Pájaros en la Frente

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PÁJAROSLÓ EDITORA

Pájaros en la Frente Antología de Poesía 2011 Pájaros Locos 09/12/2011

Taller literario Pájaros Locos coordinado por Romina Freschi mosquitodragona@gmail.com- www.pajarolocos.blogspot.com


Pájaros en la frente Antología de Poesía 2011 Pájaros Locos

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Pájaros en la frente- Antología de Poesía 2011- Pájaros Locos Edición a cargo de Romina Freschi – Taller de Poesía Pájaros Locos Pájaros Locos 2011- Marimé Arancet - Valentina Bonelli Violeta Cangianelli – Karina Cartaginese– Ana Claudia Díaz – Carolina García – María Gutiérrez – Alina Muszak - Juan Previgliano- María Laura Romano – Natalia Romero – Mónica Rosenblum – Alicia Saliva- Romina Freschi Crayones y Acuarelas: Luisa Pedreira Freschi Tapa y Viñetas: Eduardo Zabala Poema prólogo: Máscara de algún dios – Blanca Varela pájarosló editora mosquitodragona@gmail.com www.pajaroslocos.blogspot.com Buenos Aires, diciembre de 2011.

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Máscara de algún Dios

Todos los años

Frente a mí ese rostro lunar. Nariz de plata, pájaros en la frente.

A fin de año, todos los años aparece la inquietud de la muestra, del corte y el balance en el taller. A veces es una revista, a veces un megafestival, otras fue una performance, varias veces, como hoy, es una antología. Y sin embargo, siempre es tan nuevo, tan diferente. Aún cuando lxs poetas sigamos siendo los mismxs, cómo mostrar, qué mostrar, y sobre todo, cómo hemos trabajado es un derrotero siempre nuevo, un surco marcado a fuerza de elecciones puras, reales, por eso mismo irrepetibles. Vuela la mano, nace la linea, vibrante destino, negro destino. Por un instante la melodía es clara…dice el poema a nuestro lado, y en ese ir y volver del silencio, en el vaivén del tal vez que proponen, primero la vida, y después, la poesía, vamos fundiendo una en otra, como metales preciosos, como alientos de amor y de muerte. Tal vez, dice Blanca Varela, entre la luz y la sombra y entre la luz en la luz. A cada lado, su parte de verdad, de amor, de muerte. Cada cual verá y en ese cada cual está la Antología. Y hoy es aquí flor que es pájaro, que es montaña, vaca, nabo, viento, madrugada, brazo, padre, araña, hermana, madre,trigo, rama, mapa, volcán cumbia, refugio, santuario, reloj de arena o de sol, gesto, costa, té, caldo. A todos los pájaros, gracias por el vuelo!

¿Pájaros en la frente? Y luego hay rojo y todo lo que la tierra olvida. Humedad con poderes de fuego floreciendo tras las negras pestañas. Un rostro en la pared. Detrás del muro, más allá de toda voluntad, más lejos todavía que mirar y callar: ¿qué? ¿Siempre hay algo que romper, abolir o temer? ¿Y al otro lado? ¿Al revés? Vuela la mano, nace la línea, vibrante destino, negro destino. Por un instante la melodía es clara, parece eterna la tarde, purísima la sombra del cielo. Vuelvo otra vez. Pregunto. Tal vez ese silencio dice algo, es una inmensa letra que nos nombra y contiene en su aire profundo. Tal vez la muerte detrás de esa sonrisa sea amor, un gigantesco amor en cuyo centro ardemos. Tal vez el otro lado existe y es también la mirada y todo esto es lo otro y aquello esto y somos una forma que cambia con la luz hasta ser sólo luz, sólo sombra Blanca Varela

Romina Freschi

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Índice

Máscara de algún dios – B. Varela/Todos los años – R. Freschi………….3 Marimé Arancet ……………………………………………………………7 Valentina Bonelli...………………………………………………………...11 Violeta Cangianelli………………………………………………………..15 Karina Cartaginese………………………………………………………..19 Ana Claudia Díaz....……………………………………………………….22 Carolina García…………………………………………………………...25 María Gutiérrez……………………………………………………………28 Alina Muszak…………………………………………………………….. 31 Juan Previgliano………………………………………………………….35 María Laura Romano…………………………………………………….39 Natalia Romero…………………………………………………………..43 Mónica Rosenblum……………………………………………………….47 Alicia Saliva……………………………………………………………… 51 Romina Freschi……………………………………………………………55

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Marimé Arancet Ruda Hospitalización de emergencia Así ingresó la Paciente esta fría madrugada, en la Unidad de Cuidados Intensivos: en silencio respirando, no hizo falta conectarla a pulmón artificial, dedos con rastros de látex, algo de leche y remolacha en jugo, espuma manando por la boca quieta, como el Endriago, toneladas de tierra en el estómago, y pedazos de papel sobre los ojos pegados. Aunque carente de documentación personal, parecía ser la misma imputada por comunicación forzosa. Una vecina la trajo. Se creyó estaba en coma, sin embargo el escaneo cerebral reveló perfecta actividad incesante de ambos hemisferios, increíble labor de natura u oración. Propusieron gran variedad de acciones terapéuticas innovadoras según se detalla: 1/ Pasarle el viento Zondai por sonda hasta reabsorber toda la pena salina que obstaculiza la marcha. 2/ Diluyentes inyectables

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por vía endovenosa, líquidos que la rehidraten -tratamiento prolongadohasta volatilizar tan alta concentración. 3/ A fin de neutralizar Inanizar acudiendo al banco de donadores de nada. 4/ Inmediatamente para hacerla funcional inducirla a desarrollar consonancia con las plantas. Bien regada amorosamente a diario con base y humedad se esperaría creciera hasta la completa remoción de todas las adherencias añadidos y sobrantes que la atascan. 5/ En pro de favorecer la movilidad, rodearla: de día con caracolas circulares borrasombras, cintas rojas bordeaux fucsias y azules ondulantes y rizadas; ponerla en un arnés continuado roll adelante y atrás. Y por las noches mecerla en una hamaca vienesa, arrullarla con Vivaldi y Variaciones Goldberg. 6/ A media rehabilitación, 9


kinesioterapia y mensura espiritual combinadas, enseñarle a abrir y cerrar, a entrar y salir, todo, en fin, para que asuma el vaivén estacional. Y brindarle -fase tresuna silla topadora que aplane toda excrecencia que le impida desplazarse -se admite que hay efectos secundarios peligrosos-. 7/ Para poder caminar, finalmente, insertarle una prótesis temporaria: colocarle pesados zapatos férreos que la obliguen a aumentar fuerza preciosa de avance para apisonar terrones justo en medio del desbaste, hasta cambiar el pelaje mudar plumas y dejar, por último, los zapatos ya enterrados bien atrás. Durante la Junta Médica en un populoso nosocomio urbano, debatiendo las terapias químicas kinésicas, quirúrgicas o psi, la flamante interna desaparecióii.

