Libro viajero 5º primaria

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Título: El Príncipe feo y el hechizo

Dirigido por su tutora. María Luisa Castilla Arroyo.

Producido por: Los padres y madres de los alumnos y alumnas de 5º de Primaria. Editado por: CEIP José Nogales. Curso 2011/12


En un país muy, muy lejano vivía una bruja encantadora a la que todos sus vecinos adoraban. Inventaba pociones mágicas para convertir todo lo malo en bueno. Un día inventaba un puchero para entrar en calor, otro día un gazpacho para tener frío, una buena ensalada para estar contentos, un brebaje riquísimo para hacer felices a los niños y niñas de su pueblo, un líquido para regar las plantas que crecían aunque no lloviese… La gente del pueblo la llamaba cariñosamente “La bruja encantada” porque un encantamiento tenía que ser el que había hecho de esta mujer tanta maravilla. La bruja encantada no iba vestida de cualquier manera, llevaba un sombrero largo, un vestido de color rojo y morado, un bolso mágico, unos guantes blancos y unos zapatos anchos. Un día se produjo un suceso en el pueblo, llegó un príncipe feo. Todos los vecinos se asombraron de su aspecto, de su rostro, de su caballo andrajoso y esquelético, de su espada oxidada, de sus cabellos negros, de su capa manchada, de sus botas rotas, de su porte poco elegante, de su hambre. Entonces ¿Por qué sabemos que era un príncipe? Muy sencillo llevaba escrito en su frente: “yo soy el príncipe feo”. Al principio todos se quedaron sorprendidos, después se rieron y después decidieron averiguar qué era lo que le había pasado al príncipe feo. El señor Alcalde decidió que lo mejor sería llevarle ante la bruja encantada, pues seguro ella averiguaría lo ocurrido y daría solución al problema. Así que se encaminaron hasta el castillo fantástico de nuestra bruja buena…

Manoli Castaño



Al llegar al castillo la bruja encantada que también era adivina esperaba su llegada y tenía preparada una gran olla de salsa caliente donde cuando se asomará el príncipe feo viese su pasado y así poder saber que le había pasado. Cuando el príncipe comió la salsa que le había preparado la bruja encantada apareció rápidamente un niño pequeño, que jugaba feliz en un gran jardín de un castillo, pero según aparecían imágenes ese niño feliz se iba haciendo más mayor y se veía en esas imágenes que el pequeño niño no iba creciendo feliz. De pronto apareció en la gran olla que la madre del príncipe feo desapareció y lo dejo a cargo de su tío el malvado, dejándole el castillo para él, pero su tío sólo quería la riqueza y no hacía caso del príncipe feo, no lo dejaba que se bañara, que comiera adecuadamente, se comprase ropa nueva, jugará con los demás niños/as, etc. Entonces el príncipe feo decidió abandonar su castillo y dejarlo en manos de su tío el malvado y vivir feliz aunque no tuviese dinero y estar sólo en la vida. Al ver los vecinos del pueblo lo que el príncipe feo había pasado en su vida decidieron ayudarle entre todos, unos le llevaron ropa limpia, otros unos zapatos, le daban de comer y le escuchaban y querían y el príncipe feo viendo lo bien que se portaban con él decidió vivir allí para el resto de su vida.

María del Rosario Escudero Domínguez



El príncipe feo se llamaba Felipe, por su padre que jamás había conocido, pero que su madre siempre le había hablado de él como un gran hombre honrado y valiente, que murió en el campo de batallas por su pueblo, antes de que Felipe naciera. El príncipe Felipe estuvo viviendo en la casa del alcalde hasta que una buena anciana le dijo que se fuese a vivir con ella, que ella vivía sola y le gustaría tener un hijo. Así que Felipe acepto encantado y se fue con la anciana a su casa a vivir. Se sentía afortunado porque se sentía muy querido por la anciana lo que nunca en su vida había tenido. Felipe pronto busco y encontró trabajo y de esta forma se pudo comprar ropa y zapatos nuevos porque parecía un pordiosero con la ropa que traía cuando llego al pueblo. El caballo lo llevó a una cuadra y allí la anciana iba, le echaba de comer y lo cuidaba ya que el pobre animal estaba bastante delgado. Felipe aunque había encontrado una estabilidad en su vida y una familia que lo quería, seguía estando muy triste porque nadie se fijaba en él, todo el mundo lo seguía viendo feo y él no podía hacer nada. Tenía una nariz larga y doblada, unas cejas muy gordas y peludas, la cara llena de verrugas y muchas más cosas que le impedían que los demás se fijarán en él. Así que decidió ir a ver a la bruja encantada a su castillo a las afueras del pueblo y contarle su problema a ver si ella lo podía ayudar…

