Hipertensión

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guĂ­a sobre

HipertensiĂłn Arterial



ÍNDICE

Introducción

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Capítulo 1: Conociendo la Hipertensión

5

Capítulo 2: Seguimiento y Tratamientos

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Fuentes

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INTRODUCCIÓN La hipertensión arterial es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo, por lo tanto es importante poder detectarla tempranamente. Tras el diagnóstico, el actor principal de tu tratamiento sos vos, en conjunto con el equipo de salud y tus familiares, teniendo en cuenta una serie de cuidados y ajustes en tus hábitos cotidianos que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida, controlar la enfermedad y prevenir posibles complicaciones.

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Esta guía, enmarcada en el Programa de Prevención de Hipertensión Arterial de nuestra Mutual, tiene como objetivo ser una herramienta informativa y formativa de fácil comprensión que te permita conocer mejor la enfermedad, contribuir al tratamiento y favorecer tu calidad de vida. La misma no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de tu médico, quien debe tomar las decisiones relativas a tu salud, considerando tus características personales.


CapĂ­tulo 1

Conociendo la hipertensiĂłn

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¿Qué es la presión arterial? La presión arterial es la presión o fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias. Esta presión es imprescindible para que la sangre circule por los vasos sanguíneos y aporte el oxígeno y los nutrientes a todos los órganos del cuerpo para que puedan funcionar correctamente. La presión arterial tiene dos componentes:

El corazón se contrae.

Presión arterial sistólica: popularmente conocida como “la máxima”. Corresponde al valor máximo de la presión arterial en sístole (cuando el corazón se contrae), se refiere al efecto de presión que ejerce la sangre eyectada del corazón sobre la pared de los vasos.

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El corazón se relaja.

Presión arterial diastólica: conocida como “la mínima”. Corresponde al valor mínimo de la presión arterial en diástole (cuando el corazón se relaja) o entre latidos cardíacos, se refiere al efecto de distensibilidad de la pared de las arterias.


¿Qué es la hipertensión arterial? La hipertensión arterial es el aumento de la presión arterial de forma crónica. Es una enfermedad que no da síntomas durante mucho tiempo y si no se detecta y se comienza un tratamiento puede afectar órganos vitales como el corazón, cerebro, riñón y retina.

Se considera hipertensión arterial cuando en tres ocasiones diferentes se registra una presión arterial sistólica (la máxima) mayor o igual a 140 mmHg o una presión arterial diastólica (la mínima) mayor o igual a 90 mmHg medidas en el consultorio médico.

Clasificación de la presión arterial (1)

Categoría

Presión arterial sistólica

Presión arterial diastólica

Normal

Hasta 129

y/o hasta 84

Limítrofe

130 - 139

y/o 85 - 89

Hipertensión Arterial Grado 1

140 - 159

y/o 90 - 99

Hipertensión Arterial Grado 2

Mayor o igual a 160

y/o mayor o igual a 100(2)

HTA sistólica aislada

Mayor o igual a 140

y menor de 90

nota (1)

Clasificación de los niveles de presión arterial en mayo-

(2)

Dentro de la Hipertensión Grado 2, las personas con

res de 18 años no medicados y sin otra enfermedad aso-

Presión Arterial mayor o igual a 180 y/o 110 mmHg en dos

ciada. Los valores representan el promedio de múltiples

o más tomas separadas por 30 minutos entre ellas, son

mediciones obtenidas en 2 o más visitas al consultorio

considerados hipertensos en la primer consulta, no requi-

médico. Cuadro extraído de Guías de la Sociedad Argen-

riendo confirmación en una consulta posterior.

tina de Hipertensión Arterial para el Diagnóstico, estudio, tratamiento y seguimiento de la hipertensión arterial.

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¿Cuáles son las causas de la hipertensión? Las causas específicas de la hipertensión arterial más frecuente, denominada “hipertensión esencial”, “primaria” o “idiopática” son desconocidas, sin embargo, se la relaciona con una serie de factores que suelen estar presentes en la mayoría de las personas que la padecen. Estos se dividen en aquellos que la persona puede modificar cambiando sus hábitos y aquellos relacionados con su propia condición que no pueden ser modificados. • Factores de riesgo modificables: sobrepeso u obesidad, tabaquismo, diabetes, excesivo consumo de sal, consumo elevado de alcohol, sedentarismo, dislipemia: la presencia en la sangre de altos niveles de lípidos (colesterol, triglicéridos o ambos). • Factores de riesgo no modificables: edad (mayores de 55 años para los hombres, 65 para las mujeres), sexo masculino y antecedentes familiares de hipertensión arterial (herencia estimada de factores genéticos entre el 35 y 50%). También existen una serie de factores psicosociales, como la depresión, la falta de soporte social, el aislamiento social y condiciones laborales estresantes que influyen independientemente de la presencia de otros factores de riesgo en el curso de la enfermedad coronaria. En cuanto a la hipertensión arterial “secundaria”, se la define como el aumento de la presión arterial por una causa identificable. Es menos frecuente que la hipertensión arterial primaria, sólo entre el 5 y el 10% de las personas hipertensas tienen esta forma de hipertensión. Al-

