La Panera, número 50

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La Panera Periódico mensual de Arte y Cultura

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junio 2014

50 Distribución gratuita

Mapplethorpe y las infinitas posibilidades del cuerpo

Las mil

máscaras de

Sigmar Polke

«Giselle»

patricio melo

o la magia de Iván Nagy


Gracia Barrios

Patricia Israel

Pedro Lira

Valenzuela Puelma

Valenzuela Llanos

Pedro Luna

Arturo Gordon

Eugenio Téllez

Benito Rebolledo

Ernesto Molina

Bci te invita a vivir la experiencia del arte y la historia de Chile La “Colección Privada de Artistas” es parte de nuestro patrimonio cultural y es un reflejo del espíritu de quienes retrataron a nuestro país en diferentes épocas. La muestra es exhibida en el Edificio Corporativo. (El Golf 125, Las Condes).

C a l e n d a r i o v i s i ta s g u i a d a s jun. 12

jul. 10

ago. 21

sep. 25

oct. 16

nov. 13

Días jueves, desde las 18:30 hrs.

dic. 11

Visitas guiadas gratuitas, previa inscripción llamando al 23422234 o al email confirmacionesbci@ampproducciones.cl

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La Panera 8

Artes Visuales Sebastián Preece indaga cómo el habitar determina el espacio

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Tres manuscritos abren a Chile las puertas de la Edad Media

Cine

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«La gran belleza», un estridente fresco de la Roma actual

Cómic Muñoz y Sampayo, la novela gráfica sin límites 22 Música María Perlita vuelve para refundar su historia musical 30 Literatura Las interpretaciones en el arte: mucho trabajo, poca diversión 32 34

Los espectros familiares de Nicolás Poblete

36

Mariana Enríquez inaugura el género del horror

38

Ciencia y Mitología, sorprendente sincronía

Gestión Cultural

40

Es la hora del Emprendedor Todoterreno

Gastronomía El concurso que premia a la única mermelada inglesa 42

8. Cincuenta y ocho son las puertas que Sebastián Preece escogió en la ex cárcel de Rancagua para montar la muestra que estará en la Galería Patricia Ready entre el 19 de junio y el 01 de agosto.

Periódico mensual de arte y cultura editado por la corporación cultural arte+

lapanera@galeriapready.cl

Presidenta Patricia Ready Kattan Directora General Susana Ponce de León González Directora de la sección Artes Visuales Patricia Ready Kattan Editora Jefa Susana Ponce de León González Coordinadora Periodística Pilar Entrala Vergara Dirección de arte Rosario Briones Rojas Diseño Rosario Briones Rojas Asistentes de diseño Simoné Malacchini y Bernardita Espinoza Colaboradores Carolina Andonie - Jessica Atal - Sandra Accatino - Pilar Entrala - Evelyn Erlij César Gabler - Violeta Güiraldes - María Teresa Herreros - Victoria Jiménez - Carmen Gloria Larenas Miguel Laborde - Pamela Marfil - Catalina Mena - Andrés Nazarala - Edison Otero - Nicolás Poblete Paola Pino - Juan Carlos Ramírez - Juan José Santos - David Vera-Meiggs - Antonio Voland Ilustradores Alejandra Acosta - Alfredo Cáceres Corporación Cultural Arte+ Espoz 3125, Vitacura, Santiago de Chile. Fono +(562) 2953-6210 Representante Legal Rodrigo Palacios Fitz-Henry Imprenta Gráfica Andes Servicios Informativos Agence France-Presse (AFP)

www.pefc.org

Columna de Miguel Laborde Los dos Chile que todavía no pueden encontrarse

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Cultura de Vida

Columna de Edison Otero

47

La valiosa tarea de tener un millón de amigos

Vulcanólogos vs los guardianes de los cráteres

Agendas Nacional e internacional 48

LA PANERA se distribuye en todo Chile y, con el Patrocinio de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores (Dirac), se hace presente en varios puntos del extranjero (embajadas, agregadurías culturales, consulados y otros). A través de la empresa HBbooks llega a las bibliotecas de las universidades de Harvard, Stanford, Texas (Austin), Minnesota y Toronto, y del Ibero-Amerikanisches Institut (Berlín). Además, la Biblioteca Kandinsky del Centro Pompidou de París la ha incorporado a su catálogo oficial. Y también está disponible en las bibliotecas de la National Gallery de Londres, de los museos Tamayo de México, ThyssenBornemisza y Reina Sofía de Madrid, y de la Internationella Biblioteket de Estocolmo. Premio Nacional de Revistas MAGs 2013, categoría Mejor Reportaje de arte, entretenimiento, gastronomía, tiempo libre, espectáculos; y Premio Nacional de Revistas MAGs 2012, categoría Mejor Reportaje de turismo, viajes y fomento a la cultura chilena, otorgados por la Asociación Nacional de la Prensa. 20 mil ejemplares de distribución gratuita. Vea la versión digital de La Panera en www.galeriapready.cl www.lapanera.miracultura.cl dirac.minrel.gov.cl Contacto para auspicios y suscripciones: Roxana Varas Mora rvaras@lapanera.cl

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Proyecto acogido a la ley de donaciones culturales Nº18.985

Las opiniones vertidas en esta edición son de exclusiva responsabilidad de quien las emite.


Fotografía

Poniendo orden a

la locura El Grand Palais y el Museo Rodin de París dedican dos exposiciones a Robert Mapplethorpe, el fotógrafo que experimentó con el cuerpo hasta encontrar la perfección. Una retrospectiva y un diálogo con las esculturas de Rodin imponen el reto de ver más allá de lo obvio y obligan a recordar la guerra por la sexualidad desatada en los años 70 y 80. Por Evelyn Erlij

Desde París

E

n palabras de Jaume Vidal, uno de los historiadores del arte más reputados de España, montar una exposición es crear un relato con imágenes que, en otro orden, podrían contar otra historia, tal como ocurre en el tarot. Las dos “narraciones” que proponen las muestras sobre Robert Mapplethorpe (Nueva York, 1946-Boston, 1989) en el Grand Palais y en el Museo Rodin, en París, son un ejemplo perfecto: los críticos han aplastado la primera y han alabado la segunda, casi como si se tratara de artistas diferentes. Una es una retrospectiva que recorre los tópicos abarcados por el fotógrafo estadounidense a lo largo de su carrera; la otra es un diálogo entre sus fotografías y las famosas esculturas de Rodin. Sobre la exposición del Grand Palais se ha dicho que exhibe la caducidad de su obra, o cuán pasada de moda está hoy su estética homoerótica alguna vez transgresora. Es una lectura posible: dos de sus grandes obsesiones eran la anatomía masculina y el sexo, por lo que hacer una muestra temática implica poner, en gran medida, el foco en ambos conceptos. El riesgo es alto, y se comprueba al oír a visitantes cuestionándose el límite entre el arte y la pornografía. Es fácil que la atención se desvíe hacia lo obvio: cuando se ve una sección de imágenes de desnudos y luego otra de flores, se entiende el gusto del artista por estetizar la realidad, pero el peligro es quedarse ahí y no ir más allá. Al contraponer a Mapplethorpe con Rodin, por el contrario, se entiende perfectamente por qué el fotógrafo es digno de estar

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en ese altar legitimador del arte que hoy son los grandes museos del mundo. Ambos son creadores aparentemente opuestos, pero los dos exploraron, casi con una ambición científica, las posibilidades infinitas de la anatomía humana; las posturas, los ángulos, las perspectivas, las texturas que se descubren en ella. Ambos concibieron el cuerpo como un laboratorio en el que experimentaron, en el que ejecutaron una búsqueda plástica y estética que, en el caso de Mapplethorpe, lo convierte en un escultor de formas a partir de la luz capturada por el lente de su cámara. Eso se hace evidente cuando en el Museo Rodin se opone una fotografía de una orquídea («Orchid», 1985) con «Iris, mensajera de los dioses» (1891-93), una escultura de una mujer que, abriendo sus piernas, toma uno de sus pies con la mano y crea una postura casi mimética con la flor. “Cuando he exhibido fotografías, he tratado de yuxtaponer una flor, luego una imagen de un pene, luego un retrato, de manera que se pueda ver que se trata de lo mismo”, explicaba el fotógrafo. Y con “lo mismo” se refería a que todo en la naturaleza es forma y textura dispuesta a ser capturada por medio del arte. “Si hubiese nacido doscientos o cien años atrás, habría sido un escultor, pero la fotografía es una manera muy rápida de observar, de hacer esculturas”, decía Mapplethorpe. Sus estudios fotográficos de la anatomía humana son citas evidentes a Miguel Ángel, tanto por su afán de glorificar la belleza clásica con modelos de contextura musculosa y fornida, como por la solemnidad de las poses de sus adonis, afroamericanos en su mayoría. Nadie como él rescató la belleza negra en un mundo del arte dominado por el canon de la piel blanca.


El que una de sus musas fuera la físicoculturista Lisa Lyon se debe a que la perfección para Mapplethorpe estaba en las curvas sinuosas que crean los músculos trabajados, músculos que modelan la carne como Rodin modelaba su yeso. La obra «El hombre que camina» (1907), del escultor francés, y la fotografía «Michael Reed» (1987), ambas contrapuestas, son dos experimentos asombrosamente similares en cuanto a forma y a postura, y aunque están hechas con 80 años de diferencia, las dos revelan la misma obsesión: el cuerpo humano como medio no es sólo la geometría de expresión del arte. de sus fotografías de La serie fotográfica «Thomas» (1987), en naturaleza muerta o de la que un modelo descuerpos desnudos, también es nudo al interior de un el testimonio de una época cilindro posa sus manos y pies contra los en que el sexo fue el arma muros circulares, elonque combatió la moral y el gando sus extremidades al máximo de su puritanismo de la sociedad. capacidad, exhibe un cuerpo en tensión con el espacio, un cuerpo que lucha por desplegar su fuerza contenida. Ese era uno de los experimentos predilectos de Mapplethorpe: hacer juegos a partir del encuadre, encerrar en primeros planos torsos, espaldas, nalgas y entrepiernas en los que luces y sombras delinean las formas. Desfigurar la anatomía en ángulos irreconocibles es, también, otra de sus pasiones. LA REVOLUCIÓN DEL CUERPO

Robert Mapplethorpe «Autorretrato» (1988) 61 x 50,8 cm Collection particulière © Robert Mapplethorpe Foundation. Used by permission.

Mapplethorpe no es sólo la geometría perfecta de sus fotografías de naturaleza muerta o de cuerpos desnudos, también es el testimonio de una época en que, en Estados Unidos, el sexo fue el arma que combatió la moral y el puritanismo de la sociedad. De aquí que se dedique una sala especial a este tema en la muestra del Grand Palais, cuyo corpus -de apenas una decena de obras- está compuesto por algunas de sus fotografías sexuales más “hardcore”, más crudas; imágenes que a ratos parecen escapar a la búsqueda artística y transgreden los límites de la representación, pues no hay sugerencias ni insinuaciones: el sexo está ahí, explícito, estetizado y jamás disimulado. La Panera I 5


Fotografía

Sólo pueden entrar a esa pequeña habitación, separada por una cortina negra, mayores de 18 años. Muchos visitantes se escandalizan ante las fotografías, varias de ellas cargadas de cuero, poses y elementos sadomasoquistas en las que muchas veces el propio Mapplethorpe se pone en escena. No obstante, más allá del morbo o del culto del fotógrafo por el sexo, estas imágenes reflejan el cambio radical de mentalidad del ser humano hacia su cuerpo y sexualidad durante los años 70 y 80, una revuelta sociocultural que terminó por arrasar todo límite moral antes impuesto. No es extraño que para referirse a esta época se hable de una “guerra cultural” que polarizó a la sociedad estadounidense entre el cristianismo recalcitrante y el libertinaje desatado. Mapplethorpe mismo sucumbió en esa contienda al morir de Sida a los 42 años, en 1989, en los días en que la epidemia aniquiló a casi toda una generación. Es una lectura necesaria de hacer durante la exposición, pues el testimonio era una meta de su obra: “Trato de registrar el momento en el que vivo, el que resulta ser Nueva York. Trato de captar esta locura y ponerle un poco de orden”, dijo en pleno auge de la liberación sexual. Ese orden está puesto en poses estudiadas, movimientos milimétricos y encuadres matemáticos que buscan en todo momento la perfección de las formas, en sacrificio de la naturalidad y de la espontaneidad, algo que reclaman los críticos al hablar de una estética “artificial y envejecida”. Pero si de envejecer 6 I La Panera

Robert Mapplethorpe «Thomas» (1987) 61 x 50,8 cm. New York, Fondation Robert Mapplethorpe © Robert Mapplethorpe Foundation. Used by permission.

Robert Mapplethorpe (1946-1989), «Gaza blanca», 1984. MAP 1330 © 2014 Robert Mapplethorpe Foundation, Inc. All rights reserved. Auguste Rodin (1840-1917), «Torso de la edad de bronze drapeado», hacia 1895. 78 x 49,5 x 31 cm. S. 3179 © Paris, musée Rodin, ph. C. Baraja


Robert Mapplethorpe «Patti Smith» (1978) 50,8 x 40,6 cm. New York, Fondation Robert Mapplethorpe © Robert Mapplethorpe Foundation. Used by permission.

Robert Mapplethorpe (1946-1989) «Orquídea»,1985. MAP 1579 © 2014 Robert Mapplethorpe Foundation, Inc. All rights reserved Auguste Rodin (1840-1917) «Iris, mensajera de los dioses», hacia 1891-1893. 40,3 x 41 x 19,1 cm, Paris, musée Rodin, S. 6629 © Paris, musée Rodin, ph. C. Baraja

se trata, más interesante es ver cómo la vida desenfrenada ajó el rostro de Mapplethorpe, egocéntrico cultor de autorretratos. La exposición del Grand Palais abre con «Self-Portrait» (1988), una fotografía profética en la que el artista sostiene un bastón con empuñadura de calavera y en la que su cuerpo, vestido de negro, desaparece en un fondo igualmente oscuro. Su cara está despojada de la fuerza de sus otros autorretratos, sólo queda una piel envejecida a los cuarenta y un años y un rictus de miedo frente a un futuro que no llegará. Imposible pasar por alto las fotografías de la cantante Patti Smith, su compañera de vida, a quien retrató infinidad de veces. Fue él quien tomó la imagen que quedó inmortalizada en la carátula de su disco «Horses» (1975), en el que sus rasgos andróginos re-

saltan aún más al posar con un traje de corte masculino. Mapplethorpe amaba la ambigüedad y eso se refleja también en las imágenes donde aparece travestido: como fotógrafo y como ser humano, quiso transgredir todos los límites del cuerpo, límites de género y límites físicos, como se descubre en sus fotografías sadomasoquistas. Más allá de las interpretaciones superficiales o morbosas de su obra, lo esencial en Mapplethorpe es haber creado un lenguaje y un estilo reconocibles a partir de la anatomía humana, como también una estética queer y homoerótica, cuyo único antecedente había sido Andy Warhol y que, años más tarde, recogerían otros artistas, como los franceses Pierre et Gilles. Sus estudios fotográficos minuciosos de la fisonomía humana recuerdan -de manera lejana, eso sí- las disecciones de cadáveres que hacían los maestros del arte para entender el funcionamiento del cuerpo, sus formas y movimientos. Es cierto que hay más “teoría” en la exposición del Museo Rodin, es cierto que hay más fundamento para entender por qué esto es arte y no es mera pornografía. Pero no por eso la retrospectiva del Grand Palais es menos valiosa. Los hechos son evidentes: no es azar que París dedique dos de sus grandes museos a la obra del mismo artista. He aquí una lectura posible de la “historia” que narran ambas muestras en torno a Mapplethorpe, una historia que muchos críticos, cegados por la bruma de la moral, no quisieron leer.

“Hay un cierto placer en la locura que sólo el loco conoce”, Pablo Neruda (1904-1973), Premio Nobel de Literatura 1971.

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Artes Visuales

Testimonios del hábitat humano En el universo de Sebastián Preece el refugio de un ermitaño, por ejemplo, no es más que otra manera de habitar el espacio. Una suma de metros cuadrados en los que su morador irá dejando huellas. Vestigios que más tarde él tomará, deconstruirá y luego instalará en otro espacio. Una suerte de arqueología con la que ha armado una contundente obra que ha expuesto en varias bienales, incluida Venecia, y que esta vez tiene como objeto de estudio las puertas de la ex cárcel de Rancagua. Por Paola Pino A.

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n 2012, Sebastián Preece supo que la ex cárcel de Rancagua iba a ser demolida. Con la misma pregunta en torno a la cual ha organizado un potente cuerpo de obra en su cabeza, caminó por corredores y patios vacíos. Sin detenerse en ningún lugar en particular se preguntó “cómo el habitar determina el espacio”. Eso hasta que se topó con la primera celda, siguió con la segunda y así hasta enterar 58. Al recorrerlas obtuvo una vaga noción de lo que había sucedido en su interior, estaban las huellas de las literas y el humo de los fogones, también algunos rayados, pero –desde su perspectiva– donde realmente se concentraba el testimonio de ese habitar era en las puertas de esos calabozos. 58 estructuras de madera, revestidas en metal y zinc, oxidadas, numeradas y pintadas, que definieron por años el límite entre el encierro y la libertad para cientos de hombres. Verdaderas bitácoras que contuvieron golpes y patadas, y sirvieron de soporte para afiches, rayados y para los deseos de sus habitantes. Ninguna igual a la otra. Cargadas de historia, pero también del simbolismo que implica traspasar un umbral. Ellas fueron el hallazgo sobre el cual Preece estructuró la muestra que, entre el 19 de junio y el 01 de agosto, estará en la Galería Patricia Ready. Conseguir las puertas le tomó un par de años de burocracia. Un intertanto en el que se deterioraron aún más, pero, a cambio, adquirieron una estética que potenció su carácter de objetos únicos. Con ellas, el artista ha creado una suerte de laberinto para la sala principal de la Galería con la idea de hacer un muestrario, tensionar colores, jugar con el 8 I La Panera

exterior y con el interior, con los conceptos de custodia y archivo y oponerlos a la desesperanza: “Quise presentarlos como una serie de seres desplegados al interior de la galería”. Quiso ocupar sólo la mitad del espacio de la sala para establecer una tensión entre el vacío y el encierro que excede por lejos la recreación del pasadizo carcelario. En esta creación hay más de traspasar el umbral que de reproducir la historia de la cárcel, un tema que el artista obvió a propósito con el único objetivo de ahondar en su reflexión por la habitabilidad del espacio. EL MÉTODO

Sebastián Preece opera como arquéologo. Usa el método, excava y encuentra. Con la gran salvedad de que su trabajo no profundiza en la historia particular del hallazgo. La intervención del espacio, en especial de aquellos lugares que alguna vez estuvieron o están habitados, es sólo el inicio de su obra. De hecho, su última exposición, «Housing in Amplitude», que acaba de desmontar en el MAC, se estructuró en varias etapas en las que reflexionó sobre cómo habita el ser humano de la región más austral del mundo. Para ello vivió en Aysén durante más de dos años, tiempo en el que se unió al artista alemán Olaf Holzapfel y trabajó con los materiales y técnicas propias del lugar. Pero también recogió un sinnúmero de objetos que le permitieron entender el paisaje y cómo las formas de vida patagónicas afectan el entorno. Estas largas residencias que anteceden a la gran mayoría de sus creaciones tienen


dadas sus cosas personales, pero no me interesaba exponerlas, lo que hice en cambio fue mostrar la casa y sus huellas. Aquí es lo mismo, quiero decir, la cárcel es una posibilidad, existe, pero no ‘aquí estuvo tal y cual persona’, esa es una información que voy manejando muy sutilmente”. “Hace rato que vengo trabajando con la arquitectura, el hospital, el museo, el refugio, siempre buscando esos rincones ocultos que no están habitados, pero este último año he empezado a meterme en aquellos lugares que, por el contrario, han estado súper habitados, como estas puertas que registran las huellas de quienes vivieron ahí. Aun cuando podría haber sido cualquiera”. –Se podría decir que uno de los grandes temas de su trabajo es la precariedad “Al final sí, pero más que nada me interesan los lugares en los que puedo entrar, aquellos espacios deshabitados donde las huellas van quedando, a diferencia de una casa en la que siempre se pasa la aspiradora, porque en el fondo todos los días tratamos de ser nuevos. En estos lugares abandonados, en los sitios eriazos, se van acumulando capas y capas de huellas, de mugre y de vida, hay más material para escarbar. Me interesan por su condición de canteras ricas en contenido”. el artista opera como –Esa excavación está llena de azares y enel método, excava cuentros, ¿cómo orgay encuentra. con la niza su quehacer? “Son trabajos que salvedad de que esta usan metodología arparte de su trabajo no queológica, pero es sólo el procedimiento, porprofundiza en la historia que no estoy buscando particular del hallazgo. comprobar qué fue lo que sucedió. La manera como voy obrando en el lugar emerge del lugar mismo. No hago planes, ni tengo ningún tipo de preparación sobre lo que voy a exponer. Por eso nunca sé cuál será el resultado. Puedo leer cómo la gente habitó un espacio, cómo dibujó, cómo movilizó el lugar y dejó sus marcas. Pero luego entro yo y por mucho que intente respetar su huella, voy dejando la mía. Por lo general, hago intervenciones largas que me obligan a habitar el lugar e inevitablemente se van mezclando dos formas de vida. Además, cuando realizo trabajos de excavación, como el del Hospital Salvador, o cuando encuentro estas puertas, nunca tengo claro qué sucederá”. Tampoco ahora, con la muestra montada en la Galería Patricia Ready, ya que ésta es sólo la primera parte de una serie que debería continuar con las fichas y con los documentos de los reclusos encontrados entre los escombros de la ex cárcel. Otro hallazgo que habla de cómo habitamos. arqueólogo. usa

que ver con su modo de trabajo. Éste siempre se divide en dos partes: primero está la intervención en el terreno, que es de carácter arquitectónico o espacial, y que en el caso de obra actual consistió en sus visitas a la cárcel; y luego viene la extracción de objetos encontrados o los desmontajes –las puertas– para exponerlos en museos o galerías. “Las cosas se presentan tal cual son, pero al exhibirlas las descargo de su sentido primero y pueden llegar a ser otra cosa. Se trata de agarrar un total, fragmentarlo, y desperdigarlo, para luego tratar de volver a reconstruirlo, un proceso en el que no me preocupa llegar al original”. De ahí que no quisiera entrar en la discusión que se dio en Rancagua por el destino que tendrían los terrenos de la ex cárcel. Politizar el discurso de su obra, según él, no haría más que limitar otras posibles reflexiones: “También me pareció interesante exponer las puertas en una galería y no en un museo o en un centro cultural, donde inevitablemente se

cargarían de su situación histórico patrimonial. Y lo que a mi me interesa es enfrentar dos contextos. La ubicación de la Galería, su público, hacen que la tensión sea mucho mayor. Esto no es un memorial, aunque al mismo tiempo también lo es, pero cambia según el contexto en el que pongas las puertas. Por eso consideré que era bueno sacarlas de la cárcel cuando estuvieran en su último pálpito, cuando ya habían sido saqueadas. Esto es lo último que quedó de ellas”. LA NO BIOGRAFíA

Detrás de cada una de estas puertas hay una historia personal, y Preece no la elude. En medio de la basura y de los escombros encontró las fichas de los reclusos y los libros en los que firmaban sus salidas: “Me interesa quién estuvo en esa cárcel, su identidad, pero no es parte de la obra. Por ejemplo, cuando trabajé con el refugio conocí al ermitaño, tengo guar-

“Habitar es la expresión de la precisa relación del ser humano con el mundo”, Maurice Merleau-Ponty (1908-1961), filósofo francés.

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Artes Visuales

Sigmar Polke

Un genio contemporáneo

en retrospectiva «Alibis: Sigmar Polke 1963-2010», The Museum of Modern Art, April 19-August 3, 2014. © 2014 The Museum of Modern Art. Photo: Jonathan Muzikar. All works by Sigmar Polke © 2014 The Estate of Sigmar Polke/Artists Rights Society (ARS), New York/VG Bild-Kunst, Bonn, Germany

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Por César Gabler

E

l arte alemán pesa tanto como su economía, o como su fútbol, si quieren. Los alemanes son una potencia. Tras la Segunda Guerra Mundial y amparado en la estética y retórica de Fluxus surge la figura fundadora del nuevo arte alemán: Joseph Beuys. Para muchos, es la contraparte de Warhol: mesiánico y mediático a la vez. Beuys encarnó –quizás como nadie en la segunda mitad del siglo– la idea del arte como una forma de reparar y cambiar la realidad. Tras él viene una extensa camada de artistas. Sólo por nombrar a los más sonoros: Anselm Kiefer, Gerhard Richter, Georg Baselitz, Hans Haacke. ¿Mujeres? También, Rosemarie Trockel, Isa Genzken. No olvidemos a los fotógrafos, los Beecher, Ruff, Gursky. La lista podría ocupar todo el artículo. Y entre todos ellos un infaltable: Sigmar Polke. Nacido el 13 de febrero de 1941, murió en 2010, cuando su figura no había perdido ni un gramo de vigencia. Cáncer. Hoy, «Sigmar Polke Alibis», una apoteósica retrospectiva en el MoMA de Nueva York insiste en recordarnos su importancia. Capital. La muestra itinerará por la Tate Modern de Londres para rematar en el Museo Ludwig de Colonia. Es la segunda retrospectiva de un artista alemán en lo que va corrido del año. Antes tuvo su turno Isa Genzken (1948), diva punk de la escultura. Arte e Historia

La historia alemana pesa. Dos guerras mundiales y un genocidio a cuestas no son fáciles de llevar. Tampoco un proceso de reconstrucción y revisión histórica. En esa tarea, el arte no ha estado ajeno. Al menos dos posturas parecen dibujarse entre los artistas germanos. Una es la de la crítica frontal, cuyas dimensiones pueden ser de frío análisis o bien de evocación trágica y hasta romántica: un espectro que puede abarcar desde Haacke o Vostell hasta Beuys o Kiefer. Este último abrió su carrera con una serie de acciones fotográficas en las que hacía el saludo nazi en distintos puntos de Alemania. Una provocación que luego dio paso a sus pinturas monumentales, expresivas y románticas. Como sólo los alemanes saben hacerlo. Otro espectro lo constituyen obras que abordan esa historia, inconmensurablemente trágica, desde una distancia asordinada. Lejos del espíritu expresionista, que gritaba al mundo porque quizás creía poder cambiarlo, los artistas tras la debacle de la II Guerra, parecen más escépticos. Está Richter con sus pinturas filtradas por el blanco y negro y el barrido fantasmagórico. Su «Tío Rudy», retrato de un sonriente oficial nazi, casi como una postal, sutil y nada condescendiente, frente a un hecho irrenunciable: el nazismo estuvo en casa. Polke lo acompaña en la actitud, pero con métodos y humor distintos. Él fue quizá “¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho ella por mí?”, Groucho Marx (1890-1977), actor y comediante estadounidense.

