acompañada de un verso que reza en la placa conmemorativa:

La valentía y el heroísmo de los Catíos se recordará por siempre. El Cacique Toné en Urrao es símbolo de coraje, ímpetu y determinación.

Toné les respondió: “Llegaos un poco más acá, cristianos, por el tributo que os adereza; dejaremos las armas de las manos para ponéroslas en la cabeza; Y aún de vosotros a los más lozanos tengo que desmembrar pieza por pieza porque si padecéis muerte prolija la paz que me pedís quedará fija”.

En el parque principal vive la memoria del Cacique a través de la escultura del

Primer grito de independencia americano según Juan de Castellanos ante el requerimiento de los españoles, en 1557 para que los Catíos se rindieran.

CARAMANTA

El regreso del abrazo de

E

scucho la canción de Garzón y Collazos antes de hablar con Judith Avello. Tarareo una y otra vez: “cobija de cuna paisa, sombra fiel de mis abuelos y tesoro de la patria. Sabor de pecado dulce y dulce calor de faldas, grita con sus cuatro puntas, el abrazo de la ruana”. Busco mi ruana y detallo cada uno de sus hilos, sus cuatro puntas, el hueco en la mitad, su suavidad. No tengo certeza de los años que tiene, es una herencia familiar que guarda recuerdos y fríos de otros tiempos. También guarda los míos. Quiero una nueva ruana para un regalo, y en esa misión conozco a Judith. “Hace muchos años había unas señoras que hacían ruanas en Caramanta, como acá había ovejas, las señoras hacían unas ruanas, pero esa tradición se fue extinguiendo y por eso fue necesario recuperar ese saber”, relata Judith. La maratón del tejido comenzó en el segundo semestre del 2018 con

un gran reto: elaborar en menos de un mes todas las ruanas posibles antes de que comenzaran las Fiestas de la Ruana en noviembre. Con micrófono en mano, Judith conformó un grupo de mujeres tejedoras que sabían manejar máquinas planas y otros elementos necesarios para su elaboración. En años pasados visitó Marulanda en el departamento de Caldas, y observó el proceso con detalle. Las máquinas empezaron su sinfonía y las ruanas volvieron. “Teníamos ganas y empezamos a trabajar. Nos movimos. En dos semanas se hizo una pila de ruanas tejidas ¡muy bonitas! Las mujeres quedaron encantadas con el proyecto porque se pudo reactivar el conocimiento de tejer las ruanas y así mismo generó un emprendimiento. Conocemos que hay gente aquí que sabe hacer el proceso y así lo hicimos, queremos seguir adelante para que vengan, conozcan y compren las ruanas a las mujeres de Caramanta”.

la ruana


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VENECIA

El Museo Cerro Tusa Zenufaná:

para aprender sobre el pasado de nuestra región Suroeste

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esde su apertura, hace ocho meses, cuenta con muestras de minerales y vestigios arqueológicos que datan, según el director del museo Víctor Hugo Restrepo Pérez, del período temprano que va desde el año cero al año 800, y del período tardío que va desde el año 900 hasta 1540, cuando llegaron los españoles.

Quienes visitan este espacio, cuya entrada es gratuita, pueden conocer el origen y composición de cada una de las piezas que se exhiben. “El museo cuenta con un aproximado de 300 ejemplares adquiridos gracias al arqueólogo Pablo Aristizábal y a donaciones que la comunidad hace”,

detalla el director. Además, muchas de las piezas de cerámica en exposición fueron halladas en las cuevas de Santa Catalina, ubicadas en el mismo municipio de Venecia. Estos artefactos solían ser ofrendas que los nativos hacían a la Pachamama o a la tierra.

El Museo de Cerro Tusa Zenufaná se ha convertido en visita obligada para habitantes y turistas de Venecia. El esfuerzo por mantener sus puertas abiertas es constante. “Aquí buscamos guardar la memoria de nuestro territorio, que la gente venga y conozca un poco del pasado de nuestra región”.

FREDONIA

La huerta escolar de la vereda El Zancudo

L

echuga, cilantro o aromática. ¿Qué necesita? Venga a la huerta escolar de la Institución Educativa Edelmira Álvarez de la vereda El Zancudo en Fredonia. Soy el docente Víctor Mario Vélez Carriazo, en esta institución, desde hace más de tres años, venimos trabajando con una estrategia que hemos titulado Comités Escolares. Es una propuesta educativa que parte del humanismo; de reconocer que los estudiantes tienen capacidades que pueden ser aprovechadas al máximo en espacios que sean diseñados para eso. ¿La estrategia? Poner a los chicos a trabajar en comités. Uno de los de mayor impacto aquí a nivel veredal y zonal, ha sido el comité de la huerta escolar, porque es un comité que no solamente implica el trabajo en la institución, sino también en el espacio familiar

“Mi nombre es Santiago Bermúdez Zapata, esto es un proyecto muy bueno para nosotros porque siempre es muy bueno aprender cosas nuevas y más que nosotros no teníamos el buen entendimiento de cómo sembrar”, estudiante vinculado al proyecto.

