Guadalupe 847

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Revista del Real Monasterio de Guadalupe fundada en 1916. Nº 847, Año 2016

Egas Cueman visto por Lorne Campbell / 9 Huerto ameno y jardín sellado / 16 Cinco siglos de la muerte del Rey Católico / 23


«El glorioso evangelista san Lucas, secretario de la Madre de Dios y cronista de sus grandezas, para dejar mayor noticia de Ella en el mundo, añadió, a la que dio con la pluma, la del pincel y la escultura, haciendo algunas imágenes suyas, entre las cuales fue la que en esta Casa veneramos. Así lo decía la escritura que con ella se halló en esta tierra y todo el tiempo que la tuvieron en Sevilla, que fueron más de cien años; fue constante esta tradición, la que se ha conservado hasta nuestros días».

Historia de Nuestra Señora Santa María de Guadalupe

Imagen: Pedro José de Uceda (1698-1740) Texto: Leyenda del lienzo 1 del Claustro de los Milagros (s. XVII)


Nigra Sum*

enero - febrero

Núm. 847. 2016 --

Director:

Antonio Arévalo Sánchez, OFM Administrador:

Hipólito Ámez Prieto, OFM Secretaría y Suscripciones:

Antonio Ramiro Chico --

Redacción y Administración: Real Monasterio de Santa María 10140 GUADALUPE (Cáceres) Teléf.: 927 36 70 00 Fax: 927 36 71 77 Web: http/www.monasterioguadalupe.com Correo electrónico: guadalupe.mcs1916@gmail.com Edita: Ediciones Guadalupe Imprime: Gráficas San Antonio, S. Coop. Almansa, 7 41001 Sevilla Depósito legal: BA-12-1988. --

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Piedraescrita en el Gévalo

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edanía de Robledo del Mazo en la alta Jara toledana, Piedraescrita tiene los cimientos en la duodécima centuria, el Pantocrátor románico más meridional de la Iberia y un Juicio final de azulejos talaveranos del XVI en la ermita de la Virgen, que es parroquia de Santa María; si bien su origen es remoto y tiene que ver con los 8 metros de roca grabada o escrita, en la llamada plaza de las Moradas, castro celtibérico, a 1378 m. de altura. A la vera de la sierra de la Hiruela, sobre un puerto que divide las aguas de Tajo y Guadiana, «en lo más agrio y fragoso de los montes de Talavera» —describía un clérigo del XIX—, tiene nido una Virgen negra, enhebrada al paso del Temple por estas comarcas de la sede primada: In perea exaltarit me [Me ensalzó sobre la roca…], a la que el vecindario hace fiesta al abrir mayo florido. Difícil es adivinar su edad y escuela de rústico linaje, aunque su fama alcance el reinado de Felipe II y digan que su iglesia fue levantada por los jerónimos de Guadalupe, para alivio de los romeros que iban de Toledo, cosa del todo inventada. No tan atrabiliario es, empero, que una muy primitiva capilla mozárabe fuese reedifica por los jerónimos de Talavera para la cura de sus colmeneros y ganaderos en estas tierras altas. Por el camino viejo de Guadalupe, quizás un ramal que enlazara la calzada de Emérita por la cercana Espinoso del Rey, la sacan en procesión de su ermita, sofocada de leyendas y vistas espléndidas. «Cuando se despidieron los moros —dice una voz popular—, subieron a la plaza y suspiran: ¡Ay!, sierra de Altamira, quién te pudiera dar siete vueltas todos los días, para recoger el oro y la plata que tienes mía». Cada siete años —si la seca no lo adelanta—, al medio centenar largo de vecinos de Espinoso se une el entero valle del Gévalo en ancestral caminata de 20 km. para bajar al venerable trasunto de Nuestra Señora, hontanar de bendición y milagros, que vio un vaquero de este pueblo, allá donde la piedra escrita, recibiendo el cargo de edificar una ermita sin saber dónde. Ante su mínima figura (45cm) tallada a navaja, se hincan de manos los caballos al entrar en Espinoso del Rey. Y la villa se enrama para tan feliz suceso y abre sus puertas a la Niña negra para tenerla consigo desde el tercer sábado de mayo al tercero de septiembre. Cuatro meses de procesiones y misas en los arrabales, para mantener llovida la fe de las gentes entre la jara, el robledal y los romeros. * «Nigra sum» [Soy morena…] es una expresión tomada del Cantar de los Cantares (1,5) que la Liturgia, desde la Edad Media, aplica a las Vírgenes Negras.

Índice I. Nigra sum: Piedraescrita en el Gévalo .......................................... 1 II. Aires morenos [Noticias de la Virgen]............................................. 2 III. Aula capitular [Opinión] - Bitácora del Director................................................................. 5 - Pura y limpia: Sor María José Hidalgo López, OIC ................... 6 - De lo mundano a lo humano: Emmanuel Ramiro Fernández. 7 - Barrera del sol: Francisco de A. Oterino Villasante, OFM......... 8 IV. Scriptorium guadalupense [Investigación y divulgación] - Egas Cueman en Guadalupe Lorne Campbell .............................................................................. 9

- Entre el locus amœnusy el hortus conclusus Ángel Fuentes Ortiz ......................................................................... 16 - Doce Caminos de peregrinación a Guadalupe IV Textos y mapa de APRODERVI ....................................................... 20 - Cumplo100años El centenario de la muerte del Rey Católico Germán Rubio Cebrián, OFM.......................................................... 23 V. Plaza Mayor [Noticias del Monasterio y la Puebla] - Miscelánea de Guadalupe........................................................ 30 - Crónicas de la puebla: Antonio Ramiro Chico......................... 36 Portada: Claustro y templete gótico-mudéjar, s. XIV-XV. Ursicio Castrillo Contraportada: Gabriel Sánchez Olmeda, Invernar en el Mato.

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Huellas franciscanas de Almendralejo Ángel Díaz Rodríguez

Don Ángel María Díaz Rodríguez es natural de Almendralejo (Badajoz), profesor de Instituto, cofrade e investigador curioso de las cosas de la Ciudad de la cordialidad; por eso fue elegido pregonero de la Semana Santa de la olorosa ciudad de Carolina Coronado el año 2014. Para tal pregón, él buscó denodadamente referencias del beato Alfonso de Almendralejo, y hasta que no tuvo «todos los pelos de la burra en la mano» —en los Barros son así de expresivos— no paró. Para conocimiento de todos, publicamos las referencias a tres personajes franciscanos contenidas en el pregón titulado Passio Domini Nostri, Jesu Christi, secundum Amygdaleto. «Cómo podría olvidarme de esta hermandad y su franciscanismo, si la Vera Cruz y el Cristo de la Buena Muerte representan el alfa y omega de nuestra Semana Santa. El Cristo de la Buena Muerte es la talla más antigua de cuantas salen en procesión, su hermandad es las más joven de todas. La ermita de la Vera Cruz debió ser la principal referencia penitencial hace casi cinco siglos. Cómo voy a olvidarme de la iglesia de san Antonio, si en ella nació, además de la Buena Muerte, la hermandad de los Estudiantes, de oríge-

nes doblemente franciscanos, y fueron las franciscanas quienes promocionaron el culto a la Virgen de los Dolores. Los franciscanos siempre fueron un valor activo de nuestra Semana Santa. Almendralejo, administrativamente, pertenecía a la Orden de Santiago; pero espiritualmente, el franciscanismo dejó su huella indeleble durante cientos de años, como lo demuestra el hecho de que los seráficos hermanos eran quienes predicaban en nuestra cuaresma y días pascuales, hasta el punto de que, en los estatutos de

Claustro del convento san Antonio, en Almendralejo

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la provincia de San Gabriel de 1699 se especifica que los frailes han «de predicar la cuaresma en la Villa del Almendralexo». Y como lo demuestra el hecho de que los tres conventos de la Villa fueran de esta Orden, siendo centros de espiritualidad y obligado referente religioso. Y sus frailes eran un elemento fundamental en las procesiones de Semana Santa, y en el siglo de las Luces, en pleno Regalismo, el concejo llamó la atención en dos ocasiones a los religiosos de San Antonio porque faltaban a las procesiones,


Turismo Extremadura

airesmorenos muy posiblemente porque entraban en conflicto con los Ilustrados. Muchos fueron los franciscanos que, nacidos aquí o venidos a esta tierra, marcaron espiritualmente a Almendralejo y otras tierras. Pero me gustaría destacar a tres. El primero, el siervo de Dios fray Alonso Ortiz, quien, según Crónica del padre Alonso de la Rea (Crónica de la… Provincia de san Pedro y san Pablo de Mechoacán en la Nueva España. México 1643, p. 227), era natural del Almendralejo, en Extremadura, y saltó a la Nueva España en el siglo XVII y, en la ciudad de Querétaro, ante el desconsuelo de unos padres «levantó los ojos al cielo, y hecha una breve oración, hizo la señal de la cruz» sobre el cadáver de una niña recién fallecida, resucitándola. La Segunda, la madre María de Cristo, nacida en La Parra en 1654, y fundadora del Beaterio de Nuestra Señora del Amparo, por todos conocido como convento de Santa Clara. Esta hermana, fiel devota de la Virgen de los Dolores, estando en nuestro convento, según relata fray Fernando de san Antonio en la historia de su vida, «a deshoras de la noche, salía por la puerta interior a la iglesia, cargada con una pesada cruz y un cilicio por corona en la cabeza y andaba los pasos de la vía sacra hasta el calvario». Tan preocupada estaba María de Cristo por el devenir del almendralejense beaterio, que una noche, cuando oraba en los muros de la calle Palacios por el éxito de la empresa, se le apareció el mismo padre san Francisco calmándola con las siguientes palabras: «Sabrás, hija mía, que he venido a reconocer esta casa; porque su vida pobre, sus ejercicios humildes y penitentes la publican mía». Y para culminar esta trilogía, dejadme que os cuente una historia. En 1887, Nicolás Díaz y Pérez publicaba un libro sobre Extremadura, en cuya página 501 nos habla sobre el beato fray Alfonso de Almendralejo. Esta noticia no dejo de sorprender al sacerdote Marcos Suárez Mu-

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Cumplo 100 años Fue un empeño del P. Bernardino Puig i Sala, a la sazón ministro provincial de la Bética. Quizás lo sopesó en los años que rigió la Casa como primer guardián, o lo soñó con el P. Germán Rubio Cebrián ante el frenesí de frailes mozos que desempolvaban (nunca más cierto) los papeles y pergachos de los Jerónimos, moradores invisibles tan presentes del cenobio. Lo era Carlos Gracia Villacampa y aún Isidoro Acemel Rodríguez, quienes pronto se hicieron con el invento. Aquellos padres tenían la experiencia de La Voz de San Antonio, fundada y editada en Sevilla con imprenta propia el año 1895, una de cuyas máquinas habían enviado al monasterio con toda idea. Por otra parte, los editores cacereños de la revista Guadalupe —alumbrada el 8 diciembre de 1906 para azuzar la restauración e instalar convento— ya habían dado muestras de cansancio y propuesto en 1914 a los frailes de san Francisco que publicasen ellos la revista. Nunca sobrados de dinero, el caso es que el 1 de julio de 1916 salí por primera vez a la calle, ataviada de papel satinado y una estampa en portada, toda de elegante tinta negra, quincenal e ilustrada, con cintura de 24 páginas, todo a razón de 5 pesetas al año. ¿Los motivos de mi salida? «Lo hemos publicado en nuestro prospecto —rezaba Acemel parapetado en La Redacción— […] y en dos palabras de nuevo lo repetimos. Es el de trabajar con todo nuestro entusiasmo en propagar la devoción y culto de Nuestra Señora y las glorias histórico-artísticas de su grandioso monasterio, proporcionando a los eruditos y dando a conocer a españoles y extranjeros las preciosidades sin cuento que conserva todavía este hermoso santuario de las artes españolas». Y en ello están quienes me aderezan, me lisonjean, me acurrucan y afeitan (de afeites no de barba)… cien años después. A lomos de una centuria fui testigo de todos los días históricos de mi Señora y su Casa; en mis páginas se alumbraron y guardan la mayor parte de los trabajos de archivo, las crónicas detalladas y los retratos del paso del tiempo, el devenir de la villa y su parroquia. A mis faldas se criaron los frailes historiadores, los músicos, los poetas, los pintores y retratistas; en mis páginas se copiaron códices, se sostuvieron campañas, se pautaron himnos, se bailaron jotas, se rezaron súplicas… Este año cumplo 100 años de vida. Y te lo voy a ir mostrando en los próximos meses. La Redacción

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rillo, que el 3 de agosto de 1904, remite una carta al historiador Menéndez Pelayo preguntándole si era cierto que había existido un tal beato Alfonso de Almendralejo, porque estaba pintando la parroquia de la Purificación y, de tener confirmación, quería saber detalles de su vida «a fin de que los pintores puedan trazar su figura». No sabemos si hubo o no respuesta, pero el propio Marcos Suárez publica en 1912 una pequeña historia de la ciudad, en la que señala que este fraile fue venerable. No dando muchas más datos, aunque sí uno clave, la fecha en que la iglesia celebra su día. Nosotros opinamos que podría tratarse de Alphunsus ab Amygdaleto (¿Quizás nombre latinizado de nuestra ciudad?, ya saben: almendra, se dice amígdala), citado en el Martirologio Franciscano de los Menores, escrito en latín y publicado por primera vez en 1604, y reeditado en parís en 1653. El que aparece como beato, confesor, Alfonso de Amygdaleto, murió junto al convento de san Onofre, de La Lapa (Badajoz), junto a Zafra, el año 1560. Dejando gran olor de su santidad entre todos sus compañeros, que eran frailes descalzos. Era laico o lego de profesión y muy dotado del testimonio de la oración. De él hacen referencia los grandes historiadores extranjeros de la Orden franciscana, Gonzaga, Wadding y Barezzo. Y aparece en el tomo correspondiente a su día de celebración en el Acta Sanctorum, la mayor recopilación de vidas y datos de los santos, que realizaron los Jesuitas sobre 1660. En este libro, cuando se refiere a Alfonso y otros compañeros, se dice: “Nosotros exigimos se le dé culto público”. Significativamente, sus compañeros Observantes hispanos no hacen referencia a su beatitud. El día de celebración que la iglesia le asignó al beato Alphonso de Amigdaleto es el 4 de abril. Es decir, ayer» (El pregón se pronunció el 5 de abril de 2014).

Del Rocío a Guadalupe Sevillanas de Emilio Cedillo Intérprete: Manuel Melisma Calero

Hazme el favor, rociero, de prestarme tus cantares. De prestarme tus cantares, hazme el favor, rociero, de prestarme tus cantares, para cantarle a una Virgen que vive en los encinares que vive en los encinares. Si tu Virgen del Rocío es pastora y marismeña, mi Virgen de Guadalupe es serrana y extremeña. Y cuando se cae la hoja, yo preparo mi caballo, mi bocao y mi montura y voy a ver a una Virgen que es Reina de Extremadura. Para acompañar mis cantes no necesito palmeros. No necesito palmeros, para acompañar mis cantes, no necesito palmeros: ya repican los caballos los cascos por los senderos los cascos por los senderos. De tamboril hace el eco que mandan los peñascales de la flauta tengo el viento que silba entre los jarales. Y cuando se cae la hoja… Una pará en el arroyo, que beban los animales. Que beban los animales, una pará en el arroyo, que beban los animales; que se refresquen los cascos y descansen los chavales y descansen los chavales. Pégale un muerdo al chorizo y dale un trago a la bota, y prepara la pelliza porque el cielo se encapota. Y cuando se cae la hoja… ¡Qué bonita está la puebla con sus callejas y su fuente! Con sus callejas y fuente, ¡qué bonita está la puebla con sus callejas y su fuente! sus balcones de madera, su monasterio y su gente, su monasterio y su gente, el día Doce de octubre rebosa hospitalidad, cuando llega la rendida Marcha de la Hispanidad. Y cuando se cae la hoja…

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Bitácora del Director

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uestro Antiguo Testamento —el libro sagrado de Israel—, que goza en su totalidad de la inerrancia de la Palabra de Dios, está plagado de crímenes, de soflamas violentas y de expresiones brutales. La historia sagrada, el salterio o el mortificante libro de los Macabeos, que la Iglesia eligió para leer al cabo del año litúrgico, exhalan tufo de escabechina y campo de batalla. La Iglesia lo supo siempre; pero, salvo las pocas omisiones de versos incendiarios o una selección inteligente para uso litúrgico, nunca dejamos de leerlos… desde la cima, o sea, la plenitud que es Cristo. Lo sé cuando subo a proclamar el santo Evangelio y hallo el ambón manchado con la sangre vertida en la primera lectura. Entonces —sobre todo si acontece bajo las naves de Almanzor, el guerrero de Al-Ándalus, un bicho malo—, tiene uno el sacro deleite de tomar el libro y abrir su sello, que es como descorrer el manto nocturno o untar con aceite la herida. A los judíos, les falta esa luz, que suplen a golpe de diáspora, de holocausto y de un pragmatismo agnóstico o ateo. Es decir, hoy deben ser cuatro gatos los que no se den cuenta que Yahvé no sale ya con nuestras tropas, ni hace perecer con sus bramidos ni da alaridos, como rezaba el salmista desconcertado. l Islam, abrevado en los libros de Israel, transita el siglo XXI sumergido en un caos informe. Pese a que el lerdo sabihondo repite que los suras coránicos no dictan la guerra santa ni la muerte al infiel, al hereje y al converso (o apóstata), ni es iconoclasta y por eso no destruye el arte (o trafica con él sin destruirlo), ni establece el sometimiento de la mujer al varón…; aunque lo repita el chorlito a todas horas, demasiados muladíes —incluso los que han nacido en París y se saben la Marsellesa (como los españoles que hoy la cantan con fervor y ayer pitaban la Marcha Real)— siguen testarudamente lo contrario. No diré que todos se atrevan a sembrar el terror en la noche de París; porque habrá gente de natural pacífico y muchísimos que no quieren meterse en líos o tienen la fe del carbonero, como tantos de los nuestros. Pero, como refiere el escritor vascojudío Jon Juaristi, los pocos demócratas islámicos que conoce fueron demócratas antes que moros; esto es, que, al igual que su judaísmo, son de credo tardío y cultura cristiana. Lo malo es que su entripado es una amenaza a la puerta de los infieles, nosotros, a los que gustan de llamar cruzados, como si estuviésemos en el Medievo, que es de donde vienen pese a su dominio de las redes sociales. Sin teólogos influyentes, sin báculos que guíen estas masas descerebradas, sin la diosa Razón y todo el Siglo de las Luces, sin Francisco de Asís pisando brasas ante el sultán de Damieta... Esto tiene difícil encaje en una Europa merengada o podrida. ún más ominoso resulta que la legión de este Dios bramante haya nacido en Londres, estudie en la Sorbona de París o tenga jaima y mezquita en Barcelona. ¿De qué les ha servido la liberté, égalité, fraternité constitucionales? ¿Por qué no se han integrado en las democracias occidentales? ¿A qué voces interiores responden? ¿No soportan el vacío de la Europa materialista y hastiada, yerma de principios? Si sus infamias tienen la matriz en la pobreza, como creen algunos ¿por qué no se amotinan contra sus avarientos y riquísimos jeques y distribuyen el obsceno frenesí de sus mil y una noches petrolíferas entre la masa alborotada? Sin negar el componente socioeconómico, aquí hay un problema de lectura, de exégesis y hermenéutica, dándose la mano con la cultura deshuesa de los europeos, que han repudiado todo lo sublime; es decir, con el pudridero occidental en el que insiste Juan Manuel de Prada reivindicando al ex jesuita argentino Leonardo Castellani (1899-1981), otro heterodoxo.