Carolina García Bermejo



El príncipe Felipe entró en casa de la bruja encantada y de repente la preocupación por su aspecto empezó a darle igual. Al ver a la bruja recordó a su madre tan bella y encantadora. ¡Cuánto tiempo hacía ya que no la veía! Su desaparición fue muy misteriosa, no dijo a nadie porque se iba, en realidad no tenía motivos para irse ya que era una mujer encantadora, muy feliz y que adoraba a su hijo. La bruja encantada pareció adivinar sus pensamientos, ya que también era adivina y le dijo: - Felipe, ya se que tienes muchas preguntas que hacerme, así que no perdamos el tiempo y veamos que podemos hacer para encontrar a tu madre. La bruja encantada, con su sombrero largo, su vestido rojo, sus guantes blancos y sus zapatos anchos sacó de su bolso mágico una caja, de la caja una funda y de dentro de la funda: “su varita mágica”, sólo para casos especiales y difíciles como este. Cogió la varita con su pequeña y delicada manita y dijo: “Rumbi vindanga vindungui de virón que a este puchero venga mi visión” Después de un momento de espera dentro del puchero…

Victoria Jiménez Vélez



Apareció el reflejo de su madre dentro del puchero, entonces el príncipe Felipe que era muy feo se puso muy contento al ver en el caldero la cara de su madre a la cual echaba mucho de menos y seguía tan bella como siempre. La bruja encantada le pregunto: ¿Quieres decirle algo a tu madre? Felipe tan bueno y feo le dijo a la bruja que sí, entonces la bruja le respondió. Echa un puñado de sal en el caldero y el caldero te responderá, al cabo de un buen rato el caldero empezó hacer burbujas y la bruja dijo: ¡ya esta listo para preguntar lo que desees! El príncipe Felipe se acerco al caldero y pregunto: ¿Quería saber donde fuiste mamá? Y ¿Por qué soy tan feo con lo bella y hermosa que eres tú? Entonces el caldero empezó a ponerse a hervir poniéndose al rojo vivo, las burbujas empezaron a saltar del caldero salpicando incluso el suelo y decían: Felipe, Felipe, Felipe…

María del Carmen López Sánchez



La bruja encantada dijo al príncipe Felipe que su fealdad tenía solución, pues sólo era apariencia externa y en su interior estaba limpio de verrugas y fealdad, ocultando la belleza real. Quienes te conocen y tratan día a día ven en ti la nobleza de tus sentimientos y buen trato hacia los demás, a pesar de burlarse de tu aspecto físico. Al oír estas palabras que provenían del interior del caldero, se iluminó el rostro feo y demacrado y por unos momentos se transporto esa belleza hacia el exterior, mostrando a un hermoso y bello muchacho. La bruja encantada que presenció esta situación quedo prendada con esta imagen. Pero el caldero parecía querer decirle algo más, de pronto apareció la imagen de su madre que le decía: Ve al sendero que conduce hacia el río, durante “nueve lunas nuevas” y en la última de ellas, siéntate en la gran piedra, que esta junto al único abeto que hay y mira hacia el río donde el reflejo de la luna es más intenso. Él te mostrara lo que sucedió el día de mi desaparición, el por qué de tu transformación y quizás posibles soluciones en tu vida…

Manoli Díaz Gómez



El príncipe feo, conmovido por lo que la imagen de su madre le había dicho a través del caldero, se encaminaba cada luna nueva hacia el sendero que conduce al río y se sentaba en la gran piedra junto al abeto a esperar con ilusión lo que iba a ocurrir. Cuando habían pasado ocho lunas, estando mirando su reflejo en el agua, de pronto vio aparecer una bruja, se asusto, pero ella le dijo, no temas no vengo hacerte daño, soy una bruja buena y encantadora aunque algo envidiosa, me llamo Malvadini y vengo a decirte porque desapareció tu madre y tú tienes ese aspecto, de muchacho tan feo. Tu madre era una mujer hermosa, la más hermosa que había en estos lugares y tu padre también era un hombre apuesto y honrado que amaba mucho a tu madre. Lo que ocurrió fue que yo quería parecerme a ella en su belleza y disfrutar de todo lo que ella tenía. Entonces un día fui a verla al castillo y le lleve una tarta que yo misma había hecho, a la que le había echado una pócima mágica. Entonces esa tarta la compartió contigo, y al poco tiempo ella desapareció y tú empezaste a transformarte en un niño cada vez más feo y triste…

Manoli Lineros Ortega



Y de pronto la bruja desapareció sin darle tiempo al príncipe Felipe a preguntarle nada más sobre su madre y su aspecto físico. El príncipe Felipe se fue a casa de la anciana bastante disgustado porque no había averiguado gran cosa sobre su aspecto y el destino de su hermosa madre. En la casa de la anciana estaba esperándole la bruja encantada, que le pregunto: ¿Cómo estas? El príncipe Felipe apenas podía hablar y no supo que responderle a la bruja encantada, ella muy preocupada por el príncipe le dijo: -

Espera un poco de tiempo y ven a verme a mi casa y ya veré como te puedo ayudar a buscar a tu madre y cambiar tu aspecto, ya que todo se debe a un encantamiento de la bruja Malvadini.

