REVISTA MEDIEVAL 42

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AÑo VIII arqueología, historia y viajes sobre el mundo MEDIEVAL 43

NÚMERO 43 / Bimestral

La Batalla de Agincourt

LA BATALLA DE Agincourt

www.revistamedieval.com

Otro Mundo Medieval

La Mujer Vikinga 5,95 €

Arte

La Miniatura Altomedieval Románico

La transición del Románico al Gótico

• El Tesoro de Orrius • Los cristianos de Al-Andalús


Sumario 5 Editorial 6 La foto del lector 8 Relatos Medievales 12 Cine 14 Genealogía 16 Cocina 18 Ferias, festivales y mercados 19 Libros / Cd / Dvd 96 Suscripción 98 En el próximo número...

20

Página 28 Cruzada Albigense

Perfiles

La figura de Hasday Ibnschaprut

Catarismo

28 Cruzada Albigense

Filosofía Medieval

40 Gonzalo Hispano

El otro Mundo Medeival

50 El arte de la guerra en Japón 60

Página 50 El arte de la guerra en Japón

Página 70 La ruta de las tres Taifas

Historia Militar

Armamento hospitalario de los siglos XIII-XIV

Turismo

70 La ruta de las Tres Taifas 76

Nuevos temas

Las representaciones sensitivas en los Carmina Burana

Arqueología

86

El castillo de Torelló

Página 76 Las representaciones sensitivas en los Carmina Burana www.revistamedieval.com 3


PERFILES

La interculturalidad en el califato andalusí del siglo X

Un rabino lee el Talmud en una sinagoga. British Library, Londres

La figura de Hasday Ibnschaprut Raúl Romero Vicepresidente de la Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español

M

e van a permitir glosar brevemente la figura de Hasday, un “jaenero” (como gustan decir por allí) de extraordinaria dimensión científica, política y cultural en el mundo occidental del siglo X. Una figura de talla universal, reconocida por el Estado judío en el primer nivel de sus hombres ilustres a lo largo de la historia. Mi atracción por la figura de Hasday se debió a la lectura de los tres

20

tomos de una “Historia del pueblo judío” de Werner Keller. De aquella lectura pude comprobar la singular y enorme ignorancia que existe en nuestro país de los judíos españoles que poblaron nuestra tierra, ensanchando sus horizontes y contribuyendo a la grandeza de nuestro pueblo en momentos diferentes de su historia. En aquellas páginas descubrí por primera vez la figura de Hasday, un judío español que fuera “hagib”, canciller y chambelán (el actual primer

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

ministro) de Abd al Rahmán III, el extraordinario Califa de Qurtuba (Córdoba), aquella ciudad que en poco más de cien años (850-976) reunió en torno a sí y puso a disposición del mundo cristiano de Occidente todo el saber del mundo antiguo reunido hasta entonces en la famosa Escuela de la Sabiduría de Bagdad, gracias entre otras cosas, a la imponderable labor llevada a cabo por Hasday. Cuando hablamos de preparar el presente artículo, se me planteó la

www.revistamedieval.com 21


PERFILES

La interculturalidad en el califato andalusí del siglo X

Un rabino lee el Talmud en una sinagoga. British Library, Londres

La figura de Hasday Ibnschaprut Raúl Romero Vicepresidente de la Asociación de Amigos del Arte Altomedieval Español

M

e van a permitir glosar brevemente la figura de Hasday, un “jaenero” (como gustan decir por allí) de extraordinaria dimensión científica, política y cultural en el mundo occidental del siglo X. Una figura de talla universal, reconocida por el Estado judío en el primer nivel de sus hombres ilustres a lo largo de la historia. Mi atracción por la figura de Hasday se debió a la lectura de los tres

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tomos de una “Historia del pueblo judío” de Werner Keller. De aquella lectura pude comprobar la singular y enorme ignorancia que existe en nuestro país de los judíos españoles que poblaron nuestra tierra, ensanchando sus horizontes y contribuyendo a la grandeza de nuestro pueblo en momentos diferentes de su historia. En aquellas páginas descubrí por primera vez la figura de Hasday, un judío español que fuera “hagib”, canciller y chambelán (el actual primer

