Socaire

Page 1

1982-2022

Página de 1 44 40 Aniversario
de la Fundación de la Asociación Deportiva Socaire y su Escuela de Vela
Página de 2 44

Nuestro 40 aniversario.

Después de 40 años, después de haber pasado varias generaciones ¿podemos dar una respuesta si nos preguntamos qué es Socaire? Es muy difícil porque solo la encontramos más allá de todos los diccionarios y reside en ese lugar escondido donde habita el amor y la amistad.

Estamos ante una Escuela de vela que es mucho más que una escuela de vela. Socaire, a orillas del Mar Menor, en Santiago de La Ribera (San Javier), en la Región de Murcia, es un lugar de encuentro, es un espacio de crecimiento y de valores personales y colectivos. Es una impronta en la vida de todos los que hemos cruzado las tablas del balneario. Aquel primer balneario frente al hospital Los Arcos y luego, el que ocupamos ahora, el antiguo balneario de oficiales. Por eso Socaire es un proyecto en continuo crecimiento y renovación, en el que los más viejos, aquellos que pusieron las primeras tablas, son recibidos con especial cariño y amistad por los más jóvenes. Y los más jóvenes miran al futuro abriendo la puerta a los que vienen detrás. Y todos juntos, como si el tiempo nos cogiera de la mano, miramos al mar al son que marcan las velas, los obenques, las drizas, los vientos y las olas.

A comienzos de la década de los 80 del siglo pasado, un grupo de amigos nos juntamos para llevar a cabo un proyecto de conjunción aventurera en el ámbito de las actividades náuticas y, en concreto, de la enseñanza de la navegación a los más jóvenes. Así comenzó una andadura muy apoyada por el Ayuntamiento de San Javier, cuyo principal valedor fue Manuel Bermúdez, entonces director del Patronato de deportes del Ayuntamiento de San Javier. Pero eso no bastaba porque para navegar es necesario un barco y, para una escuela, varios. Aquí jugó un papel muy importante la confianza que depositó en el proyecto, y en nosotros, Pepe Aráez, dueño de los astilleros Aráez, que fiándose de la buena voluntad y el entusiasmo de una incipiente asociación, nos entregó los Cadetes y Optimist necesarios para comenzar esta aventura.

Así se abrió la puerta de un proyecto en el que todo el que se acerca a las tablas del balneario tiene cabida. Pero Socaire, además, ofrece una altísima calidad náutica a partir de un cuidado y detallado diseño en sus cursos. El ejemplo es la continuidad de muchos alumnos en la navegación y la profesionalización de otros que, en la actualidad, son especialistas en el

Página de 3 44

mantenimiento y prueba de barcos, regatistas profesionales, así como jurados y gestores náuticos.

Atrapados por la belleza del mar y la pasión de los monitores, que se convierten en la cabeza visible de Socaire, nuestra Escuela de vela se ha convertido en un referente en el que las generaciones destacan la solidaridad, la convivencia, el compañerismo, la amistad y esa emoción que todos transmitimos cuando se ponen en marcha los Optimist, los Cadetes, las Gambetas, los Láser, las tablas, las motoras, los chalecos, los alumnos y los monitores y se lanzan al agua, una vez más, año tras año, en una jornada náutica.

Página de 4 44

Cronología de acontecimientos más señalados.

Curso de ACUDE.

Es el campamento náutico donde se gestan las primeras ideas para iniciar nuestro proyecto de Escuela de vela.

Curso en Andrómeda.

En el Camping Andrómeda, situado en San Javier (Murcia), comienza a tomar forma el trabajo en equipo, impartiendo clases de navegación en campamentos náuticos, en este caso organizado por la Delegación Provincial de Deportes, en colaboración con el Ayuntamiento de San Javier.

Aquí ya empezamos a resolver “marrones”, una intoxicación alimentaria nos sorprendió con más de 20 niños acampados en la isla Perdiguera, pese a no formar parte de la organización del campamento, nuestra intervención posibilitó una rápida resolución del incidente.

Página de 5 44

Campamento en los Narejos.

Antes de que las instalaciones se convirtieran en lo que hoy es el CAR, se utilizaban para realizar campamentos de actividades diversas. Allí participamos como monitores de vela en los cursos náuticos que la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia organizaba. El camino y la realidad de Socaire estaba en marcha.

Página de 6 44

Octubre 1982. Acta fundacional.

Calle Mesegueres de Murcia: Todos los viernes, durante un largo periodo de tiempo, nos juntábamos un grupo de amigos alrededor de unas bolsas de patatas fritas y unas cervezas para compartir la ilusión de una Escuela de Vela. Había que poner un nombre y surgió, después de mucho debate, el de Socaire y, a partir de ahí, fundamos la Asociación deportiva que hoy todavía mantiene viva la llama de la ilusión con la que comenzamos.

Residencias significativas:

Les vaques.

Una vez que todo se puso en marcha necesitábamos una casa donde poder organizar toda la logística, arreglo de barcos y dormir. Para ello alquilamos una casa medianamente grande que estaba junto a una vaquería, de ahí su apodo. Todo el mundo tenía cabida y para todo el mundo había un sitio. Gente joven viviendo con gente joven impulsados por un objetivo común: Socaire.

Página de 7 44

Avenida de Loreto.

Cuando tuvimos que dejar Les vaques, Javier López, concejal de deportes en su momento, nos alquiló un piso en la Avenida de Loreto, en Santiago de La Ribera. La estrecha convivencia, compartiendo espacio para dormir, comer y debatir sobre nuestras vidas, continuó sin detenerse, fortaleciendo los lazos que hoy nos mantienen unidos y que van agregando a todo aquel que se acerca a nuestra Escuela.

Infraestructura móvil.

El Chollazo.