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gunas de sus causas pueden ser: enfermedades renales, enfermedades endócrinas, coartación de aorta, hipertensión arterial inducida por el embarazo, trastornos neurológicos, estrés agudo, hipervolemia, alcoholismo, hipertensión sistólica.

¿Cómo se diagnostica? El médico diagnostica la hipertensión arterial a partir de la medición de la presión arterial en la parte superior del brazo y en posición sentada. En general, la diagnostica durante un examen de rutina en el consultorio. Por esta razón, realizarse chequeos periódicos permite detectarla y comenzar un tratamiento oportuno, en especial, si presentás algún factor de riesgo que favorezca el desarrollo.

¿A quiénes afecta? Si bien la mayoría de las personas que tienen hipertensión son varones, a partir de los 60 años la enfermedad se presenta de igual manera o mayormente en mujeres. En estudios específicos analizados, se ha informado que la población general que presenta hipertensión arterial varía entre el 26 y el 40 % entre los 25 y 64 años de edad. La población argentina que presenta hipertensión, lo desconoce en el 50 % de los casos detectados. Y sólo un porcentaje que varía entre el 13 y el 20% de las personas con hipertensión arterial conocida se encuentran controlados con cifras de presión arterial normal. De allí la importancia de la prevención, consulta periódica con tu médico y seguimiento adecuado del tratamiento.


CapĂ­tulo 2

seguimiento y tratamientos

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Seguimiento Tras el diagnóstico y una vez iniciado el tratamiento, el seguimiento clínico o frecuencia de visitas al consultorio deberán ser establecidas por tu médico tratante según el grado de hipertensión arterial, gravedad de la enfermedad, cumplimiento del tratamiento y respuesta al mismo, por lo tanto depende de tus características particulares. De todas formas, las indicaciones actuales se pueden resumir en la siguiente tabla:

Categoría

Visitas médicas

Normal

Cada 4-6 meses

Limítrofe

Cada 3-6 meses

Hipertensión Arterial Grado 1

2-3 meses

Hipertensión Arterial Grado 2

1-2 meses

Hipertensión Arterial Grado 3

7-15 días

Tratamientos Existen dos tipos de tratamientos para la hipertensión arterial: el tratamiento no farmacológico, que apunta a que puedas cambiar tu estilo de vida eligiendo hábitos más saludables y el tratamiento farmacológico que debe ser indicado e implementado por tu médico y complementado con un estilo de vida saludable. En ambos casos, es fundamental que, tanto vos como tu familia, tomen conocimiento de la enfermedad y reciban información por parte de tu profesional, para lograr una mejor adhesión al tratamiento y cambios significativos que permitan controlarte y mejorar tu calidad de vida.

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Cambiando tus hábitos podés controlar tu presión y mejorar tu calidad de vida. Tratamiento no farmacológico Adoptar hábitos de vida saludables es una herramienta fundamental para la prevención y tratamiento de la hipertensión arterial y para disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Algunos de ellos son:


1.

2.

Elegir una alimentaciĂłn saludable.

3.

Reducir el consumo de sal.

4.

Dejar de fumar.

Mantener un peso saludable.

5.

6.

Limitar el consumo de alcohol.

Realizar ejercicio fĂ­sico en forma frecuente.

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1. Alimentación saludable Llevar una alimentación saludable te permite un descenso en tu presión arterial. Se calcula que, a partir de las dos semanas, alimentarte saludablemente permite un descenso promedio de la presión arterial sistólica de 3.5 mmHg y de la diastólica de 5,5 mmHg.

• En cambio, debés limitar el consumo de: Crema de leche, manteca, lácteos enteros, embutidos, carnes grasas, piel de pollo, panificados, bebidas azucaradas y dulces Es importante que consultes con tu médico o nutricionista para realizar un plan alimentario acorde a tus necesidades nutricionales. 2. Reducir el consumo de sal.

