Medicina Natural al Alcance de Todos

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Mi Doctrina Térmica, favoreciendo la tendencia curativa del organismo, activa los síntomas agudos que defienden la vida del cuerpo. En cambio, la medicina medicamentosa, confundiendo el síntoma con el mal mismo, pretende combatir éste suprimiendo su manifestación mediante tó¡.¡.icos que rebajan la energía vital y detienen la actividad defensiva del organismo. Fiebre externa, erupciones, diarreas, dolores, supuraciones, etc., en sí no SOI1 actividades peljudiciales sino revelaciones defensivas del organismo que acusan en él la existencia de materias muertas, de substancias extraí'ías al cuerpo vivo que es preciso destruir y eliminar para librarlo de su dai'lina presencia. La composición y circulación de la sangre se altera con la presencia de estas materias morbosas, causando trastornos diversos que erróneamente se clasifican como otras enfermedades. La medicina sintomática, que se practica como ciencia oficial, es al1ticientífica porque desconoce el hecho de que las reacciones naturales .d~l cuerpo lo llevan siempre a actuar en su propia defensa. ComlJatir de frente estas reacciones manifestadas en el síntoma es desarmar a la Naturaleza y obligar al organismo a convivir con sus propios enemigos:<'Así se explica que, mientras las estadísticas muestran una disminución de las muertes por afecciones agudas, los males crónicos aumenten cada día la cifra de nuestra morbilidad y mortalidad.

La fiebre gastrointestinal es la naturaleza íntima de todo proceso morboso 1Sabemos que la fiebre es uu proceso inflamatorio y congestivo de los tejidos afectados por reacción nerviosa y circulatoria. Se origina y mantiene por irritación, inflamación y congestión de las mucosas y paredes del tubo digestivo, como lo revelan el iris de los ojos y el pulso de todo enfermo. No existe enfermo sin fiebre, aunque no lo muestre el termómetro. En las crisis agudas la fiebre aparece en la superficie del cuerpo, mientras que en los males crónicos la fiebre está siempre refugiada al interior del vientre. Sólo la fiebre externa es signo de defensa orgánica y la fiebre interna denuncia incapacidad defensiva del organismo. Por esto es que siempre acompaüa al enfermo sin síntomas. La fiebre externa puede apreciarse midiendo la temperatura con un termómetro bajo el brazo, mientras que la fiebre interna sólo se constata por el pulso y la observación del iris.

7/ LA SALUD Y SUS MANIFESTACIONES

El iris de los ojos humanos revela dos aspectos al investigador: uno es la Salud constitucional que se manifiesta por el tejido compacto y color uniforme del i1$is, que es seüal de buena estructura del organismo. El otro aspecto es la Salud funcional que, aun en presencia de un iris de calidad inferior por tejido irregular de sus fibras, muestra un color limpio y uniforme en toda la extensión del tejido del iris que revela normalidad digestiva, respiratoria y eliminadora de la piel del sujeto, gracias al Equilibrio Térmico de su cuerpo. Según lo expuesto, una persona puede tener salud constitucional y desarreglo funcional, presentando su iris congestiones en la zona digestiva, alrededor de las pupilas, y deficiente circulación sanguínea en su cerebro, piel y extremidades. A la inversa, la contextura orgánica puede presentarse como de calidad inferior y existir un funciol1~miento normal del aparato digestivo, la circulación en el cerebro, y la piel gracias al Equilibrio Térmico del cuerpo. 41


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