Capítulo 9

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Ultimos días de campaña para gobernador

El miércoles 22 de octubre de 2003, a cuatro días del acto electoral, la nota política destacada en “Los Andes” se tituló: “Ahora la UCR es optimista y el PJ se

muestra cauteloso1”. Al día siguiente, en cambio, la noticia se trasladó hasta la portada: “El impacto Iglesias preocupa al PJ en el cierre de campaña2”. En esas horas Iglesias comandaba los movimientos importantes. Y se subía, junto a Cobos y al cacique regional de turno, en las caravanas que hiciesen falta, especialmente en los recorridos por las parroquias menos favorables: Maipú, Guaymallén y Las Heras. Uno de los últimos avisos publicitarios del radicalismo en su intento por mantener la gobernación exhibió, en igual tamaño, a Iglesias con Cobos (hay que decir que en el montaje el hombro del candidato aparece delante del gobernador), una única consigna (“Para que Mendoza siga creciendo”), y, al pie, una invitación para el cierre de campaña: un acto en estadio Pacífico. La noche anterior hubo otro acto, en Maipú, distrito en donde jamás un radical fue ganador desde 1983. Arrancó Iglesias, y lo dicho no hacía más que expresar lo que se pensaba en la intimidad. “Se han olvidado del pasado, de ser los

fieles alumnos de Menem en un modelo excluyente que llevó al hambre y a la 1 2

Los Andes, 22 de octubre, 2003 Los Andes, 23 de octubre, 2003


desocupación a una inmensa mayoría de argentinos. Y hoy en sus promesas electorales no recuerdan que durante 12 años el equipo de los mendocinos privatizó las empresas de servicio, transfirió la Caja de Jubilaciones y dejó la mayor deuda en la historia de la provincia3”. Uno de los pocos peronistas contentos con aquel discurso era el presidente Néstor Kirchner. Nada mejor para su esquema de gobernabilidad que un gobernador radical, pero a la peronista. Y cuando miraba las encuestas en Mendoza, en las que el peronismo iba camino a la derrota, confiaba aún más en la ampliación de la gobernabilidad de la mano de los radicales mendocinos. En ese mismo acto de Maipú Cobos recurrió a metáforas, pero sólo para reforzar la idea de una Mendoza del futuro y no “un submarino hundido en el fondo

del mar”. Hacia el final de su participación no escapó del lugar común: “No se decide el futuro de unos hombres sino de Mendoza”. Roxana Badaloni publicó un panorama de las preferencias electorales entre los empresarios y grupos económicos locales. No es un artículo común en la Argentina, menos en Mendoza. Y de allí surge una buena herramienta de democratización de la información. De tal modo que sirve para analizar las visiones de los hombres más involucrados en las actividades económicas. El artículo señalaba “la distante relación del gobernador Iglesias con algunas

corporaciones, como las privatizadas, los magistrados y el Consejo Empresario

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Idem


Mendocino4”. Y al tiempo de referirse al postulante afirmaba: “Los hombres de Cobos prefieren señalar entre sus aliados a las empresas vinculadas al turismo, algunos sectores agrícolas y vitivinícolas (aunque las grandes bodegas aportan fondos para ambos bandos) y de la construcción”. Para el peronismo, en cambio, el escenario planteado era mucho más favorable (el final de la nota lo advierte: “Es

inevitable pensar que esta vez no les da lo mismo quién gane y que están apostando sus fichas a algún candidato”). Para Amstutz apuntó que “los empresarios ven la posibilidad de diálogo, renegociación de contratos, pago de deudas por servicios y futuro clima de negocios”. El análisis confirma que existieron muy pocos indecisos entre los protagonistas de la vida económica provincial. En el proceso electoral de 1999, que lo llevó a Iglesias a cambiar su despacho de intendente por el de gobernador, realizó dos últimos movimientos fuera del esquema clásico: uno, el referido acto, como cierre de campaña, apelando a un espacio público y privado, ganado por la militancia, y con importante repercusión mediática. Tanto que fue transmitido en directo por los dos canales de televisión abierta de Mendoza. El otro detalle de campaña fue que se contrataron espacios publicitarios en la gráfica, en donde no se mencionaba lo partidario, sino que se daba a conocer un último sondeo de la opinión pública. En aquella de 1999 el ganador era Iglesias, lo que a muchos les pareció una sorpresa, que sólo se confirmaría con los resultados de las urnas setenta y dos horas más tarde.

