Revista Cinegramas - Nº.35

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l.e ano rn Corbett

Anna Lee

Pamela Ostrer


REVISTA SEMANAL DIRECTOR: A. VALERO DE BERNABÉ Año l l . - N ú m . 3 5 . - M a d r i c l , 12 de Mayo de 1935

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«Un juego de muchachos ricos que no saben en qué gastar su dinero», decían (pie era, adornando la frase con sus mejores deseos de fracaso y con su desdén más significativo. Esta era la opinión de muchos sabios de café, petulantes y cretinos, maestros perfectos en el arte de la nunmu ración. Yo comprobé que esta frase no estaba apoyada nada más que en una razón, digna de sus cerebros hueros, t a n llenos de mentecatez como Vacíos de comprertsión: en la de que el dinero de quien puede y quiere gastarlo se había empleado para hacer o intentar hacer arte, en vez de tirarse alegremente en juergas estúpidas, que es lo qui acontece con la mayor frecuencia. Eso de que unos muchachos ricos jugaran a hacer cine, tuvo, sin embargo, desde el primor autor novel guardaba en lo intimo respecto a la InuMi i u u i g o : C u a i n l o distó a n t e s d e l e s momento, toda mi sinijiatía, porque ya por e s c suerte que pudiera correr su obra en el momento t r e n o d e s u })riincr f i l m n o s p r e s e n t a r o n , lio hecho me constaba que no ¡ban al cine con de enfrentai-se con el público. usted n o ijuiso c o n f e s a i m e — a pesar d e lili fin bastard»), el de ganar dinero, sino que les Yo la vi, como usted sabe, antes de esa fecha, le insté p m a ello—las esfieranzas q u e c o m o animaba un propósito más elevado, más puro, y a.su requerimiento le e.\pu.se mi opinión, falible, más digno de admiración, así alcanzaran el triuii desde luego, pero siucera, desaj)asionada, absofo o se hundieran en el fraííaso; el de hacer artí lutamente leal, sin que en ella pesaran cuanpor el placer de hacerlo, lujo que sólo pueden tas notician adversas corrían por el mundillo cipermitirse unos espíritus selectos e inquietos nematográfica—^harto murmurador y amigo d e ' que, además, no necesitan hipotecaí- el conteniíl' fallos a priori—para el film, para usted y para de la cabeza para satisfacer las llamadas apremiantes del estómago. Yo sé, a mí me consta, querido amigo, que tt)dos deseaban o esperaban su fracaso por no sé qué oculto placer de gozarse en él. Sé también que algunos a quienes debiera alegrarles la llegada de elementos jóvenes p<ira bien de nuestn > Mary del Carmen y Pepe cine, tenían para usted y su obra una sonrisa de Calle en una escena d e «Rumbo al Cairo», la peconmiseración y un gesto petulante, lleno de sulícula que Beniío Peí ojo ficiencia, acompañado de palabras desdeñosas. rueda para CIKES.\ Pero sé al mismo tiempo, y la rcididadrael o b a confirmado, c o m o usted muy bien pudo ob.servar, que no me equivoqué e n mis vaticinios: que la obra fué rei'ibida y enjuiciada por los aexy ' " ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ M que supieron i l L ^^^^^^^^^^K como ^^^^^^^^^•^ esperaba. No es qm aliora quiera yo sen tar plaza de pro-


feta infalible; lo que necesito gritar desde a<iuí a los cuatro vientos es la verdad, la única verdad que siempre sale a flote triunfando sobre la envidia, la petulancia y los sabios de café: que su primer film se elevó sobre los que le calumniaban desconociéndole, porque poseía unas condiciones que ellos no podían sospechar: instinto dol cinema, sinceridad e inquietud. Puede usted, en quien hay que saludar ya a un gran elemento para nuestro cinema, estar satisfecho. La I)atalla que le interesaba librar,

iizar muchas cosa.'? en niateria cinematográfica, jiorque posee, y en esta obra surge fragante y bien expuesto, aunque no .«siempre logrado, lo que directore.'í de muchas campanillas ])aiecen olvidar: la expresión auténticamente cineuuitográfica. Ya sé—y usted también lo sabe, pues oá persona compreasiva y primer crítico de .su propia obra—que el film es dpsigual en punto a calidades, y que al lado de grandes aciertos lleva grandes errores; pero es que no se podía, no ñe debía

Félix PoiiK'S y Miguel Tejada en una escena de «Ka<aplán>,cuyo rodaje finaliza Paco t l i a s

esperar una ol)ra enteramente lograda. .Mégrese usted de no haberla conseguido y felicítese también del éxito de ésta. Todo artista que Hc revela con un éxito clamoroso so malo'^ra el noventa por ciento de las veces, porque la obra es casi siempre un fruto prematuro. El artista, para cuajar por entero, necesita un desarrollo normal, un proceso de formación por el que ir depurándose hasta conseguir la perfecta expresión y madurez artística. Lo importante, lo indispensable de todo joven que desee plasmar en el arte sus inquietudes, es ese entusiasmo, ese deseo emocionado de crear belleza, que en usted, sin duda alguna, alienta, porque en Patricio miró a una estrella hay, no atisbos solamente, sino momentos plena, enteramente logrados. Y ya que hablo de sus aciertos, no quiero callar por más tiempo todos los elogios, justos y merecidísimos, que para encomiar la labor de Antonio Vico rae saltan a los puntos de la pluma. También a él le habían mordido «sus queridos compañeros» con la piadosa intención—muy frecuente entre gente de teatro—de prepararle el ambiente más propicio para que se desnucara en esta su primera salida a la pantalla; pero Antonio Vico es un gran artista y ha sorprendido a todos: a los que esperaban su fracaso, porque é.ste se convirtió en éxito, y a los que confiaban en e.se éxito, porque éste fué superior al imaginado. Antonio Vico es desde luego, y el tiempo nos dará la razón, uno de los actores de quienes más puede esperar nuestro cinema. Y a usted se lo debemos, querido amigo. Así, esta película, calumniada por muchos antes de someterse a quien en definitiva habría de juzgarla, nos ha traído dos revelaciones, que todo eí que ame el cinema nacional ha de recibir con júbilo: la de Antonio Vico, como actor, y la de u.sted, como director, sin callar el esfuerzo que para prepararlas han hecho cuantos en el film intervinieron. No ignoro que al leer estas líneas—ni vendidas al favor, ni dictadas por la amistad—caerán sobre mí todos los que hacen del mármol de un café mesa de disección, para ponerme como chupa de dómine; pero los desprecio. Yo quedo en paz con mi conciencia, que no me hubiera perdonado jamás el dejar de alentarle. Le desea muchos éxitos y le estrecha la mano, F. llEKiNANDEZ-GlRBAL

Ililda .Moreno, la estrella española, proUgonista femenino de «Poderoso caballero»

y para la que se liabía conquistado tanto enemigo, se ha decidido a su favor. Los gigantes eran sólo molinos. Yo, que, como usted sabe, puesto que es lector de estas páginas, no me muerdo la lengua cuando de decir verdades se trata, he contado a todo el que quiso oírme^—^y lo hago ahora desde aquí, j)ara que me oigan más-—los aciertos de su film, no precisamente como realidad en el presente, sino como promesa en lo futuro. Quien ha concebido y realizado Patricio miró a una estrella-—ya era hora que saltara el título a las cuartillas^—se encuentra capacitado para rea-

Casimiro Orla», Ca<<lrito y Medina en una hilarante escena de «PoderoKO caballero», producción de Ibérica Pilmt, realiaada en Barcelona por .Nosseck


ng nuGVQ Q9tre

cínemQ bpítQníco

El cinema, como todo arte joven, está lleno de aportaciones constantes, de nombres nuevos que se suceden a cada paso. El escalafón está hecho para las actividades artísticas que han recorrido ya todo el camino; pero en el cinema, lleno aún de posibilidades, de horizontes inexplorados, ^ e d a aún mucho por hacer y todo es en ¿1 juventud e inquietud. He aquí hoy dos expresiones de uno de esos nombres nuevos en la pantalla: Francés Day. Francés Day llega a las producciones europeas bajo el signo seguro de las triunfadoras: es bella y posee unos magnífícos recursos de expresión. Tiene una gran figura, una voz deliciosa, una poderosa feminidad. La joven gran actriz acaba de filmar en los Estudios de la Caumont-Britisb, en Londres, bajo la dirección de Craham Cutts y Austín Melfori, la película ¡Ay, papá! La labor de Francés Day en esta cinta consagra a la nueva actriz como uno de los nombres jóvenes más interesantes del cinema inglés. En esta pantalla, la estrella está llamada a ser una vampiresa tipo: belleza, seducción y sex-appeal.


l e í Palacio. Una mañana, cantos v vítores, marchas y ovaciones llenan I n n u d a d pon las fuerzas adictas al grupo de Renovación Turca. Toda la ciud.il. todo 1 pueblo, fervoroso y entusiasta, se incorpora al movimiento Gritos de 6bUo resuenan por toda Constantinopla. El pais respira, libre de la »eeadilla de sus viejos opresoras. Se e.xtingue ya el poderlo arbítralo y siniestro de Abdul-Ilainid v de los que formabim su corte. t a s tropas entran en Palacio." Pueden matar al sultán, y no ¡> hacen para no manchar con sangre un triunfo que está lleno » alaría y de claridad. Se le destierra solamente. Abdulíanaid ln tmnt^rc vv su en i'inipn ttan A cruzafrontera, única onmnañia compañía «s e8 la de Pasan por sus escenas las inquietudes y las zozobras de la vida poli» "^"O de sus favoritos gatos de Angora, modema, de ese gran viento de renovación que va llamando inexorableí»' ^iirquia, libre del mal sueño de tantos años, se en-^ te a las puertas de todos los países. J'^ga al júbilo y a la fe de sus nuevos ideales. Aclama Cinta inglesa, interpretada por artistas del prestigio de Adrienne Ameá,. j*^"^ ovaciones frenéticas a sus libertadores. Desfilan '>itz Kortner, de Nils Asther, reúne todas las excelencias de la producdj.^ fuerzas entre el entusiasmo de la muchedumbre. ' """"" • • • • lágrimas los ojos, trécorazón, ve cómo Talak archa sonriendo a la cabeza „ , . triunfadoras. plantea la polémica entre principios viejos y nuevas corrientes. Un espíritu de renovación pasa por Constantinopla, Ía ciudad maravillosa de los minaretes brillantes y las cúpulas dorada^ Pesan sobre ella tiempos de error y de crueldad, •• ' violencias y opresiones que fatalmente engendran un afán de renovación. No tiene raíces firmes el trono del sultán.Abdul-lIamid II. Fuertes vaivenes conmueven su reinado, haciéndole pasar por horas de inseguridad y de zozobra Duro y fanático, el sultán — Abdul el Maldito, le llaman muchas gentes del pueblo — realiza toda suerte de esfuerzos para sostenerse en el trono sin la menor concesión a sus adversarios. En esa labor le ayuda fervorosamente Kadar Pasha, el jefe de Policía, su gran colaborador, su confidente. La vida amable de Constantinopla, la vida de los teatros y las fiestas recoge un día la llegada de Teresa Aldes, famosa actriz de opereta, que llega con su Compañía para representar ante el público turco algunas obras de su repertorio. Tiene una belleza extraordinaria esta gran cantante de Viena. Llega aureolada por el aplauso de todos los paises. Cuando actuaba en Viena conoció a un oficial turco, Talak Pasha, de quien se enamoró y por quien, en realidad, viene ahora a Constantinopla Quiere reanudar el idilio que ambos iniciaron bajo los finos cielos de Viena. Fuera de sus quehaceres del Gobierno, y cuan do las preocupaciones de la poHtica le dejan libres las horas, el sultán es un gran gozador de la v i d a Ama los placeres: el amor y sus fiestas son la gran alegría de sus jomadas. Rico, ambicioso y apasionado, Abdul-Hamid halla en el amor su diversión coastante. Está acostumbrado a satisfacer todos sus deseos, y para él no hay más ley que su capricho. En su harén posee trescientas mujeres... Al sultán llega la fama de la gran belleza de Teresa Alder. Conoce, finalmente, a la actriz, y consigue de ella que represente una de sus operetas en el teatro privado de Palacio. AbdulHamid, en una conversación con la cantante, invita a ésta para que se una al harén. Ella, lógicamente, rechaza las proposiciones del sultán. Y éste ha de ahogar en silencio su despecho. El jefe de Policía Kadar Pasha, tan adicto al sultán, conoce el amor que une a Teresí^y al oficial, turco. Y ^"^Y'd!^ ?*'"'''••••'«• •c«or«a»",Vn vale de ello para que la actriz no tenga otro recurso que acept'va peUc'i ''I**"** «*«• nüe las proposiciones de Abdul-Hamid. .! HS." Por motivos políticos, el jefe de Policía hace detener al ofic^ Talak Pasha. Interviene éste en los trabajos que está realizaD** ^^no de los mis ¡ntere ^• el partido de Renovación Turca, y esto sirve de base a la déte'j*"*'* momento, de «Abción y a la condena. Talak es condenado a muerte. Al conocer'ti„'||"^'^l*= hasta d sui. noticia, Teresa, enloquecida y llorosa, cone a buscar al sultífjado, po* vientoíd* para ver si logra de él la salvación del amado. ; >'«ción y rebeldííT"!^ Teresa accede para ello a entrar en el harén de AbduI-IIanii'^¡"^'^.'''nio i i e - , , "i^ Todos los esfuerzos del sultán se encaminan desde entonces a co" y Abd^i^fJ"" 'roño, seguir el amor de la cantante. Y en tanto él se entrega a esa labjdo su vida""h¿ de captación, el partido político de Renovación Turca va ganaO^P*'* <l"e daran^unto' cada día nuevas e importantes adhesiones. Talak se ve ya li'''^ oprimido de la prisión, y ahora desde el destierro establece contacto <^ A u • aquella agmpación para trabajar en favor del ideal común. Adrienne''A'" Un día aparece muerto Kad^- Pasha, el jefe de Policía^ actrii qj^ hTc'e*'d'* amigo y el confidente de Abdul-Hamid. La noticia llena de tcfí*^"" P"pel de Teresa* el Palacio. El sultán no se atreve a salir, con el mieflo de 1|ci*,!i.ij;'""*' pueda ocurrirle la muerte de Kadar. El país e.stá viviendo hor*niient'o,"f" de tremenda inquietud política, y todo puede esperarse de-"^^dad, pasió,¡"_'"** pueblo en violenta eíer^'escencia. Hasta Abdid-llamid llegan l^f*» p e l i c u i " i ecos de la gran agitación popular a través de los espesos mui^'"^'''*" ¡

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L 1 i n c m a europeo, lleno de sensibilidad, de valores humanos, está apoderándoj se de todas las zonas estéticas y está realizando magníficamente todas las posibilidades que a su gran capacidad se ofrecen. Ya su historia está llena de páginas admirables, de creaciones que el público devoto del cinema recuerda con

dad, índice de la maestría que va logrando Europa en esas cintas de presentación lujosa. La nueva producción inglesa Abdul-Hamid confirma esa jerarquía que está adquinendo la pantalla de Europa en los films de ambientes suntuosos. Desfilan a través de sus escenas cuadros de gran lujo, decorados que reproducen toda la magnificencia de la vida oriental. Palacios, fiestas, escenarios. Ambientes de corte y frivolidades de camerino. Pero Abdul-Hamid no es sólo una película de fastuosidad: tiene, además, un interés, una emoción, un valor humano. Y hasta un contenido social.