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ILa

penetración de masas de aire desde el oeste y la influencia de la cordillera de los Andes originan el fenómeno regional conocido como viento Zonda. Este viento sopla reseco y caliente, colándose por todas partes y afectando a personas y cultivos al quitarles por completo la humedad. A su paso todo lo cubre de tierra, al punto de que nada se distingue visualmente. Cuando la tormenta (pl. del lat. tormentum > „tormento‟) viene tronando muy fuerte, sólo el oído y el tacto permiten diferenciar entes, superficies y vacíos. „Zonda‟ significa „cielo alto‟, de donde viene. “Desapareció”. Se ha consultado el url http://www.missingpeople.org.uk/. “Abran los ojos, porque son legión” dice el encabezado del mailing para buscarla. II

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Valentina Bonelli * Gorka Ahogada por fumar tus frustraciones Lisiada por seguirte en tus tropiezos Deforme por mirarme en tus errores Me visto en mi traje de montaña y con un triple salto mortal salgo de tu pozo engualichado Veo de lejos mi sombra que se alarga tus piecitos que se achican en mi huida hacia lo alto Desde hace tiempo empecé a hablar otro idioma Gorka te dije que me llames No entendiste. Una montaña amable tierna pero amarga Ahora buscás mi refugio pero mis cuevas blandas como las celdas de un loco se hicieron negras y frías Perdiste el camino a la salida Rompiste todas las llaves Las señales escritas en otras lenguas Yo me cansé de compartir mi fuerza Yo me cansé de explicarte las palabras.

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* Te habías empeñado en ser más sabio Para este año habías prometido plantar un árbol treparte a la copa y dormir una siesta en la rama más grande Compraste un bonsái que hoy se seca en la cocina Conociste Nueva York por Woody Allen París en un Powerpoint con Piaf volaste en aladelta por youtube Todo tu universo entraba en veinte metros cuadrados con wifi y habría sobrado espacio para un piano de cola que usarías de perchero Te miré después del ajenjo y te dije: Me siento montaña Con una carbonilla hiciste un retrato de los dos Vos eras vos Yo, una montaña giottesca de papel maché en medio del living

* Agotada de pisar mierda descalza los abandonos los amagos de la muerte sentada en mi living confianzuda tomando mis cervezas haciendo chistes malos en las fiestas familiares otra vez calzarse el uniforme de toro arremeter contra lo rojo 13


como me enseñaron aunque sólo veo en blanco y negro otra vez avanzar y caerse y levantarse bramando avanzar y caerse y levantarse bufando cuando lo que más quiero es hacer la gran Walt Disney comprar un sommier con freezer y dormir un par de años.

* Limes Dejo afuera mis gárgolas marcando tu entrada. Lamo el marco que te hace arte. Beso la cáscara que guarda tu pulpa. Juego en tus bordes, donde el goce es menos obvio y te desquicia. Dibujo en tus contornos monstruos y pesadillas. Huyo de lo visto. Voy a las orillas. Bailo. Soy la forajida que te arrastra a mi desierto Quiero que entiendas poco. Causarte un placer raro. Que moleste. Muerdo tus huecos poplíteos Lleno tus omóplatos de uñas Tus ingles esconden un idioma que yo invento. Tus labios son frontera y purgatorio. En tu lengua se posa un universo. Lo rechazo y lo desato.

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* nunca tuviste una buena relación con la resaca nunca entendiste la importancia de ese caos sereno después del otro caos camino natural hacia un orden certero nuestro yo más despreciable la borrasca deja su resaca algo puede reciclarse el olor a tierra mojada y su compost vómito que limpia migraña que esclarece de ahí algo también brota ese aroma a cosas vivas que abre los poros reconstruir en el día los restos que caen de la noche el retroceso mentiroso de las olas que dejan secuelas en la arena lo que dejó la crecida perdido en las costas tu empeño en rescatar algo de nuestra resaca el tesoro arrastrado enredado en el limo a medio camino entre el mar y la tierra podredumbre de la que puede salir algo digno malestar que cura hoy yo soy resaca

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Violeta Canggianelli Como el amor de la vida de un perro grande

(Fragmentos)

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Tercera ensoñación “A mi lado, brotó un ser, del sexo femenino, de cuatro o cinco años, el rostro redondo, oscuro, de pelo corto. Habló en un idioma que nunca había oído pero que entendí. Me pregunto si yo existía de verdad, si tenía hijas (…)” Marosa Di Giorgio

El balanceo del caramelo en mi lengua me condujo ese verano a mi ser perra negra. Mi espalda de porcelana clarita quedó desolada y virgen los años que estuve esperando algo de esos perales rosados. Como verdades de pura crueldad, esa madrugada nacieron tres aceitunas del olivo que sembré en mi balcón de bondades. Los conductos hoy huelen a lavanda fresca. Brota de mi voz el idioma brillante de las estrellas al aire libre que iluminaron mi falda. Son niñas que sueltan sus collares de hilos dorados y muestran algo de mi amor desmesurado. Como el amor de las perras a solas con sus hijas cachorras encima. Y siendo suavizadas tanto por esos ecos risueños y selectos de alguna otra perra más virgen. La eterna calaña desmedida que no sueña. El morir de perra sucede en ese instante y allí aparece la ausencia. (…) * Los cierres de niña De los cinco a los siete años me dediqué a coleccionar cierres en variados colores, tamaños y calidades, siempre en sus bolsitas con trampa de papel contrastante y con sus envoltorios cerrados que dieran cuenta de su hermetismo y calidad. Nada de cierres sueltos.

