Revista Mundo Cinefilia, edición blogoversario

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Especial El padrino Michael Haneke El cine de los ‘80 Películas que nos marcaron la adolescencia: Scream. El cine y la historia: Oliver Cromwell Cine y Matemáticas Superman de R. Donner Spaghetti Western Y mucho más!!


Bienvenidos a Mundo Cinefilia!. Mundo Cinefilia surge como idea de ir más allá de un simple directorio. Surge con el objetivo de armar un espacio de encuentro entre cinéfilos con blogs sobre el 7mo arte. La idea es conjugar un espacio donde todos tengan cabida: el cine comercial, el de autor, el experimental, etc. Un espacio donde poder debatir y conocer gente nueva con visiones diferentes. Punto de encuentro donde poder conocer desde un solo lugar muchos de los lugares que se dedican a la maravillosa industria cinematográfica. Como sitio, Mundo Cinefilia debe aprender mucho, concentrarse en mejorar y poder así crecer para que crezcan todos sus miembros. Esta revista es apenas una muestra de los estupendos artículos que pueden hallar en los distintos blogs que poseen nuestros miembros. Hubiera sido una delicia contar con todos ellos para publicar artículos pero el tiempo y la disposición han jugado un poco en contra asique los invitamos a que nos visiten y a través de nosotros descubran grandes escritores, críticos y espectadores de cine. Así mismo quiero agradecer a todos y cada uno de los que siempre colaboran en Mundo Cinefilia publicando sus artículos, eventos y, sobretodo a los lectores que nos visitan cada día dejando sus comentarios. Un especial agradecimiento a todos los autores de esta revista que desinteresadamente han cedido sus artículos para ser publicados en este número blogoversario. Gracias por dedicar su tiempo a armar los invaluables artículos que están a punto de leer.

¡Viva el cine!


Ganador del Mejor Blog de cine 2009. A meses de su apertura, Mundo Cinefilia organizó el concurso “Mejor Blog de cine” en el cual a través de una detallada currícula de valoración que lectores y miembros completaron surgieron los 10 mejores blogs. Con estos 10 finalistas se estableció una encuesta donde el ganador resultó el blog de José Barriga, el cine con destino al alma según reza su espacio. ¡Nuestras más sinceras felicitaciones para un sitio que ciertamente se destaca!

¿Y este año quién ganará?


“Oliver Cromwell, un gran personaje de la historia y del cine” Publicado el 2 de marzo de 2010 por Nestor Company.

Se le conoce universalmente por haber sido el único hombre capaz de interrumpir la monarquía inglesa en más de mil años, declarando una República que, aunque no duró mucho, dejó su sello en la historia. Pero, ¿quién era ese hombre?, ¿de dónde procedía?, ¿cuáles fueron sus motivaciones para encabezar una rebelión que puso en jaque a una monarquía sólidamente instalada? Es por todo ello que he querido realizar este artículo de análisis en el que me propongo desglosar los hechos más relevantes de la vida de Cromwell y reflejar también las que creo que han sido sus dos mejores representaciones en el cine. Pero no avancemos acontecimientos y dejémonos llevar por el hilo de la historia adentrándonos en las vicisitudes de la Inglaterra del siglo XVII. Oliver Cromwell nació en la casa familiar de Huntingdon el 25 de abril de 1599. Era hijo de una familia noble de la región de Cambridge y le unía un parentesco lejano con el que fuera hombre de confianza de Enrique VIII, el finalmente caído en desgracia y ejecutado Thomas Cromwell. Aunque procedía de una familia de terratenientes, los rendimientos de su parcela no eran especialmente importantes y los ingresos eran más bien escasos. Es por ello que Cromwell siempre dijo que había nacido noble pero había vivido una juventud de plebeyo. Educado según los preceptos fervientes de la nueva Iglesia de Inglaterra, Cromwell abrazó en su edad adulta los principios del puritanismo protestante más radical. Compartía la opinión, cada vez más extendida, de que la reforma religiosa en Inglaterra se había estancado con la llegada al poder del monarca Carlos I quien, habiéndose casado con una noble francesa católica, recibía críticas continuas por el supuesto hecho de que estaba bajo la influencia de otras potencias extranjeras anti‐ protestantes a través de la figura de su esposa. A pesar de que se sepa relativamente poco de los primeros cuarenta años de la vida de Cromwell, se conoce que en 1636 heredó unas propiedades importantes procedentes de su tío en el municipio de Ely. Esta explotación sí que proporcionaba unos buenos rendimientos y, como consecuencia de ello, Cromwell y su nueva familia volvieron al rango social de los grandes terratenientes. Anteriormente, en el periodo de 1628‐1629, Cromwell había formado parte del Parlamento pero esa experiencia fue muy poco relevante puesto que el Rey disolvió la


cámara poco tiempo después de su convocatoria. Once años tardó el monarca en reinstaurar el Parlamento y lo hizo forzado por las circunstancias ya que una rebelión en Escocia puso en jaque al Estado y, la necesidad de conseguir mayores fondos de los nobles, provocó que no tuviera otra opción que reabrir la cámara. En ese nuevo parlamento de 1640, Oliver Cromwell formó parte representando a Cambridge. Nuevamente la oposición de los Comunes a los planes militares del Rey provocó que éste volviera a suspender las actividades de la cámara sólo tres semanas después de haber reabierto. A finales de ese mismo año, sin embargo, no tuvo más remedio que volver a convocarlo y allí fue donde se forjó la rebelión popular que acabaría con su reinado. La mayor parte de los miembros de lo que se conoció como "The Long Parliament" fueron a las sesiones dispuestos a dar un fuerte golpe de timón a la situación política del país. Estaban indignados por los fuertes impuestos de la corona, el absolutismo radical en las decisiones que tomaba el Rey, y la falta de una garantía de derechos civiles en una sociedad que crecía y que ansiaba un futuro que fuera más allá del vasallaje monárquico que había imperado durante siglos. La habitual fe inquebrantable en el Rey se venía abajo por momentos y cada vez eran más los que creían que había reformas imprescindibles que debían llevarse a cabo con o sin la aprobación del propio Carlos I Estuardo. Un grupo de diputados prominentes (John Pym, Thomas Fairfax, y Oliver Cromwell, entre otros...) fueron los representantes de un sentir general de hostilidad hacia la forma de actuar del Rey. Desde el Parlamento, ampararon la redacción de varias leyes que pretendían limitar el poder monárquico y dar más capacidad a la cámara. Estas disposiciones resucitaban en Carlos I el temor de que pudieran promulgar una nueva "declaración de derechos" que fue, en esencia, un documento que pretendía servir de base para un cambio político en el país que llevara a la redacción de una Constitución que, con el tiempo, amparara la llegada de una Democracia. Fue por esa razón que el Rey disolvió el Parlamento de 1629 y en esta ocasión se propuso hacer lo mismo pero ya fue demasiado tarde. Cuando en enero de 1642 se presentó en el Parlamento, con 400 soldados, para detener a varios diputados bajo el cargo de alta traición, se encontró que los miembros de la cámara no estaban dispuestos a recibir más desplantes. Los Comunes se valieron de su poderosa influencia en sus regiones y de la movilización popular y militar que representaban y, por ello, fueron capaces de evitar las detenciones y las amenazas del Rey. A partir de ese momento, se consideró que el país se encontraba ya en estado de Guerra Civil y las operaciones militares no tardaron en empezar. La Guerra Civil inglesa se alargó durante siete años y causó estragos en la conciencia colectiva de la ciudadanía durante décadas. A pesar de unos triunfos iniciales de las tropas monárquicas, los regimientos del Parlamento demostraron tener más tesón, preparación, y capacidad de financiación llegando a ser capaces de someter a las tropas regulares deteniendo al mismísimo Rey en Nottingham a finales de 1646. Pero, incluso en cautiverio, el pérfido Estuardo se las ingenió para enviar peticiones de ayuda a otras naciones, aunque fueran enemigas declaradas de Inglaterra, para intentar recuperar el poder. Esa fue su última y definitiva equivocación puesto que, al


descubrirse su plan, fue acusado de alta traición por un comité del Parlamento y ejecutado en el exterior del palacio de Whitehall (Londres) el 30 de enero de 1649. Oliver Cromwell, que había jugado un papel importante como líder militar de las fuerzas parlamentarias en la guerra, formó parte de la nueva cámara que detentaba el poder legislativo y ejecutivo y que proclamó la República en Inglaterra bajo el término "Commonwealth of England". Pero, cuando una concentración de monárquicos se hizo fuerte en Irlanda, se le pidió que encabezara una campaña militar contra ellos. Ésta fue una cruenta operación militar que Cromwell condujo sin piedad alguna y que se materializó en la práctica eliminación de los reductos realistas en las islas. Además, aprovechó para ser especialmente duro con los católicos a los que diezmó y castigó con crueldad. Tras una serie de campañas de castigo en Escocia, Cromwell volvió a Londres preocupado por el caos en que estaba inmersa la República. Las diferentes facciones del Parlamento se dedicaban únicamente a mostrar sus diferencias y eso hacía que el país estuviera sumido en una virtual anarquía. En 1653 se llegó a una situación de ruptura en la cámara que algunos diputados aprovecharon para sugerir la figura de un Canciller que detentara el poder ejecutivo convirtiéndose en jefe de estado y de gobierno. Cromwell tuvo que renunciar a los principios por los cuales luchó contra el Rey cuando le fue propuesto el cargo de Lord Protector de la República Inglesa. La situación guardaba una gran ironía puesto que su objetivo siempre había sido el de arrebatar el poder del Rey para entregarlo al Parlamento, un órgano que finalmente también se había mostrado incapaz de administrar el país. Su aceptación del cargo de Lord Protector llevaba implícita la asunción de un fracaso personal que le alejó definitivamente de muchos de sus colaboradores (Thomas Fairfax entre ellos) y le convirtió en un dictador "de facto", puesto que sus ideales primigenios de Democracia estaban aún muy lejos de poder ser aplicados, de forma efectiva, en la Inglaterra del siglo XVII. Su protectorado duró cinco años, hasta su muerte el 3 de septiembre de 1658 a causa de complicaciones derivadas de la malaria que arrastraba desde la campaña de Irlanda combinada con problemas renales graves. Le sucedió como Lord Protector su hijo Richard pero su figura no suscitaba apoyos en el Parlamento y, obviamente, el régimen empezó a resquebrajarse hasta su finalización en mayo de 1659. Al año siguiente, los nobles reclamaron la presencia del heredero del Rey ejecutado, Carlos II, y con ello se reinstauró la monarquía en Inglaterra que, a pesar de haber vivido en los siglos siguientes varios cambios dinásticos, se mantiene en pie hoy en día como una de las instituciones más consolidadas del mundo. La crueldad del nuevo Rey también se dejó sentir y los restos mortales de Cromwell fueron exhumados de su tumba en la Abadía de Westminster siendo colgados por cadenas en el Palacio de Tyburn. Se llegó incluso a exponer su cráneo en diferentes ubicaciones, a modo de humillación, y no se le enterró en el Sussex College de Cambridge hasta 1960. Así pues, el legado de Cromwell no tuvo continuidad en el resto de la historia de Inglaterra pero es innegable que, en su momento, fue trascendente y sirvió para


demostrar que la voluntad de un pueblo siempre es capaz de derribar una institución por muy sólida que ésta puede ser. La República en Inglaterra duró poco pero su creación y mantenimiento fue la obra de Cromwell, un hombre que hasta el fin de sus días creyó que otra organización política era posible. Su obsesión le pasó factura y comprobó, en sus propias carnes, que para llegar a un objetivo hay que renunciar a muchos de los principios que guiaban su actuación en sus inicios. Fue cruel y contradictorio pero no se le puede negar que tuvo una visión y no le faltó valor y convicción para llevarla a cabo. Es, sin duda alguna, uno de los personajes que más huella han dejado en la historia de la humanidad. Una trayectoria vital apasionante, unos hechos históricos memorables, y una época mucho más desconocida a nivel cinematográfico que la del siglo anterior con los reyes Tudor, Enrique VIII e Isabel I. Así pues, era obvio que se trataba de un material que el cine debía reflejar en toda su magnificencia y no he encontrado mejor proyecto que el que encabezó Richard Harris en el film Cromwell (1970). Ken Hughes escribió y dirigió una película que, obviamente, presenta variaciones en los acontecimientos históricos (como todas las producciones de este género) pero que triunfa en la caracterización de los personajes principales: Richard Harris como Cromwell y Alec Guinness en el papel de Carlos I. Ambos están inmensos y las secuencias en que se les reúne en pantalla disponen de unos diálogos que se encuentran entre lo mejor del film. También la reconstrucción de la época está muy lograda, permitiendo que el espectador entre a formar parte del mundo del siglo XVII casi de forma inmediata. Tal como decía antes, para mantener un ritmo de narración cinematográfico continuado, muchas veces hay que modificar la cronología de los acontecimientos, alterar personajes y suprimir otros, pero hay que quedarse con el sentido general de un proyecto que va destinado al público en general y que, por tanto, no trata de ser sólo una crónica histórica que puede hallarse en cualquiera de los documentales que se habrán producido sobre el tema. Cuando vemos una cinta histórica, lo principal es ver las dinámicas entre los personajes y su implicación en los grandes momentos documentados. Ahí es donde debe residir el acierto de la película y desde luego el Cromwell que dirigió Ken Hughes queda englobado en una lista selecta de grandes films históricos. Existe otra película, de producción más reciente, que ha explorado la relación entre Cromwell y otro de los grandes impulsores de la rebelión contra el Rey, Thomas Fairfax. El film, cuyo título es "Matar a Un Rey", nos muestra una parte de la historia que no fue tratada en la cinta de 1970, donde el personaje de Fairfax es bastante secundario. En esta ocasión, vemos a ambos personajes como amigos y compañeros de causa que se van distanciando, con el tiempo, a medida que Cromwell radicaliza sus posturas y acaba aceptando liderar una República contraviniendo los preceptos que ambos habían defendido años atrás. Tim Roth da vida a Cromwell y Dougray Scott asume el papel de Fairfax. La película, estrenada en 2003, fue dirigida por Mike Barker y contó además con Rupert Everett en el papel de Carlos II, el restituido monarca inglés que mandó exhibir públicamente los restos mortales de Cromwell como escarmiento ante lo que


se calificó de traición máxima al Estado. Se trata de un film muy interesante que nos permite adentrarnos en otros acontecimientos de la vida de Cromwell que no tuvieron cabida en la cinta precedente. Entre las dos películas consiguen trazar un buen retrato de un personaje histórico muy relevante que el cine ha sabido representar con dignidad.

Néstor Company Licenciado en Geografía por la Universidad de Barcelona, aunque trabajo desde hace años en el mundo de la documentación. Soy un cinéfilo desde que tengo uso de razón y sigo con interés las novedades del cine de Hollywood. Soy de los que sigue pensando que cuando las luces se apagan y la pantalla se ilumina, algo mágico sucede. Nombre del blog: El Cine de Hollywood. URL: http://nestorcine.blogspot.com


“La creación de un clásico del cine: Casablanca”. Publicado el 10 de marzo de 2010 por Nestor Company.

Muchas veces se tiende a pensar que una gran película tiene forzos ament e que salir de un proces o bien estruct urado, sin improvisaciones, con un guión firme, y con pocos sobresaltos. Eso se cumple en muchas ocasiones pero no siempre. Hay películas que son clásicos del cine y que, sin embargo, han sido producto de unos rodajes turbulentos, guiones que se iban modificando día a día, divergencias entre director y actores, relevo de alguno de los mismos, etcétera. La pre‐producción de Casablanca no se

puede considerar caótica en los términos anteriormente expresados pero sí que fue poco convencional para la idea que tenemos de un film que casi siempre se califica como perfecto en todos sus elementos. Se puede afirmar con rotundidad que Casablanca acabó siendo lo que fue gracias a la visión y la convicc ión de un gran produc tor de la era dorada de Hollyw ood: Hal B. Wallis. Éste trabajaba, a principios de la década de los 40, en Warner Brothers como productor independiente. En su contrato con el magnate Jack Warner, constaba que él mismo tenía la potestad de elegir los proyectos que iba a encabezar. Así fue como en 1941 llegó a sus manos, a través del analista de argumentos del estudio Stephen Karnot, una obra de teatro aún no

estrenada cuyo título era Everybody Comes to Rick’s. Tras leerla y consultar con alguno de los asesores, Wallis vio un buen material en ella y decidió comprar los derechos de adaptación por la cantidad de 20.000 dólares, la cifra más alta pagada hasta el momento por una obra no estrenada. Pero así es como debe trabajar un productor en cualquier época. Si cree que tiene un buen material debe apostar por ello y dotar al proyecto de los recursos necesarios para lograr buenos resultados. Wallis, sin duda formaba parte de esta clase de productores de “raza” y así fue como inició un proceso que le reportaría innumerables éxitos y reconocimientos. La obra teatral había sido escrita por Murray Burnett y Joan Allison pero en ningún momento se consideró que ellos mismos pudieran transformarla en guión. Wallis llamó a los hermanos Epstein (Julius y Philip) para que se encargaran de la adaptación pero, paralelamente, contrató también los servicios de Howard


Koch para que hiciera, por su parte, otra versión. De esta forma consiguió dos enfoques diferentes que, al ser fundidos, generaron un libreto mucho más completo que combinaba política, melodrama, y frases de un ingenio fuera de toda duda. Un cuarto guionista se incorporó al proyecto, Casey Robinson, cuando el recién nombrado director, Michael Curtiz, creyó conveniente más escenas de diálogo entre Rick e Ilsa. Con un primer guión finalizado, Howard Koch y Michael Curtiz tuvieron una serie de reuniones en las que se mantenían fuertes discusiones por lo que parecían unas diferencias irreconciliables a la hora de enfocar el film. Pero, curiosamente, de ese choque de posiciones enfrentadas resultó un guión final completo y muy unificado. Se trata de uno de los casos en que de la mayor divergencia ha acabado saliendo un producto mejorado en todas sus vertientes. Es evidente que esta forma de proceder no la compartirían directores como Steven

Spielberg o Clint Eastwood, que son realizadores que no se sientan a trabajar sin un guión perfilado en el inicio. Pero en ese momento y para Casablanca, queda claro que funcionó aunque no sea el escenario más deseable como punto de partida. Y es que el guión de Casablanca está tan bien construido que no envejece. Sitúa la acción en el Norte de África ocupado por la Francia de Vichy en plena Segunda Guerra Mundial. Un lugar apasionante donde se mezclan todo tipo de personajes que buscan salir adelante por todas las vías posibles, sean legales o no. Así pues, enmarcado en un contexto histórico inmutable, nos encontramos con un libreto completo y en el que abundan también referencias a determinadas situaciones que en la época estuvieron a punto de ser cortadas por la censura imperante. Sin embargo, los guionistas fueron hábiles y

consiguieron rebajar el significado de algunos diálogos que, sin embargo, dejan implícito a lo que se refieren. Este es el caso del siguiente diálogo entre Rick y el Capitán Renault, en el que queda claro que el buen gendarme utiliza su influencia para conseguir determinados favores no muy lícitos: Capitán Renault: ¿ Por qué se interfiere en mis dulces romances ? Rick Blaine: Lo hago en aras del amor. Capitán Renault: Le perdono por esta vez pero mañana vendré con una rubia preciosa y me vendrá muy bien que pierda al juego...

