Flipar premiados

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FUMAR NO SIRVE PARA NADA. Un día de verano en la playa de Rota, un muchacho llamado Jaime, de catorce años, con pelo rubio y ojos celestes como el agua del mar, se encontró con unos muchachos de su edad, los cuales le preguntaron si los quería acompañar a dar una vuelta por la orilla. Él le preguntó a su padre si se podía ir con aquellos niños. El padre le dijo que sí pero que en una hora estuviera allí, en el restaurante donde habían quedado para comer. Pasando el rato y hablando con sus nuevos amigos ellos le incitaron a que fumara y él al principio mostrando cara de preocupación quiso hacer oídos sordos a sus amigos, sin embargo sus amigos no dejaban de fumar y él llegó un momento en que se replanteó su negativa a fumar. -¿Seguro que no pasará nada?-dijo Jaime. -¡Que no hombre, eso es una tontería de los mayores, no les hagas caso!-dijeron sus amigos. A Jaime le comenzó a picar el gusanillo de probarlo y le empezó a gustar un poco eso de echar humito por la boca. Cada día a escondidas de sus padres se fumaba un cigarro más. Fumaba en su habitación mientras los padres pensaban que estaba estudiando y cuando creía que sus


padres iban a entrar tiraba el cigarrillo por la ventana y aparentaba estudiar sobre la cama, los padres entraban en la habitación en ese momento y sólo notaban un olor extraño pero nunca llegaron a pensar que su hijo fumaba a escondidas, ya que su hijo siempre había sido un buen estudiante. Al cabo del tiempo, al padre le ofrecieron un puesto de trabajo en Rota por lo que se fueron a vivir allí y por ello él seguía saliendo con sus amigos. En el instituto le comenzó a ir mal, ya que cateaba todos los exámenes y le faltaba el respeto a todos los profesores, ellos hablaron con sus padres y los padres le prohibieron salir entre semana. Él se escapaba para ir a fumar por las tardes. Un día los padres se dieron cuenta que su hijo fumaba porque el olor que salía de su boca cuando hablaba era muy fuerte. Ellos hablaron con Jaime: -Jaime, tu madre y yo nos hemos dado cuenta de que fumas y que por las tardes sales a escondidas de nosotros-dijo el padre. -¿Tú crees que yo te haría algo así?-dijo Jaime. -Sí que lo creo, porque lo sé y no me lo niegues porque si


no el castigo va a ser peor-le dijo el padre con tono serio y sin cara de estar bromeando. -Bueno, sí papá sí he fumado, ¿tú te acuerdas de aquellos niños de la playa de hace tiempo?. -Sí, ¿por qué?-dijo el padre ya sabiendo lo que le iba a decir. Pues ellos cuando íbamos por el espigón de Rota sacaron unos cuantos cigarros y yo no quería pero... me incitaron tanto que yo creí que por una vez no me iba a enganchar a fumar pero, papá, no sé cómo me ha podido gustar tantodijo Jaime con una lágrima por la mejilla- lo siento ya no fumaré más y estudiaré mucho más para no catear ningún examen. -No te preocupes, no te pongas así, has cometido un grave error y no te has dado cuenta- dijo el padre secándole la lágrima de la cara y a la vez dándole un abrazo muy fuerte a su hijo. – Ahora tienes que recuperar todas las asignaturas, para que en el tercer trimestre podamos ir todos juntos a la playa y por supuesto a pescar, ya que te gusta tanto pescar, pero todo eso lo haremos cuando las hayas aprobado. A la hora después de todo aquello los amigos de Jaime le llamaron al telefonillo:


-¿Te vienes Jaime?- dijeron. -No, tengo que estudiar si este verano quiero ir a pescardijo Jaime colgando el telefonillo. Pasados los meses lo padres de Jaime fueron a recoger sus notas y se llevaron una gran sorpresa porque su hijo...¡había sacado todo sobresaliente! Cuando llegaron a su casa Jaime estaba ansioso de ver sus notas y antes de verlas el padre le dijo: -Este verano sí vamos a ir a pescar-dijo el padre dándole un fuerte abrazo. Un día cuando Jaime y su padre estaban pescando Jaime le dijo a su padre: -Gracias papá por hacerme ver mi error-dijo Jaime. -Lo hice para que en verano estemos como estamos ahora disfrutándolo. Todo esfuerzo tiene su recompensa como dice el refrán-dijo el padre sonriendo mientras veía a su hijo recogiendo la caña. FIN FCO JAVIER REYES SÁNCHEZ 6º C.E.I.P Tartessos.


GRACIAS AIDA Hola soy Lucía y os voy a contar lo que nos pasó a mis amigos y a mí, una tarde fría de invierno en un pueblecito de Cádiz. Una tarde de invierno, como hacía mucho frío y no sabía qué hacer decidí invitar a mis amigos Bea, María, Luis y Juan a ir a tomar algo; entonces le preguntamos a nuestros padres y éstos nos dijeron que sí. Cuando llegamos al restaurante, nos encontramos con unos amigos del instituto (Bueno, “amigos”…) y nos dijeron que si éramos capaces de probar una bebida que contuviese alcohol, y nosotros como no sabíamos que decir fuimos a hablar a solas. -Pero este que se cree, sólo tenemos 12 años-dijo Bea susurrando. -Es verdad, le diremos que no-dijo Luis . Y nos acercamos al chico muy decididos. El chico dijo: -Si no lo hacéis -se aclaró la voz- atentos a las consecuencias.


-¿Qué consecuencias?-dije un poco asustada. -Si no lo hacéis os arrepentiréis-dijo con un tono chulito. -No nos puedes amenazar de esa forma-dijo Bea -Pues mira bonita, contigo iba el tema; si no lo hacéis les diré a tus padres que eres novia de Luis. Bea y Luis agacharon la cabeza. -¡No nos puedes hacer esto!-dijeron María y Juan a la vez. Bea y Luis nos hacían gestos, que decían que bebiéramos. Entonces sin más remedio tuvimos que hacerlo. Al final nos enganchamos y la misma historia se repetía todos los días. Empezamos a juntarnos con gente con las que no debíamos .Y nuestros padres estaban cansados y desilusionados por nuestra actitud. Uno de esos días nos encontramos con una chica que decía llamarse Aida ; hicimos buenas migas, tan buenas que todos los días quedábamos con ella ; pero ella no


bebía… Todas las tardes que quedábamos con ella, nos decía lo malo que era beber y los daños que podía hacer a nuestro organismo tanto alcohol. Poco a poco nos iba convenciendo hasta que a mí y a María nos convenció, y ahora éramos nosotras las que teníamos que convencer a los demás y ese día llegó. Nos costó mucho dejar de beber pero ahora les damos las... GRACIAS , AIDA. LUCÍA RODRÍGUEZ DE LA CRUZ. 6º C.E.I.P Tartessos.


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