En 1985, La Academia General del Aire nos regaló dos motoras de madera que tenían arrumbadas en un almacén. De las dos logramos reparar una y conseguimos, una vez quitado el polvo, lijado el casco y la cubierta y arreglado el motor, sacar a la luz una bellísima y clásica motora que nos duró un suspiro. El mismo día que la arrancamos, por la noche, una tormenta con viento de Levante la arrastró y la estrelló contra uno de los muros de la Academia. Allí se quedó un sueño, pero enseguida se abrió otro. Con el dinero que obtuvimos de la compañía de seguros compramos un Land Rover.

El Land Rover.

Compramos un Land Rover de quinta mano que pintamos de blanco, arreglamos por dentro y colocamos los anagramas que nos identificaban como Socaire. Pero el Land Rover tenía fecha de caducidad y pronto dimos el salto a otro vehículo.

Página de 8 44

Nissan Vanette.

Una Nissan Vanette nueva, en la que hemos compartido viajes y experiencias y en la que muchos de nosotros hemos aprendido a conducir y manejar vehículos con remolque. Un elemento más en la extraordinaria aventura que ha supuesto Socaire a lo largo del tiempo.

Balneario de los Arcos. Optimist y Cadetes.

Después de la gestión que realizamos con el Ayuntamiento de San Javier, facilitada e intermediada por Manuel Bermúdez, se nos adjudicó el antiguo balneario de Los Arcos. Allí llegaron los primeros Optimist y Cadetes que facilitó Pepe Aráez. Luego compraríamos los primeros Pastinacas a los astilleros Martínez y, poco a poco, fue creciendo la flota.

Página de 9 44

Primeros campamentos de verano. (CAMPSA, Telefónica y Comunidad Autónoma de Madrid, etc.)

Pero la idea iba más allá de una simple escuela de vela y pronto surgió la idea de un centro náutico. Para eso empezamos a realizar campamentos de verano en convenio con las empresas de Campsa, Telefónica y la Comunidad de Madrid (Carabanchel, Retiro y otros). Eran campamentos masivos que ponían a prueba el estrés del grupo de monitores, así como el material utilizado. Ha sido uno de los mayores éxitos en la dinamicidad de la actividad náutica de nuestra Escuela. Pero los tiempos evolucionan y el concepto de centro náutico fue quedando atrás. También fueron cambiando las expectativas y la Escuela fue orientándose al espacio que ocupa ahora.

Las Cabañas.

Una empresa de Madrid quiso convertir el camping de Los Alcázares en un centro al que vinieran a entrenar deportistas de élite, al tiempo que ofrecían actividad náutica en un formato similar al que ofrecíamos en Socaire, para ello contrató con nosotros la organización de esta actividad. Quizá esta fue uno de los periodos más conflictivos ya que era necesario actuar como empresarios sin ser empresarios, jugar con nuestra ilusión y pasión sin que eso generara una confrontación con esta empresa, pero tampoco con nosotros. Los grupos de monitores tuvimos que repartirnos y eso, a pesar de que fue un problema, demostró el altísimo nivel de compromiso que todos teníamos, porque la actividad náutica brillaba por encima de todas las propuestas deportivas que se hacían en este particular proyecto.

Pupil´s.

Era una escuela residencial de clases de inglés con oferta en deportes náuticos que se abrió junto a lo que hoy es el CAR en Los Narejos. Fue un proyecto que solo duró dos temporadas pero que, como todo lo que ha venido sucediendo en Socaire, sirvió para unirnos más y reafirmarnos en que, nuestro futuro, estaba en las tablas de nuestro balneario.

Página de 10 44

Talasa.

Una vez finalizados los campamentos en el colegio Joaquín Carrión y en la Escuela Hogar de Santiago de La Ribera, el proyecto Talasa se diseñó para ser la continuidad de la actividad veraniega de Socaire, pero los tiempos habían empezado a cambiar y a finales de los 90, después de otro intento en el colegio Loreto, se rediseñó la actividad en nuestra Escuela que, sin perder el espíritu náutico y de convivencia que nos había caracterizado y unido todos estos años, dimos un giro hacia la actividad y cursos particulares, pero sin responsabilizarnos de la manutención y la pernocta de los participantes.

Después del proyecto Talasa hubo un cambio generacional en la gestión de la Escuela. Nos habíamos hecho mayores. Los que ya lo eran habían sobrepasado la edad generacional que conectaba con los más jóvenes y estos ya estaban dispuestos para asumir la responsabilidad del futuro de Socaire. Y así fue y así lo estamos viendo ahora.

Página de 11 44

Nuevo balneario.

En 1993 Socaire deja el balneario de Los Arcos y nos trasladamos al que había sido balneario de Oficiales de la Academia General del Aire. El cambio no fue nada fácil porque las instalaciones no estaban terminadas y ese invierno, sin detener la actividad náutica, los monitores y todo el equipo tuvimos que hacer un sobre esfuerzo para que la Escuela siguiera manteniendo un ritmo óptimo de cursos de vela.

Chiquisocaire.

A partir de la celebración del 25 aniversario de la fundación de Socaire, acordamos organizar un encuentro en la Escuela Hogar un fin de semana con todos los hijos de aquellos que, hasta la fecha, habíamos participado en el proyecto Socaire. Esto se llevó a cabo en una primavera del año 2003. Algunos de los que estuvieron allí continúan hoy implicados activamente en el desarrollo y funcionamiento de la Escuela.

Página de 12 44

Convenio con la Universidad de Murcia.

Desarrollar las actividades náuticas para los estudios deportivos en la Universidad de Murcia ha sido un reto y un éxito de colaboración que se renueva año tras año.

Página de 13 44

Liguilla escolar con el Ayuntamiento de San Javier.

Esta actividad, en la que los alumnos escolares del Ayuntamiento de San Javier participan en una competición náutica, aporta un estrecho lazo entre Socaire y el municipio que nos acoge.