¿De dónde surge la idea de trabajar el proceso de huertas? Primero, del conocimiento del entorno. Se hizo un análisis del contexto y se determinó qué es lo más necesario para la comunidad local y en especial para la vereda El Zancudo. ¿Qué hacemos? Enseñarle al niño, enseñarle al estudiante a valorar la tierra y valorar su entorno. ¿Qué tiene usted?, ¿dónde puede sembrar? Nuestro cultivo ni siquiera es un terreno de tierra,

nosotros cogimos el patio, que es de concreto, pusimos unas tablas y dentro de ese espacio trabajamos con una tierra abonada que los mismos chicos trajeron”.

“Mi nombre es Alexis Quiroz Villada, me vinculé porque me gusta mucho lo que se tiene que hacer con la tierra, así podemos aprender más de los sembrados”, estudiante vinculado al proyecto. ¿Qué pasa después? La institución encontró alianzas estratégicas en el año 2017. Los trajimos a la institución y les mostramos qué hacemos con los chicos, cómo les enseñamos a sembrar y a cultivar, y gracias al apoyo de uno de los aliados, pudimos llevar el proceso a la sede de bachillerato, porque

inicialmente solo estaba en la primaria. Escogimos un espacio en la institución, exactamente al lado de la cancha, sembramos plantas aromáticas y el proceso es convertir esas aromáticas en un subproducto que los estudiantes puedan comercializar después. La verdad, mi motivación principal es enseñarles a ellos lo valiosa que es la tierra y lo valioso que es esta naturaleza donde estamos.

“Mi nombre es José Luis Cañaveral Ospina, la enseñanza de vida es que todo con amor y paciencia lo podemos hacer, porque para nosotros construir eso, lo que tenemos ahora, tuvimos que tener mucha paciencia y amor por la tierra”, estudiante vinculado al proyecto.


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VALPARAÍSO

Su arte es el reconocimiento político de su historia y presente Se reúnen todas las semanas en la Casa de la música a las afueras del resguardo Marcelino Tascón, a pocos minutos del casco urbano de Valparaíso. Allí practican las danzas que cuentan las historias de su pueblo, tocan las canciones de sus ancestros y se instruyen en técnicas de artesanía, maquillaje y okama, sus tradicionales collares.

50 jóvenes del grupo Pensamiento juvenil, cûdrarâ kûrîsia -en su lengua, andan con sus teléfonos celulares, tienen tatuajes y hablan un español fluido, pero tienen claro que primero están las costumbres de su pueblo Emberá-Chamí.

TITIRIBÍ

En defensa del E

n 1984 cerró el proyecto minero de metales más importante que ha existido en Titiribí y durante ocho años no hubo rastros de este tipo de minería. Hasta que en 1992 iniciaron otros proyectos de menor envergadura. Las nuevas operaciones trajeron consigo conflictos en torno al uso del territorio y el agua, debido a que las comunidades tenían la agricultura como principal fuente de empleo. Esta situación, sumada a las iniciativas de espacios de información promovidos por las mismas mineras, llevaron a los titiribiseños a

movilizarse y crear la Red de Comunidades Defensoras del Agua, un grupo de activistas dedicado a defender agua en este territorio, conformado por líderes comunitarios de las veredas de Titiribí. La red creó una veeduría para hacer seguimiento a los manejos ambientales de las empresas mineras, y desde 2016 emprendió otras acciones para empoderar a las comunidades: espacios de formación, promoción de mecanismos de participación ciudadana, divulgación de información sobre los procesos de protección del territorio.

“Tuvimos la necesidad de buscar un espacio diferente a lo que las instituciones han ofrecido. Quisimos que acá los jóvenes se sintieran identificados y que las actividades realmente nacieran desde sus propuestas. Todo fue concertado: el nombre, el objetivo, qué sirve, qué no, qué podemos rescatar, qué podemos revitalizar o fortalecer”, explica Wilson Vélez, líder social del resguardo. Sus voces indígenas representan al resguardo, su arte es el reconocimiento político de su historia y presente. “La danza propia la vemos como una opor-

tunidad donde ellos se pueden recrear y autoreconocer como pueblos indígenas, además de llevar un legado. En la danza como en los tejidos, hacemos una representación de lo que es la cultura Emberá”, concluye Vélez. Ahora participan en la primera Plataforma Juvenil Indígena de Colombia. Reconocimiento que fue más allá cuando José Tascón, uno de sus integrantes, fue elegido como vicepresidente de la Plataforma Juvenil del departamento en el marco de la realización del diplomado en Políticas públicas de juventud e innovación. Cuando representantes de la Gobernación de Antioquia les preguntaron a los jóvenes del resguardo indígena Marcelino Tascón qué objetivos tenían con su recién creada Plataforma Juvenil Indígena, la respuesta fue clara: mantener viva su tradición artística.

