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VOCERO VIRTUAL Televisi贸n basura. Una reflexi贸n


Índice Resumen

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El artículo presenta un recorrido breve por la historia de la televisión y los inicios de la televisión basura ¿Podemos llamar a estos programas “televisión basura’? ¿Son perjudiciales? O quizás, solamente son un chivo expiatorio para culpar a alguien o algo de la situación de la televisión peruana y un poco de nuestra sociedad.

CONTENIDO VIRTUAL

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Editorial

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INTRODUCCIÓN

Redactado por

Mijail Garvich Claux, docente de la Facultad.

Es evidente que entre todos los medios de comunicación, la televisión (especialmente la de señal abierta) ocupa un lugar especial. Y esto se debe a varios factores, como su accesibilidad, pues para ver TV.

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Televisión basura. Una reflexión.

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Bibliografia

¿La expresión “televisión basura” ha estado presente desde hace años en nuestras discusiones, pero en los últimos años y meses ha cobrado una especial importancia gracias a la aparición y popularidad de ciertos programas televisivos.

ISSN 2309-5881


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EDITORIAL

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Mijail Garvich Claux

EDITORIAL En la edición de Octubre del Vocero Virtual tenemos el agrado de contar nuevamente con la participación del profesor Mijail Garvich Claux, quien nos presenta el artículo “Televisión basura. Una Reflexión” La expresión “televisión basura” ha estado presente desde hace años en nuestras discusiones, pero en los últimos años y meses ha cobrado una especial importancia gracias a la aparición y popularidad de ciertos programas televisivos, especialmente los de competencias juveniles. Estos programas no solo han alcanzado niveles de popularidad y rating envidiables para cualquier otro programa, sino que también se han convertido en los ejes de los canales que los producen y emiten y el de los ajenos. De este modo no solo recibimos 3 horas diarias de estos shows, sino que además se cubre noticias sobre esto en los noticieros de las mañanas, medio día, noches, sabatinos y dominicales. También se realizan “especiales” y resúmenes de ellos así como versiones - alternativas para colegios y barrios.

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¿Podemos llamar a estos programas “televisión basura’? ¿Son perjudiciales? O quizás, solamente son un chivo expiatorio para culpar a alguien o algo de la situación de la televisión peruana y un poco de nuestra sociedad. El artículo presenta un recorrido breve por la historia de la televisión y los inicios de la televisión basura, pero también platea un ejercicio de definición y de reflexión sobre la programación y sobre nosotros mismos

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Televisión basura. Una reflexión. ¿Podemos llamar a estos programas “televisión basura’? ¿Son perjudiciales?

La televisión peruana, en muchos días y en diversos horarios, es un cruel espejo de la deformación social en que vivimos. Esa caja boba cada vez más nítida y plana es también un Frankenstein monstruoso que cultiva todos los vicios: sexismo, violencia, homofobia y racismo. Eso es más conocido que la canción del “Taxi”. Pero proponer una marcha contra la televisión basura puede tropezar con la ineficacia y con la banalización. Es evidente que entre todos los medios de comunicación, la televisión (especialmente la de señal abierta) ocupa un lugar especial. Y esto se debe a varios factores, como su accesibilidad, pues para ver TV. no es necesario pagar cada vez que se usa (como sí sucede en medios escritos o en el cine), no es necesario pertenecer a ningún grupo social específico y tampoco requiere de algún tipo de preparación previa (como el estar alfabetizado). Incluso cuando compite en este sentido con la radio, el hecho de juntar sonido e imagen y tomar la total atención del público, le da una ventaja importante sobre esta última (Consejo Consultivo de Radio y Televisión, Concortv., 2011). En un país donde la mayoría de personas no lee (Monark & Jaramillo, 2012) y peor aun, no comprende lo que lee (Ministerio de Educación - Perú, 2013), no es

extraño que sea la televisión el medio más presente en los hogares y el dispositivo electrónico/eléctrico por excelencia (Consejo Consultivo de Radio y Televisión, Concortv., 2011) Durante buen tiempo, la televisión, tanto en el país como en el resto del mundo, gozó de gran prestigio, atrayendo a los mejores periodistas, comunicadores, políticos y demás profesionales. El estar en la televisión se constituyó en casi un referente de éxito y prestigio en la carrera de un profesional. En nuestro país, los periodistas que aparecían en televisión, eran los que gozaban de mayor respeto y credibilidad (como Humberto Martínez, Manie Rey o Guido Lombardi), los conductores y animadores tenían una conducta y desempeño impecable (como Pablo de

