Antología de cuentos 5°

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AMARILLO Hace 15 años, dos chicos, Daniel y Darío, habían creado una máquina del tiempo que, al apretar un botón AMARILLO, la máquina del tiempo se volvía AMARILLA y se teletransportaba. Daniel y Darío se teletrasportaron a la época egipcia. Los chicos al llegar se encontraron un faraón AMARILLO. Les ofrecieron oro y limones. Los aceptaron, porque estaban hambrientos, y para arreglar la máquina del tiempo. Darío se puso a investigar por tierra, mientras Daniel arreglaba la máquina del tiempo. Darío encontró algo raro, un agujero con girasoles. Al lado, veía diamantes AMARILLOS. Al entrar encontraron maíz por todos lados. Agarraron dos choclos y también en una bolsa, por lo menos, ocho diamantes en cinco grupos. Después los chicos armaron una lista de cosas que necesitarían para volver a su época.

FLORES+

MINERALES+

COMIDAS =

REPARACION


Girasoles, maíz, choclo, rosas AMARILLAS, limonero, plátano quinoto

Oro ,diamantes amarillos, bronce, orox4 y diamantes AMARILLOSx8

recursos

combustible

Maíz, choclo, palomitas, limonada, platano y quinoto

Paso1 paso2 paso3 paso4 paso5 paso6

Más recursos

Maquina arreglada

Ganaron. Se fueron a su tiempo, y volvieron felices FIN

AZUL Había una vez una chica llamada Mar. En su cumpleaños decoró con banderas azules, piñata azul y globos azules (como vemos su color preferido es azul). Mar, al soplar las velitas, en vez de pedir tres deseos, pidió un deseo. El deseo


que pidió fue poder volar. Cuando terminó su cumpleaños se fue a dormir. Cuando se despertó sintió algo en su espalda. Cuando fue a mirarse al espejo, vio que ella tenía alas azules. Rápidamente salió a su patio. Cuando iba a volar, vio las nubes en el cielo y decidió ir hacia ellas. Cuando estaba a punto de tocar una nube se despertó. Realmente era un sueño. Agos y Pili <3.

AZUL Una vez, una niña llamada Azul, se fue al mar azul. Cuando se acercó a la orilla se cayó y todos se rieron de ella. Cuando salió se secó con su toalla azul, y por el frío, se puso su suéter azul. Se fue en su auto azul. Llegó a su casa azul. Cuando llegó se fue a su cuarto y escribió una carta con tinta azul que decía todo lo que le pasó. Querida tía: Hoy me caí en la orilla del mar azul, todos se burlaron de mí, yo me sequé y me fui a casa y ahora te cuento esto. Saludos Azul

Cuando terminó de escribir, se acostó en su cama azul y se durmió. Al día siguiente, se levantó y se fue a la preparatoria. Cuando llegó, los amigos se burlaron de ella porque de vuelta se


tropezó. Más tarde llegó a su casa, la mamá le regaló un gato que tenía un collar azul, el color favorito de ella. En ese momento, se olvidó lo que le pasó en la preparatoria. Entró a su cuarto con su gato, y la mamá le dijo que se quedara en su cuarto. Ella dijo que si. Su mamá le preparó una torta azul de cumpleaños e invitó a sus amigos. Azul cuando miró el cielo se fue a festejar su cumpleaños con su familia.

AZUL Esta es la historia de una tinta de color azul. Suena raro, pero sí, ese es el protagonista. Ella desde que era nada más que una gota de tinta, deseaba ir al mar, pero sabía que iba a diluirse. Pero al menos quería conocerlo desde afuera, ir a la playa, si, lo mejor iba a ser ir a la playa. Preparó sus valijas, tomó un juguito de tinta china azul, se subió al cartucho y empezó a viajar. Cuando llegó, la playa estaba desierta, y la tinta pensó que a lo mejor eran pocos los días que haya tanto silencio en la playa, así que decidió dormir. Pasaron horas y quizás, la tinta no se hubiera despertado, de no ser que un ruido la despertó. Era un ruido de llanto, muy fuerte. La tinta por un momento pensó que estaba en su casa, pero no, se equivocaba. Ahí fue cuando recordó que estaba en la playa, y el ruido no eran los cartuchos que pasaban a toda velocidad. No. ¡era una ballena! Una ballna a punto de morir encallada en la playa. La tinta desesperada abrió la valija y saco todo el jugo de tinta china que tenía y se lo tiro a la ballena, la ballena resbaló y cayó al


agua, y dijo: -

¡Gracias

por

salvarme

pequeña

tinta!

