Manual de Uso Cultural 14

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Tema del mes Billy Wilder 04. Perfil Elcirco malagueño 14. Cine Richard Brooks 16. Escenas 'La luz de sus poemas' 20. Televisión ‘Generation Kill’ 24. Música CCR 28. Literatura ‘Mi último suspiro’ 32. Arte 'Conmigo, Yo mismo, yo' 36. Histo ria Zambrano - Kent 40. Viajes District Lake 42. El Cierre 44. Asociación Think Again / Edición Miguel Pradas, Jesús Peña, Sergio Sánchez / REDACCIÓN Sergio Sánchez (behance.net/diecinueve) / Diseño / colaboradores Juan Gabriel Pelegrina, Nacho Gutiérrez, Laurent Wauquier, Irene Urbano, Antonio Gómez Hueso, Emilio Perianes, David Dueñas, Juan Jesús Millán, Rocío Yuste, María Sánchez, Silvia Álvarez, Isabel Bono, Camen Alcaraz, Nacho Sánchez, Sara G. Cortijo, Regina López Muñoz, Ana Fernández, Antonella Montinaro, Marietta Gedda, Josemaría Martínez Peñalver, Sergio Contreras, Antonio Morillas, Fran Sánchez, Francisco Pina, Manuel España Arjona, Estanislao M. Orozco MA 3069-2009 / depósito legal 2171-3979 / ISSN / contacto manualdeusocultural@gmail.com / Miguel Pradas (650 963 622), Jesús Peña (645 623 693) Manual de Uso Cultural es una publicación gratuita de la asociación Think Again. No se hace responsable de la opinión de sus colaboradores. Prohibida la reproducción total o parcial de sus contenidos.

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The 'macs', the 'poules' and the 'flics'

POR REGINA LÓPEZ MUÑOZ.

O, lo que es lo mismo: los chulos, las fulanas y los polis. He aquí los protagonistas de 'Irma, la dulce'. Pero no sólo ellos: también está Coquette, la caniche alcohólica con piedras en el riñón; está el patrón del bar, Moustache, personaje siempre sorprendente de lengua afilada y certera; está el París de cartón-piedra de cuando aún existía el mercado de Les Halles; están las icónicas medias verdes de Irma, que cobran gran importancia hacia el final del filme; está el misterioso Lord X, a quien vemos nacer, reproducirse y morir (o tal vez no…). Y están los habitués del bar, masa de proxenetas y prostitutas entre quienes despunta una tal Lolita, siempre fiel a sus gafas de sol con forma de corazón, que encarna el precedente más directo de las Pink Ladies de 'Grease'. La sinopsis argumental de 'Irma, la dulce' puede parecer sencilla al principio, y adscrita a un género bien definido: la comedia de enredo. Pero, si así fuera, no sería una película del maestro

Billy Wilder. Porque 'Irma, la dulce' nos ofrece, una vez más, una brillante lección de buen cine, rico en matices, capaz de despertar los sentimientos más contradictorios y que aborda con humor temas tan importantes y controvertidos como la dignidad en la profesión de la prostitución «'Irma, la dulce' es y la emanuna brillante lección de cipación de cine rico en matices» la mujer. El pequeño mundo de Irma y Nestor se nos muestra velado, como la atmósfera del bar, por una capa de humo a través de la cual se difuminan los contornos de una realidad que se debate entre el drama y la más hilarante comedia. Ay, si las supuestas comedias románticas de nuestro siglo tomaran ejemplo de las que se realizaban en los sesenta... Estoy pensando, amén de las de Wilder, en 'Dos en la carretera' o 'Descalzos por el parque'. Acaso sea porque una es una antigua. Pero esa es otra historia…


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'Sunset Boulevard', el cine dentro del cine POR ANTONELLA MONTINARO.

«All right, Mr. DeMille, I’m ready for my close-up»: Norma Desmond / Gloria Swanson. 'Sunset Boulevard' ('El crepúsculo del los dioses') es una piedra miliar en la historia del cine con su mezcla singular de guión helicoidal y caótico, una dirección soberbia y una fotografía ejemplar. A caballo entre el género negro y el drama psicológico se encuentra este brillante guión escrito por el mismo director, Billy Wilder, que reflexiona de manera cínica y sombría sobre la propia industria cinematográfica de Hollywood: una fábrica de sueños pero también de historias sórdidas y dolorosas, narrando el drama de una vieja y excéntrica estrella de la época de las películas mudas, Norma Desmond, que se niega a asumir su decadencia. El análisis psicológico de los personajes es excelente, sobre todo la figura de la diva egocéntrica y narcisista es perfectamente lograda gracias a la extraordinaria actuación de Gloria

Swanson, increíblemente expresiva y gesticulante, atribuyéndole todavía más envergadura a la interpretación de su personaje. En este caso, el propósito que ha buscado el director es mostrar al gran público su visión personal sobre Hollywood, la gran dicotomía del cine como arte o industria y el corte histórico del paso del cine mudo al sonoro. La relación entre realidad y ficción

que plantea la película se ve enriquecida con numerosos guiños y homenajes como es la visita de Cecil B. DeMille a los auténticos estudios de la Paramount o la presencia de Buster Keaton entre otros grandes pioneros del séptimo arte y varias figuras destacadas de Hollywood que hacen cameos en la película. La banda sonora de ‘El crepúsculo de los dioses’, obra de Franz Waxman, sigue el modelo tradicional de esta época, asociando una melodía a cada personaje para resaltar su carácter. Estuvo nominada por la Academia en 11 categorías, aunque finalmente se llevó tres Oscar: mejor dirección de arte, mejor música en un drama o comedia, y mejor guión. En 'Sunset Boulevard' el cine es representado por dentro, en toda su integridad, con su dureza, encanto, belleza y esencia, y si tuviera que escoger un film que encarnase perfectamente el paradigma de película metacinematográfica esta sería mi elección.


Tema delmes

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BILLY WILDER N a d i e es p e r fe c to ( s a l v o B i l ly ) Los primeros contactos de Samuel Wilder, de origen austríaco, con el mundo del cine tuvieron lugar en Berlín, años veinte. Se instaló en Hollywood en 1934, donde empezó escribiendo guiones, y hasta su muerte, de la que se cumplen ahora diez años, gozó de una brillante carrera creativa que le ha situado como uno de los grandes directores de todos los tiempos. Autor total, ya que escribió los guiones de todas las películas que dirigió, caso excepcional, aunque casi siempre en colaboración. En este sentido hay que destacar dos nombres: Charles Brackett (con el que escribió trece largometrajes, dos de ellos dirigidos por el gran Lubitsch) y I.A.L. Diamond, con el que colaboró hasta el final y con el que rodó doce films, la mayoría de sus obras maestras. Acercarse el cine de Wilder es, sobre todo, acercarse a sus guiones, plenos de imaginación, originalidad y solidez narrativa, de genialidad en suma. Cargados de

chispeantes diálogos y situaciones imprevisibles, funcionan como un inmenso puzzle, con un mágico control del ritmo, siempre trepidante, y un domino del tiempo narrativo. Sus historias, además, son universales, lo mismo que su humor, que nunca cae en el chiste fácil, ni en un previsible desenlace, sino todo lo contrario: las sorpresas se suceden y en la conclusión las piezas del puzzle quedan perfectamente encajadas. Wilder cultivó todos los géneros, con excepción del musical y el western, pero lo recordamos ante todo por sus desternillantes comedias. Recogió el testigo del gran Lubitsch y aún no sabemos a quién se lo ha entregado; tal vez Woody Allen sea el que más mérito ha hecho. Una de las razones del enorme éxito de su cine radica en la creación de personajes, casi todos personas normales, de la clase media, para facilitar así la identificación del espectador. En este sentido hay que destacar la aportación

de Jack Lemmon, actor con el que hizo siete de sus mejores películas. Los personajes están perfilados por unos diálogos ingeniosos y habitualmente tienen la impronta de perdedores, lo que facilita la empatía del público hacia ellos. Son casi siempre seres marginados por alguna circunstancia, inconformistas, fuera de una vida corriente, en una situación límite, pero que al final encuentran una alternativa feliz (por algo son comedias). Otro de los aspectos del cine de Wilder es la visión crítica, la fina ironía y el sarcasmo para retratar escenarios de la vida social norteamericana. La prensa, el mundo de los negocios, la política, la televisión y el cine son mostrados con una carga reveladora y corrosiva, evidenciando el enorme poder que ejercen sobre el ciudadano medio. De este modo, Wilder revolucionó la tradicional y neutra comedia americana, cargada siempre de bondad y buenas inten-


ciones (Capra) por un nuevo modelo de comedia ácida, irreverente, pero tierna y visionaria. Las tramas estaban cuidadosamente planificadas y nunca permitió que nadie alterara ni una coma de sus brillantes diálogos. La suplantación de la personalidad, el engaño, las falsas apariencias y la manipulación son otras características de los guiones, recursos imprescindibles para que sus personajes superaran algún peligro. Vivir es difícil y la moralidad lo dificulta más. La mujer es casi siempre el elemento desestabilizador del mundo masculino, para bien o para mal. Las tramas de Wilder son enormemente ricas en simbolismos, referencias culturales y detalles subliminales, por lo que funcionan a distintos niveles y las hacen, consecuentemente, muy válidas para todo tipo de público. Wilder no destacó por poseer una técnica brillante como otros maestros (Kubrick, Hitchcock o Ford), sino que utilizó movimientos de cámara clásicos, al servicio siempre de la historia que contaba. Pero, pese a esta sencillez opcional, sus películas están sólidamente construidas, muy bien rodadas y montadas. Es un gran maestro y toda una generación de directores se declara deudora y seguidora de su cine. «Soy escritor, pero nadie es perfecto», dice el epitafio de la tumba de Billy Wilder, en referencia al «Nobody’s perfect» de 'Con faldas y a lo loco'. Tal vez sus guiones sí lo sean. | Antonio Gómez Hueso | Pieza gráfica: Irene Urbano


08 morir en Madrid Decir que una película basada en una obra teatral, un melodrama judicial de Agatha Christie, necesita actores, parece algo obvio. Tanto como que en el Hollywood de los cincuenta los tenían a montones, excelentes y económicos. Y que cualquier director podía hacerse con un buen puñado en la liquidación propia del fin de existencias. Hitchcock lo tenía claro: «Nunca trabajes ni con niños, ni con animales ni con Charles Laughton». Y Samuel (Billy) Wilder, más claro aun: «Me aburro si hago siempre lo mismo. No podría trabajar con Hitchcock. Siempre hace la misma película». Por eso cuando le ofrecieron cien mil dólares y el cinco por ciento de la recaudación por rodarla, dijo enseguida: «Quiero hacer una película de Alfred Hitchcock». Y por supuesto con Charles Laughton, con Elsa Lanchester –la novia de Frankenstein, forever–, con Lili Marleen –aka Marlene Dietrich– y el galán imprescindible en el teatro de provincias en decadencia (doble), Tyrone Power. La memorable pareja Laughton– «No podría trabajar Lanchester (el con Hitchcock: siempre hace la misma película» abogado convaleciente y su enfermera, matrimonio en la vida real, e irrepetible dúo tragicómico) aporta las dosis de ironía, cinismo y sátira, ingredientes básicos en el cine de Wilder, y hace añicos el claustrofóbico genero judicial. Inolvidable dieta blanda en paciente díscolo.