Otra actitud de Adrienne Ames en « A b d u l - H a m i d » , la nueva creación que confirma el rango sobresaliente y la maravillosa calidad de la pantalla inglesa


T)e/muno/o c/e/ar *má(¡{eneP

J O H N L i LI88A Landi, la célebre star cinematográfica, acaba de publicar su J _J tercera novela. Y aunque en el campo de la literatura es sobradamente conocida su firma, que siempre despierta un vivo interés, en esta ocasión ese interés se lia visto acrecentado por causas ajenas a su mérito como escritora. El libro .se titula FA jxtsado. Y Elissa I>andi lo dedica a John Lawrance, el que hasta hace poco fué su marido. «Al hombre que fué mi marido, no aJ hombre de quien me divorcié.» Be la y expresiva dedicatoria con la que rompe su silencio, ese feroz silencio de cuatro años que se impuso desde su llegada a Ilollywood, y que la hacía invulnerable a todas las insidias, a todos los rumores. Porque este impenetrable silencio la creó una inju.sta fama. I)e Elis.sa Landi se llegó a decir que era la mujer más fría ile Hollywood. Y nada más falso. Elissa Landi callaba precisamente para ocultar un gran amor, que era también su gran dolor. En cuantas interviús concedió, siempre se negó a hablar de ese tema. Pero en Hollywood, don<le la palabra amor .se emplea con tan excesiva frecuencia, y principalmente con fines publicitarios, no podían comprender fácilmente esa resistencia a hablar, ese pertinaz silencio sobre tema tan atrayente y sugestivo. Y no pudiendo rasgar los velos de ese mi.sterio, la envidia, la malicia y la calumnia tratarán inútilmente de morderla. Pero Elissa, sin perder por ello su magnífica serenidad, no .se dignó desmentir los dichos y rumores que acerca de ella corrían. En una palabra, despreciaba ese espíritu provinciano y pueblerino que en algunas casas tienen las gentes de Hollywood. Pero hoy es ella la que voluntariamente rasga con su pluma los velos que ocultaban su pasado. —Yo no he sido jamás una mujer entretenida. Yo hubiera deseado ser una mujer de mi casa y tener im hijo—ha dicho. Hay en estas palabras una gran amargura, una gran tristez a Es la primera vez, después de su prolongado silencio, que Elissa L a n d i h a b l a del amor. Y lo hace para lanzar a la rosa de los vientos y a la voracidad de las gentes su h i s t o r i a , u n a triste historia de amor que realza su figura de mujer. Siguiéndola en su narracción, nos adentramos por el camino de su vida. Desde muy joven, desde los catorce años, se gana la vida sin auxilio de nadie. Y a los diez y ocho años logra una de las más anheladas libertades: la independencia económica. Esta clase de independencia llega a coastituir en ella una v e r d a d e r a obsesión, casi una manía, que repetidas veces se habia de manifestar en diferentes y magníficos actos de su v i d a El 28 de Enero de

lAWRANCE-

]í)28 se casa en Londres con .John Lawrance, un abogado de más ilusiones que realidades. Pero esto no importa. Eli.ssa .se casa por amor, solamente por amor. Ella no comprende todavía que se pueda casar nadie más que por amor. El amor por interés, por egoísmo, por cálculo, no enti:a en el campo de su comprensión. Conoce a John una tarde en casa de unos amigas. Inician entonces una amistad que no se habia de interrumpir, .sino que, por el contrario, había de ir en aumento hasta convertirse en cariño, en amor. Uno de aquellos días sus amigos les invitan a asi.stir a una original boda que se va a celebrar en el campo. Aquel día ellos deciden seguir el ejemplo de los novios, y marchan a una villa próxima, donde se casan. Este hecho refleja fielmente el carácter frivolo, alegre y ligero de John, en contraposición con el de Elissa, serio, reflexivo y soñador. Pero John no puede atender con su trabajo a las necesidades del nuevo hogar. Es todavía un ab(^ado sin nombre, que tampoco se esfuerza mucho por sacarlo del anónimo. Elissa calla; nada le reprocha. Pero llega el momento en tpie toma una firme decisión: la de volver a su trabajo. Se lo comunica así a su marido. P>ste, no sólo no se opone, sino que parece conceder el permiso del mejor grado. Dos días antes de su matrimonio le fué ofrecido a ella un contrato cinematográfico. i^Wb Entonces lo rehusó. Pero ahora ';^^g^|N|||||i[i lo acepta Y marcha a .Malta, donde se han de rodar imos exteriores. Pasadas tres semanas, regresa a Londres para dar comienzo a un segundo film. Y más tarde, a un tercero. Y asi se van añadiendo nuevos eslabones a la cadena de su c a r r e r a artística. Trabaja con fe, con entusiasmo, con la ilusión d e q u e pronto llegará el día en que John gane lo suficiente para poder retirarse a su hogar a descansar. P e r o ese día tarda en llegar. No llega. Y es entonces cuando al caer enferma por el a g o t a d o r trabajo se manifiesta 8u prurito de independencia económica a que antes hicimos mención. E.\ige a su marido que lleve u n a detallada cuenta de los gastos q u e ocasione s u enfermedad, gastos que ella le devolverá más tarde hasta el último céntimo. La que no aceptó de su marido al casarse im'is (jue una sortija, (jue g u a r d a siempre con sus más queridas y valiosas alhajas, no j> o d i a consentir que él coniese con


los gastos que su enfermedad ocasioniu-a. Ya repuesta, distribuye su tiempo entre el Estudio y la escena, donde también brilla con luz persouid. Es por aquella época cuando Ilollywood la descubre y la ofrece un tentador contrato. Vacila. El aceptar la impone el sacrificio de una dilatadla scpiu-ación. Elissa no desea la gloria y la fortuna, no ambiciona ni quiere nada de esto; sólo ama a su marido con un • cariño simple y sencillo. Sin embargo, John la convence. Debe partir. El no ha de taidar en abrii-se camino en la vida y en hacerle volver a su hogar. Y parte con más pena que ilusión. Con más temor que esperanza. 9 Ilollywood la acoge cordialmente. FotoM grafías, interviús, artículos, toda la gama de " la actualidad y la publicidad. Todo lo que más tarde se trueca en vacío y en rumores intencionados al negarse a exhibir su vida, su pasado, para nutrir de temas las gacetillas, artículos y biografías fabricadas en los departamentos de publicidad de los Estudios. Elissa vive ajena a todo, esperando. Pero espera en vano. Pasan los meses sin noticias de su marido. Pero dejemos a ella misma que nos cuente este momento de su vida: —Hubo dias en que estaba dispuesta a abandonarlo todo. Quería regresar. Quería volverlo a

ver. Y comprendía que algo nuevo y para mí desconocido le mantenía lejos de mi lado. ¿Una mujer acaso? Quizá. Pero esto no era más que una hipótesis sin fundamento alguno. Y en Europa no nos divorciamos por bagatelas. Pero el silencio se hizo más ancho y profundo, y no tuvo más remedio que presentar su demanda de divorcio basada en incompatibilidad de caracteres. Ella explica también el porqué de este eufemismo. —Hubiera sido estúpido decir que me divorciaba porque mi marido no ganaba con su bufete lo suficiente para constituir un hogar. Estúpido y ridículo. ¡Una estrella cinematográfica haciendo semejante declaración!... Me parece estar oyendo los comentarios que se hubieran hecho a mi costa. Pero antes que el divorcio sea un hecho, John la hace una visita ¿Por cariño? Ilay que suponer que no. Tan sólo por dar una vueltecita por Hollywood, que es siempre cosa agradable. Aquellos días se los vió juntos en muchos sitios, paseando del brazo, risueños y alegres como dos enamorados. Pero precisamente fué en aquellos días cuando Elissa pudo apreciar exactamente cuan grande era su indiferencia y su ausencia espiritual y amorosa Con el regreso de él a Europa vuelve de nuevo el vacío y llega la ruptura definitiva. —Ix) he sentido mucho. Esto me ha causado una gran pena y un profundo de.sengaño. Pero John jamás quiso comprender lo que era primordial para mí: tener una familia, tener un hogar. Yo apenas tuve infancia Y añade: —Pero aunque nos hayamos divorciado, no espere nadie de mí esas frases con vistas al reclamo y a la publicidad: «Seguiremos siendo dos buenos amigos.» O también: «Nos hemos divorciado porque nos queríamos tanto.» Y adelantándose a la inevitable pregunta, agrega finalmente: —No sé si me volveré a casar. No lo creo. Pero en todo caso, si lo hago de nuevo, será tan sólo para realizar el ideal de mi vida; tener un hogar y irnos hijos. Indudablemente, el libro de Elissa Landi está llamado a obtener un éxito de escándalo, pues su lectura ofrece sabroso y abundante pasto a los caimanes cinentatográficos. LUCIANO U E

ARREDONDO


Boca Encantadora POR su C O L O R NATURAL

Ijüjm

estrena (¿e la aixaílcnxojijte fvuxiLUxm P A h

Q U E N O " C H O C A " P O R SU P I N T U R A Los l a b i o s p i n t a d o s d e s a g r a d a n a los h o m b r e s . . . Los a u e a éstos e n c a n t a s o n esos l a b i o s s u a v e s , v i v o s , d e color n a t u r a l . . . U n color c o m o el q u e sus l a b i o s p u e d e n t e n e r , si usa el Lápiz q u e " n o p i n t a " : TANGEE. G r a c i a s a su p r o p i e d a d e x c l u siva, TANGEE cambia d e matiz e i n t e n s i i i c a c o n tal p e r f e c c i ó n el color p r o p i o q u e , a u n d e carca, tienen un aspecto natural... y seductor. En l a b a r r i t a T A N G E E e s a n a ranjado, pero apliqueselo Y v e i i c ó m o c a m b i a d e matiz h a s t a q u e a d q u i e r e el t o n o g r a n a q u e m á s f a v o r e c e a su rostro. A d e m á s , s u a v i z a y protege.

Hay también un tono oscuro: «/ Thaatrical.

coí^ lUcorcLoCOPiTEZ

RJüchjOJhdj BONNETT

SIN RETOQUE: Loi Ubioi lín ratoqoa cati líampra paracan marchitoi Y aTajantan el loftro. PINTADOS: Evita al paracaí ptzuarrajeada. A lot hombres leí desagrada aite aspecto. CON TANGEE: Se aTiTa el co-

El coloial* compacto TANGEE tambiin cambia da color armoniíando con la cníii. Cada eiinoha oontiana botla y eipejo.

El Lápiz de Más Fama

lor natnral, realsa la balleía j arita la apariencia d e pintura.

Sr D. FEDERICO R O N E T - A p a r t o d o 3 0 3 - M o d r i d . I n c l u y o «n « e l l o i m u e t t r a s d « I d p i i dr*o ucgoer, r *coo mPtos. p a c t o ],50 y p o lpvoorso. Nombr* Co)l«

EVITA EL ASPECTO

PINTARRAJEADO

Pobloción

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Provincia Escriba c l o r o y • n v í * • ! t o b r * c s r r o d o

Ititi » i : r


l>ailarina sin músiA revista fué ca, sino que melo^ ei truco esdía y c o r e o g r a f í a pectacular del iban a complemencine sonoro en su tarse. primera hora, l ' n el cine, eon superación indudable de lo teatral por los decorado», por la tramoya, Muchos de los Atti narió la revista en truco tan ingeni( so por los trucos... d e v o t o s del cine y excelente como el s i n t i e r o n el tede las cintas de epimor—confirmado sin tibiezas por los ensayos fanita, víctima de todas las iniquidades, o estaba sodios en acpiel momento ya lejano (jue mariniciales—de defraudación absoluta. Y los proa punto de estallar la bomba oculta bajo el có el paso de la prehistoria a la Edad Antigua ductores de películas se echaron a buscar un del séptimo arte. asiento del tren en que viajaba el esforzado detruco que atrajera nuevas masas espectadoras Eso de las películas de series estaba muy bien, fensor de la jasticia. ¿En qué pararía aijuello? a los locales de proyección, para compensar y ¿Cómo se salvarían la virtud, o la caballerosidad, pensado. Hacía muy poco tiempo que naciera; superar las defecciones de quienes sufrieron la o el valor tan atrozmente amenazados? Nadie se el cine, y resultaba" imperiosamente preciso ordesilusión del encant») roto. Con oro nada hay resignaba a dejar en el misterio estas interroganizarlo de tal mo«lo que prendiese la atención que falle, y enormes cantidades de oro ponían gaciones tremendas. Para saber la solución había del público hasta alcanzar rango prestigioso e a contribución los magnates del film para resolque volver al cine unos días más tarde; pero el incluirse entre las aficiones habituales de las ver la dificultad creada por ellos mi.smos. Y ingenio de los creadores de tales cintas sabía gentes: los deportes allende el Atlántico o el cafó como antaño con las cintas de episodios, también repetir el pleito al final del nuevo episodio, pien los pueblos latinos. Que no fuera más el cine aliora llegó sin tardanza la solución. Solución dela simple curiosidad mecánica, saludada por mucando otra vez el interés del ingenuo espectador. finida por un género nuevo en la pantalla y que chos como diversión ¡deatoria, simple entreteY éste, cuando (concluía con el último capítulo la sonoridad hacía posible: la revista. nimiento pocas veces frecuentado. Era necesala larguísima historia, estaba convertido, sin Una revista en celuloide sería algo deslumrio llamar al espectador hasta el cine y obligarle darse cuenta de la hábil influencia, en aficionado brador. Se podía superar cuanto se hiciera hasta a repetir sus visitas, según requería la aspiración incondicional del nuevo arte. entonces en el teatro. La técnica y el arte, movidel negocio. Y se inventó para ello la película En el paisaje cinematográfico surgió, al cabo dos con destreza por el dinero, harían maravillas de episodios. de los años, floración insospechada, no obstante capaces de compiistar nuevas zonas de aprecio lo mucho que se persiguió hasta dar con ella El éxito coronó la idea. Quien conocía un f r o al cinematógrafo. Se conseguirían las colabora¡El cine rompía a hablar! Ya no harían falta lemento de cualquiera de esas venerables producciones más valiosas, se contratarían los (conjuntreros que supliesen las voces imposibles de los ciones—años de 1907, de 1908, de 1910...—veía tos de girbí más bellas, se dispondrían efectos pcr.sonajes de la pantalla, ni se re<;uniri.i a imentristecido cómo un inquietante «Fin del episoespe(ítaculares de fastuosidad y perfección nunbolos que expresaran sonidos relacionados didio número tantos» cortaba de pronto, en la sica vLstos ni si([uiera soñados. rectamente con la acción. Ya no se vería el dedo tuación más peliaguda, la lucha encarnizada de Así nació la revista en el cine, con superación que oprime un timbre, sino que se oiría al timlos buenos contra los malos. Quedaba en el aire indudable de la teatral por los decorados, por la bre mismo; y a no trenzaría piruetas extrañas la ol cuchillo lanzado al corazón de la pobre huer-


las cintas de caballistas o de detectives y ladrones—resucitó al cabo para incorporarse al repertorio de la pantalla como un género más, cultivado amorosamente por expertos en coreografía, de iguaJ suerte que los hay en efectos navales o en comedias de hogar. En su nueva etapa, la revista ya no procura ser un muestrario de posibilidades, sino que se muestra como hecho con personalidad propia. Si la fantasia de los autores no se distingue por la nota original, y repite situaciones y procedimientos análogos que presentan demasiadas veces las mismas inquietudes y las mismas dificultades de empresarios en vísperas de estrenar una obra, en cambio la imaginación de los peritos en cuadros deslumbradores corre desenfrenada, superando constantemente las marcas del asombro. Cuando exprimieron todas las posibilidades del escenario teatral, se saltaron a la torera jas

limitaciuneB realistas y se

Kn HU nurva etapa, la revista t a no procura ser un muestrario de probabilidades, ¡«ino que se muestra como hecho con personalidad propia..

tramoya, por los trucos, por el número y la calidad de estrellas y coros. La fantasía rayaba a altura sorprendente desde los })rimeros ensayos: La bella de Samoa, Broadway Melody, Fox Mmñetone Follies 1929. Era una revelación para los más fieles y un aliciente para los más remisos. Se cumplió de sobra el propósito. Ya estaba abierta la brecha por donde penetraría la confianza, aunque sólo fuera parcial en los primeros momentos. Hombrea y obras vendrían luego—y no se hicieron esperar—que afirmaran definitivamente la realidad del cine en su nueva fórmula por evolución de la trayectoria clásica, y no por revolución sin programa ni nobles horizontes. La revista cinematográfica, satisfecha la idea que la animó, desapareció con ese carácter. Pero—ni más ni menos que ocurriera veinte años antes

1.a mirada atónita del espectador que contempla una revista en el cine, viaja prendida en el encanto de un espectáculo de maravilla...