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Artes Visuales

al estilo del multifacético Francis Picabia, el pintor se oculta bajo múltiples máscaras. En algunas pinturas aparece como un ilustrador publicitario mediocre, en otras se convierte en una impresora de gran formato y más tarde adopta el rol de alquimista.

el más neodadá de todos los artistas a los que se ha etiquetado como pop. En muchas de sus obras revive el mismo tono sarcástico y antiarte que acompañó al multifacético Francis Picabia y lo salpica con alusiones directas a la contingencia. Por lo tanto, aparece un feísmo deliberado y una negación a cualquier sentimentalismo. El estilo, esa marca de individualidad, es ridiculizado por Polke. Como Picabia, el pintor se oculta bajo múl«Alibis: Sigmar tiples máscaras. En algunas pinturas aparece Polke 1963-2010», como un ilustrador publicitario mediocre The Museum of («Calcetines», de 1963, o «Barra de ChocoModern Art. late», del 64), en otras se convierte en una © 2014 The impresora de gran formato (la impresionante Museum of Modern «Bunnies», del 66) y más tarde adopta el rol Art. de alquimista, dejando que los materiales más Photo: Jonathan variados hagan lo suyo sobre el lienzo o el paMuzikar. pel. El hombre tras el artista parece disolverse All works by Sigmar en esas y otras encarnaciones, pero visto en Polke © 2014 The retrospectiva, el rostro de Polke emerge con Estate of Sigmar Polke/Artists Rights bastante claridad. Aquí unos rasgos. Society (ARS), New ICONOCLASTA York/VG Bild-Kunst, Bonn, Germany. Se sabe, los iconoclastas destruían imágenes sagradas porque invitaban a la idolatría. Los íconos no pueden reemplazar al Dios verdadero, decían. Acto seguido descuartizaban esculturas y rasgaban imágenes. Los iconoclastas modernos se ríen de ellas, pero las destruyen mediante la parodia. Marcel Duchamp le puso bigotes a la Monalisa y una inscripción obscena. Una burla a una imagen venerada y a toda la beatería estética tras ella. Dadá fue eso y Polke –una buena porción de él– también. En sus pinturas, los idilios de fotonovela, el gusto masivo y la moral de la pequeña burguesía, aparecen reproducidos de una manera inequívocamente satírica. Tampoco escapan el arte y su filosofía.

rece anclado a la pintura. Su particular interpretación del medio lo sitúa entre sus grandes renovadores. Hizo esquemáticas versiones figurativas que parodiaban la ilustración publicitaria y el realismo pictórico, emprendió una técnica que sería su sello, la versión manual de la fotomecánica. Punto por punto copiaba o reinventaba imágenes impresas. A veces adicionaba manchas, colisionando la estética abstracta con la cultura masiva. Más adelante haría de los derrames un campo investigativo sistemático, explorando los cambios que ejercía el movimiento del espectador e incluso la iluminación de los recintos. También es precursor en el uso de telas estampadas y de la pintura spray. Una mezcla extravagante y aguda.

Al centro, «Amigas». Con sólo 24 años, Polke desarrolló esta obra que mecaniza el proceso pictórico recreando los sistemas de impresión offset.

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POLÍTICO

Sigmar Polke (1941-2010). «Modern Art (Moderne Kunst)», 1968. 59 1/16 x 49 3/16” (150 x 125 cm) Froehlich Collection, Stuttgart. © 2014 Estate of Sigmar Polke/ Artists Rights Society (ARS), New York / VG Bild-Kunst, Bonn.

En una obra como «Moderne Kunst» (Arte Moderno) resume la vanguardia abstracta en una serie de guiños gráficos carentes de todo significado. El gesto individual convertido en una marca banal y serializable, muy lejos de los abismos insondables pregonados por tantos abstractos en la década de los cincuenta. PINTOR

Transgresor como era, no deja de sorprender su fidelidad al medio pictórico. Es cierto, hizo muchas otras cosas también, dibujos, videos, objetos, pero el corazón de su obra pa-

En distintos momentos y valiéndose de su rico arsenal plástico, Polke practicó una particular pintura política. Sin puños en alto ni consignas. Con más ironía que ira. Nacido en 1941, padeció las consecuencias de la II Guerra Mundial y emigró de Alemania oriental a la occidental en 1953. Experiencias que marcan su obra. Sus blancos fueron primero la reconstrucción alemana y su consiguiente Milagro. Tal como ocurriera con los artistas del pop británico –pienso en Eduardo Paolozi o Richard Hamilton–, los jóvenes alemanes se deslumbraron con la creciente americanización de su cultura. Cambio abrupto: de la ruinosa posguerra a la pujanza del boom económico. La imaginación europea caía en manos de Estados Unidos y los sueños tecnicolor del Hollywood cincuentero. Ahí están el sonriente pastelero berlinés («Berliner», 1965) o las chicas en bikini («Freudinnen», 1966). Tal vez la felicidad implique olvido. Aquí aparece el artista que se vale de fragmentos insignificantes para hacer un comentario entrelíneas. Polke sugiere, pero nunca declara. A la manera de Duchamp, deja que las imágenes escogidas hablen por sí solas. Sus obras deslizarán reflexiones sobre la vigilancia policial, el armamentismo, el imperialismo estadounidense y un etcétera tan expansivo como la imaginación del propio artista. Ahora en retrospectiva.


El Arte de Mirar

«La Sagrada familia», óleo sobre madera, 46.5 x 69 cm (1646), Staatliche Museen, Kassel.

Rembrandt «La Sagrada Familia»

(Staatliche Museen, Kassel, 1646) Esta obra del creador holandés recuerda una historia relatada en el siglo I por Plinio. Ella cuenta cómo Parrasio pintó una cortina tan realista delante de una tela, que engañó a Zeuxis, el más famoso artista visual de la Antigüedad.

Sandra Accatino es académica del departamento de Arte de la Universidad Alberto Hurtado. Ha publicado diversos capítulos de libros, artículos y ensayos sobre pintura europea, arte de la memoria, coleccionismo y artistas chilenos contemporáneos.

POR SANDRA ACCATINO

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l c u a d r o m u es t r a e l i n t e r i o r

de una habitación en la que Rembrandt Harmenszoon van Rijn (1606-1669) representó a María, Jesús y José. Desprovistos de sus atributos sagrados, en un primer momento sólo el título nos advierte quiénes podrían ser estos personajes. Sentada en una mecedora, la mujer abraza al niño, mientras el fuego los ilumina al igual que al gato que, en el centro de la pintura, observa un recipiente con comida dejado descuidadamente en el suelo. En el fondo, a través de una ventana, se insinúa otro espacio y tras el portal se ve un hombre cortando leña. Las acciones y anhelos de las personas y del animal recuerdan los hechos fundamentales de la vida: el amor, la búsqueda de alimento y de bienestar. Todo parece, sin embargo, estar suspendido y ensimismado: el gesto de afecto de la mujer y del niño, la tensa espera del gato, el hacha que el anciano alza sobre la madera. Recogidos en su intimidad, los personajes no establecen relaciones entre sí ni con el espectador que los observa tras el marco, la varilla y la cortina que Rembrandt pintó como parte del cuadro. En el siglo XVII, en los muros más o menos saturados de pinturas y estampas de las casas holandesas, las obras más preciadas se conservaban y exhibían en cajas de madera cerradas por una puerta o por una

persiana o se las cubría con una cortina de tafetán de seda de color verde o rojo, como las que, desde hacía siglos, llevaban las pinturas que decoraban algunos altares en las iglesias. Se protegía, de esta manera, a los cuadros de la luz y del polvo y se acentuaba, al ocultarlos, su valor, volviéndolos más interesantes y enigmáticos. En las incipientes colecciones de pinturas que comenzaban a formarse en toda Europa, las cortinas que cubrían los cuadros despertaban la curiosidad y suponían el asombro de los visitantes de los gabinetes de pintura. Al incorporar en la imagen, por primera vez, el marco, la varilla y el cortinaje en el acto de descorrerse, Rembrandt otorgó a esta tela un estatus especial entre las otras pinturas. Puesto que la cortina señala su carácter extraordinario, nos predispone a acercarnos y, cuando estamos junto a ella, nos muestra el poder y la seducción que ejerce la pintura y el talento que se desplegó en su creación. Quizás por esta razón, este invento se transformó pronto en una moda y otros pintores lo incorporaron a sus trabajos. En la pequeña pintura de «La Sagrada Familia», sin embargo, la cortina no sólo nos permite descubrir la habilidad y la condición ilusoria y engañosa del arte. Al invitarnos a una contemplación más cercana, atisbamos también, a través de ella, en la silenciosa y ensimismada convivencia de las personas que habitan el cuadro, la intimidad de lo sagrado y la santidad de lo íntimo.

“La vida es la constante sorpresa de saber que existo”, Rabindranath Tagore (1861-1941), Premio Nobel de Literatura 1913.

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Exposiciones Destacadas

Claudio Pérez «Ritos y memoria» Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM. (Alameda 227, Barrio Lastarria. Teléfono: 2566-5500). Hasta el 6 de julio. Por Catalina Mena

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n recorrido por 30 años de fotografía es lo que despliega Claudio Pérez en la muestra «Ritos y Memoria», montada en la Sala de Artes Visuales del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM). Sin duda, la obra más emblemática del fotógrafo está constituida A través de la mirada comprometida de Pérez, por sus fotos documentales, realizadas no sólo reconocemos hechos, escenarios y en los años ochenta, en las que registró protestas y manifestaciones sociales climas sociales de la historia reciente de contra la dictadura. Las fotos, en tecnoChile (que el público más joven quizás visualice logía análoga y blanco/negro, revelan la por primera vez), sino también accedemos pasión y el grado de involucramiento con que Pérez abordó el fenómeno, a las ideas y creencias que nutren los introduciéndose en medio de la gente momentos de la toma. para congelar –en el caos de las escenas– el primerísimo plano de un rostro o el detalle secreto de una relación, haciendo que en Chile. Medios como «Le Monde», «Newsweek» y quien observe la foto acceda a aquello que no se pue- «Der Spiegel» publicaron en esos años fotos de Pérez. de ver, que no se vio, desde los planos generales que La AFI fue también clave en la evolución cultural del ofrecían con frecuencia los medios de comunicación. fotógrafo. Allí compartió con otros colegas que luego No son multitudes anónimas las que Claudio Pérez tuvieron carreras muy destacadas, como Álvaro Hoppe registra, sino sujetos que se suman, cada uno desde su y Paz Errázuriz. Fue a partir de estas relaciones que conoció la obra de autores como Cartier-Bresson y individualidad, a una energía mayor. Otro factor significativo que caracteriza el trabajo de Josef Koudelka. A través de la mirada comprometida de Pérez, no Pérez y de otros fotógrafos de su generación es que no todos se formaron en un ámbito profesional, sino sólo reconocemos hechos, escenarios y climas sociales que muchos de ellos eran autodidactas y no estaban de la historia reciente de Chile (que el público más tan movidos por una pretensión de virtuosismo en la joven quizás visualice por primera vez), sino también imagen, sino por el deseo de documentar una realidad. accedemos a las ideas y creencias que nutren los moPérez es también autodidacta y antes de saber nada mentos de la toma. En este sentido, la exhibición va sobre fotografía, ya andaba por las calles con una cá- revelando con elocuencia los cambios que sufre la mara colgada al hombro. Hecho clave fue unirse a la sensibilidad del artista conectada al contexto que la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI), quie- estimula. Pérez ya ha señalado que el término de la nes trabajaron, como él, entregando imágenes a medios dictadura y los cambios radicales de la situación política internacionales, que querían mostrar lo que sucedía y social de un país que avanza con relativa calma hacia

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la democracia, significó una crisis muy importante en su trabajo. El lenguaje del documental político pierde sentido y el fotógrafo comienza a registrar otros fenómenos, que aunque aparecen menos conflictivos, no dejan de transmitir una mirada crítica. Ya no se trata de denunciar al régimen, sino de luchar para conservar la memoria. En esa línea se ubica la obra realizada durante las últimas dos décadas, en las que retrata ritos de pueblos originarios del norte, en comunidades quechuas y aymaras. Pérez también puso su ojo en diversas situaciones cotidianas y estéticas, todo lo cual está consignado en la muestra. Una de las obras más atractivas consiste en seis paisajes panorámicos del norte en gran formato, que se ofrecen en sí mismos como experiencias de mucho valor visual. En su último trabajo ingresa decididamente el color, donde confirma su fina sensibilidad. Otro elemento que Pérez incorpora a su exhibición son miles de pequeñas fotos de tamaño polaroid, realizadas con distintas tecnologías, inclusive con su iPhone, en la que despliega momentos de su biografía, escenas cotidianas, incluso banales, que en el concepto del montaje dialogan coherentemente con la memoria social. Una muestra importante, que recupera la historia reciente de Chile desde el nivel más macro de las calles hasta la experiencia más insignificante de un ciudadano, confirmando que el oficio fotográfico no es un registro verosímil del mundo, sino producto de la mirada subjetiva –y siempre afectada– de quien lo encuadra.


«PURO CHILE. PAISAJE Y TERRITORIO» Centro Cultural La Moneda (Plaza de la Ciudadanía Nº 26. Teléfono: 2355-6528). Hasta el 17 de agosto. Por Catalina Mena

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onstituida por cerca de 300 piezas, la muestra «Puro Chile, Paisaje y Territorio» se toma el Centro Cultural La Moneda para proponer un imaginario sobre la identidad del país, a través de pinturas, fotografías, dibujos, objetos, videos, instalaciones y documentos de archivo provenientes de museos, instituciones y artistas de todo el territorio. De este modo, la exposición levanta un patrimonio visual muy diverso, que por primera vez se reúne en un mismo espacio. Mediante un relato coherente, pero nunca lineal, la muestra pone en escena los procesos de construcción de nuestro paisaje natural y humano, integrando diversos registros de lenguaje. Los primeros mapas y dibujos naturalistas desde el siglo XVII, la pintura académica y moderna que tematiza el paisaje, la mirada fotográfica sobre las manifestaciones sociales, la elaboración crítica de artistas contemporáneos se articulan en una especie de mosaico que da cuenta de la riqueza y complejidad cultural que nos constituye. Realizado por el equipo del centro cultural bajo la dirección del curador Juan Manuel Martínez, este ambicioso proyecto movilizó importantes recursos materiales, logísticos e intelectuales. Pero lo más destacable es que transmite una línea curatorial clara y coherente. En su historia, el Centro Cultural La Moneda ha realizado diversas exposiciones sosteniendo un buen nivel de contenido y montaje, pero hasta ahora no se había articulado una exhibición tan completa que expresara la misión de un espacio ampliamente percibido como plataforma de generación y difusión de contenidos asociados a patrimonio e identidad. Evidenciando un arduo trabajo editorial, la exposición extrema los recursos de organización de los contenidos. El montaje se estructura en tres grandes capítulos que, a su vez, están conformados por series menores. La lectura se inicia por el paisaje natural a través de «La Invención del Paisaje», temática que alude a la diversidad de perspectivas con que se ha mirado y transformado nuestro territorio. La segunda parte, «Paisajes Humanos», visibiliza los procesos sociales siempre vinculados al territorio. La tercera parte, «Viajeros y Naturalistas», ofrece una mirada a la realidad científica del paisaje a través de un gabinete de curiosidades que despliega distintas visiones de la naturaleza. La muestra renuncia a un recorrido cronológico (que habría sido lo más obvio y fácil) para mantener siempre el tema como articulador, haciendo dialogar manifestaciones modernas y contemporáneas que abordan los mismos temas desde distintas miradas. El montaje, de excelente nivel, no sólo combina épocas y sensibilidades mixtas, sino que también hace convivir obras que pertenecen al sistema del arte con documentos y objetos que no tienen tal categoría. Este ejercicio combinatorio permite establecer múltiples relaciones visuales y conceptuales entre las piezas y, de este modo, diversi-

Demian Schopf (Alemania, 1975). «Diablo», 2011. De la serie Los coros menores. Alto Hospicio, Región de Tarapacá. Impresión fotográfica, 100 x 150 cm. Ignacio Hochhäusler (Austria,1892- Chile,1983). «Arreo de ovejas en Tierra del Fuego», hacia 1950. Región de Magallanes. Fotografía. Archivo Fotográfico Ignacio Hochhäusler. Créditos Fotográficos Ignacio Hochhäusler / Origo. Sebastián Mejía (Perú, 1982). «Palma 032», de la serie «Cuasi Oasis», 2012, Santiago. Impresión digital de negativo, 150 x 110 cm.

ficar nuestro concepto de identidad. Un óleo sobre tela que representa a una palmera típica de la zona central realizada por Onofre Jarpa en los albores del siglo pasado dialoga, en un mismo espacio, con una impresión digital que también retrata una palmera, pero esta vez incrustada paradojalmente en medio de una estación gasolinera, en pleno siglo XXI, la cual fue realizada en 2012 por el fotógrafo Sebastián Mejía, en Santiago. Una muestra que entrega mucha información, a través de un montaje riguroso, atractivo y contemporáneo. Pero quizás el mayor mérito de esta exposición es que desde un espacio oficial, como es el Centro Cultural La Moneda, transmite la idea de que la identidad cultural no es el resultado de un relato hegemónico o de una imagen impuesta desde el poder, sino que se constituye como un proceso de hibridación y mestizaje, rico en matices y contradicciones.

“Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo”, Simone de Beauvoir (1908-1986), escritora y filósofa francesa.

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Exposiciones Destacadas

«LILY GARAFULIC. 100 AÑOS. UNA DOBLE MIRADA» Museos Nacional de Bellas Artes (hasta el 24 de agosto) y de Arte Contemporáneo (hasta el 15 de junio); y Espacio Suecia 26 de Fundación Itaú (hasta el 25 de julio).

Por César Gabler

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a escultura de Lily Garafulic (1914-2012) es un gran ejemplo de lo que se entendió por modernidad a mediados del siglo XX. Abandono de la figuración y de la anécdota, rechazo a la lógica monumental de la estatuaria y claro culto a la abstracción. Porque hasta la década del cincuenta una de las grandes disputas que se instalaron en el debate artístico –Chile no estuvo ajeno– fue el de abstracción contra figuración. Garafulic apostó por la primera, pero casi siempre anclada en el cuerpo humano. Sus piezas, abstractas o a medio camino de la figuración, grafican la lucha de la artista por revelar aquello que se entendía por la esencia del ser. Otro tópico, de posguerra, que no aparece en el centro del discurso contemporáneo, pero que acompañó a decenas de creadores. Aquella búsqueda espiritual y formal encontraría su proyección en esculturas de humanidad estilizada. La abstracción era en ellas la representación de lo humano en su carácter esencial. Una idea algo platónica que llevó a escultores como Miguel Ángel a labrar colosos y a mucho modernista a esculpir amebas o cuerpos embrionarios. El lenguaje de la escultora se consolidó tras su viaje a Europa en 1938, experiencia clave en aquellos tiempos de lento intercambio visual. Allí recibió el influjo de artistas como Constantin Brancusi y los cubistas. Algo que Garafulic estuvo muy lejos de ocultar. Al contrario. Una pieza de 1994 parece un tributo al maestro rumano y a su célebre Madame Pogany. Con Brancusi, y quizás con Jean Arp, la artista aprendió un sentido de la forma rotundo y fluido. Modelos orgánicos, que salvo en su síntesis y abstracción, parecen el opuesto del mundo rectílineo que Garafulic impone a otras de sus obras. No son los únicos caminos de su creación, pero en las salas del MAC puede observarse la fuerza de esta dicotomía. Por cierto, un autorretrato documenta su paso inicial por la figuración.

Erotismo. Al rodear la pieza «Sin Título» (años 56-60), lo que parece una forma abultada y vagamente femenina termina leyéndose como un abrazo. Una metáfora erótica que Garafulic trabajó insistentemente bajo distintas formas. Acierto que repite en otras piezas y que contrasta, en la misma sala, con el torso-maniquí de Valdivieso. «Cópula Cósmica», un bronce de 1968, ofrece lo masculino y lo femenino como energías complementarias. La idea se refuerza en su construcción. La integran dos piezas iguales y asimétricas. El solo cambio de posi-

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apostó por la abstracción, pero casi siempre anclada en el cuerpo humano. sus piezas grafican la lucha de la escultora por revelar aquello que se entendía por la esencia del ser. otro tópico, de posguerra, que no aparece en el centro del discurso contemporáneo, pero que acompañó a decenas de artistas.

ción de una respecto a la otra nos sugiere la diferencia sexual. Un hit. En «El Rapto de Europa» (1953), el torso femenino adquiere a la vez otras connotaciones, según recorramos la pieza. En eso, Garafulic se revela como una eximia. Signos. El mundo de los signos fue otro de sus intereses. Ideogramas esenciales volcados en volúmenes de materiales nobles y antiguos, palabras de una época remota. Sus piezas agrupadas bajo el nombre de Aku, vocablo pascuense para espíritu, son una prueba contundente. Realizadas tras un viaje a Isla de Pascua en 1961, las obras intentan materializar –no ilustrar– el espíritu. En la pieza «Aku del Hombre», la artista realizó la más cruda exploración en lo informe de toda la muestra. Un trozo de madera vertical de 2.80 mts se eleva, enseñando múltiples canales y orificios. Cubierto de fierro fundido, el volumen ofrece una topografía misteriosa, en la que caben las más variadas asociaciones. Las inscripciones parecen signos de una civilización perdida, y pueden entenderse, como la ruina de un espíritu extinto. «Columna», una pequeña pieza de bronce de 1964, encierra una lectura similar, sin embargo, el carácter sígnico es mucho más acentuado y recuerda a Torres García en su intento por establecer lo que parece un lenguaje propio. La idea de un idioma perdido, la nostalgia por un origen común pueden encarnar en esta obra. Pero quizás esos signos indescifrables encierran otra metáfora, el deseo de la artista por dejar su propia marca en esa tan masculina historia de la escultura. Y, sin duda, así lo hizo.


Guillermo Lorca «LA VIDA ETERNA» Museo Nacional de Bellas Artes (Parque Forestal. Teléfono: 2499-1600). Hasta el 29 de junio. Por César Gabler

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uillermo Lorca (1984) en una sola frase: un joven pintor del siglo XIX que pinta en el siglo XXI. Algunos podrían ir más atrás y decir del siglo XVII, después de todo el artista parece anclado en un estilo que le debe mucho al Barroco. Pero me parece que finalmente todo ese historicismo, esas ganas de tomar lo mejor de tiempos muy pasados, lo ponen en la órbita decimonónica. Período en que los artistas se volcaron con energía a leer el presente con ojos antiguos, cubriendo con esmero la demanda de su clientela burguesa. Las vanguardias atacaron ese sistema clientelista y su estética. Una condena al gusto convencional, al kitsch. En el siglo XIX, kitsch eran esas expresiones eróticas que envolvían una supuesta lección moral, eran también esas recreaciones vagamente históricas pintadas con oficio de joyero y esas composiciones monumentales para honrar las glorias napoleónicas o recrear el mundo egipcio. La Modernidad las basureó y la Posmodernidad las rehabilita. Una operación conservadora, cuyo centro está en el facilismo que esconden tantísimas realizaciones de la vanguardia. Desde el urinario de Marcel Duchamp al tiburón de Damien Hirst. Frente a obras como las de Lorca, el público se siente acogido, y no son pocos los comentarios que se detienen en el oficio, el talento y el trabajo. El pintor como baluarte moral. Instalados en el principal museo del país, estos óleos podrían leerse como un llamado institucional a retornar a los mejores oficios de la pintura. “Jóvenes artistas: Pinten y déjense de payasear”. En sus cuadros monumentales e impresionantes, Lorca dispone con rigor y con un envidiable manejo escenográfico a su grupo de actrices. Se trata casi siempre de niñas sub 13 asediadas por animales. Canes en su mayoría. Sobre ellos las chicas parecen ejer-

cer un extraño poder. «Laura y los Perros» o «Niña y Perros» lo demuestran. La pluma freudiana puede extenderse largo rato, descifrando las relaciones de estas pequeñas y sus mascotas: metáfora sexual, violencia oculta, ambas. Niñas perversas que lideran convites con atmósfera de bacanal, como ocurre en la monumental «Fiesta de Disfraces». Pintura de gran formato extendido, que es tanto un bodegón de espíritu barroco, como una escena rococó (pelucas incluidas) de lujosa travesura infantil. En éste y otros de los óleos que integran la exposición, Lorca exhibe un manejo virtuoso de la iluminación barroca, bañando con una sensual luz dorada a sus personajes y cachivaches. Porque la obra dispone elementos con generosidad: cabezas de chancho, platería, zapallos, pimentones y así. La profusión no siempre se articula en favor del relato y más parece un pretexto para lucirse. Algo de lo que da cuenta un autorretrato del pintor ofreciéndose como Brad Pitt. Pecho a la vista, cadena al cuello. Y no va en broma. El pincel describe con vigor y seguridad, pero también con pesadez. Las sábanas se pliegan como alfom-

bras y los rostros terminan resueltos con una paleta algo monótona. La piel luce empolvada y sobrepintada a ratos. Otra cosa son los animales, particularmente dos escenas protagonizadas por aves y un toro atacado por perros. Las pinceladas son más extensas y húmedas y la tensión pictórica aumenta.Y entusiasma. Recuerdan a Edwin Landseer, pintor que hizo de los animales una encarnación de humanidad, adelantándose al Disney de «Bambi» y de la «Dama y el Vagabundo». Lorca puede ser transgresor, luciendo una inquietante cuota de pedofilia, a lo Lewis Carroll, pero cambia los encajes victorianos por calzones blancos y miradas húmedas. Provocador quizás, pero finalmente en sus formas pictóricas hay poco riesgo. Tiene aciertos notables –construyendo escenas, pintando figuras animales– pero en términos pictóricos sólo es más de ese realismo impartido en academias como las de Martín Soria. Un arte que iguala su gusto reverencial por el pasado con una fobia dogmática a la vanguardia. Lorca se aleja de esa paranoia y da un salto narrativo. Aquello es un acierto. Está por verse si su pintura hace lo mismo en el futuro.

