Julio 14 Zona Fantasma

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Editorial


Julio = Vacaciones Pareciera que los meses pasan volando. Seguro que nos han notado algo ausentes, pero debo decir en nombre de mis compañeros que en su mayor parte es culpa mía. Veces en que la vida y hasta la monotonía nos pone trabas y pareciera que no podemos continuar. Pero aquí estamos, gracias al esfuerzo de mis compañeros, intentando sorprenderlos otra vez con nuestras historias. Espera próximas sorpresas, así que estate atento a nuestro blog y nuestras redes. Qué disfrutes esta edición.

Dante Locke Por cierto, y sólo para añadir en esta ocasión, me gustaría aprovechar para felicitar a al jefazo por su cumpleaños, que es en este mes. No sabríamos que hacer sin él. ¡Muchas gracias por estar con nosotros! Nos estamos leyendo.

MidnightMoon


P

or primera vez en estos dos meses decidí dejar mi habitación. Abrí la puerta, bajé y recorrí toda la casa, pero se encontraba vacía y en silencio. Sentí un hueco en el pecho, seguido por un dolor punzante en mi cabeza. Cerré los ojos un momento y entonces lo recordé: ellos ya no existen, al menos no como personas. Ella quería llevarse a mis niños argumentando que no era una madre adecuada por el estado de mi salud mental. No podía perdonarla, aunque ahora desearía haberlo hecho. Al final cumplió su objetivo. Mentira, hizo que yo misma lo hiciera. La llevé de la mano hasta la entrada del infierno, y sin darme cuenta arrastré a mis hijos hacia el mismo destino. Durante dos meses, día tras día, los encontraba al regresar del trabajo. Aunque probablemente nunca me alejé de estas cuatro paredes blancas. Por: Cesar San Juan

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¿Q

uiénes se creían para invadir mi casa?

Abrí el pase del gas en la cocina, antes de ir al sótano por unos fósforos. Hice bien en guardar una caja allí, pues los encendedores habían vuelto a desaparecer. Mientras subía, pude escuchar a los otros cuatro en el salón hablando sobre la asistente social y mis medicamentos. Discutían. No importaba; sólo quería impedir que gente extraña volviera a pisar mi hogar. —Se terminó el Carl comprensivo— les dije; mientras el fósforo rozaba la caja. Al fin, ya no más intrusos jodiendo mi paz. Por : Lucía Lemes


«Debo de estar paranoica, pero no soy un androide».

¿Qué harías si tu condición de ser humano fuese cuestionada?

¿Y si todo cuanto es real para ti no fuese más que el producto plástico de una fantasía?


Taller de Drake

«L

os lugares más oscuros del infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral». Lo anterior lo saqué de Inferno de Dan Brown y le doy algo de razón al personaje que dijo esa cita. Y es que en las historias nunca faltan aquellos que no toman bandos, algunos por buenas razones, otros por razones siniestras y los hay quienes sólo porque sí.

Neutrales En un mundo lleno de conflictos (o al menos dos grandes conflictos) existen quienes sólo actúan porque sigan los ideales del héroe o tengan la ambición del villano sino por su propia ideología. Una vez más aclaro que no son necesariamente todos los arquetipos sino aquellos de mi elección y opinión personal, así que, sin mayor prolongación.

Los mercenarios Todos hemos visto a sujetos como estos en alguna serie o película. Los hemos contratado en uno que otro juego de estrategia. Son aquellos (o aquellas) que sólo luchan

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por dinero; les pagas y ya, tienes sus servicios, así de simple. Pueden ser asesinos (del tipo francotirador o que usan armas sigilosas), ninjas (del tipo que usa veneno o matan algo más cercanos), magos (hechizos o maldiciones altamente destructivas) o asesinos ninja mágicos (si quieres mezclar todo en uno). Claro, no necesariamente todos son de los que matan a sangre fría. Algunos solo están allí como protección y pueden incapacitar no letalmente a un atacante. Lo que hagan no es personal, solo son negocios, les pagan por ello y seas quien seas, está en su contrato detenerte. Pueden apostar que tendrán una que otra arma ilegal o, si la historia es de magia, objetos altamente peligrosos o animales exóticos del tipo violento o muy sanguinario como mascotas. Como ya dije, los hay de varios tipos: algunos no cometerán genocidio contra inocentes o harán algo que termine en la destrucción del mundo, algunos porque aún les queda algo de moral y otros porque sencillamente no tendrían donde gastar sus ganancias. Muchos suelen ser del tipo pragmático y


saben evaluar sus riesgos (y pedir más paga si estos se elevan), los hay quienes saben cuándo detenerse, puesto que muertos no gastarán su paga. No faltarán quienes traicionen a sus contractores originales si sus oponentes les ofrecen mejor paga. Y hay otros que lo hacen porque les gusta actuar al margen de la ley y el pago es solo un bono. Esos son los más peligrosos porque posiblemente acepten tu dinero, el de tu oponente, el de algún tercero y terminen matando a todos. Todos son felices y él tiene su paga.

Los cazarrecompensas Similares a los mercenarios. Estos van por su cuenta y por lo general es solo uno (a veces dos, no es como que les guste compartir) de los más capaces guerreros que existen y que a diferencia de los mercenarios solo recibirá la paga después de capturar a un único objetivo. Generalmente su aparición involucra o está precedida por la de los típicos carteles de SE BUSCA (VIVO O MUERTO es opcional, pero por lo general está allí). Sin duda basados en los vaqueros de los western americanos, este es un arquetipo que veremos en diversidad de series (en especial si son americanas). No tengo mucho que decir de estos sujetos más de lo que ya dije con los mercenarios, si bien me parece estos tienen a veces muchos más contactos (asumo por lo de que viajan mucho) o saben cómo obtener información rápidamente. Algunos hasta pueden ser expertos rastreadores. Supongo que la principal diferencia es que los Mercenarios suelen estar en grupo, y los Cazarrecompensas, a no ser el objetivo sea muy peligroso, suelen trabajar en solitario. De nuevo esto no es sólido o necesariamente cierto en todos los casos, como dije es posible tener dúos de cazarrecompensas. Es sin duda para ellos un negocio arriesgado que la paga venga después de capturar o matar al objetivo, si lo tienen que llevar vivo, sin duda les acarrea muchas difi-

cultades en el trayecto a entregarlo. Mucho peor si debes ir a la guarida del villano encontrándote con tus colegas cazarrecompensas por el camino. Probablemente terminen aliándose con los héroes u obstaculizándoles la captura de algún villano, pero generalmente suelen ser gente aunque neutral, más inclinados al lado de hacer bien, si bien algo extremos en su manera de actuar en ocasiones.

Los comerciantes / traficantes ¿Necesitas un mapa a la guarida antigua de un palacio en medio del desierto? ¿Veneno de una criatura altamente peligrosa que pocos han enfrentado y vivido para contarlo? ¿Pergaminos con sabiduría ancestral? ¿Un robot panda? Estos tipos tienen todo eso y, por el precio correcto, ¡tú también! Estos son los sujetos (generalmente del bajo mundo, aunque los hay que legales y viajan por el mundo) que tienen de todo. Si son ancianos, seguro que afirmarán haber obtenido muchas de las cosas en su juventud, con una que otra interminable historia sobre cómo fue posible. Si son jóvenes igual lo afirmarán, ahora que las historias sean o no ciertas es variable. Es posible que sean o estén relacionados con piratas y ladrones. Otra posibilidad es que sencillamente le paguen a alguien para que les traiga dichos objetos (el número de intentos para obtenerlas es variable también). Esperen precios muy inflados por su parte. Y no es del todo injustificado si en verdad solo tiene rarezas. Esperen que si tiene otros comercios además de cosas exóticas, sea capaz de ayudar a cualquier bando usando sus transportes como distracción para infiltrarse. Siempre y cuando reciba alguna paga.

La fuerzas de la naturaleza Admitámoslo, no hay forma de decir que un elemento natural pueda tomar bandos. Los animales hambrientos no se pondrán a dis-

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cernir entre buenos y malos al momento de atacar. Esto puede usarse por cualquiera de los bandos en cualquier momento de la batalla. Del mismo modo, es posible toparse con elementales o representaciones antropomórficas de elementos que pueblen el mundo (si es un mundo mágico) cuya única función es proteger ciertas zonas.

Robots En ciencia ficción el equivalente serían los robots. Sí, asumo que los robots que sólo siguen una programación base sin tener autonomía no pueden ser necesariamente calificados de buenos o malos. No puedes responsabilizar a un auto de atropellar a alguien sino a quien lo maneja. Así de simple. Lo cual sin duda le da un giro tétrico si el robot tiene una personalidad, pero sencillamente no puede luchar contra su programación. Si alguna vez se han sentido atrapados en la rutina, pues miren, este tipo literalmente no puede salir. ¿Te pone las cosas en perspectiva, no? Y esos fueron todos los arquetipos que se me pudieron ocurrir. Como siempre, nada aquí es fijo, todo es variable y es posible incorporar más. Ustedes pueden siempre aportar más a la lista. Y con esto dicho, Drake Epsilon se despide hasta la siguiente entrega. Nos leemos.

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El microverso...

El microverso color de rosa de los personajes (O como golpear una esposa sin ser baneado del foro)

H

azte a la idea: dos de tus personajes favoritos de la historia que estás leyendo están discutiendo. La pelea llega a tal grado que él está harto de que su esposa intente calmarlo con palabras de aliento, cosas dulces, entre otras cosas inofensivas. De pronto, él la golpea en la cara. No solo le deja un ojo morado, sino que ella lo abandona y no quiere volver a saber de él nunca más.

que este interactúa directamente: su familia, su casa, sus vecinos, su trabajo, su pareja, en fin, con todas las personas o cosas con las que interactúa diariamente.

Los personajes inmaculados

Yo les pregunto a ustedes: ¿De verdad piensan que los personajes de las historias que ven en televisión, leen ya sea en libros o en páginas de internet, o los que escriben en sus propias historias tienen que comportarse como santos cuando discuten con los otros personajes principales o secundarios principales?

