Encuentro 10

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José Cordero. ero, ¿no tenemos ya claro que la Iglesia la formamos todos los bautizados y no sólo los curas? ¿Cómo que en este número de nuestra revista "Encuentro" casi sólo aparecen los curas? Hay que entender que ahora demos la bienvenida a los nuevos sacerdotes de nuestro pueblo. A D. José Manuel, el nuevo párroco del Carmen, y a D. Óscar, el nuevo Vicario Parroquial del Valle. Y es necesario que ellos vean en nosotros UNA comunidad cristiana que camina en Villafranca a través de estas dos Parroquias. Empezamos un nuevo curso y tenemos que seguir caminando, porque hace tiempo que comprendimos que todos somos necesarios pero nadie es imprescindible, que los sacerdotes somos necesarios en nuestra Iglesia, pero siempre estamos de paso. De ahí que nadie, ni el cura, debe sentirse imprescindible. Ya me habéis oído decir que tenemos que tener tan asumido nuestro papel en la Iglesia, que el talante de ésta no es el del cura que esté de turno, sino el de la comunidad. Una comunidad que debe ser abierta, evangelizada y evangelizadora, en definitiva, una comunidad madura y responsable en su fe. Es la hora de que estos dos nuevos sacerdotes vean en nosotros a unos cristianos que saben caminar apoyados en aquél que es nuestro único Maestro, que intentan por todos los medios ser FAMILIA, que son conscientes de que hay mucho que hacer. Estamos en un momento de Iglesia muy creativo y tenemos que "salir" para dejar de ser algo que conserva y mantiene, y así responder mejor a los nuevos retos que se nos presentan. Y uno de los grandes retos es el CENTRO PARROQUIAL tan necesario en nuestra comunidad cristiana. Esperemos que este nuevo curso le demos un "empujón" que sea definitivo. ¡¡¡ÁNIMO Y ADELANTE!!! José Cordero. Párroco de Sta. María del Valle.


"Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve". (Lc. 22, 27).

ueridos villafranqueses: Quiero que sirvan estas palabras de Cristo, recogidas en el evangelio de Lucas, como carta de presentación a todos vosotros. Como ya muchos sabéis, el Sr. Arzobispo me ha nombrado nuevo párroco de la Parroquia Ntra. Sra. del Carmen. Desde el día 16 de septiembre, en que tomé posesión de mi cargo, me encuentro entre vosotros viviendo, compartiendo y celebrando la vida y la fe en Jesucristo el Señor. Vengo hasta vosotros con la clara conciencia de querer servir a mis hermanos los hombres y mujeres, niños y ancianos, jóvenes y adultos de este pueblo, a todos vosotros. Vengo a darme a quien me quiera aceptar y recibir. Deseo poner todo mi empeño y dedicar todo mi tiempo y mis capacidades en ser capaz de transmitiros al Dios que yo conozco, que amo y que mueve mi vida, al Dios-Amor, al Padre de Jesucristo nuestro Señor, que como prueba suprema de su amor por nosotros, entregó a la muerte a su Hijo único.

José Manuel Navarro.

Esta BUENA NOTICIA deseo transmitirla no sólo con las palabras, sino también con mi vida sencilla y callada, sin llamar la atención ni ser el protagonista. Llego con ilusión ante la nueva tarea encomendada. También con el vértigo que produce la novedad y la responsabilidad, pero confiado en que Dios no nos falta nunca con su fuerza y su gracia. Desde estas páginas aprovecho la oportunidad para agradecer, tanto a los sacerdotes como a los laicos, la buena acogida ofrecida en estos primeros días que siempre son duros y complicados. Vaya por delante mi gratitud por el afecto y las atenciones que me habéis dispensado. De ante mano os pido compresión si no consigo llegar a todos como me gustaría y un poco de paciencia en esta puesta a punto en la que deseo no equivocarme para el bien de todos. Reitero mi ofrecimiento a todos y mi abrazo fraterno a las comunidades religiosas femeninas y masculinas de la ciudad. Os dejo con un hasta luego y mi saludo afectuoso. José Manuel Navarro Pulido. Párroco de Ntra. Sra. del Carmen.


(Jn. 15, 15).

