Revista instituto

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SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III. El comienzo de una gran revista...

VOLUMEN Nº 1

26-1-11

QUERIDOS LECTORES... Tenéis ante vosotros el

sabio Severo Ochoa, antes

y que siempre está en el

primer número de Shereza- que Joaquín Sabina: ―el

horizonte y siempre aleján-

de, la revista de nuestro

amor es la fusión de la

dose con él. Por eso, decía

instituto. Queremos que en

física y la química.‖

el escritor uruguayo:

ella tengan cabida las ini-

Y también cualquier otro

―camino dos pasos, y ella

ciativas, creaciones y re-

saber que nos ayude a co-

se aleja dos pasos

flexiones de todos los

nocer la diversidad del

¿Entonces para qué sirve

miembros de nuestra co-

mundo y sus consecuen-

la utopía? Para eso sirve,

munidad educativa.

cias, aunque no esté eti-

para caminar.‖

Llegará tan lejos como

quetado en ninguna asig-

En vuestras manos queda

nosotros queramos. Porque

natura.

Sherezade. Necesita de

ha nacido para crecer, con

Queremos que sea la re-

vuestras aportaciones y

la imaginación, la inteli-

vista de la realidad de la

fantasía para seguir vivien-

gencia y la fantasía de to-

vida y de los cuentos. De

do, narrando, contando. A

dos los que aún estamos

muchos cuentos, de todos

nosotros, quienes lanza-

convencidos de que la edu-

los tamaños y colores. Por-

mos esta iniciativa, nos

cación, y la cultura, consti-

que, como decía es escritor

gustaría que su historia,

tuyen el mejor instrumento

Luis Landero en su libro

como en Las mil y una

– quizás el único- para

El cuento o la vida: “Hoy

noches, fuera interminable.

seguir avanzando hacia un

más que nunca la escuela

mundo mejor.

está bajo el signo fatal de

Aquí caben razonamientos

Sherezade‖ (aquella mujer

y divertimentos. La memo-

inteligente que utilizaba la

ria del pasado y las adivi-

imaginación para seguir

nanzas que nos ayuden a

viva).

descubrir el futuro. Las

Nosotros también necesita-

matemáticas y la literatura.

mos la imaginación para

La física y la química. Y

seguir adelante, caminando

por eso, claro, el amor; que

hacia esa utopía de la que

ya lo dijo el inminente

hablaba Eduardo Galeano,

Francisco de Paz .

Sherezade narrando las mil y una noches.

Contenido de la revista : Los 20 años del centro

1

Consejos de la enfermera

2

Noticias culturales

3

Cuentos de Bucay

4

Creación literaria

5

Curiosidades

6

Galería de imágenes

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SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III.

LO S VE INTE AÑO S D EL C E NT RO. . Impresiones y Recuerdos. La verdad es que las emociones se apretaban entre sí y pugnaban por salir más allá de “la flor de la piel”. Fue necesario “bajar la mano” en varias ocasiones para no quedarse “al descubierto” entre compañeros y antiguos alumnos, ya médicos, ya abogados, ya directores de empresa o comerciales, ya maestras, ya madres… Los recuerdos saltaban alborotados y se desparramaban en cientos de imágenes, próximas y precisas muchas, casi tangibles; más borrosas otras entre el fondo de las clases o de una excursión por la Ruta de Don Quijote… Todas irrepetibles. Menos mal que el alma se había puesto a buen recaudo desde que recibí la invitación para asistir a los actos programados por la actual dirección del Carlos III y había buscado toda clase de protección para emociones y sobresaltos. No obstante, todo aquello que habían atado y bien atado la prudencia y la razón se vio desmoronado en un instante al divisar un grupo de gente que esperaba ante las puertas del lugar elegido, que es lo que yo había procurado: estar entre los primeros en llegar y encontrarme, ya ajustado, ante cuantos fueran llegando. Las palpitaciones aumentaban y el caballo cordial aceleraba su paso a medida que me aproximaba al grupo, y los apuros de no reconocer con la precisión que yo quisiera a quienes me saludaran los azuzaba con ahínco. Y es cierto que en algunas ocasiones tardé varios segundos, que se hicieron horas, en identificar al antiguo alumno, a las alumnas sobre todo: se acicalan de tales maneras y tan diversas entre sí que me proclamo incapaz de distinguirlas, de reconocerlas. Entonces, se ponen todos mis sentidos en funcionamiento y, al poco, ya por el oído que me trae ecos reconocibles, ya por los gestos que atrapo con mis ojos despatarrados, reconozco perfectamente a mi interlocutor. Eso sí, que no se me pida que diga su nombre o el curso en que nos encontrábamos a diario, pero en muchos casos también consigo acordarme: entonces me entra una gran alegría y repito David, Verónica o Natalia varias veces; incluso, le pregunto por el compañero o compañera con quien, compartiendo pasillo, esca-