¿Qué es el microverso de un personaje? El microverso de un personaje no se refiere únicamente al pequeño espacio que este ocupa en su universo conocido (el macroverso), sino a todo el ambiente en sí en el

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La situación que leíste al inicio del artículo está en un fanfic real de mi autoría. Hace poco leí la historia de una autora de fanfics (cuyo nombre no mencionaré) que hizo que el protagonista de su historia violara a su pareja.

La respuesta bien puede sorprender a


unos cuantos: no. Algunos dirán: «Pero si los personajes siempre discuten entre ellos no hay ningún problema, no hay necesidad de que lleguen a los golpes». Otros más: «¡El personaje no es así! ¡El jamás haría algo como eso!».

cusión no se puede hacer solo mediante palabras. Simple: las personas tienen que discutir entre ellas, insultarse, amenazarse, incluso lanzarse objetos entre ellas, como cualquier persona normal haría en una discusión.

Les hago otra pregunta: ¿Qué sucede cuando no es así? ¿Qué sucede cuando el autor mete a tus personajes favoritos en una situación tan delicada y controversial, y peor aún: no existe un punto de retorno?

¿Pero qué sucede cuando la situación es demasiado grave? ¿Qué sucede cuando el autor incluye escenas explícitas entre los personajes principales de temas muy delicados tales como la violación de uno de los personajes principales por parte del protagonista, o peor aún, se convierte en el asesino de otro personaje importante?

Más de una persona alguna vez ha pensado en esas situaciones y en cómo se comportarían, pero muy pocas veces nos hemos topado con ellas de manera real en una historia, por lo que más de alguno se preguntará: ¿Cuáles son esas situaciones y qué se debe hacer en ese caso?

Resolución de conflictos de manera verbal = Mary Sue Existen dos maneras en que estas se pueden presentar: un nivel aceptable y un nivel controversial. El nivel aceptable se da cuando las situaciones son normales entre ellos, como cuando las discusiones entre los personajes no pasan de una simple rencilla o una discusión verbal. Incluso algunos toman como situación normal cuando un personaje engaña a su pareja, siempre y cuando no pase de un beso o un abrazo, o incluso de un único encuentro sexual, e incluso pueden llegar a perdonar al autor si todo regresa a la normalidad después de ello. Todos saben lo que es una Mary Sue, ¿cierto?, pues bien, déjenme decirles que todo lo que les acabo de describir es una forma de Mary Sue. Cuando todos los conflictos de personajes se resuelven de manera verbal el 100% de las veces es aburrido, monótono y rutinario para una historia. Cuando haces esto, has creado una Mary Sue. No con esto me refiero a que tampoco se den a los golpes cada dos días, no, lo que quiero dar a entender es que una dis-

«Todo es por el bien de la trama, todo se va a arreglar después y todo seguirá igual, o incluso mejor». Esta es la justificación que tienen casi todos los autores cuando cometen el «pecado» de meter a sus personajes en una situación tan complicada como esa. Pero este es precisamente el principal problema. Muchos autores escriben estas escenas porque la trama los obligó a ello, pero muchas veces no han pensado en las repercusiones directas e indirectas que algo así tiene tanto para él como para los lectores.

Recomendaciones para los lectores Afortunadamente, este artículo no solo es para hacer preguntas infinitas acerca de este tema, sino darles algunos tips y consejos tanto a los autores como a los lectores. Si tú eres un lector y te encuentras con una situación como esta en la historia, intenta hacer esto antes de dejar de leerla:

Espera a leer el siguiente capítulo Es cierto, todos nos sentimos en shock y nos sentimos con gran resentimiento hacia el autor por hacerle algo así a tus personajes favoritos, pero vamos, eso no significa que tienes que dejar de leer la historia. Recuerda: la paciencia es una virtud, y cuan-

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do paga, paga bien. Recuerda que no sabes que fue lo que orilló al autor a escribir esa escena, por lo que tampoco sabes que es lo que vendrá después. Créeme, si no quieres quedarte con la duda, es mejor que sigas leyendo.

Ponte en contacto con el autor Con este consejo no me refiero a que tienes que mandarle un correo ácido donde lo insultas y le dices hasta de lo que se va a morir. ¡Para nada! Lo único que conseguirás con esto es ganarte el odio del autor o que este se decepcione de la historia y deje de escribirla. Tienes que ponerte en contacto con el autor para darle tu opinión de la historia, intentar hacer una crítica constructiva, saber por qué el autor hizo lo que hizo. Intenta darle tu punto de vista sin llegar a los insultos, o incluso darle opciones de cómo puede resolver la situación de manera satisfactoria. Créeme, te lo agradecerá, incluso podría usar tu idea para la historia.

Resignación Esta es la última opción, y la única que queda cuando ya todo lo demás está perdido. Si en los capítulos subsiguientes a la escena no resolvieron el conflicto, y la historia que estás leyendo está en un libro físico o virtual, ya no puedes hacer nada para mejorarlo. Recuerda esto: todo lo que estás leyendo es ficticio, nada de lo que sucede en la historia pasó realmente. Intenta resignarte, mantener la calma, y si esto no funciona, lo mejor es dejar de leer la historia. No hay que olvidar que todos los autores saben en lo que se meten cuando comienzan a escribir sus historias, pero a veces olvidan el impacto que este tipo de situaciones tienen en los lectores. El caso de un libro publicado es especial, porque la editorial se encarga de censurar y corregir muchas partes, por lo que

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te puedes imaginar que si lo que estás leyendo ya de por sí es malo, la versión original pudo haber sido mucho, mucho peor.

Recomendaciones para los autores Bien, ya dadas algunas recomendaciones para los lectores, es hora de darle algunos tips y recomendaciones a los autores. Bien, eres un autor (ya sea novato o profesional), y estás escribiendo tu historia y llegas a un punto en el cual es necesario para la trama que un personaje principal (ya sea protagonista o secundario) haga algo terrible, fuera del personaje, a alguien que conoce y/o ama. ¿Qué es lo que debes hacer en ese caso? Así como hay lectores que se enamoran de sus personajes, también los autores tienen ese sentimiento. Por ejemplo: ¿Cómo crees que se sintió J. K. Rowling cuando mató a Doby en el último libro de Harry Potter? Ella se puso a llorar en el hombro de su esposo, arrepintiéndose de haberlo matado. Ahora sí, las recomendaciones y factores a considerar si quieres agregar una escena controversial entre protagonistas a tu historia:

La opinión pública Como un actor de cine o televisión diría: «¡En la cara no, que de mi público vivo!». Todos los autores, sin excluir ninguno, saben perfectamente que la opinión que las personas tengan de su historia es lo que les da de comer. «¿Pero por qué dices “opinión pública” y no opinión del lector?», se preguntarán, pues por una simple razón: si bien el lector es el que compra tus libros y disfruta de leerlos, no solo de ellos dependes. El dinero que vas a ganar con ellos, y aún más importante, tu reputación como escritor profesional dependen de algunos terceros: el crítico, la compañía editorial, y,


en el caso de las historias publicadas en Internet, de los administradores de las páginas donde publicas tu historia. Si colocas una escena controversial en el microverso principal y no te importa en lo más mínimo lo que estas personas opinen de ella, o al menos no tuviste la amabilidad de avisarles antes lo que ibas a colocar, tu reputación y tu carrera como escritor se fueron al carajo. Quedas advertido.

La clasificación de edad Este no es solo un numerito o una letra que puedes ignorar libremente cuando superas esa edad establecida. Estas se crearon para que los lectores sepan a qué tipo de situaciones y escenas se encontrarán en la historia. Por ejemplo, si pones una escena sexual explícita en una historia para todo público, prepárate para ser baneado, o que tu historia sea trasladada a su clasificación correcta, o peor aún, que sea borrada. Lo mismo sucede con las escenas controversiales. Si pones una temática explícita de adultos en una clasificación de menores de edad (como la violación o el asesinato), las reacciones serán inmediatas. Lo cual nos lleva al siguiente punto:

El plan de escape Tu situación no podría ser peor: ya escribiste la escena, ya está publicada y tienes demasiados comentarios negativos por parte de los lectores, ya es demasiado tarde y nadie te dijo lo que tenías que considerar antes de publicar algo así. No hay punto de retorno. Estás atrapado en un edificio en llamas a punto de derrumbarse a causa de un incendio que tú mismo provocaste. Estás a punto de morir y no hay escape. ¿O sí lo hay? Antes de considerar la posibilidad de abandonar la historia para siempre, o peor aún, dejar de ser escritor solo por estos comentarios negativos, considera otras probabilidades:

Busca un beta-reader. Si tu problema son los comentarios negativos, busca a una persona ajena a tu situación y muéstrale tu historia y/o capítulo en conflicto. Si la persona que elegiste sabe del problema en el que te has metido, podrá ayudarte a solucionarlo de manera satisfactoria y podrás salir del problema con la menor cantidad de daño recibido.

Considera una opción alternativa. Esto es también recomendable que lo hagas cuando tu historia tiene demasiados comentarios negativos. Sabes que lo que hiciste con tus personajes no tiene solución y sabes que ya tenías un final establecido. Pero eso no importa, si a la gente no le gustó lo que hiciste, no todos se van a interesar en lo que escribas después. El daño ya está hecho, pero si lo que quieres es conservar a tus lectores sobrevivientes, lo mejor es complacerlos y buscar una opción alternativa a lo que tenías planeado, o sea, empezar desde cero desde el punto en conflicto.

¿Te banearon del foro? Empieza de nuevo ¿Borraron tu historia o la Editorial te rechazó? ¿Te bloquearon del foro y ya no te permiten el ingreso y no puedes publicar nada más, ni siquiera para explicar lo sucedido? Este es el peor de los casos, si lo que quieres es recuperar tu reputación y prestigio como escritor en el mismo foro, intenta contactarte con los administradores, ellos te escucharán y tratarán de hallar la forma de ayudarte a mejorar tu situación. Si esto no es una opción, inténtalo de nuevo en otro sitio, pero no cometas los mismos errores, empieza desde cero. Estos solo algunos tips y factores a considerar. Por supuesto que hay muchos más que no enlisté, pero lo hice más que todo por cuestiones de espacio. Sin nada más que agregar, nos seguimos leyendo.