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Los Andes, jueves, 23 de octubre


Aunque varios sostienen que fue la voluntad de Iglesias repetir el cierre de campaña, con un acto, aunque no fuera el suyo, estrictamente, lo cierto es que se realizó uno de idénticas características. Y aquello fue una caldera de 4500 personas, tomadas por un equipo de televisión que transmitía las alternativas en vivo para toda la región. “Nosotros tenemos currículum. Los otros parece que tienen

prontuario por el pasado negro que le dejaron a la provincia5”, gesticuló Iglesias. En las cercanías del escenario dieron el presente todos los radicales, incluso los que parecían estar afuera de los acuerdos. Y también José Genoud, que hasta hacía pocos meses se refería en durísimos términos a Iglesias y su delfín político. Y Víctor Fayad y Aldo Ostropolsky. El caso de éste último es curioso: luego de haber sido ministro de Iglesias y repudiado la irrupción de Cobos, hoy parece uno de los más persistentes radicales K: la pauta publicitaria de los medios-medios que administra, es mayormente sostenida por las cuentas oficiales: nacionales, provinciales y municipales, aún cuando las herramientas de comunicación carecen de mayor gravitación. Ostropolsky obtiene beneficios impositivos del gobierno y suele pagar servicios en negro, en línea con el reino de lo trucho. Lo máximo del absurdo es cuando aparece publicidad oficial condenando la economía informal. La fiesta de los radicales hizo bailar a todos, hasta la esposa de Iglesias, Josefina Murúa. En tren de confianza el gobernador había descuidado algunas formas institucionales, como el traslado de su mozo, de Casa de Gobierno, al acto partidario.

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Los Andes, 24 de octubre, 2003


Como era de esperar Iglesias fue el último en hablar. El primero, Cobos. Era su último de discurso de campaña y uno de los últimos peldaños como rector universitario, ingeniero medianamente exitoso y maratonista de fuste. Era Cobos, la multitud, y una audiencia considerablemente más grande que lo seguía desde sus viviendas:

“En un año y medio vamos a bajar la desocupación al 5 %. Hoy es del 8,5. En cuatro años no habrá más villas inestables en Mendoza. Abriremos dos nuevos hospitales, en Santa Rosa y Rivadavia. Les vamos a hacer la vida más fácil a los productores. Vamos a tener más policías, un mejor sistema penitenciario y mejor justicia y educación”, sostuvo. La crónica escrita por Ivana González sostiene que “Como el único protagonista de la campaña radical fue el gobernador y la figura de Cobos quedó relegada, el decano de la UTN dedicó varios párrafos para dejar en claro que “voy a gobernar con la impronta de Iglesias, pero con un modelo propio6”. El otro movimiento al que se hizo referencia y que no pudo faltar fue repetir la idea del aviso publicitario con la supuesta última encuesta, aunque, en el caso de Cobos, sí fue el partido radical el que firmó el aviso: “En otra página seguro que

encuentra una encuesta vieja”, era el título de la pieza. Y en su interior mostraba un gráfico con la intención de voto: Cobos (36,4 %), Amstutz (33,2 %) y un universo de indecisos que llegaba al 7,4 %. “Las últimas encuestas dicen que gracias a usted la

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Los Andes, 24 de octubre, 2003


cosa cambió7”. Llevaba el escudo del partido, el número y los nombres con las cabezas de lista. El peronismo, en cambio, apeló a un aviso de similares características a las empleadas por los correligionarios cuatro años atrás. Pautaron una pieza que comenzaba diciendo: “espacio de publicidad”. Y el título, en enorme tipografía, rezaba: “Amstutz sería el próximo gobernador8”. Apelaban a una ignota W. Tracking Group (Argentina) como fuente de la encuesta. Los resultados eran más que amplios y favorables para el justicialismo: 45 % para Amstutz, 31,5 % para Cobos. Y aclaraba:

“Sólo en Rivadavia y Capital se presenta un empate técnico”. No era la única operación de prensa que trasuntaba la vida pública mendocina en tiempos electorales. En aquellos días se recordó bastante al banquero Raúl Monetta, con un paso económico confuso y polémico por Mendoza, que aún hoy perdura, mediante sus operaciones financieras con el ex banco estatal y el de Previsión Social. Y todo el efecto de comedia provenía de una fallida maniobra del también coleccionista de caballos criollos, protagonizada en la Basílica de Luján, en la provincia de Buenos Aires. Moneta allí intentó, tal la crónica de diario “La Nación”, aparecer próximo al presidente Kirchner y éste, gracias al fuerte celo de su vocero, Miguel Nuñez, impidió una fotografía comprometedora. Ese forcejeo fue también parte de las comidillas en la última estación de la carrera electoral local. Otro de los pasos sorprendentes fue la negativa del comando justicialista para que su figura debatiese, cara a cara, distintos temas de actualidad, con el propio 7 8