“Los espejos se emplean para verse la cara; el arte para verse el alma”, G. Bernard Shaw (1856-1950), pensador y escritor irlandés.

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Patrimonio

Libro de horas manuscrito, uso no definido, en latín. Francia (París), ca. 1480. Folios 84v (en el margen inferior, “caricatura” de un obispo) y 85r. Tinta e iluminación (pigmentos y pan de oro) sobre pergamino (vitela), 99 x 57 mm. Santiago de Chile, Museo de Artes Decorativas, Colección Garcés Silva (N.º de catálogo 24.83.251). © Viviana Rivas/Centro Nacional de Conservación y Restauración Libro de horas manuscrito, uso de París, en latín y francés. Francia, ca. 1510. Fol. 19r: «La Anunciación». Iluminación (pigmentos y pan de oro) sobre pergamino (vitela), 162 x 109 mm. Santiago de Chile, Museo de Artes Decorativas, Colección Garcés Silva (N.º de catálogo 24.83.252). © Viviana Rivas/Centro Nacional de Conservación y Restauración

Por Victoria Jiménez

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n su libro «Image on the Edge: The Margins of Medieval Art», el historiador del arte Michael Camille (1958-2002) realiza una notable relación entre la importancia que se dio en el Medioevo a la ilustración en los márgenes de un folio y en los espacios “no centrales”. Desde recordarnos que las figuras fantásticas estaban en los márgenes de columnas, catedrales y monasterios, y que en los márgenes urbanos habitaban los artesanos y escribas, quienes, a partir de la periferia de su oficio silencioso, establecieron comentarios en el espacio privado de los libros que iluminaban. Hace sentido esta introducción ante el hallazgo en nuestro país de tres manuscritos medievales, que hoy conserva la DIBAM. Porque si bien esta valiosa adquisición no puede competir con las notables colecciones francesas o británicas, ubicadas justo “al centro” del acontecer medieval, sí suponen la instalación de un soporte concreto para estudiosos de la Edad Media en Chile. De centros y márgenes culturales y compositivos conversamos con Daniel González Erices, impulsor de esta investigación. Desde 2012, este joven esteta e historiador encabeza el grupo de trabajo que –apoyado por Fondart– pondrá a la vista del público estas piezas entre fines de julio y comienzos de noviembre de este año.

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Al margen de la Edad Media Un grupo de investigadores prepara la primera puesta en valor y difusión de tres manuscritos medievales que hoy conserva la DIBAM. A partir de julio, uno de ellos estará en exhibición en el Museo de Artes Decorativas. Esto no sólo hará visible al público un libro original del siglo XV europeo, sino también instalará un soporte visual concreto a futuros estudios sobre esa época.


Libros de Horas

mediación de bibliografía, pero no necesariamente con el contacto directo con un objeto, entonces es interesante que estos sean objetos realmente inscritos en el marco historiográfico de la Edad Media, en los que científicos, historiadores o latinistas puedan poner en práctica de forma mucho más concreta sus conocimientos”.

Los manuscritos que alberga la DIBAM son tres pequeños libros hechos a mano en Francia a fines de la Edad Media, y se incluyen entre las colecciones más valiosas del Museo de Artes Decorativas, institución formada a partir del legado del abogado y coleccionista Hernán Garcés Silva al Estado de Chile. Se trata de “libros de horas”, llamados así por tratarse de compendios de diferentes pasajes devocionales u oraciones no litúrgicas que podían ser leídos en cada uno de los ocho momentos canónicos del día: maitines, laúdes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas. Cada libro de horas es único, pues se confeccionaban por encargo personal, generalmente de un noble. Fueron las obras más comunes en la Edad Media y las de mayor difusión en Francia, Inglaterra y en los Países Bajos.

–¿Cómo supiste de la existencia de tres libros iluminados en una colección pública chilena? “Hace un tiempo me contaron que estos manuscritos habían sido exhibidos en 1987, con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II a Chile. Se trató de una muestra muy breve y no abierta al público general. Me dediqué a seguir el rastro de este relato hasta dar con ellos. Me llamó profundamente la atención que desde entonces los libros se mantuviesen en el casi más completo anonimato, y digo casi, porque en 1990, la historiadora Paloma Mujica realizó un estudio sobre ellos. Sin embargo, el público general, y muchos historiadores medievalistas, desconocían la existencia de este valioso material”. –¿Cómo ha sido instalar en Chile un soporte de conservación y exhibición? “Ha sido una larga tarea. No había vitrinas para este tipo de piezas. Ni había espacios especialmente acondicionados para conservarlas. Recién hablamos de márgenes y, precisamente, fue un gran desafío estudiar y poner otra vez en visible estas piezas desde los márgenes geográficos, técnicos o bibliográficos de un país como el nuestro, nuevo en este tipo de experiencias interdisciplinarias”. –¿Cuántas piezas son y de qué época? “Son tres piezas: dos manuscritos y un incunable (libro impreso con tipos móviles). El primer manuscrito lo hemos datado hacia 1480, es el más antiguo y el más valioso. El segundo es de fecha incierta, aunque sospechamos oscila entre 1500-1510, y el último es el incunable, que también es bastante importante, porque pertenece a una serie de incunables realizados por Gillet Hardouin, un famoso impresor francés”. –Háblanos de los más valiosos. “El manuscrito de 1480 es el que tiene más y más atractivas ilustraciones, y es también el que está, en términos formales, mejor resuelto y con mejor caligrafía. Del incunable, es interesante que tengamos en Chile una de las

–¿Cuál es tu apoyo científico? “En este caso, el Museo de Artes Decorativas tiene un convenio con la Universidad de Chile y, en el marco de ese convenio, se llevarán a cabo los análisis científicos, que es microespectroscopía Raman”.

Libro de horas manuscrito, uso no definido, en latín. París, ca. 1480. Fol. 9r: Abrazo de los santos Joaquín y Ana ante la Puerta Áurea de Jerusalén con miembro del clero. Iluminación (pigmentos y pan de oro) sobre pergamino (vitela), 99 x 57 mm. Santiago de Chile, Museo de Artes Decorativas, Colección Garcés Silva (N.º de catálogo 24.83.251). © Viviana Rivas/ Centro Nacional de Conservación y Restauración

tantas copias que existen en el mundo, y no precisamente la mejor. De hecho, en la Universidad de Texas (en Austin) conservan una copia del mismo libro, pero la de ellos es espectacular. También hay otra en Chicago que es más parecida a la de acá, que en verdad es mucho más modesta, no tiene la delicadeza de una iluminación del Gótico internacional. Sin embargo, como documento histórico es importante, porque advertimos que se imprimieron varias series de este mismo libro de horas, pero se iluminaron de manera distinta, seguramente de acuerdo con el poder adquisitivo de los comitentes”. –¿Qué importancia tiene que estas obras estén en Chile? “A mi juicio, habría una importancia manifiesta y otra latente. La manifiesta es que son los únicos tres manuscritos que hay en una colección pública en Chile. Además, es importante porque permite saber sobre la circulación de este tipo de manuscritos en la región, y sobre la cultura del coleccionismo. La importancia que tienen desde el punto de vista latente es que se aportará a Chile un soporte concreto para la generación de estudios medievales. Sucede que en nuestro país los medievalistas siempre están lidiando con la

–Partimos hablando de los márgenes, ¿qué ocurre con el tratamiento de éstos en los manuscritos, pensando que la moral medieval religiosa aspiraba a dar más importancia a la palabra que a los iconos? “Sin lugar a dudas, es muy interesante toda la concepción ornamental con que se abordan los márgenes de los manuscritos. Eso es algo de lo que habla Michael Camille, quien hace bastante hincapié en que a todos los márgenes –no sólo los de los libros, sino también los lugares marginales– se les otorgaba una atención particular en la cultura visual medieval. En éstos se daba la posibilidad de que artesanos, iluminadores, escultores, pudieran examinar de manera más creativa ciertos motivos que no podían ser explorados de la misma manera en las imágenes centrales. Cuando uno piensa en un libro de horas, por ejemplo, y advierte toda la importancia que se le daba a los motivos vegetales y florales, inmediatamente hacen pensar que hay una iconografía que tiene una deuda implícita con toda la simbología que emana del Jardín del Edén, y que en el fondo sirve de marco marginal para todo lo que se desarrolla al interior del folio, que son los textos religiosos, o las imágenes de mayor importancia como la Crucifixión, la Coronación de la Virgen, etc”. –¿Qué se exhibirá en julio? “Comenzaremos exhibiendo sólo uno de los manuscritos. El más valioso y más antiguo. La exposición de un manuscrito siempre es desafiante desde el punto de vista museográfico, porque las dimensiones son muy pequeñas y además el hecho de dejar abierto el libro en un folio en particular obviamente no permite ver las imágenes que están en los otros folios, entonces de alguna manera hay que subsanar esa obturación de la información visual con gigantografías, apoyo visual, video. Esta sería una suerte de tentativa para una muestra que en 2016 contempla exhibir los tres manuscritos. Es un proyecto ambicioso y de largo aliento. Por ahora, seguimos trabajando”.

“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto cambiaron todas las preguntas”, Mario Benedetti (1920-2009), escritor y poeta uruguayo.

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Cine

LA GRAN BELLEZA Italia se coloca a la cabeza de los países no angloparlantes que más veces han ganado el Oscar con su nueva aproximación a un motivo antiguo: Roma. Por Vera-Meiggs

Un chileno: “No me gusta Italia, es un país muy decadente”. Respuesta de una condesa italiana: “Tiene razón, llevamos tres mil años en eso”.

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a Ciudad Eterna es intransitable, barroca, sucia, desmedida. Sus pudores son tan aparentes como su arte religioso. Los desmanes del poder han dejado su huella inmisericorde en la planificación urbana, dando como resultado tantos núcleos y puntos nodales como dinastías, papados y sistemas políticos. El plato de espagueti puede ser símbolo de la cocina italiana, pero también del plano urbano de Roma.

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Privilegiada escenografía de celebraciones y apoteosis, la ciudad posee el ritmo voluptuoso del momento y pocas nostalgias por su pasado esplendor, ya que a la vuelta de un ciclo histórico vendrá otro a engalanarla con nuevos adefesios espectaculares o a descubrirle otras maravillas antiguas. Durante el siglo XX, Roma ha dado buen testimonio de su constante derrumbe. Ha demolido barrios de siglos y ha aplastado ruinas de milenios. Lo primero para simbolizar su reconciliación con el Vaticano al abrir la Via della Conciliazione, que lleva a la plaza de San Pedro. Lo segundo, para construir la Via de los Foros Imperiales hacia el Coliseo. En ambos casos, Benito Mussolini fue el responsable. Es que el circo siempre fue importante para la ciudad. Al cine no le quedó más que constatar aquello, dando fiel testimonio de la debacle mayor (aunque patrimonialmente menos costosa) de todas: la Segunda Guerra. «Roma, ciudad abierta» (1945), de Roberto Rossellini, es el retrato crudo y veraz de una ciudad humillada por la barbarie bélica. En su extremo

opuesto, en 1959 apareció Federico Fellini con «La dolce vita», retrato coral sobre una ciudad precipitando en el desplome moral. Fea y maravillosa, banal y sublime, vulgar hasta el exceso y más grande que la vida, Roma puede ser también un barómetro del alma europea. No de la mundial, hoy son demasiadas las variables que se intercambian en la globalización como para poder situar una ciudad como Caput Mundi. Pero eso a Roma la tiene sin cuidado. No sufre de grandes nostalgias y quizás tampoco de ambiciones, pero sí de apetitos. Muchos apetitos. TODO LO QUE VA MAL…

… puede ir peor, dice Murphy. Cincuenta y cinco años después de «La dolce vita», sus dardos siguen siendo certeros y repetir su estrategia narrativa puede ser un debido homenaje y un préstamo asumido para ver cómo la Ciudad Eterna se las arregla para continuar saciándose y revolcándose en su aterciopelada tradición decadente.


Deslumbrante y paradojal, a ratos gruesa (ese cardenal que sólo habla de recetas, la estúpida actriz que quiere escribir una novela proustiana), y por momentos rica en poesía de buena cepa (la jirafa que desaparece, los recuerdos juveniles en el faro), esta película no se mide ni se ahorra en creatividad

afp

«La gran belleza», del director y guionista Paolo Sorrentino (1970), es un fresco compuesto de episodios unidos por un personaje central: un periodista cuya debilidad mundana es la causa de su posible condena, pero cuyos escrúpulos son atenuados por una generosa cuenta bancaria. Hasta ahí el argumento, que en mucho se parece al de Fellini, como también en la ambientación y en algunos motivos centrales: lo religioso, la frivolidad, la aristocracia, la muerte, el arte. Cierta tonalidad, la textura densa, la ironía cruel, también se mantienen. Pero el timbre se ha vuelto más agudo, estridente incluso, aunque nos deje la sensación que la alarma sobre el estado de las cosas ya no posee gran incidencia sobre la sociedad que asiste a ver la película, ya no hay escándalo, más bien es melancolía lo que exuda. Tal vez es lo que mejor justifica la obra de Sorrentino y que la hace una delicia para los que estamos viendo todo esto desde un planeta lejano, amoblado de importantes cuestiones comunitarias y de aspiraciones por alcanzar una dignidad social compartida. Volver a visitar ciertos motivos es vieja y sabia conducta estética. «El Quijote» ya lo hizo con éxito que no declina. La actual película no requiere de la de Fellini para existir, pero la saluda con respeto. Hoy las cosas son distintas, aunque el camino sea el que estaba señalado por las andanzas de Marcello Mastroianni en aquel filme. En «La gran belleza» el protagonista es Gep Gambardella (Toni Servillo), un otrora escritor napolitano atrapado en el bienestar y sin remordimientos por ello, que no ha logrado apagar totalmente sus emociones profundas, tampoco una inquietud existencial que lo arrastra por escenarios variopintos, nocturnos la mayoría de las veces, y todo sazonado por una lucidez desencantada que le permite acribillar las ínfulas excesivas de alguna amiga, pero que no puede evitar pérdidas de amigos y de vidas juveniles. Los episodios tienen a Gep como enlace, pero también varios de sus amigos reaparecen en los distintos escenarios. Todos seres vulnerables, a veces patéticos, otras ridículos, o contradictorios, o esperpénticos, pero siempre

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cinematográfica.

rescatados por la mirada profundamente compasiva que el cineasta les otorga. Podrán parecer seres monstruosos a primera vista, víctimas de un estado de cosas en el que tienen responsabilidad limitada o simples peones de un juego mayor que no comprenden. Gep es el que más distancia quisiera tener con todo eso y por eso se aplica con su bisturí intelectual a desmontar las construcciones en que los demás parecen atrapados. ¿Y a él quién lo salva? EL OJO DE ROMA

La cámara que registra todo esto lo hace desde la ubicación privilegiada de un narrador que está más allá del bien y del mal. Con ligereza sobrevuela de fiesta en fiesta, de local en local, indaga con sorna sobre los rostros ansiosos por recibir una inyección de bótox, sobre las melancolías principescas de quien se arrienda para cenas y eventos y se mantiene con dolorosa insistencia sobre una actriz que dice sentir vibraciones que no sabe definir.

El guionista Paolo Sorrentino dirige la cinta, cuyo protagonista es Gep Gambardella (Toni Servillo), un otrora escritor napolitano atrapado en el bienestar y sin remordimientos por ello.

Poco se detiene y mucho se pasea en forma imposible como para deducir un observador humano. La cámara es un ojo omnisciente que debe dejar registro de todo lo posible antes que desaparezca, porque todo se ve constantemente amenazado por el paso del tiempo. Es significativo que el único personaje que desafía a la muerte ha cumplido 104 años y se alimenta de raíces: “Porque son importantes”. Acto seguido sube de rodillas la Escala Santa buscando una iluminación posible. Entre ágapes y paseos, Gep cumple con distancia cruel su trabajo de entrevistador, pero se reserva residuos de amistad y de humor hacia sus más cercanos. Constata la cercanía de la muerte desde la celebración de su cumpleaños, con la que se inicia el relato, una secuencia de un barroquismo y brillantez que podría opacar el resto de la película si no fuera por la batería imaginativa que este verdadero cuadro de El Bosco será capaz de exhibir por más de dos horas. Deslumbrante y paradojal, a ratos gruesa (ese cardenal que sólo habla de recetas, la estúpida actriz que quiere escribir una novela proustiana) y por momentos rica en poesía de buena cepa (la jirafa que desaparece, los recuerdos juveniles en el faro), la película no se mide ni se ahorra en creatividad cinematográfica. Desde su exquisita fotografía, el vibrante montaje y un acompañamiento musical con una riqueza de registros poco común. Como en toda expresión barroca, la angustia domina las acciones, que son tan fugaces como inútiles y que por eso buscan multiplicarse hasta el infinito. Pero antes de eso está la muerte, precedida por sus mil metáforas… entre ellas la belleza, aquella que Gep busca deambulando sin rumbo fijo en la Ciudad Eterna, eternamente.

Video club MundoPlanet, donde vive el cine arte. Paseo Huérfanos 635, locales 33-34. Teléfono 2243-7713.La Panera I 21


Cómic

Muñoz y Sampayo Cómic Argentino de Exportación En lo que constituyó una de sus tantas innovaciones, los propios autores aparecen dentro de su historia. A la izquierda, José Muñoz con su look hippie de los setenta; y a la derecha, Sampayo el guionista.

Desde sus inicios, la serie «Alack Sinner» apostó por el realismo duro. Sin embargo, José Muñoz aún no consolidaba su característico estilo de sólidos planos negros.

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Por César Gabler

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ebió ser en la revista argentina «Fierro» la primera vez que leí una historia de la dupla José Muñoz (dibujante, 1942) y Carlos Sampayo (guionista, 1943). De seguro fue «Alack Sinner», serie que los argentinos comenzaron a publicar en Italia en 1975, en las páginas de «Alter Linus». Su mundo resultaba extraño, distinto a todo lo publicado en ese entonces y alejado de cualquier estrategia comercial. Los relatos ofrecían casi siempre una narrativa centrada en personajes oscuros, perdedores y encerrados en sí mismos. Una serie detectivesca de corte existencial. Eran los ochenta y el cine nos tenía acostumbrados al vértigo triunfante de Sylvester Stallone y entre el público cundía el entusiasmo por la ciencia ficción de Moebius y el erotismo de Milo Manara o de Horacio Altuna. Muñoz y Sampayo eran muy diferentes. Los suyos eran relatos complejos, ambientados en un Nueva York literario y esperpéntico. La gran ciudad se convertía en un decorado imaginario que contenía todas las imágenes yankees que un latinoamericano podía imaginar. Jazzistas, mafiosos, prostitutas, psicópatas, policías corruptos. Era el Nueva York de Martin Scorsese, pero también el de Frank Sinatra o Charlie Parker. La gran ciudad convertida en nueva Babilonia, la urbe donde todo es posible y cualquier personaje, el más absurdo, el más esperpéntico, está tomando un whisky en el bar. Como el propio Alack Sinner, un detective cuya historia se revela a gotas en cada episodio. Veterano de la Guerra de Corea y agente de la policía hasta su retiro por un oscuro y revelador incidente. Tras la violación de su única hermana –Tony– un par de policías, Rademaker y O´Neill, deciden cobrar venganza y asesinar a los culpables. No tienen problemas en lograrlo, pero Sinner se niega a seguirlos. Su conducta le gana el odio de los colegas y Rademaker, años más tarde, sale a matarlo. Fracasa en el intento y cae muerto de un balazo. Del propio Sinner.

Los suyos eran relatos complejos, ambientados en un Nueva York literario y esperpéntico. La gran ciudad se convertía en un decorado imaginario que contenía todas las imágenes yankees que un latinoamericano podía imaginar.


Pero el detective de la cara triste esconde mucho más. Alack Sinner parece la versión renovada de Philip Marlowe, el investigador ideado por Raymond Chandler. Su desencanto sin fin, su imposibilidad de consolidar relación alguna, son marcas de fábrica que los argentinos reprodujeron con afán, como lo hiciera Osvaldo Soriano en su novela «Triste Solitario y Final». Ahí es el propio Marlowe el que entra en escena actuando su gloriosa y senil decadencia. Sinner tampoco es ajeno al paso del tiempo y con cada reaparición crecen los achaques y las arrugas. Demasiado humano. La historia del detective Sinner pareció en un inicio enmarcada en los cánones del policial negro. Varón maduro, amargo y bebedor (incluidos abrigo de gabardina y cigarrillo) dedicado a resolver casos cargados por la corrupción política y económica. No se trata de misterios apasionantes –Sampayo no es Stieg Larsson–, más bien son dramas de estructura compleja y circular. Relatos abiertos y personajes que entran y salen sin aviso previo. La exploración del lenguaje del cómic alcanza en las páginas un desarrollo superlativo. Con todo rigor, puede hablarse aquí de Novela Gráfica. Se exploran la narrativa y el dibujo sin reparar en los supuestos límites del género. El relato puede interrumpirse con digresiones o con la súbita aparición de un secun-

dario que desaparece con la misma celeridad con que entró en escena. A veces la palabra se toma la página o sorpresivamente cambia el lenguaje visual de una viñeta, como ocurre cuando Sinner, después de sacar por primera vez de paseo a su hijita, se despide y aparece convertido (junto al resto de la familia y de la ciudad) en una ilustración de cuento. Momento tierno. JOSÉ MUÑOZ, EL DIBUJANTE

Si esas historias desafiaban el canon de la época, los dibujos de Muñoz eran definitivamente una provocación. Veterano de la industria argentina del cómic, Muñoz había ilustrado con dibujo convencional decenas de

guiones mediocres. Impulsado por Hugo Pratt, uno de sus mentores, dejó Argentina y emigró a Europa. Por intermedio de Oscar Zárate, otro notable del dibujo, conoció a Carlos Sampayo. Inician colaboraAdemás de guioción el 74 y el universo gránista, Sampayo es fico de Muñoz se dispara. fanático del jazz Con una estética tributaria y del tango. Esta del Expresionismo, el dibuobra y la dedicada jante realiza una operación a Billie Halliday que hoy es pan de cada día: dan cuenta de ello. abordar el cómic lejos del manual americano. Cada viñeta, como una pintura o una ilustración. Ahí están Lorenzo Mattotti o figuras como Edmond Baudoin, David B, o Christophe Blain. Un fenómeno de los 90 que Muñoz anticipó en los 70. Las viñetas del dibujante argentino parecen manifiestos. El claro oscuro en primer lugar. Como lo hicieran Noel Sickles o Milton Caniff, clásicos del cómic estadounidense, Muñoz se vale del negro con profusión. Sus páginas lucen densas, pesadas, un nubarrón del que emergen las formas nada amables de su bestiario. Aplicada con pincel, la tinta china marca el tono de los relatos, como si a esas historias les estuviera negado el color, sin medias tintas. En blanco y negro, porque finalmente enfrentan al bien y el mal, así de simple. Una moral categórica. Un dibujo rotundo. Hay personajes de Muñoz que parecen monstruos. La distorsión, que domina el estilo del argentino, se apodera de manera violenta de sus villanos. Gruesos o cadavéricos, a la manera expresionista. A veces sus rostros aparecen sin nariz ni orejas, como el protagonista de «El Grito», de Edvard Munch. Cuerpos convertidos en síntoma moral y psicológico, lejos de cualquier naturalismo. Así, José Muñoz oficia de heredero directo de Alberto Breccia; como el autor del «Eternauta», su dibujo funciona como un eco del relato y la forma huye de toda sutileza. Quizá fue aquello lo que atrajo (en 1996) a los editores de la DC para invitarlo a dibujar una historia en las páginas de «Batman: Blanco y Negro». En compañía de autores como Richard Corben, Joe Kubert o Walter Simonson, José Muñoz (con guión de Archie Goodwin) despachó una historia de terror, humor, violencia. ¡Y Batman aparece tan solo en una viñeta! Suficiente para creer que merecía un álbum entero. “Más vale feo y bueno que guapo y perverso”, Refrán.