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Nada de cierres sin sus bolsitas. Todos comprados en negocios afines y guardados en cajitas con tapa. Como cualquier coleccionista, recuerdo detalles de esos momentos de tocar y guardar esos cierres y distinguir sus cualidades. Cierres verdes, marrones, rosados, juntos y atados. Ninguno abierto ni muy gastado. Contados y cerrados para ser estudiados en sus paquetes. Ninguno sacado de su sitio ni solo. Cierres marchitos. Era mi vieja que me acompañaba a comprarlos y era algo del duelo que me hacía guardarlos en esos estuches y cerrar la cajita con tantos cuidados. Veo en su cara a mi niña. Veo en la entrada de la galería a mis cierres guardados. La otra cajita que guardo es la de los viernes: azul por fuera y sin pintar por dentro. La vi cerrada, entreabierta y sin tapa pero siempre mostrando alguna sorpresa. Algo secreto e inesperado, ella me mostraba algo que todavía quedaba de mi inocencia. (…) * Mas rosas doradas me acompañan Fue la naturaleza la que me puso en este lugar en la historia. Nunca se borró de mí la voz de mi padre llorando ni me salvó la cobarde memoria de ver tanta injusticia por el túnel de la tragedia en mi casa. Supe quedarme callada en ese momento y a preguntar sólo cuando me inquietó su ausencia y el dolor de los ojos de mi madre. La ausencia de hermana nunca se me evidenció en algún gesto premeditado. Supe de la tragedia en el silencio de las noches del invierno que vino más tarde. Esa araña se suicidó en tanta bondad. La marca de su pierna quedó picando en mi aire. Yo la aplasto y la fulmino cada mañana con la palma de mi mano desnuda. La entierro y la miro morirse. Ella picó su sangre y se escondió en su líquido rosado oscuro. El pelo de su cabellera quieta se volvió más negro y sin vida. Esa picadura se ponía cada hora más oscura y arrugada y la miel de su piel se volvió su trampa. Fue una mañana en la Plaza Alemania. Ella vino de juntar las hojas para su herbario de segundo grado, ya picada. La misma araña amenazante y protectora con veneno natural y con mirada cómplice que ahora vive en mi azotea. 17


No hay mar que me devuelva a marina, no hay olas que me devuelvan a mi hermana, ni que le borren la picadura en su pierna, ni la araña pinchuda escondida que la atacó entre las hojas teñidas de ese otoño. Años dorados alegres que marcaron mi río y mi sal. Nunca se interrumpió el amor compartido de hermanas desiguales, hermanas violetas, hermanas de la naturaleza y del viento. Hermanas hermanadas viviendo en otro país, en otra laguna y en otro mar. Doradas de cada una, con su inicial bordada en la ropa, en el pan servido, en el guardapolvo blanco planchado con apresto. Mi hermana podría haberse llamado Margarita pero se llamó Marina y su presencia marina me acompañó mis primeros cinco años de vida acompañada. (…) * Mi madre yendo a París en barco “Caer en un vacío es señal del abandono de la madre” Louise Bourgeois

Cuando tenía nueve meses mis padres decidieron cruzar conmigo y mi hermana, el océano atlántico en barco: Eugenio C se llamaba el buque y tenía varias piscinas con sus solariums en la cubierta. El camarote donde dormíamos, tenía las obvias ventanas redondas que estaban cerradas y mostraban la inmensidad del agua que tiene muy lejos al mar y la costa de europa. El relato de cuando aprendí a caminar al lado del Río Sena de la mano de mi viejo, siempre me dio vergüenza de contarlo y ese verano, me hizo pensar en la posibilidad de volver a caminar por ahí, de la mano de alguien y con más agua al costado. De ese viaje, sólo puedo recordar las imágenes de las fotos que sacaba mi viejo, nuestras caras mirando vidrieras en las jugueterías decoradas de navidad y la vuelta en avión llorando. Las diapositivas de los recorridos que hacíamos los fines de semana por las ciudades pegadas a Francia son imágenes de paisajes y castillos en blanco y negro. Cuando volvimos tuve un cuarto compartido lleno de muñecas con vestidos remendados a mano con sus puntillas y cintas de encaje planchados por mi vieja que parecían recién comprados. Tuve ropa bordada a mano y una ventana llena de flores y cactus comprados

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en el jardín japonés con sus piedritas coloridas para alegrar algunas miradas. Tuve vacaciones en la montaña, en la nieve y en el mar. Las únicas vacaciones que recuerdo del mar, me encontré con la voz de mi madre distinta. La voz de una mujer que enfrenta, que asume la postura de un reloj de arena o la defensa que tienen los erizos. Algo de todo esto así de borroso, tiene un tinte color rosa clarito y cumple la función de un volcán que de noche, ilumina mi bosque. (…)

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Karina Cartaginese * Blanca azalea baila gitana en la vereda su sexo silvestre de blancos pétalos abiertos en el calor de la tarde un oasis un espejismo refleja los bailes y los jardines más deseados más besados azalea baila gitana en mi frente ya no hay rejas la tarde merienda su pecho silvestre y yo ramo despabilado me arrojo hacia ella para que me alumbre vegetal o animal entre los pliegues de su blancura azalea qué fantasías de hombre o mujer

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encierran tus capullos cuando florecen en mis ojos abiertos de blanco y flor adhieren a la piel de mis pensamientos buscan la señal excusa para arrancarme de raíz de mi maceta

* Princesa Debajo de una escalera obscena intemperie alas de mala muerte sueña al margen de los arrullos de un tren Su ángel de la guarda quedó pegado en una bolsa de plástico que hizo volar el soplido de un espíritu dañino Sin castillo un sueño herrumbrado la niña durmió sola quedó la torre sin princesa con un insomnio de ladrillo enmohecido perros de tristeza aúllan y un lenguaje fantasma habla a viva boca lo que ha vivido