Madalengoitia o Pepe Ludmir), las ficciones eran cuidadas en términos de calidad, contenidos y mensaje (como la recordada telenovela Natacha o Nino) y hasta los programas cómicos gozaban de prestigio en términos de guiones, producción y actuación (como Risas y Salsa o El jefecito). Es a partir de 1990, producto del contexto socio-político nacional y de ciertas tendencias globales, que nuestra televisión se modifica dramáticamente en función de los intereses políticos principalmente. La bien conocida subordinación de los principales empresarios televisivos a cambio de cuantiosas sumas de dinero, probada a través de los “Vladivideos”, y las distintas presiones y persecuciones a los no subordinados, generaron un cambio notable en la televisión peruana.


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Los empresarios, comenzaron a apostar por contenidos alineados a las políticas que no solo terminaron por agradar al régimen de turno, sino a los propios empresarios, quienes al seguir los lineamientos políticos descubrieron una nueva manera de hacer televisión a bajo costo y con excelente resultados en cuanto a Rating e ingresos. Por supuesto, el público pareció adorar este nuevo estilo también. En ese sentido todo parecía estar en orden. Así comenzaron a salir una serie de programas centrados en el entretenimiento, entre los que podemos citar los programas de farándula, cuyo mejor representante fue el conducido por Magaly Medina, los programas cómicos a cargo de los cómicos ambulantes del Parque Universitario y por supuesto el género más representativo de la década de los noventas; El Talk Show (que a pesar de ser conocido bajo ese nombre, era un híbrido de talk show y reality show). A pesar de haber sido programas con contenidos ficticios, el público los aceptó como reales y/o decidió aceptar la “convención”. Y para conducir estos programas se convocó a varias de las figuras más conocidas, pero sobretodo respetadas de la televisión de aquél entonces; Mónica Zevallos, ex narradora de noticias, con “Mónica”, Jaime Lértora, actor y consultor en comunicaciones, con “Intimidades”, Jorge Henderson, ex conductor de programas musicales, con “Tal Cual”, María Teresa Braschi, ex conductora

y periodista, con “Maritere” y por supuesto, quien quizás es el ícono de este género, Laura Bozzo, abogada y ex conductora, con “Laura en América”. A pesar de que la fórmula resultó y los empresarios lograron sus objetivos (políticos y económicos) y el público estuvo bastante entretenido, el uso excesivo de este género y de los demás, terminaron por desgastar aquella relación ideal con el público. Por supuesto que el contexto político contribuyó al deterioro de este género por motivos que no tocaremos en este artículo. En la actualidad este género no existe en nuestro país, pero a pesar de haber desaparecido, sentó las bases y allanó el camino para que nuevos formatos televisivos aparezcan, dedicados exclusivamente al entretenimiento. En la actualidad tenemos el formato de magazine de la mañana (que milagrosamente subsiste, más como espacio publicitario), el nuevo formato de noticieros, donde el narrador/periodista es el protagonista y donde la noticia tiene que se presentada de manera “entretenida”, el de la miniserie sobre personajes populares en el momento y contexto, pero sin lugar a dudas el formato que en la actualidad equivale al Talk show de los noventas, es el Reality de competencia. Así tenemos al pionero Combate (vigente), a Bienvenida la tarde (vigente), Calle 7 y Titanes (cancelados) y al programa que es el ícono de este género; Esto es guerra.