Una alimentación saludable consiste en incluir: • Frutas y verduras: 5 porciones a diario entre ambas en variedad de tipos y colores. Podés consumir al menos medio plato de verduras en el almuerzo, medio plato en la cena y de 2 a 3 frutas por día. • Leche, yogures y quesos en sus versiones descremadas: elegí quesos blandos o untables y aquellos que contienen bajo contenido de grasas y sin sal o bajos en sodio (no olvides leer las etiquetas). • Cereales integrales en variedad: arroz integral, avena, maíz, trigo burgol, cebada, centeno, entre otros; y legumbres: arvejas, lentejas, soja, porotos, garbanzos. • Pescado: Consumilo 2 o más veces por semana, y otras carnes blancas como pollo sin piel, reduciendo la ingesta de carnes rojas. Utilizá cortes con poca grasa y retirá la grasa visible para cocinar. • Aceite crudo: Usalo como condimento, alternando sus variedades (girasol, oliva, soja, canola, girasol alto oleico, maíz). Evitá frituras y salteados.

¿Qué podés hacer para comer con poca sal?

• Frutas secas sin salar: (nueces, almendras, castañas) y semillas sin salar (sésamo, girasol, lino).

• Utilizá cocciones que concentren o realcen sabores, como el horno, plancha, parrilla, vapor, papel aluminio, técnica de sellado para las carnes.

• Hidratación saludable: tomá a diario a aproximadamente 8 vasos de agua segura.

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Se calcula que disminuir su ingesta hasta un máximo de 5,8 grs diarios (algo así como una cucharadita de café) te permite reducir la presión arterial en un promedio de 4 a 6 mmHg. En personas mayores de 65 años es aún más importante el cumplimiento de esta indicación ya que son más sensibles a los efectos del sodio. Según estudios, basta con una reducción moderada del consumo de sal durante cuatro semanas o más para que notes una disminución significativa de tu presión arterial, directamente relacionada a la reducción en la incidencia de posibles eventos cardiovasculares. Además, se ha probado que disminuir la cantidad de sal en la dieta también protege los órganos blanco (corazón, cerebro, retina, riñón) y disminuye las posibilidades de muertes por Accidente Cerebro-Vascular (ACV) en un 14%, y por enfermedad coronaria en un 9% en personas con hipertensión arterial.

• Preferí alimentos frescos. • Evitá agregar sal después de la cocción, no lleves el salero a la mesa.


• Prepará tus propias comidas. • Cociná sin sal.

Los alimentos procesados contienen apróximadamente el 75% del sodio ingerido.

• Si salís a comer afuera pedí la comida sin sal.

Evitá el consumo de:

Utilizá condimentos que resalten el sabor como: albahaca (fresca o desecada), tomillo, romero, vinagre, cúrcuma, canela, polvo de curry, eneldo, ajo, jugo de limón, salvia, menta, orégano, laurel, perejil, entre otros. Algunas ideas para utilizarlos:

• Sal de mesa.

pescado: eneldo, pimentón, pimienta, perejil, jugo de limón.

• Alimentos congelados.

pollo: Jengibre, orégano, pimentón, romero, salvia, tomillo, curry.

• Alimentos procesados o industrializados, encurtidos y enlatados (en caso de utilizar enlatados enjuagalos para retirar la sal que contienen).

zanahorias: clavo de olor, romero, salvia, nuez moscada. chauchas y arvejas frescas: eneldo, orégano, estragón, tomillo, curry y jugo de limón. tomates: albahaca, laurel, eneldo, cebolla, orégano, perejil, pimienta. legumbres: jengibre, cebolla, perejil, salvia y laurel.

Es importante leer las etiquetas a la hora de comprar productos alimenticios, preferí aquellos que digan:

• Alimentos salados: fiambres y embutidos, pickles, alimentos en salmuera, productos para copetín, caldos, sopas concentradas, conservas y mariscos. • Polvo de hornear.

• Comidas pre-elaboradas y listas para consumir (pizza, arroz, pastas con salsas, etc).

• Aderezos (mayonesa, mostaza, ketchup, salsa de soja). • Quesos de mesa, duros o de rallar. • Manteca, margarina. • Pan, galletitas y productos de panificación (facturas, tortas, budines, entre otros). • Edulcorantes artificiales con base de sodio (sacarina sódica, ciclamato sódico). • Pseudo sales dietéticas (sales de apio, cebolla, ajo, etc). • Bebidas con cafeína (café, gaseosas, cola).