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Cómic

Brian Epstein

El verdadero quinto Beatle Acaba de llegar una novela gráfica basada en la vida del manager, quedándonos claro que si el cuarteto de Liverpool llegó a la cima fue, de alguna forma, gracias a su concepto. Por J.C. Ramírez Figueroa

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asta hoy, la historia de Los Beatles ha sido narrada –y explicada– como un cuento de hadas. Cuatro chicos pobres y provincianos de la postguerra que persiguen su sueño son rechazados, pero siguen luchando y terminan comiéndose al mundo. Todo gracias a su rápida evolución artística y a sus magnéticas personalidades. La violencia, traiciones y escándalos financieros han sido reducidos a notas a pie de página. Y asuntos más escabrosos, como las orgías o el uso de la heroína, se han reemplazado por historias de “groupies” y de “experimentación”. En ese contexto, la figura de Brian Epstein (1934-1967) ha quedado relegada a la del manager arquetípico. Es decir, aquel ejecutivo que descubre un grupo, gestiona contratos y los acompaña en su ascenso a la fama, hasta desaparecer discretamente. Sin embargo, su muerte (producto de una sobredosis de barbitúricos) es fundamental para entender la pérdida de rumbo que llevó a la banda a hacer meditación trascendental en la India, grabar una película fallida («Magical Mistery Tour») y a detestarse a la hora de entrar al estudio, como se ve en «Let it be». “Si alguien fue el quinto Beatle, ese fue Brian”, reconoció Paul Mc Cartney en 1999. Y en 1970, John Lennon recordaba que tras su fallecimiento pensó “la hemos jodido”. Y agregó: “Supe que estábamos metidos en un lío. No me hacía ilusiones sobre nuestra capacidad para hacer algo que no fuera tocar música y tenía miedo”. Efectivamente: si Epstein no hubiera quedado

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Completísima página web dedicada al libro y la película: http://thefifthbeatle.com/

Cuatro chicos pobres y provincianos de la postguerra persiguen su sueño, son rechazados, pero siguen luchando y terminan comiéndose al mundo. Todo gracias a su rápida evolución artística y a sus magnéticas personalidades.

«El quinto Beatle, la historia de Brian Epstein». Vivien K. Tiwary. Ilustrado por Andrew C. Robinson y Kylie Baker. Panini Comics. 168 páginas. Disponible en Librería Prosa y Política (www.prosaypolitica.cl).

flechado con el grupo tras verlo en The Cavern, intrigado por los adolescentes que hablaban del cuarteto en su tienda de discos, quizá nada hubiera pasado. Él le gestionó audiciones, prensa y contratos; lo hizo vestirse de corbata y negoció su primera visita a Estados Unidos. También, claro, se quedó con las ganancias al punto que The Beatles no vieron dinero durante mucho tiempo. Esto no significa que fueran pobres, simplemente pedían una casa o un auto y lo tenían. UN MARGINADO

«El quinto Beatle» (Panini Comics) es una carta de amor a Epstein. “Me impresionó descubrir qué poca información hay”, señala en el epílogo su propio creador, Viven J. Tiwary, guionista de Broadway. Y cuenta que empezó a contactarse con amigos y familiares. “Al principio, algunos se mostraron reticentes a hablar conmigo. Pero hice lo que pude para transmitir mi interés genuino y mi pasión por el legado de Brian... Fue su lado humano y emocional el que me tocó más profundamente. Brian fue un marginado en el campo que eligió”, explica. Además de la novela gráfica (que en estos días está siendo adaptada al cine), el libro está acompañado de bocetos, objetos, artículos y un texto de Billy J. Kramer, rockero contemporáneo a The Beatles. “Me desconcierta el hecho de que Brian Epstein no fuera incluido póstumamente en el Hall of Fame of Rock and Roll”, dice. Tiwary, por su parte, señala que lo que más le interesaba transmitir era la “poesía” presente en la vida del manager: “Una historia dolorosamente humana que trata de la lucha para sobreponerse a adversidades aparentemente insuperables. Una historia sobre la ambición desmedida que proporcionó un éxito abrumador. Una historia sobre querer demasiado,

La banda hizo meditación trascendental en la India, grabó una película fallida («Magical Mistery Tour»), y llegó a detestarse a la hora de entrar al estudio, como se ve en «Let it be».

demasiado pronto, sin concentrarse en las cosas que de verdad importan”. Para el proyecto reclutó a los talentosos ilustradores Andrew C. Robinson y Kyle Baker. Bien documentados, con un trazo elegante y jugando con tonos naranjos y café, en el libro logran un efecto documental y “sesentero”. Pero lo más interesante es que, por primera vez, The Beatles funcionan como personajes secundarios. Así, nos vamos enterando del fanatismo de Epstein por las corridas de toros, obsesión que lo acompaña toda la novela, incluyendo la célebre escapada con John Lennon a Barcelona en 1967. También sus orígenes de chico judío, empresario disquero y homosexual obligado a vivir “dentro del closet” en el conservador Liverpool. Además, se reviven pasajes memorables, como su primer encuentro con la banda, el debut en el show de Ed Sullivan o la caótica gira de 1966, tras las declaraciones sobre el cristianismo de Lennon, cuando el cuarteto fue amenazado de muerte. Ahí estaba Brian aconsejando, conteniendo, luchando con sus propias melancolía y depresión. Pero lo más importante es que, tras leer la novela y emocionarnos, de alguna forma entendemos que The Beatles, como concepto, es una creación de Epstein. Que, desde los trajes y el merchandising hasta la elección del single que sonaría en la radio, eran la obra maestra de un tipo demasiado aislado que intentaba conectar con el mundo. Y vaya que lo logró.

“En verdad, si no fuera por la música, habría más razones para volverse loco”, Piotr Ilich Tchaikovski (1840-1893), compositor ruso.

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Ballet

Por Carmen Gloria Larenas

Fotos: Patricio Melo

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na lápida y unos telones que simulan un bosque, oscuro y denso. Eso es todo lo que hay en el escenario cuando la cortina se descorre y comienza el segundo acto del ballet «Giselle». Luego emergen mujeres pálidas y delgadas, verdaderos espíritus de brazos largos y cuellos de cisne, que semi-cruzan sus brazos bajo el busto, precisamente en las muñecas, clavando sus ojos casi siempre en el suelo, para ocultar su mirada vacía. Ellas están muertas. Ellas se llaman Willis. Son espíritus inquietos y vengativos de mujeres que han dejado este mundo engañadas por sus prometidos antes de casarse. Vagan de noche por los bosques buscando venganza, acechando a los traidores arrepentidos, que imploran perdón para sus conciencias por el desenlace fatal no previsto de una aventura. Ellos llevan flores con la falsa convicción de que una vez muerta esa mujer a la que han traicionado ya no puede dañarlos… Fue Théophile Gautier, poeta y escritor, aporte esencial al desarrollo de la época romántica en el ballet, quien sugirió la historia de Las Willis para una nueva creación. Se inspiró en una leyenda popular germánica recogida por el lírico alemán Heirinch Heine: “El baile es característico de los espíritus aéreos. Su naturaleza es demasiado etérea para que caminen prosaicamente sobre esta tierra, con paso ordinario como nosotros”, escribía Heine. Luego continuaba refiriéndose a las bailarinas espectrales: “Las Willis son las novias que han muerto antes de la boda. Las pobres criaturas

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«Giselle» o la magia del Romanticismo Al anunciar la Temporada 2014 del Ballet de Santiago, nadie en la compañía pensó que esta obra serviría de homenaje póstumo a Iván Nagy, ex director del Ballet de Santiago, muerto repentinamente en febrero pasado. Su versión, uno de los mejores legados del artista, transita por ese espacio, tan de moda entre los jóvenes de hoy, donde fantasía y realidad, vida y muerte, se mezclan y donde Nagy supo dejar su manifiesto artístico: el de los detalles y el de la importancia de contar una historia, más que sólo bailarla.


no pueden descansar tranquilas en el sepulcro; en sus corazones muertos, en sus pies muertos alienta aún aquel afán de baile que no pudieron satisfacer en vida; y a medianoche salen de sus tumbas, se reúnen en bandadas en las calzadas y ¡ay del joven que se las encuentre!…”. Mejor que «Crepúsculo» o que cualquier historia gótica inventada hoy. Mucho mejor. Efectivamente, las Willis son tan etéreas como férreas en su decisión de venganza. Hacen bailar a esos hombres hasta morir; los obligan, los acosan, los encierran, hasta que la mezcla de miedo, culpa y cansancio acaba con sus vidas. La muerte equivale al triunfo. Mientras Hilarión (el campesino enamorado que delata al príncipe que engaña) sucumbe, Albrecht, el príncipe, se salva por amor. El estreno de «Giselle» el 28 de junio de 1841 en lo que hoy es la Ópera de París fue un triunfo inmediato y un salto decisivo para esta manifestación artística. La época

El Ballet Romántico, del que «Giselle» es el epítome, marcó la edad adulta de la danza. Se integró al “mundo del arte” compartiendo los ideales románticos, aportando lo propio a la creación, volviendo también la mirada hacia la Edad Media como modelo mítico de un pasado de leyendas. Además, contribuyó a los efectos escénicos que por ese entonces comenzaron a ser posibles gracias a los avances técnicos y creativos de la época. En ese nuevo lugar, la danza también contó con sus propias divas admiradas, adoradas, perseguidas por un público que las idolatraba; historias propias que adaptaban gustosos poetas y escritores; y mú-

sica que creaban compositores pensando en la historia y en las bailarinas. Entonces, lo que era visto hasta ese momento como un acompañamiento de segunda categoría para las pomposas óperas, ahora tenía peso independiente. Pero los cambios no terminaron ahí: como la técnica de baile también avanzó, exigió traspasar los límites, crear nuevas posibilidades de movimiento. Por lógica, apareció la zapatilla de “Trabajamos esa entrada punta como respuesta varias horas por día. nadie a las demandas de esos diría que es necesaria esa argumentos que integraban seres espectrales dedicación a una entrada, protagónicos que no pero la verdad es que es admitían una estética “a tierra”. Era esencial uno de los momentos más contribuir al imaginario importantes y profundos colectivo y a la fantasía romántica desplazándodel ballet”. se por el escenario sin siquiera tocarlo. Y las bailarinas volaron envueltas en tules blancos, perlas en el cuello y rosas en la cabeza. Quien diría que el arte recién reconocido como tal, se mostraba también más avanzado que otros en el tema de género: el hombre ocupaba, sencillamente, un lugar secundario. El aporte de Iván Nagy

«Giselle» es una de las obras que identifican de mejor manera la labor desarrollada por Iván Nagy en dos períodos (1982-1986 y 19961999) como Director Artístico del Ballet de Santiago. Su reposición, que se presentará en el Teatro Municipal de Santiago este mes de junio, con vestuario y escenografía de Pablo

Núñez, servirá de homenaje al artista húngaro, gran artífice de la transformación del grupo artístico en una compañía de los nuevos tiempos. “Fue una persona extremadamente importante, me marcó fuertemente en un sentido artístico, lo mismo que a la compañía. Hizo que nos desarrolláramos de un modo mucho más potente. Pienso que con personas como Iván, que han hecho tanto, que han logrado tanto, que han sido tan generosos para entregar lo que saben, uno tiene la obligación de mantenerlos vivos: hay que tener siempre presente sus objetivos e ideales, y en lo posible, conservar la forma de trabajo. Dejó un tremendo legado ético y artístico, y mientras yo pertenezca a esta compañía, todo eso estará siempre presente también para las nuevas generaciones”, dice Luis Ortigoza, Primer Bailarín Estrella del Ballet de Santiago. Ortigoza se “construyó” con Nagy. Llegó a Chile muy joven y de su mano creció como bailarín de manera notable. Hoy es su heredero artístico, porque aprendió con él a trabajar algunos de los personajes más importantes del repertorio clásico hasta en sus más mínimos detalles. La entrada de Albrecht en el segundo acto de «Giselle» es un ejemplo claro de la filosofía con la que enfocaba Nagy el quehacer de un bailarín artista. “Trabajamos esa entrada varias horas por día, durante una semana completa. Tal vez nadie diría que es necesaria esa dedicación a una entrada, pero la verdad es que es uno de los momentos más importantes y profundos del ballet. Iván dedicaba mucho tiempo a la entrega interpretativa. Recuerdo que me explicaba lo que Albrecht tenía que sentir en ese momento. Para él era esencial ese detalle,

“Los grandes artistas son personas que encuentran la manera de ser ellos mismos en su arte”, Dame Margot Fonteyn (1919-1991), prima ballerina “Xxxxxx”, assoluta. Xxxxxx

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Ballet

Natalia Berríos y Luis Ortigoza junto a solistas y cuerpo de baile de la compañía del Municipal. Abajo, izquierda: Iván Nagy y Natalia Makarova en «Giselle». Abajo, derecha: el artista húngaro da instrucciones a Luis Ortigoza y a Natalia Berríos para el montaje realizado en 2010 a beneficio de las víctimas del terremoto.

decía que permitía contar bien la historia. En lo técnico, me daba algo más de libertad. Con el tiempo comprendí que él pensaba que lo técnico funciona si lo trabajas, pero la interpretación y el estado del personaje hay que sentirlo, hay que buscarlo, hay que entenderlo. Me enseñó cada paso, cada gesto, cada mirada. Me enseñó todo lo que sabía”. Albrecht llega al cementerio con culpa por la muerte de Giselle, que se enamora de él en el primer acto, creyéndolo un igual y no un príncipe, además, ya comprometido con otra mujer. Cuando se entera, la promesa de amor qué él le ha hecho se desvanece y ella enloquece antes de morir. “Cuando ve la tumba de Giselle y deja las flores, por primera Albrecht siente la presencia de algo o de alguien y no sabe lo que es… Esa “Con el tiempo comprendí explicación la llevo muy que iván pensaba que grabada, escucho la voz lo técnico funciona de Iván explicándome el por qué de esa coreograsi lo trabajas, pero la fía”, recuerda el artista. interpretación y el estado Pero la relación no siempre fue ideal. “Amdel personaje hay que bos nos respetábamos sentirlo, hay que buscarlo, muchísimo profesionalmente, y por eso nos enhay que entenderlo”. tendíamos al final. Pero tuvimos varias diferencias. Ahora pienso que si hubiera tenido otra madurez en la época, la que tengo ahora, por ejemplo, en lo personal y profesional, habría entendido mejor algunas cosas y enfrentado de mejor manera las diferencias”, dice Luis. Ortigoza cree que la gran base que tuvo Nagy gracias a la escuela rusa Vaganova en la que se formó en Hungría, fue determinan28 I La Panera

te también en su desarrollo posterior cuando decidió quedarse en Occidente. “Creo que la mixtura de técnicas, las cosas nuevas que vio y aprendió unido a su carisma, lo hicieron ser el bailarín que fue, una persona totalmente abierta a aprender”, recuerda y agrega: “Una vez me dijo ‘te tienes que plantar y decir a esta altura de la carrera: soy Luis Ortigoza, hice una carrera y bailo así. Y punto’. Ese era Iván, convencido de la valía artística de un bailarín”. El éxito del artista húngaro como Director del Ballet de Santiago también se explica por Marilyn Burr, su esposa y ex bailarina australiana. La dupla que formaban en la dirección se veía potenciada en estas obras del período romántico: Burr dominaba cada detalle y era obsesiva al respecto. Por ejemplo, las zapatillas de punta debían ser “maquilladas” para dejarlas opacas y evitar que el brillo del satín “cortara” la línea de los pies; tampoco debían hacer el más

mínimo ruido en el escenario para proteger la magia; y, cuidando que el peinado, conocido como bandeau (una onda cubre la oreja), fuera perfecto, visitaba el camarín de las mujeres del cuerpo de baile para corregirlo, una por una. También pedía respetar absolutamente el estilo del torso hacia adelante, típico de la época y que respondía a que las mujeres bailaban con corsé (no podían enderezarse completamente), y así con decenas de otras cosas. «Giselle» y su mundo romántico de amor y muerte fue el mejor escenario que Nagy encontró para dejar un legado que, sumado a sus versiones de «El Lago de los Cisnes» y «La Sylphide», enriqueció de manera determinante el repertorio del conjunto, instalando además una cultura en él respecto de estas obras. Un legado que unido a su talento, a su criterio artístico y a su capacidad de proyectarse creativamente al futuro, refundó los cimientos de la única compañía de ballet clásico de Chile.


Ópera

«Lakmé», Una singular versión del

belcantismo italiano Después de 110 años vuelve al Teatro Municipal una ópera rara y refinada, ambientada en una India fabulosa que tal vez nunca existió. Por Vera-Meiggs

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l exotismo del siglo XIX tuvo como fuente nutritiva al Imperialismo, ese impulso expansionista y culpable que estimulaba el afán de aventuras de la burguesía y el ego de unas naciones europeas seguras de vivir en la mejor de las sociedades posibles. Mientras se multiplicaban los empresarios y los burócratas destinados a cumplir funciones en tierras lejanas, los nativos de los países sometidos veían sus tradiciones relegadas a los márgenes de las ciudades y a sí mismos rebajados en las antiguas categorías sociales. No fue una situación inventada por los europeos del siglo XIX, ya egipcios y romanos tuvieron la experiencia de administrar pueblos que les resultaban extraños, salvajes y poco confiables. Para morigerar los conflictos de la forzosa cohabitación de mundos opuestos en un mismo territorio, la imaginación creativa promovió el exotismo, una suerte de reivindicación aparente de los valores de los pueblos subalternos. Las funciones en Si bien la tendencia es anel Teatro Municipal tigua, alcanzó un mayor serán los días 5, 8, 9, 11, brío a lo largo del siglo XIX 12 y 14 de julio. gracias a los nuevos medios Maximiano Valdés es el de transporte, al desarrollo director musical, mientras de la Revolución Industrial Jean-Louis Pichon está a (principal causante del excargo de la régie. pansionismo europeo) y a la Elenco: Julia Novikova fotografía, que trajo la apa(Lakmé), Nerea Berraonriencia veraz de lugares tan do (Mallika), Antonio Figueroa (Gérald), Aimery extraños como sugestivos. La traducción en el siglo Lefèvre (Frédéric) y LeoXVIII de «Las mil y una nardo Neiva (Nilakhannoches» y las exploraciones ta). La escenografía y del África contribuyeron al vestuario son de Jérôme estímulo de la fórmula cláBourdin, y la iluminación, sica “En un país muy lejade Michel Theuil. no”, espacio virtual donde se anida lo que el racionalismo ha intentado expulsar de los salones del pensamiento oficial occidental. La inflación del ego individual, que se tradujo en el Romanticismo, con sus desbordes emocionales y sus lejanías metafísicas, contribuyó naturalmente a popularizar una actitud creativa que tendía a situar al conflicto doméstico en una escenografía misteriosa que debiera dignificar sus posibles significados. Así las cosas, era fácil descubrir que todos los caminos podían conducir a la India. El subcontinente fue meta tradicional de aventuras expansionistas desde la época persa. No hubo militar de fuste que no intentara apoderarse de ella y muchos lo lograron por algún tiempo. Los ingle-

La soprano Patricia Cifuentes interpreta a Lakmé en la versión nacional de la ópera de Léo Delibes.

ses se fueron instalando paulatinamente ahí a partir del siglo XVII, pero el dominio total del territorio se alcanzó a mediados del XIX, cuando finalmente la reina Victoria fue proclamada Emperatriz de la India. Jorge VI, padre de la actual reina, sería el último soberano en ostentar el título. Puede que India sea el país más visitado por el exotismo, especialmente el francés. Ahí se ambientan varias óperas y más de algún ballet. Gustave Moreau con sus pinturas decadentes influenciadas por el arte hindú contribuiría a nutrir el imaginario literario de la época. LA JOVEN HINDÚ

Basada en la novela «Rarahu ou Le Mariage» (Rarahu o El matrimonio), de Pierre Loti (1880), «Lakmé», estrenada en 1883, tenía adoquinado el camino para su éxito porque no intentó descubrir ninguna nueva veta. Léo Delibes (1836-1891), su compositor, debe su fama a los ballets «Coppelia» y «Silvia», aunque también compuso varias otras óperas, ninguna de las cuales se mantiene en el repertorio. «Lakmé» logra permanecer por razones que son estrictamente musicales. No hay en su argumento símbolos ocultos, ni caracteres dramáticos muy originales, tampoco nostalgias imperialistas que pudieran avivar el espurio interés occidental. Lakmé es la hija de un brahmán fanático; y Gérald, un oficial británico, representante del gobierno

que ha prohibido la religión hindú. Todo es imposible entre ellos, pero tendrán que confirmarlo entre idas y venidas por un jardín sagrado y una fuente milagrosa. Léo Delibes fue un aplicado compositor y un eficaz funcionario de las empresas que lo contrataron. No hay en su biografía desplantes temperamentales o fructíferas depresiones. «Lakmé» (1883) da cuenta de su oficio y del conocimiento esmerado del género, pero todo esto no significa carencias formales o arideces melódicas. Más bien garantiza un plato bien servido según las convenciones de la época. Sus dos momentos más conocidos se cuentan entre las cumbres de la ópera francesa. El llamado Dúo de las Flores es un seductor fragmento de sensual cromatismo melódico, en que las voces de la soprano y de la mezzo se entrelazan en un diálogo algo banal sobre la naturaleza, pero el encanto de la orquestación y la seducción de la melodía la hacen número fijo de todo recital en el que se cuente con las dos voces. En disco es muy celebrada la versión de la soprano Mady Mesplé (1931), una de las grandes intérpretes del rol, acompañada por la mezzosoprano Danielle Millet. En Youtube sacan chispas Ana Netrebko y Elina Garança, lo que también es un festín para los ojos masculinos. El aria de las campanillas es la apoteosis del belcanto decimonónico. Cuando ya ese estilo estaba en franca retirada, Delibes lo recuperó como forma de homenaje y de cierre definitivo de una época. “Où va la jeune hindoue?” se pregunta Lakmé y se da una respuesta tan refinada e intrincada musicalmente que las sopranos de coloratura la han tenido como referencia desde entonces, ya sea para evitarla con prudencia o para enfrentarla bien preparadas. Amelita Galli-Curci y Lily Pons estuvieron entre sus más aplaudidas intérpretes en la primera mitad del siglo pasado. Obviamente, Joan Sutherland también dejó una versión en la que hizo brillar su deslumbrante técnica, pero ninguna pudo opacar la emocionante interpretación de María Callas para el aria, la que nunca cantó en el escenario. En tiempos recientes, Nathalie Dessay y Sumi Jo han salido airosas de tan prestigiosas comparaciones, lo que ya es todo decir. En la versión que ofrecerá el Teatro Municipal de Santiago entre el 5 y el 14 de julio, la soprano rusa Julia Novikova, ganadora del concurso Operalia 2009, tendrá a su cargo el rol titular. Estrella emergente, con gran capacidad para la coloratura y avalada por un creciente prestigio internacional, Novikova viene a estrenar el papel a Santiago, aunque el aria famosa forme parte desde hace mucho de su más celebrado repertorio. Junto a ella estarán la mezzosoprano española Nerea Berraondo (1988); el tenor canadiense Antonio Figueroa; el barítono francés Aimery Lefèvre, y el barítono brasileño Leonardo Neiva. El elenco de la versión nacional lo integran Patricia Cifuentes, Gloria Rojas, Christophe Berry, Ramiro Maturana y Ricardo Seguel.

“La felicidad es interior, no exterior; por lo tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos”, Henry van Dyke (1852-1933), escritor estadounidense.

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Música

María Perlita Fuiste y volviste Luego de muchos arribos temporales, esta figura de la canción solista se reinstaló en el circuito. Sus primeras grabaciones llegaron a Chile desde Francia, pero ahora viene a refundar su historia musical con el repertorio nuevo y vibrante de «Moneditas», disco que ya se está escuchando.

D

os veces María Perlita ha debido enfrentar procesos creativos estando encinta. Primero en Francia, cuando –mientras esperaba a su hijo Julián– preparaba la grabación del EP «Dingo dongo» (2010). Las circunstancias se replicaron en 2011. Entonces debió cantar embarazada de Marina en el Festival Rock Carnaza de Valparaíso, ocasión en la que quedó registrada una magnífica versión de «Llamada», con varias voces sampleadas por ella sobre la marcha. “He debido combinar la composición con la maternidad. Pero lo más difícil no es encontrar los momentos libres para trabajar, sino concentrarse en la tarea cuando los encontraste”, dice una de las primeras solistas de cantautoría femenina aparecidas en la década pasada y, en consecuencia, abrieron puertas a la inmediata explosión de nuevas autoras. Así transcurrieron los últimos cuatro años desde ese pequeño disco de cinco canciones con las que cerró su estada en Francia. Antes, en 2006, había hecho su estreno en vivo como la desconocida telonera de la cantante francesa Olivia Ruiz. Entonces mostró sus canciones tempranas al público: «Cuidado», «Aquí y ahora» y «Me cuido». Poco después, en Francia, ella terminaba «Panc» (2007), su disco debut, con la colaboración del músico, artista y gestor Ramuntcho Matta. Y final-

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Con su regreso definitivo, concluyó la creación de nueve canciones más. Las primeras las estrenó en el reciente ciclo de conciertos «Ellas cantan solas en Otoño». Ocho minutos extraviados Antes de publicar «Panc» (2007), y antes incluso de ese primer concierto en la Sala SCD de Bellavista como telonera de Olivia Ruiz, ya había difundido a través de algunos correos electrónicos una canción inicial. Fue la primera vez que se habló de María Perlita. «No me ves» se movió entonces de boca en boca entre esos seguidores de una figura tan nueva que –debido al nombre– incluso se pensó que se trataba de una cantante mexicana. Ocho minutos y cuarenta y seis segundos dura «No me ves», rango que la sacaba completamente del formato de canción pop. Es música en progresión, casi un trance, con capas sonoras instaladas a lo largo de ese recorrido. “No te creo / si no me ves”, dice su letra, un lamento y una resignación. “Ni siquiera sé dónde está esa canción ahora”, dice, aunque «No me ves» aún se puede escuchar en internet. “En su momento no pensé en incluirla ni en «Panc» ni en «Dingo dongo», porque era otro tipo de música comparada con la que estaba haciendo en esa época. Y tampoco estoy de acuerdo en regrabar cosas antiguas, pero tal vez podría aparecer como ‘track fantasma’ en algún próximo disco”, agrega.

