Informe Copa de la España Libre 1937

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INFORME DE L’ORONELLA SOBRE LA OFICIALIDAD DE LA

COPA DE LA ESPAÑA LIBRE GANADA POR EL LLEVANT FC EN 1937.

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INFORME DE L’EDITORIAL L’ORONELLA SOBRE LA OFICIALIDAD DE LA COPA DE LA ESPAÑA LIBRE GANADA POR EL LLEVANT FC EN 1937. Autor: José Ricardo March. Periodista y coautor del tomo II de Historia del Llevant UD. © Editorial L’Oronella, 2010. © José R. March. Queda prohibida la reproducción total o parcial de este documento por cualquier medio sin la autorización expresa y por escrito de la editorial. 1a edición: El Cabanyal, Valéncia, Febrero 2010. Impresión: Gràfiques Litolema.


El 27-9-2007 el Congreso de los Diputados, a propuesta del Grupo Parlamentario Izquierda Unida-Izquierda Verde-Iniciativa per Catalunya, aprobó una proposición no de ley instando a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) al reconocimiento como torneo oficial de la Copa de la España Libre ganada por el Llevant FC en 1937. La RFEF, apoyada en un informe técnico solicitado al Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE), contrario al reconocimiento de la Copa como oficial, propuso a su Asamblea denegar su validación. Este informe contiene un buen número de argumentos falaces y errores metodológicos que, aplicados a los primeros torneos disputados en la España del franquismo —y considerados oficiales por la RFEF—, supondrían automáticamente la invalidez de estos. Un doble rasero que nos disponemos a eliminar a partir de datos concretos y claros.

1. Breve introducción histórica. El 18 de julio de 1936 una parte del ejército español dio un golpe de estado contra el gobierno del Frente Popular presidido por Casares Quiroga. La fuerte contestación popular al levantamiento en armas derivó en una Guerra Civil que partió a España en dos estados. Por un lado, el republicano, que representaba el régimen democrático instaurado en 1931 y refrendado en las elecciones de 1936. El estado republicano contaba con el reconocimiento oficial de las grandes potencias mundiales —con la excepción de los regímenes nazi de Alemania y fascista de Italia—. Por otra parte, como armazón legal para justificar su existencia, los militares establecieron un estado totalitario que únicamente obtendría el reconocimiento oficial a nivel internacional cuando la guerra ya tocaba a su fin, en febrero-marzo de 1939. En cualquier caso, los representantes legales y embajadores del estado español en el extranjero continuaron siendo, hasta esa fecha, los de la España republicana. Únicamente un organismo internacional quebró esta realidad al otorgar legitimidad a la España de Franco: la FIFA, que en el otoño de 1937 reconoció a la Federación de fútbol establecida en el territorio controlado por los nacionales y presidida por el teniente coronel Julián Troncoso, a pesar de que la actividad deportiva se mantenía en la zona republicana. Este reconocimiento se llevó a cabo como consecuencia de las gestiones llevadas a cabo de manera personal por el directivo de la federación franquista Antonio Urquijo con el presidente de la FIFA, Jules Rimet. El máximo dirigente del fútbol mundial decidió, motu proprio y sin atender a razones lógicas, dar la espalda a la única federación legítima y centrar sus esfuerzos en potenciar el recién creado organismo futbolístico de una dictadura militar, un estado ilegal y golpista, a pesar de las protestas de Ricardo Cabot, secretario general de la FEF republicana1. La historia la escriben a su antojo los vencedores, y a la finalización de la guerra, el franquismo estableció la raya de su legalidad a fecha de 18 de julio de 1936. Todos los encuentros deportivos disputados en la zona republicana fueron anulados y silenciados. Las monografías históricas repitieron durante 40 años, de manera extraordinariamente mimética, que no se había practicado deporte durante la Guerra Civil. Una falacia que la obra Historia del Llevant UD desmonta con crónicas de prensa y estadísticas, con testimonios, con luz y taquígrafos.