Tyrone tiene 44 años y meses después, en Madrid, felicita en el estreno a los dobladores españoles, justo el día antes de su muerte durante el rodaje de 'Salomón y la Reina de Saba'. Imagen icónica del fin de una época. El cadáver con apacible sonrisa de un astro del cine, en el depósito de la Clínica Ruber, vestido con las ropas reales de un Salomón de pacotilla. Película, y fotografías, que nunca veremos. Claro que final inesperado tiene también 'Testigo de cargo' ('Witness for the Prosecution', 1958), ésa y todas las de Billy Wilder, en cuya lápida puede leerse la antológica: «Soy escritor. Bueno, nadie es perfecto». No desvelar el de esta película, sorprendente, fue la condición que impuso a la familia real inglesa para permitirles verla antes de su exhibición pública. Y en ella aparece Marlene Dietrich, con su magia de mujer fatal, de alemana nacionalizada norteamericana que luchó, a su manera, contra el nazismo que había exterminado en Auschwitz a la madre de Wilder y había forzado el exilio de tantos otros: Von Sternberg, pigmalión de Marlene, o Peter Lorre, compañero de penurias de Billy. Cuando preguntaron a la actriz por qué arriesgó su vida en el frente, como animadora de los soldados aliados, Lili Marleen les respondió: «Aus anstand» («Por decencia»). Wilder consiguió, poco después, la formula perfecta para realizar obras maestras, una tras otra: «Si quieres decirle a la


gente la verdad, sé divertido o te matarán». Es decir: «Haz comedias». Y como también sabía aquello de «lo mas importante es un buen guión. Los cineastas no son alquimistas. No se pueden convertir excrementos de gallina en chocolate», tuvo a su lado a Charles Brackett, I.A.L. Diamond y Harry Kurnitz, por no citar colaboradores como Raymond Chandler o Walter Reisch. Reinado indiscutible hasta finales de los años sesenta, en los que el sueño americano comenzó a evaporarse ante la ausencia de Marilyn y la presencia de los efluvios de hierba que anunciaban una nueva época, alejada de aquella comedia inteligente, basada en la ironía, el cinismo y la sátira, ingredientes austrohúngaros que, tanto en Mayo del 68 como en el movimiento pacifista de las flores y el pop, estaban ausentes. Y lo peor de su ausencia, la de Billy Wilder, fallecido casi centenario es, parafraseando su epitafio para Lubitsch: «Lo peor no es que nos hayamos quedado sin Billy. Lo malo es que nos hemos quedado sin más películas suyas». P.D.: Berlanga usaba 'imperio austrohúngaro' como cameo personal en todos sus guiones. Tardé en comprender el mensaje. «Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... Y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones» (B.Wilder). | Emilio Perianes | Pieza gráfica: Fran Sánchez


10 humo de los cigarros de anoche Si una sola película sirviera para evocar la esencia del cine negro, como si fuera un abanico que ciega de tan agresivos contrastes, como si se distinguiera de la iluminación optimista y parroquial de coetáneas al estilo de 'Going my Way' (Leo McCarey, 1944), ésa sería 'Perdición' ('Double Indemnity', 1944), la adaptación cinematográfica que hizo Billy Wilder, con la ayuda de Raymond Chandler, de la novela homónima de James M. Cain. De «elegancia macabra», que diría alguno, de inicio fatal y descorazonador. «Le maté por dinero y por una mujer, pero no conseguí ni el dinero ni la mujer», confiesa el protagonista nada más comparecer en pantalla, arrastrándose sudoroso y patético en la oficina despoblada de la Pacific All-Risk Insurance Company, ante los bedeles autómatas que no hacen más que vaciar una papelera y dibujar en el aire el final de esa jornada laboral y de toda una vida. La música de Miklós Rosza ensordece en esta presen«Neff se cree el guardián tación de Walter Neff (vendedor de la ruleta, el único que de seguros «de puede estafar al casino» 35 años, soltero y sin señas personales») y sólo alcanza a agrietarse para acoger a su propio taconeo, convertido en eco de lo que de inmediato va a revelar, en largo flashback prologado por la cabellera reluciente y la toalla mínima de Barbara Stanwyck, primero tímida y, sólo un

poco más tarde, decidida y brutal. Apenas unos meses antes, Neff (encarnado por Fred MacMurray) se presentaba en la sala de estar de la mansión de la Stanwyck (aquí con el nombre de Phyllis Dietrichson), buscando a su marido, ausente en una atmósfera de persianas a medio echar, olor a madreselva y humo de los cigarros de anoche. Y la Stanwyck bajó por esas escaleras que todo el mundo anhelaría que se hicieran eternas, con esa tobillera que irradiaba su nombre y se grababa a fuego. Neff se fue fascinado por esa rubia que vivía en una casa de estilo español de 1938 y 30.000 dólares. Nada hacía presagiar el relato entrecortado y moribundo de Neff, admitiendo que es un asesino tras engañar y ser engañado: la luz de Los Ángeles perfila a los niños y sus juegos, la oficina de seguros está rebosante de papeleo y murmullos de caja registradora, y su jefe (Barton Keyes, interpretado por Edward G. Robinson) se alza como detective infalible. «Lo que pasa es que te preocupas demasiado: eres tan meticuloso que acabarás volviéndote loco. No dirás que hoy es martes sin mirar antes el calendario y luego comprobarás si es de este año o del pasado, y entonces querrás saber quién lo imprimió y si corresponde exactamente...», le dice Neff a ese perito al que muy difícilmente podríamos enredar. «Tengo en esta mesa cientos de reclamaciones: algunas son falsas.


¿Que cómo me doy cuenta? Porque me lo dice un enanito que tengo aquí dentro: cada vez que llega una reclamación falsa me hace un nudo en el estómago». Neff cala a la Stanwyck en cuanto ésta sugiere suscribir un seguro millonario y luego eliminar al marido. Huye y se refugia en una montaña de botellines de cerveza. Pero la Stanwyck lo encuentra en su casa, con la excusa de devolverle un sombrero que nunca existió. Y ahí sí que le convence para siempre, vestida de ingenua, con ojos brillantes, un par de vasos de aguardiente y un suave llanto, como la lluvia que se asoma al fondo. En una eternidad de veinte minutos, Wilder y Chandler han configurado una historia que no puede acabar de otra forma que no sea trágicamente. Neff se cree el guardián de la ruleta, el único que puede estafar al casino. Y cuando el marido firma el seguro de vida sin saberlo, la Stanwyck ya viste enteramente de negro, con las palmas de las manos hacia arriba, aguardando esa famosa 'doble indemnización', la de los cien mil dólares. «Coche 9, departamento 11», repetirían, unos días después, los acomodadores de ese tren funesto que conduciría hacia la muerte al marido y también, de manera simbólica, a Neff, vuelto finalmente en tristísimo dead man walking: «Keyes, fue la noche más larga de mi vida; ni siquiera podía oir mis propios pasos». | Miguel Pradas | Pieza gráfica: Laurent Wauquier


12 Curso acelerado de capitalismo Pocas películas habrá con un ritmo tan endiablado como 'Uno, dos, tres' ('One, Two, Three', 1961). Desde los títulos de crédito iniciales, al ritmo de la Danza del sable de Khachaturian, hasta la frenética carrera final hacia el aeropuerto, al espectador no se le concede ni un momento de descanso. El mismo título ya es un aviso de lo que nos espera. «La obra debe interpretarse molto furioso, echando chispas, a una velocidad sumamente peligrosa. Velocidad recomendada: 100 millas por hora en las curvas, 140 en las rectas», anotaron Wilder y Diamond al comienzo del guion. Y ese es el ritmo casi militar que impone James Cagney a todos los que tiene a su alrededor, incluidos, por supuesto, los espectadores. La voz en off inicial aporta ya el tono de farsa ácida y malintencionada que domina el conjunto. Estamos en el Berlín dividido. Mientras el sector oriental desfila entre ruinas cantando la Internacional, el occidental reconstruye la ciudad y disfruta de los «En 'Uno, dos, tres' ‘beneficios’ de encontramos al Wilder la democracia. más ácido y gamberro» Unos beneficios que la cámara concreta con ironía: un cartel de Coca-Cola con una espectacular chica en biquini. Esa actitud de reírse de todo, de no dejar títere con cabeza, se mantendrá hasta el final. El hilo conductor de toda la historia es MacNamara, magistralmente inter-