Aunque en la creación del guión la situación fue bastante turbulenta, no podemos decir lo mismo del rodaje. Es cierto que la primera opción de Wallis para la dirección era William Wyler pero estando éste ocupado con otros trabajos, el productor se decantó por el austríaco Michael Curtiz (que había emigrado a Estados Unidos en la década de los 20 y ya había firmado títulos muy


relevantes) y la colaboración entre ambos siempre estuvo presidida por el entendimiento. Dado el carácter internacional de la temática del film, la composición del reparto acabó siendo también un crisol de nacionalidades que enriqueció y dio veracidad al film. Hal Wallis consiguió a la sueca Ingrid Bergman, que estaba bajo contrato con David O. Selznick, gracias a que le cedió a Olivia de Havilland. Los británicos Claude Rains y Sidney Greenstreet fueron elegidos para interpretar a Renault y Ferrari, respectivamente. Paul Henreid y Peter Lorre, austríacos como Curtiz, dieron vida a Victor Laszlo y a Ugarte mientras que el alemán Conrad Veidt hizo lo propio con el papel del malévolo Mayor Heinrich Strasser. Hubo autenticidad entre los actores seleccionados y sus respectivos personajes pero hacía falta un gran protagonista que encarnase a Rick Blaine, un norteamericano de pasado oscuro, que ahora se dedica a

practicar la política de la no‐intervención para no verse en situaciones poco deseables. Desgraciadamente para sus planes, el destino le tiene preparada una gran sorpresa. Tras valorar la posibilidad de Ronald Reagan y George Raft, Wallis decidió apostar por el que ya era una estrella de la Warner, Humphrey Bogart. Y no pudo estar más acertado puesto que su interpretación de Rick es una de las mejores de su carrera y parece haber nacido para el papel por su gestualidad interiorizada, sus ademanes, y su elegancia natural. El rodaje se desarrolló entre el 25 de mayo y el 3 de agosto de 1942. Tal como se hacía en la época, se rodó completamente en los estudios Warner donde se recrearon las supuestas calles de la ciudad norte‐africana. Sólo las secuencias del aeropuerto fueron filmadas fuera de los estudios. Para ello se utilizó el aeródromo Van Nuys en San Fernando Valley. Bogart y Paul Henreid, aunque jugaban

frecuentemente al ajedrez en el set, no se tenían mucho aprecio entre ellos pero, en general, no hubo rencillas entre los demás miembros del reparto. Eso sí, Ingrid Bergman era más alta que Bogey y hubo que planificar las escenas entre ambos con mucho cuidado para que esa situación no se viera en pantalla. Sólo hubo un elemento que no acabó de satisfacer a Wallis tras ver el primer montaje del film. Se trataba ni más ni menos que de su famoso final. Encontraba que le faltaba algo, una frase de conclusión más memorable. Y la verdad es que esa frase tan conocida, que ha sido referenciada en multitud de ocasiones a lo largo de la historia, se le debe también al ingenio de Wallis. El film terminaba con Renault advirtiendo a Rick de la posibilidad de unirse a las tropas de la Francia libre iniciando una nueva y apasionante aventura: Capitán Renault: Tal vez le convenga desaparecer de Casablanca un tiempo. Hay tropas de la Francia Libre en Brazzaville. Podría conseguir un pasaje.


Rick Blaine: salvoconducto ?

¿

Con

Capitán Renault: Sí. Rick Blaine: Me vendría bien un viaje y gastarme el dinero de la apuesta, aún me debe 10000 francos. Capitán Renault: Ese dinero podrá pagar nuestros gastos.

En ese punto, Wallis creyó que faltaba una línea más. Rick debía cerrar el film con algo importante. Y se le ocurrió la frase que todos tenemos en mente, una idea brillante que ha pasado a la historia del cine: Rick Blaine: ¿ Nuestros gastos ? Louis presiento que este es el comienzo de una gran amistad…

Por tanto una contribución definitiva y espléndida que, a lo largo de los años, ha aumentado la dimensión mítica de la película. Uno de las escenas más reverenciadas y aplaudidas de la historia del cine. En un contexto en el que el mundo se encontraba sumido en plena guerra mundial, la película se englobó en la corriente general del cine del momento en el que se pretendía insuflar confianza y fervor ante la amenaza que representaba el

nazismo. Se reconoció siempre que la escena en la que los alemanes cantan una canción tradicional en el local de Rick y son finalmente acallados por la fuerza de las voces que cantan La Marsellesa, fue incluida expresamente para levantar los ánimos en una época en que los tiempos de oscuridad parecían cernirse sobre la humanidad. El film fue estrenado el 26 de noviembre de 1942 haciéndolo coincidir con la invasión aliada del Norte de África que incluía la liberación de Casablanca. Su estreno general se pospuso hasta enero de 1943 aprovechando también la celebración de la Conferencia de Casablanca, una reunión de alto nivel entre Franklin Roosevelt y Winston Churchill. El éxito de la película fue importante desde el principio aunque es cierto que el tiempo la ha revalorizado aún más. Lejos de parecer envejecida o desfasada, Casablanca se mantiene como una cinta de referencia, que ha atrapado a la audiencia de varias

generaciones por su calidad y sus brillantes diálogos. Tras lograr ocho nominaciones en los Oscar de 1944, el film se alzó con los premios de mejor película, dirección, y guión adaptado. Curiosamente, la creación de un guión que tuvo una gestación poco convencional, acabó siendo tan brillante que obtuvo reconocimientos por doquier. Los implicados quizá no creyeron al principio que de ese proceso tan particular pudiera salir algo bueno pero los resultados fueron mucho más allá de las mejores predicciones que podían hacerse. En definitiva, Casablanca es un film para la historia, con interpretaciones memorables y momentos inolvidables, pero nada de todo ello se habría conseguido sin el talento de un genio visionario llamado Hal B. Wallis.


Por : Christian Sandoval (aka: Fantomas ) Artículo publicado 26/07/09

en

“Cinemauniverse”

el

Entre 1965 y 1975, en Europa se realizaron alrededor de 600 Westerns. Los críticos norteamericanos que se dedicaron a atacar o ignorar estas cintas, las nombraron de manera peyorativa “Spaghetti Westerns” debido a que en su gran mayoría estaban financiadas por productoras italianas. En Europa desde siempre existió un interés por el género del western; los pocos westerns que se filmaron antes de la década del sesenta en su gran mayoría son obras que continúan siendo desconocidas por gran parte del público. En 1960, la producción de westerns norteamericanos había comenzado a menguar debido a los cambios que estaba experimentando el mercado cinematográfico de la época, además de los crecientes problemas de distribución hacia Europa que estaban sufriendo estas cintas. Por este motivo, los productores europeos comenzarían a explotar el género que les había sido tan esquivo mediante algunos films españoles de “El Zorro”, y unas mediocres imitaciones de los westerns serie B norteamericanos. La única excepción fue la cinta de Michael Carreras, “Savage Guns” (1961), protagonizada por Richard Basehart y Alex Nichol, la cual demostró que si se podían realizar westerns de calidad aceptable fuera de norteamérica. En 1962, el productor alemán Horst Wendlandt y el director Harald Reinl, se asociaron para realizar “The Treasure of Silver Lake”, la cual

estaba basada en algunas de las historias del escritor alemán Karl May. Filmada en la ex Yugoslavia con el actor norteamericano Lex Barker y el francés Pierre Brice, la cinta gozó de una gran popularidad entre las audiencias europeas. Pronto, otros productores se sumarían a la creciente fiebre por los westerns, por lo que para el año 1964 ya se habían filmado alrededor de dos docenas de westerns alemanes, italianos y españoles. La calidad de estas producciones era en general mediocre, y presentaban una estética similar a la vista en los clásicos peplums. El film más destacable de este periodo sería “Gunfight at Red Sands” (1963), del director Ricardo Blasco, el cual estaría protagonizado por Richard Harrison, actor que participaría en 17 spaghetti westerns. Sería entonces cuando aparecería un director llamado Sergio Leone con un guión basado en la cinta de Akira


Kurosawa, “Yojimbo” (1961); $200.000 dólares de presupuesto; un actor norteamericano llamado Clint Eastwood; y una banda sonora del compositor Ennio Morricone. “A Fistful of Dollars” (1964) es una cinta violenta y llena de cinismo, la cual sirve para presentar al “hombre sin nombre”, un pistolero egoísta cuya única motivación es el dinero. Muchos de los films que fueron realizados después de esta película siguieron la fórmula del pistolero solitario en busca de dinero. El estilo único de Leone, los artísticos ángulos de cámara, el tiempo narrativo, y la cruda y explosiva violencia que grafica esta torcida representación de lejano oeste, transformaron a esta cinta en algo único y completamente innovador. Mientras que los críticos atacaron esta descripción brutal del viejo oeste, para los espectadores fue amor a primera vista, por lo que finalmente el Spaghetti Western logró despegar gracias a sus propios méritos. El éxito de “A Fistful of Dollars” provocó que cada vez más productores comenzaran a financiar una mayor cantidad westerns con más altos presupuestos. Leone se apresuró a filmar una secuela titulada “For a Few Dollars More” (1965), esta vez juntando a Eastwood con Lee Van Cleef, quien interpreta a un cazador de recompensas que se terminará asociando con el personaje de Eastwood para atrapar a un peligroso criminal. El éxito de esta segunda cinta terminó de cimentar la reputación de Leone como un director de westerns, y catapultó la carrera

internacional de Eastwood, Van Cleef, y el compositor Ennio Morricone. “The Good, the Bad and the Ugly” (1966), protagonizada por Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach, completaría la "trilogía del dólar" de Leone. Este film, que transcurre durante la Guerra Civil Norteamericana, es por muchos considerada como la pieza clave del Spaghetti Western. Es tal la importancia de esta cinta, que muchos de sus elementos, desde la estética utilizada por Sergio Leone, hasta la inconfundible e inolvidable banda sonora de Morricone, han servido de inspiración para múltiples producciones tanto del cine como la televisión, a través de los años. Si a Sergio Leone se le atribuye la definición del estilo del Spaghetti Western, es justo decir que Morricone marcó la pauta de la música del género. Sus composiciones se transformaron en una parte importante de las cintas de Leone, acentuando cada una de las acciones presentadas en los trabajos del director. Mientras que un gran número de compositores intentó copiar el estilo de Morricone, otros como Carlo Rustichelli, Piero Piccioni, Francesco DeMasi, y Angelo Lavagnino, lograron imprimirle su propio sello a las bandas sonoras que crearon. DeMasi, uno de los compositores más prolíficos del Spaghetti, escribió las bandas sonoras de 35 cintas entre las cuales están; “Ringo the Lone Rider” (1967),


“Payment in Blood” (1968), y “Any Gun Can Play” (1968), entre otras. Por otro lado, Bruno Nicolai, quien trabajó por muchos años junto a Morricone, compuso algunas de las mejores bandas sonoras del Spaghetti Western como por ejemplo la de “Run, Man, Run” (1968), y “Adiós Sabata” (1970). Es tal la importancia de las bandas sonoras en estos films, que algunos seguidores del género señalan a la música como el elemento más significativo del Spaghetti Western. Para 1966, el Spaghetti Western se encontraba en su punto más alto. Durante esa época emergerían directores como Sergio Corbucci, quien con “Django” (1966) introdujo el tema de la venganza en el género, además de aumentar la cuota de violencia de manera considerable (lo que provocó que la cinta fuese censurada en varios países). La brutalidad y el alto número de muertos pasaron a formar parte de la fórmula del spaghetti, lo que provocó que los críticos no tomaran en cuenta gran parte de las producciones pertenecientes al género. “Django” generó más de treinta secuelas, de las cuales sólo existió una oficial. Una de las secuelas más bizarras es la llamada “Django Kill!” (1967), del director Giulio Questi, la cual está protagonizada por Tomas Milian y es considerada como el más brutal de los spaghetti western. La cinta alcanza niveles surrealistas debido a la presencia de humillaciones, torturas, vampiros, una crucifixión, y un ejército de bandidos homosexuales. Otro personaje que protagonizaría un buen número de spaghetti westerns sería Ringo (Montgomery Wood), quien sería presentado por primera

vez en los films de Duccio Tessari, “A Pistol for Ringo” (1965) y “Return of Ringo” (1965).

Algunos directores aprovecharían el género para plasmar ideas políticas de izquierda en algunos de sus trabajos, como es el caso de Sergio Sollima en “The Big Gundown” (1966), considerado como el mejor Spaghetti Western no dirigido por Leone; “Face to Face” (1967), y “Run, Man, Run” (1967). Otros directores que se sumarían a Sollima serían; Damiano Damiani con “A Bullet for the General” (1966); Giulo Petroni con “Tepepa” (1967); y Sergio Corbucci con “The Great Silence” (1967), “A Professional Gun” (1968), y “Compañeros!” (1970). Pese a esto, la mayoría de los Spaghetti Westerns no pretendían ser más que sencillas cintas de acción dirigidas al público promedio. El director Enzo Girolami (más conocido como Enzo G. Castellari) se especializó en films simplones pero entretenidos como “Payment in Blood” (1968) y “Any Gun Can Play” (1968). Además posee la curiosa distinción de haber sido responsable de uno de los peores exponentes del Spaghetti Western; “Cipolla Colt” (1975), y uno de los mejores; la mística “Keoma” (1975). Demofilo Fidani sería otro de los directores que dirigiría un buen número de westerns de bajo


presupuesto como “Django and Sartana are Coming....It´s the End” (1970), y “Go Away! Trinity Has Arrived in Eldorado” (1972). Otros directores prolíficos del género serían Alfonso Balcazar, Giuliano Carmineo, Roberto Montero, Mario Caiano, Ignacio Iquino, y Primo Zeglio. Por otra parte, muchos actores norteamericanos que poblaban las producciones serie B realizadas en su tierra natal, probarían suerte en Europa convirtiéndose en estrellas de los Spaghetti Westerns. Luego de trabajar con Leone, Lee Van Cleef participó en “The Big Gundown” (1966), “Death Rides a Horse” (1967), “Beyond the Law” (1968), y “Sabata” (1969), entre muchas otras. Para principios de los setenta, Van Cleef se había convertido en una de las más grandes estrellas del género. Otros actores como Gilbert Roland, Stephen Boyd, Edd Byrnes, Broderick Crawford, Mark Damon, John Ireland, Ty Hardin, Guy Madison, Lex Barker, y muchos otros, encontraron trabajo en los Spaghettis cuando sus carreras a nivel local habían decaído. Los Spaghettis también sirvieron para lanzar las carreras de un buen número de actores europeos, algunos de los cuales ocuparían seudónimos como por ejemplo el actor Giuliano Gemma, que en ocasiones trabajaba bajo el seudónimo de Montgomery Wood. Franco Nero por su parte, trabajaría junto a Lucio Fulci en, “Tempo di

massacro” (1966); con Ferdinando Baldi en “Texas, Adios” (1966); y en un buen número de cintas de Sergio Corbucci, quien en una ocasión mencionaría, “Ford tuvo a John Wayne, yo tengo a Franco Nero”. Otro actores destacados del género son el nativo de Cuba, Tomas Milian, quien trabajase junto a Eugenio Martin en “The Ugly Ones” (1966), y interpretaría a revolucionarios en las mejores cintas de Sollima y Corbucci; el británico George Hilton realizaría 22 westerns, en los cuales usualmente interpretaría a misteriosos y solitarios pistoleros; el alemán Klaus Kinski por su parte, cuya interpretación más conocida dentro del género sería la del jorobado de “For a Few Dollars More”, se especializa ría en interpretar a asesinos psicópatas