1 La FIFA optó por desentenderse del conflicto a pesar del completo informe presentado por Ricardo Cabot al propio Rimet en marzo de 1937, en el que declaraba la “perfecta normalidad en que se desenvolvía la actividad deportiva dentro del nuevo orden creado en el territorio de la España leal”. El Mundo Deportivo, 26-3-1937. ·3


2. El fútbol en la España republicana. Esta afirmación de que la Guerra Civil supuso la paralización de todas las competiciones deportivas es falsa e interesada, fácilmente contrastable en los diarios de la época y en las páginas de Historia del Llevant UD. Entre julio de 1936 y el final de la guerra las zonas de la retaguardia republicana mantuvieron una frenética actividad deportiva que, en el caso de los equipos de la actual Comunitat Valenciana, se tradujo en la disputa de 450 partidos de todo tipo (oficiales, benéficos, de veteranos o juveniles, entre otros). El argumento esgrimido por los historiadores del fútbol durante el franquismo para negar la celebración de encuentros y competiciones se encuentra en la circular emitida por la Federación Española de Fútbol (de la zona republicana) el 3-10-1936, que declara “suspendida la temporada de juego para toda clase de competiciones oficiales”, si bien autorizaba a las federaciones territoriales a establecer sus propios torneos. En el análisis de la historia es imprescindible atender a las cuestiones contextuales y no tratar los acontecimientos de manera aislada, como si tuvieran lugar en un laboratorio. En este sentido la circular de la FEF debe ser interpretada como una medida de previsión ante el acoso de las tropas de Franco a Madrid y la evidente fragmentación del estado republicano. El sentimiento general en la España republicana era que la caída de la ciudad en manos del ejército sublevado sería inminente. La circular de la FEF debe ser vista, pues, como una delegación de funciones para que las territoriales organizasen competiciones interterritoriales en la porción de estado que controlaba el gobierno —esto es, Catalunya, Valencia y Murcia—, es decir, en la comúnmente conocida como España Libre. La FEF, presidida por José María Mengual y cuyo cerebro y representante en la FIFA era Ricardo Cabot, estableció su domicilio social en Barcelona, desde donde impulsaría la celebración de diversos torneos que mantendrían viva la llama del fútbol en la zona republicana. Los torneos, organizados por federaciones territoriales siempre bajo la supervisión de Cabot, siguieron el orden lógico que imperaba en el fútbol español: primero se disputaron los campeonatos territoriales —Superregional en el caso de Valencia—, después la Liga y, por último, la Copa, con participación de los dos mejores equipos clasificados en sus respectivos torneos autonómicos. Esta organización clásica viene a mostrarnos la voluntad, por parte de los dirigentes, de que la temporada 1936/37 no quedase en el limbo, y de que las competiciones disputadas en ese período fueran consideradas por futbolistas, directivos y aficionados como una edición más de cada torneo, como así ocurrió. En la temporada 1937/38, ante el recrudecimiento de la guerra y la dificultad máxima de las comunicaciones, las competiciones adquirieron un carácter exclusivamente intraterritorial. En Valencia el insuficiente número de equipos y jugadores, así como la rutina diaria de bombardeos y ataques, acabaría por dar carpetazo definitivo al fútbol a comienzos de 1938.