José Moraga

Por Antonio Voland

mente se instaló en Burdeos junto al compositor electroacústico y colaborador Javier Majluf. ESTAMOS AQUÍ Y AHORA

Con su regreso definitivo a Chile, María Perlita concluyó la creación de nueve canciones más. En algunas de sus visitas desde Francia pudo estrenar las primeras que escribió, al igual que en el reciente ciclo de conciertos «Ellas Cantan Solas en Otoño», donde además actuaron Denisse Malebrán, Paz Court, Mariel Mariel, Carolina Nissen y Betania López. En agosto tiene previsto lanzar en un teatro de la capital el repertorio completo del que será su tercer trabajo. “Hay diferencias en muchos aspectos entre este disco y los anteriores. Partiendo por el diseño de las carátulas, que en «Panc» y «Dingo dongo» fueron dibujos míos: los últimos rastros de mi paso por la escuela de Arte.


Tampoco tendrán títulos onomatopéyicos. El disco se llamará «Moneditas». Y las canciones ahora están más estructuradas que antes, cuando eran un gran desorden”. –¿En qué sentido? “Antes escribía canciones sin ninguna estructura. Eran como un elástico. En realidad, no eran canciones desordenadas sino que mi creatividad funcionaba en forma más intuitiva. En los tiempos de «Panc», yo no quería saber lo que estaba haciendo. Simplemente lo hacía. Pero cuando mostraba las canciones a los músicos, a ellos les costaba mucho entender cómo eran”. –¿Y cómo viene la mano en «Moneditas»? “Me fui estructurando no más, o sea, haciendo que las canciones tuvieran un orden y no fueran pura intuición. Además, me he estado acercando a los estilos, una milonga, una ranchera, un reggae. Se podría decir que es una apropiación de los estilos a partir de mi ignorancia. Pero eso le da frescura y creo que funciona muy bien. Me siento como un filtro: después de escuchar a Chavela Vargas por cinco años, me sale una ranchera súper personal”.

Caras y carátulas

composición con la maternidad no más. Pero lo más difícil no es encontrar los momentos libres para trabajar, sino concentrarse en la tarea cuando los encontraste”.

Esa ranchera es «Almas gemelas», canción emparentada con «Valsecito del río». Un nuevo corrido en «Moneditas» es «El barzón», del mexicano Miguel Muñiz; un reggae francés es «Le fleuve» , y una canción tipo chanson es «Deux quatre pass». «Tuyo» es un rock radiable, y «Triste », una milonga que María Perlita canta esta vez con Nicole y Paz Court como invitadas. Todas están grabadas con una agrupación instrumental mayor, en contraste con la experiencia anterior, en la que sus canciones se basaban en la guitarra acústica, los detalles electrónicos y la voz. La banda para el lanzamiento será con Javier Majluf (guitarra eléctrica y computador), Maximiliano Flynn (contrabajo), Claudio Fierro (batería) y Cristóbal Dahm (saxofón). Y María Perlita. –¿Quién es realmente María Perlita? “Me llamo Daniela Jordán. A María Perlita la encontré por ahí, en una caleta de Algarrobo. Estaba buscando locaciones para unas fotos, porque en ese tiempo trabajaba como directora de arte en cine y productora de publicidad, y de repente vi un bote que se llamaba María Perlita. Así apareció: fue preciso”.

Alejandro Castro La guitarra de palo

Daniel Puente Encina Golpear, dar y recibir

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unto a los integrantes del trío que encabeza el guitarrista Alejandro Castro aparecen, depositados en el piso, los vinilos «Led Zeppelin III» y «Led Zeppelin IV». No están ahí solamente como simple escenografía en la fotografía, sino como el símbolo de un espíritu musical que brota en este disco editado por el sello CHT Müsik. Si Alejandro Castro es un solista formado en el flamenco, entonces «Bulería rock» viene a representar una experiencia inédita de acceso al flamenco. «Rock con guitarra de palo», dice el músico en su estreno discográfico. De Jimmy Page a Paco de Lucía, en esa diferencia aparece un nombre más para tener en cuenta. John McLaughlin es la verdadera referencia para una propuesta tan personal como la de Castro, que pretende convertir al flamenco en una herramienta de potencia e improvisación. Riffs severos («THC», «Bulería rock»), aires mediorientales («Reencuentro», «Más raro que gitano funky»), toques blueseros («No te mientas»), inspiraciones flamencas («Solo por ahí?») y momentos sicodélidos («Drama») completan el paisaje sonoro del guitarrista, en una idea que aún requiere tiempo para consolidarse.

Marco Reyes Así de simple

“He tenido que combinar la

[ por Antonio Voland ]

F

ue un pionero en la apertura de espacios musicales en el hoy sobredimensionado barrio Italia. Así, Marco Reyes convirtió a Rubik en un hábitat casi natural, pues durante dos años lideró allí a diversos ensambles jazzísticos, tocando semana a semana frente al público, y consolidando de esta manera su proyecto propio. Reyes, que es un músico formado en el contrabajo en ciudades europeas como Graz y Rotterdam, obtuvo sus respuestas finales a lo largo de aquellas sesiones nocturnas de jazz. «Marco Reyes Cuarteto» es su primer disco (editado por el sello Pez), una pieza de poco más de treinta minutos que viene a abrir una compuerta hacia la apreciación de un repertorio elegante, simple, melódico y pulsante, ajustado en una tradición que jamás falla: el jazz mainstream o el jazz straight ahead, es decir, ése que va “directo al frente”. El cuarteto con saxofón es uno de los formatos más excitantes que se puedan escuchar, y aquí los músicos demuestra cuán calibrados están en la interacción. Son Claudio Rubio (tenor y soprano), Lautaro Quevedo (piano) y el ya histórico Alejandro Espinosa (batería), que dejan una marca y otra en los momentos rítmicos de «Seis» o «Flor (para Florencia)», o en el inspirado sentimiento de «Chichi» o «Inestable».

eterano de bandas post punk y rock alternativo como Pinochet Boys (1984) y Parkinson (1988), Daniel Puente Encina ya había sorprendido en su regreso tras un silencio extendido con un bigote prominente, un sombrero de cowboy, una guitarra blusera al hombro y su disco «Disparo». Las transformaciones no son impedimento para un músico tan interesante como Puente Encina, quien vuelve a encender la alerta desde Hamburgo con este «Chocolate con ají»: están ocurriendo cosas. Si algo ha aprendido es que la vida no es bella, pero que siempre nos dará una sorpresa: la ley va pisándote los talones, una mujer te ofrece su asilo, el diablo te tiende trampas y pase lo que pase despiertas al día siguiente. Las canciones de Puente Encina son salvajes, estimulantes y sexies, y en su mexicanísima mezcla caben muchos ingredientes más que el chile y el chocolate: un ritmo de chachachá en recuerdo a Cheo Feliciano, rock, blues, cumbia, son y tango milongueado. Allí, en «Siluetas», Puente Encina sufre y se resigna: “Aprendí a golpear, dar y recibir”.

Javiera Barreau Madre en años luz

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ivir para correr, comer para jugar/ qué linda tu cartita que pegué en mi mural”. El arpegio limpio de una guitarra señala el rumbo de la música y la poesía que esta artista muestra en «Matriz», su primer disco. La canción femenina se ha instalado en Chile como signo de los tiempos. Al lado de figuras de gran exposición mediática –como Camila Moreno y Pascuala Ilabaca– trabajos autorales como los que presenta Javiera Barreau no debieran permanecer ocultos. La cantautora se aleja de ese tono que envuelve a la trova latinoamericana para encontrar un sentido folk de mayor libertad en sus canciones. Por momentos, éstas alcanzan dimensiones de música pop, aunque sin más revestimientos que los colores acústicos de que dispone, el rasgueo de las cuerdas, la aparición de un cello, el fondo de un contrabajo, la luminosidad de un charango, y también su bonito timbre vocal. Es una música transparente, con un canto libre y una defensa poética de la mujer fortalecida como madre y criadora: en canciones como «Extremos de mis pies» y «Bonita», dedicada a Sabina, una niña capaz de lanzar ideas inesperadas: “No me encantan las verduras”.

Nombres propios Payo Grondona (1945-2014)

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alparaíso sufre el olvido en el casco histórico, arde en los cerros abandonados y también pierde a sus héroes musicales. Primero fue el trovador Gitano Rodríguez; luego, el cantor de los bares Jorge El Negro Farías. Este año partieron el maestro de la guitarra folclórica Ricardo Acevedo, y Gonzalo Payo Grondona, un nombre que se instaló mucho más allá del cerro mayor de Playa Ancha (donde nació y se crió) con un canto que avanzó por diversos caminos hasta convertirse en canción nacional. Desde 2012 estuvo en grave estado de salud tras un accidente cerebrovascular. Mucho después, el 8 de enero pasado, Grondona murió en un hospital de Quilpué, en una agonía injusta. Valparaíso volvió a perder algo más de su historia con el hombre que escribió melodías sustanciales, como «La muerte de mi hermano», grabada en 1967 por el grupo beat Los Mac’s y acreditada como la canción fundacional del rock chileno, o el retrato social que pintó en «La Nelly y el Nelson» (1971) a través de esos pololos comunes y corrientes del Chile que ya desapareció.

“Donde mueren las palabras, nace la música”, William Shakespeare (1564-1616), dramaturgo, poeta y actor británico.

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Literatura

AQUÍ ESTÁ JACK

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n el número 41 de esta revista hay un artículo sobre el documental «Room 237» (Rodney Ascher, 2012) basado en las múltiples interpretaciones dadas (unas plausibles, otras marcianas) a la película «El Resplandor», del obsesivo Stanley Kubrick. En este documental se subrayan detalles nimios, prácticamente invisibles, capaces de dar un vuelco a todo el argumento, de establecer teorías conspirativas o de vincularse a la propia biografía del autor. Por ejemplo, la máquina de escribir con la que Jack Torrance (el personaje encarnado por Jack Nicholson) pierde definitivamente la cordura. Pues bien, dicho artilugio es de marca germana. Algo traducido como una alusión al Holocausto nazi. Es más, la marca es Adler, palabra alemana que en castellano significa águila, el símbolo del Tercer Reich. Según los analistas de la película, Kubrick establece una clara relación entre la “maquinaria burocrática” de matar judíos, es decir, los nazis, y la máquina de escribir. Para confundir aún más, durante la película la máquina cambia de color. Se viene otra interpretación. Un Jack sumido en la absoluta locura escribe cientos de veces la frase “All work and no play makes Jack a dull boy” (“mucho trabajo y poca diversión convierten a Jack en un aburrido”). Los diseccionadores de la metáfora creen que “All” se convierte en A11, en referencia al Apollo11, otra teoría vinculada a la película (les recomiendo ver el documental para conocerla). A todo esto, otros responden que la máquina era del propio cineasta, y que la eligió sin pensar mucho en su significado. Pensemos aquí en la afirmación de Susan Sontag en su ensayo «Contra la interpretación», cuando dice que a veces un personaje es un personaje y no tiene por qué representar, por decir algo, a los Estados Unidos o a los ideales perdidos de una generación. ¿Qué hacemos? Kubrick nunca explicaba sus largometrajes porque afirmaba que su lectura era cosa del espectador y las respuestas estaban dentro de sus filmes. Esto revela el por qué los expertos, críticos de cine y una legión de espectadores con insomnio andan “como pollo sin cabeza”, delirantes, al borde del colapso como Jack Torrance ante la máquina de escribir: “mucho trabajo y poca diversión”. 32 I La Panera

Mucho trabajo y poca diversión

Existen obras que pueden ser abrumadoras. Creaciones con tantas dobles lecturas, metáforas superpuestas y posibles sentidos que su análisis no conlleva disfrute, sino sufrimiento. Ante el silencio del autor, la sobreinterpretación es el mayor peligro. Por Juan José Santos M.


EL GRAN BORRADOR

L

a madre del cordero es la novela «Finnegans Wake» (1939), de James Joyce. Es la Moby-Dick de los críticos literarios. Según dice la leyenda, Jorge Luis Borges afirmó, hablando de esta inmensa obra, que no leía “borradores”. Debido a la complejidad de las frases y las palabras vertidas en sus hojas, su traducción resulta casi imposible. Tan sólo Víctor Pozanco (Editorial Lumen, 1993), un traductor aventurero y temerario, se atrevió a pasarla al castellano, con resultados muy criticados. La explicación es que únicamente el 15 por ciento de las palabras está en inglés. Las demás son una mutación extraña que da como producto palabras nuevas, de múltiples significados. Fijémonos en el título del libro. Apunta a un personaje llamado Tim Finnegan que aparece en la novela, y a su plural (varios Finnegans), a un mito irlandés (Finn MacCool, un gigante dormido), a la idea de regreso (Fin again, otra vez), a la de resurrección (wake en castellano significa despertar), al final de la vida (wake también se traduce como velorio) o a la metáfora de la vida como constante fluir (otra acepción de wake: estela). James Joyce tardó en escribir esta obra diecisiete años. Una novela experimental donde jugó con el lenguaje y con la trama: al despiste, a la provocación y al desconcierto. Pese a la mala acogida general, sus 628 páginas tienen conocidos defensores: Anthony Burgess, Harold Bloom o John Lennon. La artista visual española Dora García realizó recientemente un trabajo en vídeo titulado «The Joycean Society» (2013), que retrata a miembros de una sociedad de lectores de Zúrich muy especial. Llevan leyendo e interpretando el libro «Finnegans Wake» desde 1988. Y en cada nueva lectura lo reescriben (literalmente). Tardan en dar una vuelta al libro once años, así que van por la tercera ronda. Y cada vez es distinta, porque logran encontrar sentidos diferentes a la vez anterior. Un grupo de humanos dedicados a hurgar entre las letras, discutir por sus intenciones y regresar sobre sus pasos. Si Borges los hubiera conocido… Estos dos ejemplos, «El Resplandor» y «Finnegans Wake», me llevan a varias preguntas: ¿Interpretamos o sobreinterpretamos? ¿Qué utilidad tiene el análisis exhaustivo de obras tan complejas? ¿Qué opinan las familias de los miembros de la «Joycean Society»?

Y LÍBRANOS DEL LIBRO, AMÉN

I

ntentemos interpretar las interpretaciones. Y para librarnos del libro o, al menos, de su esclavitud, me agarro a otro libro. «Interpretación y sobreinterpretación» (Cambridge University Press, 1995) es un compendio de las participaciones de Umberto Eco y otros expertos en semiótica en un ciclo de conferencias de Cambridge. No se asusten: lo que parece un tostón a la altura de «Finnegans Wake» es una posible y pensemos aquí en la entretenida solución al afirmación de susan atolladero. Comienza con un sontag en su ensayo análisis del origen de la «contra la interpretación», interpretación literaria: cuando dice que a veces un “La trascendental tarea de establecer el signipersonaje es un personaje ficado de la Palabra de Dios”. Es decir, la Biblia. y no tiene por qué Desde entonces y hasta representar algo. hoy vamos dando tumbos, sobreinterpretando los textos o, como afirma Umberto Eco, incluso “interpretando mal”. Es decir, que el espectador no tiene libertad total frente a una obra, de arte, cine, literatura o de lo que sea. La tiene si su objetivo es “usar el texto” para ilustrar otra idea, o dirigirse hacia otro objetivo. No la tiene La máquina de si lo que quiere es interpretar. No toda concluescribir de «El sión es válida. Eco pone este ejemplo: “Si Jack Resplandor» el Destripador nos dijera que hizo lo que hizo ha provocado sobre la base de su apreciación del Evangelio muchas interprede Lucas, sospecho que muchos críticos orientaciones que retados hacia el lector se inclinarían por pensar lacionan al filme que había leído a Lucas de un modo bastante con el nazismo y el Holocausto. extravagante”. En resumen, hizo una lectura

Debido a la complejidad de sus frases y de sus palabras, la traducción de este libro del autor irlandés James Joyce resulta casi imposible.

errónea. Siguiendo el hilo, se habla de una “intención del texto”, independiente y compatible a la intención del autor y a la del lector. Es decir, que tampoco podemos ser cautivos de lo que diga el autor. Simplificando y despresurizando el artículo. Sólo una puerta no nos lleva a otra trampa: la “hipótesis económica”. Aquel análisis que tiene sentido, que no complica aún más la obra y su disfrute, que posee lógica. ¿Decir que la primera palabra escrita por Jack Torrance en su máquina de escribir es una referencia al Apollo 11 es económico? No. ¿Usar una marca alemana como alusión al holocausto nazi? Sí. Gracias al conocimiento de la película (hay otras alusiones similares) y al conocimiento del autor (su rechazo a los nazis). Como ya habrán dilucidado, cuanto mayor sea su noción del autor y de la obra, más fácil será generar estas “hipótesis económicas”. Y en ese momento se puede ser capaz de decir cuando una obra es tan simple y débil que el esfuerzo no es caer en la sobreinterpretación, sino sencillamente realizar una deducción interesante. Todo esto es muy tedioso si nos olvidamos del objetivo de estas diatribas. Ser conscientes de en qué momento decir “basta” a nuestro cerebro, que deje de generar conexiones que no llevan a ninguna parte y que encima están destrozando la creación de otra persona. La intención es entender, comprender mejor la obra, y disfrutarla en su totalidad (o en sus totalidades). Que lleguemos a un punto exitoso en el que haya mucho, o poco trabajo (depende de sus habilidades), pero mucha diversión. Se dice que los críticos no disfrutan cuando están frente a su “víctima”, ya que de tanto análisis, tanta contorsión intelectual y tanta observación, sólo llegan al continente. Terminemos con lo que dice Eco de su interpretación exhaustiva de la novela «Sylvie», de Gérard de Nerval: “Por el contrario, tras este análisis siempre he sentido nuevos placeres y he descubierto nuevos matices al releer «Sylvie». Para explicar este sentimiento y esta persuasión racional, he dicho alguna vez que incluso los ginecólogos se enamoran”.

“Si las comprendes, las cosas son lo que son. Si no las comprendes, las cosas son lo que son”, proverbio zen.

La Panera I 33


Literatura

Una cáustica visión

de la familia “¡Júralo por tu mamá!”, “alguien me ha tomado del brazo a centímetros del abismo”, “las cosas terribles le pasan a gente terrible” o “he visto las grietas que se abren hacia lo negro” son algunas de las demoledoras frases que encontrará el lector en la nueva entrega de Nicolás Poblete, un volumen de cuentos donde lo cotidiano se vuelve extranjería y estupefacción.

Por Carolina Andonie Dracos

«Espectro familiar» Nicolás Poblete Ceibo Ediciones 207 páginas $9.975

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Julia Toro

N

icolás Poblete –doctor en Literatura Hispanoamericana, periodista y académico de la Universidad Chileno Británica de Cultura– ha logrado construir un sólido corpus narrativo que se ha traducido en siete novelas publicadas y una serie de relatos incluidos en distintas antologías, como «Los mejores cuentos del siglo XXI», de Camilo Marks, o «cl. Textos de frontera». Su pulcra escritura y el manejo de la tensión le han valido una larga lista de reconocimientos, como los del destacado crítico peruano Julio Ortega, que escogió su nouvelle bilingüe «En la isla/On the island» como una de las mejores producciones de 2013. Asimismo, la traducción al inglés de su novela «No me ignores» se encuentra disponible como e-book en Kindle Books, USA. Su talento, oficio y ese afán por ir más allá de lo comercial llamaron la atención de Benjamin Bollig, académico de la Universidad de Oxford, que escribió el texto de la contraportada de «Espectro familiar», su más reciente entrega, señalando que el mayor logro de este volumen que explora los vericuetos del miedo es que “uno lee, y a cada frase teme la siguiente, pero no puede dejar de leer”. Llamamos espectro a un fantasma, a la representación de algo sobrenatural o aterrador, pero también a un conjunto de elementos que conforman un todo. Ambas acepciones son pertinentes en esta serie de

Su pulcra escritura y el manejo de la tensión le han valido una larga lista de reconocimientos. el escritor chileno ha logrado construir un sólido corpus narrativo que se ha traducido en siete novelas publicadas y una serie de relatos incluidos en distintas antologías.

nueve relatos que gira en torno a la familia y sus zonas más abisales. En «Espectro familiar» la voz cantante es siempre perturbadora, como la del padre que rastrea en el correo electrónico de su hijo las causas de su suicidio («Señuelo»); o la de la niña que trata de minimizar el dolor de una violación lacerando su propio cuerpo («Quirquincho»), o la del joven bipolar que espera normalizar su vida buscando trabajo, con la venia de su madre («Samuel G»). “Todos los cuentos forman parte de la misma constelación, que tiene que ver con la familia y los fantasmas que hay en ella, sus ansiedades y proyecciones, así como con el factor amenazante en que se transforma algo cotidiano. Quería abordar aquí la desfami-


[ Retweet] liarización de lo habitual o el extrañamiento del que habla Mijaíl Bajtín (crítico, teórico y filósofo soviético), lo que también plantea Sigmund Freud en su ensayo ‘Lo ominoso’, es decir, cuando se comienza a ver con los ojos del terror lo que antes era normal o cercano. Esa sensación recorre todos los cuentos”, explica Poblete. –Como en «Testarudo» –sin duda uno de los relatos más conmovedores del libro–, donde un hijo juega a las escondidas con su padre para encontrar a su madre muerta hace un año. “Ese fue el primer cuento de la colección que escribí. Tiene que ver con el duelo, con lo difícil, sino imposible, de llevarlo a cabo. Como cuando la gente te pregunta: ‘¿superaste esto?’, cuando en realidad nunca se supera. Más bien se aprende a vivir con ello. Es como una herida; la piel no vuelve a ser la misma de antes”. –Además, se plantea la idea del padre que se vuelve hijo de su hijo. “Muchos podemos entender que los roles van cambiando a lo largo de la vida. Fuiste niño que necesitó protección, pero luego vas a tener que proteger a otro, ya sea a un padre anciano o a una mascota. Incluso hay gente que dice: ‘Para algo tuve hijos, para que me cuiden cuando sea viejo’. Cuando se es más joven no se tiene la suficiente experiencia como para proyectarse en una situación de retribución, necesitas un poco más de edad para ver esa fluidez”. –El convertirse en sostén cuando nadie cree que tienes las herramientas para hacerlo también está presente en «Triángulo de vida». “Efectivamente. Ahí la protagonista es una mujer relativamente joven que empieza a ser asesora del Ministro de Cultura en el gobierno que asume durante el terremoto de 2010. Quería trabajar la sensación de sentirse solo en una desgracia, a partir del concepto de ‘triángulo de vida’, esa zona segura donde debes ubicarte durante un sismo. La metáfora es que todos se cubren con la protagonista, que actúa como paraguas, incluso de su marido, un comentarista de televisión que la deja sola para el terremoto, tratando de salvarse él y a la guagua de ambos”. –Tanto en este libro como en tus entregas anteriores hablas de temas difíciles, de lo que no se quiere decir, como las agresiones, las enfermedades y la muerte. “Uno puede escribir de todo, pero también hay cosas que uno puede narrar y que nadie quiere leer. Hay que preguntarse por qué estoy escribiendo esto, ya que el formato de ficción no es un diario de vida. Mis libros no son

best sellers. Para que lo sean, si escribo de violación o de muerte, debo enmarcarme en un formato como la novela detectivesca o que el texto sea filtrado para penetrar en el público lector de manera más comercial. Quizá mis obras son más opacas, más duras”. –Aún así, los cuentos de «Espectro familiar» se van potenciando y el lector quiere seguir avanzando, por más despiadado que se muestre el panorama. ¿Hoy un común denominador en todos los personajes? “Quisiera pensar que no. En el libro hay distintos personajes, ya sea en términos sexuales, etarios o sociales. Partimos con uno marginal, temporero (‘Que seas feliz’); luego con una actriz de clase acomodada (‘Primates suicidas’); otro, con un niño genio (‘Control remoto’), etc. Lo que encuentro más estimulante es ver cómo esas voces se van a expresar, más que cómo lo haría yo. A veces percibo en otros escritores de mi generación un afán por narrarse a sí mismos, sin mayor creación de personajes. Lo interesante para mí es la creación de caracteres, donde no hay equivalencia entre autor y voz narrativa”. –Llama la atención el manejo de lo religioso, específicamente cuando la relación con Dios se transforma en un síndrome. “En ‘Que seas feliz’ hay muchas referencias. De hecho, fui a una iglesia y tomé apuntes. Necesitaba documentar un poco mejor eso para hacer más verosímil el personaje y abordar el hecho de apelar a la divinidad como carta blanca, en el entendido que se tiene una autorización que nadie puede disputar. En este cuento, la misiva que le escribe el protagonista a su esposa expone el contrapunto entre el matrimonio, ambos sujetos marginales, y el discurso religioso que se les ha impuesto, que lleva al suicidio de él con sus hijas”. novela gótica Durante agosto, Nicolás Poblete viajará a Zabreg para presentar «Cardumen» (2012), recientemente traducida al croata. Mientras, el autor se encuentra dando los últimos toques a una novela gótica que publicará en 2015, y que cuenta con los dibujos en blanco y negro de una ilustradora científica italiana. A esto se suma su participación en la instalación que hará la artista visual Voluspa Jarpa (creadora de las portadas de «En la isla» y «Espectro familiar») y que será registrada por la documentalista Carmen Luz Parot: “Es una apuesta muy provocativa, en la que le enseño inglés a Voluspa, durante 30 lecciones, a través de los archivos desclasificados de la CIA. La idea es usar ese material en vez de los libros de texto para poder dar exámenes curriculares como First Certificate o Toefl, lo que resulta un gran desafío, ya que la mayoría de los archivos de la CIA tienen borrones, por lo que no puedes decodificarlos completamente, sólo intuir ciertas cosas”.