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Cobos. Los manuales enseñan que el que va arriba de los sondeos se niega a “bajar” al terreno del que quiere subir. Y no hay muchas más explicaciones que la metáfora del sube y baja del marketing político para responder la estrategia. ¿Amtustz realmente sabía que no había un ganador claro hasta ese momento? ¿Pensaba, en realidad, que él lo era? ¿Subestimaron al oponente? En cualquiera de los casos no hubo cruce entre ellos. Situación ideal para el rol de Cobos: “Hace un mes que lo

estamos esperando9”, comentaba, a modo de desafío. Pese a no haber tenido protagonismo de ningún tipo, más que su discurso en alguno que otro acto, uno de los que acompañaban de cerca a Cobos era su compañero de fórmula, un cuadro político que respondía al sector de José Genoud. Juan Carlos Jaliff, no sólo fue una espada protagónica en los cuatro años como vicegobernador de Cobos, sino que hasta el día de hoy es compañero de ruta del vicepresidente. Y por lo general, si Jaliff dice blanco, el otro espadachín del cobismo, Cornejo, argumenta negro. A Jaliff, en una nota que él no desmintió, ni diario Los Andes tampoco rectificó, se lo mencionó como Procurador del Tesoro de la Nación. Nunca fue esa su responsabilidad pública. En todo casi sí es más reconocible y verdadero su rol en otras funciones, como la de asesor del bloque de senadores nacionales del radicalismo, en las épocas que su jefe brillaba en la Cámara Alta, antes de la desgracia pública que comenzó a través de una denuncia de otro ex empleado suyo, el “arrepentido” Mario Pontaquarto. Jaliff conoció muy de cerca a Pontaquarto, ya

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Los Andes, 18 de octubre, 2003


que él era parte del equipo de colaboradores más estrechos del senador. Pontaquarto comenzó a trabajar en 1993 y tres años después ya era secretario parlamentario del Senado de la Nación. El suicidio de Genoud, en septiembre del año pasado, en su domicilio de la Quinta Sección, interrumpió, además, el proceso en la causa por denuncias de coimas en el Senado. Jaliff también se relacionó, anteriormente, en la intervención del Grupo Greco, por un decreto del entonces presidente Alfonsín. Horacio Verbistky explicó aquella designación en uno de sus clásicos artículos dominicales: “Durante los gobiernos de

Raúl Alfonsín y Carlos Menem, (José Luis) Manzano estableció un acuerdo especial con el radical José Genoud, que les permitió designar como interventor en el Grupo Greco a un colaborador de Genoud, Juan Carlos Jaliff, quien luego lo acompañó en el Senado. Después del tendal que dejó la Banelco, Jaliff heredó la estructura política mendocina de Genoud, Causa Nacional, uno de los sectores más conservadores y corruptos, que le permitió ser vicegobernador de Cobos10”. Jaliff está casado con la jueza María Nilda Vacas.

El sábado previo al día de la elección fue tranquilo. La noticia más destacada fue deportiva: el boxeador Pablo Chacón, de impecable trayectoria deportiva, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta, en 1996, y campeón del mundo en junio de 2001, había sido derrotado en Hungría por Janos Nagy, lo que opacaba sus

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Página/12, 3 de agosto, 2008


posición en el ránking para contar con una nueva chance de pelea por el título del mundo. Cobos no boxeaba. Disfrutó aquel sábado, día libre para realizar ejercicios físicos, actividad que había sido pospuesta por sus ocupaciones políticas. Se reunió con los integrantes del grupo Mendoza Marathon Runner (y fotógrafos). Reunidos en el Parque comenzaron a trotar como cualquier otro grupo de aficionados, mientras varios reporteros gráficos demostraron problemas de estado físico. En otro momento del sábado Cobos “aprovechó el día para visitar amigos11”. Había comenzado ese día oyendo una pregunta de su esposa: -¿Estas tranquilo?- interrogó María Cristina Cerutti. Y la respuesta fue la misma que le escuchó varias veces durante el fin de semana:

“Suelo ponerme tranquilo en los momentos de definición12”.

