Teoría roller-esquí

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Rollerski: esquiar todo el año El rollerski surgió como una alternativa de entrenamiento para los esquiadores de fondo fuera de la temporada invernal. Sigue siendo hoy un complemento ineludible para los fondistas de cualquier nivel que pretendan mantener un entrenamiento serio durante todo el año. Con el tiempo se ha ido convirtiendo además en un deporte con entidad propia en parte gracias a la evolución del material pero también porque se trata de un deporte completo que llevado a niveles competitivos exige un gran fondo físico a la vez que una importante componente técnica donde destacan las cualidades de coordinación y equilibrio. Al igual que el esquí de fondo, el rollerski permite practicar un ejercicio completo apto para cualquier edad y condición física y muy gratificante ya que los avances son rápidos y fácilmente perceptibles.

¿En qué consiste? El rollerski ofrece la posibilidad de reproducir de manera muy fiel los movimientos y las técnicas del esquí de fondo con la ventaja de no depender de la meteorología. El rollerski permite en consecuencia programar un calendario de entrenamiento que sabemos podremos respetar a pesar de los caprichos del tiempo. Cualquier superficie de asfalto o materiales similares, carretera o carril bici, y que presente un buen estado nos servirá para su práctica. Sea cual sea nuestro lugar de residencia es por lo normal relativamente fácil localizar un terreno cercano adecuado para la práctica del rollerski sin tener que acometer grandes desplazamientos. Esta cercanía, además de la flexibilidad que nos aporta, sumada al hecho de no necesitar instalaciones especiales abarata la práctica de este deporte una vez realizada la inversión inicial en material. En el rollerski, los esquís se sustituyen por unas tablas más cortas con ruedas en sus extremidades. Habitualmente presentan una sola rueda en cada extremo aunque existen modelos con tres ruedas. Para impulsarnos, del mismo modo que sobre la nieve, nos ayudamos de unos bastones con unas puntas adaptadas a la nueva superficie. Como consecuencia todo el cuerpo trabaja activamente en lograr el desplazamiento. El material hoy variado y especializado permite la práctica de las dos grandes técnicas del esquí de fondo: el estilo clásico y el estilo de patinador o skating. Para aquellos que ya sepan patinar, ya sea sobre hielo o con patines en línea, dominar el estilo de patinador supondrá fundamentalmente incorporar el movimiento de los brazos y la coordinación de éste con el desplazamiento divergente de las piernas. En el estilo clásico sin embargo el avance se consigue mediante un movimiento alterno de piernas y brazos siempre paralelo al eje de desplazamiento. Es un poco como si camináramos arrastrando los pies por una superficie deslizante pero con la ayuda de unos bastones que nos permiten alargar los pasos inyectando más potencia y equilibrio en el gesto.


La técnica: El skating: El avance se obtiene a través del citado movimiento divergente y alterno de las piernas, muy similar al que usamos con patines en línea. En este caso sin embargo, el uso de los brazos y el empuje que generan sobre los bastones permite aumentar la potencia invertida en cada impulso y prolongar el movimiento. La lateralidad es el concepto clave y debemos conseguir un balanceo del peso corporal que ha de seguir en todo momento la pierna que adelantamos. Nuestro objetivo es avanzar pero sólo conseguiremos eficacia en nuestro desplazamiento mediante este baile lateral que implica una transferencia alterna del peso sobre la pierna flexionada que guía en cada momento nuestro deslizamiento. La pierna en retroceso ha sido el punto de apoyo inicial que nos permite impulsar la otra sobre la que transferimos el peso corporal, el tronco adelantado. Una vez que la transferencia de peso se ha hecho, hemos de recoger la pierna en retroceso que quedó en extensión, preparar la flexión de su rodilla que permitirá lanzarla ahora como pierna adelanta a la vez que iniciamos la nueva transferencia de peso. El empuje simultaneo de los bastones sigue la dirección de la pierna que deslizamos y puede efectuarse en cada zancada o cada dos zancadas dependiendo del terreno y la velocidad, al igual que lo haríamos en el esquí de fondo. En terreno llano la divergencia de movimiento es limitada mientras ha de aumentarse cuesta arriba a la vez que se acortan los movimientos y que forzamos y cargamos más el peso sobre uno de los bastones.