El príncipe Felipe, muy triste y desilusionado estaba perdiendo por momentos la esperanza de encontrar a su hermosa madre y él poder tener su verdadero aspecto. El tiempo iba pasando y al cabo de dos semanas decidió volver al castillo de la bruja encantada para saber si ya había encontrado alguna solución...

Bella María Bernal Moreno



La bruja encantada al llegar al castillo el príncipe Felipe lo esperaba con una muy mala noticia. La bruja saludo al príncipe Felipe y lo condujo a una de las habitaciones del castillo, allí se encontraba un gran armario que parecía muy normal. La bruja frente al armario dijo unas palabras mágicas: ¡Armario mágico ábrete para este muchacho tan bueno y romántico! De pronto se iluminó el armario deslumbrando toda la habitación, el armario se abrió por la mitad, dentro del armario había una manta que tapaba algo de dos metros más o menos. La bruja encantada le dijo al príncipe Felipe: - Debajo de esa manta hay algo valioso para ti. La bruja destapó la manta y sorpresa: Había una estatua con mucho polvo. No se veía bien lo que era. Parecía una mujer muy bella. El príncipe Felipe muy asombrado por lo que había visto le dijo: - Esta cara me suena muchísimo…

Juan Santiago Ramírez García



Al sacar a la estatua de aquel oscuro armario, se dio cuenta que era su madre. Estaba petrificada, parecía una estatua de piedra. El príncipe Felipe al ver aquello se quedó sorprendido, no sabía que pensar y no encontraba explicación lógica para aquello que estaba viendo, como su madre podía ser una estatua de piedra. La bruja encantada le explicó que su madre estaba bajo los efectos de un hechizo y le dijo: -

Confía en mí, juntos podremos romper el hechizo y todo volverá a ser como antes te lo prometo.

La bruja encantada dijo al príncipe que necesitaban tres cosas para deshacer el hechizo. Esas cosas eran las siguientes: 1) Una flor morada con cuatro pétalos brillantes. 2) Un doblón de oro. 3) Tres escamas de una carpa. El príncipe Felipe le pregunto a la bruja encantada: -

¿Dónde conseguiré esas cosas?, la bruja le contesto, busca en el pueblo, pregunta a los habitantes y tráeme las tres cosas antes del amanecer y así podré romper el hechizo.

Dicho esto, el príncipe Felipe se puso en camino para poder encontrar todo lo que la bruja encantada le había pedido…


Gema Tocino Caballero


Al llegar al pueblo vio a una ancianita sentada en un banco y dijo: -

¿Voy a preguntarle una cosa? Pues siendo tan anciana sabrá responderme seguro. Cuando se acercó le dijo:

-

¿Buenos días bella anciana? Soy…

Eres el príncipe Felipe el de la profecía, dijo la anciana con un hilo de voz. -

¿Cómo me conoces?

Si hijo, se que eres el que romperás la maldición y traerás muchas alegrías al pueblo, ¿Bueno qué querías preguntarme? -

La verdad es que necesito saber donde encontrar la flor morada de cuatro pétalos brillantes.

Eso esta en una cueva helada en mitad de la montaña gigante, eso si tendrás que adivinar el acertijo que esta inscrito en la puerta para poder romper el hechizo y cogerla. La anciana le deseo mucha suerte al príncipe Felipe, ojala consigas tu sueño. Después de su encuentro el príncipe Felipe se puso en camino y a la vez que su ilusión se iba haciendo cada vez mayor él se encontraba más contento y de pronto ¡puff! Desapareció la nariz fea y le creció una bonita nariz, y él sabía que si lo conseguía sería un príncipe bello…