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Acerca del universo

Acerca del universo, las mujeres fatales y todo lo demás Una guía sobre los estereotipos pop en una novela ligera

L

a Guía del Autoestopista Galáctico también menciona el alcohol. Dice que la mejor bebida que existe es el detonador gargárico pangaláctico. Dice que el efecto producido por una copa de detonador gargárico pangaláctico es como que le aplasten a uno los sesos con una raja de limón doblada alrededor de un gran lingote de oro. Un efecto similar se consigue creando el personaje de una mujer fatal en un relato. Acerca de las mujeres fatales esto es lo que dice el libro: «Para empezar definamos que una mujer fatal es una fémina que tiene el dominio sobre el personaje protagonista masculino con el uso de su feminidad, y un atractivo

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casi masculino que nace de su agresiva sexualidad. La contrapartida masculina de una mujer fatal seria el amante seductor, pero en una historia coherente los hombres no tienen un plan de intriga o un adjetivo fatal de autodestrucción como las mujeres fatales. Desde la literatura clásica podemos ver la figura de la mujer fatal en la obra Madame Bovary, con un argumento algo sencillo: nos narra la historia de una joven soñadora que no distingue entre la realidad y la ficción de las novelas románticas, llevando a la bancarrota a su esposo en un proceso de autodestrucción, donde pasa de una despreciable villana manipuladora, a una inocente y pobre víctima de la realidad cruel. Desde aquí veremos que este


maravilloso personaje puede ser una villana psicópata sin moral o una extraña mujer muy deseada por nuestro público masculino.

sociales, como en Sundome; o solo un rasgo de personalidad que las hace diferentes y extrañas, como en Nazo no Kanojo X.

Para su comprensión veremos algunas de sus características:

Toma la iniciativa en la relación

Posee el control sobre las acciones y deseos del protagonista

Asumen el papel de conquistadoras, acosadoras y objetos del deseo. Pero entregan solo lo justo en la relación. Premiando gradualmente al protagonista. Esto se puede ver en Sundome donde nuestra mujer fatal es aparentemente frágil. Pero cambia cuando esta con el protagonista y ella pone su primera condición, diciendo que nunca tendrá una relación de carácter sexual con él, luego ella empieza un juego de entrenamiento, donde se premia y castiga. Esto permite una relación que crece en intimidad, y hace del protagonista una mejor persona.

Esto se aprecia en el filme Niagara que contaba con la actuación de Marlín Monroe como nuestra mujer fatal, que con sus encantos y una manipulación psicológica logra que el protagonista cometa un asesinato, que la beneficia directamente. Es este el nivel de control que posee una mujer fatal sobre el personaje protagonista. Por el contrario en el manga Sundome la acción de dominación sobre el protagonista es benéfica, haciendo de él un doctor en su deseo de cuidar de ella.

Es muy común incluir junto a la mujer fatal…

Por lo general no es muy bella Aunque sea algo contradictorio a los modelos caricaturizados de mujer fatal de los filmes de espías o de gánsteres. Una mujer fatal es guapa, pero no espectacularmente bella, como se ve en la novela latinoamericana El túnel de Ernesto Sabato, y en el manga y anime japonés Nazo no Kanojo X; en la primera María es una mujer muy sencilla, y en la segunda Mikoto Urabe es una adolecente despeinada y que tiene la costumbre de babear sobre la carpeta. Pero ambas son personajes enigmáticos y muy atractivos.

Tiene algún tipo de orden psicológico Un aspecto común a toda mujer fatal es este. Puede ser una locura vengadora y asesina, como en el filme La mano que mece la cuna; una psicopatía leve que hace que no sientan remordimientos, como en Niagara que se mencionó antes; una falta de limites

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Una tabla de salvación … expresada en una bellísima mujer que es sumisa, encantadora y en todo aspecto mejor que la mujer fatal. En ocasiones los rangos de belleza se ven invertidos como en la novela ligera Gekkou. Pero lo usual es este patrón, tomemos, por ejemplo, el manga y animación japonesa Aku no hana, donde este modelo se respeta haciendo un triángulo amoroso donde el público abiertamente desea que el protagonista viva una vida tranquila con el ángel. Pero secretamente también desea que escape con el demonio al metafórico «otro lado más allá de las colinas». Ahora comprendidos bien las características principales de una mujer fatal, la guía del autoestopista espacial te da cinco pautas muy importantes basadas en la ya mencionada Gekkou, para escribir sobre una mujer fatal: 1. Siempre tendrás un refrescante jugo de naranja y un embriagador vino. Pero el público te agradecerá que tu protagonista escoja el vino. De otra forma el argumento será aburrido y dejara a muchos insatisfechos. Claro, esto depende de tu habilidad en el desarrollo y diseño de los personajes.

2. La

combinación de mujer fatal, un crimen y policías es

buena y siempre da como resultado un argumento aceptable; el no usar policías ni un crimen en el argumento complica la construcción. Pero bien estructurado hace sobresalientes narraciones.

3. Las historias de mujeres fatales por lo

general se narran desde el punto de vista del protagonista. Pues de esta forma se puede conocer más profundamente los sentimientos y deseos que lo unen a la mujer fatal, así como la sensación de ser un juguete en sus planes.

4. El protagonista siempre empieza pensando que ella es una asesina calculadora sin moral, o algo similar, y luego queda desarmado ante ella, y, en el fondo, convencido que eso importa poco; debe ayudarla y cuidar de ella. La historia tendrá un final cuando el protagonista acepte que es su esclavo, y esto puede ser alargado indefinidamente o dándole un final abierto.

5. Y, por último, recuerda: Ellas siempre

tiene un propósito, que es mejor que nunca dejes claro en la narración: quieren que el protagonista mate a alguien, quieren solo usarlos como juguetes, quieren ser amadas o amar de esa forma rara y llena de secretos única y personal que hace especial a una mujer fatal.

La guía terminó su artículo, y Arthur miró asustado a su amigo Ford. ―Esto no tiene sentido, ¿mujeres fatales? ―dijo enojado Arthur. ―Creo que deberíamos preguntarle en la siguiente ocasión sobre comedias harem y harem inverso. ―Sí, deberíamos. En el siguiente artículo: Acerca del universo, harem y harem inverso, y todo lo demás. Que la fuerza les acompañe, y gracias por el pescado.

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Dibujantes principiantes

Problemas de dibujantes principiantes en ámbito de los fanart y cómo encararlos

E

ste artículo es para sugerir una forma de mejorar en el trabajo del dibujo analizando los errores comunes de los principiantes, incluyéndome, por lo que está sujeto a mi punto de vista y representado por dibujos propios. Obvio, no puedo usar los trabajos de los que analice los errores sin permiso del autor. Las clases de dibujo se las dejo para las diferentes fuentes que nombro. Esta exposición se hará en forma general y concisa por lo que esta dirigido y dedicado a todo aspirante a dibujante en general y en especial a los dibujantes del estilo anime lectores de esta revista.

Problemas recurrentes de aficionados Para ir directo al grano, el problema es crear imágenes ya sea personas o escenarios sin preparación o técnicas y conocimientos previos sobre dibujo y pintura. En tu mente tienes una imagen y quieres pro-

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yectarlo en un soporte físico o digital (papel, lienzo imagen JPG, etc.), tu imagen se ve genial en tu mente y haces lo posible con tus habilidades para expresarlo y que todos lo vean como tú lo ves, pero tus capacidades son limitadas. Para ello debes estudiar la realidad visual que nosotros percibimos, como se expresa la luz y los cambios de los colores con respeto a esta, la perspectiva y profundidad en base a la distancia del observador, etc. Ten en cuenta que al no buscar soluciones conlleva a la persistencia de errores. He visto mangas aficionados que siguen con los mismos errores por mucho que avancen sus historias. El trabajo del dibujante es convencer (o engañar) al cerebro combinando puntos, líneas y colores para hacer una imagen 2D y hacerlo pasar por 3D (aun si es una imagen simple) si el cerebro ve que tu imagen es coherente con lo que ve diariamente entonces tu imagen es convincente. Sino cualquiera podrá percibir tus errores.


Problemas concisos No respetar las medidas propias establecidas de los cuerpos, ya sea el canon humano realista de 7 ½ cabezas a 8 o un canon para estilo anime o chibi. Los cuerpos no se mantienen constantes en sus proporciones ante su cabeza u otra referencia, y esto se ve más en los mangas aficionados.

Las formas del cuerpo son rectas o se obvia los músculos representativos, dan la sensación de una constante tensión muscular del personajes por lo que no hay soltura.

Los rostros son dibujados por la misma forma característica de los rostros de anime por lo que la única diferencia entre personajes son el cabello y los colores usados, y si son mal dibujados no hay continuidad del rostro en un mismo personaje. Cabe mencionar la expresión facial por su gran importancia: ¿Cómo vas a expresar el estado anímico, reflejo de las personalidad del personaje, si no sabes cómo dibujarlos? Gran parte de la atención se centra en el rostro del personaje, tenlo muy presente.

Hay poca diversidad de estilos de peinados. Esto es más una sugerencia que un problema pero recuerda que el peinado refleja la personalidad de una persona.

La expresión corporal es impórtate pero muy poco abordada. Éste más la expresión facial expresa del 60% al 80% del mensaje por lo que tu dibujo puede verse bueno pero si no consideras estos puntos no dejaras bien en claro como es la personalidad de la persona o como se siente en ese momento.

La ropa no suele ser convincente

debido a que no es fácil dependiendo del tipo de ropa, no se muestra los pliegues habituales o carece de soltura y textura. La verdad es que, según la ropa, es más fácil dibujar el cuerpo que la vestimenta debido a la tridimensionalidad de las telas y accesorios.

El problema fundamental de los escenarios es la perspectiva. Hay que guardar relación con los elementos del espacio, tener en cuenta la coherencia de los puntos de fuga entre los elementos y el espa-

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cio. También considerar dichos elementos como los árboles, mesas, etc., ya que suelen ser dibujados de manera muy simple por lo que el éxito de la imagen suele depender de los personajes. La coherencia del espacio y los personajes debe ser técnica y sensitiva creando una atmosfera única.