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

ministro) de Abd al Rahmán III, el extraordinario Califa de Qurtuba (Córdoba), aquella ciudad que en poco más de cien años (850-976) reunió en torno a sí y puso a disposición del mundo cristiano de Occidente todo el saber del mundo antiguo reunido hasta entonces en la famosa Escuela de la Sabiduría de Bagdad, gracias entre otras cosas, a la imponderable labor llevada a cabo por Hasday. Cuando hablamos de preparar el presente artículo, se me planteó la

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CATARISMO

Los habitantes de Carcasona se revelan contra la familia Trencavel

Por David Odalric de Caixal i Mata Historiador colaborador del Centro de Historia y Cultura Militar del Ejército

L

Cruzada Albigense 28

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

a cruzada albigense (denominación derivada de Albi, ciudad situada en el suroeste de Francia), también conocida como cruzada cátara o cruzada contra los cátaros, fue un conflicto armado que tuvo lugar entre los años 1209 y 1244, por iniciativa del Papa Inocencio III con el apoyo de la Dinastía de los Capetos (reyes de Francia en la época), con el fin de reducir por la fuerza el catarismo, un movimiento religioso calificado como herejía por la Iglesia Católica Romana y asentado desde el siglo XII los territorios feudales del Languedoc; favoreciendo la expansión hacia el sur de las posesiones de la monarquía capetana y sus vasallos. La guerra, que se desarrolló en varias fases, se inició con el enfrentamiento entre los ejércitos de cruzados súbditos del rey Felipe Augusto de Francia con las fuerzas de los condes de Toulouse y vasallos, provocando la intervención de la corona de Aragón que culminó en la batalla de Muret. En una segunda etapa, en la que inicialmente los tolosanos alcanzaron ciertos éxitos, la intervención de Felipe II decidió la sumisión del Condado certificada por el Tratado de París. En una prolongada fase final, las operaciones militares y las actividades de la recién creada Inquisición se centraron en la supresión de los focos de resistencia cátara, que desprovistos de sus apoyos políticos, terminaron por ser reducidos. La guerra destacó por episodios de gran violencia, provocó la decadencia del movimiento religioso cátaro, el ocaso de la hasta entonces floreciente cultura languedociana y la conformación de un nuevo espacio geopolítico en Europa occidental.

Política geoestrategica Occitana

A principios del siglo XIII, las regiones del Languedoc se encontraban bajo el dominio de varios Señores: -El Condado de Toulouse encabezado por Ramón VI de Tolosa , dominaba la zona comprendida entre los valles del Garona, Rouergue y Quercy, a los que se añadían sus posesiones en la Alta Provenza. -El Condado de Cominges con Bernardo IV de Cominges, conde de Cominges www.revistamedieval.com 29


CATARISMO

Los habitantes de Carcasona se revelan contra la familia Trencavel

Por David Odalric de Caixal i Mata Historiador colaborador del Centro de Historia y Cultura Militar del Ejército

L

Cruzada Albigense 28

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

a cruzada albigense (denominación derivada de Albi, ciudad situada en el suroeste de Francia), también conocida como cruzada cátara o cruzada contra los cátaros, fue un conflicto armado que tuvo lugar entre los años 1209 y 1244, por iniciativa del Papa Inocencio III con el apoyo de la Dinastía de los Capetos (reyes de Francia en la época), con el fin de reducir por la fuerza el catarismo, un movimiento religioso calificado como herejía por la Iglesia Católica Romana y asentado desde el siglo XII los territorios feudales del Languedoc; favoreciendo la expansión hacia el sur de las posesiones de la monarquía capetana y sus vasallos. La guerra, que se desarrolló en varias fases, se inició con el enfrentamiento entre los ejércitos de cruzados súbditos del rey Felipe Augusto de Francia con las fuerzas de los condes de Toulouse y vasallos, provocando la intervención de la corona de Aragón que culminó en la batalla de Muret. En una segunda etapa, en la que inicialmente los tolosanos alcanzaron ciertos éxitos, la intervención de Felipe II decidió la sumisión del Condado certificada por el Tratado de París. En una prolongada fase final, las operaciones militares y las actividades de la recién creada Inquisición se centraron en la supresión de los focos de resistencia cátara, que desprovistos de sus apoyos políticos, terminaron por ser reducidos. La guerra destacó por episodios de gran violencia, provocó la decadencia del movimiento religioso cátaro, el ocaso de la hasta entonces floreciente cultura languedociana y la conformación de un nuevo espacio geopolítico en Europa occidental.