• Bajo en sodio. • Muy bajo en sodio. • No contiene o exento de sodio. • Sin agregado de sal. • Reducido, light o liviano en sodio.

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3. Mantener un peso saludable.

Dejar de fumar trae numerosos beneficios para tu salud:

La presión arterial es muy dependiente del peso corporal, por lo cual se recomienda mantener un peso saludable. Si tenés un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 25 kg/m2 y una cintura mayor a 102 cm, si sos hombre, u 88 cm si sos mujer, consultá a tu médico o nutricionista para que te brinde un plan de alimentación reducido en calorías. Además, un IMC mayor a 27 kg/m2 se correlaciona con hipertensión arterial. Para calcular tu índice de masa corporal, tenés que dividir tu peso en kilogramos por el cuadrado de tu talla en metro.

• Disminuye la posibilidad de tener un ataque cardíaco o un ataque cerebral. • Reduce el riesgo de tener cáncer de pulmón y enfisema. • Disminuye las gripes y los resfríos. • Mejora el gusto y el olfato. • Mejora el rendimiento físico. • Favorece el descanso y aumenta la sensación de bienestar. • Proteges la salud de quienes te rodean. 5. Limitar el consumo de alcohol

IMC =

PESO (KG) ALTURA2 (M)

4. Dejar de fumar El tabaco provoca un incremento agudo de la presión arterial y la frecuencia cardíaca que persiste más de 15 minutos después de fumar un cigarrillo. Por esto, la medida más eficaz de los cambios en el estilo de vida que puedas hacer es abandonar el consumo de tabaco y la exposición a su humo (llamado tabaquismo pasivo), para la prevención de enfermedades cardiovasculares, incluido el accidente cerebro vascular y el infarto agudo de miocardio. Además, el tabaquismo tiene efectos nocivos en casi todos los órganos del cuerpo y disminuye la salud general de los fumadores.

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Al moderar el consumo de alcohol podés reducir tu presión arterial. Esta reducción es aún más evidente en personas que beban más de 800 ml semanales y en aquellas mayores de 60 años. La ingesta excesiva de alcohol se asocia con la elevación de la presión arterial en personas con hipertensión en tratamiento y con el aumento de riesgo de accidente cerebrovascular. Las cantidades aceptadas de etanol, conocido como alcohol etílico, son: • Hombres: 30 ml por día (equivale a: dos vasos de vino, dos latas de cerveza o una medida de bebidas destiladas) • Mujeres y personas delgadas: 15 ml por día. 6. Realizar actividad física Está demostrado que la incorporación de ejercicios aeróbicos a tu vida de forma periódica puede disminuir las cifras de tu presión arterial y el riesgo cardiovascular. Además, la actividad física tiene numerosos beneficios para tu


salud, por ejemplo, ayuda a controlar tu peso, favorece el funcionamiento del aparato cardiorespiratorio, mejora el estado de ánimo, aporta energía, entre otros. Si tu presión arterial no está bien controlada, es mejor que evites el levantamiento de pesas y los ejercicios intensos o extenuantes. La idea es que sumes 45 minutos de 3 a 4 veces por semana de actividad física aeróbica, de manera continua o acumulada. Algunas ideas son: • Realizar una caminata. • Andar en bicicleta.

Recordá siempre que seguir las orientaciones sugeridas por tu médico y mantener una buena actitud y motivación, son los pilares del tratamiento.

• Correr. • Nadar o hacer ejercicio aeróbico en agua.

Tratamiento farmacológico

Adherencia al tratamiento

Algunas personas con hipertensión pueden controlar su presión solamente adoptando los hábitos saludables que mencionamos anteriormente, pero para otras es necesario que estos cambios de hábitos sean acompañados con la toma de medicación. En estos casos, la elección del medicamento debe hacerla tu médico luego de evaluar tus características individuales como: edad, sexo, grado de hipertensión arterial, factores de riesgo, daño de órganos blanco (corazón, riñón, retina, cerebro) y otras patologías que tengas. De este análisis, el médico determinará cuál será el medicamento principal y las posibilidades de asociarlo con otros.