Como mejorar tus trabajos Lo fundamental Dibujar la realidad poniendo en práctica las técnicas y conocimiento en pinturas. Quizás hayas dibujado alguna vez algo directamente con tus ojos pero cuando decidiste crearlo con tus propias manos no te quedaba bien. ¿Qué esperabas? Ni que pintaras como Da Vinci en el primer intento. Es que primero tienes que practicar mucho, veras que con el tiempo empezarás a pensar en 3D y tu mano dibujara la imagen en la hoja sin líneas o puntos guías y automáticamente te corregirás diciendo «esto debe ser más chico y esta zona deber ser más opaca», si se trata un objeto a distancia.

El estudio Primero diseña tu personaje: cuerpo, rostro, vestimenta, accesorios, prueba los colores así como diferentes posiciones y ángulos si es necesario, y no dejes de lado el escenario. Busca referencias de ser necesario. Esta información será tu guía. Ensaya el trabajo final con bocetos de cómo se vería y termínalo. Así evitas que los errores persistan en el trabajo final y sea convincente. La habilidad de dibujar todo bien a la primera viene después (quizás mucho después). De igual forma estudia los escenarios con los principios de la perspectiva. Dibuja y pinta un parque o escenario que usaras en tu trabajo en diferentes ángulos incluso en diferentes horas del día por la luz si crees que es necesario, así aprenderás más.

Fundamentos de dibujo y pintura que debes aprender Para mí estos son los temas fundamentales que debes estudiar y su orden de estudio, recuerda que abarca más de lo que expongo aquí:

Perspectiva.

Plantear el espacio tridimensional donde se ubicada el fondo y los elementos (personajes y otros) usando figuras geométricas, manteniendo coherencia de todo la imagen mediante los puntos de fuga.

E l

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c u erpo

h u m a no

y

l a


a n a t o m í a

a n i m a l , si te interesa. Aprende a construir el cuerpo humano desde un bloque en perspectiva, luego el esqueleto y las partes anatómicas mediante figuras geométricas como cilindros, esferas, cubos y para terminar con los músculos ropa y la cabeza. Aquí entra el estudio del rostro y el cabello los cuales dependerá el estilo que escojas. Luz y sombras.

Fundamental con la perspectiva para darle tridimensionalidad al trabajo. Estudia las fuentes de luz, su intensidad como su dirección, también como se proyectan las sombras y componentes para saber cómo dar profundidad a la imagen.

Color.

Explora los niveles de saturación, brillo, combinación y el significado de los colores que también expresan emociones. Una paleta con poca variedad de colores dará poco realismo y un trabajo rutinario y pobre. ¿Colores pastel o colores opacos? Tú definirás tu sello. También hay temas que sugiero que con el tiempo revises como lenguaje visual, composición gráfica, semiótica de la imagen o lenguaje corporal pero no te quiero saturar, sin embargo sé que te ayudaran mucho. Y como es obvio trata de dominar tu técnica de trabajo sea óleo, tinta china, lápices de colores, etc.

Sobre las referencias El uso de las referencias debe ser para tener a la mano los detalles, las dimensiones, los colores, las texturas, las personas, ropa, cosas, lugares, etc. si vas a dibujar algo con lo que no estés familiarizado. Las referencias que uses se reflejaran en tu estilo. La mejor referencia es la realidad. Todos los artistas y estudiantes de arte trabajaban las referencias, pero la idea (para mí) no es depender de ellas, sino aprender como la luz y la perspectiva hacen efecto en lo que dibujas, por lo que tienes que centrarte en ello y con el tiempo dejarás de necesitar referencias progresivamente. Considéralos como objetos de estudio, al fin y al cabo eso son. Como ves, es más que solo copiar.

El corazón de la pintura Una imagen expresa un mensaje, una emoción desde el principio debes tener en cuenta que es lo que quieres expresar y que se quedara en el trabajo final. Las técnicas son para que el mensaje sea legible. Una ilustración bien hecha expondrá nítidamente la imagen que tu quieres mostrar, tu mundo interno.

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Fuentes para aprender Libros.

Sean físicos o electrónicos. Busca en internet hay muchos, sino en bibliotecas y lugares cerca de escuelas de arte por tu localidad. Yo recomiendo los libros de Andrew Loomis como los de Parramon, pero en sí hay muchos. Los típicos manuales de manga te enseñan lo básico, pero son útiles al principio, sin embargo los temas de rostros no me convencen, y si tu estilo es el anime te recomiendo que estudies los trabajos de los profesionales de este estilo.

Videos.

Busca tutoriales de dibujo en general, de tu estilo y técnica, tradicional o digital, como gustes. Además propongo que revises los speedpainting, videos en alta velocidad en las que se muestran cómo se realizan ilustraciones. Pon en YouTube «speedpainting» más el estilo que gustes y aprende de ellos.

Imágenes.

En Devianart pon «tutorial» agregando lo que buscas aprender como eyes, hair (pon en ingles porque ese es el idioma dominante en la página). En ese mismo busca muestra y modelos que puedas usar como también ilustraciones de profesionales que te inspiren. Si lo tuyo es el anime, ve a Pivix aunque necesitaras inscribirte.

Consejos Entra a un taller de arte y busca a un profesor de mente abierta y excelente en su trabajo. Deja de lado la vergüenza y exponle todos tus dificultares para que te enseñe lo que necesitas. Él te dará lo que los libros no pueden. Ve a galerías de arte, mira a la gente y el mundo que te rodea. Desarrolla tu ojo de artista que analiza el mundo y ve más de lo que otros ven. Sé un observador. Consigue una cámara digital y toma fotos siendo tú el modelo si es difícil conseguir uno, prueba diversas poses, ángulos. Consigue una fuente de luz: una linterna o usa la luz solar para estudiar los cambios de luz en una misma posición. Si usas fotos o imágenes saca copias en blanco y negro para poder analizar las transiciones de grises, los colores pueden distraer. Así integradas los conocimientos de luz y sombra con los del color. El sentido crítico (y autocritico) de este artículo de hizo pensando en afrontar nuestros errores, recuerden que las horas de practica fortalece tu habilidad y por lo tanto has de considerarte como el eterno estudiante. Fin del palabreo. Si les sirvió ¡genial! Sino, solo ignórenlo. Gracias por leerlo. Esfuércense y hasta la próxima.

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Pixel World

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sus productores originales, ya mencionados al inicio del artículo. Consideramos que califica como uso justo. Si los propietarios del derecho de autor lo requieren, podremos eliminarlas si nos contactan a revistazonafantasma@gmail.com

rustración, emoción, esfuerzo y más cosas se vieron en este torneo. Y no, no hablo del mundial de futbol, sino del Evo, el torneo más grande de videojuegos de peleas del mundo. Fueron tres días de momentos épicos, con los mejores jugadores compitiendo por alcanzar un solo objetivo: la gloria.

Tekken Tag Tournament 2

¿Y cómo podría no hablar de este magno evento? Por esa razón ahora me tocó adueñarme de esta sección, por presentar un breve resumen de este gran evento. Aunque en realidad no hablaré de todo el evento, fueron tres días que implicarían demasiado esfuerzo, en cambio hablaré de las finales donde los mejores de los mejores compitieron.

La primera final de un torneo principal. He de decir que este es de esos juegos que son más emocionantes jugar que mirarlos, en la misma dinámica el juego no se ve mucho más ágil de sus primeras versiones para la Play Station 1, sin embargo fue un torneo emocionante, a pesar de la falta de emociones de sus competidores a lo largo de los combates.

Entre las transmisiones de los canales oficiales del Evo, y las de los torneos secundarios transmitidas por el canal de MadCatz, percibí este evento desde múltiples perspectivas.

El jugador coreano JDCR arrasó a todos sus rivales, mandando a Hoa y luego a Ao a la loser backer. Por su parte, Gen Kids renació de las cenizas luego de ser derrotado a Ao en la segunda semifinal, coronándose como semifinalista de la loser backet y compitiendo contra el mismo que lo mandó ahí: Ao. Retomando su puesto de manera sorpresiva y derrotándolo 3 a 0, llegando así a la gran final.

Limitación de responsabilidad: Las capturas de la transmisión del evento se muestran sólo con fines expositivos, de identificación y de comentario crítico sobre el evento y su transmisión. Los derechos le pertenecen a

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Gen empezó al a cabeza, pero poco a poco se vio lo parejo que resultó esta batalla, ya que llegaron a los 2-2, decidiéndose todo en el combate final. Donde JDCR empezó a la cabeza, pero su rival lo emparejó y todo se dejó ver en un combate final en el que JDCR se coronaría campeón.

Persona 4 Arena

sión era notoria en sus rostros. ¿Quién ganaría? Parece que Sonic Fox aprendió bien en la final del lado de los ganadores, ya que las dos rondas de la gran final se mostró bastante superior, resultando campeón luego de ganar dos veces seguidas con un apabullante 3 a 0.

Pasando a los torneos secundaros, no podemos dejar de mencionar al de P4. Un torneo lleno de emoción, con grandes competidores en su haber. En realidad nunca había visto jugar este juego, pero es emociónate, los combos son bastante ágiles y rápidos. El jugador Lord Knight, usando a Mitsuru logró arrasar con sus adversarios en la final del lado de los ganadores. Aunque mi jugador favorito esta vez fue BrKrDv, quien usó a Teddie con gran maestría y habilidad, todos nos emocionamos con sus combos, poniendo en serios aprietos a Lord Knight en la final del lado de los ganadores, sin embargo fue derrotado 3 a 2. Ho-chan, quien usaba a Yukiko, logró retomar desde la loser backet, encontrándose con BrKrDv en la final de esta y arrasando con él en un 3 a 0. Así la gran final se dio entre Lord Knight y Ho-chan. Sin embargo, y a pesar de la gran maestría que mostró Ho-chan y de poner en serios aprietos Lord Knight, terminó siendo derrotado. De esta manera coronándose Lord Knight como el ganador.

