Manual de Uso Cultural 17

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MÁLAGA Café Negro, Café con Libros, Café del Viajero, Librería Luces, Centro Cultural Provincial, Galería Alfredo Viñas, Librería Áncora, CAC Málaga, Hotel del Pintor, Clandestino, Galerías Goya, Ateneo, Área de Cultura del Ayuntamiento, Centro Andaluz de las Letras. UNIVERSIDAD DE MÁLAGA Comunicación, Filosofía y Letras, Rectorado. SEVILLA Librería especializada en arte Un gato en Bicicleta. JAÉN Librería Metrópolis, Café Deán, Biblioteca municipal. RONDA Museo Joaquín Peinado. FRIGILIANA Casa de la Cultura, Galería Krabbe.


Tema del mes No rman Mailer 04. Perfil Ático 14. Cine ‘So rgo rojo’ 16. Escenas Mayumana 20. Televisión ‘Juego de tronos’ 24. Música Fito Páez 28. Literatura Marguerite Yourcenar 32. Entrevista Mary Luz Avendaño 36. Serie Institut R. Llull Mercè Rodo reda 38. Arte 'El facto r grotesco' en MPM 40. El Cierre 44. Asociación Think Again / Edición Miguel Pradas, Jesús Peña, Sergio Sánchez / REDACCIÓN Sergio Sánchez (behance.net/diecinueve) / Diseño / colaboradores Isabel Bono, Juan Gabriel Pelegrina, Nacho Gutiérrez, Laurent Wauquier, Ana March, Irene Urbano, Alejandro Díaz del Pino, Antonio Gómez Hueso, Emilio Perianes, Nacho Sánchez,María Sánchez, Antonella Montinaro, Isabel Moreno Caro, Ruth A. de Frutos, Sergio Contreras, Sara G. Cortijo, Carmen Alcaraz, Xero Fernández, Estanislao M. Orozco, Francis Moriel, David Dueñas, Manuel España Arjona, Marietta Gedda, Marisa Carmona, Flor Gómez, Virginia Rota, María José Moreno MA 3069-2009 / depósito legal

2171-3979 / ISSN

manualdeusocultural@gmail.com / Miguel Pradas (650 963 622), Jesús Peña (645 623 693) / contacto Manual de Uso Cultural es una publicación gratuita de la asociación Think Again. No se hace responsable de la opinión de sus colaboradores. Prohibida la reproducción total o parcial de sus contenidos.

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LA ATMÓSFERA DE LA RESACA

POR MIGUEL PRADAS.

«Su mejor película de su peor novela», dicen las crónicas que descifran a Mailer ahora que se cumplen cinco años de su muerte: 'Los tipos duros no bailan', un thriller macabro de personajes estrambóticos y cabezas decapitadas, un paisaje extraño y confuso en el ventanal de Mailer que se escribió en 1984 y se proyectó en cines en 1987, con el propio novelista haciendo las veces de cineasta. Era la primera vez que trabajaba en el mainstream del celuloide (Ryan O'Neal, Isabella Rossellini) después de varias incursiones experimentales, pero los 'premios' Razzie le aguardaron a la vuelta de la esquina para recordarle que lo suyo no era esto. Bourbon, tabaco, marihuana y rubias adineradas desfilan por la novela entre el panorama grisáceo del Atlántico de Provincetown y la retórica del bravado que se explicita en esa frase que pronunciaría el gángster Frank Costello mientras el boxeador Rocky Marciano y

unos matones se contoneaban al son de la orquesta: «Los tipos duros no bailan». «No soy un escritor lo bastante bueno para expresar mis verdaderos sentimientos», confiesa ese protagonista, Tim Madden, que se ve envuelto en una vorágine de asesinatos tras despertarse con una brutal resaca y descubrir que el interior de su Porsche está salpicado de sangre. Sádicos policías, individuos de baja estofa, compañeros de barra de bar, mujeres erigidas en meras piezas de colección y antiguos amores que afloran ahora se incluyen en una urdimbre demencial en la que todos, a excepción del atormentado padre de Madden, comparten cama. «Quizá pueda descubrir la verdad comparando las mentiras», dice el protagonista. Todo se desenredaría, pero el horizonte se quedaría para siempre estanco en esos bares del muelle, como el Bay State. Al fondo, apenas unos hediondos cubos de basura.


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LA CANCIÓN DEL VERDUGO

POR MARISA CARMONA.

Este 'siniestro relato' le valió a Norman Mailer su segundo premio Pulitzer en 1980, y es que 'La canción del verdugo' es algo más que la historia de un doble asesino condenado a muerte. La vida de Gary Gilmore estaba destinada a tener un fatal desenlace; marcado desde la infancia por el maltrato que sufrió de su padre, pasó su juventud encerrado en reformatorios, siendo esta la principal causa de su conducta delictiva y adicción al alcohol y las drogas. Ya en su madurez cometido dos asesinatos por los que fue detenido y condenado a muerte en el estado de Utah. Lo curioso es que fue el propio Gilmore quien solicitó que se le aplicara la pena, convirtiéndose así en el primer condenado desde que la Corte Suprema de los Estados Unidos la instaurara en 1976. El relato de Mailer resulta impecable, su narrativa nos lleva hasta la comprensión de lo incomprensible. El lector se mete por completo en la historia, pero

desconoce los motivos por los que Gilmore comete los crímenes. La sensación de realismo se debe al profundo trabajo de investigación que Mailer realizó sobre este caso, llevándonos a conocer multitud de documentos y detalles de la vida del protagonista que en ocasiones resultan bastante duros e incluso obscenos (detalles suavizados en la traducción al castellano). El realismo se lleva a cabo de tal forma que el lector se sentirá aliviado al saber que tras la muerte el condenado encontrará su libertad. No en vano, Norman Mailer es considerado como uno de los escritores más relevantes del género periodístico, y renovador de la novela americana en la década de los cincuenta junto con Truman Capote. Con esta obra Mailer consiguió uno de sus mejores trabajos literarios, acercándonos a la mente perturbada de un hombre, un asesino que reclamó a gritos la peor de las condenas.


Tema delmes

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Deus ex machina Nec deus intersit, nisi dignus vindice nodus (No hagáis intervenir a un dios sino cuando el drama es digno de ser desenredado por un dios). Horacio, en 'Arte poética'. La tragedia griega debería resultarnos tan lejana e incomprensible como los literatos y la mayoría de los personajes de la cultura norteamericana. Pero, para bien o para mal, hemos crecido con ellos y el teatro griego sigue siendo, afortunadamente, intemporal e imprescindible para configurar de alguna manera la identidad de nuestra civilización, al tratar anticipadamente los dramas cotidianos y reiterados de toda la humanidad. Norman Mailer pertenece a un universo tan extraño y tan cercano para nosotros como los protagonistas de las 'Crónicas de Marte', del añorado Bradbury. Lejano y a la vez intuido. Ficticio pero presentido. Un desconocido cuyo rostro nos resulta familiar. Escritor especializado en el relato pe-

riodístico a cuyo desarrollo se consagra, como epígono del género de moda. Sólo que Capote ya estaba allí, seguía estando, como el dinosaurio de Monterroso. Coetáneo de Capote, representante del sector girondino en la comedia humana del siglo veinte, también dedica sus años dorados a retratar la crueldad de un crimen a sangre fría y la implacable ejecución de sus autores por la justicia, la tradicional del juez de la horca. Pero Norman establece una diferencia insalvable en lo personal con Capote, es un icono del izquierdismo norteamericano, que como bien sabemos no es otra cosa que un eufemismo del adjetivo innombrable, el que una vez asumido, o simplemente sospechado, enviaba a la cárcel a otros jacobinos, representantes de la tragedia americana, como Dalton Trumbo o Dashiell Hammett, o marginaba a escritores de la talla de Arthur Miller o Bertolt Bretch.

La 'caza de brujas', no obstante, había terminado, y fracasado, cuando Mailer se convierte en un líder de la progresía antibelicista, detenido en manifestaciones anti-Vietnam, motivado autor de la novela por antonomasia sobre la Segunda Guerra Mundial, 'Los desnudos y los muertos', en parte autobiográfica, y finalmente paladín de los derechos humanos. Su novela-reportaje 'La canción del verdugo' pone de manifiesto la lucha del reo Gary Gilmore, por conseguir ser ejecutado, desmontando una tras otra todas las triquiñuelas pro abolicionistas de los grupos de presión que toman su figura, la del primer ajusticiado en muchos años, como bandera política. Héroe y millonario póstumo, Gilmore con su muerte pone de manifiesto el tremendo poder de los medios de comunicación, y la influencia del partidismo político en algo neutral a priori, la justicia. Mailer


estaba allí para contarlo, con las habituales claves del género judicial –ese gran desconocido en nuestro entorno– y del docudrama que había tenido 'entretenido' al público durante varios meses. La otra cara, imprescindible para su comprensión, de otra excelente novela con idéntico final, la de Capote. Norman Mailer llegó a presentarse como candidato a la alcaldía de New York y como un semidiós, que lo era, intentó algo que ya se proscribiera en el 'arte poética'. Apadrinó a otro asesino, condenado a muerte, Jack Abbot, consiguiendo su libertad condicional por medio de las innumerables posibilidades de apelación que Gilmore había despreciado. Desgraciadamente, Abbot cometió otro asesinato poco después de ser liberado, y Mailer debió lamentar desde entonces no haber hecho caso a Horacio: «No hagáis intervenir a un dios sino cuando el drama es digno de ser desenredado por un dios». Y es que debe resultar difícil brillar en tantos terrenos, el periodismo, la literatura, la política, en los años de McLuhan, «el medio es el mensaje», «la aldea global» y tantos otros postulados revolucionarios, evitando convertirse en el propio mensaje. ¿Comunista? Hablaba de su comunismo y de que en Estados Unidos el fascismo jamás usaría ese nombre pero que no estaba muy lejos de instaurarse a todos los efectos. (Incorregible y necesario tocapelotas de un mundo en extinción). | Emilio Perianes | Pieza gráfica: Irene Urbano