La jiguera

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Dios de los ejércitos

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Antonio Arévalo Sánchez


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Pura y Limpia

El rosario, oración de amores Sor María José Hidalgo López, OIC Monasterio federal Mairena del Aljarafe (Sevilla)

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e contaba una amiga su experiencia acerca de la meditación oriental, me hablaba de algunos mantras y oraciones repetitivas que ella a menudo recita para llegar a experimentar la paz interior. No tengo nada contra este tipo de meditación, pero me cuesta entender que, teniendo como tenemos en la tradición cristiana tantas tipos de oraciones repetitivas y espacios para meditar, tuviera ella que mirar a Oriente para buscar esas fórmulas. Me acordaba sin ir más lejos de esa oración vocal sencilla y profunda a la vez y muy accesible a todos, el rosario, y me puse a contarle sus excelencias. En verdad son muchos los que aprecian esta plegaria: mayores y jóvenes, hombres y mujeres, papas, ordenados y consagrados, laicos, teólogos y cristianos de a pie. Ente otras cosas porque se adapta a todo tiempo y lugar: en la iglesia o en casa, cuando conduces, cuando esperas en una cola, cuando paseas, en peregrinación o contemplando el paisaje, cuando no puedes dormir, ante la tumba de un ser querido, en solitario y en familia (oración de la familia y por la familia, decía Juan Pablo II). Muchas de estas personas, día a día, luchan por su fe, rosario en mano, perseveNuestra Señora del Rosario (h. 1638-1640), óleo de rando en el amor de Dios, de la Bartolomé E. Murillo (1617-1682). Palacio Pitti (Forencia) mano de la Virgen. Si les preguntáramos nos dirían los beneficios que rezar el rosario les ha traído a sus vidas. Porque es oración del cristiano que avanza en la peregrinación de la fe, en el seguimiento de Jesús, precedido por María. Con ella nos dejamos conducir a contemplar el rostro de Cristo: unas veces rostro alegre, luminoso; otras, doloroso; otras, glorioso. Junto a María vivimos con Él, amamos con Él, pensamos con Él, recorremos las calles y las plazas con Él, cambiamos el mundo con Él. A quienes tildan esta oración de simple, sin sentido, solo apta para las viejecitas piadosas, les diría que el Papa Benedicto habla del rosario como de una oración contemplativa y cristocéntrica, inseparable de la meditación de la Sagrada Escritura. Efectivamente, el rosario es una oración ligada estrechamente a la meditación de la Palabra. Cada Padrenuestro (Mateo 6, 9-13) y cada Ave María

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(Lucas 1, 28.42; 2,14) son, en sí mismos, ecos de las Escrituras. Con la voz recitamos el Ave María y accedemos a la Palabra de Dios, pero con la mente y el corazón representamos los misterios. El rosario es otro modo de escuchar la Palabra a través de imágenes impresas en nosotros de páginas del Evangelio, esas que tantas veces hemos escuchado. Rezando el rosario la Palabra se hace visión; más que escuchar, vemos la Palabra y podemos transformar en oración toda la Biblia y toda la Historia de la salvación. Ciertamente la oración vocal está al inicio de otras formas de oración más altas. Puede ser simple y monótona; pero, como decía Karl Rahner, «¿No es mejor que, al menos los labios, bendigan a Dios a que todo el hombre esté mudo?» El rosario nos mantiene unidos Jesús con María. Numerosas veces nos ayuda a estar con el espíritu y el corazón en vela y poner a punto las condiciones, el terreno propio para que no pasen de largo las horas o los minutos de gracia. En este sentido, esta oración vocal se convierte en oración de fidelidad y entrega. El rosario es un modo hermoso de fortalecer la unidad de familias, de comunidades, de fieles, de “ganar batallas” en boca del padre Pío, de vencer tentaciones, de alcanzar la paz interior, de interceder por todos y todo. Es un lazo de amor que une a María cuando la fe es puesta a prueba. Es corona de rosas ofrecida por amor del hijo hacia la Madre, como dice el popular himno a la Virgen del Rosario: «Oración de amores, cadena de flores con que el mundo ciñes a tu corazón. Salterio de rosas que un ángel cantara, ese es tu rosario, perfume de amor.» Sinceramente creo que somos los cristianos quienes debemos mostrar a todos los beneficios del rosario para fortalecer su condición de oración; para ello nada mejor que tenerlo muy a mano cada día. Yo rezo el rosario, espero que también lo hagas tú.


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De lo mundano a lo humano

El eco del ego Emmanuel Ramiro Fernández Periodista

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ay egos que no caben en el cuerpo. Sombras grandilocuentes que amplifican la figura del personaje. Nombres que retumban como un eco infinito en la caja de resonancia del planeta. En esos casos sueles vivir unos centímetros por encima del suelo, creyéndote más allá del bien y del mal. Quizá por eso, tu principal enemigo termina residiendo entre tus dos orejas. Aunque El Chapo de enemigos iba sobrado. A sus espaldas tenía al ejército de todo un país, al FBI y a la Interpool. Entre sus manos amasaba el negocio más lucrativo del planeta. Pero eso era insuficiente para el ego de un narcotraficante. Él anhelaba trasladar su vida de película a la gran pantalla. Ya se imaginaba como ese Al Pacino que marcaba la ley en Scarface y quizá por ello vio en el actor Sean Penn su alter ego en la meca del cine. En ese universo surrealista, teñido de la atmósfera asfixiante que impregna México, está marcado por destellos al más puro estilo hollywodiense. Así fue su fuga de la cárcel de máxima seguridad de “El Altiplano”, cerca de Toluca. Ocurrió a mediados del pasado verano y no era la primera vez. El líder del Cártel de Sinaloa realizó un túnel de 1,5 km. de longitud, adaptado con ventilación, iluminación e incluso disponía de vehículo motorizado. Antes y después de eso, Joaquín Guzmán Loera ya era el mayor narcotraficante del planeta. También el más buscado. Debido a ello solo en su hogar se encontraba a salvo. Aunque su refugio, su madriguera terminó siendo su trampa. En la salvaje Sierra Madre, “El otro Presidente de México” edificó su cinturón de seguridad para mover los hilos en la sombra. A la luz de esa intimidad recibió a Sean Penn para estrechar vínculos con Hollywood y proyectar su historia a través de una estrella de cine. Y en casa uno suele soltarse, quizá por eso no dudó en quitarse la careta: «Suministro más heroína, cocaína y marihuana que nadie en el mundo» o esta otra para reflexionar: «El día en que yo no exista, no mermará el tráfico de droga». Esas palabras resultaron una afrenta para las autoridades mexicanas, incluso para el periodismo de aquellas latitudes. Y no ya por el fondo, ni siquiera las formas. Es cuestión del contexto, un actor norteamericano consigue llegar antes que nadie al fugitivo más buscado. Pero la herida es puro maquillaje. Por tanto es cínica. Porque la historia, esa que cuenta que gracias a esa entrevista se consiguió capturar a El Chapo, ignora el trato de un criminal con la prensa, el peligro que corren los compañeros que se enfrentan con bolis, grabadoras y cámaras como únicas armas, o el trabajo a contracorriente y con el enemigo en casa con el que combaten la marina y el ejército mexicano. Porque en los terrenos de El Chapo, la presencia de hombres armados que forman los anillos de protección del Capo son cepos para periodistas y agentes.

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Toparse con el confidente equivocado es enorme, el riesgo personal, elevado. Penn, por su parte, llegó a esa guarida con perro guía. Guiado por los mismos que edifican muros para tranquilidad de Guzmán, casi con alfombra roja. Todo muy hollywodiense. Y de esos privilegios, evidentemente no gozan los periodistas mexicanos. Todo lo contrario, en la última década, al menos 17 periodistas han sido asesinados o desaparecidos solo en las regiones de Sinaloa, Durango, Chihuahua y Sonora (todos ellos estados donde El Chapo habría tenido escondites). Mientras que al actor norteamericano, tras siete horas de charla le dieron una agradable comida en la Sierra Madre, los reporteros mexicanos suelen enfrentar el cañón de un arma como método de autocensura. Por todo ello Penn ha vivido el peligro con sordina. Como una película en la que el decorado está construido de cartón piedra, o peor aún, con efectos digitales. Una fantasía alejada de esas entrevistas profundas y arriesgadas que encumbraron a Oriana Fallaci y que con mayor modestia y mucho menos eco mediático realizan cada día reporteros en todas las latitudes. Son aquellos que revelan las verdades incómodas. Los mismos que desatan la furia de un jefe criminal, un político corrupto o un actor impostado porque su ego está muy por debajo de su talento.


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Barrera del sol

Un año de gracia en Guadalupe Francisco de Asís Oterino Villasante, OFM

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n el relato bíblico era un año sin semana: todo sábado. Un tiempo de purificación y perdón. La renovación debería ser completa: conciencias y propiedad. Las deudas, perdonadas. Era como un retorno al principio, a los comienzos. El campo tornaba a ser sementera de Dios, dispuesto a cosecha de todas las hoces. Un regreso al paraíso perdido, donde todo volviera a la pureza de los orígenes. Nivelación de las diferencias y retorno a la fraternidad universal. La Iglesia, ya desde el comienzo, retomó el espíritu de los años sabáticos, como camino de purificación y renovación. La multiplicación, reciente, de los mismos (hay que reconocerlo) remite al dicho latino: Asueta vilescum. Es decir: lo que se hace cotidiano, pierde fuelle. Más grave aún, su banalización deportivo-turística, en manos de una sociedad materializada y superficial. Dos son los elementos formales de este instrumento pastoral: destino y peregrinaje. El primero, remite a esos lugares o hitos, donde se percibe y experimenta, de manera especial, lo sobrenatural. En el Antiguo Testamento podía ser una montaña, estela o encina copuda, como la Mambré. El peregrinaje habla de provisionalidad, búsqueda y puesta en camino. También de encuentro con la madre naturaleza y, sobre todo, consigo mismo. La sociedad del frenesí y el ruido que nos coloniza, hace sentir, también, necesidad de ámbitos y espacios de quietud y sosiego, que permitan el encuentro con la trascendencia. Las tumbas de los mártires, en la primera iglesia; Compostela; La Porciúncula, para san Francisco, o la cueva de Manresa para el de Loyola, abrieron a la fe cristiana cauces abundantes de gracia a través de los siglos. Guadalupe, ya desde sus comienzos, se situó como uno de esos focos de atracción. Jesús habla de itinerancia y seguimiento. Nos asegura que Él es camino. «Nadie va Al Padre sino por mí». Desde el comienzo mismo de su pontificado, el Papa Francisco no cesa de clamar por una Iglesia en movimiento. Empuja a salir, a ponerse marcha, a dejar el abrigo cálido de cualquier centro y asumir el riesgo y la intemperie, los caminos y la búsqueda. La sociedad de las megalópolis y viviendas-colmena, que aprisionan y masifican al hombre de hoy, ha convertido también cada espacio vacacional, además de una necesidad, en mareas humanas. Autopistas, ferrocarriles y aeropuertos, en ríos desbordados de gentes en estampida. Como en el mito de Babel, la confusión y el caos les devuelven de

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nuevo a la masificación y vértigo, en los apellidados lugares de descanso. Existen inteligentes que prefieren el disfrute de la ciudad abandonada en vacaciones y fines de semana. Para unos pocos, pero cada vez en número creciente, es el momento del retorno a los antiguas caminos romeros y búsqueda de espacios cargados de historia de fe y referentes de hechos de vida, determinantes en la marcha de la humanidad. Guadalupe y el rostro moreno de la Imagen de Santa María, han dado cauce, desde la Edad Media, a un movimiento peregrino, que trascendió con mucho el ámbito de lo local, incluso la piel de toro. Más tarde, se mestizaría en América. Con gozo, tornan a animarse los caminos romeros, y es cada vez más abundante e fluir de peregrinos. Frente a superficiales —incluso en la Iglesia, que los hay—, habrá que recordar algo tan evidente: que el hombre de hoy ha dejado de ser sedentario integral. Que la pastoral moderna no se puede apalancar en una visión de Iglesia territorial, sino acompañante activa de una sociedad en camino. Es en esos lugares, donde podemos salir al encuentro del hombre anhelante de trascendencia. En esta realidad, hay que situar hoy el puesto fundamental a los santuarios, lejos de tarambanadas de profetas improvisados, por más que sirvan edulcorado el comistrajo. ¡Cuántas obras sociales, cuántas vocaciones al sacerdocio, vida consagrada y misionera, nacidos al calor de los Santuarios! Yo puedo dar testimonio de más de uno. Harían bien los agentes de la pastoral vocacional, ajustando mejor el reloj a este punto y hora. En cualquier caso, estos centros Religiosos deben situarse hoy en la parrilla de salida del quehacer evangelizador de la Iglesia. A ver si nos queda claro. Un río de gracia comienza este año a fluir a las plantas de Santa María en Guadalupe: ¡SEDIENTOS, ACUDID A SACIAR VUESTRA SED!


scriptoriumguadalupense

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Rogier van der Weyden y los reinos de la península Ibérica

EGAS CUEMAN EN GUADALUPE Lorne Campbell

Doctor en Historia del Arte y Conservador de la Nacional Gallery de Londres

Al término del proyecto de restauración del soporte y pintura de la obra El Calvario, de Rogerio van der Weyden (c.1399-1464), realizado en el Taller de Restauración del Museo Nacional del Prado bajo la dirección técnica conjunta de Patrimonio Nacional y el citado Museo, se ha presentado en Madrid una exposición dedicada al pintor de Bruselas y a su influencia en los reinos peninsulares. En ella se contemplaron reunidas por vez primera tres de sus obras maestras «auténticas»: El Descendimiento, El Tríptico de la cartuja de Miraflores y El Calvario, hoy en El Escorial. Al esplendor de la muestra, abierta en El Prado entre el 24 de marzo y 28 de junio del año 2015, cooperó el Real Monasterio de Guadalupe con el préstamo de los dibujos de Egas Cueman para el sepulcro de los Velasco Cuadros, alzado en la capilla de santa Ana. De este modo, nuestra casa ha unido su nombre y patrimonio al Real Monasterio del Escorial y al de los museos de Amberes, Berlín, Lisboa, Nueva York, el Paul Getty de los Ángeles, el Thyssen-Bornemisza y el Museo de Tapices de La Seo de Zaragoza, en un proyecto de gran proyección cultural. El Dr. Lorne Campbell (Stirling, Escocia, 1946), al que la pinacoteca española encargó el Comisariado de la exposición de Weyden, profesor de Manchester, de Cambridge, conservador de la National Gallery londinense desde 1996 y autor de monografías imprescindibles del arte del siglo XV, está reputado como el mayor experto en los primeros flamencos. Pasó por Guadalupe el año 2013, cuando preparaba esta exposición, deteniéndose en el estudio de la obra de Egas Cueman. Del Catálogo de la exposición Rogier van der Weyden (Museo Nacional del Prado 2015) publicamos aquí el extracto del estudio dedicado a Guadalupe (pp. 40-43. 160-165). Aunque él limitó su estudio al sepulcro del P. Gonzalo de Illescas y los dibujos preparatorios para bóveda funeraria de los Velasco Quadros, nos hemos atrevido a comparar en las ilustraciones obras del maestro Weyden con otras de Egas aquí conservadas.

