Muchas nueces n° 2

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Revista Trimestral/ Año:1 N° 2- ABRIL/2014 SANTA FE CAPITAL

SOBERANIA

EDUCANDO AL SOBERANO Entrevista a ¨Tato¨ Iglesias

6 PUNTOS PARA UNA SOBERANÍA ENERGÉTICO PRODUCTIVA Por Adrián Fedele CARTOGRAFÍA: construcción y constructora social URBANAS: Ciudad Sagrada de Quilmes: Lucha y resistencia en la defensa de derechos colectivos

Entrevista a Sebastián Pastrana

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CABLE A TIERRA Soberanía y emancipación en ¨El maestro ignorante¨ de Jacques Rancière

HISTORIA PRESENTE: Democracia en la UNLAR Entrevista a JOSE JATUFF (Asamblea Docente Universidad Nacional de La Rioja)


Agradecimientos Matías de Brasi Lucas Bizzotto Hernan Cossu Adrián Fedele Roberto Tato Iglesias José Jatuff Sebastián Pastrana ¨Sé que pudo resultar sacrílego que este manual de divulgación hable de economía política en el estilo de una novela de amor o de piratas. Pero se me hace cuesta arriba, lo confieso, leer algunas obras valiosas de ciertos sociólogos, politicólogos, economistas o historiadores, que escriben en código. El lenguaje hermético no siempre es el precio inevitable de la profundidad. Puede esconder simplemente, en algunos casos, una incapacidad de comunicación elevada a la categoría de virtud intelectual. Sospecho que el aburrimiento sirve así, a menudo, para bendecir el orden establecido: confirma que el conocimiento es un privilegio de las élites. Algo parecido suele ocurrir, dicho sea de paso, con cierta literatura militante dirigida a un público de convencidos. Me parece conformista, a pesar de toda su posible retórica revolucionaria, un lenguaje que mecánicamente repite, para los mismos oídos, las mismas frases hechas, los mismos adjetivos, las mismas fórmulas declamatorias. Quizás esa literatura de parroquia esté tan lejos de la revolución como la pornografía está lejos del erotismo. ¨

Sumario EDITORIAL 19 y 20 razones para perseverar en la pluralidad........................... p. 3 EXPEDIENTE:Soberanías -Educando al soberano: Entrevista Tato Iglesias.............. p. 4 -La Cartografía, Construcción y Constructora social................ p. 7 -6 puntos para la soberanía técnico productiva: por Adrián Fedele...................... p. 9 HISTORIA PRESENTE Democracia en la UNLaR: Entrevista a José Jatuff................p. 11 URBANAS ¨Ciudad Sagrada de Quilmes¨ Lucha, Resistencia y defensa de derechos colectivos: Entrevista a Sebastián Pastrana...p. 13 CABLE A TIERRA Soberanía y emancipación en ¨El Maestro ignorante¨ de Jacques Rancière......................... p.14 MOCIÓN DE ARTE Por Matias de Brasi..................... p.18

Las venas abiertas de América Latina EDUARDO GALEANO

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EDITORIAL Así como los hechos y las ideas no se instalan ni revisten sentido desde la nada o por azar, sino como producto de un conjunto de procesos y decisiones, la aparición de ciertas nociones como fundamentales e ineludibles para hablar del presente también responde a determinadas condiciones (sociales, históricas, políticas, etc). Tomar entonces como tema conceptos o ideas que se han vuelto “urgentemente actuales” no tiene por qué suponer que se acepta pensar y discutir en los términos que un

discurso dominante ha definido e impuesto. Más bien significa lo contrario: analizar todo lo que implican y poner a consideración la pluralidad de significaciones y formas que asumen en distintos contextos para evitar así que una sola voz se arrogue la palabra. Por eso, nos propusimos tratar en este número las Soberanías. Soberanías y no soberanía porque consideramos que el requisito para abrir el campo de juego y no “hacer el juego a” es romper con el lugar natural en que está circunscripta una idea y mostrarlo como un espacio polémico que comprende más de un ámbito y más de un actor y una visión. Nos propusimos así descentrar la soberanía del eje del estado, no para suprimirla sino para situarla en relación con los diferentes espacios en que ésta aparece como objeto de consideración, disputa y sobre todo, acción. De esta manera, concebimos soberanías como una idea plural y abierta. El presente número aborda diversas experiencias que la materializan: proyectos energéticos, educativos, simbólicos, territoriales. Lo que nos permite considerar estas experiencias en conjunto es que todas suponen la lucha por la libertad, la independencia y la emancipación, cuestionan el binomio poder-autoridad, desde el que tradicionalmente se plantea el tema de la soberanía.

19 y 20 razones para perseverar en la pluralidad ¿cómo se lucha contra la corporación de Clarín mientras se avala la de Monsanto? ¿cómo se reclama, cacerola en mano, por libertades y derechos Civiles y se impugna medidas que bregan por la ampliación de derechos fundamentales - como el acceso a la vivienda, a la educación, a la salud- de quienes por “portación de cara” no son dignos del “status” de ciudadano? ¿cómo se piensa el desarrollo nacional montado sobre un modelo ferozmente extractivo?¿qué alternativa representa el “progresismo” del FAP que al asumir como gobierno se olvidó de luchas que prometió honrar como la de la inundación de 2003 y que concibe la cultura como un cúmulo de actividades elitistas?¿cuán “socialista” es un gobierno que desaloja barrios enteros con miras a sus negociados inmobiliarios? ¡¿qué hace la izquierda partidaria marchando con Moyano y el “momo” Venegas?! Reivindicamos soberanías porque siguen siendo una alternativa real la autonomía, la horizontalidad y la participación colectiva, motores de organizaciones estudiantiles, territoriales, culturales e incluso gremiales. Defendemos soberanías porque defendemos la memoria en el cuerpo, las ideas y la acción, y si hay algo que parió el 2001 y es su legado vivo es la realidad de la diversidad. La propuesta de Muchas Nueces es que ningún aparato dicte la forma en la cual ver y los términos con los cuales construir nuestro pasado vivido, ni nuestros horizontes tendidos. Si la memoria es nuestra, también nuestro es el presente. Y al presente, eso sí, lo construimos con acciones, no con mitologías ni retóricas coyunturales que pretendan hablar “en nombre de todos y todas.”

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MUCHAS

Hablamos de soberanías como terrenos de lucha porque tantos proyectos, con los que compartimos principios, nacieron, cuando hace más de una década, en Diciembre de 2001, esta idea hecha carne en miles de argentinos mostró que no eran el Estado ni las instituciones su espacio natural ni privilegiado. Las resistencias antepuestas a las injusticias acumuladas por décadas tomaron la calle y se tradujeron en nuevas formas de organización, de concepciones de la política y de prácticas emancipatorias. Proyectos que tuvieron como denominador común la puesta en primer plano de la participación activa; que quebraron la delegación como la única forma legítima de ejercer ciudadanía y, junto con ella, la autoridad de los partidos políticos y de las burocracias gremiales –viejas y nuevas. Asambleas barriales, cooperativas, usos colectivos de asignaciones estatales (los “planes”), nuevas formas de acción directa y un largo etcétera conformaron originales repertorios de praxis política que cuestionaron la legalidad de la democracia formal como forma para alcanzar la legitimidad. Elegimos decir soberanías porque disputamos la interpretación unívoca que pretende diluir las formas de protesta, participación, construcción, lucha, disidencia, ruido y discusión que emergieron desde entonces. Esas son formas que perviven más allá de la “vuelta de la institucionalidad”, peleas que no murieron y se atestiguan en las experiencias que compartimos en este número. Proponemos pensar soberanías en plural porque no alineamos la discusión en la polarización que se quiere imponer del escenario político actual, donde estaría vedado plantear preguntas como: ¿cómo se explica laconvivencia de políticas ciertas aunque acotadas de inclusión con continuidades relativas a la acumulación y concentración de capitales?


EXPEDIENTE:

SOBERANIA

En este segundo número de Muchas Nueces apostamos, nuevamente, al plural. Porque otra vez dimos con innumerables realidades, que anulan la verdad de un discurso único y la mirada de arriba hacia abajo. Otra vez, las experiencias concretas desmienten las puestas en escena que quieren totalizar, homogeneizar. De nuevo, los problemas se comparten y las luchas se multiplican. En las soberanías que en este Expediente compartimos, encontramos todo salvo quietud, cualquier cosa menos resignación. Encontramos anudadas firmemente dos ideas: soberanía y emancipación. Las luchas por establecer la potestad de un derecho son aquellas por vencer la dominación. Encontramos además, que esa emancipación implica disenso y que las divergencias, las peleas y los desencuentros forman parte del día a día de la práctica política. Esas disonancias están reflejadas, en este número, en las diferencias de perspectiva que los diversos artículos proponen.

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La construcción y el sostenimiento de las luchas emancipatorias (proyectos vivos de una potestad popular distinta, forjada para que no haya un abajo) no apuntan a cambiar una monocromía por otra que, esta vez, sería legítima. La emancipación es en sí misma constante, se reedita como necesaria todos los días y, para alcanzarse, debe contar con la diversidad que en el mundo real, lejos de los manifiestos y los atriles, es problemática. Y es problemática porque, en el fondo, se trata de una batalla por la apropiación y por la autodeterminación. Más precisamente, apropiación para la autodeterminación. Es, por qué no, un problema de distribución de recursos. Recursos que se destinan o a interpretar o a cambiar el mundo. Lo segundo no es sin lo primero, puede argumentarse; sin embargo, sucede las más de las veces, en la práctica y en los sentidos dominantes con que nos aleccionan, que estos momentos se fosilizan en opuestos.

