Eco de mujer

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ECO DE MUJER Nº 2 Las mujeres y el mercado laboral Reportaje Informe sobre las desigualdades en el trabajo Reportaje 8 de marzo Entrevista Milagros Alario. Premio Nacional de la Fundación de Mujer Rural Análisis de las mujeres y la Universidad Artículo de divulgación sobre los Planes de Igualdad Comentario “Estereotipos de género”

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Índice      

Reportaje Informe sobre las desigualdades en el trabajo-----P. 4-7 Reportaje 8 de marzo-------------------------------------------------------P. 8-9 Entrevista Milagros Alario. Premio Nacional de la Fundación de Mujer Rural---------------------------------------------------------------------P.12-13 Análisis de las mujeres y la Universidad----------------------------P.14-15 Artículo de divulgación sobre los Planes de Igualdad----------P.16-17 Comentario “Estereotipos de género”-------------------------------P.18-19

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REPORTAJE INFORME

La tasa de actividad de las mujeres llega al 43,6% aunque se mantiene la brecha salarial El paro femenino crece más que el masculino en Castilla y León a diferencia de la media nacional. A pesar de que el nivel de formación es mayor en las mujeres más del 90% de los cargos directivos son ocupados por varones. Los hombres españoles sufren en mayor medida la destrucción de empleo fruto de la situación económica actual. Los primeros brotes de la crisis han afectado a sectores muy masculinizados, lo que ha Evolución del paro por sexos en España provocado que el porcentaje de diferencia de la tasa de paro entre hombres y mujeres haya sufrido una reducción histórica de dos puntos. Elena Pinilla, agente de igualdad de oportunidades de la Secretaría de la Mujer de CC.OO (Comisiones Obreras) de Valladolid llama la atención sobre la situación particular de Castilla y León y Tasa de paro primer trimestre 2009 España y Castilla y León afirma que “En cuanto la crisis toque el sector servicios, el más feminizado, la tasa de desempleo de las mujeres va a volver a aumentar en toda España. De hecho, en Castilla y León la bajada de la diferencia entre el paro femenino y masculino no se ha notado, incluso, ha llegado a los cinco puntos porcentuales en 2009”. 1600 1400 1200 1000

VARONES

800

MUJERES

600 400 200 0

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 (1)

Elaboración propia a partir de los datos del Instituto Nacional de Estadística

20,00% 18,00% 16,00% 14,00% 12,00% 10,00% 8,00% 6,00% 4,00% 2,00% 0,00%

Varones Mujeres

España

Castilla y León

Elaboración propia a partir de los datos del INE

En España en los últimos 25 años la tasa de actividad femenina se ha duplicado. Las mujeres se han convertido en el colectivo laboral con mayor dinamismo. Pero más allá del crecimiento los estudios de género demuestran que faltan muchas asignaturas pendientes relacionadas con la calidad del empleo. Los cargos directivos siguen ocupados en su mayoría por varones y la brecha salarial en 2006 alcanzaba todavía el 26,33%. El INE (Instituto Nacional de Estadística) junto con el Instituto de la Mujer ha publicado en 2008 su cuarta edición del Informe Mujeres y hombres en España. Este documento viene a cumplir uno de los principios de la Ley de Igualdad que reconoce la necesidad de la integración efectiva de la perspectiva de género en la elaboración de estadísticas, encuestas o recogida de datos. El informe trata de determinar si la igualdad formal ante la ley se ha traducido en este último año en una igualdad real. Se pretende, además, vislumbrar los primeros efectos de la crisis en el empleo femenino para poder alcanzar soluciones de futuro.

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REPORTAJE INFORME

El nivel de formación El acceso al mercado laboral está marcado por la educación. En el terreno de la formación existen diferencias entre hombres y mujeres que evolucionan a lo largo de las etapas educativas. En España nacen más varones al año y esto determina que en la enseñanza obligatoria, hasta los 16 años, las alumnas representen un 48,5% de los matriculados. Sin embargo, en la siguiente etapa de formación, la post-obligatoria, las cifras se invierten y las mujeres pasan a representar el 51,5% del Bachillerato y Formación Profesional. La diferencia es mayor si se observan las matrículas universitarias de las que el 54,2% son femeninas. En cuanto a las pruebas de acceso a los estudios superiores en 2008 aprobaron el 83,4% de las mujeres y de los hombres el 81%. A la hora de elegir una especialidad las mujeres tienen menor presencia en la opción científico-técnica. Las carreras con mayor presencia femenina son las humanidades y las artes. En los estudios de doctorado las mujeres representan un 51,8% sin embargo, del total de tesis aprobadas el 47,6% son femeninas. En Castilla y León aunque las matrículas universitarias son en su mayoría femeninas dentro del personal investigador no llegan al 50%. Según el nivel de formación Evolución de la presencia de las mujeres en las etapas de formación alcanzado en 2008 entre la población de 20 años o más, el 56,00% 54,00% 0,4% de mujeres llegaban al nivel 52,00% 50,00% de doctorado mientras que los 48,00% 46,00% hombres lo hacían un 0,7%. Pero si 44,00% C1 Obligatorias Post-obligatorias se observa el grupo de edad de 25 a Estudios no universitarias universitarios 34 años el porcentaje para ambos Fuente: Informe mujeres y hombres 2009 sexos es el mismo, un 3%. El empleo y la brecha salarial Las medidas de los gobiernos para fomentar el empleo de las mujeres y la Ley de Igualdad han provocado que la tendencia en los últimos años haya sido un crecimiento mayor de la tasa de actividad femenina que la masculina. En 1983 las mujeres representaban un 29,48% de la población activa y en 2008 la tasa de actividad femenina ha alcanzado el 43,6%. La Junta de Castilla y León invirtió 40.000 euros en 2007 para incentivar a las empresas a la integración laboral de las trabajadoras y con la creación del Programa Red Mujer Empleo se ha logrado que la tasa de actividad se equiparara a la media nacional. Sin embargo, las primeras diferencias se encuentran en el acceso. Las mujeres tienen más dificultades que los varones para encontrar un trabajo cuando son menores de 40 años. Laura Álvarez, ex secretaria de la Mujer de CC.OO de Palencia hizo un estudio del mercado laboral palentino y asegura que “las mayores dificultades en el acceso al empleo las sufren las mujeres en las edades que coinciden con la etapa fértil”. La crisis ha provocado una destrucción de empleo general aunque en el colectivo laboral femenino ha tenido menos efectos. En el último año la tasa de empleo de las mujeres ha disminuido 0,5 puntos porcentuales frente a los cinco puntos de los hombres. Pero si se observan los datos por Motivos de las mujeres con ocupación a tiempo parcial No querer trabajo de jornada comunidades Castilla y León mantiene completa 1,40% 11,00% Otros motivos una diferencia en la tasa del paro de No sabe el motivo 5,8 puntos. 29,90% 11,20% 0,30%