R. Weyden. El Calvario (h. 1457-1464), Monasterio de El Escorial

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Notas biográficas de Egas Cueman o de Bruselas rtistas muy deudores de Van der Weyden se fueron estableciendo en la península en vida del artista. El más interesante es quizá el escultor bruselense Egas Cueman (doc. 1454-1495) sobre el que se han escrito numerosos datos. Citado como «Egas de Bruselas» (1454) «Egas Coman» (1458) o «Egas Cuyman» (1476), firmaba como «Egas Cueman» o simplemente «Egas» o «Hegas». Era hermano de Hanequín de Bruselas (doc. 1442-1470/75), arquitecto de la catedral de Toledo; parece seguro que los hermanos procedían de Bruselas y su apellido era probablemente Coeman. Una familia de canteros llamados Coeman se estableció en Bruselas durante el siglo XV. El más destacado de ellos era Hendrik Coeman, también conocido como De Mol, quien […] fue admitido como maestro en el gremio de los canteros de la ciudad en 1419 y murió en 1470. […]. También debió conocer a Van der Weyden, pues era yerno de otro destacado arquitecto, Gillis Joes, que tuvo mucha relación con nuestro artista. […] No se ha encontrado ninguna referencia a Egas ni a su hermano Hanequín en los registros del gremio de canteros de Bruselas. El segundo era el 13 de febrero de 1442 «maestro de la obra» de la catedral de Toledo1. Había sucedido en el cargo a Alvar Martínez, quien aún lo ocupaba el 21 de agosto de 1437 y que posiblemente murió poco después. Es probable, por tanto, que Hanequín se estableciera en Toledo entre 1437 y 1442, y que Egas viajara a Castilla junto con su hermano, quien siguió siendo maestro mayor de la catedral de Toledo hasta su muerte, acaecida entre 1470 y 14752. Es igualmente probable que, durante la década de 1450, Egas contrajera matrimonio con María Gutiérrez, dama toledana con la que habría tenido varios hijos, que adoptaron Egas como apellido o que se hicieran llamar Gutiérrez de Egas3.

A

Trabajos de Egas en España La primera mención que tenemos de Egas Cueman corresponde al 6 de marzo de 1454. Antes de esas fechas, Egas de Bruselas y su hermano Hanequín habían contratado la ejecución de la sillería de la catedral de Cuenca […]. En los años en que los hermanos trabajaron en la sillería de Cuenca, el obispo de la ciudad era Lope de Barrientos (lo fue entre 1445 y el año de su muerte, 1469) […]. Cuando Barrientos dictó testamento en 1454, ya había encargado una imagen de alabastro de sí mismo para la capilla mayor del hospital de la Piedad que había fundado en Medina del Campo. A ella se sumaban unas efigies de sus padres, destinadas a la capilla de la Once mil Vírgenes, de la iglesia del convento dominico de san Andrés, igualmente en Medina del Campo. No citaba los nombres de los escultores, pero

parece probable que los tres procedieran del taller de Hanequín. Sólo se conserva la estatua del propio Barrientos, que probablemente esculpió su hermano Egas. Hanequín también realizó el sepulcro de Pedro Girón (1423-1466), maestre de la Orden de Calatrava […]. El sepulcro, que tenía unos 125 cm de altura, ha desaparecido […]. La efigie se apoyaba en una losa de piedra negra. En las cuatro esquinas había ángeles que sostenían escudos, y en los cuatro lados, figuras de caballeros y monjes de la Orden, cada uno en su nicho e identificado por su escudo o por una inscripción. Los ángeles y caballeros medían unos 56 cm de altura4. Es probable que esas estatuas las realizara Egas y sus ayudantes.

Egas Cueman. Detalle de El Calvario, Museo de Bellas Artes (RMG)

1. A. Yuste Galán, «La introducción del arte flamígero en Castilla: Pedro Jalopa, maestro de los Lunas», en Archivo Español de Arte [AEA] 77, 307 (2004) 296-297. 300. 2. J.M. de Azcárate, «El maestro Hanequín de Bruselas», AEA 21, 83 (1948) 173-188. 3. R. Domínguez Casas, «El entorno familiar y social del Egas Cueman de Bruselas», AEA 68, 272 (1995) 341-352.

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scriptoriumguadalupense / 11 El sepulcro del P. Illescas Mientras tanto, Egas trabajaba en Guadalupe y en la puerta de los leones de la catedral de Toledo, levantada entre 1452 y 1465. El 5 de noviembre de 1458, en Guadalupe, Egas, residente en Toledo, contrató la ejecución de un sepulcro en alabastro para Gonzalo de Illescas, en el que debía ajustarse a los dibujos ya realizados por fray Juan el Platero, también conocido como Juan de Segovia, que era un orfebre de prestigio5. El dibujo de fray Juan se menciona en un documento del 15 de octubre de 14586. Illescas había sido prior de Guadalupe entre 1441 y 1444 y 1450 y 1454, año en que fue nombrado obispo de Córdoba; murió en 14647. El sepulcro se construyó en el claustro mudéjar de Guadalupe; el féretro y la efigie se realizaron conforme a los términos del contrato, pero luego sufrieron graves daños. La intención era colocar encima de la efigie una imagen de la Virgen con el Niño en brazos, que aparecerían como si estuvieran flotando sobre una nube. A cada lado había cinco ángeles con filacterias y, en cada extremo, otros dos ángeles con escudos en los que figuraban las armas del obispo. Si es que llegaron a hacerse, las figuras de la Virgen, el Niño y los ángeles han desaparecido sin dejar rastro. El sepulcro de los Velasco-Quadros […] Parece que Egas volvió a Guadalupe para trabajar en la capilla de santa Ana, en el sepulcro de Alonso de Velasco y su esposa que hay en ella, con las esculturas asociadas de dos ángeles vestidos de armadura y sin alas. Antes de decidirse el plan definitivo del sepulcro y la capilla se hicieron tres dibujos firmados, anteriores, por lo tanto, al 12 de septiembre de 1467, fecha en que se firmó el contrato en Guadalupe. En él se citan varias «de muestras» que se han perdido8. El 12 de agosto (¿de 1475?), Alfonso escribió desde Sevilla una carta al prior de Guadalupe en la que se quejaba de que Egas no había terminado «esa mi labor», y en la que mencionaba su «de muestra»9. En abril de 1476, Alfonso dictó testamento, en el que se señalaba que debía obligarse a «Egas Cuyman, maestro mayor de la igl[esi]a de Toledo» a cumplir su contrato10. La viuda de Alfonso supervisó la terminación del sepulcro y la capilla y aprobó, asimismo, unas instrucciones sin fecha sobre el policromado de las imágenes11. Alfonso de Velasco (1415/161478) era un hermano menor de Pedro Fernández Velasco (h.13991470), camarero mayor desde 1418, que en 1430 recibió el título de conde de Haro. Educado en Salamanca, Alfonso inició la carrera eclesiástica y diplomática, llegando a ser protonotario apostólico12. Poco después de 1440, habiéndose enamorado apasionadamente, Alfonso renunció a su condición de eclesiástico y contrajo matrimonio con Isabel de Quadros,

Taller de R. Weyden. La Virgen con san Juan (h. 1460), Museo de Arte Filadelfia

dama perteneciente a la nobleza de Sevilla13. En 1443 renunciaba a sus beneficios, pero desconocemos la fecha exacta del matrimonio. Isabel era una mujer sumamente rica. Alfonso se estableció en Sevilla,

4. V. Castañeda, «Descripción del sacro convento y castillo de Calatrava la Nueva y de su iglesia, capilla y enterramientos», BRAH 92, 1 (1928) 424-425. 5. G. Rubio- I. Acemel, «El maestro Egas en Guadalupe», Boletín de la Sociedad Española de Excursiones 20, 3 (1921) 199-201. Fray Juan el Platero murió en 1487. 6. Ibídem, p. 199. 7. C. Álvarez Márquez, «Las lecturas de fray Gonzalo de Illescas, obispo de Córdoba (1454-1464)» en José Sánchez Herrero (Ed. Las fiestas de Sevilla en el siglo XV (CEIRA, 2) Madrid 1991, pp. 289-287. 8. G. Rubio- I. Acemel, pp. 205-209. 9. Ibídem, p. 211 10. Ibídem, p. 212-213 11. Ibídem, p. 214-216 12. O. Villarroel González, El Rey y la iglesia castellana. Relaciones de poder con Juan II (1406-1454) Madrid 2011, p. 703. 13. Alonso de Palencia, Crónica de Enrique IV, trad. y ed. de Antonio Paz y Meliá, 3 vols. (BAE 257, 258, 267), Madrid (1973-1975) p. 10.

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scriptoriumguadalupense donde acabó siendo un personaje poderoso en la política, en el comercio y las finanzas14. En 1477, cuando la reina Isabel la Católica (1451-1504) hizo su entrada en Sevilla, Alfonso, el más elocuente de sus dignatarios, pronunció el elogio de bienvenida en nombre de la ciudad15. Murió ese mismo año16, pero Isabel de Quadros, quien falleció en 1491, hizo que se terminaran el sepulcro y la capilla y aseguró la dotación de ésta.

R. Weyden. Detalle de El Descendimiento (antes de 1443), Museo Nacional del Prado

Egas Cueman. Detalle de Cristo yacente, Museo de Bellas Artes (RMG)

El otro sepulcro desconocido La última obra de Egas para Guadalupe la conocemos únicamente por documentos de pago. Se trata del sepulcro de Fernando Álvarez de Meneses, que era corregidor de Talavera y que murió antes del 2 de abril de 1445, fecha en que se menciona a su esposa como viuda17. Ella le sobrevivió hasta abril de 1454, mes en el que dictó testamento […]. También Fernando hizo testamento, pero no se ha encontrado; fue enterrado en Guadalupe, en una capilla fundada por el padre de su esposa, Diego García de Orellana, quien testó en 141418. Juan de Meneses, hijo de Fernando y obispo de Zamora (1468-1493) encargó el sepulcro. Egas recibió diversos pagos entre febrero y noviembre de 147819. El sepulcro ha desaparecido y no conocemos ninguna descripción del mismo. […] Parece que Egas Cueman era muy anciano cuando murió [1495]. Había nacido probablemente hacia 1415 y se había formado en Bruselas durante la década de 1430; se habría trasladado a España hacia 1440 con su hermano Hanequín, que quizás era mayor que él, y se casó en Toledo durante la década de 1450. Pudo haber visto gran parte de la obra de Van der Weyden antes de venir a España, y podría haberse traído con él una serie de copia de sus pinturas tempranas. Los dibujos para el sepulcro de Alfonso de Velasco20 Dibujos para el sepulcro de Alfonso de Velasco y [su esposa] en la capilla de santa Ana, de la iglesia del monasterio de Guadalupe. h. 1460-67. A.- Proyecto para el sepulcro de Alfonso de Velasco. Tinta a pluma sobre papel verjurado; filigrana de una balanza inscrita en un círculo; cortado, afectando al dibujo por abajo y a ambos lados, 415 x 215 mm. Inscripciones. En la esquina superior derecha, firmado y rubricado: «Egas Cuema[n]; debajo, firmado y rubricado por el escribano: «Pº Gsº [Pecho González Gigante]»; en los arcos sobre la efigie: «Ave + Maria/ gratia + plena + Dominus + tecum/ benedicta + tu + in mulieribus + et bened[i]ct[u]s/ fruc-

14. R. Sánchez Saus, Linajes sevillanos medievales, Sevilla 1991, vol. I pp. 316-317. 249-252; vol. II, pp.406-418. – R. de Andrés Díaz, «Las entradas reales castellanas en los siglos XIV y XV, según las crónicas de la época», La España Medieval 4 (1984), 50. 15. Alonso de Palencia, pp. 257-258. 267. 16. Luis de la Cuadra, Catálogo-Inventario de los documentos del MG existentes en el AHN, Madrid 1973, pp. 136, 140. - R. Sánchez Saus, vol. 1 pp. 250. 317 17. RAH, Biblioteca digital 660. http://bibliotecagigital.raeh.es 18. Luis de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Silva, vol. I, Madrid 1685, pp. 420. – J. M. de Mayoralgo y Lodo – J. Gómez de Olea y Bustinza, «Los condes de Torrejón», ARAMHG 5 (1988-1989) 186-187. 19. G. Rubio- I. Acemel, pp. 219-222. 20. La descripción de estas piezas del Catálogo está firmado por L. Campbell y Juan J. Pérez Preciado (pp160-164).

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scriptoriumguadalupense / 13 tus + ventris + tui + Jh[es]us + Santa + /Maria + mater + Dei [ora pro nobis pecatoribus nunc et in hora mortis nostrae].» En tinta marrón las firmas y rúbricas y lo que parecen sugerencias de cambiso: el

escudo bajo el yelmo y las leves modificaciones en la silueta de todos los escudos de la caja del sepulcro. B. Proyecto para uno de los ángeles portaestandartes. Tinta a pluma sobre papel verjurado; cortado arriba y abajo, 315 x 220 mm. Inscripciones. En tinta marrón, arriba a la derecha, firmado y rubricado: «Egas Cuema[n]; debajo, firmado y rubricado por el escribano: «Pº Gsº [Pecho González Gigante]»; en el reverso: «Trazas de s[an] ta Ana». En tinta marrón el contorno cuadrado de la bandera y su ribeteado. C. Proyecto para la bóveda. Tinta a pluma sobre papel verjurado; 301 x 220 mm. Inscripciones. En tinta marrón, firmado y rubricado: «Egas Cuema[n]; y, a la derecha, firmado y rubricado por el escribano: «Pº Gsº [Pecho González Gigante]». En estos tres dibujos, las líneas rectas se dibujaron limpiamente con una regla. Para muchos de los arcos se empleo el compás. Esas líneas limpias contrastan con los trazos espontáneos, a veces indisciplinados, del sombreado. El proyecto para el sepulcro de Alfonso Velasco está dibujado sobre dos papeles, pegados exactamente por la línea que separa al yacente de su féretro. […] El sepulcro y los dos ángeles vestidos de armaduras y sin alas son obras documentales de Egas Cueman21. Hay numerosas diferencias entre el dibujo del sepulcro y el monumento final. La más evidente es que, en el dibujo, Alfonso está representado por una figura yacente, mientras que en la obra terminada está arrodillado junto a su esposa, igualmente arrodillada. Las formas arquitectónicas son similares, aunque se han modificado las escalas relativas. En el dibujo, el tabernáculo del remate aloja a tres ángeles alados que parecen cantar siguiendo una misma partitura. Fueron sustituidos por las figuras de la Virgen y el Niño; éste, desnudo, juega con el libro abierto que sostiene su madre. Sentados encima del arcosolio hay otros cuatro ángeles. En el dibujo están alados: los dos de la izquierda tocan el laúd y el arpa; los de la derecha, dos tipos distintos de chirimías. En el sepulcro, esos ángeles no tienen alas y, con la boca abierta, parece que están cantando probablemente la música de las partituras que tienen en sus manos. Dan la impresión de que al principio había sólo dos partituras y que más adelante se rompieron de manera accidental. En el dibujo hay una referencia al Ave María que desaparece en el sepulcro, pero tanto en uno como en otro hay unos niños desnudos que juegan en la tracería. En el dibujo, un án-

Egas Cueman. Sepulcro de los Velasco Quadros, capilla de santa Ana (RMG)

21. Para su biografía ver supra.

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scriptoriumguadalupense gel alado sostiene un magnífico yelmo con burelete, cimera y lambrequines en el centro del arco. La cimera parece una cabeza de perro con una corona entrono al cuello. El escudo que cuelga bajo el casco se añadió en tinta marrón sobre algunas de las líneas que, en tinta negra, sugieren una gloria de rayos luminosos y, quizás, una nube que sostiene al ángel. En el sepulcro definitivo este ángel se sustituye por otros dos en vuelo pero sin alas que portan escudos redondos con las armas de Isabel de Quadros, a la izquierda, y de Alfonso de Velasco a la derecha. El techo del nicho está ricamente decorado con unos motivos que recuerdan a los de los terciopelos italianos de la época. En la pared del fondo, detrás de las figuras de Isabel y Alfonso, hay una puerta por la que entras dos jóvenes con grandes espadas. Son pajes, según se encuentran en las instrucciones para policromar el monumento22. En el dibujo, Alfonso yace encima del féretro que contendría sus restos mortales. La caja está decorada con dos ángeles en vuelo que sostienen un roel con el escudo de Alfonso con los siguiente cuarteles 1, Velasco; 2, Solier; 3, en blando; 4, Sarmiento. En los cuatro escudos situados en las esquinas del rectángulo se repiten las armas de los Velasco. El cuartel que está en blanco en el dibujo, lo ocupa Castilla en el sepulcro, concretamente en el escudo que porta el ángel situado al fondo por encima del esposo. En la versión final del féretro figuraban dos escudos inscritos en una tracería muy caprichosa. El de la izquierda lleva las armas de los Quadros; el de la derecha, probablemente con la de los Velasco, se ha perdido. En el

Egas Cueman. Dibujo original para el Sepulcro de los Velasco Quadros, capilla de santa Ana (RMG)

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22. Rubio-Acemel, pp. 214-216. 23. Ibídem, p. 215. 24. Ibídem, p. 207.