Hacer soberanía es cambiar el mundo

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MUCHAS

Cambiarlo hacia donde queremos, apropiarnos de lo que hay para llevarlo a donde queremos. Entonces, se trata inevitablemente, de una batalla cotidiana. La grande: entre quienes quieren que las cosas permanezcan tal cual están dispuestas (lo que se dice el statu quo, vio?) y quienes pelean por transformarlas. Las pequeñas (muchas veces más desgastantes) entre las infinitas posibilidades, entre las transformaciones deseables. Decimos entonces, soberanías, porque los destinos son múltiples por definición, y estamos convencidos de que ese no es un problema. Nunca ha surgido un problema de la diferencia. Son siempre los intentos de homogeneización forzada los que traccionan el estallido de una diferencia furiosa, irreconciliable. Las formas en que se proponen resolver esas encrucijadas marcan el camino y en este número de Muchas Nueces planteamos soberanías como una idea plural y abierta materializada en distintas prácticas de emancipación.

La realidad le quema los papeles a la soberanía vertical, única, esa que nos inculcan todos los santos y non santos días de nuestras vidas. La Nación no parece darnos la oportunidad de ser parte de ella a menos que aceptemos ciertas condiciones. Y esto, dicho por un grupo de gente que no se ve forzado a aceptar condiciones extremas. ¿Y los que sí? Bueno, ahí viene al ruedo Atilio Borón en ese recuento que, por ser un esfuerzo de simplicidad, convida a ser leído, cuando nos cuenta que El Che, ante un marxismo verticalista, jerárquico, sin sentido, postuló que era hora de “arrojar esos textos por la borda y repensar todo de nuevo.” Pensar todo de nuevo. Lo que está escrito sobre piedra, que se muela. Si la soberanía no incluye la diferencia, si no nos incluye como sus artífices, no es una soberanía que nos pertenezca. En las experiencias que compartimos en este Expediente, esa es la medida común: la ausencia de pasividad, la hechura de emancipación. Contra los manuales amarillos, estas peleas.


EDUCANDO AL SOBERANO La educación ha sido, en especial a partir de que los Estados nacionales la tomaron a su cargo, uno de los elementos más controversiales de la agenda social. Ambivalente, a la vez arma de adoctrinamiento y herramienta de liberación, la educación sigue siendo esencial a proyectos emancipatorios de la más diversa índole. A continuación, charlamos sobre la relación entre educación y soberanía con Roberto Tato Iglesias, referente de la Universidad Trashumante, una alternativa a la educación formal y una apuesta al trabajo colectivo. Muchas Nueces ¿Cómo abordan el tema de la soberanía vinculado a la idea de emancipación? Tato Iglesias- Para mí hay un problema en el país, que se ha venido desarrollando en los últimos 50 años, que tiene que ver con la paulatina destrucción del sistema educativo. El sistema educativo formal, que siempre estuvo planificado para el lado de los poderosos, servía de alguna manera en el sentido de que todo pasaba por el mismo. Sin embargo, pudimos salir críticos algunos, más allá de las intenciones que tuviera el sistema. Es evidente que hay un deterioro grande que tiene sus ítems claros para mí: cuando el Presidente Arturo Frondizi, declara la Universidad libre, el problema no es la Universidad privada sino que el Estado la financie en detrimento de la pública. Después, “la noche de los bastones largos” en el gobierno de Onganía, que el Ejército ingresa a la Universidad Pública por primera vez en la historia (esto está prohibido por ley) y se golpea gente, se van a Europa profesores, emigran, algunos no vuelven nunca más. Después, obviamente, la dictadura. Luego la Ley Federal y la Ley de Educación Superior, que hasta acá no fueron suplantadas por ninguna ley que estructuralmente cambie las cosas. Existe una ley que sacó Filmus, pero era una ley reglamentarista, no cambia nada. A qué viene esto, a que hay muchas palabras, muchos conceptos que a nivel popular se fueron perdiendo, no solo conceptos abstractos, como puede ser el concepto de soberanía en principio, sino porque se fueron perdiendo conceptos históricos. Hay un gran desconocimiento de la historia argentina, de la historia inmediata, los personajes, de quiénes estuvieron a favor de quién y en contra de quién. Entonces asistimos a un proceso en el cual cualquiera pasa a ser héroe en cualquier momento, todos quieren ser los creadores de la historia, el gobierno más importante. La política partidaria está llegando a límites anormales. Yo recuerdo en la década del 50, cuando Perón planteaba, justamente, la soberanía política. Él hablaba siempre de la soberanía política, en el sentido de que la soberanía básicamente tiene que ver con el concepto de emancipación. Un país soberano es un país libre, un país soberano es un país autónomo, es un país que decide sus propias políticas. Y esto, en realidad, nosotros seguimos cantando el himno, seguimos diciendo que somos independientes, seguimos celebrando el 9 de julio, seguimos celebrando el 25 de mayo, somos cada vez menos soberanos en este nuevo invento del capitalismo de la globalización. Cada vez más la mayoría de los países que hemos sido dependientes, que hemos perdido soberanía en forma impresionante, hoy estamos sujetos a las grandes empresas norteamericanas, como siempre. Por más que arriba se declara un discurso político emancipador, la realidad es que Monsanto está en nuestro país, está entrando a muchas partes del país a veces solapadamente: acá en San Luis, el martes 26 de diciembre en una zona cercana a Merlo hay una marcha por fumigaciones que están produciendo cáncer. Y esto es una lucha que se está dando en todas partes, así como contra las mineras. Pasa con YPF, que le entrega a una empresa yanqui la explotación de los recursos en Neuquén. En general la soberanía es una lucha, que para mí, debe hoy estar por fuera del Estado. O sea, solo los grupos sociales,

políticos apartidarios y autónomos son los que se están encargando de decir NO a estas empresas en diversos lugares del país, los que están resistiendo. En muchos casos, también por el tema de la tierra. Está el caso de los Qom en Formosa, de la gente de Córdoba, muchos casos en la provincia de Buenos Aires y en muchas partes del país, donde la tierra está en mano de los poderosos. Acá en San Luis tenemos el ejemplo de un pueblito que se llama Estancia Grande, que de repente lo han convertido en un pueblo tipo Miami, en las sierras con canchas de golf, canchas de futbol con tribunas, calles que eran de tierra ahora empedradas, tomaron tierras de gente campesina muy amiga nuestra y todo termino en grandes negocios inmobiliarios. En todas las ciudades del país estamos viendo florecer grandes edificios de departamentos que no se saben de quién son ni quién los construye, cómo se hacen, y nada tiene que ver con la soberanía inmobiliaria.

MN- Teniendo en cuenta una idea de igualdad que respete y fomente las diferencias de lo que cada uno puede aportar ¿Te parece fructífera la idea de soberanía para vincular las dimensiones personales o individuales del empoderamiento con la dimensión colectiva? T.I- Todo empieza con la toma de conciencia que siempre es individual. La toma de conciencia está ligada a la lectura de la realidad. La realidad es una sola, la podemos ver desde lugares diferentes, pero es una. Generalmente o históricamente, la derecha la veía de una forma, y la izquierda de otra o los opresores lo veían de una forma y los oprimidos de otra o los burgueses de una forma y los proletarios de otra. Últimamente se ha producido esta fragmentación universal -creo yo que es universal- donde se produce una pelea de todos contra todos: unos dicen pobres contra pobres pero en realidad hoy con estos gobiernos pseudoprogresistas, en los que muchos compañeros y amigos de luchas históricas hoy estamos en lugares diferentes, desde el punto de vista de cómo miramos la realidad. Algunos miran como si se estuviera produciendo una revolución emancipadora que avanza hacia la soberanía nacional y popular pero otros