pretado por James Cagney, el alma de toda la película, un ambicioso directivo de Coca-Cola que aspira a un puesto en Londres. Los problemas empiezan cuando su jefe de Atlanta le anuncia que debe cuidar a su alocada hija de diecisiete años Scarlett (Pamela Tiffin), a quien han enviado a Europa para alejarla de una ajetreada vida sentimental. La cosa se complica cuando se enamora (y algo más) de Otto (Horst Buchholz), un joven comunista. El enredo está servido. No es una comedia sutil y agridulce como 'El apartamento', o romántica como 'Sabrina' o tan perfecta en sus engranajes y diálogos como 'Con faldas y a lo loco'. De hecho, es bastante plana en ocasiones. Es una caricatura que se mueve en el terreno superficial de los tópicos. Todos los personajes son exagerados y esperpénticos. Los tres emisarios rusos que buscan la fórmula de la Coca-Cola remiten directamente a Iranoff, Buljanoff y Kopalski, los tres camaradas comunistas de 'Ninotchka' (Ernst Lubitsch, 1939), película en la que Wilder había trabajado como guionista y cuya idea está siempre de fondo, aunque el tratamiento sea distinto. Ahora están dispuestos a vender sus ideales a cambio de una secretaria rubia. 'Uno, dos, tres' es una película de guionista. No hay que olvidar, además, que está basada en una obra teatral. Es en el frenesí de los diálogos donde


mejor se mueve. Pese a ello, es puro cine visual. Persecuciones en coche, saludos y taconazos militares que revelan el pasado nazi, sombreros que vuelan, un reloj de cuco que suena cuando no conviene y la Puerta de Brandeburgo, símbolo de lo que separaba esos dos mundos antes del Muro, construido precisamente mientras se montaba la película. Es genial la escena en que beben vodka y comen caviar frente al cuadro de Kruschev, que cae y deja ver debajo el de Stalin. Las tintas se cargan del lado comunista, pero Wilder hace también un buen repaso, como quien no quiere la cosa, a los estereotipos del capitalismo: el dinero, el lujo innecesario, la familia, el pragmatismo frente a los ideales, el soborno, el sexo, el servilismo, las apariencias, la superficialidad en las relaciones. Cagney acaba engañando a todos: a su mujer y a su secretaria, a Otto y Scarlett, a su jefe, a su empresa. Y, de algún modo que no revelaré, acaba también derrotado él mismo. Quizá no esté a la altura de sus obras maestras, pero en 'Uno, dos, tres' encontramos al Wilder más ácido, gamberro y divertido, o sea, a Wilder en estado puro. El joven bolchevique, que, al defender sus ideales, ha citado sin saberlo, a Jefferson y Lincoln, exclama: «No llevo siendo capitalista más de tres horas y ya le debo a usted 10.000$». Un curso acelerado de capitalismo, muy adecuado para los tiempos vertiginosos que corren. | Francisco Pina | Pieza gráfica: Rocío Yuste


Elperfil

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CIRCO CON ACENTO MALAGUEÑO

POR NACHO SÁNCHEZ.

Les hemos podido ver por la calle. O en la playa. Han pasado por La Casa Invisible y la desaparecida Ceiba. También por el Teatro Cánovas o el Auditorio Municipal. Incluso por variados platós televisivos. Sin duda, también por escenarios casi todos los municipios malagueños. Y en otros muchos lugares: Su pista continúa por toda la geografía nacional y por países como Francia, Italia o Eslovenia. Así es el circo malagueño. Un arte escénica en constante movimiento que se adapta a cualquier momento cultural y que siempre tiene un espacio común: El de la diversión, la sonrisa, la sorpresa, la ilusión. Claro, también el del trabajo y la constancia. Málaga cuenta con un pequeño pero muy activo grupo de compañías y artistas circenses que, además, fue el germen de la actual Asociación del Circo de Andalucía. La mayoría nacieron casi a la vez, en un momento en el que muchos dieron el salto profesional. Quizás el más conocido de esta humilde y talentosa escena malagueña sea Alfonso de la Pola, estandarte del circo malagueño

y andaluz con su compañía Rolabola. Más de una década sobre los escenarios avala a alguien que –con compañeros de viaje distintos– ha sabido divertir a miles de personas con espectáculos que muchos recordarán: Desde 'Charivari' hasta 'Plázidos Domingos'. Y que, ahora en solitario, demuestra seguir con más vitalidad que nunca gracias al espectáculo 'Lucha!!!'. El recorrido por las compañías malagueñas pasa, con caña incluida, por una parada para conocer a Manolo Carambolas, uno de los artistas más reconocidos del panorama circense no sólo malagueño, sino también nacional. Tras muchos años con una mímica electrizcante y un manejo hipnotizante de los diábolos, este joven malagueño, de nombre Lolo Zamora, obtuvo un gran impulso al ganar una de las ediciones de 'Tú sí que vales' y quedar subcampeón de la edición global del programa. Algo que le dio un impulso a una carrera marcada por los viajes por toda la geografía nacional para mostrar su gran saber hacer con espectáculos como


15 'Electrickmim' o 'Yesterday'. Entrenando sin parar y obsesionado por la perfección y mejorar, Manolo Carambolas prepara ahora una nueva etapa mientras actúa junto a Rolabola en el eléctrico espectáculo conjunto 'Cirkea'. Con base en Málaga, destacan también las compañías Kristall Zirkus y Laura Bolón. La primera, personificada en Antonio Ramírez, un tipo incapaz de estarse quieto, talentoso y con muchas ideas en ebullición. En marzo estrena su nuevo espectáculo, 'Anthony Jones… En busca del sentido perdido', donde malabares, baile, acrobacias y telas se unen con el mejor humor circense. El segundo nombre es el de una argentina ya con acento malagueño a la que hemos descubierto por estos lares gracias a la payasa Sevelinda de Cabeza, personaje con la que la risa está asegurada. Ahora, con 'Inmujerable', Laura Bolón nos muestra su lado más serio mientras vuela a lomos de un trapecio. Y, con sabor malagueño, también encontramos a Circozú, formada por dos viejos conocidos del circo local, Susana Dito y José Martín. Artistas que con la obra 'El deseo' demuestran su experiencia. Sin olvidarnos del fuengiroleño Totronix, que se instaló en Málaga hace no mucho tras desarrollar buena parte de su carrera por Madrid. Todos forman una pequeña familia. La de un circo que aún hoy siguen sin reconocimiento como arte escénica. Lo podrán comprobar en cualquiera de sus espectáculos. Y, si se los encuentran actuando en cualquier sitio, una recomendación: Quédense. Lo agradecerán.


Cine

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BROOKS RICHARD

El cineasta literario Richard Brooks, el cineasta literario que se abrazó a la pluma de Dostoievski, Tennessee Williams o Capote, falleció hace 20 años (Filadelfia, 1912 - Beverly Hills, 11 de marzo de 1992) envuelto en el aura de páginas perpetuas que alzan a los cielos a stárets incomprendidos, a hombres que, luego ya con ojos clarísimos, reflejan una sexualidad ambivalente o a asesinos de muñeca caliente, más tarde enmarcados en la exquisita fotografía de Conrad L. Hall. Personajes que siempre se habían imaginado y a los que Brooks les moldeó un rostro. El cineasta ya se encontraba en las entretelas de Hollywood en los 40, acodado en guiones para Jules Dassin, Robert Siodmak o John Huston, como ‘Cayo Largo’ (1948), con estrellas (Humphrey Bogart, Edward G. Robinson, Lauren Bacall) que se embarcan en cruzada violentísima de gángsters alucinados,

contrabando y viajes ansiados que se lastran en gélidas aguas: «Tus sueños se harán realidad, pero morirás por ellos». Con esta experiencia, poco tardó Brooks en asumir, por primera vez, la dirección de una película: fue ‘Crisis’ (1950), con Cary Grant haciendo de médico salvavidas de un dictador latinoamericano. Su primera obra maestra llega con ‘Deadline USA’ (1952), retrato del cuarto poder, el periodismo, esculpido para siempre en el frío mármol de la historia gracias a Ed Hutcheson, personaje tremendo de Bogart, incansable, mítico, portavoz de la libertad de cualquiera. «Gente como usted ya lo ha intentado con balas, prisiones, censura... Pero mientras un solo periódico publique la verdad, está acabado», le dice Hutcheson al mafioso de turno, Rienzi, uno que representaría a muchos, en la cumbre del duelo. «¿Qué es ese ruido?



18 Es la prensa, baby, la prensa. Y no puede hacer nada al respecto, nada». Grande Hutcheson, mártir maravilloso: «Tuvo tiempo para cambiar la cara del periodismo, para luchar por la reforma y por miles de causas perdidas, pero no tenía tiempo para su familia». Destacable es también ‘La última vez que vi París’ (1954), según la obra de F. Scott Fitzgerald, el genial novelista de ‘El gran Gatsby’ o ‘Suave es la noche’. Y como en éstas, y con una estupenda Elizabeth Taylor, se refleja la podredumbre de las clases acomodadas, su apego enfermizo por el dinero, los excesos, el alcohol, la depresión, los amores que se desmoronan. Más tarde, con Glenn Ford y Sidney Poitier, compone ‘Semilla de maldad’ (1955), representación de la conflictividad que cubría a la juventud norteamericana de los 50, tanto que se receló de la imagen que podría dar del país en el exterior: racismo, drogas, la explosión de las bandas, un sombrío porvenir. Era una tendencia, ya que el componente racial se expresa también en trabajos como ‘Fugitivos’ (Stanley Kramer, 1957). Ya en 1958, «Ed Hutcheson, Brooks se atreve personaje tremendo con Dostoievski y su de Bogart, mítico» magistral e inabarcable novela ‘Los hermanos Karamazov’. Si tuviéramos que elegir una pieza literaria intocable, bien podría ser ésta: su carácter polifónico, que acoge mil interpretaciones del mundo, no cabe en el celuloide ni en el cielo. Pero Brooks recurre a Yul Brynner para esbozar a

Dimitri Karamazov en la cruzada inflexible contra su padre y ese rostro dorado acaba por reclamar una porción del monumento del escritor ruso. Y el cineasta, mientras tanto, como si recitara el verso aquél: «Lo que más me gusta son las cosas que no se pueden tocar». También en 1958, el director estadounidense adapta 'La gata sobre el tejado de zinc', la pieza dramática de Tennessee Williams que, si bien adolece en la gran pantalla de elementos que vertebraron en el papel el descarnado tira y afloja de Maggie (Elizabeth Taylor) y Brick (Paul Newman), fascina por la química de esa pareja protagonista que se torna inmortal mecida en el hilo de una melodía sureña. Brooks repetiría con la atmósfera asfixiante de Williams en 'Dulce pájaro de juventud' (1962). Violencia, hipocresía, deseo. «La pantalla es un espejo que no miente», se dice, mientras los ojos cristalinos de Newman miran a una actriz acabada. Antes, había surgido la impresionante 'El fuego y la palabra' (1960), a partir de una novela de Sinclair Lewis, un reflejo de predicadores amorales. Y ahí se erigía la figura soberbia de Burt Lancaster frente a la mojigatería. La última obra genial de Brooks, antes de entrar ya en un túnel a partir de los 70 es 'A sangre fría' (1967), inspirada por la historia real que redactara Truman Capote: los últimos días de Perry Smith y Dick Hickock, que mataron a la familia Clutter por 50 dólares. La interpretación de Robert Blake, escalofriante, puro desasosiego. Brooks, a menudo, supo dibujar lo expresado en máquina de escribir. | Miguel Pradas


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‘ANNIE HALL’

‘LA ola’

Dennis Gansel, 2008

POR SARA G. CORTIJO.