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* Linda La ventana de su Paraíso linda con mi imaginación Me manda un beso y una manzana evoca al manzano que gira y marea mi copa tan cristalina su voz que la veo a través de todas las mujeres * Ella en una en muchas y en una de mis orillas Ella una anatomía de mi cuerpo un cuerpo de mi cuerpo puente donde cruzar es mirar sin los ojos cruzar cruzar entretejer destejer todos los hilos y las íes en el entre //dos pieles Al final arena que se desliza y se va como una hola que se despide en las ori//as de mis ori//as Y la frase clara que dice y repite Clara: no te vayas * Es primavera quiero sacar todo mi cuerpo por la ventanilla del tren lo voy sacando por partes lo voy pariendo para que lo arrebate el aire con el abrazo más suelto y más adherido que hay siempre que es primavera me dan ganas de estar embarazada llevar a mi niño a pasear y a balancearse

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Ana Claudia Díaz * Escasos animales miran el galope de la amapola en el viento o reconocen cuando algo está roto para siempre. Yo busco los signos faunos en la estela que se desprende de esa certeza. * Se entreabre el paisaje caído entre las hojas bajo el amaranto color de las luces del tránsito viajo en ese herbario me desprendo de la calamidad polvorienta de las cosas centelleos verdes me revuelan me enredo en la hierba que se vuelve puerto de aves. * Niños vistiéndose Color uva el paladar del mar su playa teñida la espuma de las olas dispersó nuestras esporas por todos lados. La bruma. Brizna. Rompimos los hábitos de los perros de la madrugada. Frágiles esquirlas desprendidas de la arena construyeron mi alma esta vez. Los tamariscos parecían mandrágoras esmaltadas o un pilar de /agujas. No sé. El velo. El roce previo. Aprender a espiar desde dónde es que cuelga la lluvia en invierno. Mojado el cielo, en mi garganta la arena raspa y raspa para esconder todas esas idas y venidas y vueltas y ya no hablar /más. 23


Fabricantes arrancaron del hueco las espigas y las varas que /quedaban. Dejaron solo calma casi que estaba por caérsele a los pies de pronto todo era un almacabra. Una bóveda. Pasaban moros con una estrella en la frente. Trigo. Éramos como niños. Habíamos estado vistiéndonos. Antes de que el océano largara los cangrejos a las hierbas de las /dunas. A la raíz con la luz violeta podía verse el camino sembrado con migas de /nueces me eché a andar de espaldas gregaria de acá para allá descubrí que en la aldea del tiempo el viento baraja una población de diez mil huellas nuestras o más. Una manada. Allá va lo que es lejos ¿Hay alguien perdido para confesar o /prevenir la desventaja? Aun no sé si se fue o si vino. Hay que desfogar la ira y la demasía, cuando se teme llenarse /de frutas acomodar en la pared de arena el papel tapiz con la imagen /del tren de fondo cubrir el piso de flores y ahí somos solo como dos manchas que se van con el limón o con el sol de la mañana por un cuenco de sal que es solo para irse.

* De triángulos está hecho el mundo. Coloridos. Convulsiono en la colectiva muestra que tiene como virtud, unir los lazos. El sendero. El inconsciente que amaina, lo irregular. Como dos ruedas que trasmiten mientras giran. Un holograma. La cadencia. Eslabones enlazados entre sí que se funden y hacen una superficie de corcho para flotar. Manos agarradas en la danza. Para liberarse de los cables, de las ataduras. De una misma médula. Opresión que permanece sola, dentro de un pozo, una torre o un armazón. Estábamos resguardados en la dársena del río. Desde ahí, surgir. Subir. Signo rodado. Pez luna. Círculo abanico. Cada vez, es nuestra vez. En lo próspero y en lo adverso siempre está el viento del sur que se hace estampar en alguna parte del cuerpo. La cordillera: el 24


cisne blanco en su lomo. Libre. La voz es un molino de papel. Ando con ella y mi grito se llena de pliegues, de delgados hilos de lana que lo atraviesan, de cuerdas. Los demás, también están asidos de la mano, dando vueltas en la misma fiesta. Yo intento seguir mi curso, caminar los ríos, los planetas. O rodarlos. Avanzar hacia él. Caminito que calma mi ansia. Poblado de calas acuáticas, de arándanos, de frutos con hojas cilíndricas. Casi al final, una multitud de florcitas de color azul oscuro. Esto, no corresponde a la idea que me había formado de vos o que te habías hecho de mí. En el suelo se juntan nuestros pies y las huellas sucesivamente, como un vuelo de aves. O el nadar conjunto de las ballenas francas. ¿Cuántos eneros arrojados? Al enterarse que la claridad del día se gobierna en el andar. Ahora sé, que a él lo agobian las penas, los años pasados, las sábanas y la imagen líquida del diluvio. Mi silueta. De tanto en tanto, la trama se va haciendo de lava. Yo quería asignarte solo la palabra pasamontañas. Hacerme cargo de eso. Llegué, me rindo. Encorvo el cuerpo hacia la tierra para aliviar la noche del tiempo en que aún falta el resplandor del horizonte, su armonía. Una tribuna de oradores del pueblo juzga mi cesar, remoto e impreciso. Me mareo. De barro esta hecho el frío. El fin. Empecé a coleccionar diademas. A rodearlo todo con la sombra de la arista de mi vestido hecho de seda. Mis dilemas. La continuidad orgánica. Mi turno de llevar las plumas del pavo real. O convertirme en calabaza. O también, puedo dejarlo todo atrás y ser una pequeña niña hornera.