3. La Copa de la España Libre. Sin embargo, meses antes de este final sincopado, la actividad fue fulgurante, con partidos de diferentes categorías cada semana. El clímax del fútbol en la zona republicana estuvo representado por la Liga del Mediterráneo y la Copa de la España Libre, competiciones que integraron a los mejores equipos de las dos autonomías que conformaban la retaguardia de la España republicana: Catalunya y Valencia. Mucho se ha hablado y escrito recientemente acerca de la Copa de la España Libre, y no todo lo que se ha dicho es correcto. La organización de la Copa de la España Libre-Trofeo Presidente de la República o Copa de la República partió, en efecto, de la Federación Valenciana de Fútbol, pero fue tutelada por Ricardo Cabot en nombre de la FEF. Estaba previsto que en ella participasen seis equipos —dos por Alicante-Murcia, dos por Valencia (sin Alicante) y dos por Catalunya—, respondiendo al criterio de organización del Campeonato de España. No obstante, las circunstancias bélicas obligaron a reducir el cupo a cuatro equipos, curiosamente los mejores clasificados en la Liga del Mediterráneo, con la salvedad del FC Barcelona, que prefirió embarcarse en una gira por América. El formato de la Copa de la España Libre —liguilla entre cuatro equipos y final a partido único a disputar entre los dos mejores clasificados— fue en su momento novedoso y ha sido una de las principales razones por las que se niega estatus oficial a la competición. La realidad es que, dada la escasez de equipos y ante la necesidad de ofrecer una competición atractiva e interesante, se decidió apostar por un sistema que permitiera disfrutar a los aficionados de algo más de un mes de fútbol, algo que no se hubiera conseguido con el formato tradicional: “Cabot […] está verdaderamente interesado en que la competición se celebre, y a tal efecto planea darle un carácter oficial que muy bien pudiera venir a sustituir a la famosa y tradicional Copa de España”2. “Ya tenemos una Copa de importancia para clausurar con ella la temporada oficial de fútbol. Se ha venido hablando de una Copa de España y con la imposibilidad de organizar una competición que pueda llamarse así por el número y calidad de los clubs participantes, surge la Copa España Libre por puntos pero con el anuncio de un partido final a disputar entre los dos clubs situados en primero y segundo lugar de la clasificación, después del último match de la segunda vuelta”3. Al respecto de estas afirmaciones es necesario realizar un esfuerzo interpretativo para aclarar la situación: de ambas se subyace la voluntad federativa (representada por Cabot) de reconocer oficialmente a la competición, que sustituiría a la Copa de España en tiempo de guerra, manteniendo el mismo espíritu, ante la imposibilidad de contar con los equipos que se encuadraban en la zona franquista. No olvidemos que la España Libre era en sí un estado, cercenado como consecuencia de una guerra, pero perfectamente legal, con representantes políticos, parlamento y otras instituciones sociales y culturales de carácter estatal. En cualquier caso el rastro de la competición en la prensa permite hallar diversos apuntes fundamentales que ofrecen luz de cara a su reconocimiento como la edición de 1937 del Campeonato de España: 1- La Copa de la España Libre fue tratada por los medios de comunicación como la continuación del torneo del KO iniciado en 1902. Por ejemplo, el mismo día de la final, El Mundo Deportivo incluyó una relación de los diez ganadores de la Copa de España y un interesante editorial, enmarcado por fotos de los jugadores del Valencia CF Goiburu —“el ya veterano internacional que juega ya su cuarta final de Copa”— y Bertolí —“también internacional que juega hoy su segunda final de Copa”— : “[…] el encuentro de esta tarde tiene otra significación más importante. Se trata de la FINAL DE LA COPA 1937.

2 Declaraciones de Josep Rodríguez Tortajada, presidente del Valencia CF, a El Mundo Deportivo, 28-5-1937. 3 El Mundo Deportivo, 31-5-1937. ·5


Histórico once que conquistó en Sarrià la Copa de España al vencer 1-0 al Valencia CF. Arriba: Puig II, Calero, Martínez Català, Gaspar Rubio, Fraisón, Calpe, Valero y J. Rubio. Abajo: Dolz, Nieto y Olivares. Foto publicada en La Vanguardia el 21-7-37. © Archivo L’Oronella.

»Y su significación estriba en que en la España leal no se han interrumpido las competiciones futbolísticas. Después de los superregionales, hubo la Liga. Ahora, también, final de Copa que, como en los años precedentes del glorioso historial del Trofeo es donada por el Jefe del Estado. » […] Acaso al correr de los años en la línea correspondiente al 1937 figure la palabra NO JUGADA en lugar de consignarse el vencedor. Sería injusto. Lo sería aunque la Copa haya tenido esta fórmula extraña y poco deportiva. Lo sería tanto más porque los jugadores que, aunque muchos no lo crean, son deportistas y son disciplinados, han sabido hacer honor al Torneo y lo han jugado con todo su empeño e interés. »Si hay regiones dominadas y flageladas por el yugo fascista que no han podido convivir en la competición deportiva de la España leal, sí hay equipos que, como el Barcelona, ha debido partir para una misión deportivo-patriótica y no está tampoco en ella, no por esto el mérito de los dos fuertes equipos valencianos que llegan a la final es menor4. 2- De la misma manera, los propios protagonistas (jugadores, directivos y árbitros), así como los aficionados, eran plenamente conscientes de que con la Copa de la España Libre se disputaba una nueva edición del campeonato de España. Rescatamos, junto a los testimonios de los herederos de aquellos protagonistas, un par de referencias de la prensa del momento: “Los valencianistas ya saben de finales tanto o más importantes que la del domingo. Hace dos temporadas la jugaron también en Montjuich contra el Madrid”5. “(...)[Martínez Català] es el último delantero centro campeón de España”6.