Injustice La primera final de un torneo principal en el día 2. Injustice, un juego más divertido que nunca para mirar. Toda la atención del torneo se lo llevó un par: Pig of the Hunt, que usaba a Zod; y Sonic Fox, que usaba a Batgirl. Luego de que el primero saliera ganador en la semifinal en una pelea bastante reñida que quedaría 3 a 2. El segundo logró retomar desde la loser backet, llegando a la gran final, y derrotando al que lo había derrotar, reseteando el contador: ambos perdedores. La ten-

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The King of Fighters XIII Qué buenos tiempos cuando jugaba The King of Fighters, era pésimo, ahora supongo que soy peor que eso. Sin embargo, eso no deja que sea un juego emocionante tanto de ver como de jugar. Un torneo lleno de Iori, creo que en todos los equipos de la final estuvo presente… Tokido, el jugador japonés, fue una de las grandes figuras de este torneo, luego

de ser derrotado en primera semifinal Xiao Hai, uno de los mejores jugadores de KOF del mundo. Sin embargo Tokido no se dejó caer, y se enfrentó a ET en la semifinal de la loser backet, y contra todo pronóstico, ya que perdió los primeros dos combates, ganó la pelea y regresó a competir contra el que lo había eliminado: Xiao Hai. Así en la gran final, Tokido logró resetear el contador y llegar a una segunda ronda, donde compitió finalmente por el campeonato, ambos ahora como perdedores, pero a punto de decidir quién iba a ser el ganador. Xiao Hai empezó ganando, pero poco a poco Tokido fue tomando su lugar, sin embargo no fue suficiente y Xiao Hai se coronaría campeón de este torneo.

Skullgirls El segundo torneo secundario del que hablaré, aunque no pueda hablar mucho de él. He de decir que este juego es de mis juegos favoritos de peleas de los últimos años, por una gran cantidad de razones, por eso me molestó la situación que expondré. Se había anunciado que MadCatz transmitiría el Top 16, pero estuvo transmitiendo una serie de cosas más (exhibiciones y sillas vacías) y la transmisión fue tres horas después y sólo se trasmitió el Top 4, para el descontento de los fans en internet, donde surgieron verdaderos conflictos en los chats del stream. Sin embargo, al final se trasmitió. Los jugadores mostraron su gran habilidad, poniendo a Cerebella como la canon fighter de este torneo, al estar en todos los equipos. Al final se coronó Dekillsage, luego de mostrar sus grandes habilidades en este juego.

Blazblue: Chrono Phantasma El torneo más épico de todo el evento, y por mucho. Arc System Works, a mi parecer, realiza de los mejores juegos de peleas de los últimos años, sin necesidad de depen-

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der de un nombre que se ha posicionado a lo largo de décadas. Y en este juego se mostraron una gran cantidad de habilidades distintas, y usos ingeniosos de algunos personajes. Jugadores como Dogura, que, usando a Azrael, desde el principio mostró su supremacía en este juego, ganando con una gran maestría en una gran cantidad de combates. Eliminando al inicio a Yoshiki para luego, vencer de manera apabullante a Garireo y su Litchi.

ve en las finales del lado de los ganadores, sin embargo este regresó luego de derrotar a Justin Wong en la final de la loser backet, aunque no pudo hacer nada al reencontrarse con CDJR, perdiendo 3 a 1

Super Smash Bros Meele Así es, hay personas que consideramos este juego digno de estar en el Evo, y ahí estuvo. Combates largos, pero emocionantes, por no decir menos. Con grandes conten-

Yoshiki, o mejor decir Yoshiko (Nombre de mujer), que se presentó con un cosplay de mujer a la final. Que siendo derrotado en la semifinal del lado ganador, se encuentra con otro que iba de cosplay: DoraBang, el único usuario de Bang. Un duelo de cosplayers, que no entendían los menús en inglés del juego. DoraBang resultó ganador, llegando a la final de la loser backet, para enfrentarse a Garireo. Larga vida a DoraBang, que con sus ánimos contagiaba a todos, celebrando con un peluche de una alpaca, o posando para una foto… Sin embargo, DoraBang fue derrotado en una reñida batalla contra Garireo, y la revancha de este último contra Dogura se llevaba a cabo. Garireo logró triunfar, reiniciando el contador, llevando la batalla a una segunda ronda. Rompiendo la tranquilidad mental de Dogura. Así fue que luego de una de las finales más emocionantes de todo el evento. Garireo se coronó como el campeón. Celebrando entre lágrimas con lágrimas en los ojos.

Killer Instinct Otra gran final, aunque no tan emocionante como tras más. En realidad este es un juego desconocido para mí, sin embargo no puedo dejar de apreciar el gran esfuerzo que los competidores hicieron para estar ahí y como dieron todo de sí en los combates. CDJR logró vencer a su amigo Rico Sua-

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dientes que mostraron grandes habilidades. Un torneo lleno de Fox (¡Qué novedad!), y aunque el ganador era un usuario de este personaje, aparecieron otros grandes competidores. El Pikachu de Axe hizo una gran actuación, sin embargo cayó derrotando ante Armada y su Peach. Y ahí despedimos a otro héroe. HungryBox, el jugador que dejó la silla de lado, aquel que con Jigglypuff arrasaba

a sus rivales, aquel que había perdido contra Mango en la final del lado de los ganadores, regresa arrasando con Armada y obteniendo la revancha de Mango. Lo hizo sudar frío, con momentos emocionantes, sin embargo, al final, Mango se coronó como campeón, pero debemos de felicitar a ambos.

Marvel vs. Capcom 3 Llegó el momento de MvC3, un gran juego, un juego divertido de jugar, pero poco de ver. Combos extensos que fácilmente pueden decidir el combate, y demasiada carga visual que evita que se disfrute del todo, sin embargo, eso no deja que haya sido épico. Todas las esperanzas estaban puestas sobre Justin Wong, sin embargo no la iba a tener fácil con rivales como FChamp o como ChrisG. FChamp protagonizó unos de los momentos más vergonzosos para los jugadores de este tipo, ya que la única forma que encontró para llegar hasta donde estaba fue, como dicen en mi país, trabando. Luego de lo que le hizo a Jan, yo estaba esperanza que lo derrotaran, y así fue cuando Justin Wong, luego de una batalla bastante complicada, donde con esfuerzos lograba contratacar, lo derrotó, mandándolo a la loser backet. Y ni Wong lo podía creer… FChamp se topó con ChrisG en las finales de la loser backet. Y cayó derrotado en una batalla igual de complicada, quitándole toda la oportunidad de retomar. Así fue como la final se suscitó entre ChrisG y Justin Wong, donde luego de una emocionante batalla logró ganar, demostrando que no se necesita a Magneto, que no se necesita a Doom, y que no se necesita a Morrigan para ganar. El orden fue restaurado, el campeón regresó, siendo recibido entre lágrimas y abrazos.

Ultra Street Fighter 4 Y llegó el plato principal, con este gran juego que ha marcado generaciones enteras.

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Una gran entrada nos introducía a los finalistas y nos llenaba de emoción para que todo empezara. Un torneo con grandes luchadores, a pesar de tener la ausencia del famoso campeón Daigo, que fue eliminado en la primera ronda, contra todo pronóstico. Sin él, uno de los grandes favoritos era Bonchan, usuario de Sagat, y no era por nada, ya que logró llegar fácilmente a la gran final, luego de derrotar a Gackt y a Fuudo, ambos con 3 a 1.

dos. Si quieren ver el evento completo puede ser en el grupo del EVO en Twitch, para los torneos principales; para los secundarios, NeoSeeker nos comparte varios enlaces. Por su parte, IGN nos comparte las batallas de la gran final, por si la quieren ver desde ahí. Por otro lado, si sólo se quieren guiar en cómo quedaron en cada torneo, Event Hubs nos lo dice. Esperemos les haya gustado este pequeño reporte. Nos estamos leyendo.

Snake Eyez también hizo un gran papel, de los pocos que usaban a Zangief, lograron poner en grandes problemas a diversos jugadores, enfrentándose a Ricky Ortiz y a su Rufus, en las la losser backet. Un combate dividido para una gran cantidad de público, principalmente los estadounidenses, ya que ellos dos son de ese país; aunque por mi parte, ambos me gustaban por demostrar que se podía llegar lejos con personajes no tan valuados, ya que fuese por una razón u otra, apoyaban bastante a ambos competidores, sin embargo al final ganó Snake Eyez, en un combate aburrido, pero al mismo tiempo tenso, donde ninguno se decidía a hacer algún movimiento. Luffy, que usaba a Rose, fue el otro grande del torneo, el único francés, estando de entrada en la losser backet, se logró poco a poco recuperar, ganándole a sus rivales y llegando hasta Snake Eyez, al que logró derrotar. Enfrentándose luego a Fuudo, al que también logró derrotar. Así la final estuvo entre dos grandes favoritos Bonchan y Luffy. Luego de lograr resetear el contador, Luffy se logra coronar como campeón con dos combates seguidos ganados en 3 a 1. Demostrando formas muy interesantes de jugar con un personaje no tan valuado en el juego competitivo como lo es Rose. Y así concluimos con este reporte de uno de los eventos más importantes del año para los videojugadores. No sin antes recomendarles visitar los canales ya menciona-

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Historieta Invitada

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La sustituta

LAS TRES LEYES ROBÓTICAS 1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño. 2. Un robot debe obedecer las ór-denes que le son dadas por un ser hu-mano, excepto cuando estas órdenes están en oposición con la Primera Ley. 3. Un robot debe proteger su pro-pia existencia, hasta donde esta pro-tección no esté en conflicto con la Primera o Segunda Leyes.

Manual de Robótica 56.a edición, año 2058.