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Se ha dado y a • ' ta revista cinematográfíca categoría artística y altura de gran espectáculo...

entregaron a libertades inconcebibles; cuando ya no hubo ángulo en donde colocar la cámara para recoger los giros ingrávidos de las qirU, recurrieron-al auxilio sobrehumano del laboratorio. Se le ha dado al género categoría artística y altura de gran espectáculo. Y la técnica encuentra en él campo abonado para siembras mágicas. Afortunadamente para todos, pues la experiencia de un tnico on revista puede ser avance cu;uitioso en el amplio ciinúno de las perfecciones cinematográficas.


arco lapanialla

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(xmtdidjy maácfL d¿ I I

lENE una miraíla inteligente, aguda y vivaz en el rostro menudo e inquieto. Es de movimientos rápidos, de gestos curiosos, de ademanes expresivos. De todo él se desprende una gran simpatía. Tiene, a<lemás, un nombre que rubrica esa simpatía de su expresión y de su ademán: se llama Pepe, conocen todos por este nombre en el Estudio. Durante los días en que se filmó Poderoso caballero, Pepe era uno de los temas preferidos de conversación, uno de los nombres más rei>etidos en oficinas, cuartos y escenarios. —EJsta escena es la que Ortas tiene que hacer con Pep?. — ¿ í í t á vestido ya Pe¡ief —Yo cambiaría esa intervención de P.epe. Y Pepe, atendido, mimado, tirano de todos, mira a unos y otros con su eterna mirada inteligente, aguda y vivaz. Al verse en presencia de él, al conocer la excelencia de su arte cinematográfico, surgen a los labios preguntas y preguntas. Imaginativamente se trenza al diálogo. Y parece q u e sus ojillos vivos se animan y que de 8U boca v a n a surgir las r e s puestas a l interrogatorio. Diálogo hipotético; p e r o q u e muy bien pudiera ser exacto si en el cuerpecillo de es-

«Pepe», eon Casimiro Ortas, en uno de los «omentos mis felices oe la nueva producción «apañóla «Poderoso cab«ller«>

«P«pe>i una mirada inteligentr, aguda y vivaz en el rostro menudo e inquieto de este mono, que ha saltada de la pista del circo al trabajo ante el tomavistas

te Pepe menudo y vivaz entrase, de pronto, y como por arte de milagro, un espiritu humano. —^Mi nombre—parece decir, efectivamente— ee el de Pepe, en realidad. En cuanto al apellido, no lo sé. Me escapé tan joven de mi casa.. —^¿Espíritu aventurero desde muy pronto? —Si. Me atraían el arte y lo nuevo. Mi vida no se ha hecho para ser la de todos los de mi r a z a Yo aspiré e n s ^ u i d a a otra cosa Quise sobresalir, quise triunfar. —Sin embargo, es tisted muy joven... —Sí. Por eso precisamente puedo decir mi edad sin falsearla todavía, como hacen tantas otras figuras del cinema Hace muy pocos dias cumplí dos años. —Amigo Pepe: con una edad tan escasa recordará usted perfectamente cuándo se inició su carrera artística —Sí, desde luego. Yo creo que el amor a las cosas de arte nació conmigo. Sin embargo, donde me consagré verdaderamente como un gran artista fué en I t a l i a Comencé trabajando

en un circo. Qué gran sabor tenían los aplausos! Al oírlos por primera vez comprendí que ya me sería muy dificil desprenderme de su halago. Y durante toda mi vida continué trabajando en el circo. Pero no en un circo cualquiera, en un circo vulgar, ¿eh? Sino siempre en espectáculos de primera clase y como un niimero especial. —^¿Guarda usted buenos recuerdo-; de Italia? —Excelentes. Italia es un gran pais. —Y ahora, ¿qué le parece España? —Me entusiasma. No tengo más remedio que decirle lo de todos los que visitan este pais de maravilla: el sol, la simpatía, las mujeras... ¡Qué garbo tienen las españolas, amigo nüo! Crea usted que no es un tópico eso del sol y de la simpatía de España. —Fuera de su tiempo de trabajo en el Estudio, ¿qué ocupaciones le distraen más? ¿Le interesa el deporte? —^Mucho. Todos los deportes me encantan. Uno, sobre todo, es el que prefiero: la equitación. Tengo la costumbre de dar todas las mañanas un paseo a caballo por el parque. Sin él, el dia me parece incompleto. Creo que me falta algo el dia en que no he dado ese paseo. —^Vayamos al cine. Me hablaba usted antes del sabor de los aplausos. En el cine, sin embargo, no hay aplausos, o si los hay, son p a r a la sombra del actor proyectada en la pantalla — Tiene usted razón, querido reportero. Mucho es el halago de los aplausos. Pero es mayor todavia el veneno de la gloría cinematográfica Usted lo sabe. Son miles y miles los que sueñan oon verse en la pantalla Esa moda univer-


sal llegó hasta mi. Sabido es que los monos tenemos mucho de capri —Con verdadero lujo. En esto la Empresa no me ha regateado nada. Desde chosos. Yo me encapriché con el cinema. el ctimisón de dormir lujoso y coquetón hasta el frac elegante y el impecable —¿Es ésta la primera pelicula en que toma parte? sombrero de copa. Tengo la confianza y la esjieranza de <pie el púljlico sepa —Sí. Y si mi trabajo deja satisfecho al público, seguiré haciendo apreciar cómo he vestido mi personaje. film. Si, por el contrario, crítica y público me dicen que no es ése •—¿Contento entonces de la película y de su trabajo? mi camino, me volveré—melancólicamente, ¿para qué negarlo?—a —Sí, sí, contento. Confío, ¿por qué negárselo?, en que tendremos un éxito. Hemi trabajo anterior de circo. mos trabajado todos con un gran entusiasmo. Y si de mí no seria discreto que yo —¿Se hizo usted pronto al trabajo en los Eistudios? hablase, sí lo es que hable de los demás: todos están bien, muy bien. —Confieso que primero me aturdí un poco; que aquello me —Una pregunta inevitable: ¿Cuáles son sus artistas preferidos? desconcertaba: trajín, gritos, luces intensas, ruido de apara-Perdóneme que no le responda a eso, porque citar a unos podría traerme tos. Pero no tardé mucho rn acostumbrarme. Y apenas disgustos con los demás. La gente del cinema es muy susceptible y muy llegaba hasta mi la voz del directoi-—«atención: vamos a vanidosa Diga usted que todos me parecen muy bien. rodar...»—, ya estaba yo atento, preparado. —Sin embargo, aunque no sea más que un nombre... —Durante el tiempo que ha estado usted filmando las —Ahí va, por complacer a usted: Rin - Tin - Tin. escenas de Poderoso caballero, ¿se ha llevado bien con Guardo hacia él una conmovida admiración. sus compañeros de trabajo? ¿Han convivido a gusto? Pepe inicia un gesto de despedida. —^He pasado irnos días espléndidos, inolvidables. To—Perdóneme, pero... líe de hacer aún dos han estado muy bien conmigo. Me sonreían, me nmchas cosas. Me espera aliora acariciaban, me regalaban caramelos, chocolatinas, ^ otro periodista; vamos luecacahuetes... (Un paréntesis: los cat^ahuetes es mi ^ ^ ^ ^ ^ go a pasar en prueba manjar preferido.) De quien me hice, sobre tod • ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ el final de la pelícuun gran amigo, es de Casimiro Ortas. Es un actor la; me tiene citado fonnidable. También entablé una buena amistad ^^^^^^m director. con Castrito, con Medina, con Bonanova... Y ^^^^^^^ Esta prisa, esta multien cuanto a las estrellas, Hilda Moreno y Olly i plicidad de quehaceres Gebaner son dos mujeres encantadoras. Las Á (jue aguardan a Pepe, ¿no dos sabes bien la admiración que siento por ^ son loo mismos de que nos ellas. M habla cualquier star de las —¿Y del director? f de veras? Ya la gloria cinematográfica imjíone sus amables tiranías a este buen mono de la expresión inteligente y vivaz en el rostro ^ menudo e inquieto... H - U n a última pregunta nada más. V Para después de esta cinta, ¿tiene f usted algún proyecto de nuevas cosas? —Muchos proyectos, amigo mío. Pero todo sujieditado a lo que al público y a la critica le pueda parecer mi trabajo en Poderoso caballero. De eso depende hoy mi vida. Yo tengo confianza y esperanza, como le dije antes; pero... Si no gu.sto, do jaré de hacer películas, me retiraré. ¡Ah! I.<)8 monos tenemos una extraordinaria sensibilidad. Todo nos afecta, todo nos impresiona. Yo volveré a mi vida anterior de circo. O rae iré a un rincón, a llorar mi fracaso, a ser el último mono.

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Frente • Trente, Casimiro Orta§ y «Pepe>, vestidos ron la misma 1 elef(ancia, en una de las escenas de -Podero- j so caballero> 1

<—¿No hay un humano desaliento en esta abatida actitud de «Pepe»?

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Otro momento del nuevo juntos, también, el actor y el mono i

—^¿Máximo Nosseck? ¡Admirable Máximo Nosseck! Yo era su amigo inseparable. Iba a todas partes con él. Continuamente me estaba trayendo bombones al Estudio. Nosseck es un formidable director; no vea usted en esto parcialidad, gratitud a sus regalos constantes.. Yo soy un mono independiente. Creo que una gran parte del éxito de Poderoso cabcdlero se deberá a la labor rea'izada por este gran director. —^¿E^tá usted contento de cómo le han pagado esta primera película suya? —Le voy a ser franco: el dinero me interesa poco. Me encanta trabajar, y nada más. ¿Que además le pagan a uno? Pues encantado. A pesar de ese escaso interés mío por el dinero, le confesaré que la Ibérica Films me ha pagado muy bien. —^¿Cómo viste usted su jjersonaje?


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etw'xá'iavx, y c o n q u é sencillez olcanzarian esa misma suavidad de cutis de la estrella de la ParamountI Una buena orientación 'higiénico suele bastar, fricciónese a diario con la espuma cremosa del Heno de Pravia. Por su pureza y la finura de sus aceites, e s el medio más s e g u r o p o r o prestar al cutis tersura y lozanía. /Cuónfas

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J A B Ó N

H E N O P R A V I A

DE

PERFUMERÍA

GAL

' ^ A D R l D ' B U E N O S

AIRES

LC S DE N I N A


'imcrj^ cuida una i^aii"v&Mk"cUl "wuut' J A B K I S pensado alguna vez en lo (pie para cualquier mujer significa I descubrir los primeros sintonías de un súbito aumento de peso, losíntomas iniciales de un maichitamiento de la piel, la aparición il. Í!i primera arruga? Algo t e i T Í l ) l e , ¿no es verdad? Pues si todos estos sínHfU^as de que el crepúsculo de l a juventud áe inicia constituyen p " 1-

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Iris Adrián, la joven «stan, ufanase de poseer una belleza sana, plena de fragancias Y lozanías... Cora Andrée finge un desperezo, en el que se advierte la flexible elasticidad de su cuerpo pleno de armonías

quier mujer una verdadero tragedia, imaginad lo que ello será para uiui siar cinematográfica. De iihí que la preocupación máxima de todas ellas esté cifrada en el cuidtulo más escrupuloso de sii per?ona, en la atenta vigilancia de cada uno de sus encantos, en la conservación de su belleza, de su elasticidad, de su fragancia, de su línea, de su juventud, en una palaI i r a . Para ella», este problema es de vid;i o nmertc. l'n inespcr.ido exce.-o de yrasas, un prematuro marchitíuniento del cutis, equivalen a una transformación radical de su arte, al renunciamiento de los roles gratos y fácilmente celebrados, a la reducción de las nóminas y, en ocasiones, aJ ocaso de una gloria hasta entonces deslumbrante. A nadie puede, pues, sorprender que todas las artistas de la pantalla, las que llegaron a la cima del triimfo por mantenerse en ella, y las que intentan escalaila por hallar más fácil el sendero que a ella ha de conducirlas, vivan pendientes de sí mismas y rindan a su persona un culto que, sin estos antecedentes, parecería excesivo. Nadie, por tanto, más autorizado que ellas, ningún voto tan valioso como el suyo para orientar a nuestras lectoras en la ciencia de la belleza, de la cual ellas son características. En nuestro número anterior reproducíamos el testimonio de Claudette Colbert acerca de tan interesante tema, por estimar que la incomparable actriz posee como pocas el secreto de una belleza pictórica de scdut ciones. Hoy varaos a transcribir la opinión de otra artista admirable, francesa como la genial intérprete de Cleopatra y, como ella, poseedora de una belleza fragante y juvenil. Trátase de P a t Paterson, una de las estrellas más admiradas por las mujeres, que reconocen en ella, sobre una hermosura colmada de personalidad, un chic inconfundible y una elegancia insuperable. He aquí, a grandes rasgos, el método que P a t Paterson cultiva para la conservación de su belleza: «Todas las mañanas, al levantarme, realizo algunos ejercicios de cult u r a física, y a que ella es el mejor sistema—el único, acaso—para conservar la agilidad y acentuar la gracia de la línea. He aquí en qué consisten esos ejercicios: Ante una gran ventana abierta, con los talones juntos y los brazos extendidos a la altura de la cabeza, me inclino lentamente, conservando la absoluta rigidez de las rodillas, hasta que mis dedos tocan la punta de los pies. Este ejercicio, que tiene la finalidad de conservar elástico y flexible el talle, suelo repetirlo veinte o veinticinco veces por día. Seguidamente, y siempre delante de la ventana, practico algunos movimientos de gimnasia respiratoria, que es mi predilecto sistema para conservar el mejor aspecto del pecho y su más perfecta salud. Estas dos clases de ejercicio, el gimnástico propiamente dicho y el respiratorio, son para mí


fundamentales, y por ningún motivo—salvo enfermedad—dejo de dedicailes cotidianamente media hora. Suelo practicar también, por considerarlos t-umamente útiles para la conservación de la salud y la belleza femenina, la natación, la equitación y el baile. Y también cultivo un ejercicio ideado por mí, V que recomiendo como uno de los más convenientes. Consiste en permanecer cada día, durante veinte o treinta minutos, nunca más, haciendo gravitar todo el peso del cuerpo sobre la punta de los pies. El ejercicio es sumamente sencillo y puede realizarlo sin diñcultad cualquier i mujer, por muchas que sean sus ocupaciones. Yo lo practico generalJ mente durante el tiempo que dedico a vestirme para la cena o bien M mientras atiendo los mil pequeños detalles que toda mujer de su casa M debe vigilar por sí misma. He logrado ya tal práctica y he adqui^ rido tal hábito de practicar mi sistema, que lo realizo sin darme cuenta. Y os aseguro que no hay nada mejor para dotar al cuerpo de una gran elasticidad y, al misnio tiempo, para dar a las piernas firmeza y musculación. En cuanto al rostro, mi primordial cuidado .^^M consiste en preservarle de los ardientes rayos solares, aquí, en California, fuertes e intensos como en pocos lugares del planeta. Como adoro los baños de sol, suelo tomarlos siempre que el estaJHH do del tiempo y mis ocupaciones lo hacen posible; pero jamás ^ — con el rostro descubierto. El sol, singularmente en estas latip> tudes, tiende a resecar la piel del rostro, y también los cabellos, de un modo desesperante, y por eso tomo la precaución de resguardar de ellos la cabeza. Resultado de esta previsora

Ilu-

dida es la diferencia que existe entre el color tostado de mi cuerpo y el blanco cutis de mi rostro; pero yo procuro neutralizar este con- Cutraste empleando en mi maquillaje polvos róle Lombard, una de las muy obscuros. bellas mujere» Para el cuidado de mis cabellos, que, co- más de Ilollywood, en la mo sabéis, son rubios y de un brillo frecuen- d e l i c i o s a «tenue» temente elogiado, suelo emplear la bri- con que se dedica a llantina después de cada lavado con sham- la práctica de sus poing, y los someto, además, ima vez al ejercicios matinalea mes, a un tratamiento de aceite templado. Como complemento de mi terapéutica capilar, los cepillo diariamente con un cepillo de duras raíces. ¿Régimen alimenticio? Ninguno determinado, en lo que a mí se refiere, porque como suelo trabajar ante la cámara con gran frecuencia y el rodaje de cada película me hace perder generalmente cuatro o cinco kilos de peso, cuando llega la época de descanso no tengo otra preocupación que la de recobrar, como sea, los kilos perdidos. De todos modos, considero perjudiciales, para conservar en buen estado la gracia de la linea, los dulces y las féculas. Las carnes rojas, ciertos pescados, el alcohol y el café no son recomendables, si se aspira a poseer un cutis terso, puro y aterciopelado.» A decir verdad, el método empleado por Pat Paterson para mantener en punto su hechizo personal no difiere en mucho de los preconizados f)or otras artistas del ecran. Y es que el procedimiento ideal consiste, Dorothy Jordán, primero, en una atenta y constante vigilanmagnínco exponencía sobre SÍ misnia Jiara descubrir, apenas te de la mujer ítiTt, nacida, cualquier deficiencia que se inicie, y en una «pose» coiluada de ¿raria y de

euritmia

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después, en una gran constancia para la ajilicatíión de los métodos prescritos.—M.


M

AX Reinhardt, el famoso empresario y director austríaco, a quien se le adjudica el haber descubierto y desarrollado el mayor número de estrellas, y que en la actualidad dirige FA sueño de una noche de verano, adaptación cinematográfica de la obra shakespeariana, acaba de nombrar a los doce más grandes artistas (leí cinema. Entre las celebridades, el director no incluye a Charlie Chaplin, que, segvin él, es el más notable de todos, pues su selección se limita únicamente a los que han aparecido en films hablados. Su lista, que analiza más adelante, nombra a James Cagney, Greta Garbo, Paul Muni, Bette Davis, Charles Laughton, Robert Donat (que ha debutado en El conde de Montecristo), Marlene Dietrich, Kay Francis, Khatherine Ilepburn, .Marií'm Davies, Edward G. Robinsón y Leslie Howard. «Cagney—dice Reinhardt—es para mí el más grande de todos. Sus actuaciones se caracterizan por una misteriosa, peligrosa y aterradora incertidumbre que no deja al público descansar de la enorme tensión. Sus reacciones son inesperadas, llenas de vitalidad y nunca convencionales. Después de trabajar tres meses con él en El sueño de una noche de verano, sé que el papel de Bottom nimca ha sido hecho con tanta habilidad artística. El radio de su genio es ilimitado, siendo insuperable en lo cómico lo mismo que en lo trágico. Pocos artistas poseen su dinamismo y mímica.» «Greta—nos dice—tiene la misma fuerza; pero su método es el de ima calma agitadora.» «Paul Muni es im perfecto ejemplo del tipo mental de actor, que no solamente sabe sentir, sino también dirigirse con seguridad técnica. Sus interpretaciones siempre son de un tono realista» Bette Davis, según Max Reinhardt, posee una flexibilidad emocional poco usual que «la hace adaptarse a los pequeños rincones de un papel». «Est»—dice—hace que Miss Davis agrade tanto a los públicos que gustan de sus excelentes actuaciones.» La Dietrich fué nominada por su atracción, parte de la

Tílax ^ l'.<lwiiril <.. Uohill-l'lll. «1 ¡.Mili f l l'riiii i l i r c r t o r , e s UM <'I|HI) ti|>ici> tic lu CM-iK-la t e a t r a l

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cual es belleza y part-e la vibrante sugestión de su sex-appeal. Kobert Donat combina un fervor romántico con una gentileza muy rara en uu actor joven. Su perfecta medida do lo dramático es un seguro signo de genialidad. Kay Francis fué incluida por su «perfecto balance femenino». Ma.\ Reinbaidt considera a Miss Francis «el ideal interés romántico en una obra moderna». De Katherine Hepbum dice que «cs un tipo de novedad que se aparta de todo lo conocido hasta hoy». Sin embargo, cree que más bien que realidad es una promesa, aimque con un sistema muy interesante desde el punto de vista dramático, al que el público responde. Leslie Howard es «un ejemplo maravilloso del actor calculador, con un hondo conocimiento de las reacciones del espectador que le hace imposible perder una escena. Leslie es uno de nuestros más glandes artistas». EdwaFd G. Robinsón es, para Mr. Reinhaidt, «un caso típico de la «robusta» escuela teatral. Como un gran violinista, ataca los pasajes difíciles con una seguridad que arranca el aplauso del que presencia su trabajo. Tiene gran autoridad».