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Carolina García * La extraña posa su peso un instante como el pétalo que tiembla duda cae luego sustenta todo

sostén las ramas que vivas o muertas aluden una y otra vez al origen una niña que dio a luz a otra niña que da luz y así nuestro árbol de niñas crece aunque acaso desprenda o se arranque una se desgaje en el intento se vuelva foránea anhelar la lenta raíz de la caída nos salva. Seamos ese lince que insiste. Veamos

* Madreselva calma padre! Por todo lo que crece fuera del alcance de tu voz

A mi papá: Algo hay que hacer con el vacío o con todo siempre? te voy te fugo te abismo y quedo con mi mitad huérfana mi media medida de lente lenta tu muerte veinte vueltas ha dado el mundo y yo con él veinte cíclopes miopes de tanto cielo así recibo el blanco y blasfemo 26


ira que venga la alojo en jaulas arrojo y me jacto de pájaro audaz te destierro te decanto y canto lo que despabila mi jardín madeja el pacto como el hilito un guante herido a medio hacer me dejás y repueblo saco del lodo la luna la devuelvo entera yo creciente ya en un cariz acuoso despliego el espacio abierto los cálamos libres para emplumarme y desenlutarme de una vez

* El norte ha quedado atrás, pequeño y decidido en su rastro, como el pasado que acumula y cuelga los objetos en desuso que incesantemente rememoran la muerte. Esos extravíos que adrede van haciendo lugar a lo nuevo, ínfimo hueco donde cabe un abrazo de pájaros, un silencio de bocas rojas que nos dice: Ha habido un cruce híbrido entre el olvido y el cielo.

A un lado se ovilla oblicuo sol amo y desarmo la casa rieles en u sucumben aún el eco de la estampida ¿Siguen recluidas las muñecas? ¿Qué hueco las despabila? ostentación de estambres

no da lo mismo altivas cavidades insaciables cubrir el propio vacío verdes o violetas prendidas las cabezas no de llanto es temprano el mundo matinal, fallido y fálico

La niña no habló prefirió desconocer saberse saborear en el silencio 27


piedra libre! pido! (dedos en cruz) quiso ser rama y así dar nombre al árbol que tarareó. Que ya no tema me decís. ¿Cómo? Si el miedo siempre es más veloz y nos alcanza, se desata de los hilos que lo amarran, se hace presente. ¿Acaso habrá que apaciguar el metálico roce que infunde su voz? Tal vez simplemente abandonarla. “Pero los miedos, las ilusiones infantiles no tienen evolución ni progreso, son hálitos que sostienen la vida, pequeños círculos de aire que nos rodean como una órbita de la que no se puede salir porque no hay nada fuera de ella, el vacío...” Claudia Masín

Creí que la penumbra de tu abrazo calmaría el miedo a las olas, sin embargo hallé la embocadura de todas las aguas gélidas del mundo. Sigo siendo la niña que busca en los azules pliegues de la casa, que las miserias se guarden ajenas y propias en un saquito de tela, y recuperar lo perdido en el doblez de la nube contra la nube. Madre de todos los gestos, deseo que digas: la tormenta pasará y remediar, volver a nombrarme en el medio del miedo entre el rayo y el agua de un cielo borrascoso de tu voz aprendí a contar: cuánto demora el relámpago hasta encontrar su sonido que la calma está en la diferencia, en ese breve lapso de tiempo sólo unos segundos en que se gesta el amor y así he construido un terraplén un redondel un ventiluz.

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María Gutierrez * selvática la esencia volar por los aires se siente, múltiples horas sin rumbo, sin lugar aterrizamos en la grandilocuencia cintas y más cintas transportan cuerpos materiales, ilusiones inmateriales las flores resplandecían los tulipanes saludaban a la velocidad de las autopistas unían un otro no lugar inmenso como los seis millones que lo transitan cada día sonoridades, colores, verdes diversos pájaros haciendo sonar su voz faisanes a la orilla del lago patos con picos se bañan y juegan en aguas estancadas mosquitos, inseparables del deseo de chupar sangre humana exhuberancia el otro lado del planeta despierta incógnitas. * Gótica miro el mapa recorro con el dedo hasta un punto el azar me detiene ¿ dónde estoy? ¿en qué ciudad?

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es mi ciudad invisible e invisibilizada la recorro, la imagino la transito lentamente hasta perderme ese mapa, ese espejo cartografía de mis ausencias de caminos, confusos mal trazados me interno por las callejuelas se transforman en laberintos, no hay papel cuadriculado que pueda marcar milimétricamente ese espacio el intento de transitar por lo imaginario de la Plaza del Rey encerrada entre cuatro paredes góticas iluminada en cada recoveco sonidos y voces, tenues por momentos atronadoras me pierdo en la coreografía de los cuerpos que se arman y desarman a veces van otras vienen y yo me pierdo ¿dónde estoy? agarro el mapa, la ciudad fotografiada en papel no es mi ciudad divago leo carteles, miro a los costados obscuros, escucho idiomas rostros, voces, miradas y yo descendiendo a un lugar, que por un túnel me transporta, incesantemente, a algo parecido a mí

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* espada y escalones Siracusa la Atenas del mediterráneo tiranos, bárbaros, griegos, romanos, árabes papiros egipcios, bahía azulada el Etna mirando con clavada omnipresencia cada tanto escupiendo fuego y Siracusa allí, con Píndaro y Esquilo recorriendo sus calles resquicio de la totalidad poética del ser y la naturaleza Podría ser de otro modo en Siracusa? el miedo a la lava casi evita el encuentro Platón esclavo en sus correrías y la espada de Damócles inventada por el miedo el más puro miedo que despierta el Etna furioso cómo no transitar entre Taormina y Siracusa sin perder el /aliento el alma se queda sin palabras la emoción sin amor la belleza es de esta vida que lleva a subir miles de escalones, y cuerpo y vida se /confunden con la nada el ir y venir el Río de la Plata con la canoa golpeando el agua refresca, recuerda, me lleva, te lleva, nos lleva.