leras o patio, se inició en las artes amatorias. Otras veces, son ellos quienes despiertan recuerdos puntuales o describen estampas anecdóticas y puntuales también. “Me acuerdo cuando me dijo la primera vez en clase que tuviera cuidado porque me iba a caer. Chaval, oye chaval, que te vas a caer, fue como me dijo. ¿Que me voy a caer?, si estoy bien sentado, le contesté. Pues aunque estés bien sentado, que a pesar de mi miopía bien que lo veo, estabas ya en el alféizar de la ventana. ¿En el alféizar de la ventana? Cada vez entiendo menos. Que sí, muchacho, que estabas cazando mariposas fuera de la clase. Que estabas despistado. -Y a mí me dijo un día: Chaval, que se te ha caído el libro. Y como miraba hacia los lados y debajo de la mesa para ver si veía el libro que no había llevado a clase, mis compañeros de reían y yo cada vez me azoraba más. -Que no veo libro ninguno, profe. -Chaval, quiero decirte que tienes que traer el libro a clase. ¿Cuántas veces más debo decírtelo para que hagas caso…? En el acto propiamente dicho, las fotografías se perseguían unas a otras, como impidiendo que ninguna se aposentara como una señorona y desplazara a las demás. Chispazos, fogonazos del pasado próximo, tan próximo que aún se roza con el presente. De los discursos diré… Dijeron casi todos los oradores que veinte años es muy poco tiempo. ¡QUE veinte años es poco tiempo…! No lo doy por cierto: veinte años es una eternidad, pues ahora mismo ninguno de los alumnos del Instituto cuenta con esa precisa y preciosa edad. Y hablando de la historia del Centro, toda ella segada por la guadaña del 2 y encerrada en la oquedad del 0, es mucha historia: desde su ubicación el la Avenida de su nombre, que yo no conocí, hasta su llegada a los altos toledanos de la Avenida de Europa, que ponían los mismos pies de los cigarrales al alcance de la vista salvando el Tajo, hay mucho trecho, y muchas selectividades, y muchos intercambios cul-

turales, y muchos enfados y disgustos escolares, y muchas alegrías, y muchas gargantas rotas y calcinadas… Toda la historia de la literatura, desfiles de escritores, comentarios de texto…, que muchas veces regresaban a la cartera…Veinte años son muchos años y marcarán una etapa irrepetible del Carlos III, etapa en la que se consumieron los últimos rescoldos de lo que había sido un excelente bachillerato. Luego llegó la malhada LOGSE con todos su progres de pacotilla a cuestas, y con ella el derrumbamiento y la hecatombe escolar. Lamentablemente, no me equivoco: ahí están las pruebas… Y más fotografías, y más oradores y más recuerdos entrañables. De todas las fotografías retengo una en mi retina: aquella en la que la voluntad caprichosa del proyector paralizó la imagen dejando al presi Barreda como si estuviera entrerrejado, entrebarrotado. ¿La recordáis? ¿O fue una errónea sensación mía? En la cena, la cordialidad se deslizaba por los manteles de los comensales, amigos y compañeros que se encargan de prolongar la ardua tarea de enseñar, de enseñar también fuera de las clases, y los domingos y demás fiestas de guardar... Apreciados compañeros del claustro del Carlos III, gracias por la cordialidad y el buen rato que me hicisteis pasar. Y a vosotros, apreciados exalumnos, que las varillas del abanico vital se os vayan perfilando cada vez más claras. Si aún no es así, sabed que aún contáis con el beneplácito de la juventud. Y a la dirección del Carlos III, muchas gracias por esta iniciativa y ánimo para esperar y preparar el veinticinco aniversario que, ¡ay!, está ya a la vuelta de la esquina. Juan José Fernández Delgado