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vemos un país que cada vez mas está en manos de las empresas extranjeras y los poderosos, cada vez hay más pobres y más problemas, que cada vez hay menos tierras, menos recursos y menos derechos. La conciencia sobre la realidad es un problema de formación, es un problema ideológico. Y bueno, desde la educación popular esta concienciación, en la cual trabajamos, evidentemente es libertaria. Si yo hago educación popular y sólo quiero que la gente tome conciencia de acuerdo a mí conciencia y bajo línea, estoy haciendo al revés, lo mismo que criticamos nosotros: he tenido alumnos míos que han sido funcionarios del gobierno de Rodríguez Saa, gente formada con nosotros que hoy están en cargos kirchneristas. Vos tenés que insistir en la toma de conciencia porque después la opción es personal, no depende de nosotros. Nosotros tratamos de educar y de hacer educación popular haciendo que la gente se ponga en contacto con la realidad como es, no como se la venden los burgueses, los oligarcas, los poderosos, los propietarios, etc. Después, si la opción de ellos por x circunstancias pasa por otra cosa, bueno, ya no es un problema nuestro. Hay que ligar esto con las conciencias personales, con el tema de la conciencia colectiva hay algo que nos está pasando. Hoy, en esta conciencia colectiva de los grupos autónomos que luchan por la soberanía por fuera del estado, que estamos bastante desprotegidos, como que estamos a la intemperie, la verdad estamos bastante despistados. Si la gran mayoría de los grupos sociales que existían en el 2000 no se hubieran dejado cooptar por el gobierno, si no hubiesen pasado a ser orgánicos a un gobierno, quizás sería distinto. Hoy hay muchísimos grupos, en muchísimas partes del país que, resistiendo en autonomía, no cabe la posibilidad -habría que estudiar por qué- de que se junten. Antes, me acuerdo que cuando hacíamos un encuentro nacional, venían múltiples grupos. Hoy hay que analizar no solamente al opresor sino también al oprimido. Lo colectivo, desde mi punto de vista, está bastante desdibujado, no se visualiza hoy como colectivo. Hay algunas organizaciones: algunos de los movimientos sociales más fuertes se convirtieron en partidos políticos, lo cual nadie tiene que criticar la opción de los otros, es de ellos, pero tienen que entender que eso debilitó mucho al campo social. Y después hay muchos grupos que se dicen independientes y en realidad están con el gobierno; yo prefiero un muchacho de La Cámpora que sea de La Cámpora, me diga que es de La Cámpora y actúe como de La Cámpora, y no gente que me diga que es independiente y estén en todos los actos kirchneristas, que vote con ellos. MN- ¿Qué obstáculos encontrás para el empoderamiento que propone la educación popular? ¿Qué prácticas y concepciones arraigadas alimentan el statu quo…la estratificación? TI- Hoy, hay que ser bastantes sinceros; los problemas que hay hoy en Argentina, son los problemas que había en América Latina ya hace diez años. Yo lo digo por experiencia propia, me acuerdo del año ´85, que estaba en San Pablo, Brasil y había problemas estructurales de la sociedad, que acá en Buenos Aires no existían, o los problemas que se relataban en las escuelas secundarias de Bogotá, en Ecuador hace quince años atrás; después llegaron acá. En Buenos Aires para entrar en los barrios, le tenes que pedir permiso a alguien, en general, o al narco o a la policía o al puntero político, yo sé que hay agrupaciones autónomas que están instaladas pero por problemas o por los narcos, se está poniendo muy dura la vida social que tienen. En general cuando hay elecciones, por ejemplo, se puede entrar un poco mejor a los barrios, cuando vas la propia gente te dice, esto es lo mejor para nosotros porque todos los punteros nos traen siempre algo. A mí me parece que lo más importante es la educación popular con sectores populares, en la medida en que esto se logre y se quiera hacer este tipo de trabajos de formación, es impresionante como esto cambia. Nosotros estamos construyendo una escuela de educación popular para sectores populares, autónoma, y hemos visto en Córdoba, cómo la gente que se ha formado en nuestra escuela, cuando estuvo en los barrios y en las toma de terrenos, tienen un nivel de consciencia y acción mucho más grande que el resto. Ahí mismo en Santa Fe, hay compañeros Mocovies que se han “recibido” en esta escuela, de los cuales hemos aprendido una barbaridad. Justamente nosotros, uno de los primeros que temas

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que tocamos fue el tema de la ideología y ahora le estamos diciendo tierra, si la ideología es desde donde miras el mundo, los sectores populares o quienes han sido encerrados en un barrio, lo siguen mirando desde la tierra. A mí me parece muy interesante seguir con el trabajo de educación popular formando, en la medida que podamos, clarificar el trabajo. En relación a las prácticas que alimentan el statu quo, ya se ha convertido en un problema ideológico cultural. Los prejuicios hacia los sectores populares son cada vez más grandes. Las cárceles se construyen nada más que para los pobres. Hay muchas Provincias donde la guerra entre la Policía y los pobres es una barbarie. Todo apoyado por los Gobiernos de turno. Todo es muy injusto. MN- ¿Cómo se vinculan las experiencias de educación popular en su esquema epistemológico/político con el horizonte ampliado de un proyecto nacional y popular? TI- En mi opinión, la educación popular siempre tiene que ser critica y, si es crítica, no puede estar en el Estado, es absolutamente imposible. A poco de comenzar el gobierno de Kirchner -a dos o tres años- me llega una carta -que me sorprendió muchísimo- invitándome a la Dirección de Educación Popular del gobierno nacional. Yo no tenía ni idea que existía una dirección, y les hice una carta explicando por qué no iba a ir, que dio tantas vueltas esa carta que después me llegó a mí como si fuera otra persona. Yo me resisto a pensar que los gobiernos tengan que hacer educación popular desde el estado. En Cuba hay escuelas de Educación Popular que tienen ciertas restricciones para poder avanzar en un grado de conciencia, por concepciones que hay acerca de la revolución y quien manda en la revolución y quien la organiza; es una estructura bastante vertical, nosotros luchamos contra las estructura verticales, no concebimos un proyecto de educación popular que dependa de una sola persona. A mí me parece que ni siquiera gobiernos que digan ser revolucionarios tendrían que hacer educación popular. Esta tiene que venir desde abajo, tendría que ser de la gente de los barrios. Si fuera revolucionario, estaría revolucionada y la gente por su cuenta, si necesitara el gobierno haría proyectos, programas. MN- ¿Qué opinión te merece el rol de los intelectuales que apoyan al gobierno nacional, en términos de sus prácticas, sus discursos? TI- Hay algunos que no los conozco, o aparecieron ahora, no sé de dónde han salido, son intelectuales de último momento. En general, no conozco muchos intelectuales que apoyen al gobierno. Está Carta Abierta, donde hay algunos que me merecen respeto intelectual como Horacio González, que me parece que, si bien apoya al gobierno, si tiene dudas las plantea. Después, en general, la gente se va acomodando a una estructura de poder, con convicciones extraordinarias. Están cerca de los que mandan, las oficinas, con chofer y todas esas cosas. Y no son solamente los intelectuales: hubo artistas populares muy queridos que están con el gobierno. Músicos, actores, actrices y hay mucha gente que está por interés también. Por sueldos, sobresueldos. Los pocos músicos populares, autónomos que existen hoy, que no han ido a cantar a la casa de gobierno, al salón blanco, en ningún acto público oficial -que me parece una barbaridad, lo digo así con todas las letras porque lo he dicho siempre y tengo que ser honesto conmigo mismo-, todos tienen dificultades de conseguir trabajo. Hay agencias que no los quieren contratar, intendentes que no los quieren contratar por miedo o por temor. Cuando hay temores, la libertad no camina, algo hay que replantearse. Cuando los pobres no se organizan, no se aglutinan ni militan, algo está pasando. Si la sociedad está muy callada, algo está pasando. Esto es extremadamente grave para construir una sociedad distinta. Por eso es importante, como decía Paulo, tener clara la denuncia y el anuncio. Resistir y proponer al mismo tiempo. Saber construir siempre caminos de esperanza reales.


CARTOGRAFÍA: construcción y constructora social Hace un tiempo el actual Ministro de Defensa de la Nación, Agustín Rossi, presentó un mapa en el que se sitúa en el centro del mundo al territorio argentino. El fin político que, dijo, trascendía al mapa era de el de representar correctamente las superficies de los países además de romper con el eurocentrismo de los mapas anteriores. Este gesto, acordemos o no con su resultado, hace explícito un cúmulo de voces que señalan la necesidad de sincerar la naturaleza política –totalmente política-, y por tanto subjetiva, de los mapas. A continuación, y de la mano de las demás consideraciones que se hacen en este Expediente sobre soberanías, algunas notas sobre los mapas como herramientas que construyen realidad. Brevemente, los mapas más utilizados, entre ellos el denominado “Mercator” cumple con una cualidad técnica de representar los paralelos y meridianos como rectas que se cruzan a 90°, lo cual facilita los trazados de navegación. Esto lo hace a costa de la fidelidad de las superficies, puesto que a medida que nos acercamos a los polos las áreas de los continentes se distorsionan en aumentos considerables (por ejemplo, el efecto de que Groenlandia aparezca del mismo tamaño que África). Estos intentos de poner en cuestión el tipo de cartografía que consumimos suelen centrarse en el uso y abuso de las proyecciones cartográficas (el traslado del globo al papel). En realidad quienes efectúan la mayoría de las críticas no provienen específicamente de la cartografía sino del campo más general de la geografía, o incluso de otras disciplinas como Trabajo Social, Antropología, etc. De hecho, los planes de estudio de las carreras universitarias ligadas a la cartografía, al menos en nuestro país, no promueven la crítica cartográfica, puesto que se inscriben en corrientes que suponen a la cartografía como una ciencia objetiva y técnica, en la que no tiene lugar la subjetividad. En otros países sí se registran experiencias críticas con comprobado valor académico que conciben el territorio sistémicamente y que han demostrado que al entorno no sólo lo conforman las vertientes, los valles, las mesetas, las calles, los edificios, sino también el significado que le dan a éstos sus ocupantes. Desde esta perspectiva, la realidad es un sistema compuesto por el espacio y por las relaciones que en él se establecen, de aquí se desprende que las representaciones de dicho territorio deben ser también sistémicas, integrando tanto lo espacial, lo topográfico, como lo vivencial fundado en la propia experiencia y concepción de aquellos mismos que construyen y ocupan ese territorio. Para ubicarnos en esta corriente, debemos reconocer a la cartografía como una herramienta fundamental en la construcción social del territorio que contribuye a sostener las relaciones de poder establecidas al interior de una determinada sociedad. Es así que la cartografía es un medio de manifestación y sostenimiento de territorialidad, entendiendo a ésta como la delimitación y el establecimiento de un control sobre un área geográfica por parte de un individuo o grupo en el intento de afectar, influenciar o controlar personas, fenómenos y relaciones. A través de los mapas pueden construirse territorios, relaciones espaciales de poder, dado que éstos son

Mapa presentado por Agustín Rossi

capaces, a través de los silencios y exclamaciones de su estilo gráfico, de influir en la construcción social y sostenimiento de un territorio. Los productos cartográficos establecen relaciones de poder, determinan gráficamente quién o qué está dentro o fuera de tal o cual territorio. Esta dominación ideológica es requisito fundacional del Estado y para ello la elaboración de mapas ocupa un papel central al determinar el orden político y geométrico del espacio. El mapa, además, se pretende indiscutible y el saber estratégico que contiene desaparece del debate, al tiempo que los sentimientos de pertenencia y fidelidad al Estado-nación que promueve movilizan fuertes identificaciones, más fuertes aún que las de la clase social. Esta ideologización del mapa opera mediante la representación de fenómenos espaciales de tal manera de dar la impresión de que el orden cultural siempre existió. En lo que sigue se revisa cómo y qué tipo de territorio se naturalizó a través de la invención de la tradición cartográfica argentina.