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«Maiión Davies—dice Reinhardt—es una rara comediimta, porque une la ingenuidad con la quietud emocional, que es algo como un sexto sentido de comprensión dramática. En la comedia ligera eá superior; pero es potencialmente u n a gran actriz trágica, contra lo que muchos creen.» «Las interpretaciones de Charles Laughton—dice el austríaco—son de lo más acabado y sutil que se da en el cinema. El actor inglés no es cómico, dramático o trágico. Lo es todo. Sus únicas limitaciones están en lo físico. Podría hacer HamUt si solamente se pareciese en algo ai triste principe escandinavo.» Así termina Max Reinhardt sus pintorescas e intrincadas declaraciones. Yo, sin afán de llevarle la contraria, y presintiendo que algún lector no quedará conforme, transcribiré los nombres de las estrellas que más éxito de taquilla han obtenido en los Estados Unidos e Inglaterra en el año anterior. Estados Unidos: Will Rogers, Clark Gable, Janet Gaynor, Wallace Beery, Mae West, Joan Crawford, Bing Crosby, Shirley Temple y Norma Shearer. Will Rogers v a a la cabeza de los otros por un gran margen. Habría que incluir a Eddie Cantor; pero como solamente actúa en u n a o dos películas al año, no se puede calcular por beneficios, aunque en popularidad es uno de los primeros. En Inglaterra el asunto varía un poco. Hombres: George .\rliss, Clark Gable, Wallace Beery, Clive Brook, Robert Montgomery y Ronald Colman. Mujeres: Norma Shearer, Greta Garbo, Kay Francis, Marlene Dietrich y Katherine Hepbum. Pero los gustos de un prohombre no son los mismos.—JOSÉ FERNANDEZ, J . R.


La pantalla alemana tiene en esta encantadora Inge List-que ha secundado a Kate de Nagy en * Turandot» -una de sus figuras jóvenes de más acusada personalidad. Posee un arte muy expresivo, rico en matices, y su belleza acompaña perfectamente ese arte suyo, alegre y sobrio.


c impoae uaa C¿'\9 ado a ciriemaToora-ica

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Ag estadisticas, a veces, sirven de muy poco; pero hay que reconocer que gracias a las estadísticas es posible actualmente encauzar la economía de los Estados. La cifra de L569 películas extranjeras es más elocuente que toda la literatura que se puedw ha<er hablando de protección a la industria cinematográfica nacional. Seguramente es ésta la primera vez que se publican completos y de una manera detallada los datos de importación de películas extranjeras, los cuales son sobradamente convincentes para que el Gobierno se decida a dictar una ley proteccionista. En la actualidad son pocos los países europeos donde no exista una ley reguladora. Citaremos solamente los casos de Francia, Alemania e Italia, donde la industria cinematográfica es una cosa efectiva, y, no obstante, los Gobiernos se preocupan de proteger al cinema nacional. Francia tiene establecido un contingente de suportación que permite solamente la entrada de unas 180 películas de largo metraje cada año. Estas películas, junto con la producción franc a — u n a s 180 películas más—, son suficientes para abastecer el mercado de la vecina Kepv'ibli- • ca. Además, todas las películas extranjeras importadas a PVancia deben ser dobladas en francés por artistas franceses y en Estudios igualnxente franceses, pennitiéndose solamente la proyección de la versión original a d ez salones, 6ntre la metrópoli y Colonias del Norte de África. . normas con que se rige el contingente de 'uiportación de películas en Alemania son las severas existentes en Europa. Para imperar películas se debe estar en posesión de una li^ n c i a de productor nacional o adquirir una licenespecial de exportación de películas alemapor laque se pagan unas 20.000 marcos. Es«8 licencias se conceden solamente a los distriuidores nacionales, y el año pasado creemos 4Ue no llegaron a cien las que se concedieron. Los italianos han puesto el veto a los idiomas xtranjeros, e igual que Francia, solamente per'te la proyección de los films hablatlos en itad^^" películas extranjeras traídas a Italia ^eoen ser dobladas por artistas y en Estudios 'ZV*"^^- Para cada película, además de los de«ctios de Aduana, el Estado cobra 25.000 liras

minase con este despilfarro de millones que se nos van al Extranjero para pago de esta enorme cifra de películas que nos importan, muchas de ellas sólo interesantes para venderlas a peso. Las Casas extranjeras e.stablecidas en nuestro de impuesto, las cuales destina a premios para la país, al verse obligadas a restringir la importaproducción nacional. Los productores de una peción de sus producciones, seleccionarían el malícula italiana reciben tm permiso especial que terial que debieran importar, y el buen cinema les autoriza a doblar tres películas extranjeras saldría ganando. sin el pago de las 25.000 liras. Somos partidarios, pues, de un contingente. Estos tres ejemplos son suficientes para orienLa importación de películas, que hoy se hace sin tar al lector de cómo se procede en los países ningi'in control, debería regularse con una ley o donde la cinematografía es una industria próscontingente, que podría tener como base la prop e r a Podríamos hablar de l i C t o n i a , de Hungría, ducción nacional del año anterior, que no es mude Portugal, de Inglaterra; pero no es necesario. cho pedir, que digamos. En todos estos países solamente diremos que Por ejemplo: Supongamos que en la temporaexiste un contingente de protección que limita da 1934-1985 se hubieran producido en Hspaña la entrada de películas extranjeras, ayudando 30 películas; para la próxima se facilitaría» 30 liasí al crecimiento de la producción nacional. cencias de importación, una por film producido, En España, en trece meses, han sido estrenaque permitirían importar cada una diez films das 1..569 películas extranjeras, de éstas, cerca extranjeros. Debería obligarse a que los países de 600 de lai^o metraje, contra 22 películas esque importasen películas a España adquiriesen pañolas. las producciones editadas por nosotros. Las licenSeiscientas pelícidas de largo metraje, como cias, empero, no deberían permitir importar los quien dice el doble de las películas que consudiez films todos de un mismo país, a fin de facilimen los mercados alemán, francés, inglés, etc. tar mayormente la expansión de la producción ¡Cuántas de estas películas hubiera sido prenacional y el máximo rendimiento económico. ferible no estrenarlas, en beneficio de los especCada licencia debería ser para importar, como tadores y en beneficio incluso de los mismo dismínimo, films de tres países distintos. E^ta meditribuidores! da garantizaría por anticipado la venta de la proEl negocio cinematográfico español, que acducción nacional, permitiendo realizar los films tualmente atraviesa una visible crisis, anda mal de un coste mayor a los actuales, y, por lo tanto, debido al exceso de material de largo metraje. más perfectos. Ea más: de la posible venta antiUn contingente que regulase la entrada de matecipada de la licencia, los productores podrían rial extranjero, aparte de favorecer a la cinemarealizar las peliculas, y posiblemente algunas tografía española, beneficiaría enormemente la de las Casas distribuidoras extranjeras encarriqueza nacional. ¿Cuántos millones de pesetas garían a directores o editores españoles films emigran de Rspaña anualmente para pagar esta a cuenta de ellas, para poder importar sus procifra considerable de películas extranjeras? Hay quien lanzó la cifra de doscientos millones. ducciones realizadas en el Extranjero. Lo que dejamos dicho es un proyecto que creeNosotros no lo podemos afirmar; no tenemos damos aprovechable. lista medida sería suficiente tos suficientes para comprobar la veracidad de para que resurgiera con todo su esplendor el cila cantidad mencionada; pero la croemos muy nema nacional, y si aJ mismo tiempo los impuesposible. tos que gravan la exportación de películas dejaEl Gobierno debe procurar la manera de gasen de aplicarse a la producción nacional, se rantizar e impulsar a producción y amortizahabría hecho el milagro para que los negocios ción de las pe ículas que se produzcan e n Espacinematográficos españoles fueran prósperos. ña. Podemos asegurar que los cinematografistas españoles y el público concurrente a los cines M I G U E L J O S E P H Y MAYOL (^radecerían una medida que de una vez ter-. Mi)(uel Joseph y Mayol, secretario del Comité del Cinema de Cataluña y autor del interesante artículo que recofcenios en esta página acerca de la urgente necesidad de la creación de una ley cinematográfica


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V

Una vez más, las figura» más salientes de la cinematografia yantf han querido expresarnos la opinión que les merece nuestra Revista. a*c« rfe / « pantalla tienen para CINEGRAMAS frases de encendió elogio que nos complacemos en reproducir, porque ellas son para nosotf el acicate mejor y el más estimado premio. Ciertamente, para una Re<"^

^cinematográfica nada más alentador que el aplauso de Hollywood. fotos, al pie de las cuales han estampado su rúbrica, bajo el elogio, más famosos nombres del cinema, nos enorgullecen como periodistas 'Como amantes del cinema, al par que nos satisfacen más todavía ioles.

Esas los y como

«4 1 . labor 4« loa aaorltoraa SI l a i a w ^ ' . , „ , , - - , . « " m a l a «1 SSjo'i» raTlataa a. oloe.

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lapraalóo t a a profnnaa.. .«na np o o l e r o M p r a a a r l a haata «o»

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bpaSa 7 p o . « . 4 « o l r l . e par.ooal«ai»»«

lo qaa pía nao í a a l i a .

"Ctatgrwas e u ¿•pa»»' aspararsa de

«10* poaia; Pooaa Taces ha » l , t o o n . r . T l . t a «e 01 na ^oa os h a / a oaiaado l a agraa.bla li^raalo'n í o a • C l n e g r ^ D . ,

• C l D s g r a a a a ' as ana graii p e r i s t a da olna. :/• oorazón desee ^ue nao^a asa paor, ya qoe ne parece d l f l e l l foa sea s e j o r .

"Oloegrair.aa' as l a obra 1* an , dlrect..r d l n i a l c o , a a l a t U o pe an grupo da Terdadaroa a r t i s t a •sari t o r a s . . . ! reíioldadast

StnearaMnta f a U a l t e al I y a l a a r a t a a t o n a «a - O l s ^ g t — . par la «xoalaota rarlata «oa af faaan a loa aflalona«os al olna.

\ S I soplara . . p a j o l «ÜJ'i' " ' l i a r ana aola llnaa 4* "Clnag»»"» • TÍO f a g o , . • oon?or.ar.. oon adalrar aa oo»poalolío.

iJiS

"OloagraMa" aa parvo* an oooplato aoiarto. TwJo * n a l i a aa g u a t a . . . ¡haata al t l t a l o j

S e v l a t s K como ' C l n e g r a n a a " honran a l olnsBiatógraío,; constituyan l a mayor s a t l a f f o o l o n de l o s i)Da noe dedlcamoe a a l .

"C;tie»'r8ff,as" es uno r e v l - t a de que cualquier p«L: s a s e n t i r l a o r g u l l o o .

"ClnBKtaaaa- «a un olaro exponer


Durante los intervalos de descanso que le permite el rodaje de su último film ^Korsaking All Others», en cuyo reparto participan tamhién Joan Crawford y Kobert Montgomery, Clark Cable gusta de refugiarse en la soledad del confortable camerino que le ba sido designado en los Kstudios, paro entregarse a la lectura, uno de los p laceres favoritos del admirable actor

RALTO LUNES E^TPiENO DE LA MEJOh P E y C U L A

/o NIÑA^oe&7 AOTMBRADO a¿ MUNDO, en

can. J A M E S PUBiiciris

DUNN

DE


El cinema trae y lleva lipos d e mujer. N o eslán, por ejemplo, d e moda h o y las ingenuas, tipo nxx poco pasado, e n v e j e c i d o ya. En cambio, imperan, cinematográficamente, las fffatales», las tvampiresas», l^s mujeres que son para los hombres un maleficio en sus vidas. Entre estas dominadoras de la pantalla está la gentilísima Ana Sten la gran artista de «Los hermanos Karamazow» y «La dama del boulevaid». Ana Stenn tiene en su labor ante la pantalla todas las carac­ terísticas y todas las seducciones d e las «fatales». Hay en ella esa gran dominación que halla en Marlene su mejor intér­ prete. Claro es que esto no bastaría para hacer d e Ana Sten una gran artista: ella lo es, verdaderamente, por sus magnír ficas condiciones d e actriz, acusadas en cada nueva produc­ ción con rasgos más vivos. Vampiresa, mujer fatal, domina­ dora... Pero, sobre todo, rango y calidad d e actriz justamente situada e n las primeras filas del cinema.


o eá indispensable el retrato i)ara dai- a conocer la fisonomía temperamental de una persona. A veces la caricatura o el trozo de caricatura, sin la fidelidad y el respeto del retrato, es mós expresiva. Cualquier rasgo sin armonía, hecho con vaguedad y sin método, nos puede decir mós de la intención y de la manera de ser interna de una persona. En nuestro caso, no nos hace falta describir en estos artículos todos los pormenores físicos de un realizador para analizarlos después y para deducir más tarde, de su carácter y conformación, su conciencia artística o mismamente su conducta consuetudinaria. I>o primero, porque no conocemos personalmente a la mayor parte de los realizadores, y lo s ^ u n d o , porque considero de poca eficacia establecer un juicio con sólo tener una visión exterior de la persona. No soy partidario de los retratos literarios que hace de sus personajes Teófilo Gautier. Admirables retratos, logrados i con maestría, pero no todo lo terminantes y j jugosos que jiuede exigir la complejidad psico- ] lógica de sus personajes. Es más eficaz la anécdota para quienes la j vida no tenga otro objeto que vivirla. Para quienes, irreductibles a las emociones, o a las preocupa/'ionos de orden moral, o a las inquietudes ideológicas, no vean en su vida ni en su ambiente social otra aspiración que el goce animal llevado a términos de pobreza o de grandeza. A éstos les refleja la anécdota, porque es un acto regular y común, sin otra multiplicidad que la m a n e r a en que se realiza. El temi)erímiento coraplicaxlo de un artista no llega ni a perfilarse a través de un retrato o de una anécdota Necesita más, y esta medida es ilim i t a d a Un artista se transfigura de año a añ»), y ello es ima muestra de su evohuñón. Por t'ssu obra cambia a medida que evolucáona svi ( "

N

Jack Conway, cl fjraii «lin-ctor. r x a n i i i i a i K l o . con cl iiolalilr <canicranian> llal Rosson, un apáralo tomavistas, en ci que han sido introducidas determinadas modificaciones sugeridas por Conway