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Todos los programas en el párrafo anterior así como varios de los aparecidos desde los noventas, han sido y son considerados por muchas personas como “televisión basura”. Esto ha generado todo un debate y discusión en los últimos años, principalmente respecto a si empeoran o no la sociedad y por ende si deben ser eliminados o por lo menos controlados. El debate cobró especial importancia durante el 2015, cuando se gestaron, vía redes sociales, encendidos debates y hasta propuestas de marchas y acciones en contra de este tipo de televisión. (“Marcha contra TV basura”, 2015). A pesar de que es evidente que la animadversión está dirigida principalmente contra los realities de competencia, el uso de la expresión “televisión basura” y la lucha contra ella, parecería incluir muchos más programas, donde no parece existir un consenso en torno a qué entra y qué no en el saco de la “basura”. Arboccó y O’Brien (2012) en su artículo “Impacto de la “televisión basura” en la mente y conducta de niños

y adolescentes” recogen una serie de definiciones que valen la pena revisar. El término “televisión basura” o “TV basura” viene dando nombre, desde la década de los noventa, a una forma de hacer televisión caracterizada por explotar el morbo, el sensacionalismo y el escándalo como palancas de atracción de la audiencia. La telebasura puede quedar definida por los asuntos que aborda, por los personajes que exhibe y coloca en primer plano y, sobre todo, por el enfoque distorsionado al que recurre para tratar dichos asuntos y personajes (tomado de Manifiesto contra la telebasura en http://www.arrakis.es/~pedra/tvbasura.ht m) (Citado en Arboccó & O’Brien, 2012, pp 44.) La TV basura es demagógica por definición pues da a las masas de televidentes lo que la mayoría de ellos desean recibir. ¿Desean contenidos sexuales y chabacanos? Se los damos. ¿Desean programas donde no tengan que esforzarse en absoluto? Se los damos.


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humana; con la exhibición gratuita de sentimientos y comportamientos íntimos.” . En esto R A D I C A esencialmente la ausencia completa de valor que posee este tipo de televisión que busca captar audiencia masivas (para engrosar los bolsillos de los empresarios televisivos a través de la venta de publicidad en esos espacios) realizando constantes estrategias de demagogia televisiva generando contenidos de nulo valor para seres humanos que se precien de ser tales”... ( Landolfi 2007, citado en Arboccó & O’Brien, 2012 pp. 45) Finalmente Arboccó & O’Brien mencionan que

“los programas de telebasura se regodean con el sufrimiento; con la muestra más sórdida de la condición

(Arboccó & O’Brien, 2012 pp.44) Si tomamos estas definiciones, así como las definiciones populares de que televisión basura es toda aquella que no es educativa y que no contribuye al bienestar de la sociedad, podríamos afirmar que casi toda la televisión nacional (y la extranjera) podría estar en esa categoría, pues si hacemos un repaso por la mayoría de programas noticiosos con periodistas “serios” la mayoría pone énfasis en los temas que le importan al país, y estos pueden no ser precisamente el estado de la educación o la economía nacional, sino más bien la última canción que se compuso para la selección peruana de futbol o una entrevista a una vedette que se convirtió en madre, eso sin

contar los enormes sesgos informativos y éticos por parte de los presentadores y productores quienes por ejemplo muestran una denuncia por abuso (sin pruebas, solo una denuncia) con el título “El monstruo de X distrito”, mostrando la foto del acusado con fondo musical de alguna pieza de Orff. También tendríamos que evaluar si el exceso de programas y la cobertura mediática (en televisión especialmente) acerca de la cocina peruana o de cierto evento privado de gastronomía entraría en esa categoría. Y no podríamos dejar de lado el fútbol, donde cada canal tiene al menos un programa dedicado a este deporte y donde frente a cada partido se realizan “previas” de horas de duración, especiales sobre la gloria de los setentas y análisis psicológicos y antropológicos sobre el patear una pelota. Al parecer, sí nos encontraríamos ante una crisis televisiva, donde casi toda la