LA CARTOGRAFÍA TRADICIONAL Y LA TRADICIÓN CARTOGRÁFICA. Llamamos cartografía tradicional a aquella que nace de la mano del Estado-nación, promocionada por agencias estatales destinadas al relevamiento y control del territorio nacional en conformación. El inicio de la institucionalización de la actividad cartográfica se remonta a las campañas militares del general Roca, según las propias notas publicadas el Instituto Geográfico Militar. Allí se planteó por primra vez la elaboración de mapas como una “necesidad”, fundada en los requerimientos militares de conocer la topografía y de decir cuál era el territorio que le correspondía al Estado argentino. Esta correspondencia debió naturalizarse, construirse: a los ejércitos patrióticos acompañaban mapas de igual patriotismo; debía instalarse la idea de que el territorio correspondía a la nación argentina y que como tal debía reclamarse en su nombre. El Estado se valió de distintas estrategias para esta legitimación.

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Primero, los avances del saber cartográfico eran inseparables de las acciones comprendidas por el Estado para administrar el territorio nacional: la información geográfica era útil no sólo para la planificación militar sino también para el catastro, para desarrollar redes de infraestructura y comunicaciones, organizar formas de gobierno y para inventariar, sistematizar y clasificar información geográfica territorial. Segundo, cuestionó la cartografía preexistente señalando su imprecisión. Tercero, a lo largo del siglo XX se dictaron leyes y decretos que fueron determinando la imagen gráfica del territorio nacional; los mapas con fines didácticos fueron los primeros afectados por las normas jurídicas, en 1935. Dos años más tarde, el Poder Ejecutivo Nacional a través de su decreto número 114.428 ordenaba quitar de circulación todos los mapas en los que el territorio nacional apareciera en parte para reemplazarlo por aquellos en los que éste aparecía en toda su extensión. Ya en 1940, se promulgó el decreto Nº 75.014 el cual establecía que todas las producciones que pretendieran inscribirse en el Registro Nacional de la Propiedad Intelectual debían ser evaluadas y aprobadas por el Instituto Geográfico Militar (medida que puede considerarse un hito en la construcción del discurso territorial legítimo) y subsiguientes decretos y leyes fortalecieron este discurso territorial. Con estos mecanismos institucionales se construía una determinada imagen del territorio estatal, de formas preestablecidas, reguladas y controladas, supuestamente producto de la técnica. Así se contribuyó, por ejemplo, a lograr la soberanía sobre territorios que aún estaban en litigio. El desenlace de este proceso llevó a la estandarización de la imagen del territorio y ello contribuyó a que esa imagen se transformara en un símbolo y funcionara como un ícono que definió nuestra experiencia territorial nacional. Claro que esta estandarización debe sostenerse en el tiempo y por eso la eficacia simbólica de la figura cartográfica fue apuntalada por el aprendizaje escolar, que garantizó la instalación de este concepto territorial durante generaciones.

Las consecuencias de este proceso fueron dos: por un lado, se limitó el conocimiento cartográfico, y consecuentemente su enseñanza, a las cuestiones exclusivamente técnicas como ser las mediciones, proyecciones, métodos y herramientas de dibujo, etc. El cartógrafo, hasta hoy en día, es quien mide y dibuja el territorio únicamente en función de parámetros topográficos. Por otra parte, esta cartografía topográfica es considerada a menudo como “de base”, es decir, sobre la cual se efectuarían los trabajos de cartografía temática. Esta concepción de la cartografía le otorga el carácter de incuestionable, la atribuye a los mapas el carácter de un territorio homogéneo, científico, sin historia y ni conflictos, resultado de indiscutibles procedimientos matemáticos y técnicos, y que espera ser llenado de contenido. Desde la década de 1960, John Brian Harley cuestiona este carácter de los mapas, siendo uno de los pocos que ha dedicado su vida a entender las relaciones de poder que subyacen a los mapas. Hoy pareciera que se retoma un debate que en realidad está vigente hace muchos años y del que existen numerosas corrientes alternativas. Sólo por nombrar algunas, se pueden citar las experiencias de cartografía social que comenzaron los movimientos sociales colombianos en la década de 1980, o los proyectos de cartografía crítica como los de Denis Wood, Jeremy Crampton, John Krygier, entre otros, que continúan la perspectiva crítica comenzada por Harley desde el espacio académico. En nuestro país, vale destacar la experiencia desarrollada por Iconoclasitas, un grupo que trabaja hace algunos años en el mapeo colectivo de cartografías críticas.En todo caso, sí queda claro que lo que el mapa devuelve es algo que alguien puso allí. La disputa por quiénes y cómo participan de la traza del territorio también es lucha por la soberanía.

Más información AA. VV. 1999: “Cartografía social.” Revista Terra Nostra, Colombia. Harley, J. B. 2005: “La nueva naturaleza de los mapas.” Fondo de Cultura Económica, México DF. Wood, D. 1992: “The power of maps”. The Guilford Press, Nueva York. Wood, D. 2010: “Rethinking the power of maps”. The Guilford Press, Nueva York. Crampton, J. W. y Krygier, J. 2006: “An introduction to critical cartography”. ACME: An International E-Journal for Critical Geographies. Iconoclasistas: http://iconoclasistas.com.ar/ En la página web de MUCHAS NUECES se pueden ver y descargar estos y otros textos.

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http://geoperspectivas.blogspot.com.ar/2012_04_01_archive.html


SEIS PUNTOS PARA UNA SOBERANÍA ENERGÉTICO-PRODUCTIVA: Desafíos y limitaciones actuales Por: Adrián Fedele Los problemas a sortear que implica -una vez asumida la voluntad política de lograrla- la consecución de la soberanía energética son muchos. Parte de la estrategia común a los discursos hegemónicos (oficialistas o no) consiste en simplificar este panorama, en reducir sus múltiples factores a esquemas monocausales: es buena o es mala. Se puede no se puede. Se quiere no se quiere. A continuación, compartimos la mirada de un compañero de la Agrupación Martín Fierro (FIQ-UNL), que nos dio una mano tratando de poner sobre la mesa, los comodines de este mazo de mil cartas con el que se juega la timba de la energía. 1- Cualquier proceso que persiga la liberación definitiva de los distintos poderes fácticos que sofocan al cono sur no puede estar exento de la gestación de una nueva soberanía tecnológico-productiva, que busque romper con la dependencia de insumos y bienes de capital importados. De lo contrario, cualquier intento de desarrollo quedará sometido a la dependencia de agentes externos a la economía nacional, y los períodos de crecimiento irán irremediablemente a la par de un ahogo progresivo debido a la imposibilidad de afrontar los costos crecientes, resultado de adquirir los elementos productivos en el exterior, necesarios para sostener nuestra industria. El 37% de las importaciones argentinas en los primeros nueve meses del año corresponden a bienes de capital o accesorios para los mismos. Es decir, al margen de cualquier reactivación en la producción nacional, esta sigue dependiendo fuertemente de importaciones de máquinas y demás elementos para mantenerse. 2- La extranjerización de la matriz productiva es otro desafío a enfrentar. De las 500 empresas más grandes que operan en el país, casi 400 son extranjeras, lo cual implica que una buena parte de las ganancias obtenidas son susceptibles de girarse hacia las casas matrices de estas empresas, en forma de utilidades. Repsól – YPF en el período entre 1999 y 2011 recibió ganancias por 16.450 millones de dólares, y giro utilidades al exterior por un valor de 13.246 millones, que fueron invertidas, mayoritariamente, en Europa. Si bien el giro de utilidades puede ser (y es) regulado desde el estado para forzar así la re inversión de las ganancias en nuestro territorio y mitigar su efecto nocivo, la fuerte extranjerización de la economía genera una serie de tensiones lógicas a la hora de sostener estas medidas restrictivas, además de que las mismas no resuelven el problema de fondo, sino que intensifican la extranjerización. Según la CEPAL, dos terceras partes de la inversión extranjera directa (IED) recibida por la Argentina en 2012, correspondió a la reinversión de utilidades de empresas extranjeras, lo cual significó cómo contracara una caída de casi el 95% en el giro de utilidades al exterior con respecto al año anterior. Por otro lado, en su mayoría estas empresas son productoras terminales, es decir que no incorporan el grueso de la técnica de sus cadenas a la producción que realizan en el país, teniendo más bien una función periférica, como ocurre con las automotrices, en donde la mayoría de los componentes llegan desde el exterior, realizándose aquí el ensamble final de los mismos y, en el mejor de los casos, incorporando algún componente de fabricación nacional, lo que significa sólo una parcialidad en la cadena de valor total del automóvil.

