llamada de media noche

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Cartas al Editor 37 al Hijo de Dios no tiene la vida” (1 Jn 5:12).

¿Los cristianos y los musulmanes no oramos todos al mismo Dios? (Pregunta de un musulmán). “Permítame contestarle con una pregunta: ¿Es su dios Alá, el Padre de Jesucristo?” “No, Alá no tiene Hijo. ¡Eso sería una blasfemia”! – “Ve usted, entonces su Dios y el mío no es el mismo”. Considerando el gran número de religiones, muchos otros también se plantean el asunto de la tolerancia: al fin y al cabo, ¿no veneran todas al mismo Dios? Ya en los tiempos del Antiguo Testamento, el Dios de la Biblia testifica ser el único: “Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay Dios” (Is 44:6); “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve” (Is 43:11). Este

Dios vivo es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob (Mt 22:32); es el Padre de Jesucristo (Mr 14:36a). He aquí las grandes diferencias entre Alá y el Padre de Jesucristo: 1. 1. La relación entre Dios y los hombres: en el Islam, Dios no se revela. Permanece lejano, inaccesible. La exclamación constante “Allahu akbar” – Dios es siempre el más grande – manifiesta: el hombre no puede entablar una relación personal con él; Alá permanece siempre en el otro mundo, es semejante a un gran soberano oriental que está sentado sobre su trono muy por encima de sus súbditos. 2. 2. La relación Padre-Hijo: las nociones de filiación (somos hijos de Dios) y de paternidad (Dios es nuestro Padre: “Abba, Padre” Ro 8:15) no sólo son incomprensibles para el musulmán, sino que incluso son una blasfemia

para él, porque Alá está totalmente separado de este mundo. 3. 3. Dios como hombre: la encarnación de Dios en Jesucristo constituye el acontecimiento central de la historia bíblica de la salvación. Dios no sólo anduvo entre nosotros, sino que tomó nuestros pecados sobre sí al morir en la cruz. La salvación del hombre que resultó de este hecho permanece incomprensible para el Islam. 4. 4. La misericordia y el amor de Dios: Dios paga un precio increíblemente elevado para poder mostrarse misericordioso con el pecador. “Pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus maldades” (Is 43:24). Dios es misericordioso con nosotros, porque nos ha rescatado a un gran precio (1 Co 6:20; 1 P 1:19). La misericordia de Alá no cuesta nada; es arbitraria. 5. 5. Dios es nuestra confianza: en el Islam es inconcebible que un Dios pueda ofrecer abrigo, seguridad, paz y seguridad de la salvación. “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida… nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Ro 8:38-39). Para el Islam, es inconcebible que Dios pueda humillarse a sí mismo hasta la muerte en la cruz; inconcebible el Espíritu Santo derramado en nuestros corazones e inconcebible también el regreso del Señor Jesús con poder y gloria. Es cierto que, aquí y allá, el dios el Corán y el Dios de la Biblia se parezcan verbalmente. Pero un examen más cuidadoso muestra que ambos no tienen nada en común. Por eso no oran al mismo Dios los musulmanes y los cristianos.

El ser humano necesita agua fresca. La Biblia señala con toda claridad al único oasis verdadero, a la única oportunidad de sobrevivir, a Jesucristo.


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