Política geoestrategica Occitana

A principios del siglo XIII, las regiones del Languedoc se encontraban bajo el dominio de varios Señores: -El Condado de Toulouse encabezado por Ramón VI de Tolosa , dominaba la zona comprendida entre los valles del Garona, Rouergue y Quercy, a los que se añadían sus posesiones en la Alta Provenza. -El Condado de Cominges con Bernardo IV de Cominges, conde de Cominges www.revistamedieval.com 29


FILOSOFÍA MEDIEVAL

Gonzalo Hispano

40

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

Manuel Lázaro Pulido Investigador en el Gabinete de Filosofia Medieval de la Universidade do Porto

H

ablar de filósofos medievales, especialmente si tenemos en cuenta la baja Edad Media, nos suele retrotraer a las nacientes instituciones universitarias, resaltando principalmente las universidades de Oxford y París. Muchos de ellos pertenecientes a las nuevas órdenes mendicantes como la Orden de Predicadores o la Orden de Hermanos Menores y otros también pertenecientes al clero secular. Nombres tan célebres como Tomás de Aquino (1225-1274), Buenaventura (12171274) o Enrique de Gante (1217-1293) en el siglo XIII, o Eckhart de Hochheim conocido como Maestro Eckhart (c. 1260-c. 1238), Juan Duns Escoto (12661308), y Guillermo de Ockham († 1239) en el siglo XIV son fácilmente reconocibles. Pero existen otros muchos menos conocidos, pero dignos de ser recordados; se trata de pensadores –filósofos y teólogos– que tuvieron una gran re-

percusión en su época y una influencia significativa. Algunos de ellos ejercieron su docencia o su trabajo teológico en las nacientes nuevas realidades de la Península Ibérica, otros fueron significativos en instituciones de prestigio como Bolonia o París. Una serie de personajes medievales, intelectuales, también desempeñaron importantes cargos dentro de las instituciones de la época de trascendencia teológica. Este es el caso Gonzalo Hispano, un fraile de la Orden de Hermanos Menores, un franciscano que se significó como teólogo, con una penetrante mirada filosófica en un momento trascendental de la historia de la filosofía y el pensamiento occidental, y que además tuvo que lidiar con adversas circunstancias bajo la importante responsabilidad que desempeñó dentro de la Orden franciscana. Nos situamos a finales del siglo XIII y principios del XIV.

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FILOSOFÍA MEDIEVAL

Gonzalo Hispano

40

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

Manuel Lázaro Pulido Investigador en el Gabinete de Filosofia Medieval de la Universidade do Porto

H

ablar de filósofos medievales, especialmente si tenemos en cuenta la baja Edad Media, nos suele retrotraer a las nacientes instituciones universitarias, resaltando principalmente las universidades de Oxford y París. Muchos de ellos pertenecientes a las nuevas órdenes mendicantes como la Orden de Predicadores o la Orden de Hermanos Menores y otros también pertenecientes al clero secular. Nombres tan célebres como Tomás de Aquino (1225-1274), Buenaventura (12171274) o Enrique de Gante (1217-1293) en el siglo XIII, o Eckhart de Hochheim conocido como Maestro Eckhart (c. 1260-c. 1238), Juan Duns Escoto (12661308), y Guillermo de Ockham († 1239) en el siglo XIV son fácilmente reconocibles. Pero existen otros muchos menos conocidos, pero dignos de ser recordados; se trata de pensadores –filósofos y teólogos– que tuvieron una gran re-

percusión en su época y una influencia significativa. Algunos de ellos ejercieron su docencia o su trabajo teológico en las nacientes nuevas realidades de la Península Ibérica, otros fueron significativos en instituciones de prestigio como Bolonia o París. Una serie de personajes medievales, intelectuales, también desempeñaron importantes cargos dentro de las instituciones de la época de trascendencia teológica. Este es el caso Gonzalo Hispano, un fraile de la Orden de Hermanos Menores, un franciscano que se significó como teólogo, con una penetrante mirada filosófica en un momento trascendental de la historia de la filosofía y el pensamiento occidental, y que además tuvo que lidiar con adversas circunstancias bajo la importante responsabilidad que desempeñó dentro de la Orden franciscana. Nos situamos a finales del siglo XIII y principios del XIV.