1. @bea_guerrerop: Chile tiene el impuesto al libro más alto del mundo. Yo quiero y exijo #LibrosSinIVA pic.twitter. com/ExWHOoY4jb 2. @econonuestras: Sobre por qué es necesaria la reducción del IVA al libro http://eldesconcierto.cl/por-que-quierolibros-sin-iva/ … 3. @eldesconcierto: 
Existe relación directa entre el bajo impuesto al libro y el desarrollo cultural y económico de un país #librossiniva http://buff.ly/1v6x3SB 4. @manuel_guerrero: “La lectura debe ser una de las formas de la felicidad” decía Borges. Acceder al libro no debe estar mediado por el IVA a bienes de consumo. 5. @Munir: En vez de pedir libros sin IVA, pediría liberar de todo arancel aduanero a la importación de libros para uso personal. 6. @Cooperativa: Campaña Libros Sin IVA: La discusión se zanjará en Hacienda http://bit.ly/1sHdEpd pic.twitter.com/ UvA7WQeBT1 7. @tardesdecine: Si el IVA al libro fuera directo sin pasar por Hacienda a un instituto chileno del libro que fomente lectura, yo también apoyaría su existencia. 8. @ceppdi: “Las razones argumentadas son parte del argot neoliberal: que no fomentará lectura, que eliminarlo es regresivo”. IVA. http://www.sentidoscomunes.cl/librossin-iva-el-gesto-que-falta/ … 9. @Voknahelio: Los más contentos del sin IVA a los libros serían mis amigos libreros que van a cobrar lo mismo y no pagarán impuesto. 10. @Alex_is20: #ArgentinaTeRegalamosAMishel y que nos manden libros baratos y sin IVA, para que la gente se eduque y no vuelva a votar por los mismos de siempre. 11. @cotecumplido: Me parecen acertados los argumentos de @GiorgioJackson con respecto al IVA al libro. Si no se traduce el 19% al precio, es marginal. 12. @T13:
Boric y Jackson votan contra eliminar IVA al libro y abren debate sobre efectos de la medida http://ow.ly/ wN9vk pic.twitter.com/hvsGexCOLH 13. @mcoloma: Se equivoca @gabrielboric cuando dice que los ricos serán los favorecidos. Los lectores están en todos los quintiles pic.twitter.com/INqFTOqjLM 14. @AOrostica: No sé por qué están hablando del IVA a los libros, pero aprovecho para hacerme autobombo y explicar por qué no hay q bajarlos en http://ballotage.cl/2012/07/ libros-sin-iva-el-remedio-peor-que-la-enfermedad/ … 15. @escobarvilaben: Los mega conciertos no pagan impuestos; los libros, sí. Prioridades de la patria. #librossiniva 16. @justacitizen: Comprar el libro más vendido este 2014, equivale aproximadamente a dos semanas de transporte público http://bit.ly/1nsgnja #librossiniva

“La literatura es siempre una expedición a la verdad”, Franz Kafka (1883-1924), escritor judío checo.

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Literatura Mariana Enríquez

Los márgenes y sus habitantes

leonardo garcía

se siente, a veces de modo inesperado, y que provoca la imagen de la muerte: alguien pasó por mi tumba. Asimismo, Galerna reeditó su novela post-gótica «Bajar es lo peor», publicada originalmente hace veinte años.

Mientras en Chile nos deleitamos con la colección «Cuando hablábamos con los muertos», en Argentina esta narradora y periodista publica «Alguien camina sobre tu tumba», crónicas de viaje sobre diversos cementerios del mundo. Por Nicolás Poblete Pardo

M

«cuando hablábamos con los muertos» Mariana Enríquez Montacerdos

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ariana Enríquez, periodista y escritora, nació en Buenos Aires en 1973. Es subeditora del suplemento «Radar» del diario «Página/12» y columnista del programa de radio «Gente de a pie». Integrante del grupo de escritores conocido como “nueva narrativa argentina”, de sus obras destacan las novelas «Bajar es lo peor» (1994), «Cómo desaparecer completamente» (2004), y el volumen de relatos «Los peligros de fumar en la cama» (2009), recibido por la crítica de manera muy positiva y elegido libro del año en el blog argentino de la librería Eterna Cadencia. A fines de 2013, Mariana viajó a Santiago para inaugurar la editorial chilena Montacerdos con su publicación «Cuando hablábamos con los muertos», una colección de tres rela-

tos que se originan en el género de terror, o –como su autora indicó en el lanzamiento– en el género del “horror”, etiqueta que le permite más fluidez y más amplitud en el momento de abordar narraciones que incorporan elementos ominosos, guiños con el gótico clásico y contemporáneo (sureño estadounidense). Como indica la reseña editorial, “este libro ofrece una muestra admirable de sus mejores recursos, los que llevan al lector a transitar los terrenos de la intriga, la ternura, la risa y el espanto”. Mientras en Chile nos deleitamos con la colección «Cuando hablábamos con los muertos», en Argentina, Mariana no se ha detenido: la editorial Galerna acaba de publicar «Alguien camina sobre tu tumba», crónicas de viaje que la autora fue recopilando en sus numerosas visitas a diversos cementerios del mundo. El sugerente título surge de un dicho inglés y se refiere al escalofrío que

–En el primer cuento de «Cuando hablábamos…» un grupo de amigas hace espiritismo. La protagonista dice que los espíritus son mentirosos y mañosos, sin embargo, existe una necesidad de comunicarse con ellos. ¿Por qué? ¿Cuál es el trasfondo político de este relato? “Ese trasfondo está bastante en la superficie: las chicas quieren comunicarse con desaparecidos, los asesinados cuyos restos fueron hechos desaparecer durante la dictadura militar 76-83. Un poco por ser adolescentes desafiantes, otro poco porque la gran ausencia de esos cuerpos es el relato de horror de la Argentina, que es muy difícil exorcizar. La necesidad de comunicación es la pregunta constante por el destino de esos muertos y la gran dificultad, sino la imposibilidad, de saber dónde están. Intenté un abordaje del tema desde el género, desde el relato de fantasmas (teniendo en cuenta la paradoja de que a un fantasma se le llama ‘aparecido’)”. –«Cuando hablábamos con los muertos» (el cuento) trabaja el ominoso tema del doble, algo que exploró Stevenson en «Dr. Jekyll and Mr. Hyde» y, anteriormente, en su relato «Markheim». ¿Cómo dialogas con esta tradición? “Es un diálogo permanente. Uno de mis objetivos literarios es ‘castellanizar’ esa tradición, tomar esos arquetipos y aplicarlos a nuestras propias fantasmagorías. El tema del doble en este cuento en particular, sin embargo, está tomado de una anécdota de la vida ‘real’, en un cuento de aparición de un doble durante una sesión de espiritismo. Pero también, entre líneas, hay un homenaje a la tradición espiritista inglesa (la de Conan Doyle, entre otros), además de un retrato realista adolescente –todos los adolescentes, cuando yo lo era, jugaban a la ouija”. –«Las cosas que perdimos en el fuego» es un cuento muy potente en cuanto a las relaciones que surgen entre personajes femeninos. La madre, la hija monstruosa, la noción de brujería y las hogueras, la mirada misógina. ¿Qué proyectaste al escribir este relato? “Era, en sintonía con lo anterior, mi deseo

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de escribir un cuento del Tiempo de las Hogueras, inspirado en las brujas y en la Inquisición, pero cambiando radicalmente el punto de vista y dónde se posiciona el poder: aquí las mujeres se queman por voluntad propia. La inspiración fue una serie de femicidios y ataques a mujeres en Argentina, donde los hombres agresores les prendían fuego. Y a partir de pensar en eso, elaboré una retribución, una venganza”. –El relato también examina estados límites del cuerpo y del alma. El personaje central es una chica gravemente quemada, que circula por el subte, y dice que los hombres deberán acostumbrarse a ver mujeres como ella, y propone “una belleza nueva”. “Sí: el cuerpo, en general, es un tema que desborda por todos lados mi narrativa y que, sin embargo, no pienso demasiado, sencillamente ocurre. Los cuentos y las novelas están llenos de cuerpos deformados, sufridos, o exaltadamente hermosos. Creo que es un resto de romanticismo, algo de la obsesión del cuerpo de Mary Shelley, un vaivén entre dioses y monstruos”. –También se desliza cierta denuncia al presentar esta hermandad femenina como un discurso de resistencia. ¿Te preocupa esta oferta de los cuerpos como mercancía en nuestra sociedad del1 espectáculo? aviso la panadera_TRA.pdf 27-05-14 17:28

nietos; creo que es un crimen terrible el de la apropiación, el robo de la identidad, y lo más espantoso es que aún sucede. Mientras no la recupere, se sigue ejerciendo la violencia sobre alguien a quien robaron la identidad”.

“No mucho, me preocupa más la violencia que se ejerce sobre ellos, también desde lo simbólico: el cuerpo de las mujeres que se ofrece es un cuerpo obediente, moldeado. Esa obediencia, que roza el castigo, es lo que me impresiona: son mercancías sufrientes, sin deseo, estos cuerpos”. –«Chicos que vuelven» es un relato que no puede desligarse de la historia reciente argentina. Acá están los chicos perdidos y la emblemática Plaza de Mayo. ¿Cómo te posicionas frente a esta tragedia? “Este no fue un relato pensado desde la historia argentina, de verdad. Surge de la lectura, es inevitable, pero yo lo escribí como un relato de fin del mundo, pensando en algunos cuentos de J.G. Ballard, de M. John Harrison y hasta el de un mito irlandés sobre los ‘niños cambiados’, el changeling: se dice que las hadas suelen secuestrar un niño y dejar otro en su lugar, idéntico, pero que no es el mismo. Una especie de definición de lo siniestro. Pero, ni bien di a leer el cuento, mucha gente hizo la lectura de que en realidad estaba hablando de los chicos apropiados por los represores, de su regreso, y de su búsqueda. Debo asumir que esa interpretación es tan posible y válida como cualquier otra. Por supuesto, mi posición es totalmente a favor del trabajo de búsqueda de las Abuelas de La Plaza de Mayo, ojalá puedan encontrar a todos los

«Alguien camina sobre tu tumba» Mariana Enríquez Galerna 248 páginas

–En este cuento se hace evidente la preferencia por ciertos personajes descentrados: travestis, prostitutas, drogadictos, zombis. ¿Qué ofrecen ellos narrativamente? “Es un cuento que transcurre en la periferia, donde habitan estos personajes. Me gusta escribir sobre los márgenes y sus habitantes”. –«Chicos que vuelven» es también la tensión entre generaciones, y el reclamo de los hijos traumatizados por la violencia que encarnan los padres. ¿Cómo ves este conflicto? “La crítica argentina Elsa Drucaroff insiste en que las narrativas posdictadura subrayan mucho el tema del filicidio (dar muerte a un hijo), tematizado de diferentes maneras, incluso como tensión generacional. En mi narrativa suelen aparecer padres terribles e hijos dañados pero, nuevamente, no es algo que maneje a priori. Aparece, en mis cuentos y novelas, el abandono o el abuso de parte de padres a hijos. Pero a otros niveles, en la queja política, por ejemplo, el reclamo de los jóvenes a las generaciones mayores me cae un poco gordo, me aburre, me parece cómodo”.

“Xxxxxx”, Xxxxxx

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Ñusta

Protón

El Principito

Elal

Minotauro

El Tiempo

Tiamat

Cerro-Toro Tamaya

Tren Tren y Kai Kai

La Tierra

Kooch

Añañuca

Huevo Cósmico

MITOFÍSICA

Licarayén

INVITACIÓN A UNA NUEVA

FORMA DE PENSAR Ciencia y mitología. ¿Qué pueden tener en común? La primera respuesta que se viene a la cabeza es que estas dos fuentes de sabiduría, en común no tienen nada. Pero algo sorprendente ocurrió hace poco más de dos años. Un encuentro, un accidente. Ocupando términos físicos, una probabilidad cuántica de interconexión o, en otras palabras, un “fenómeno acausal significativo”. En definitiva, una sincronía. Por Jessica Atal K.

U

n día cualquiera, a la salida de un banco, Igor Saavedra, Premio Nacional de Ciencias 1981, y la psicóloga Margarita Ovalle Vergara, experta en Mitología Comparada, se encuentran accidentalmente. Ella le regala el libro «Chile Mitológico», que acaba de publicar y lo invita a una conferencia en La Feria del Libro. Como Lucía Gevert, mujer de Igor, también ha escrito, entre otras cosas, sobre mitología, ambos se interesan y van. Al final de la charla, Igor se aboca a una de las cosas que mejor hace en la vida: pensar. Ya se había encontrado con estas interrogantes en sus años de académico en Beauchef. Y ahora volvía a preguntarse si existía alguna relación entre los mitos y la ciencia.

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“Los mitos son explicaciones a cosas que aterran a un hombre primitivo. Por ejemplo, la erupción de un volcán. El hombre ve que la tierra tiembla, que se produce un ruido gigantesco, que primero hay humo y luego llamas, finalmente lava; y se aterroriza. Ante esto, tiene que buscar alguna defensa para sobrevivir y, entonces, inventa a un ser poderoso que se enoja y que, por esa razón, tira fuego. Aparece, así, una pre-ciencia”, explica Saavedra. El hombre primitivo inventa a este semidios como una manera de protegerse. Lo que hay que hacer es calmarlo para sobrevivir. Ésta es una máxima para el ser humano que Saavedra subraya: la necesidad de “entender para sobrevivir”. Igor Saavedra y Margarita Ovalle se embarcan, entonces, en el fascinante proyecto de escribir un libro sobre cómo la mitología y la

ciencia –específicamente la física–, a pesar de que en apariencia parecen ser métodos muy alejados el uno del otro, explican el caos y el orden del cosmos utilizando una huella arquetípica posible de rastrear tanto en la ciencia como en la mitología. El mismo científico, en el momento en que va a proponer algo, también recorre esa huella arquetípica sin «Mitofísica. darse cuenta: “Por ejemplo, cuando un cienMitología y Física. Caos y orden del tífico piensa en un quark y su confinamiento al interior del nucleón, ha recorrido esa huella cosmos» arquetípica, pero sin darse cuenta de que esto Margarita Ovalle ya ha sido pensado anteriormente”, afirma e Igor Saavedra Margarita, y, como dice Igor, entre risas, “ha Ilustraciones de Tomás Keymer Ovalle sido pensado por un canalla griego. Es noSofía del Sur Editorial table, estos canallas griegos nos han dejado cesantes, sin nada que pensar”. Santiago, 2014 Los griegos, por cierto, desarrollaron un 104 páginas lenguaje que se planteaba problemas abstrac-

ilustraciones: Tomás Keymer Ovalle

Literatura


tos. ¿Es el Sol el que da vueltas a la Tierra o es al revés? “Esto –afirma Saavedra- es un verdadero milagro de los griegos y actualmente hay un olvido de este origen”. ¿Por qué se perdió? Margarita Ovalle tiene una metáfora hermosísima como explicación: “Los hombres tenían un árbol completo, pero se agarraron sólo de las copas y se olvidaron de todo el resto, del tronco y de las raíces”. El proceso de escritura es toda una hazaña. Empiezan a reunirse en casa de Igor a conversar, y… no paran más. Lo curioso es que comienzan a trabajar sin tener ningún tipo de financiamiento asegurado. “Tampoco un entorno apropiado. Sin infraestructura, biblioteca, alumnos inteligentes y colegas con quienes conversar”, explica Igor. Pero, finalmente, en marzo de este año, Fundación Mustakis aprueba su financiamiento e incluso la edición de un libro de lujo, dos mil ejemplares de tapa dura y formato grande: «Mitofísica. Mitología y Física. Caos y Orden del Cosmos». Pero el proyecto aún no termina: se complementará con talleres que dictará Margarita en la Patagonia a niños de escuelas rurales entre Octavo Básico y Segundo Medio. MITO Y CIENCIA

¿Por qué, entonces, mitología y ciencia tienen un común denominador? Porque la ciencia busca hacer algo equivalente a la mitología: explicar los mismos fenómenos naturales; dar respuestas a aquellas realidades, tanto del mundo interno como del mundo externo, que el ser humano no comprende. En otras palabras, explicar aquellos hechos que en principio forman parte del universo del Caos, del desorden, de lo oscuro, de lo que no tiene explicación. Por ejemplo, ¿por qué se recoge el mar? Encontramos en la mitología tehuelche (propia de los habitantes de la Patagonia) una hermosa explicación para este fenómeno. Keengenkon, la Luna, sale cada noche en busca de Karró, su hija, que se ha transformado en estrella marina. Keengenkon, así, produce el recogimiento de las mareas para buscarla. La ciencia, por su parte, lo explica con la Ley de Atracción y la teoría de Newton sobre las fuerzas gravitacionales. Asombrosamente, en ambos casos llegamos al hecho de que la Luna es la responsable del recogimiento y abundancia del agua en las costas marinas. En la primera parte del libro se reúnen las ideas que sustentan la tesis central de este trabajo: cómo, desde los albores de su existencia, el ser humano ha buscado entender y explicar aquellos acontecimientos incomprensibles que rodean su diario vivir. Sólo en la medida en que el ser humano entienda por qué sucede tal o cual cosa, es decir, en la medida en que encuen-

Margarita Ovalle e Igor Saavedra. cómo, desde los albores de su existencia, el ser humano ha buscado entender y explicar aquellos acontecimientos incomprensibles que rodean su diario vivir. esta es la tesis central de una obra sin duda necesaria en tiempos en que se privilegia el razonamiento científico.

tre explicaciones con sentido, hallará la tranquilidad, la serenidad necesaria para sobrevivir en paz y en armonía, en y con el mundo. Es cierto que las primeras explicaciones, como señala Margarita Ovalle, nacen de un “balbuceo mítico”, y los mitos fueron la única manera de explicar el mundo en la Antigüedad. Pero, más tarde, en la Grecia del siglo VII a.C., cuando ocurre una especie de insensata revolución ideológica y se separa el mito del logos, la ciencia comienza a recorrer su propio y largo camino para comprender aquellos mismos fenómenos que intentaba explicar la mitología. Eso sí, ahora mediante un método totalmente racional. A partir de datos empíricos, los números son los que, de ahora en adelante, intentan darle un orden a la naturaleza. INVITACIÓN A REFLEXIONAR

Lo fatídico para el desarrollo de la cultura occidental es que en este torpe momento de la Historia, la mitología deja de ser considerada una fuente de sabiduría confiable. Se produce, como explicamos más arriba, un quiebre irreparable entre mito y logos, y lo que era verdadero –es decir, la mitología– deja de serlo, convirtiéndose, por defecto, en lo irracional. En otras palabras, en lo oscuro, en lo no confiable, en el desorden, en algo semejante al “caos”, entendiendo por este concepto el opuesto al Cosmos, en circunstancias que en la lengua griega Kaos significa preor-

den o estado primordial. Esto supone que con anterioridad al Cosmos encontramos el caos, es decir, un vacío primordial antes de que un “demiurgo” cree y fundamente el Universo. Kosmos y Kaos, entonces, son conceptos complementarios, y Kosmos, en definitiva, debiera equivaler a “armonía del Universo”. Es justamente esta armonía la que se dejó de lado en un punto de la Historia. Una armonía relacionada con lo ancestral y sagrado en nuestro diario vivir. Ocurre, además, un cambio de eje en torno al cual se fundamenta la existencia, dejando de ser el Cosmos, para situarse en el Hombre. Una tercera arista es el modo de concebir el tiempo, el cual ya no se entiende como sagrado sino, en este sentido acronológico, se concibe como tiempo cuantitativo y medible. Se define, entonces, como tiempo profano, y todo lo que ocurrió en el tiempo sagrado, es decir, lo mítico, se desestima, aunque psíquicamente siempre permanezca y esté presente en nuestro inconsciente. Pero ahora es la razón lo valioso y, es más, lo sensato. Si bien bajo el paradigma del logos y de la razón comienza el desarrollo de la ciencia, el problema surge al querer dilucidar las interrogantes de la vida microscópica, es decir, los fenómenos de la física atómica y subatómica. No hay intuición posible, uno tiene que ver lo que es invisible a los ojos, lo esencial, como dice El Principito. Se pone de relieve un mundo que no se ve. La segunda parte de «Mitofísica…» muestra diecisiete relaciones de semejanza entre mitología y física. Por ejemplo, ¿qué tienen en común el relámpago y el mito de Kooch? ¿La Teoría de la relatividad especial y el mito de Ñusta? ¿La dualidad onda/partícula y el mito del mago Merlín? ¿El campo de Higgs y el mito del Dilmun sumerio? O, ¿la materia cuántica en eterno movimiento y el mito de Sísifo? “Este libro –explica Margarita– no es un manual de física ni tampoco un manual de mitología o psicología, sino una invitación a reflexionar, a pensar”. “Lo más noble –agrega Saavedra– que puede hacer y dar el ser humano es pensar y dar qué pensar”. Sin duda, esta es una obra necesaria en tiempos en que se privilegia el razonamiento científico. A través de sus páginas se toma conciencia de que a esas mismas respuestas a las que llega la ciencia, ya ha llegado el ser humano por caminos más intuitivos, como es el saber mitológico ancestral. “Las respuestas que da la física vienen del mundo de la consciencia, pero la consciencia es muy menor frente al mar abismal e infinito que es el inconsciente, fuente de creatividad y de vida. Al tener respuestas que vengan de ambas fuentes, tenemos un Todo”, afirma Margarita Ovalle.

“De todas las cosas serias, el matrimonio es la más divertida”, Severo Catalina del Amo (1832-1871), político y escritor español.

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Gestión Cultural

El Gestor 3.0 llegó para demostrar que la creatividad sí vende. Seis errores a evitar lo esperan a la vuelta de la esquina para superar caídas y frustraciones.

Emprendimiento cultural

¿Por amor al arte? Por Pilar Entrala V.