4 El Mundo Deportivo, 18-7-1937. 5 El Mundo Deportivo, 17-7-1937. 6 El Mundo Deportivo, 13-6-1937. 6·


4. Contradicciones del informe del CIHEFE. La base del texto del CIHEFE que aconsejó a la RFEF negar la legitimidad de la Copa de la España Libre es tremendamente débil. Sus argumentos, construidos sobre falacias y contradicciones, pueden ser fácilmente contestados. Aplicando a rajatabla las razones que se aportan para negar la oficialidad a la Copa ganada por el Llevant FC en 1937, por lo menos la primera Copa del Generalísimo (que guarda el Sevilla en sus vitrinas, y que recibe la consideración de Campeonato de España), así como las irregulares y dúplices Copas de 1910 y 1913, deberían ser declaradas inválidas. El informe del CIHEFE establece como punto de partida la famosa circular de octubre de 1936, en la que la FEF declara, forzada por el acoso de las tropas de Franco, la suspensión de las competiciones deportivas. No obstante, como hemos visto, se mantuvo la actividad futbolística en la zona republicana, hasta el punto que Cabot, en su informe dirigido a la FIFA de marzo de 1937, certificaba la “perfecta normalidad” del fútbol en la España Libre. Así, en una línea, emanada de fuente oficial, se volatiliza la supuesta paralización deportiva tantas veces repetida desde las tribunas historiográficas del franquismo. Cuando el texto niega la legitimidad de la Copa de la España Libre como torneo oficial escudándose en que exclusivamente una única Federación estatal puede organizar campeonatos olvida la particularidad de los torneos celebrados en la década de 1910. En este caso el error es doble. En 1910 y 1913 se produjo una escisión en la FEF que dio origen a la Unión Española de Clubes. Durante estas dos temporadas, Federación y Unión —con un escaso número de equipos encuadrados en cada una de ellas— organizaron torneos paralelos, de escasa representatividad, reconocidos oficialmente a posteriori, con lo que se contradice la regla de la FIFA que especifica que únicamente puede haber un campeón por año y país. El resto de los argumentos son igualmente desmontables. Así, para los redactores del texto de CIHEFE, una de las razones de peso que demuestran la falta de correspondencia entre la Copa tradicional y la de la España Libre es la diferencia en el trofeo entregado al vencedor: »La “Copa España Libre-Trofeo Presidente de la República” es un único mérito que se entrega en propiedad al vencedor, el cual en ningún caso se proclama “Campeón de España”. Por ese motivo el Levante FC recibió en propiedad el trofeo que actualmente conserva el club legítimamente heredero, el Levante UD. »Queda ya demostrado que la FEF no organizó ninguna competición oficial durante este período. De todas formas, los organizadores de la ‘Copa España Libre’ nunca consideraron que esta competición alcanzase el mismo rango que el ‘Campeonato de España’ y por lo tanto, con carácter oficial nadie solicitó al Madrid FC que entregase el trofeo ganado en 1936 que retenía en sus vitrinas, puesto que la ‘Copa España Libre’ no se correspondía con ‘Campeonato de España’. »El Madrid FC entregó esta copa a la RFEF en 1940 y ahí permanece depositada porque a partir de esa fecha el Campeonato de España se subtituló como Copa de S. E. El Generalísimo”7. De seguir a pies juntillas el argumento enarbolado por el CIHEFE, la primera Copa del Generalísimo, que atesora el Sevilla y que, considerada como el primer Campeonato de España de la postguerra, fue expresamente donada por el general Franco al club hispalense, no debería tener carácter de título estatal, contrariamente a lo que se reconoce por parte de la RFEF. Otra de las razones aportadas en el informe de CIHEFE para negar la oficialidad a la Copa de la España Libre radica en la, a su juicio, alineación indebida de jugadores por parte del Llevant FC durante la competición:

7 Informe sobre la competición “Copa de España Libre-Trofeo Presidente de la República” disputada entre junio y julio de 1937. Madrid, 2009. ·7