No haber podido encontrar de tiempo completo Formación

8,50% 37,70%

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Obligaciones personales y familiares Enfermedad o incapacidad


REPORTAJE INFORME

Además de que existen diferencias regionales si se observa la precariedad laboral, provocada por la coyuntura económica en 2008, el 80% de los contratos a tiempo parcial eran de mujeres. En este sentido son muy importantes las razones que llevan a acceder a las reducciones de jornada. Casi el 30% lo hacen para atender obligaciones familiares y solo el 8,5% para su propia formación. Además, el número de contratos indefinidos fue mayor entre los varones. Para Begoña San José, vicepresidenta del Foro de Política Feminista: “La economía no es solo el mercado y el trabajo porque en la casa se producen muchos bienes sociales”. Las políticas de conciliación de vida familiar y laboral han permitido la convivencia del ámbito laboral y reproductivo. Sin embargo según la encuesta sobre el uso del tiempo del Instituto de la Mujer los hombres dedican unas dos horas a las tareas domésticas mientras que las mujeres gastan casi 6 horas en las labores del hogar. Se plantea el problema de la doble presencia, para la Agente de Igualdad Elena Pinilla la educación es fundamental, se debe incentivar al hombre a que se ocupe de esas tareas con medidas como ampliar el permiso de paternidad. Según la Tesorería General de la Seguridad Social, en 2007 el 94,1% de excedencias para cuidar a los hijos fueron disfrutadas por las madres. En Castilla y León los hombres que pidieron ayudas para la conciliación no llegaron al 2%. La asignatura pendiente en el terreno de la discriminación laboral es la brecha salarial de género. El nivel del puesto de trabajo influye mucho en la remuneración que se va a percibir. Para Laura Álvarez muchos convenios nombran con categorías distintas la misma actividad y así ocultan discriminaciones salariales entre hombres y mujeres. Según Elena Pinilla los problemas de retribución vienen por la discriminación dentro de los pluses salariales como la antigüedad. En 2006 el salario anual femenino representó el 73,7% del salario medio masculino. Detrás de estos datos están los tipos de contratos o el número de horas trabajadas. Las diferencias entre hombres y mujeres disminuyen en los más jóvenes, debido a la mayor cualificación de las mujeres y la mejora en la formación. Diferencias salariales por sexo y edad 2006 Menos de 20 años De 20 a 24 años De 25 a 29 años De 30 a 34 años De 35 a 39 años De 40 a 44 años De 45 a 49 años De 50 a 54 años De 55 a 59 años De 60 a 64 año

Mujeres 8141,24 11146,58 14410,32 16976,29 17595,63 17502,81 17628,57 17975,3 18154,24 16560,62

Varones

Fuente: Instituto Nacional de Estadística

11359,38 13810,62 16988,07 20338,17 22440,79 24602,2 25848,77 27557,26 28504,03 23598,32

Los puestos de poder Fruto de las historias laborales discontinúas y las necesidades de las tareas reproductivas, se producen diferencias a la hora de promocionar. Conforme se avanza en las categorías más altas tanto en la política, como en la administración o en las empresas privadas la presencia femenina es menor. Elena Pinilla tras los análisis por los sindicatos de la aplicación de los Planes de Igualdad en las empresas vallisoletanas asegura que “el mayor problema para el ascenso es que las ayudas y los permisos de conciliación siempre lo piden las mujeres y esto las aleja de las promociones”.

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REPORTAJE INFORME

En 2008 solo 6,4% de los puestos de presidencia de las empresas eran mujeres. En la administración el porcentaje es más bajo con un 6,1% de presidentas femeninas. En Castilla y León ocurre lo mismo a pesar de que un 51,1% de los trabajadores de la empresa pública autonómica son mujeres. En las altas jerarquías de los partidos políticos entran en juego las políticas de acción positiva, en los cargos ejecutivos en 2007 con las cuotas y la Ley de Igualdad se llegó al 32,6. Elena Pinilla afirma que “la igualdad formal existe y es la Ley, pero se necesitan mecanismos correctores y temporales, como la acción positiva, para que en las mismas condiciones de capacidad y méritos en los sectores que estén infrarrepresentadas las mujeres se llegue a la igualdad real”. Si se observan las altas esferas de la cultura, en los sectores ocupados históricamente por hombres la presencia de las mujeres es algo residual. Es lo que ocurre en las cátedras universitarias con solo un 14,4% o las Reales Academias Españolas con un 6,4%. Para Laura Álvarez existen puestos de poder que son ocupados culturalmente por hombres porque son los que tenían mayor disponibilidad. Sin embargo los varones lograban ascender gracias a que había una persona que se quedaba en casa y sacrificaba su vida laboral. La situación de la mujer en el mercado laboral ha vivido una mejora desde que la Unión Europea, el gobierno central y las administraciones autonómicas incentivaran plantes para acabar con la desigualdad. Además existe un mayor nivel de formación femenina lo que provoca mayores posibilidades de acceder a un empleo, y un empleo de calidad. Sin embargo existen varios aspectos que determinan que el colectivo laboral femenino siga en desventaja y que haya un peligro real de que su situación empeore con la crisis económica. Begoña San José destaca el riesgo de crear una alarma social por la caída del empleo masculino frente al femenino porque aunque ha crecido el paro entre los hombres la tasa de las mujeres es todavía mayor. Según las cifras la precariedad laboral, fruto de la crisis, se centra en las mujeres, traducida en contratos temporales y trabajos a tiempo parcial. Además, son las mujeres las que acceden más a las ayudas de la conciliación lo que provoca que trabajen menos horas y tengan más dificultades a la hora de promocionar. Todo ello lleva a que la media de los salarios sea menor y a que apenas haya mujeres en los puestos de poder. La situación en Castilla y León es distinta a la media nacional porque el desplome del mercado laboral se ha cebado igual en hombres y mujeres. Para Elena Pinilla los planes de gobierno para incentivar la economía, que ya se han puesto en marcha en Castilla y León, aunque fomentarán el puestos de trabajo directos de los sectores más masculinizados, CC.OO espera que tiren, también, del empleo femenino. Las últimas previsiones determinan que la tasa de riesgo de pobreza femenina es mayor que la de los varones. Según Begoña San José una de cada tres mujeres mayores de 65 años vive bajo el umbral de la pobreza y a pesar de que la situación de la mujer joven ha mejorado “hay mucha vida y mucha desigualdad después de los 65”.