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Alfredo Cáceres

E

s la hora de ingresar al Club de los Emprendedores Todoterreno. Nuestros artistas y creadores se ven obligados a autogestionarse para vivir de su quehacer, y cada día les resulta más difícil encontrar a un mágico mecenas que los “apadrine”. La necesidad los lleva a dejar de mirarse el ombligo y salir a conquistar el mercado bajo otra impronta. Esa que dice relación con nuevas técnicas de empoderamiento mucho más especializadas y con una motivación personal por sacar adelante los proyectos a partir de una misión acotada, más asertiva y con objetivos claros. Hoy más que nunca estos agentes deben prepararse con un conocimiento profundo y contrastado respecto a su sector y a esa actividad que tanto los “pre-ocupa”: la Cultura. Ahora los manuales indican que la tribuna la tiene el “Gestor 3.0”, ese que sabe moverse tanto offline como online para buscar alianzas estratégicas y de auto sostenibilidad, sumarle valor agregado a sus acciones, saber explorar oportunidades, reconocer las posibles sinergias entre los sectores público-privado e incluso estimular tanto su propia creatividad como la de aquellos que lo acompañan. Y al momento de derribar mitos, este tipo de profesionales debe armarse de paciencia y sabiduría para demostrarle al mercado que la cultura finalmente Sí vende. Toda esta


batería de habilidades y aptitudes surge de la necesidad de sobrevivir ante los actuales modelos de negocios y el nuevo desafío obliga a estos administradores a proyectarse más allá de sus conocimientos académicos para manejar nociones tanto de contabilidad y de economía como de mercado. Esa diferencia en saber moverse, conectarse y adaptarse, los induce a ponerse los pantalones largos. Todo comenzaría por un buen proyecto. “La mayoría de las iniciativas culturales y actividades artísticas se hace por gusto, por pasión, por necesidad espiritual. Nunca debe dejar de ser así. La ética del trabajo satisfactorio tiene que primar. Es por esto que muchas veces no se espera nada a cambio y de allí viene la idea de hacer las cosas ‘por amor al arte’. Sin embargo, lo que no es tan apasionante es gestionar el día a día, administrar, realizar tareas repetitivas pero indispensables. Además, los aspectos creativos necesitan un tiempo libre de otras actividades vinculadas a ganarse el pan. Por eso se considera que artistas y creadores tienen que vivir de su actividad y contar con estructuras que los apoyen”, plantea Mariana Fossatti, directora de un innovador Centro Cultural virtual. Basta hacer un click a través del navegador para descubrir esta nueva tribuna de consultas y toparse con “la obsesión por investigar y escribir” de esta socióloga y artista visual respecto a “los seis errores que pondrían en jaque la sustentabilidad económica de una propuesta cultural”. “ERROR CERO”

Habrá entonces que poner atención a estos consejos (www.articaonline.com). Pero, ojo. A diferencia de lo que un ansioso administrador pueda pensar, al menos para Mariana Fossatti el impacto no se medirá necesaria y únicamente en la generación de ingresos: “Rentabilidad puede no ser un indicador apropiado en absoluto. Un link, un tweet, un buen comentario, son también pequeñas grandes recompensas y reportan beneficios, aunque no sea en forma de pago. Si quieres apoyar un proyecto pero no tienes dinero, pasa la voz, ayuda a que se difunda. Si estás impulsando y gestionando una propuesta, no dejes de trabajar en formar y alimentar a la comunidad que es, en definitiva, la que la sostiene. La cultura tiene la particularidad de generar valor social sin necesariamente ser siempre un producto a la venta. Lo que nos interesa en «Ártica» es la sustentabilidad, no necesariamente las formas comerciales de la cultura”, dice la experta. No tener un Plan de Negocios sería un lamentable “error cero”, algo así como una es-

pecie de agujero negro en el tablero de las iniciativas. “Para que el proyecto sobreviva tienes que hacer un plan de sustentabilidad que cubra los tiempos y gastos necesarios para que éste exista por un período determinado. Si tu meta es generar ingresos, hay que tener al menos un conjunto de alternativas de negocio posibles. Si esto no se hace, el resultado será un montón de trabajo y gastos por los cuales no se percibe ninguna recompensa, salvo la satisfacción de hacerlo. Ahora, si esta satisfacción es suficiente y realmente no nos queremos complicar más, entonces... a disfrutar. Pero si esperas un poco más, debes prever las consecuencias de la falta de recursos. Esto es, la frustración personal y hasta cierto resentimiento hacia quienes supuestamente disfrutan de tu idea sin dar nada a cambio”, expone la joven uruguaya. CANASTA DE EQUIVOCACIONES

Confiar en la Publicidad on line como única fuente de ingresos ocupará un lugar privilegiado en la canasta de las equivocaciones, sobre todo para quienes anhelan desarrollar una propuesta digital. Por su parte, los llamados fondos concursables y subvenciones implicarán “estar atentos, suscribirse a fuentes de noticias como Mariana «Cultunet», «HiperméduFossatti la», «Recursos Culturales», “Se considera que difunden estos llamaque artistas y dos en cada país y región, o creadores tienen crearse una alerta de gooque vivir de su gle para monitorearlos”. actividad y contar Acápite especial merece el con estructuras tema de las Donaciones y que los apoyen”, el traspié que puede signicomenta la socióficar esperar que éstas lleloga uruguaya. guen solas: “No se trata de explicar lo urgente e importante que es tu causa, el mundo se cae a pedazos y hay mil problemas urgentes en los que ayudar. Es probable que los colaboradores no se convenzan si no sienten que participar les reportará orgullo y alegría; y que ayudar tendrá un resultado concreto”, advierte Fossatti, para quien “olvidarse de que los gestores somos personas con conocimientos que pueden satisfacer necesidades” es otro gran error. Una vía de escape será el denominado crowdfunding o financiamiento colectivo. Desconocer cómo se implementa podría significar perder una oportunidad: “Mediante muchos pequeños aportes se pide a micro-financiadores que

No tener un Plan de Negocios es un lamentable “error cero”, una especie de agujero negro en el tablero de las iniciativas todoterreno. la incompetencia será siempre una falta grave, mientras que la negación de la responsabilidad saca tarjeta amarilla, y la falta de planificación se lleva tarjeta roja.

apoyen. Se hace mediante una campaña acotada en duración, se puede participar con distintas cantidades de dinero y se ofrece a cambio recompensas. Por lo general, si no se alcanza el objetivo nadie desembolsará dinero y por tanto el organizador de la campaña no recibe nada. Para tener éxito debe haber detrás una comunidad entusiasta, que ayude a correr la voz y que esté deseosa de aportar, lo que se logra con mucho trabajo anterior. Esta modalidad es famosa por los resultados en plataformas como «Kickstarter», «Lánzanos», «Goteo» o «Idéame». Nosotros también invitamos a apuntarse en un curso para crear una cruzada bajo esta modalidad”, indica desde Montevideo la profesional, actualmente dedicada al estudio y aplicación de las TIC y el e-learning en la cultura, la educación y las organizaciones sociales (mfossatti.tk). CUESTIÓN DE ACTITUD

Suele decirse que “de los errores se aprende”, pero más vale saber evitarlos y no dejarse llevar por las emociones, las que a su vez podrían dar lugar a malas decisiones. En el juego del emprendimiento, la incompetencia es una falta grave, mientras que la negación de la responsabilidad saca tarjeta amarilla y la falta de planificación se lleva tarjeta roja. En suma, evitar la mayor cantidad de equivocaciones significará una “carita feliz” para un emprendedor e incidirá positivamente al momento de sacar adelante sus acciones. Tirar la toalla antes de tiempo es un factor de estrés y de dolores de cabeza imposibles de sobrellevar con una simple aspirina, por lo que todo apunta a “estar atentos, tener varias ideas siempre anotadas, unas cuantas ya desarrolladas y un par de buenas carpetas para salir a darse una vuelta por los organismos que tienen los recursos”. Y aunque para muchos gestores todo sería una cuestión de actitud, para los más avezados la “prueba de la blancura” radicaría en no desaprovechar ni un solo día, sino más bien sacarle jugo al máximo.

“Sin técnica un don no es más que una sucia manía”, Georges Brassens (1921-1981), poeta y cantante francés.

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Gastronomía

La quintaesencia de

las dulzuras británicas Por María Teresa Herreros

Desde Londres

T

al es su importancia, que cada marzo se realiza el concurso «World Marmalade Awards», el cual premia con oro, plata y bronce las marmalades que postulan (en su correspondiente frasco de vidrio) desde Gran Bretaña y diferentes países a ser juzgadas y ojalá honradas con uno de sus galardones. El certamen tiene claramente definidas las categorías en las cuales se puede participar: debutantes artesanales e industriales; amateurs y profesionales; preparadas por hombres, mujeres, niños; miembros de las Fuerzas Armadas y parlamentarios! El certamen está enfocado a estimular al público a probar, comprar y preparar marmalade y, muy importante, a reunir fondos para obras de caridad. Objetivos que se están cumpliendo a cabalidad (hasta la fecha el Dalemain Marmalade Awards & Festival ha recaudado el equivalente a más de 200.000 dólares) con el progresivo aumento de las muestras recibidas, este año más de 2.000, provenientes de Gran Bretaña, Japón, Canadá, México, España, Estados Unidos, Francia, Portugal, Dinamarca, Noruega, Australia, Nueva Zelandia, Suiza, Austria, Sudáfrica, Corea del Sur El comité calificador está formado por conocidos periodistas, importantes empresarios y autoridades en el ámbito de la cocina. Cada muestra presentada recibe un certificado con los comentarios de los jurados, que es reconocido internacionalmente. Aparte de los premios por categorías, se elige a un solo ganador de entre todas las muestras llegadas, el que será coronado con la anhelada «Double Gold Star Award». Esta marmalade ganadora se produce luego comercialmente por la afamada tienda londinense Fortnum & Mason, donde se vende y contribuye a recaudar fondos que serán también donados a las obras de caridad elegidas por Dalemain. Este año se destinará a las instituciones Hospice at Home, Action Medical Research y Marie Curie Scotland. La sede de este Premio (a la que llegan “las concursantes” y donde las conoce el Jurado”) 42 I La Panera

Marmalade es el nombre propio de la mermelada de naranja inglesa. Sólo ella, toda una institución en la mesa del desayuno. Las otras confituras de este tipo se denominan jam.


IMÁGENES GENTILEZA DE Emma Mason, Public Relations, UK

La Mansión Dalemain Ubicada cerca de Penrith, en la región de Cumbria, al noreste de Inglaterra y en la frontera con Escocia, Dalemain es una de las más hermosas e impresionantes mansiones de esa región. Su nombre significa “Señorío del valle” y data de los tiempos del reinado de Enrique II (siglo XII) cuando se erigió su primera torre fortificada para proteger al país contra los escoceses que venían del norte. El edificio mantiene hasta hoy “una gloriosa confusión de pasadizos, originales escaleras e inesperadas habitaciones”, que incluyen la Sala de las Grecas con su magnífico cielo de yeso decorado del siglo XVI y sus paneles de roble. En 1744 se construyó su bella fachada Georgian en piedras de tono rosa, que brilla esplendorosa a la luz del sol. Sin mayores alteraciones, excepto la instalación de electricidad y calefacción central a principios del siglo pasado. Dalemain ha sido el hogar de la familia Hasell-McCosh por once generaciones. Robert y Jane, sus actuales propietarios, la abrieron al público en 1977 con sus interesantes colecciones de elegante amoblado, retratos familiares, casas de muñecas, juguetes antiguos y la posibilidad de probar comida “hecha en casa” servida en el Salón de Té Medieval. También se puede visitar los cinco acres de sus celebrados Parques Históricos y jardines, ojalá en primavera, cuando empiezan a florecer los arces, los cerezos y los tulipanes. Especialmente a fines de mayo y principios de junio, para ver el deslumbrante espectáculo de sus Amapolas Azules del Himalaya (Meconopsis dalemain). Unas semanas después se percibe el intenso aroma que proviene del extenso Camino de las Rosas. Llamados “jardines mágicos”, resultan un lugar privilegiado para apreciar una fascinante combinación de color y diseño donde, según Rosemary Verey, crítica de jardines, cada visita es una verdadera aventura. Los organizadores del Marmalade Award han anunciado que la actividad final del próximo año se realizará los días 28 de febrero y 1° de marzo de 2014, cuando se celebre su Décimo Aniversario.

es la Dalemain Mansion. En sus hermosos y amplios jardines se realiza la Semana Nacional de la Marmalade cuando, aparte de la ceremonia de premiación, ofrece diferentes actividades que convocan a las familias completas: degustación de más de 400 marmalades a elección en tostadas tibias recién preparadas, conferencias, talleres de preparación de marmalade y pan, música en vivo, búsqueda del tesoro en los jardines, degustación de vinos y acompañamientos, tienda de regalos, oportunidad de alternar con los jurados y los ganadores. Y este año, la nueva Maratón Marmalade de 10 Km. Jane Hasell-McCosh, organizadora de este Premio y castellana de Dalemain Mansion, señala: “Estamos sorprendidos y encantados, no sólo por la cantidad de muestras llegadas este año –que supera la de 2013–, sino también por la

gama de ingredientes tan interesantes y a veces francamente insólitos que normalmente no se asocian a una marmalade. (…) Mientras todos se deleitan en la tradicional de naranjas sevillanas, este amplio nuevo repertorio está conduciendo a crear una plétora de notables sabores para el deleite de las nuevas generaciones”. Y Hasell-McCosh agrega: “¡Larga vida a nuestra marmalade, en cualquiera de sus formas!” Entre los ingredientes más novedosos de las muestras destacan limón y vodka, gengibre y especias indias, clementina y lavanda, tomate y tomillo, salvia y semilla de mostaza amarilla… Sin lugar a dudas, lo más insólito ha sido la incorporación de alga marina en la receta de un participante de la Isla de South Uist, Escocia; aun cuando no obtuvo un premio, ciertamente impresionó a los jueces por su ingenio.

“Sólo el hombre de talento sabe comer”, Anthelme Brillant-Savarin (1755-1826), jurista francés y autor del primer tratado de gastronomía.

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Fundación El Observatorio

Por Miguel Laborde

A

l

recorrer

Sant iago

es obvia la variación étnica, la que deja ver el aumento de rasgos caucásicos noreuropeos a medida que se avanza hacia la cordillera. Es tan brusca la diferencia, y tan evidente, que el urbanista Karl Brunner llegó a plantear –¿en serio? ¿en broma?– que tal vez tendría que hacer planes diferentes para los distintos Santiago, considerando que cada etnia tiene pautas de habitar propias. Pero también tenemos abismos socio-culturales a la escala del territorio. No somos los inventores de ello, porque entre toscanos y napolitanos también se descalifican, por ejemplo, pero es un fenómeno menos común en América Latina. ¿No éramos, aquí en el Nuevo Mundo, la tierra de las oportunidades para todos, a partir de méritos propios, dejando atrás los enquistados vicios de la vetusta Europa? Así lo cantó Rubén Darío, al que simbólicamente, en un acto en Buenos Aires, Pablo Neruda y Federico García Lorca rindieron homenaje y bautizaron como “Padre de América”, por escribir que al Nuevo Mundo habían llegado todas las razas, aquí estaban aprendiendo finalmente a convivir, como esperanza de la paz entre todos. Éramos el laboratorio social de la humanidad, conviviendo blancos y negros, amarillos y pieles rojas… En Chile, sin embargo, persistió el régimen jerárquico de la Europa medieval. Incluso, a nivel del territorio nacional. El sistema español del centro sur, el que los lleva a fundar, en preciso orden, las ciudades de Rancagua, San Fernando, Curicó, Talca, Linares y Chillán, a unas dos jornadas a caballo entre una y otra –lo que no coincide con exactitud para que tengan un río– también se fue segmentando durante la República. La sociedad tradicional, la del poder, se hizo fuerte en los valles mejor ubicados, cerca de Santiago: Maipo, Cachapoal y Colchagua. Es nuestra Toscana, con grandes casas patronales y linajes centenarios. Señorial, concentra el mejor patrimonio privado. El apego al orden y el miedo al caos la distinguen, y también su buen ojo comercial financiero. Si “el gentleman es el caballero que sabe ganar, e hidalgo el caballero que sabe perder”, como dice el dicho, éste es el espacio

Miguel Laborde es Director Cultural de la Fundación El Observatorio (Centro de Estudios Geopoéticos de Chile), director de la Revista Universitaria de la UC, profesor de Urbanismo (Ciudades y Territorios de Chile) en Arquitectura de la UDP, miembro del directorio de la Fundación Imagen de Chile, miembro honorario del Colegio de Arquitectos y de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía, y autor de varios libros. 44 I La Panera

Los abismos profundos de la geo-sociedad chilena El clasismo en nuestro país tiene raíces antiguas y ocultas, además, diferencias étnicas. Para ese abismo que segregan las ciudades chilenas –e incluso las regiones–, falta un mar imaginario que una esas orillas hoy tan lejanas. vital de nuestros gentlemen criollos. Nuestros hidalgos, en cambio, quijotescos y al borde de la ruina, se dieron más al sur. Expuestos a los malones indígenas, el Ejército les quitaba los caballos y las vacas y estaban más lejanos de la capital si querían reclamar. Olvidados de Santiago, en los valles de Curicó, Maule, Itata, llegaron a ser miles de pequeños propietarios; no eran latifundistas. Ahí encontramos un mestizaje intenso y una cultura más horizontal, claves esenciales de la cultura chilena que tiene ahí su cuna. En la zona primera, la del sur céntrico, la literatura reconoce al “gran señor y rajadiablos” (aunque la novela de ese título, de Eduardo Barrios, esté ambientada en Leyda); como contrapunto,

hay una masa campesina invisible, que no cuenta ni pesa, tanto que llega a negarse a sí misma: “¿Quién anda ahí? pregunta el patrón, “Naiden” responde el campesino apatronado, “su campesino”, al que llevará a votar por sus candidatos, abiertamente, como signo de pertenencia. Ese campesino llega a padecer el síndrome de Estocolmo, hasta identificarse con su “dueño” y transformarse en un ser sin voz propia. Opuesto es el escenario más al sur. Tal como Talca y Curicó son más potentes que Rancagua y San Fernando, en los valles de Curicó –Teno, Lontué…–, o los de Maule– Río Claro, Loncomilla…–, encontramos una red de pueblos con plazas animadas y tradiciones populares. Esto es


alejandra acosta

propio de todo el “Valle Central”, pero aquí es mayor su intensidad. El patrón, como personaje icónico de Colchagua, y el campesino modesto como el protagonista del Maule –donde el huaso maulino es sólo una de sus figuras–, representan esas dos realidades arquetípicas. En el siglo XIX, el que se va a buscar oro a California, el que patiperrea por el mundo, el que se embarca en los grandes veleros, sale de los valles sureños. Es un campesino que tiene autoestima y conciencia de su valor, él no es “naiden”. Es y se siente más libre, con derecho a ser alguien. La subdivisión de la tierra fue un hecho fundamental en ello, muchas veces su familia tiene una chacrita que le permite tener un lugar en el mundo donde caerse muerto y mirar de frente a cualquiera. El apatronado, de tener suerte, contaba con una forma de vida estable; un ranchito con huerta, cargas anuales de grano, papas y leña, acceso al agua, una escuelita rural donde mandar a los hijos, ayuda en caso de enfermedad, un sistema de raíces medievales; pero, con obligaciones de servicio completo y entrega de vida. En un segundo de desgracia podía ser despedido y quedar abandonado con toda su familia en un camino remoto, sin nada de nada. Sin la experiencia para vivir como hombre libre.

La inmensa mayoría de los creadores que levantaron la voz para poner en valor la cultura del pueblo chileno (Pablo Neruda, Violeta Parra, Pablo de Rokha…), así como los siguientes poetas láricos (Efraín Barquero, Jorge González Bastías…), son todos y sin excepción de la zona más sureña. Pertenecen a una tradición consciente de su profundidad, la que le permite mirar al mundo de igual a igual, sin complejo alguno. No es el campesino del hablar chiquitito, apocado, espiritualmente huacho. Por el contrario, es un orgulloso hijo de su tierra y habitante de un mundo sin fronteras. Sabe sacar la voz y dar cuenta de su visión de mundo. Como allá escribiera González Bastías en «El poema de las tierras pobres»: “¿Quién ha visto en las sendas adormidas las figuras extrañas que en los jirones de niebla suben a las cimas más altas?” El que habla es un sujeto dueño de sí mismo, “capitán de su alma”, diría W.E. Henley… Pero, lejos del poder. Esta distancia la padeció, una vez más, con el sismo del 27/F. En Colchagua, en los campos de las familias santiaguinas terratenientes, funcionaron las redes, la capacidad de gestión, el uso eficiente de los recursos del Estado con fines de reconstrucción patrimonial; pero en

Instituto Nacional, con alumnas del Liceo 1 de Niñas –Michelle Bachelet entre ellas–, inicia un grupo teatral en el Barrio Lastarria; luego, estudiante de periodismo de la Universidad Católica, el rector Castillo Velasco le prestó la casa de Lastarria 90. Ahí la crítica de los jóvenes se hizo con inteligencia y humor. Al final, asesorados por Héctor Noguera, fueron protagónicos de la reforma universitaria de 1967 con obras como «¿Se sirve un cocktail Molotov?», «Viva inmundo de Fanta-Cia», «Cuántas ruedas tiene un trineo» y «Casimiro Peñafleta». El exilio lo llevó a Francia, donde sufrirá ser tratado como mascota, víctima, objeto de lástima… ¿Allá en Chile conocen la electricidad?... En uno de sus viajes de visita montó una obra en el Teatro Alameda en la que evocó su noble y sabio origen maulino, su vida abrazado a una comunidad. Hay una escena inolvidable, la del día que dejó el pueblo. Toda su población, pequeña pero unida, lo fue a despedir a la estación. Colín se llama su pueblo y es un pasaporte al Maule histórico. Es la primera estación al ir de Talca a Constitución en el viejo tren, hoy el único que queda de trocha angosta y ¡¡¡sin electrificar!!! Como se detiene ante una seña de los viajeros, se demora cerca de dos horas y media en apenas 88 kilómetros, pero es inolvidable el recorrido pinAsí lo cantó Rubén Darío, al que simbólicamente, en un toresco de pueblos como Colín, Corinto, Curtiduría, Gonzáacto en Buenos Aires, Pablo Neruda y Federico García lez Bastías…. ¿Dónde hay otro Lorca rindieron homenaje y bautizaron como “Padre de pueblo que tome el nombre de un poeta?... En febrero se celeAmérica”, por escribir que al Nuevo Mundo habían llegado bra ahí, con vinos artesanales todas las razas, aquí estaban aprendiendo finalmente a propios, “la Fiesta de la Tortilla de González Bastías”. Este es el convivir, como esperanza de la paz entre todos. Éramos el poeta que hizo ver que Maule laboratorio social de la humanidad, conviviendo blancos era un lugar diferente, único en el mundo. En Santiago no se rey negros, amarillos y pieles rojas… cuerda que él es el padre de la marca “Maule”. el Maule, los pequeños propietarios no manejan Habría que compaginar con Carlos Cardoen esos códigos y la cultura santiaguina, que admira un programa de dos caras para fines de semana las grandes casonas patronales, no celebra los largo: Colchagua + Maule, los dos Chiles que topueblos maulinos, algunos de veredas sombrea- davía no se encuentran. A veces se recuerda “el das y aporticadas, ante viviendas de fachada con- duelo de payadores” entre Don Javier de la Rosa tinua que son creación comunitaria. En vez de (aristócrata y “dueño de tierras y hombres”, de reconstrucción, les injertaron casas importadas, la primera zona) y el Mulato Taguada (sencillo de Canadá casi siempre, alterando su homoge- campesino maulino), cada uno el mejor de su neidad y su valor conjunto. territorio, el año 1830. Ganó el patrón y murió ¿Cuántas voces sureñas han hablado por ese el mulato, de pena según algunos, colgado de las Chile, además de Neruda y De Rokha, Encina y cuerdas de su guitarra según otros. Ese duelo Latorre? Son voces y más voces, cientos. persiste todavía –se acerca su Bicentenario–, Todo esto sigue vivo, como Óscar Castro, que porque no se han podido establecer relaciones es maulino aunque viva en París. “El Cuervo” profundas entre estas dos culturas tan diferenfue voz rebelde de los estudiantes en 1966. Del tes… y sin imaginario común. “Te conoceré mejor si me dices lo que relees”, François Mauriac (1905-1970), escritor francés.

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Cultura de Vida

Tejedores de Cariño

Amigos del Siglo XXI Por Violeta Güiraldes

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Karina Cocq

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a notoriedad de «Intocables», de Los amigos según Eric Toledano y Olivier Nakache, los famosos ganadora del premio Goya 2012 a la mejor película europea y éxito ab“Un amigo es uno soluto de taquilla en Francia y otros países, que lo sabe todo no es casual en una época de individualismo de ti y a pesar de y soledad. Más allá de sus méritos cinematoello te quiere”, gráficos, el filme llega al alma de las personas Elbert Hubbard del siglo XXI. Inspirado en una historia real, (1856-1915), narra la amistad entre un millonario tetrapléensayista estajico y un inmigrante marginal recién salido dounidense. de la cárcel. Da a conocer cómo dos seres tan diferentes pueden construir una buena rela“La verdadera ción y ayudarse mutuamente. De esta forma, amistad es como hace recobrar la fe en la amistad y valorar sus la fosforescencia, beneficios. resplandece mejor Algo similar justifica, en parte, el entusiascuando todo se mo que despierta Facebook en millones de ha oscurecido”, personas, que pueden encontrar a sus amigos Rabindranath lejanos, establecer nuevas relaciones y comTagore (1861partir sus vivencias. En la red de Internet 1941), filósofo y transmiten sus reflexiones y cuentan lo que escritor indio. les ocurre. También se informan de lo que les sucede a los demás. “El que busca un Especialmente en las grandes ciudades, es amigo sin defectos se queda sin amidifícil verse con los amigos con la frecuencia gos”, proverbio deseada. Por eso se valora todo lo que ayuda turco. a comunicarse. Es muy importante sentirse querido y contar con una red de apoyo, aun“La amistad es un que sea de palabras. alma que habita en dos cuerpos; Un aporte a la Paz un corazón que habita en dos La Asamblea General de las Naciones Unidas creó, en 2011, el Día Nacional de almas”, Aristóteles (384aC-322aC), la Amistad, que se extiende a los pueblos, filósofo griego. países, culturas y personas. Es una forma de tender puentes entre las comunidades y brindar apoyo a las metas y objetivos de la “Amigos son aqueDeclaración y Programa de Acción sobre llos extraños seres que nos pregununa Cultura de Paz. tan cómo estamos La amistad y su trascendencia han sido y se esperan a abordadas desde la Antigüedad por los fioír la respuesta”, lósofos que la consideraban una virtud funEd Cunningham damental para lograr un perfecto equilibrio entre dar y recibir. Pitágoras fundó fraterni- (1969), periodista y ex jugador prodades para vivirla de la manera más perfecta fesional de fútbol posible. Aristóteles creía que era una forma americano. de alcanzar la felicidad. Entre amigos se puede entregar lo mejor de

sí mismo y ser valorado. Algunos piensan que hasta lo más desagradable se puede decir, en este contexto; eso sí, con delicadeza para no herir al otro. Existe una comprensión mutua que hace posible contar todo con confianza. Francis Bacon decía: “No hay soledad más triste y afligida que la de un hombre sin amigos, sin los cuales el mundo es desierto”. Tal vez por eso Roberto Carlos quería tener un millón de amigos, lo que hoy es posible en las redes sociales. Ellos te dicen palabras lindas, si las necesitas, estimulan tus iniciativas y te apoyan. Lazos firmes

Tejer redes de afecto, compañía y ayuda es sin duda importante en toda época de la vida, aunque muchas veces no estamos conscientes de su valor. Los mensajes de esos amigos de Facebook que apenas conocemos nos conmueven cuando reflejan realidades alguna vez experimentadas. Andrea, una madre joven, señalaba allí lo difícil que era sobrevivir en una ciudad tan impersonal como Santiago sin familiares ni amigos de verdad. “Mi hijo es el primero en llegar y el último en irse del jardín infantil.

No tiene abuelos ni tíos que puedan retirarlo un rato antes y regalonearlo”. Los amigos se valoran especialmente en los momentos difíciles o de soledad: la separación de la pareja, la búsqueda de un trabajo, los cambios de casa o de ciudad, cuando parten los hijos y otros similares. Ellos son vitales para mitigar la tristeza, llenar el tiempo libre, reírse de vivencias compartidas y hacer recuerdos. Una amiga, ya mayor, me contaba lo aburrida que estaba de hacer puzzles y sudokus. Le sobra el tiempo libre. No se preocupó antes de tener amigos. Quiere y necesita trabajar pero, pese a que aún está en condiciones de hacerlo, nadie le da una oportunidad. En esa etapa de la vida, los amigos son vitales para apoyarse, divertirse o sentirse mejor dentro de un mundo demasiado ocupado y sin espacio para los adultos mayores. Por eso es bueno cultivar a tiempo la amistad y entregar cariño. Incluso una vida social en apariencia intrascendente sirve para divertirse compartiendo una taza de té. Y hay que tomar la iniciativa e invitar a los demás. Es mejor que esperar en casa, amargados, porque nadie se acuerda de uno ni le propone actividades.