Desde entonces hasta ahora hemos seguido la misma hoja de ruta, manteniendo el espíritu que nos ha caracterizado todos estos años, basando nuestro trabajo y nuestro entusiasmo en las actividades náuticas, pero también en la amistad, en la convivencia, en el crecimiento y en el placer de compartir esos espacios que llevamos en el alma reservados para las cosas bellas.

Página de 14 44

Testimonios.

Hemos recogido los testimonios de aquellos que, generosamente, nos han brindado su opinión y su experiencia sobre lo que ha significado el haber pasado por nuestra Escuela y ser parte de lo que hoy es Socaire.

Los testimonios son insuperables, muy emocionantes y significativos por los que los recogemos tal y como los hemos recibido.

¿Qué recuerdos tienes de tu primer bautismo de agua?

Me lo pasé super bien.

Volqué Optimist con el mar repleto medusas.

Mi primer curso de wind, planeo con Ángel.

Windsurf. Tomás y Ernesto dándome clase, mete culooooooo, máquinaaaa... también recuerdo el de mi padre y su apertura de cabeza, nacho llevándole a los Arcos.

Toda la escuela dimos la vuelta a la isla grosa y luego dormimos en la isla perdiguera.

Lo que más recuerdo es las risas que nos echamos cuando no sabíamos virar y desde la zodiac nos decían: ¡¡¡virar, virar!!! y nosotras entendíamos: ¡¡¡mirar, mirar.!!!.y por mucho que mirábamos no sabíamoss a qué! Jajaja. Nos tuvo que rescatar un windsurfista que pasaba por allí porque andábamos más cerca del molino que de la escuela.

Tengo muchos recuerdos, no sé si del primer momento o de otros posteriores, y siempre han sido muy bueno, por la experiencia, por el buen ambiente y sobre todo por el compañerismo. Siempre hay una mano dispuesta a ayudar, a hacer un nudo, arbolar un Pastinaca o echar un catamarán al agua.

Página de 15 44

La primera vez que navegue fue en un Optimist e íbamos dos montadas en el. me clavé un hierro en el muslo y aún tengo la cicatriz, pero ese día me enamoré del mar y de los barcos y hasta hoy..

Emocionante! ¡No hay más palabras!

No sé si llamarlo bautismo, pero desde luego si fue un gran chapuzón. Había que llevar varios barcos desde el balneario de San Antonio en Los Alcázares hasta la nueva sede de la escuela frente al antiguo hospital "Los Arcos" en La Ribera, y Manolo "Er Lanas" estaba a bordo de un Cadete que patroneaba y yo le iba a acompañar de proel. Al subir al barco desde la plataforma del balneario, para mi era la primera vez, creía que aquello era un mercante o algo similar y que tenía más estabilidad, por lo que dejé todo mi peso en una banda haciendo que el barco rápidamente abocara y en unos instantes Manolo y yo estábamos sumergidos en el agua. No pasó nada, nos reímos un poco y tuvimos que hacer toda la travesía con ropa de manga larga, caladísimos hasta los huesos y con tiritones todo el camino. A pesar de todo tengo un agradable recuerdo de aquella actividad.

Volqué en un Cadete y el chándal de me caía del agua que tenía, invierno agua fría.

Vivo al lado de la escuela. Estuve allí muchos años, me crié allí, crecí en la escuela, estuve de monitora otros muchos años… Con la edad me fui, volví y de Socaire es imposible irse para siempre.

No lo recuerdo, era muy pequeña, pero sí que recuerdo con cariño el Optimist amarillo en el que navegaba.

Fue una experiencia divertida con "El Pichín" como monitor y el resto de los compañeros de la universidad.

El mío fue más un bautismo de tablas, en un cumpleaños me mantearon y me dejaron caer, la hostia fue tremenda, vamos que volví a nacer, ¡¡¡de ahí el bautismo!!!

Yo comencé como secretaria, para inscripciones, y no recuerdo mi primera vez, pero creo que fue la necesidad de monitores para clases de la escuela hogar, con las nociones básicas, el resto llego a través del buen rollo y acogimiento familiar de la saga Socaire.

Un señor con barba llamado Rafa.

Fascinante, fue una experiencia única. Me enamoré del viento y sus sensaciones, había un mundo nuevo desconocido para mí y quería descubrirlo.

Tenía miedo de volcar mi Optimist.

Alucinante.

Super divertido a pesar de no ser en época de Verano que para un niño es la más agradecida.

Lo que más tengo en la memoria de mis primeros años, es lo fría que estaba el agua en invierno. Entonces no teníamos las ropas térmicas e impermeables que hay ahora.

Página de 16 44

Recuerdo ir en una gambeta con Fuensanta. Me dijo que llevaba muy bien el timón….ese fue mi primer contacto con el Socaire, en aquella época frente a Los Arcos.

Pues no tengo el recuerdo. Mi tío me obligaba a ir y aunque no me gustaban los cursos, siempre volvía, algo tenían esas tablas que enganchaban

No me acuerdo pero de acampada pasaba más tiempo en el agua que en el Cadete

Los mejores años de mi juventud

Fue una grata experiencia y quería avanzar para navegar con mis amigos que ya navegaban solos en Cadete

El mejor! Lave chalecos durante todo el verano y Nacho me hacia el bautismo “on line” mientras sacábamos Optimis abocados…

Recuerdo la Gambeta enorme con Fuensanta (hermana de Pepe y Tensi) junto al enorme pero tosco timón de madera, recuerdo el miedo que pasaba al salir a navegar y convertirse la gambeta en Un minúsculo barco que se movía como un gran terremoto, recuerdo la sonrisa tranquilizadora de Fuensanta.

Página de 17 44

Desde bien pequeña mi padre me llevaba en su botecico de motor a ver las "cuevas de los piratas" en la zona de Mazarrón… Después, la experiencia de navegar a vela siempre la recuerdo asociada a Rafa, Marisanti, al Altair y, por supuesto, a los veranos de gambetas en la Escuela en los campamentos de verano y a todos los compañeros de esa época.