En los últimos minutos de aquel domingo histórico para Cobos y para la UCR, pues nunca un gobernador radical había cedido el mando a otro correligionario, el electo declaró: “Ganó un nuevo modelo. Trabajaré por la

transversalidad13”. El neologismo argento venía siendo empleado desde que Néstor Kirchner era el nuevo inquilino de la Rosada. El analista Rosendo Fraga, cuatro años más tarde, se lo pudo explicar a doña Rosa: “Cuando uno escucha transversalidad se 11

Los Andes, 26 de octubre, 2003 Diario UNO, 26 de octubre, 2003 13 Los Andes, 27 de octubre, 2003 12


acuerda del origen de ese peronismo en los años 40 que tomó gente de distintos partidos y de distintas ideologías. Yo creo que en el futuro podría derivar en otra fuerza política, pero en el corto plazo acá está muy claro que el peronismo y Duhalde siguen siendo una realidad con la cual Kirchner no puede confrontar14”. Los analistas mendocinos, al calor de triunfo de Cobos, observaban la realidad por una ventana: “Cobos tendrá una gran ventaja con respecto a Iglesias hace cuatro

años: la experiencia que da el ejercicio de la función pública de varios que serán su principal espada. Es el caso de Juan Carlos Jaliff, uno de los aciertos de Iglesias como ministro de Gobierno, que ahora conducirá la Legislatura15”. Otro análisis político intentaba mirar la misma realidad con otra perspectiva:

“Bastaron apenas dos meses para que la historia se revirtiera, aunque con lógica similar. En efecto, esa sorpresa llamada Amstutz que le ganó la interna justicialista al ganador “cantado” Pardal, ahora acaba de perder frente a esa sorpresa llamada Cobos que le ganó la general al “cantado” lasherino16”. Es que la prensa comenzó a ocuparse del nuevo gobernador, con mayor rigor, apenas se supo de su triunfo, más que sorpresivo, impactante. Recién allí comenzaron a informar sobre los orígenes de Cobos. Se dijo, entonces, que “se

define como un hombre sereno, espontáneo y cabeza dura (…) yrigoyenista por convicción, en los años 80 adhirió al fenómeno Alfonsín, pero votó también a (José Octavio) Bordón17”. Esto explica el siguiente comportamiento electoral: mientras 14

Reportaje a Rosendo Fraga, programa Pool Económico, 1 de enero, 2007 Los Andes, 27 de octubre, 2003 16 Idem 17 Idem 15


Cobos era uno de los tantos argentinos seducidos por el alfonsinismo, en las elecciones provinciales de 1987 votó al candidato del justicialismo, pese a que había sido nombrado gerente operativo en la Dirección Provincial de Vialidad en el último tramo de la gestión Llaver (1983-1987). Recién se afilió al radicalismo cuatro años más tarde. Nadie en ese momento podría haber siquiera delirado con la posibilidad que dieciséis años después, la carrera política de ese afiliado llegaría hasta acomodarse como vicepresidente de la República. Y menos que menos como vice de una presidenta mujer. Y menos que menos de extracción justicialista.

El padre de Cobos, Fermín, había sido empleado público por décadas. La madre, Asunción, en cambio, trabajaba como modista. Podría decirse que era una familia de trabajadores, cuyo máximo objetivo era que sus tres hijos asegurasen su futuro mediante estudios universitarios. Un contraste con lo que decía de chico Julio Cobos: repetía que cuando fuese mayor quería ser camionero, como su tío. Fermín Cobos hizo carrera en la administración pública sin ocultar sus simpatías por el peronismo. Y a pesar de no contar con mayores estudios que los de la escuela primaria llegó a ser Tesorero General del gobernador Alberto Martínez Vaca. “Mi padre siempre me decía: tengo dos desgracias en la vida: un hijo radical y

un nieto de Boca18”, recordó el ingeniero.

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La Nación, 17 de julio, 2008


Alberto Martínez Vaca fue elegido gobernador en 1973 y no sería un paso muy feliz el suyo por la Casa de Gobierno. Un sonado juicio político promovido por la Legislatura, un año más tarde, lo removió del cargo. Lo sucedió durante pocos meses su vice, Carlos Mendoza, proceso que desembocaría con la intervención federal a cargo de Antonio Cafiero. Nadie tampoco imaginaba que Fermín Cobos, desde su llegada a Mendoza, comenzó con un empleo en el Instituto Provincial de la Vivienda, llegaría a ser uno de los que manejarían las cuentas públicas de un gobernador al que se ha colocado dentro de una liga de autoridades relacionadas con los sectores más combativos del peronismo de aquella época: Obregón Cano (Córdoba), Oscar Bidegain (Buenos Aires), Miguel Ragone (Salta) y Jorge Cepernic (Santa Cruz). Para algunos, que Cobos haya sido elegido por Néstor Kirchner para acompañar a su esposa rumbo a la conducción institucional del país, es el sueño que Fermín jamás pudo ver: “Me entusiasmaba más ir con Cristina Fernández que con