“Hay que señalar que el club vencedor de la “Copa España Libre”, el Levante FC alineó a lo largo de la competición hasta cinco jugadores que no le pertenecían: Tarí y J.Rubio del Gimnástico FC, Nieto del Athletic Club de Madrid —que fue el máximo goleador del torneo—, Palahí del Murcia FC y Fraisón del Sporting de Gijón”8. El argumento de CIHEFE es incompleto y carece de perspectiva. Todos los jugadores citados se alineaban legalmente con el Gimnàstic FC, que suscribió un pacto de cesión de futbolistas con el Llevant FC justo antes de iniciarse la competición. En cualquier caso, gran parte de los equipos participantes en la primera Copa del Generalísimo hicieron lo mismo, y formaron en sus onces con jugadores huidos de la zona republicana. Así, el Racing de Ferrol, finalista de este torneo, presentaba en sus filas a los valencianistas Bertolí y Lelé y al futbolista del Oviedo Gallart, entre otros. Otra de las usuales razones que han acompañado a la negativa a declarar oficial la Copa de la España Libre se encuentra en el formato del torneo, que dio cabida a únicamente cuatro clubes. Como se ha explicado previamente, la Copa reunía a los mejores clasificados de los campeonatos autonómicos, que se correspondían (con la ausencia del FC Barcelona) con los mejor clasificados en la Liga del Mediterráneo. Asimismo se niega el carácter de torneo estatal a la Copa de la España Libre al circunscribirse a la zona republicana. La primera Copa del Generalísimo comenzó a disputar sus fases previas en pleno desarrollo de la guerra, excluyó específicamente a los clubes de la zona roja, contó con la participación de equipos militares no federados y permitió la incorporación al torneo a algunas sociedades menores, como en el caso del Ceuta Sport, “para así premiar al deporte de nuestra Zona del Protectorado de Marruecos, en la que se inició el Movimiento que ha salvado a la Patria”9 . Por eso resulta chirriante que el texto de CIHEFE trate de lastrar políticamente a la Copa de la España Libre como argumento para negar su legitimidad, sin reparar los redactores del texto en el grave error en que incurren ante la sencilla comparación con la Copa del Generalísimo: “Queda un fleco por confirmar: ¿quién cedió el trofeo? Sin alterar las investigaciones previas, y en un gesto de condescendencia, aceptemos el hecho no probado de que el trofeo procedía de la misma Secretaría de la Presidencia, tras haberlo solicitado el Valencia CF. Con todo, sería nada más que un gesto anecdótico, con una finalidad política y no deportiva. Curiosamente, en muchos países se disputan trofeos cedidos por sus propios gobernantes, motivo por el cual ya es suficiente para considerarlos no oficiales”10. Confrontemos esta rotunda afirmación del informe del CIHEFE con la inclusión del Ceuta Sport casi por decreto y con una noticia aparecida en la prensa franquista relativa a la final de la primera Copa del Generalísimo: “La ovación se repite al descender del palco presidencial y aparecer en el “field” el General Moscardó, quien con sentidas frases hizo entrega del trofeo donado por Su Excelencia el Caudillo Franco, a Campanal, capitán del equipo ganador”11.

De este párrafo es fácil deducir que esta primera copa de la dictadura fue organizada por el poder franquista para incorporar al fútbol a su aparato político e ideológico. Como después ocurriría con otros torneos de similar índole como la Copa Ibérica o la Copa Eva Duarte de Perón. En el fondo de la cuestión se vislumbra una clara intencionalidad ideológica para negar el reconocimiento oficial de la Copa de la España Libre. El responsable del argumentario de CIHEFE, el fallecido Félix Martialay, vicepresidente de este organismo estadístico, estuvo estrechamente ligado hasta su muerte a la Falange y a estructuras herederas del franquismo. Las mismas que, durante años, demonizaron a la República, único período democrático de la historia de España hasta la Transición, y escondieron la incesante actividad deportiva que, durante la guerra, se llevó a cabo en la zona republicana. 8 Op. cit. 9 ABC, 2-5-1939. 10 Informe sobre la competición “Copa de España Libre-Trofeo Presidente de la República”… 11 Levante, 27-6-1939. 8·