Fue en una Pastinaca con Ana (que en aquel entonces ella era una adolescente), hacía mucho viento, íbamos adultos y niños en el mismo barco y yo la más pequeña. Al poco de coger yo el timón, el barco empezó a escorar y cómo el resto se asustó, Ana cogió la caña sabiendo que yo la liaría al verme tranquila y sonriendo jajaja.

No lo recuerdo. Solo sé que llegué a socaire gracias a mi amiguica Marta, que sus padres Loli y Juanma querían que aprendiese a navegar.

Mi primer bautismo de mar ocurrió antes del nacimiento de Socaire, junto a otros amigos, compañeros y luego fundadores de la asociación.

Un gran momento que me ha marcado mi vida.

Bueno.

Supongo que al ser tan pequeña no me acuerdo.

Una fría mañana de invierno, una gambeta, Raquel al timón y mi posteriormente proel agarrado al palo con los ojos fuera de las órbitas.

Página de 18 44

¿Cuál es tu experiencia y cómo valoras tu paso por Socaire?

La gente, el ambiente de la escuela, la piña que se hace, ....es brutal Es una escuela de vida, de experiencia, de aprendizaje y de risas, muchas risas.

Mi experiencia muy buena la verdad, el paso por Socaire lo valoro un aprendizaje muy bueno y una gran familia

Ha sido parte de mí, mi personalidad se ha forjado en esas maderas, aprender a pertenecer a un grupo, las frustraciones, las alegrías, el cómo un trabajo perdía toda la palabra trabajo y se convertía en pasión.

Aún estoy recuperándome, no sé cómo valorarla.

Creo que ha sido de las experiencias más bonitas de mi vida. Pasar por Socaire me ha hecho la persona que soy hoy. Aprendimos a navegar más o menos ( je, je..) pero sobre todo ganamos un montón de experiencias por todo el grupo que formamos, por la convivencia allí y los grandes amigos que he conservado de aquello.

Socaire es una escuela distinta, he estado en otras (no sólo en Murcia sino en otras comunidades y países) y el ambiente es único. Todos son muy cercanos, muy colaboradores y el paso de los años ha enriquecido la escuela. Todos somos un poco de Socaire y Socaire tiene un poco de todos los que hemos pasado por ella.

Durante años pasé allí todos los veranos y todos los fines de semana del año. Allí disfruté de la amistad de mis compañeros y del ejemplo y protección de los "mayores".todo eso aderezado de muchísimas risas. Creo que la persona que he sido después le debe mucho a aquel tiempo y a aquellas personas. También me quedó para siempre el apodo Rakué

Güé...curiosamente la amiga que me llevó allí la primera vez ya no volvió pero yo me quede y sobretodo Socaire se quedó para siempre dentro de mí. Hace años que no la veo, nuestra amistad terminó pero siempre tendré que agradecerle infinitamente que aquel día me llevará a la que sería mi casa, una de las mejores que he tenido en mi vida. Gracias Paula.

10/10

Mi experiencia es inmejorable. Para mí Socaire no solo ha sido una escuela de vela, ha sido y es una familia y una escuela de vida. Mi vida se ha visto muy influenciada por la escuela puesto que allí aprendí a navegar y ahora lo hago profesionalmente durante algunos periodos del año, y también ha afectado directamente en mi familia porque tanto mi hijo como mi hija son monitores y siguen participando de esta gran familia.

Una familia con la que comparto mi vida

Mi experiencia allí es un poco la de la persona que soy. Crecí allí, con otros muchos niñ@s, muchos años, salvajes o no, como cada uno quiera pensar o cómo nos fue haciendo el mar….Pero siempre fuimos mas libres,

Página de 19 44

fuimos familia, cuidábamos unos de otros. La escuela no terminaba en el balneario, permanecía cuando se cerraban las puertas. ¿Cómo voy a valorar algo así? Eso no se valora, se lleva dentro de cada uno como una parte de ti.

Lo recuerdo todo con mucha nostalgia, sé que los veranos infinitos con fiestas y barbacoas ya nunca volverán. Que la gente que está ahora ya no es la que era y que la forma de llevar el sitio tampoco.

Fueron buenos tiempos, los disfruté todo lo que pude mientras duraron y eso me reconforta.

Fue toda una explotación aceptada y maravillosa jajaja. La verdad que repetiría sin dudar: el trato familiar, con sus ventajas y desventajas; el olor a mar y salitre; las mañanas sin respiro y las tardes sin tarea; los accidentes en el mar y las soluciones improvisadas, etc. Diría que es una experiencia que resume lo que es la vida, tiene sus pros y sus contras, pero siempre prevalecen los pros.

¡¡¡Mi experiencia de las mejores vividas, de ahí forme mi familia de amigos que aún conservo!!!

Indescriptible es otro mundo

Mi experiencia fue super buena, encontré un lugar que me representaba, personas maravillosas que me transmitían la pasión por el viento y la navegación, además eran mis amigos.

Lo recuerdo con añoranza y cariño a buenas personas con las que compartí vivencias. Vuelvo cada vez que tengo ocasión. Lo valoro con un 10.

Fue muy divertido, íbamos cada fin de semana, hacíamos regatas y en verano ayudábamos de monitores con los campamentos.

Página de 20 44

Es de las mejores experiencias de mi vida. Y lo dice una persona que hasta ha estado viviendo en Libia 4 años de su niñez, que fue lo más. Me encantaban los fines de semana por la mañana solo por ir a navegar, ver a mis compañeros, amigos, compartir experiencias. Súper enriquecedor. Desarrollas muchos valores sobre todo de compañerismo, trabajo en equipo, orden, disciplina, compromiso, respeto al mar, saber compartir, convivir, además de hacer deporte...

