la reflexión y la sed

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la reflexi贸n y la sed jos茅 manuel mateo


Tú eres un vaso de la vida que es dialéctica y que es muerte.

josé revueltas


la reflexi贸n y la sed jos茅 manuel mateo



De súbito, como una celeste carcajada, Revueltas emergió de las claras aguas y empezó a bracear como un condenado y, como un ángel espejeante, a musitar solemnemente “Soy el hijo del Hombre, soy el Hijo del Hombre”.

efraín huerta


* la mujer del cuello roto no florece quieta entre fulgores parece una galaxia mas no florece en sus pupilas el fuego se apaga una tarde, lenta, amarilla el rojo se apaga sĂşbitamente, de espaldas y de lo azul nos viene la muerte

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* cómo se declaran amor los jóvenes eternos en la cópula aéreos en un cuarto definitivamente cínico cómo se declaran amor ante un espejo que ha perdido el asombro que ya no sueña y sólo vive para ser reflejo de adúlteros y proxenetas de mujeres taciturnas e indolentes cómo se declaran amor cuando la tarde es un ojo decrépito sin alegría ni llanto cómo se declaran amor cuando la noche es un torrente impuro 7


incapaz de sepultarnos limpiamente c贸mo se declaran amor los j贸venes, c贸mo se mantienen atentos al sonido de la sangre

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* a) no hay lugar para quimeras frente a ese cuerpo apresurado por la rabia y el terror con qué inteligencia hunde el hocico en la entraña y traga la carne con el frenesí de un sordomudo cruel b) no hay lugar para quimeras frente a ese cuerpo roído como una caverna con qué inteligencia abre los ojos desde una muerte que nada revela sino el acabamiento y la fiereza astuta de la vida 9


* ¿la gente no termina así, con esta lógica del muerto, enterrada, oscura, descompuesta en un río, comida por el aire en las barrancas? ¿la gente no se va, no viaja al paraíso, no se queda marchita, ni espera, ni duerme dulcemente? ¿la gente no comienza ningún viaje? ¿es que así no termina, hecha un fardo, deshecha, desmembrada? ¿la gente sigue aquí, reclamando su nombre, la voz que le quitaron por la espalda? —…

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* escucha: no redimas al mundo con tu muerte, haz algo por nosotros con tu vida. anda, no te quedes como el fruto triturado en la tinaja, no te alejes tampoco entre vapores ni llegues hasta aquĂ­ con el rostro impuesto por la gravedad de tu evangelio levĂĄntate ven con la sangre completa, y danos al fin en esta mesa el vino fuerte de tu alegrĂ­a.

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* te busco, como se busca un lupanar, resignado a sufrir los servicios de una puta, que plena de raz贸n me sufre. te busco y en esta hermandad de la carne y el esti茅rcol alivio la llaga, la cifra que me impones, para luego afirmar, para luego saber que tu ausencia carece de misterio, que somos esta cruz ambulante, peregrina, ca铆da de brazos, fija tan s贸lo en el sitio oscuro de la muerte.

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* despavorido planeta que rueda por la noche como en el piso la cabeza del bautista estrella humana que vuelve a los orĂ­genes al principio del espanto cuando el todo no existĂ­a y el mundo era un anticipo de gemidos

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* no amor, no somos los buenos, nuestra carne apesta como apesta el dinero; en nada es ajena al cuerpo de los hombres que atesoran bienes o trazan la curva en la frente del cadáver. gracias a nosotros, escúchame, gracias a nosotros, ahítos en la cópula, contentos e inocentes, se perpetúa la infamia; gracias, amor, a tus lindas piernas y a esta humilde manera de enfrentar los días, con mi buenas tardes, señor, hasta mañana. —hasta mañana.

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* cada vez con más frecuencia la ciudad se parece a una enfermedad de los dientes tal vez un día la inyección antirrábica se administre al perro y no al canario tal vez un día llegue la aspirina solar para este dolor de cabeza en su etapa superior de migraña pero esta podredumbre esta peste agraz esta substancia que supura desde el nervio hasta la encía no habrá forma de limpiarla luego entonces como dijera roque así es la cosa

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* frente a la serpiente me arriesgo. no me tienta su mala fe ni cualquier otra manzana. la serpiente es apenas un signo, una referencia, la primera forma escrita de la soledad.

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* cuanta mujer conozco me parece hermosa y el deseo de copular me invade. soy acaso un hombre elemental enemigo de los géneros ajeno al progreso y a cualquiera relación contractual. pido perdón, señoras y señores, bésoles muy a ustedes, respetables: no soy distinto de la hembra fértil ni del árbol que arroja al viento su semilla.

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* como el lagarto, me niego a separarme de la tierra, de la carne profunda donde recuesto el vientre. mi cuerpo siempre va hacia adentro y hacia abajo, donde el calor y la humedad se juntan. soy un saurio primitivo en deuda con la lumbre terrenal que vivifica.