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Tasa de riesgo de pobreza mayores 65

26,7 Varones 65 y más Mujeres 65 y más 31,8


REPORTAJE

La crisis económica protagonista de las reivindicaciones de las trabajadoras de Castilla y León Varias manifestaciones por toda la región cierran las actividades organizadas con motivo del 8 de marzo

Las ciudades castellano-leonesas celebraron ayer el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Las calles de las nueve capitales de provincia acogieron concentraciones convocadas por las asociaciones feministas a las que acudieron, también, los sindicatos. Los participantes portaban pancartas llenas de exigencias a los poderes públicos para que pongan soluciones inmediatas y evitar que la coyuntura económica provoque retrocesos en las conquistas de la igualdad. Los manifestantes conmemoraron la lucha feminista a lo largo de la historia desde que otro 8 de marzo de 1857 un incendio acabara con la vida de varias trabajadoras en huelga en una fábrica textil de Nueva York. Giorgana Gradera, trabajadora inmigrante, fue la encargada de culminar la manifestación en Palencia con una intervención en la que recordó los efectos negativos de la economía globalizada, que han llevado a una reducción de las ayudas sociales. Hizo un llamamiento a todas las mujeres y aseguró que “nuestra lucha debe centrarse más que nunca en la justicia social para no ser nosotras, las de siempre, las que carguemos con el peso del retroceso económico y nos aparte y empuje a espacios de invisibilidad, recordando los derechos que día a día estamos consiguiendo». Para Laura Álvarez, ex secretaria de la Mujer de CC.OO de Palencia, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora era una cita obligada por su cargo. Este es el primer año que acudió a la manifestación como una trabajadora más y tras el acto se lamentó de la escasa participación. Criticó la falta de espíritu de lucha de los jóvenes, los más afectados por la precariedad laboral, y que casi no acuden a este tipo de actos. Aseguró que “los logros de la igualdad se deben a que en el pasado hubo mujeres muy valientes que se atrevieron a irrumpir en un mundo de hombres”. En Segovia, según las cifras facilitadas por CC.OO, apenas acudieron 20 mujeres a la concentración organizada por Apyfim (Asociación para la promoción y formación integral de la mujer). Entre los actos celebrados con motivo del 8 de marzo, Segovia acoge hoy la entrega de premios de la Federación Nacional de Mujer Rural que cuenta con Milagros Alario, profesora titular de la Universidad de Valladolid, entre uno de sus galardonados. El Consejo de la Mujer del Ayuntamiento de Soria convocó una manifestación que, según destacó el sindicato CC.OO, resultó la más numerosa de la comunidad en proporción a su población con alrededor de 200 participantes. Los sorianos pidieron la continuación, aún con la crisis, de las políticas de acción positiva. En Zamora el PSOE organizó el sábado un homenaje en Toro a la maestra y licenciada en Químicas

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REPORTAJE

Saturnina Lorenzo, como ejemplo de mujer luchadora y una de las pioneras en abrir el camino del mundo laboral. Los actos de Valladolid estuvieron organizados por la Coordinadora de Mujeres. Cientos de manifestantes recorrieron las principales calles de la capital vallisoletana tras la pancarta “Mismo valor, mismo salario”. El letrero recordaba una de las reivindicaciones históricas de la lucha feminista por la igualdad en el mercado laboral. La coyuntura económica centró el lema de la manifestación, y los participantes reclamaron a las autoridades que “Con crisis o sin crisis ni un paso atrás en los derechos de las mujeres”. Al final de la marcha la organización leyó un manifiesto en el que pidió soluciones para el elevado número de parados y para evitar que la destrucción de empleo se cebe en las mujeres. Animaron a luchar contra la idea de que ante la situación económica el trabajo de las mujeres se vuelva secundario. Llamaron la atención sobre el peligro de la precariedad laboral con la aparición de numerosos contratos a tiempo parcial o temporales que se centran en los jóvenes, y más aún, en las mujeres. El sindicato CC.OO acudió a la concentración como un acto más en su campaña del 8 de marzo que lleva por título: “En el trabajo y en la sociedad igualdad y corresponsabilidad”. La Secretaría de la Mujer del sindicato quiso extender su lema con la organización de charlas en institutos y visitas a empresas. Los dos sindicatos mayoritarios CC.OO y UGT presentaron un manifiesto conjunto con motivo del Día Internacional de la Mujer en el que pidieron a la Junta de Castilla y León que desarrolle la Ley de la Dependencia y la de Igualdad, que afectan a las mujeres. También el ayuntamiento de Valladolid ha organizado durante toda la semana varias exposiciones en centros cívicos como 100 mujeres por la Igualdad en el barrio de las Delicias o una muestra sobre la trata de mujeres y los derechos humanos en el Centro Bailarín Vicente Escudero. Hasta el 22 de marzo se puede visitar en el Centro de Recursos Turísticos la exposición Trazos por la Igualdad que reúne obras de humoristas gráficos de todo el mundo. El resto de capitales de provincia celebraron el Día Internacional de la Mujer Trabajadora con marchas por sus calles centrales. León convocó una manifestación bajo el lema: “Mujeres ante la crisis ni un paso atrás” y Salamanca contó con la presencia entre los participantes de la ex secretaria de Estado de Igualdad Soledad Murillo. Por último Burgos celebró su XV Carrera de Mujeres con el título: “Mujer corre por tus derechos” Las manifestaciones vinieron a culminar una semana dedicada a las mujeres trabajadoras en Castilla y León. Unos días en los que se ha llamado la atención sobre aspectos tradicionales de las reivindicaciones feministas, como la implicación de los varones en la conciliación de la vida familiar y laboral o la necesidad de incentivar el empleo femenino. Pero este año otros aspectos han centrado las exigencias de las mujeres al perfilarse, según las manifestantes, como posibles víctimas de la situación económica actual. Las reestructuraciones de plantillas que afectan a los contrarios más precarios, femeninos en su mayoría, o la evolución de la crisis hacia el sector servicios fueron varios de los puntos recordados en los manifiestos. Algunas ciudades de Castilla y León seguirán con actividades dedicadas a las mujeres la próxima semana. Los días 14 y 15 de marzo tendrá lugar un mercado medieval en la Plaza Mayor de Zamora en el que se pondrá de relieve el papel femenino en la transmisión de la cultura y las labores artesanales. En la misma línea está la exposición Las mujeres en la Prehistoria organizada por la Universidad de Valladolid