Me quedo con lo aprendido, el buen rollo y la gente que conocí.

Maravillosa, hice un montón de amistades, las cuales tras más de 30 años siguen ahí.

Socaire lo es todo, le debo tanto que por mucho que vaya, jamás le podré devolver todo lo que me ha dado. Es una escuela de vida, si no llega a ser por Socaire no sería nadie en el mundo de la vela. Es una gran familia que se va retro alimentando de alumnos que son monitores y a su vez enseñan a niños que serán monitores. Como dijo Tensi en el 25 aniversario, socaire son historias que se unen a otras historias y que a su vez crean historias. He estado en varios clubs náuticos y escuelas de vela trabajando y jamás he visto un ambiente como el de socaire, un compañerismo, unos valores... indescriptible. Sigo navegando con mi licencia por la escuela de vela socaire y muy orgulloso que estoy.

A mí Socaire me cambió la vida. Rafa y Fuensanta fueron súper generosos conmigo. Empecé de acampada y quise quedarme una quincena más. Pude quedarme con la condición de llenar las botellas de agua, sacar la basura, limpiar los chalecos y clavar los clavos del pantalán. La verdad es que pasé toda esa segunda quincena navegando y pasé automáticamente a premonitora y empecé a llevar yo sola a los acampados en la gambeta el verano que Raqüé Wé se rompió el brazo. Yo tendría 13 o 14

Un 10, sobre todo grandes amigos, compañeros y entorno perfecto para navegar

Socaire cambió mi vida. Pisar esas tablas me hicieron conocer un mundo ajeno a mi y las experiencias y amigos que me ha dado no creo que las hubiera podido tener en ningún otro sitio. Me dio mucha madurez gracias a la confianza que depositaron en nosotros y la responsabilidad que asumíamos.

Un trocito de los más felices de mi juventud Fantástica y maravillosa, he aprendido a superar miedos, a escuchar el susurrar del viento, a comprender la mar, a mirar las nubes en silencio y a disfrutar de la vida sin importarme lo que piense la gente.

Para mí, ha sido una experiencia muy importante que ha marcado totalmente mi etapa de adolescencia, mis primeros momentos con amig@s, las primeras fiestas, los bailes del campamento, los primeros amores...son recuerdos que guardo con muchísimo cariño.

Página de 21 44

Socaire fue el primer lugar donde me sentí aceptada, donde hice amigos que son como mi segunda familia, donde aprendí a enseñar. Es una de las experiencias más significativas de mi vida y la que creó los cimientos de mi vocación como ingeniera naval.

No se puede cuantificar. Soy quien soy gracias a toda la generación socairera que me enseñó no solo a navegar.

Socaire es parte de mi vida como mis piernas lo son de mi cuerpo. Gran proyecto y gran equipo humano.

Tanto los precursores de manera amateur hasta hoy en día más profesionalizado.

Enriquecedor. Mi experiencia personalmente es inigualable, he crecido allí y es el lugar más bonito que conozco.

¿Cómo se valora a una FAMILIA?

Cuéntanos una anécdota significativa de tu paso por Socaire

Siempre me acordaré del día que volcamos sin querer con el catamarán y no podíamos adrizarlo

Tuve que presenciar desgraciadamente el culo de Kike al desnudo y hundí un Bita.

Mi primer curso de catamarán como alumna, que le falló la mano al monitor y terminé en el agua (estaba haciendo trapecio)

Nuestra generación y quizás yo que soy muy mayor para Angel, Jesús, Marta, Alba, mi hermana Irene... y joven para Ana, Pichín, Mario (hijo bombero) ... no tenemos tan grandes anécdotas como Nacho, Villa, Tomás... recuerdo el Madero y a la presi con la espinilla que era un cardenal enorme tras un viaje tortuoso al Magallanes. A Javi óptico y su perro yendo a navegar, a José Luis y Conchi... a Alberto enamorando a una mujer y Ernesto y los demás intentando rescatarle de aquello... barbacoas... Chirri poniendo música con un portátil y mil canciones en él.

El chiste de las Hormigas. Romperse una tabla mientras transportábamos un Óptimis de la cama a la rampa y ver desaparecer.

Al chispa buceando bajo la máquina de refrescos y recolectando las monedas...

Mejor no. puede haber daños colaterales

Pues creo que uno de los recuerdos más bonitos que tengo es de una excursión a la perdiguera la noche de las Perseidas en la que Rafa padre nos subió a las burdas en el crucero de noche a ver las estrellas y nos propuso quedarnos como monitoras el año siguiente. Apenas teníamos 16 años y fue

Página de 22 44

muy emocionante pensar que contaban con nosotras para seguir formando parte de la escuela. Siempre agradecida por ello.

Hay muchas, recuerdo lavar chalecos al final de temporada en el Óptimist, recuerdo poner fibra a algún barco que otro y recuerdo la cadena de barcos que hicimos para el traslado de balneario. Sin lugar a duda, me quedaría con una navegada en catamarán que hice con mi padre (Anselmo) en uno de los anteriores aniversarios reseñados, en el que abocamos y no podíamos adrizarlo de la risa que nos daba. Creo que estuvimos en el agua durante una media hora y al final terminamos casi en la playa.

Tengo tantas que no sabría por cual empezar, ni cual elegir:

1) Tensi en el discurso en la playa: "quiero que os pongáis crema hasta en las orejas" y el niño va y se enchufa el bote de crema en el oido y aprieta.

2) Guerra de medusas entre gambetas.

3) David ramos que sale con niños franceses que no hablaban español, en gambeta y vuelven cantando:

David: "porque tenia una mujer..."

Niños: "que dolor, que dolor"

David: "dentro del armario"

Niños:” que dolor, que dolor"

4) Con jota en la zodiac, a toda velocidad, yo conduciendo y él durmiendo en la proa.