Néstor Kirchner, a pesar de que tengo más relación con él19”, supo decir el ex decano de la UTN. El domingo hist{orico, las dos primeras personas, justicialistas, que llamaron al bunker radical para confirmar la victoria electoral no hablaron con Cobos. El primero fue el ministro de Interior, Aníbal Fernández, que mantuvo una conversación con Iglesias. El restante fue Juan Horacio González Gaviola, interventor del PAMI, que se comunicó con Jaliff. Si la política fuese una familia numerosa

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Perfil, 17 de junio, 2007


habría que agregar que González Gaviola fue el vicegobernador de Iglesias en épocas de la Alianza que desbancó a Carlos Menem en 1999. Los resultados finales arrojaron que la UCR (más Recrear y el Partido Federal) obtuvo el 41,1 % de los votos, mientras el justicialismo alcanzó 34,4 %. Los números no daban nada mal para un hombre que se presentaba por primera vez a una elección. Al volver a su oficina en la UTN, dos días después de convertirse en electo, reunió a su equipo de trabajo, y expresó: “Tendremos que poner una placa que diga

que esta casa tiene buen nivel académico, prepara grandes ingenieros y, eventualmente, candidatos a gobernador”20. Varios sonrieron al tiempo que varios otros preparaban sus escritorios para trasladarlos al Centro Cívico. Y ya en la primera semana de la transición hubo una coincidencia que nadie sabe explicar desde la lógica. En la radio, en los diarios y hasta en la TV, la nota de color era el llamado Estilo C, en contrapunto al K, y al que él mismo prefirió llamar “estilo Cleto”. Una escena de lo descripto se vivió en un barrio de Maipú, mientras Cobos caminaba por zonas populares: “Venga, señora. Deje de amasar los ñoquis. No

se limpie las manos, no hay problema. Pasaba a saludar un ratito y agradecer el apoyo que me dieron el domingo21”. Es uno de los tantos ejemplos de lo que hasta hoy, en Mendoza, se conoce como estilo Cleto. Entre tanto batifondo electoral había pasado inadvertido, pero es cierto que el propio Cobos se refería a este modo de hacer política días antes de saberse ganador 20 21

Los Andes, 29 de octubre, 2003 Los Andes, 30 de octubre, 2003


de la contienda. “Mi modelo de gobierno es el C, de Cleto y de Cobos. No es el K

(de Kirchner) ni el I (de Iglesias)22”.

Días previos a su asunción como gobernador

Diez días antes de jurar como gobernador de Mendoza se conocieron las tratativas del entorno de Cobos para lograr una reunión con el presidente de Chile, Ricardo Lagos. Era esa su primera reunión política internacional. No trascendió la fecha, aunque sí, en cambio, los operadores aprovecharon el anuncio para enmarcarlo como otro gesto de acercamiento del nuevo mandatario radical a la liga de la política argentina. Se especulaba que a su regreso de Chile estaría de cuerpo presente en la asunción del gobernador de San Juan, José Luis Gioja, lo que finalmente se concretó. Aunque con una particularidad “transversal” posiblemente:

“Vino al acto de asunción de José Luis Gioja el 10 de diciembre pasado. Llegó acompañado por el justicialista mendocino derrotado, Guillermo Amstutz, al que apoyó Gioja durante la campaña23”.

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Diario UNO, 24 de octubre, 2003 Diario de Cuyo, 5 de marzo, 2004


Por esos días apareció en la edición americana de “Newsweek” un artículo que se refería a la realidad de Mendoza. La nota fue escrita por Carolyn Whelan. Y ya el título se presentaba bastante atípico para aquellos últimos días de la Argentina 2003: “Una provincia que trabaja24”. En la semblanza trataba a Mendoza como “una

provincia rural” que “maneja sus deudas y crea puestos de trabajo”. Y en la visión de la periodista surgía el esquema de desarrollo del país profundo: “La provincia está

demostrando que algunos lugares en la afligida argentina pueden manejar su deuda, atraer a inversores extranjeros y crear puestos de trabajo”. Ofrecía como comprobación una serie de estadísticas que confirmaban este modelo de crecimiento. Y también proporcionaba un dato que sorprendía, incluso, a los propios mendocinos:

“El ingreso medio de su millón y medio de habitantes es un tercio más alto que el promedio nacional”. En otro de los pasajes de la nota se contestaba un interrogante respecto a los factores que habían determinado que la provincia se diferenciase “mientras el resto

del país vacilaba”. Es allí que Newsweek lo respondía: “Una razón es que Mendoza valora la responsabilidad fiscal. Durante la peor crisis económica de la historia argentina, la provincia pagó a sus tenedores de bonos, aunque a veces lo hizo con atraso. A diferencia de muchas provincias nunca entró en default”. En tanto, la política mendocina sufría una curiosa patología: la histeria. Y Cobos era el más perjudicado, pues su primer proyecto enviado a la Legislatura provincial, aún antes de asumir, se encaminaba hacia la creación del Ministerio de

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Newsweek, 1 de diciembre, 2003


Turismo y Cultura, cartera que ya tenía la designación de su máxima responsable, Mariana Jury, histórica funcionaria del sector en la Municipalidad de Mendoza. El justicialismo mendocino representado en ambas cámaras legislativas anticipó su rechazo. Y los bloques no asistieron al recinto para el tratamiento de la ley, aunque se descartaba su aprobación. Días más tarde, y casi al filo del traspaso de mando, en lo que seguramente fue una negociación secreta, el peronismo finalmente aprobaba el proyecto de ley del nuevo ministerio. En estos términos Cobos fue recibido en la política mendocina. Para ratificar la línea del realismo mágico, por esos días casi estivales que presuponían un cambio de timón en varias administraciones, provinciales y municipales, el gobernador Roberto Iglesias llevaba su enfrentamiento con el sector histórico del alfonsinismo a su máximo punto de tensión. Su objetivo era copar la UCR con una renovación que relegara al propio Alfonsín y al bonaerense Leopoldo Moreau. Declaraba: “A mí no me molestan los temas de derecha e izquierda. Yo soy lo

que soy. Tengo mi trabajo práctico realizado en el campo. He sido intendente dos veces de la ciudad de Mendoza, gobernador, y mi proyecto es el que he estado esbozando gobernando (sic)25”. De este modo respondía a las acusaciones de estar más vinculado con el líder de Recrear, Ricardo López Murphy, que con el radicalismo más tradicional.

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Los Andes, 3 de diciembre, 2003


Apenas dos días después, en una semana que incluyó la jura como diputado en el Congreso de la Nación, el sector interno encabezado por Iglesias perdió la asamblea partidaria para presidir la UCR nacional, responsabilidad que cayó en manos de Angel Rozas. En aquella asamblea 69 delegados votaron por el también gobernador chaqueño y apenas 27 por el mendocino. El objetivo de renovar al partido más antiguo del país había comenzado a esfumarse. Y su ideólogo, horas antes de dejarle la Casa de Gobierno a su amigo y delfín, trastabillaba. ¿Cobos al gobierno, Iglesias al poder? Cobos alguna vez realizó un planteo acerca de las sucesiones en el poder, camino a la vicepresidencia. Fue durante un reportaje con el director de “Perfil”, Jorge Fontevecchia: “Yo creo que es al revés, el antecesor es el que tiene algo con el

sucesor porque parece que cuesta delegar el poder, ése es el problema. No se da al revés la relación, por eso yo he jurado no meterme con quien me suceda, ojalá sea quien estamos apoyando nosotros, César Biffi26”. Durante la campaña que lo condujo a la gobernación el ingeniero recalcó, una y otra vez, la importancia que le asignaba a la presencia de mujeres en su gestión. Y es común oír de su voz comentarios acerca de sus logros de gestión en la materia, cuando recuerda que su gabinete contó con la mitad de funcionarias. “Que haya una

mujer en un puesto de poder no garantiza nada27”, respondió Alejandra Ciriza, doctora en Filosofía e investigadora del Conicet, cuando opinó sobre distintos aspectos de Cobos en su política de género. “No votaría una fórmula que lo llevara a 26 27