En la senda habitual de la filmografía de Allen asoma esta ganadora de cuatro premios Oscar, ‘Annie Hall’, en la que el propio cineasta neoyorquino interpreta al exquisito humorista Alvy Singer, parsimonioso y a la vez neurótico, como nos tiene acostumbrados el director. De enredos amorosos y situaciones de ficción que superan la propia realidad viven sus filmes, y en este, uno de sus trabajos cúlmenes, no iba a ser menos. Genial la interpretación de Diane Keaton, que se viste de Annie Hall para mostrar a una persona sagaz e inteligente, pero no hasta el punto de Alvy, quien parece que indirectamente siempre se lo reprocha. Alabada por la crítica y por el público como una de las mejores comedias de la historia, muchos ven la propia vivencia amorosa de los dos protagonistas, que fueron pareja en la vida real. | Sergio Sánchez

La crispación es un caldo de cultivo de radicalismos y nada hay más peligroso que una persona que no tiene qué perder. Pero a veces esto no es más que una coartada que excusa sinrazones colectivas. Y 'La ola' lo demuestra. En un país desarrollado como Alemania y con una historia reciente de barbarie que incluso los más jóvenes intentan expiar, puede colarse la bestia negra de la autarquía. Unos estudiantes guiados por su profesor se internan en la espiral de fascinación del autoritarismo. El deseo de aceptación y la inmunidad que ofrece la pertenencia a un colectivo generan demagogia y logran justificar con palabras lo injustificable con hechos, como muestra Gansel –novela de T. Strasser– y la realidad de un instituto de California. Nosotros seremos Nosotros mientras Ellos sigan siendo Ellos. | Carmen Alcaraz

Melancolía es tristeza, desolación, la angustia que provoca la falta de un horizonte, una ilusión, un futuro. Melancolía es el gélido rostro de la desesperanza que hace cola a las puertas del paro. La irrelevancia que cobran las cosas importantes cuando se toma conciencia de que no habrá mañana. Melancolía es la falta de pudor y el desprecio encarnados en una novia depresiva que utiliza su noche de bodas para hacer «Es la falta de pudor y decir lo que le viene en gana. y el desprecio en una Y también el nombre que Lars novia depresiva» Von Trier pone a un planeta que amenaza con destruir la Tierra. Un viaje a los lugares más recónditos del ser humano, que el cineasta narra en dos capítulos, en los que reinan la incertidumbre y el ritmo pausado, y en los que, a pesar del doloroso peso del saber, la melancolía siempre juega con ventaja. Con ayuda de la ciencia ficción y una música y fotografía espectaculares, el danés consigue con dificultad llevar al espectador hasta el final de esta catastrofista cinta, que por momentos desespera.

Woody Allen, 1977

MELANCOLÍA


Escenas

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Para Antonio Machado la poesía es «una honda palpitación del espíritu», es «el diálogo del hombre; de un hombre, con su tiempo». Pero ¿qué ocurre cuando ese hombre –o mujer– se enfrenta al yo de otro tiempo? ¿Al tiempo que era y al hombre que fue?. 'Antonio Machado: La luz de sus poemas' es esa confrontación. El Machado joven aún a la sombra del modernismo enfrentado al Machado de sus últimos días de vida. Son Alejandro Peña y Roberto Quintana sobre el escenario del Teatro Cánovas el 23 y 24 de marzo. El 22 de febrero de 1939 moría Antonio Machado en el pueblo francés de Collioure. Hacía menos de un mes que había partido junto a su madre desde Barcelona, huyendo de la España ya enteramente franquista. En el bolsillo de la chaqueta su hermano Manuel

encontró un último verso: «Estos días azules y este sol de mi infancia...». La nostalgia que siempre sobrevoló la poesía y la vida de Machado se resumía entonces en el añoro más puro, el de la claridad que tenían los días en la niñez. El tiempo, su fluir, la melancolía de la juventud y de la infancia y la muerte como único final inequívoco son comunes en toda la obra de Machado. La compañía La Tarasca le regala a Machado uno de sus máximos deseos, eternizar el tiempo psíquico mediante la contraposición de dos facetas temporales del propio poeta. 'Antonio Machado: La luz de sus poemas' cuenta también con un tercer personaje, la bailarina Diana Noriega. Mientras Alejandro Peña (joven) y Roberto Quintana (mayor) son la dupli-



22 cación de un solo individuo (Machado), Noriega actúa como personaje unificador. Ella es un elemento simbólico, un espíritu siempre presente en el que se funden las musas del poeta: su madre Ana Ruiz –quien murió sólo tres días después que su hijo–, su esposa Leonor Izquierdo y Pilar Valderrama, Guiomar en sus últimos poemas. Además, el espectáculo cuenta con música de Rafael García Moreno en directo y proyecciones multimedia. Una integración que Ramón Bocanegra (director) ideó para su puesta en escena original en el convento de Santa Clara sevillano, dentro de una propuesta de interpretación del patrimonio histórico de la ciudad. SU POESÍA El uso del simbolismo en la poesía de Machado comienza en su primer poemario, 'Soledades', escrito y publicado en un entorno modernista. Ciertos elementos simbólicos, como los sueños, el camino, la fuente o la tarde, se repetirán a lo largo de toda su obra y muchos tienen su origen en la «Es la contraposición infancia del autor, de dos facetas temporales del poeta» en lo experimentado en el Palacio de Dueñas en sus primeros ocho años de vida. Aunque poco a poco se va alejando de la escuela rubeniana para focalizarse en las emociones auténticas y la sinceridad frente a la forma, elementos que serán definitorios de su estilo.

Castilla se asocia rápidamente a Antonio Machado, así como se hace con toda la Generación del 98, y es que 'Campos de Castilla' más allá del retrato paisajístico, es una denuncia de la soledad y tristeza del campo, de la situación en la que se encuentra España y, un canto nacionalista con fuertes intenciones renovadoras. La muerte de su esposa Leonor tiene dos consecuencias importantes para el autor: su traslado a Bailén con su madre y la declaración de que los versos le han abandonado. Para llenar ese vacío va centrándose cada vez más en la reflexión y en la prosa. Lo cierto es que su poesía no está truncada, como él afirma, sino que ésta no ha hecho más que cambiar, impregnándose de filosofía y metafísica. En las obras dedicadas a Guiomar, el tratamiento del amor también ha evolucionado, ha perdido la abstracción en favor del dolor y el ansia de rencuentro. 'La guerra' será el último libro que publique Machado ya en Valencia, mientras forma parte de la Alianza de Escritores Antifascistas. Poco tiempo antes de que marche a Barcelona y luego al corto exilio, y otra vez vuelva la historia al principio de este texto, donde el Machado maduro se enfrente a la joven promesa que fue; mientras Peña y Quintana se miran en los mismos ojos. Y donde sólo queda preguntarse que si «el ojo que ves no es ojo porque tú lo ves, es ojo porque te ve», ¿quién mira a quién cuando el que mira es observado?. | María Sánchez


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‘REUGENIO’

‘pAPÁ Y EL RESTO’

Teatro Echegaray (13/04)

POR JESÚS PEÑA.

Hace ya diez años que el genial humorista Eugenio nos dejó, pero este espectáculo coge el relevo y recoge su testigo tal como fue, haciendo que su humor se mantenga entre nosotros, tanto para los que no lo pudieron ver en vivo, como para las generaciones que se lo perdieron, para los que lo disfrutaron y quieren seguir haciéndolo. Reugenio, es sin ningún tipo de duda, el mejor de todos los que han interpretado a Eugenio en todos estos años. | Teatro Alameda

Tres hermanos se reúnen un 31 de diciembre con motivo de la incineración de su padre, un conocido juez fallecido en una comuna en Italia. La ocasión es perfecta para hacer balance de los distintos fracasos de sus vidas. 'Papá y el resto' es una comedia ágil acerca del fracaso, un drama muy gracioso sobre las relaciones familiares, una reflexión optimista en torno al perdón y una invitación sincera a confiar en que podemos ser mejor de lo que nosotros mismos creemos. | Teatro Echegaray

Cantaron ‘Los duendes coloraos’ de los Carapapas un pasodoble sobre el drama del desempleo, en el pase de cuartos de final del COAC 2012, que debiera ser revisado por esos politicuchos a los que no les importamos. Juan Carlos Aragón, en la ronda siguiente, dejó otra letra para que ‘La Serenissima’ respondiese a la insolencia y sinvergonzonería de Cayetano de Alba. Qué maravilloso es el poder de la cultura como elemento de reivindicación, suyos han sido los cambios de la historia, y cuánto arte hay en las palabras del Falla, para que luego algunos se atrevan a decir que es la Andalucía de la charanga. El Carnaval y su teatralidad es una sublime manifestación de respeto y compromiso con las penas del pueblo, su identidad, tradición y expresiones socioculturales. Esta crónica mordaz de lo humano y divino es genio gaditano y patrimonio de todo aquel que sepa entender. Como grita María: «¡Ole, ole mi Cai!, y lo digo a boca llena, y quien no diga ole, ¡que se le seque la hierbabuena!».