T

odos en la calle me envidiaban, bastaba con ver sus caras, había entre ellos algunos jóvenes que no podían dejar de vernos. Como no envidiarme: ella era linda, su hermosa figura y su perfecto rostro la hacían destacar. Me miraba mientras caminaba agarrada de mi brazo, y se

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sonrojaba en ocasiones; hasta tartamudeaba cuando sentía mucha pena, sus ojos eran verde claro con un resplandor mágico, perteneciente a alguien enamorada. Creo que la primera vez que la vi fue en el laboratorio de la doctora Rash; oh, sí, el laboratorio de Rash. Ese lugar estrogénico donde Linda Rash, la asistenta de la gran Susan Calvin, y la siguiente al mando, investigan los procesadores fractales. Dejemos de hablar de Rash, solo diré que ella estaba presente cuando la vi por primera vez. Ambas estaban conversando y Linda Rash me miró y me dijo: «Mírala, Simón, es guapa y sabe cocinar. Es perfecta para ti, escuche que tu prometida de varios años te dejó». Decir eso fue una puñalada certera de Rash, supongo que las mujeres saben dónde presionar para hacer doler una herida; y ella me conocía más que nadie, pues éramos amigos ―o por decirlo de otra manera: rivales― desde el instituto de tecnologías de San José. Desde que la conozco es una pequeña


niña atrevida, siempre jugando con su suerte. Aún recuerdo cuando me convenció con esa idea loca de los procesadores fractales. Luego la gran doctora Calvin la recomendó como su sucesora en el laboratorio, y a mí para el laboratorio de mecánica de procesadores de avanzada, todo un milagro. Solo pude resoplar y dar un gruñido cuando ella lo propuso: ―¿Aún no dices nada?, ya converse con Calvin y lo aprobó. Un empleado de administración se ofreció y yo me tome la libertad de proponerte también. ―Odio cuando haces cosas como esas, Rash. Y en verdad odiaba que jugara conmigo. ―Solo me dices «Rash» cuando estás enojado. ―Linda sonrió traviesamente, por un momento me recordó a un gato. Desde aquel día en el laboratorio, cada día

llegaba a casa y ella estaba ahí esperándome con una gran sonrisa. Y esa noche no era diferente. ―Llegaste querido ―me dijo mientras buscaba la forma de abrazarse a mí―. La cena esta lista y es tu platillo favorito: salmón al ajo. No puedo negar que era agradable tener la cena caliente esperándome, como antes, cuando Juliana estaba conmigo. En alguna forma Eva era un remplazo de ella, tanto así que conseguí convencerla de que se arreglara el cabello de la misma forma que ella. Todo era tan fácil con Eva, solo bastaba con pedírselo. ―Eva , ¿puedes pintare el pelo de negro? ―Si a mi querido Simón no le gusta rubio, lo haré mañana mismo. Era tan condescendiente y dulce que hasta molestaba un poco. ―Bueno, pues ya que estás en eso hazte

H Lima

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una cola de caballo. ―Como desees, amor ―contestaba. Era detestable. Mi plato de pescado llegó a la mesa, tenía un olor magnifico y se podía ver a lo lejos que estaba delicioso. Todo estaba tan limpio en mi pequeño departamento que no me atrevía a preguntar cómo le hizo―. Eva, ¿puedes darme un masaje en los hombros?, me siento estresado. ―Como desees, mi querido Simón, ¿no te gustaría una cerveza? –preguntó. ―No, Juli… ―me detengo antes de terminar. Eva sonríe aun sin expresión y retira el plato de la mesa. La escuchaba lavar la vajilla en la cocina. Rash tenía razón, era perfecta por donde la viera: nunca se enojaba, cocina magníficamente, y hacía muchas cosas con magnifica perfección; no hay duda que era el remplazo de Juliana. «Seguro que mañana que se pinte y se peine igual Juliana, todo será igual que antes», pensé en aquel momento. Aunque sentí que me engañaba, solo tener a Eva cerca me la recordaba más, y no importaba si Eva era aún más linda y hermosa que Juliana; no era lo mismo. Sentí que algo se acercaba por detrás y su calor me rodeaba: Era Eva y su delicado y cálido cuerpo. No podía creer que fuera tan cálido y suave. ―¿Aun no la olvidas verdad? ―me dijo al oído―. Linda tenía razón, eres un tonto, si me quedo, solo sufrirás recordándola. ―Su voz es suave y tierna. ―Esto yo… ―Creo que debo irme ahora. ―Eva se levantó y caminó silenciosamente a la puerta, por un instante pensé en detenerla, pero mi cabeza se llenó pensando en las críticas y burlas de Rash; y mejor ni pensar en las burlas de Calvin, vieja senil, cómo podría juzgarme si es una anciana que nunca tuvo una relación exitosa en su vida. Ardía en cólera. Al enterarse Rash diría:

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«Eres un fracaso como hombre, no puedes mantener a tu lado ni siquiera a un androide como Eva. No me sorprende que Juliana te dejara». Escuchaba en mi mente las burlas de todo U.S. Robots. Preferí ignorar esos pensamientos, tomar una cerveza del congelador. Dormir y no pensar nada más. Al día siguiente me encontré con Linda, supuse que era para burlarse de mí, sin embargo su rostro expresaba algo completamente diferente. ―Simón Gonzales, de verdad eres un incapaz, pero supongo que hasta en eso te supero. –Linda me tomó de la mano y sonrió. ―Soy una tonta, y seguro la doctora Calvin me regañará. ―No entiendo Linda. ―Estaba confundido. ―La primera ley –me respondió Linda acercando su boca a mi oído. ―¿Qué…? ―Eva no podía negarse a tus deseos de ser un remplazo de Juliana. La segunda ley entró en conflicto con la primera: Obedecerte y hacerte daño al recordártela. ―me dijo, sin embargo su boca no se dejó de mover―. Igual que yo ―añadió, casi murmurando. En la retorcida mente femenina de la doctora Linda Rash, jefa del laboratorio de robo-psicología, los patrones de conducta positrónicos de Eva eran un fiel reflejo de los de una mujer inmadura, dependiente de la aprobación de un hombre. En ese momento lo entendí, Eva fue creada inspirada en ella misma. ―¿Soy una tonta no crees? Pero es culpa tuya también, te di algo perfecto y tú no dejaste de pensar en Juliana. ―Finalmente, concluyó―: Eva y yo nunca seremos más solo sustitutas para ti, ¿no es así? Revelándose la cruda realidad de mi persona, realidad no que no iba a cambiar.


ยกReescribiendo la historia! Entra, lee y vive. ยกNo te arrepentirรกs!

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El mecánico

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oncentrado en las piezas casi no alza la vista de la mesa de trabajo mientras, con calma, inserta los engranajes y suelda las piezas. Todo debe salir perfecto. Nada lo distraerá de su labor. ―Cariño, el almuerzo está servido. ¿Comemos juntos? Al oír su voz no puede responder «No». Alza la mirada para verla. Ahí está su esposa, sonriente, hermosa y lozana, como siempre. Mientras más lo pensaba más se convencía de que había sido afortunado de conocerla. ―Desde luego, querida ―dice mientras deja las piezas sobre la mesa y camina hacia ella sonriendo―. ¿Qué has hecho hoy? ―Lo mismo de siempre ―responde ella con calma mientras sonríe aún más―. Pero añadí algunas cosas. Después del almuerzo, allí está él otra vez, concentrado en su creación. Sólo es cuestión de soldar la última pieza. Listo. Pone la pieza de pie. Es un perro de hojalata con la cuerda ubicada en una de sus patas traseras, en el muslo, para ser más preciso. Con calma, le da cuerda y deja que el mecanismo funcione. El perro autómata abre los ojos y tras mirar a su alrededor se fija en el mecánico. Da un par de ladridos

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alegres y agita la cola en medio de todos los ruidos metálicos que produce su mecanismo. Parece que puede seguir así por horas, pero se le acaba la cuerda y cae sobre la mesa, inmóvil una vez más. ―Un éxito―dice con una sonrisa. Extiende su mano y agarra con fuerza la cuerda… La gira varias veces por varios minutos. El perro autómata vuelve a la vida, ladrando con fuerza y moviendo la cola mientras intenta dar brincos. ―Sus ladridos suenan muy alegres ―comenta su esposa mientras se le acerca. Él podía sentir el aroma a claveles que ella siempre tenía―. Eres un genio… Ella le da un abrazo suave y cálido mientras acaricia su cabello. ―Espera ver el siguiente ―comenta mientras la abraza de vuelta―. Será más ambicioso. ―Seguro lo será ―dice ella mientras se separa y le sonríe. Ya es más tarde, ahora está ensamblando algo un poco más pequeño con ayuda de unos lentes especiales que tiene en una montura de cuero en su cabeza. Mientras


acomoda los engranajes su esposa le trae un vaso de agua y lo pone a su lado. Lo bebe casi de inmediato, casi sin quitarle la vista a su mesa de trabajo. Ella se lleva el vaso al rato sin dejar de sonreír sobre. Él prosigue su faena. Tras algunas horas más, finalmente termina el nuevo pequeño autómata: un ratón. Una vez le da cuerda el roedor mecánico se pone a moverse erráticamente mientras lanza chillidos metálicos, finalmente se pone cabeza abajo y gira sobre sí mismo hasta que la cuerda se acaba, quedando rígido una vez más. ―Un fracaso ―dice con decepción mientras se quita la montura de cuero que sostiene sus lentes―. Las piezas más pequeñas son difíciles. Extiende su mano y agarra con fuerza la cuerda… Tira de ella hacia fuera y todas las partes no atornilladas o soldadas caen dispersas por la superficie de la mesa. ―No te desanimes ―dice su esposa acercándose a él―. La próxima será mejor. ―Gracias ―responde mientras sonríe―, me alegra tenerte conmigo. ―Creo que el sentimiento es mutuo ―responde ella mientras lo abraza suavemente. Ya es de noche y el mecánico dibuja los diseños de los inventos por construir. Se asegura de las líneas queden rectas, que la escala sea perfecta. La precisión lo es todo cuando se quiere armar algo único. ―Cariño, la cena está servida ―le llega la dulce voz de su esposa. ―Voy ―dice, dejando su pluma fuente sobre el papel para encaminarse a la mesa. El té es delicioso y el pan untado con mantequilla, inigualable. ―Te amo, querida ―le dice mientras la mira sentada al otro lado de la mesa. ―Y yo a ti. Pero… ―Parece vacilar antes de seguir―. Creo que ya es hora de que me