5. Argumentos a favor y en contra del reconocimiento de la Copa de 1937. 1. Argumentos de la RFEF (siguiendo el informe de CIHEFE) para negar la oficialidad de la Copa de la España Libre de 1937 al Llevant FC que no tienen fundamento histórico o se basan en hechos contradictorios. Explicamos el porqué y el agravio comparativo, si lo hay, respecto a la Copa de 1939, que sí está oficializada por la RFEF. a) La FEF no fue la organizadora del torneo y por tanto no puede ser oficial. Como hemos explicado no puede aislarse el torneo de la singular y dramática situación histórica que vivió España entre 1936 y 1939. Queda explicado y demostrado que la FEF delegó en las federaciones territoriales la organización de campeonatos y que el máximo responsable de la FEF, Ricardo Cabot, a la sazón representante ante la FIFA, supervisó la organización del torneo copero. La FEF que delegó en las territoriales era, a pesar de las adversas circunstancias, legítima y, en el momento en que se celebró el torneo, estaba reconocida por la FIFA. • Este mismo argumento esgrimido por la RFEF, además, podría deslegitimar la Copa del Generalísimo de 1939 conquistada por el Sevilla. A pesar de que la organizó la FEF instaurada en la zona franquista y ésta estaba reconocida por la FIFA, en el momento del inicio de la competición, ninguna potencia mundial —aparte de la Alemania nazi y la Italia fascista— reconocía al Estado franquista del que emanó aquella FEF. b) La Copa de 1937 no se disputó en toda España. Lógicamente. Se disputó en la España legítima, democrática y reconocida por las práctica totalidad de los países del mundo. No la disputaron los equipos de la zona conquistada por los golpistas. Las únicas competiciones de 1937 se disputaron en la retaguardia de la España republicana. • Además esté mismo argumento serviría para invalidar la Copa de 1939 del Sevilla, de la que fueron expresamente excluidos los equipos de la zona republicana, y en la que participaron escuadras militares no inscritas en la FEF, así como equipos menores por invitación directa —por cuestiones políticas— como el Ceuta Sport. c) El poseedor del trofeo, el Madrid FC —actual Real Madrid—, no lo cedió, como era habitual. De nuevo hay que comprender el contexto en que se disputó. El trofeo, de hecho, permaneció en la sede del club madridista durante los tres años de guerra y no fue reintegrado a la FEF hasta 1940. La Copa de la España Libre fue donada por el Presidente de la República, Manuel Azaña, lo que dotó de un claro carácter estatal y oficial al torneo. • Este mismo argumento, otra vez, serviría para invalidar la Copa de 1939 del Sevilla, que también conquistó un título con una denominación distinta —Copa del Generalísimo; no Copa de España— y un trofeo que donó el propio general Franco; no lo cedió el Real Madrid, campeón de 1936. d) La Copa de 1937 sólo la disputaron 4 equipos. El Campeonato de España contaba tradicionalmente con el concurso del campeón y subcampeón de los torneos regionales / superregionales y así sucedió, pero sólo se pudieron disputar 2 campeonatos, por las circunstancias de la Guerra: el de Catalunya y el de Valencia-Murcia12. Finalmente Valencia, Llevant, Espanyol y Girona13, integraron el cuadro de participantes de la Copa de la España Libre. 12 La previsión era disputar dos torneos: uno de Valencia —sin Alicante— y otro de Murcia y Alicante, pero por cuestiones logísticas se optó por conformar un único grupo, en el cual se clasificarían los dos primeros de cada una de las zonas, que con los dos representantes catalanes, formarían los seis equipos de la Copa de España. En el torneo de Valencia-Murcia se clasificaron el Valencia CF (1º) y el Llevant FC (4º), por un lado, y el Hércules (2º) y Murcia (3º) por el otro, pero estos dos clubs hubieron de renunciar a su participación por las dificultades que representaban los desplazamientos en la zona más meridional de la España Libre. 13 El Girona (3º del Campeonato de Catalunya) entró en sustitución del FC Barcelona (2º) que se marchó de gira por América. ·9