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VOLUMEN Nº 1

CONSEJOS DE LA ENFERMERA Carta a los padres. ción, fallos de memoria, ma-

beneficiosamente en su ren-

reos, etc.

dimiento escolar, así como

Durante el pasado curso

Les recomiendo, que para el

en su buen desarrollo físico.

escolar, han pasado por la

buen desarrollo físico e inte-

consulta

Enfermería,

lectual de sus hijos, insistan

Estrategias;

alrededor de 400 alumnos

en la realización de un des-

1.- Levantarse diez minutos

por motivos diversos. Exis-

ayuno completo a base de:

antes

Estimados padres:

de

te un factor común en un

2.- Dejar el desayuno prepa-

porcentaje amplio de los

Leche + Zumos o fruta +

rado la noche anterior.

escolares que acuden diaria-

Tostadas/galletas o cerea-

3.- El material escolar nece-

mente a la enfermería: la

les.

sario para el día siguiente

ausencia e escaso desayuno

(mochila), debe dejarse pre-

que hacen antes de venir al

Puedo entender que por la

instituto.

mañana todo son prisas para

Cuando un niño en pleno

llegar al colegio, trabajo,

Agradeciendo su colabora-

crecimiento está en ayunas

etc.; pero tal vez con ayuda

ción y siempre pensando en

desde la noche anterior,

de dos pequeñas estrategias,

el bienestar de sus hijos.

aparecen efectos propios de

que ahora les comento, po-

Un saludo

este ayuno, como son: dolor

damos conseguir que sus

de cabeza, irritabilidad, dis-

hijos hagan en desayuno

Fdo. Blanca González Arévalo

minución de la concentra-

completo

Enfermera del IES Carlos

que

repercutirá

parado el día anterior.

Para que sus hijos tengan un buen rendimiento, deben tomar un desayuno saludable.


CONSEJOS DE LA ENFERMERA Consejos fundamentales para lo adolescentes : 1. Disfruta de la comida Intenta comer alimentos diferentes cada día para gozar de una alimentación variada y disfrutar de ella. Come con tus familiares y amigos. 2. El desayuno es una comida muy importante Tu cuerpo necesita energía después de dormir, por lo que el desayuno es esencial. Elige para el desayuno alimentos ricos en carbohidratos, como pan, cereales y fruta. Saltarse comidas, y en especial el desayuno, puede provocar un hambre descontrolada, que muchas veces lleva a comer en exceso. Si no comes nada para desayunar, estarás menos concentrado en el colegio. 3. Come muchos alimentos variados Consumir alimentos variados todos los días es la mejor receta para gozar de buena salud. Necesitas 40 vitaminas y minerales diferentes para mantenerte sano, y no hay ningún alimento que por sí sólo pueda aportártelos todos. No hay alimentos "buenos" o "malos", así que no tienes porqué dejar de comer las cosas que te gustan. Simplemente asegúrate de que consigues un equilibrio adecuado y come una gran variedad de alimentos. ¡Toma decisiones equilibradas en cada momento! 4. Basa tu alimentación en los carbohidratos Estos alimentos aportan la energía, las vitaminas y los minerales que necesitas. Algunos alimentos ricos en carbohidratos son la pasta, el pan, los cereales, las frutas y las verduras. Intenta incluir alguno de estos alimentos en cada comida ya que más de la mitad de las calorías de tu dieta deberían provenir de ellos. 5. Come frutas y verduras en cada comida Puedes disfrutar de las frutas y las verduras en las comidas, o consumirlas como sabrosos tentempiés entre comidas. Estos alimentos aportan vitaminas, minerales y fibra. Deberías intentar consumir 5 raciones de frutas y verduras al día. 6. La grasa Todos necesitamos incluir algo de grasa en nuestra dieta para conservar una buena salud, pero consumir demasiadas grasas, y en particular grasas saturadas, puede ser malo para nuestra salud. Las grasas saturadas se encuentran en los productos lácteos enteros, los pasteles, bollos, carnes grasas y salchichas. Come de forma equilibrada si a la hora de la comida consumes alimentos ricos en grasas, intenta tomar alimentos con menos grasas en la cena. 7. Los tentempiés Picar entre comidas aporta energía y nutrientes. Escoge tentempiés variados, como frutas, sándwiches, galletas, tartas, patatas fritas, frutos secos y chocolate. Asegúrate de que tus elecciones son variadas para mantener el equilibrio en tu dieta, y no comas demasiado, sino no tendrás hambre a la hora de la comida 8. Saciar la sed Tienes que beber muchos líquidos porque un 50% de tu cuerpo está formado por agua. Se necesitan por lo menos 6 vasos de líquidos al día, e incluso más si hace mucho calor o haces ejercicio. El agua y la leche son excelentes, pero también es divertido variar. 9. Cuídate los dientes Cuídate los dientes y lávatelos dos veces al día. Los alimentos ricos en almidón o azúcares pueden influir en la aparición de caries si se comen con demasiada frecuencia, así que no picotees o bebas refrescos a todas horas. 10. Ponte en movimiento Estar en forma es importante para tener un corazón sano y unos huesos fuertes, así que haz ejercicio. Intenta hacer algo de deporte cada día y asegúrate de que te gusta para que seas constante y no dejes de hacerlo. Si tomas demasiadas calorías y no haces suficiente ejercicio puedes engordar. El ejercicio físico moderado te ayudará a quemar las calorías que te sobran. ¡No tienes que ser un atleta para ponerte en marcha! Hay que procurar reducir los malos hábitos para tener un mejor nivel de vida