Otros actores que comúnmente aparecerían en los distintos Spaghettis serían Gian Maria Volonte, Gianni Garko, Anthony Steffen, y George Martin. Siendo un género dominado por hombres, no es común ver a mujeres interpretando roles importantes. Algunas excepciones donde existen personajes femeninos importantes serían las cintas; “Viva Maria!” (1965), de Louis Malle; “Once Upon a Time in the West” (1968), de Sergio Leone; y “The Legend of Frenchie King” (1971) y “Hannie Caulder” (1971), de Burt Kennedy. Por lo general, los personajes femeninos de los Spaghettis serían prostitutas, viudas,


mujeres golpeadas, o víctimas de asesinato, razón por la cual algunos críticos se quejaron de la naturaleza misógina de estos films (además se tildó a estas producciones de racistas debido a que la presencia de gente de color era casi inexistente, y que los mexicanos eran retratados por lo general como curas o bandidos). Las locaciones donde se filmarían estas películas serían casi tan importantes como los mismos actores. La gran mayoría de los Spaghetti Westerns serían filmados en España, usualmente en la ciudad costera de Almería. Dicho lugar se asemejaba al suroeste norteamericano, razón por la cual las historias de la mayoría de estos films transcurrían en la frontera con México. Los westerns alemanes por su parte, utilizarían en su gran mayoría la región montañosa alrededor de la ciudad croata de Split. Otras locaciones utilizadas serían los Alpes italianos, Sudáfrica, y las Islas Canarias. Por otra parte, tanto “Once Upon a Time in the West” (1968) de Leone, como “My Name is Nobody” (1973) de Tonino Valerii, serían filmadas en norteamérica, específicamente en Monument Valley, Utah. Precisamente, “Once Upon a Time in the West” es el homenaje de Sergio Leone a los westerns de John Ford, Howard Hawks, y otros directores destacados del western clásico. Con un presupuesto digno de una producción hollywoodense y un elenco conformado por Henry Fonda, Charles Bronson, Jason Robards y Claudia Cardinale, la cinta es hoy

considerada como uno de los grandes clásicos del género. La popularidad de los Spaghetti Western generó un resurgimiento de los westerns en norteamérica (muchas de estas producciones también fueron filmadas en España). Mientras que algunos directores intentaron sin éxito imitar el estilo de los Spaghettis, otros aprovecharon de buena manera la popularidad (y parte del estilo) de los Spaghettis Westerns. Cintas como “The Professionals” (1966), de Richard Brooks; “Will Penny” (1967), de Tom Gries; “Butch Cassidy and the Sundance Kid” (1969), de George Roy Hill; y “The Wild Bunch” (1969), de Sam Peckinpah, aprovecharon la popularidad del nuevo western y se convirtieron en clásicos del género. Ya para principios de los setenta, las historias comenzaron a ser más artificiales y los personajes más absurdos, dejando en evidencia el desgaste del género. Personajes como Sartana o Django comenzaron a trabajar en equipo cada vez con más frecuencia, y la originalidad de las historias y las caracterizaciones dieron paso al completo tedio. Los protagonistas clásicos comenzaron a actuar más como James Bond, utilizando armas sofisticadas y cada vez más increíbles. La revitalización del género vino de la mano del ex-camarógrafo Enzo Barboni, quien utilizando el seudónimo de E.B. Clucher realizó las comedias, “They Call Me Trinity” (1970) y “Trinity is Still My Name”


(1974), las cuales sirvieron para lanzar a la fama a los actores Terence Hill (Mario Girotti) y Bud Spencer (Carlo Pedersoli, quien fue nadador olímpico). A estas cintas les seguirían un par de westerns cómicos como por ejemplo “Man of the East” (1973), del mismo Barboni; “Life´s Tough, Eh Providence?” (1972), de Giulio Petroni; y “Carambola” (1975), de Ferdinando Baldi. Ya para mediados de los setenta, con el surgimiento de otros géneros como el cine de artes marciales, los cuales llamaron la atención de los espectadores ávidos de acción, el Spaghetti Western desapareció por completo. Ocasionalmente aparece un nuevo Spaghetti Western que viene a recordarnos la época dorada del género, como por ejemplo “Lucky Luke” (1995) y “Troublemakers” (1995), de Terence Hill; o “Sons of Trinity” (1996), de E. B. Clucher. Más allá de la opinión de los críticos acerca del Spaghetti Western, este fue un género de una gran importancia e influencia en la historia del cine. Hasta el día de hoy se puede ver la influencia del género en cintas de acción modernas, como por ejemplo en la “trilogía del mariachi” de Robert Rodríguez. Un género caracterizado por tipos rudos sin Dios ni ley, donde la música jugaba un factor tanto o más importante que el resto de los elementos que conformaban dichas producciones, se las ha arreglado para sobrevivir todos estos años a través de un buen número de clásicos y cintas de culto.

Autor:

Christian

Sandoval

(aka:

Fantomas ) Sitiosweb: http://cinemauniverse.blogspot.com/ http://fantomascinemascope.blogspot.com/ Estudiante de Kinesiología que en sus ratos libres oficia de cinéfilo y músico aficionado. Su gusto por el cine lo ha llevado a crear dos blogs de cine donde expresa su admiración por las obras clásicas y el buen cine en general. Películas de cabecera: “Rear Window” (1954), “The God, The Bad and the Ugly” (1966), “The Great Escape” (1963), y cualquiera de Miyazaki.


Cuando la viñeta saltó al celuloide Por: Mike Lee

Desde sus orígenes, el cine ha tomado como una de sus fuentes de inspiración la literatura, basándose los guiones de conocidas películas en novelas u obras de teatro. Con el paso del tiempo, se han intentado explotar otros terrenos que pudieran traducirse en fuentes de ingreso y creatividad para los cineastas, y es aquí donde nos topamos con el mundo del cómic, del que tantas superproducciones se nutren hoy en día. Si volvemos la vista atrás, nos encontramos con los seriales de Superman y Batman, y según vamos avanzando en el tiempo llegamos a la celebrada adaptación del hombre de acero dirigida por Richard Donner, convertida hoy en día en todo un símbolo de las historias de superhéroes en la gran pantalla y que contó con una digna secuela, cuya calidad se fue perdiendo a medida que se sucedían las entregas. A finales de los 80 y principios de los 90 tuvo lugar el estreno de otro hito en este campo: la

versión de Batman de Tim Burton, en la que pudo explorar no sólo al personaje sino su particular estética. Lamentablemente, el hombre murciélago sufrió el mismo destino que Superman y su franquicia cayó en el olvido desde que Joel Schumacher se encargara de la saga. Ahora bien, según nos aproximamos al actual auge de las adaptaciones de cómics (y dejando por el camino títulos como Conan o El Cuervo), hemos de tener en cuenta a su predecesor, Blade. Protagonizada por Wesley Snipes y basada en un personaje de la editorial Marvel, cosechó un éxito considerable que propició otras dos secuelas (ambas de inferior calidad) además de suponer una traslación de un medio a otro digna, superando las dificultades que esto plantea y obteniendo notables aciertos. Dos años después del “cazavampiros” y a las puertas del nuevo milenio llegó el auténtico pistoletazo de salida a la mencionada tendencia actual de las adaptaciones, X-Men. Dirigida por Bryan Singer, contó con una enorme aceptación en las salas, un reparto de lujo adecuado a sus papeles (hasta catapultó a Hugh Jackman a lo más alto), respeto a la obra original, efectos especiales de primera y mostró tanto a espectadores como a productores un mundo de


nuevas posibilidades: comenzaba la fiebre por las adaptaciones de cómics. A partir de este punto, me gustaría dividir dichas adaptaciones en tres grandes grupos, empezando por las relativas a la editorial Marvel, posiblemente la que más ha arriesgado en este ámbito. Dado el triunfo de XMen, en Marvel decidieron llevar al cine cuantos más de sus personajes, mejor; obteniendo disparidad de resultados. Así, los espectadores hemos podido toparnos con películas de calidad, que respetan las series en que se basan al mismo tiempo que están realizadas con oficio, como por ejemplo la segunda parte de XMen, las dos primeras del Spider-man de Sam Raimi, o las recientes Iron Man y El Increíble Hulk. A estos títulos hay que sumarles otros que no cumplieron las expectativas y quedaron a medio camino de su cometido, tal y como sucedió con el Hulk de Ang Lee, las dos entregas de Los 4 Fantásticos, Punisher o el spin off de Lobezno; mientras que hubo otros filmes que perdieron por completo la intención de adaptar un medio a otro para provocar carcajadas a algunos y disgustos a otros, como sucedió con Daredevil, Elektra, El Hombre Cosa, El Motorista Fantasma y las terceras entregas de X-Men y Spider-man. En la actualidad, con la creación de la división

Marvel Studios la editorial parece haberse decidió a implicarse más en sus proyectos para evitar resultados como los últimos citados, y entre lo mucho que prepara destacan el inminente estreno de la gamberra Kick Ass, superhéroes violentos sin poderes en el mundo real; y la intención de llevar al grupo de Los Vengadores al cine, para lo cual deberán filmarse antes las respectivas aventuras individuales de algunos de sus integrantes (Thor y el Capitán América), en las que están involucrados Kenneth Branagh y Joe Johnston como directores. Respecto a DC, editorial rival de Marvel en cuanto a publicación de series superheroicas se refiere, puede asegurarse que sopesan más el riesgo de sus adaptaciones y cuidan sus proyectos sin arriesgar demasiado, lo cual puede comprobarse en el nivel de sus películas. Gracias a este importante factor y la maestría de Christopher Nolan, Batman goza de dos grandes adaptaciones como son Batman Begins y El Caballero Oscuro, esta última considerada ampliamente como la mejor realizada hasta la fecha. Aunque no gozó de buena acogida en taquilla, la versión de Superman dirigida por Bryan Singer en homenaje a la de Richard Donner no estaba exenta de calidad. Otros proyectos con buena recepción fueron V de Vendetta y


Watchmen, la cual es una de las adaptaciones más complicadas por la obra en que se basa que Zack Snyder logró respetar y llevar al cine en un esfuerzo considerable. Sin embargo, de DC también provienen Constantine o la horrenda Catwoman, lo que no impide que la editorial se tome en serio sus posibilidades para el futuro y esté preparando nuevas entregas de Batman y Superman junto a la versión de cinematográfica de Green Lantern. Por último, quedaría referirse a aquellas adaptaciones dispares que no pertenecen a estas grandes compañías pero que no por ello deben ser tenidas en menos consideración. En el terreno superheroico, Guillermo Del Toro dejó su firma en las curiosas andanzas de Hellboy mientras que el guionista Frank Miller fue el responsable del despropósito de adaptación sobre The Spirit, por no mencionar otros disparates como las versiones de Garfield o del manga Dragon Ball. Adentrándonos en el terreno de cómics más independientes (entre los que se encuentra Ghost World), diferentes cineastas se han interesado en las adaptaciones, como por ejemplo Sam Mendes con la excelente Road to Perdition, David Cronenberg con la alabada Una Historia de Violencia, Robert Rodríguez con Sin City y su singular estética, y dentro de un tiempo Edgar Wright estrenará Scott Pilgrim, basada en el divertidísimo cómic homónimo.

Una vez terminado este repaso, es más que probable que este tema aún dará mucho que hablar en el futuro, pues los productores han encontrado una fuente de ideas que explotar en los cómics que puede llegar a proporcionar grandes beneficios. Al mismo tiempo, se da el proceso inverso: el cine influye al cómic y le presta algunos de sus recursos narrativos con la pérdida implícita de los propios del mundo de las viñetas. Mientras deciden qué será lo próximo dar el salto al cine, desde aquí me gustaría recomendar el acercamiento a las obras que inspiran esta tendencia, muchas de las cuales guardan grandes emociones y secretos que sólo podrán apreciarse en su medio original, el cómic.

Autor: Mike Lee Sitioweb: http://whatstherumpusmike.blogspot.com/

Mike Lee dedica su humilde

espacio en la red a hablar de sus aficiones, entre las que figuran el cómic, la literatura, el cine y las series de televisión. Desde el inicio de sus andanzas a principios de 2008, no sólo han crecido el blog y el propio autor, sino también el número de colaboraciones en otras páginas web y su pasión por las mencionadas aficiones. Films de cabecera: The Shawshank Redemption, El Caballero Oscuro y El Señor de los Anillos.


través de la película que me hizo creer que un hombre podía volar. 2. Una visión infantil del film o cómo vi la película siendo un niño

Por Angel García “ Verbal Kint ”

1. Introducción En Febrero de 1979 se estrenaba en España "Superman: La película", con la frase promocional "creerás que un hombre puede volar"...y yo, un niño de seis años lo creí. No tanto cómo para ponerme una capa e intentar volar (alguno lo hizo), pero si lo suficiente para pedir un disfraz del héroe y querer ponérmelo a todas horas para desesperación de mis padres. Antes del estreno las referencias que yo tenía del personaje eran aquellos tebeos (entonces no les llamábamos comics) publicados por editoriales sudamericanas que mis padres me compraban en el kiosko, que llegaban a España sin ningún orden ni continuidad, aunque eso importaba poco pues casi siempre se trataba de historias autoconclusivas .La otra referencia era un pijama con la imagen de Superman volando entre planetas y que yo me ponía con orgullo para dormir y que no quería quitarme ni para ir a la escuela. Con dichas referencias el estreno de la película suponía una gran ilusión, primero por ver al héroe en pantalla por primera vez, dado que entonces no era consciente de que ya existían algunas adaptaciones de las que hablaremos un poco más adelante, que seguramente no habían llegado a España en aquel momento y por otro lado la ilusión de ir al cine por segunda vez. La primera había sido en 1977 con 4 años a ver "La guerra de las galaxias" (antes de que Lucas se volviera avaricioso y la llamara "Una nueva esperanza"). Os invito a acompañarme en este viaje a

Hay que reconocer que "Superman" no es una película para niños, al menos no en su hora inicial, tiempo que tardábamos en ver al héroe volando en pantalla. Lo que yo capté en aquel momento era que la historia comenzaba en Krypton, planeta de origen del personaje, donde veíamos a su padre que encerraba a unos malos en un cristal y los lanzaba al espacio, poco después metía a su hijo en una nave que salía volando justo antes de que el planeta explotara...obviamente yo no había entendido muchas cosas, ni que el planeta estaba condenado, ni quienes eran aquellos villanos, ni el conflicto de Jor El con el consejo de su planeta...es decir que la mayoría de las sutilezas y complejidades de aquella parte,no fui capaz de procesarlas dada mi edad, quedándome con lo básico: Superman de niño, un planeta que explotaba y sobretodo que el padre de Superman llevaba un traje con el escudo del personaje...obviamente para mi aquello era la "S" de Superman, aunque en realidad era el símbolo de la casta familiar del héroe. Otra cosa que se me grabó en la mente fue la famosa frase de "el hijo se convertirá en padre y el padre en hijo", aunque no entendí en absoluto que significaba. Avanza la película y nos encontramo s con una pareja mayor, los Kent, que va en coche y ven como se estrella una nave espacial de la que sale un niño ya crecido, es decir el viaje ha sido largo y ya vemos una manta de color rojo a sus pies tan evidente que hasta yo capté que era del color de la capa del personaje. Y sino había quedado claro poco después levanta un coche. Posteriormente ya de adolescente lo vemos patear un balón de rugby a una distancia estratosférica (yo lo intenté varias veces


perdiendo alguna pelota) y corriendo más que un tren, reflejando la frase mítica de los tebeos "Más veloz que una locomotora". Todos esos momentos resultaron muy impactantes para mi mente infantil. Llega la parte más dura de la película, donde muere el padre adoptivo algo que me desconcertó ya que en los tebeos Jonathan Kent moría en una cama, mientras que en la película moría mientras caminaba hacia la granja. Obviamente no acababa de entender que las películas y los tebeos tenían lenguajes diferentes y a la vez complementarios y aún menos que los orígenes del personaje se habían contado varias veces y de manera diferente y que la película suponía una nueva manera de explicarlo. Clark emprendía un viaje hacia un lugar frío, lleno de nieve y hielo y allí con un cristal verde creaba la Fortaleza de la Soledad (cuando pregunté a mi padre qué era aquello, él me dijo "su casa"), donde volvía a ver a su padre que le explicaba mil y una historias y por fin, entonces después de casi una hora veíamos al héroe a lo lejos que iniciaba el vuelo hacia pantalla y yo me quedé con la boca abierta, fascinado y con ganas de más. Y entonces...saltamos al Daily Planet, conocemos a Lois, a Perry, a Jimmy Olsen (¿porqué no era pelirrojo? ¿y la pajarita?) y vemos a Clark Kent, identidad secreta del héroe, torpe, patoso e ignorado por casi todos. En un momento determinado salva a Lois de un atraco parando una bala con la mano..ooohhh que emoción...pero "papa... ¿cuándo vuelve a salir Superman?". Y llega la escena cumbre, la mejor del film sin duda y una de las escenas más grandes de la historia del cine: Superman salvando a Lois de un accidente de helicóptero. Todo en esa escena es magia, desde Clark abriendo la camisa y mostrando la S, al cambio de vestuario en la puerta giratoria, al rescate de

una Lois precipitándose al vacío y a la final deteniendo el helicóptero que se precipita sobre ellos. Después vienen varias escenas del personaje deteniendo malhechores con una mezcla de espectacularidad y humor que define muy bien el tono que Donner quería darle a la historia y a partir de aquí, una entrevista de Lois a Superman que acababa en un vuelo por la ciudad, conocíamos a Lex Luthor, Otis, la señorita de apellido extraño siempre con escotes prominentes (si, mi mente a esa tierna edad ya captó que aquello le gustaba) y un plan del villano que no acabé de entender, pero que al final provocaba un terremoto y el héroe volaba de un lado a otro deteniendo un misil, salvando a todo el mundo y al final haciendo girar la tierra al revés para salvar a Lois de las garras de la muerte...y detenía a los malos y Luthor se quitaba la peluca ante mi asombro (creo que yo era el único que no se dio cuenta del peluquín)...y fin de la historia, créditos con la melodía de John Williams que se quedó para siempre en mi cabeza. Ah! y ese último plano, con Superman volando por encima del planeta y sonriendo al espectador...sin duda me sonreía a mi, o eso me dijeron mis padres. Y salimos del cine...y yo me creí por un momento Superman. 3. Una visión con perspectiva del film. Donner tomó el mando con la condición que se revisara el guión que que en un principio era algo parecido a la espantosa serie televisiva de "Batman", que tanto daño hizo al personaje, afirmando que aquel guión era una parodia de una parodia. Así que se contrató a Mario Puzo, mítico novelista y escritor de “El padrino” que desarrolló el argumento y se inició una producción de lujo, con Marlon Brando cobrando un dineral por un breve papel, Gene Hackman, Glenn


Ford...conformando un reparto excepcional con dos desconocidos para los papeles más importantes: Lois Lane y Superman. Para la intrepida reportera se escogió a una joven Margot Kidder que hizo un buen trabajo y para el héroe se optó por un actor con una

sólida formación teatral llamado Christopher Reeve para el cual el papel sería su bendición y a la vez su maldición debido al encasillamiento al que se vio sometido. La historia de la vida de Reeve ya la conocemos todos y su triste final también, así que intentemos evitar la tristeza y recordar que Reeve demostró ser un héroe en su vida real. Fue Donner el que se impuso en este sentido, ya que los productores preferían un actor conocido para interpretar al personaje, alguien como Robert Redford e incluso Clint Eastwood, pero Donner fue intransigente e impuso su visión. Quería alguien que no fuera conocido para que el público no pensara en el actor, sino en el personaje. "Superman" de Richard Donner iba a ser una película de dos partes, rodadas simultáneamente para posteriormentes estrenarla en dos años consecutivos. De hecho buena parte del metraje rodado por Donner pudo verse en la reciente edición de "Superman II de Richard Donner", versión alternativa y bastante más interesante que la apreciable "Superman II" dirigida por Richard Lester. Donner iba rodando las dos películas a la vez aprovechando los escenarios comunes entre ambas partes. La avaricia y el nerviosismo de la familia Salkind productores de la historia, así como la negativa del director a realizar concesiones a unos productores que querían mucho más humor y

menos carga de profundidad, hizo que decidieran interrumpir el rodaje de ambas partes y centrarse sólo en la primera y mandarle una nota a Donner comunicándole que la segunda parte no la rodaría él...pero eso es otra historia de la que quizás hablemos en el segundo aniversario de mundocinefilia..Pero si os apetece os invito a navegar un poco buscando noticias sobre ese tema u ojear el "Superman II" de Lester y fijaros en los cambios de peinado de Superman y Lois en una misma escena o cómo Jimmy Olsen parece más mayor en algunas escenas que en otras, o en las escenas en las que Luthor está siempre de espaldas (ya que Gene Hackman se negó a rodar sino estaba Donner al mando), o cómo cambian los decorados y los elementos de atrezzo no solo de localización sino también de forma. La película se iniciaba con unos largos títulos de crédito míticos, acompañados por esa excelente banda sonora de John Williams, uno de los compositores más importantes de la historia del cine capaz de crear fanfarrias que forman acaban formando parte de la cultura musical de millones de personas...¿quién no ha silbado la banda sonora de Superman, Indiana Jones o Star Wars alguna vez? La cinta está rodada con grandeza y majestuosidad, con una fotografía excelente, un montaje soberbio y un ritmo pausado. Donner se lo tomó con calma y nos fue explicando cómo se gestaba un héroe, cómo nacía y se criaba, en qué valores. Hay que elogiar la capacidad de síntesis de la que hace gala el director para presentarnos tantas y tantas cosas en esa primera hora en la que conocemos el planeta de origen de Superman: su funcionamiento y su sentido de la justicia, sus padres, conocemos Smallville, sus padres adoptivos y como Clark es marginado, sintiendo la frustración de una persona que es consciente de que es mejor que la mayoría gracias a sus poderes y el dolor que le causa que pese a esos poderes no puede salvar a su


padre adoptivo, para acabar conociendo el Daily Planet y a los integrantes más importantes de su plantilla.

resucitará a Lois Lane, haciendo que el mundo gire, literalmente, al revés e incumpliendo el mandato de su padre.