Óscar Prieto ueridos amigos de Villafranca de los Barros, es para mí un honor el poder dirigiros unas líneas llenas de cariño y amistad, pero sobre todo de agradecimiento: Agradecimiento por vuestra acogida hacia mi persona y mi familia, por vuestro cariño y amistad desinteresada pues no me conocíais de nada y me acogisteis con un cariño inmenso, probablemente más del que me esperaba, pero que me ha llenado de coraje e ilusión para trabajar con vosotros en esta tarea de animar y pastorear a la comunidad parroquial de Villafranca de los Barros. Como todos sabéis fui presentado como vicario parroquial, en la parroquia de Santa María del Valle, el día 9 de septiembre, y en la intervención que tuve os manifesté mi alegría por incorporarme a esta comunidad y mi alegría por trabajar con vosotros, que venía dispuesto a todo. También, y como no podía ser de otra manera, os expuse el problema de mi madre, que estaba enferma y que tenía que ir a diálisis, y que precisamente por eso estaba conmigo, para que le fuera más agradable el tener que ir a diálisis. Hoy y desde estas líneas mi intención es darme a conocer, para que sepáis que tenéis un nuevo sacerdote entre vosotros, pero sobre todo un amigo que os quiere y ama profundamente. Este amigo vuestro nace en León y a los cinco años se viene a Extremadura, a un pueblecito cerca de éste, Solana de los Barros. Después, a los once

años ingresa en el Seminario de Badajoz en el cual está quince años. Durante la estancia en el Seminario sus padres toman la decisión de irse a vivir a Guadalupe. Y al final de la estancia en el seminario, concretamente en el mes de julio del presente año, nuestro arzobispo le comunica su intención de mandarle como vicario parroquial a la comunidad de Santa María del Valle, en Villafranca de los Barros. Quizás no sea una historia muy elocuente, pero es mi historia y estoy muy orgulloso de poder compartirla con todos vosotros, pero lo más importante es que a partir de ahora vosotros también formáis parte de esta historia. Dios ha querido unirme a vosotros para ser instrumento suyo en sus manos, para dar a conocer a su Hijo Jesús. Y ha querido que sea aquí en Villafranca, donde comience mi tarea pastoral, para vosotros y con vosotros. "Para vosotros", desde mi sencillez y mi humildad y, por qué no, también desde mi timidez. Y "con vosotros", puesto que sin vosotros no podría yo desempeñar mi tarea pastoral. Todos juntos debemos llevar este "barco" a buen puerto. Pues con este deseo de trabajar "para vosotros" y "con vosotros", y sabiendo que siempre es mejor "dar que recibir" este amigo vuestro os desea lo mejor para este nuevo curso que comenzamos, y que todos juntos sepamos descubrir qué es lo que Dios quiere de nosotros. Con cariño. Óscar Prieto Perero. Vicario Parroquial de Santa María del Valle.


¡

ay que ver cómo pasa el tiempo! Parece mentira pero, cuando leáis este artículo, ha pasado ya casi un mes desde que me vine a Villanueva de la Serena. No os voy a repetir lo mucho que os quiero, lo mucho que me sigo acordando del pueblo, lo mucho que aprecio a la parroquia (vaya, ya se me fue la mano), pero sí os quiero contar un poco cómo está siendo la nueva realidad que estoy viviendo. Estoy en un barrio situado en la periferia de Villanueva de la Serena, calles amplias y espaciosas de casas bajas, típicas de cualquier pueblo de nuestra tierra. El templo parroquial está situado al final (o al principio, según se mire) de dos calles: Buenavista (que, según me ha contado mi admirado D. Sebastián, el párroco emérito de esta parroquia, se llama Buenavista porque antiguamente estaba tan mal asfaltada que había que tener BUENA VISTA para no tropezar) y Cruz del Río (una gran avenida con árboles repletos de hojas que no dejan ver el cielo). El templo parroquial es moderno, en forma de cruz, con el altar justo en medio, al estilo de lo marcado por el Concilio Vaticano II. ¿Y la gente? ¿Qué decir de esta gente? La gente es buena de verdad, con todas las letras, porque, en medio de la sencillez, son capaces de dar todo lo que tienen. El sentido de parroquia y la unión que hay es fruto de la labor de todos, laicos y curas, pero en especial estos últimos, de todos los curas que han pasado por aquí, empezando por D. Sebastián y terminando por Paco, que me están ayudando muchísimo para que me sienta bien desde el principio.