Tu adherencia al tratamiento es fundamental para lograr el control de la hipertensión arterial. La adherencia es la medida en que asumas las normas o consejos dados por tu médico o tu equipo de salud, tanto desde el punto de vista de los hábitos o estilo de vida recomendados como del tratamiento farmacológico prescripto. Es decir, es el grado de coincidencia entre las orientaciones sugeridas por el profesional y el cumplimento de tu parte de éstas, por lo cual tu motivación y actitud es uno de los pilares del tratamiento. Para esto, es necesario que junto a tu médico, y familia más cercana, construyan una relación de confianza e incrementen la comunicación para que puedas plantearle todos tus temores, y dudas concernientes al tratamiento.

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Automedición: ¿Qué es la automedición de la presión arterial? Consiste en el control que podés realizar desde tu casa a través de tensiómetros de brazo. Estas mediciones, fuera de la consulta médica, te permiten contar con mayor cantidad de información y confianza en los datos de tu presión arterial real. Además, te permiten disminuir la aparición del fenómeno de “bata blanca” (aumento de la presión arterial durante la consulta médica. Esto se atribuye a una respuesta de alerta y ansiedad o a un efecto condicionado por una situación inusual), informar los valores en tus condiciones de vida habituales, mejorar la evaluación del efecto de la medicación e involucrarte más en el conocimiento y control de tu enfermedad.

Recomendaciones para que tengas en cuenta al momento de elegir un tensiómetro:

Algunas recomendaciones para que tengas en cuenta al momento de la medición:

La interpretación de los resultados debe estar siempre guiada por tu médico.

• El brazo izquierdo debe estar desnudo con la parte media a la altura del corazón. • Elegir un lugar tranquilo. • Sentarse con la espalda y el brazo apoyado. • Inmediatamente después de cada medición, anotar los valores en un diario, junto con la fecha y la hora. • Aunque los valores hayan mejorado, es necesario seguir midiendo periódicamente como medida de control. • En el caso de necesitar ayuda para la medición, recurrir a un familiar.

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• Los tensiómetros deben estar evaluados y validados según protocolos internacionales y ser revisados y calibrados al menos cada seis meses. • Los tensiómetros de muñeca no son recomendables, aunque su uso puede estar justificado en personas obesas con una circunferencia de brazo excesivamente grande. • Si se utiliza un tensiómetro de muñeca, el manguito (de la muñeca) debe mantenerse a nivel del corazón durante la medición.


El ambiente debe ser lo más cálido posible ya que exponerse al frío puede elevar la medida de la presión arterial. Debes estar relajado, tranquilo y sin prisa.

No fumar ni tomar café en la media hora anterior a la medición. No realizar la medición después de comer. No haber realizado ejercicio físico intenso.

Mantener de tres a cinco minutos de reposo antes de comenzar.

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Tabla de automedición o registro diario Contar con una planilla como la siguiente, te permite llevar un registro y control personal sobre tu presión arterial.

Tu médico te indicará cómo debes realizarte las mediciones.

Nombre y apellido: Médicación:

Horario: Mañana

Fecha

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pas

Hora

(Máxima)

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hs.

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hs.

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hs.

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hs.

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hs.

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hs.

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hs.

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hs.

pad

(Mínima)

Tarde pas

(Máxima)

Noche pad

(Mínima)

pas

(Máxima)

pad

(Mínima)


Fuentes:

Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA): http://www.saha.org.ar/

Sociedad Argentina de Cardiología (SAC): http://www.sac.org.ar/

Guía de práctica clínica de la ESH/ESC para el manejo de la hipertensión arterial (2013).

Ilustración página 6, sístole / diástole. Federación Española de Anticoagulados.

Torresani, M.E y Somoza, M.I. Lineamientos para el cuidado nutricional. Capítulo 6. Cuidado Nutricional ante factores de riesgo y cardiopatías

Folleto Estaciones Saludables Buenos Aires “Hipertensión Arterial. ¿Qué es? ¿Cómo me cuido?¿Cómo hago para comer con poca sal?. Dirección General de Desarrollo Saludable. Subsecretaría de Bienestar Ciudadano – Vicejefatura de Gobierno.

Ministerio de Salud de la Nación. Guías Alimentarias para la Población Argentina, Buenos Aires 2016.

Revista Argentina de Cardiología. Volumen 81. Suplemento 2. Agosto de 2013. Consenso de Hipertensión Arterial.

Infografía. Etiqueta de Información Nutricional. buscala y Usala. | www.fda.gov/ nutritioneducation


Material enmarcado en: PROGRAMA DE PREVENCIÓN DE HIPERTENSIÓN ARTERIAL

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