dejes ir. ―Sonríe con algo de tristeza. ―¿A qué te refieres?―pregunta el mecánico, estupefacto. ―Sé que no soy tu verdadera esposa. Ignoro que desgracia te apartó de ella, pero es momento de que lo superes. Si ella te amaba tanto como yo lo hago, sabría que esto está mal. Te has hecho un daño terrible. Debes superarlo. Debes dejarme ir y ser feliz. Por favor, cuando se acabe mi cuerda de hoy, ya no la hagas girar de nuevo. Déjame ir. Sé… fe… e… l… Sus ojos se cierran, como quien cae en un sueño profundo súbitamente, su cabeza cae ligeramente hacia adelante y su cuerpo se inclina hasta casi caer sobre la mesa. El mecánico, con lágrimas en los ojos, se pone de pie y camina hacia ella. Acaricia su largo y hermoso pelo que tantas veces antes había tocado, lo mueve a un lado revelando la cuerda. Es más grande que las de sus otros diseños, pero eso era porque este era su mejor diseño. Sí, él la había reemplazado. Ella siempre tan atenta y él tan concentrado en su trabajo que nunca se fijó en cómo su salud decaía, tan enfocado en sus invenciones que únicamente se percató de su ausencia cuando sintió el estrago de un día entero sin comer. Ella se había ido a donde jamás podría alcanzarla. Por eso, se obsesionó tanto con tenerla de vuelta. Y este fue el resultado, horas y horas de trabajo. La tiene consigo ahora. Pero sus palabras aún resuenan en sus oídos: «Déjame ir». ¿Qué debe hacer? ¿Debe acaso seguir con la farsa? ¿Le habría dicho su esposa lo mismo de seguir viva? ¿Qué debe elegir? ¿Qué es mejor finalmente? ¿Una verdad que sólo te deja lágrimas o una mentira que te dibuja una sonrisa? Siente los minutos pasar como segundos, pero no se mueve. Sólo observa esa cuerda. Finalmente, toma la decisión. Extiende su mano y agarra con fuerza la cuerda…

Drake Epsilon

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Promesa

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aminaba ondeando su cabellera mientras se dirigía a la universidad, una nueva etapa se mostraba delante. Aunque su desbordante alegría no era causada por eso, sino por algo más. En su mente se mostraron las imágenes de dos adolescentes en el patio de una escuela, el tiempo estaba detenido en un universo donde ellos dos eran los únicos. Al separarse habían prometido que ingresarían en la misma universidad y carrera. Cinco años sin saber nada uno del otro, y al fin el día había llegado, contario a todas las posibilidades, ella sabía que lo encontraría ahí, que lo abrazaría y serían felices; no quería ni siquiera considerar un poco la idea de lo contario. Nerviosa entró al salón de clases, sabía que había otros dos salones más de esa carrera, pero tenía la esperanza de verlo ahí. Su mirada recorrió todas las caras desconocidas para ella, no encontró a nadie que pudiera reconocer. Hasta que sus ojos se posaron sobre un joven, estaba segura que no lo conocía, sin embargo algo dentro de ella se activó. Su corazón comenzó a latir de manera imparable, y su boca y cuerpo

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se paralizaron… Era él. Con pasos inseguros se acercó, buscando a la persona que amaba y al llegar frente a él mencionó su nombre, él la vio y sonrío. Las palabras comenzaron a fluir, siendo el escape de las ideas que corrían imparables por sus mentes. ―Al fin estaremos juntos ―dijo desde lo profundo de su corazón. ―Lo siento ―respondió él al instante―, hay alguien más en mi vida, debes de saberlo… ―se disculpó inútilmente, como si realmente no lo sintiera. Sólo era un torpe formalismo de esos que dices cuando ofendes a alguien. Su mente colapsó en ese momento. Dándose cuenta de que ese ese «Espero que te vaya bien», fue más un «Sigue con tu vida, que yo seguiré con la mía». Y que todos esos los años sólo estuvo esperando el cumplimiento de un iluso sueño. Todo su mundo se volvió negro. Despertó en su cama. Por un momento pensó que todo había sido una pesadilla, pero


reaccionó, su inconsciente le dijo que eso era la cruda realidad y se soltó a llorar. La persona que amaba, por la que había esperado tanto tiempo, no había correspondido su espera ni su amor. No podía culparlo, la vida sigue y sería iluso de su parte esperar el cumplimiento de una promesa inverosímil. No, no podía culparlo. Sin embargo continuó llorando, lloró durante todo el día, durante toda la tarde; sólo pensó en llorar. Tan cansada de llorar estaba, que cayó dormida. Flotando en el éter de la eternidad, sus sueños vivió. De difusas figuras su menté se saturó. Abrió los ojos y vio la luz, estaba en un lugar estúpidamente iluminado, tanto así, que le segó por varios minutos. Una estruendosa voz captó su atención y recuperó la visión. Estaba en una iglesia, y delante de ella estaba él en un pulcro traje. Volteó hacia abajo y vio parte de su propia vestimenta: un hermoso y resplandeciente vestido de bodas blanco. Se preguntó si todo eso no sería más que un tonto sueño, y sonrió. ¡Qué estúpida se puede ser! ―Esto sólo es un sueño ―murmuró, burlándose de su «prometido», y de sí misma. ―No lo es ―respondió él al instante―. ¿No lo recuerdas? Tú eliminaste todo obstáculo que se interponía entre nosotros ―respondió. ―¿Obstáculos? ―Sí. Ahora podremos estar juntos por toda la vida, como siempre lo quisiste, como me hiciste prometerlo en la aquellos tiempos, ¿no estás feliz? ―¿Lo estoy? ―Ella sí lo está. ―Señaló a uno de las bancas de la iglesia―. La hiciste ver que yo no podía estar con ella, y que sólo debía estar contigo, desde ese momento ha estado tan callada. Volteó a verla. Era alguien que no conocía, aunque por lo que él dijo, comprendió

que era la joven por la que había roto su promesa. Su piel se veía seca y putrefacta, como si llevara meses muerta. ―También lo están mis amados padres. Al inicio se opusieron a lo nuestro, pero luego de una plática sostenida contigo, no han vuelto a rechistar más. Es más, no han vuelto a rechistar de ninguna otra cosa. También los vio en una de esas bancas. Ambos con una mirada sonriente, pero fría. La vida se había escapado de su cuerpo hace mucho tiempo y ahora sólo parecían maniquís. ―¿Tú no lo estás? ―¡No juegues conmigo! ¡Todo esto es una maldita pesadilla! ―exclamó, saliéndose de sus casillas―. ¡Y yo no soy ninguna psicópata, yo no he matado a nadie! Soltó los brazos de su amado y salió corriendo hacia la puerta. Miró el resto de las bancas, todo el resto de los invitados estaban muertos, se dio cuenta al ver su piel putrefacta. Un hedor llegó a su nariz y casi la detuvo con ganas de vomitar, pero siguió corriendo. Al atravesar la puerta de la iglesia sintió silencio, no un silencio normal, sino como si todo su mundo se hubiese desvanecido. Era cierto, su mundo ya no lo era más. Estaba rodeada de un blanco infinito. «¡¿Qué demonios?!», trató de exclamar, pero las palabras no salieron de su boca. Se trató de ver, pero sus brazos ya no existían. En realidad nada existía, se percató, ni ella ni su espacio. Su ser físico se dispersó, y sintió como su ser psicológico lo comenzaba a hacer. Trató de buscar ideas, trató de buscar solución, sin embargo tarde fue, ya que todo su ser se desvaneció. Una mujer murió de un infarto cerebral en un cuarto acolchonado de color blanco. Aunque su cuerpo fue encontrado el mismo día y fue enterrado al siguiente, nadie la recordaría. Ya no había nadie vivo que lo hiciera.

Marcus Seeren

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La misión E

ra de noche, al menos en el interior de aquel extravagante videojuego en el que Michael Riddell, alías Lost Bullet, había tenido el infortunio de ir a parar. No estaba allí por diversión, como la mayoría de todos los que se encontraban en el amplio cruce de la ciudad virtual en la que se encontraba. No. Él se encontraba allí por trabajo, y el trabajo de ese día era conseguir información de otro jugador, un tal Spider Monkey, quien se refugiaba en el bar donde se podían obtener códigos para misiones underground, o ilegales, dada la jerga del juego. A pesar de que sonaban como algo peligroso y ruin, no lo era tanto si un jugador quería escalar posiciones en la tabla global del ranking, ya que dichas misiones otorgaban una mejor puntuación, bonus y artículos para hacer a tu avatar más poderoso. Michael se hallaba sentado, revisando el arma que había decidido usar para llevar a cabo su intromisión: un rifle AWP L96A1, un fusil de francotirador británico que empezó a usarse a finales de la década de los 80’s, con un alcance de 800 metros, distancia mayor de la que realmente necesitaba. Su escondite se encontraba en el edificio al otro de la calle donde se encontraba el bar, estando Michael en el tercer piso. La distancia entre la entrada y la ventana desde observaba el sujeto era de unos 450 metros, aproximadamente. Durante su entrenamiento, en un mundo completamente distinto a ese, aprendió que la distancia era un factor importante para un francotirador. Entre más lejos, más segura su posición, tal como recordaba escuchar de la boca del instructor. No obs-

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tante, su objetivo principal no era la de mantener su posición, sino atacar directamente. Cuando el arma se encontró lista, Michael echó un vistazo a su reloj de pulso. Eran las 9:25 de la noche, tiempo en el que la mayoría de los jugadores regresaban a sus bases y puntos de reunión para reabastecerse después de una larga jornada de exploración. ¿Quién, de todos los avatares que caminaban de un lado a otro por las calles de esa ciudad virtual, iba a imaginarse que alguien con experiencia real con armas estaría jugando su mismo juego? A Michael no le importaba realmente que alguien lo supiera. Lo único que quería era que nadie interviniera en su misión para obtener la información que buscaba. Cualquiera que se atravesara entre él y Spider Monkey iba a pagar un precio muy alto. 9:30 de la noche, y un jeep aparcó justo delante de la entrada del bar; ése fue el momento para que Michael asumiera su posición y apuntara con el rifle. A través de la mirilla, el silencioso y solitario jugador observó que tres hombres abandonaban el vehículo, dos de ellos saltando de la parte de atrás y el tercero apeándose elegantemente desde la puertecilla del copiloto. Éste último, trajeado y de gafas, era a quien Michael estaba esperando: el famoso Spider Monkey, un gánster local y matón a sueldo ―dentro del juego, claro. A saber lo que hacía en la vida real―. Se ganaba la vida emboscando equipos y gremios enteros de jugadores, gracias a su red de pan-


dilleros y pistoleros. También era muy entrometido, lo que le valió la fama de informante, que podía vender el dato que fuera a cualquiera que dispusiera de una buena cantidad en dólares del juego. Spider Monkey se pasó una mano por el cabello rubio y peinado hacia atrás, para luego indicar algo a sus hombres, que a buen seguro debían tratarse de sus guardaespaldas personales. Los hombres, de traje también, asintieron, mientras que el jeep se alejó calle arriba y se perdió tras una esquina. Al menos el medio de escape había quedado fuera del tablero de juego.

