Karl Marx - El capital II

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El Capital, tomo II

Karl Marx

invierten el dinero en comprar medios de producción retorna el dinero, dando un rodeo, a manos de los capitalistas del sector I. De donde se deduce que, en la reproducción simple, la suma de valor c + p del capital–mercancías I (y también, por tanto, una parte proporcional del producto global–mercancías I) tiene que ser necesariamente igual al capital constante IIc desglosado también como parte proporcional del producto global mercancías de la clase II, o sea que I (v + p) = IIc. IV. El cambio dentro del sector II. Medios de vida necesarios y artículos de lujo Del valor del producto–mercancías del sector II debemos distinguir ahora, además, las partes v + p. Su estudio no guarda la menor relación con el importantísimo problema que aquí nos ocupa, a saber: en qué medida el desdoblamiento del valor de todo producto–mercancías de los capitales individuales en c + v + p, aunque se opere a través de diversas formas o modalidades, rige también para el valor del producto global de todo un año. Este problema se resuelve mediante el cambio de I (v + p) por IIc, de una parte, y de otra por la investigación, que reservamos para más tarde, de la reproducción de Ic en el producto–mercancías anual del sector I. Y como II (v + p) existe bajo forma natural de artículos de consumo y el capital variable desembolsado a los obreros como pago de su fuerza de trabajo tiene que ser invertido en su casi totalidad en artículos de consumo, del mismo modo que la parte p del valor de las mercancías, partiendo del supuesto de la reproducción simple, se invierte también, como renta, en artículos de consumo, es evidente (prima facie (27) que los obreros del sector II vuelven a comprar con el salario recibido de los capitalistas del mismo sector una parte de su propio producto, correspondiente al volumen del valor en dinero que reciben en concepto de salario. De este modo, la clase capitalista II vuelve a convertir en dinero el capital–dinero desembolsado en salarios; es exactamente lo mismo que si hubiese pagado a los obreros con simples contraseñas. Tan pronto como los obreros las hiciesen efectivas mediante la compra de una parte del producto de valor por ellos producido y perteneciente a los capitalistas, estas contraseñas volverían a manos de los mismos capitalistas; la única diferencia consiste en que, tratándose de dinero, las contraseñas no sólo representan el valor, sino que lo poseen en su corporeidad metálica, áurea o argentina. Más adelante tendremos ocasión de investigar a fondo esta clase de reflujo del capital variable desembolsado en forma de dinero por medio del proceso en que la clase obrera actúa como compradora y la clase capitalista como vendedora. Lo que aquí nos interesa es otro punto que conviene examinar, en este reflujo del capital variable a su punto de partida. La categoría II de la producción anual de mercancías se halla formada por las ramas industriales más diversas, pero todas ellas pueden reducirse –por lo que a sus productos se refiere– a dos grandes categorías: a) Medios de consumo que se destinan al consumo de la clase obrera y que, en cuanto representan artículos de primera necesidad, forman también parte del consumo de la clase capitalista, aunque con frecuencia difieren en cuanto a la calidad y al valor de los que consumen los obreros. Toda esta categoría podemos agruparla, para la finalidad que aquí perseguimos, bajo la rúbrica de medios de consumo necesarios, siendo indiferente para estos efectos el que se trate de productos como el tabaco, que pueden no ser artículos de consumo necesarios desde un punto de vista fisiológico; basta con que se consideren habitualmente como tales. b) Medios de consumo de lujo, que sólo se destinan al consumo de la clase capitalista y que, por tanto, sólo pueden cambiarse por la plusvalía invertida como renta, la cual no corresponde jamás a los obreros. Es evidente que el capital variable invertido en la producción de la clase de artículos de la primera categoría tiene necesariamente que refluir en forma de dinero a la parte de la clase capitalista del sector II (es decir, a los capitalistas IIa) que producen estos medios de vida necesarios. Lo que hacen es venderlos a sus propios obreros hasta el importe del capital variable que les pagan en concepto de salarios. Este reflujo guarda una relación directa con todo este sector a de la clase capitalista II, por muy numerosas que sean las transacciones realizadas entre los capitalistas de las diversas ramas industriales interesadas con arreglo a las cuales se distribuye proporcionalmente el capital que refluye. Son procesos circulatorios cuyos medios de circulación suministra directamente el dinero gastado por los obreros. Otra cosa acontece con el sector IIb. La parte del producto de valor de que aquí se trata, IIb (v + p) reviste íntegramente la forma natural de artículos de lujo, es decir, de artículos sustraídos a las posibilidades de compra de la clase obrera, ni más ni menos que el valor de las mercancías que v, a pesar de que tanto estos artículos de lujo como aquellos medios de e los propios obreros. Por tanto, el reflujo por el que el capital variable desembolsado en este sector retorna a los productores capitalistas bajo forma de dinero no puede ser directo, sino que tiene que operarse indirectamente, lo mismo que en el caso Ib. Supongamos, por ejemplo, como arriba, que la proporción, para toda la clase II sea v = 500 y p = 500, pero, de tal modo que el capital variable y la plusvalía a él correspondiente se dividan del siguiente modo:


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