3- Otro aspecto que atenta contra una soberanía productiva es la concentración de la producción en manos de unas pocas empresas (nacionales o extranjeras), que de esta manera pueden manejar a discreción sus políticas de venta e inversión, aumentando los precios y reduciendo inversiones para maximizar sus ganancias, ya que tienen un volumen de producción lo suficientemente grande como para mover el mercado con él, además de imposibilitar de esta manera la generación de oferta por parte de nuevos actores. A modo de ejemplo, 2 empresas concentran el 66% de la producción de leche, 4 el 96% de la producción de cemento y 3 el 78% de la producción de masitas, configurando así escenarios claramente oligopólicos. 4- Otro desafío a vencer es el estado lastimoso de la actual matriz energética, residuo de los 90' y de las políticas nulas y/o poco claras mantenidas durante los últimos años, hasta la expropiación parcial de YPF, que abre un horizonte (aún difuso) de posibilidades. Siguiendo con los números: el 17% del valor total de las importaciones durante este año se debieron a combustibles. Si bien las razones del estrangulamiento energético deben buscarse también en el crecimiento de la producción, al momento comienza a operar como una importantísima carga para futuros desarrollos. Es necesario, por lo tanto, abordar también la generación de energía eléctrica para el consumo, evaluando las potencialidades de desarrollos alternativos como el eólico, que según distintos estudios presenta una potencialidad efectiva de 2000 MW (el 7% del consumo eléctrico actual), dando a su vez el debate sobre la necesidad o no de mantener las actuales políticas nucleares (que sólo representan un 4% en la matriz eléctrica) y encarando el problema también desde el consumo, que se reparte casi de manera equitativa entre residencial, industrial y para transporte, analizando para eso los distintos aspectos que ofrece la eficiencia energética a través del diseño sustentable de viviendas hasta trazados urbanos, mediante leyes y ordenanzas que obliguen a hacer un uso apropiado de nuestros recursos.

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Es interesante y necesario remarcar que si bien el superávit energético representaría un verdadero alivio para el crecimiento del país, en absoluto garantiza el desarrollo ni la soberanía en otros aspectos. Hay numerosos ejemplos de países que tienen superávit energético pero no evidencian ningún desarrollo en sus poblaciones (Kuwait, Nigeria, Irak), y de la misma manera, existen países altamente desarrollados que, sin embargo, cargan con déficit energético. Estos afrontan el gasto que significa comprar combustibles en el extranjero mediante un fuerte superávit industrial, como el caso de Alemania y Corea del Sur. Es decir, lo que garantiza el crecimiento es, en última instancia, el desarrollo de una producción equilibrada, distributiva, regional e integrada en sus distintas etapas, con especial atención al mercado interno. De más está decir que la complejidad de los problemas planteados excede ampliamente este análisis superficial pero planteemos, al menos, un conjunto de lineas tentativas de acción, necesario a mediano plazo.

6- ¿Qué alternativas tenemos? Ÿ Encarar la producción de bienes de capital y consumo en áreas sensibles y no necesariamente de punta, generando vinculaciones con universidades nacionales, persiguiendo una producción íntegramente nativa, a través de empresas estatales o mixtas en el peor de los casos, reemplazando importaciones y manufacturas que a la fecha son sólo parcialmente locales, como en el caso de la industria automotriz. Ÿ Mantener una política fuerte en el giro de utilidades para regular la fuga de divisas, analizando herramientas para recuperar la economía nacional mediante una participación del estado, dando ventajas e incentivos a los actores nacionales por sobre los extranjeros, priorizando el desarrollo de las economías regionales por sobre la de los grandes grupos. Ÿ Avanzar sobre una matriz energética sólida de planificación a largo plazo, en equilibrio con el medio ambiente, intensificando la producción de las energías tradicionales (la oportunidad que abre YPF), sin por eso descuidar el desarrollo de alternativas de menor impacto, pero de poco peso y respuesta en el corto plazo al momento. Ÿ Visualizar la existencia de los grupos concentrados y luchar por su desarticulación mediante leyes antimonopólicas y gravando sus ganancias, mientras en paralelo se favorece e incentiva el desarrollo de las producciones regionales, solidarias y/o cooperativas de distinta escala, apoyándolas organizativa y fiscalmente para lograr una inserción y competencia eficaz.

Más información Informe de Tendencias del Sector Energético con datos al mes de julio de 2013 – Instituto Argentino de la Energía General Mosconi – Septiembre 2013. Pronósticos de Producción de Petróleo y Gas – Secretaría de Energía – Septiembre 2013. Intercambio Comercial Argentino – Ministerio de Economía de la Nación – Octubre 2013. Grandes empresas en la Argentina – INDEC – Diciembre 2011. Matriz equilibrada – Instituto de Energía Scalabrini Ortiz – Julio 2013. Molinos – B. Capra, A. Repar – Marzo 2013. La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe – CEPAL – 2013. El estado ausente, ¿Para quién? – GENAAP – 2010. ¿“Industria nacional” o extranjerización? - Juan Rivera – Marzo 2013.

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: E T N E S E R P HISTORIA R a L N U A L N E DEMOCRACIA Con esta premisa se inició en septiembre en la Universidad Nacional de La Rioja una lucha sin precedentes en la que estudiantes, docentes y no docentes se levantaron para terminar con una gestión que por más de veinte años impidió precisamente –y nada menos- que la democracia en la institución. Tras varias tomas en distintas unidades académicas y marchas que contaron con un apoyo masivo del pueblo riojano, así como de adhesiones desde distintos puntos del país, se consiguió la dimisión a su cargo del rector Enrique Tello Roldán y los cinco decanos, designando la asamblea universitaria a Fabián Calderón y José Gaspanello como nuevos rector y vicerrector. Entrevistamos a José Jatuff, miembro de la asamblea docente, quien nos compartió cómo se gestó la movilización, cómo se organizaron y los horizontes de este proceso de lucha que aún está y estará en marcha porque La Rioja se puso de pie para exigir y defender la democracia. El 18 de diciembre, en sesión extraordinaria de la asamblea universitaria se votó la modificación del artículo que permitirá comenzar con la reforma del Estatuto universitario. Se trata de el artículo 20, inciso “B”, párrafo segundo de la Carta Magna, que establecía que se podía enmendar solamente un artículo, una vez por año. Ahora, se podrá modificar un artículo y sus concordantes por año calendario. Esto posibilitaría que en el transcurso de la nueva gestión, si no se llega a la reforma integral del Estatuto, al menos pueda avanzarse en uno de los puntos más exigidos que es la reforma del sistema eleccionario: pasar de la elección indirecta por cuerpos colegiados a la elección directa con voto ponderado. Cabe mencionar que hubo presentaciones judiciales por parte de los tellistas para impedir que se realice la sesión. Apenas asumidas las nuevas autoridades, presentaron por su parte tres denuncias penales contra la gestión de Tello Roldán y sus funcionarios por varias causas, entre las cuales se involucran la obra social OSUNLaR y la fundación FUNLaR. Muchas Nueces -¿Cuál fue el detonante de la movilización? (Teniendo en cuenta que el rector estuvo en su cargo 23 años, qué fue lo que hizo que ocurriera ahora) José Jatuff -En términos inmediatos diría que el detonante fue la expulsión sin razón aparente ni previo aviso de más de treinta docentes. Ahora, esta metodología abusiva formaba parte del modo de operar de este régimen desde hace mucho tiempo, lo que vario fue la alevosía, nunca antes se expulsó a tantos en un solo día y sin avisarles nada. El grado de delirio de la gestión quedo expuesto obscenamente en ese acto. Pero, si puedo opinar, diría que las condiciones de la detonación no son tan inmediatas, sino que tienen que ver con el momento histórico que estamos viviendo. La Toma como acontecimiento único esta inscripto, creo, en un tiempo donde son posibles las posiciones políticas fuertes y esto, aunque desde algunos discursos se lamente, favorece la lucha por reivindicaciones particular de todo tipo. MN-¿En qué estado se encontraba el claustro docente y cómo se llegó a esta situación? JJ-Diaria que el claustro era más bien un laberinto que se redefinía sobre la marcha según los caprichos de un Príncipe cuyas intenciones eran el lucro y la perpetuación en el poder. Esto implicó dos fenómenos ligados y complejos que sería interesante investigar tratando de desentrañar su reciprocidad. Por un lado la falta total de

institucionalidad, en el sentido de la falta total de reglas claras, de seguridad jurídica. Es claro que siguiendo sin miramientos el lucro y la perpetuación en el poder las reglas, o se desintegran, o se reinterpretan constantemente hasta dejar de ser tal. Pero por otro lado había un gozo sádico (para decirlo rápidamente) por parte de los cómplices de la gestión, en actuar de ese modo, en tener en sus manos el destino de los profesores. Claro, esto es una generalización, pero fue una clara tendencia. Diría que hubo gozo en la reinvención constante de un laberinto que nos perdía. Ahora, sobre cómo se llegó a esa situación es una historia larga como la historia riojana y la del noroeste en general. Como para pensar algunos enunciados sueltos diría: Estamos acostumbrados a recibir azotes y vivir de la dadiva del estado, solo se reprodujo un sistema que ya funcionaba fuera de la universidad. El miedo a perder el trabajo siempre fue un factor determinante, uno sabia muy bien que si se expresaba en contra, era expulsado inmediatamente. Más allá de que todos fuimos un poco cómplices, hubo una red de complicidad y de inteligencia de parte de funcionarios pagados con sueldo astronómicos ($80.000 mensuales).

