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Viajes: Almaty, KAZAJISTÁN

“KAZAJISTÁN ES UN PAÍS MULTICULTURAL DONDE PASADO Y PRESENTE SE CONJUGAN CREANDO UN PUENTE ENTRE ASIA Y EUROPA.

¡ANÓTALO YA EN LA LISTA DE LUGARES A CONOCER ANTES DE DECIR QUE LO HAS VISTO TODO” poblado etnográfico muy nómada, por ser invitada de honor, según el ritual del koy-bash, un joven kazajo me serviría enterita la cabeza de una oveja totalmente guisada con la mejor de mis sonrisas. ¿Quién me iba a decir a mí que degustaría parte de la mejilla? ¡De la oveja!

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Almaty es una localidad que desprende la mezcla de un pasado soviético con modernidad, salpicado de vegetación, de parques y jardines. Con terrazas, muchas terrazas. Amplias y abiertas terrazas en cada cafetería o restaurante. A seis grados de temperatura me parecía contar más terrazas por metro cuadrado que las que veo a diario, donde tenemos veinte grados de media en invierno. Y todas con mucha gente amable, hospitalaria, extrovertida y de muchas razas y etnias que te hacen sentir que el mundo ha abierto sus puertas y se han eliminado las fronteras. Rasgos orientales y a la vez rubios con ojos claros evidencian el gran mestizaje del país de los nómadas modernos.

Qué ingenuidad la mía, por no ser consciente de que entraría en el segundo edificio más grande del mundo construido hace más de 113 años, hecho tan solo de madera y ¡sin un solo clavo!: La Catedral del Ascensión. Esta catedral ortodoxa rusa ubicada en medio del Parque Pantfilov es una auténtica joya. Muy atractiva además por sus vivos colores.

Cómo iba a suponer que me tomaría una copa de cava en lo alto de la estación de esquí de Shymbulak desde donde divisaba la ciudad de la que había salido hacía 15 minutos.

Cuando me invitaron a conocer Almaty City no presumí tampoco que la avistaría esa misma noche con muchísimas luces, como si de una decoración navideña se tratase, pero en pleno septiembre. Y que esa panorámica la tendría desde la colina Kok Tobe a la que subí en teleférico desde el mismo centro. Aluciné al llegar a la cima cuando vi frente a mí, una casa construida exactamente al revés, con el techo en el suelo y el suelo por techo. Allí, en lo alto de la loma, una canción de los Beatles era el hilo musical del paseo que recorre una feria, un zoo, un mercadillo y un monumento homenaje al grupo británico. Todo eso conjugaba el lugar perfecto para un atardecer mágico en familia o en pareja.

Almaty es diversidad en todos los sentidos y una aventura por descubrir, si te gusta la naturaleza, la modernidad, la cultura, la historia, los paisajes, y, en definitiva, lo desconocido.

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