El estilo clásico: El avance se obtiene como ya hemos indicado mediante un deslizamiento alterno de las piernas siempre paralelo a la dirección en la que progresamos. Para conseguirlo, la pierna que queda en retroceso ha “clavado” la tabla al suelo (mediante el sistema antiretroceso de los rodamientos) permitiendo el nuevo impulso y deslizamiento de la otra pierna. En todo momento mantenemos las rodillas flexionadas y el tronco ligeramente adelantado. Los brazos acompañan de forma alterna inversa a las piernas al igual que lo haríamos en una marcha de modo que clavamos el bastón del lado opuesto a la pierna adelantada mientras el otro brazo ha quedado en extensión hacia atrás con el bastón levantado en horizontal. El bastón clavado está ligeramente inclinado hacia atrás con su punta por detrás del tobillo de la pierna adelantada. En este estilo también hemos de conseguir una transferencia del peso de una pierna a otra siguiendo la pierna que adelantamos. Si no conseguimos esta transferencia y dejamos demasiado peso sobre la pierna en retroceso, limitaremos el deslizamiento y perjudicaremos el equilibrio y la coordinación con los brazos. En subida los movimientos se acortan y mantenemos el tronco más erguido. En llano o en bajada podremos impulsarnos sólo con los brazos en un doble empuje simultáneo mientras mantenemos las piernas siempre flexionadas. En el impulso simultáneo trabajan los abdominales como un muelle sobre el que se apoya el movimiento de los brazos.


La frenada: Un aspecto fundamental del rollerski radica en la dificultad de frenar. Aquí no podemos contar con la cuña ni el derrapaje como lo haríamos sobre la nieve de modo que no existe un método inmediato y eficaz de frenada. Es posible reducir la velocidad y frenarnos progresivamente. En el caso del skating se puede utilizar la frenada en T como lo haríamos con unos patines en línea pero requiere ya cierta habilidad. También podremos reducir la velocidad con una cuña simulada en el caso del clásico mediante un cambio rápido del peso de una tabla a otra mientras rompemos el paralelismo. Existen algunos artefactos diseñados para reducir la velocidad de los rollerski y consisten habitualmente en un dispositivo que ejerce un rozamiento extra sobre la rueda y que se activa a través de un movimiento de la pierna. Con todo, si nos embalamos en una pendiente desconocida, la caída está prácticamente garantizada. Por ello es siempre necesario un reconocimiento previo del terreno para garantizar nuestra seguridad y evitar accidentes. Las competiciones se llevan a cabo en circuitos llanos o en subidas.

El ejercicio: El rollerski a semejanza del esquí de fondo implica en los movimientos todos los grandes grupos musculares. Por eso se trata de un ejercicio aeróbico muy completo. En piernas trabajan fundamentalmente los glúteos, cuadriceps y los gemelos que lo hacen en mayor medida en la técnica clásica que en skating. Los aductores también juegan un papel importante pero intervienen otros músculos secundarios en el equilibrio. En cuanto al tronco trabaja toda la musculatura siendo fundamental el papel de los dorsales en especial el trapecio. Los abdominales y oblicuos intervienen igualmente de manera importante. En los brazos, la carga en los tríceps se produce en cada empuje sobre los bastones. Los hombros intervienen en todo momento. En general los movimientos son suaves y fluidos y esto es más cierto cuanta mejor sea la técnica. Sin embargo estamos sometidos a vibraciones que son función de la rugosidad del terreno y del tipo de materiales usados en el equipo. Por otra parte el impacto de los bastones sobre el suelo puede repercutir negativamente en las articulaciones del brazo y en especial el codo. Conviene cuidar este punto. A pesar de ello las posibilidades de lesiones son escasas salvo si incluimos el riesgo de caída que existe siempre sea cual sea nuestro nivel. Por ello es fundamental el uso de protecciones adecuadas. Como hemos dicho, la práctica de este ejercicio puede llevarse a cualquier nivel de exigencia y dificultad en función de nuestros objetivos personales. En todo caso se tratará siempre de un ejercicio de fondo con una gran componente aeróbica por los grandes grupos musculares que intervienen. Con entrenamientos intensivos y prolongados conseguiremos pues aumentar de manera significativa esta capacidad aeróbica a la vez que una tonificación general de la musculatura. Las pruebas en estilo clásico consisten normalmente en subidas a puertos de montaña. El entrenamiento y la participación en recorridos de este tipo donde la altitud se suma al esfuerzo


por superar la pendiente contribuye a mejorar nuestra capacidad sanguínea en el aporte de oxígeno a los diferentes músculos. Finalmente existen modalidades competitivas de tipo sprint, en distancias cortas donde las velocidades en skating pueden alcanzar los 40 km/h. Aquí ponemos en juego la capacidad anaeróbica con unas demandas explosivas de potencia instantánea.