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programación entraría en la categoría. Frente a esta idea podríamos afirmar también que no existen opciones a la “televisión basura” en la televisión de señal abierta y que solo quienes acceden a televisión de paga (cable o satélite) podrían gozar de opciones. ¿Pero es eso cierto? Realmente no existen opciones en la televisión de señal abierta? La respuesta es no. Son pocas pero hay. TV Perú (Canal 7) es el segundo canal con mejor cobertura y calidad de señal en el país (Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública S.A.C. CPI, 2015). Este canal ofrece una programación rica en cultura, educación e información (“Programas | www.tvperu.gob.pe”, s/f), a pesar de ello ninguno de sus programas lidera o siquiera aparece en los primeros puestos de rating televisivos. ¿Qué hacer antes esta situación? ¿Debe intervenir ¿Qué hacer antes esta situación? ¿Debe intervenir el Estado? ¿Debe normarse y obligarse a que la programación sea de tal o cual tipo? ¿Debe hacerse que el

público “no tenga más opción” que culturizarse y educarse? ¿Debe hacerse esto a medias? ¿Quién y en base a qué criterios definirá cuál programación será aceptada y cuál rechazada? Las respuestas parecen ser más complejas y delicadas que simplemente pedir la intervención del Estado. Una intervención del Estado en cuanto a la libertad de expresión y la selección de contenidos, podría convertirse en un remedio peor que la enfermedad, y podría ser un arma poderosísima frente a algún poder político oscuro como bien lo hemos experimentado hace pocos años. Por otro lado establecer los límites de la moral y la ética es un asunto extremadamente delicado. Solo por citar un ejemplo, ¿deben existir contenidos religiosos? o ¿debe respetarse el laicismo?. En caso de decidir por incluir contenidos religiosos ¿de acuerdo a qué religión? ¿la de quien decide los contenidos?. Los peruanos y en especial los

comunicadores, tenemos la obligación de estudiar, comprender y analizar estas situaciones de manera profunda y no postular ni apoyar soluciones simplistas y emocionales de lo contrario podemos caer en situaciones más complejas aún (como “Chapa tu choro…”). La democracia y las libertades son tan frágiles que las decisiones que puedan afectar directamente a ellas deben ser estudiadas con precaución. El considerar a las personas como seres pasivos e indefensos frente a la televisión debería exigir también un ejercicio mayor; ¿el problema es la televisión? Quizás debamos analizar también el rol de cada persona como actor social, de cada padre y madre como formador, educador y modelo de vida, de cada familia como célula social y de la propia educación formal en el país. La televisión no puede ni debe convertirse en padre, niñero o educador, sencillamente porque no fue concebida para ello ni puede suplir a estos actores en sus funciones. Pero sobre ello trataremos en otro artículo a más profundidad.


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•Arboccó, M., & O’Brien, J. (2012). Impacto de la “Televisión Basura” en la mente y la conducta de niños y adolescentes. Avances en Psicología Revista de la Facultad de Psicología y Humanidades, 20(2), 46 –57. •Compañía Peruana de Estudios de Mercados y Opinión Pública S.A.C. CPI. (2015). Cobertura y Calidad de señal televisiva y radial a niverl nacional urbano (Market Report). •Consejo Consultivo de Radio y Televisión, Concortv. (2011). Estudio de actitudes, hábitos y opinión sobre la radio y televisión en el Perú. Recuperado a partir de http://www.concortv.gob.pe/index.php/ biblioteca-digital/estudios/846-2011-estudio-de-actitudes-habitos-y-opinionsobre-la-radio-y- television.html •Marcha contra TV basura: mira aquí todo lo que ocurrió. (2015, octubre 20). Recuperado el 20 de octubre de 2015, a partir de http://elcomercio.pe/lima/sucesos/marcha-contra-tv-basura-tendra-recorrid o-hoy-noticia-1794215 •Ministerio de Educación - Perú. (2013). PISA 2012: Primeros resultados. Informe nacional del Perú (p. 147). Recuperado a partir de http://www2.congreso.gob.pe/sicr/cendocbib/con4_uibd.nsf/B9405DEDF3D 84F3E05257C39006591CC/$FILE/Informe_PISA_2012_Peru.pdf •Monark, L., & Jaramillo, B. (2012). Comportamiento lector y hábitos de lectura - Una comparación de resultados en algunos países de América Latina. CENTRO REGIONAL PARA EL FOMENTO DEL LIBRO EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE, CERLAC-UNESCO. Recuperado a partir de http://www.cerlalc.org/files/tabinterno/33c91d_Comportamiento_Lector.pdf •Programas | www.tvperu.gob.pe. (s/f). Recuperado el 21 de octubre de 2015, a partir de http://www.tvperu.gob.pe/programas

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