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Egas Cueman. Frontal del Sepulcro del P. Illescas, claustro mudéjar (RMG)

dibujo el conjunto descansa sobre tres leones; hoy lo hace sobre unas losas de piedra. En el segundo dibujo se representa una figura alargada que viste pesados paños y porta una lanza a la que está unida una bandera. Era originalmente un estandarte en tijera que luego se hizo cuadrado y rematado en flecos. La figura está de pie bajo un pináculo. Es seguramente un estudio para el personaje que se encuentra a la izquierda de la entrada de la capilla de santa Ana bajo un pináculo similar. Aunque la postura es comparable, viste armadura bajo el manto y porta un escudo oval con las armas de los Velasco. Parece que tenía una vara en la mano derecha, luego separada y perdida. Era tal vez el astil de una bandera. Al otro lado de la entrada de la capilla hay otra figura que parece una versión libre e invertida de la primera, pero está aún más deteriorada. Su armadura parece más clásica. Es posible que la escultura actual reemplazara la original perdida y más próxima a su compañera en tipo y calidad. En las instrucciones sobre el policromado del sepulcro ambas figuras están descritas co-

mo ángeles23. El tercer dibujo representa la bóveda de la capilla más o menos como se construyó y como aún se conserva, aunque ha desaparecido, si es que llegó a tallarse, el ángel que sostiene el escudo en la clave central. En el contrato del 12 de septiembre de 1467 hay numerosas referencias a varias «demuestras», una de ellas firmada por Alfonso de Velasco, Egas y el escribano, en un punto se mencionan las armas como «están pintadas en las demuestras»24. Como el objeto de esta escritura es un sepulcro con las efigies de Alfonso y su esposa, el dibujo en el que aparece solamente él no puede ser una de las «demuestras» mencionadas, y debemos suponer por tanto que se trata de un proyecto anterior. En el dibujo, Alfonso está representado como civil, con una espada de gran tamaño. No es posible sostener que el dibujo se realizara para un sepulcro encargado antes de 1443, año en el que Alfonso abandonó su brillante carrera eclesiástica para contraer matrimonio. Parece que, en un primer momento, se pensó en dos sepulcros distintos, uno para Alfonso y otro para Isabel; si llegó a dibujarse el de Isabel, el proyecto se ha perdido. Es probable que Egas fuera por primera vez a Guadalupe en 1458, y que el 5 de noviembre de ese año firmara el contrato con fray Gonzalo de Illescas para su tumba. Egas y Velasco pudieron conocerse en Guadalupe, cuando el primero trabajaba en el sepulcro de Illescas, y los tres dibujos que se conservan pudieron hacerse cuando empezaron a hablar del proyecto, tal vez en los primeros años de la década de 1460. El ángel que porta el casco recuerda a los que portan coronas en el Tríptico de Miraflores y en la Madonna Durán, así como a los que llevan filacterias en el Tríptico de los Siete Sacramentos. Los ángeles músicos y el que a la izquierda lleva un escudo redondo delatan todos, hasta cierto punto, el estilo de Van der Weyden, aunque no en los tipos faciales. El relieve de la Virgen con el Niño que corona el conjunto se asemeja mucho a la Madonna de Durán. Egas se muestra hábil en la imitación de Van der Weyden, pero también bebe de otras fuentes: los niños que juegan en la tracería, por ejemplo, y los ángeles en vuelo con un escudo redondo pueden tener su origen en imágenes de manuscritos italianos.

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Entre el locus amœnus y el hortus conclusus Agricultura monástica y jardín medieval en las granjas guadalupenses Ángel Fuentes Ortiz

Javier Pérez Ross

Investigador predoctoral en la UCM

Vista de la granja o palacio de Mirabel

«Puesta entre dos valles amenos, de mucha frescura, en sitio alto y vistoso, mirando al cierço que la recrea; y por su temple, vistas, arboledas y frescas aguas, viene a ser esta granja en verano, y especialmente en lo recio del estío, un retrato de aquel terreno, y deleytoso jardín, morada venturosa de los padres primeros»1.

En pleno siglo XVI el padre Talavera realizó esta poética descripción de Mirabel abundando, probablemente de forma consciente, en el tópico ancestral del locus amoenus que tanta fortuna alcanzó en la baja Edad Media. No en vano el locus amoenus constituye uno de los topos más extendidos en la literatura y el arte occidental, que hunde sus raíces en obras tan tempranas como la Ilíada de Homero. Aunque con la llegada del cristianismo el locus amoenus se asociará simbólicamente al paraíso terrenal, en él se mantendrán inmutables sus características primigenias; aves, prado, fuente, árboles y flores2. Todos ellos los encontramos también en la descripción de Valdefuentes que nos dejó el padre San José:

«La una se llama Valdefuentes, porque el sitio es muy abundante en aguas… Es deliciosísima en la primavera, por la multitud y diferencias de árboles, verdes prados, flores bellas, caza, y muchos ruyseñores, que divierten a todas horas los ánimos”3.

Naturaleza agreste y abastecimiento Leyendo estas palabras queda patente que dichos paisajes tuvieron siempre cierto carácter selvático, no olvidemos que una de las características del locus amoenus es precisamente su naturaleza agreste, lo cual fue valorado positivamente. Sin embargo, y a pesar de su evidente connotación recreativa, las granjas, como su propio nombre indica, no sólo constituyeron espacios de distracción sensorial sino también explotaciones agrarias eficientemente gestionadas por los monjes jerónimos. Éstos consiguieron en poco tiempo, gracias a la domesticación del medio, dotar al monasterio de una red de abastecimiento que alcanzó

1. Gabriel de Talavera, osh, Historia de Nuestra Señora de Guadalupe, consagrada…, Toledo 1597, f. 12 r. 2. El tema del locus amoenus en la Edad Media española es estudiado en profundidad en Hernández Valcárcel, M. C., «El locus amoenus en la Edad Media Española», en Simposio: conmemorativo del bimilenario de la muerte de Virgilio (Moya del Baño, F., coord.), Murcia 1984, pp. 321 -340. 3. Francisco de san José, osh, Historia universal de la primitiva…, Madrid 1743, p. 4.

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scriptoriumguadalupense / 17 cotas notables dentro de la producción medieval. En este sentido podría decirse que la tradición de la granja jerónima bebió de la Orden Cartujana y, sobre todo, de la cisterciense. En su obsesión por lograr la total autarquía económica el monacato bajomedieval en general, y los seguidores de san Bernardo en particular, se afanaron en dar valor a propiedades en la periferia, convirtiéndolas en microciudades autosuficientes con sus propios suministros. Destacaron en el cultivo del grano y los frutales, la viticultura, la ganadería, la ingeniería hidráulica y la explotación de bosques. De esta manera, los monjes cistercienses desbrozaron y racionalizaron la poda y el crecimiento de las especies, a la vez que aprovecharon los beneficios de la floresta sin recurrir a la tala indiscriminada4. Esto redundaba en una óptima simbiosis entre el entorno original y el aprovechamiento agrícola, generando además pintorescos paisajes. Parece que también los jerónimos siguieron, al menos en lo sustancial, esta línea de trabajo5. Así, un ejemplo similar de aprovechamiento sostenible de los bosques colindantes a las granjas aparece detallado en el Libro de los Oficios, donde se restringe «la tierra para labrar» dentro del término de Mirabel para que «no se destruya el pimpollar de rebollos que se cría»�. El roble rebollo (Quercus Pirenaica) fue un árbol muy cotizado para la explotación maderera pero también, por el alto contenido en taninos de algunas de sus partes, para el curtido de pieles e incluso la fabricación de tinta ferrogálica. Cultivos de las granjas monásticas Gracias a los documentos conservados podemos determinar también la naturaleza de algunos de los cultivos del monasterio durante la baja Edad Media. Así, aunque las noticias al respecto son escasas, sabemos por ejemplo que en Valdefuentes, cuya función antes de granja fue la de huerta, había «tierras de pan»7, un picatel8, un extenso naranjal9, cidros, limoneros, hortalizas10 y diversas colmenas distribuidas por un pinar11. Un capítulo aparte merece, por su trascendencia dentro de la enología medieval, el contenido del Li-

bro y registro de la Bodega del monasterio, considerado uno de los tratados de viticultura más antiguos que se conservan12. Según éste, en Guadalupe las vides daban trabajo a cincuenta jornaleros fijos durante todo el año, a los que se añadía un refuerzo en la época de la recogida de la uva, pudiendo llegar hasta las 600 personas. De entre la extensa superficie productiva, que incluía viñedos en Talavera, Trujillo o Madrid, los majuelos de las granjas proporcionaron enormes cantidades de uva destinada al consumo monástico, debido entre otras cosas a su proximidad a la Puebla. Así se entiende que gran parte del paisaje agrícola de las granjas estaría formado por viñedos. Es tal la importancia de éstos que, de hecho, son las únicas plantaciones en las cuales se especifica «cómo se ha de vendimiar» dentro del Libro de los Oficios, además de los tipos de uva que en ellas se utiliza, en concreto albillo, castellano y jaén, todas variedades blancas13. Huertos sellados Evidentemente, gran parte del atractivo de las granjas guadalupenses se debió a ese sincretismo entre la vida palaciega y el entorno agrícola, probablemente

1. Jörg Breu el Viejo, San Bernardo y monjes cistercienses cosechando, (h. 1500), Abadía de Zwettl

4. Testard-Vaillant, P., «Agriculture, des travaux en bonne règle», Cahiers de Science & Vie, LXXVIII, diciembre de 2003, p. 53. 5. Tanto el abastecimiento de agua a Guadalupe, una intrincada red de minas, conductos y túneles de más de siete kilómetros de longitud, como la presa del molino del estanque, considerada la primera gran presa medieval de la península, se encuentran entre los logros hidráulicos de los priores seculares y jerónimos. Manuel Díaz, M y Fernández Ordóñez, D., «La presa del estanque y el abastecimiento a Guadalupe», Revista de obras públicas, CXLI (1994), pp. 77-92. 6. Libro de los Oficios…, Edición facsimilar de María L. Cabanes Catalá, Madrid 2007, tomo 1, p. 194, nota 634. 7. Hace referencia a los campos de cereal, A.M.G., Códice 126, f. 83 r. en Vizuete Mendoza, J. C, Un monasterio jerónimo (1389- 1450), Madrid 1988, p. 229. 8. Ibíd., f. 83 v. en Vizuete, op., cit. p. 229. 9. Grupo aislado de árboles, Diego de Écija, Libro de la Invención…, Cáceres (ed. Arcángel Barrado Manzano) 1953, p. 424. 10. A.M.G., Códice 12, f. 79 r. 11. También Mirabel disponía de colmenas, Diego de Écija, op, cit, p. 434.

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2. Anónimo, El jardín del Paraíso, (h. 1410), Städelmuseum, Frankfurt

observado como un elemento exótico por los altos estamentos. Sin embargo, más allá de un ecosistema salvaje semi-domesticado por los monjes, parece que en estos complejos pudo darse un paso más, insertando un elemento diferenciador normalmente destinado a palacios y monasterios: el hortus conclusus. Hay varios indicios que nos llevan a pensar que, al menos en el caso de Mirabel, existió algún tipo de jardín cercado. El más evocador probablemente sea el discurso del padre Talavera, que al hilo de la descripción de la granja nos deja la siguiente semblanza.

Pero no son sólo las palabras de Talavera las que nos inducen a considerar la existencia de un hortus conclusus en Mirabel. La propia disposición del palacio, en terrazas y rodeado por edificaciones y muros en todos sus flancos, nos permite lanzar la hipótesis de que albergase este tipo concreto de jardín medieval15. Sin un origen geográfico claro, parece que es Bernardo de Claraval el que por primera vez recomienda la plantación de estos huertos cerrados en el interior de los monasterios, con una finalidad eminentemente pragmática16. No obstante, con posterioridad este modelo será adoptado también para el jardín laico y llegará a Castilla procedente del ámbito franco-flamenco convertido en símbolo elocuente de poder, prestigio y distinción17. La composición de estos jardines era habitualmente realizada a base de cuadrículas, así, además del evidente contenido simbólico del cuadrado y del patio cuadripartito, esta división venía fuertemente marcada por los usos del claustro cristiano18. Ejemplos como los observables en el Román de la Rose, en las Muy Ricas Horas del Duque de Berry o en el Jardín del Paraíso [Fig. 2], no serían sino el trasunto de una tipología existente en las poblaciones nórdicas que en la península alcanzará su máximo exponente en los jardines de Olite, Tafalla y los

Javier Pérez Ross

«Monte sagrado de la casa de Dios, que levanta su cumbre hasta el cielo, fuente sellada; huerto y jardín cerrado, y otros mil epítetos, comparándola a muchas y varias plantas que este sitio produce»14.

Fachada oriental de la granja o palacio de Valdefuentes 12. Biblioteca Nacional de España (BNE), RES/183, publicado en facsímil por Álvarez Álvarez, A. Libro y registro de la bodega…, Mérida, 2003. 13. Se especifica en los capítulos XVIII y XIX de la Bodega, Libro de los Oficios…, pp. 244 -245. Añade también que la vendimia de Mirabel es más tardía que la de Valdefuentes. 14. Gabriel de Talavera, op. cit., f. 12 v.

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scriptoriumguadalupense / 19 “O” iluminada [Fig. 3] palacios reales de Barcehallamos una escena delona y Valencia19. Sin emnominada genéricamenbargo, no hay que desplate como la Virgen rezarse muy lejos de la puecreada por ángeles múbla de Guadalupe para ensicos22. María, como es contrar indiscutibles ejemplos de hortus conclusus. habitual, aparece dentro Precisamente, como loa a de un hortus conclula Virgen María, surge el sus, sin embargo, es la jardín del claustro del moescena en segundo planasterio de Guadalupe, ya no la que llama nuestra que el recinto cerrado simatención poderosamenboliza la propia virginidad te. Junto a varias edifide la Mater Dei. Según Carcaciones monumentamen Añón, no se trataba de les se ha representado un huerto de plantas mediotro jardín cercado, escinales, pues ya se contaba ta vez circular, rodeado con un espacio próximo dede agua en todo su perídicado a este fin, ni de una metro y unido a las prihuerta de hortalizas, sino meras por una pasarela. de un conjunto con «abunEn su interior dos mondancia de agua en el que jes vestidos con el hábihay plantas exquisitas de las to jerónimo, en actitud que se hallan en raras parreposada, parecen detes»20. Otra muestra de esdicarse en exclusiva a ta tipología debió constituir la contemplación. ¿Estael del patio de la desaparería representando el ilucida Hospedería Real, dise- 3. La Virgen recreada por ángeles músicos, (h. 1500), Cant. 34, f. 252, minador un espacio coñado especialmente para la nocido? Al menos, cabe Museo de Libros Miniados (RMG) monarquía castellana y por la posibilidad de que se tanto de carácter seglar. Cuando Gaspar de Barreiros hubiese inspirado en alguno de los jardines existenvisita el palacio en 1561 se encuentra con un recinto tes en la zona. ordenado, repleto de naranjos, cipreses, mirtos, floNo debe extrañarnos por tanto que la propia Orres varias y hierbas olorosas, en cuyo centro podía es- den Jerónima, plenamente consciente del simbolismo cucharse el rumor del agua que vertía una fuente de de estos vergeles, decidiese trasladar también hasta mármol blanco21. las granjas el modelo de jardín cerrado, adaptándolo Un último indicio, cuando menos interesante —y al ámbito semi-palatino. De esta manera aún resultaciertamente enigmático—, lo encontramos en el can- ría mayor el contraste entre la naturaleza domada (intoral 34 del scriptorium monacal, conservado en el terior) y el paisaje silvestre (exterior), es decir, entre Museo de libros miniados. Dentro de la letra capital el hortus conclusus y el locus amoenus. 15. A cerca del jardín medieval y sus tipologías son imprescindibles los estudios de Harvey, J., Mediaeval Gardens, Londres 1981; MacdouE., Medieval gardens, Washington D.C. 1986. 16. En un principio se cultivan plantas medicinales y árboles frutales y son recomendados especialmente para el paseo de los enfermos, Fernández Arenas, J., Arte efímero y espacio estético, Barcelona 1988, p. 327. 17. Aguilar Perdomo, M. R., «El palacio fuera de palacio: prácticas arquitectónicas y festivas en jardines históricos y literarios de la temprana Edad Moderna», Anales de historia del arte, XXIII/II (2013), p. 416. 18. Insausti Machinandiarena, P. y Vigil de Insausti, A., «Mito y naturaleza. Del Paraíso al jardín medieval», Arché, IV-V (2010), p. 232. 19. También hubo jardines en Tordesillas, Medina del Campo y Toledo. Domínguez Casas, R., Arte y etiqueta de los Reyes Católicos. Artistas, residencias, jardines y bosques, Madrid 1993, p. 96. 20. Las palabras entrecomilladas proceden del padre San José, Añón Feliu, C., «Rehabilitación de los jardines del claustro mudéjar…», Reales Sitios, XXXII (1995), p. 23. Münzer por su parte los describe con las siguientes palabras: «En el centro de ellos hay una fuente, con una pila de cobre fundido, con bellas figuras. Está sembrado de naranjos, cipreses, etc... ¡Oh, qué agradable y devoto es este lugar!, cualquiera puede coger del árbol naranjas con la mano», Münzer, J., Viaje por España y Portugal, 1494-1495, Madrid 2002, p. 265. 21. «Ten hum aposento dos Reis…, com seus jardins de Larangeiras &Murta & fontes muito louçás…, tudo muito bem repartido y ordenado”: Barreiros, Gaspar, Chorographia de alguns lugares que stam em hum caminho que fez Gaspar Barreiros ó anno MDXXXXVI, Coimbra 1561, p. 37.- Pescador del Hoyo, M. C., La Hospedería Real de Guadalupe, Badajoz 1965, p. 355. 22. La reseña del manuscrito se encuentra en García, S., Los miniados de Guadalupe. Catálogo y museo, Sevilla 1998, p. 251 -252. gall,

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Doce caminos de peregrinación a Guadalupe V

Camino de Levante Textos y mapa de APRODERVI Revisados por nuestra Redacción

Bibliografía, Naturaleza, Aspectos Etnográficos y Equipamientos, en http://www.aprodervi.com/

