SALUD
S
e nos echa encima el tercer trimestre. Acaba de empezar el curso, hace dos días era Navidad y ya estamos a la vuelta de la esquina de las vacaciones, ¡qué rápido pasa todo! Pero la pregunta es: ¿en qué estado vamos a llegar a final de curso? Los niños, las madres y algunos padres, lo reconozco, los maestros... Para acabar de animar el trimestre se acerca la época de bodas, bautizos, comuniones, congresos, verbenas y los incomparables finales de curso que se pueden multiplicar mucho en función del número de niños y de actividades extraescolares que tengan. Es decir, un sinvivir. La realidad de uno es la que es, pero en nuestra mano tenemos el llegar a final de curso en el mejor estado posible. Es importante no esperar a la extenuación para empezar a tomar las riendas del asunto, es decir, de nuestra existencia. Tu máxima durante este trimestre ha de ser: PRIMERO YO. ¿ y esto cómo se hace ? Bueno, es muy importante priorizar. Decir que no, también se hace necesario con más urgencia durante estos días en los que todos quieren montar “ una cenita” o, lo que es peor, que la montes tú. Aquí entra el tema: hay cosas que son ineludibles; otras, te hacen mucha ilusión y otras muchas están ahí para que practiques tu asertividad al eludirlas. Para que todo esto se lleve a cabo sin daños colaterales, has de estar bien. Aquí es donde entra en escena tu médico acupuntor. Es importante no llegar a estas temidas fechas en las que puede coincidir un congreso en Sevilla, la segunda boda de tu amiga de la que eres testigo, comunión de tu sobrino y el campeonato de baloncesto de tu hija al que no puedes faltar. Eso puede
PRIMERO
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yo
pasar en un mes de junio normal. Para llegar en buen estado, solo hay una solución y es no llegar con las reservas al límite. Como a cualquier máquina antes de una gran prueba, hay que pasar ITV. Hay que ser capaz de dormir, de disfrutar algunos ratos de ocio auténtico y hay que reservar un tiempo para cuidarnos. Dentro de toda esta vorágine no nos podemos plantear una ciática ni una crisis de ansiedad porque no vamos a tener tiempo. Nada mejor que llevar el trabajo adelantado. Nadie nos puede asegurar que unas relajantes sesiones de acupuntura de mantenimiento y reajuste nos eviten una ciática en un mal momento, pero sí que si regularmente nos tomamos un poco de tiempo para dejarnos cuidar y escuchar los pequeños síntomas antes de que se hagan mayores, ganaremos tiempo y calidad de vida y con seguridad los sustos de última hora serán menos. Mediante las pequeñas e indoloras agujas de acupuntura activamos hormonas que producen bienestar, y vamos a conseguir resultados diferentes. Regulando nuestra energía vamos a estar en buenas condiciones para adaptarnos a lo que exige el entorno. A rebajar el nivel de ansiedad y a mejorar el cansancio físico y mental. Recuerda: Nadie se puede cuidar en tu lugar. Dra. Margarita de Legórburu www.acupuntura-legorburu.com