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OTRO MUNDO MEDIEVAL

El arte de la guerra

en Japón Lillian Céspedes González Universidad de Winchester

50

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

www.revistamedieval.com 51


OTRO MUNDO MEDIEVAL

El arte de la guerra

en Japón Lillian Céspedes González Universidad de Winchester

50

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

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HISTORIA MILITAR

Armamento hospitalario de los siglos XIII-XIV Albert Pratdesaba Sala Historiador y Arqueólogo

L

a orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, mas conocidos como Hospitalarios no fueron creados como resultado de la primera cruzada en 1099. La comunidad ya existía, pero la forma en que la Orden se transformó desde una organización caritativa a una de las fuerzas militares más efectivas de la Edad Media, fue a consecuencia del movimiento de las cruzadas. En el proceso, los Hospitalarios se convirtieron en reconocidos expertos en capacidad militar para enfrentarse a los ejércitos islámicos y tanto como su importancia militar crecía, las Órdenes Militares se imponían cada vez más, incrementando su independencia en asuntos de guerra y paz con las gentes vecinas. Mientras los hospitalarios incrementaban su poder e influencias en Oriente Próximo, su sistema financiero y apoyo logístico, que crearon en el oeste de Europa, creció en tamaño, riqueza e influencia política. La presencia hospitalaria en el oeste de Europa era ampliamente no militar, con la excepción de la Península Ibérica. Aquí es donde tenían el segundo frente contra el mundo islámico.

a establecer como tal alrededor de dos figuras clave: el primer maestro, fray Gerardo y el segundo, el papa Pascual II, que aproximadamente en 1113 aprobaron la primera regla de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Tras la muerte de fray Gerardo, ocupó el cargo en la dirección del Hospital, el maestro Ramón del Puig. Este nuevo maestro hizo redactar en los estatutos que los frailes llevaran armas. Sin embargo, no queda suficientemente claro si se seguía este punto rigurosamente ya que al parecer, cogían las armas cuando era estrictamente necesario, tanto en Tierra Santa como en la Península Ibérica. El sucesor del maestro Del Puig, Auger de Balben estableció que los pobres y la región, se debían de proteger. Es por ello que en el año 1160 podría ser considerado como el año en que la Orden del Hospital entró dentro de las tareas mi-

litares de salvaguarda de los peregrinos, heridos, enfermos etc. dentro del territorio de Oriente Próximo, especialmente. Siguiendo la conquista de Jerusalén, por la primera cruzada, muchos guerreros cruzados regresaron a casa, dejando a los recién creados Estados Cruzados de Jerusalén, Trípoli, Antioquía y Edesa escasas tropas. Afortunadamente para estos nuevos estados, los vecinos islámicos tardaron varios años en convertirse en su principal problema crónico de fragmentación. Durante estos primeros años, el Hospital de San Juan se mantuvo como organización médica y asistencial. Esta orden se desarrolló bajo el liderazgo del maestro Gerardo, quien muy probablemente fue el guardián del Hospital originario, antes de la llegada de los invasores cruzados, y se mantuvieron en la ciudad durante el asedio de los mismos.

Orígenes y militarización

El Hospital de San Juan en Jerusalén existió antes de que se lanzara la primera cruzada. En 1048 fue fundada por un grupo de mercaderes italianos de Amalfi -bajo la disciplina de la regla benedictina- un monasterio, como parte de un extendido movimiento de ayuda y asistencia a los peregrinos. Esta organización vivía una vida casi religiosa y atendían además a los enfermos. Esta organización “médica” se encargaba además de la iglesia que tenían colindante de su hospital: Santa María la Latina. La regulación de la orden se empezó 60

Conquista de Jerusalén

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

www.revistamedieval.com 61


HISTORIA MILITAR

Armamento hospitalario de los siglos XIII-XIV Albert Pratdesaba Sala Historiador y Arqueólogo