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NORMAN MAILER, AMERICAN ROCKSTAR Siempre me ha fascinado la relación entre el pensamiento colectivo y su paralelismo con las prácticas artísticas, especialmente en la cultura mediática del siglo XX. Entre las influencias de John Lennon encontramos a Dylan Thomas, Jack Kerouac, Karlheinz Stockhausen, Mahatma Gandhi y Norman Mailer; Jim Morrison fue un ávido consumidor de buena parte de las obras de Mailer, que sirvieron de inspiración para sus poemas y el rock psicodélico de The Doors. En la década de los 40 se empleaba el término hipster para referirse a los aficionados por el tan popular jazz moderno y quienes adoptaron el estilo de vida de músicos de este género. A finales de los años 50 Mailer definió el hipster en su ensayo 'The white negro' abordando sutilmente la figura del existencialista norteamericano y con un mensaje antisistema muy acertado. Puede resultar curioso que este periodista, novelista y cineasta haya sido un hombre tan polifacético y al mismo tiempo tan influyente en el tejido político y cultural de su época, siendo considerado uno de los mayores autores del siglo XX y quizás el último heredero de una tradición genuinamente americana. A principio de los años 60, Norman Mailer sacaba un capitulo por mes de su novela en la revista Esquire y a Jim Morrison le encantaban las tendencias del nuevo periodismo. En una entrevista de la época el músico hacía una reflexión in-

teresante acerca de esta forma literaria: «Mucho buen material es concebido específicamente para diarios y revistas, así como mucha música buena es concebida para un disco: todos son cosas descartables, cosas a disposición prácticamente de cualquiera, por poco dinero y que después se tiran o se cambian, o uno se deshace de ellas bastante rápido. Eso hace que muchas formas de arte sean muy transitorias». Este paralelismo entre música y literatura y su sutil referencia al consumismo es muy elocuente. A finales de los 60, la fiebre del rock y el sentimiento anti-Vietnam habían conmovido a los norteamericanos y la música se convirtió en el instrumento para hacer llegar el mensaje de protesta ante las injusticias sociales y el conformismo político. Llegaron las drogas y los hipsters fueron bautizados hippies; otra vez le correspondió a Mailer sintetizar este movimiento: «Los hippies cimentaron su templo en esa encrucijada donde el LSD se encuentra con las pulsaciones de una guitarra eléctrica a todo volumen, en el oído, en el plexo solar, en el vientre, en los lomos». Tanto su vida como su casa poseen un halo rockstar. Vivía en el número 142 de Columbia Heights, en Brooklyn, y allí era donde se reunían importantes artistas de la época. No era raro ver a Bob Dylan o a Lennon, y sus fiestas eran ampliamente conocidas, quizás por esta razón Mailer es mencionado en varias canciones.


John Lennon le nombra en el último verso del himno generacional 'Give Peace a Chance', junto a Yoko Ono (su esposa), a Timothy Leary (estudioso de los beneficios del LSD), Tommy Smothers (amigo del artista y músico), Bobby Dylan (músico), Tommy Cooper (mago ilusionista), Darek Taylor (periodista ingles) o Allen Ginsberg (poeta beat). Simon & Garfunkel, dúo de folk rock muy popular en los 60, le citan en la controvertida introducción de 'A Simple Desultory Philippic (Or How I Was Robert McNamara'd Into Submission)'. Aunque es interesante destacar que el influjo de Mailer sobre la música es constante. A mediados de los 80, Lloyd Cole aconseja leer a Norman Mailer en 'Are You Ready To Be Heartbroken' y reconocerá la influencia del escritor en numerosas entrevistas. En los 90, el grupo de rock Manic Street Preachers le menciona en su canción 'Faster' junto a Henry Miller, Sylvia Plath y Harold Pinter. En el siglo XXI, Red Hot Chili Peppers siguen haciéndole referencias y le nombran en 'Animal Bar', quizás por su fama de vividor y bebedor. En otras circunstancias históricas, Mailer podría haber sido una rockstar de la política. A finales de los 60 se presentó a las elecciones primarias del Partido Demócrata como candidato para la alcaldía de Nueva York y el eslogan de su campaña política 'I Would Sleep Better If Norman Mailer Were Mayor' podría haber sido el estribillo de un hit de Jim Morrison. | Antonella Montinaro | Pieza gráfica: Sergio Sánchez


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LOS DESNUDOS Y LOS MUERTOS «Para hacer el mal, antes el hombre debe concebirlo como un bien o como un acto meditado y legítimo. Afortunadamente, el hombre está obligado, por naturaleza, a encontrar justificación a sus actos. […] ¡La ideología! He aquí lo que proporciona al malvado la justificación anhelada y la firmeza prolongada que necesita. La ideología es una teoría social que le permite blanquear sus acciones ante sí mismo y ante los demás y oír, en lugar de reproches y maldiciones, loas y honores». Así, en boca de uno de los principales protagonistas, el general Cummings, podríamos acercarnos al mensaje que subyace en la ópera prima de Norman Kingsley Mailer (New Jersey, 1923 – N.Y, 2007), 'Los desnudos y los muertos'. Obra de temática bélica que ahonda en lo más profundo y oscuro de la naturaleza del hombre, en el porqué de esa esclavitud gozosa a la que se entregan, en nombre de una fe o de una idea, los seres humanos. Corrían apenas tres años desde que la segunda guerra mundial tocara a su fin, cuando con apenas veinticinco años, Norman Mailer publica, en 1948, la que para muchos fue su novela más lograda. Presentada como «la mejor y definitiva novela sobre la segunda guerra mundial», fue aclamada por la prensa popular y despreciada por la crítica especializada, catapultando a su autor a la celebridad y a la obra a

éxito de ventas. 'Los desnudos y los muertos' narra la guerra en dos planos bien definidos, el plano del enfrentamiento bélico propiamente dicho y el plano teórico (de backstage) en el que ejercen los altos mandos del ejército, con sus correspondientes vericuetos políticos. En el primero de estos planos y con un realismo descarnado –utilizando para ello su propia experiencia al frente–, Mailer nos relata el horror en que se adentra la compañía liderada por el sargento Sam Croft, cuya misión es la de penetrar en la retaguardia del ejército japonés en una pequeña isla del pacífico, Anapopei. Un paisaje que va sembrándose de cadáveres desnudos y soldados muertos a medida que el espanto y la atrocidad de la guerra se sucede. Es a través de estos personajes, de la naturaleza heterogénea de los integrantes de este escuadrón, a través de los cuales Mailer logra elaborar un retrato profundamente detallado de toda una generación que, nacida en la primera guerra mundial y crecida bajo la gran depresión, se aboca abyecta a la muerte en una guerra de gran trascendencia histórica e ideológica, pero cuyas ideologías, una vez en el campo de batalla, se reducían a matar o morir. Para sumergirnos en el otro plano, el teórico de la guerra, Mailer se sirve de la relación de dos de sus personajes:


la del subteniente Robert Hearn y el general Edward Cummings. Hearn, prototipo del intelectual de izquierdas, sumergido en el arte y la cultura y cuyos ideales vinculados al progreso humanista se revelan inocentemente optimistas, y Cummings, militar de profesión, reaccionario y profundamente despectivo respecto al progreso. A través de diferentes encuentros dialécticos entre estos dos personajes es que se hace evidente, tanto para ellos como para el lector, que aquello que los separa es insignificante comparado a aquello que los une: el revestimiento hipócrita a través del cual se justifica la voluntad de poder y el odio, la arquitectura del mal que sustenta la guerra y los diversos mecanismos que se inmiscuyen en la vida política. La farsa de la ideología. 'Los desnudos y los muertos' se adscribe al naturalismo que la vanguardia imperante, desde hacía ya tres décadas, rechazaba utilizar. Esto, junto a su condición de bestseller, ayudó a que la comunidad literaria más influyente de Estados Unidos, la por entonces denominada high-brow, desdeñara la novela y relegara a Mailer a lo que hoy denominaríamos 'escritor de masas'. La trayectoria posterior de sus escritos no hacen fácil determinar si Mailer accedió o no al olimpo literario, pero lo que es incuestionable es que su aporte literario lleva intrínseco el carácter radicalmente polémico de su autor. | Ana March | Pieza gráfica: Sergio Sánchez


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EL CASTILLO EN EL BOSQuE ¿De dónde procede el mal? Desde luego se trata de una gran incógnita, y si bien escritores y pensadores de todos los tiempos han lanzado su caña de pescar a este río ontológico negro y profundo, han conseguido extraer tan sólo peces inciertos. No son pocos los autores contemporáneos que han ahondado en la cuestiónen relación a las atrocidades bélicas que almacena la historia y a los implacables protagonistas del accionamiento de sus decisivos interruptores; es el caso de Norman Mailer con la última de sus novelas publicadas en vida, 'El castillo en el bosque' (2007), una entretenida intrusión ficcional en la infancia de un clásico histórico de la crueldad: Adolf Hitler. La novela es relatada por un supuesto agente de las SS, D.T. (Dieter), que en principio enviado por Himmler para obtener datos sobre las raíces genealógicas del futuro Führer, más adelante se revelará como demonio emisario del mismísimo Satanás, y encargado de velar por el desarrollo torcido del alma de un cliente potencial, el pequeño Adi Hitler. La novela se podría considerar una saga familiar, en la que el escritor viaja al seno de una sencilla familia austríaca de época, con el apetitoso suplemento que le supone a Mailer el bagaje previo de sus lectores respecto de su protagonista,permitiéndole un sustancioso manejo de la ironía y guiños extra.