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SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III.

NOTICIAS CULTURALES.

Miguel Hernández Miguel Hernández (1910-1942). Celebramos el centenario de su nacimiento. Su poesía señala claramente la transición entre la generación del 27, (Dámaso Alonso lo llamó “genial epígono”) y la generación del 36, su influencia en la poesía de la posguerra ha sido considerable. Pero su obra está cubierta de una espesa capa de leyendas sobre su persona, que en ocasiones solapan sus logros poéticos; pues, se ha exagerado su pobreza y su incultura, al ser un cabrero que se escolarizó tarde (tenía nueve años) y que por necesidades familiares debió abandonar los estudios para seguir ayudando en el pastoreo, que compagina con su avidez de libros, de lecturas de los clásicos, de aprender a escribir poesía culta. El resultado fue Perito en lunas (1933) inspirado en Góngora, este libro no es más que un ejercicio de estilo, que carece de sello personal. El siguiente libro, El rayo que no cesa (1936) es una explosión de pasiones e impulsos intensos, como dice él mismo en uno de los poemas “una

revolución dentro de un hueso, un rayo soy sujeto a una redoma”. El tema principal es el amor, pero mezclado con el arrebato, el furor, el sentimiento, la desesperación y las sombrías premoniciones de la muerte, como nos muestra en su poema “Sino sangriento”, que ha servido, otra vez más, para acrecentar esa leyenda de Hernández, pues profetiza su trágico destino que se cumpliría años más tarde. Su “Elegía” es uno de los poemas más famosos, con ese respeto impuesto como fruto de una sincera efusión de dolor por la repentina muerte de su “compañero del alma”. Durante la República se convirtió impulsivamente del catolicismo más ferviente al comunismo, fruto de ello es Vientos del pueblo (1937) cuyo propósito eran recitarse como poesía de guerra entre los camaradas. El hecho de la guerra y sus penalidades resultó beneficiosa para la poesía de Miguel, pues su obra se desnuda de artificios retóricos y de dramatismo para alcanzar en El hombre acecha (1938) una serenidad reflexiva y perso-

nal ante el panorama de tristeza y sufrimientos que ve reflejados en sus compañeros. Al término de la guerra, Hernández fue hecho prisionero y sentenciado a muerte. Murió de tuberculosis en la celda, con treinta y dos años. Los poemas escritos en la cárcel y publicados bajo el título Cancionero y romancero de ausencias constituyen una queja conmovedora, nos sensibilizan sus sentimientos, sus circunstancias de un hombre separado de su esposa y de su hijo, a los que nunca volvería a ver. Lo nuevo es que en su poesía van de la mano los sentimientos y los recursos poéticos Su palabra parece directamente arrancada del corazón (“la lengua en corazón tengo bañada”), conjugada con el arte popular y las técnicas más sabias. Todo para buscar una mayor densidad expresiva, que hace inconfundible su voz.