agua “El objetivo es que las personas de los acueductos rurales se apropien de su gestión comunitaria con el agua, ayuden a fortalecer los ámbitos administrativos y también ejerzan acciones de defensa y protección del recurso hídrico, que se apropien y tomen una postura frente a la minería de metales y su incidencia en el ambiente, que sean capaces de salir a votar y lo hagan de manera consiente”, explica Jhon Freddy Taborda, uno de los fundadores de la Red de Comunidades Defensoras del Agua.

El proceso de movilización tuvo sus primeros frutos en septiembre de 2017 cuando el Concejo de Titiribí, mediante dos debates, aprobó un acuerdo para prohibir en su municipio la minería de metales, en especial la minería de oro, cobre y zinc.


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El poeta

N

acido en Pueblorrico el 4 de julio de 1889, José Santos Soto fue un famoso poeta y músico del Suroeste. Vivió desde pequeño en Quebradalarga, lo que hoy se conoce como Tarso, allí aprendió a leer y a escribir, aunque con gran dificultad. Sin embargo, amó tanto el verso que se inmortalizó en ellos. “Sus versos son fáciles y sutiles, acomodados a las circunstancias”, dice su hijo, don Alfonso Soto. Todo lo que hablaba lo decía en verso. Para José, este arte no era propiedad de los letrados; los poetas, antes que nada, son sensibles. Se asombran por lo efímero y lo perdurable. José Santos tenía el don de gentes y siempre que hablaba muchas personas se agolpaban a su alrededor para escucharlo porque conversaba en trova y en verso; a veces en una forma profunda y

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TARSO

José Santos Soto

hermosa, y otras con sutil ingenio para hacer reír hasta el dolor a quienes lo escuchaban, así lo describe su hijo en la Cátedra Municipal de Tarso. Falleció el 30 de enero de 1974, a los 83 años. Pero su espíritu sigue vivo gracias a sus dones para la escritura poética y al concurso de poesía que lleva su nombre en honor a su vida y trabajo. Fomentar la cultura, la literatura y la creación es el objetivo de este concurso propuesto por un grupo de docentes de instituciones educativas del municipio desde hace 25 años, y cuyo galardón es una golondrina, una de las principales fuentes de inspiración del maestro Soto. El pasado 1 de diciembre, el Concurso de Poesía José Santos Soto fue declarado como patrimonio inmaterial del municipio.

Las Golondrinas (Año 1931) Autor: José Santos Soto

I Ellas que errantes van por el espacio ellas con su lúgubre manto y su penacho de zafiro regresan del verano en tardes fulgurantes para hacer su nido al pie de los aleros de las casas olvidadas. II Y cuando el sol moría en aquella tarde de calvario y el universo se rasgaba a la muerte de Jesús, ellas, las golondrinas formando una aureola, besaban la frente de Jesucristo en la cruz.

III Ellas que con sus trinos nos ensenan a olvidar el duro trajinar de la jornada, son las golondrinas mensajeras de la luz.

Tomada del archivo Tarso, pasado y presente escrito por Luz Angela Torres Zapata

Escribieron las 23 historias Maria del Mar Giraldo: Jericó, Betania, Hispania, Jardín, Ciudad Bolívar, Támesis, Salgar, Caramanta, Fredonia.

Miguel Ángel López: Amagá, Andes, Betulia, La Pintada, Pueblorrico, Santa Bárbara, Montebello, Valparaíso.

Alejandro Vásquez Molina: Concordia, Angelópolis, Urrao, Venecia, Titiribí, Tarso.

Feliz año

para nuestros usuarios. Para pautar en

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Escríbanos al correo mercadeo@periodicoelsuroeste.com o comuníquese con nosotros Teléfono: 298 68 00 Celular: 314 623 2900

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En 2019 seguiremos transportando sus logros.