Por otra parte, Mailer se mueve en el ámbito de la ficción histórica, abriendo la novela sus ramas al puro simulacro, entretejido con fuentes reales exhaustivamente cotejadas; uno de los derroches maestros del autor es su sutileza trazando matizadas texturas psicológicas y físicas; por supuesto brilla detallando a Hitler junior, por cuyas fisuras se van filtrando atisbos de una naturaleza siniestra, por ejemplo, en el olor fétido que emana o en el retratode sus incestuosos padres: el mujeriego ambicioso agente de aduanas Alois Hitler,que se perfila frente a la madre, Klara (sobrina de Alois por otra parte), la mujer bifurcada interiormente entre una veta lujuriosa por un lado, y la casta devoción cristiana por otro; si bien esta afirmación puede parecer rancia y simplonamente dicotómica, no es menos cierto que encuentra su anclaje en las memorias que nos ofrece el entrometido demonio narrador de Mailer, que a lo largo del texto se empeña en glosar los pormenores de los campos de batalla entre Dios y Satán, entre los grandes símbolos del bien y del mal, sin carecer de excentricidad regada de una buena dosis de cinismo, con apreciables resonancias literarias por otro lado de 'El paraíso perdido' de John Milton. Amén de las pesquisas maniqueas y algo infantiles y muy sarcásticas sobre el reino de Dios y el infierno maileria-


nas, 'El castillo en el bosque' ostenta algún que otro talón de Aquiles. Algunos repentinos cambios de tono son estridentes al introducir el autor un lenguaje soez al más puro estilo Irvine Welsh, o invadiéndolo de neologismos que trastornan la pátina histórica que venía modulando su voz; por otro lado, el narrador oficial del Maligno es excesivo en sus llamadas al lector y en su destripamiento explícito de los mecanismos narrativos, prolijidad metaliteraria que llega en determinados momentos a ser tediosa. Con estos procedimientos, el autor busca desmistificar la narración y desmitificar la literatura riéndose de serias pretensiones, rompiendo además los lazos empáticos que el lector pudiera construir con sus personajes. Asimismo, Norman se permite en la novela largas digresiones sobre el arte de la apicultura o un episodio extrínseco sobre la coronación del zar Nicolás II, lo que da noticia de que en sus últimos tiempos Mailer se había convertido en un escritor libre. Quizá sea esto lo más valioso de 'El castillo en el bosque', el que permite saborear el albedrío de un escritor de vocación emancipado del público, un frívolo que se divertía creando, así que las licencias que se otorga son perdonables al regazo de una escritura desencorsetada, llena de humor, sexo desenfrenado y escatología, letra que vaga libre e impúdica recreándose en acariciar los resortes del mal. | Isabel Moreno Caro | Pieza gráfica: Laurent Wauquier


Elperfil

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El colectivo que surgió de lo más alto del edificio

POR NACHO SÁNCHEZ.

Desde lo más alto del edificio en el que vivían en la céntrica calle Nosquera, cuatro compañeros de piso compartían ideas, inquietudes y gustos. Poco antes del cambio de siglo, allá por 1999 (qué lejos parece hoy) ese cuarteto de estudiantes decidieron unir esfuerzos –y mucha diversión– para realizar un cortometraje. Se llamó 'Ático' y narró la historia de un asesino que se dedica a grabar sus crímenes hasta que es descubierto por sus compañeros de piso. Lo protagonizaron ellos mismos: Alejandro Gaviño, Juanlu Molina, Mar Rodríguez y Andrés Rodríguez. La cosa funcionó, les gustó la experiencia y el nombre del cortometraje pasó a ser algo más: se convirtió en el de un colectivo de realizadores que desde entonces no ha dejado de llevar a cabo todo tipo de creaciones para convertirse en un referente de la escena audiovisual malagueña. Ático no ha dejado de crecer desde entonces con nuevos proyectos. Con la entrada del siglo XXI llegaron cortometrajes como 'La semilla del labrador', 'El nudo de Escher' o 'El que espera', apenas unos cuantos ejemplos de todos sus

proyectos. «Y para llevarlos a cabo era necesario contar con amigos, personas que también estuviesen interesadas en ese mundillo», cuentan desde Ático. Y, así, fue como entraron a formar parte del colectivo Álvaro Lagos, Francisco G. Sarazá, Fernando Molero, Luis Francisco Pérez y Miguel C. Rodríguez. Pero no se trata de que todos participen en los proyectos de los demás; sino que Ático es la firma bajo la que engloban sus trabajos, independientemente de que los hayan hecho en solitario o todos en equipo. Ático no se considera una productora, sino un colectivo de realizadores. Oficialmente, hoy conforman Ático seis personas: Alejandro Gaviño, Francisco G. Sarazá, Álvaro Lagos, Juanlu Molina, Luis Francisco Pérez y Miguel C. Rodríguez. Y en estos más de diez años entre todos han realizado cortometrajes, videoclips, documentales, conciertos, spots e incluso videoinstalaciones y sesiones de VJing. «Durante un par de años incluso tuvimos una revista digital, el Ático e-zine», recuerdan. «Es lo bueno de ser tantos, y de ser tan inquietos. La verdad es que hemos tenido muy bue-


15 nos resultados en casi todos los campos en los que hemos metido las zarpas, y nos lo hemos pasado genial haciéndolo (y lo seguimos haciendo, ¡ojo!)», añaden. La inmensa mayoría de todo su trabajo se puede encontrar en la web www.aticoweb.com. Un lugar en el que se pueden pasar las horas volando visionando vídeo tras vídeo. Desde los cortometrajes más premiados como 'Manolito Espinberg: une vie de cinema' (que cosechó una docena de premios, entre ellos el Premio del Jurado del Fotogramas de Plata y aproximadamente 80 selecciones en festivales nacionales e internacionales) hasta los últimos videoclips grabados con Comandante Fly, un rapero dominicano afincado en Málaga. El día a día y las nuevas responsabilidades personales ha hecho que estos realizadores se lo piensen cada vez más a la hora de afrontar proyectos de cortometrajes, que requieren tanto tiempo, esfuerzo y dinero. Sin embargo, la producción no ha bajado, y sigue ahora en forma de videoclips o videocreaciones. Y, a pesar de todo ello, actualmente están distribuyendo los cortometrajes 'En la próxima parada' (de Luis Francisco Pérez) y 'Jurásicos' (de Miguel C. Rodríguez), además del documental sobre el CanelaParty y el Culoactivo Canela. Precisamente con ellos realizaron uno de sus últimos trabajos: Un vídeo promocional del CanelaParty para un concurso organizado por Jägermeister que les ha permitido ganarse un hueco en la fiesta de La Casa Jäger. Estos chicos prometen mucho más…


Cine

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el color del vino y de la sangre La de 'Sorgo rojo' es la historia de los abuelos del narrador, ese cuento rural que «aún se recuerda en el pueblo», teñido del color del vino, de la pasión, de la sangre. Es un relato fascinante desde el principio, con una fotografía que embriaga, un aroma a tragedia y un final a contraluz de figuras recortadas a las que les desaparece el rostro entre la humareda. Transcurre todo en campos iluminados de verde, en terrenos escarpados de color pajizo, en horizontes de tono bermellón y toca la cima en un septiembre permanentemente subrayado en el calendario. Era la ópera prima de Zhang Yimou, hace 25 años, y le sirvió para ganar el Oso de Oro en Berlín. Se basó

en la novela homónima de Mo Yan, Nobel de Literatura 2012, de quien se decía que era el «más prohibido de los novelistas chinos», aunque reciba ahora, sin embargo, las críticas más crudas de artistas exiliados. En diez minutos, la joven protagonista (Jiu-er), abocada a un matrimonio concertado con un terrateniente de sorgo en la China de los años 30, leproso y moribundo, desobedece las dos máximas de un refrán de cabecera: «Cuando lloras en una silla, tu futuro no es seguro. Si levantas el velo de tu cabeza, tendrás problemas». La encarna Gong Li, musa inmortal de Yimou, más tarde concubina bañada en la luz de la locura en 'La linterna roja', joven



18 campesina con amores prohibidos en 'Semilla de crisantemo', mujer reivindicativa que se enfrenta a los altares en 'Qiu Ju', irresistible cantante de nightclub en ‘La joya de Shanghai’, esposa que se ahoga en el río de la historia del Gran Salto Adelante en '¡Vivir!'. Es 'Sorgo rojo' un grito de libertad que parece emanar del perpetuo vestido rojo de la protagonista, una declaración de amor visceral hacia otro hombre cuyo nombre no estaba en los escritos. Pronto será consumado ese deseo entre tallos de sorgo de tres metros de altura, poco más allá del caserón del jefe, un «lugar de muerte, de mala suerte». Ese hombre, uno de los porteadores del terrateniente, dibujaría en redondo una cama silvestre de tallos entrelazados. Poco después, el esposo es misteriosamente asesinado y Jiu-er desafiaría las convenciones ante los trabajadores de los campos: «No me llaméis jefa, yo también nací en una familia humilde». Una familia de ésas que canjean a una hija adolescente por una mula negra y grande. Jiu-er asume la «Uno de los porteadores limpieza de ese «lugar de muerdibujaría una cama de te», con el licor tallos entrelazados» de sorgo que todo lo cura: el rojo purificador. Se erige la mujer, en Yimou, como elemento que cuestiona el paisaje estamental. «Enseñádme cómo se hace el vino», aunque iniciara su discurso diciendo que «yo, una mujer, dependo de todo el mundo». Ahí están terrateniente

y trabajadores, mano a mano, entre las cubetas de agua fría, un fuego que se aviva y las canciones que alaban al dios del vino. Mientras, allá afuera, la naturaleza y sus ciclos previsibles, los tallos que se reproducen, el sudor, el polvo, finalmente el líquido preciado en cuenco de madera. Se desenreda el amor y llegan los hijos en el burbujeo de la vida. Pero el hombre siempre acaba por afrentar a la naturaleza, a sus ciclos eternos. Los japoneses, avasalladores, llegan para construir vías de ferrocarril y los campos de sorgo, que rozaban las nubes, quedarían convertidos en alfombras de hojas secas. Y este relato salpicado de luz cegadora se tornaría en baño de sangre. «Los japoneses forzaron a 400.000 granjeros a construir el ferrocarril de ‘Chang Ping’. Muchas familias fueron destrozadas y más de 1.000 personas fueron asesinadas». El ladrón del pueblo, el matón, aquél que era como un hermano para Jiu-er: todos se verían atropellados por la apisonadora del Ejército de Kwantung. Pero ese trágico contraluz que funciona de epílogo seguro que se desvanecerá en ese mes mágico que tienen subrayado, cuando los ciclos de la naturaleza culminan en un abrazo: «El mejor vino es el que hacemos en septiembre. Si bebes nuestro vino, no toserás. Si bebes nuestro vino, no temerás nada. Si bebes nuestro vino, no te arrodillarás ni ante el emperador». | Miguel Pradas | Piezas gráficas: Xero Fernández


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‘UN DIOS SALVAJE’

'CRISTO SE PARÓ EN ÉBOLI'

¡Es mi hermana y es mi hija!