Datos: Poblaciones: Saceruela, Agudo, Fuenlabrada de los Montes, Herrera del Duque, Castilblanco y Guadalupe: 114 Km. Comarcas que atraviesa el camino: Montes de Toledo Sur: 1.309,04 km², 67.454 Hab; La Siberia: 3.0330, 01 km², 27.701 Hab; La Jara: 1. 894 km², Hab 88.003; Villuercas-Ibores-Jara: 2.245 Km², 16.800 Hab. El Camino de Levante es una ruta de gran interés cultural, paisajístico y medioambiental que arranca en la población de Saceruela (Ciudad Real), asentada en una importante encrucijada de caminos. A su tradicional vinculación al santuario de Guadalupe se une el paso a

sus puertas de la Cañada Real Merina, una de las rutas trashumantes más importantes de la península. Continúa por Agudo, villa que, desde el siglo XIII, perteneció a la encomienda mayor de los Calatravos, e históricamente relacionada con los ejes comerciales norte-sur y este-oeste. Desde aquí, la ruta avanza hacia tierras extremeñas, adentrándose en la comarca de La Siberia (mal llamada así por el parecido paisajístico que le vio el duque de Osuna a su paso por estas tierras). Un origen incierto Una de las poblaciones surgidas a raíz de este trasiego de gentes que venían a Guadalupe desde Ciudad Real, Toledo y Córdoba fue, probablemente, Fuenlabrada de los Montes. La villa la existía en el siglo XIV, pues se conservan dos cartas del rey Pedro I —una de ellas fechada el 26 de enero de 1353—exigiendo el cese de asaltos de bandoleros a los peregrinos que iban a Santa María de Guadalupe. Esta localidad se halla ya en Reserva Regional de Caza del Cíjara, inmensa área arbolada y montaraz con gran concentración de ungulados, que destaca por su producción de miel. Desde Fuenlabrada nos dirigimos a Herrera del Duque, centro neurálgico de la comarca y villa histórica, como demuestra su imponente castillo octogonal dominando el territorio desde su atalaya. Después nos dirigimos a Castilblanco, localidad que en origen pudo estar relacionada con los templarios, y cuyo castillo, hoy desaparecido, probablemente sirvió de escudo para la defensa del valle del Guadalupejo. Desde esta última población pisamos tie-

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scriptoriumguadalupense / 21 rras cacereñas a través de la comarca de las Villuercas, nuestro último destino, antes de llegar a Santa María de Guadalupe El origen del camino de Levante es difícil de precisar, unas veces por el carácter legendario de los relatos y otras por las incertidumbres de los cronistas de la época. Sin embargo, la historia del descubrimiento de la Virgen negra fue rápidamente divulgada y reconocida por las gentes que poblaron estos parajes en la Baja Edad Media. En contra de lo que sucede en las rutas jacobeas durante el siglo XIV — en declive debido a la Peste negra, el descrédito de los peregrinos: “El que mucho peregrina tarde se santifica” y la dedicación casi exclusiva de los monarcas a reconquistar y abrir nuevas rutas—, el fenómeno de Guadalupe surge con fuerza en el panorama peninsular gracias al apoyo incondicional de los Trastámara y la propagación como centro cultural y espiritual por parte de la Orden de los Jerónimos. Enrique IV y Saceruela Uno de los principales valedores e impulsor de nuestro Cami-

Iglesia parroquial san Benito Abad, de Agudo (Ciudad Real)

no de Levante fue el rey castellano Enrique IV. No se sabe si utilizó exactamente el trazado actual entre Saceruela y Guadalupe, ya que los caminos en el medievo variaban continuamente en función de nuevas veredas y cordeles que facilitaran el paso, aunque sí podemos afirmar que partió de la localidad de Saceruela en 1463, acompañado del maestre de la Orden de Calatrava, Pedro Girón Acuña, para dirigirse a Guadalupe. También sabemos que a su paso, concedió a Saceruela la independencia con respecto a Piedrabuena y nuevas tierras cercanas para que cultivaran. La consolidación definitiva de este camino surgirá en el siglo XVI, con la figura de don Alonso Rodríguez de amargo, presbítero de la Orden de Calatrava, Alcalde Mayor de Toledo en el año 1570 y personaje ilustre de Saceruela. De su gran labor destacamos la reunificación de varias cofradías, como la de santa Ana y la Veracruz, arraigadas ya de antiguo en la villa, en la nueva Orden del Sacer, con el objetivo de mantener los hospitales del camino a Guadalupe y asistir a peregrinos y necesitados que frecuentaban esta ruta.

Castillo de Herrera del Duque (Badajoz)

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La Orden del Sacer Los peregrinos que se dirigían al santuario de las Villuercas estaban, en general, desprovistos de caminos seguros, posadas, hospitales y demás servicios. Esto hacía difícil el viaje de los romeros que debían atravesar durante varias jornadas de marcha unas tierras totalmente despobladas, sin encontrar refugio a su paso y pudiendo por ello ser más fácilmente víctimas de los salteadores y criminales, además de la escasez de alimentos que, por improvisación o desconocimiento, pudiera sobrevenirles. Por estos motivos y tras el aumento continuo de peregrinos que utilizaban el camino de Levante, surgió la Orden del Sacer, una de las primeras instituciones romeras creadas al margen de la iniciativa jerónima y principal impulsora en el mantenimiento de hospitales e infraestructuras creadas en beneficio de los peregrinos. La Orden existe actualmente y lleva a cabo proyectos educativos en Bolivia y República Dominicana, a la par que mantiene la devoción a la Virgen y promueve la recuperación del camino.

Iglesia parroquial Nuestra Señora de las Cruces, de Saceruela (Ciudad Real)

En definitiva, nos encontramos ante un camino en permanente contacto con la naturaleza, con tradiciones y costumbres centenarias, una excelente gastronomía rural, cuidada artesanía local y un legado histórico artístico impregnado de las culturas y pueblos que enriquecieron el devenir histórico de estas poblaciones. Los contrastes del paisaje serán una de las sorpresas más agradables que puede disfrutar el peregrino, con una orografía accidentada, montuosa pero sin grandes alturas y con una vegetación caracterizada por espacios adehesados y pastizales. Atravesaremos áreas naturales tan importantes como la Reserva del Cíjara, cuyos inmensos bosques habitan ciervos, gamos, corzos, águilas o buitres; las excelentes aguas del embalse de García Sola, sobre el río Guadiana, o el Corredor Ecológico y de Biodiversidad del río Guadalupejo, que conecta la ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves) de la Sierra de los Golondrinos con la de la Sierra de las Villuercas y Valle del Guadarranque. Reserva regional de caza del Cíjara

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100años la muerte del rey Católico Cumplo

y el Monasterio de Guadalupe Fray Germán Rubio Cebrián, ofm

Historiador y Académico de la Real Academia Hispanoamericana de Cádiz Correspondiente de la Academy of American Franciscan History de Washington

A partir de este número, bajo el título , se reeditarán algunos trabajos de interés publicados en El Monasterio de Guadalupe durante sus primeros cien años de vida. Coincidiendo en 2016 el I Centenario de esta revista, con el V Centenario de la muerte de Fernando II de Aragón (V de Castilla), acaecida la madrugada del día de san Ildefonso de Toledo, 23 de enero de 1516, en la Casa de Santa María de Guadalupe, propiedad rural que tuvo este monasterio en Madrigalejo (Cáceres), sale el trabajo del admirado historiador franciscano P. Germán Rubio Cebrián (Pozuel del Campo, Teruel, 1874-Sevilla 1967), publicado con motivo del IV Centenario de la muerte del Rey: El Monasterio de Guadalupe, Revista quincenal ilustrada, 2 (1916) 29-33 y 3 (1916) 54-55.

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unca, como en el reinado de los Reyes Católicos, fueron, ni mayores ni más íntimas, las relaciones que mediaron entre los monarcas de Castilla y de Aragón y el Monasterio de Guadalupe. Todos los reyes de Castilla, desde Alfonso XI, habían fomentado dichas relaciones con este monasterio; mas don Fernando y doña Isabel, desde que en 1474, por muerte de Enrique IV, comenzaron a reinar en Castilla, hasta la muerte, acudieron siempre a este cenobio como a casa de consuelo y refugio de todas sus necesidades, lo mismo que a desahogar su corazón en todas sus venturas, que fueron muchas. Muchas veces vinieron a visitarRestos de la hacienda de santa María de Guadalupe en Madrigalejo (CC), lo, grandes temporadas tuvieron en él a donde murió el Rey Católico hace quinientos años (1516-2016) sus hijos; y, morando ellos mismos dentro de sus muros, resolvieron no pocos ni graves ne- to añadir algunas palabras referentes al enlace que tugocios de sus reinos, recibiendo además en él a mu- vo acontecimiento de tal resonancia con esta Casa de Guadalupe. chas embajadas de naciones extranjeras. Razón del presente artículo. Por eso, en este año de 1916, que es el cuarto centenario de la muerte del Rey Católico, y habiendo tenido la suerte de hallar en el Archivo de este Monasterio un testimonio auténtico de la entrega de su cuerpo en Granada –al ser trasladado desde Madrigalejo, donde falleció–, por si tan feliz hallazgo pudiera aún aportar alguna nueva luz sobre asunto tan conocido, al publicarlo hoy (pues lo juzgamos inédito). No hemos creído fuera de propósi-

¿Para qué venía el rey a Guadalupe? Los historiadores del Monasterio que hacen especial mención de la muerte del Rey Católico y con ellos el P. Sigüenza, en su celebrada y clásica Historia de la Orden de san Jerónimo1, pretenden que el Rey venía en aquella ocasión a Guadalupe, porque «deseó –son palabras de este último– llegar a morir a la casa de Nuestra Señora de Guadalupe, en quien tenía gran devoción, por la santa Imagen y por aquellos religiosos santos, con-

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fiando le ayudarían mucho en el último aprieto». No sabemos hasta qué punto pudieran haberse cruzado por las mientes del Rey estos pensamientos; mas, por lo que de los acontecimientos de aquellos días aparece, nada más lejos de sus cálculos que ir a Guadalupe para allí esperar la muerte. Verdad es que el Rey sentía por momentos quebrantársele y faltarle las fuerza; pero, al venir a Guadalupe, su intento no era otro que resolver con tranquilidad algunos asuntos que entonces le traían muy preocupado, y pasarse luego a Andalucía por ver si aquel clima, de suyo más templado y benigno, le administraba algún alivio a sus dolencia, como aseguran La Fuente2 y otros. Eso mismo nos indican los tratos que traía con el embajador del príncipe Fernando el Católico orante, talla policromada de don Carlos de Felipe Bigarny o de Borgoña (1475-1542), en la Gante, su nieCapilla Real de Granada

to, sobre el viaje que habían de realizar el príncipe don Fernando a Flandes y su hermano don Carlos a España; y sobre todo que, como dice Galíndez de Carvajal3: «Estando el Rey en Madrigalejo, antes que falleciese, le fue dado a entender que estaba muy cercano a la muerte, lo cual con gran dificultad lo pudo creer, porque a la verdad le tentó mucho el enemigo con incredulidad que le ponía de no morir tan presto para que, ni confesase ni recibiese los sacramentos. A lo cual dio causa que estando el rey en Plasencia4, uno del Consejo que venía de la Beata del Barco de Ávila5, le dijo que la Beata le hacía saber de parte de Dios que no había de morir hasta que ganase a Jerusalén». Venía, pues, el Rey Católico a Guadalupe, como tantas otras veces, a postrarse a los pies de la Virgen, para pedirle indudablemente remedio en su tan quebrantada salud y, al mismo tiempo –en el hermoso palacio que el P. Fray Juan de Siruela6, siendo prior del Monasterio el célebre padre fray Nuño de Arévalo7 había construido para hospedaje suyo y de la Reina–, tratar de los conciertos que traía entonces entre manos con el deán de Lovaina8, embajador de don Carlos; y, como añade el citado Carvajal, «hacer capítulo de la Orden de Calatrava, y proveer la encomienda mayor que había quedado vacante por muerte de don Gutierre de Padilla, la cual se tenía por cierto que había de proveer a su nieto don Fernando de Aragón, hijo de don Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza, su hijo; o a don Gonzalo de Guzmán, ayo del infante don Fernando, dando la clavería al dicho don Hernando de Aragón.» Por esta causa, tanto el infante don Fernando como el mismo embajador y otros muchos señores y grandes estaban ya en Guadalupe9, esperando la llegada del Rey. Itinerario del Rey desde Plasencia a Madrigalejo. Éste, que había salido de Plasencia el 27

1. Edición de la Nueva Biblioteca de Autores Españoles, bajo la dirección de Menéndez Pelayo, por doña Catalina García, Madrid (Ed. Bailly Baillière) 1969, tomo II, cap. XXIII, pg. 99. 2. Historia General de España, (Barcelona 1988), tomo VIII, cap. XXVIII, p. 317. 3. Crónicas de los Reyes de Castilla, ordenados por Rosell (Madrid, ed. Rivadeneyra, 1878), BAE, tomo III, cap. II, p. 562. Don Lorenzo Galíndez de Carvajal nació en Plasencia en 1472.; desempeñó una cátedra de Prima en la Universidad de Salamanca, consejero de los Reyes Catolicos y de doña Juana y don Carlos V y oidor de la Chancillería de Valladolid. Escribió, además, otras dos obras históricas: Adiciones a los varones ilustres de Hernán Pérez de Guzmán y el Prefacio, enmiendas y adiciones a la Crónica del Rey don Juan el II. Murió en Burgos el 25 de noviembre de 1527. 4. Adonde había llegado la víspera de san Andrés de 1515 [29 de noviembre]. Galíndez de Carvajal, Itinerario de los Reyes. 5. Mujer fatídica, de las alumbradas de aquella época, calificada por el P. Sigüenza, con san Pablo, de malaventurada y llena de pecados. A la llamada Beata del Barco de Ávila se le formó un proceso en 1509, que originó una fuerte competencia entre la jurisdicción real y la eclesiástica, como consta del Memorial de los Ulloas de Cáceres, por D. Josef Pellicer, impreso en 1665. Habló también varias veces de ella en sus cartas Pedro Mártir de Anglería; y, en el siglo pasado [XIX], Rosell dio largas noticias de esta mujer en su correspondencia con el P. Montoya, que se publicó en La correspondencia con literatos. 6. El P. Fray Juan de Siruela, siendo hospedero, dirigió la construcción de la Hospedería Real, que se edificó de 1486 a 1488, y poco tiempo después dirigió también la reedificación de Mirabel. 7. El P. Fray Nuño de Arévalo fue prior de Guadalupe durante cuatro trienios seguidos, desde 1483 hasta 1495. Fue instituido por los Reyes Católicos, juntamente con el doctor Francisco Sánchez de la Fuente y el licenciado Pedro Sánchez y mediante bulas apostólicos, inquisidor de Guadalupe en 1486, siendo de los primeros, si no el primero de los inquisidores de Castilla, y los autos celebrados aquellos años en Guadalupe, en que fueron quemados cincuenta judaizantes, los primeros celebrados en Castilla. El P. Nuño fue quien, aprovechando la limosna concedida al monasterio por los reyes, de todos los bienes confiscados a los herejes, que subieron a un millón cuatrocientos maravedíes, edificó el palacio u hospedería real, verdaderamente regio y suntuoso, y cuya distribución de habitaciones fue personalmente hecha por los mismos reyes. 8. Adriano de Utrech, que más tarde fue obispo de Tortosa y últimamente, a la muerte de León X, elegido Sumo Pontífice con el nombre de Adriano VI.

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scriptoriumguadalupense / 25 de diciembre –según el citado Itinerario de Galíndez de Carvajal–, vino en andas a Jaraicejo, pasando por la Puente del Cardenal10; el día de Reyes lo pasó en Trujillo, y luego, como añade el citado autor, «de allí [de Jaraicejo], con asaz pasión y dolor, sin más detenerse partió al Abertura11, adonde estuvo cinco o seis días, y de allí fue a Madrigalejo, aldea de Trujillo.» No sabemos qué día entró el Rey; pero por lo que queda dicho, si el día de Reyes estuvo en Trujillo, al Abertura debió de ir después de dicho día y no desde Jaraicejo, sino desde Trujillo, y por ende, habiéndose detenido en el dicho pueblo del Abertura cinco o seis días, debió llegar a Madrigalejo hacia el 15 de enero o poco después. Último Consejo celebrado por el Rey; su testamento y su muerte. Aquí el Rey se aposentó en unas casas que el Monasterio poseía a la salida del pueblo, sobre un cerrito, camino de la Serena, donde había una capilla dedicada a la Virgen, llamándose por esta causa hasta el día dichas casas de Santa María12. Allí, en la sala principal, y no en la capilla ni menos en un mesón, como han dicho varios autores, pasó los días que mediaron desde su llegada al de su muerte; una se-

mana aproximadamente. Allí fue donde tuvo aquel último y famosísimo Consejo que, después de haberse confesado, celebró con los licenciados Zapata y Vargas, éste su tesorero y aquél –juntamente con el doctor Carvajal, que también asistió a tan solemne acto–, sus referendarios de Cámara y los tres de su Consejo; saliendo de él la reforma del testamento del Rey, por el cual quedó a su nieto don Carlos –y no a don Fernando, como anteriormente había hecho13– Gobernador de los reinos de Castilla y Aragón, evitando de este modo innumerables trastornos y revueltas. En su consecuencia, el día 22 de enero, martes, por la tarde, otorgó su testamento. Después re-

Antiguo convento de san Francisco de la Alhambra, donde recibieron primera sepultura Isabel y Fernando

