Karl Marx - El capital II

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El Capital, tomo II

Karl Marx

Es cierto que la potenciación de las fuerzas productivas del trabajo, cuando no supone una inversión adicional de valores de capital, sólo acrecienta primordialmente la masa del producto, no su valor, Pero crea, al mismo tiempo, nueva materia de capital, y con ella la base para incrementar la acumulación de éste. En la medida en que la organización del mismo trabajo social, y por tanto el aumento de la fuerza productiva social del trabajo, exige que se produzca en mayor escala y, por consiguiente, que los capitalistas desembolsen capital–dinero en grandes masas, ya expusimos en el libro I que esto se consigue, en parte, mediante la centralización de los capitales en pocas manos, sin necesidad de que aumente en términos absolutos el volumen de los capitales en funciones ni, por tanto, el volumen del capital–dinero. La magnitud de los capitales individuales puede aumentar mediante su centralización en pocas manos, sin que su suma social aumente. Lo único que cambia es la división de los distintos capitales. Finalmente, en la sección anterior hemos visto que, acortando el período de rotación, cabe poner en movimiento el mismo capital productivo con menos capital–dinero o poner en acción con el mismo capital–dinero un capital productivo mayor. Todo esto, indudablemente, no guarda la menor relación con el verdadero problema del capital–dinero. Indica únicamente que el capital productivo una suma determinada de valor, compuesta en su forma libre, en su forma de valor, por una cierta suma de dinero–, después de convertirse en capital productivo, encierra potencias productivas cuyos límites no se contienen dentro de los límites de su valor, sino que pueden, hasta cierto punto, actuar con efectos diversos, ya sea intensiva o extensivamente. Partiendo de los precios de los elementos de producción medios de producción y fuerza de trabajo , podemos establecer la magnitud del capital–dinero necesario para comprar una determinada cantidad de estos elementos de producción disponibles como mercancías. O, lo que es lo mismo, podemos establecer la magnitud de valor del capital que ha de desembolsarse. Pero, el volumen en que este capital funciona como fuerza creadora de valor y de productos es siempre elástico y variable. Sobre el segundo punto. Es evidente que la parte del trabajo social y de los medios sociales de producción que ha de invertirse anualmente en producir o comprar oro, para reponer las monedas desgastadas, viene a mermar pro tanto en la misma medida el volumen de la producción social. Pero, en lo que se refiere al valor dinero que funciona en parte como medio de circulación y en parte como tesoro, éste existe, como algo adquirido, al lado de la fuerza de trabajo, de los medios de producción producidos y de las fuentes naturales de la riqueza. No puede ser considerado como límite de éstos. Al convertirse en medios de producción, mediante el cambio con otros pueblos, podría aumentar la escala de la producción. Pero esto presupone que el dinero siga desempeñando igual que antes su papel de dinero universal. Según la menor o mayor duración del período de rotación, será necesario contar con una masa mayor o menor de capital–dinero para poner en movimiento el capital productivo. Hemos visto también que la división del período de rotación en período de trabajo y período de circulación determina un aumento del capital latente o en suspenso en forma de dinero. En la medida en que el período de rotación es determinado por la duración del período de trabajo, se halla determinado también, siempre y cuando que las condiciones no varíen, por el carácter material del proceso de producción y, por consiguiente, no por el carácter específicamente social de este proceso. Sin embargo, sobre la base de la prod


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