Tras un hipotético telón se sucede una escena en la que cuatro personajes dialogan acerca de un conflicto trivial mientras, sin artificios ni distracciones, un pequeño cosmos eclosiona en cada frase, gesto, intención y silencio. El detonante, una riña entre críos, descubre el caldo de cultivo perfecto para que una deidad inmisericorde y burlona, cual ángel exterminador que disfruta de la degradación humana, desvista capa por capa los exigidos artificios morales sin los cuales somos apenas una maraña de sangre y deseo. Basada en la obra de la dramaturga Yasmina Reza y bajo la dirección de Polanski, los autores miman un guión que saluda sin miedo a los grandes clásicos y se proclama, junto con unas más que meritorias actuaciones que erigen la palabra, el verdadero vencedor del encuentro. | Carmen Alcaraz

Un viaje al corazón de la Italia más deprimida y atrasada, en plena época de Mussolini, por parte del escritor Carlo Levi, desterrado a un pueblecito por sus actividades antifascistas. No es que no pase nada en la película, es que pasa la vida, sin concesiones a la acción gratuita, con toda la autenticidad que tiene un guión verídico y su rigurosa puesta en escena. Es la cruenta descripción de una tierra de miseria y unos comportamientos ideológicos y sociales que todos, de alguna manera, hemos vivido. Impresionante fotografía, geniales interpretaciones de Gian María Volontè e Irene Papas, pero, sobre todo, el relato de las vivencias de unos seres primitivos que van a ser influidos por un díscolo escritor del Norte, quien, a su vez, aprenderá de estos humildes lugareños del Sur los valores auténticos de la existencia. Maravillosa obra de Rosi. | A. Gómez Hueso

No se puede pensar en 'Chinatown' de Polanski (1974) sin dejarse atrapar por esa lánguida melodía de Jerry Goldsmith que irrumpe con sensualidad y misterio para retratar la mirada de Faye Dunaway. Triste, elegante y críptica, capaz de ocultar tras su impecable sombrero negro un macabro secreto familiar que detonará un final infeliz con gusto amargo. Esa misma melodía fluye al ritmo del humo de cada cigarrillo que enciende el detective Jack Nicholson, apartándonos de la oscura maldad que define al padre incestuoso de Dunaway, que le ha dado a la vez una hermana y una hija que mantienen oculta; el mismo villano que ha comprado a la policía y controla la compañía de agua de Los Ángeles, el asesino del marido de su hija, ingeniero de la compañía que amenazaba sus planes y ambición. Y paralelamente a esta cadencia emocional se oye el chisporroteo del agua y un beso sincero que siembra la esperanza del amor, pero que se rompe abruptamente con un balazo a quien no debía morir en la avenida principal del Chinatown, ante los ojos de una docena de espectadores chinos que se pierden en la oscuridad.

Roman Polanski, 2011

Francesco Rosi, 1979

POR MARIETTA GEDDA.


Escenas

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15 años Al grupo Mayumana podría aplicársele la frase de Aristóteles «Todo lo que se mueve es movido por otro», que implica que el sujeto que genera ese movimiento ha sido a su vez empujado anteriormente. Los ritmos de Mayumana empiezan con un pequeño golpe, unas palmas o un ritmo simple sobre un cubo de basura, que van sumando elementos rítmicos, humor, danza y color hasta provocar un efecto parecido al big bang. Mayumana son explosión y energía, vibración que contagia al público desde el sentimiento puro y no desde el discurso. Internacionalmente conocido, Mayumana es el hermano pequeño del grupo británico Stomp y uno de los hermanos mayores de otras compañías que posteriormente han tomado

y adaptado esta fusión de disciplinas a sus propias raíces, como es el conjunto argentino El Choque Urbano. Mientras Stomp sigue con su línea más pura en el sentido original o primitivo, en la que lo importante es la percusión y el trabajo físico, Mayumana ha explorado más en los elementos estéticos, como es el color o la escenografía. Además, a diferencia de otros grupos, las influencias de las danzas y músicas orientales son constantes en los shows del conjunto israelí. Mayumana nació en un sótano de Tel Aviv, en el sueño de tres cabezas que son todavía hoy los directores de la compañía, Eylon Nuphar, Boaz Berman y Roy Ofer. Después de un año y medio contratando y despidiendo artistas, ensayando y buscando la



22 esencia de Mayumana nació el primer show homónimo. Entonces, todo el material para el espectáculo cabía en un camión. Actualmente, cuentan con dos sedes fijas, una en Tel Aviv, y que es la original ‘Casa Mayumana’, y la otra situada en los Países Bajos. La familia de Mayumana está formada por miembros de todos los rincones del planeta. Algo que les caracteriza es la versatilidad de cada artista, ya que, aunque cada uno provenga de una disciplina particular, de la danza o de la música, a todos se les capacita para bailar, cantar o tocar varios instrumentos, a la vez que aportan al grupo su habilidad especial (la palabra hebrea 'Mayumana' significa ‘habilidad o destreza’). Mayumana es sinónimo de éxito. Como el Cirque du Soleil o La Fura dels Baus, el grupo israelí ha sabido adaptarse a los tiempos, usando nuevas tecnologías aplicadas al espectáculo. En su anterior montaje, 'Momentum', incluían sensores de movimiento y otras tecnologías de gran precisión para hacer la experiencia aún «Mayumana ha sabido adaptarse a los tiempos, más impresionante. Pero no es sinónimo de éxito» sólo por la tecnología, el lenguaje universal y el movimiento pueden ser relacionados con estos grupos, sino por su capacidad para explotar su nombre como marca: El pasado mes de julio se anunciaba que Mayumana y Orange estaban creando 'Sama Sama' (que en filipino

significa juntos), un parque interactivo en el que los visitantes participan de una suerte de improvisada jam session con los elementos dispuestos alrededor del parque. Por otro lado, es difícil de olvidar el contagioso anuncio de Coca Cola al limón que protagonizaron y que les proporcionó un reconocimiento aún mayor en el público general. A nivel más reducido, Mayumana realiza talleres para el mundo de la empresa, en el que trabajan la conciencia de equipo, la comunicación y la creatividad. Pero aparte de su faceta comercial, el grupo cuenta con una Fundación para la Promoción de la Educación Creativa que, a través del ritmo y la música, forma a niños judíos, árabes y cristianos en la integración social y multicultural. 'Racconto' es su último espectáculo, un show recopilatorio de los 15 años que llevan dando golpes en el escenario. Debido al affaire que tienen con España, es en la península donde realizan nuevamente el estreno mundial; nuevamente porque ya en el último montaje eligieron Madrid como punto de partida. En esta ocasión, ha sido Cartagena la primera ciudad en una hoja de ruta que les mantendrá en movimiento hasta mitad del 2014. A Málaga llegan al Teatro Cervantes el 13 de noviembre y se quedan hasta el sábado 17. Para la voz en off que conduce 'Racconto', Mayumana cuenta con la colaboración del cómico Andreu Buenafuente y con otras sorpresas e invitados especiales. | María Sánchez


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‘esperando a godot’

‘ceniza’ Teatro Echegaray (14 y 15/12)

por flor gómez.

Después de sus homenajes al cine mudo con 'Restaurant tú three' y al mundo del circo con 'Triálogos clownescos', Gregor Acuña y los suyos abordan 'Esperando a Godot', su proyecto más ambicioso, bajo la dirección del maestro Joan Font. El absurdo está servido. El humor también. La dirección de Joan Font, ¡40 años ya al frente de Comediants!, aporta una visión nueva del clásico de Beckett, firmemente asida a nuestra realidad de hoy: ¡caótica!, ¡absurda!, ¡surrealista!, ¡cruel!. | Teatro Cánovas

Dos hombres, padre e hijo, se encuentran años después por la muerte de la madre. Un encuentro obligado, plagado de desamor, cuajado de realidad que servirá para ajustar cuentas tras tantos años de silencio. Un relato sin escrúpulos capaz de convertir un pedazo de historia en ceniza. Drama, comedia, ironía y humor negro azabache. La historia de una familia desestructurada, minada de rencillas, secretos, desencuentros y cosas no dichas. | Teatro Echegaray

El 'más difícil todavía' en las coreografías del Rey del Pop: los artistas de Cirque du Soleil danzando al ritmo de sus temas más emblemáticos. 'Michael Jackson. The Immortal World Tour' es el tributo póstumo de la compañía canadiense al cantante, un espectáculo con la extravagante puesta en escena a la que Cirque du Soleil nos tiene acostumbrados, y en el que participan más de 60 bailarines, «Es el tributo póstumo músicos y acróbatas de todo el mundo. Para de Cirque du Soleil a el montaje se han seleccionado algunas de las Michael Jackson» archiconocidas canciones de la discografía de Michael Jackson, pero también temas inéditos que no vieron la luz durante su carrera. Y sólo en el fantástico Neverland soñado por Jackson se hace posible esta asombrosa adaptación de su legado musical y estético a los códigos circenses. Tras su estreno mundial en Montreal el pasado mes de octubre, 'The Immortal World Tour' estará en Madrid del 26 al 29 de diciembre de 2012 y en Barcelona del 17 al 20 de abril de 2013.