El momento del rescate del helicóptero es una escena perfecta no exenta de cierta ironía...hay que fijarse en el momento en que Clark Kent busca un lugar en el que cambiarse y mira una cabina de teléfono a pie de calle en la que no puede entrar porque no tiene, desmontando así la idea de que el personaje cambia de identidad en las cabinas de teléfono. Toda la escena tiene un ritmo trepidante, un montaje soberbio y unos efectos especiales brutales y no sólo porque haga muchos años que se hicieron y el avance ha sido increíble en estos años, sino porque son irreprochables.

No se olvida el director de la mitología del personaje y realiza algunos homenajes a encarnaciones anteriores; así en la escena en la que un joven Clark corre más que un tren, dentro de este vemos una pareja con una niña, la niña es Lois Lane, aunque en la versión estrenada en cines no se decía, en la versión restaurada y ampliada del año 2000 los padres la llamaban Lois. Dicha pareja son Kirk Allyn y Noel Neill. Allyn interpretó a Superman en una serie televisiva, antes que el más conocido George Reeves y Neill fue Lois Lane en la serie del personaje interpretada por el último.

Hay momentos inolvidables que se han quedado en la retina de los espectadores como Clark saltando de un rascacielos y en el vuelo convertirse en Superman o rodando a supervelocidad para abrir un hueco en el asfalto que nos dan la imagen de grandeza del superhéroe siendo imagenes icónicas de un personaje de por si icónico.

No todo en la película es perfecto y aunque la pasión en ocasiones me puede, he de reconocer que la película tiene algunos defectos. Por un lado Marlon Brando, pese a prestar solvencia y dotar a la película de una seriedad incuestionable, era muy mayor para el papel de padre de un bebe, lo mismo que Susannah York como madre. Donner obvia todo lo que pasa desde que Clark entra en la fortaleza de la soledad hasta que ya sale de allí vestido con el uniforme clásico, así como la supuesta formación de Clark como periodista, es decir que hay unos años que quedan totalmente perdidos y también se olvida por completo de la madre adoptiva a la que no hace más que una leve referencia cuando Clark le pide a Perry White que envíe parte de su sueldo a ella. Y porqué no decirlo, la película resulta algo esquemática, casi construida a bloques que apenas se interrelacionan entre si. Hay además algún momento en el que uno se sonroja, como cuándo Superman concede una entrevista a Lois Lane y le confiesa que no puede ver a través del plomo, es decir que revela una de sus debilidades que más adelante aprovechará Luthor para casi matarle o ese estúpido secuaz del malvado Lex llamado Otis y que produce

Todo el final del film es otro espectáculo de ritmo, con Superman volando de un lugar a otro rescantando gente del terremoto provocado por el malvado Lex Luthor. Donner acerca al personaje a la divinidad, el padre que envía al hijo a la tierra para salvar a la humanidad con la limitación de inmiscuirse en la vida de las personas, es decir prohibido ir más allá del curso de la historia, prohibido resucitar a los muertos, prohibido cambiar el ritmo de la humanidad, limitación obvia porque bastaría un ser tan poderoso como el héroe para detener guerras, apresar dictadores...es decir Donner intenta cargarse la paradoja del ser superpoderoso que no acaba con todo el mal en el mundo. Aunque todos sabemos que por amor Superman


bastante verguenza ajena. Pero en el fondo pecados muy leves para una gran película. Volvemos otra vez sobre Christopher Reeve, que creo que merece un punto y aparte y un reconocimiento a su interpretación. Su presencia en pantalla es inmensa, convirtiéndose en la imagen que varias generaciones tienen de Superman, es decir que para muchos él es Superman. El personaje está interpretado con un punto de inocencia, como corresponde a un ser que se dedica a ayudar desinteresadamente a la gente en lugar de dedicarse a sacar provecho de sus habilidades para fines más lucrativos, pero también con un punto de humor y cinismo que lo alejó de otras interpretaciones de superhéroes que iban de lo ridículo (tomemos la serie televisiva de Batman por ejemplo) o tan serio que acababa también siendo tristemente patético (la serie televisiva de Spiderman). Pensando en Reeve, me acordé de un gran fan de Superman y del actor. El amigo David, conocido en foros de Internet como supersonicman y uno de los mayores coleccionistas que se puede encontrar en España sobre el personaje (podéis admirar su impresionante colección en su blog http://supers0nicmancoleccion.blogspot.com ). Contacté con él por mail para que me diera su opinión acerca del porqué de su devoción por la encarnación que hizo Reeve en la película y esta fue su respuesta: “Me haces una pregunta muy interesante ,porque seguramente yo soy mas reeveriano que supermanero a secas,es decir yo naci ,me

crie y vivo ilusionado todavía con reeve (superman ) ,porque creo que fue y es el mas grande de todos los tiempos y a la vez el mas mitico superman cinematográfico,porque hay muchos y de diferentes épocas,pero el fue el mas destacado e imborrable en mi memoria y en mi sentidos,lo tiene todo elegancia ,presencia,madurez y sobre todo su misticismo,(creo que ningún otro heroe lo podrá superar y ni tan siquiera igualar) porque el ya forma parte de la historia del cine de superhéroes clásicos y grandiosos. Y como siempre me gusta decir :" chris reeve superman forever",por supuesto todos lo que vienen nuevos a actualizar a superman también tienen abierto mi corazón y mi ilusión,pero él siempre formara posiblemente la parte más nostálgica , importante y feliz de mi infancia y de mi vida . Además reeve le dio un aire más fresco y revitalizó a superman en muchos aspectos,digamos que superman gracias a reeve volvio a renacer como el ave fenix y además todos los niños de mi generación queríamos a un amigo como reeve(superman) ,mi maravillosa mama me hizo un traje de superman ,todos queriamos volar como superman (reeve) y soñábamos por la noche con tener superpoderes como el (superman reeve) ,es que fue y es el más mítico eternamente y no se porque se empeñan algunos en compararlo con algunos otros,creo que no existe ningún otro en el mundo ,que haya dado tanta devoción y realidad como él. con él supimos que por fin un hombre podía volar,pero no cualquier hombre ,sino el más heroico y grandioso de todos los tiempos”


Clark a Smallville. 4. Más allá de la película IMDB, web de obligada referencia distingue entre 3 versiones de "Superman: the movie": Por un lado habla de la versión estrenada en cines de 143 min, una versión para video de 1980 recortada y de una duración de 127 minutos y una de 151 que corresponde a la restauración del año 2000. He oído rumores de que existe una versión más larga estrenada en la televisión USA pero no tengo constancia real de su existencia. La versión de cine y la versión extendida del año 2000 se encuentran ambas editadas en DVD. En la versión del año 2000 tenemos algunas escenas extra, siendo la mejor la extensión de la entrada de Superman en la guarida de Lex Luthor, donde el villano pone al héroe una serie de pruebas, tiroteándolo, quemándolo y congelándolo...una escena superheroica que a los fans del personaje nos entusiasmó. Los fans españoles (desconozco cómo se hizo el doblaje en sudamérica), sin embargo tenemos un pequeño "pero" a esta restauración y es que no se respetó el doblaje clásico, sino que se redobló la película entera, lo que nos descentra y nos pone ante otras voces diferentes, que no se parecen en nada a aquellas que escuchamos en el cine, en el vídeo, televisión o el DVD anterior a la restauración del año 2000 e incluso algunos diálogos son cambiados algo que "choca" a los que como yo nos sabemos casi de memoria los diálogos de la versión clásica. La taquilla fue generosa con la película recaudando 300 millones de dolares en todo el mundo (hay que pensar que estábamos a principios de los 80) y justificó una secuela que pudo haber sido mejor, pero ya hemos hablado de la codicia y ansia de poder de los productores y del efecto que esto causó. Después de "Superman II" se estrenó una tercera parte con un giro definitivo hacia la comedia, con un Richard Pryor haciendo payasadas sin demasiada gracia y un argumento bastante pobre. Aún así tenía grandes momentos como la pelea entre el lado bueno y el malo de Superman o la vuelta de

Cuando los Salkind se cansaron vendieron los derechos del personaje a Cannon, productora lamentable especializada en películas de Chuck Norris y Jean Claude Van Damme, que rodó una cuarta parte sin medios, con unos efectos especiales ridículos y con una historia

desaprovechada, pero con Reeve y Hackman, que debieron llevarse en su sueldo todo el presupuesto de la película..mejor no hablar mucho porque la franquicia quedó herida de muerte, aunque resulta imposible no mirarla con cierto cariño y ese último momento en el que Superman le dice a Luthor "nos vemos dentro de 20 años"...que fue el tiempo que tardamos en volver a ver al héroe en pantalla. 5. Antecedentes y otras adaptaciones. No pretende ser este apartado un extenso repaso a todos los interpretes y versiones del personaje, sino una breve referencia a ellos. Así que no haré un repaso enciclopédico sino unos breves apuntes para orientar a quién quiera profundizar más. El personaje nace en los comics, creado por


Siegel & Shuster y poco a poco adquiere una enorme popularidad. Existen adaptaciones animadas de las que podríamos destacar sin duda la de Fleischer y la más reciente de Paul Dini y Bruce Timm y por otro lado adaptaciones "reales" en forma de series televisivas, siendo las más conocidas las encarnaciones de Kirk Allyn y sobretodo la de George Reeves que dio vida al personaje convirtiendose en un icono clásico durante 4 temporadas e incluso existió un musical sobre el personaje en Broadway. Son más recientes las series "Lois & Clark" donde se incidía en la relación entre ambos personajes o "Smallville". Ambas series han influido en el personaje y en su habitat habitual: el mundo del comic. "Lois & Clark" hizo que los protagonistas se casaran, fruto del deseo de la productora de darle más audiencia a la serie y dicha boda se replicó en los comics, permaneciendo casados en la actualidad, algo que mató sin duda la diversión de ver a Lois siempre sospechando de la identidad de Clark, pero aportando la tensión de un matrimonio difícil de mantener por el compromiso del héroe con el mundo. Por otro lado "Smallville" basado en la juventud de Clark, a pesar de ser una serie demasiado alargada, cogió un elemento de uno de los múltiples orígenes del personaje donde Clark y Luthor se conocieron en su juventud habiendo sido amigos y posteriormente enemistados. Este concepto también se ha incorporado a la continuidad actual del personaje. Dean Cain interpretó al personaje en "Lois & Clark" y Tom Welling todavía sigue interpretándolo en Smallville. También existe una serie llamada "Superboy" que tuvo dos actores encarnándolo. Se trataba de una versión más joven del personaje, donde su pareja era Lana Lang la amiga de Clark durante la infancia en Smallville y que curiosamente produjeron los Salkind. La encarnación cinematográfica más reciente del personaje la vimos en "Superman Returns" de Brian Synger, película que no recaudó lo esperado por Warner Bross que decidió no seguir adelante con la franquicia al menos en la dirección que Synger marcó y ya se habla de un nuevo reinicio. La película era

un homenaje al Superman de Donner que tanto gusta al director que lanzó a los "Xmen" al cine y Brandon Routh se encargó con mucha solvencia de encarnar al personaje. Una película que gustó a muchos, pero que desilusionó a tantos otros y en el fondo fue bastante ignorada. Una lástima porque la madurez del film y la aproximación al personaje eran sencillamente magníficas. Se habla de un nuevo reinicio para el 2013...veremos si podemos volver a creer que un hombre puede volar.

Autor: Angel García (“Verbal Kint”)

Sitio Web: http://notasdecine.blogspot.com

Aficionado a las películas desde muy pequeño con un padre admirador de Chaplin y Buster Keaton y una madre que a los cuatro años me llevó a ver “Star Wars”...y desde entonces vivo fascinado por la ficción y por la realidad.

Películas de cabecera: “Star Wars”, “Superman”, “Qué bello es vivir”, “Leaving las Vegas”.


1. Persecución de la muchachita tonta que se tropieza y cae por correr mirando hacia atrás. 2. Que se les caigan las llaves y se pierdan justo cuando más necesitan arrancar el auto o abrir la puerta de casa. 3. Que te avisen por teléfono cuando te van a matar. (para qué te llama el asesino?) 4. La imágenes por detrás de un árbol desde la visión del que persigue, y mientras la víctima mira cada tanto para atrás extrañada "como si algo la siguiera", al final todos somos perceptivos!. 5. Que el que persigue se esconda siempre detrás de un árbol, menos mal que siempre hay uno. 6. Que los detectives usen piloto o sombrero, barba de días y sea borracho. Ahora entiendo porqué Bruce Willis y Piere Brossnan tuvieron éxito como detectives 7. Que los malos siempre expliquen todo sobre sus crímenes y motivaciones antes de matar al héroe. Ya deberían aprender que eso les da tiempo a zafar!.

contramano; y famosa escena de la mina que va a cruzar con un carrito de bebé pero el magistral conductor volantea a tiempo aún cuando sea un asesino psicópata que mata en serie. 12. Si en las escenas de persecución de autos hay tiroteos, no importan las horas de entrenamiento en el tiro federal porque siempre le van a dar a los cristales o luces, nunca a las ruedas. 13. A los rehenes siempre se les apunta a la sien si con un arma, a la yugular si con un cuchillo. Bueno sería al revés no?, quizá en una comedia sería desopilante ese detalle!. 14. A ver cuándo aprenden que la pregunta "¿Hay alguien ahí?" es estúpida, qué esperan al asesino diciendo: "si seguí derecho que estoy en el placard del corredor así terminamos rápido?" 15. En las películas de catástrofe siempre están los milicos estableciendo bases y corriendo con jeeps de acá para allá pero nunca se preguntan los pobres soldados ¿cuándo mierda nos evacuan a nosotros? 16. En todos los bares donde se arman peleas entre dos siempre aprovechan todos para agarrarse a las piñas, nunca hay gente buena que los quiera separar. y la última aunque hay tantas más!!

8. Que en las comedias románticas los enamorados se conozcan porque se tropiezan y algo siempre se le cae a ella (por lo general papeles) 9. Que en estas pelis cuando conocen al alma gemela este/a aparezca en escena en cámara lenta, haciendo ojitos y con pelos al viento.... porque siempre justo se desata el viento. 10. Los protagonistas que toman una copa en el balcón cuando tienen una disyuntiva en la vida. 11. Persecuciones automovilísticas con choques de por medio y callejón o avenida a transitar a

17.@ Si hay una pelea en interiores y hay un primer piso con balcón al living room, irremediablemente alguno caerá muerto de un empujón sobre una mesa ratona de vidrio! Lista recopilada de cinecítricoreloaded.blogspot.com


Los 80's, ¿buenas películas o solo una buena época? Por Vane Los 80’s en contexto fue una buena época, ya sea por su música, la moda y por que no, su cine, pero políticamente, fue recién en su finalización, 1989, donde se vio la buena época, aunque en mi país, Perú, recién se vio eso a mediados de los años 90’s, pero esa es otra historia. Era una realidad bastante dura, la que le toco vivir a mi País, lidiar con ella fue difícil para la mayoría de mis hermanos peruanos, pero no imposible. En ese tiempo era muy pequeña, por lo que mi única fuente de escape e información era mi familia, en especial, mis hermanos mayores, quienes gracias a mi Tía Margarita, quien es “la verdadera cinéfila sin remedio” de la familia, fue la que nos influyo en este tema que es el cine.

