Voz

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LABORAL

Febrero 29 de 2012

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Puerto Wilches

TENSO CONFLICTO en el sector palmero La semana pasada los trabajadores volvieron a paralizar dos empresas. Fedepalma defiende las cooperativas como modelo legítimo de contratación y los trabajadores aseguran que no descansarán hasta que las desmonten

AGENCIA

DE

INFORMACIÓN LABORAL, ENS

E

l conflicto que desde el año pasado agita el ambiente laboral en la zona palmicultora de Puerto Wilches -el “desierto verde” del Magdalena Medio santandereano, como también podría llamarse-, está todavía lejos de resolverse, y las tensiones obrero-patronales siguen al orden del día, ásperas como papel de lija; al punto que esta semana, durante tres días, los cooperados (como se llaman a sí mismos los trabajadores afiliados a las cooperativas de trabajo asociado) volvieron a parar actividades en Las Brisas y Bucarelia, dos de las empresas más grandes. El conflicto está en este punto porque el empresariado palmero, agremiado en Fedepalma, se mantiene firme en la defensa de las cooperativas como modelo legítimode contratación; modelo que desde el 2001 ha sido el preferido de este gremio, y el mismo que los cooperados, apoyados por el movimiento sindical, llevan años denunciando por considerarlo una forma de maltrato y explotación laboral. La óptica de los empresarios Los empresarios agremiados en Fedepalma, afirman que su gremio es uno de los que más ha contribuido a la formalización del empleo en el campo colombiano, y que sus trabajadores, así sean cooperados, tienen mejores ingresos que el resto de trabajadores agrarios de la región (algo así como que en tierra de ciegos el tuerto es rey). Y dicen que es así, gracias al exitoso esquema de las cooperativas, y para probarlo citan un reciente estudio elaborado por Fedesarrollo sobre Caracterización del Empleo en el Sector Palmicultor Colombiano, que no puede ser más encomiable. Otro argumento es que las labores de siembra, mantenimiento y cosecha de la palma, que son las que realizan los cooperados, no son misionales sino complementarias, porque la única labor misional de las empresas es la producción de aceite, por tanto solo les obliga contratar directamente a los operarios de las fábricas de aceite, no a los del campo; argumento que los cooperados rechazan por

“chimbo”, para decirlo en el argot santandereano, porque sería aceptar que el corozo de la palma que ellos cultivan y cosechan nada tiene que ver con el aceite que de él se extrae. Además, tampoco es cierto que todos los operarios de las fábricas tienen vínculo laboral directo. En la de Brisas hay apenas 12 vinculados, el resto, unos 60, están por bolsas de empleo, que fue una de las razones de la millonaria multa que el Ministerio le impuso. En suma, Fedepalma defiende su derecho a utilizar el esquema de las cooperativas, y eso lo ha dejado claro en un documento que publicó recientemente, firmado por su presidente ejecutivo, Jens Mesa Dishington; y también en la carta que este le envió al Ministro de Trabajo el 7 de febrero, en la que critica abiertamente al Gobierno por la sanción aplicada a Las Brisas, y en general por su política frente a las cooperativas. Además califica la política del Gobierno como la del “garrote y la zanahoria”, siendo el garrote la sanción y la zanahoria la invitación del Ministerio a contratar directamente a todo el personal que hoy trabaja por cooperativas, en cuyo caso la sanción se reduce o se conmuta totalmente en un plazo de cinco años. De ahí que lo consideren una especie de extorsión: “Difícil no ver en la actuación del Ministro una nueva forma de presión, que dista de lo planteado sobre buen gobierno del Presidente de la República. Algún observador desprevenido podría tachar incluso de extorsión oficial hacia los empresarios”, se lee en el comunicado. Solicita que el Gobierno conforme un equipo de trabajo a través del Consejo Gremial Nacional, Confecoop, Ascoop, con el fin de “ratificar con claridad los alcances del régimen de contratación aplicable… así como la implementación de una posible reforma laboral integral, dentro de un marco de gradualidad y estabilidad jurídica”. La óptica de los trabajadores “Antes estábamos dormidos, pero ya despertamos, y vamos a seguir despiertos hasta que se desmonten las cooperativas”, es la frase con la que Sergio Espitia, uno de los entrevistados por esta Agencia, resume la visión del conflicto desde el punto de vista de los

El sector palmero ha crecido en los últimos años en el país y gran parte de sus utilidades las obtiene de los muy bajos costos laborales.

Los trabajadores solo piden ser contratados directamente, respaldados por una petición gubernamental.

trabajadores; una frase dicha además desde el sentimiento que le produce el haber sido uno de los 3 mil cooperados que padeció el paro de 49 días entre octubre y noviembre, el más largo en los 40 años que lleva la palmicultura en la región. Paro que recuerda el otro que hicieron en el 2008 (por la misma época del paro de los corteros de caña en el Valle del Cauca), cuando, armados solamente de su desesperación y su rabia, los cooperados pararon tres semanas para reclamar lo mismo: el desmonte de las cooperativas, pero sin conseguir nada, ni siquiera que el Gobierno los escuchara. Hoy el asunto es a otro precio, porque el escenario jurídico y la correlación de fuerzas en la zona palmera ha cambiado, tanto que se puede decir que la movilización de los cooperados está amparada por la ley, por el Decreto 2025, vigente desde junio de 2011, el cual prohíbe a las empresas contratar labores misionales por medio de cooperativas y demás formas de subcontratación. Solo que su paciencia se les está agotando, pues han pasado ya tres meses y las cooperativas nada que se acaban. Los empresarios se amparan en que van a esperar que surta efecto la apelación de las sanciones que el Gobierno ha aplicado,

para ver qué camino toman. Pero los cooperados insisten en que si en mayo de este año no se han desmontado las cooperativas, volverán al paro. En realidad el número de cooperativas se ha reducido en la región. Es el caso de Bucarelia, que antes tenía 10 a su servicio, y ahora solo tiene cuatro. Además las empresas están optando por reemplazarlas, en parte, por agencias de empleo temporal, como una forma de hacerle el esquince al Decreto 2025. Es el caso de Gente Útil, bolsa de empleo al servicio de Las Brisas. Existe sí el temor entre los cooperados que participaron de la protesta (y fue otro de los motivos del paro de esta semana), de que las empresas aprovechen estos recambios para no contratarlos. Se mencionan, como casos de acoso y persecución, los de Miguel Mesa Larios, Welfran Herrera Salcedo y Jairo José Ardila, despedidos de la finca Costa Rica. Como también ha habido cooperados que se han debido ir de la zona por amenazas. Otro punto importante es que no hay unanimidad de los cooperados frente a la protesta. Hay un sector minoritario que defiende las cooperativas, alentado por los gerentes de estas, e incluso ha hecho mítines contra el otro bando.


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