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Alina Muszak * La novia cumbia sacudo la vértebra excitada de hielo blanco nariz gorda el hombre adorado resbala su azul azulado deviene un cosmos algo chiquito inmensa vibración del hueso venera el músculo busca arena la claridad es una sensación un glaciar y esfuma su trayecto erosiona la mirada del prisma cuerpo agua sólida se mira la sangre baila en el espejo ocre remanso frágil su deshielo en el estímulo me abro me inspiro prima el aire en lo pequeño el pulmón contrae blando el tórax presiento que el hielo esponjoso dejará su huella en el reflejo en el hueco de la luna que admiré mientras soñaba el mar era un tigre correntoso yo nadaba fuerte lejos el animal urgente penetraba miedo blanco cuando el algo parpadea y me dejo gritar los médanos el pasto 32


morder el tilo del verano invierno glóbulos de aire seco el corazón a golpecitos se sostiene brilla elegante su línea delgada y roja lleva el azar de viento lobo curva cuando amanece pulverizando el ocre de la lluvia del ojo del pómulo que brota sale la leche con lluvia finita y tibia haciendo ondas desnuda mi pelo lista mirando nubes irse natural para ir cantando mi cumbia carne anémica para apretarme la mancha el pie los extremos la realidad o las dos cosas ahora ondula el alma del cuerpo esencial lengua hematíes sin fiebre la piel suelta como durazno la semilla lo nuevo la pandemia membrana de lo que soy cuando suena suspendido el goce abismo imponente inmensa el movimiento la serie de las cosas de cierta relación la proteína el eslabón primario la materia viva enzimas 33


hormonas anticuerpos fluye la boca desea amor si todo fluyera en partecitas con murallas y otras fortificaciones ¿fluirá el hilo de la voz? brilla el órgano desnuda vitamina suave glándula de noche el hombre copula queriendo acontecer ahora ausente galáctico paralelo al don de los barcos naufragio olas propias carbono interior la molécula intemperie blanca sana la pulsión narciso se adorna arando la tierra de mí dejando la tempestad mi espalda vertical lunar del cuerpo espejo que fue temporada del vacío amplio solo estelar propio

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* Hay que sublevar el aire con estilo con lo propio es bueno exponerse alinear la piel fuera del consumo cerca del coraz贸n con los ojos ver las defensas soltar el pelo el sentido es la cuerda para llegar

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Juan Previgliano * Ni parques ni jardines retribuya, retribuya súbase al caballo coseche su siembra anticipe el desarrollo de la farsa así es como todo se encarrila: meses de penas temporadas de amor empareje los beneficios coseche su siembra nadie sabe dónde se esconde la poesía sin personas no se la busca no es una virtud esotérica el alma rimbombante de acá para allá

* Refugios Parece que todos se burlan de mí me refugio en la casa de mis abuelos está vacía murieron hace tiempo pero el fervor me acobija pongo cebos para la rata caliento mi cuerpo con una estufa eléctrica pongo la radio nacional clásica

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recuerdo el cuerpo largo de mi abuelo sus orejas grandes los comentarios de los budistas en Asia repetían Long Life, Long Life mientras le golpeaban los lóbulos con el dedo índice la cama del escritorio en la que dormía cuando los visitaba rebosa de papeles la despejo, la preparo solamente con una frazada vieja pero abrigada con dibujos grises de tigres en la selva la tranquilidad del piso de madera del empapelado de ramas de verdes pastel, de beige y de calma pero en mi cabeza no puedo evadir la invasión los dichos del tumulto busco a mi abuelo en un retrato de Alvear en una colección amarilla del National Geographic en su oficina de exportación de té en el té en sus remotos viajes a Rusia la intoxicación desaparece mi condición habitual no funciona lóbrego en mi paz, tengo que esforzarme para buscar el refugio para pautar una tregua con el pensamiento para abrigarlo y susurrarle: no tengas miedo de los terremotos son llamas que no te tocan no creas nada de lo que dicen no creas en dios 37


no creas en la casa paterna no creas en los triunfadores hay en la palabra un efecto calmante hay en la palabra un efecto tranquilizador.

* Una tregua con las vacas No sé cómo las desprecié son gordas y suaves pastorean todo el día guardan secretos en los tréboles deglutidos en sus circunferencias colosales son el futuro amo cada parte del cosmos y las amo a ellas.

* Informe sobre la flora de mi patio Es primavera y el cactus (cada brazo del cactus) tiene un pequeño brote verde, son sus hijos, hijos de los hijos del cactus como nació. La albahaca sigue creciendo demasiado para arriba. Ceci aventuró por teléfono que le falta sol, pero está en la zona más iluminada. Las flores violetas de la prímula se murieron, pero la planta sigue viva: similar a una lechuga. Parece que el jazmín bonsai va a dar dos flores. No voy a estar seguro hasta que no las vea.

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* La riña descalza dame, dame dame morir dame dame descanso dicha, dicha está la duda tu palabra no un cántaro de plañidos ni la exactitud descarada toneladas de besos alucinaciones distantes pausas: no respiros toneladas de besos dicha, dicha está la duda trina, trina ya la duda y su palabra bruma, bruma la elegida prepara dicha dicha está la riña descalza

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María Laura Romano * Juliete Que la vi vi a una chica, Juliete, realizar meticulosamente “un” drenaje no sé de qué algunos decían que de yo misma pero yo no lo creo el mismo yo nunca existió ¿cuántas veces repitieron los poetas yo es otro? (También oí el aullido de su madre y les juro que no fue cosa humana, más bien parecía de pájaro) Sí, vi a Juliete la vi balanceándose rítmicamente algunos decían que tenía rocking pero yo no lo creo yo la vi rockeando abrazada por otros quería mosh en un lugar caluroso con todos los cuerpos pegados, calientes y brillantes. Transpirada bailaba, saltaba en cuero revoleaba remeras hacía círculos en el aire sacudía sus brazos flacos. Pero algunos también decían que Juliete aleteaba y eso sí que lo vi un poco bailaba bamboleando los brazos como buscando a su madre quería sacar sus alas plagiarle el aullido

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volverse ella misma pájaro. Juliete no quería los brazos quería que le salieran alas. Juliete había visto algo así: una vez en un cotolengo del sur vio a una chica con la espalda crecida de brazos.