Conchi Rodríguez Alonso

Subiendo la montaña gigante, tras un abeto vio una cueva y corrió hacia ella, al llegar a ella vio la flor morada de cuatro pétalos brillantes. El príncipe Felipe empezó a buscar el conjuro para intentar abrir la puerta, tras dos horas buscando conjuros se acordó de lo que le dijo la bruja encantada: Mira a tu alrededor piensa que hay cerca y di lo que tú quieras que suceda Mirando a su alrededor se encontraba la montaña gigante, y pensó que es lo que había cerca de ella. Era un gran abeto y lo que él iba buscando, la flor morada. ¡Flor ábrete! Y de repente se abrió. Cogió la flor y en ese momento se le quitaron las pecas y el príncipe Felipe se puso muy feliz. Al salir de la cueva vio un papel en el que ponía: las escamas de carpa las encontraras en la orilla del río grande. Salió corriendo de la cueva en busca de las escamas de carpa, descendiendo de la montaña gigante vio un puente viejo que tenía que cruzar para llegar al río grande, pero el puente estaba roto y no podía cruzar. El príncipe Felipe al ver que él no podía sólo fue al pueblo en busca de ayuda. Al llegar al pueblo empezó a buscar gente y sólo encontró a personas mayores, porque los jóvenes estaban en el colegio…


MarĂ­a del Reposo Luna Cruz


Al no encontrar a nadie provisto de juventud que pudiera ayudarle, se acercó a un anciano que se encontraba sentado junto a una barandilla que protegía el acceso a una pequeña terraza de madera. Una vez que estuvo frente a él, le dijo: -¡Hola anciano! Soy el príncipe Felipe y vengo de tierras lejanas con un propósito. Necesito tu ayuda. El anciano oleaba la llanura de espigas de trigo a punto de ser recogido, porque ya estaba maduro. Simuló no oír al príncipe Felipe, lo que causo en este un atisbo de ira. No obstante, el príncipe Felipe volvió a requerir la atención del anciano, solicitando su ayuda. El anciano salió de su simulado ensimismamiento y dirigió una dura mirada al príncipe Felipe. Le dijo: -

Vosotros los jóvenes no queréis luchar ni sacrificaros para conseguir lo que debéis. Al menor contratiempo, os abandonáis a la caridad de quien os rodea para que solucione vuestros problemas. Queréis llegar siempre a la meta, sin disputar primero la carrera. ¡Bien! Te ayudare a mi manera ¡Se lo que buscas! Pero te equivocas, no son exactamente escamas de carpa. Te daré algunas pistas. Sube a lo alto del cerro y mira los campos de siembra. ¿Sabes de qué color son las escamas de carpa anciano? ¿Sabes de qué color es el trigo maduro? Observa y encontrarás lo que buscas…

Gaspar Flores Delgado



El príncipe Felipe bajo corriendo de lo alto del cerro y llego a los campos de cosecha en los cuales había una cuadrilla cogiendo el grano de trigo. Cogió aire y pregunto: -

Vengo buscando tres escamas de carpa y me han indicado que es como una metáfora.

Le contó a un labriego la historia y le pregunto. ¿Puedes ayudarme? El labriego respondió: -

¡Por supuesto! Pero primero ayúdanos tú a mí y a mi cuadrilla a cosechar el grano antes de que lleguen las lluvias.

El príncipe Felipe no puso ningún reparo y al instante se puso a ayudar a los campesinos a cosechar el grano. Terminado el día de trabajo cansado y exhausto pregunto de nuevo. ¿Ya he cumplido con mi parte del trato y todavía no me habéis dicho donde poder encontrar lo que vengo buscando? - ¡Lo tienes en tus manos! Respondió el labriego. La escama de carpa que vienes buscando, es sólo la paja que cubre el grano de trigo. El príncipe Felipe cogió una brizna de paja y se dirigió al río para poder darse un baño, pues después de tanto trabajo se encontraba sudoroso y le picaba el cuerpo de tanta paja del grano. Cuando hubo terminado de bañarse, se dio cuenta que debajo de tanta suciedad se escondía un esbelto y joven cuerpo…

Manuel Montes Bermejo



Salio del baño corriendo hacia el espejo, no paraba de mirarse, no lo podía creer… - Todo ilusionado y feliz de su aspecto, se vistió y sólo quería que todos le mirarán lo guapo que estaba. Las muchachas del pueblo no dejaban de mirarlo él se ruborizaba pero le gustaba, todo era nuevo para él. De repente se acordó de lo que él había ido hacer a ese pueblo, lo único que le faltaba para ser completamente feliz era encontrar a su querida madre. Doblón de oro no podía parar de pensar… - ¿Cómo conseguir este último objeto? Un doblón de oro era muy antiguo, de sus antepasados, se podría conseguir si hubiera algún tesoro escondido (pensó). ¡¡¡Eso!!! ¡¡¡Claro!!! Se acordó de que en lo alto de la montaña, en las cuevas de la bruja Maldivina se escondía el tesoro de unos piratas. Nadie se acercaba por allí por miedo a los hechizos de la bruja, eso no le haría retroceder su corazón ansiaba de ganas de volver a ver a su madre de nuevo. Ya estuvo demasiado tiempo sin ella, no quería echarse atrás estaba muy cerca, se armo de valentía y fortaleza para seguir adelante con la certeza que encontraría el tesoro… Subiendo la montaña vio como unos cuervos, le miraban fijamente. Estaba muy cerca de la cima y eso le dio que pensar, estaría la bruja cerca, ¿estaría en peligro? Él seguía adelante pisando fuerte… Mercedes Carrasco Rodríguez