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MN-¿Están todos los claustros unidos en la asamblea? JJ-Lo que es único en esta Toma, lo que la hace un acontecimiento histórico de envergadura es justamente que todos los estamentos participaron de la toma y tienen representantes en la asamblea soberana. MN-¿Cuáles son los reclamos? (tras la renuncia del rector, si se va por la remoción de sus cargos de todo el resto de los funcionarios, cuál es la agenda de la asamblea. Acá nos interesaría saber qué están discutiendo en torno a la democratización, en términos de autonomía universitaria, co-gobierno, etc.) JJ- Las posiciones en este movimiento un tanto anárquico, como anárquica es la democracia directa se van tomando históricamente, es decir sobre la marcha, al calor de los acontecimientos y los logros. En un comienzo se exigía la reincorporación de los profesores, luego la cabeza del rector y tomando cada vez más clara conciencia del problema y la necesidad de desinstalar el dispositivo mafioso, se exigió la renuncia del rector, la vice-rectora y los decanos que, aparte de ser serviles al régimen, tiene por estatuto la caja de las designaciones y esto en términos efectivos es la posibilidad de represaría. Hubo un momento donde ya no había vuelta atrás. MN-¿Cuál es la postura de la gestión? (si ha emitido comunicados, si ha tomado represalias con los docentes). JJ- Durante la Toma la gestión jugo a desconocer la legitimidad del reclamo y a basarse en la legalidad que los favorecía dado que siempre supieron tapar jurídicamente cualquier rastro. Bueno no tanto, ahora que los archivos pueden abrirse se verá, pero, siempre apelaron a la legalidad, esa fue su postura fundamental. MN-¿Cuál es la postura del gobierno provincial y el nacional? JJ-La postura del gobierno provincial fue variando pragmáticamente, en un principio se mantuvo al margen, como respetando la autarquía universitaria pero cuando toda la sociedad adhirió a la lucha, el gobernador empezó a definirse en favor de la Toma. Hay que aclarar que en La Rioja todo sabían de los abusos cometidos y el gobernador fue un cómplice mayor de estas injusticias, después, con 50.000 personas en la calle, en un gesto pragmático les soltó la mano públicamente. Nación, tibia, en un principio mando el secretario de políticas universitarias y a un par de

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fácticos el gobierno nacional es responsable de los abusos, por lo menos por la falta de control, estaban interesados por normalizar. Pero la solución no llego por ese lado tampoco. Se logró en una sola sesión del consejo superior que se acepte la renuncia del rector, que renuncian los decanos y que se nombren a las nuevas autoridades emergidas de la Asamblea Soberana. Parecía imposible lograr eso. Con la presión social, los estudiantes en la puerta del edificio y ahora sí, la presión político del gobierno nacional y provincial, se logró todo en un día. Día que, fue uno de los más emocionantes del proceso y de mi vida. MN-En la última marcha participaron 35 mil personas y hubo manifestaciones de adhesión en otras provincias del país ¿qué opinión les merece este apoyo de la sociedad en general? Después de la de 35 mil hubo una de 50 mil, eso fue decisivo. Hay un antecedente inmediato, el pueblo riojano marchó en contra de la mega-minería en Famatina. Diría que esa fue la primera vez en la historia que se protestó en masa y se logró algo en la rioja. La primera vez que espontáneamente se constituyó un sujeto político claro alrededor de un reclamo. Hay que tener en cuenta también que el ex rector estuvo 20 años haciéndole daño a la gente, eso le volvió con toda la fuerza. Toda la clase media que usa la universidad, para decirlo de algún modo, estaba en las marchas. Lo que es seguro es que hay un despertar político, en las marchas se vivía una emoción desconocida en La Rioja, eso también fue decisivo, la virginidad de la fuerza política la hizo más vigorosa. Ahora, tanto los reclamos sobre la cuestión “Famatina” como los reclamos por la cuestión “UNLAR” están fundamentados sobre una lesión particular de algo universal, ósea, estas lucha tuvieron que ver particularmente con la contaminación del agua y con la educación y ambos comparten la característica que son valores universales indiscutibles. Con esto quiero decir, aunque sea naif decirlo, que la adhesión fue tal en todo el país por que el reclamo fue indiscutiblemente justo y universal Ahora, esta universalidad, creo, fue el punto de condensación de múltiples y variado reclamos que quizás no lleguemos a desentrañar nunca. Así, el reclamo justo actuaria de bandera de todo reclamo que necesite salir a la luz. Como la posibilidad de gritar lago que estar allí, callado.


UURRBBANAASS

Ciudad Sagrada de Quilmes: lectivos Co os ch re De de a ns fe De Y a ci en Lucha, Resist

Historia en lucha La primera cuestión que se presentó cuando decidimos abordar la situación actual de la lucha del pueblo Quilmes por su soberanía territorial, cultural y económica, fue cómo comunicar lo que pudimos conocer de esa lucha sin caer en un relato que opaque la experiencia concreta. Esto es un problema cuando queremos hablar sobre quienes la historia oficial ha silenciado o ha definido como víctimas (que son las dos caras de una misma moneda). Quién puede dudar de que los pueblos originarios de lo que hoy es Argentina han sido y son víctimas de injusticias, asimetrías, olvidos y ausencias del Estado; de apropiación de sus tierras, de mercantilización o banalización de su cultura; de matanzas y genocidios, algunos de ellos ¨legales¨. Sin embargo, innumerables experiencias nos enseñan que una parte importantísima de la lucha contra la dominación es que los pueblos podamos salirnos de esos moldes y definiciones tan funcionales al injusto estado actual de cosas. En relación a ello, ya se ha señalado que ser una víctima no es en sí mismo un mérito, como a veces parece querer decir cierta corrección política. Por el contrario, es siempre una condición impuesta, algo que la víctima no eligiría jamás vivir, mucho menos ser. Los movimientos sociales que han aprendido bien esta lección, recuerdan a las víctimas (de una injusticia, de una tragedia) precisamente para luchar contra la pasividad, para recordar que no son víctimas: son personas, portadoras de derechos inalienables, a quienes mediante el ejercicio de la violencia, se ha victimizado. Instituir esa condición contribuye a una mirada que aquieta, que frena, y que es incompatible con el lenguaje de los derechos. Cuando decimos que alguien ¨es¨ una víctima, estamos enmascarando, en verdad, que a una persona se le están negando derechos (a la vida, a la libertad, a la educación, a la autodeterminación, etc.). La denuncia de la injusticia debe ser constante y firme pero, más de ella, lo que sí mejora la vida de las personas, es la defensa y el compromiso con las acciones que las 'víctimas' (las personas y los pueblos) despliegan para emanciparse, no sólo de la dominación y la injusticia, sino de la condición inmovilizante de ser víctimas. El relato que sigue surge de la charla que compartimos con Sebastián Pastrana, integrante y referente de Los Amaichas. Gracias a su gentileza, pudimos recabar información sobre la situación en la que se encuentra una lucha comunitaria que, con todos sus bemoles, cuenta ya con casi cuatro siglos de historia. El último tramo de ésta se ata fuertemente a la historia de los argentinos que no vivimos en Amaicha o en la Ciudad Sagrada: por los estragos del neoliberalismo, por las dificultades en la construcción de consensos internos, por los estereotipos que tiñen los discursos dominantes. En tiempos en que nos venden que para proteger “la vuelta a la política” se necesita que la participación popular sea “aguantar los trapos”; en momentos de culto a la insignia y de imposición de mitos fundantes jerárquicos y blindados, queremos destacar la mirada historizada, crítica y autorreflexiva que los protagonistas exponen como propios del proceso de resistencia. No se niegan en el relato las dudas, los disensos y los vacíos y las contradicciones no se tapan. De esa responsabilidad política y de la continuidad en la resistencia intentamos aprender. Lo hacemos abriendo el debate.

Amaicha del Valle es un pueblo del valle Calchaquí, emplazado a unos 160 km. de la capital tucumana. El comienzo de la resistencia de la cultura diaguita o calchaquí (nombre que impone el invasor) suele situarse en la primera mitad del siglo XVI, con el inicio de la dominación española, luego de medio siglo de imperio Inca en el Valle. Los pueblos diaguitas, y así lo muestran los vestigios arqueológicos, eran agricultores y contaban con una cultura material compleja, característica que sistemáticamente se silenció en la historia oficial. Esto no es inocente: en un mundo en el que nos enseñan que el pueblo que más complejidad tecnológica desarrolla es superior, invisibilizar estos logros en los pueblos cuyo sometimiento hay que justificar, es una estrategia efectiva. El idioma hablado era el kakan. Sobre este punto, la recuperación cultural (proceso emprendido colectivamente) se topa con un escollo importante. El kakan es previo al qechua, instalado bajo el dominio Inca, y sólo han quedado de él vocablos y alocuciones sueltos, de los cuales a veces no se tiene certeza de su significado. ¿Qué idioma reivindicar, recuperar? ¿La cultura es siempre lo dado en un punto original? ¿Cómo integrar los cambios vividos a lo largo de los siglos, algunos de ellos forzados por procesos violentos? Esta batalla no está resuelta, es constitutiva de una lucha identitaria que, por otra parte, se plantea abiertamente a los visitantes de la Ciudad Sagrada con el objetivo explícito de divulgar la cultura local, con luces y sombras. Los españoles tuvieron como métodos predilectos de sometimiento, amén del de infringir muerte, la prohibición, el silenciamiento y la censura. Sea la negación de la espiritualidad propia con el bautismo compulsivo de los llamados “amigos” (pueblos sometidos), sea la prohibición de las ceremonias, danzas, música e incluso el idioma. En ese marco se inserta la idea de Recuperación Cultural, no como una vuelta al pasado, sino como la búsqueda de los rasgos que se reconocen como propios. En tal sentido, los últimos quince años han sido testigos de un renacer de las ceremonias a la pachamama, cuyos protagonistas son los jóvenes. La historia de la resistencia de este valle siempre ha sido colectiva. La Confederación de Los Pueblos era el vehículo político e institucional de organización en el que se reunían, en los primeros tiempos de sujeción española, los pueblos Quilmes, Acalianos, Colalaos, Cafayates, Tolombones, Yocaviles, Cuschagastas, Amaichas, Tafíes, Caspinchangos y Hualfines. Es por ese planeamiento estratégico colectivo de la organización de estos pueblos, que la última gran respuesta española a ella fue el desarraigo de toda una comunidad. En 1665 comenzó el destierro de los Quilmes, último pueblo en pie de una resistencia confederada que sobrevivió por más de 130 años. El destierro de personas, que viajaron a pie hasta la provincia de Buenos Aires, se orquestó para prevenir futuros alzamientos y, fundamentalmente, saquear sus tierras y proveer de mano de obra forzada los asentamientos españoles. El viaje duró unos nueve meses y del total de personas obligadas a partir llegó un pequeño porcentaje, que fue asentado en lo que hoy es la ciudad de Quilmes.

