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LA FE POPULAR EN LAS ESTAMPAS
Miguel Angel Vallecillo Teodoro Teresa Plaza Núñez
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VE NITE ADOR E MUS 1.- INTRODUCCIÓN Aprovechando el Adviento, tiempo de preparación para el Nacimiento de Jesús,el Museo Etnográfico Extremeño González Santana da vida, hasta el día de Reyes, a la exposición Venite. La fe popular en las estampas, donde más de un centenar de ellas, que forman parte de la colección privada de don Francisco González Santana, intentarán darnos la visión de un Jesús Niño muy cercano. Es nuestro objetivo, que el lector de este librito, además del visitante, descubra que las estampas no son un pedazo de papel en el que está impreso un santo, en nuestro caso el Niño de Dios, sino que todas están cargadas de gran valor, de un interesantísimo contenido y significado simbólico, sagrado y cultural. Piénsese que cada elemento tiene una razón de ser, de estar presente en la estampa, todo tiene un porqué que nos remitirá a una historia o idea. Y es que, en torno a las imágenes del Divino Niño se fueron configurando unos rituales piadosos, ligados a las celebraciones de Navidad y Corpus Christi, todo ello porque desde tiempos muy antiguos los católicos han tenido gran devoción al Hijo de Dios y han honrado su santa infancia considerándola como un período de inocencia y amabilidad. En la actualidad, el coleccionismo de estampas, muy extendido en Italia, se ha propagado a Francia, Países Bajos y está alcanzando gran interés en España(1). No obstante, debe pensarse que muchas de estas estampas pierden su valor antropológico cuando pasan a ser piezas de colecciones particulares o de Museo, al ponerse en valor, únicamente, su calidad artística y no su contenido, su significado. A lo largo de este librito procuraremos acercar al lector a los orígenes de la estampa sobre el Niño Jesús, un arte menor, y su relación con artes mayores como la escultura y pintura, así como con la literatura de evangelios y otros libros religiosos, de donde se extraerá una abundante temática, que nosotros hemos dividido en tres apartados: recién nacido, niñez y adolescencia. Descubriremos las técnicas empleadas por las editoriales de Francia, Italia y España. Para una mejor interpretación de los temas, se expone, de manera abreviada, la interpretación de los principales símbolos que las completan. Deseamos que la información de este folleto ayude a darle a este arte menor, la estampa, la importancia que debe tener y contribuir a que no des-
MONTENEGRO, J.P. Las estampas, coleccionismo en auge. Periódico Hoy. Badajoz, 9 nov. 1996, pág. 32.
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aparezca un patrimonio de gran valor, testimonio de un sentimiento devoto de cada época y de la labor artística del editor.
2.- ORÍGENES La estampa nace como objeto de devoción, unida a un culto particular con objeto de potenciar el sentimiento religioso, siempre ligada a un arte mayor, pintura y escultura. A ello hay que añadir que tras el Concilio de Trento, para la representación iconográfica del Niño Jesús, los artistas se inspiran en los evangelios y en la literatura piadosa escrita por frailes y monjas que recrean momentos de la infancia de Cristo. Como ya se ha dicho, el tema de esta exposición son tres momentos de la vida de Jesús: recién nacido, infancia y adolescencia. Sus precedentes se han de buscar en el Renacimiento italiano, en escultores como Andrea del Verrochio (1435-1488), Desiderio da Setignano (1430-1464) o Francesco di Simone Ferrucci (1437-1493), quienes destacan por representar a un Jesús Infante al que acompañan los atributos de la pasión. Gracias a las obras literarias de personajes tan dispares como Erasmo, Lutero o Santa Teresa, empieza a representarse un Niño Jesús más frágil, tierno y humano. De hecho, las tallas que se esculpen del Divino Niño, tras la Contrarreforma, están muy vinculadas a Santa Teresa y su Orden. Junto a ella no olvidemos a San Francisco, iniciador y propulsor de la tradición del belén. Escultores de la talla de Gregorio Fernández, Martínez Montañez, Juan