5) De excursión a la manga desfile de zodiacs delante del Altair haciendo un calvo todos a la vez.

6) Jota por el walkie dando el tiempo en japonés inventado en campeonato de España.

7) Charlie...y sus 1000 frases. mi querido Charlie… de estas puedo escribir una pagina si la queréis inolvidable.

8) Luque que reparaba motores de zodiac y siempre le sobraban piezas, pero funcionaban

9) La vez que fuimos a soltar de noche las tablas a los del club de piragua y estuvimos debajo del pantalán junto a una rara grande como un perro Y muchísimas más. Con una cerveza delante creo poder contar cientos de ellas Iba todos los findes en mi bicicleta……. Pese a que mis amigos estaban en el polideportivo de san Javier… Iba con mi hermana… empecé en gambeta…. Como no…. Y fue probando toooooodos los barcos…. unos más nuevos… otros tuve que reparar….. pero todos eran estupendos para mí pese a tener un achicador de una botella de Ariel! Siempre he ido con ilusión y ganas menos cuando había regata…. Las he odiado siempre…. No soy yo de

Página de 23 44

competición……. Y menos cuando ya éramos mayorcitas…. Llegábamos a alguna escuela…. Y nos decían…. Buaggggg de Socaire!… menudos predecesores teníamos……: pero bueno…… siempre ha sido un orgullo para mí pertenecer a esta escuela.

Hay muchas, como dormir en el balneario con las ratas de compañeras subiendo por los sacos de dormir; pero sin duda una muy remarcable fue cuando se evacuó a todos lo niños de un campamento de verano de La Perdiguera y después de un par de días de temporal hubo que ir a por los barcos y a rescatar a Manolo Lanas que estaba allí como Robinson Crusoe y que se alegró enormemente de vernos.

Una, los campamentos en el colegio Carrión durmiendo chicos en una clase y chicas en otra el día 1 y el día dos ya todos mezclados.

Una???? Es difícil elegir porque Socaire es sinónimo de anécdotas y “sucesos”. Pero para mí el día con muy corta edad que salía en mi optimist, el antiguo balneario, y navegaba como un robot hasta que, en ese preciso momento, Garrido cogió un Cadete y se puso en la proa de mi barco para enseñarme a entender el viento. Ese día fue el que aprendí a navegar. Antes navegaba y, desde ese día, sabía navegar.

Página de 24 44

Hay mil anécdotas, pero la que me suele venir a la cabeza es la vez que yo era monitora y Quique todavía un alumno. Quique y su compañero se portaron mal, ya ni recuerdo qué fue, los "castigué" montando en Óptimist ese día. El compañero, del que ni sé el nombre, no volvió a aparecer por allí y Quique se quedó para siempre.

Una tarde navegando en láser radial se partió el mástil. Tras silbar a la escuela y viendo que mis planes de rescate se truncaban por la razón que fuese, me puse de pie en la bañera de la embarcación cogiendo la caña del timón con una mano y levantando, en un esfuerzo hercúleo, el mástil y la vela. De esta forma pude volver a las tablas y ver cómo mis compañeros y compañeras, efectivamente, no se dieron ni cuenta de que estuve a punto de naufragar.

Final feliz :-)

No sé si fue mi primera vez, pero mi recuerdo empieza en una salida de fin de semana a Tabarca, mis primeras 6 horas las pasé vomitando, pero acompañada de todas las viejas glorias, ¡¡¡algunos también vomitaban y no precisamente por el balanceo del mar!!!

Yo tiré al agua al señor de la barba Rafa y no ves la que me cayó

Hubo muchas anécdotas, pero algo que siempre viene a mi cabeza fue un día en concreto.

Estaba navegando con Pepa, entonces ella era mi alumna por las mañanas. Esa tarde decidimos salir con dos barcos monoplaza (stel, si no recuerdo mal) y a mitad del recorrido, bastante lejos del balneario, se partió mi mástil y caí al agua. Rápidamente Pepa dio la vuelta y empezamos a pensar qué hacíamos. Cuando nos dimos cuenta, en pocos segundos, teníamos dos barcos al lado que nos socorrieron y llevaron de nuevo al balneario.

Aprendí muchas cosas ese día, una es que, aunque parezca que estás navegando solo en la vida y no veas gente próxima, de donde menos esperas aparecen personas que ni te conocen y están dispuestas a "echarte un cable" y remolcarte a un lugar seguro. En ocasiones cuando me vuelvo a sentir así y siento miedo, recuerdo esa tarde y pienso:

"tranquila Pilar, no tengas miedo, navega libre, que, aunque no veas barcos cerca, si te pasa algo, vendrán a por ti".

Gracias Socaire por cada día que pude disfrutar aprendiendo, navegando, enseñando y compartiendo unas birras en una barbacoa. Pilar Corredor

Con mi inseparable Bene, sigo navegando, aunque vivimos a más de 1.000kms de distancia. Sigo en contacto con amigos socairosos a los que me encanta cada vez que veo a algun@ de ell@s Para mí lo mejor eran las regatas.

Pufff, millones...y todas super buenas y divertidas y que se puedan contar pues desde que yo solía ser patrón y mi compañera Leticia, que era

Página de 25 44

super atea, hasta le hacia rezar y no paraba de decir Dios mío, dios mio Berta, del miedo que pasaba cuando salíamos con un viento de fuerza X, hasta cuando me tocaba de proel regatear con Santi, él obviamente de patrón, super competitivo y me tenía inmóvil en la orza del Cadete sin moverme ni un milímetro para no aproarnos.Y luego las burradas de siempre, guerra de medusas, poner al límite algún barco hasta volcar...eso era con el bruto de Carlos… que toda la escuela seguro lo tenemos en nuestra memoria para siempre .