Si no fuera por ella, no hubiera visto cine en el cine, en esas grandes salas de ese entonces, ni siquiera las hubiera conocido, los cine-teatro del Tacna, el Tauro, Central, Metro, Diamante, etc., este tipo de cine, que en ese tiempo, estaban en pleno apogeo, duro hasta que llego el VHS (90’s), y mas adelante los multicines (2000), actualmente esas salas de cine se encuentran abandonadas o utilizadas para diferentes funciones, que no es la de proyectar buenas películas, era una relativa buena época... En esas salas vi por primera vez El Regreso del Jedi - Star Wars Episode VI: Return of the Jedi (1983), dirigida por Richard Marquand el cual me impacto de principio a fin, es la única de toda la saga, que veo una y otra vez, después de esa vi El Imperio Contraataca - Star Wars Episodio V: El Imperio Contraataca (1980) dirigida por Irvin Kershner, y ya en los noventas recién pude ver Star Wars Episodio IV: Una Nueva Esperanza (1977) dirigida por George Lucas, las películas tardaban en venir por lo que teníamos que simplemente esperar... De pronto, y de la nada llego, Duro de Matar — Die Hard (1988), dirigida por John McTiernan, con un Bruce Willis que solo veía en TV por la serie “Luz De Luna” — Moonlighting (1985-1989), y me dije: “¿Por qué Bruce esta insultando a medio mundo en ese gran edificio?...” (realmente era muy inocente en ese tiempo), después llegaron Robocop (1987) dirigido por Paul Verhoeven, y Batman (1989) película hecha por el gran Tim Burton, aunque era desconocido para mi en ese tiempo, poco a poco pude conocer su trabajo desde El Joven Manos de Tijeras - Edward Scissorhands (1990) hasta Alicia in Wonderland (2010). Estas fueron las películas que vi en el cine, realmente si fueron buenos tiempos. Ahora veamos lo que no pude ver en el cine pero estaban en cartelera... Teníamos películas peruanas muy buenas aunque eran un poco fuertes para mi en ese entonces, ya que retrataban una sociedad bastante dura, estas que fueron ambientadas en los barrios mas pobres y marginales de Lima, también retrataban el terrorismo, la fuerte crisis económica, ya en los 90’s recién pude verlas, como Gregorio (1984) y Juliana (1986) que fueron producidas


por el Grupo Chaski, de ahí, fue el nombre de Francisco Lombardi que escuchaba en los noticieros y leía en revistas, ya que sus películas como La Boca del Lobo (1988), La Ciudad y los Perros (1985), Maruja en el Infierno (1983), Muerte de un Magnate (1980), fueron de gran aceptación como también de critica, y de ahí teníamos a Federico García, con la película sobre Tupac Amaru - Cuba, Perú: ICAIC, 1984, que fue una de las películas históricas mejor contadas que se ha hecho en mi país, a mi parecer, en su mayoría fueron basadas en personajes reales, se podía identificar rápidamente, aunque no a todos. Las siguientes películas las vi en la televisión, la cual fue una fuente bastante formidable en esa tiempo, ya que de ahí pude ver las películas que eran un poco inalcanzables en ese entonces... Películas de género fantasía como La historia sin fin - The NeverEnding Story (1984) de Wolfgang Petersen, una inolvidable película al igual que Laberinto - Labyrinth (1986) de Jim Henson, esas si que fueron películas, aunque hubo

una película que junto fantasía, romance y aventura, lo cual me fascinó, esa fue El hechizo del halcón — Ladyhawke (1985) dirigida por Richard Donner, además de tener una inolvidable banda sonora... Continuamos con aquellas que son de acción de las cuales mencionaremos a El exterminador - Terminator (1984) dirigida por James Cameron, con un Arnold Schwarzenegger bastante desconocido para mi en ese entonces, después fue Rocky (1976) escrita y protagonizada por Sylvester Stallone y dirigida por John G. Avildsen, después de mucho tiempo me entere que Sylvester Stallone era el que había intervenido en la realización del guión, y también en la de Rambo (si que estaba en todas) ya mas adelante vino Rocky II, III, IV, V, VI, próximamente la VII, Rambo (1982), dirigida por George P. Cosmatos, no se queda atrás con sus secuelas... También había esas películas para adolescentes que nunca faltaron como Un experto en diversión - Ferris Bueller's Day Off (1986), El Club de los Cinco - The Breakfast Club (1985) ambos dirigido por John Hughes, aunque no fue de corte adolescente Quisiera ser Grande - Big (1988) de Penny Marshall fue una película que marco a muchos adolescentes, con un Tom Hanks bastante carismático y angelical, ya mas adelante se le vio en otra película de corte adulto, mas especifico, para mayores de 18, lo cual fue una lástima no poder verla, hasta cuando tuve mas edad, Despedida de soltero - Bachelor Party (1984) del director Neal Israel, que junto en esta película, lo mas fuerte de esa época, alcohol, drogas y sexo pero con un toque de comicidad que fue genial, realmente fue todo un delirio de carcajadas... hasta ahora recuerdo al pobre burrito... Siguiendo con las películas de los ochentas, nos vamos aun género bastante genial como la ciencia ficción, como olvidar a mi entrañable amigo Marty McFly (Michael J. Fox), sin sus aventuras por el tiempo y de volver a casa para la cena, no hubiera tenido un escape a la realidad en que estaba, Volver al futuro - Back to the Future I (1985), II (1989) y III (1990), es una trilogía que me gusta volver a ver, una y otra vez, podría decir, que sin querer he visto todas las películas de Robert Zemeckis. Otra película que me fascinó y me adentro más a la ciencia ficción fue Enemigo Mio - Enemy Mine (1985), que fue


protagonizada por un joven llamado Dennis Quaid, mas adelante vi La Mosca — The Fly (1986) con un desconocido Jeff Goldblum y una encantadora Geena Davis, en esta película había escenas bastantes desagradables pero necesarias... Y del genero Terror, como no mencionar la Profecía — The Omen I (1976), II (1978) y III (1981), de las primeras cuales, las forman parte de los 70’s pero la última si forma parte de este periodo, estas películas que vi la TV en los 80’s, realmente eran de miedo, memorables actuaciones, incomparables... Recuerdo también al “Maestro del Suspenso” Alfred Hitchcock, del cual veía una serie que pasaban en la Tv, donde contaban historias cortas con mucho suspenso, esas si te dejaban sin dormir, esta serie recién podía verlas en esa época... Aunque como no dejar de mencionar esas películas de Kung Fu que siempre daban en el en la Tv a las 3 de la tarde los días sabado, este tipo de películas eran imperdibles en ese tiempo, así conocí el otro tipo de cine, el cual eran geniales, tanto por sus peleas como sus

historias, si las comparamos con las de ahora, la verdad que si se ha pasado fronteras... No podría dejar de mencionar a las películas que veía en betamax, la mayoría eran de Disney, como La Novicia Rebelde - The Sound of Music (1965) dirigido por Robert Wise, Mary Poppins (1964), ¿Quién engañó a Roger Rabbit? Who Framed Roger Rabbit? (1988) dirigido por Robert Zemeckis y Richard Williams, y como olvidar El último emperador — The Last Emperador (1987), dirigida por Bernardo Bertolucci, realmente me conmovió. Podría nombrar una infinidad de películas de ese periodo de tiempo, pero me faltarían paginas para terminar de nombrarlas, realmente son demasiadas, pero esas las termine de ver en los noventas... Las películas venían en desfase de tiempo por lo que siempre creí que eran del momento, pero en realidad eran pasaditas de años... Estas películas fueron mi escape de una realidad de la cual me entere mediante libros y películas, esas que fueron realizadas por compatriotas cineastas, en donde plasmaron una realidad social bastante estremecedora, pero poco a poco esa realidad violenta fue disminuyendo, hasta que actualmente esa realidad se volvió habitable, por lo que ahora el ir al cine se volvió todo un gran placer...

Autor: VANE (Lima, Perú) Sitio: http://cinecriticodevane.blogspot.com/ Futura arquitecta, quien trabaja en diferentes Proyectos Arquitectónicos, entre viviendas unifamiliares y multifamiliares, además de mi propia tesis, me apasiona el cine y la fotografía. Administradora del Blog de cine, CINECRITICOdevane, en donde comparto mi espera de las buenas películas, tanto por sus trailers y demás adelantos, también se escriben reseñas de cine comercial, ya que sin ese cine, estaríamos muy estresados...


Películas que nos marcaron: Scream: Vigila quien llama Escrito por mge para Tengo Boca y No Puedo Gritar y Mundo Cinefilia

Para mí, Scream ha adquirido la categoría de mito. Para muchos revivió el cine de terror luego de un largo letargo, para otros, simplemente es una película más. Para mí no es ni lo uno ni lo otro, es un mito. Digo esto porque de los mitos no se sabe su origen, se podría decir que son atemporales o eternos, que están ubicados fuera la historia. Y la verdad es que yo no recuerdo cuándo fue la primera vez que vi Scream completa. Tengo presente el visionado de una escena, la inicial, la que es para mí una de las mejores escenas iniciales que he visto y que jamás veré. Recuerdo que sucumbí a sus 13 minutos de perfección, porque a fines de los 90 mi vínculo con el cine recién estaba dando sus primeros pasos y el terror me atraía pero, valga la redundancia, también me aterraba. Sea como fuere, la cuestión es que de mi primera experiencia con la película de Wes Craven puedo evocar el videoclub en el cual la alquilé, que todavía existe, y el hecho de que era de noche y hacía calor cuando osé posar mis ojos sobre ella. A eso le puedo agregar que el evento aconteció en la casa de mis abuelos (no les recomiendo visitarla de noche, el techo cruje, tiene un cuarto rojo a lo Twin Peaks, y un reloj que da campanadas cada ¡quince minutos!) De ahí al trauma hay un paso. Intentaré ser claro y conciso. Scream, además de poseer un mundo propio, chorrea autoconciencia. No es un dato menor, porque eso la distingue de otras películas de “terror para adolescentes”. Lo que la hace grande es que es una

película que se piensa a sí misma y al hacerlo se autoparodia. Lo mismo ocurre con sus continuaciones. Sus guiños a otras películas son muy interesantes y, al igual que Zombieland (solo que 14 años antes) nos presenta las reglas que debemos cumplir para sobrevivir a una película de su tipo. Se me vienen innumerables frases a la cabeza (“¡Por favor, no me mate Sr. Asesino, quiero estar en la secuela!”) para compartir, pero los invito a ver la película cosa de que puedan llegar vírgenes a ella. Quienes la hayan visto sabrá n que los impúb eres y las donce llas cuent an con ventaja a la hora de sobrevivir. El hecho de que elija a Scream también se debe a que la tiñe una cuota de nostalgia. Era toda una experiencia para mí, a los 13 años, ir a ver una película de terror al cine. Experimenté la segunda parte de Scream en pantalla grande. Éramos una banda de adolescentes (no había ni un adulto en la sala), muchos de los cuales estábamos lejos de los 16 requeridos para estar allí. Por suerte logramos sortear los obstáculos, representados en hoscos boleteros que no nos dejaban entrar, y a fuerza de hormonas y descaro, la función terminó siendo un éxito, o un delirio, según se vea. Hubo gritos, saltos, músculos tensos, risas y merecidos aplausos. Extraño esa sensación. Mucho ha cambiado entre los ‘90 y la primera década del siglo XXI. Cambió el mundo, cambiaron los espectadores, aparecieron nuevos formatos y se abandonaron viejas


costumbres. El ojo se entrena, las películas se repiten y el asombro mengua. Crecemos y hay algo que se nos pierde. Aun así, ocurren cosas, y hay que celebrarlo. La inocente Casey, la suculenta Tatum, el desquiciado Billy, la valiente Sydney, el cinéfilo Randy, la ambiciosa Gale y el tonto querible de Dewey sobreviven intactos en mi memoria. Y qué mejor manera de festejarlo que escribiendo sobre ellos. Más allá de la incógnita sobre el origen de mi apasionamiento, una cosa es segura. Si un día suena el teléfono y algún asesino desquiciado pregunta por mi película de terror favorita, la respuesta no se hará esperar.

No me considero un cinéfilo sino más bien un espectador activo. No pretendo ser un intelectual, ni saberme de memoria la filmografía de tal o cual director. Sí me interesan ciertos conceptos, pero lo que más me atrae del cine es la chance que nos da para pensarnos a nosotros mismos como personas y como artistas. Sitio web: El Día de la Tromba www.eldiadelatromba.blogspot.com Favoritas: La princesa Mononoke, La Ciénaga y Barry Lyndon.

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El Padrino Publicado originalmente : Agosto de 2009. Por: Ramón Cabello Cervantes

Poco podía imaginar Mario Puzo que su novela conocida primeramente como “Mafia” y luego rebautizada como “El Padrino” se convertiría en una de las películas más populares de la Historia y que daría lugar a la Saga cinematográfica más grandiosa y elogiada. Tras serios problemas de producción, que van desde la elección del director, que recayó en Francis Ford Coppola y cuyas peleas con el productor Robert Evans casi hacen que lo despidan, a la selección del reparto, la película consiguió ver la luz en Marzo de 1972. “El Padrino” es una película perfecta, incluso sus leves fallos de montaje brusco juegan a su favor, y es que la película transmite tanto respeto como el propio Don Vito Corleone. No hay duda de que Coppola, con ayuda de excelentes profesionales, realizó la primera gran Obra Maestra de su carrera. El director sabe cómo situar la cámara para que los actores se luzcan, porque de eso se trata, “El Padrino” es una película de actores en donde la

dirección artística, la fotografía y la banda sonora los ayuden. La visión que ofrece “El Padrino” sobre la Mafia puede resultar romántica, incluso amable, pero Coppola no duda en mostrar asesinatos a sangre fría que demuestren lo duros que son los Corleone. Sonny acribillado, el ojo de Moe Green sangrando, la cabeza del caballo en la cama, la muerte de Sollozzo y el Capitán McCluskey. La violencia también está presenten en el matltrato que sufre Connie Corleone por parte de su hermano Carlo Rizzi. La secuencia en que la mujer rompe toda la cubertería delante de su marido es demoledora y la respuesta de él ante tal hecho quitándose el cintura añade más carnaza al asunto. El guión escrito por Puzo y Coppola es formidable y posee ese alo de teatralidad buscada con excelentes frases que han pasado a los anales del Cine, ¿o acaso nadie ha escuchado “Le haré una oferta que no podrá rechazar”? La tradición siciliana se reflejan lo mejor posible, con momentos altamente costumbristas como es la estancia de Michael en Sicilia o su boda con Apollonia. También se resalta el papel de la Mamma italiana cuando todos están en la mesa para comer, ahí no hay sitio para los negocios. Una de las cosas que mas destaco de “El Padrino” es la simbología que posee.


Las naranjas simbolizan que la muerte está próxima. Cuando atentan contra Don Vito éste acaba de comprar naranjas, y su muerte tiene lugar cuando se ha metido una naranja en la boca. El termino Familia posee dos significados en la trama. La familia propiamente dicha, como grupo de igualdad sanguínea en donde existe el respeto y la confianza, y la Familia como entidad corporativa, como gran empresa que desempeña negocios. Existen tres celebraciones de índole familiar a lo largo de la cinta que esconden cierto significado. En primer lugar la boda de Connie. Con ella se abre la película y en ella conocemos a los personajes, con lo cual nos sentimos como unos invitados más de la celebración. La segunda celebración es el funeral de Don Vito. Significa que su época ha terminado, es el adiós a los viejos tiempos. La tercera es el bautizo de Michael Francis Rizzi. Es toda una pieza maestra dentro de la cinta que resume perfectamente el nacimiento de Michael Corleone como nuevo Padrino. A medida que Michael responde a cada pregunta del sacerdote sus hombres cometen los asesinatos en un excelente montaje en paralelo. No solo estamos siendo testigos del bautizo del hijo de Connie sino de Michael como nuevo Don. Ahora es él quien mueve los hilos. Tanto “El Padrino”como su secuela poseen, para un servidor, las mejores interpretaciones de la historia del cine. Todo resulta altamente creíble. Coppola y el estudio decidieron contratar a un gran numero de actores italianos para los papeles secundarios y el resultado fue un logro mayúsculo porque se palpa la raza italiana en cada personaje, no

hay más que ver la secuencia de la boda. Marlon Brando resultó ser la elección idóne a para dar vida a Don Vito Corleo ne, ya Mario Puzo reconoció basarse en la estrella para crear al personaje y la interpretación de Brando demostró que solo él podía ser el patriarca. Su presencia es arrebatadora, su mirada penetrante y su voz susurrante con leve ronquera haría callar al mismísimo diablo. Tal es el trabajo de Brando que cuesta reconocerlo tras el personaje. Vito Corleone es un personaje en sí mismo, el mejor personaje de la Historia del Cine. Un personaje mítico. Al Pacino demostró a los que dudaban de él que tenía grandes dosis de talento al dar vida a Michael Corleone, posiblemente el personaje más completo de la película que seguirá evolucionando en las posteriores secuelas. Pacino consigue que sintamos simpatía por su personaje desde el primer momento para acabar resultando un ser despreciable al final. James Caan es Sonny Corleone, el hermano más violento. Caan resultó ser perfecto para Santino. Robert Duvall es Tom Hagen, el consigliere de la familia. Duvall protagoniza una entrañable secuencia con brando cuando le comunica la muerte de Sonny. Talia Shire, la hermana de Coppola, es Connie Corleone, la joven que parece tener un destino feliz junto a su marido y acabará desgraciada. Diane Keaton es Kay Adams, la novia de Michael que se convierte en su esposa tras su regreso


de Sicilia. La mirada final de Keaton pone punto y final a esta primera parte de la Saga. John Cazale es Fredo Corleone, el hermano mediano del trío. Aunque se habló de contratar a Frank Sinatra para el papel de Johnny Fontane finalmente fue Al Martino quien le dio vida, pues el papel tenía mucho que ver con La Voz. Sterling Hayden participó dando vida al Capitán de policía McCluskey. Francis Ford Coppola consiguió derrotar a los que querían impedir su visión sobre la obra de Puzo. La película entusiasmó a todo el mundo, tanto a la critica como al público. Recibió once candidaturas a los Oscars, tres de ellas destinadas a Secundario (Pacino, Duvall y Caan). Finalmente, a pesar de que “Cabaret” acabó arrasando en número fue “El Padrino” la triunfadora al llevarse tres estatuillas: Películas, Actor (Brando) y Guión Adaptado. Marlon Brando envío a una mujer vestida de india para rechazar el Premio y denunciar el trato de los indios en las películas de Hollywood.

anteriores, con lo cual estamos ante algo tan arriesgado e interesante como una precuela/secuela que complementa a su predecesora en todos los sentidos. “El Padrino. Parte II” es tan completa, y tiene tanta entidad propia, que se puede ver tanto como una película individual e independiente como un complemento y continuación a la película de 1972, de hecho el subtitulo Parte II no es en vano y se aleja de cualquier segunda parte anterior. Desde el primer minuto en que la película se abre con la última escena de “El Padrino” hasta el minuto final de los créditos sabemos que estamos presenciando algo fuera de lo común, una obra gigantesca en proporciones y temática que llega a superar a su predecesora. Francis Ford Coppola consiguió con esta cinta alcanzar una cima insuperable a día de hoy. El director ha madurado y no solo crea