9. Todos los historiadores que por menudo relatan los acontecimientos, sobre todo el P. Sigüenza y los historiadores del monasterio, ponen al deán de Lovaina en Guadalupe, esperando al Rey y dirigiéndose desde el Monasterio a Madrigalejo; y allí también lo manda el mismo Rey, cuando a ruego de algunos consejeros, y pocos días antes de su muerte, lo recibe en el citado pueblo. 10. El puente del Cardenal estaba sobre el Tajo, entre la estación actual de ferrocarril de Garrovillas y el puente de la carretera de Plasencia a Trujillo, no lejos de la desembocadura del río Almonte en el citado Tajo. Hoy [1916] sólo quedan de este puente modestísimas ruinas de sus estribos en ambas orillas. 11. Abertura está en el camino de Trujillo a Madrigalejo. Albertura lo llama el propio Galíndez de Carvajal en el último año de sus anales: «Y de allí [de Trujillo] fue al lugar de Albertura, e a otros lugares e fue a Madrigalejo». 12. Hoy [1916] pertenecen estas casas a don Antonio Trinidad, no existiendo ya la capilla. El edificio está medio abandonado y dedicado a pajares y a otros usos de labranza. La lápida de que hacen mención muchos de los historiadores del Monasterio y otros, ya no existe ni hasta el día se ha podido encontrar rastro de ella. Dormer, en sus Anales de Aragón, lib. 1º, cap. 1º, p. 3, la copia en la siguiente forma: “Falleció el muy alto y poderoso Rey D. Fernando el Quinto, de gloriosa memoria, aquí en esta cámara de Madridejos (sic), en la casa de Nuestra Señora de Guadalupe, miércoles, día de san Ildefonso, entre las tres y las cuatro de la mañana, que fueron 23 días del mes de enero de 1516”. Pero creemos que ha sido transcrita con algún descuido, y por eso queremos dejarla aquí consignada como la trae nuestra Crónica manuscrita (que más adelante describiremos), la cual, después de referir su muerte, dice: «Testifícala una lámina antigua en que están sobre sus armas las razones siguientes: “En este salón y capilla de Nuestra Señora Santa María murió el cathólico rey don Fernando el Quinto, cuia memoria durará eternamente por sus altas e loables virtudes; fue muy celoso de la honrra y gloria de Dios, devotísimo de la Virgen de Guadalupe, a veinte e tres de henero, entre la vna e las dos de la mañana, en el año del Señor de mil quinientos diez y seis”». En una nota de la Historia General de España, de don Modesto Lafuente, también se copia esta transcripción, diversa a la de Dormer y con la particularidad de afirmar que murió «viernes, día de san Ildefonso». El manuscrito del P. Fray José de Alcalá dice: «Consta de vna tabla, que en 1801 existe en el oratorio de dicha casa, que fue el quarto donde murió el Rey, que dice murió allí el 23 de enero, día de sancti Ildefonsi» Nota del Editor: La referida casa de Santa María de Guadalupe, una de las explotaciones agropecuarias de nuestro monasterio activa del siglo XIV a la desamortización del XIX, debió ocupar una hectárea y media de terreno. En 1840 fue troceada y vendida para unas 50 viviendas, exceptuando una parte ínfima en la que debió estar la capilla y cuarto en que murió el rey. Fue usado como pajar y almacén de cemento, incluso en siglo pasado. Gracias a la campaña dirigida por el veterinario jubilado Lorenzo Rodríguez Amores, los humildes aposentos fueron declarados Monumento Histórico Artístico de carácter Nacional en abril de 1980 (RD 594/1980). Luego fue comprada por la compañía Hidroeléctrica Española (IBERDROLA) y rehabilitada a su costa por Miguel de Oriol Ybarra. (cf. Lorenzo Rodríguez Amores, Crónicas lugareñas: Madrigalejo Badajoz 2012. ID. Fernando el Católico en Madrigalejo, Badajoz 2015). En el costado poniente de la casa hay una lápida que reproduce el texto del historiador aragonés Diego J. Dormer (excepto Madridejos), que es el mismo que ya publicó el P. Talavera en 1597. Extraña que el P. Rubio traiga nuestra Historia manuscrita [AMG, Códices 13 y 14] y las Adicciones del P. José de Alcalá [AMG, Códice 12] pero no cite al grave historiador guadalupense, aunque no concuerde con Galíndez de Carvajal en la hora.

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cibió los Santos Sacramentos; y, por fin, después de media noche, entre una y dos de la madrugada

El Cardenal Cisneros (1878), fraile franciscano, arzobispo de Toledo, regente de Castilla, óleo sobre tabla de Matías Moreno (1840-1906), copia del retrato de Juan de Borgoña (1470-1534) para la sala capitular de Toledo

del miércoles 23 d enero, día de san Ildefonso de 1516, expiró14. Funerales por el alma del Rey en Guadalupe. Muerto el Rey, vinieron de Guadalupe, donde le estaban esperando, el embajador del príncipe don Carlos, con mucho de los grandes que allí habían ya acudido, menos el infante don Fernando, según nos refiere la citada Crónica manuscrita e inédita del Monasterio, que tengo a la vista: «Y luego que el deán llegó al dicho pueblo, abrieron los Consejeros el testamento del Rey, y se hizo notorio cómo dejaua, en el ínterin que biniese el Rey, por gouernador al cardenal don Francisco Ximénez de Zisneros, arzobispo de Toledo. En sabiéndolo el cardenal, bino luego a Guadalupe, donde con su asistencia, el Infante, el deán y Consejeros, duque de Alba, obispo de Sigüenza, el de Burgos y otros grandes personajes, se celebraron las honras con la maior grandeza, autoridad y deuoción que jamás se uio en Guadalupe»15. Hasta el presente no hemos podido hallar otro rastro de todo esto entre los documentos pertenecientes a Guadalupe, aunque no desconfiamos de verlo confirmado más firmemente; sin embargo, el aserto de nuestra Crónica no está fuera de lo natural que debió acontecer en aquel trance. Estaba a la sazón el Infante en el Monasterio esperando la llegada del Rey para tratar los asuntos del Príncipe su hermano, con el embajador Adriano de Utrech; y si, como afirma la Crónica, no fue el Infante a Madrigalejo sabida la muerte del Rey, su abuelo –lo que no creo muy probable–, debió el deán volver acompañado de los Grandes y Consejero, como es natural, al lado del Infante, para avistarse con él y esperar allí la llegada del carde-

13. En el que había firmado en Burgos, en 1512, y en el firmado, años más tarde, el 26 de abril de 1515, en Aranda de Duero. 14. En esto debemos de atenernos a lo que dice Galíndez de Carvajal y la leyenda de la lápida [antigua], según la trae nuestra Crónica manuscrita, sin atender a lo que dicen otros autores, poniendo la muerte del Rey entre las tres y las cuatro de la mañana, habiendo aún quien lo haya referido a las tres de la tarde. Carvajal fue testigo de vista y los religiosos que allí pusieron la inscripción, también; son, por consiguiente, testigo de mayor excepción. 15. Consta esta Crónica o Historia del santo templo de de Guadalupe: maravillas de nuestra Señora y grandezas de su casa, que es su encabezamiento, de tres partes en otros tantos volúmenes, de los cuales sólo tenemos el 1º y 2º, faltando el 3º. Ambos están forrados en pergamino y tienen entre los dos 894 folios numerados, de 225x157 mms., escritas en dos manos muy distintas y con algunas correcciones de otra tercera, todas de fines del XVII o principios del XVIII. Es anónima, aunque por el prólogo y dedicatoria aparece escrita por un religioso del Monasterio, probablemente por el archivero. Su fecha no puede ser anterior de 1696, por citar un documento de Carlos II, del referido año (f. 50vto.) ni posterior a la muerte de este Rey, por ser el último de los que cronológicamente cita entre los que favorecieron el Monasterio en el tercer siglo de su existencia (f. 19vto.). El célebre investigador de los archivos extremeños y eximio guadalupófilo, don Eugenio Escobar, señor deán de Plasencia, al examinarla, muy someramente por cierto, llegó a sospechar si se trataría de algún códice de la Historia del P. Montalvo; pero está demostrado que tal sospecha carece de todo fundamente con sólo observar que, según el necrologio del siglo XVII del Monasterio, el P. Montalvo falleció en Talavera de la Reina, siendo prior de santa Catalina, el 28 de octubre de 1646, y su historia, que se intitula Venida de la Soberana Virgen de Guadalupe a España, su dicha invención, y los milagrosos favores que ha hecho a sus devotos por el P. Fray Diego de Montalvo, fue impresa en Lisboa por Pedro Craesbreck, en 1631 (Cf. Barrantes, Virgen y Mártir, p. 395). 16. Contra lo que nos ha dicho nuestra Crónica y aquí defendemos, afirma Barrantes (Virgen y Mártir, p. 173) que «del cardenal Cisneros no se halla una sola mención en los libros del Monasterio, como visitante, ni aún en aquel mes de enero de 1516 en que, moribundo en el Rey en Madrigalejo, iba a ser el cardenal nombrado en su testamento regente de Castilla». ¡Bueno era Cisneros, y especialmente si llegó a sospechar que el Rey intentaba dejarlo por Regente de Castilla, para andar en derredor del lecho de muerte de don Fernando! Y más, sospechando, como no podía menos tan gran político, de los poderes secretos etc., que traía el embajador del Príncipe don Carlos. Pero nada de esto impide, antes al contrario, cae de su propio peso que, avisado, tanto del Infante don Fernando como del embajador y de los del Consejo de lo consignado en el último testamento del difunto Rey, viniera a Guadalupe para asistir a las honras fúnebres que allí la Corte celebraba y, al mismo tiempo, avistarse con todos.

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Sarcófagos de los Reyes Católicos, su hija Juana I de Castilla con Felipe de Austria, y su nieto Miguel de Portugal, en la cripta de la Capilla Real

nal Cisneros16. Y caso de que todos, acompañados del prior del monasterio, que a la sazón lo era el P. Siruela17, amantísimo como el que más del Rey Católico, hubiese ido a Madrigalejo, ¿qué extraño fuera que, invitados por el mismo prior y todos de común acuerdo, después de haber despachado el cadáver para Granada, como luego veremos, volviesen a Guadalupe, para allí –ya que en Madrigalejo no había proporciones adecuadas–, celebrar las honras fúnebres inmediatas a su fallecimiento? No dudamos que, andando el tiempo y a no tardar, daremos con alguna otra huella que autentice más todas estas noticias; pero entre tanto conste que Guadalupe, con tan infeliz motivo fue aquellos días lo que Medina había sido en la muerte de la Reina Católica: el lugar donde la nación lloró la pérdida de uno de sus más grandes monarcas. Traslado del cadáver del Rey a Granada: su entrega en san Francisco del Alhambra. Hechas las primeras diligencias después de la muerte del

Rey, despacharon su cadáver para la ciudad de Granada, acompañándole desde Madrigalejo doce18 religiosos de este Monasterio, presididos por el P. Fray Antonio de san Gabriel, hasta que lo dejaron depositado en la iglesia de nuestro convento de San Francisco de la Alhambra19, donde debía esperar juntamente con el cadáver de doña Isabel la terminación de la capilla y los sepulcros reales. Fue hecha la entrega con toda solemnidad, como el caso lo requería, dentro de la dicha iglesia del convento de san Francisco, el día 6 de febrero de 1516, según consta en el curioso testimonio inédito20 y que a continuación tenemos el placer de copiar en su total integridad. «En el Alhambra de la muy nombrada e grand cibdad / de Granada, dentro, en la yglesya de san / Francisco, miércoles seys días del mes de febrero, año del / nasçimiento de nuestro Salvador Jesuchristo de mil e quinientos / e diez e seys años, entre las onze y las

17. El P. Fray Juan de Siruela tomó el hábito religioso en este Monasterio hacia el año 1470. Fue hospedero y en su tiempo vinieron varias veces los Reyes Católicos a visitar a la Santísima Virgen, cobrándole gran cariño, especialmente la Reina, porque era hombre muy discreto, cumplido y de gran talento. En el priorato del P. Fray Diego de Villalón (1501-1504) fue elegido arquero mayor del Monasterio y vicario del convento. No le seguiremos en todos los pasos de su vida, solo diremos que por cuatro veces elegido prior de esta Casa; las dos primeras de 1515 a 1519 en que renunció ante el capítulo general de la Orden de san Jerónimo, sucediendo en este tiempo los acontecimientos que se relacionan con el presente artículo; y las otras dos desde 1521 a 1524, en que a los tres meses, poco más, de haber sido reelegido renunció en uno de los capítulos privados del Monasterio. Fundó, además, dos monasterios: el de nuestra Señora de la Luz, en la provincia de Huelva, y el de san Jerónimo de la ciudad de Granada, y en ambas fundaciones fue muy favorecido de los Reyes Católicos. 18. Nota del E. Al dorso de la segunda hoja del Acta que publicó el P. Rubio dice que fueron trece los monjes del séquito. Lo confirma el P. Talavera: Historia…, (Toledo 1597), cap. XII, lib. IV, f. 213vto. 19. Vide Ángel Ortega, ofm, «Las casas de estudio de la Provincia de Andalucía», en Archivo Ibero-Americano, tomo III (1916) 352-359, donde nuestro querido hermano trata del origen y vicisitudes de este convento franciscano y su fundación por los Reyes Católicos en 1492. En él la reina, por expresa cláusula de tu testamento, mandó ser enterrada, y el Rey por voluntad de sus albaceas fue conducido a dicho convento hasta que se terminasen de labrar los reales sepulcros y capilla en la catedral de Granada, donde definitivamente y por voluntad expresa del Rey, debían descansar las cenizas de ambos. Sus cadáveres permanecieron en este convento del Alambra hasta que en 1521 Carlos I mandó trasladarlos a los suntuosos sepulcros de la capilla real, ya terminados, y en donde hasta hoy yacen. La traslación, según acta notarial, que copia el P. Ángel, se verificó el domingo 10 de noviembre de referido año. 20. Está escrito en un pliego de papel de dos hojas de 315x222 milímetros, de las cuales la segunda y el doble de ambas están replegados con tiras de papel para su conservación; la filigrana del papel en la segunda hoja, la mano. El documento es original, firmado por el escribano mayor del Ayuntamiento de Granada, Jorge de Baeza. Al dorso de la segunda hoja, en letra de la época, hay escrito lo siguiente: «6 de febrero de 1516. Este es vn testimonio cómo el muy cathólico Rey don Fernando fue enterrado en Granada; y fueron con él trece (la palabra trece está escrita entre líneas, de la misma mano, y tachada la escrita antes, doce) frayles de aquí de Guadalupe». Y luego, de distinta mano, pero también de la época, añade: «acompañando el cuerpo hasta Granada.» Nota del E: Este testimonio se guarda en el AMG, leg. 4, doc. 144 y 144 bis, junto a una copia simple probablemente del siglo XVIII. Para esta publicación ha sido transcrito de nuevo a la vista del original.

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doze oras / de la noche, estando ende el ylustre y muy magnífico señor / don Luys de Mendoça, marqués de Mondéjar, conde de Tendilla, / alcaide e capitán general desta dicha cibdad de Granada / y su reyno e provinçia del Andaluzía; y los señores don / Antonio de Mendoça y don Bernaldino de Mendoça y Lá / zaro Hernández de Peralta, veyntie e quatros desta dicha / cibdad; e Arias de Mansilla e Garçía Remires e Juan Pérez de / Córdova, jurados della; y Juan Remires de Ysierre, lugar / teniente de maiordomo maior de la casa del muy cathólico / y muy poderoso señor el Rey don Fernando nuestro señor, / que esté en gloria; e Pedro García de Atienza, capellán maior / de la capilla dellos Reyes desta cibdad, e Juan Po / rras, uno de los capellanes de la dicha capilla y fray / Antonio de san Graviel [sic], frayle presbítero, profeso de la / horden de señor san Jerónimo, de Nuestra Señora de Guada / lupe; y Diego López e Juan Saravia e Gómez de Llerena e Gar/çí Sánches y Juan Gutierres y Sancho Hernández y Hernando / de Bivanco e Pedro Ruys, monteros de su Alteza; y en pre/sençia de mí, Jorge de Baeça, escrivano maior del Cabildo e A/yuntamiento desta dicha cibdad de Granada, e de los testigos / de yuso escriptos, el señor marqués dixo quél y los veynte / e quatros e jurados que estavan presentes, por acuerdo / e comisión de Justiçia e Regimiento desta dicha cibdad, / venían a ver el rostro del Rey nuestro señor antes que le en/terrasen, para ver sy era aquel el cuerpo de su Altesa, por/que asy convenía a esta dicha cibdad. A luego, el dicho Juan / Remires hizo abrir un pedaço de la caxa donde estava / [f. 1vto.] el cuerpo de su Altesa, y el dicho fray Antonio con sus / manos le descubrió el rostro, de las narices arri/ba, y el señor marqués y los dichos caballeros e yo, el / dicho escribano, e los testigos de yuso escriptos, vimos el rostro / de su Altesa, el qual, por haver tantos días que avía fallesçido, / estava dañado; e porque no se podía conosçer claramente / ser aquel el Rey nuestro señor para yo dar fe dello, el dicho / Juan Remires dixo e juró, en forma devida de derecho, / que aquel era el Rey don Fernando nuestro señor, e que lo sabía / porque lo puso en el ataúd en el lugar de Madrigalejo / donde fallesçió; e asy mesmo después, quando se mudó / en el lugar de la Hinojosa en este ataúd donde agora está. / Y el dicho fray Antonio dixo e juró por las hórdenes / que había resçibido que aquel era el cuerpo del Rey / nuestro señor, e que lo sabía porque, cuando se / mudó en el lugar de la Hinojosa del ataúd de donde se / puso en Madrigalejo en el que agora está, e él lo mu/dó e puso del vno al otro e avía venido con él hasta / esta cibdad syn separarse dél. E los dichos monteros / dixeron que aquel era el cuerpo del Rey nues-

tro señor, / e que lo savían porque ellos estavan con su Altesa en Madri/galejo donde fallesçió e lo vieron poner en el a/taúd que primero se puso y después, en el lugar de la Hino/josa, mudallo en el que agora está, e lo avían guar/dado de noche e de día, hata la ora de enton/ces conmo eran obligados. E los dichos Juan Remires y fray Antonio lo firmaron de sus nombres. / A luego, el señor marqués dixo que pedía e pidió a mí, el / dicho escrivano, se lo diese ansy por testimonio; / e el dicho Juan Remires dixo que asy mesmo lo pedía e pidió por testimonio; / [f. 2] e los dichos monteros dixeron que ansy mesmo lo pedían / y pidieron por testimonio. Testigos que fueron presentes: Juan / de Mendoça, maestresala del señor marqués, e Juan / de Luz, su secretario, e Gómez Peres de Çamora y Estevan / de Torrejeña, vesinos de Granada, e Lorenzo Fernán/des de Palma, beneficiado de Cogollos, alque/ría desta cibdad. Va scrito sobre raydo do dize: / e los dichos Juan Remires, vala. E yo, Jorge de Baeça, / escrivano mayor del Cabyldo e Ayuntamiento de la dicha / cibdad de Granada, fui presente en uno con los / dichos testigos a lo que dicho es. Y lo fyze escrevyr/ y fys aquí este my signo en testimonio de verdad. Jorge de Baeza» Rubricado y signado.