Cuando llegó a la cima de la montaña, vio muchas cuevas, pero sólo una tenía una bandera pirata, esa era la cueva que estaba buscando. Pensó que iba a ser muy peligroso adentrarse en esa cueva, pero el recuerdo de ver de nuevo a su madre le dio mucha fuerza. Solo había dado dos pasos dentro de la cueva, cuando se le apareció una bella ancianita. El príncipe Felipe se quedo paralizado. No se lo podía creer, la bruja que guardaba el tesoro pirata, solamente era una viejecita que no le gustaba la gente y por eso vivía dentro de aquella cueva apartada del mundo. Así que se invento la historia de la bruja para vivir allí tranquila sin que nadie la molestara. El príncipe Felipe le explico su historia y como necesitaba el doblón de oro para salvar a su madre. La ancianita con los ojos llenos de lágrimas al escuchar al príncipe Felipe hablar de su madre, le dijo que le entregaría el doblón de oro a cambio de que guardara su secreto. Se despidió con un fuerte abrazo y corrió hacía la casa de la bruja encantada con los tres objetos…

Paqui Muñoz del Águila



Después de varios días de camino el príncipe Felipe llegó al pueblo donde todos sus vecinos le esperaban con gran impaciencia. Todos se quedaron bastante asombrados al ver el gran cambio físico que había dado el muchacho, ya que de ser el príncipe feo se había convertido en un apuesto príncipe. El príncipe Felipe después de darles las gracias a todos sus vecinos se dirigió a casa de la bruja encantada con los tres objetos. Ella al verlo también se quedo prendada de su gran cambio y como él solo había logrado quitarse el hechizo de la bruja Malvadini. Solo les quedaba una cosa de hacer para que todo fuera perfecto y era saber donde estaba su madre. La bruja lo condujo de nuevo a la habitación donde estaba el gran armario y en un gran caldero depositaron los tres objetos: la flor morada de cuatro pétales brillantes, las tres escamas de carpa y por último el doblón de oro y recitó unas palabras mágicas y sin más apareció una gran nube blanca que dejó cegado tanto a la bruja encantada como al príncipe Felipe. Pasados unos minutos la nube blanca se fue deshaciendo y apareció una mujer con una gran belleza. El príncipe Felipe enmudeció al ver de nuevo a su madre, no podía creer lo que veían sus ojos pero por fin podría darle el tan ansiado abrazo que tantos años se había guardado. Al final se demuestra que con tesón y ganas todo se consigue y que “nada es imposible” si se apuesta por ello. María Luisa Castilla.

FIN


AUTORES/AS DEL LIBRO VIAJERO - María del Rosario Escudero Domínguez. - Carolina García Bermejo. - Victoria Jiménez Vélez. - María del Carmen López Sánchez. - Manoli Díaz Gómez. - Manoli Lineros Ortega. - Bella María Bernal Moreno. - Juan Santiago Ramírez García. - Gema Tocino Caballero. - Conchi Rodríguez Alonso. - María del Reposo Luna Cruz. - Gaspar Flores Delgado. - Manuel Montes Bermejo. - Mercedes Carrasco Rodríguez. - Paqui Muñoz del Águila. Dirigido por: María Luisa Castilla Arroyo.


Este cuento se ha realizado con el ánimo de hacer partícipes a las familias de nuestro Proyecto Lector.

Queremos que los niños y niñas lo disfruten , saboreen el trabajo realizado por sus padres y madres, con su esfuerzo personal . El cuento ha sido realizado por las familias de los alumnos/as de Quinto de Primaria, una vez comenzado el cuento en el Centro, y, posteriormente se han hecho los arreglos en ordenador y terminado en el Centro.

Queremos darles las gracias a todas las personas que han participado en el Libro y animarles para próximas ediciones.

El cuento se distribuirá a todas las familias, gracias a la colaboración del AMPA.

El ceip José Nogales presenta este cuento el “Día del Libro” del curso 2011/12.



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