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REPORTAJE

en el Palacio de Santa Cruz hasta el 15 de marzo, que revisa desde una perspectiva de género los estudios sobre las primeras sociedades.

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ENTREVISTA

MILAGROS ALARIO TRIGUEROS. PROFESORA TITULAR DEL DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA Y DIRECTORA DEL MASTER DE ESTUDIOS DE GÉNERO DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID.

“La conciliación de la vida familiar y laboral es un problema social y se plantea como un problema femenino”. Milagros Alario Trigueros es profesora titular del Departamento de Geografía de la Universidad de Valladolid y fue una de las impulsoras de la creación de la Cátedra de Estudios de Género en el año 2000. De origen palentino, su labor profesional ha estado ligada al análisis geográfico regional de Castilla y León. En la Universidad de Valladolid desempeña también un cargo directivo como vicedecana de Ordenación Académica de la Facultad de Filosofía y Letras. Sus inquietudes sobre los estudios de género están muy ligadas a su labor investigadora como geógrafa. Para Milagros uno de los aspectos más importantes para diferenciar los problemas de los distintos grupos de mujeres es su relación con el espacio en el que viven. Es experta en el análisis de la situación de las mujeres en el medio rural, lo que le ha valido el premio de la Federación Nacional de Mujer Rural en su última entrega celebrada el 9 de marzo. Milagros es directora del master de estudios de género y políticas de igualdad de la Universidad de Valladolid. El master tiene como objetivo desarrollar una cultura nueva que supere los estereotipos. Además, pretende que la perspectiva de género esté presente en todas las disciplinas para así superar el androcentrismo que ha caracterizado la visión del mundo hasta este momento. Como profesora de la universidad, estudiosa de los diferentes grupos de mujeres por su actividad en la Cátedra de Estudios de Género y por su experiencia en el desempeño de un cargo político, Milagros Alario conoce muy bien la realidad de las mujeres en una de las parcelas más importantes, el mercado laboral. Las mujeres desde hace unos años se han incorporado al trabajo remunerado ¿Podría resumir brevemente las dificultades que se encuentran las mujeres en el mercado laboral? El principal problema es que el mercado de trabajo reglado tiene una organización pensada por y para los varones, una estructura que ya existía y masculina. Sigue existiendo la idea de que hay trabajos femeninos y masculinos, como funciones que las mujeres hacemos naturalmente mejor, la ética de los cuidados, por ejemplo, o en la agricultura los temas de manipulación. Como consecuencia existe una segregación horizontal, sectores muy feminizados. Y también estamos ante una segregación vertical, su escasa presencia en los puestos directivos. ¿Cuáles son los principales factores que influyen en la poca participación de las mujeres en los niveles jerárquicos más altos, en esa segregación vertical? 11


ENTREVISTA

Tiene que ver con la trayectoria laboral. Algunos analistas han destacado que es una cierta elección de la mujer porque las labores productivas y las reproductivas resultan incompatibles. El resultado son historias laborales discontinuas y dificultades para ascender, el famoso techo de cristal. Existe también discriminación porque son puestos por designación directa y por comisiones compuestas mayoritariamente por varones. Hemos llegado casi al 40% de presencia en el mercado laboral y sin embargo, en los puestos directivos somos un 5%. Para tratar de compaginar las labores productivas con las reproductivas se han creado las políticas de conciliación de vida familiar y laboral ¿Cómo ha influido en las mujeres la aplicación de estas políticas? El problema es que las mujeres hemos salido a lo público sin dejar los trabajos reproductivos. Se ha producido la incorporación de las mujeres sin modificar las relaciones con los aspectos reproductivos, sin adaptar el mercado laboral. La conciliación de la vida familiar y laboral es un problema social y se plantea como un problema femenino. La doble exigencia, hay mujeres que optan por trabajar a tiempo parcial y de nuevo el problema se traducen en esas trayectorias discontinúas. El error es no unir el mercado laboral con el trabajo reproductivo. Como dice Margaret Maurani a la hora de pedir un empleo solo las mujeres tienen familia. A las empresas le interesa la situación familiar de las mujeres más que la de los varones. Entonces el primer problema es el acceso porque se ha hecho a la mujer responsable de la conciliación ¿Cómo se podría solucionar? La situación mejoraría con un cambio de mentalidad del que estamos lejos. Estamos ante estereotipos de género muy arraigados y que hay que romper. No se avanza en los problemas estructurales, no se soluciona la otra parte del problema. Llegar al 60% de tasa de actividad femenina en el mercado laboral no significa igualdad, igualdad es otra cosa, igualdad de trato, de oportunidades laborales, igualdad también en el salario. A propósito de los salarios, en España es el aspecto donde más se nota la discriminación. ¿Por qué resulta tan difícil evolucionar en esta materia? En España existe una diferencia salarial entre hombres y mujeres de un 17% menos para las remuneraciones femeninas. El problema es que hace un esfuerzo por integrar pero no por adaptar las condiciones del mercado laboral. Es la discriminación más evidente y pocas veces es llevada a juicio por las mujeres. Tiene que ver con ese cambio de mentalidad, las denuncias de las mujeres están relacionadas en su mayoría con la conciliación, no con la discriminación. Habla de que se hace un esfuerzo por integrar, ¿Qué argumentos darían a los que están en contra de las políticas de acción positiva? Estas políticas no son la mejor solución del mundo, pero mientras haya desigualdad algo habrá que hacer. Con el libre funcionamiento del mercado no se acaba con la discriminación, el mercado no puede regular por sí mismo la igualdad. El día que por dinámica normal accedan igual al trabajo mujeres y hombres la discriminación positiva desaparecerá. ¿Cómo deben aplicarse estas políticas? Se aplican en actividades donde las mujeres están infrarrepresentada porque de otra manera no entrarían nunca. Con las cuotas políticas se realiza una labor