• La Copa de 1939 la disputaron diez equipos, pero también hubo irregularidades: sólo participaron gallegos, cántabros, vascos, navarros, aragoneses y andaluces; participaron equipos militares, sin clasificación previa, como el Aviación Nacional, que entró en octavos por decreto; o el Ceuta Sport, en octavos también por motivos políticos. En este sentido, la organización de la Copa de 1937 fue más fiel al espíritu y organización de la Copa de España previa a la Guerra que la de 1939. Todos los contendientes se clasificaron por méritos deportivos —con la salvedad del Girona, que sustituyó al FC Barcelona, como hemos explicado—, tras disputar los regionales. e) El formato no fue el habitual. Es cierto que durante los últimos años se había disputado por eliminatorias directas, pero también lo es que en ediciones precedentes se jugaron liguillas previas, como sucedió en 1937. En todo caso, esta singularidad viene de nuevo condicionada por la situación bélica. Los organizadores decidieron que, para que hubiera más actividad deportiva, a pesar de contar únicamente con cuatro equipos, se disputara una liguilla entre ellos a ida y vuelta, y que los dos primeros se batieran en la final. f) El Llevant FC alineó jugadores que no le pertenecían. Ya hemos visto que el Llevant FC tenía un acuerdo de cesión de algunos jugadores del Gimnàstic FC. Las circunstancias del conflicto hicieron que estas cesiones fuesen un hecho habitual durante la Guerra. Así lo aceptaron las federaciones territoriales y los clubs contendientes. • De nuevo, según este criterio, habría que invalidar también la Copa de 1939 en la que sucedió exactamente lo mismo. 2. Otros argumentos para dotar de oficialidad de la Copa de la España Libre de 1937 conquistada por el Llevant FC no contemplados por la RFEF. a) Como demuestra la prensa de la época y las declaraciones de jugadores, directivos y demás protagonistas, y como hemos comprobado anteriormente los participantes y los aficionados de 1937 estaban convencidos de que lo que estaba en disputa era una edición más de la Copa de España, sin duda condicionada por las circunstancias de la Guerra. b) El Congreso de los Diputados, en que reside la soberanía del pueblo español, instó a la RFEF a que oficializase el título, tras un pormenorizado estudio del asunto. Sin embargo, la RFEF dio más valor a un informe de una asociación privada como CIHEFE que al propio Congreso. La RFEF debió haber contemplado más informes y consultar a más especialistas antes de tomar una decisión tan trascendental no sólo para el Llevant UD, sino para la historia del deporte español.

6. CONCLUSIÓN. El fútbol no es un fenómeno social y deportivo aislado de la realidad que lo envuelve. Históricamente también es así. Los argumentos expuestos en este informe debieran servir para que la RFEF revisara su decisión. Nuestro punto de vista es que el título de Copa del Llevant FC de 1937 es legítimo, como también lo son los títulos de la Unión Española de Clubs de 1910 y 1913 y la Copa del Generalísimo de 1939. Si en estos tres casos la RFEF mantiene los títulos de Copa, entendiendo las singulares circunstancias en que se disputaron, es contradictorio que no oficialice la Copa de 1937. Es un agravio comparativo poco justificable. Y más si tenemos en cuenta que hace más de tres décadas que España vive en democracia y que no pueden seguir vigentes los delirios historiográficos que se practicaron durante el franquismo. Si nuestra sociedad ha superado esta situación en prácticamente todos los ámbitos, no tiene sentido que el mundo del fútbol siga aportando la nota discordante. Por sencilla justicia histórica, la RFEF debiera revisar los argumentos que le llevaron a no oficializar la Copa de 1937 y hacerlo cuanto antes. A ser posible, el año del centenario del Llevant UD, que finaliza oficialmente el 6-9-2010, sería un buen momento para oficializar la Copa de la España Libre y acabar con un agravio histórico que dura ya 73 años. El Cabanyal, Valéncia, febrero de 2010.