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Cable a tierra: El derecho a la Emancipación: la potencia de la igualdad puede implicar el orden inteligencias, quien ha rechazado la única igualdad que “Quien ha aceptado la ficción de la desigualdad de las atrasado, gía en corporación para conciliar pueblo soberano y pueblo social, sólo puede correr de ficción en ficción y de ontolo s.” derechos y de los debere desigualdad de las inteligencias y reciprocidad de los

Acompañando las experiencias que forman el Expediente de este número de Muchas Nueces, este Cable a Tierra nos lleva por los caminos de un maestro que comprobó que existe entre las personas igualdad de inteligencias y que ésta puede ser la base para transformar la desigualdad reinante. En un intento por disputar las abstracciones conceptuales con experiencias concretas, partimos de integrar las nociones de soberanía y emancipación en una concepción de libertad que comprendía sus facetas negativa (libertad de) y positiva (libertad para) para entender desde ahí dichas experiencias. Así, el liberarse de cualquier subordinación o dependencia para hacer un ejercicio efectivo de la libertad se comprendía como el negar la sujeción a cualquier poder o autoridad en ese ejercicio de la autonomía en la decisión y acción, de manera que soberanía y emancipación se deban juntas, como movimientos simultáneos, no siendo una anterior o pre-requisito de la otra. No obstante, la misma inquietud de referir la reflexión constantemente a la realidad de las prácticas, nos ha mostrado en los distintos aportes de esta edición que existen dificultades en las que es preciso poner atención para no disociar las aspiraciones y objetivos de sus posibilidades y condiciones de realización. Soberanía y emancipación definen una tarea compleja ya que consiste en poner en acción la libertad en el marco de una serie de determinaciones que son en mayor o menor medida modificables, más o menos transitorias, pero que constituyen el punto de partida fáctico de cualquier proyecto. Sin duda lo imposible es el umbral que se va corriendo cuando la puja con los condicionamientos va convirtiendo éstos en medios que pueden ser reconducidos para generar algo diferente y no comportar de suyo un límite. Pero el modo de acción, el carácter de esos medios, las formas de cambio son tan importantes como los resultados que se pretenden. En tal sentido, en el seno de las construcciones colectivas se desarrollan un conjunto de relaciones cuyas formas deben ser repensadas y rediscutidas por los actores para que estas experiencias sean soberanas y emancipadoras en su marcha y no sólo en sus fines. Si para lograr la libertad y la independencia nos servimos de formas de organización jerárquicas que reproducen relaciones de dominación, entonces no estamos en un proyecto emancipador.

Precisamente, como se reconoce un camino difícil, no se trata de condenar acciones desde un purismo idealista sino de ejercer una auto-revisión y crítica continua que nos permita verificar en las instancias de las prácticas lo que sostenemos en el plano de los principios. Como herramienta para auxiliarnos en esta tarea nos interesa compartimos ideas contenidas en un interesante y polémico texto, “El maestro ignorante”, del filósofo francés Jacques Rancière. En esta obra cuyo subtítulo es “Cinco lecciones sobre la emancipación intelectual”, el autor retoma la aventura intelectual que en 1818 realizó un hombre llamado Joseph Jacotot, revolucionando los presupuestos de esa relación fundamental. Esa que no cesamos de encontrar postulada como base y precondición en los más diversos discursos en torno a la liberación: la relación de conocimiento, el vínculo entre quienes enseñan y quienes aprenden. La instrucción del pueblo como requisito de su emancipación es una premisa insistentemente reivindicada, pero la consideración y crítica del modo en que debe realizarse no ha sido hecha en igual medida y es sorprendente lo que el análisis de esta propuesta puede aportarnos para evidenciar que, lejos de tratarse de una cuestión menor o accesoria, atañe fundamentalmente a la posibilidad de formarnos como individuos autónomos, independientes y libres.

1.Todas las citas textuales pertenecen a Rancière, J., El maestro ignorante, Ed. Laertes, Barcelona, 2002; p. 7. Todas las citas son de este texto, así que en adelante consignaremos sólo las páginas. [Versión digital disponible:

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http://www.anm.org.ve/FTPANM/online/2012/boletines/N47/Seccion11-RANCIERE-El-maestroignorante.pdf]


Empezar por el principio Todo partió de una situación compleja y desafiante. Jacotot, en ese momento profesor de literatura francesa en Lovaina (Bélgica), se encontró ante la demanda de estudiantes que ignoraban el francés y querían aprenderlo. Él, aunque quería responder a ese deseo, ignoraba a su vez el holandés que era el idioma que hablaban los estudiantes, y por tanto no podía explicarles. No obstante, la aparición de una edición bilingüe francés-holandés de2 una novela, se le presentó a Jacotot como la oportunidad para ensayar con los estudiantes la enseñanza del idioma: les envió el texto por intermedio de un intérprete y les encomendó que aprendieran la versión en francés ayudándose con la traducción. Les hizo repasar y repetir con insistencia lo que habían aprendido y luego les pidió que escribieran lo que pensaban de lo que habían leído. Podía esperarse que sus composiciones fueran entrecortadas y defectuosas, dado que no habían tenido ninguna explicación de la lengua que desconocían, pero el resultado fue otro: escribieron tan bien como lo habrían hecho muchos franceses. Este experimento trastocó lo que hasta ese momento el profesor, como la mayoría de los profesores, consideraba que era enseñar: transmitir conocimientos a los estudiantes para que avanzaran gradualmente en la adquisición de la ciencia, llevarlos progresivamente desde su incapacidad inicial “de lo más simple a lo más complejo”. Enseñar era explicar. Pero ahora los hechos demostraban que los estudiantes holandeses habían aprendido el francés sin explicación alguna, sólo apoyados en la referencia a la traducción a su propia lengua, descubriendo progresivamente la estructura de la nueva y ensayando las combinaciones para hacer oraciones correctas. Antes de que nos gane el recelo, consideremos lo que señala Rancière con respecto a este descubrimiento: los estudiantes aprendieron sin la mediación de explicaciones, pero no sin maestro; lo que Jacotot había comprobado era entonces que se podían cambiar los supuestos y la forma de la relación pedagógica. El punto de partida del método explicador es suponer la impotencia del que aprende, en la medida en que “explicar alguna cosa a alguien es primero demostrarle que no puede comprenderla por sí mismo”. Lo que esto produce es una división entre sabios e ignorantes, capaces e incapaces, pero más precisamente una jerarquía de la inteligencia: al aprendiz no se lo considera no inteligente en tanto puede aprender (si se le explica), se lo considera como poseedor de una inteligencia inferior a la inteligencia superior del explicador.

que la misma inteligencia obra en todos los actos del espíritu humano. Así como “no existe hombre alguno sobre la tierra que no haya aprendido alguna cosa por sí mismo”, cualquier hombre puede poner en acción esa misma inteligencia en todas las ocasiones que por su deseo o la necesidad de una situación precise apropiarse de un conocimiento. Empezar por el principio, entonces, nos brinda varios puntos para la reflexión. –El comienzo tanto del método de Jacotot como del texto de Rancière, es un experimento, una prueba, que surgió de la necesidad, de la urgencia impuesta por una circunstancia. En tal sentido, como propuesta del método, más que una teoría existe la posibilidad que genera un ensayo. Un ensayo que al surgir para responder a una situación particular, muestra los condicionamientos, que no son más ni menos que eso: condiciones que definen la acción pero que no la impiden como un límite infranqueable. Partamos de la igualdad y la potencia y veamos qué exigen y hasta dónde son posibles, sostengámoslas como principio de acción ya que aún ninguna “verdad comprobada” demuestra lo contrario: “la emancipación debe comenzarse”.