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ENTREVISTA

ejemplarizante. Es un referente, una forma de establecer modelos que los demás deben seguir. Ha señalado las principales diferencias entre mujeres y hombres en el mercado laboral: la segregación vertical y horizontal. También ha hecho hincapié en el problema de la brecha salarial ¿Qué otros factores destacaría cómo impedimento del desarrollo pleno de la mujer en el mercado laboral? Es demasiado esencialista hablar de la mujer en singular. Existen diferentes grupos de mujeres. Las mujeres tituladas superiores tienen unos problemas, las mujeres sin cualificar tienen otros. Existe otro elemento que diferencia a los grupos de mujeres e influye en su desarrollo, el contexto territorial. No son iguales los espacios rurales y los urbanos. Precisamente hace pocos días recibió uno de los premios Mujer 2009 que otorga la Federación de la Mujer Rural por sus investigaciones en este campo. ¿Qué diferencias existen entre las mujeres rurales y las urbanas? Las mujeres del entorno rural se encuentran con dos principales problemas propios del contexto territorial: menor densidad de población y mayor dispersión. Hay poca demanda de empleo porque la densidad es muy pequeña. Resulta más difícil la conciliación porque hay más problemas de infraestructura y de acceso a los servicios. No coinciden los servicios, como las guarderías, con las actividades productivas, en la mayoría de los casos se acude a las redes familiares. ¿Cómo se presenta el mercado laboral para las mujeres rurales? La economía del entorno rural en Castilla y León, lo que más conozco, está orientada a la agricultura, un sector en el que las mujeres tuvieron mucha presencia en el pasado pero que con la mecanización fueron expulsadas o autoexpulsadas. En consecuencia lo que suele pasar es que las mujeres estudien y acaban emigrando ya que no encuentran acomodo laboral en áreas rurales. Los hombres tienen más fácil la integración laboral en los merados de trabajo rurales. El resultado de esta salida selectiva de población femenina joven es una masculinización en edades reproductivas y una feminización de los grupos de mayor edad por la superior esperanza de vida de las mujeres ¿Cómo es esa emigración del medio rural al urbano en Castilla y León? Es una emigración selectiva. Salen mujeres jóvenes y no solo se van al medio urbano más cercano, está estudiado que muchas mujeres salen de la comunidad y se van, sobretodo, a Madrid. Con esta emigración la comunidad pierde un potencial muy importante. Hay que hacer esfuerzos por fijar población y, sobretodo, este tipo de población de mujeres jóvenes y formadas. En el medio rural influirá mucho la Ley de Dependencia como foco de empleo femenino ¿Qué interpretación se hace desde la perspectiva de género? La Ley es buena y necesaria, además, hay una parte que reconoce ese trabajo invisible de las mujeres, las actividades del cuidado. Sin embargo, al abrir la posibilidad de pagar por esas labores, que normalmente realizaban las mujeres, se produce el peligro de reforzar la segregación de roles. Es una reducción de costes que tiene un problema conceptual, implica que muchas mujeres dejen de buscar trabajo fuera de casa. Existe el peligro de transmitir de nuevo la idea de que las mujeres tienen que cuidar a las personas dependientes.

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ENTREVISTA

Por último, la crisis. ¿Podría hacer unas predicciones del futuro de la situación laboral de las mujeres ante la situación económica actual? Es muy difícil tener una perspectiva. En los primeros meses parecía que no iba a afectar demasiado porque empezó en un sector muy masculinizado, la construcción. Parecía que mejoraba la situación de las mujeres con las cifras del paro femenino, pero en realidad era porque empeoraban otros sectores. Ahora la crisis ha evolucionado y está empezando a tocar a los servicios, un campo de la economía muy feminizado. ¿Existe el peligro de que las mujeres se conviertan en una mano de obra de reserva? Esa era una interpretación tradicional, es lo que ocurrió en otras crisis económicas de la historia. El punto de inflexión fueron los años 70, la mujer se dio cuenta de que si salía del mercado laboral ya no podía volver a entrar. Antes se daban las curvas en “M” en la vida laboral femenina. Las mujeres trabajaban los primeros años, luego lo dejaban durante 10 o 15 años para cuidar de los hijos y después volvían. El mercado del trabajo actual no permite este tipo de comportamientos. Las mujeres ya no dejan su empleo porque saben que si salen es muy difícil volver a entrar.