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Adriano VI (c. 1523) o Adriano de Utrech (1459-1523), embajador del príncipe Carlos de Gante antes de llegar al solio pontificio, lienzo de Jan van Scorel (1495-1562)


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Cientos de jóvenes en camino

Con rigurosa puntualidad entre septiembre y octubre, las grandes caminatas de jóvenes que recibimos anualmente de Getafe, Toledo, Córdoba y Villafranca de los Barros encendieron de júbilo las naves de la basílica, meta de penitentes desde finales del siglo XIII. Getafe, Toledo, Córdoba, Villafranca… Preámbulo de la Gran Misión Diocesana, el domingo 27 de septiembre, recién abierta la Puerta del perdón del Año Santo Guadalupense, madrugan los jóvenes de la diócesis de Getafe. Bajo el lema Hago nueva todas las cosas (Apocalipsis 25,5), la XXIV peregrinación a este santuario mariano congrega a 750 peregrinos de unos veinte lugares de la diócesis y, caminando tres días desde el Puerto de san Vicente, llegan al templo junto a su obispo D. Joaquín María López de Andújar, que preside la misa a las 13h.; el delegado de juventud y más de veinte sacerdotes jóvenes. Concluida la celebración, que cantan con mucha hondura, escalan ordenadamente el

camarín y se les entrega la estampa con la oración del Jubileo. El sábado, 4 de octubre, solemnidad de nuestro padre san Francisco de Asís, recibimos con afecto a los hijos de san Ignacio del Colegio de Villafranca, una institución con solera y prestigio en toda España. Desde muy antiguo empezaron a venir en peregrinación y Ejercicios los colegiales jesuitas. Recientemente llegan ante la Virgen Morena para iniciar sus actividades educativas con fundamento, que es vitola de la Compañía. Religiosos, claustro de profesores, familias y colegiales en número de 400 vienen del sur, andando por el camino de Isabel la Católica. Después de afectuosa recepción, comen en el Patio del peregrino; celebran misa a las 4 y suben al camarín a venerar la imagen bendita. Con el mismo lema de Getafe, del 16 al 18 de octubre llegan los jóvenes de la diócesis de Toledo. En su XXVIII edición han cambiado la ruta tradicional por la de Los Ibores, en consideración al Año Santo. Aunque con bastantes impedimentos y mal tiempo, celebran misa en el Humilladero y bajan al santuario cuando atardecía el sábado 17. Recibidos a la puerta por el guardián-rector de la basílica, saludan a la Virgen con cantos y besan su manto en el camarín. Toledo tiene vigilia vespertina, velada y hospedaje, y misa presidida por el obispo auxiliar D. Ángel Fernández Collado a las 13h del domingo. Entre los más de 600 romeros que fueron este año 2015 están, por quinto año consecutivo, quince jóvenes de Cartel de la XXVIII Peregrinación Juvenil de Toledo (600 jóvenes) la Fundación Madre de la Esperanza,

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de Talavera de la Reina; los seminaristas del curso sexto (casi todos diáconos), veinticinco presbíteros jóvenes y ochenta voluntarios con muchas horas de vuelo. Los jóvenes de la diócesis de Córdoba suben a Santa María de Guadalupe entre el 23 y 25 de octubre. Muy de mañana, el obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández González los lleva a la catedral para celebrar la misa de inicio y bendecirlos; luego los acogen en Hinojosa del Duque, porque saben que vienen a la Virgen de Guadalupe, a la que tanto quieren los de la sierra. Iniciadas en 1995 por el obispo Javier Martínez (promotor, junto al cardenal Marcelo, de estas caminatas juveniles desde Madrid y Toledo), los jóvenes cordobeses llevaban veinte años de romería. Este año fueron más de 850 peregrinos, medio centenar de seminaristas que llenan el coro con sus bien timbradas voces, algunas monjas nuevas y muchos presbíteros jóvenes. Nuestro guardián, que siempre los recibe con indisimulado afecto, les recuerda cada año un lazo que une la iglesia de Córdoba con esta Casa: en 2015 les ha mentado las romerías que hizo a Guadalupe el insigne beato emeritense Cristóbal de santa Catalina. A estos, pudo añadirse la diócesis de Granada, que amagó este año con iniciar caminatas por iniciativa del ya citado D. Javier Martínez, arzobispo de Granada; pero julio no es la mejor fecha, don Javier, y debería sumarse Ciudad Real y Sevilla. Los delegados de la archidiócesis de Mérida-Badajoz (a quienes azuzamos anualmente en esta crónica) posponen una para el primer semestre de 2016. Esperando seguimos. Y otros más Durante el año 2015 fueron muchos grupos más los que hicieron estación en nuestro santuario con motivo del Año Teresiano: diócesis, parroquias, hermandades y cofradías, colegios, asociaciones…, algunos de

XXIV Peregrinación Juvenil de Getafe (750 jóvenes)

Peregrinación del Colegio San José, octubre de 2015 (400 peregrinos)

XX Peregrinación Juvenil de Córdoba (850 jóvenes)

ellos de fuera de España; unos que lo anunciaron y recogimos en la Agenda para publicarlos en la página electrónica; otros que llegan sin avisar pero atendemos gustosamente; muchos de ellos en familia, como rezan las listas que confecciona cada domingo el rector de la basílica para el saludo de peregrinos.

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En la Hispanidad, Caballeros y jinetes Si el 12 de octubre no fuera ya de Interés Turístico Regional, la Marcha Ecuestre de la Hispanidad que llega a Guadalupe en la tarde de ese día destella un claro interés religioso y una atracción turística de muchos quilates. De modo que se dan por bien empleados la dedicación que el Real Monasterio, la Guardia Civil (el Día de su Patrona), el Ayuntamiento y demás instituciones provinciales derrochan en ello. Misa mayor y desfile La mañana, despabilada con la tradicional diana floreada de la banda de música, se polariza a mediodía en la Misa de los Caballeros, que les trae, con tremolar de banderas hispánicas, desde su sede en la calle Barrero hasta la basílica. La sagrada imagen, ataviada con el terno color salmón bordado en oro que donara la Real Asociación, ceñía la corona áurea del año 28. Presidida por D. Ángel Rubio Castro, obispo emérito de Segovia e hijo predilecto de Guadalupe, la misa del Octogésimo séptimo (87) Aniversario de la Coronación Canónica de santa María de Guadalupe, Hispaniarum Regina, reunió a numerosos peregrinos y fieles, llenando las naves basilicales tanto como la misa pontifical del 8 de septiembre. Investidos los nuevos afiliados de la Real Asociación, ésta salió a la plaza en procesión —casi dos horas después de atravesar la puerta del Perdón, exornada con flores rojas y amarillas—, siguiendo el paso que hiciera la sagrada imagen el día 12 de octubre de 1928, recién coronada por el legado pontificio cardenal Segura Sáez en presencia del rey Alfonso XIII. Este año el desfile se cerró a las puertas de la basílica, donde se canto la Salve.

La sagrada imagen de Santa María fue coronada canónicamente el 12 de octubre de 1928. Se cumplen 87 años de aquellos días, que son los que tiene este retrato de archivo

Muchos del cortejo, con estandartes e insignias de hermandades y cofradías, habían venido de Rianjo/Rianxo (La Coruña), Úbeda (Jaén), Baena (Córdoba) y La Gomera (Santa Cruz de Tenerife), pues este año se celebraba en Guadalupe el VI Encuentro de santuarios, parroquias y cofradías dedicadas a Nuestra Señora de Guadalupe, que convocan las asociaciones de Caballeros y Damas de la Virgen. Tras recorrer las localidades de Navezuela y Berzocana, y de haber participado en la gala de los Premios Guadalupe-Hispanidad, en la celebración eucarística y desfile —en la que hicieron vistosas ofrendas florales y de productos de sus tierras—, las citadas cofradías y hermandades entregaron al santuario matriz cuadros de sus imágenes Titulares, que sin dilación han sido colocadas en la girola de la basílica para perpetua memoria.

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TAIGA

Gala y premios Al cumplirse este año el V Centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús (1515-1682), peregrina de esta Casa en 1548 como ya hemos escrito varias veces, la junta directiva que preside D. Florencio Álvarez acordó presentar las XLIII Jornadas de la Hispanidad (fundadas en 1972 bajo presidencia de D. Carlos Cordero Barroso) en Ávila el 3 de octubre, lo que se aprovechó para visitar la célebre exposición Las Edades del Hombre y la Lucido desfile de los Caballeros de Guadalupe, con séquito de las Damas, hermandades y cofradías casa natal de la monja de la Virgen de Guadalupe en de España andariega. Completó el homenaje la conferencia que el P. Mi- Juan Alfonso García, maestro de capilla de Granada recientemente fallecido. Anuncia el programa que las jornadas también están deguel Márquez Calle, placentino y prior provincial de los carmelitas descalzos dicadas a Perú y a D. Antonio del Rosario Díaz Expósito, alcalde de españoles, dictó, durante la llamada Ga- la villa (1844-1846), al que Antonio Ramiro le escribe un elogio en la de la Hispanidad, la noche del 9 de el boletín de la asociación. octubre en el auditórium mudéjar del Con notable asistencia de público, el día 10 de octubre se entremonasterio, tras el concierto que nuesgaron, en la Casa de cultura, los Premios Guadalupe-Hispanitro organista brindó en el coro monásti- dad 2015, otorgados por la junta directiva de la Real Asociación a co, ejecutando obras de Eduardo Torres tres destacados hijos de Guadalupe, con motivo del Año Santo GuaPérez (1872-1934), maestro capilla de dalupense, según se reiteró en el acto. Son D. Juan Sánchez Rodríla catedral de Sevilla, y del extremeño guez, deán de la SIC Primada; D. Aniceto Baltasar Torrejón, cirujano (una eminencia inédita en el catálogo de distinciones locales y regionales) y D. Joaquín Vázquez Alonso, empresario, benefactor y distinguido anfitrión. Cerró el brillante acto el coro de cámara Elí Hoshaná Ciudad de Lucena, con un recital de poemas de santa Teresa de Jesús a cargo del rapsoda Antonio Suárez Cabello, entreverado con piezas corales. Las Cuadragésimo terceras Jornadas de Hispanidad prosiguieron el día 11 con una visita guiada a centros del Geoparque en las Villuercas, en compañía de La Marcha ecuestre de la Hispanidad es seguida por numerosos visitantes

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plazamayor / 33 las cofradías y hermandades que ya citamos. Celebraron misa en Berzocana y veneraron las reliquias de los santos Fulgencio y Florentina, y después recalaron en Navezuelas, donde fueron saludados por su alcalde como lo habían sido por la alcaldesa de Berzocana. Marcha ecuestre Verificada sin interrupción —aunque con desigual suerte y resultados— por más de cuarenta años, la Marcha Hípica de la Hispanidad pone, desde el año 2011, un broche de colorido y fervor a los actos del 12 de octubre en Guadalupe. La creación del Honrado Concejo de los Caminos a caballo, que hoy preside D. Manuel Durán, ha sido un acierto y garantía de que la romería sea vistosa y segura. El día anterior, cerca de la medianoche, los dos últimos guardianes del Real Monasterio se han desplazado a Logrosán para celebrar la Misa de las hogueras en el recinto de las antiguas minas, acompañada de guitarra y cantes del sur, a la que se fueron sumando autoridades y vecinos de la comarca. El sábado hay concentración de jinetes en Puertollano, comida en la Dehesilla, e ingreso ordenado en la villa por el arco de las Eras, calle y

arco de Sevilla para dar a la plaza mayor, donde los ya mentados guardianes —fray Sebastián J. Ruiz Muñoz y fray Antonio Arévalo Sánchez— y el alcalde Francisco J. Muñiz Rodríguez han venido recibiendo, de 5 a 8 de la tarde (con sol y aguacero), a los grupos de jinetes peregrinos. El último trienio (2013-2015), en reciprocidad al esfuerzo y ofrenda de flores de los jinetes, el monasterio les entrega una lámina de la Virgen y la credencial de los peregrinos. No exageran los periódicos cuando calculan que este día había en Guadalupe más de 5.000 peregrinos y 900 de ellos a caballo. Al Honrado Concejo pertenecen, en orden de antigüedad, la Asociación Castillo de Montánchez, Cuerpo viejo de Caballos (CC), Asociación Hípica Placentina, Agrupación arroyana Camino de Guadalupe (Arroyo de la Luz), Amigos el Callejón, Asociación Nuestra Señora de la Soledad (Torreorgaz), Club hípico El Alazán, Asociación ecuestre Presa de Cornalvo (Mérida), Asociación Escurial, Nuestra Señora de Guadalupe del Norte de Extremadura, Asociación de Trujillo, El Relincho (Trujillanos), Campo Arañuelo de Casatejada, La Garrocha (Miajadas), Virgen del Prado (Casar de Cáceres), Amigos del Caballo (Don Benito), Virgen de la Soterraña (Madroñera), Ravinchera (Saucedilla) y Amigos del Caballo (Guareña).

Panorámica de la Marcha ecuestre a Guadalupe ante el vistoso despliegue de banderas hispánicas en la fachada del santuario

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Intervención en la capilla de santa Ana Antes de las fiestas de Nuestra Señora, el 8 de septiembre, los responsables de la empresa TEKNE Conservación y Restauración SL, de Madrid, dieron por concluida la segunda fase de los trabajos en la capilla de santa Ana. La obra, emprendida por la Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Extremadura, presidido por José Antonio Monago, fue presupuestada en 120.000 € para ser ejecutada en dos fases, último trimestre de 2014 y primer semestre del 2015. Restauradas ya las bóvedas de los dos primeros tramos, ésta ha consistido en limpiar y restaurar el lienzo central del retablo, obra del pintor cordobés Pablo de Céspedes (1538-1608), junto a los otros pequeños de la predela. También se ha limpieza el sepulcro del matrimonio Velasco-Cuadros, con los dos ángeles portantes de escudos, obras del escultor bruselense Egas Cueman, y lo más lucido de todo: la restauración de la pintura mural que guarda la capilla: friso de la cabecera del lado de la epístola y un pequeño zócalo en la parte del evangelio. Con esta intervención se completa la

restauración del presbiterio de la capilla, obra del siglo XV edificada a la entrada de la basílica, entre las dos torres de la fachada que mira a mediodía. Falta por reparar la nave, que ocupa la otra mitad del edificio, con sus nervaduras góticas y ménsulas de ángeles polícromos, así como la interesante bóveda de terceletes que da paso al interior del santuario. Sobre esto no hay nada previsto de momento, aunque está reclamando atención prioritaria.

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Congreso y Seminario Iberoamericano El pasado 26 de septiembre se clausuraron en este Real Monasterio el I Congreso y I Seminario Iberoamericano sobre Cooperación, Investigación y Discapacidad, que se vino celebrado en Badajoz, Mérida, Villanueva de la Serena y Guadalupe los días 25 y 26 de septiembre. Organizados en el marco de proyectos de cooperación que desarrolla la Universidad de Extremadura y el Instituto Iberoamericano de Investigación y Apoyo a la Discapacidad, con la financiación de la Agencia Extremeña de Cooperación de la Junta, tanto el Congreso como el Seminario suponen el principio de encuentro de representantes del Tercer Sector Social de la Discapacidad Intelectual, investigadores y expertos docentes iberoamericanos, que dará paso al Foro Iberoamericano Permanente de debate, trabajo, estudio e investigación, entre las instituciones y organizaciones de Iberoamérica. El objetivo marcado era mejorar contribución social a la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias, promoviendo el estudio, la investigación e implementación de sus derechos. Aunando esfuerzos en torno al Instituto Iberoamericano de Investigación y Apoyo a la Discapacidad Intelectual, A.C. y la Federación Iberoamericana de Síndrome de Down, que aglutina a 18 Organizaciones de 13 países, con apoyo de instituciones universitarias de los países representados. La Delegación del Instituto y FIADOWN, recibidos por los alcaldes de Mérida, Villanueva de la Serena y Guadalupe, iniciaron la jornada de Guadalupe con una comida en nuestra Hospedería, tras la cual fueron recibidos por el padre guardián, fray Antonio Arévalo Sánchez, quien se brindó gustoso a guiarles en la Visita al Real Monasterio, que concluyó en el camarín de Santa María. Hacia las 7:30 h. nuestro padre presidió la clausura de tan importante encuentro iberoamericano, agradeciendo que se hubiese elegido el Santuario para esta ocasión y augurando el éxito de trabajos tan meritorios como dignos de encomio.