Teatro Cánovas (30/11 a 01/12)

'the iMmortal world tour'


Televisión

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El ajedrez multidimensional Con una parrilla de seriales tan monotemática –sitcoms, detectives, médicos y abogados– el éxito era esperable. Y no defraudó. Para comprobarlo, que cualquiera chequee el Top Filmaffinity: la serie 'Juego de tronos' ostenta el duodécimo puesto, arropada entre 'El gran dictador' de Chaplin y 'Pulp Fiction' de Tarantino. Nada más, ni nada menos. Por ahora sólo hay dos temporadas, pero la saga que comenzara a idear George R. R. Martin allá por 1996, 'Canción de hielo y fuego', de la que la cadena norteamericana HBO ha adaptado los dos primeros libros –'Juego de tronos' y 'Choque de reyes'–, multiplica sus fans exponencialmente. Estos se dividen en dos: los que se deleitan con la serie (entre los que me incluyo) y los

que lo hacen tanto con la serie como con los libros (hasta el momento se han publicado cinco de los siete que completarán la saga). ¿Pero qué ofrece esta fantasía medieval que tanto apasiona? ¿Es como la define David Benioff, guionista y productor ejecutivo de la serie junto a D. B. Weiss, «'Los Soprano' de la Tierra Media»? ¡Cuidado!, que utilizar «apasiona» no es exagerado. 'Juego de tronos' es uno de los fenómenos virales más desbocados del siglo XXI. El propio George R. R. Martin sufre amenazas constantes que lo impelen a modificar sus tramas y el sino de sus personajes, a resucitar dragones y huargos, a corregir errores o a configurar una gramática Dothraki. Pero sobre todo, a lo que se le empuja es a finalizar cuanto antes



26 lo que empezó (según sus detractoseguidores el tipo es algo pachorro, chaquetero y de culo poltrón), como si hubiese entre él y las hordas geormartianas un contrato tácito, con las típicas exigencias en letra pequeña. Hasta tal punto esto es cierto que Neil Gaiman, amigo íntimo y colega de profesión, se sintió obligado a zanjar el acoso al que se veía sometido Martin con una desatinada frase que no hizo otra cosa que generar nuevos enconos y acérrimos apóstatas: «George R. R. Martin no es [vuestra] putita particular». Esta adhesión desmedida se explica por la calidad intrínseca del producto: con 'Juego de Tronos' se ha conseguido revitalizar un género en el que ya todo sonaba manido. Para empezar, Martin disloca el término «fantástico», convirtiéndolo en un eco sugerente, novedoso, sutil. La balanza tiende a desnivelar su peso hacia una realidad muy hermanada con la nuestra. Incluso, los mismos personajes son incrédulos ante «leyendas» como la de 'Los otros', por ejemplo, con las que tanto «Ha revitalizado un suelen aterrar género en el que ya los mayores de todo sonaba manido» Poniente. Otro gran acierto es que consigue desbordar el planteamiento maniqueo de J. R. R. Tolkien. Ya no hay una bifrontalidad en conflicto, en la que las coordenadas del Bien y del Mal puedan estar ancladas de antemano. En 'Juego de tronos' todo es más posmoderno,

más grisáceo, más líquido. Si no, hagan la prueba: excepto de Ned Stark, cuya moral parece intachable (así le va al pobre), ¿de quién nos fiaríamos o a quién loaríamos por su conducta? ¿Al más desvalido, Tyrion? No: demasiado mujeriego y estratega. ¿Al Rey Robert? No: demasiado glotón e impulsivo. ¿A Baelish 'Meñique'? No: demasiado astuto, algo oculta. ¿A la princesa Daenerys, al eunuco Varys, a loca Arryn…? En esta maraña de violencia –brutal la coronación de Viserys– sexo por doquier –incluso entre hermanos dicigóticos–, giros inesperados –«nadie tiene el puesto asegurado», sentencia Martin–, multiplicación de personajes y puntos de vista, hay algo que a todos arrastra: la ambición de poder. El mapa de Poniente es un enorme ajedrez multidimensional en el que urdir tramas y estrategias es vital. Cada ambición de poder es un círculo cuya progresión y diámetro depende de su capacidad de deglutir otros círculos; ya sea por suerte, encanto y destreza –la hermosa Daenerys se hace con todo un ejército ella sola, prácticamente–, ya por uniones concertadas o disputas entre grandes familias –los Stark y los Lannister–, ya por imponer justicia y paz –Baratheon se hizo con la corona al derrocar al loco rey Targaryen–. Ante tal cuadro, la escabechina está asegurada, el juego: engrasado, y la fortuna: girando alrededor del Trono de Hierro. | Manuel España Arjona


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‘NEW GIRL’

‘EXPEDIENTE X’

el doctor house del periodismo

Elizabeth Meriwether, 2011 Fox, 2 temporadas

Chris Carter, 1993 Fox, 9 temporadas

POR FRANCIS MORIEL.

Recién comenzada su segunda temporada, ‘New Girl’, serie de la popular cadena Fox, no añade nada nuevo al panorama cómico actual, pero cumple su función de entretener y hacer reír, a veces a carcajada limpia. La treintañera Jess (Zooey Deschanel) se va a vivir con tres compañeros un tanto atípicos: el cascarrabias y lúcido –en ocasiones– Nick, el egocéntrico e irónico Schmidt (un descubrimiento) y Winston, un tipo con triple personalidad. El resultado: a ratos, devastador.

¿Quién no se ha asomado alguna vez a la historia de conspiraciones gubernamentales y sucesos paranormales que nos brindó hace ya un par de décadas esta serie? Quizá sea ahora el momento para retomar la senda dejada por la famosa y curiosa pareja formada por los agentes Mulder y Scully. Pero, cuidado, los más de doscientos capítulos de esta producción televisiva pueden refrenar las ganas de echarle un vistazo... Indispensable para los amantes de la ciencia ficción.

‘The Newsroom’ ('La redacción') cuenta la vida profesional de los protagonistas de una redacción de un informativo de una cadena de televisión usamericana, junto a las peligrosas mezclas pasadas y presentes de sus vidas personales. El conjunto hace de esta creación de Aaron Sorkin una gran pieza de ciencia ficción. La acidez, irreverencia, mordacidad y falta de cierto tacto personal del presentador Will McAvoy lo convierten en un Doctor House del «Will McAvoy y su acidez, irreverencia y periodismo televisivo, representando a esa falta de tacto personal» clase de periodistas de raza que una vez quisieron ‘hacer las noticias’, sin conformarse con ‘darlas’ teniendo como única línea editorial las cifras de audiencia. Como McAvoy quedan muy pocos –interesante acercarse a la figura del irlandés Vincent Browne y a su programa nocturno en el que reparte razones y verdades a diestro y siniestro–, y es por eso que un servidor catalogue a esta serie como una genial obra de ciencia ficción.


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20 años del amor después del amor Que veinte años no es nada, que febril la mirada que decía Carlos Gardel. El tiempo pasa e inevitablemente nos vamos poniendo menos. Y, entretanto, Fito Páez celebra el vigésimo aniversario de su disco más exitoso ('El amor después del amor', 1992) con una gira en ultramar. Y es así como recuerdos de todo tipo vienen a mi debilitada memoria. Casi puedo adivinar aquellos días cuando nos conocimos. Días en los que mi vida sonaba a música. Feliz a la par que dramática. Pero música al fin y al cabo. Dos. Dos días en la vida que nunca vienen nada mal. Recuerdo un día como hoy. Me fui de casa a tocar rock and roll y no volví

nunca más. Así empezó todo. Ahora, esta misma tarde, cae la lluvia sobre París e inicio la reconstrucción de aquellos hechos que no sé si ciertamente arrancaron en Baires o en Madrid. Te vi. Juntabas margaritas del mantel. No sé si eras un ángel. O un rubí. O simplemente te vi. Todo lo que vi está ya demás. Aquella llave de mandala se quebró. Yo simplemente te vi. Y es así como no existía cosa alguna que podía siquiera acercarse a kilómetros de distancia de la palabra 'importar'. ¿Cómo podía pretender engañarme? Nada importa en la ciudad si nadie espera. He pretendido recomponerme. Reparar todo ese dolor. Ni el tiempo



30 puede. Pero es que nadie sabe, ni nadie puede, vivir después del amor. Decido abrir el tocadiscos. Busco entre mis vinilos durante un buen rato. Por fin, lo encuentro. 'El amor después del amor', grabado a medio camino entre Buenos Aires, Madrid y los estudios Abbey Road, fue el octavo álbum de Fito Páez –también productor– y hoy por hoy, los números nunca engañan, es el disco de rock en argentino más vendido en dicho país. Este álbum y el oscuro 'Ciudad de pobres corazones' han mostrado sin duda sus picos artísticos más altos. Se perciben las raíces del rock gaucho, con el pop, el folk, el piano, la manteca y la empanada. Colaboraciones de alto nivel: desde Ariel Rot, Mercedes Sosa, Luis Alberto Spinetta, Gustavo Cerati, Charly García, Celeste Carballo, Andrés Calamaro, Daniel Melingo, Antonio Carmona a Fabiana Cantilo que dieron el fruto de una de las obras más representativas de la historia del rock argentino. Fito hace bandera de todas las bondades de la música en español y desata una genialidad de la que nadie puede «Están las raíces del rock resistirse. Fito, gaucho, con el piano, la de Rosario, comanteca y la empanada» nocida por ser la cuna de la bandera argentina, hace de su amor por Cecilia Roth –la base lírica del disco– una auténtica inspiración. Una joya. Suena el vinilo y regreso a repasar aquellos instantes. No lo podía negar. De ninguna manera. Algo de vos

llegaba a mí y yo sólo te pedí un favor. Que no me dejaras caer en las tumbas de la gloria. Por aquel entonces yo sólo era un pibe que escapaba y escapaba a otros mundos, otras ciudades, otros paisajes. Aun«Me fui de casa a que de nada sirvió porque, tocar 'rock and roll' y no volví nunca más» en realidad, todo el tiempo estaba allí. En el mismo lugar. No avanzaba. Bajo una misma piel y una misma ceremonia. Sólo podía ofrecerte un póster y una Gibson Les Paul. Y quizá Jim Morrison, Jimi Hendrix, Miguel Abuelo. A veces Janis Joplin. Y otras también, Ernesto Guevara. De verás que yo extraño esa fascinación. Y se detuvo el tiempo. De algún lugar que no percibo se proyectaron tus primeras palabras. Yo vi tu corazón. Te vi. Brillante sobre el mic en una mano como un lecho de cristal. Y ausente de las cosas, pensaste en dejarlo, y tirarlo junto a mi. Junto a mi donde permanecen nuestros secretos en el fondo del mar. Esas personas que me quiero llevar. Aromas que no voy a olvidar. Todo lo que hicimos. La mentira y la verdad. Todo lo que hicimos sigue vivo en un lugar. Ese lugar que queda detrás del muro de los lamentos. El muro donde fue a rodar, y a rodar, y a rodar, y a rodar mi vida. Y tú, seguramente, podrías verlo así, sólo si supieras que yo sin ti ya no podría más vivir. Si todavía no te has enterado, Fito. Yo simplemente te vi. | Sergio Contreras


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'From The Bottom...'