¨...la ¨lapolítica políticasupone suponeque quelos losdatos datosson sonsiempre siempre cuestionables, que la comunidad supera cuestionables, que la comunidad superasiempre siempre toda todaclasificación clasificacióndedesectores sectorese eintereses interesessociales sociales y yque queningún ningúngrupo grupoposee poseelalacalificación calificación necesaria necesariapara paragobernar. gobernar.LaLapolítica políticaseseidentifica identifica con conlalaparte partededelos losque quenonotienen tienenparte. parte. Esto no quiere decir con la parte de los excluidos, Esto no quiere decir con la parte de los excluidos, sino sinocon conlalaigual igualcapacidad capacidaddedetodo…¨ todo…¨

En cambio, el punto de partida del nuevo método de Jacotot es la potencia y lo que presupone es la igualdad de las inteligencias: la inteligencia que actúa en un niño que aprende su lengua materna sin explicación, escuchando y repitiendo, prestando atención y corrigiéndose, relacionando palabras nuevas con las que ya sabe, es la misma de la que se sirvieron los estudiantes holandeses para aprender el francés. La inteligencia que le permite a quien aprende entender las explicaciones de un maestro es la misma que le permite entender las explicaciones que están en un libro. Lo que supone este método de la igualdad es

2.Se trataba de Telémaco, novela del teólogo, poeta y escritor francés Francois Fénelon (1651-1715), donde se desarrolla una crítica a las políticas del rey Luis XIV de Francia.

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La voluntad y las circunstancias Siguiendo con el análisis, Rancière indica que “el método de la igualdad era principalmente un método de la voluntad”, entendiendo que ésta y la inteligencia son las dos facultades que se ponen en juego en el acto de aprender. En el vínculo pedagógico se da la relación entre dos inteligencias y dos voluntades (las del maestro y las del estudiante). Se produce el atontamiento cuando la relación es de subordinación de una inteligencia a la otra. En cambio, se produce la emancipación cuando la relación es puramente de una voluntad a otra, en la medida en que se puede necesitar la guía de un maestro pero para perseverar en el uso autónomo de la inteligencia. En este caso, el rol del maestro no es trasmitir conocimientos sino obligar al aprendiz a que haga uso de su propia inteligencia. En el extremo de la demostración de esta forma de relación se encuentra el maestro ignorante: un maestro puede enseñar lo que ignora incitando al estudiante a servirse de su propia inteligencia para aprenderlo, precisamente porque no le trasmite contenidos de conocimientos sino porque refuerza la confianza en su poder como ser razonable. Si lo decisivo es la voluntad, entonces para explicar las diferencias en los resultados intelectuales se puede prescindir de postular la desigualdad de las inteligencias. La energía de la voluntad que determina a la inteligencia, a la atención, a la búsqueda y al descubrimiento puede variar entre distintas personas y ello señala su distinta determinación y no grados diferentes de capacidad. Una aclaración importante del autor: “no hay que confundirse sobre lo que quiere decir querer(…) Por voluntad entendemos esta vuelta sobre sí del ser racional que se conoce actuando,” que “se juzga igual que todos los otros y juzga a todos los otros como iguales a él”, “esta conciencia y este aprecio de sí como ser razonable en acto lo que nutre el movimiento de la inteligencia”. Así, la emancipación no es un lema abstracto e incondicionado. Por el contrario, reconoce tener todas las determinaciones de una práctica. En medio de la desigualdad de medios materiales, de las limitaciones contextuales fácticas, se trata de qué relación se establece con el conocimiento, con la potencia y la voluntad para que un hombre se juzgue igual a todos los otros y juzgue a todos los otros como iguales a él. La determinación a la emancipación no sólo es exigida a la voluntad del aprendiz sino también a la del maestro: éste debe creer y afirmar el poder del aprendiz para servirse de su propia inteligencia, reconocer la autonomía de su potencia aunque le preste auxilio a su voluntad, incitar a que busque por sí mismo aprender lo que necesita o desea. Podríamos entender entonces al maestro emancipador como un compañero, un acompañante de la voluntad de otro que reconoce con una inteligencia igual, que puede aprender lo que él mismo ignora. Preguntar ¿qué pensás vos? y comprobar que el otro ha buscado con atención, que no dice cualquier cosa para cumplir con dar una respuesta, son los dos actos fundamentales del emancipador, y “no ha de preocuparse de lo que el emancipado debe aprender. Aprenderá lo que quiera…”, lo que desee, lo que necesite, lo que las circunstancias o su situación lo impulsen a buscar;

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el maestro está ahí sólo para decirle que se atreva a hacerlo porque puede hacerlo. De allí otra constatación: el lugar de maestro puede ocuparlo cualquiera que esté emancipado, que no entrega la llave del saber sino la conciencia de la igualdad, de la reciprocidad entre las inteligencias. Nada más alejado entonces de relación de emancipación que el dar soluciones, dictar qué debe ser pensado, para qué, dar fórmulas para la acción. Rancière es enfático al señalar el engaño de los progresistas que hablan de la “reducción de desigualdades”, que desde una jerarquía intelectual racionalizan la desigualdad y pretenden eliminarla como efecto cuando la postulan como base de su práctica. “Un explicador progresista es, en primer lugar, un explicador, es decir, un defensor de la desigualdad”. La emancipación no depende de dádivas: la potencia y la inteligencia con las que trabaja son atributos iguales de todos los seres humanos; lo que postula es que todos deben ponerlas en acción, no esperar recibirlas.

Obras en castellano (1996) El desacuerdo. Política y filosofía. (2005) La fábula cinematográfica. 2 Reflexiones sobre la ficción en el cine. (2005) Sobre políticas estéticas. (2005) El inconsciente estético. (2006) El odio a la democracia. (2006) Política, policía, democracia. (2006) El viraje ético de la estética y la política. (2007) El maestro ignorante. Cinco lecciones para la emancipación intelectual. (2009) El reparto de lo sensible. Estética y política. (2009) La palabra muda. Ensayo sobre las contradicciones de la literatura. (2010) La noche de los proletarios. (2010) El espectador emancipado. (2010) Democracia en suspenso. (2011) El tiempo de la igualdad. (2011) Momentos políticos. (2012) Las distancias del cine. (2013) Bela Tarr. (2013) Aisthesis. (2013) El Filosofo y sus pobres.


La libertad en disputa La emancipación consiste a la vez en el reconocimiento de la propia potencia y en su verificación constante, esto es, su puesta en acto. Podemos intuir entonces el resquemor que representa para los defensores de la desigualdad: una vez descubierta la igualdad como potencia de acción, su ejercicio no podrá ser sino libre, no se puede someter la fuerza liberada de un querer que es, en sí mismo, no una facultad abstracta sino una capacidad de hacer. Y un hacer que sólo obedece al ejercicio autónomo de la propia inteligencia motivada por el deseo, la necesidad o las circunstancias. En tal sentido, “la libertad no se asegura con ninguna armonía preestablecida. Se toma, se gana o se pierde con el ejercicio único de cada uno”. Lo cual no obsta para la organización y construcción colectiva, sino que señala que de la misma manera que un hombre no puede otorgarle la igualdad o libertad a otro como una concesión – pues eso sería la lógica del atontamiento, la generación de una cadena de dependencias- nadie puede hacer por otro lo que ese otro no hace por sí mismo; la organización colectiva genera relaciones que propician la emancipación, pero no la resuelve ni la garantiza. Esta idea, que algunos sectores tildan de liberal, es maravillosamente libertaria: si me emancipo porque, dentro de la fuerza que me da y que doy a lo colectivo, puedo ejercitar libremente mi voluntad e inteligencia, lo colectivo no requiere de líderes iluminados que trasmitan el “contenido” de la emancipación. Esto sería atontamiento; los líderes iluminados atontan; quitan herramientas, resuelven por los otros: arrancan la emancipación de raíz.

La crítica a la desigualdad no niega la existencia de desigualdades sociales (económicas, de clase, de oportunidad, de acceso a medios materiales), lo que hace es quitarles como fundamento o causa el postulado de una desigualdad de las inteligencias, de la incapacidad o impotencia como explicación de condiciones materiales desiguales. Tampoco postula la emancipación como la adquisición de la ciencia, la generación de sabios, sino como el reconocimiento de que todo hombre es un ser pensante, de que en todas las obras humanas actúa una inteligencia igual. Y a diferencia de lo que ocurre en el orden de las condiciones materiales, el principal impedimento para que se propague la conciencia de esta igualdad, para que se reproduzcan los ensayos para verificar todo lo que puede hacerse suponiéndola, es el temor. Temor de algunos de perder su dominio, su superioridad ficticia, su jerarquía, su función en un supuesto progresismo. Temor de otros de justipreciar su inteligencia, de mostrarse como iguales en una sociedad desigual. Quizás todas estas ideas nos ayuden no sólo a una revisión de las prácticas, sino a definir con claridad cuáles son nuestros problemas y cómo los estamos pensando. Para Rancière la definición de Jacotot fue clara: “su problema no era la instrucción del pueblo, su problema era la emancipación: que todo hombre del pueblo pueda concebir su dignidad de hombre, tomar conciencia de su capacidad intelectual y decidir su uso”.

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MUCHAS

No se trata, en el reconocimiento recíproco de la igualdad, solamente de una cuestión ética sino eminentemente política: la libertad en el uso de la propia inteligencia supone la posibilidad del disenso, del desacuerdo, donde la diferencia de opinión ya no va a poder suprimirse invalidando ciertas posturas por la deficiencia o ignorancia. La emancipación comporta un desafío para el acuerdo colectivo, desafío que sólo puede eludirse pagando el precio de la sumisión.


Arte Moción de Arte Salmos junto al río

Matias De Brasi http://debrasi.blogspot.com.ar/

“las partes del todo... las partes se uno” ( tinta+digital )

“medio vacío... medio lleno”

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MUCHAS

(Tinta+digital)


Lucas Bzz Ilustración

¨Los tristes juegos de la muerte¨


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