CAMINATA EN BUCARAMANGA POR LOS CERROS ORIENTALES
CAMINO DE LAS FLORES
Una mañana de cielo blanco y dulce brisa, nos adornó el cielo, reunidos en Los Pinos, con todo el ánimo y el morral a cuestas, encaramos los empinados escalones para subir hasta el CAI de Morrorico, s.u.b.i.é.n.d.o.l.o.s… son una eternidad, ya arriba, al mirar hacia abajo, riéndonos, ¡no son tantos!. Luego vienen más escalones, ascensos por la carretera y un camino de tierra, hasta llegar a la caseta, los refrescos para la sed, y el espíritu encendido para continuar. Una larga travesía, y llegamos a otro hermoso camino por entre montes y cafetales, ahora subimos un poco, luego descendemos y atravesamos un bello y fresco bosque húmedo, para salir por último a la carretera por el cultivo de duraznos, los mismos que los derrumbes provocados por las lluvias día a día están arrastrando montaña abajo. Se llega luego al Alto de los Padres, el jugo de durazno, los dulces y conservas con esta deliciosa fruta, encantan a todos los caminantes y feligreses que acuden las mañanas de domingo a la celebración religiosa. También se puede disfrutar allí de exquisitos platos típicos y una muy amable atención de parte de los propietarios del restaurante. Ahora es momento de iniciar el descenso, esta vez lo haremos por la vía a la capilla del padre Ojeda, un encriptado y luminoso refugio espiritual, que invita a la reflexión. Una carretera nos lleva hasta Buenavista, otro asentamiento de población en las escarpas orientales que sufre los rigores del invierno, allí en el kilómetro cinco, almorzamos, nos reímos y seguimos descendiendo por los hermosos cacaotales, luego otro tramo de bosque y salimos de nuevo al trajinar de carros, motos y gente de nuestra Bucaramanga, por la espalda del colegio de La Presentación. El camino siempre adornado por jardines, balcones y el maravilloso regalo de las coloridas y perfumadas flores silvestres. Unas seis horas invertimos en esta caminata, en que la brisa fresca y los buenos amigos fueron la mejor compañía.