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* yo que he sido un león desnudo entre mujeres hambrientas yo que soy la vergüenza del cetáceo quiero decir del noble y musculoso rorcual yo que nada sé miserable entre las rosas me presento buenas tardes como el perro que soy infiel y callejero pero siempre dispuesto a renacer de nuevo por la herida

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* conmigo se detuvo la rueda de la germinación soy como ese pez que en el mar se reconoce ajeno y se intoxica de pronto con el agua salada no soy el padre sino el hijo huérfano de santidad y enamorado de la esposa con ella comparto el día para unirme de nuevo a sus raíces en la sombra

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* el macizo calor de un trago me pone de rodillas y sabrosa encuentro la resolana que viene hasta mis huesos, como si a ti llegara nada más por transparencia, por la mera delectación de tu costado. quiero prescindir de todo, quiero clavarme aquí, en la urdimbre de tus rosas, antes de que venga dios o cualquier otro a decirme que ya basta, que todo procede del verbo y nunca jamás de tu relámpago. [bastos: como si después de conocerte pudiera yo cambiar de fe].

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* a esto vine a la cópula a esto contigo costilla a la usura y al fulgor a la fragancia vine al verbo al amor de tus labios a esto contigo a besar tu cifra, sí encrucijada a esto contigo, sí poza de luz signo generoso refugio del esperma golpe del agua a esto, sí a clavarme como un hueso a lamerte la oreja a enredarme sí en tu sudario.

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* efímera bella sin embargo como la destrucción en la cresta del mar espuma lienzo fervoroso acércate corta el desdén de la sombra toda tú como una herida

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* detenida, amarga mĂ­a: eres la sombra. no me digas que no sabes, no niegues tu origen; la humedad es tuya, te delata. la noche no comparte el color que habita debajo de las piedras, y lo sabes, porque tĂş misma eres piedra y el color intenso, la sombra crecida al amparo de un rostro mineral. amarga, a tu soplo crece la vida mĂĄs austera, la Ă­nfima vida que no sabe nombrarse; ni terror ni esquizofrenia la mueven, 24


para eso vienes, para eso te filtras para eso manchas la tierra con tu boca. all铆 me reconozco y aprendo a mirarte, sin misericordia, tal como quieres, callado, dispuesto s贸lo para el beso.

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* el viento desplaza la voluntad de su volumen quiere ser la cantidad y no es nada sino el odio triste la ceguera infeliz de la tormenta el viento empapado en su materia viejĂ­simo en su inteligencia de animal primitivo arrastra como un alma las lenguas y los gestos los signos inĂştiles de la sangre camina por el mundo como los profetas es numeroso como el pan y abraza la tierra como una cruz monstruosa 26


el viento se prolonga en manos que no saben en piernas que no acaban cómo quisiera escoger entre la espada y la caricia cómo quisiera entrar en todos los vientres sin enamorarse sin clavar la eternidad que se eleva como brasas cómo quisiera entrar y arrancar de una vez la cabeza de todos los que ignoran el dolor de su música el viento se alza como un loco se levanta sin orden ni medida gira derribado en el suelo y a sí mismo se glorifica como esa lágrima arrepentida y ridícula hecha una con los hombres 27


* pienso en maría cuya edad no conoce los trabajos del sexo la imagino recóndita arropada en el fuego limpio el cuerpo y protegida la piel por el aceite cuando el cardo florezca y la cigarra difunda su canto sin pausa ella sabrá del árbol y del óptimo vino y expondrá las rodillas como pálidas aves pienso en maría y en el verano así estoy bien pensando en ella todo sombra

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* por boca de otro por labios de otro cuando en el gran palimpsesto de las voces ella pidió que veláramos y contó la parábola que alguna vez oyó de una tradición ya muerta en realidad nos dijo —tomen la espada tomen el nombre de la espada y no olviden su sentido porque el combate no se libra en tierra ajena ustedes están solos pero nadie los ha desahuciado aquí está la dignidad ella lo dijo con las manos en la espada y la terrible santidad de su nombre

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* yo estoy aquí, boca a boca con el suelo, besando todo lo que pasa. disculpen si me invitan a morir: debo responder que no (al menos por ahora cuando todos los planetas se juntan y maría me dedica una sonrisa). sé que debe amanecer y entonces habrá niños levantando las manos y mujeres robustas y hombres dispuestos y desnudos. entonces tendré que pararme, porque no soy nada, sólo esta risa de maría y el lugar donde todos los planetas se juntan.

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* la línea pervierte su final se extiende en horizonte única y en lo blanco se piensa principio y fin culminación del entorno creación continua y trascendente la línea pervierte su final porque sabe que sólo significa la triste afirmación del vacío

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* venero tu conflicto rosa pues sin resolverse te da vida. nadie gira sin pretexto, sólo tú, savia sin culpa ni sino, clave terrenal de nuestros días. ¿cómo escapas de tu cárcel? ¿cómo de tu propio laberinto, maestra de las hembras? ofreces la vida y la muerte en el cerco que abres ajena siempre a cualquier teoría.