Bueno, bueno. No se me olvidará nunca en una de las regatas que hacíamos en invierno, entre todos los alumnos. En Cadete y el Optimist. Yo iba en Cadete mi hermana y nos jugábamos ganar la regata, hacia bastante viento y en la última ceñida íbamos segundos, así que no se me ocurrió otra cosa que sacar el spinaker para intentar ir más rápido. Ya podéis imaginar el resultado...

Muchísimas, pero creo que me quedo con una regata de Cadete en el que iba con Carlos. Él iba de tripulante y se meaba encima. Me decía que parase en plena regata, cosa que evidentemente no podía hacer. Todos sabéis como era Carlos, así que terminó meando en el tambucho, creo que ese Cadete de color verde, terminó teniendo un olor extraño para siempre….

En los 20 años que llevo ligado a las tablas, tengo miles.

Manolo Bermúdez saltándome con su Kitesurf y aterrizando encima mío.

Ernesto y tomas quitándome el timón del Optimist en invierno diciendo: "está roto, vamos a por uno nuevo” y ahí me quedaba llorando en invierno.

Incontables fiestas en las tablas hasta el amanecer con algunas de las alumnas de la semana.

Viajes en lancha nocturnos a la curva.

Cuando mi amigo Anselmo perdió la botavara de su láser y yo hice de botavara.

Página de 26 44

Libo poniendo su mano y hasta que el stay de mi Cadete no fuese directo a su mano no iba a dejarme entrar a la escuela Y podría seguir para escribir un libro

Mi anécdota significativa es que los mejores veranos de mi vida los pasé en Socaire.

Recuerdo que aún no tenía la edad para sacarme el título de premonitora, motor, vela…cuando hice el examen y los chicos (libo, Carlos, Luque y Santi) me explicaban cómo funcionaba el motor de la zodiac enseñándome el motor de la vespa. Sigo luciendo la marca de una quemadura en la pierna derecha de esa vespa. Aprobé el examen.

Libo fue mi primer beso, (yo llevaba brackets) Con Villa y Raul salí por primera vez de fiesta y me pillé mi primera borrachera (no he vuelto a probar el whisky)

Aun me pongo para estudiar la sudadera de socaire de Luque, me la regaló cuando yo tenía 15, ahora tengo 45 y aún me va grande.

La furgoneta que teníamos cuando éramos monitores, si hablara... Bufff, son tantas…

Recuerdo como íbamos allí al salir del colegio para bajar los cadetes de las camas, atarlas y hacernos una plataforma de saltos frente a la escuela, los campamentos, la travesía para traer el Monica desde Torrevieja … Y como no, la fiesta del 35 aniversario en la que le pedí matrimonio a Jose.

Una noche fuimos los monitores de vela a la Manga a dar una vueltecita de fiesta en crucero y me dijeron que subiera al bote salvavidas para revisar algo y me dejaron en ese bote hasta que me recogieron. Novatada de monitora para disfrutar la nocturna luna del mar menor.

En la escuela después de 20 años allí, después de muchas millas navegadas y algunas nocturnas, conocí a la que es el amor de mi vida, a la que hoy es la madre de mis hijos, la que orienta mi rumbo cuando el viento no es bueno, la que se convierte en mi puerto cuando hay tormenta, la que siempre se embarca la primera y nunca desembarca. Mi mujer Fanny.

Pues ese primer año de "monitora" en el que no tenía ni idea de nada de vela, pero me encargué de los chalecos, y me tomé muy en serio mi tarea, los tenía más limpios que el jaspe.

Luego mis compis me fueron enseñando, y poco a poco fui aprendiendo algunas cosicas.

El primer día que salí sola con acampadas, volqué y me fui al quinto pino..tuvo que venir Mario a rescatarme..

Hay montones de momentos que recuerdo con muchísimo cariño.

Hay tantos recuerdos... Mil excursiones al Molino y un intento de llegar al Peter y terminar en las encañizadas. Navegar en el Cadete Bacalao inundado hasta las rodillas. Mi padre con una brecha en la cabeza al darle el

Página de 27 44

mástil mientras aprendía windsurf atado al lado del balneario. Una alumna gritando "me ahogo, no sé nadar", al lado de las tablas donde hacía pie. Las conversaciones interminables en las siestas bajo la lona del catamarán. Tomás tirándome al agua para no oírme gritar más. Don José y yo en el Snipe después de perder el timón. Demasiadas partes íntimas de los alumnos que no sabes cómo decirles que se vuelvan a tapar. La rata disecada detrás del mueble. Planear con una vela de 2,5m un día de vendaval. Ver navegar de noche a socaireros con frontal. Noches de murciélagos, mañanas de gaviotas e ir a buscar churros en zodiac. Llevar a mi sobrino a navegar... y espero ver muchas más generaciones navegando desde las tablas de nuestra querida Escuela. Yo navegando en Optimist mega enana. Mario y Ernesto se aproximan en la zodiac (no recuerdo en cual pero se activan mis alertas... Ernesto estaba sonriendo...). Cuando se acercan, uno suelta la percha, botavara y esperan a que yo vaya a arreglarlo pero no caigo en la trampa aunque tampoco sirve para nada y , tras un digno forcejeo con el otro, consiguen hacerse con mi timón!! ...Siempre serán mejores piratas...

Transcribí los estatutos de la A. D. Socaire en una máquina Olivetti lexicón 80 con los dedos índices de las manos porque no sabía mecanografía.

Otra es que el nombre que elegimos para la asociación, Tajamar, tuvimos que descartarlo porque era el de un colegio del Opus. La segunda opción era SOCAIRE.

Ninguna en particular, pero mucho cariño cuando recuerdo los campamentos de verano y las vueltas al mar menor en Semana Santa.

Navegar paso a formar parte de mí.

Las tablas son un lugar especial, he vivido momentos inolvidables allí, recuerdo con amor todas las noches durmiendo allí acompañada de mi hermano, todas y cada una de las semanas que iba y volvía en bus cada día solo por estar allí, barbacoas increíbles y una cantidad de gente maravillosa que he conocido gracias a este increíble lugar.