Sarniento. Y en cada trozo de obra o en cada obra se entrevé una personalidad artística distinta, precisamente por haber sido movido el concepto de las cosas tratadas. Teniendo en cuent a esto, no sólo no podemos estudiar a un artist a a través de un retrato o de una anécdota, cuyo contenido de esta última sea uno de sus actos man característicos, sino que tampoco a través de su obra, que es la que más taxativa y subjetivamente le puede definir. Menos en cinema que en ningún arte. En otras artes hay más pureza de intención, porque el artista tiene una perfecta autonomía para ejecutar su obra, i El arte cinematográfico descansa sobre y depen-1 de de un gran aparato económico-administrativo, i El trabajo del realizador está regulado directa-3 mente por determinadas normas de producción,! y estas últimas, por una habilidad industrial.' Motivos son éstos que imposibilitan al metteur i en scéne a obrar por su cuenta. Se ve obligado a? dar a su obra un sentido fal,so y cambiar su in-j tención por otra que le es extraña y e.stá en pugna con s u temperamento. * En .latík Conway tenemos un caso muy c;ercano. Si tomamos como punto de partida s u film Filibusteros moderru)s (Twelwe miles out) y después j i a s . m i o s a referirnos a ün tipo bien fSrrwrt set), nuestra desviación n o puedo s e r mayor. Media u n mundo entre el contenido, la realización y la psicología de los personajes de estas dos 1 «elículas. En .lohn Gilbert hay u n tipo univer-al, mientras que e n William Ilaines hay u n tipo único y personal. Lo mismo hizo John Gil-

bert de audaz y de don Juan en El caballero del amor, que de tímido periodista en Por una rubia, que de contrabandista pendenciero y travieso en Filibusteros modernos. William Ilaines es en todos sus films el fresco, cínico y fanfarrón de siempre. Elsta es la demostración de que Jack Conway no h a tenido que adaptarse al trabajo de los artistas para realizar un film. Podemos reforzar esta demostración si añadimos que Lon Chaney, John y Lionel Barrymore han trabajado también bajo su dirección. En cada artista hay una diferencia t a n perfectamente visible, que no pueden ser más opuestos los personajes que interpretan. A pesar de todo, Jack C-onway no es el mismo en ninguna de sus películas, y mal podríamos obtener su identificación artística si siguiésemos este camino. I^o único que podemos hacer es escoger los puntos de coincidencia que haya en sus films. El trio fantástico es diferente en todo a Filibusteros moderrws, a Hay que casar a jmpá, a Vn tipo bien, a Jimmy el misterioso, a Mientras la (riudud duerme, a Nada más que un gigolo, a Arsenio Lupin, Honduras del infierno. La pelirroja, ¡ Viva Villa! y La novia feliz. Son películas éstas que desconciertan, tratándose de un mismo autor^]jor la diversidad de tonos que hay tratados en ellas. Pero hay pequeños detalles, aunque de conformiU'ión muy distinta, qne nos revé an por em^ima de todo la encubierta intención del realizador. Detalles y escenas situados siempre al fhial de sus ])elículas, puesto que es donde termina la anécdota y donde se consagra la traidora o bondadosa conciencia de los j)ersonajes. En Filibu.<iteros modernos, Emest Tórreme y John Gilbert encarnan a dos cimtrabíuidistas <pie se apreiñiui y se odian al mismo tiem})o. Su rivalidiul profesional es t a n acusada, cpie l'n todos los puertos donde desembarcan se pe-


lean a nnierte. Ernest Torrence, incorporado a la pelicula, traiciona a John Gilbert, soroiendiéndole en el barco para asaltar su cargamento. Pero llega la Policía... Ahora los dos queridtis rivales olvidan sus planes vengativos, se dan un abrazo y se disponen a peli-ar juntos, para poner a la Policía fuera de combate. Defienden un interés común y su honor de contrabandistas. Después de un largo tiroteo, que termina con la vida de varios contrabandistas y que destroza la mayor parte de las sacas de licor que hay en la bodega del barco, vencen los modernos filibusteros. Ernest está herido de muerte. Con una rudeza incomparable, llama a su odiado compañero y le dice: «¡Bah, no merece la pena de que nos enfademos! Vale más nuestra amistad que todas las sacas de ivishy y que todos los barcos viejos como el que me has vendido. Venga un abrazo...» Son tipos humanos, de gran nobleza de corazón, los que Jack Conway estudia en sus obras. Les diferencia todo; pero, a lo último, cuando finaliza el film, les viene a unir las virtudes más generosas. A.sí son también aquel gigante, aquel enanito y aquel hombre que se viste de vieja en El trío fantástico. La truculencia de Jack Conway no es truculencia precisamente, por no parecerse en nada a la de James \Miale, personalizada por Boris Karloff. Boris Karloff es un monstruo artificial, creado para asustar a la gente. Lon Chaney fué en todos sus films un monstruo humano, y fué humano por ser monstruo de grandes defectos físicos y espirituales. En Nuestra Señora de París es idiota y es jorobado. EH monstruo de cuerpo y de alma. En Mientras la ciudad duerme y Fil trío fantástico, los dos films de Jack Conway, es monstruo de alma, de espíritu, de intención. Y como la maldad es incompatible con la belleza física, procura desfigurarse para cometer sus crímenes o sus robos. Al final, el tipo inconsciente adquiere consciencia, adquiere humanidad... He aquí el punto de coincidencia en Jack Conway, a través del cual es únicamente posible estudiarle como artista y como psicólogo, como realizador y como humanista. En el fanfarrón y cínico William Haines que dirige Jack Conway, también termina por haber coincidencia^ genéricas con el resto de su obra. Es el fanfarrón que gana todas las carreras, que vence en todos los campeonatos, pero que, al final, su misma fanfarronería le hace fracasar. Ks el simpático que contagia de optimismo a todo el mundo, pero que su misma y desenvuelta simpatía le hace ser aborrecido. Junto a un momento cómico, uno dramático; esta es la extraña emoción que busca Jack Conway en sus films. Hay quien dice—lo han dicho muchas plumas—que Pancho Villa fué una persona deshumaniza!da y salvaje. A.sesino fiero, inconsciente y vengativo, de estos que no conocían ni perdonaban a nadie. En ; Viva Villa! recibimos una impresión contraria. Las victorias que gana Pancho Villa, a fuerza de derramar sangre, parecen como juegos infantiles o como travesuras de niño. Pancho Villa, según Jack Conway, es un hombre bonachón que se deja pegar por su mujer, engañar por im periodista, y que es capaz de cometer la niñada de matar a un hombre porque no le pinta un toro en la carta que dirige a una de sus novias. Pancho Villa es tan indefenso y débil de carácter, que se somete a la voluntad de Madero, a la más mínima voluntad de Madero y de Johnny Sykes, el periodista. Todo esto tiene una significación en Jack Conway, y ello constituye su temple. No importa que sus películas sean opuestas en todo, en personajes, en realización y en contenido, si hay en ellas un i)unto común que las relaciona. Sutilmente hemos creído encontrar el espíritu de Jack Conway a lo largo de todas sus obras. Cosa que no hubiéramos obtenido haciendo un retrato de su [lersona o escogiendo una anécdota de su vida. El artista se podrá transfigurar en concepciones y en ideas; pero queda siempre algo denso y persistente, que nace y muere con 61 sin sufrir otras alteraciones que las puramente objetivas. Y esto es lo que hallamos, en cualquier momento, e n el resquicio más insignificante de la conducta de una persrina; sobre todo, en la obra de un aitista y, principalmente, en la de un realizador-IcI cinema—A. DEL AMO ALGARA

Jeán llarlow, Olicsícr Morris y I.cila liyanis en mi momento <lel film <le Juek Conway .l.a pelirroja»

olloiidiiras «le iiificriio» otro ndiiiiralilr filiii di Jack (ioiiH ay. inler|ir)-tn(l( por Itolii-rt Moiit:;onier) ; el coloso \ \ aricr lliistoi

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TRA deliciosa artista germana que ha estado en Paris: Martha Eggerth. Las alemanitas adoran las mañanas del Bosque de Bolonia, las noches del café de la Opera... Y la primavera pone flores, no sólo en las ramas de los árboles, sino también en las solapas de los boys, que vuelven la cabeza al paso de Martha —¿De incógnito, Martha? —51. De riguroso, de delicioso, de reparador incógnito. Fíjense ustedes, mis lectores; poco más o menos, la misma teoría que Kate. Poco más o menos, idéntico deseo al de todos los ailistas de cinematógrafo del mundo. Descanso. Aislamiento. Diversión adaptada al placer propio. Huida de los Estudios. Lo que demuestra que en el cinema... no es oro todo lo que reluce. Martha está ya en Berlín. Viene encantada de París. Cada vez es más suyo. Así lo ha dicho. ¿Dónde se hospedaba Martha en París? En un hotel próximo a l'Etoile. A la plaza de l'Altna.

C i ñ a F a l k r n i H T U > Dniíii--

le Parola, las «los Ix-llr/as rubias, que cu la >crsi(')ii aicniaiiii de «l.l biiróii lano/. la micvii |>roiliicci('iii de ISriiiio Day. rcali/iiilii por Karl llarll. acd'iaii con posllivo acicrio

El 27 de Abril se ha reunido el Congreso Internacional del Film, en la sala de la Opera Kroll de Berlín. El local ha sido lujosamente atlomado y empavesado con las banderas de todos los paises representados en el Congreso por dos mil delegados. Representantes de las autoridades del Reich se encontraban en la ceremonia inaugural. El señor Scheuennan, presidente de la Cámara germana del film, pronunció un discurso de bienvenida dirigido a los congresistas. En nombre de éstos le contestó el señor Jourdain, de Bruselas, presidente de honor de la Federación Internacional de propietarios de Salas. Todas las empresas de cine de la cajiital alemana han abierto g r a t u i t a m e n t e sus salas con programas especiales, a fin de que todo el mundo pudiera acudir a presen-

¡Brigilte Helm y Jeán Murat juntos otra vez! Ello será en la e m o cionante producción francesa «El secreto de los Woronzeff», que se desarrolla en un ambiente de gran mundo y que tendrá por p r i n c i p a l e s lugares de acción Niza, Cannes. París, Montecarlo...

POwL.

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ÍÍJ.


ciar este formidable empuje de la producción europea. Únicamente era condición precisa al espectador adquirir un emblema del Congreso por la insignificante cantidad de diez peniques. Unos 200.000 berlineses han aprovechado, en la tarde del 27, la magnifica ocasión que le brindaba el Congreso Internacional. La ciudad estaba animadísima. Los cinema-: lucían iluminaciones alusivas, en colores; banderas internacionales colgaban de las terrazas; films europeos se e.xhibían en las salas... ¡Un gran éxito! Ningrma capital mejor que Berlín, en los actuales momentos, para captar la palpitación emocional de un Congreso de Cinematógrafo, al que han acudido representaciones de todo el Continente. Para los eterno.-^ suspicaces, poco enamorados de la eficiencia de los

Maravillas del firmamento. Ofrecerá al espectador, admirado, una visión real con ampliación teórica sobre constnicciones gigantes montadas en Neubabelsberg, y las innumerables maravillas «¡elcstes ignoradas por la mayoría, pero anheladas por todos. El film será explicado por un prestigio de la Astronomía española, cuyo nombre aun no ha facilitado el Departamento de Publicidad de U. F. A. Misterios del Sahara. Documental en las arenas inhóspitas. Metraje, unos dos mil. Explicado en español. Es de resaltar este detalle, que los germanos, en buena parte de sus producciones, doblen el diálogo en nuestro idioma, lo que parece probar el éxito que sus films tienen en España y países de habla idéntica al i-uestro. Un hombre que quiere ir a la patria es un argumento pleno de melodías. Se han rodado algunos exterioras en Santa Cruz de Tenerife. Otros, en las rocas gredosas de la costa de Inglaterra. Un poema de viaje. Juana de Arco, en alemán, dirigida por G. Uciky. Film, naturalmente, histórico. Alemania se asoma y mira a Londres. Alemania no quiere que Korda y sus satélites le pisen el terreno en un plano de tanto público como son las producciones de ese tono. "(É^ En curso de rodaje, como la anterior, está La viuda soltera, de A cuya producción no tenemos más antecedente que el título. M

.

Hay otros cuatro film-; germanos en vías de ser lanzados al mercado internacional, que hemos señalado y a en estas mismas columnas. Bri daremos ahora al lector algunos datos de interés sobre las cuatro nuevas cintas de Neubabelsberg. Nos referimos a Barcarola, Anfitrión, El barón gitano y Viendo fresco del Canadá. Barcarola, dirigida por G. Lamprecht, y con Lida Baarova y Gustav Frolich en los principales papeles, es un argumento que desarrolla una acción romántica en la que es héroe un aventurero. Una música fascinadora, la de Barcarola, de Offenbach, da al film un tono emocional y enardecedor... Anfitrión («liOs dioses se divierten»), interpretada por Henry Garat, Florelle y Armand Bernard en su versión francesa (Willy Frishct en la germana), es algo suntuoso en los anales del < i::ema... ?Jl barón gitano, dirigida por C. Hartl e interpretada por Adolfh Wolbnick y Daniela Parola, está basada en la famosa opereta de Strauss. Música y ambiente inspirados en la Hungría bohemia, los «expertos» germanos que la han visto aseguran que supera a La princesa de la Zarda, y Viento fresco del Canadá, dirigida por Kenter, con Dorit Kreysler y ^^^^ Paul Horbiger de protagonistas, está basada en una obra teatral, con melodías muy populares y un desfile de mow^^^^^ délos que tendrá gran éxito entre ellas. ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ Estas son las últimas noticias de Berlín, señores. ^^^^^^^ Buenos dias. Y... ¡lean ustedes C I N E G R A M A S !

1^^^^^ Congresos, diremos que no sólo invierte su tiempo la Alemania cinegráfica en organizar meetings de ese tipo. Y para probarlo, he aqui las últimas noticias de N e u b a b e l s berg y Tempelhof, los grandes e s t u d i o s U. F. A. Films en rodaje o films terminados en espera de la temporada 1935-36: Noche de Mayo, versión francesa, con Femand Gravey, Kate de Nagy y Lucién Baroux, dirigidos por G. Uciky. Narración de un suceso desarrollado en la corte de María Teresa de Austria, en 17í^.;'. Noche de Mayo será dentro del film lo que El caballero de la rosa en ^ 4d la ópera. El secreto de los Woronzeff, francesa, con ' Brigitte Helm, Jeán Murat y M. Ozeray, dirigidos por A. Robis'n. Una producción emocionante desarrollada en alta sociedad y vivida en Cannes, Niza, París, etc. ¡Brigitte y Jeán otra vez juntos! Un diablo en la botella, francesa, dirigida por Hilpert, y con Pierre Blanchar, K a t e de Nagy y Gina Manes en el reparto principal. Es una cinta basada en la narración de R. L. Stvenson, y plasma las reacciones que produce en el ser humano una botella endiablada que concede al que la compra todo aquello que puede desear: amor, gloria, riquezas... Film logrado con arreglo a las últimas modalidades técnicas de los sutiles cameramen germanos. Trama fantástica y realización fantástica. Gran intensidad dramática. Ei Cimbel, francesa, dirigida por Steinoff, con Pierre Brasseur y Edwige Feuillere en los primeros planos. Aventuras y acción emocionante. ¿Escenarios? Constantinopla y Marsella. Y un buque que hace la travesía entre esas dos ciudades. El autor del guión ha sabido hermanar lo humorístico con lo dramático.

LUIS DE A L D A O L A

Arriba. Una rscena dr «Barcarola», cl nuevo film d e l a l l . F. A., en el que tienen principal intervención I.ida Baarova y Gustav Frolich E n e l círculoi Willy Frischt, el John Cilbert alemán, que desempeñará el protagonista de «Anfitrión», en la versión germana Abajo: Martha EggeHh acaba de r e g r e s a r a Berlín, después d e haber pasado en París, de riguroso incógnito, unos brevísimos y deliciosos días de vacación y aislamiento


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lüfEsb/uUos La más moderna atracción del Broadway madrileño

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VANGUARDIA

CINEAAA E S P A Ñ O L .

TOMA D I L E C T A DOBLAJES

i'NQiK la prensa diaria, al dar cuenta de la inauguración del Cine MadridParís, pareció agotar los adjetivos laudatorios comentando la elegancia de sus líoeas, la máxima sencillez de los elementos decorativos y la racional disposición de la aaia, la pantalla y todos los demás servicioa, queda todavía mucho por decir de este nuevo éxito de Teodoro Anasagasti, el arquitecto de las grandes concepciones e irreprochables realizaciones, y aunque no podamos hoy dedicar al nuevo Cine Madrid-París el comentario extenso y detallado que se merece, sí queremos hacer constar en esta página el esfuerzo y el acierto que significa la construcción de tan hermosa sala de espectáculos, que ha venido a aumentar la belleza y la alegría del Broadway madríleño.

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PALACIO DE LA MÚSICA ••lna fiesta en Hollywood" 8TK film es un J «surtido» de escenas cinematográficas en las que hay de todo: farsa, comedia, sainete, revista, )arodia de las pelicuas de fienus y dibujos I en colores. Carece de! unidad y sindéresis, co-' mo diría un ponderado profesor de Psicología y Etica. P e r o t i e n e gracia en muchos momentos, y vayase lo uno por lo otro. Jimmy Durante hace un Tarzán «a una nariz pegado», y Stan Laurel y Oliver Jlardy hacen... el indio, como acostumbran, aunque en este caso se superan, porque el indio se convierte en nudista, que es, a mi entender, el indio más indio de

E

«Kl dictador», que mañana se estrena en el Cine de la Prensa tiene eomo principal figura masculina a Ricardo Cortez que aparece en nuestra folo en una escena de dicho film

iddos: un indio frustrado. T i e n e n u n a escena con Lupe Vélez, también s e m i n u d i s t a por el traje—¡y qué sugestiva está la morucha!—, cuya escena haría reír a B u s t e r Keaton y aun al mismísimo d o n Víctor Pradera, si cometiese la calaverada de ir al cine. Walt Disney h a prestado a este mosaico cinematográfico uno de sus más ingeniosos y bellos cuentos de dibujos en colores. Bellas mujeres, mús u a fácil y alegre, extenso reparto, habilidad técnica, excelente fotografía y rapidez en la acción, entendiendo por acción el desfile de escenas. ¿Qué falta entonces para que Una fiesta en Holhjwood sea tm buen film? Nada o casi nada: sindéresis. ¡Ya ven ustedes, una palabra e s d r ú j u l a y cursi!