'SINGLES 1977-1986' Thomas Mapfumo, 1996

POR DAVID DUEÑAS.

Hace poco, el cantante de Wilco dijo que su mayor influencia era el desconocido Bill Fay. Un tipo que grabó dos discos en 1970 en Inglaterra. No vendió nada, le echaron de la discográfica y decidió buscar trabajos normales para sobrevivir, como hace todo el mundo. Cuarenta años después, los focos vuelven a alumbrarle como a una leyenda viva: ha vuelto a componer y grabar discos, ¡y no están nada mal!. Pero a mí lo que más me gusta de Bill Fay es el disco que nos traemos entre manos. Una colección de maquetas y grabaciones caseras de su primera etapa. Una delicia: canciones sin terminar, bocetos, sonido low-fi y sobre todo una capacidad inaudita para hacer melodías terribles y trágicas y algo que una vez alabaron de la música de los Beatles: la expectación ante un mundo que no comprendemos. | Nacho Gutiérrez

No estaría mal escuchar a Thomas Mapfumo en las discotecas de todo el mundo. O en la MTV. Donde sea. El mundo sería un lugar mejor. Conocido como 'El león de Zimbaue' o 'El rey de la kalimba', Mapfumo es uno de los grandes exponentes de eso que arrinconamos bajo el nombre de músicas del mundo y que engloba a todos los músicos de éxito no occidentales. Su música nos suena lejana, tradicional, folclórica, espiritual a veces. Su música nos recuerda a África, porque somos así de simples. Allí, la música de Mapfumo suena a Zimbawe, pero también a occidente, a soul, a tradición y a modernidad. La kalimba de Mapfumo es la cotidianidad de un pueblo alegre al que hemos fastidiado bien. Por cierto, la kalimba un instrumento alucinante. ¡Os animo que a os hagáis con una! ¡Es hipnótica!. | N. Gutiérrez

Apenas parece que fue ayer pero ya han transcurrido 42 años desde que se apagara la, para muchos, incómoda voz de Janis Joplin. Una inconformista de pensamiento libérrimo poseedora de una brutal fuerza sobre el escenario. La tercera en el célebre 'club de los 27', ese grupo de músicos que para algunos ha definido el estilo de vida del rock pero que en resumen sólo nos ha privado de todo lo que podría haber venido después. Un genio demasiado grande para tener cabida, una incomprendida que «Una inconformista buscó refugio en la autodestruc- con una fuerza brutal ción sobrevolando el deseo de en el escenario» ser libre pero siendo consciente de la imposibilidad de alcanzar esa utopía. Empeñándose en abrazar todo lo políticamente incorrecto abriendo brechas en una opaca sociedad que no estaba preparada para alguien tan avanzado. El vaho que cubrió su vida no podrá evitar que podamos disfrutar de la calidad de su música y es que como ella decía: «Es difícil ser libre, pero cuando funciona ¡vale la pena!».

Bill Fay, 2004

i remember you


Literatura

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Constante y auténtica Marguerite Yourcenar (Bélgica, 1903 – EE.UU, 1987) constituye una alta representante de la literatura comprendida como ejercicio de constante dificultad superada, disciplina, taller y paciente espera. Porque el objetivo final que la escritora persigue es escribir de forma clara y original sus propias reflexiones y conclusiones. Un hecho destacable, sobre todo en estos convulsos tiempos que corren, ya que se supone una verdad inherente a la condición de persona dedicada a las letras y, sin embargo, no siempre ocurre así; más bien al contrario. Pero tampoco nos engañemos, la originalidad, por sí sola, no constituye un bien inmaculado. Hay que saber combinarla con lo que el lector percibe

como real, con lo que le circunda, con el mundo. Es en esta singular parcela literaria, en la autenticidad, donde Marguerite Yourcenar brilla de forma sobresaliente. En su obra, el mundo aparece como un don inagotable. La escritora, gran viajera, se afana por recorrer muchos de los rincones del mosaico formado por los diferentes países. Este constante periplo que domina su existencia se refleja, cómo no, en su producción literaria. Los lugares donde se desarrollan sus libros son elegidos en pos de su ansiada universalidad espacial: 'El denario del sueño' (1934) transcurre en Italia; los 'Cuentos orientales' (1938), en la antigua China, Japón, los Balca-



34 nes y en la Grecia contemporánea; en 'El tiro de gracia' (1939) sitúa la acción en los países bálticos; África septentrional, el Medio Oriente y Europa son los escenarios, en el siglo II, de 'Memorias de Adriano' (1951); 'Opus nigrum' (1968) transcurre en Flandes, Italia y Alemania, durante el Renacimiento. Yourcenar (anagrama de Crayencour, el aristocrático apellido de su padre) se interesa, desde sus primeros escritos, por las tentativas del ser humano por transformar el mundo en una morada habitable. La escritora clasifica a los hombres según el tipo de mirada que desarrollan sobre las cosas que les rodean. Por supuesto, su personalísima mirada también es susceptible de ser analizada. Una mirada que, en resumidas cuentas, queda expuesta gracias a sus dos personajes más emblemáticos: el emperador Adriano y el alquimista Zenón. En el emperador romano, Yourcenar desarrolla lo que podríamos denominar la mirada de la inteligencia, o sea, la creencia de la posibilidad de la comunicación racional entre semejantes mediante el perfeccio«En la obra de Yourcenar, namiento de el mundo aparece como la relación un don inagotable» entre lenguaje, pensamiento y realidad. En cambio, con Zenón explica la mirada visionaria, apegada a la imaginación y que fundamenta su novedad en el reconocimiento de una separación inherente entre el ser humano y las cosas de su entorno.

Yourcenar también ha liderado, aunque de forma indirecta, sin desgastarse con los primeros planos, ciertas conquistas sociales que incomprensiblemente se demoraron demasiado tiempo. De entre estas, destacamos que, en 1980, ella se convierte en la primera mujer en ser admitida en la historia de la Academia Francesa de Letras, desde su creación por el cardenal Richelieu en 1634, como miembro de número. Este acontecimiento, tan necesario, se debe principalmente a su profundo conocimiento de la lengua francesa, mas no conviene obviar el apoyo entusiasta brindado por el escritor Jean d'Ormesson, pues el nombramiento de Marguerite se enfrentaba a la obstinada resistencia de algunos académicos. La vida de Marguerite Yourcenar, en definitiva, se puede resumir en la dedicación constante a la noble tarea de transformar en palabras su visión del mundo, buscando explicar al ser humano como criatura íntegra, total, que evoluciona a lo largo de la Historia. Evolución que probó en ella misma. Escritora comprometida con sus dos ejes interiores, Grecia y Oriente, escritora amante de los libros, los protectores del pensamiento, y de la naturaleza y los animales. En su obra se saborea el regusto salobre, atrayente, que posee la vida de los artistas que han aprovechado el tiempo concedido entre nacimiento y muerte. En sus propias palabras: «Todo ser que haya vivido la aventura humana vive en mí». | Estanislao M. Orozco


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‘LEONORA’

‘CORRE, CONEJO'

SEIX BARRAL. 21€. 512 PÁGinas.

TUSQUETS. 8,95€. 368 PÁGinas.

Leonora Carrington, 'la novia del viento', la británica que desde niña reveló una personalidad férrea, disonante… Leonora la indomeñable, la que renunció a los privilegios de su clase para abrazar la libertad de la artista genuina, los subterráneos del surrealismo… 'Leonora', una vida magnética reconstruida semi-ficcionalmente por la paleta sensible de Elena Poniatowska, que desde el amoroso respeto resucita a su amiga fallecida el año pasado, pintando un precioso fresco del ambiente artístico e histórico del siglo XX, por el que transitan Breton, Peggy Guggenheim, Remedios Varó... Leonora, la que adoró a los animales, la amante de Max Ernst, la que luchó contra el nazismo, la que sucumbió a las sombras de su psique rebrotando de la mano de Renato Leduc, con quien emigró a México, que la adoptaría como hija querida por el resto de sus días. | Isabel Moreno Caro

En esta novela de 1960, el maestro John Updike nos presenta a su personaje más carismático, Harry ‘Conejo’ Angstrom, que más tarde sería protagonista de otros cuatro relatos. Ex baloncestista universitario de éxito acostumbrado al aplauso, el protagonista es ahora un joven de 26 años ahogado en penurias que abandona a su mujer y a su hijo de dos años. Ha llegado un momento en que a ‘Conejo’ le ha explotado la vida, ha palpado el fracaso, no quiere seguir vendiendo utensilios de cocina y se lanza a un itinerario errático por los bajos fondos de la insignificante ciudad de Brewer acompañado por borrachos, prostitutas y curas revestidos de hipocresía. En el horizonte esbozado por Updike sólo hay cabida para los perdedores y del tan manoseado ‘sueño americano’, ni se intuye el rastro. | Miguel Pradas

Elena Poniatowska, 2011

John Updike, 1960

'historias cortas' POR CARMEN ALCARAZ.