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ANÁLISIS

El efecto pinza Las universidades españolas tienen una trayectoria de más de ocho siglos de historia. Los estudios superiores surgieron muy ligados a la iglesia y en una sociedad, la medieval, de marcado carácter patriarcal. Las universidades desde sus orígenes permitían a quienes acudían conseguir un notable prestigio y un ejercicio legítimo de determinadas profesiones. Hasta finales del siglo XIX no llegaron las mujeres a los estudios superiores y de forma muy residual. En la actualidad el número de matrículas femeninas supera al las masculinas aunque su presencia es escasa, aún, en las altas jerarquías de la vida universitaria. En Valladolid la primera estudiante fue Elia Pérez en la Facultad de Medicina en el curso 1878-1879, según su expediente académico sus asignaturas fueron superadas con sobresalientes y notables. Pero en el curso 1882-1884 se trasladó a Madrid y dejó los estudios en el último año, según Consuelo Flecha García, por las presiones que sufría en la universidad central. La primera mujer licenciada en Medicina en la institución vallisoletana fue Mª Luisa Domingo García después de que el tribunal la declarara apta al diagnosticar a un paciente tuberculosis pulmonar. Conforme avanzaba el siglo XX las mujeres se incorporaban a la vida universitaria. La verdadera explosión en matrículas femeninas se produjo en los años 70, hasta la actualidad que las mujeres son mayoría en las aulas universitarias. Tampoco fue fácil el camino hacia la docencia en los estudios superiores. Hay profesoras universitarias en el siglo XVI pero siempre ligadas por lazos familiares a personajes ilustres de la época como Francisca de Lebrija, hija de Antonio. Las asociaciones de mujeres fundadas en el siglo XX favorecieron el acceso de la mujer aunque llegados al siglo XXI el número de varones profesores titulares, todavía, es mayor. Conforme se avanza en la escala jerárquica de la institución académica disminuye el número de mujeres. En Valladolid solo ha habido una rectora y hay muy poca presencia femenina en los equipos directivos de las facultades y escuelas. Según Milagros Alario, vicedecana de Ordenación Académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, a pesar de la progresiva feminización de los estudios superiores en el punto álgido de la carrera profesional las mujeres se quedan atrás. En la universidad se produce lo que Milagros Alario llama “el efecto pinza”, entran más mujeres que hombres, llega un momento del ascenso profesional en que las líneas se cruzan y posteriormente las cifras se invierten. El mayor número de matrículas femeninas lo explica Magdalena Santo Tomás, miembro de la Cátedra de Estudios de Género de Valladolid, como una estrategia de las mujeres para acceder en mejores condiciones al mercado laboral. También, por algo común a los dos sexos, para aprovechar el tiempo mientras aparece el primer empleo. Sociólogos como Juan Mora señalan como causa a los varones y su mayor tendencia al fracaso escolar. No se trata de una cuestión de capacidad intelectual sino de una falta de rendimiento en las enseñanzas medias. Sin embargo ya en el del doctorado, la presencia femenina empieza a disminuir. Las corrientes tradicionales lo justificaban con el factor tiempo, con la tardía feminización de la universidad. Pero según los últimos estudios la tendencia no parece que vaya a cambiar en los próximos años. Para determinar las causas de ese efecto pinza un factor importante para los estudios de género es el techo de cristal. La barrera que se plantea a las mujeres en un momento dado de la carrera académica y que se llama así porque es invisible y no una

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ANÁLISIS

discriminación directa. Un tipo de obstáculos invisibles serían las relaciones de poder masculinas. Para la periodista Pilar López Díez los que detentan la responsabilidad confían en sus iguales, en los que comparten sus ideas de disponibilidad ilimitada de tiempo. Para las investigadoras de la Cátedra de Género de la Universidad de Valladolid los sistemas de acceso al profesorado por cooptación y preselección ocultan esas relaciones de poder masculinas y justifican las diferencias entre hombres y mujeres. Al otro lado estarían las teorías de analistas como Irwing y Lynn, que explican la mayor presencia de hombres en las altas esferas de la cultura por un coeficiente intelectual más elevado. Niega la existencia de esas barreras invisibles y lo justifica en el mayor número de hombres campeones de ajedrez o premios Nobel. Por su parte, las nuevas investigaciones feministas con Linda Carli a la cabeza, piensan que la teoría del techo de cristal simplifica demasiado y se niegan a aceptar la existencia de un muro inquebrantable. Para ellas se debe evolucionar a una nueva imagen más optimista, la del laberinto con salidas difíciles de encontrar. Al tener mayores trabas las mujeres agudizan aún más su ingenio y esto explicaría el gran número de emprendedoras en el terreno empresarial. Otro factor también sería el abandono voluntario de la carrera por parte de las mujeres para dedicarse a la vida familiar. El profesor de la Universidad Complutense Antonio García Martínez también explica en la incompatibilidad con el proyecto de familia la escasa feminización de las carreras técnicas. Desde la perspectiva de género el fracaso profesional de una mujer debería medirse con atención a otros condicionantes. El modelo del éxito en el ámbito académico es aún masculino, con una dedicación total al trabajo. El método tradicional toma como medida el análisis del trabajo remunerado. La autora M. José Alonso Sánchez propone una definición de carrera y trayectoria en la que se tenga en cuenta todos los aspectos de la vida, también el ámbito doméstico. Considera que no se deben separar los logros conseguidos el mercado laboral de la vida personal. La Cátedra de Estudios de Género de la Universidad de Valladolid publicó un estudio en el año 2003 sobre la situación de las mujeres en los estudios vallisoletanos. El análisis corroboró la existencia del llamado “efecto pinza” y el número, casi anecdótico, de mujeres catedráticas. Algo que llamó la atención a los investigadores es que las mujeres apenas eran conscientes de la discriminación. Paula Nicolson señala tres etapas en la visibilidad de las desigualdades. Al principio la conmoción al comprobar que después de una carrera brillante como estudiante se empieza a detectar el sexismo en la institución. Esto lleva a una manifestación de protesta pero aceptación de la situación. Por último se pasa a una interiorización de valores de la cultura patriarcal con el abandono del trabajo o las que optan por quedarse en el empleo, se consideran a sí mismas una excepción y perciben a las demás como fracasadas. La educación y la preparación es el primer eslabón para el acceso al mundo del trabajo, y determina la obtención de un empleo de calidad. El análisis permite proponer soluciones para corregir desigualdades que se manifestarán en discriminaciones posteriores. El estudio que realizó la Universidad de Valladolid le hizo tomar conciencia de las situaciones de segregación y asumir un compromiso que se materializará en la próxima creación de una Unidad de Igualdad. El esfuerzo de las universidades, con una fuerte tradición masculina, por adaptarse y por acabar con las desigualdades influirá en el desarrolló de las carreras profesionales femeninas y permitirá a otras instituciones, cerradas para las mujeres, tomar ejemplo.