íle u ,ui una escena de U gran produeeión de la Warner Uros -Carita de Ángel , de la que son protagonistas Itarl.ara Stanwi.k > (;e.,rír 11,. .U. v cuyo . , . . e n u ' ^ ñaña lunes en cl Cine Rialto

.ifiC.


Sirl. y Temple, la pequeña grau esírella, reaparece inañana, eon Jame» Dunn, en el lienzo del Capítol, como figuras principales de la película .Ojos cariñosos.

KIALTO "Fueros humanos" Pudo ser un magnífico poema, y se quedó esta película en comedia realista, con aspiraciones a melodrama Y cuidado que Frank Borzage tenía asimto e intérpretes para intentar un vuelo en el que, además, le huhiera acompañado su talento de realizador excepcional. Pero no han querido remontarse esta vez, frustrando la serena poesía que se desprende del asunto y las fac u l t a d e s de Spencer Tracy y Ijoretta Young. A pesar de todo, no es Fueros humarlos un film vulgar. ¿Cómo iba a serlo con este director? Hay escenas de i n d u d a b l e belleza y emoción, pero no pasan de aleteos o intentos de un vuelo que nunca llega a realizarse. La acción es lenta porque el realizador, en vez de calar hondo, aplica en sentido horizontal el ritmo que reclamaba el film. Acierta en el estilo y no en el modo de aplicarlo. Cuestión de orientación, que le ha costado a Borzage un é x i t o . No así a Spencer Tracy y a IJOretta Young, los protagonistas, por quienes solamente—aunque no hubiera otros valores en el film—merece verse Fueros humanos.

escasos y nada sugestivos escenarios se puede conseguir una película movida y graciosa Si ésa fué su intención, la ha logrado plenamente. Sobrieda<l de medios y riqueza de efectos, siquiera sean de un orden secundario y no bien definido de comedia, ya amorosa, ya política, entre las | quo oscila como un péndulo el pretexto drama-; t i c o del film.

Ksta oscilación, o mejor, mezcolanza de génen«, no se opone a la unidad lógica de la intriga, y mucho menos a su desarrollo puramente

'

cinematográfico, cualidad que con la gracia y sobriedad señaladas antes constituyen la característica de Ya sé tu número. Joan Blondel—los hombres las prefieren así^— y Pat O'Brien—las mujeres los prefieren audaces—ralizan una simpática y peligrosa labor de aproximación que termina en b o d a •

PHKNS.A

"Ya sé tu número" Diríase que el director de esta comedia cinematográfica se propuso demostrar que con

a

La Cifesa ha presentado en Actualidades un reportaje de la elección de «Miss España», con buena fotograña y excelente sonido de los E^studios Ballesteross Tona-Film.

«Alad)-> y Acuaviva en una escena de la graciosa pelicuU «Kl tren de laa «,47», película nacional que se mañana en el Monumental Cinema

presenta

En prueba privada .se proyectó en el Tívoli una película corta de Edgar Neville: Lo vida intima de un tenor, casado con una tenora. Fruto del matrimonio es un hijo tenoriru). Sátira intranscendente del divo, para reír. Humor fino y miísica agradable. Total: una película zumbona, original y arbitraria Su protagonista, el célebre cantante Juan García, «vive» el tipo de un modo tan estupendo, que parece natural. • • Patrocinado por la Asociación de Redactores Cinematográficos Unidos, se presentó en el Royalty el film «científico sexual, del dw;tor Van de Velde, Kl amor que neresitan las mujeres. Documento interesante, quo fué aplaudido por un público de universitarios y profesionales del cinema. A N T O N I O GUZMAN MERINO


films que se dirigen hacia España para tomar parte en el IV Concurso Internacional del mejor F'ilm de «Amateur» 1935.

Los films que represonlarán a España en el IV Concurso Iiitorternat'ional del mejor Fihn de «AinaloiirH

1935

A

fin de seleccionar los films que han de representar a España en el IV Concurso Internacional del mejor Film de «Amateur» lí)35, que se celebrará en Barcelona del 16 al 20 de Mayo, se reunieron el día 16 del pasado Abril, convocados i)or la Revista Cinevia Amateiir, organizadora, como en años anteriores de la sesión de selección, los delegados de las entidades de cinema amateur siguientes: Asociación de Cinema «Amateur», de Barcelona; Asociación de Cinema «Amateur», de Mataró; Cineraatic Club «Amateur», de Barcelona. Y los de las Secciones de Cinema de: Amics de les Arts, de Tarrasa; Agrupación Excursionista, de Badalona; Asociación de Alumnos de la Kscuela de Bellas Artes, de Barcelona; Asociación de Alumnos de la Unió Industrial, de Barcelona; Ateneo Enciclopédico Popular, de Barcelona: .\teneo Popular de Gracia, de Barcelona; Centro Excursionista de Cataluña, de Barcelona; Centro Excursionista de la Comai"ca de Bages, de Manresa, y Centro Excursionista del Valles, de Sabadell. En las reuniones previas celebradas en el local del Centro Excui-sionista de Cataluña fué acorfiado, a petición de algunas entidades, que el Jurado que hubiera de seleccionar los films para paiticipar al IV Concurso Internacional fneía integrado exclusivamente por im delegado de cada entjidad y uno por la Kevi.sta Cinema Amateur. El Jurado estuvo integrado por los siguientes señores, delegados, respectivamente, de laentidades ya citadas: señores Gil, Tura, Iglesies, F'reixa, Vaucells, Ortiga, Aymerich, Lozada, Vila, Socias, Cirera, I^obet Gracia y Caralt. Después de proyectadas todas las pejículas aportadas por los respectivos delegados, fué acordado que los films representantes de Esjjaña en el IV Concurso Internaciímal del mejor Film de •Amateur» 1935 fueran los siguientes: 16 m/m.—Argumento: Lliome impor^'nt, de Domingo (¡iménez; documental: '^allars i RibagorQa, de J. Salvans; li La volta al món, de .1. Argemí. '',5 m/m.—.Argumento: Sisifo, de •"rancisco Gibert; documental: La pesca mero, de A. Sarsanedas; libre: RefleJ"*, de Domingo Giménez; color: De Bar<-dona a Port de la Selva, de T. A. Pi-

ALKMANIA

16 m,m.-—Drxíumental: Vom trigiag zur adria, de Ottomar Krupski; libre: Eirte kleine konigstragodie, de R i c h a r d tíroschopp. 9,5 m/m.—.\rgumento: Kampf um nichts, de Rudolf Taesler; documental: Am mühlbach, de Friedrich Zipfel. 8 m/m.—Argumento: lAsettote feiert geburstag, de Wilhelm Kulmann. 8 m/m.'—Documental: Ferien 1934, de Frl. Charlotte Behrens. BÉLGICA

16 m/m.—Argumento: Evasión, de André Cauvin; documental: En croisihe, de Gastón Wyne; libre: Jour ouvrable, de Pau C. Faniel. 9,5 m/m.-—.Argumento: Mirage, de Paul C. P^aniel; documental: Exposition Universellle 1935, de Rene Van Wylick; libre: J o crisse aviateur et jocrisse le loup, de Thomaz de Bossiéres.

presentar a nuestro país enfrente de diez y nne\ (' naciones participantes.

16 m/m.—Documental: Mighty Niágara, de Ijcslie P. Thatcher; libre: Av/dher Day, de I^eslie P. Thatcher.

Los films de otros países

FBANCIA

A continuación detallamos algunos de los

i

16 m/m.—Argumento: La vie est un revé, de 3 Mr. y Mme. Monier; documental: Sur un 1 marche normand, de M. Lehéris.sey; li- | bre: Trois petits tours, de M. Pierre Bo- ¡ yer. ] 9,5 m/m.—Argumento: Deidinée, de , M. Vermeiren; documental: A Vombre de la butte, de M. R. Foucault. 8 m/m.—Documental: Jus de tonraine, de M. Duchesne; libre: Atmosphere. de M. Ix)uis Cuny. HUNGRÍA

16 m/m.-—Documental: Surgigal treatment of the e¡nlepsy, del Dr. Ilammersbeig Elemer; argumento: Un jour silenciaux, de Juhász Béla. 9,5 m/m.—Argumento: Lilián, de Dudas Ijászló; libre: L« remoulleur amoureux, de Z.seller I j p o t . IRLANDA

9,5 m/m.—Argumento: Donegal, de

William A. Alien.

nos. Al haí;er ])ública la selección acordaCinema Amateur se complace en re•^arcar la composición del J u r a d o y ^radece a todos los Clubs haber hecho cosible unas reuniones tan amigables, de ^•'^ finales ha salido, con los mejores Propó.sitos, la representación amateur ^lue en el IV Concurso Internacit)nal del "»e]or Fihn de «Amateur» 1935 ha de re-

CANADÁ

l)el film en rodaje «Avater», de Francisco Gibert

ITALIA

1/6 m/m.—Argumento: La nonna di cip e puk, de Pier Luigi Erizzo; documental: Pompieri, de Cario Nebiolo; libre: Nottumo, de Fernando Cerchic. VUGOESLAVIA «1.a mujer y lo» deportes», film de Aurelio Ferré

16 m/m.- Documental: En avión vers l'Adria tique, de K ni <> IV'biirc.


9,5 m / m . — A r g u m e n t o : Faust, de Oktavian Hletic; documental: Adriatic tunny Jishing, de Ljudevit Vidas; l i b r e : Idylles d'Adria, de Oktavian Miletic; color: Revista de colores, del doctor Maksimilijan Paspa. l'AÍSKS BA.IOS

16 m/m.—Argumento: Stormy Weather, de P. Reynders; documental: Mooie Violen, de P. Vantt Kaar; libre: Black and White, de A. Parré. l-OUTUGAL

16 m/m.—Documental: Cintra, d e Eng, Femando C a r n e i r o Mendes; libre Sonho infantil, de F e r n a n d o Ponte e Sonsa

Del film «Blat», de Salvador Hifá

SUECIA

16 m/m.—Libre: En Sommarrapsodi, del doctor Helmer Bax^kstrom. SUIZA

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16 m/m.—Argumento: Le beau vo voyage, del Mr. Kaufmann; documental: Naples, de M. 1 Weissenberger; libre: Examen Psycotechnique, \ de Ing. Baer; color: Les qmtre saisons, del doctor Mercier. CHECOESLOVAQUIA

16 m/m.—Argumento: Atom vecnosti (L'atome de Veternité), de C. Zahradnicek. 9,5 m/m.—Argumento: Hadrová ancha (*Annette. La poupée de chiffons), d e V. Burda, doctor Ijcngsfeld y F. Tichy; documental: Dofolená 1934. Faltan por enviar aún los de Inglaterra, Argentina y Austria. Del Japón y Estarlos tenidos ya dimos cuenta en pasadas ediciones.

que las diez y nueve naciones envían aJ Concurso, los organizaflores han dispuesto, en principio, la celebración de unas .sesiones especiales gratuitas para los socios de todos los Clubs cineastas espailoles. No podemos de momento afiadir otros detalles respecto a ellas, como no sea de que los films que se proyectarán en la sesión de gala del día 20 j en el Cine Fémina no serán vistos en ninguna' otra ocasión. D. G.

DEL CONCURSO DK LA F. C. DE C. A. El jueves pasado finalizaron las sesiones de este interesante Concurso, en el que hemos tenido ocasión de apreciar un buen número de excelentes films. Los programas de las dos últimas fueron compuestos por Natación, Retalls barcelonis, Sangre en la Pampa, IM dona i els e.sports, Flvocació, Catllarás, y No diguis mai... Feria del libro, Egara, Octubre, Un as por amor, Morriña, Cerámica Serra, IM vuelta al mundo y Cosía catalana. Entre los inéditos—muchos han sido y a comentado en otras ocasiones—son dignos de mencionar, por los innegables méritos que contienen,

Sesión d« gala en honor de los delegados extranjeros Hemos leído el programa de los actos que durante los días 16 al 20 de Mayo se celebrarán en honor a los delegados extranjeros del IV Concurso Internacional del mejor Film de «Amateur» 1935 y del Primer C o n g r e s o d e Cineastas «Amateurs», y creemos de sumo interés destacar la fecha del lunes, día 20, en el cual tendrá lugar, por la noche, una sesión de gala en el Cine Fémina, de Barcelona. En esta sesión se proyectarán por única vez los mejores films del Concurso, seleccionados entre los de los diez y nueve países par- j ticipantes. Es realmente, no sólo para los cineastas; amateurs, sino también para todos los que aman al cinema, una ocasión que quizá no vuelva a repetirse. Con la finalidad de que todos los cineastas amateurs puedan, ver los films

• Tarraeo, la aupusla*. film realizado por Juan Hoig

No diguis mai..., en el que destaca la naturalidad y la expresión de los niños que actúan en él. El film, en su asjjecto narrativo, no tiene la fuerza deseable, quizá por causa de la anécdota vacilante que sirve de esqueleto a las escenas. Evocado responde, sin duda, a un mismo concepto que Cotuierto Costa; pero aquí el autor no ha podido realizar la obra con la misma soltura y gracia. Falta de imaginación. Realizar un film con el solo motivo de una melodía musical es, sin duda, algo muy a t r a c t i v o . . . Realizar poemas con imágenes, igual que el músico con sus notas. ¿Pero y la inspiración? ¿Y el sentido musical de las móviles sombras de la pantalla? Sin esto es imposible. Y sin imaginación, tampoco. ¿Por qué aquellas danzas rítmicas que en nada explican la melodía musical que acompaña al film? Un buen documental de los paisajes gallegos es el film Mirrriña, excelente de calidades fotográficas y de observación. Bonísima es la idea que se desarrolla en el film La vuelta al mundo. Vuelta que no es tal, ya que el cineísta ha filmado su film sin moverse de Barcelona. Naturalmente que sería pueril casi —dada la intención cómica del autor—de destacar las fallas de identificación de estilos y de algún gig. El film tiene suficiente calidad y motivos para consiflerarlo como uno de los mejores —y más originales—del (k>ncurso que la F . C. de C. A. ha organiztulo entre sus cinco clubs afiliados, de cuyo fallo darciiios cuenta en la próxima edición. J. M. B.

EN EL CINE FÉMINA Un éxito completísimo coronó la sesión pública que clausuraba el IV Concurso de Cinema Amateur» organizado por la Sección de Cinema del Centro Excursionista de Cataluña. Todos los films fueron acogidos con aplausos. Destacó, sin embargo, el film Lluvia, de Juan Prats, muy mejorado de cuando lo vimos por primera vez, y El hombre importante, de Domingo Giménez, que se confirmó como uno de los mejores films amateurs. Ep! jo també vull ésser un fugitiu!, de Salvador Mestres, por su humor; Darwes i festes, de Agustín Fabra, por su interés folklórico; Estampes del lilat, de Salvador Rifa; Poema homeopático, de Manuel Amat; Apunts del moviment, de Ramón Godo, y Fisto urgellenca, por su belleza intrínseca, gustaron. N u e s t r a más entusiasta felicitación a la Sección de Cinema del Centro Excursionista de Cataluña, por el éxito d e su Concurso, finalizado con esta sesión, que tan excelente recuerdo habrá dejado a todos los que asistieron a ella. Nuestra felicitación también a los cineastas por sus films y por la orientación que han logrado dar al movimiento amateur. C. C. C.


n p eDisaro ae m e

\ui>>lros buenos amigos Stan Laiirrl y Oliver Hardy nos (>nvian este recuerdo. También ellos, desde Ilollywood, sienten la tragedia fiscal del cinema español, y la sintetizan a su modo, según puede verse en el grabado. Una impropiedad le hallamos a la caracterización de ambos personajes: Stan Laurel aparere eon abundante eabellora, y pudo tener presente que los distribuidores españoles deben estar calvos a fuerza de «avilar buscando recursos con que satisfacer la insaciable voracidad de los impuestos. Y Oliver Hardy se presenta con un aire de bonhomía y una sonrisa demasiado simpática para "hacer" de Fisco. Tiene, como cl, figura de bolsa repleta, eso si; F.L GORDO pero Hardy, cl buen Hardy, está lleno de candidas intenciones, y cl Fisco, de gases lacrimógenos. Hardy cs oplimisla, como cl premio gordo de la Lotería; inofensivo y alegre, como los globos de feria. £1 Fisco cs atroz y explosivo, como los torpedos. Si a Hardy le clavan un al-