* AMOR Me gusta el amor al perro del señor del quiosco un amor que soporta la ausencia que no pide nada el quiosquero se sienta a tomar mate en la vereda el perro se queda en la esquina tirado, adormecido su presencia es lejana se asegura con la mirada como cuando sacamos una foto el visor en el ojo un reflejo de luz que no encandila los cuerpos amarillos de sol claro el clic de la cámara que guarda un rostro, un mar, las montañas. Al perro le falta una pierna fue tullido en una guerra una guerra sin personas que no se disfraza de leyes fue lo real de huesos rotos, solo tierra. El quiosquero tiene una hija de rasgos hermosos que a veces le da golpecitos en la panza le advierte que no coma tanto el colesterol, papá, le dice. 41


Hay dos fotos gigantes del perro en el quiosco, en vez de una publicidad de cigarrillos hay fotos del perro. De la madre de la chica no hay nada era hermosa y se murió punto, se murió. * Aprovechar los sentires Entender cierta dureza como si hubiera que escalar una montaña enorme escarpada empinada y exhausta. El alcohol y los perfumes son dos formas fluidas complotadas contra el odio de lo sólido, son la conjura de los encantos de las mujeres hechiceras brujas capaces de frenar con el movimiento de los muslos la peor de las matanzas. Lo líquido que se mezcla con lo durísimo de la piedra, el libro y la caminata de la cucaracha. Se mezcla con un militarismo extremo que se hizo carne íntima la rigidez que conduce una vida: levantarse acostarse y en el medio el trabajo dignifica.

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* Té rosa Tomo té a sorbitos en tazas de porcelana lila con flores verdes. La taza más el plato y el color hermoso del té son mi manera de ablandar las cosas. Algún día voy a ser borracha y tomar whisky en vasos decorados por mí.

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Natalia Romero * Norte La vicuña llama sueño que tengo los ojos pegados con la sal. Todavía en los pies algunos granitos de arena alguna porción de la tierra que más queda en la planta del pie /rozando. Boca abajo al suelo de cabeza miraba la playa dada vuelta. Con boca de niño. Crece la sal hasta ser cumbre. Somos norte. Adentro de la chala del choclo la chala del alma aplasta. Vuelan las cáscaras del aire. Sobre las piedras nacen montañas. La orilla bajita sobre el monte. El mar calla bajo la luna. Tengo los ojos mirando el foco justo. Me parezco tanto a vos. * Creencia Digamos que sí, que sí. Si te pregunto quién soy. ¿Podrías responder? La luz del destello es muda ¿Y qué hay de mí cuando te percibo por primera vez? ¿Cuándo es que nazco? Soy lo que hacen de mí. Te miré a los ojos y bajé la mirada, casi como si fuera a decir otro nombre. Una península de agua aclara un relámpago como un rayo. 44


* Me miro las plantas de los pies, están floreciendo La ola sobre nosotros. Claro. Irrumpe el viento abre la ventana me vuela todas mis /manos. Flotan. Miro a Adela y está sentada sobre mí. Salgo al patio el hijo señala el suelo. Ahí está. Se yergue el cielo se levantan los tallos del río. * Tener razón De los tiempos del retorno nadie sabe Ni nadie puede decirnos. dónde tomar del mejor sol. Dónde pararnos para saludar al cielo. El tiempo como un pájaro como el saquito de té escurriendo tecito dulce. Como el hijo que vendrá. Frunzo mi cuerpo para que no se me escape. Buscando el fondo del aljibe encuentro mi propia piel. * El tope vuelto acantilado En esa escama del río. Entre el revés de tu sombra y el espacio del cuerpo tibio, Habita la lumbre el deseo aguerrido. Como el sapo bajo el cielo quieto. La presencia posible. Después de la rotura de la especie 45


las campanas empotran al sol. Casi como si pudiera dejar el cuerpo en flote. Crucifica la luna la hora exacta. Se duerme en pliego de plegaria. Del cardumen de flores corre el polen dejando polvo. La luna se acerca hasta dar cuenta de sus poros ocre violentos. Salido el tope vuelto acantilado remado casi pulcro. De lavas surgentes de marinas pieles bordadas. Sobre la cima el agua habla. Dice todo lo que diremos. * No hay prudencia Hay el azar. Somos el punto alto del alta mar, La estrella polar de la noche. Lo álgido del mundo. Como vino rojo bañándonos las pieles celestes. * Cuerpos celestes Esa cascada en medio de la montaña se abre queda izada. Como pino alto se elevan tus brazos a través del agua. Es la hora de la siembra salís a la tierra con los pies descalzos. Surge la ninfa como sapo de estanque. Sale fuego del punto enérgico tuyo mío.

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No puedo pisar el suelo con la planta del pie entera. Fuerte la ola irrumpe corta despacito nuestras pieles. Suena el canto de los grillos. Saltan bajo la luna de planta grande la luna de plata redonda. Me toca tu mano. Despierto. Habremos logrado alcanzar la punta del cometa. En el espacio como anillos de planeta tu boca es ancha como una serpiente que devora. Del fondo del río brotarán tus voces que aún no oigo. Un león de garras finas punza el suelo. Me amarro a la tierra. Cabalgo. Como quien escarba, por la borda del río. Se le hace un hueco al agua.

* Descamación De mí caían todas mis pieles. De la mano tu cuerpo es como real. De tu mano tu cuerpo es de agua. Las olas del río traen cada vez más peces al sol.

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Mónica Rosenblum * a mayor comparsa, mayor corso ¿soy una hebra, un punto una partícula dorsal? ¿soy la faz de lo que no dije? ¿de lo que otros, ellos, no dijeron no alcanzaron? tejiendo se soltó un punto ¿soy yo? tanto destejer para insertarlo para insertarme en qué en cuál faz cuál dorso en pertenencia a qué a mayor faz, mayor dorso soy la faz de lo que no dije (biendije ni maldije) y acá estoy afásica desfásica adosada endosada sin adobo el dorso medio doblado anverso inverso a lo que grita a mayor faz, mayor dorso tan menor tan mini dorso corrigiendo la dorsal como si se pudiera creyendo acomodar una vértebra cada tanto y a veces reptando en el dorso del cuello digno 48