L

a orden de San Juan del Hospital de Jerusalén, mas conocidos como Hospitalarios no fueron creados como resultado de la primera cruzada en 1099. La comunidad ya existía, pero la forma en que la Orden se transformó desde una organización caritativa a una de las fuerzas militares más efectivas de la Edad Media, fue a consecuencia del movimiento de las cruzadas. En el proceso, los Hospitalarios se convirtieron en reconocidos expertos en capacidad militar para enfrentarse a los ejércitos islámicos y tanto como su importancia militar crecía, las Órdenes Militares se imponían cada vez más, incrementando su independencia en asuntos de guerra y paz con las gentes vecinas. Mientras los hospitalarios incrementaban su poder e influencias en Oriente Próximo, su sistema financiero y apoyo logístico, que crearon en el oeste de Europa, creció en tamaño, riqueza e influencia política. La presencia hospitalaria en el oeste de Europa era ampliamente no militar, con la excepción de la Península Ibérica. Aquí es donde tenían el segundo frente contra el mundo islámico.

a establecer como tal alrededor de dos figuras clave: el primer maestro, fray Gerardo y el segundo, el papa Pascual II, que aproximadamente en 1113 aprobaron la primera regla de la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén. Tras la muerte de fray Gerardo, ocupó el cargo en la dirección del Hospital, el maestro Ramón del Puig. Este nuevo maestro hizo redactar en los estatutos que los frailes llevaran armas. Sin embargo, no queda suficientemente claro si se seguía este punto rigurosamente ya que al parecer, cogían las armas cuando era estrictamente necesario, tanto en Tierra Santa como en la Península Ibérica. El sucesor del maestro Del Puig, Auger de Balben estableció que los pobres y la región, se debían de proteger. Es por ello que en el año 1160 podría ser considerado como el año en que la Orden del Hospital entró dentro de las tareas mi-

litares de salvaguarda de los peregrinos, heridos, enfermos etc. dentro del territorio de Oriente Próximo, especialmente. Siguiendo la conquista de Jerusalén, por la primera cruzada, muchos guerreros cruzados regresaron a casa, dejando a los recién creados Estados Cruzados de Jerusalén, Trípoli, Antioquía y Edesa escasas tropas. Afortunadamente para estos nuevos estados, los vecinos islámicos tardaron varios años en convertirse en su principal problema crónico de fragmentación. Durante estos primeros años, el Hospital de San Juan se mantuvo como organización médica y asistencial. Esta orden se desarrolló bajo el liderazgo del maestro Gerardo, quien muy probablemente fue el guardián del Hospital originario, antes de la llegada de los invasores cruzados, y se mantuvieron en la ciudad durante el asedio de los mismos.

Orígenes y militarización

El Hospital de San Juan en Jerusalén existió antes de que se lanzara la primera cruzada. En 1048 fue fundada por un grupo de mercaderes italianos de Amalfi -bajo la disciplina de la regla benedictina- un monasterio, como parte de un extendido movimiento de ayuda y asistencia a los peregrinos. Esta organización vivía una vida casi religiosa y atendían además a los enfermos. Esta organización “médica” se encargaba además de la iglesia que tenían colindante de su hospital: Santa María la Latina. La regulación de la orden se empezó 60

Conquista de Jerusalén

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NUEVOS TEMAS

“Feliz sonrío cuando miro todo tan fino, tan magnífico, tan suave, tan agradable”

Las representaciones sensitivas en los Carmina Burana Gisela B. Coronado Schwindt CEICAM – Universidad Nacional del Sur- Argentina “El individuo sólo toma conciencia de sí a través del sentir, experimenta su existencia mediante las resonancias sensoriales y perceptivas que no dejan de atravesarlo” David Le Breton