Oscura, melancólica, épica, inolvidable. “El Padrino” es una enorme historia sobre la importancia de los lazos familiares que deja huella en todo aquel que la ve. Perfecta en todos los sentidos. El Padrino: Parte II Siempre que se anuncia una secuela se pone como referencia “El Padrino. Parte II”, y no es para menos. Nunca ha existido una segunda parte tan compleja y perfecta como esta película, a la cual llamar secuela es erróneo. Y es que la película no solo nos cuenta hechos posteriores a “El Padrino” sino

una planificación centrada en los actores sino que rueda impresionantes secuencias que elevan la película a la épica. El tramo en que Vito llega a América y ante sus ojos aparece la estatua de la Libertad, o ese plano memorable en que se asoma por la ventana de su cuarto y la dama de


hierro se refleja en el cristal ya nos da pistas de que Coppola a levado el listón y no tiene interés de descenderlo a lo largo de la obra. El alo trágico shakespeariano sigue notándose con la misma fuerza, hasta el punto de superarlo y alcanzar el calificativo de tragedia griega en donde el final posea un pesimismo irrevocable. Podría citar todas las escenas de la cinta porque cada una posee Cine al 100% con unas interpretaciones, de nuevo, inmejorables. El guión elaborado por Puzo y Coppola es mucho más rico que el anterior. Además del paralelismo entre Vito y Michael y el tema de la familia encontramos un tema tan importante como el de la venganza. Vito busca venganza por la muerte de su familia; Michael quiere vengar la ofensa hacia él y los suyos; Roth revela que quiere vengar a Moe Green; Pentangeli se pone en contra de Michael porque cree que lo ha traicionado; Fredo ayuda a los enemigos de su hermano por haber sido siempre considerado inferior dentro de su familia. Para enriquecer aún más la historia, se juega con el hecho histórico de la caída de Baptista y el triunfo de la Revolución Cubana. La cinta posee frases tan grandiosas como la que le dice Michael a Connie cuando ésta le solicita permiso para

casarse: “La tinta de tu divorcio no está seca y quieres volver a casarte” o el recuerdo de Don Vito con frases como “Ten cerca a tus amigos, pero más a tus enemigos”. Una genialidad de guión en todos los sentidos. El montaje por medio de flashbacks es fantástico y casa muy bien los hechos acontecidos a finales de los 50 con los de primeros de Siglo. Además de ellos la cinta posee un ritmo pausado en las escenas intimistas para que los actores saquen todo lo que puedan del personajes. De nuevo el tramo final de la obra utiliza un montaje en paralelo que muestre las distintas muertes. La dirección artística y el diseño de producción llevado a cabo por Dean Tavoularis está cuidado al máximo y consigue transportarnos, gracias también a la espectacular fotografía de Gordon Willis, a Little Italy. Ya he citado la épica de la obra, y eso es gracias también a la labor de estos grandes profesionales que consigue crear unos escenarios magnánimos que nos sobrecojan. La llegada a la Isla de Ellis de los inmigrantes, la fiesta de la virgen en Little Italy, la Revolución de La Habana. Todo ello es sobrecogedor está realizado al detalle y demuestra como se puede ofrecer un gran espectáculo por medio de un gran drama. La Banda Sonora está compuesta por Nino Rota y el padre de Coppola,


Carmine. Superior a la anterior, la nueva composición incluye temas más trabajados y elaborados sin olvidar la base. En especial destacar el tema “The Inmigrant”, toda una maravilla que otorga a la imagen más sentimiento e intensidad. De nuevo el reparto está perfecto y ofrece las mejores interpretación de la Historia, junto a las de la primera entrega. Al Pacino es Michael Corleone de nuevo, pero esta vez mucho más temible, con una mirada intimidatoria y amenazante. Es un diablo que no muestra compasión ni arrepentimiento

y que no se fía ni de aquellos que llevan su sangre. Pacino supera su labor en la primera entrega, cosa que ya era difícil, y nos ofrece al mejor Michael Corleone de la Trilogía. Robert Duvall como Tom Hagen se muestra más temeroso y decepcionado con Michael y su forma de llevar la familia. Lo verdaderamente grande de Duvall es que vale más lo que no dice, pues descubrimos sus verdaderos pensamientos por leves detalles que el actor deja ver. Diane Keaton posee más protagonismo que en la primera entrega, aunque sigue quedándose muy en segundo plano. La escena con Pacino en que le revela la verdad sobre su aborto es escalofriante. John Cazale es Fredo Corleone, esta vez mucho más presente y con más peso en la trama. Cazale fue un excelente actor que bordó cada papel y aquí protagoniza una de las

escenas más memorables de la Historia cuando Pacino le besa y le anuncia que conoce su traición. Talia Shire deja de ser la sufridora Connie de la primera parte para convertirse en una vividora y derrochadora mujer que apenas se ocupa de sus hijos. Lee Strasberg ofreció su talento y dio lecciones de interpretación como Hyman Roth. Robert De Niro es el joven Vito Corleone consiguiendo algo tan difícil como convencernos que de verdad es el viejo Padrino de la anterior película. A De Niro le pasa como a Brando en la anterior, vemos al personaje en todo momento y nos cuesta reconocer al actor, y eso que De Niro no lleva maquillaje apenas. Su trabajada voz ronca, sus gestos cuidados al detalle, su mirada, pocos habría salido indemnes de hacer este papel, pero De Niro lo hace con creces y consigue la primera gran interpretación de su carrera. Marlon Brando no participó en la cinta pero en el último flashback su presencia se nota desde que le dicen “sorpresa” y le cantan por su cumpleaños. La cinta fue todo un éxito y consiguió once candidaturas a los Oscars, consiguiendo seis de ellos: Película, Director, Guión Adaptado, Secundario, Banda Sonora y Dirección Artística. Era la primera vez que una secuela ganaba Mejor Película y la única vez que un actor ganaba un Oscar por el mismo personaje por el que otro actor también lo ganó. Trágica, majestuosa, épica en todo su significado, impactante. “El Padrino. Parte II” demostró que no solo se podían hacer segundas partes buenas, sino que se podía superar lo anterior. La secuela del Padrino marcó un hito en la


Historia del Cine y aún hoy día es venerada con todas las de la ley. Vuelve a hablar de la Familia, de los lazos de sangre y nos muestra cómo los hijos acaban decepcionando a los padres. Sin lugar a dudas y, para un servidor, la Mejor Película de la Historia. El Padrino: Parte III No había otro camino. Al final de la segunda parte nos encontrábamos con un Michael odioso e insalvable, ya no se podía empeorar esa imagen diabólica. Ahora había que intentar salvarle, y el camino elegido para ello es su búsqueda del perdón y el intento de salvar a sus hijos de todo el mal. “Nuestro bien más preciado son los hijos” A pesar de no tener una estrecha relación con su hijo Anthony, debido a que sabe que él mató a Fredo, Michael intenta complacerlo dejándolo marchar en busca de su sueño y apoyándolo días antes de su debut. Mary es diferente, la niña de sus ojos, la encargada de dirigir la Fundación que creó y que se muestra limpia. La lucha de Michael por volver al buen camino es constante pero le saldrá muy cara al perder al miembro de su familia más amado. Francis Ford Coppola realizó con “El Padrino III” una película notable, pero no excelente, no hemos de olvidar que se trata de un encargo impuesto por la Paramount y que tal vez por esa razón no saliera tan bien como las anteriores. Tampoco ayudó la negativa de Duvall a participar obligando al director a modificar el guión. Entre las virtudes que encontramos en la tercera parte de la Saga Corleone tenemos al personaje de Michael Corleone y su camino de redención. Me

parece excelente como está llevado y que se decidiera tomar este camino. Las secuencias protagonizadas por Michael siguen teniendo fuerza, en especial las que tienen lugar en Sicilia. Entre los grandes momentos que se quedan grabados en la memoria citaré cuando Anthony le canta a su padre la canción Siciliana rememorando sus tiempos de juventud con Apollonia y consiguiendo una sensación de nostalgia pasmosa, o el momento de la confesión junto al padre Lamberto.

Además la portentosa, maravillosa e inolvidable interpretación de Pacino vale ya para que esta película se tenga en cuenta. Me encanta como Coppola retrata los negocios del Vaticano, demostrando que la Iglesia es otra multinacional que se mueve por dinero. Aquí descubrimos una confrontación entre poder y fe. Hay hombres de Dios ambiciosos para los que solo existe el dinero, como el arzobispo, y otros que creen aún en el poder de Dios para entrar en las personas y salvar su alma, como el padre Lamberto. Para crear esta trama Coppola y Puzo tomaron hechos históricos como los problemas del Banco Vaticano o la muerte de Juan Pablo I. Entre los puntos débiles tenemos la falta de personalidad en los personajes secundarios. Son muchos los nuevos personajes que buscan tapar el hueco de antiguas presencias. El elegir a George Hamilton para sustituir a Robert Duvall como abogado no cuaja,


es más, el nuevo abogado Harrison llega hasta casi a molestar y caer mal. Lucchesi y el arzbosipo no alcanzan a tener la entidad que tuvieron Sollozo o Hyman Roth en las anteriores. El hijo mayor de Michael, Anthony, demuestra más soltura cuando protagoniza la Opera que cuando tiene escenas intimas con su padre. Afortunadamente tenemos otros personajes secundarios como Don Altobello o Jaey Zasa que si consiguen ser recordados. Tanto Mary como Vincent, interpretados por Sofia Coppola y Andy Garcia, merecen protagonizar el segundo punto que flojea. Si bien es cierto que en la primera película nos mostraban los flirteos de Sonny con otras mujeres nunca se nos dejó claro que tuviera un hijo, y menos aún que fuera reconocido y tuviera favores de la familia como aquí se nos dice. Ahí ya veo una laguna, pero puesto que ha pasado veinte años arguméntales desde la anterior película lo perdonaremos. La verdad es que Vincent si tiene personalidad, se muestra como un chico arrogante que busca el poder por medio de la violencia y que es digno heredero del carácter de su padre. Bien, ahora lo que no consigue ser creíble por ningún motivo es la historia de amor entre Vincent y Mary. En ningún momento es creíble, resulta muy forzada y perjudica la película. En especial al final, cuado Mary cae muerta, Vincent suelta un “No” con menos pasión que un recién nacido. Sin

lugar a dudas es el gran lastre de la película. A nivel de dirección y puesta en escena Coppola sigue demostrando tener buen pulso. Secuencias como la de apertura de la fiesta, el atentado en Atlantic City, la muerte de Zasa, la confesión de Michael o todo el tramo final de la Opera están realizadas con elegancia y profesionalidad, adquiriendo algunas de ellas gran fuerza. El factor nostalgia está muy presente y la estructura es muy parecida a la de “El Padrino”. Por ejemplo, la escena en que Michael es investido se rodó en la misma iglesia donde se rodó el final de “El Padrino”.Comienza con un Michael ya mayor en plena celebración que recibe a todo aquel que quiere verlo. El Don será objeto de atentado y de nuevo Sicilia tiene gran importancia. Además hay un traspaso de poder. Son muchas las coincidencias entre ésta película y la original de 1972, de hecho Coppola quería comenzar la tercera entrega con la conversación que el arzobispo mantiene con Michael planificándola de la misma manera que la que tenía Bonasera con Vito en el primer film. El guión de Puzo y Coppola es completamente original. El mayor reto es completar un hueco de veinte años que separa ambas películas. Así pues debemos ser clementes y entender que han sucedido muchas cosas entre ambos films, como por ejemplo la venta de todos los casinos y negocios de


Michael o el conocimiento de la existencia de Vincent. El libreto de esta parte es el más flojo pero no es para nada despreciable, siguen existiendo frases con garra y la atmósfera de film operístico de clausura. Es el fin de Michael Corleone, con él muere la dinastía. Operística, nostálgica, conclusiva. “El Padrino: Parte III” puede ser considerada la oveja negra de la Familia, pero ya nos gustaría tener más a menudo ovejas negras así. En conjunto, y junto con sus dos predecesoras, forman una gran historia, una obra capital en el Cine, y es que “El Padrino” es la mayor Trilogía de la Historia.

Nombre: Ramón Cabello Cervantes Sitio Web: http://cinemadreamer.wordpress.com Nacido en 1983 en Granada. Amante del cine desde pequeño, colecciono todo tipo de artículos relacionados con el séptimo arte (libros, cds, figuras, etc...). Films de cabecera: Trilogía El Padrino. Toro Salvaje. Lawrence de Arabia. Saga Star Wars.


jamás, dejándonos un poso, necesario, de amargura en nuestra memoria que nunca seremos capaces de quitarnos del todo.

Por José Ángel de Dios

Cuando hablamos de directores de cine incómodos para el espectador, enseguida nos vienen a la cabeza nombres como Todd Solondz, Takashi Miike, Gaspar Noé, pero por encima de todos ellos, está Michael Haneke. Es para mí, este último, un director injustamente infravalorado que debería ser considerado uno de los más grandes cineastas de todos los tiempos y pieza fundamental para comprender este nuevo milenio en el que nos vemos inmersos. Michael Haneke (23 de marzo de 1942 en Munich, Baviera, Alemania) es el director más radical, desolador y controvertido (y no tan visceral y escatológico como Solondz o Miike, claro está) del momento, que consigue intranquilizar nuestra mente y nuestros sentidos como ningún otro compañero de profesión ha conseguido

Con más de 20 años de carrera cinematográfica a sus espaldas (no contamos aquí la televisiva) se ha caracterizado por un estilo propio y personal fácilmente identificable y reconocible para el espectador y a base de esfuerzo, muchísimo, demasiado comparado con otros compañeros de profesión, por fin parece que se le va reconociendo el talento y la maestría que atesora. Según algunos estudiosos del tema de la violencia, hay dos clases de asumir la misma, la catártica y la mimética. La primera, la catártica, es la que plantea la violencia contemplada como un ejercicio de liberación de la bestia que llevamos dentro (como en las salas de "odio" de la novela de George Orwell "1984"), haciendo que todo el salvajismo que observamos haga que nuestra furia interior sea calmada y se disipe. Yo, personalmente, no estoy para nada de acuerdo con esta postura, ni mucho menos. La segunda de ellas, la mimética, es aquella en la que los mensajes audiovisuales que nos llegan diariamente por diversos medios, influyen en nuestro propio comportamiento y forma de


pensar, incitándonos a cometer los mismos actos que vemos. Cierto es que esta generación está expuesta a ingentes cantidades de violencia y crueldad (ya sea en el cine, en la televisión, en nuestra cotidianeidad, el arte, los medios de comunicación o en los videojuegos). Esto plantea la problemática de no saber cómo van a influir estos factores externos en su comportamiento futuro, en si nos vamos a convertir en seres sin sensibilidad ante los horrores que nos rodean, o si vamos a ser capaces de resolver conflictos sin necesidad de recurrir a la agresividad, con lo que convertiríamos el mundo ya no en un lugar más peligroso de lo que es, sino, y esto es más grave si cabe, más indefenso de lo que ya está ante futuros ataques de ira, soberbia y egocentrismo. Leyendo reseñas de sus películas, o escuchando reportajes de las mismas en programas de cine, me he dado cuenta de que muchos críticos y supuestos liberales de pensamiento se escandalizan enormemente ante sus imágenes y lo tachan, equivocadamente, de violento, cuando su cine no es sino trágico (como pudiera serlo el de Bergman o incluso el de Chaplin y aplicando aquí el concepto griego de tragedia) y realista.

La polémica, absurda, siempre ha rodeado al cineasta alemán; y digo absurda, porque han tildado al director de ultra violento o incluso de fascista (calificaciones inapropiadas e idénticas a las que recibió esa olvidada obra maestra del cambio de milenio que es "El club de la lucha"), cuando es todo lo contrario, es un defensor de la tranquilidad espiritual y su cine es una denuncia, un aviso, a una civilización que se mueve y vive por y para la violencia. En palabras del propio Michael Haneke, "la violencia está en todas mis películas, sí, pero no como espectáculo" y es que el cineasta nos insinúa la violencia (nos la sugiere y nuestra mente la recrea y cuando nos la muestra, lo hace de forma abrupta y rápida, como un fogonazo), representada, para que nosotros seamos los que nos cuestionemos cómo de arraigada está en nuestras vidas y es que su presencia pasa casi inadvertida y no somos conscientes de que alcanza cotas casi pornográficas en unos medios de comunicación manipuladores, cínicos y pretenciosos. Porque ¿qué es lo que ve cada uno de nosotros todos los días en la televisión?, ¿no es acaso una salvajada ver a gente contando sus miserias, "prostituyéndose" por una efímera fama y unos cuantos euros, ver cómo


fundamentalistas hacen estallar sus bombas arrasando con lo que tienen a su paso y filmado con todo lujo de detalles, o la persona que mata a su pareja porque le ha dejado?...

de William Wyler, "La naranja mecánica" de Kubrick, "Perros de Paja" de Peckinpah....

Eso sí que es duro, muy duro y difícil de digerir y no la ficción que Haneke nos propone, que no es real (aunque tal vez, y ahí radique el problema, para muchos tampoco es real nada de lo expuesto unas líneas más arriba, con lo cual para ellos las dos cosas se miden bajo el mismo rasero), o es que la inmediatez de la violencia televisiva está justificada y es permisible para sustentar intereses ideológicos y/o políticos...

¿Acaso es más violento Haneke que aquellos directores de la conocida por "generación de la violencia" que fueron Aldrich, Peckinpah, Fleischer, Ray, Brooks, Fuller o Mann a los que desde revistas prestigiosas como "Cahiers du cinema" se les consideraba héroes de la transgresión? Como ellos, Haneke muestra interés en manifestar las diferentes formas de la violencia, tanto social, individual como institucionalmente, volcándose, eso sí, más hacia la vertiente moral que a la física.