Teatro Alameda (22/04)

ole, ole y ole


Televisión

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MARINES, KILL ON THREE! «It´s destinity, dawg. White man´s gotta rule the world». 'Generation Kill', Cap. 1 1. EL MANDO A estas alturas, David Simon es, posiblemente, junto a intelectuales como Michael Moore o Noam Chomsky, una de las mentes más lúcidas y críticas con la nefasta política de Bush y con los pliegues silentes y cancerígenos del neocapitalismo estadounidense. Al señor 'arbusto' –'maleza' quizás le siente mejor–, le habría de asestar un duro golpe con 'Treme' (2010), y con 'The Wire' (2002) ya se había encargado de destazar la ciudad de Baltimore, mostrándole al mundo la metástasis de un sistema nada halagüeño. En 'Generation Kill' (2008) D. Simon vuelve a trabajar para

la HBO, introduciéndose esta vez en la guerra de Irak de la mano de Evan Wright, reportero de 'Rolling Stone' y escritor del libro del que se nutren los siete capítulos de esta miniserie. 2. EL BATALLÓN Quedan ya lejos los épicos desembarcos –Normandía, Guadalcanal, etc.– y los gloriosos valores bélicos de heroicidad y sacrificio inherentes a la visión de los combatientes de la II Guerra Mundial. En 'Generation Kill' esta perspectiva es subvertida, ya que en Irak estos marines surcan páramos desiertos y rodean destartaladas ciudades desde la distancia tensa que les brinda la tecnología. El enemigo es una coordenada visible y su aniquilación forma parte de una fría estrategia.



26 Pocos, en principio, son los riesgos a los que se expone el batallón de reconocimiento, y cuando así ocurre es fruto de la incompetencia burocrática –se quedan sin baterías o se les entrega una indumentaria de camuflaje para zonas selváticas–, de algún azaroso accidente o de la temeridad de los tenientes y coroneles alimentada por las palmaditas de sus superiores –son obligados a cruzar por peligrosas ratoneras para alcanzar puntos estratégicos antes que otras tropas–. Esta relativa seguridad sustenta una especie de belicismo lúdico en el que se desenvuelven los personajes. Es como si éstos, en su mayoría noveles, estuviesen insensibilizados frente a las atrocidades que les rodean, quizás debido, como dice uno ellos, al «damn gangster rap and those video games», y a la alienación total del ciudadano neocapitalista. Por ello, no es extraño verles en sus agresivos carros como en una especie de road movie o de viaje exótico de fin de curso: con cámaras en mano registran los cadáveres mutilados y los bombardeos «Quedan ya lejos los aéreos con la épicos desembarcos ilusión de vender como el de Normandía» los vídeos a la CBS o de mostrarlos como trofeos a su vuelta, rellenan el tedio silbando estribillos de moda o mascando tabaco, se preocupan más por el rumor de la muerte de J.Lo que por las noticias sobre Sadam, o esgrimen teorías estrambóticas sobre el porqué de la guerra –«Lack of pussy is the root

fucking cause of all global instability»–. Además, a esta prole bélica, la falta de acción los crispa y a duras penas doman su instinto de destrucción, cuando, tras lidiar con las migas hostiles que dejan las bombas, sienten el impulso de tirotear a camellos, perros o civiles desorientados. 3. EL CAMUFLAJE El visionado de 'Generation Kill' resulta veraz, con cierto toque documentalista. Sus bruscos movimientos de cámara, como si de la lente de un reportero de guerra se tratase, persiguen a los marines en su aburrimiento significativo. La ética estética del serial expurga cualquier posible embellecimiento visual o de captación empática, de ahí que la música extradiegética, por ejemplo –tan importante en su realce épico en las otras dos producciones de la HBO: 'Band of Brothers' (2001) y 'The Pacific' (2010)–, esté ausente y tan solo oigamos una tramoya bélica de vertiginosos balines, diálogos cáusticos y escatológicos, bombas e instrucciones por radio, o que la sumarización heroica quede extinta y sólo asistamos a una consuetudinaria abulia, a una crítica mordaz de la reducción al absurdo de tal contienda. Y es que D. Simon apuesta por la desmitificación de una ofensiva ilegal contada con su peculiar oquedad narrativa y su desnuda puesta en escena, quizás porque sepa que el arte ya ha hecho demasiado ruido para que el olvido nos siga trayendo guerras. | Manuel España Arjona | Piezas gráficas: Antonio Morillas


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‘SHERLOCK’

‘BLACK MIRROR’ Charlie Brooker, 2011

POR SERGIO SÁNCHEZ.

Esta revisitación de las aventuras del detective Sherlock Holmes por parte de la prestigiosa BBC británica es otra vuelta de tuerca al género policiaco pero desde una perspectiva actual. En contraposición a ‘Las aventuras de Sherlock Holmes’ de Jeremy Brett, este nuevo enfoque resalta la ironía y sarcasmo de un joven Holmes que, interpretado por el entusiasta Benedict Cumberbatch, investiga hasta la más mínima pista para conseguir lo que se propone. Una joya.

De nuevo la televisión de las Islas sorprende con su capacidad de retratar la realidad tal como es y tal como podría ser si la humanidad no se centra en las cuestiones importantes. ‘Black Mirror’ es una miniserie de tres capítulos en la que se valora de modo conciso la repercusión de los mass media en la sociedad, el impacto de la política en la misma y las consecuencias extremas que se dan entre esas esferas. Merece un visionado profundo esta ficción del innovador Canal 4.

Abril es la cita elegida para el esperado regreso de ‘Juego de Tronos’, la serie de HBO que tan buena impresión ha causado en 2011, ya que se ha alzado como una de las apuestas importantes de la cadena americana, tan habituada a los éxitos de crítica y público que, tras dos años de supuesta sequía, ha tenido en esta obra ideada por R. R. Martin y en la sucia y profunda ‘Boardwalk Empire’ los nuevos «‘Juego de Tronos´ cimientos para sentar las bases del futuro de este se ha colado en el prestigioso canal de cable. Quien haya puesto pie Olimpo catódico» en las versiones televisivas o literarias de Invernalia, Desembarco del Rey o Nido de Águilas estará esperando con nerviosismo la llegada del invierno. Si eres de los que no le ha hecho caso aún, es una de las series de obligado visionado, tanto que se ha colado, según sus adeptos y seguidores, entre los primeros puestos del Olimpo catódico junto con ‘The Sopranos’, ‘The Wire’, ‘Breaking Bad’ o ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’. Winter is coming.

M. Gatiss y S. Moffat, 2010

VUELVE EL INVIERNO


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V I A J E

A L

S U R .

C C R .

Árida. Así fue la primera sensación. Igual que el desierto de Arizona. Igual que tantos días secos y noches amargas. Llevaba horas, días. No recuerdo si meses. Lo que parecía un viaje por la América profunda, un viaje por las raíces del sur, se convirtió, de pronto, en la mayor tragedia de mi vida. Inevitable la segunda sensación. ¡Maldito sea aquel locutor!. «La Creedence Clearwater Revival pone punto y final a su carrera como banda». No podía creer lo que estaba escuchando. Se me había apagado la voz. Hace cuarenta años, en la primavera de 1972, decidí que el día había llegado. Yo vivía en el estado de Illinois, en un pueblo tantas veces nombrado en la

literatura y animación estadounidense como Springfield, muy cerca de la urbe, espléndida, y a la vez contaminada, Chicago. Lo pensé una vez. Quizá menos. Agarré el volante de mi cadillac. Se encendió la mecha. Empezaba la Ruta 66. Por aquel entonces, la Creedence había editado un nuevo, y último, álbum, 'Mardi Grass' (1972). En clara alusión a los carnavales y, en concreto, a la música de raíces de New Orleans. John Foggerty liderando voces, composiciones y guitarras, Stu Cook al bajo y Doug Clifford en la batería. El peor de todos sus trabajos con muchísima diferencia. Además, era el primer álbum después de que el hermano de John y guitarra



30 rítmico, Tom, abandonase a CCR por claras desavenencias entre él y su antidemocrática forma de ver la banda. Por aquel entonces, los miembros pidieron ser más partícipes en el proceso creativo de CCR. A John no le quedó más remedio, tras marcharse su hermano, que aceptar. Aunque les dejó muy bien claro lo que haría con las canciones de los demás: «Mi voz es un instrumento único que no pienso prestar a vuestras canciones». Así se intuía que sería insostenible. A pesar de parecer un tipo algo retorcido y con un ego tan alto como la Estatua de la Libertad, John Foggerty fue un genio irrepetible. Atrás quedaron exitosas composiciones que han quedado en la retina de la historia del país durante 4 años de intensa pero breve carrera que se iniciaron en los albores del fin del movimiento hippie. 'Fortunate Son', 'I Put a Spell on You', 'Proud Mary', 'Travellin' Band', 'I Heard it Through the Grapevine' o 'Bad Moon Rising' son buena muestra de ello. La banda sonora del cine basado en el sueño (o mal «La Creedence es la sueño) americano. respuesta a todas Desde su primer las preguntas» éxito, 'Susie Q', la sintonía con el sonido del sur era aplastante, a pesar de haberse criado los cuatro en San Francisco. La Creedence ha estado presente en tiempos cruciales de la historia de Estados Unidos. Y, aunque no es muy sabido, incluso estuvieron en Woodstock. No aparecen en la película

homónima, pero tocaron justo después de Grateful Dead. Claro que cuando éstos decidieron acabar su jam session eran ya las tres de la mañana y la mayoría no estaba para mucho más. La Creedence Clearwater Revival es la respuesta a todas las preguntas. En sólo cinco años crearon una tendencia para siempre de las cuales se han nutrido multitud de bandas, géneros, estilos, películas y actitudes ante la vida. La influencia llegó a extremos tales que 'Fortunate Son', canción claramente protesta, se llegó a usar en anuncios de televisión de una conocida marca de vaqueros y fue retirada inmediatamente, tan pronto como Foggerty admitió que «odiaba esta comercialización de su música». El río Mississippi, la iconografía sureña, el folclore popular, las simpatías con el country y el blues. Ese es el sonido Creedence. No puedes imaginarte otra cosa que pasear a bordo de tu cadillac, a cuarenta grados a la sombra, sediento, por el desierto, esperando encontrarte a una chica con la que pasar la noche en el próximo motel después de haber empezado con varios tragos de Jack Daniel's. Y claro. Todo eso era lo que pretendía hacer. No tenía nada más que el sonido de la radio. Había atravesado ya Missouri, Kansas, Oklahoma, Texas y Nuevo México cuando mi compañera narró la desaparición de mi mitad de vida. Nada de lo que imaginé había pasado. Ni iba a pasar. Empezó a llover. Os pregunto. ¿Alguna vez habéis visto la lluvia?. | Sergio Contreras


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'STANDARDS'

'SAVAGES'

The Webb Sisters, 2010

POR DAVID DUEÑAS.

