Bicifija para la clase de hoy que es mejorar fuerza de piernas, ¿como lo vas a lograr? Con una clase que tenga una subida progresiva con cargas también progresivas. Estamos claritos con eso, y ahora ¿qué música voy a ocupar? Debe haber una sincronía, una progresión. Recién ahora veo la música que me sirve, pero yo ya planteé mis objetivos. Ahí puedes empezar a buscar temas que te permitan ir aumentando la carga gradualmente”, explica Patricio Alfaro. El problema es que no todos aplican ese criterio. Mucha gente que encuentra una música que les gusta, deciden aplicarla en sus clases, y en el fondo terminan adaptando la clase a la música que encontraron.
La desidia del chileno Si se quiere participar de un programa de ciclismo indoor, se deben tener ganas. Actitud, intención, energía. Algo que al chileno promedio le cuesta mucho. En el spinning se supone que se debe pedalear sobre la base de la emoción y sentimiento que provoque una música determinada. Eso, deriva en una determinada velocidad para pedalear (todo bajo la supervisión de instructor). El problema es que para esto ocurra, debe existir una mística, un encuentro entre las instrucciones del profesor, y las ganas de los alumnos. Pero eso, particularmente en Chile, es difícil de lograr. “El spinning es un programa que en su
esencia inicial recurría mucho a la parte interna, a la energía, eso era una volada bien chora pero que lamentablemente no era muy aplicable en Chile. El chileno cuesta mucho que se crea el cuento. Entrar en una clase y decir: levanta tus manos, siente la energía que está fluyendo por tu cuerpo… si empiezas a hacer ese show, se te va la mitad de la gente de la clase, porque la gente acá le tiene mucho miedo al ridículo”, asegura Alfaro. “Tú le preguntas algo al grupo para que haya una contestación masiva, grupal, de fuerza… y te contestan 3 ó 4, es una vergüenza”, agrega. Por eso en Chile se ha aplicado con mayor éxito el pro cycling que es más fácil de enseñar a la gente, más didáctico. Todo por una característica que al parecer refleja una idiosincrasia nacional: “A la gente le gusta ser más guiada. Ése es el tema. El spinning requiere de un poco más de trabajo con la gente porque tiene estos elementos que son muy místicos, pero que la gente cuesta que se los trague, en cambio en el pro cycling basta con que te dé los elementos técnicos de pedaleo y te ubique correctamente en la bicicleta. Después hay que seguir el ritmo de la música, y los bits musicales tienen que coincidir con el pedaleo. Como parámetro de esfuerzo es más fácil”, explica Alfaro.
La relación con los ciclistas
La evolución Para el futuro no son muchos los cambios que se pueden avecinar o vislumbrar. El ciclismo indoor tuvo un boom de popularidad hace un tiempo y ahora se ha quedado más estancado en ese sentido. La curva ascendente que esta modalidad había experimentado, se ha tranquilizado. Pero no por eso este deporte tiene sus días contados. Cada día son nuevos los adherentes que se suman a esta actividad, por eso el futuro se vislumbra con optimismo. ¿Puede evolucionar este deporte? “Lo que podría evolucionar serían los modelos de las bicicletas, la tecnología. Pero la idea siempre seguirá siendo generar una comunión de personas con música que los motive”, comenta Alfaro. Además lo inextinguible de esta disciplina, en comparación con otras que se dictan en los gimnasios, es que no hay mayores preocupaciones para quienes lo están practicando. “Durante la hora que dura la clase, las personas no tienen que preocuparse de si las máquinas están ocupadas, o si el gimnasio está muy lleno, etc. Sólo de recibir las instrucciones del personal trainer y pedalear”, explica el instructor. Pedalea 36
“Una de las claves que me ha ayudado a seguir trabajando en pro cycling es que gran parte de mis alumnos son ciclistas”, cuenta Patricio Alfaro. “Me refiero a ciclistas de montaña, de ruta, que compiten en fin de semana, y que han descubierto la validez y efectividad de mi programa de entrenamiento para mejorar en sus pedaleos diarios”. Se podría pensar que los ciclistas repletan los gimnasios donde se dicta el ciclismo indoor, pero eso no es así. Siempre ha existido una especie de contrasentido para muchos ciclistas cuando se habla Cada disciplina es celosa respecto de entrenar “bajo techo” en de las marcas de sus bicicletas un gimnasio, ya que –como es sabido –una de las cosas que más apasiona al ciclista es el aire libre. Y si más encima el ciclista va a encerrarse en una sala, a pedalear paradójicamente en una bicicleta que no va a ninguna parte, es algo muy complejo. De hecho hay muchos ciclistas que se niegan rotundamente al ciclismo indoor por lo mismo. Pero algunos le dieron una chance a esta actividad. “Aquellos ciclistas que le dieron una oportunidad al ciclismo indoor y al pro cycling se dieron cuenta que era una herramienta súper efectiva para complementar el entrenamiento”, comenta Alfaro. Y es más o menos lógico si se considera que muchos deportistas que compiten los fines de semana, no pueden salir a entrenar en días laborales porque no tienen tiempo, por el tráfico de las calles, o por la cantidad de smog. “Si no quiero cometer un suicidio, entonces me voy a una clase de spinning en la semana, y el fin de semana no siento que haya perdido ritmo o haya tenido un retroceso, gracias a este entrenamiento”, dice el instructor. Esto les ha dado otro plus a las clases de ciclismo indoor: ya no sólo se están captando a los amantes del fitness, o a los que quieren bajar de peso; además se ha ido captando a deportistas, a personas que les gusta la bicicleta, y que están utilizando este tipo de clases para mejorar.
Debe haber continuidad El ciclismo indoor más que una clase, es un programa de entrenamiento. Por que esta disciplina fue creada al menos con esa intención, para que fuera un proceso de entrenamiento, y por tanto no debe ser vista como sesión individual. No obstante hay profesores que no lo respetan como programa de entrenamiento porque no