En cuanto a la apología de la violencia con la que se califica a su filmografía, no puedo evitar que me haga cierta gracia, porque él no nos muestra (casi) nada violento físicamente hablando y películas consagradas en la historia del cine, como las que voy a citar a continuación, son consideradas pilares fundamentales de la industria (que lo son en su mayoría), de culto o adelantadas a su tiempo; a saber: "A sangre fría" de Richard Brooks, "Bonnie and Clyde" de Arthur Penn, "Horas desesperadas"

Haneke lo tiene muy claro. Para él la violencia visual nunca está justificada ni requiere de explicación que lo haga o la motive, existe porque hay alguien consumiéndola al otro lado de la pantalla. Punto. Que se produzca o no, queda en manos del espectador, que está observando con emoción algo que no debería. Michael Haneke no considera la violencia como un juego de artificios en el que la sangre salpica en cámara lenta la cámara mientras suena música clásica/operística de fondo y las balas rozan al protagonista que las esquiva


acrobáticamente... No; para él (al igual que para Paul Verhoeven o para David Cronenberg en "Promesas del este") es cruda y dolorosa, como debe serlo, y es en gran medida producto del capitalismo aburguesado y los desequilibrios socio-culturales que vive nuestro mundo occidental. La violencia pasa a ser de carácter metafísico e intelectual.

No hemos de olvidar tampoco, en este apartado de la violencia, la influencia que la televisión ejerce en nuestras vidas, y por ello siempre está presente en la obra de Haneke (medio que conoce a la perfección); de hecho, durante la película "El Séptimo Continente" hay una frase demoledora en la que uno de los personajes lanza al aire la siguiente pregunta: "¿Qué pasaría si en vez de cabeza, tuviéramos un monitor de televisión para que todos vieran lo que pensamos?". Las ondas de la tele, llegan hasta nuestro cerebro, incrustando sus rayos catódicos bien dentro de nosotros, mutándonos por dentro (no tanto como hacía la sublime

"Videodrome" de David Cronenberg) y manipulando nuestros sentimientos, haciéndonos esperar demasiado de la vida. Hoy en día todo parece ser igual; es decir, vemos una película romántica, un drama, una comedia adolescente, un videoclip del grupo de moda o un telediario y todo, todo, tiene la misma apariencia y formato: movimientos rápidos y frenéticos de cámara, planos hiper-cortos y cambiantes, colores chillones, música estridente y un inusitado placer por deleitarse en el dolor y la catástrofe que ronda lo obsceno (ver un telediario de cualquier cadena televisiva es lo más parecido a ver una película gore-tortureporn tan de moda entre el público adolescente). Los medios de comunicación en general han olvidado lo que significa dar una noticia y se han convertido en jurado y verdugos despiadados e imparciales. El mutable mundo en el que nos toca vivir está formado por una sociedad con tendencia a delinquir (en cualquier ámbito de la vida); todo cuanto nos rodea es un peligro o una amenaza repleta de violencia sin sentido y desenfrenada. La población vive en represión, está alienada y es moldeable gracias a programas abominables y en los que los protagonistas son falsos pregoneros de la desesperación, jinetes del


Apocalipsis con sentimientos fingidos que saben perfectamente que quien les mira, vive, siente, piensa y se alimenta de lo que ve. Haneke gusta de romper con las estructuras narrativas corrientes, tanto en forma como en contenido (como por ejemplo en los largos planos fijos, asfixiantes a pesar de ser abiertos y que nos recuerdan al escenario de un teatro y que son una contraposición a la cultura fastfood que puebla las imágenes fílmicas de las propuestas más generalistas), dejando al espectador que piense más de lo que acostumbra y tenga que hacerse él mismo la composición y rellenar los huecos de vacío que hay entre fotogramas, los fundidos en negro, ya que nunca da respuestas a las dudas que nos puedan surgir. El director nos regala un cine realista (por eso no entiendo muy bien cuando alguna persona me ha comentado en ocasiones que Haneke es un pesimista, porque lo que es en verdad es un realista, un mero observador de nuestra cotidianeidad) en el que los protagonistas, ajenos al mundo que les rodea (y que cuando son conscientes de la vida que llevan y del mundo en el que viven no pueden por más

que derrumbarse) han de replantearse y aprender de nuevo todas las cosas (desde amar hasta respirar) para salir del letargo en el que se ven (nos vemos) inmersos. Protagonistas que tienen que enfrentarse a sus miedos, a sus limitaciones y las barreras que les pone la vida. Las verjas, las barreras físicas otros y las rejas son elementos que siempre están presentes a lo largo de sus películas, como poniendo trabas a la felicidad ansiada, como un muro de Berlín que imposibilita la llegada de la plenitud personal y, además, como una sirve también frontera que delimita los dos mundos, el del protagonista en cuestión y el mundo real. Otra característica de su cine es la forma que tiene de presentar al ser humano, como una simple sombra o un ser incompleto, de ahí que no se les vea el rostro sino partes esporádicas de su anatomía y su presencia se limite a realizar algunas de las acciones cotidianas que todos nosotros hacemos manera mecánica, dejando un papel principal a la tecnología y a las máquinas, que nos alimentan, nos cuidan y nos limpian (el ser humano, por desgracia, va asociado irremediablemente a la tecnología y para Haneke,


las naturalezas muertas están compuestas de tuberías, cables y pantallas de televisión). Cuando uno entra en profundidad en el cine de Haneke, se pueden apreciar claramente la influencia de artistas tan notables y míticos como Kafka, Antonioni, Bresson, Bergman, Godard, Brecht...

De Antonioni ha bebido sus tiempos muertos, el uso del color frío de las imágenes, hierático y casi esterilizado y el emplear el plano fijo como marco para delimitar la acción (como el hecho de emplear los marcos de las puertas para centrar nuestra mirada en lo que sucede, como si del marco de una foto se tratase y en el que los actores entran y salen de él sin que la cámara les siga, en lo que Pasolini definió como "teoría del encuadre obsesivo"). De Bresson (del que he visto últimamente la sobrevalorada, aunque curiosa, "Lancelot du Lac") la estética feísta que se contrapone a la falsa belleza imperante e impuesta en

todas las cosas de nuestra vida. De Kafka la asfixia, la tristeza y la incomunicación que rodea a los protagonistas. De Bergman, la forma en la que los actores miran a cámara, más concretamente, cómo nos miran a nosotros los espectadores, porque parece que nos ven y nos hacen partícipes de sus vidas.De Godard su capacidad de acercarse a los personajes a través de las cosas y su pericia para continuar desarrollando la historia en los fundidos en negro y de separar la acción vista del diálogo oído, para conformar una especie de distanciamiento temporal y emocional que nos encamina a Brecht, siempre presente en el cine de Haneke. Bertolt Bretch fue el principal creador y promotor del llamado Teatro épico que apareció a primeros del siglo XX. Teatro orientado a lo social y a los problemas de la época, cuya meta era (más que entretener), mostrar sin interpretar (oponiéndose a Stanislavski) y lanzar ideas e invitar al espectador a realizar juicios de valor sobre lo que estaban viendo.

Concluyendo Haneke, como hemos visto al hablar de algunas películas que componen su obra hasta el día de hoy, es un director que nos hace reflexionar sobre el


mundo que nos rodea, interesado en jugar con la fragmentación de la imagen y su capacidad metalingüística representada por planos largos y abruptos cortes, cohesión de tiempos muertos y continuidad y del extraño y oscuro hueco que vive entre ellos. Artículo originalmente publicado entre Diciembre y Febrero (modificado para la ocasión)

Autor: José Ángel de Dios García Sitioweb: http://www.tengobocaynopuedogritar.blogspo t.com/ Tras una misión espacio-temporal encomendada en su planeta natal, José Ángel de Dios aterrizó en este incierto planeta llamado Tierra. Sufrió una terrible mutación en el rostro debido a los rayos gamma y se cambió el nombre por el de Crowley. Ahora se dedica a escribir reseñas de películas y no ceja en su empeño de conseguir dominar el mundo. Sus tres películas de cabecera: -Mulholland Drive -La cinta blanca -El crepúsculo de los dioses


Impresiones sobre “NO AMARÁS” de KIELOVSKI Por: Fabián Muniz Umpiérrez

Bergman, “El desierto rojo” de Antonioni o “La ventana indiscreta” de Hitchcock. Los procesos psicológicos de los personajes se demuestran de la misma manera: con actos o gestos y sin palabras (el llanto de Magda, el intento de suicidio de Tomek, etc.). El argumento podría resumirse así: Tomek es un joven que trabaja en el correo y reparte leche a domicilio, vive con la abuela de un amigo que está en una misión de la ONU en Siria y tiene como hobby (o casi obsesión) espiar por un telescopio que tiene en su cuarto, a través de la ventana del edificio, a su vecina Magda, bastante mayor que él, que vive en el edificio que se yergue frente al suyo.

“Según algunos críticos, puede trazarse algún paralelismo con “El silencio” de Bergman, “El desierto rojo” de Antonioni o “La ventana indiscreta” de Hitchcock”.

“No amarás”, de Krzysztof Kielovski (Polonia, 1988), con tan sólo 87 minutos de duración, es de las mejores películas que he visto. En cuanto a lo formal, podemos percibir un amplio dominio de la imagen por sobre la palabra y el diálogo: la música, estilo clasicista, o incluso el silencio son los compañeros más insistentes de las grandes imágenes, tomas y fotografía de este largometraje, tan plásticas como dramáticas. Según algunos críticos, puede trazarse algún paralelismo con “El silencio” de

Ambos viven en mundos opuestos y son personajes totalmente contrarios. Ella es una mujer atractiva y aprovecha su condición con muchos hombres. Él es un joven tímido que carece de experiencias sexuales. Él la admira e idealiza pero no la desea sexualmente como los hombres que van a su apartamento a tener relaciones con ella. Cuando él logra contactarla, ella le pregunta: ¿Qué quieres de mí?, a lo que él responde: “Nada”. En la cita que ella le acepta, en un momento, están saliendo de un lugar y ven, a lo lejos, un ómnibus que los dejaría cerca de su vecindario,


estacionado en la parada pero a punto de arrancar. Ella le propone un trato, diciéndole que si alcanzan el transporte él podrá quedarse en el apartamento con ella y si lo pierden no. Corren y lo alcanzan. Pero aquí de nuevo el problema de ambos personajes contrarios: ella le propone sexo y él no lo desea. El final, tan trágico, tan recargado de un romanticismo sombrío, muestra a un Tomek invadido por la tristeza, la soledad, la desilusión y el tedio; y a una Magda vencida por el arrepentimiento y la toma de conciencia de otra posible visión del amor.

Fabián Muniz Umpiérrez Nació en 1988. Estudia la carrera de Profesorado de Lengua y Literatura en el CeRP del Este, Maldonado, Uruguay. Escribe en el blog de cine www.luzcamarareaccion.blogspot.com, y en el de literatura www.honorisliteraria.blogspot.com. Participó con algunos artículos de interés general en blogs de Uruguay, Argentina, México y España. “Ni siquiera podría decir que soy cinéfilo, tan sólo soy un “veedor de películas y con eso me conformo”. Actualmente está trabajando en un guión que llevará a cabo con un amigo al que le gusta filmar: “sería nuestra primera película”. Le gusta el café, Borges y el jazz. “Todo lo otro que podría decir de mí resultaría irrelevante…”

Sus tres títulos de cabecera: 1- La casa de las dagas voladoras - Zhang Yimou 2- El arca rusa - Alexandr Sokurov 3- El hombre que nunca estuvo allí - Joel Coen


Alan Smithee, el director invisible Por: Dante

Fecha en que fue publicado el artículo: 20 de junio de 2008. Este artículo ha sido ligeramente modificado para la publicación de la revista.

Alan Smithee es un director que a mucha gente no le sonará de nada, pero si nos fijáramos en todos los créditos de todas las películas que hemos visto en nuestra vida veríamos su nombre muchas veces repetido. No importa el género ni la temática que haya tratado, es el director con más largometrajes a sus espaldas del mundo, tanto es así que inexplicablemente empezó a hacer cine en el año 1955 (con el film para televisión The indiscret Mrs. Jarvis) pero nació en 1967, según la fuente de datos { HYPERLINK "http://www.imdb.com/name/nm0 000647/" }, donde absurdamente se anota que hizo una película en formato para cines, la primera, a los 2 años de edad. Tiene 71 obras dirigidas, innumerables series de televisión, videoclips, además aparece en muchos créditos como actor, guionista, maquillador, encargado de vestuario y director de orquestra, además todas estas creaciones en épocas tan dispares que van desde los años 50, pasando por los 60 tímidamente hasta eclosionar con su inmensa creación que se encuentra en los 70, 80, 90

y en la década del 2000, hasta la actualidad. Pero, entonces ¿quién es realmente Alan Smithee? Antes de responder a esta pregunta señalaré algunas de las creaciones de este director y donde se puede vislumbrar la asombrosa respuesta: Como director de películas hay las siguientes (he seleccionado pocas pues tiene demasiadas): Ghost Fever (1984) Los pájaros 2 (1994) Hellraiser 4 (1996) Se busca mujer (1999) Mientras la justicia duerme (1994) Camino de retorno (1989) La ciudad sin ley (1969) Hay que decir que esto son solo pocas películas, y que seguramente a nadie le suenen, pues son del tipo de films que nos olvidamos de cómo se llamaban porque o bien, las hacían por la TV por las tardes de domingo, o simplemente no nos han marcado mucho. -Capítulos de las series: McGiver, Riviera, The twilight zone, El show de Bill Cosby, Dune y un largo etcétera. -Además de hacer el videoclip de la famosa canción "I Will Always Love You" de Whitney Houston prestó su talento en grupos como 4 non blondes y Salt´n Pepa, Jennifer


López, entre otros. No le sobraba tiempo a este hombre tan ocupado. Como podéis comprobar Alan Smithee no existe, ni ha existido nunca, es una firma que se pone en los créditos cuando la película llega a ser tan mala que ni el propio director quiere ensuciar su currículum y su honor insertando su nombre. Lo más ilógico es que este nombre ronda todas las filmografías habidas y por haber en el panorama cinematográfico. El nombre proviene de un sutil anagrama:

"The Alias Men". La enorme lista de trabajos que nos ha legado se puede resumir en el número de films en los que ha participado desde diferentes cargos:

-Departamento de maquillaje: 1 -Producción del diseño: 1 Pero, ¿quién se esconde detrás de Alan Smithee? Los directores que no han sabido hacer bien su trabajo y se han negado a firmar sus obras. En la lista de "implicados" se encuentran: Kiefer Sutherland, Dennis Hopper, Sam Raimi, Sidney Lumet, el director catalán Joaquim Oristrell y un larguísimo etcétera. Y éstos son los que se conocen, ya que de otros directores las productoras protegieron y protegen celosamente la identidad. Seguramente algunas obras de Smithee son creaciones de los grandes y famosos directores que llenan las salas de cine con sus

-Como director: 71 metrajes -Como guionista: 14 -Como actor: 6 -Como cinematógrafo: 3 -Como editor: 3 -Como director de arte: 2 -Como director de animación: 2 -Dentro del animación: 2

departamento

de

-Como productor: 2 -Como director segundo o director asistente: 2 -Departamento de Arte: 1 -Departamento de Sonido: 1

éxitos actualmente. De momento os dejo otro dato curioso, recibió 2 nominaciones en dos festivales distintos por sus "creaciones", una de ellas es An Alan Smithee film: burn Hollywood burn (1998), un largometraje que parodia la carrera hipotética


cinematográfica del autor y que supuso un absoluto desastre en la ficción como en la realidad, tanto a nivel de gastos como en calidad. El film estuvo protagonizado por Naomi Campbell, Silvester Stallone, Jackie Chan, etc. Parece ser que no se puede hacer una película mala proponiéndoselo; ha de tener el sello genuino de nuestro director invisible. Lo más curioso es que en muchos films y series Alan Smithee aparece como actor, haciendo más explícita la mentira más evidente. La capacidad de negarse a firmar un trabajo traspasa hasta lo más evidente y visible. Si ahondamos un poco en la carrera futuro de nuestro protagonista podremos averiguar que en la actualidad sigue en activo, pues para este año 2010 está en producción la película Untitled Bill & Ted Project, cinta que todavía no ha aparecido y ya tiene el sello Smithee. Esperemos a ver el desastre, que ya se está gestando en el set de grabación. Prácticamente se podría asegurar que el 40% de los actores famosos han trabajado bajo las órdenes de este curioso director. ¿Cómo empezó Alan Smithee a funcionar? Fue debido a un film que se transformó en el detonante de todo este maquiavélico mecanismo de las grandes productoras de cine, La ciudad sin ley (1969). Aunque es posterior al primer largo de Smithee parece que es aquí donde se empezó a utilizar de forma sistemática el nombre cada vez que la película era mala y era imposible retirarla. Este western estaba en realidad dirigido por 2 directores, Robert Totten y Don Siegel, éste

último había dirigido una cinta de culto en 1956, La invasión de los ladrones de cuerpos, y por sus diferencias creativas irreconciliables decidieron poner a Smithee gracias a la recomendación del Sindicato de Actores; increíble. Pero esto no acaba aquí. Viendo que el nombre se estaba volviendo un mito gastado la productora MGM ha decidido "rescindir" el contrato a Smithee y dárselo al nuevo y prometedor director de films Thomas Lee. Podéis ver al descendiente de Smithee en el film Supernova (2005), Lee coge el relevo de su predecesor para marcarse una buena lista de metrajes anónimos. Como anécdota, si veis el capítulo 138 de Los Simpsons sale la familia viendo un vídeo por la tele (el anuncio que dirige el señor Burns para reclutar a empleados para su empresa) dirigido por Alan Smithee. Para que veáis todo el esplendor y glamour de Hollywood solo tenéis que ir a la página oficial de IMDB y ver la interminable creación del más prolífico director de la historia del cine: Alan Smithee. Este sí es un monstruo invisible. Recordad este artículo cuando veáis la siguiente frase en una película.

Autor: Dante: Sitio web: http://monstruosinvisibles.blogspot.com "Monstruos invisibles es un sitio que invita a la reflexión de conceptos extraños, pero reales, que se encuentran en el séptimo arte, aunque siempre se articula a partir de films curiosos y poco conocidos." Films de cabecera: Pulp fiction, Memento y Amores perros.