-mentón a noventa gradosreptil sudoroso esquivando los mismos hoyos holes, agujeros sacando un pedacito de faz cada tanto para barajar y dar de nuevo bajar lo viejo a mayor faz, mayor dorso a este hay que bajarlo decía una nota manuscrita de hace treinta y tantos años y yo la vi así decía la nota y bajaron casi todos y yo barajé y di de nuevo de nuevo otra vez con lo viejo sí, di ahí donde se guardan las agujas que por algo no terminan de oxidarse reptando siempre añorando vaya uno a saber qué dorso qué corso pobre huerfanito de carnaval se fue con la comparsa a otra parte con su nónónónó con su mudez a otra parte a ser qué parte de qué proyecto de corso a mayor faz, mayor dorso la faz es una cool búsqueda y -ya se sabe(voz pasiva con “se”, alerta rojo alertar ojo) el dorso -un dorso observado cebadoes lodo resbaladizo 49


perro que busca su cola peregrino nabo que caminó las jadeantísimas millas en círculo casi casi sin saber -pero casique estaba en el mismo locus céntrico concéntrico bien concentrado en agrandar su faz y su dorso y al final, pobre nabo peregrino estaba el muy pretencioso en el mismo infimilímbico particularísimo punto del que -oh casualidad que no existe entonces, oh causalidadhabía partido a mayor faz, mayor dorso después de todo tú eres la única muralla si no te saltas, nunca darás un solo paso eso, eso le pasó al peregrino nabo no se saltó y encima creyó que sí creyó haberlo hecho haber saltado convencido de su valentía orgulloso de su valor a mayor faz, mayor dorso oh pobre peregrino centrifugado fugándose de su centro fundó otro centro una fundación de los ídems a él con todo y miembros además a mayor faz, mayor dorso gestoteca le puso para consultar gestos adecuados para diferentes ocasiones cualquier gesto dejado en el tintero 

Luis Alberto Spinetta 50


en la punta de la lengua en la yema de los dedos en el suspiro de un deseo o en el resoplido de un deber a mayor faz, mayor dorso cualquier gesto con potencial suficiente para cambiar cualquier historia y cualquier Historia gestos no concretados y también por concretar a mayor faz, mayor dorso para que los miembros digan ah, mirá vos para que piensen ah, si yo hubiera o para que admitan no sé cómo saltarme ni cómo voy a saber si me salté para que digan tampoco sé los pasos que di no los medí no sé qué me di y qué debo medir o darme a mayor faz, mayor dorso tampoco sé si estoy desenfundado o fundado todavía o ya tantos fondos tengo fondos sin fondos fundirme querría tal vez fundando a mayor faz, mayor dorso

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Alicia Saliva * La hora errada del reloj de sol … trazó camino en el mar y vereda en aguas impetuosas Is 43, 15-16

I solensombra lumbre olvidadiza no diste la hora esperada fallos, desaciertos milimétricos o + monumentales errores o /no temas, temporales ¿clavan su aguja en la eternidad? una gota sí parece que cae el sol del reloj descuidó el avance de su frío hierro se aferró a una hora de otro tiempo donde la vida era dulce y cálida /PERO (no temas, temporales)

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II unas manos viejas y buenas murmuraron: manden agujas nuevas de puntas redondeadas para alcanzar lo magullado tocarlo al menos, rodearlo palpar despacio tanta superficie morada lo purpúreo no lo quiten es lo único no alterado el error bienvenido si derrama coágulos como saltos en cascada pongan debajo blancas toallas que no se pierda ni una gota son fracturas de caleidoscopio un pedazo roto y otro al lado giro, sólo hace falta un giro y se encajan para mostrarte todos los colores, sanados III la sangre y los colores en la sangre los colores en el desierto que comienza /verás alguien trazará veredas

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* Como en un antiguo ungimiento -¡Loca! como lobos devorando pieles blancas de corderos alma ágil de cierva enamorada reptando por tablas quemadas para avivar un fuego que se te apaga -sí, loca me decían que no aclararía y yo esperaba lo que la muerte no puede deshacer enredada en mis cabellos de extraña belleza hundidos y negros como tengo los ojos que viven de noche  yo, mortecina luz que apenas hace visible las cosas enrareciendo el aire cuando todo va bien en el lecho pero siento el alma inconclusa alterada por el frío y el pago que me hiela la sangre buena, que era buena como cuidada en vaso de alabastro y espera volver a serlo cuando llegue a la costa hoy, busco desquiciada  entre los mantos 54


un ser igual a mí el día en que nos hicieron que tema un mar sin costas que no dimensione lo que cuesta el más caro perfume y al darlo le sobre anhelo todavía  que vea y quiera limpiar de bruma los pies del mundo ahora llego con mi figura casi cadáver al hombre que se deja ungir en sagrada ceremonia que nadie ve recitamos algo en silencio olorosa el agua pesa en el aire él se va lejos pero no tarda en volver con el alba llena la costa de marejada  y ya no me parecen oscuros mis cabellos ni las lágrimas donde los lavo yo, ciega de sol en esta playa

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Romina Freschi :^+[]Caldo Este caldo es. No hay otra cosa. Este caldo así, esta receta, este aroma, estas proporciones algo picantes por momentos -ése es el costo del calor que se anida, egoísta, en el pecho- y hace latir a buen ritmoen popaCamino por la calle siempre iluminada por el sol o las luces del mundo humano -calesita venida a menosy en mi interior siempre estoy llorando o peleando o extrañando a alguien alejándome de este entorno que consumo como todos a mi alrededor aquí en la misma fiesta alegres y rasposos como yo asistiendo a las breves mejoras o al vencimiento inclaudicable de todo, todo, sin remisión, apenas contenido por esta dura placenta en la que cada cual da su pelea y su mejor cara de niño al juguete del mundo y su civilizada alienación En este caldo te veo ahí morís mil veces y algo empieza a nacer

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se cría solo como la alegría no se cultiva apenas lo pruebo, lo reconozco claro, calórico, palpitante papada suave y calurosa donde escondo la cara y que acaricio con devoción Ah qué plancton luminoso… No hay tenaza que me apriete "eso" solo esta humedad se produce fábrica de viento y lagos microscópicos halos del hábito Detrás de esta grasa el pasado vive con vos, futuro no hay futuro que lo pueda quebrar hilo luminoso de oro sos mi tesoro, persiste

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