Escogieron el nombre porque sabían que estaban grabando un clásico. Una pequeña colección de standards futuristas. Más que una banda, Tortoise es un macro combo. Un concepto en el que la vanguardia y la electrónica buscan el minimalismo y la música ambient. Uno de los discos claves de eso que llaman post-rock, que no es más que una aproximación abierta hacía la música de guitarras eléctricas y baterías. Un disco repleto de armonías facilonas donde priman las texturas tímbricas de los instrumentos y más lo que sugieren que lo que dicen. Parte de la crítica asegura que se ha exagerado la importancia de su discografía. No obstante, el grupo representa la bienvenida oficial a una nueva sensibilidad contemporánea en la que no importa el discurso, sólo los ritmos, los ambientes y la catarsis. | Nacho Gutiérrez

Leonard Cohen siempre supo que él no podía hacerlo solo y tuvo mucho ojo al escoger a sus compañeros de conciertos y a sus productores. Su tosca voz de bestia sensible o de rabino desengañado armoniza con la elegancia y maestría de todos los músicos que le han acompañado alguna vez. En su última gira subió al escenario arropado por dos angelicales voces, hermanas, educadas en el más puro y espiritual folk y cuando tocaba interpretar su canción favorita, ese salmo místico llamado 'If it be your Will', Leonard se bajaba del escenario para escuchar la interpretación de las hermanas Webb. La verdad, mucho no sé de ellas, pero su capacidad técnica, y su mezcla de folk y ensoñaciones oníricas hace que uno recuerde avergonzado a Ella Baila Sola y a la mitad del pop español. No sé. Quizás exagero. | N. Gutiérrez

Tras la exitosa gira conjunta el noviazgo artístico entre Sabina y Serrat se alarga hasta alumbrar un álbum con canciones pergeñadas al alimón. Producido bajo la elegante batuta de Javier Limón, que consigue incluso sincronizar los silencios, está recién aterrizado en el mercado y responde bajo el título de 'La orquesta del Titanic'. Plagado de sorna, cosa que se ve a las claras ya desde su gráfico título, y de versos satíricos, propios del mejor Sabina, lo integran «Plagado de sorna once temas como once dardos afilados envueltos por una dulce y de versos satíricos del mejor Sabina» orquesta que bebe de las aguas del mar serratiano. Con altas cotas de calidad y lleno de saber hacer, estos dos pájaros no dejan indiferentes a nadie, rizando el rizo encuentran el equilibrio, que está en ese punto en el que los contrarios se complementan. Ese punto donde uno juega a ser el otro y entre los dos forman un tercero que sólo desea confundir. La gira será un gran baño de emociones.

Tortoise, 2001

DOS PÁJAROS CONTRAATACAN


Literatura

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MI ÚLTIMO SUSPIRO La memoria de Buñuel Este último aliento vital que, en forma de libro, nos regaló Luis Buñuel en 1982 (un año antes de su muerte) tiene en determinados momentos la fuerza de un huracán. Y sin embargo durante su lectura no aparece, ni por asomo, el temor a que esa tremenda energía cause fatales estragos a su paso. Más bien al contrario, pues sentimos que, de alguna manera, nos librará de lo viejo, lo no maleable, lo demasiado rígido. Esta autobiografía de Luis Buñuel, escrita con la ayuda de Jean-Claude Carrière, es una demostración, es una respuesta a la sempiterna pregunta sobre qué significa estar vivo. Sus páginas nos conectan con nosotros mismos, hay una urdimbre inexplicable que nos retrotrae a reflexionar sobre qué estamos haciendo con el tiempo que se nos ha otorgado en este mundo

tan extraño. Se produce una conexión misteriosa e irresistible entre libro y lector, y Buñuel, una vez más, como maestro en el arte de contar historias, sabe cuál es el tono más adecuado y qué ritmo seguir para ir llevándonos de la mano en su recorrido vital. Comienza su memoria evocando el pueblo aragonés donde nació un 22 de febrero de 1900: Calanda. Nos describe con emoción revivida la impresionante ceremonia que se desarrolla desde el mediodía del Viernes Santo hasta la misma hora del Sábado Santo, 24 horas en que todo el pueblo vibra por mor de los tambores que redoblan, todos a la vez, creando un fenómeno extraordinario que apunta al inconsciente colectivo y que Buñuel llama 'Los tambores de Calanda' (ese redoble arrollador y profundo es usado al final de 'Nazarín', mientras



34 Paco Rabal camina sollozando por un camino polvoriento). Luego recuerda Zaragoza, a su padre, su madre, sus hermanos, su infancia. Su juventud en Madrid, en la Residencia de Estudiantes, donde conoció e hizo amistad con Dalí, Lorca y Alberti. Se marchó a París y entró en el grupo surrealista junto a Breton, Ernst y Éluard; en esa etapa terminó 'Un perro andaluz' (su primera película, realizada en colaboración con Dalí) y 'La edad de oro' (que fue prohibida). En España, durante la II República, Buñuel rodó 'Las Hurdes'. Cuando en 1936 estalló la Guerra Civil, Buñuel estaba en Madrid pero a los pocos meses fue enviado a París donde continuó colaborando activamente con la causa republicana a cargo de misiones logísticas. Su memoria se torna especialmente sarcástica, con ribetes de novela picaresca, al evocar estos años de conflicto. Tras la guerra, vivió y trabajó en EE. UU. Y finalmente llegó a México. El cine se convierte en el eje y pilar central de su vida. En México filmó, entre otras, las películas 'Los olvidados' «Buñuel nos regala (1950), 'Él' (1952) en sus memorias su y 'Nazarín' (1959, capacidad de síntesis» una adaptación de la novela homónima de Galdós) Una característica de Buñuel que nos sorprende en 'Mi último suspiro' (título original: 'Mon dernier soupir') es su capacidad de describir la idiosincrasia de las ciudades y de los países mientras nos relata qué hizo en tal o

cual café, a quién vio, con quién trabajó o nos narra una noche de parranda con un amigo. Buñuel nos regala en este libro su capacidad de síntesis, quizá innata, quizá construida «Su memoria se torna con los años, sarcástica, con ribetes y nos otorga de novela picaresca» esa virtud de posar su mirada sobre lo esencial. Esta autobiografía nos ofrece, por tanto, una visión sumamente enriquecedora del apabullante siglo XX. En la etapa comprendida entre 1960 (año en que, naturalizado mexicano, regresó a España) y 1977, Buñuel hace especial énfasis en su filmografía. Este extenso periodo, 17 años, está dedicado íntegramente a comentar con espíritu crítico las películas que rodó en ese triángulo escaleno formado por el director aragonés entre España, México y Francia, los tres países que mejor conocía; destacamos entre ellas 'Viridiana', 'El ángel exterminador', 'Belle de jour', 'Tristana' y 'Ese oscuro objeto del deseo'. Finaliza su memoria con 'El canto del cisne', unas páginas de gran expresividad poética sin que posean un solo gramo de lírica. Luis Buñuel nos confiesa qué siente en ese trance que es la vejez y qué hace, cómo pasa sus días mientras se prepara para morir puesto que este «ateo gracias a Dios» desea que la muerte le sobrevenga mientras la mira de frente. | Estanislao M. Orozco | Piezas gráficas: Juan Jesús Millán


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‘EL BARÓN RAMPANTE’

‘LA BROMA INFINITA’

siruela. 13€. 243 PÁGinas.

MONDADORI. 28€. 1208 PÁGinas.

Un niño de 12 años, barón de Rondó, siempre con el gesto de la rebelión, decide subirse, un día de junio de 1767, a una encina y promete a continuación no bajarse jamás de los árboles. Y mantuvo su palabra hasta el fin de los días, sobrevolando las estaciones del amor y los celos, el frío, el bochorno, las hojas secas. Ligero trepaba por las ramas y pasaba sobre huertos y jardines. «Una persona se fija voluntariamente una regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias; sin ella, no sería él mismo ni para sí ni para los otros», expresa Calvino al hilo de esta historia inclasificable y genial. Sólo por ser fiel a lo dicho, se instaló para siempre en un cuartito de madera, cortinas y alfombras: «Cosimo Piovasco di Rondò – Vivió en los árboles – Amó siempre la tierra – Subió al cielo». | Miguel Pradas

‘La broma infinita’ es una de esas novelas gigantes e inmensas que cuando uno se pone delante de ella piensa, irremediablemente, en dedicar fines de semana completos a su lectura. Profunda y caótica, neurótica y oscura por ratos, la obra culmen de la literatura de David Foster Wallace, uno de esos escritores malditos de la nueva generación de las letras estadounidenses, despunta por su inteligencia y sagacidad adornadas por una clara y desvirtuada visión de la sociedad moderna: años patrocinados por hamburguesas y productos de limpieza, medios de comunicación que vigilan al extremo, historias de tenistas y fallidos proyectos de personas. Foster Wallace, a quien hace unos meses dedicamos nuestro reportaje literario, en su máxima expresión. | Sergio Sánchez

Italo Calvino, 1957

David Foster Wallace, 1996

café nostalgia

POR CARMEN ALCARAZ.