Es increíble, es preciso que estén c i ^ o s y sordos. Desgraciadamente, ocurren muchas cosas increíbles con la gobernación de nuestro país. Pero ésta es de las que forman época. ¿Es que no se han enterado aún nuestros lu^bitristas oficiales de que en España se está formando, con - muchos dolores y fatigas, rodeada de enemigos que quisieran ahogarla antes de nacer, una industria cinematc^ráfica de la más alta transcendencia económica y espiritual? Ya que son incapaces de hacer nada p a r a fomentarla, c o m o ocurre en todos los paisas del mundo sin excepción, ¡wr lo menos que nos dejen a los d e m á s alumbrar en paz este nuevo venero de la riqueza nacitinal. Siquiera que aguarden a que el fruto esté en sazón y pueda resistir entonces las dentelladas de sus sanguijuelas. Porque ahora nos lo pueden malograr en flor. ¡Fuera con ese impuesto vergonzoso, que no hace distingos entre la producción nafüonal y la extranjera! Enrique Domínguez Rodiño, Consejero-delegado de la C. E. A. La campaña que la notable Revista C I N K O R A M A S ha venido haciendo en favor de la rebaja de los impuestos a la cinematografía ha obtenido su primer éxito. La celebramos como periodistas y como cineastas. Por una vez, al menos, los oídos de un ministro de Hacienda no han sido sordos a las demandas de un querido colega que día a dia viene razonando sobre su petición. El absurdo siete y medio por ciento

ha desaparecido. H a quedado reducido al 3,75. Algo es algo, y bien merece el éxito nuestra felicitación entusiasta. Sin embaído, hay algo en C I N E DRAMAS mejor que el éxito. La constancia y le fe que pone en sus campañas, decidido a no cejar en ellas hasta no lograr todos los objetivos. Conseguido esto, nos anuncia el colega su propósito de seguir luchando por que la cinematografía española quede totalmente exent a del pago de estos tributos. Si en efecto se quiere lograr que haya cine español, no hay más remedio que llegar a esto. Siga, pues, el colega adelante, que la ayuda moral de todos los que nos ocupamos de cine no h a de faltarle en esta lucha en favor de nuestros productores. Eugenio Serrano, Redactor cinematográfico de ÚM Tierra* En primer lugar, considero una incongruencia del legislador titular «contribución de utilidades» al injusto impuesto del 7,50 por 100 (rebajado ahora al 3,75), pues esta absurda denominación viene a demostramos que la industria cinematográfica es la única que el Rstado grava en España por tal concepto de utilidades desde el momento mismo en que el productor comienza a percibir ingresos que inician el periodo de amortización del f -te de fabricación. Las utilidiult;s presentan los beneficios liquiílus, , por lo tanto, los impuestos que el Estado ha de imponer .sobre los mismos no puede exigirlos hast<i que

íiler, es capaz de sentirse acerico; si al numen de los recaudadores le pinchan un poco, suelta veneno ejecutivo y acaba con un embargo. \o, queridos Slan I^^aurcl y Oliver Hardy, reyes de la inocencia paradisíaca, funámbulos de la risa epidérmica y sin complicaciones, en un circo instalado cerca del Limbo cinematográfico: ustedes están muy hien en sus acrobacias hilarantes sobre la alfondira bufa. Pero no han nacido para personajes de tragedia como la titulada "Kl Fi.sco y cl Cinema o La bolsa o la vida". Xi Slan Laurel sabe ser víctima, ni Oliver Hardj traidor. Y sin víctima y traidor, jamás hubo drama completo. De lodos modos, muy agradecidos a ia in— Y EL FLACO Icncióu. Y para corresponder, publicamos cl recuerdo gráfico de los notables c iucspcrados colaboradores en nuestro plebiscito. i A. G.

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aquéllos existen. Esto es axiomático. Pero, además, y por encima de tales consideraciones, todos estamos asombrados de la indiferen ia con que hasta la hora presente los gobernantes españoles responden a nuestras justas peticiones de protección a la industria nacional cinematográfica. En todos los países de Europa y América se promulgaron leyes de excepción para intensificar el desarrollo de sus respectivas producciones cinematográficas, por las que se concedieron importantes subvenciones a los productores, se libró de cargas.a las Empresas de locales para su exhibición, se aumentaron los derechos arancelarios para la importación de películas extranjeras, se marcó para éstas un contingente proporcional limitado por año, etc., etc. En España, los Cíobieraos, sin I mirarse en este ejemplo y desoyen- \ do siempre el clamor de los que, de • más corea o más lejos, sentimos el deber de defender nuestros intereses individuales o colectivos, no solamente nad a hicieron a favor, sino que legislaron en sentido perfectamente p r o hibitivo o de restricción, obstruyendo asi la intensificación y el rápido m e j o r a miento de la industria cinematográfica, que, a pesar nuestro, como de todos los buenos españoles, todavía hemos de considerar naciente en nuestra pat r i a Y es indiscutible que con la obligada ayuda de los Poderes públicos, en España, donde el arte, en todas sus manifestaciones, nace eternamente con resplandor que •is nibra al mundo, la cinematografía habría llegado hace mucho tiempo a ocupar im puesto de honor

entre las demás naciones produc toras. Opino, como tantos otros compatriotas, que la injusticia y los olvidos no pueden - perdurar si los defienden la razón, la equidad y el patriotismo. Que para salvar nuestros derechos debemos unimos apretadamente todos los profesionales para colaborar con entusiasmo en las iniciativas de los prestigiosos hombres que componen el Congreso Nacional de Cinematografía recientemente creado. Pedro Ladrón de Guevara, Productor. Toda ayuda a la producción cinematográfica española es justa, necesaria y eficaz en estas momentos. Hay q e educar al hombre dándole amias para ganarse el pan, cuando es niño. Ayudemos a nuestro cinema, niño aún, para que triunfe plenamente: 1 o s q u e empezamos ayer, c(m nuestra juventud hecha esfuerzo c o n s tante; los ya consagrados, con su exper i e n c i a y el prestigio de su au t o r i d ad; nuestras gran4es figuras literarias, si se interesan por él, dándole nombre y apellidos^—¡lo primero para andar por el mimdo!^—y el Estado librándole en lo posible de todo impuesto. Por lo tanto, si se consiguiera la abolición de ese 8,75 por 100 que tributan nuastras películas, me parecería una cosa admirable: el primer paso para lograr una ley protectora como las existentes en otros países. Luis Marquina, Ingeniero de sonido de C. E. A.


oncíQr claro es—psic<')logos al fin—, no permanecen ajenos a la avidez con que las mujeres de todo el mundo esperan el fruto de su inventiva y tratan de superarse a.sí mismos poniendo al servicio de la noble causa de la elegancia su arte creador, tanto más bello cuanto más efímero. Por un extraño designio, adviértese en todos los modistos una evidente coincidencia de iniciativas, coincidencia tanto más inexplicable cuanto que hay que suponer en cada uno de ellos un pruriI to lógico, un explicable deseo de origif nalidad. Y, sin embargo, no es así, en términos generales. ¿Cabe negar, por ejemplo, la evidente concomitancia, los puntos de contacto que todos ellos acusan en las creaciones matinales? No, sin duda alguna. Todos los grandes costm-eros, cual si obedeció-

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<íon el triunfo (lo la jiriiuavera, la me para la estación de las flores, del sol y de la luz se todo su apogeo. En estos luminosos días hay en los femeninos como una gozosa y riente inundación de ale{~ sonrisas, de vivacidad, de optimismo..., del que participan mantés atavíos, que parecen creados, por lo luminosos y juve en un momento de e.xacerbada euforia. Vivas tonalidades, he< rejuvenecedoras, tejidos livianos y flexibles, adornos encanta Todo ello forma un armónico conjunto, pleno de seducción y zo. Diríase que en estos días en que la Naturaleza luce sus esplendorosas la mujer siéntese contagiada de esta seducción oixciniKxno

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su belleza c o b r a nuevos prestigios y encantos inéditos... Las grandes revistas de modas ofrécease colmadas de iniciativas audaces, de sugestiones bellísimas, de ideaciones sorprendentes, hasta tal punto, que hacen pensar en una posible hiperestesia de los magnates de la Moda, influenciados, sin duda, por la sugestión eufórica de la estación primaveral. En esta época, los nombres famosos de la costura parisién—Schiaparelli, Madeleine V i o n n e t , Maggy Rouff, Jeanne Lanvín, Jeán Patou—danzan en las mentes femeninas u n a extraña zarabanda y cobran prestigios de semidioses... Ellos,

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lv« «eñoríl c l e g a n r i a de Franceit Drake e s l i realzada en nuestra foto por el original y espléndida traje de noche que luce

KíMy Cariisle, la «eductora estar», coD-BH-eosloso y elegantísimo (raje de noc h e , d e encaje d e gasa, muy en boga actualmente


a un tácito acuerdo, coinciden en dar a las toilettes indicadas pai u las primeras horas del día cierto perfil, cierto aire de atavío cinegético. Con las estilizaciones convenientes y las modificaciones adecuadas, el credo estético do ctula uno, adviértese en los modelos de mañana— iaillenrs, sports—cómo las cha(iuetitas recuerdan el atuendo de las jomadas de caza. Existe también lo que pudiéramos llamar la tendencia evocativa de las viejas toilettes, y es Schiaparelli uno de los que más acentuadamente Con el espíla acusan, singularmente en sus últimas coleccio*~"riíu iniíuieto nes, en las que se advierte de modo indudable la y j u v e n i l de influencia de la moda de 1895. Encantadora orienMagde Kvans tación, por otra parte, que ha hallado en la mua r m o n i z a a la perfección este jer verdaderamente chic la acogida más favosencillo írajecirable. lonaiurnl, hecho Y justificada, a decir verdad, pues nada tan faen seda eütampada vorecedor como la línea de aquellos encantadores trajes, plenos de gracia y seducción. Las mangas parecen haber constituido también otra de las grandes preocupaciones de los modistos, que han ideado para ellas las variaciones más sorprendentes y las combinaciones más inesperadas. Si habéis tenido ocasión de admirar las colecciones de algún modisto de fama habréis advertido, de seguro, esta rara inquietud. Entre todas ellas destaca la magnífica diversidad que ofrece en sus creaciones primaverales Madeleine Viormet, la incomparable artista de la moda. Esta pluralidad en las mangas alcanza no sólo a los trajes para el día, sino también, y con sorprendente profusión, a las robes de f f ^ soir, en las cuales se acusa la deliciosa mo¡Sm

La serena belleza de Dorothea Wieck halla en esle vestido de seda negra con lunares su mas adecuado mareo

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m Kl ruello, «muy siglo W l l » . que os ofrece Silvia Sidney seré una de las más triunfa les iniciativas de la moda para la estación otoñal

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l a s pieles no se resignan a eme-" dar e s c o n d i d a s al i n i c i a r s e los días templados d é l a primavera, y hacen su aparición en algulias «toilettes!, como esta que aquí exhibe la admirada Claudette Colbert

dalidad de los volantes superpuestos, que dan al torso femenil un encanto singular. Las pieles proceres—passez le 7no<-siguen constituyendo el lujoso a d o r n o de los trajes de preció, y entre ellas ^^^^^ gozan del máximo prestigio el ^^By renard el breitsch)^^^m wam y el singe, ' dispuestos de las más originales y variadísimas maneras. Entre las tonalidaH des de más boga, el rojo, en todas sus gamas, debe gozar del más amplio favor, según J e a n n e Lanvin. Madeleine Vionnet, por su parte, propugna todos los matices del verde, mientras q u e M a g g y Rouff recomienda los tonos pálidos y suaves, y Jeán Patou, los sombríos y apagados. En verdad, la moda de nuestros días exige en la mujer im profimdo conocimiento de los colores que permita su perfecta armonización, y ninguna podrá atribuirse el título de elegante si no posee el acierto de saber conjuntar con fortuna los dos o tres tonos de color que suelen constituir las nuevas toilettes. MIOSOTYS


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III

MIGUEL


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R G E N T I N A

(IMPERIO)

Nombre verdadero: Magdalena Niles del Río, hija de Antonio y Rosario. Nació en Buenos Aires el 26 de Diciembre de 1910. Su vocación hacia el canto y el baile, m a nifestada precozmente en fiestas familiares, marcó el camino de su carrera artística. Su primera aparición en un escenario- el del Teatro de la Comedia de su ciudad natal—fu¿ un ¿xito rotundo para la infantil cancionista y bailarina. La gran Pastora Imperio, que presenció el afortunado debut, bautizó a Magdalena con el nombre de «Petite Imperio». Tras de recorrer victoriosamente las principales poblaciones de Chile, Perú, Cuba y otras Repúblicas americanas, vino a Espafta y se presentó en Romea .como atracción de una Compañía de variedades. Por aquellos días, el director cinematográfico Florián Rey, en vísperas de llevar a la pantalla la novela de Palacio Valdís «La Hermana San Sulpicio», buscaba protagonista para el film: desde una'butaca del teatro vió por primera vez a Imperio Argelina, y la halló inmejorable^ra su propósito. La muchacha aceptó el contrato que se le ofrecía, y conquistó con esa cinta su primer i triunfo en U pantalla. Durante algunos nos alterna sus tareas en el cine con i teatrales, hasta que en 1931, contral a por la Paramount para trabajar en los Estudios de Joinville, se consagró definitivamente at s é p t i m o arte. En Junio de 1934 contrajo matrimonio con Florián Rey, su descubridor y director. Desde el 13 de Abril de 193S es madre de un niño, al que se ha impuesto el nombre de Florián. Estatura: 1,54 metros. Cabellos y ojos

Pelíeulat

que ha

interpretado:

La hermana San Sulpicio. Director; Florián Key, 1927. Chalones sin rumbo. Benito Perojo. ^lunich, 1928. Los claveles de ¡a Virgení alonan Rey. 1929. El pra^ttor d* | f c mujír. Robert Florey.~ Bfrlfn. i ^ ^ ^ > i i ^ / > o / í s . Francisco Garjlallo. ^ ^ ^ ^ B ^ o . Su noche de bodas. ^ " ' ^ ^ H H K . J ° ' " ' ville, 1931. Lo mejj^^^m^^. W. Emo. Joinville. 193^^JH<f^(fo <r sutfií/os.''Manuel Koni' ' illc 1932. Melodía de arral t..irnier. Joinville, 1933. /•/ Wüi 10 de mamá. Florián Rey. Aranjaez, 1934. La hermana San Sulpiciii. Versión sonora. Florián l í e y . Aranjáez, 1934. «SKETCHS.: Bu*nos días. Florián Jley. Joitivile, 1932. La casa es seria. Jaquelux. Joinville, 1933. Romanza rusa. Florián Rey. Madrid, 1935.

mea.

O O P E R

(GARY)

Nombre verdadero: Frank J. Cooper. Nació en Helena (Estado de l l o n t a n a ) el 7 de Mayo de 1901. Con sus padres, ingleses ambos, permaneció dos años en Inglaterra. De regreso en H e l a | | ^ b u b o de suspender toda actividad i ^ B c t u a l para reponer su salud, q u e b r a A p a por grave accidente de automóvil, «nrió dos años en una hacienda de su padre, adquiriendo maestría como jinete, y en Grinnell (lowa) reanudó y terminó sus estudios. Quería ser dibujante, y a los diez y ocho años fué admitido en la Redacción de un periódico de su ciudad natal como caricaturista e ilustrador. En 1934 se trasladó a Los Angeles a la conquista del triunfo en su profesión artística; pero la suerte le fué adversa. No se atrevía a recurrir a su familia, y tras de malvivir como corredor de anuncios y como agente de propaganda de una fotografía, ingresó en el mundo de los figurantes de la pantalla. Al cabo de un año de hacer «extras» fué contratado por el productor independiente Hans Tiesler para trabajar en dramas del Oeste en dos rollos, con la actriz Eileen Sedwick. Su primera cinta de importancia fué «La hija del desierto», que sirvió para que B. P. Schulberg, gerente entonces de la Paramount, reparara en él y le llamara a sus Estudios. Debutó como estrella en «Camino de Arizona», siguió algún tiempo consagrado a los films de caballistas, y tuvo su primer papel de verdadera categoría en «Calles de la ciudad». En 1933, recién terminada «Una mujer para dos», contrajo matrimonio en Nueva York con Sandra Shaw. Estatura: '

Película»

que ha

interpretado:

Lm hija del á^ftfto, ("^é Winnittg of Baritina Wmh) . .4las (Wings). Ello (Ity.Hijos del divorcio (Children of th» divoreefi Camino de Arizona (Atizona Bound). Xevada (Nevada). Beau Sabreur (Beau Sabreur). La legión de los condenados (Legión the condemned). El ángel peca. (Shapworn Ángel). Perfidia (Betrayal). El virginiano (The virginian). El adorado impostor (The Tetan). Calles de ¡a ciudad (City Sfreets). Marruecos (Morocco). Caravanas bélicas ( Fighting caravans). .4diís a las armas (A Farewell to arm»J. Si yo tuviera un millón (I/i had Quillón). Una mujer para do^ (Desvgft for Living). Alicia en el Íals de^^s maravillas (Alice in Wo^mrlaiidwU.os tres lanceros bengalies 9>V4> oWílancer bengal) Noche nupetal (ThVCttíing

Iros.