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ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN

Un plan para la igualdad Las mujeres, desde hace años, se han incorporado al mercado laboral. El mundo del trabajo estaba estructurado en clave masculina por eso se hizo necesaria la adopción de una serie de leyes para acabar con la discriminación por razón de sexo. Los poderes públicos españoles hicieron posible la igualdad formal gracias a la Ley para Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres de 2007. Pero detrás de la legislación debían venir medidas factibles para convertir en real lo concedido en el papel. Los Planes de Igualdad son unas de esas estrategias tendentes a conseguir en las empresas una igualdad de trato entre hombres y mujeres. Después de dos años de aprobación de la Ley sirven, además, de diagnóstico de la adaptación del mundo del trabajo. Hay varios aspectos para determinar si se está ante una situación de discriminación contra las mujeres. En primer lugar el principio de la igualdad de trato, la necesidad de eliminar las discriminaciones relacionadas con la maternidad o el estado civil. Es lo que ocurre cuando una empresa cambia de puesto de trabajo a una persona por pedir una excedencia para el cuidado de un menor o, cuando a la hora de acceder a un empleo, se interesan por la situación familiar. Otros conceptos son los de acoso sexual y acoso por razón de sexo y es importante diferenciarlos. El acoso sexual es un delito y se produce cuando se tiene un comportamiento de naturaleza sexual que atenta contra la dignidad de una persona. El acoso por razón de sexo está relacionado con el trato degradante de un individuo por el simple hecho de ser hombre o mujer. Por último las políticas de acción positiva. Tanto los sindicatos como la Ley recuerdan que son medidas excepcionales que solo se aplicarán cuando exista necesidad de corregir una desigualdad. Es lo que ocurrió con el colectivo afro-americano en EE.UU. para garantizar su presencia equitativa en la sociedad. Se trata de que en igualdad de condiciones, se facilite el acceso al grupo menos representado. El diagnóstico Los Planes de Igualdad son obligatorios en empresas con más de 250 trabajadores. En la administración pública no hay límite para la aplicación. Tanto el Gobierno como los sindicatos han elaborado diferentes guías para que las empresas hagan efectiva la igualdad de trato. El primer paso es un diagnóstico de la situación realizado por las empresas y los representantes sindicales. Es una fase de recopilación de información por sexos. Para determinar la situación de las mujeres interesa el acceso a la empresa, datos como cuántas incorporaciones femeninas ha habido en los últimos cinco años o informaciones básicas sobre las solicitudes presentadas. Aquí el dictamen sobre la situación de la empresa es determinante para medir el motivo por el que un sexo está menos representado. El problema puede estar en el lenguaje excluyente de algunas ofertas de empleo o la referencia directa al sexo en las demandas. La información debe recoger, además, datos relacionados con la formación dentro de la empresa y las promociones. Según la Agente de Igualdad Miriam Sancho hay que tener en cuenta que en muchas ocasiones se motiva la segregación con las diferentes opciones educativas que suelen elegir cada sexo. Además la formación es un arma que puede utilizarse en la empresa para acabar con los estereotipos.

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ARTÍCULO DE DIVULGACIÓN

En cuanto a la conciliación de la vida familiar y laboral, interesa un análisis de la utilización en la empresa del permiso por paternidad, la cesión al padre de la suspensión por maternidad o el permiso de lactancia. También datos cuantitativos sobre el ejercicio de derechos como la reducción de jornadas para el cuidado de menores o el acompañamiento a personas dependientes a consulta médica. Estas medidas estaban dirigidas a las mujeres. Ahora de lo que se trata es de concienciar a los varones en su responsabilidad en la conciliación. Por eso el dictamen debe estar encaminado a determinar el uso en esa empresa de esos derechos y si se incentiva a los hombres a ejercerlos. La Ley de Igualdad obliga a tener un protocolo de actuación en caso de acoso sexual o moral en el trabajo. El diagnóstico del Plan también debe determinar si hay en las empresas una regulación sobre el acoso y, en caso afirmativo, la penalización que se establece. También se les pide que declaren si tienen conocimiento de algún caso de acoso sexual o por razón de sexo. Las soluciones Después del diagnóstico vienen las propuestas. En el acceso al empleo se pretende una representación equitativa de ambos sexos. La redacción de una declaración de principios para evitar discriminaciones es un ejemplo de actuación. También la participación femenina en los tribunales de selección o revisar de forma periódica la distribución por sexos de la plantilla. En la formación y promoción entran en juego las políticas de acción positiva. Deben ser entendidas como una estrategia temporal para que en igualdad de méritos y capacidad en los niveles menos representados tengan preferencia las mujeres. La promoción en muchas ocasiones está relacionada con la disponibilidad para la formación y el trabajo. Así, según Miriam Sancho, los que menos acceden a la conciliación tienen más tiempo para formarse y promocionar. En este sentido una solución que han adoptado muchas empresas es establecer topes horarios y meter los cursos dentro del horario laboral. El objetivo de la conciliación de la vida familiar y laboral es acabar con la idea de que es un deber femenino. Por eso una de las medidas que se proponen es recoger en el convenio una flexibilidad horaria tanto para hombres como para mujeres. También las empresas actúan como agentes de igualdad con campañas de información dirigidas a los hombres para sensibilizarlos en sus responsabilidades familiares. Por último el acoso sexual y por razón de sexo. Según la Ley, tienen como consecuencia el despido inmediato. Para los sindicatos, son situaciones muy difíciles de denunciar y de probar. Suele haber una tendencia a percibir por parte del resto de los trabajadores como normal una situación que en realidad no lo es. Por eso entre los objetivos de los Planes de Igualdad está la información para detectar los casos y fomentar un ambiente de trabajo poco propicio para el acoso. Los Planes de Igualdad forman parte del paquete de medidas destinado a adoptar un mundo laboral tradicionalmente masculino a la incorporación de la mujer. También están encaminados a asumir por el mundo del trabajo los cambios de la sociedad en general. Unas transformaciones que afectan al ámbito privado pero que tienen repercusiones en lo público como la incompatibilidad de la vida familiar y laboral. Pero, además, los planes de igualdad son el cumplimiento de un compromiso que asumieron los poderes públicos desde la Constitución, la igualdad de todos los individuos.