Recibimos diariamente millones de estímulos, imágenes, sonidos y vivencias que mueren al nacer para nunca más ser recordadas. Pero hay frases que no se olvidan, retazos de historias que llegaron en el momento preciso para dejar una huella imborrable. «Ayer se me olvidó mi nombre», así da comienzo 'Café Nostalgia', una novela de Zoe Valdés que envuelve a través de los sentidos: el sabor del batido de mamey; «La novela de Zoe el olor a la sal del mar en El Valdés envuelve a Malecón; el tacto de la piel través de los sentidos» quemada, de los abrazos que no volverán; el sonido de las plegarias a Elegua entre el repicar de viejas campanas y la vista de una isla que se difumina en orillas ajenas. Y como un sentido más, tensando el cuerpo y quebrando la voz, la nostalgia. Un libro de sensaciones tan intensas que crea recuerdos, situaciones que uno siente haber vivido a través de sus páginas y que vencen al tiempo y la memoria. La vida tiene cosas caprichosas que nunca se podrán profetizar.


Arte

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el rostro como documento las 130 caras de picasso Picasso no fue sólo un gran artista, sino un gran dramatizador desde su faceta personal. Su rostro es tan reconocido como su obra. Todos los fotógrafos más relevantes del siglo XX lo han fotografiado y algunos de esos retratos se han convertido en verdaderos iconos. El Museo Picasso Málaga, en coproducción con el Museo Ludwig de Colonia, nos acerca 'Conmigo, Yo mismo, Yo', exposición que propone –a través de la mirada de 35 fotógrafos entre los que se encuentran Man Ray, Brassaï, Irving Penn, Robert Capa, Henri Cartier-Bresson o Richard Avedon– la creación de un gran 'retrato colectivo' del artista malagueño, que podremos ver hasta el 10 de junio de 2012. Este mosaico de retratos puede ser

concebido como una 'foto-biografía', pero que, como diría Baldassari, no trata de la vida afectiva del artista, sino de la creación de un nuevo sujeto: el artista moderno, el bohemio, el salvaje, el creador insaciable. A principios del siglo XX, cuando Pablo Picasso emprende un estilo de vida bohemio en Montparnasse y continuando con sus últimos años en el sur de Francia, es de donde partimos para observar las diferentes etapas de la carrera del artista a través de retratos clásicos y escenas de estudio, que se yuxtaponen con las instantáneas y los momentos más privados. Es la primera vez que una exposición aborda la cuestión del conflicto entre el deseo de Picasso de controlar la forma en que es presentado y las necesi-


‘Admiración’, 1899. Museo de Arte Moderno (MOMA), Nueva York.


38 dades creativas de los retratistas. Picasso reconoció desde el principio las posibilidades que ofrece el medio fotográfico, utilizándolo en su propio trabajo. Lo que más estimaba de la fotografía era precisamente su condición de espejo de la realidad, así le decía a Brassaï: «Lo que más me gusta de sus fotografías es que son verídicas. Cuando se ve lo que usted expresa con la fotografía se percibe con claridad lo que ya no puede ser objeto de la pintura. La fotografía ha llegado en el momento preciso para liberar a la pintura de toda tentación literaria, de la anécdota, incluso del mismo tema. Por lo menos, cierto aspecto del tema pertenece, de ahora en adelante, al dominio de la fotografía. ¿No deberíamos los pintores aprovecharnos de esta libertad reconquistada?» (Extraído de Revista Litoral, Publio López Mondéjar). Pero sobre todo, le interesaría desarrollar la habilidad para explotar una herramienta que serviría para reforzar el culto de su propia personalidad. Con un cuidadoso cálculo, los «Picasso abraza a la retratos fotográfotografía como método ficos transmiten para mirar hacia dentro» la imagen del artista apasionado, tenaz, creador viril. Sin embargo, la propia puesta en escena estratégica de Picasso no siempre juega el papel dominante en estas obras. La exposición revela hábilmente el sello personal de los retratistas, mientras que hace palpable la tensa

relación entre Picasso como cliente y la búsqueda por parte de los fotógrafos de los propios sellos de autonomía creativa y originalidad. En un número considerable de casos, Picasso cultivó estrechas relaciones con sus retratistas y les permitió un cierto grado de intimidad. Esta cercanía dio lugar a gran cantidad de imágenes que capturan al artista en escenas poco usuales. Picasso abraza a la fotografía no simplemente como a un medio para hacer un espectáculo, sino también como método para mirar hacia adentro, para la auto-contemplación. Picasso encuentra en la fotografía un medio para la memoria y retrospección, con el fin de auto-estudio más que de echarse un vistazo en el espejo. Las fotógrafas que figuran en la exposición también plantean la cuestión de la visión femenina de Picasso: ¿Qué sucede cuando una mujer toma una imagen de Picasso? ¿Hay alguna diferencia entre el punto de vista fotográfico femenino y lo masculino? Su amigo, el crítico George Besson, dijo una vez: «No hay nada más atrevido que el intento de definir a Picasso, el hombre más famoso que Buda o la Virgen María, más impredecible que una multitud». La actual exposición y el libro que acompaña no sólo muestran los rostros y los lugares que dieron forma a la vida del artista, sino también comunican el sentido complejo de las relaciones que fueron importantes para la notable biografía de Picasso. | Silvia Álvarez Mena


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WILLIAM KENTRIDGE

'SOMNIA'

Galería Isabel Hurley (hasta 10/03)

POR MARIETTA GEDDA.

CAC Málaga presenta 'William Kentridge: ¿No se unirá usted al baile?', la primera exposición de tapices en España del artista sudafricano. Mosaicos, esculturas, bocetos, collages, vídeo y sus inconfundibles dibujos son otros trabajos que podrán verse en la muestra comisariada por Fernando Francés. La pieza central es un tapiz basado en un mapa del siglo XIX de Málaga y que se podrá ver por primera vez aquí. La exposición repasa el trabajo más reciente de este artista. | CAC Málaga

'Somnia' es la segunda exposición de Fernando Gutiérrez en esta galería, en esta ocasión acompañado de Daniel Romero (.tape.) en proyectos como 'Phantasmagoria', 'Caballitos' y 'Demo'. La palabra 'somnia' hace referencia al sueño, formando parte de la nomenclatura de sus trastornos: hipersomnia, disomnia, parasomnia, insomnio, somnolencia... El término nos sitúa en el entorno de todo lo relacionado con enfermedades del sueño y la frontera entre vigilia y ensoñación. | G. Isabel Hurley

Pensar en Escher es evocar la perfección visual al extremo de la infinita repetición de lo mismo. Concatenaciones de escaleras que no conducen a ninguna parte; espejos sólidos que de pronto son de agua y se dejan atravesar por gárgolas aladas; patos voladores que fueron peces y peces que se transforman en patos superando su origen amorfo y sin identidad. Escher hace visible lo intangible, el principio creativo de la vida en permanente metamorfosis, el movimiento reencarnándose en nuevos seres vivos para seguir prolongándose eternamente. Detrás de las apariencias se despliega una estructura que parece ser la misma para todos, eso lo podemos intuir, pero en su obra es tan palpable que nos desconcierta. Sólo los grandes artistas construyen un lenguaje propio que en principio no se puede categorizar en ninguna escuela, hasta que llegan a incorporarse a la tradición artística. Es el caso de Escher, quien, además de imponer a nuestros sentidos un contundente universo propio rompe nuestras coordenadas de espacio y tiempo al punto de hacernos creer que tal vez la tierra no es tan sólida como parece.

CAC Málaga (hasta 13/05)

PENSAR EN ESCHER

Matrícula abierta todo el año Centro concertado de atención temprana, educación infantil, educación primaria, educación especial y rehabilitación del lenguaje y la audición.

Calle Doctor Escassi, 12. CP 29010 Málaga Tel. 952 30 57 46 Fax 952 61 32 51 lpurisimansma@planalfa.es www.lapurisimamalaga.com En Facebook: Colegio La Purísima (Málaga)


Histo ria

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ZAMBRANO - KENT LAS DAMAS INQUIETAS A la pequeña María le gustaba asomarse al pozo que había en el patio de su casa de Vélez y buscar, en la oscuridad del fondo, las respuestas a todas aquellas cosas que ocurrían a su alrededor y que ella no entendía. Y eran muchas, aunque todavía fuese una niña. Su espíritu siempre practicó el inconformismo. Victoria, más sobria de carácter por su herencia anglosajona, encarnó la defensa moderada de los derechos de la mujer. María y Victoria. Zambrano y Kent. Dos malagueñas testigos del episodio más insano de la historia reciente de España y protagonistas de sus pocas notas de coherencia, primero desde la tribuna social (cultural y política), luego desde el destierro. La primera (Vélez-Málaga, 1904-Madrid, 1991) eligió el camino del pensamiento reflexivo. La segunda (Málaga, 1898 - Nueva York, 1987), el del discurso político.