U

na cultura determina un campo de posibilidades de lo visible y de lo invisible, de lo táctil y de lo no táctil, de lo olfativo y de lo inodoro, del sabor y de lo insípido. Dibuja un universo de representaciones sensoriales particular. Cada sociedad elabora un “modelo sensorial” particularizado por pertenencias de clases, grupo, generación, sexo, etc. Es por esto que se puede considerar a los “sentidos” como elementos “culturales”, ya que están investidos de valores culturales; del mismo modo se pueden plantear como “históricos” porque sus asociaciones van cambiando con el paso del tiempo. En el presente artículo nos propondremos analizar dos cuestiones. En primer lugar, las representaciones sensitivas presentes en los poemas amatorios de los Carmina Burana- colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único códice encontrado en 1803 en la abadía de Bura Sancti Benedicti, en Baviera, que definen el universo representativo del grupo que produjo los poemas, y en segundo lugar, las resignificaciones/apropiaciones que los goliardos realizaron de los textos clásicos, presentes en sus representaciones, de las obras de los poetas latinos, en particular de Ovidio. Este grupo tiene hoy en día una identidad colectiva definida por los historiadores a través de su particular producción literaria, no evidenciada por los sujetos en su momento En el transcurso de los mil años de la Edad Media hubo momentos de mayor o menor actividad cultural e intelectual. Los Carmina Burana son un testimonio

76

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

de un determinado “florecimiento” cultural que comenzó en el siglo XI y culminó en el siglo XIII. La génesis de este fenómeno reconoce distintas causas. Por un lado, el proceso de urbanización que sufrieron las grandes metrópolis de Europa y el crecimiento económico de las mismas, provocaron un aumento de la demanda de cultura de las personas que tenían

poder económico, político y social, al que las instituciones tuvieron que hacer frente. La enseñanza, que se desarrollaba en las escuelas monásticas, paso a ser impartida por las episcopales, organizadas en torno a las catedrales y por las escuelas palatinas generadas en torno a la Corte. Estas casas de estudios, con el tiempo, dieron paso a otra institución, que impartía estudios específicos (artes,

El Carmina Burana se han conservado en un único códice encontrado en 1803 en la abadía de Bura Sancti Benedicti, en Baviera www.revistamedieval.com 77


NUEVOS TEMAS

“Feliz sonrío cuando miro todo tan fino, tan magnífico, tan suave, tan agradable”

Las representaciones sensitivas en los Carmina Burana Gisela B. Coronado Schwindt CEICAM – Universidad Nacional del Sur- Argentina “El individuo sólo toma conciencia de sí a través del sentir, experimenta su existencia mediante las resonancias sensoriales y perceptivas que no dejan de atravesarlo” David Le Breton

U

na cultura determina un campo de posibilidades de lo visible y de lo invisible, de lo táctil y de lo no táctil, de lo olfativo y de lo inodoro, del sabor y de lo insípido. Dibuja un universo de representaciones sensoriales particular. Cada sociedad elabora un “modelo sensorial” particularizado por pertenencias de clases, grupo, generación, sexo, etc. Es por esto que se puede considerar a los “sentidos” como elementos “culturales”, ya que están investidos de valores culturales; del mismo modo se pueden plantear como “históricos” porque sus asociaciones van cambiando con el paso del tiempo. En el presente artículo nos propondremos analizar dos cuestiones. En primer lugar, las representaciones sensitivas presentes en los poemas amatorios de los Carmina Burana- colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único códice encontrado en 1803 en la abadía de Bura Sancti Benedicti, en Baviera, que definen el universo representativo del grupo que produjo los poemas, y en segundo lugar, las resignificaciones/apropiaciones que los goliardos realizaron de los textos clásicos, presentes en sus representaciones, de las obras de los poetas latinos, en particular de Ovidio. Este grupo tiene hoy en día una identidad colectiva definida por los historiadores a través de su particular producción literaria, no evidenciada por los sujetos en su momento En el transcurso de los mil años de la Edad Media hubo momentos de mayor o menor actividad cultural e intelectual. Los Carmina Burana son un testimonio

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de un determinado “florecimiento” cultural que comenzó en el siglo XI y culminó en el siglo XIII. La génesis de este fenómeno reconoce distintas causas. Por un lado, el proceso de urbanización que sufrieron las grandes metrópolis de Europa y el crecimiento económico de las mismas, provocaron un aumento de la demanda de cultura de las personas que tenían

poder económico, político y social, al que las instituciones tuvieron que hacer frente. La enseñanza, que se desarrollaba en las escuelas monásticas, paso a ser impartida por las episcopales, organizadas en torno a las catedrales y por las escuelas palatinas generadas en torno a la Corte. Estas casas de estudios, con el tiempo, dieron paso a otra institución, que impartía estudios específicos (artes,