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(SHIRLEY)

Nació en Santa Mónica (California) el *3 de Abril de 1929. Es la tercera hija de George S. Temple, administrador de un Banco de Los Angeles. Nadie en la familia perteneció nunca al teatro o al cine. Apenas empezó a andar, Shirley demostró su aptitud y su gusto por el l>aile. En vista de ello, a los tres años fué llevada a la academia del Kindergarten, dedicada exclusivamente a los niños. Allí la vió uno de los directores de la entidad Educational Pictures, productora de películas, y la contrató para aparecer en cintas de dos rollos con intérpretes infantiles. Así, formando parte de un «gang» o pandilla, hizo Shirley su entrada en el cine. Aun no cumplidos los cinco años dr edad, la nena fué elegida por Lew Brown para intervenir en un film de largo metraje. Lew Brown, que antaño pusiera a Charlie Chaplin en relación con Jackie Coogan, había compuesto la música de la pelicula en preparación «Seamos optimistas», y buscaba a niña de cinco años que debería desipeñar un fugaz papelito, una sola es.^.la. Se hicieron a Shirley unas pruebas, y todos se entusiasmaron. Winfield Sheehan, vicepresidente y director («neral de Fox Film, productora de la cinta, ordenóX que, fuese como fuese, tuviera Bayor importancia la intervención ''Jé Shirley, creando para la diminuta l ^ | a r i n a u^ número espectacular. Con esa l o l a c i n t ¿ Shirley se convirtió en una de laa m á x i i n H j «tracciones de Uquilla de los Eatados U n ™ dos, sólo comparable a las estrellas más prestigiosas. Por una semana de actuación personal en Broadway ha cobrado dos mil dólares. Es simpática y graciosa, y para ella el filmar no e t trabajo, sino deleite,. Ojos y cabellos castaños.

Pelíeulat

que

ha

interpretado:

Seamos optimistas (Sland-lp and Cheer), Hamilton McFadden. Dejada en prenda (Liltte miss .Marker ) , .\\exander Hall. Ba0' take a Bow. Harry Lachman. Ojos atríñosos (Brigfti Eyes). David Butler. Little Colonet.

Nombre verdadero: Suzanne-C^orgette Charpentier. Nació en París el 14 de JuUo de 1909 y pasó la infancia en esta ciudad y en la casa de campo que su padre, director de la revista «Journal des Voyages», posee en Champigny. Se educó en un colegio parisino, y recién cumplidos los quince años decidió consagrarse a alguna ocupación, a fin de contribuir a los gastos familiares. Sentía fuerte atracción por el cine, y pidió a un amigo de su padre, bien relacionado en el mundo de la pantalla, una recomendación para Abel Gance, que entonces iba a realizar la gran epopeya cinematográfica «Napoleón». Gance quedó encantado de las posibilidades artísticas de Annabella, y le confió un espiritual papel en el larguísimo reparto de la cinta. La debutante cobró mil francos por su trabajo y consiguió un éxito verdadero. (Las escenas de Annabella en «Napoleón», que se refieren a un amor de juventud de Bonaparte en Córcega, fueron suprimidas, con otras muchas, al proyectarse la película en Espafla). La dulzura y el acierto interpretativo de Annabella sedujeron a Jeán Gremillón y le movieron a hacer de la principianta estrella de su film «Maldone». D«sde entonces Annabella es uno de los máximos prestigios del cine francés y una de las artista* más buscadas para versiones internacionales de ««H»-!*. las. En el verano de 1934 se casó et actor Jeán Murat. Al invierno siguiein'^ te sufrió heridas de cierta importancia mientras impresionaba unas escenas de circo para la versión sonora de «Varíete». EsUtura: 1,63 m e t j g ^ ^ s o : 52 kiloios. Cabellos iscuros.

Película»

que

ha

interpretado:

Napoleón, Abel Gance. Maldon,. Jeán Gremillón. Tres muchachas dei nudas (Trois jeunes filies núes). Robert Boudrioz. El millón (Le million), Rene Clair. Noche de redada (Un soir de rafle). Carmine Gallone. ParísMediterráneo- Vn hijo de América (Le fils d'Amerújue), Carmine Gallone. María. Paúl Fejos. 14 de Julio (Quatorze juillet). Rene Clair. El padrino ideal (Mademoiselle Josette, ma />• me), André^erthomieu. Rayo de Paúl Fejos. La bai» (Sonnenst, ) , Kikolas Farka». Xas 1 lia (La ba, s (Les nuitt itMiovinoch^ mos ranavsky. VEquipage. Usjmiexi


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O P E RA

MAÑANA

Chu-Chin-Chow

• UNES, la extraordinario producción, • " e l é x i t o de lo temporada

LUNES

EL GRAN FILM DETECTIVESCO

CHARLIE CHAN EN PARÍS iiiiimiiiiiiiitiMiri iiiinMiMiiimii

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Uno creación de ANNA MAY WONG en el a m b i e n t e de LAS MIL Y UNA NOCHES

illOKHilieiSTilL

INTERPRETEi

ARNER OLA a nueva aventura de' famosS' detective rhino, repleta de emoc intriga

estreno de la película española

eii PRODUCCIÓN

FOX

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FRANCISCO DÍAZ

(Alburquer-

qtte).—Vea en números anteriores todo cuanto me pide. Son ya innumerables lectores los que me preguntan lo mismo, y yo les doy—muy gustoso—, una orientación que creo es el mejor camino. Pero para saberlo con seguridad, yo creo que la mejor manera es preguntarle a un artista consagrado por todos los públicos la orientación que él ha seguido para llegar a tan alto puesto. Vuelva a escribir cuando guste. F. CARRASCO

(Barcelona).-^

Ciertamente, fué un formidable éxito. El reparto de Tres lanceros bengalies es el siguiente: Capián Me Gregor: Gary Cooper; Teniente Forsythe: Franchot Tone; Teniente Stone: Richard Cromwell; Coronel Stone: Sir Guy Standing; Mayor Hamilton: C. Aubrey Smith; Hanzulla Kahn: Monte Blue; Tania V^olkanskaya: Kathleen Burke; Teniente Barret: Colin Tapely; Mahomet Kahn: Douglas Dumbrille; El Emir: Akin Tamiroff; Hendrickson: Jameson Thomas; Ram Singh: Noble Johnson; General Woodley: Lumsden Hare; El Gran Visir: J. Carroll Naish; El prisionero: Rollo Lloyd; El asistente de Me. Gregor: Charles Stevens; Afridi: Mischa Aner; La bailarina: Myra Kinch. Dirigida por Henry Hathaway. Ronald Colman nació el día 9 de Febrero de 1891, en Richmond, Surrey (Inglaterra). Una de sus últimas producciones ha sido Clive of India, con Loretta Young, y según noticias, ha sido esta película un positivo éxito.

que me pide son las siguientes: La traviesa molinera, con Hilda Moreno y Santiago Ontoñón. Se ha fugado un preso, con Rosita Díaz y Juan de Landa. Susana tiene un secreto, con Rosita Díaz y Ricardo Núñez. Agua en el suelo, con Maruchi Fresno y Luis Peña. La Dolorosa, con Rosita Díaz y Agustín Godoy. Crisis mundial, con Antoñita Colcmé, Miguel Ligero y Ricardo Núñez. El negro que tenia el alma blanca, con Marino Barreto y Antoñita Colomé. La bien pagada, con Lina Yegros y Antonio Portago. Sor Angélica, con Lina Yegros y Ramón de Sentmenant. Doce hombres y una mujer, con Irene López Heredia. Patricio miró a una estrella, con A n t o n i o Vico. U N A ADMIRADORA D E M Ó J I Una semana de felicidad, con CA (Alicante ).—Las canciones Raquel R o d r i g o y Tony que la interesan de La melodía D'Algy. ¡Qut tio más grandel, prohibida son las siguientes: con Rafael Arcos. So>y un señoHemosterminado para siempre.— rito, con Miguel Ligero e Isabel Tii no me quieres yü, según has Pradas. Poderoso caballero, con dicho.— y yo, yo no sé qué deCasimiro Ortas e Hilda Moreno. cirte.—Sólo sé que fuimos tontos Madrid se divorcia, con Rosita los dos.—Yo en adorarte y tú Lacasa. Vidas rotas, con Lupita en recompensarme con traición.— Tovar. El tren de las 8,47, con Si me alejo de ti es por complaAlady. Diez días millonaria, con certe;—mas nunca dejaré de queMilagritos Leal. Yo canto para rerte.—Cuando me vaya, por mi ti, con Conchita FHquer y Rallorarás.—Y estando a solas tal fael Nieto. La hermana San Sulvez pensarás:—/ Qué injustamenpicio, con Imperio Argentina y te le hice sufrir I—Si por mis ceMiguel Ligero. ¡Viva la vidal, los sentía morir,—cuando me vacon Consuelo Cuevas y Rosita ya tal vez pensarás—que otros MEBMRILLITO (Puente Céamores podré conquistar.—Den- nit).—Las películas españolas Ballesteros. El niño délas coles.

F. L. R. ("C/uc/awa;.—Nosotros no facilitamos fotografías, y esa que nos pide de María Alba puede usted hacerse con ella, o escribiéndola, para que se la envíe, a Fox Studios, Movieyone City, Westwood (California), o esperando a que algún lector la tenga y se la quiera enviar. Buster Grabbe no creo que le haya ocurrido nada. Eso que usted me dice tal vez sea un error al componer los pies de las fotografías. Este señor desearía la letra del tango de Imperio Argentina titulado El que a hierro mata..., y para que se lo envíen da la siguiente dirección: Don Francisco Leal, Arguelles, 17, Chiclana (Cádiz).

tro de tu alma qiiiiá sentirás— los mismos celos que me hiciste pasar.—Cuando me vaya sé que por mi llorarás.—Cuando me vaya también lloraré.—Si, tus caricias y tus besos nunca olvidaré.— Y aunque tan injustamente me hiciste sufrir.— Ya ves..., no me importa. Pites fué para ti...—Cuando me vaya, si que sentirás un vacio muy hondo...—Que no llenarás...— Y si a otro miras, a mi me verás.— Y si lo besas, en mi pensarás.— Cuando me vaya, sé que llorarás. La otra canción: / Paria, náufrago, hombre sin fe !—Todos le llaman igual.—Un fracasado en la vida sólo es...—No hay esperanza ya...—Es un despojo de la ciudad,—de quien se aparta la sociedad.—En sus harapos va ¡a seUal—del fango y del mal.— Donde ha ido a parar.—No le pregunte cuál es su hogar.—De mi pasado no hay que indagar.-— St le consuelan, a él le da igual.—/ Sonrie con cinismo fatal!—Nunca menciona lo que ayer fué.—¿Volver a ello? ¿Ya para qué?—5» todo tuvo y todo perdió.—Bien lo mereció.—Lo debe ocultar.—St la tortura asoma a su faz.— Déjenlo solo, déjenlo en paz.—Pues su camino trazado está...—¡Su final nunca nadie sabrá f...

con Rafael Arcos. El reparto de Desfile de primavera es: Francisco José: Paul Horbiger; Marika: Francisca Gaal; Wilhelm A. Jurek: Wolf Albach-Retty; Barón Zorndorí; Theo Lingen; La Condesa: Adela Sandrock; Frau Taschlmeier: Annie Roser; Friedrich: Hans Rich ter; Capitán Weber: Antón Pointner; Cabo Standler: Tibor von Halmay; El peluquero: Hans Moser. ANTONIO BOLAÑO G A R C Í A

(Sevilla) .—Es rarísimo que no pasara por mis manos su anterior carta; discúlpeme la tardanza en contestarle, pero yo no he sido culpable. Como habrá leído en anteriores consultas, no recomiendo a nadie que se haga artista cinematográfico en Estudios en que cn la mayoría de ellos ni hay material ni personal suficientemente capacitado para desarrollar un film de exiguas proporciones. Todos los artista que me pregunta por su dirección la mayoría de el les ya no trabajan, y otros los puede escribir a la dirección de los teatros respectivos donde actúen cuando usted vea esta respuesta. El artista que representa el Alfredo en Sor Angélica es AMiedo Albalat. ¿No será Jaime Devesa al que usted se refiere en Melodía de Arrabal? Vuelva a escribir cuando guste, pero... hágalo con tinta negra. ¿Comprendido? FEDERICO

SENDIN

GARCÍA

(Ciudad Rodrigo).—Me parece muy acertada su idea. Paso su carta al director para que decida. R. LIBRIS

Las sugestivas bellezas, morena y rubio, de Mary Roland y Polly Moran pueden apreciarse plenamente e n la alegre opereta musical «El paraíso del amor», de la cual es la adjunta escena


Madeleine Carroll A D K L K I N E Carroll es inglesa, muy rubia, yJL lie ojos azules, tirando a violeta, y cutis b 1 a n (j u i s i m o . Mide 1 , 6 4 do estatura. Nació en el Mediodía de Inglaterra, hace veinticinco ai'ios, de psulres franco-irlande.se*?. Emj)ezó por seguir la carrera de mtiestra de escuela, y al graduarse ocupó el puesttj de profesora de francés en un colegio de niñas del condado de Sussex. Mientras cursaba sus estudios en la Universidad de Binningham, había actuado en comedias de aficionarlos, y tales fueron los elogios motivados i)or sus representaciones, que miss Carroll pensó en seguir la carrera de maestra, como medio para llegar a la escena. Con sus pequeños ahorros, su voluntar! de vencer y una falta total de expericnr;ia teatral, llegó a Ix>nIres en busca ríe trabajo. Su primer papel fué el le doncella francesa en una obra representada )or una Crjmpafiía ríe provincias, cr)n el gran ictor Seymour Ilicks, rlespués de lo cual debutó n Ixindres con la Crimpañía de Robert l.,r)raine; •ero al j)oco tiempo fué contratarla por la Stoll 'ilm Company para desempeñar el papel prinipal en una pelírula: Lrw cánones de IJOOS, que la evo por primera vez en su vida a un Ksturlio inernatográficr).

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El éxito obtenido en el cinc la hizo dejar el eatro por algiín tiempo. Marleleine CaiToll ué contratarla })or la Gaumont para trabajar omo estrella en tres películas: IÁÍ qne puede omprar el dinero, El primogénito y The Crooked milet. A fines del año 15)28 ar;tuó nuevamente •II el teatro, representanrh) el papel de Paulina •II ¡M ninfa constante, y los de Arabella AUén,

Madeleine Carroll

E s t r e l l a do Ja Ciaumorit-Brilisli

en Mister Vickuic, c lsr>l)el, en Beau geste. Mientras tanto, no olvirlaba el teatro. Durante la tem|)orada de 19*2!t-lll.S0 ar>tuó rr»mo primera íutriz riel V'aiideville Theatre en l a s obras The fíoof, Frenrh Ideare y Enchanttuent. Y <lel Vaudeville fué al Lvi'ic para representar The Ti.y Cart. En Febreríi de 1931 estrenó After All, f»ieza rlc gran éxito que figuró en los caitelcs de Lonrlres rlurante varios meses consecutivos, y mientras trabajaba en ella hizo tres películas más. FJU .Julio (le ese año se retiró temporalmente riel teatro. j)a!a r-ontracr ma-; de amor, saind y riqueía por medio de la radiación cósmica. trimonirj con el caPida informes: U T IL I D A O. \partado IM, Vico tP.tpaña). pitán Philip Astley,

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CASAS BRASIL PELAYO B R A C A F É CARIOCA joven millonario que..se distinguió en la guerra eurrjpea y rpie pertenece a una de las familias más aristr>cráticas de Inglaterra. Ix)S Astley eran dueilos ríe «Chequers» la magnífica mansión campestre rpte fué regalarla a los primeros ministros de Inglaterra por un conocido par del reino. El capitán .\stley perteneció al regimiento de la guardia real británica, y es íntimo amigo del principe de Gides. Su boda con mi.ss .Madeleine Carroll tuvo . . lugar el 26 ríe Agosto de 1931, fc' en las orillas del lago de Como, Italia, donrle posee una villa con grandes jardines y una situación privilegiada Después de su matrimonio, Ma<lele¡ne Carroll ha actuado en el Phr>enix Theatre, en la >ieza lAttle Catherine, y tam)ién en Pleasure Cruise, en el Apollo Theatre. Finalmente, el gran progreso realizarlo en la jjrodur'ción de pelírudas inglesas la hicieron volver a los _ Estudios, firmanrlo un contra^ff^^ to exclusivo con la GaumontWl^^ British. Su primera |)elícula con esta Em¡iresii fué Sleeping Car (Tenorio de sleeping), y al |>rx;o tiemprj arlriuirió renombre munriial como protagonista, con Conrad Veirlt, de Yo he sido espia. Posteriormente ha at!tuado en los Estudios de H o l l y w o o d , filmando Paz en la tierra, con F'ranchr)t Tone, y e n

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b a j o la direcrión de Tr)eplitz, en El dictador. Dirigida p o r Alfrerl ílitchcock y trabajando con Robert Donat, araba ríe hacer Thirty Nine Steps, p a r a la Gauínrmt- Britsh, y su próximo film pura esta Empresa i^crkTentaeiím, basada r-n ima novela de Tolstoi.

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