Como Hannah Arendt o Róża Luksemburg, Zambrano formó parte de la primera generación de mujeres que consagraron su vida a la filosofía. Fue, para muchos, la pensadora del Grupo del 27. Siempre un alma de vanguardia, siempre conquistadora de murallas erigidas por los hombres y conservadas por la desigualdad; sus preceptos adquirieron forma a partir de los postulados de Ortega y los escritos de Cervantes o San Juan de la Cruz. La influencia de sus padres, maestros de escuela, y de su círculo de amistades fue decisiva en la transmutación literaria de María, que eligió el verso como herramienta privilegiada para comunicar sus ideas. La ‘razón poética’ germinada en su mente está considerada como uno de los sustentos angulares de la filosofía moderna. Victoria Kent, política y jurista de profesión, se trasladó de Málaga a Madrid


para completar su formación académica. Fue, junto Margarita Nelken y Clara Campoamor, parte del trío de damas que abrió las puertas del Congreso de los Diputados a la mujer. En octubre de 1931 mantuvo con Campoamor una dura disputa dialéctica por la defensa del voto femenino. La compañera de Lerroux defendía la incorporación inmediata de la mujer al sufragio, mientras que Kent, más comedida, se alineó con aquellos que afirmaban que sin formación y autonomía real, las españolas acudirían a las urnas influenciadas por sus confesores espirituales. En el primer gobierno republicano fue directora general de Prisiones, cargo desde el que puso en marcha las reformas más significativas de su carrera política, centradas casi todas ellas en la defensa de la dignidad de los presos. Pese aquel día en las Cortes, siempre luchó por la igualdad entre géneros. No en vano, en 1926 participó en la puesta en marcha del Lyceum Club de Madrid, que dirigiría la influyente María de Maeztu. Con la Guerra Civil y la llegada del Franquismo, Zambrano y Kent tuvieron que abandonar España. Tras varios destinos, encontraron refugio en América junto a un nutrido grupo de pensadores expulsados. El exilio pesó mucho en sus biografías, más en la de Zambrano, que nunca consiguió desprenderse de la frustración que le provocó el fracaso fáctico de sus ideales. | Jesús Peña | Pieza gráfica: Ana Fernández


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DISTRITO DE LOS LAGOS LA INGLATERRA MÁS PASTORIL Se esconde a poco más de dos horas en tren desde Manchester uno de los parajes más emblemáticos del Reino Unido, también uno de los menos conocidos para los extranjeros, seducidos por la diversidad cosmopolita de Londres y el encanto bohemio del Liverpool de los Beatles. El Distrito de Los Lagos –The Lake District, o simplemente The Lakes, en inglés-, es un colorido enclave rural ubicado en la región de Cumbria, al noroeste de Gran Bretaña, lleno de granjas de ovejas y decorado por un perenne manto verde. En su interior se extiende el más grande de los parques naturales de Inglaterra, también su montaña más alta (Scafell Pike) y el lago más profundo: Wastwater, que comparte territorio con otros 18 estanques naturales más. El sublime escenario natural, formado por colinas y bosques milenarios habi-

tados por una variada fauna, comparte protagonismo con un importante patrimonio arqueológico, que extiende la presencia humana en la zona hasta la Edad de Hielo. UN PLAN SENCILLO La manera más sencilla y barata de viajar desde Málaga hasta el corazón de Cumbria es reservar un vuelo directo a Manchester. Son varias las opciones de bajo coste. Ya en suelo inglés, basta con trasladar las maletas desde la bodega del avión al vagón de un First TransPennine Express con destino a Windermere; hogar del lago más grande de Inglaterra y enclave idóneo para visitar la región al localizarse en el centro del distrito. Una vez alojados en uno de los numerosos hostales que se reparten por la ciudad, hay que atreverse con


la conducción, pues el modo más cómodo de recorrer el territorio es alquilar un coche, aunque tengamos que desplazarnos por la izquierda. Pese a la atemporalidad de su belleza, es recomendable viajar en verano, para evitar las inclemencias del clima, y permanecer, «Los más aventureros al menos, pueden atreverse con una semael piragüismo» na, para poder conocer a fondo cada palmo de terreno, desde Arndale hasta Keswick, pasando por Ambleside, Kendal o Grasmere, una villa diminuta asida al margen del pantano que lleva su nombre y que parece ideada por el bucolismo más exquisito. TRANQUILO, RESPIRA Los objetivos del viaje, romance con la naturaleza y descanso, no hacen necesario un catálogo de actividades excesivamente amplio. En cualquier caso, tres variantes son obligadas. Dos por tierra, una por agua. Ésta última, crucero a lo largo del lago Windermere es la más interesante. Los más aventureros pueden, además, atreverse con el piragüismo. Los páramos, fells, se descubren a pie o en bici de montaña. Alternativa, la segunda, intensa, en esfuerzo y emociones. El senderismo es una gran opción para disfrutar del paisaje si el clima acompaña. Las rutas son numerosas y diversas, ideales para perezosos y fondistas. | Jesús Peña


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VE TÚ POR MÍ

POR ISABEL BONO.

La primera vez que lo vi su estampa en blanco y negro me bendijo desde el estante de una librería de segunda mano. Casi caigo de rodillas. Bruce Chatwin, 'Los trazos de la canción': «¿Acaso nuestra necesidad de distraernos, nuestra manía por lo nuevo, era, en esencia, un impulso migratorio instintivo afín al que experimentan las aves en otoño?». Pagué sin respirar y salí de allí prometiendo llevar al librero un exvoto en forma de pulmones. La obra de Chatwin, que es sobre todo pictórica, encontró su equivalente en los cuadros de Eileen Gray, una artista exiliada afincada en París. Chatwin vio un cuadro de Gray cuando fue a su piso para escribir un artículo: 'Un mapa de la Patagonia'. Ambos querían ir. «Yo ya soy demasiado vieja. Ve tú por mí». Chatwin, sin duda, metió en su mochila una lata de sardinas y media botella de champán, y dijo que el libro sería un intento de dar una visión cubista de la región: describir lo que vea y oiga a su

alrededor evitando escribir sobre lo que siente. Así nos descubre que los habitantes de la Patagonia no eran parte de una nación sino una colección de expatriados que se sentían más cómodos cuando estaban en el extranjero. Y otra vez: «¿Por qué deambulan los hombres en lugar de estarse quietos?». Chatwin murió, no sé si habiendo encontrado respuestas, en 1989 con 48 años y seis libros escritos. «Su estampa me Lo que sí sabendijo en una librería bemos es que de segunda mano» sus libretas de apuntes están llenas de aproximaciones: «Yo pienso que sería feliz en aquel lugar donde casualmente no me encuentro». Eran palabras de Baudelaire. Me acuerdo ahora de George Sand: «¿Por qué viajar cuando no se está obligado a hacerlo?». Quizá la respuesta no sea más que aquellos versos de Marcel Wauters: «Alarga la mano a través de la pared / Más allá del país del tiempo hay arena».


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Subversión del 'Kitsch'

POR Juan Gabriel Pelegrina.

En los últimos años, la sed de distinción y ese aparentar ser tan prometedor que provoca el kitsch se ha desarrollado tanto en nuestro entorno más cercano, que forma parte ya de la iconografía básica contemporánea. Es cierto que sin el kitsch, las cosas adquirirían menos significaciones. Los objetos cotidianos se caracterizarían por un diseño sencillo y directo: la utopía del funcionalismo. Probablemente sería también menor la desvirtuación sobre sus cualidades y, por tanto, el engaño para el consumidor tendría que ser más elaborado. No imitarían materiales más nobles. La chatarra solo sería chatarra, y no ornamentos en potencia para nuestras casas. Las rotondas de la Costa del Sol serían solamente rotondas, y no delirios escultóricos convertidos en los panoramas del siglo XXI, que como espectadores contemplamos desde nuestros coches. Un espectáculo que aparentemente no tiene otro origen que la especulación,

pero que, sin embargo, es interpretado por el conductor como obra de arte. Son museos de dirección obligatoria a través de los cuales el kitsch se inserta en la cotidianeidad de una forma institucionalizada y con césped artificial alrededor. A diferencia del museo tradicional, la rotonda ni siquiera nos permite tomarnos una fotografía junto a ella. Sólo podremos apropiárnosla virtualmente, a pesar de ser denominada espacio público, e incluso en ocasiones, contabilizada como zona verde. Acostumbrarse al objeto kitsch, olvidarse de su presencia y constancia en nuestro alrededor nos conduce hacia la consumación física de la hiperrealidad: las esculturas de las rotondas son más reales que los campos yermos que las rodean. En este contexto, la apropiación de este espacio antipúblico, la utilización con fines de esparcimiento o reunión, no podrá ser otra cosa que subversión del kitsch. A pesar de que en estos lugares corramos el riesgo de convertirnos también en kitsch.


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HORIZONTES ENFRENTADOS (XXXII)

POR JOSEMARÍA MARTÍNEZ PEÑALVER

En esta soledad que comprende la vida he contado las horas que faltaban para que tú vinieras. Esparcí las cenizas de la nostalgia sobre esta tierra negra y fresca que es mi campo en primavera. Y no he dudado en remover con la pala de la pasión insatisfecha ésta o aquella certeza, para refrendar lo que ya sabía y a cambio de nada vienes hoy tú y me lo muestras. He contado las horas que faltaban para que vinieras, y contando y contando he visto caer en el camino a cientos de héroes de sobremesa, tipos duros que sucumbieron a esta

ingravidez que es vivir sin alguien que te quiera. No sé si en tu interior ha tomado el vuelo la conciencia de sentirme a mí más cerca. No sé si con tanto tiempo contando horas me he dado en fabular esta realidad con ascuas que a ratos crepitan y calientan. Pero despierto o no, sé que hay algo entre tú y yo que, ni la tierra negra fresca que es mi campo en primavera, ni la inercia del trágico destino de aquellos héroes de sobremesa, ni estas ascuas que a ratos crepitan y a ratos calientan, podrán escarnecer quiera la vida o no quiera... y es que he dejado de contar sin darme cuenta.

Josemaría Martínez Peñalver (1980) es un joven malagueño poeta de vocación y periodista de profesión. La pequeña pieza que aquí exponemos forma parte de su antología poética ‘Horizontes Enfrentados’, cargada de retazos de melancolía y recuerdos fallidos. Un pequeño grupo de ejemplares salió a la luz en 2011.


MÁLAGA Café Negro, Café con Libros, Café del Viajero, Librería Luces, Centro Cultural Provincial, Galería Alfredo Viñas, Ancora, CAC Málaga, Cincoechegaray, Galería Isabel Hurley, Hotel del Pintor, Café Citrón, Ateneo, La Casa del Libro, Fundación Picasso, Café Alamos 38, Clandestino, Galerías Goya UNIVERSIDAD DE MÁLAGA Comunicación, Filosofía y Letras, Psicología y Educación, Empresariales, Industriales, Informática, Telecomunicaciones, Medicina, Derecho, Bellas Artes, Biblioteca General, Rectorado. SEVILLA Librería especializada en arte Un gato en Bicicleta. JAÉN Librería Metrópolis, Café Deán, Biblioteca municipal. RONDA Museo Joaquín Peinado. FRIGILIANA Casa de la Cultura, Galería Krabbe.


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