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BIBLIOGRAFÍA. El presente informe está basado en la investigación realizada por José Ricardo March y publicada en el libro Historia del Llevant UD. Tomo 2. 1922-1939. Del Camp de la Creu a la fusión. El Llevant FC y el Gimnàstic FC entre la ilusión y el desencanto. Además de esta obra ofrecemos a continuación una bibliografía básica sobre el asunto tratado: Arias, Fernando: La Valencia de los años 30. Entre el paraíso y el infierno. Valencia, Carena Editors, 1999 Bosch, Josep: “El Arco Mediterráneo crea sus campeonatos”. Levante-EMV, 1-7-2009 Carbonell, Santiago [Sincerator]: “Los Deportes En Valencia” en Almanaque de Las Provincias [para los años 1925, 1926, 1927, 1928, 1929, 1930, 1931 y 1940]. Valencia, Federico Doménech. Chilet Torrent, Vicent: “El Presidente proscrito del Valencia (1936-1939)”. Levante-EMV, 16-11-2009 Cihefe: Informe sobre la competición ‘Copa de España Libre-Trofeo Presidente de la República’ disputada entre junio y julio de 1937. Madrid, 2009 Fernández Santander, Carlos: El fútbol durante la Guerra Civil y el Franquismo. Madrid. San Martín, 1990 García Candau, Julián: El deporte en la Guerra Civil, Madrid, Espasa, 2007 Girona, Albert (coord.): La Guerra Civil en la Comunidad Valenciana. Valencia, Editorial Prensa Valenciana, 2007 Martínez Calatrava, Vicente: Historia y estadística del fútbol español. [8 volúmenes]. Barcelona, desde 2001 Mestre, Juan: Valencia 1936-39. La cultura deportiva de un pueblo. Valencia. Ajuntament de Valencia, 1987 Nadal, Emilio: Levantinos y valencianistas. Historias de una rivalidad en la Valencia de la década de los años 20 y 30. Valencia, 2004 Nadal, Emilio: Los latidos de un siglo. Valencia, 2003 Nadal, Emilio: “Historia del Levante UD” en Hello Valencia. Número especial. Valencia, Junio 2004 Nadal, Emilio y Solaz, Rafael: Levante, Los Orígenes, Fundació Cent Anys, Valencia, 2009 Nadal Tàrrega, Miquel: El nacimiento de la ciudad deportiva. Valencia, Ruzafashow, 2008 Regües, S: Del Udelage al Nuevo Milenio, Fundació Cent Anys, Valencia, 2009 Sanchis Pallarés, Antonio: Historia del Cabanyal. Siglo XX y un incierto futuro. Valencia, Javier Boronat Editor, 1988 VVAA: Valencia (1931-1939). Guía Urbana. La ciudad en la 2ª República. Valencia, PUV, 2007.

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HISTORIA DEL LLEVANT UD. LA OBRA MÁS EXTENSA Y DOCUMENTADA

QUE JAMÁS SE HA ESCRITO SOBRE UN CLUB DE FÚTBOL.

2009. Centenario del Llevant UD. El 1-9-2009 salió a la venta el tomo I de la Historia del Llevant UD, una obra fundamental para la memoria del equipo decano del fútbol de la Comunitat Valenciana. La investigación histórica más ambiciosa que jamás se ha realizado sobre un club de fútbol. El 17-11-2011 vio la luz el tomo IV y concluyó la publicación de la obra completa. 4 volúmenes lujosamente editados. Rigor histórico, momentos épicos, narración didáctica. 3.212 páginas que llenan de sentido un siglo de historia. Documentación, biografías de los personajes clave, episodios desconocidos, los partidos y sus datos, fotografías, tablas de resultados y clasificaciones… Una obra coordinada por Felip Bens y José Luis García Nieves, con la colaboración de 40 reputados historiadores, escritores y periodistas… y con algunas firmas de prestigio internacional. Un magnífico diseño y una esmerada producción. Una obra imprescindible para comprender la historia del fútbol valenciano a través de su club decano, el Llevant UD. Un proyecto editorial sin precedentes. Una obra que no puede faltar en la casa de ningún levantinista.

obra completa. Tamaño: 24,5 x 17,5 cms. Encuardenación: Tapa dura y sobrecubierta protectora de plástico. 2 guías de lectura. Tomo I. S. XIX-1922. De la Playa del Cabanyal al Camp de la Creu. Los orígenes del fútbol valenciano a través del Llevant FC y del Gimnàstic. 772 páginas. 400 fotografías. Tomo II. 1922-1939. Del Camp de La Creu a la fusión. El Llevant FC y el Gimnàstic FC entre la ilusión y el desencanto. 760 páginas. 600 fotografías. Tomo III. 1939-1969. De Vallejo al Nou Estadi. El yunque de la adversidad y el Llevant UD en Primera. 816 páginas. 450 fotografías Tomo IV. 1969-2011. Ambición y adversidad. El fantasma de la desaparición y el mejor Llevant de la historia. 864 páginas. 550 fotografías A la venta en: • Página web del libro: www.historialevanteud.com. • La Tenda Granota (Estadi Ciutat de Valéncia) • Papelería Galindo (El Cabanyal). • Principales librerías de la ciudad de Valencia

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