de Mesa, Pedro de Mena o La Roldana crean unos modelos que alcanzaron gran devoción popular, como fue el Niño Jesús del Sagrario de Sevilla, de Martínez Montañez; otros modelos fueron el Niño Jesús de Praga, el Santo Niño del Remedio o el Niño del Cebú. En todas ellas aparece el Niño Jesús triunfante sobre el pecado, bendiciendo al espectador, de gran ingenuidad y jovialidad infantil; se trata de un Niño de rostro regordete, al igual que sus manos y pies, pelo rizado, frente despejada, con la bola del mundo en la mano izquierda, mientras que la derecha se encuentra alzada en actitud de bendecir. Las primeras pinturas del Niño Jesús, en el Barroco sevillano, aparecen en portezuelas de los sagrarios de los retablos; se representa a un Niño sonriente, mofletudo, como el que pinta Zurbarán que se conserva en el Museo del Hermitage de San Petersburgo, o el que dibuja hiriéndose con una corona de espina, perteneciente al Museo de Cleveland. Mencionemos también el Buen Pastor de Murillo, que alcanzó cotas interesantísimas por su atractivo. También a este autor se debe una obra de -4-
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VE NITE ADOR E MUS Niño dormido, junto a una cruz, que pertenece a la Grave Art Gallery de Sheffield. Fueron estas esculturas y pinturas de los maestros del XVI y XVII las que inspiraron el tema de las estampas a las que se sumará el toque personal del editor. La época dorada de este arte menor es el siglo XIX, que supone el triunfo y expansión de finísimas estampas guarnecidas de calados, ejecutados manual o mecánicamente. En esta centuria la estampa se convierte en medio de difusión de iconografías y advocaciones. Es repetitiva la imagen del Niño Jesús acostado sobre la cruz en el pesebre o mostrándola sobre su pecho. En el XIX, la casa de imaginería de Olot, Vayreda, Berga y CIA, constituida por Joaquim Vayreda y Vila, en compañía de su hermana y del pintor J. Berga y Boix, asimila un tipo de imaginería, aprendida en el barrio parisiense de San Sulpicio, desarrollando una técnica basada en la pasta de cartón madera, en su taller El Arte Cristiano, cuya iconografía se extenderá a la estampa .
3.- TÉCNICAS E IMPRENTAS La técnica más antigua que se conoce es de finales del XVI y se realizaba en pergamino; en la actualidad son las más cotizadas en el mercado. En la segunda mitad del XVIII y comienzos del XIX, los talleres conventuales de la población italiana de LUCCA desarrollan estampas de gran atractivo, siguiendo la técnica del collage, importada de Tierra Santa, mezclando flores secas, madera e imágenes. Muy apreciadas son las cromolitografías, por su colorido y apariencia de cromos. Otras técnicas son la de taladro mecánico, pintada en acuarela o de tipo calado. En España, tras la Guerra Civil, en los años cuarenta, se imprimieron modelos -5-
Cromolitografía
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en blanco y negro que irán dejando paso, poco a poco, al color. A comienzos del XIX, en París, existían casas especializadas en estampas religiosas con encajes mecánicos; una de las más prestigiosa fue la de L. Turgis, posteriormente L. Turgis e Hijo, con talleres en París, en una de las calles más tradicionales del comercio de estampas, Saint Jacques, 16, al tiempo que mantenía abierta otra sucursal en Toulousse, en Rue de Rome, 36. En su extensa producción destacan dos períodos, uno hasta 1853, con estampas de escaso o nulo texto, a excepción de los cromolitografiados y estampas enmarcadas con orlas doradas; en el segundo, abundan las tallas dulces sobre matrices de acero sin realzar cromáticamente.
Taladro Mecánico
El catálogo de la casa L. Turgis, de 1840, presenta 225 modelos de cabezas de santos, 419 recuerdos de Primera Comunión y 200 estampas de misal. Otras casas parisienses especializadas fueron Boumarol e Hijos, ubicada en Rue Garanciére, 15 y La Pannier, en Rue du Viex Colombier, 3. En Italia, además de los talleres mencionados en Lucca, existieron los de Milán con editoriales como: Alberto Allemandi, en Vía de San Antonio, 20, taller de la Chiesa del Corpus Dómini, de Carmelitani Scalzi, o el de A. M. Montegazza.