Diario Perfil, 22 de julio, 2007 El Proceso (México), artículo de Lorena Villafañe


la vicepresidencia. Ha demostrado que no tiene sensibilidad social ni sensibilidad democrática ni sensibilidad feminista ni tiene sensibilidad moderna como para apartar sus creencias del interés común”, agregó, en una nota que apareció en México, en la agencia de noticias CIMAC, más tarde reproducida por agencias internacionales. Y uno de los casos menos investigados en la gestión Cobos fue el de Gilda Gellón, una mujer, muy joven, que llegó a ocupar el despacho contiguo al del gobernador a los treinta y un años, como “asesora de la Gobernación con funciones

de secretaria privada del señor Gobernador”. Su influencia fue creciendo en la gestión hasta transformarse en lo que un periodista acreditado allí denominó, por varias razones, como la “dama de hierro” de la política local. ¿Quién era Gellón, que incluso en no pocas oportunidades amenazó a ministros, otros funcionarios menores, e incluso periodistas? ¿Qué hacía esta mujer que provocaba los fastidios más encendidos entre los miembro masculinos de la corporación? Hay que remontarse, una vez más, a la Universidad Tecnológica Nacional, en la cual su padre se desempeñaba como profesor. Una de las tantas leyendas sobre esta irrupción femenina en la política mendocina asegura que debido a las influencias del profesor Gellón su hija fue considerada para ocupar un cargo administrativo allí. Es la única explicación del resto de los empleados para encontrarla en el sector administrativo de la universidad que, al contar con nuevo


decano en los albores del siglo XXI, la llevó a desempeñarse como “Personal de

Apoyo, con funciones de Secretaria de Decanato”. El 18 de diciembre de 2003, una semana después de la asunción de Cobos en la gobernación, se analizó la renuncia de Gilda en la UTN, por lo que se estableció la baja en la nómina del personal. Sin embargo no tuvo mayores problemas laborales pues en uno de los primeros decretos de la nueva administración, siete días antes de ser considerada su renuncia en la UTN, el gobernador Cobos ya había firmado el decreto de su nuevo empleo, en calidad de asesora suya. La eficiencia de Gellón pareció ser sorprendente, ya que en marzo de 2004 un nuevo decreto permitió su ascenso en el escalafón público. En 2007 nuevos decretos la tendrían de protagonista: el pedido de una licencia extraordinaria, sin goce de haberes, desde el 30 de marzo al 20 de junio, por ejemplo.

“Con el respaldo total del gobernador se convirtió en su custodio: fue la que implementó un sistema de portero eléctrico en la puerta del despacho de Cobos, al que sólo ella tenía acceso. Gilda fue la primera anti-iglesista de este gobierno. Ni bien se sentó en su sillón de secretaria privada, buscó alejar de Cobos a toda persona que oliera a Roberto Iglesias. Y eso no sólo incluyó a los funcionarios, sino también al mozo privado de Cleto y a su chofer, quienes cumplían la misma función en la gestión anterior y todavía conservan esos cargos28”, se leyó, cuando por razones desconocidas la entonces virtual jefa de gabinete decidió alejarse de los despachos oficiales.

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Diario UNO, 1 de abril, 2007


Entre las particularidades de su trabajo, esta mujer corregía los discursos del gobernador, programaba sus actividades, llamaba a ministros en tono poco amable para reclamarles mayor acción y no desmentía ninguna de las historias que actualmente circulan en los mentideros políticos provinciales. Cuando comenzaron a citarse posibles acompañantes de Cobos en sus funciones en el Senado, como miembro del nuevo gobierno nacional, uno de los primeros apellidos que surgieron fue el de la “dama de hierro”. Sin embargo nunca hubo tal designación. Sí, en cambio, emigró con el ingeniero su vocero, Julio Paz, y una lista de mendocinos, entre los que se incluyeron Pedro Marabini, director de espectáculos vendimiales y de eventos financiados por Raúl Monetta, como “Argentina en Mendoza”, y el de un viejo militante de Franja Morada, Juan Montilla.

“Elegantemente delgada, esta mujer de 34 años es dueña de una forma de ser frontal y de un trato a veces áspero que no hizo diferencias con políticos, empresarios y con todos aquellos que querían ver al mandatario en su lugar de trabajo. De las faldas que rodean al gobernador en la Casa de Gobierno no hubo ninguna que en estos años haya generado tanto recelo, despertado miedo a su alrededor y generado rispideces y peleas hasta con varios ministros del gabinete desde los albores del cobismo allá por 200429”. Tal es la síntesis que fue publicada acerca de Gilda Gellón, la llamada “dama de hierro” del cobismo de provincias, una de las desaparecidas en acción, quizá la primera baja seria del riñón del cobismo.