El material: Las tablas: Existen tablas de diferentes materiales aunque la mayoría están fabricadas en aleaciones metálicas a base de aluminio. Se trata en este caso de perfiles rectangulares huecos que buscan a la vez ligereza y resistencia. Algunos fabricantes ofrecen modelos en fibra e incluso en madera. Al ser estos materiales menos rígidos tienen la ventaja de no transmitir tanto las vibraciones. Además flexan ligeramente y repercuten así mejor el impulso de la pierna de forma más fiel a lo que ocurre en esquí de fondo. Son sin embargo materiales menos resistentes y más caros. La longitud y la anchura de las tablas también varían. La anchura suele estar entorno a los 40 mm valor habitual en las tablas de esquí de fondo. En cuanto a la longitud, ha de ser en todo caso suficiente para permitir la incorporación de la fijación y de la bota entre las ruedas sin que exista rozamiento alguno. La longitud inferior viene impuesta por los reglamentos internacionales que exigen una distancia entre ejes igual o superior a 530 mm. Como norma general esta es la longitud que encontramos en los rollers de patinador. En esta técnica, con tablas más largas corremos el peligro de arrastrarlas al recoger la pierna para la preparación del siguiente impulso y sin embargo no ganamos estabilidad. Las tablas para estilo clásico suelen ser más largas, entorno a los 700-720 mm entre ejes porque en este caso sí nos ofrecen más estabilidad y un mejor guiado del movimiento paralelo. En competición y para minimizar el peso se suelen usar más cortas.


Las ruedas: Aquí existe una amplia gama. Lo primero es diferenciar entre ruedas para clásico y ruedas para skating. En el primer caso se usan ruedas anchas entorno a los 40-60 mm y con un diámetro pequeño entorno a 65 mm; el objetivo es la estabilidad. Al igual que en el esquí de fondo, para conseguir el avance en la técnica clásica necesitamos un agarre de la tabla de la pierna que se queda en retroceso mientras lanzamos hacia delante la otra. En el caso del roller, este agarre se consigue mediante un rodamiento antiretroceso que permite el giro de la rueda sólo en el sentido de la marcha. Basta con montar una sola rueda de este tipo en cada tabla. En el caso del skating, se usan ruedas más rápidas luego más estrechas, entorno a los 24 mm y de mayor diámetro, entre 80 y 100 mm, el máximo autorizado. A más diámetro y menor anchura, menos estabilidad sin embargo. Las ruedas pueden ser de caucho o de poliuretano con distintos índices de dureza. A más dureza, más rapidez a cambio de menos agarre y más vibraciones. La elección dependerá pues del tipo de superficie en la que practiquemos y las prestaciones que busquemos.

Las fijaciones: Las fijaciones usadas son exactamente las mismas que en esquí de fondo por lo que tenemos modelos específicos para el clásico y para el skating. En todo caso existen diferentes normas que se corresponden con diferentes suelas de botas por lo que no nos podemos olvidar de asegurarnos de la compatibilidad entre ambas.


Los bastones: Los bastones nuevamente son los mismos que en esquí de fondo pero con una adaptación de la punta. En vez de la cazoleta usada en esquí para impedir que el bastón se hunda en la nieve, se montan para el rollerski unas extremidades especiales que pueden ser de goma (parecidas a las que se usan en los bastones de nordic walking) o acabadas en una punta metálica. En ambos casos la idea es ofrecer una adherencia suficiente para permitir el impulso sin que la extremidad resbale sobre el suelo. Ambos tipos de extremidades se desgastan y en el caso de las puntas metálicas, sólo aguantan la abrasión las de carburo de tungsteno que tocará afilar cada cierto tiempo. En cuanto a la longitud, si bien estamos más elevados sobre el suelo que en el caso del esquí de fondo, los bastones no se hunden como en la nieve y las extremidades especiales para roller suelen alargar un poco el bastón por lo que podemos mantener la misma longitud que la que usemos en esquí de fondo o elegirlos un poquito más largos. Pueden servir a grandes rasgos longitudes inferiores en 30 cm a la estatura del esquiador para el clásico y en en sólo 20 cm en el caso del paso de patinador. Los bastones pueden ser metálicos o de fibra. En este último caso son más costosos pero más ligeros y amortiguan mejor el impacto al clavar el bastón y que puede afectar la articulación del codo a la larga. Si nos planteamos una practica asidua del Rollerski, una buena opción es buscar unos bastones de fibra de gama baja o intermedia.