¿Si soy feliz? Mucho, aunque aún me queda largo camino que recorrer. Juan Fran. González Como os he dicho al principio, sigo añorando a Villafranca, y el cariño no va a desaparecer (es como la primera novia que no se olvida), porque tres años dan para mucho. Hemos compartido la vida, la fe, las alegrías, las angustias, pero, sobre todo, hemos ido creciendo teniendo siempre un ideal común: Jesús de Nazaret. Titulaba este artículo: "Tres años... y muchos más". Tres años claves en mi vida, tres años en donde me habéis ayudado a crecer y a madurar cada vez más, pero tres años que en absoluto se van a quedar ahí. La amistad sigue, el recuerdo continúa y la oración se intensifica por todos vosotros, por esa comunidad que me ha dado tanto. En la misa de bienvenida al nuevo vicario parroquial del Valle, Óscar, os dije que siempre estaréis ahí, y siempre os recordaré. Y es cierto. No hay día que pase que no deje de dar gracias a Dios por todos vosotros, por haberos conocido. Seguid trabajando en pro de la unidad en ese bendito pueblo, que nada ni nadie os arrebate el deseo de ser UNO, y ya sabéis que aquí, en esta "Puerta de la Serena" (que es como llaman a Villanueva), en la parroquia de la Santa Cruz, y siempre, encontraréis un amigo que os quiere. Juanfran. P.D. Cuidad de los curas que están con vosotros trabajando día a día porque siga viva la Iglesia en Villafranca, y, en especial, cuidad mucho a Pepe (mi "hermana de la Cruz").


Fernando Trasmonte

omo veis es verdad… Decía yo al despedirme: «me voy, pero me quedo». No, no era una contradicción. Hoy a través de la revista parroquial Encuentro mis palabras sienten el calor de tus manos y se convierten en sentimientos de afectos y agradecimientos por los años que compartí tantas cosas contigo en la experiencia de cada día: La FE en un Dios hecho amor en nuestra carne. La ESPERANZA de que Jesucristo nos reunirá para siempre en su mundo lleno de luz y color, sin lágrimas, sin dolor, sin injusticias, sin divisiones ni diferencias, en realidad un mundo maravilloso para ti y para mí, para todos. El AMOR a nivel divino, abierto el corazón infinito de Dios, a una humanidad divinizada, sin límites. La comunión en Cristo nos unió para siempre. Te doy gracias porque me diste la oportunidad de ser un instrumento del que Dios se sirvió más o menos veces para transmitirte su vida y su amor, y porque al mismo tiempo yo también experimentaba su presencia. Por todo esto y tal vez por otras muchas cosas, tú tienes mi presencia y yo la tuya. Ahora mismo los rayos de luz de tus ojos van grabando estas palabras escritas y llevándolas al ordenador de tu mente y de tu corazón,… las harás tuyas, le darás vida y una vez más compartiremos la experiencia de vivir en comunión con Cristo una misma vida. Ya ves, cuando superamos la materia, la distancia no existe, por eso me voy, y me quedo contigo. Adiós. Fernando Trasmonte Cabezas. Párroco de San Francisco de Asís en la pedanía de San Francisco de Olivenza. Capellán de la Residencia de Mayores "La Granadilla".


a Iglesia de Villafranca de los Barros comienza una nueva andadura. Es una nueva etapa porque después de los acontecimientos vividos en los últimos meses hay que marcar un antes y un después en la vida de la comunidad cristiana. Quizás tenía que pasar algo así para que las cartas estuvieran de una vez encima de la mesa. Está claro que tenemos que pasar página cuanto antes, tenemos que intentar cerrar heridas y poner rumbo al futuro sin olvidar que el presente es una pieza clave en nuestro puzzle. Aún así todos hemos aprendido la lección y lo primero será eliminar las astillas que se dedican a poner obstáculos en el camino y que aunque parece que no se ven, crean grandes heridas. Bajo la aparente tranquilidad de los últimos tiempos había una serie de actuaciones que más o menos camufladas pretendían evitar que el trabajo de toda una comunidad solapase los intereses de una minoría. Pues bien, las aguas van a volver a su cauce. Y será así porque la comunidad cristiana de Villafranca lo desea y trabajará para que así sea. Hay quien tuvo su momento y lo hizo como quiso o como pudo, ahora es tiempo de otros y será

mejor que cada cual desarrolle su papel por el bien de la comunidad entera. La Iglesia somos todos, o al menos eso es lo que nos han enseñado siempre. Aunque el ejemplo que los jóvenes de nuestra Iglesia han vivido en los últimos meses está muy lejos de lo que algunos predican a boca llena. Tal vez la cosa está en que hay que hablar menos y actuar más, porque con el ejemplo se enseña mucho más que con tanta palabrería que en un momento pierde todo su sentido. Desde luego lo más fácil es hablar, lo demás… ya es cosa de otros. El futuro nos está esperando, la vida dura lo que dura y aquello que no hagamos cada uno se quedará sin hacer porque el tiempo nos pide cosas nuevas en cada momento y de nosotros depende que la semilla crezca o se seque y muera.



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