Mencionar al desaparecido Satoshi Kon es conjurar a uno de los últimos grandes magos del anime, tanto es así que su magia, lejos de limitarse al celuloide, se viste de papel para abrir una ventana (o muchas) en forma de pequeños relatos. Fruto de una imaginación desbordante capaz de construir universos narrativos en los que se incluyen desde la ciencia ficción al costumbrismo, así como un elaborado fondo psicológico «Satoshi Kon: sueños, que impregna personajes y dimensiones paralelas argumentos, surgen estas y píldoras de realidad» 'Historias cortas', en la que el autor desarrolla con maestría su faceta más creativa. Sueños, dimensiones paralelas y píldoras de realidad, se dan cita en estos cuentos alternativos en los cuales el dibujo del genial creador concentra una función narrativa capaz de ofrecer al lector las claves de la escena, característica con la que Kon logra atraparnos en su mundo de finales abiertos y frases no dichas. Una suerte de conjuro que sólo saben pronunciar ‘ese tipo de personas’.


Entrevista

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La pluma invencible de Mary Luz Avendaño Pasar de ser una periodista de prestigio en Colombia a una persona anónima en Europa no es fácil. Así lo reconoce Mary Luz Avendaño, columnista del diario 'El Espectador' que sistemáticamente ha denunciado las actividades de los grupos paramilitares y bandas criminales organizadas al servicio del narcotráfico en Medellín. Por estas actividades, la periodista ha recibido serias amenazas contra su vida y en la actualidad se encuentra adscrita al programa de defensores de Derechos Humanos de Amnistía Internacional (AI), refugiándose en nuestro país. En octubre, Avendaño participó en la II Muestra de Cine de Derechos Humanos de AI en Málaga. | Ruth A. de Frutos ¿Qué le pasó por la mente cuando al ver la película 'Corazón invencible'? Demasiadas cosas. En 1998 fui secuestrada por la guerrilla junto con otros compañeros cuando íbamos a cubrir una noticia en un pueblo. Estuvimos durante una semana con ellos y la película me ha hecho pensar en mi familia. Ellos pasaron unos días horribles en los que no sabían dónde estaba ni en qué condiciones. Después de esa experiencia, ¿qué le llevó a continuar con su profesión? Creo fervientemente en el valor del periodismo y, como tal, creo que los profesionales debemos continuar con nuestra labor. Sin embargo, hay dos cosas que afectan a los periodistas, su nivel de compromiso y su nivel de miedo. Los periodistas prefieren, como en la película, irse a la puerta de una persona noticiable que investigar por su cuenta y contar lo que realmente está pasando con dicha persona. ¿Cómo afecta a la ciudadanía esta pérdida de calidad en el periodismo? Los ciudadanos deben estar muy atentos a todo lo que está sucediendo. Es evidente que si se coarta la libertad

de los periodistas, la ciudadanía perderá uno de sus derechos fundamentales: el derecho a estar informada. Cuando se calla a un periodista es la ciudadanía la que se ve limitada, tanto en España como en otros países, como puede ser Colombia. Muchos periodistas colombianos han fomentado la Comunicación como herramienta de la Cultura de Paz. ¿En qué consistía exactamente el proyecto de 'Medios para la Paz'? Es un proyecto muy bonito en el que participé hace años. Surgió para que los periodistas y, posteriormente la ciudadanía, conociese cuáles son los medios del conflicto, quiénes son las víctimas… Se pretendía contar a la gente lo que estaba pasando y, al mismo tiempo, presionar a la clase política para que tomase decisiones que nos acercasen hacia un proceso de resolución del conflicto armado. Lastimosamente, con los recortes este tipo de iniciativas se han visto limitadas. El último tema que publicó hablaba de la relación de algunos miembros de la Policía con las bandas criminales que operan en Antioquia. Sí, mis reportajes han abierto un macroproceso en el que se han investigado a más de 120 policías y un nuevo narcotraficante de la ciudad. De hecho, la lucha contra los policías corruptos ha sido inteligente: primero se ha trasladado a todos aquellos que tenían algo que ver con el caso fuera de Medellín y, posteriormente, se les ha ido destituyendo. Después de una vida denunciando violaciones de derechos humanos, ¿cree que el mundo puede cambiar? Viéndolo con perspectiva, creo que es difícil pero que todos tenemos que hacer algo. Yo no sé hacer mi trabajo sin decir lo que tengo que decir y denunciar todo aquello que haya que denunciar.



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MercÈ Rodoreda: un viaje hacia el interior

SERIE INSTITUT RAMON LLULL.

LOS TRAZOS LIBRES DE LA CULTURA CATALANA (II)

Me pregunto a qué conclusión llegaría Mercè Rodoreda al final de sus días, y si acabaría descubriéndose la misma mujer de la que huyó durante toda su vida como Teresa Valldaura, protagonista de ‘Mirall trencat’ (1974). Habrá sido un vertiginoso viaje hacia su esencia misma, el más profundo yo que habita en todo ser humano. Y no alcanzo a imaginar cuánto hayan heredado de ella su Cecilia C, la frágil Colometa y sus otras heroínas, en sus entrañas de papel y tinta. Lo que sí desvelan sus personajes, fruto de una hábil pluma, la voluntad impertérrita de la autora de alcanzar su verdadera entidad ontológica: quién soy, cuál es mi lugar, hacía dónde me dirijo. Todos estos dilemas existenciales se repiten a lo largo de sus obras venideras que enriquecidas por la amalgama de experiencias que el exilio y la relación con el poeta Armand Obiols conforman un universo narrativo cuyo núcleo gravita

en torno a la búsqueda identitaria de sus protagonistas, que de alguna manera le sirven a la autora como una forma de exorcizarse del pasado y reconocerse a sí misma a través de sus historias. Asistimos, pues, como confidentes involuntarios al monólogo interior de sus personajes por donde fluyen sus pensamientos, angustias y temores, reflejo de los de la propia autora. Es su narrativa un periplo psicológico-simbólico por las distintas etapas de la vida, desde la infancia a la vejez. Preocupada también por desarrollar su propia voz literaria, esta catalana desechó sus primeras cuatro novelas en las que nunca se reconoció y, años más tarde, defendió que su carrera como escritora comienza con ‘Aloma’ (1938). Aunque sus obras más famosas las escribe durante el exilio a París y Suiza, con esta novela configura todo un entramado narrativo en el que


39 ubica y desarrolla sus recurrentes personajes femeninos con que hilará todo su trayecto literario. En ella cuenta la historia de una joven con tendencia romántica a los sueños que experimenta de forma traumática el paso natural de la adolescencia a la madurez. Esta muchacha tropieza con uno de los grandes axiomas femeninos de todos los tiempos: sentirse amada y escogida para estimarse valiosa. Como si ser descubierta consistiese en el único sentido de la vida. Sin miedo se entrega a los brazos del amor para descubrir que el mundo es un lugar para el que no nacemos preparados, y que albergar un sueño novelesco puede esconder un saldo hipotecario. Con cuatro pinceladas, la autora describe los espacios y crea los ambientes, especialmente un escenario recurrente en muchas de sus historias. Un jardín idílico donde compartía tertulias con su abuelo bohemio de quien heredó su amor por la literatura y las flores. Este jardín le sirve como inicio y fin de la novela que transcurre de forma circular y concluye con la expulsión simbólica del paraíso de Aloma, la protagonista. Es significativo que, al término de esta novela, Rodoreda se viera obligada a abandonar su residencia familiar en Barcelona hacia un exilio de más de tres décadas donde maduró personal e intelectualmente, y que la separó de su mentor y del edén en que vivía refugiada. Todo un viaje interior en el que conocerse a sí misma quizás haya sido su mayor aventura. | María José Moreno


Arte

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LA BELLEZA ENTRE EL ESPANTO Si alguien me pidiese una definición del término 'grotesco', lo tendría claro: 'Dumbo'. No existe mejor ejemplo de lo deforme, lo satírico, lo exagerado o lo incongruente. La ternura, el espanto, el llanto, la empatía y el desprecio que provocan sus personajes se dan como factores imprescindibles en una obra que encaja al dedillo en estos tiempos sin piedad. No hay lugar mejor que el circo para definir ese espacio en el que lo cómico y lo trágico se unen para disfrute del público.Aquel concepto que Pirandello utilizó para bautizar su propio estilo teatral naturalista ha tomado diversas formas desde que surgió, a principios del siglo XV, y quizá el circo sea una de las más explícitas. El Museo Picasso de Málaga no ha querido marginar esta

categoría estética y ha organizado la exposición 'El factor grotesco', con el objetivo de estudiar el significado de este estilo y revisar su evolución en el arte occidental. La presencia de personajes ridículos, absurdos y vulgares que aparecen en el circo persiguiendo la risa de los que buscan un desahogo fácil se asemeja bastante a aquellos elementos decorativos que aparecieron en las grutas italianas de las que proviene el término 'grottesco' (en italiano, 'de las grutas'). La animalización de los personajes, todos con una fuerte carga psicológica y la humillación como eje principal son algunos factores que unen el mundo del circo con el arte de lo grotesco, que contradice las reflexiones estéticas que desde la época griega se