Te

daré

como

agradecimiento la posibilidad de hacer algo que quieras, siempre que sea posible, claro. - La verdad es que no quiero nada. - ¿En serio? Bueno,, cuando me necesites, llamame. - ¡No! Esperá. En realidad, yo sé que es muy difícil, pero quiero explorar el mar. - ¡Pero si, no hay problema! Vamos, sube a mi lomo. -Yupiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Y así, tanto la ballena como la tinta, tuvieron lo que querían y exploraron el mar toda la vida.

CATÁN VS SEÑOR BIGOTES En el pasado, hace quince años, un gato llamado Catán era conocido por su talento: conducir autos. Era un campeón de carreras mundiales.


Pero una vez, todo cambio... Era la competencia mundial. Catán nunca había perdido, pero esta vez apareció un nuevo corredor. Era un nuevo gato más llamado Señor Bigotes. Pasaron los días, ya era las semifinales. El Señor Bigotes derrotó a todos los humanos, y, al invencible Catán… Llegaron a la final (Señor Bigotes vs Catán). Era la carrera más esperada, que se realizaba en ITALIA en el estadio Arena, el más grande del mundo. La carrera comenzó a las 9 .00 pm. Eran 100 vueltas. La cancha estaba repleta, no entraban ni una pulga. Catán estaba a punto de ganar pero… Señor Bigotes se adelantó, Catán usa todos sus esfuerzos. Eran igualados. La meta ya se veía. Se acerca y de repente... La gente se quedó callada. Nadie vio nada del final. De repente se prende la pantalla del estadio y muestra la repetición, la gente se asombró. ¡¡¡Era empate!!! Los corredores salen de sus autos. Esto probó que son los mejore. Catán pide perdón por ser tan creído y dice: - Hay que unir nuestras fuerzas. Desde entonces corrieron siempre juntos.

Solo en cines también en 3D


EIDER Eider era una chica con un don especial. Su don era transformase en cualquier cosa y también, animales. Eider se transformó en una águila para llegar rápido al colegio, por que llegaba tarde. Pero al intentar volver a su forma normal no lo consiguió, y siguió intentando. Lo que ella no sabía era que su poder de transformación se había averiado. Su poder era una máquina que estaba sujetada por un botón en su mano y cuando ella lo apretaba se transformada en un animal o cosa que pensaba. Para arreglarlo se fue con un mecánico especial, que la conocía, por que ella de pequeña iba ahí para mejorarle el botón de transformación. Después de largas horas, intentando arreglar el


botón. Lo consiguió. Y al final ella, pudo volver a su forma original, y el mecánico, para ella un doctor, le avisó que para que no se le rompa el botón que no, lo apreté muy fuerte. Escrito por Agos y Creado por Luca.

EL TONO DE LOS AZULES VALENTINA Y LUCIANA

Era un conejito que caminaba por una masa que futuramente se llamaría BIG BANG. Él tenía una hermosa casa que quedaba frente del parque. Tenía un huerto con arándanos, moras, uvas, berenjenas, remolachas y ciruela. Tenía una misión, una masa al horno espacial, para que se cocine una torta llamada Tierra, era de chocolate. El problema era que esa masa era muy grande y pesaba mucho y no entraba en el horno. Llamó a su amigo el pitufo ayudón constructor (que era su compadre), y le pidió que agrandara el horno. Luego de esperaron a que se cocine la Tierra salió… un hogar para otros seres vivos, como el hipopótamo la ballena y el delfín.

FIN


JAIME Y EL MONSTRUO Un día Jaime estaba jugando en el parque al futbol con unos amigos. Cuando de repente, un día lindo, pasó a ser un día feo, con mucha llovía. Cayeron rayos, y al caer uno, en el suelo, hizo un hueco De ahí salió un monstruo. Al monstruo lo llamaban: el monstruo del agujero. El monstruo agarró a Jaime y un par de segundos antes de que lo comiera a Jaime se teletransportó al lugar donde estaba antes. Jaime descubrió que podía teletransportarse, y en ese momento pensó cómo irse a su casa y, de repente, apareció en su cama. Ahí descubrió cómo teletransportarse con la mente (o sea que cada lugar que quería ir, iba a ese lugar). Entonces volvió al lugar donde estaba el monstruo, el monstruo lo quería agarrar. Él se teletransportaba para que no lo agarre, y en ese momento se mareó de ver a Jaime, de un lado al otro. Jaime aprovechó a clavarle un cuchillo que trajo de su casa. Se lo clavó en su punto débil: su frente matando al monstruo.