Matemáticas y cine Por: Dante

Es muy poco habitual encontrar un film que pivote gran parte de su argumento en la resolución de un ejercicio matemático. Está claro que las películas que lo han hecho han ido más allá debido a un factor fundamental: si un asesino es un personaje enigmático que encierra millones de posibilidades para crear una historia, entonces, sirvámonos de algo más interesante y críptico que llegue en lo más hondo de nuestra mente. Los problemas de lógicamatemática pueden mantenernos en vela durante mucho tiempo si alguien nos los propone y no podemos resolverlos. El cine contemporáneo está basando prácticamente todo su esfuerzo en retorcer la impresión del espectador con mecanismos que juegan con el intelecto pero, sobre todo, con el subconsciente. Sólo unas pocas películas han utilizado la matemática y el resultado ha sido más que excelente: ·Moebius (1996) de Gustavo Mosquera R. ·Cube (1997) de Vincenzo Natali. ·Pi: fe en el caos (1998) de Darren Aronofsky. ·Cube 2:Hypercube (2002) de Andrzej Sekula. ·Silk (2006) de Chao-Bin Su. ·La habitación de Fermat (2007) de Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña.

Moebius es el primer ejemplo de un tipo de experimento con la matemática en el panorama cinematográfico, y lo hace a partir de la adaptación de un cuento del astrónomo Armin Joseph Deutsch titulado “A Subway named Möbius”. El planteamiento del largo no puede ser más inquietante: dentro los túneles de la espesa red ferroviaria de Buenos Aires desaparece sin dejar rastro un tren entero durante su paso entre dos estaciones. Ni las tecnologías más avanzadas de detección convoyes puede dar con el enorme objeto que se ha volatilizado. Velocidades enormes, universos paralelos, o física cuántica empezarán a ser algunas de las últimas opciones que barajarán los investigadores para encontrar una solución a tan extraño dilema en un largo hecho por estudiantes como proyecto de final de carrera.

Cube produjo una nueva generación de películas por muchas razones, entre ellas: el punto de vista, la trama en general y el uso de la psicología de los personajes. El argumento estriba en unas personas que se despiertan en una habitación cúbica donde en cada pared, techo y suelo reside una pequeña puerta que da a otro habitáculo igual. El punto de vista, en el cual se crea gran parte de la producción cinematográfica actual, es el del personaje. Ahora el espectador no es un narrador omnisciente al cual


se le da demasiada información; aquí el que ve el film sabe igual o incluso menos que los personajes. Esto supone una revolución en la manera de narrar historias en un film que secundarán centenares de directores y guionistas. Por tanto, la tensión está más que asegurada: el director tiene el terreno labrado. Los personajes no saben cómo han llegado allí, ni qué tipo de lugar es ése; sólo saben que hay habitáculos que contienen trampas mortales. El desconcierto y la turbación se apoderan de los protagonistas y se crea un conflicto interesante: el enfrentamiento entre personas desconocidas en un enclave inhóspito, la supervivencia para sobrevivir y la sospecha de que uno de ellos está detrás de todo ese complot bizarro. Quien los ha colocado allí sabe muy bien el por qué de todo lo que acaece, ya que hay una estudiante de matemáticas, un policía, un escapista, una doctora, un chico autista y un arquitecto (que es quien creó, sin saberlo, el armazón del edificio). La estudiante resolverá unas numeraciones en cada puerta que designan la situación de una habitación o cubo dentro de los 17.563 que hay. ¿Por qué un número impar? Aquí es cuando podéis utilizar la lógica. Pero no voy a desvelar más de lo que ya he hecho. Sólo os dejo la reflexión de uno de los personajes sobre el por qué a alguien se le puede ocurrir construir algo tan kafkiano o borgiano, como se le quiera nombrar, en una sociedad como la actual. Las implicaciones filosóficomorales del cubo llevarán a los protagonistas a relatar una premisa sublime: “No existe ninguna conspiración, no hay nadie que mande, es una

patochada sin pies ni cabeza que funciona con la ilusión de un plan maestro. El Gran Hermano no te está vigilando […] Si esto tuvo algún propósito, se perdió, o se tergiversó en la confusión. Esto es un accidente, tal vez un plano de obras públicas. ¿Creéis que alguien quiere preguntar? […] Se creó. O lo utilizas o reconoces que es inútil”. La nada infinita, el absurdo de un mundo zozobrando hacia al caos producen una historia que debe mucho del existencialismo creado por Jean Paul Sartre en su obra de teatro A puerta cerrada (1944). En esta obra, 3 personas desconocidas (Garcín, Estelle e Inés) son encerradas en una habitación sin ningún otro propósito que alguien los torture, pero serán ellos los que lo harán entre ellos. Los más bajos instintos se desflorarán para desembocar en una frase que será la impronta del filósofo: “El infierno son los otros”. Las concomitancias entre las dos obras demuestra hasta qué punto Natali aúna matemáticas, cine y existencialismo. El modelo de Cube será una suerte de tópico que se utilizará para crear películas como: Saw (2004), 9 extraños (2005) o La habitación de Fermat (2007). En la primera y en la segunda se quita el componente matemático pero se gana en otro elemento: el entretenimiento de un asesino que manipula a su antojo el devenir de sus obligados jugadores. Por supuesto cambia el lugar por un lavabo y una mansión. A partir de aquí se juega con los elementos que deja Saw y empieza la gran lista de variantes o repeticiones de la película. Cube 2: Hypercube da otra vuelta


de tuerca al aparente hermetismo del guión de su predecesora. No se continúa la primera, o sea, meter más gente con algún aliciente añadido; se parte de la misma idea principal pero elevada a una dimensión más. Es difícil entender esta explicación si no se aclara antes: unos personajes se encuentran en unas habitaciones que tienen las mismas condiciones que las anteriores pero con el añadido de que no hay trampas y podrían existir 60.000.000 de habitáculos. La gran calidad del guión reside en qué tipo de cubo se están metiendo: el teseracto, o sea, un cubo de cuatro dimensiones. Si en la primera parte el espacio era una suerte de cubo Rubik retocado, aquí nos enfrentamos a una teoría matemática aplicada a la realidad. Cuando alguien pasa de una habitación a otra y vuelve a la anterior, no vuelve a la misma, ni en el mismo tiempo. Se crea una deformación del espacio-tiempo que transforma habitáculos con tiempo acelerado o ralentizado, cambios gravitatorios (el techo es el suelo, y viceversa) o el encuentro con uno mismo unos días u horas más tarde en el mismo momento. La tensión entre los personajes se multiplica, pues aquí todos son responsables de la creación del teseracto directamente o indirectamente; nadie quiere descubrirse. Por tanto tenemos un enemigo: la física. Una lucha contra lo desconocido: la cuarta dimensión. En esta ocasión se encuentran: un matón contratado para encontrar a alguien de una empresa, una hacker, un creador de juegos informáticos, una física experta en cuántica que está senil, una enfermera, un ingeniero y una

abogada. ¿Cómo salir de un sitio que está cuadridimensionado? Como dice un personaje: "¿Hay alguna teoría sobre cómo podríamos salir de este concepto teórico?" Se puede uno exprimir el cerebro y no encontrar la solución; tomaros vuestro tiempo. Jugar con otra dimensión es elevar a un nivel más complejo la trama, sobre todo teniendo en cuenta que el ser humano ni siquiera es capaz de percibir con exactitud la tercera. Sólo acordaros de las ilusiones ópticas o los dibujos de M. C. Escher. Algunos científicos determinan que de dimensiones hay muchas más de las que creemos. Creo que las partículas subatómicas o, incluso, las células se mueven bajo nuestra ciega mirada en otra dimensión; también los agujeros negros.

La habitación de Fermat adopta Cube como punto de partida para acercar los problemas de lógicamatemática. Lo más sugerente es que el habitáculo en el que se encuentran encerrados los personajes va menguando rápidamente, sólo pueden evitar su horrible destino solucionando acertijos cada pocos minutos. No


negaré que la película es muy entretenida y muy poco habitual en el tipo de films que se hacen en España, pero recuerda demasiado a lo ya trabajado por Vincenzo Natali y por otro tipo de historias al uso. Los acertijos son muy conocidos, pero ponen a prueba la capacidad del espectador para solucionarlos en 2 minutos. De todos modos, el hecho de que se emplace a los matemáticos más prolíficos de todos los tiempos, hacen de este metraje un buen valor para las "Moviemaths" o "Mathmovies" (como yo las llamo a partir de hoy). Dejando de lado estos 3 ejemplos veamos la inquietante película, rodada en blanco y negro y con un presupuesto bajísimo (no se requería nada más), Pi: fe en el caos.

Pi: fe en el caso lleva a trastornar al espectador por el tremendo nerviosismo que transmite, pero que se tome esto como un halago, no como algo negativo. Trata la historia de un matemático que, estudiando el despliegue del número “Pi” (los 216 dígitos que siguen), descubre la fórmula que siguen los valores de la bolsa económica. Ésta fluctúa según la oferta y la demanda de unas acciones y del rendimiento económico de una empresa, pues el protagonista consigue desvelar un patrón homogéneo que no falla. Lo bueno es que varios grupos empiezan a perseguirle para

apoderarse del descubrimiento: judíos y grandes empresas. Los primeros porque creen encontrar (y aquí la película casi te convence) la palabra de Dios (desaparecida por la destrucción del 2º templo de Salomón); los segundos porque quieren enriquecerse monstruosamente. Si juntamos a ello, la ansiedad y los terribles problemas psiquiátricos del protagonista (en un momento determinado intenta taladrarse el cráneo), tenemos una película formidable. El número Pi es irracional (no puede ser expresado como una fracción) y representa la longitud de la circunferencia y la longitud de su diámetro. Su valor es indeterminado: 3,141592653589... La película reviste el enigma de la matemática para crear una esquizofrénica investigación. El uso de la cámara y la fotografía no dejan de ser interesantes, acordes con el tipo de personaje y la acción que se desarrolla. Una grata sorpresa supone Silk para el trato de algunos temas más que manidos en el cine: el amor, la vida y la muerte. Aquí el taiwanés ChaoBin Su refresca las relaciones entre personas que se tienen una estima mutua y las decisiones difíciles de tomar ante un dilema tan grande como lo es la eutanasia. Todo lo enmarca dentro de una trama sobre la ciencia aplicada a unos investigadores que descubren un fantasma. Pero no la ciencia-ficción que cualquiera utilizaría para este tipo de casos, sino la matemática que se conoce poco: los fractales. La trama está muy bien hilvanada porque hace concordar los valores humanos con los espectrales o maravillosos. Por tanto, no es una típica película de terror, ni una de


apariciones, ni un típico drama. Los personajes están muy bien descritos y se utiliza un concepto matemático muy inusual: la esponja de Karl Menger.

La esponja de Menger es un fractal (objeto semigeométrico cuya estructura básica se repite a diferentes escalas). Podemos entrar a mirar una "rama" de un fractal y saldrán nuevas ramificaciones hasta el infinito. Bueno, pues en Silk se escoge un tipo de fractal que, aparentemente, parece estar tridimensionado. La esponja de Menger, como la alfombra de Sierpinski (en la segunda foto), es un conjunto no numerable y de medida nula. Pues cada parte que veamos se divide en más y más... Por tanto, no tiene peso, ni puede medir nada. Sería como coger el Cube y eliminar los pequeños cubos centrales hasta el hipotético infinito. Es raro que un film pueda albergar unas teorías geométricas tan complejas para cualquiera, pero lo hace y lo consigue. Por tanto, recordad las “Mathmovies” o “Moviemaths” no sólo como un subgénero sino como un adelanto en la creación de guiones e historias complejas que

enriquecen el cinematográfico.

panorama


Stanislavski, un método que hizo historia. Publicado originalmente el 12 de mayo de 2009 por Pabela.

El Actor Studio es una de las academias más prestigiosas en la formación de actores y actrices. Pero pocos saben quizá de dónde proviene la metodología de formación que lleva impresa esta institución de donde han salido nombres como Al Pacino, Dustin Huffman, Ginette Reno y Robert De Niro. Remontémonos entonces a la figura de su Konstantin precursor: Stanislavski. Stanislavski nació en 1863 en Moscú, Rusia, en el seno de una familia de artistas. De hecho su primera compañía teatral, Alekséyev, estaba constituída por sus hermanos y algunos amigos. Desde sus primeros pasos por la actuación, Konstantin tenía en claro algo: las actuaciones debían ser de calidad, el teatro necesitaba elevar sus interpretaciones, dejar el vodevil y la chabacanería y conectar con el espíritu del arte. Fue así como tras pasar por varias compañías y luego de ser nombrado director de la Sociedad de Arte y Literatura de Moscú, tuvo la gracia en 1897 de conocer a Vladimir Dánchenko, respetadísmo dramaturgo de la época que estaba frente a la escuela teatral de la Sociedad Filarmónica de Moscú. Así ambos fundarían el Teatro de Arte de Moscú donde Stanivslaski desarrollaría su conocidísimo método de enseñanza. El método en sí.

Partiendo del enorme poder de observación con el que estaba dotado, Stanislavski reflexionó ampliamente sobre la profesión del actor en sí. Cómo la calidad de la interpretación influía en el éxito o fracaso de una obra. Y asumió que la respuesta estaba dada en una sola palabra: verosimilitud. Si un actor no era creíble, no se veía natural en su papel, si lucía del todo artificioso y acartonado, si se notaba que lo que hacía era justamente actuar, la obra sería un fracaso seguro. Así se dedicó al estudio de la pedagogía de la actuación y surgió de a poco el “método de las acciones físicas” en la cual el actor no solo trabajaba su veracidad a la hora de actuar sino en los gestos, modos, conductas y movimientos que debían acompañar a la actuación. Evocación emotiva, autoconocimiento, relajación muscular, desarrollo de la imaginación, trabajos de improvisación, etc fueron formando el esqueleto sustentor del “método Stanivslaski” utilizado hoy en la gran mayoría de las academias de actuación. En sus últimos años, Stanislavski, gracias a una parálisis progresiva se alejó del escenario, pero continuó su labor como director y pedagogo, viajó a Nueva York, en 1923. Richard Boleslavski y María Ouspenskaya actores del Teatro de Arte de Moscú y alumnos de Stanislavski, decidieron quedarse en Nueva York y crearon la escuela American Laboratory Theatre, donde más tarde Lee Strasberg recibiría los primeros conocimientos del Sistema. Pero antes echemos una mirada a las bases del método que nos llevará luego a la formación del Actor’s Studio. "Debes comenzar a amar el arte en tí mismo y no a tí mismo en el arte".


Una vez terminada la revolución soviética, Stanislavski se dedicó exclusivamente a la investigación, la cual quedaría plasmada en sus libros: “Un actor se prepara”, “La construcción del personaje” y “Etica y disciplina, método de acciones físicas”, que serían claras influencias del teatro europeo y estadounidense. “La mente del

actor debe estar abierta a las ideas de su tiempo, a los rasgos de su tiempo, profundizar en el pensamiento, conectar con el alma humana, observar la vida en su totalidad y cobrar conciencia de ella” Un manifiesto equilibrio entre el interior y exterior del actor es lo que este gran hombre intentara dejar en claro como componente esencial de la Suma dramática. La valoración no solo de una ética profesional sino además de los pequeños detalles que incumben la formación de un personaje, como el cuidado personal y el de los elementos de trabajo (utilería) importaban tanto como el talento mismo.

"No tratéis de abriros paso a empujones para ocupar las primeras filas en la profesión; no busquéis distinciones ni recompensas; dad, en cambio, lo más posible de vosotros mismos para llegar a penetrar en el mundo de la belleza». De los tres libros nombrados quizá el último mejor enumera esas “leyes” primeras que cualquier artista debería estar dispuesto a aprehender en el camino de su formación. Y si

bien vale la pena leer estas anotaciones extraídas de sus consejos a los jóvenes aspirantes a actores, más que enumerarlas dejo plasmada una que suma todas demás: maravillosamente las

“Deja los zapatos sucios a las puertas del escenario. Y con ellos, deja todas las pequeñas preocupaciones, rencillas y la pequeña incomodidad que hace difícil vivir. Sólo te separan de tus inclinaciones artísticas. Es desafortunado que tantos actores lleven gran cantidad de mezquindad, altercados, intriga, murmuraciones, incluso envidia y egoísmo mezquino al teatro. Como resultado transforman al teatro no en un templo de las artes sino en una escupidera, un nido de chismes, un bote de basura”. Leyendo esto no puedo más que pensar en el pobre Stanivslaski si viviera en esta época donde estas enseñanzas parecerían tan lejanas e idealistas. Pero a la vez si su metodología hubiera echado raíces mundialmente quizá entonces las cosas serían deferentes.

Pabela. Sitios web: http://amo-el-cine.blogspot.com http://butacasdeluz.blogspot.com Considero que el cine es tanto arte como entretenimiento. Soy docente de Literatura y de inglés sin ninguna formación en el 7mo arte más que la vida de la butaca. Miro, observo, aprendo y la vida no me alcanzará para ver todo lo que quiero. Favoritas: Amelie, El cielo sobre Berlin, Esperando la carroza


Revista Mundo Cinefilia: Julio de 2010

Año I, Nº I Edición Blogoversario Agradecimientos: Julia Sosa, compañera de trabajo que me dio una mano en el armado de la

revista desvelándose noches y noches para que todo cuadre lo mejor posible. Los mates siempre los cebaba yo. Tomás Lugo: Por tratar de enseñarme cómo se usa el Adobe Indesign y quien

finalmente se resignó a la idea de Julia de armar todo en Word y pasarlo a PDF. Era más fácil! Autores: A cada uno de los autores de los artículos que conforman esta

revista por su desinteresado aporte y su preocupación a la hora del seguimiento del armado y publicación. Gracias porque sin ustedes no hubiera sido posible.

Lectores: quienes seguramente entenderán lo lejos que estoy de ser una editora y diseñadora y que esta revista está hecha a puro pulmón y traspié donde lo mejor es el contenido de los artículos.

Copyright: Todos los artículos aquí publicados pertenecen a cada uno de los autores correspondientes y en su mayoría han sido previamente publicados en cada uno de sus espacios. La copia o publicación de estos artículos sin el debido permiso de sus autores es una infracción al derecho de autor. Para contactar con cada uno de ellos puedes visitar mundocinefilia.blogspot.com o el sitio del autor que figura en el perfil de cada artículo.



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