42 centraban en lo bello y en el arte. La artista mejicana Katya Mandoki reconocía que «lo bello sólo existe en los sujetos que lo experimentan así como el enunciado sólo ocurre en los sujetos que lo enuncian y lo interpretan». Ella afirmaba que «suponer su existencia autónoma es incurrir en un fetichismo, pues su fuerza de atracción sólo existe por y en el sujeto». Y esto es algo que se da en el arte de lo grotesco, su belleza solo existe en los espectadores que lo experimentan. Así, en la exposición 'El factor grotesco', el público será el responsable de saber encontrar la belleza de entre las deformidades y el espanto de obras de Leonardo da Vinci, Francisco de Goya, James Ensor, Paul Klee, Pablo Picasso, Otto Dix, Willem de Kooning o Francis Bacon. Un total de 250 obras de más de 80 artistas se congregarán hasta el 10 de febrero en el Museo Picasso para intentar dar forma a esa categoría abstracta y absurda llamada el arte de lo grotesco. Diferentes miradas de diversos artistas que reflejan su men«'El factor grotesco' talidad en difecuenta con obras de Goya, Picasso o Klee» rentes momentos de la historia del arte y que durante casi cuatro meses estarán concentradas en un mismo espacio. A través de obras plásticas y literarias, esta muestra pretende desgranar esa heterogeneidad y complejidad de la que se reviste lo grotesco. Empezan-

do por su origen, el grotesco ornamental, que da nombre a esta parcela de la llamada 'sensibilidad moderna' hasta el grotesco cómico, con un mayor matiz social y moral, esta exposición hace un recorrido «Lo bello sólo existe cronológico en los sujetos que lo a lo largo de experimentan» las etapas de maduración de este arte. El origen del arte de lo grotesco tiene lugar a finales del siglo XV, en unas grutas de Roma, donde se encontraron pinturas de seres híbridos así como imágenes de arquitecturas imposibles, a lo que se denominó 'grotesco ornamental'. A éste le siguió el 'grotesco abismático', que lleva al espectador al vacío, al vértigo de la falta de sentido a través del artista belga Bruegel, los simbolistas y los dadaístas, lo que podría asimilarse con el uso occidental de máscaras o el travestismo. Por último, se deriva en lo 'grotesco cómico', que tiene un propósito más social y moral. Se trata de la comedia, la sátira, la caricatura y lo que luego culminará en el cine mudo de los cómicos de principios del siglo XX, lo burlesco. 'El factor grotesco' es una muestra que cuenta con una vigencia excepcional en unos tiempos en los que lo vulgar, lo incongruente y lo ridículo se han apoderado de la sociedad. Altamente recomendable para ser capaces de espantarnos del absurdo de nuestro propio reflejo y dedicar un momento a la autocrítica. | Sara G. Cortijo


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ROCÍO VERDEJO

VIK MUNIZ

CAC MÁLAGA (hasta 02/12)

POR JUAN GABRIEL PELEGRINA.

Colección de imágenes fotográficas en las que se encuentran vivos y muertos y la muerte convive de forma peculiar dentro de la vida. Todas las imágenes de la serie comparten una exaltada manifestación de apego a la vida y una rabiosa incomprensión y negación a la muerte. El proyecto pretende poner de manifiesto una catálogo de emociones y miedos universalmente compartidos ante la incierta existencia de la promesa cristiana de la vida eterna. | MUPAM

El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga muestra 'Vik Muniz', una exposición que repasa el trabajo más personal del artista brasileño, cuyo nombre da título a la exposición, que ha reunido la mayor retrospectiva de sus obras en Europa. Junto a trabajos que representan escenas cotidianas, rostros de famosos y personas anónimas, el artista selecciona obras conocidas del arte clásico para representarlas de una forma muy diferente e inmortalizarlas en retratos fotográficos. | CAC

Había una España vacía de fotografías. Era esa España que se alejaba cada vez más de las capitales de provincias y de las postales de Madrid. Las únicas fotografías que quedaban para las nuevas generaciones eran aquellas de los abuelos cuyo fondo consistía en telas con decoraciones florales y alguna columna dibujada, que mal tapaban lo que había detrás. Desconchones, miseria, pueblos enteros llenos de gente. Las telas «Miseria, pueblos se extendían sobre todo. Agustí Centelles mienenteros llenos de tras tanto, vetado por el régimen franquista, se gente, desconchones» dedicaba a la fotografía publicitaria e industrial. Como fotoperiodista había capturado años antes algunas de las mejores instantáneas de la guerra civil. El Museu Can Framis de Barcelona acogerá hasta febrero 'Agustí Centelles. Una crónica fotográfica. Años 30', una muestra de la obra del fotógrafo catalán. Además de sus fotos de la guerra civil, podrán verse los años de la república y su paso por campos de concentración franceses. Poco antes de las telas estampadas.

MUPAM (hasta 17/02)

Agustí Centelles

Matrícula abierta todo el año Centro concertado de atención temprana, educación infantil, educación primaria, educación especial y rehabilitación del lenguaje y la audición.

Calle Doctor Escassi, 12. CP 29010 Málaga Tel. 952 30 57 46 Fax 952 61 32 51 lpurisimansma@planalfa.es www.lapurisimamalaga.com En Facebook: Colegio La Purísima (Málaga)


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SAN SILVESTRE

POR ISABEL BONO.

Siempre quise fumar y ser moderna o, al menos, parecerlo. Ya de niña me paraba en los kioscos y le hacía comprar a mi madre cigarrillos de chocolate. Crecí leyendo tebeos, rezando cada noche a mis santos dibujantes para que me permitieran vivir en sus viñetas o el milagro de la transubstanciación a las tintas planas. Después, en los 80, el summun de la modernidad era vestir de negro, llevar gafas de sol por la noche y hablar poco. Las chicas escuálidas y con hombreras de Federico del Barrio cumplían todos los requisitos. También el de sostener un cigarrillo con desgana entre los dedos. Chicas que salían de casa para sentarse en un café a (no) mirar por la ventana, a (no) esperar el amor de su vida, porque (no) esperar también era moderno. Imagino al niño Federico soñando con mudarse, no a otro barrio, a otros mundos. Lo veo mirando el cine de las sombras que se proyectaba en el techo de su cuarto a través de la persiana, dibujando

en los márgenes de los libros y llevándose collejas por írsele el santo, el suyo, al cielo. Federico del Barrio (también conocido por sus otras advocaciones: Silvestre, Caín) nació en Madrid en el 57 y publicó en la revista 'Madriz' en los 80 y 90. Sus álbumes son exquisitos y dolorosos estigmas en las manos de quien no los posee. 'Simple', paradójicamente su obra más compleja, es un laberinto hacia el mismo centro de su dolor. El dolor de estar más allá de lo real, impedir que la locura de lo real se establezca entre nosotros, en nosotros. Mientras Caín ejercita el milagro (panes y peces, porque los santos también comen) de la viñeta diaria y Federico del Barrio acaba de publicar junto a Ángeles Lario un monumental libro sobre la Constitución de 1812, Silvestre equilibra esta santísima trinidad modelando la tinta como si fuese barro y, sin aliento siquiera, le da vida. Dar vida a la vida, ¿existe mayor prodigio?


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EL SURREALISMO DE UNA VIDA TÉTRICA

POR VIRGINIA ROTA.

Si alguna vez el arte comprendió a alguien fue a Frida Kahlo. Su imperiosa necesidad de hacer física la desgracia que la acorralaba desde su infancia cinceló todos y cada uno de sus trabajos haciendo evidente una biografía espeluznante. Ahondar en su admirable trabajo es tocar de una manera activa su dolor hasta el punto en el que uno verdaderamente siente que se ahoga entre tanto tormento. La vida burló a Frida y le arrancó de cuajo la energía física instándola a hacer uso de los restos de cordura que habitaban entre sus dedos. Ligada inevitablemente a talentos originarios de México como la carismática Tina Modotti, Chavela Vargas y el indomable Diego Rivera, dejó un legado conciso, pero maravilloso, entre el que se encuentran joyas como 'Ella juega sola', 'Las dos Fridas', 'La columna rota' o 'La cama volando'. Sus retratos gozan de una acidez chirriante que demuestra la crudeza del sengsara – incurso de

nuestra infelicidad eterna. Sus óleos, cromados de una ternura y una dureza escalofriante, son un reclamo de auxilio que ha sobrevivido incluso al propio óbito. Frida vertió sobre cada lienzo la crueldad de la existencia exigiendo al visitante un replanteamiento acerca del incesante sufrimiento humano. Sin duda alguna, la vida de Frida Kahlo me produce una fascinación inmensa. Todo lo que la rodeaba, todo lo que aguardaba en sus adentros, se traducía al lienzo sin deslindes; como un arte deshumanizado que tan sólo podría ser generado por un animal en plena exasperación. No es catalogable su surrealismo autobiográfico, ni explicable su indescriptible obra pictórica. Frida es un cráter aterido por la frialdad de la existencia, y lo que de ella nace no es más que el magma escarlata, protegido por la falsa ventura de la primavera, que croma ahora la historia de nuestro universo.


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crisálidas

POR ALEJANDRO DÍAZ DEL PINO.

trabajan cada día por imponer fronteras Quiero que el futuro sea un lugar diferente. No mejor. No peor. Digo: diferen- al hombre. No es concebible que un presidente democrático recurra a su te. Y quiero un futuro. Un mañana que libertad para proclamar que su pueblo sea algo más que un lugar, porque los no es libre. Quiero un lugar en el que esa lugares siempre están ahí antes de que paradoja, equívoco vil o acomodaticia nosotros lleguemos y yo quiero consignorancia convoquen vergüenza ajena truir, yo quiero crear, yo quiero reaccioe incluso risa, por qué no, una carcajada nar. Quiero que el futuro sea nuestro: que derribe los muros de la sumisión a un idioma que inventamos, una morera un orden injusto. que plantamos o una lluvia que invoQuiero que no llamen crisis financiera camos. Nunca una montaña, nunca un a una situación cuyo árbol genealógico desierto. Quiero un estado en el que la primera persona del plural nos incluya a es de raíces muy profundas. Es otoño todos también desde una justicia mate- desde hace décadas. No dejan de caer hojas al suelo. Quiero que salgamos a rial. Estoy dispuesto a seguir escalando la calle a pisarlas, una a una. Sí, quiero montañas y atravesando desiertos solo si nos dirigimos hacia un ahora que al fin escuchar crujir las hojas de ese árbol envenenado. Y después mirar hacia otras nos pertenezca. hojas, por ejemplo, hacia las tiernas Quiero dignidad y la quiero a sabienhojas de las moreras que plantamos el das de que el racionamiento de la dignidía en el que dijimos: quiero. Y quiero, dad es imposible. Porque la dignidad es sobre todo quiero que nadie, nunca más, indivisible. Ni siquiera podemos aspirar Tirado esLa profesor del es Departamento Filología Españolasin I de la diga quede estamos perdidos haber aRafael altas Malpartida dosis de dignidad. dignidad Universidad de Málaga y coordinador del Máster en Gestión del Patrimonio Literario y reparado detenidamente, en lo oLingüístico no es. Y yo quiero Ha quepublicado la dignidad sea, sobre Español. trabajos prosa deantes, los siglos XVI y XVII, el género hacen los gusanos de seda. yensayístico que sea a ypesar de los hombres las relaciones entre la que literatura y que el cine.



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