Las botas: Nuevamente son las mismas que para el esquí de fondo y como ya hemos indicado, han de ser compatibles con las fijaciones. Las botas de skating son más rígidas y más altas que las de clásico y ofrecen de este modo una mejor sujeción del tobillo lo que redunda en más estabilidad y mejor transmisión de la potencia en el movimiento divergente.

La ropa: Usaremos ropa parecida o igual a la del esquí de fondo en invierno y similar a la que usaríamos en carrera continua con tiempo más cálido. Al menos hasta que dispongamos de un equilibrio suficiente, no conviene usar ropa a la que le tengamos demasiado “cariño” ya que las caídas en este asfalto no perdonan… Son


necesarios unos guantes para protegernos en caso de caída y para evitar las rozaduras con las dragoneras. Protecciones: pueden usarse coderas y rodilleras al igual que con los patines en línea. De hecho es muy recomendable para los que se inicien. El porte de un casco es en todo caso siempre aconsejable. Siempre que transitemos por vías compartidas con otro tipo de usuarios o vehículos y las condiciones de luz no sean buenas es fundamental usar ropa o accesorios reflectantes. Los rollerski todo terreno: Existen varios modelos de rollerski en el mercado que nos permiten enfrentarnos a superficies irregulares incluso transitar por pistas de tierra. Se trata de modelos con ruedas de mayor diámetro que permiten saltar por encima de pequeños obstáculos. Algunos modelos presentan ruedas con neumáticos incluso con cámara hinchable. Otros ofrecen unas fijaciones especiales incorporadas a la tabla y que permiten usar cualquier tipo de bota. Este tipo de rollerski ofrece mayor flexibilidad y libertad de uso si bien suelen ser sólo para skating y además son más pesados y no exentos de pinchazos en el caso de usar neumáticos con cámara de aire.

Donde comprar material: En España son pocas las tiendas que distribuyen el material. Son por lo general tiendas que venden material de esquí de fondo y están distribuidas en las zonas con mayor tradición en este deporte y algunas grandes ciudades. Es fácil sin embargo localizar páginas Web en las que adquirir diversos modelos de rollerski, especialmente en Francia y Estados Unidos. Existen numerosas marcas en EEUU, en Escandinavia, Italia y algún otro país. También en la Web encontramos páginas donde nos indicas incluso con planos como fabricarnos nuestros propios rollerski. En este caso conviene saber sin embargo que el componente más costoso son las ruedas.


CONSEJOS Recogemos a continuación una serie de consejos que conviene tener en cuenta a la hora de practicar este deporte: Cuidado con la velocidad alcanzada, el esquiador siempre debe controlar a la perfección esta velocidad, sabiendo cuáles son sus límites para no perder ese control, lo que podría costarle un serio disgusto no sólo a él, sino también a otras personas. Acostúmbrese a revisar correctamente el equipo, para comprobar que todo funciona a la perfección antes de lanzarse a una carrera. Ponga especial atención en las ruedas, tenga en cuenta que ellas deben soportar todo nuestro peso y los diferentes movimientos que queramos realizar. Tenga cuidado con las líneas blancas de la carretera, sobre todo si ha llovido pueden resultar realmente resbaladizas. Respete al resto de personas y/o vehículos que circulan por la carretera. No hacerlo puede suponer un serio riesgo tanto para nosotros como para los demás. Antes de realizar un trayecto, procure conocerlo a la perfección. Resulta conveniente que conozca los posibles problemas que se encontrará: intersecciones, stops, calles sin salida... Tener el recorrido previamente establecido nos servirá no sólo para realizarlo sin problemas sino también para marcarnos un correcto ritmo de entrenamiento.


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