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Un año de santos peregrinos El pasado mes de octubre se distribuyó a los suscriptores de la revista Guadalupe el almanaque de pared del año 2016, aunque desde agosto ya estaba a la venta en la Tienda del Real Monasterio. Esta hermosa costumbre, nacida en los años 80 del siglo XX, es un instrumento adecuado para mantener viva en las familias el recuerdo de Nuestra Señora durante el año, mientras divulgamos datos de interés de la devoción universal a santa María de Guadalupe: La Virgen de Guadalupe en el Viejo y Nuevo Mundo, Reyes de Castilla y España que han visitado el santuario, causa de que hoy sus retratos se expongan en el deambulatorio de la basílica. El año 2016 es Año Santo Guadalupense, Jubileo de la Misericordia, V Centenario de la muerte del rey Católico en una hacienda del monasterio en Madrigalejo (Cáceres) y I Centenario de la revista Guadalupe. De ahí que en el reverso de la faldilla del citado calendario presentemos la imagen y la historia de los santos que han peregrinado al célebre Santuario de Guadalupe. Aunque la lista no está completa, pues muchos están siendo beatificados, tenemos constancia de que han peregrinado a Santa María de Guadalupe: San Vicente Ferrer (1350-1419), Santa Beatriz de Silva (1437-1492), San Juan de Dios (1495-1550), San Pedro de Alcántara (1499-1562), San Juan de Ávila (1500-1569), San Francisco de Borja (1510-1572), Santa Teresa de Jesús (1515-1582), San Juan de Ribera (1532-1611), San Antonio María Claret (1807-1870), San José María Escrivá de Balaguer (1902-1975), San Juan Pablo II (1920-2005), Beato Cristóbal de santa Catalina (1638-1690), Beato Narciso de Esténaga y Echevarría (1882-1936) y otros mártires de la Gran Persecución Española.

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Exposición temporal de libros y documentos Días antes del 12 de octubre, LXXXVII Aniversario de la Coronación Canónica de la Virgen y fiesta de la Hispanidad, la Comunidad franciscana abrió la primera exposición temporal del Año Santo, dedicada a mostrar y propagar las relaciones de la Casa de Guadalupe con el Descubrimiento y la Evangelización del Nuevo Mundo. Bajo el título Hispaniarum Regina, en el magnífico espacio de la sala capitular, de trazas góticas y pinturas murales de estilo isabelino, se contemplan imágenes (pintura y grabado), documentos y libros de los fondos del Archivo y Biblioteca del Real Monasterio. Aunque las visitas a la exposición fueron reguladas con criterio de los guías del monumento, la muestra merecía la consideración del respetable, ya que son pocos los que han visto alguna vez el I Libro de Bautismo (1496) con el asiento de la partida de los dos criados de Colón; el I Códice de los Milagros donde se testimonia el traslado del topónimo Guadalupe a la isla Turuqueira (Antillas Menores) efectuado por Colón en su segundo viaje a las Indias (1493); dos Libros de fundaciones, capellanías, memorias de misas, lámparas y bienhechores (1767); el Libro de las alhajas de la Virgen, acuarelas de fray Cosme de Barcelona (1778-1783) o el rarísimo códice titulado Arte de la lengua Bisaya Hiliguyna de la Isla de Panay (Filipinas), obra del misionero agustino fray Alonso de Méntrida (+1570). Aún más raros son los tesoros de la serie documental:

El mapa de un poblado indiano; una anónima Relación del descubrimiento del mar del Sur por Vasco Núñez de Balboa (1514) o la Relación de la herencia de Vasco Hernández, indiano portugués, a favor del monasterio de Guadalupe (Alcántara 1527); una Relación autógrafa del viaje que fray Pedro del Puerto, monje jerónimo, hizo a las Indias (1612-1623) para tratar asuntos de nuestro monasterio; la Escritura de fundación de la capilla de Guadalupe en la ciudad de los Reyes (Lima) el años 1600; interesante Carta de cuenta sobre la manda forzosa de santa María de Guadalupe en el arzobispado de México (1785), además del Inventario General de todas las posesiones de la Cofradía de Nuestra Señora de Guadalupe (Guápulo 1869). Entre los libros impresos de la exposición americanista destacó la edición príncipe de la Glosa latina de Gregorio López a la ley VII, título XXIII, partida II del rey Alfonso X, referida la buen trato debido a los Indios y a su libertad, como don preciado y valioso (1555); la crónica y los grabados de Origine Seraphicae Religionis Franciscanae (Roma 1587), escrita por fray Francisco Gonzaga, ofm, o el curioso y artístico libro Theatro del mundo y del tiempo, escrito por Juan Pablo Gallucio, traducido del latín al castellano por Miguel Pérez, capellán del la real capilla de Granada (Granada 1606); la crónica Monarchia Indiana (Con el origen y guerras de los Indios Occidentales, de sus poblados, descubrimientos, conquistas, conversión y otras cosas maravillosas (Madrid 1723), del franciscano fray Juan de Torquemada, y las cuatro historias clásica del monasterio, publicadas por Talavera (Toledo 1579), Montalvo (Lisboa 1631), Malagón (Salamanca 1672, facsímil) y san José o Campanario (Madrid 1743).

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Crónica de la Puebla Antonio Ramiro Chico Si el año 2015 comenzaba con un manto de nieve sobre las sierras de Guadalupe, la media anual de la temperatura, al igual que ha pasado en el resto de la península, ha sido una elevación de la media en cada una de las estaciones, especialmente durante el otoño, pues desde 1989 no se registraba un otoño tan seco, con un mes de noviembre tan poco lluvioso, solamente el día 2 cayeron varios litros de agua. De la misma forma, durante el mes de diciembre la temperatura media de España ha sido alta (2º C. supera el valor normal), por lo que el invierno también está siendo anómalo, aunque los frentes han conseguido entrar por el Oeste y dejar el preciado liquido en nuestros campos, que han reverdecido, adelantándose la floración de ciertas plantas y árboles. Protección civil La Puebla y Villa cuenta ya con su propia Agrupación de Voluntarios de Protección Civil, creada por el pleno del Ayuntamiento, según recoge el punto cuarto del Acta de 17 de septiembre de 2015, a la que de momento se la ha dotado de seguro y vestuario. De esta forma, Guadalupe contará con ellos en los grandes eventos, emergencias y organizaciones en los que se requiera la protección de este cuerpo, encaminados a la prevención de situaciones de grave riesgo, catástrofes o calamidades públicas, protección o socorro de las personas y los bienes. Por lo que desde estas páginas queremos darles la bienvenida y agradecerle su trabajo desinteresado hacia los demás, al mismo tiempo que solicitamos al Excelentísimo Ayunta-

miento se les dotes de todos aquellos elementos necesarios para llevar a cabo su programa de actuación. Día del Mayor Guadalupe celebró durante los días 1, 2 y 4 de octubre la Fiesta del Mayor, organizada por el Ayuntamiento. El acto inaugural tuvo lugar en el Centro Cultural, a cargo de los concejales Clara Isabel Rodríguez Arévalo y José Miguel Martín Ramiro, quienes destacaron el papel tan importante que este colectivo tiene en la sociedad actual, nombrando Mayores de 2015 al matrimonio formado por Francisco Poderoso Lozano, de 92 años y Francisca Bautista Quiroga, de 90 años, quienes llevan 65 años casados. Enhorabuena, y que la Virgen de Guadalupe siga bendiciendo esa unión matrimonial. Además de celebrar solemne Eucaristía, que presidió fray Manuel Tahoces, párroco de Guadalupe, hubo también charlas, talleres, torneo de cartas y degustación de dulces con refrescos. Fiesta de la Hispanidad Declarada Fiesta de Interés Turístico de Extremadura con base suficiente para ser declarada de interés nacional, ha supuesto un año más el reconocimiento de la devoción universal de Santa María de Guadalupe, como Reina de las Españas o de la Hispanidad, cuyos actos se iniciaron el día 3 de octubre en Ávila con la presentación de las Jornadas de Hispanidad, para proseguir en Guadalupe, durante los días 9, 10, 11 y 12 de octubre, tal como se recoge en otra sección de este mismo número.

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San Francisco Desde la llegada de la Comunidad Franciscana en 1908, Guadalupe viene celebrando la fiesta del Poverello de Asís, fundador de los Orden de Frailes Menores, el 4 de octubre. La Comunidad Franciscana y la Orden Tercera, como es costumbre, celebraron solemne novenario vespertino y procesión claustral, mientras que los vecinos del barrio de san Francisco organizaron su propia fiesta, con Eucaristía y verbena popular el día 2 de octubre, en la que se puso de manifiesto la verdadera fraternidad de sus vecinos que hicieron extensible a todos los guadalupenses. Geodisea Del 16 de octubre al 1 de noviembre la Consejería de Economía e Infraestructura de la Junta de Extremadura organizó Geodisea, un viaje por la historia de la tierra con el fin de promocionar el Geoparque Villuercas-Ibores-Jara, con un nutrido programa de geoventuras, geosabores y geocultura desarrollado en las distintas localidades de la comarca (http: // tiny.cc/geocultura). Nuevo libro El pasado 28 de octubre, la Excelentísima Diputación de Badajoz presentó en el Parador Nacional Zurbarán de Guadalupe la obra: Guadalupe, sentimiento y conciencia, editada por ella, bajo la dirección de su mentor, Francisco Muñoz Ramírez, responsable del Área de Cultura de la Diputación y ex-consejero de Cul-


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tura de la Junta. La obra ha sido impresa en Indugrafic digital en cuidada y esmerada presentación en sus 152 páginas, ilustrada con fotografías de Guadalupe en blanco y negro, firmadas por Boni Sánchez. Como muy bien recoge su título, la obra muestra los distintos prismas de la realidad que trasmite Guadalupe, como lugar de encuentro, centro espiritual de primer orden y foco permanente de cultura, en las voces de 19 personalidades de la cultura extremeña: Miguel Ángel Gallardo Miranda, Gonzalo Hidalgo Boyal, Álvaro Valverde, Luis Ángel Ruiz de Gopegui, Manuel Martínez Mediero, Irene Sánchez Carrón, Luis Pastor, Juan Margallo, Juan Gil, Alonso Guerrero, Miguel Murillo Gómez, Eugenio Fuentes, Antonio Ventura, Teresiano Rodríguez Núñez, Pilar Galán Rodríguez, Fray Guillermo Cerrato Chamizo, Fray Francisco de Asís Oterino Villasante, Juan Carlos Rodríguez Ibarra y Francisco Muñoz Ramírez. En el acto literario de presentación intervinieron el Alcalde de Guadalupe, Felipe Sánchez Barba, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, Fray Guillermo Cerrato, Irene Sánchez y Francisco Muñoz, quienes dejaron muestra de esa riqueza sentimental, espiritual y cultural que encierra siempre Guadalupe.

Troyanas Gracias a la Red de Teatro Amateur de la Federación de Asociaciones de Teatro de Extremadura, a la Universidad Popular “Gregorio López” de Guadalupe, bajo el patrocinio de la Junta de Extremadura y del Ayuntamiento de Guadalupe, el día 8 de noviembre, se representó en el auditorio de la Casa de Cultura la obra grecolatina: Las Troyanas, tragedia del griego Eurípides, que narra la guerra que sufrió la ciudad de Troya por los atenienses, donde solo sobrevivieron un grupo de mujeres, las troyanas, cuya demostración es la pérdida de confianza y la fatalidad que no perdona ni siquiera a los vencedores.

Castañas y aceitunas La producción de castañas, según nos ha informado la Cooperativa del Campo Unión Olivarera de Guadalupe, del pasado año 2015 fue de 281.369 kg, algo superior a la del año anterior que rondó los doscientos cincuenta mil kilos, lo que no tuvo correspondencia similar fue el precio, que se desplomó y de los dos euros del año anterior se pasó a 0’60 € el kilo, según los expertos provocado por la saturación del mercado, la climatología, unido al cierre de una de las empresas importadoras más fuerte de Italia. Todo ello, provocó el colapso total del mercado, sufriendo los

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productores las consecuencias directas de un producto tan delicado como es el fruto de la castaña. Por el contrario, la producción de aceitunas se ha disparado consiguiendo records de producción, que según Juan José Rovira López, llegaremos seguramente a alcanzar la cifra de 1.800.000 kg, ya que todavía sigue la campaña de recolección y parece, según las estimaciones, que el aceite puede también elevar su precio de coste, lo que supondría recuperar parte del poder adquisitivo de los productores. Patrimonio UNESCO La revalidación de nuestro Geoparque Villuercas-Ibores-Jara mediante la carta verde, otorgada el día 3 de septiembre en la XIII Conferencia de Geoparques Europeos, no ha podido tener un mayor reconocimiento por parte de la propia UNESCO que le ha declarado Geoparque mundial, desde el 17 de noviembre de 2015, por lo que Guadalupe cuenta ya con dos patrimonios UNESCOS: Su Real Monasterio (1993) y ahora su Puebla y Villa (2015). Dicha declaración fue conmemorada el día 2 de diciembre, en la Casa de Cultura de Guadalupe, en la que participaron las autoridades locales, comarcales y regionales. A este acto se unieron, el día 5 de diciembre, Enrique Cordero y Joaqui Baltasar, ofreciendo un interesante concierto con los sonidos de una serie de utensilios tradicionales de los pueblos del Geoparque al que prestaron sus maravillosas voces, interpretando parte del folklore de esta comarca.


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Inmaculada Concepción La festividad de la Inmaculada Concepción de María goza de una honda tradición en Guadalupe y como otros años se ha celebrado con solemne novenario vespertino, organizado por la Comunidad Franciscana. También se celebró el Rosario de la Luz, que estaba previsto realizarle desde la calle de la Corredera, pero por motivos climatológicos se celebró por la Basílica y el Claustro Mudéjar, llevando en procesión la imagen de la Inmaculada Concepción de las Hijas de María. Culminó esta solemnidad con la Eucaristía del día 8 de diciembre, que presidió fray Antonio Arévalo Sánchez, guardián del Real Monasterio y la procesión de la Inmaculada. Por la tarde, las Asociaciones de Caballeros y Damas ofrecieron a Nuestra Señora una Guardia de Honor, recuperando así esta vieja costumbre que cada 12 de mes celebran los Caballeros ante la imagen de Santa María de Guadalupe. Navidad Aunque en Guadalupe siempre es Navidad, desde que la Madre de Dios eligió este lugar a finales del siglo XIII como “pesebre”, donde mostrar al mundo la obra salvífica de Dios, los hijos del Poverello de Asís, inician cada año esta fiesta montando el belén, que este año fray Javier de Córdoba ha colocado en el transepto sobre la nave de san Pedro, debido a la reciente restauración de la capilla de Santa Ana. Por parte del Ayuntamiento también se ha elaborado una amplia programación con talleres, festival navideño para los alumnos del Colegio Reyes Católicos, certámenes de villancicos y música tradicional guadalupense, en el que han participado las distintas agrupaciones musicales y colectivos de la puebla, belén viviente en la calle Nueva de los Capellanes, torneo solidario de fútbol, bajo el lema: “Mete un gol con tu kilo de alimento”, marcha ciclo turística solidaria por el club ciclista Los Abubillos, espectáculo infantil “imagí-

Ciudadanos de Madrigalejo con su alcalde, Sergio Rey, en la presentación del programa del V Centenario

natelo”, recogidas de cartas por el paje real para finalizar con la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente, en la tarde noche del 5 de enero, donde sus majestades dejaron un presente a los más pequeños de Guadalupe. También la Coral Santa María, ofreció en la Basílica, el día 26 de diciembre, su tradicional concierto de Navidad, a pesar de tener mermadas sus voces, bajo la dirección de su director Tomás Sánchez, ejecutando un amplio repertorio navideño. Misa matutina Desde primeros de año, la Comunidad Franciscana, que rige y custodia el Santuario de Guadalupe, ha decido suprimir la misa matutina de las nueve de la mañana, por la poca afluencia de feligreses que acudían a este servicio religioso. No obstante, la Basílica sigue abriéndose todos los días a las ocho y media de la mañana para aquellas personas que tenga necesidad de acudir a visitar y rezar a Santa María de Guadalupe. V Centenario Fernando el Católico El día 23 de enero de 2016 se cumplió el V Centenario de la muerte de Fernando el Católico, que como todos sabemos tuvo lugar en la localidad extremeña de Madrigalejo, en la Casa de Santa María de Guadalupe (propiedad del Santuario extremeño), camino de Guadalupe, donde pensaba reunirse con la embajada de su nieto Carlos y celebrar Ca-

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pítulo de la Orden de Calatrava. El Ayuntamiento de Madrigalejo lo celebró con un acto institucional al que asistió invitado el guardián del Real Monasterio. Por ese motivo, los patrocinadores del Congreso Nacional de Historia lo iniciaron en Guadalupe, el día 21 de enero, en el Parador Nacional, con las siguientes ponencias de los historiadores de la Universidad de Extremadura: “La Extremadura en la que vino a morir”, a cargo de Alfonso Rodríguez Grajera; “Fernando El Católico: Extremadura y la Mesta”, por Miguel Ángel Melón Jiménez y “La guerra del rey Fernando”, pronunciada por Francisco García Fitz. Por la tarde, los participantes de dichas jornadas visitaron el Real Monasterio, lugar que el propio rey recorrió hace cinco siglos varias veces. Esta localidad de Madrigalejo, con su Alcalde a la cabeza, Sergio Rey, ha conseguido que el V Centenario de la muerte de Fernando el Católico sea declarado acontecimiento de especial interés público tal como lo recogen los Presupuestos Generales del Estado correspondientes a 2016, bajo el lema: “Aquí murió el rey y nació España”, pues es necesario recordar que allí, el día 22 de enero de 1516, Fernando firmó su último testamento, confirmando la unión de los reinos y dando así paso a la España moderna. El citado alcalde se ha reunido en Guadalupe con el padre guardián para acordar actividades conjuntas en torno a la figura del rey católico.



Invernar en el Mato

Gabriel Sรกnchez Olmeda [Guadalupe, 1968]


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