Miles. Una por cada madera, por cada clavo, por cada barco, por cada alumno, por cada compañero, por cada amigo, por cada hermano. Excursiones a la perdiguera, noches de campamento, noches de escuela, siestas en cualquier lugar…

Página de 28 44

No nos olvidéis…

No, no nos olvidéis…

Voy a presentarme. Soy otra más de las “consortes” de la escuela. Y os preguntaréis, ¿Qué quieres decir? Quiero decir que somos las parejas que nunca hemos trabajado en Socaire pero que hemos echado muchas horas sobre sus tablas. No somos MOB pero se parece. Somos las, y lo digo en femenino porque somos mayoría, pero seguro que también habrá algún caballero, que nadie se ofenda. Somos las que nunca hemos dado un curso de vela ni de windsurf ni de catamarán pero que hemos abierto la escuela, hemos cerrado, hemos ayudado a recoger, hemos ido a comprar, hemos limpiado barcos, hemos hecho diplomas, hemos limpiado el frigo o el baño (desde que existe, que fue muy posterior a mi llegada a la escuela), somos las que estamos a la sombra pero que reivindicamos nuestra parte de la historia. Yo no sabré dar un curso de vela ni de windsurf ni de catamarán, pero sé lo que es atracar un barco, orzar, virar o trasluchar. Sé lo que es una escota, una driza, un sable, una botavara, un mástil, un timón o una orza y sé lo que es un Optimist, una gamba, un láser o una Pastinaca. He ayudado a levantar barcos cuando han volcado, he remolcado tablas de windsurf cuando se han ido a las redes, he echado unas cuantas horas encima de la patera. Y, por supuesto, he ido al molino el sábado, he tomado aperitivos, he ido a barbacoas, me he bañado por la noche….

Todos sabemos que trabajar en la escuela, no es un trabajo, es una forma de vida.

Son muchas horas oyendo hablar de barcos, de tablas, de velas, de vientos, de rumbos, de alumnos. En mi caso, hace 25 años que llegué aquí. Y aquí ha habido y hay muchos monitores, pero también están mis amigos y fuera de la escuela, con mis amigos, que forman parte de la familia que eliges, seguimos hablando de la escuela.

Llegado el 40 aniversario, no salimos en el listado de monitores, ni estamos en el grupo de whatsapp de los organizadores, pero estamos y seguiremos estando.

Soy consorte de un monitor, tía de monitores, madre de futuras monitoras y amiga de todos.

Tengo mi hueco después de tantos años y reivindico estas líneas para que NO NOS OLVIDÉIS.

¡¡¡Feliz aniversario y a por otros 40 años más izando velas!!!

Página de 29 44

No os olvidamos…

Imposible olvidaros porque, como todos reconocemos, Socaires es algo más que una Escuela de Vela. Somos una enorme familia en la que nos damos encuentro amigos que miramos al mar con la ilusión de la aventura y de compartir nuestros conocimientos náuticos. Todo se convierte en una experiencia de vida en la que tenéis el lugar privilegiado de cualquier miembro del engranaje que hace que las tablas de nuestro balneario sean algo más que unas tablas.

Vuestra presencia, vuestro apoyo, vuestra colaboración, vuestra comprensión y vuestro compromiso son pilares fundamentales para que, desde el primer momento que se puso la idea de Socaire en marcha, hayamos llegado hasta aquí.

Imposible entender esta aventura sin vosotras y sin vosotros.

¡¡¡Feliz aniversario y a por otros 40 años más izando velas!!!

Página de 30 44

Acta de la fundación de Socaire

Página de 31 44

La escuela de vela socaire en imágenes

Entre una foto y otra han pasado 40 años. La primera, en el balneario de Los Arcos, estamos dando los primeros pasos de organización de los cursos. La segunda, muchos años después, ante el pañol de la ubicación actual de Socaire, celebrando el éxito de una idea que tantas generaciones han apoyado y contribuido a que hoy aún sea una realidad.

Y aquí empezamos, en el balneario de Los Arcos.

Página de 32 44

En 1983 ya éramos una gran familia que aglutinaba ilusiones en un continuo estado de crecimiento.

Página de 33 44

Al igual que hoy, desde que comenzamos nuestra aventura, antes de salir al agua, las indicaciones correspondientes y siempre la seguridad del chaleco

Página de 34 44
Página de 35 44
Todo preparado para saltar al agua

Después de una jornada de navegación hay que recoger y ordenar el material para el día siguiente. Estamos en 1993 y hoy seguimos guardando la misma disciplina de orden.

Página de 36 44

En 1993 llegó a nuestra flota el Altair. Un paso de gigante para Socaire y un premio para nuestra navegación.

Página de 37 44

Nos reconocemos en cada uno de los momentos que hemos pasado juntos en las tablas del balneario. Navegando, compartiendo tiempo, anécdotas y experiencias.

Página de 38 44

En 2003 celebramos un encuentro entre los más pequeños y lo llamamos Chiquisocaire. Seguro que si os fijáis conoceréis a una niña que hoy es una estupenda monitora.

Página de 39 44

Las excursiones cruzando el Mar Menor son un clásico verano tras verano desde el principio de Socaire. A Los Molinos, a La Perdiguera o a La Manga no ha habido ningún año que no hayamos disfrutado de estas maravillosas travesías.

Página de 40 44

En 1993 estrenamos el balneario en el que nos encontramos ahora.

Página de 41 44

Los monitores y todo el equipo que formamos la familia Socaire estamos, un año más, a disposición de todo aquel que quiera disfrutar la aventura de navegar.

Página de 42 44

Siempre con nosotros

Anselmo
Carlos Emilio
Página de 43 44
Pedro
Página de 44 44
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.