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Amagá, el cambio es ahora ¡Te lo mereces! Registro de la gestión de la Administración Municipal de Amagá con información generada desde la Alcaldía

Fiestas E

l balance de las Fiestas de la Minería y el Carbón 2018 en Amagá es muy positivo. Unas fiestas que marcaron la diferencia en el municipio y la región. Artistas invitados de talla nacional e internacional, que llevaron inmensa alegría a propios y visitantes. Recibimos para las fiestas aproximadamente 7.000 turistas; el parque principal estuvo completamente lleno. En materia de seguridad nos sentimos orgullosos porque hubo cero lesionados y cero muertes violentas. Logramos posicionar a Amagá como referente turístico a través de la Administración Municipal y la marca #AmagáEnamora. El comercio, en general, se benefició con el dinamismo económico

de la Minería y el Carbón en Amagá

que propició la buena planeación y gestión de las fiestas; y nuestros comerciantes están satisfechos con el desarrollo de sus quehaceres, apoyados en todo momento por una administración que le apuesta al cambio, muestra de ello fueron las fiestas en general, las fondas mineras y la Plaza de Mercado cada noche estuvieron colmadas de personas. A quienes nos visitaron, muchas gracias por hacer parte de este pueblo; a mi querido pueblo, gracias por dar ejemplo de lo que somos como amagaseños; y a quienes aún no han venido, los esperamos con la seguridad de que no querrán irse, porque ¡Amagá Enamora! Balance del alcalde de Amagá, Wilser Darío Molina Molina.


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23 historias del Suroeste - 10 años

23 municipios e

incontables historias

E

sta es una invitación a leer nuestra región Suroeste. Nuestro periódico está cumpliendo 10 años y lo quisimos celebrar narrando una historia de cada municipio de este territorio antioqueño; estamos seguros de que entre todas estas montañas, ríos y cafetales hay mucho por contar. Esta es una invitación a una pausa. Deje de lado los quehaceres y viaje junto a una pareja de enamorados a un árbol lleno de garzas en La Pintada, conozca sobre un perro callejero que robó el corazón de los amagaseños, o acompáñenos por un recorrido en La Peinada, Támesis. Esta es una invitación a asombrarnos por nuestra diversidad. Tenemos familias

enteras dedicadas a la minería del carbón en Angelópolis, caficultores con un corazón dividido entre el café y la miel en Concordia, y en Andes vive uno de los pintores de chivas más reconocidos del país. Esta es una invitación a maravillarse, porque hay jóvenes indígenas que luchan por preservar su danza en Valparaíso; estudiantes que cultivan sus propios huertos en Fredonia, y amantes de la naturaleza en Ciudad Bolívar que documentan las especies de aves que surcan sus tierras. Esta es una invitación a no olvidar y a recordar que personas como Orlando Betancur tuvieron que dejar su hogar en Betania a causa de la violencia, o que por el campo de Montebello caminó un

hacendado que, a pesar de todo su dinero, le gustaba caminar a pie limpio. Por esto y mucho más, es que incluso Santa Bárbara tiene su propio historiador. Esta es una invitación para perderse y enamorarse de las historias que aquí escribimos, y tantas otras que hemos compartido en 10 años, incluyendo una que nunca hubiéramos querido contar cuando hace ya casi tres años nuestro fundador y papá trascendió. El Suroeste antioqueño es un territorio vivo; con un pasado edificado por las hermosas 23 localidades que nos hacen región, un presente que nos une como un solo pueblo, y un futuro que promete ser muestra de lo mejor que llevamos por dentro.

La gratitud nos ayudará a seguir sirviendo con pasión. Amamos el periodismo y en 2019 seremos más. El equipo del Periódico Regional EL SUROESTE les desea un feliz año.

El Periódico Regional EL SUROESTE es una publicación de El Suroeste Comparte SAS

Fundado en diciembre 28 de 2004 como Periódico El Amagaseño por Álbaro de J. Valencia Cano Edición 1 del Periódico Regional EL SUROESTE en septiembre de 2008

Periódico El Suroeste

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Codirectores Carlos Andrés Valencia Bedoya y Andrea del Mar Valencia Bedoya Edición Andrea del Mar Valencia Bedoya Juan Felipe Bolívar Agudelo Dirección de redacción María del Mar Giraldo Rendón Miguel Ángel López López

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Apoyo periodístico Alejandro Vásquez Molina Laura Tatiana Rivera Ramírez Colectivo de Periodismo El Suroeste

Diseño - Diagramación Sandra Mazo Fernández Impresión El Colombiano

Dirección financiera y administrativa Carlos Andrés Valencia Bedoya Directora de relaciones y mercadeo Nancy Johanna Muriel Estrada

Teléfono: 298 68 00 Celular: 314 623 2900 Circular 4 No. 66B – 46, interior 202, Medellín

Las opiniones expresadas en el Periódico Regional EL SUROESTE son responsabilidad de los autores y solo a ellos compromete.

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