Pilar y Lucas


JUAN Juan era un chico, de nueve años, era como cualquier chico normal, pero tenía un poder que nadie más tenía: convertirse en dos personas y esto le pasaba cuando estaba feliz o enojado. Le gustaba hacer bromas a todos en su casa, a su mamá, a su papá, a su hermana, su abuela y a cualquiera que pasara por su casa. Este poder le trajo algunos problemas... uno muy gordo. Una

vez

gastaron,

unos

porque

amigos, le

Walter

gustaba

una

y

Nicolás,

chica

lo

llamada

Carolina Rodríguez. Él se estaba enojado, porque era cierto que le gustaba Carolina. Bueno la cuestión es que lo seguían gastando y en un momento, se fue de aula, se enojó tanto, pero tanto, que pensó en hacerles una broma para que aprendieran una lección. Esa noche les gastò unas buenas bromas pero sucede que su “lección” lastimó un poco a sus amigos, y con esto ganó un buen castigo de una semana pero; otra vez Juan consiguió salir de su castigo con su poder. Su mamá y su papá se enojaron tanto, que por dos meses no lo tomaron en cuenta, y cuando por fin lo volvieron a tomar en cuenta, èl prometió


nunca más gastar broma. Lucio la Torre

NARANJA Una mañana naranja, un chico llamado Jonathan fue a la escuela con su mochila de tigre naranja. Cuando llegó a la escuela, en el recreo, se tomó su jugo de durazno y cuando volvió le regaló a su maestra una mandarina. Su maestra le dio una fotocopia. Jonathan la recortó,


con su tijera naranja. Le pareció que la fotocopia se movía. Agarró un marcador naranja y la tachó. En eso, la fotocopia se salió y empezó a pelear con Jonathan. Entonces, Jonathan agarró su tijera naranja, empezó a cortarla y a matarla; cuando la fotocopia empezó a gritar se, murió. Jonathan festejó la victoria con todos sus amigos. VIOLETA Y LUCAS

NEGRO Hace mucho tiempo había un hombre llamado Gustavo, él era negro (de piel). Fue muy pobre, y despreciado siempre. Hasta un día se encontró diez pesos y eso es lo que sale la lotería. Entonces… la compró. Días después se enteró que la había ganado, él se puso muy pero muy feliz. Él se volvió una las personas más ricas del mundo. Escribió una novela sobre su vida. Una noche, escribiendo su novela, con su lápiz negro perfecto y comiendo fideos con tinta de camarón; apareció un monstro. Era una mujer con ojos, vestido, uñas y pelo negro. Él se asustó, guardó todo en su armario negro, agarró a su perro de pelaje negro, para que ataque al monstruo, pero de una patada lo alejo de él. Gustavo agarró una espada de mango negro y


con su perro corrió a su barco negro. El monstruo los siguió hasta el barco. Pero al llegar el monstruo, vio al perro ladrar. Cuando lo iba a matar al perro, aparece Gustavo y le clava la espada en su corazón. Lo mató. Para asegurarse que no vuelva, metió en una jaula negra y lo tiro en el medio del mar.

FIN TODOS SIRVEN PARA ALGO Resulta que por ahí iba un tigre que se llamaba Augusto. Había ido a cazar animales para comer. No había un solo animal por ahí. Cansado de buscar se acostó a la sombra de un árbol. Pasado un rato, escuchó que algo se movía rápido y, sigilosamente, vio que era un gato. El tigre corrió y cuando lo tenía entre las patas, se dio cuenta que podía serle útil para agarrar un precioso anillo posado en la cima de un árbol. Entonces le dijo. -Bueno gato, si no querés que te coma, andá a buscar aquel anillo de plata, el de allá arriba. -¡¡GENIAL!!-exclamó el gato –yo se trepar muy bien señor tigre. - Puede decirme Augusto, señor gato. - Y a mi Lautaro, señor Augusto. Y el gato se trepó al árbol, de rama en rama, agarró el anillo y le gritó al tigre. - Yo dije que sabía trepar, no bajar de los árboles. Buscà algo para bajarme. - Sí, ya va. Justo pasó, muy atolondrada, una mosca que se llamaba Mosquita y el tigre le dijo. - Mosquita, por favor ayúdame a bajar a ese