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* decenas, miles de latas sobre una playa inmunda. es la playa pero nunca el mar, es la playa pero nada humano, sólo ruido: dientes por millares que no detienen su masticación obscena. las dentaduras, visibles por la peste, avanzan con su paso histérico lo mismo que la luz —también la luz—, aviesas. y la piel se pone a gritar como una loca, como una bruja 33


en medio de su hoguera extendida alrededor para quemar las carcajadas. el sol avanza y muerde, es luz y dentadura, sangre acumulada en la garganta, lengua del odio, piedra ardiente para secar los labios, que de tanta sed se han vuelto sucios, hostiles, como dos tenazas de c贸lera. tanto se puede morir de luz como de peste. luz, esa mancha que arde s贸lo por la fuerza del odio, ya casi muerta pero terca en su af谩n 34


de carcomer. y la veo, un imposible horizonte una quieta verdad, un poco de alivio, en este muelle tórrido. ella no es la salvación: apenas una esponja con vinagre para mis labios de arena, un cristal impuro, amargo, la forma imprecisa del hielo. ella, que si vivió después lo hizo para otro, diluyéndose en otro, carnalmente para otro. ella, 35


que se volvi贸 de agua para enfrentar la lujuria del sol. todo el mar estaba en sus ojos, la dignidad del mar, la pureza del mar, el alivio del vaso con su gota fresca. ella estuvo aqu铆, sobre mi vida. recuerdo que estuvo. pero el coraz贸n salta por mi boca como una mala palabra.

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* ¿en qué sitio termina mi sangre? ¿dónde me distingo de la multitud del canto terco? ¿qué muerte nos agrupa? ¿qué muerte da fe de nuestra vida?

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* somos la rosa que a sí misma se confunde somos el camino una vez pétalo y otra vez galimatías somos las ganas simples de amanecer y el punto en que paramos así como este árbol para escucharnos el respiro y luego caernos en pedazos

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* tengo que volver ¿a dónde? ¿a qué pasado? tengo que volver al principio a la tierra todo despertar es llanto todo caminar un palimpsesto tengo que volver a dónde soy una cruz hablando soy una cruz hablando

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* dormido brutalmente dormido no muerto el coraz贸n sosegado oscuro como una casa donde al fin alguien quiere descansar

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* mi corazón es una bandera purísima, sólo así voy a decirlo, sólo por mi boca vale tal revelación. inclino la cabeza sobre el pecho y sé que mi corazón y mis palabras son de otro.

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* una llama queda callada nada sabe aún de la ceniza ‌ fidelidad al fuego y luego polvo


«… una bonita definición de la muerte». Lo que ha dejado de oírse. Todo lo que ya no se oye.

josé revueltas

porque el sueño y la muerte nada tienen ya que decirse

xavier villaurrutia


* desierto en el rumor del agua desierto en el silencio habitado desierto como un cristo sin sangre desierto asĂ­ como la noche tremendamente nocturna tremendamente sin labios desierto sin lograr establecerme desierto en el quicio de una puerta de un idioma personal de una memoria celeste desierto en la nostalgia del rojo desierto en el regreso del azul en un descenso interminable donde un hombre como yo tambiĂŠn se aleja desierto 44


sin respirar siquiera desierto en el aire de vidrio desierto sin brazos que tender desierto sin brazos para asir desierto en el que no sĂŠ nada desierto como el hijo del hombre asombrado en su intensa soledad

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notas 1. la reflexión y la sed fue escrito entre 2000 y 2001,mientras fui becario del fondo nacional para la cultura y las artes, en el programa jóvenes creadores. david huerta y antonio deltoro fueron los tutores en tal asignatura. mi agradecimiento para ellos y para los compañeros de entonces por sus comentarios. 2. casi diez años y varias temporadas de corrección se suman en este volumen. confío en que su fecha de caducidad no ha llegado todavía. en cualquier caso, su consumo es inocuo para la salud del lector. 3. más de una palabra y frase acabó en este volumen sin que a estas alturas pueda asegurar si pertenecen a otros. pienso que no hay plagio sino en todo caso, glosa. habrán de disculparme roque dalton, eugenio florit, juan gelman, efraín huerta, hesíodo, josé lezama lima, virgilio piñera, césar vallejo, xavier villaurrutia y, por supuesto, josé revueltas.


© josé manuel mateo [texto, edición y tipografía, sobre un diseño de andrés mario ramírez cuevas]. © obranegra 2010 cordillera central 361-c, colonia lomas cuarta sección, 78216, san luis potosí, méxico. obranegra@yahoo.com isbn 978-607-00-xxxx-x la reflexión y la sed se imprimió en los talleres de offset rebosán, con domicilio en avenida acueducto 115, colonia huipulco, tlalpan, 14730, méxico, d.f., en el mes de abril de 2010. en la composición se empleó la familia filosofía en 11/16 puntos. la tirada fue de 500 ejemplares. éste es el undécimo volumen de obranegra, y el primero que se edita fuera de la ciudad de méxico. así sea.



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