Una perspectiva de desarrollo para Costa Rica

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¿Cuáles han sido las metas, las "palabras calientes", de la modernidad occidental? Sin duda, fueron las banderas de la Ilustración y la Revolución Francesa: libertad, igualdad, fraternidad. Libertad, no solo en los intercambios económicos (el capitalismo), sino, también, en la vida sociopolítica (tránsito, asociación, expresión, crítica, religión). La igualdad que, además de la meta de eliminar privilegios medievales, era, también, un reclamo por justicia social y equidad. De hecho, el liberalismo y el socialismo, las formulaciones ideológicas más consistentes del Siglo XIX, nacieron de estos impulsos del mundo moderno (y los intentos por su materialización histórica han dejado huellas indelebles en nuestra especie). La fraternidad, aspiración si se quiere más emocional y personal, ha motivado conductas y actitudes en todos estos siglos, aunque sus realizaciones hayan estado limitadas por otros valores de toda esta época. ¿Y la forma de gobierno que promovió la modernidad? En realidad, podemos decir que ha sido una combinación remozada de gobiernos previstos por la filosofía política de Aristóteles: la monarquía, la aristocracia y la democracia (correspondencia biunívoca con gobierno, congreso, pueblo). A esta conjunción política debe añadirse la sabia división de poderes (Montesquieu), que, ha ofrecido la mejor posibilidad para el equilibrio en el ejercicio del poder: ejecutivo, legislativo y, también, muy importante, el judicial. Toda esta amalgama política y social establecida sobre la base del concurso de la voluntad expresa de los ciudadanos: la democracia (no de participación directa como en la Grecia ateniense sino, por razones prácticas, representativa). Este ideario, de una u otra manera, ha estado presente en los principales acontecimientos de nuestra época. Pero más que un conjunto de ideas aisladas, se ha adoptado una concepción del mundo y una actitud intelectual y cultural asociadas a la perspectiva del progreso. ¿Por qué?: "La creencia en el progreso se funda, justamente, en la idea de la dominación de la naturaleza por la ciencia y la técnica." [56] El éxito en el desarrollo de las fuerzas productivas por el capitalismo, basado en el concurso de las ciencias, las técnicas, la tecnologías así como la organización del trabajo (siempre en contextos sociopolíticos y culturales apropiados), promovió la idea del progreso: era posible siempre avanzar en riqueza, en libertad, en calidad de vida. Si se miraba hacia delante: un sol de progreso. Este influjo fue decisivo para establecer el substrato del Positivismo y el Marxismo: redefinir la historia humana en etapas sucesivas de progreso. Ya fuera por el concurso de la ciencia y la tecnología, o la religión, o por el de las revoluciones sociales, o factores combinados de todas ellas, se configuraba un futuro con sentido, con una finalidad. Puesto de manera muy teórica: el dominio de las ideologías metahistóricas. Este ha sido uno de los grandes vectores de la modernidad que ha permeado todas las dimensiones sociales: conocimiento, educación y economía, ideas, conductas y actitudes. Pero, ideología más o doctrina menos, nunca se ha podido ni nunca se podrá abjurar de la realidad: "La historia es el dominio de lo imprevisible" [57] . Esta siempre cobra sus deudas. 108


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