Estampa de editorial L. Turguis
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Estampa de Alberto Allemandi
Taller Chiesa del Corpus Domini
España, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los países donde más estampas y variadas se han confeccionado, sobre todo desde dos Comunidades Autónomas: Cataluña y Andalucía. En Barcelona trabajaban los talleres de J. Pena y Sacanell y Estamperia Solá, dirigida por Ramón Sola y Roca, ubicada en C/ Puertaferrisa, 15. En Olot, a la par que los talleres de imaginería como el ya comentado de Vayreda, Berga y CIA, posteriormente denominado El Arte Cristiano, surgen otros donde se expande la estampa como El Santo Cristo o El Sagrado Corazón. En Sevilla se documenta al editor Antonio Izquierdo y García, cuya imprenta se denominó, posteriormente Imprenta de Izquierdo y CIA o Sobrinos de Izquierdo, ubicada en calle Francos, 54; en Granada, la librería Guevara. -7-
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4.- TEMÁTICA Y SIMBOLOGÍA Como se ha mencionado, la temática de las estampas es muy variada y siempre relacionada con una advocación. Nosotros, con esta exposición, reduciremos este campo a tres momentos de la vida de Jesús: niñez, infancia y adolescencia. Para su representación iconográfica los artistas se inspiraron, como ya se ha comentado en los evangelios y en la literatura piadosa, amén de las obras de pintura y escultura. En tiempos del emperador Augusto nace Jesús, en Belén. Lucas, historiógrafo de Dios, mostró gran empeño en compaginar el nacimiento en la más pura pobreza con la notificación divina, a través de los ángeles y en unas circunstancias históricas concretas. Pesebre y cruz son puntos esenciales para él. También nos dice cómo es envuelto en pañales, en jirones de tela mejor dicho, y cómo el ángel comunica a los pastores la buena nueva. Un ejército celestial, compuesto por ángeles y estrellas forman la Corte Divina, pues como recogen las escrituras Adórenlo todos los ángeles de Dios. Jesús pasó su niñez y juventud en una aldea de Nazaret, donde creció y se llenó de sabiduría en un hogar de artesano, donde aprendió un oficio, el de carpintero, que queda reflejado también en las estampas. Hacia 1200, San Francisco de Asís dispuso recordar con gran solemnidad la imagen del Niño en el pesebre, acompañado de pastores y variados animales. Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz contribuyeron a difundir la devoción al Niño nacido en Belén. En la evolución del arte, el Divino Niño ha aparecido como peregrino, pastorcillo, emperador, crucificado, infante ataviado según la época, en los brazos de María, jugando, realizando labores o como precursor de devociones, caso de la del Corazón de Jesús(2). El origen del Niño Jesús Peregrino se vincula al Divino Infante que siempre acompañó a Santa Teresa en sus viajes fundacionales. Es, sin duda, una metáfora (2)
Dolz, Michele. El Niño Jesús. Córdoba, 1984.
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Niño Jesús Peregrino
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VE NITE ADOR E MUS aplicada al viaje que supone esta vida. Se le representa con indumentaria similar a la del peregrino, con bordón, calabaza, morral o limosnera, sombrero… También puede portar el corazón, rematado en una cruz, en su mano diestra, como prefiguración de la Pasión. Otro modelo es el de Niño Pastor, de variada representación, en la que siempre es común la oveja y el cayado. A veces se dibuja sobre el orbe terrestre en el que se enrosca una serpiente, fondo con estrellas y portando un borlón, o simplemente sentado y un paisaje como fondo.
Niño Pastor
Niño Jesús Salvador
Parecido al anterior es la estampa en la que se reconoce al Niño Jesús como Salvador, en actitud de bendecir, con mano derecha alzada y sus dedos en grupos de 2 ó 3, aludiendo a las dos naturalezas de Jesús; si son tres dedos, es claro recuerdo a la Santísima Trinidad. Su mano izquierda puede quedar libre o portar el orbe terrestre, al que intenta redimir del pecado. -9-
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Otras veces se descubre como Divino Infante, recién nacido tumbado en la cuna, con brazos extendidos como queriendo alcanzar a su Padre y a cada uno de nosotros. Con menor frecuencia se representó a Jesús Adolescente, y siempre que se hizo fue trabajando en el taller de carpintería de José.