torpe gato del árbol. Y la mosquita con voz chiquita, dijo. -¿Y QUÉ ME DARÁN DE RECOMPENSA? -Un lindo anillo de plata. - Aceptado. La mosquita voló hastaissuu la cima del árbol y el gato le dio el anillo. La mosca con la boca agarró al torpe gato por la oreja. Por ahí había un pocito diminuto. La mosquita agitó el brazo y se le cayó el anillo, el tigre intentó agarrarlo y lo pateó adentro del pocito. La mosquita chillaba de enojo y gritaba. -¡Perdieron mi anillo! Oh, mi anillo. Vieron que un pedazo de tierra se levantaba y apareció un topo y ella le gritó. Oh, por favor don Topo, ayúdeme a sacar el anillo de ese pocito. Si doña Mosca, ya va. El topo escavó y todos lo siguieron por un túnel con curiosidad. Ahí, arriba de un hueco, estaba el anillo. La mosquita, medio atolondrada agarro el anillo y se lo puso. De repente el túnel empezó a temblar, dado que el hueco, donde estaba el anillo, era un gran hueco, con piedras flojas, las cuales trababa en anillo. Salieron a un río. De pronto una gigantesca sombra los cubrió. Un cocodrilo verde llegó al grito de… ¡¡Ah, Estamos perdidos!!! Pero el cocodrilo, lejos de comérselos dijo: ¿Qué hacen un gato, un topo, un tigre y una mosca en el agua? ¿Acaso vinieron a nadar? -no, don coco, nos caímos al agua -ya los saco Y los llevo a la orilla, ahí se pusieron de acuerdo en una cosa... "Todos sirven para algo". Camila I. Castillo y Valentina Gómez.

TODOS SIRVEN PARA ALGO Resulta que por ahí iba un tigre que se llamaba Augusto.


Había ido a cazar animales para comer. No había un solo animal por ahí. Cansado de buscar se acostó a la sombra de un árbol. Pasado un rato, escuchó que algo se movía rápida y sigilosamente. Era un gato. El tigre corrió y cuando lo tenía entre las patas, se dio cuenta que podía serle útil, para agarrar un precioso anillo posado en la cima de un árbol, y le dijo. - Bueno gato si no querés que te coma, andá a buscar aquel anillo de plata, el de allá arriba. - ¡¡GENIAL!!-exclamó el gato –yo se trepar muy bien señor tigre. - Puede decirme Augusto, señor gato. - Y a mí Lautaro, señor Augusto. Y el gato se trepó al árbol de rama en rama, agarró el anillo y le gritó al tigre. - yo, dije que sabía trepar no bajar de los árboles. Buscá algo para bajarme. - sí, ya va. Por ahí justo pasó muy atolondrada una mosca que se llamaba Mosquita y el tigre le dijo. - Mosquita, por favor ayúdame a bajar a ese torpe gato del árbol. Y la mosquita con voz chiquita, dijo. - ¿Y QUÉ ME DARÁN DE RECOMPENSA? - Un lindo anillo de plata. - Aceptado. La mosquita voló hasta la cima del árbol y el gato le dio el anillo. La mosca con la boca agarró al torpe gato por la oreja. Por ahí había un pocito diminuto. La mosquita agitó el brazo y se le cayó el anillo, el tigre intentó agarrarlo y lo pateó adentro del pocito. La mosquita chilaba de enojo y gritaba. - ¡Perdieron mi anillo! Oh, mi anillo. Vieron que un pedazo de tierra se levantaba y apareció un topo y ella chilló. - Oh, por favor don Topo, ayúdeme a sacar el anillo de ese pocito. - Si doña Mosca, ya va. El topo escavó y todos lo siguieron por un túnel con curiosidad. Ahí, arriba de un hueco, estaba el anillo. La


mosquita, medio atolondrada agarro el anillo y se lo puso. De repente el túnel empezó a temblar, dado que el hueco, donde estaba el anillo, era un gran hueco, con piedras flojas, las cuales trababa en anillo. Salieron a un río. De pronto una gigantesca sombra los cubrió. Un cocodrilo verde llegó al grito de… - ¡¡Ah, Estamos perdidos!!! Pero el cocodrilo, lejos de comérselos dijo: - ¿Qué hacen un gato, un topo, un tigre y una mosca en el agua? ¿Acaso vinieron a nadar? - No, don coco, nos caímos al agua. - Ya los saco. Y los llevo a la orilla, ahí se pusieron de acuerdo en una cosa Todos sirven para algo. De Camila i. Castillo y Valentina Gómez.


TOMÁS EL LORO VIAJERO Una vez el loro Tomás entró en un auto y robó comida, para comérsela y a para ver si se dormía. Pero no se durmió. Entonces empezó a buscar comida por todo el vecindario, y encontró a un señor que se llamaba Jorge A. Estrada, que estaba escribiendo un libro que se llamaba: Cuentos para una Noche de Insomnio. Entonces Tomás le contó su historia y empezaron a escribir la historia del loro. Entonces sin querer Tomás entró… adentro de su propio cuento ¡Estaba atrapado entre las letras de su propia historia! Tenía que escapar...... Esquivando letras prolijas, letras destartaladas. Se encaminó hacia la contra tapa, tuvo que luchar con los dibujos animados. Esquivando letras, hasta que logro llegar a la contra tapa y se encontró con una lora llamada Flor y desde ese día se enamoró de ella. Y se quedaron para siempre juntos, viajaron de libro a libro, de ilustración a ilustración. Cynthia, Tomás e Ibi


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