El Carmina Burana se han conservado en un único códice encontrado en 1803 en la abadía de Bura Sancti Benedicti, en Baviera www.revistamedieval.com 77


TURISMO

El Camino del Cid:

La ruta de las Tres Taifas

Castillo de Huesa del Común (Teruel)

70

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

Texto y fotos: Emilio Cappa Segis escritor

U

na de las peculiaridades del Camino del Cid es que sus diversas rutas nos permiten avanzar geográficamente desde el interior de Castilla hasta el Mediterráneo, pero también cronológicamente en el lapso temporal que separa los intentos de los colonos de la cuenca del Duero por sobrevivir a los ataques califales en el siglo X, de la conquista de Valencia por Jaime I en 1238. Entremedias está la figura histórica del Cid (siglo XI) y la literaria (finales del siglo XII o principios del siglo XIII) que une y da sentido a una serie de poblaciones con una intensa historia medieval. La ruta de las Tres Taifas, que comienza en la localidad zaragozana de Ateca, muy cerca de Calatayud, y termina en Cella (Teruel) tiene como argumento el paso del Cid y de sus gentes por estos territorios muy diversos entre sí: sitios que aparecen citados en el Cantar de mio Cid como simples lugares de paso o bien enclaves geoestratégicos de gran importancia y desde los cuales los hombres del Cid se lanzaban al saqueo. Pero además, las localidades que vamos a recorrer nos cuentan otras historias, posteriores en el tiempo pero muy interesantes, que tienen como protagonista a Alfonso I el Batallador. Aunque Alfonso I conquistó Calatayud en 1120, veintiún años después de la muerte de Rodrigo, es posible, como apunta Gonzalo Martínez Díez, que en 1097 ambos combatieran juntos contra los almorávides en Bairén (Gandía), en compañía de Pedro I de Aragón, hermano del por entonces jovencísimo Alfonso. La sombra de Alfonso I se proyecta, así, sobre esta ruta que comienza en Ateca (Zaragoza), en cuyos alrededores tuvo lugar la batalla de Alcocer: allí, según cuenta el Cantar, el Cid se enfrentó en sangrienta batalla a un ejército almorávide llegado de Valencia. No existe constancia histórica de que esta batalla tuviera lugar, e incluso se dudó durante mucho tiempo de la existencia de esta villa fortificada, Alcocer, hasta que a finales del siglo www.revistamedieval.com 71


TURISMO

El Camino del Cid:

La ruta de las Tres Taifas

Castillo de Huesa del Común (Teruel)

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Texto y fotos: Emilio Cappa Segis escritor

U

na de las peculiaridades del Camino del Cid es que sus diversas rutas nos permiten avanzar geográficamente desde el interior de Castilla hasta el Mediterráneo, pero también cronológicamente en el lapso temporal que separa los intentos de los colonos de la cuenca del Duero por sobrevivir a los ataques califales en el siglo X, de la conquista de Valencia por Jaime I en 1238. Entremedias está la figura histórica del Cid (siglo XI) y la literaria (finales del siglo XII o principios del siglo XIII) que une y da sentido a una serie de poblaciones con una intensa historia medieval. La ruta de las Tres Taifas, que comienza en la localidad zaragozana de Ateca, muy cerca de Calatayud, y termina en Cella (Teruel) tiene como argumento el paso del Cid y de sus gentes por estos territorios muy diversos entre sí: sitios que aparecen citados en el Cantar de mio Cid como simples lugares de paso o bien enclaves geoestratégicos de gran importancia y desde los cuales los hombres del Cid se lanzaban al saqueo. Pero además, las localidades que vamos a recorrer nos cuentan otras historias, posteriores en el tiempo pero muy interesantes, que tienen como protagonista a Alfonso I el Batallador. Aunque Alfonso I conquistó Calatayud en 1120, veintiún años después de la muerte de Rodrigo, es posible, como apunta Gonzalo Martínez Díez, que en 1097 ambos combatieran juntos contra los almorávides en Bairén (Gandía), en compañía de Pedro I de Aragón, hermano del por entonces jovencísimo Alfonso. La sombra de Alfonso I se proyecta, así, sobre esta ruta que comienza en Ateca (Zaragoza), en cuyos alrededores tuvo lugar la batalla de Alcocer: allí, según cuenta el Cantar, el Cid se enfrentó en sangrienta batalla a un ejército almorávide llegado de Valencia. No existe constancia histórica de que esta batalla tuviera lugar, e incluso se dudó durante mucho tiempo de la existencia de esta villa fortificada, Alcocer, hasta que a finales del siglo www.revistamedieval.com 71


