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Practique la precaución mientras navega

Antes de una excursión en bote, asegúrese de que el operador de la embarcación conozca completamente las reglas náuticas de navegación y no esté bajo la influencia del alcohol o las drogas mientras opera la embarcación. Además, los accidentes como los golpes de hélice causan lesiones catastróficas todos los años, así que asegúrese de que el motor esté apagado antes de permitir que alguien entre o salga del bote.

Asegúrese de tener el tipo adecuado de chalecos salvavidas según la actividad de cada persona a bordo. Todos los pasajeros de la embarcación, independientemente de su edad, deben usar un chaleco salvavidas aprobado por la Guardia Costera de EE. UU. Los niños menores de 13 años están obligados por ley a usar siempre un chaleco salvavidas.

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El monóxido de carbono también puede ser mortal para los pasajeros si permanecen en la parte trasera de la embarcación mientras el motor está en marcha y la embarcación no se mueve. Los signos de envenenamiento por monóxido de carbono incluyen dolores de cabeza, malestar estomacal, vómitos y confusión. Si alguien presenta estos signos, muévalos a la parte delantera del bote y apague el motor. Prepárese para realizar RCP si alguien está inconsciente y, si es necesario, llame al 9-1-1.

Manténgase a salvo en el agua

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, el ahogamiento mata a aproximadamente cuatro mil personas cada año en los EE. UU. y es la causa principal de muertes relacionadas con lesiones en niños de 1 a 4 años.

El ahogamiento puede ocurrir rápida y silenciosamente. Los niños dentro y cerca del agua deben ser supervisados de cerca por un adulto que evite las distracciones de un teléfono, un libro o una conversación y se concentre en mantener a los niños al alcance de la mano. Viste a los niños con trajes de baño brillantes o de colores neón para identificarlos fácilmente en una piscina llena de gente y mientras nadan bajo el agua.

No importa tu nivel de experiencia en el agua, nunca saltes o te sumerjas en una piscina sin verificar primero la profundidad del área. Zambullirse de cabeza en aguas poco profundas podría provocar lesiones en la cabeza, el cuello o la columna vertebral.