Divino Infante
Niño Jesús Adolescente
Tras el Concilio de Trento, el pensamiento cristiano descubre la necesidad de mostrar la inocencia de Jesús Niño, mezclando la dulzura y ternura infantil con su tragedia futura. Surgen así diferentes representaciones de Niño Jesús de Pasión. Una de ellas lo presenta con la cruz a cuesta, acompañado del cordero y algún instrumento de la pasión, cesto con clavos, martillo, tenazas, dormido sobre la cruz, corona de espinas, espina en una mano… Más espeluznante es la estampa de Niño Jesús Crucificado, donde se vin- 10 -
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Niño Jesús con cruz a cuesta
Niño Jesús de Pasión cula nacimiento y muerte; se identifica la madera de la cuna con la cruz, los pañales con el sudario. Hay escasas imágenes de este modelo. Una de sus primeras representaciones de debe a la visión de la madre Mariana Francisca de Jesús Torres y Berriochoa (1563-1635), religiosa española fundadora del Monasterio Real de la Limpia Concepción de la ciudad de San Francisco de Quito, a la que en 1628 se le aparece Nuestra Señora del Buen Suceso y le dice: Levanta ahora la vista y mira hacia el cerro donde será crucificado este Divino Infante. Tras esta revelación, Mariana vio a los - 11 -
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arcángeles tomando al Niño de los brazos de la Virgen y transportándolo hasta el cerro, donde fue acompañado de un ejército celestial. En 1634, la madre Mariana Francisca recibió el mandato de reproducir en estampas esta visión. En el siglo XIX se abrió el campo a un nuevo modelo devocional de Niño Jesús Crucificado, de pie, vestido con túnica, extendiendo sus brazos sobre una cruz de su mismo tamaño, sin mostrar señal de pasión. No olvidemos la representación del Niño del Sagrario, donde se muestra a Jesús, en escorzo, sentado en el altar, mirando al Sagrario y tocando con su mano derecha la Cruz. Niño Jesús del Sagrario
5.- SIMBOLOGÍA PARA LA INTERPRETACIÓN DE LAS ESTAMPAS Para una mejor interpretación del contenido de las estampas, recopilamos el significado que tienen los diferentes elementos que en ellas suelen aparecer, acompañando la imagen de Jesús. Ave. Simboliza el alma, casi siempre se presenta en manos de Jesús y de la Virgen o cerca de ellos. Azucena. Su color blanco equivale a pureza. Bendición. Los dedos de Jesús en grupos de 2 ó 3, en alusión a sus dos naturalezas, divina y humana, y a las tres personas de la Santísima Trinidad. Brazos extendidos. Buscando al Padre y a cada uno de nosotros. Cáliz. Dorado o plateado, alude a la fe cristiana. Corazón. Portado por Jesús, simboliza el amor y la piedad. IHS. Signo de San Pablo, In hoc signum, además de ser las tres primer letras del nombre de Cristo. - 12 -
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VE NITE ADOR E MUS REYES MAGOS: Gaspar, el más joven, rubio, procedente de Asia, lleva incienso, símbolo de Dios. Melchor, anciano de blancos cabellos, procede de Europa. Porta la mirra, sustancia rojiza cromática común en Medio Oriente y Somalia. Valorada para perfume. Representa al hombre. Baltasar, de raza negra, procedente de África, quien entrega oro, símbolo de la realeza. Divina Pastora. Virgen Madre del Buen Pastor, pastora celestial. Se dibuja con túnica roja y manto azul, rodeada de ovejas. Pies desnudos, aludiendo a su condición humana y pobreza. Rosa, para simbolizar bien el Ave María, bien la sangre de Jesús. Petirrojo. Prefigura la pasión. Cuenta la leyenda que tiene mancha encarnada en su pecho porque arrancó con su pico una espina de la corona que portaba Cristo, siendo salpicado por su sangre. En cuanto a los colores, digamos que cada uno tiene un significado que a continuación se explica: Rojo, sugiere vida, vitalidad, belleza, emociones, además de simbolizar el amor y odio. Blanco, asociado al mundo divino. Puede representar la divinidad y la muerte. - 13 -
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Dorado, alude a la verdad revelada. Se relaciona con la santidad y gloria de Dios. Verde, para presentar el triunfo de la vida sobre la muerte. Azul, asociado con el cielo y la verdad. Púrpura, representando la lealtad, el sufrimiento, la penitencia.
BIBLIOGRAFÍA DOLZ, MICHELLE. Historia e imagen de la Devoción del Niño Jesús. Córdoba, 2010. www.devocionario.com www.divinonino.webaatu.com www.domuspucelae.blogspot.com www.malaga.es/diputación.
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