ARQUEOLOGÍA

El castillo de Torelló Albert Pratdesaba i Sala Historiador y Arqueólogo

Vista del castillo encima de la colina, donde se puede observar el dominio que tiene sobre el valle del rio Ges

E

l castillo de Torelló, también llamado castillo de los Moros o castillo de los Torelló, actualmente se encuentra situado en el término municipal de Sant Vicenç de Torelló, en Osona. El acceso a esta fortificación es fácil: Se puede dejar el vehículo tras las piscinas municipales del mismo pueblo y emprender el camino señalizado como PR-C 45-1 que lleva hacia el castillo y que sigue una pista forestal bastante ancha. Este sendero lleva casi hasta debajo del castillo. Entonces se emprende un pequeño sendero que conduce hasta la cima de 86

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

la colina. Justo antes de subir arriba del todo, nos encontraremos una pequeña pared de roca madre que se puede salvar mediante una escalera de mano metálica fijada a la piedra.

La historia

El término del castillo comprendía los actuales municipios de Torelló, Sant Vicenç de Torelló, Sant Pere de Torelló y Sant Andreu de la Vola, aunque en un momento posterior esta última población pasó a ser dominio del castillo vecino de Curull. Las primeras noticias documentales

de este castillo datan del año 881. Es, pues, una de las primeras fortificaciones de la Comarca de Osona. El pergamino, como la mayoría de veces, hace referencia a la venta de unas tierras del término del castillo al obispo de Vic: “Constat nos vindere tibi deverem, sicuti et per hac scriptura vindicionis nostre vindimus [tib]i, terra nostra in territorio Osonense, in apendicio de castro Torelonese, in locum ubi dicitur [ad] domum Sancti Felicis”.

Los propietarios feudales

Los señores ilustres del castillo de Torewww.revistamedieval.com 87


ARQUEOLOGÍA

El castillo de Torelló Albert Pratdesaba i Sala Historiador y Arqueólogo

Vista del castillo encima de la colina, donde se puede observar el dominio que tiene sobre el valle del rio Ges

E

l castillo de Torelló, también llamado castillo de los Moros o castillo de los Torelló, actualmente se encuentra situado en el término municipal de Sant Vicenç de Torelló, en Osona. El acceso a esta fortificación es fácil: Se puede dejar el vehículo tras las piscinas municipales del mismo pueblo y emprender el camino señalizado como PR-C 45-1 que lleva hacia el castillo y que sigue una pista forestal bastante ancha. Este sendero lleva casi hasta debajo del castillo. Entonces se emprende un pequeño sendero que conduce hasta la cima de 86

ARQUEOLOGÍA, HISTORIA Y VIAJES SOBRE EL MUNDO MEDIEVAL

la colina. Justo antes de subir arriba del todo, nos encontraremos una pequeña pared de roca madre que se puede salvar mediante una escalera de mano metálica fijada a la piedra.

La historia

El término del castillo comprendía los actuales municipios de Torelló, Sant Vicenç de Torelló, Sant Pere de Torelló y Sant Andreu de la Vola, aunque en un momento posterior esta última población pasó a ser dominio del castillo vecino de Curull. Las primeras noticias documentales

de este castillo datan del año 881. Es, pues, una de las primeras fortificaciones de la Comarca de Osona. El pergamino, como la mayoría de veces, hace referencia a la venta de unas tierras del término del castillo al obispo de Vic: “Constat nos vindere tibi deverem, sicuti et per hac scriptura vindicionis nostre vindimus [tib]i, terra nostra in territorio Osonense, in apendicio de castro Torelonese, in locum ubi dicitur [ad] domum Sancti Felicis”.

Los propietarios feudales

Los señores ilustres del castillo de Torewww.revistamedieval.com 87


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