Piedad Martín

Miguel Hernández


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VOLUMEN 1, Nº 1

NOTICIAS CULTURALES.

Testamento de García Márquez Gabriel García Márquez se ha

A un niño le daría alas, pero le

retirado de la vida pública por

dejaría que él solo aprendiese a

Si supiera que estos son los

razones de salud: cáncer linfáti-

volar.

últimos minutos que te veo diría

co. Ahora, parece, que es cada

“te quiero” y no asumiría, tonta-

vez más grave. Ha enviado una

A los viejos les enseñaría que la

carta de despedida a sus ami-

muerte no llega con la vejez,

gos, y gracias a Internet está

sino con el olvido.

siendo difundida.

mente, que ya lo sabes. Siempre hay un mañana y la vida nos da otra oportunidad

“Si por un instante Dios se olvi-

Tantas cosas he aprendido de

para hacer las cosas bien, pero

dara de que soy una marioneta

ustedes, los hombres... He

por si me equivoco y hoy es

de trapo y me regalara un trozo

aprendido que todo el mundo

todo lo que nos queda, me gus-

de vida, aprovecharía ese tiem-

quiere vivir en la cima de la

taría decirte cuanto te quiero,

po lo más que pudiera”.

montaña, sin saber que la ver-

que nunca te olvidaré.

dadera felicidad está en la forma Posiblemente no diría todo lo

de subir la escarpada.

que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.

El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy pue-

He aprendido que cuando un

de ser la última vez que veas a

recién nacido aprieta con su

los que amas. Por eso no espe-

Daría valor a las cosas, no por lo

pequeño puño, por primera vez,

res más, hazlo hoy, ya que si el

que valen, sino por lo que signi-

el dedo de su padre, lo tiene

mañana nunca llega, segura-

fican.

atrapado por siempre.

mente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonri-

Dormiría poco, soñaría más,

He aprendido que un hombre

sa, un abrazo, un beso y que

entiendo que por cada minuto

sólo tiene derecho a mirar a otro

estuviste muy ocupado para

que cerramos los ojos, perde-

hacia abajo, cuando ha de ayu-

concederles un último deseo.

mos sesenta segundos de luz.

darle a levantarse.

Andaría cuando los demás se

Mantén a los que amas cerca de

detienen, despertaría cuando los

Son tantas cosas las que he

ti, diles al oído lo mucho que los

demás duermen.

podido aprender de ustedes,

necesitas, quiérelos y trátalos

pero realmente de mucho no

bien, toma tiempo para decirles

Si Dios me obsequiara un trozo

habrán de servir, porque cuando

“lo siento”, “perdóname”, “por

de vida, vestiría sencillo, me

me guarden dentro de esa ma-

favor”, “gracias” … y todas las

tiraría de bruces al sol, dejando

leta, infelizmente me estaré

palabras de amor que conoces.

descubierto, no solamente mi

muriendo.

cuerpo, sino mi alma. A los hombres les probaría cuán

Nadie te recordará por tus penSiempre di lo que sientes y haz

samientos secretos. Pide al Se-

lo que piensas.

ñor la fuerza y sabiduría para

equivocados están al pensar que

expresarlos. Demuestra a tus

dejan de enamorarse cuando

Si supiera que hoy fuera la últi-

amigos y seres queridos cuanto

envejecen, sin saber que enve-

ma vez que te voy a ver dormir,

te importan”.

jecen cuando dejan de enamo-

te abrazaría fuertemente y re-

rarse!

zaría al Señor para poder ser el guardián de tu alma.

Fuente: Anónimo, recibido por Internet – Agosto 2005


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SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III.

CUENTOS DE BUCAY Las ranitas de la nata. Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espera como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar. Una de ellas dijo en voz alta: «No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril». Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo: «¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora». Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas. Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a casa croando alegremente.

