Revista Digital Octubre 2011

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mercado latino OctUBRE 2011

a otras zonas en conflicto a valientes viajeros, ávidos de experiencias límite, que buscan la adrenalina que se esconde detrás del peligro y el riesgo. A pesar de haber sido un importante destino turístico durante los sesenta cuando los hippies veraneaban allí atraídos por su belleza natural y las drogas baratas -lo que se denominó el “hippie trail”-, Afganistán está ahora en la lista de países más peligrosos del mundo y ningún Estado recomienda viajar a él.

DESTINOS TAN SORPRENDENTES COMO POCO SEGUROS. Haciendo caso omiso de estas recomendaciones, el director de Babel, el australiano Kevin Pollard, ofrece desde comienzos de este año un catálogo de destinos tan sorprendentes como poco seguros, entre lo que destacan zonas conflictivas, o incluso en guerra, como Irak, Irán, Somalia, Sudán o Corea del Norte. No obstante, Pollard aseguró a EFE-Reportajes que sus viajes se desarrollan bajo escrupulosas medidas de seguridad y que todos sus clientes se sientes “cien por cien seguros” porque durante las excursiones no se asumen riesgos de manera irresponsable. De todos los destinos que ofrece Babel, el lugar que más atención acapara es “sin duda Afganistán”, según confesó Pollard, y allí está preparando el próximo viaje que organizará la agencia en septiembre, por 9.500 euros (13.500 dólares) por quince días, una cantidad no al alcance de cualquiera y que no

La gran experiencia de Kevin Pollard la vivió en el último viaje que organizó Babel a Afganistán, el pasado mayo, ya que, la misma noche en que murió el líder de Al-Qaeda, Osama Bin-Laden, durmieron, ajenos a lo que estaba pasando, en la base militar estadounidense de Bagram, desde la que se dirigió gran parte de la operación. incluye los billetes de avión. Según explica Pollard, lo que más encarece el precio es el seguro de viaje, que asciende a unos 700 euros (alrededor de 1.000 dólares) por las dos semanas -diez veces más que un seguro de viaje convencional- y cubre todo tipo de peligros, incluidas las negociaciones en caso de rapto, aunque no el pago de la recompensa. “Viajamos acompañados de un agente de seguridad, un chófer y un guía. Todos ellos van armados y conocen muy bien las zonas por las que nos podemos mover”, asegura Pollard. Este australiano tiene contactos también con agentes de la OTAN en el país para que sus clientes

El australiano Kevin Pollard ofrece desde comienzos de este año un catálogo de destinos tan sorprendentes como poco seguros, entre lo que destacan zonas conflictivas, o incluso en guerra, como Irak, Irán, Somalia, Sudán o Corea del Norte.

puedan, por ejemplo, almorzar con un muyahidín o acompañar a un soldado de patrulla. “Se trata de vivir experiencias nuevas que no ofrecen otros lugares, mezclarse con la gente y averiguar qué significa estar en una zona de guerra”, señala el aventurero Pollard. Sin duda, la experiencia de su vida la vivió en el último viaje que organizó Babel a Afganistán, el pasado mayo, ya que, la misma noche en que murió el líder de Al-Qaeda, Osama Bin-Laden, durmieron, ajenos a lo que estaba pasando, en la base militar estadounidense de Bagram, desde la que se dirigió gran parte de la operación. “A penas pudimos dormir esa noche porque unos cincuenta aviones despegaron o aterrizaron en la base en tan sólo cinco horas. El ruido era ensordecedor, pero no sabíamos si tal afluencia de aviones eran normal o no”, cuenta.


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