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COMENTARIO

Estereotipos de género Noemí Garcimartín Muñoz El último informe de la Junta de Castilla y León sobre la situación económica y social de la comunidad, dedica un epígrafe a la atención a la mujer. Dentro de este punto, encuadra la administración autonómica el problema de la conciliación de la vida familiar y laboral como una cuestión femenina. Lo que se plantea como una ayuda y un derecho de las mujeres es en realidad una obligación que desemboca en la perpetuidad de unos obstáculos mayores para la lucha por la igualdad. Esas trabas no son otras que los estereotipos de género. Según la Real Academia de la Lengua, estereotipo es una imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con carácter inmutable. Si se añade la categoría de género se entiende que son las características asumidas de forma tradicional a cada sexo en una determinada sociedad. Las mujeres cuidaban del hogar mientras los hombres salían a trabajar. El problema de los estereotipos es la perpetuidad. Los medios de comunicación ayudan a la subsistencia de los roles cuando muestran como cotidiano imágenes tradicionales del reparto de papeles entre el hombre y la mujer. También, algunas medidas que parecen en favor de la igualdad, como los convenios colectivos que permiten flexibilidad horaria solo para mujeres. Todo esto lleva a percibir como una responsabilidad femenina las obligaciones familiares. La mantenimiento de los estereotipos de género tradicionales, además de para la mujer, plantean un problema a la sociedad en general. La vida estaba planteada para que siempre hubiera una persona en casa, pero la incorporación de la mujer al mundo laboral, hace que esto no sea así. Sin embargo las responsabilidades de la vida privada siguen igual que hace años. Detalles como el sistema de correos o las vacaciones de los escolares no se adaptan a los horarios laborales. Los roles tradicionales son incompatibles con formas de vida actuales. Sin embargo, más grave que la subsistencia de los roles es que se les adjudique distinto valor y dignidad. La sociedad da mayor importancia al trabajo remunerado que a las tareas dentro del hogar. El mayor prestigio de las labores productivas se traduce en una compensación económica. Los que trabajaron toda su vida fuera de casa percibirán una jubilación en la vejez. Sin embargo, las que se encargaron de las tareas reproductivas, las que criaron a los niños, las que hacían malabarismos con sueldos míseros y conseguían poner un menú distinto cada día o vestir a sus hijos con un traje diferente, tal vez no cada día, pero sí cada domingo, no recibirán nada. La propuesta para la aplicación de Planes de Igualdad del sindicato CC.OO (Comisiones Obreras) aconseja que se reubique a los hombres en trabajos femeninos para que tengan mayor aceptación. Otra medida que oculta en realidad una nueva discriminación. Las tareas tradicionales femeninas, como el cuidado, tienen dignidad por sí mismas. De muchas de ellas depende el futuro de la sociedad. Es tan sencillo como que si nadie se ocupa de criar hijos, la natalidad disminuirá aún más. Por eso lo que propone el sindicato, al igual que la de la Junta, es una medida superficial y sexista que no toca la raíz del problema: la educación.

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COMENTARIO

A los niños que juegan con muñecas se les llama “nenas”. Todo cambiaría si observaran que los mayores no consideran denigrante realizar comportamientos asociados con las mujeres. También si se le da la misma importancia, incluso económica, a las labores del hogar y a las de fuera de él. Es necesario cuidar todo tipo de detalles. Es evidente que la televisión e Internet educa a los niños. Ellos se fijan en los anuncios, en los catálogos de juguetes o en las series de televisión, no en campañas dirigidas a mayores y firmadas por gobiernos estatales o autonómicos. Las mujeres han recorrido un largo camino para conseguir salir de la invisibilidad a la vida pública. Han pasado de estar vetadas para ciertas profesiones a acceder al mercado laboral en igualdad de condiciones. En los primeros pasos, en la formación apenas se nota la discriminación. Sentados en el colegio o en las aulas universitarias todos parecen iguales, pero cuando se accede al mercado laboral los estereotipos de género empiezan a aflorar. Cuando llega el momento de hacerse mayor e interpretar los roles que la sociedad confiere a cada uno, las cifras demuestran que las mujeres siguen dedicadas al papel tradicional. Más del 90% de las ayudas a la conciliación las piden las mujeres. Son ellas las que acceden a las reducciones de jornada y sacrifican su vida personal y laboral por un futuro que no es el suyo. Es cierto que discriminación directa apenas existe ya, pero los estereotipos de género son otra manifestación de la desigualdad. Con el mismo argumento que se atacan las políticas de acción positiva se afirma que la segregación de roles es solo una cuestión de tiempo. Al igual que el propio mercado regulará el reparto del trabajo, llegará un momento en que los estereotipos de género desaparecerán de forma natural. Sin embargo, las mujeres que accedieron a la educación y al mercado laboral en igualdad ejercen el mismo papel que ya interpretaron sus madres y sus abuelas y la tendencia no parece que vaya a cambiar. La conciliación de la vida familiar y laboral tal y como está planteada perpetúa roles sexistas y no confiere a las labores femeninas ninguna dignidad. Empuja a las mujeres a quedarse en casa y no incentiva a los varones a ocuparse de las obligaciones familiares o, incluso, personales. Este tipo de discriminación es menos evidente porque aparece enmascarada como ayudas a la mujer. Se trata de medidas a corto plazo que no solucionan el problema de fondo ni proponen respuestas para el futuro. El “cheque bebé” es una de ellas que debería haberse traducido en la creación de más guarderías públicas mucho más útiles para la sociedad. El lema feminista de los 70, “Lo personal es político” vuelve a tener sentido en la actualidad. Aquellas mujeres comprendieron que lo primero que había que hacer era superar roles del pasado para evolucionar en el camino de la igualdad. Han pasado treinta años y la vida privada, todavía, condiciona la vida pública femenina e impide un desarrollo pleno. Escondidos en medidas de conciliación o en anuncios de televisión los estereotipos de género siguen sin desaparecer. Es hora de plantear soluciones firmes y a largo plazo porque la discriminación sexista no es solo un problema para las mujeres, es una cuestión de dignidad social.

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