BUCAY

Libro del cual está extraido este cuento.


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VOLUMEN 1, Nº 1

CUENTOS DE BUCAY La princesa busca marido.

Había una vez una princesa, que quería encontrar un esposo digno de ella, que la amase verdaderamente. Para lo cual puso una condición: elegiría marido entre todos los que fueran capaces de estar 365 días al lado del muro del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un solo día. Se presentaron centenares, miles de pretendientes a la corona real. Pero claro al primer frío la mitad se fue, cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad, cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad, también se fue. Habían empezado el primero de enero, cuando entró diciembre, empezaron de nuevo los fríos, y solamente quedó un joven. Todos los demás se habían ido, cansados, aburridos, pensando que ningún amor valía la pena. Solamente éste joven que había adorado a la princesa desde siempre, estaba allí, anclado en esa pared y ese muro, esperando pacientemente que pasaran los 365 días. La princesa que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho se quedaba empezó a mirarlo, pensando, que quizás ese hombre la quisiera de verdad. Lo había espiado en Octubre, había pasado frente a él en Noviembre, y en Diciembre, disfrazada de campesina le había dejado un poco de agua y un poco de comida, le había visto los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera. Entonces le había dicho al rey: - Padre creo que finalmente vas a tener un casamiento, y que por fin vas a tener nietos, este es el hombre que de verdad me quiere. El rey se había puesto contento y comenzó a prepararlo todo. La ceremonia, el banquete e incluso, le hizo saber al joven, a través de la guardia, que el primero de Enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba preparado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el primero de Enero. El 31 de Diciembre, el día después de haber pasado las 364 noches y los 365 días allí, el joven se levantó del muro y se marchó. Fue hasta su casa y fue a ver a su madre, y ésta le dijo: - Hijo querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y el último día te fuiste. ¿Qué pasó?, ¿No pudiste aguantar un día más? Y el hijo contestó: - ¿Sabes madre? Me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo y, a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor, pudiendo hacerlo, no me evitó una sola noche de sufrimiento. Alguien que no es capaz de evitarte una noche de sufrimiento no merece de mi, Amor, ¿verdad madre? Cuando estás en una relación, y te das cuenta de que pudiendo evitarte una mínima parte de sufrimiento, el otro no lo hace es, porque todo se ha terminado.

BUCAY

Jorge Bucay.


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SHEREZADE, LA REVISTA DEL CARLOS III.

C R E AC I Ó N L I T E R A R I A Allium Cepa

—Soy una cebolla, una sucia y maloliente cebolla—se lamentaba—. Me pudro en el tiempo, quiero pero no alcanzo. No soy más que una mísera cebolla. —¿Me deshago de mis capas? ¿Qué sería de mí?—Se preguntaba—Entonces apenas sería —se contestaba. En aquel momento mil voces amigas lo calmaron: —Sólo me queda esperar— dedujo. Así fue que se quedó muy quieto bajo el sol, secándose y consumiéndose esperando la llegada de su hora. Con la piel ya descascarillada por los rayos, perdió el conocimiento. Allí yacía, muerto, inmóvil, el hombre cebolla. Llegó el día de su entierro y, por primera vez en su vida, nadie lloró por él. Diego Castaño Chillarón

SONETO : LA MONTAÑA Verdes hojas mecidas por el viento, Claras aguas susurran al pasar, Lo único que escucho, mi pensamiento, Me invita a un mundo donde reposar. Tú que fuiste forjada a fuego lento. Tú que nos das el aire del que respirar. Perderme entre tus bosques no lamento, Ni tu hermosa belleza contemplar. Es por ti, que los alados poetas, Con sus alegres y hermosos cantares, Proclaman tu gran historia atemporal. Desde tus oscuras, profundas grietas, Hasta las altas nieves invernales, Se aprecia,... tu grandeza natural.

Daniel Nieto


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VOLUMEN 1, Nº 1

Fotografías de particulares

„‟ Desde el cielo‟‟

„‟ El Río Tajo‟‟

Castillo de San Servando, Toledo.

Nuestro e-mail: :

revistaiescarlos3@gmail.com


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