Reflexión

El guardián y el vulcanólogo Por Edison Otero

E

l Merapi es uno de los volcanes

más temibles del planeta. Ubicado en la isla de Java, Indonesia, es responsable de varios miles de muertos y recientemente ha vuelto a hacer de las suyas pero, pese a las advertencias de los vulcanólogos, los habitantes de los territorios circundantes se niegan a dejar sus terrenos, aunque se trate a menudo de desplazamientos temporales. En Indonesia existen 129 volcanes activos y unos 120 millones de personas potencialmente vulnerables a sus erupciones. Cientos de grupos étnicos, unos 700 idiomas y dialectos, varias religiones oficialmente admitidas (islam, catolicismo, protestantismo, budismo, hinduismo y confucianismo) conforman una atmósfera cultural que opone serios obstáculos a las políticas de prevención de desastres basadas en los conocimientos científicos. De hecho, el anciano Maridjan (guardián del Merapi) pesó más que todos los vulcanólogos que asesoran periódicamente al gobierno indonesio por las erupciones probables. Maridjan era el responsable de cuidar la relación entre el volcán y los habitantes de la zona. Realizaba los rituales necesarios para aplacar la ira de un ogro que habitaría en la cumbre del macizo, rituales que incluyen arrojar en el cráter dinero, vegetales, aves y algunas especies animales. Así, el ogro apaciguado impediría eventuales reacciones eruptivas. No extraña la distancia entre ciertas creencias tradicionales sobre las actividades volcánicas y el conocimiento científico de estas actividades. Aún hoy, varios siglos des-

pués, muchas comunidades ignoran la revolución copernicana que derrumbó la creencia en una Tierra fija, plana y centro del Universo. Todavía hoy, un número no menor de sociedades, grupos y personas ignora los conceptos centrales de la evolución por selección natural y su dramática confirmación en las décadas recientes a partir de los avances de la biología molecular y de los millares de descubrimientos fósiles. Del igual modo, yendo a lo nuestro, muchísimas zonas del planeta desconocen la tectónica de placas, desarrollada desde los años 60 del siglo XX y capaz de explicar satisfactoriamente la actividad sísmica del planeta, incluyendo los volcanes. Sin exagerar, la tectónica de placas es un notable logro científico y un ejemplo característico de cómo la investigación empírica fue resolviendo progresivamente las dudas que surgieron en el desarrollo de esta teoría. Algunos autores no dudan en calificarla como una revolución en el ámbito de las ciencias de la Tierra. Su génesis está en la idea de la deriva continental formulada por Alfred Wegener en 1925, concepto que desafiaba abiertamente la convicción de que los continentes estaban fijos. Incluso más, Wegener pensaba que los diversos continentes habrían sido parte de un territorio único en períodos geológicos distantes en el tiempo. Se sabe hoy que la corteza del planeta está conformada por 16 placas, que existe desarrollo de corteza nueva en el fondo oceánico y que hay hundimiento de corteza en otras zonas, y que la actividad sísmica mayor se concentra en las áreas de roce, choque y fractura entre placas. La transición desde la idea de un planeta quieto al concepto de un planeta vivo, con tremendas dinámicas in-

teriores y cambios permanentes, supuso el crecimiento rápido y exitoso de áreas de investigación, como el paleomagnetismo y la geología marina y, como suele ocurrir en las ciencias, la generación de técnicas de exploración geofísica, nuevas tecnologías de observación y medición, como el sismógrafo, el magnetómetro, la datación de minerales, el espectrómetro de masa y el mismísimo sistema de localización mediante satélites, GPS (Global Positioning System). Lento pero inexorable, el vocabulario de este conjunto explicativo reciente que es la tectónica de placas (epicentro, hipocentro, dorsales, falla, Richter, Mercalli, convección, subducción, fronteras divergentes, etc.) se hará familiar, así como será evidente que aún se está lejos de alcanzar grados ajustados de predicción para eventos sísmicos de gran magnitud en zonas específicas. De allí la importancia de la prevención y de la educación sísmica. El ogro del Merapi no parece haber quedado convencido con las ofrendas y rezos del anciano Maridjan, cuyo cuerpo fue hallado junto al de otras víctimas de la erupción del macizo en octubre de 2010. Esto ocurrió mientras rezaba para calmar las iras del gigante. Suponemos que las autoridades confiarán progresivamente más en los vulcanólogos que en las oraciones de los guardianes. Al menos, evitarán así aumentar temerariamente el tamaño de los desastres que los remecen periódicamente.

Edison Otero es Licenciado en Filosofía y profesor titular por la Universidad de Chile. Se ha especializado en las áreas de la epistemología, el desarrollo del pensamiento crítico y la teoría de la comunicación.


Agenda internacional / junio Agenda

MUSEO REINA SOFÍA Madrid Hasta el 1 de septiembre www.museoreinasofia.es

MUSEO RODIN París Hasta el 1 de septiembre www.musee-rodin.fr

MÁS VIVAS QUE NUNCA Durante el período de renovación del Museo Rodin de París, la sala de exposiciones temporales de la Chapelle albergará «Rodin, la chair, le marbre» (Rodin, la carne, el mármol). Son unos cincuenta mármoles y una docena de modelos en arcilla y yeso exhibidos para reflejar la genialidad del creador impresionista. Aunque los expertos solían considerarlo un modelador o un maestro de los diseños en yeso, hasta hoy sus contemporáneos ven en él a un genio de la piedra. Lejos de resultar convencionales, los mármoles de Auguste Rodin (1840-1917) dieron vida al alma del Modernismo, logrando en sus esculturas “formas desarticuladas, brutales a la vez que delicadas, fogosas y fervientes”. Sus figuras en mármol parecen más vivas que nunca en esta serie especialmente seleccionada para la ocasión, la misma que se exhibirá a público hasta el 1 de septiembre.

GALERÍA SERPENTINE Londres Hasta el 25 de agosto www.serpentinegalleries.org foto © Rahi Rezvani 2013

LOS LÍMITES DEL CUERPO Tras haber sido elegida entre las 100 figuras más influyentes del mundo por la revista «Time», este es uno de los años más importantes en la carrera artística de la serbia Marina Abramović (1946). Entre sus instalaciones, cabe recordar aquella en que permaneció sentada en silencio durante seis horas mientras el público disponía a voluntad de su cuerpo. Ha presenciado su funeral, tatuado un pentagrama en su estómago con la ayuda de hojas de afeitar e, incluso, posado inmóvil en un crucifijo de hielo. En la Galería Serpentine de Londres y con su habitual irreverencia, la autodenominada “abuela del art-performance” se instalará durante 512 horas como la única protagonista de su obra. No habrá ni reglas, ni fórmulas, sólo la participación del público y algunos objetos que la artista de 67 años ha seleccionado para seguir explorando los límites del cuerpo y de la mente.

MUSEO METROPOLITANO DE ARTE Nueva York Hasta el 27 de julio www.metmuseum.org

REINOS PERDIDOS El Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (MET) presenta «Lost Kingdoms», dedicada a explorar el arte escultórico que marcó los primeros reinos hinduistas y budistas del Sudeste Asiático entre los siglos V y VIII. Son 160 piezas, en su mayoría declaradas tesoros nacionales. Algunas de ellas tienen imponentes dimensiones y fueron realizadas en piedra, bronce, oro, madera y terracota. Los denominados Reinos Perdidos (Pyu, Funan, Zhenla, Champa, entre otros) estuvieron marcados por una significativa secuencia de imágenes e inscripciones en sánscrito, que develan el pasado de estas antiguas culturas. Las obras provienen de museos nacionales de Camboya, Tailandia, Malasia, Singapur y Birmania, así como del Museo Guimet de Artes Asiáticas de París y de los principales museos de Estados Unidos. Es la primera exposición internacional de préstamos en el MET, y han sido reunidos para explorar el arte escultórico creado en los primeros reinos de Asia Sur-Oriental. Entre las obras maestras destacan «Buda protección de ofrecimiento», «Govardhana» del Templo de Phnom Da, Camboya; «Avalokiteshvara» del siglo VII, considerada la más bella imagen de la encarnación de la compasión budista en el Sudeste Asiático; «Ganesha», un asceta del santuario religioso del siglo XVIII; y la escultura de terracota «Dvaravati reino Cabeza de Buda meditando», una representación de la meditación budista del siglo VII.

el tiempo y los números

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nimales disecados, esculturas africanas, maniquíes, juguetes, maquetas de barcos, jarrones, ceniceros, joyeros, cajas de puros, latas de té y café, artículos promocionales, entre muchos otros detalles, son parte de «El tiempo y las cosas. La casa-estudio de Hanne Darboven», en el Museo Reina Sofía. Es la primera muestra individual dedicada en España a una de las creadoras que mayor relevancia internacional ha alcanzado desde su irrupción en el mundo del arte a finales de los 70. Organizada por el museo madrileño y el Deichtorhallen HamburgSammlung Falckenberg en colaboración con la Fundación Hanne Darboven, el recorrido incluye una parte importante del taller de trabajo de la casa familiar en la que vivió esta artista alemana. Junto a los numerosos objetos que coleccionó se exhibe una selección de más de ochenta de sus obras, entre las que destacan piezas inéditas. Entre ellas, «Kosmos» (1985) y «Kästchenmodelle» (2007). Hanne Darboven (1941-2009) solía acumular regalos de sus amigos artistas, objetos de uso cotidiano y curiosidades de todos los rincones del mundo. Reconocida por sus "construcciones numéricas" hechas a mano, esta artista conceptual utilizaba esa técnica para registrar el paso del tiempo. A partir de 1973 su propuesta incluyó una serie de documentos visuales que exploraron aspectos específicos y diferentes del tiempo y de la historia. Sus primeros dibujos sobre papel milimetrado con listas de números dieron como resultado complicadas adiciones o multiplicaciones con fechas de calendario, horas y días de la semana. Luego del fallecimiento de su padre en 1968 e instalada en la buhardilla de la casa familiar, diseñó un set de calendarios que fue colgando y llenando de citas, fechas de aniversario, viajes y otras anotaciones. Destacan en esta muestra «Milieu» (1980), «Hommage à Picasso» (19952006), junto con «Kästchenmodelle» (2007), y sus trabajos en bloques de madera a los que se dedicó en los últimos años de su vida. 48 I La Panera


MUSEO JACQUEMART-ANDRÉ París Hasta el 21 de julio www.musee-jacquemart-andre.com

ROCOCÓ Y FIESTA GALANTE Con una exclusiva selección de pinturas francesas del siglo XVIII procedentes de importantes colecciones público-privadas, el Museo Jacquemart-André de París centra su mirada en el Rococó y en la fiesta galante (fête galante), un género pictórico que incluye escenas de cortejo amoroso y de diversión al aire libre con un encanto idílico y bucólico, llenas de teatralidad. Con un total de 60 piezas, entre pinturas y dibujos, el recorrido ofrece una mirada a las refinadas escenas campestres de artistas como Jean Antoine Watteau (1684-1721), inspirado en la tradición de las fiestas campestres venecianas y flamencas de los siglos XVI y XVII. Posteriormente lo siguieron un numeroso grupo de maestros, entre ellos, Jean-Baptiste Pater (1695-1725), Nicolas Lancret (1690-1743), François Boucher (1703-1770) y Jean-Honoré Fragonard (1732-1806), en cuyas obras predominaron la poesía y la fantasía en una búsqueda permanente de elegancia y de sofisticación. En contraste con el Barroco surgido en Italia como manifestación religiosa católica de reafirmación de la Iglesia y expresión emocional de las creencias, el Rococó fue una evolución profana inspirada en la naturaleza, especialmente en la flora, con estilo notablemente francés, marcadamente femenino, galante y de trasfondo bucólico.

MUSEO DE ARTE MODERNO Île de France - París Hasta el 24 de agosto www.mam.paris.fr

referente vanguardista La obra de Lucio Fontana (1899-1968), emblema de la radicalidad artística que sacudió el siglo XX, llega al Museo de Arte Moderno de París a través de una retrospectiva integrada por más de 200 piezas que abarcan toda su trayectoria. La cita incluye la obra primitivista del escultor y pintor ítalo-argentino en los años 20, hasta llegar a sus grandes piezas «Tagli» diseñadas y rajadas en todo tipo de soportes, desde la tela hasta el aluminio. Inventor del movimiento Espacialista, recorrió con total libertad todos los ámbitos de la creación en volumen. La muestra da realce a sus instalaciones de neón y a su genialidad para crear ambientes. Desde la década de los 50, fue un referente para los artistas italianos en la superación de las técnicas y géneros tradicionales del arte. Sus lienzos rasgados lo transformaron en un modelo para los movimientos de vanguardia de los 60. Organizada en colaboración con la Fundación Lucio Fontana, la exposición reúne cerca de 200 obras en orden cronológico, articuladas en torno a grandes ciclos pictóricos (primitivismo y la abstracción de la década de 1930, cerámicas, espacialismo, lienzos agujereados o rasgados e instalaciones).

MUSEO GUGGENHEIM Nueva York Hasta el 20 de septiembre www.guggenheim.org

alcance histórico del FUTURISMO El Museo Guggenheim de Nueva York presenta una muestra que realza la evolución durante los últimos 35 años del Futurismo, uno de los movimientos más famosos del arte moderno italiano. Esta exposición multidisciplinaria examina el alcance histórico de esta tendencia, desde sus inicios con el «Manifiesto futurista» del ideólogo, poeta y editor italiano Filippo Tommaso Marinetti en 1909, hasta su desaparición a finales de la Segunda Guerra Mundial. La presentación de más de 300 obras realizadas entre 1909 y 1944, es un recorrido cronológico que abarca no sólo la pintura y la escultura, sino también la arquitectura, el diseño, la cerámica, la moda, el cine, la fotografía, la publicidad, la poesía, las publicaciones, la música, el teatro y la performance.

TATE MODERN Londres Hasta el 7 de septiembre www.tate.org.uk

segunda oportunidad «Matisse: the cut-outs» (Matisse: los recortables), que exhibe la Tate Modern de Londres, ha sido calificada por la prensa especializada como “un canto a la luz, al movimiento, al arte con mayúsculas y a las ganas de vivir que transmitió el pintor francés a pesar de su enfermedad”. Postrado en una silla de ruedas al final de sus días, lejos de deprimirse, Henry Matisse (18691954) consideró que la vida le daba una segunda oportunidad y decidió que su carrera artística podía explorar nuevos horizontes. Así, empezó a hacer collages. Sus ayudantes le pintaban papeles que luego recortaba de forma meticulosa para hacer piezas únicas. La muestra reúne 120 obras realizadas entre 1936 y 1954. La exposición estará hasta septiembre en Londres para luego viajar a Nueva York. Los admiradores de Matisse tendrán la oportunidad única de ver en un mismo lugar piezas como «El caracol», «Memoria de Oceanía» y «Gran Composición con máscaras», esta última de imponentes 10 metros de largo. El uso de las tijeras le permitió al artista reinventarse y mostrar todo su ingenio y pasión por el color. Sus cuadros son aparentemente sencillos, pero esconden una gran sofisticación. Uno de los grandes atractivos es la incorporación de videos que permiten ver cómo trabajaba y cómo utilizaba unas enormes tijeras (parecidas a las que usan los sastres), que el pintor movía con agilidad y precisión para diseñar corales, peces, caracolas o sugerentes figuras femeninas. Él mismo fabricó una especie de extensión de su brazo con una caña de bambú a la que incorporaba un carboncillo en la parte final. Así pudo pintar el boceto de la «Virgen con el niño» para la capilla del Rosario en Vence, Francia. El museo londinense ofrece también la posibilidad casi histórica de ver en simulatáneo los cuadros de la serie «Desnudo azul», los que al pertenecer a colecciones distintas rara vez pueden apreciarse juntos.

RECIPROCIDAD El Museo de Arte Contemporáneo de San Diego expone los «Tesoros del Museo Tamayo» con las más destacadas obras de la colección del centro de arte mexicano. La muestra incluye piezas de Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Carlos Mérida, Roberto Matta, Pablo Picasso, Francis Bacon, Mark Rothko, Max Ernst, entre muchos otros artistas contemporáneos cuyas obras el Tamayo ha adquirido a lo largo de los años. La exhibición forma parte de un intercambio internacional entre dos institucioMUSEO DE ARTE CONTEMPORÁNEO nes que comparten objetivos similares en el acercamiento educativo al arte y su historia. San Diego Una oportunidad para que los visitantes del Hasta el 31 de agosto recinto estadounidense descubran obras jamás www.mcasd.org expuestas en ese país. En reciprocidad, el Museo Tamayo trasladará a ciudad de México D.F., la exposición «Doble Negativo. De la pintura al objeto», con 15 piezas emblemáticas de la colección permanente del Museo de Arte Contemporáneo de San Diego. La Panera I 49


Agenda Santiago / junio

Teatro Municipal

Teatro Nescafé de las Artes

Manuel Montt 032, Providencia - Teléfono: 2236 3333 - www.teatro-nescafe-delasartes.cl - www.ticketmaster.cl

Agustinas 794, Metro Santa Lucía - Fono Venta: 800 471000 Abonos: 2463 8888 Boulevard P. Arauco, Local 352-A Teléfono: 2432 9696 - municipal.cl

«COPPELIA» Desde el 10 de julio. Entradas: consultas al 2236 3333, anexo 109.

La prima ballerina uruguaya Sara Nieto dirige la versión renovada de «Coppelia», ballet basado en la obra de E. T. A. Hoffman y estrenado el 25 de mayo de 1870 en la Ópera de París. La puesta en escena incluye un elenco de 26 bailarines nacionales e internacionales de primer nivel. Atractivo despliegue de danza clásica, danza de carácter y pantomina. Escenografía: Salvatore Pellizzari. Vestuario: Ruth Provoste. CÉSAR «BANANA» PUEYRREDÓN

«NOCHE DE PElÍCULA»

14 de junio, 20:00 horas. Entradas: $36.000 a $12.000.

El pianista Roberto Bravo, su hijo Roberto Bravo Graubin y el trompetista Daniel Lencina presentan un repertorio de música de películas de todos los tiempos. Entre las melodías inolvidables están «La lista de Schindler» y «Cinema Paradiso», así como los temas centrales de «Casablanca» y «Carlito´s way». Artistas invitados: Rodolfo Jorquera (bandoneón), Montserrat Prieto (violín), Nelson Arriagada (contrabajo) y Jorge Herrera (flauta).

El compositor y cantante argentino de pop y rock romántico César Pueyrredón, ex vocalista y líder del grupo Banana, ofrece un concierto único con temas para recordar como «Conociéndote», «Toda una noche contigo» y «Cuando amas a alguien».

21 de junio, 20:30 horas. Entradas: $32.000 a $10.000.

«SONIDOS DEL MUNDO SUR»

«BOULEVARD TANGO»

22 de junio, 12:00 horas. Entradas: $10.000 y $15.000.

27 y 28 de junio, 20:30 horas; 29 de junio, 19:00 horas. Entradas: $38.000 a $15.000.

Continuando con el ciclo «Sonidos del mundo sur», José Luis Urquieta y el cubano Miguel Villafruela ofrecen un concierto de oboe y saxofón con composiciones del húngaro Béla Bartók, el cubano Juan Piñera, el alemán Karlheinz Stockhausen, el argentino Fernando Lerman y el chileno Guillermo Rifo.

Cecilia Figaredo protagoniza «Boulevard Tango» junto a sus bailarines y músicos. Un espectáculo que combina la elegancia de la danza clásica con la sensualidad del tango, bajo la dirección musical de Andrés Serafini.

Centro Cultural de España

Museo de la Memoria Matucana 501 - Teléfono: 2597 9624 - www.museodelamemoria.cl

Providencia 927 - Teléfono: 2795 9700 - www.ccespana.cl

TESTIMONIOS y cine «Memorial de voces»: hasta el 28 de junio, 19:30 horas. Entrada liberada. «Cine y Fútbol»: 16,23 y 30 de junio, 19:30 horas. Entrada liberada.

«CUENTA CUENTOS» 15 de junio, 16:00 horas. Hall acceso. Entrada liberada.

Relatos infantiles con la temática de los Derechos del Niño. «Buscando una casa» abordará los derechos a la vivienda, la alimentación y la atención médica.

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«Memorial de voces» es una invitación a emprender un viaje por los paisajes sonoros de la selva colombiana y hacer un recorrido por la historia reciente de ese país. La muestra incluye testimonios de los que han sufrido la violencia y han sido víctima del narcotráfico en los últimos 11 años, bajo la mirada de la periodista francesa Christine Renaudat. Con la participación de artistas chilenos, la exposición es organizada por la ONG Tierra de Hombres, en colaboración con el Colectivo Octavo Plástico. También en junio, el Centro Cultural de España presenta un ciclo dedicado al «Cine y el Fútbol». Programación en www.ccespana.cl

Sea original... regale Suscripciones: rvaras@lapanera.cl

HOMENAJE A JORGE PEÑA HEN 10 de junio, 19:00 horas. Entradas: desde $3.000. La Filarmónica de Santiago, dirigida por José Luis Domínguez, recuerda al compositor chileno Jorge Peña Hen con la Obertura de «La Cenicienta», una de las pocas óperas compuestas especialmente para voces infantiles. Dentro del mismo programa, el pianista chileno Luis Alberto Latorre tendrá a su cargo el Concierto para piano nº 5 en Mi bemol mayor, Op. 73 (también llamado «Emperador»); y Sinfonía nº 8 en Fa mayor, Op. 93, de Ludwig van Beethoven. «LOS PURITANOS» 11 de junio, 19:00 horas. Entradas: desde $11.000 (ópera internacional). Nuevo montaje de «Los Puritanos», de Vincenzo Bellini, a cargo del director de escena Emilio Sagi (1948), autor de la celebrada «Carmen» también presentada en el Teatro Municipal en 2012. Esta ópera de 1835 es la última y más extensa obra del compositor. Forma parte de la vertiente del bel canto italiano –de la que el músico fue representante junto a Rossini y Donizetti–, y apunta a potenciar al máximo la línea vocal de los cantantes líricos. El elenco internacional está integrado por la soprano bielorrusa Nadine Koutcher (Elvira Valton) y el tenor georgiano Shalva Mukeria (lord Arturo Talbot). La dirección orquestal estará a cargo del joven madrileño José Miguel Pérez-Sierra.

Teatro Universidad de Chile Providencia 043. Plaza Italia - Teléfonos: 2978 2480 - 2978 2481 ceacuchile.com

«LOCKER!! LA DANZA POR DENTRO» 20, 21, 26, 27, 28 de junio; y 3, 4, 5 de julio, 20:00 horas. Entradas: $7.000 público general, $5.000 tercera edad, $3.000 estudiantes.

Sebastián Belmar (coreógrafo y artista circense) y Elías Cohen (coreógrafo y director teatral) estrenarán un montaje en torno a la identidad como parte del programa del segundo ciclo del Ballet Nacional Chileno, BANCH, a cargo del francés Mathieu Guilhaumon. Con el impacto emocional del terremoto 27/f como telón de fondo, este universo de fantasía poética apuesta a hacer disfrutar a los espectadores desde diversas perspectivas del baile, y bajo nuevas interpretaciones de la realidad. La temática central contempla mostrar lo que ocurre al interior de una compañía de ballet. Los camarines y sus lockers, las barras de baile, los ensayos, el espejo, el piano de cola y los ventanales a través de los cuales se traspasa la luz otoñal formarán parte del espectáculo.

La Panera


[ notascul | por pamela marfil ]

> una obra sobrenatural

L

a «Virgen velada», de Giovanni Strazza (1818-1875), realizada en mármol de Carrara alrededor de 1850 en Roma, es de esas imágenes que hacen pensar en lo sobrenatural. Es difícil imaginar cómo el artista retiró, cincelada por cincelada, la dura piedra para llegar a la forma final. Su maestría inspiró a varios, entre ellos Pietro Rossi y Rafaello Monti. Por esta razón, las temáticas de mujeres veladas son relacionadas habitualmente con Italia, de la misma forma que las Britanias a Inglaterra y las Mujeres de la Libertad a Es-

tados Unidos. Opiniones expertas destacan el maravilloso equilibrio entre la perfección y complejidad de la técnica –que permite ver incluso el efecto del velo que cae sobre las pestañas y el cabello– con la sutil y emotiva expresión de tristeza que nos conmueve profundamente en la obra de Strazza. Para verla hoy es necesario marcar una visita en el Convento de la Anunciación en Saint Jonhs, Terranova, Canadá, o conformarse con al menos googlearla para apreciar los diferentes ángulos que generosos internautas han compartido.

Campos de arroz, China

Islas de Dubai, Dubai

Laberinto en Long Leat, Inglaterra

Cataratas del Niágara, Canadá

> reinventando iconos

V

istas increíbles, algunas veces cercanas a la Abstracción y otras al Surrealismo, pero en su definición más temprana, en que se hace una reproducción creativa de un objeto que lo transforma y enriquece. Esto es lo que

podemos observar en esta selección de imágenes aéreas de hitos geográficos, ciudades y tesoros de la humanidad. Por muy conocidos que sean, su sobreexposición se refresca e incluso reinventa en cada particular perspectiva.



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