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Idem


En los primeros párrafos de este libro se hace referencia a la amistad que une a los también colegas Julio Cobos y Francisco Morandini. El vínculo comenzó en la época de estudiantes, en el segundo año de la carrera de Ingeniería. Primero fueron compañeros de estudio y luego amigos, inseparables. “Con Julio fuimos

acomodadores en el Mundial ’78 durante seis partidos. Teníamos que usar chaqueta amarilla y pantalón negro. Con lo que ganamos y algo que teníamos ahorrado nos compramos una moto cada uno30”, le contó a la periodista Gabriela Vulcano. Tan inseparables fueron, en las buenas y en las malas, que hasta firmaron decretos “mellizos” en su paso por la administración pública, uno como gobernador, el otro como ministro de Obras Públicas. Y no se trató de un trámite formal o menor, sino del que lleva el número 2.885, correspondiente al 24 de octubre de 2007. Ese decreto modificaba el marco regulatorio eléctrico de Mendoza. Fue uno de los que se firmaron en la última semana antes de los comicios presidenciales. Jamás fue publicado en el Boletín Oficial, aunque, muy curiosamente, la mayor empresa del sector, Edemsa, presentó una impugnación al mismo en los foros federales. El diario Infobae consultó a “un cobista, el actual diputado nacional Jorge Coco Albarracín,

quien fuera su secretario Legal y Técnico, que explicó que el decreto referido al marco regulatorio eléctrico fue firmado por Cobos y Morandini, pero que nunca “entró en vigor” ya que fue cuestionado por las empresas distribuidoras de energía antes de su publicación31” (Enero, 2009).

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Diario Perfil, 17 de junio, 2007 Infobae, 23 de enero, 2009


A cambio, ese decreto, según el Boletín Oficial, habla sobre el traspaso temporal del cargo de ministro al entonces responsable de Cultura, Pedro Marabini (actualmente con la misma función en la Cámara Alta), debido a un viaje del entonces funcionario Francisco “Quico” Morandini. Un par de meses antes Morandini había sido propuesto por el oficialismo para ocupar la Superintendencia de la Dirección General de Irrigación, una herramienta casi centenaria de la Mendoza estructural, que gestiona el recurso del agua, más que vital en la gravitación económica provincial. El máximo mentor de la jugada era la máxima autoridad institucional: “Me parece que Morandini es una

persona intachable, un ingeniero que ha trabajado en la gestión anterior y en ésta, es un excelente técnico, es un buen profesional y es un buen candidato. Les pido a los legisladores que no hagan de esto una cuestión política y que si se la quieren agarrar con Cobos lo hagan por otro lado, pero no con Morandini. Que le den la oportunidad a Irrigación de ser conducida por un hombre honesto, capaz, que conoce el tema y que puede aportar mucho para los próximos cinco años de gestión. Espero que exista la madurez política que reclamamos todos y que ésta se exprese en bolillas blancas a Morandini32”. Se refería a la aprobación del pliego por parte de la Legislatura, facultad con la que Cobos experimentó desplantes varios ante nominaciones para nombramientos en entes reguladores. El más sonado de toda su gestión fue el de la actual legisladora, Silvia Lemos, para ocupar la presidencia del EPAS, el regulador, contralor

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Los Andes, 26 de agosto, 2007


y garantizador de los servicios de agua potable y cloacas en la provincia de Mendoza. A Morandini no le iría nada mejor en el descenso de su pliego a los ámbitos legislativos. Y eso que eran los días electorales de enorme paz y amor entre radicales y peronistas K. “Los radicales K se sintieron traicionados, en especial Cobos, por el

candidato justicialista en la sesión de acuerdo del Senado donde se votó secretamente contra el actual ministro de Obras Públicas. Fuentes oficialistas dijeron que el PJ no cumplió con el compromiso para dar luz verde a Morandini”33. El candidato justicialista mentado no era otro que el actual gobernador, Celso Jaque. A ellos, pese la transversalidad, y según el poeta, jamás los unió el amor, sino el espanto.

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Los Andes, 20 de septiembre, 2007


Fotolog de Cobos

En marzo pasado. Abajo, en cambio, el (pixelado) abrazo de oso. NĂŠstor presidĂ­a, Cristina senaduriaba y Scioli vice precentaba: Cobos gobernanteaba.


Ser hombre de su época. Los hombres de rara eminencia dependen de la época en que viven. Las cosas tienen su tiempo; incluso las eminencias dependen del gusto de su época. Pero la sabiduría lleva ventaja: es eterna, y si éste no es su tiempo lo serán otros muchos” (El Arte de la Prudencia, Baltasar Gracián)


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