Su índice derecho rasgó la cuerda de la guitarra con forma de rifle que venía cargando desde hace horas y una estruendosa estrofa acompañada de una bala rasgó los aires hasta la nuca de uno de los guardaespaldas de Sipder Monkey. Inmediatamente, el segundo guardaespaldas, el de la izquierda, empujó a su jefe al interior del bar, contemplando además cómo su compañero se desplomaba en la banqueta.

Michael esperó un poco más, un par de minutos para ser exacto, hasta que el trío de sujetos caminó hacia la entrada del local. Spider Monkey iba a la cabeza, con un guardaespaldas a cada lado, pero no sabía, aún con todo su poder y posible influencia, que eso no iba a servirle de nada.

Cuando el primer hombre azotó en el suelo, su cuerpo se volvió de una tonalidad roja y luego se disolvió en el suelo, dejando una cruz negra en la loseta de la banqueta en señal de su muerte virtual. Dicha cruz desaparecería en cuanto resucitara, en un par de horas aproximadamente; un chiste cruel por parte de los programadores del juego que Michael no acababa de comprender.

Los tres avanzaron unos cuantos centímetros. Michael les permitió acercarse lo suficiente a la puerta como para entrar corriendo en cuanto escucharan el primer disparo, al mismo tiempo que rozaba el gatillo de su arma como si fuera la cuerda de una guitarra.

Cuando Spider Monkey dejó la escena, el guardaespaldas restante extrajo una Magnum .357 de su saco y volteó la cabeza en todas direcciones para dar con el tirador. Solo hasta que dirigió la vista hacia el edificio donde se hallaba oculto Michael, apuntó con su arma.

Oh sí. Una guitarra. De pronto pensó en el instrumento, sin que tuviera conexión alguna con lo que estaba a punto de suceder. En algún momento del pasado, Michael aprendió a tocar la guitarra e incluso se unió a un grupo de rock. En esa otra vida aspiraba convertirse en uno de los mejores guitarristas, aun cuando su banda no era tan conocida.

Era ridículo pensar que iba a poder acertar desde una distancia lejana para la clase de arma que portaba. Si quería combatir con un francotirador, mínimo necesitaba una mira para poder apuntar con más precisión, lo que hacía Michael en esos momentos.

Sí. Gustaba de tocar melodías duras repletas de riffs complicados y muy elaborados. Sin embargo, esos días habían quedado muy atrás, cuando no era más que un simple adolescente que no sabía exactamente lo que quería. Y justo en el momento en que su mente le traía de vuelta todas esas canciones que tocaba todos los sábados en la noche en un club nocturno de su pueblo natal, el verdadero espectáculo comenzó.

El hombre entonces abrió fuego un par de veces, posiblemente convencido de que no fallaría en su deber como protector de uno de los rufianes más reconocidos en los barrios bajos. Sin embargo, su valía y su coraje fueron recompensados con una bala del calibre 7,62 mm entre sus cejas, dejando un agujero visible tanto en la frente como en la nuca. «Dos disparos, dos aciertos», se felicitó Michael silenciosamente, echándose a correr hacia las escaleras. Bajar tres pisos, a doble escalón por pa-

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so, le tomó cerca de tres minutos, pero estaba plenamente convencido de que no era tiempo suficiente para que Spider Monkey pudiera escapar por una puerta trasera. Michael había investigado bastante al sujeto, y estaba completamente seguro de que el hombre lo estaría esperando en el interior del bar, con varios hombres a su disposición para pulverizar a cualquier extraño que cruzara la puerta con un arma en la mano. Era tan simple, y todo debía ser lo más rápido posible, por lo que Michael cruzó la calle a toda velocidad, colgándose el rifle a la espalda como pudo y extrayendo una escuadra del .45 con cargador de quince balas dispuesto a eliminar a todo aquel que tratara de impedirle seguir adelante. En lugar de cruzar la puerta como un valiente suicida, Michael se arrojó con fuerza contra una de las ventanas, entrando al bar como en una escena de película de acción. Al llegar al suelo, efectuó una acrobacia para quedar con una rodilla apoyada en el suelo y abrir fuego a los primeros hombres que le apuntaron con escopetas y revólveres de varios calibres. Vació siete balas y abatió a tres hombres, a tiempo de poder erguirse y avanzar entre las mesas hasta un punto más seguro. En el trayecto, evadió casi por completo una ráfaga de plomo y pólvora; una bala le rozó el hombro derecho y otra pasó zumbando cerca de su oído izquierdo. Saltó hacia la barra y se agachó, escuchando el estallido de varias botellas, destrozadas por la munición del enemigo. Y cuando se presentó una breve pausa para cargar las armas, Michael salió de su escondite y roció a todos los hombres que pudo con las balas que le quedaban. Eliminó a otros tres. Ahora, sin balas en el cargador y sin tiempo para recargar, Michael sorteó la barra y corrió hacia las mesas. Encima de una de ellas se encontraba una escopeta a medio cargar que uno de los hombres muertos dejó caer al morir.

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La alcanzó, y acto seguido se dio la vuelta para continuar respondiendo al fuego que comenzaba a llover nuevamente. Los cuatro cartuchos que tenía cargados le bastaron para acabar con dos sujetos más y hacerse con otra escopeta, ésta completamente cargada. Los disparos amainaron, al grito de un hombre que les ordenaba retroceder y salir pitando de ahí antes de que la policía llegara. Entre el caos, Michael buscó con la mirada a Spider Monkey y lo encontró cerca de la entrada, con una Deseart Eagle en las manos e indicando con la cabeza a sus hombres la dirección que debían tomar. Justo en ese momento, las miradas de los dos protagonistas de aquel concierto de armas de fuego se encontraron. A pesar de que portaba gafas solares, Spider Monkey no pudo ocultar su pánico al descubrir al responsable de aquella masacre sin sentido. Y Michael se abalanzó sobre él. Spider Monkey trató de dispararle, pero el arma apuntó hacia el techo debido al golpe con el antebrazo que Michael le asestó. Y ahí, ante la mirada de tres de los hombres del matón y unas sirenas de policía que se acercaban rápidamente, Lost Bullet agarró a su objetivo por el cuello y le apuntó en la sien derecha con el cañón de la escopeta. ―No nos sigan ―ordenó a los tres hombres, con sus armas apuntándole indecisamente. Amagándolo fuertemente con ambos brazos, Michael arrastró a Spider Monkey hasta la trastienda, escuchándolo proferir maldiciones y groserías. Al llegar a la puerta de servicio de la parte de atrás, lo arrojó fuera con toda la fuerza que le fue posible. Spider Monkey cayó al suelo, golpeándose contra unos cubos de basura y tirándolos a sus lados. Rápidamente, Michael se le acercó y le pateó la mano que empuñaba la pistola. ―¡Carajo! ―soltó ¿Pero qué diablos…?

Spider

Monkey―.


―Cierra la boca y pon atención a lo que voy a preguntarte ―interrumpió Michael, apuntándole con la escopeta a quemarropa―. ¿Es cierto que has hecho tratos con un hombre llamado Verger? ―¿Qué? ¿De qué estás hablando? ―chilló Spider Monkey―. Yo no conozco a ningún Verger. ―¿Ah? ¿Enserio? ―Michael apuntó el arma hacia arriba y disparó. ―¿Qué crees que estás haciendo? -¿Es que quieres que te penalicen? Michael cargó el siguiente cartucho y nuevamente apuntó al tipo. ―No me hables de penalizaciones ―terció después―. Has cometido muchos crímenes en distintas ciudades y sé que te buscan por emboscar a un grupo de seis jugadores en las ruinas del oeste. En lo que a mí respectan, estarán más encantados de encerrarte a ti más que a mí. ―Bueno, bueno. Pero yo no sé de qué Verger estás hablando. ―Pues entonces seguramente lo has escuchado en algún lado. A fin de cuentas tú eres oídos y ojos para muchas personas, ¿no? ¡Ilumina mi camino! ―¡Con un demonio! ¡Yo no sé quién es ese Verger! ¡Jamás escuché ese maldito nombre desde que empecé a jugar! ―¿Estás completamente seguro? ―Sí. ¡Joder! Claro. ¿Cómo confiar en un tipo que se la vivía escondido en un bar? No era más que una rata cualquiera en un barrio cualquiera. ―¿Vas a dejarme ir o no? ―preguntó Spider Monkey. ―No hasta que ―respondió Michael.

me

respondas

―Ya te dije que no conozco al tal Verger. «Si así lo quieres», pensó Michael, bajando el arma y jalando el gatillo. Spider Monkey aulló con dolor fingido en

cuanto la carga de pólvora destrozó su rodilla derecha. Semejante actitud patética merecía un único final. ―Está bien, está bien ―dijo Spider Monkey, con las manos al frente en gesto de rendición―. Te diré lo que sé. ―Anda rápido y sin rodeos, que la policía viene ―apremió Maichael, sin dejar de apuntarle. ―Escucha. Hace tiempo que escuche de un hombre que se hacía llamar Verger, pero no es nada más que un mito. Michael ladeó la cabeza, intrigado. ―¿Cómo que un mito? ―quiso saber. ―Escuché el nombre de Verger en un punto de reunión cerca de otra ciudad, la más cercana a ésta. Me dediqué a indagar un poco más porque alguien supuestamente había soltado una recompensa para aquel que pudiera capturarlo y llevarlo a la prisión que se encuentra en la ciudad muelle. »Pero cuando comencé a buscar más información, descubrí que no era más que una simple contraseña que te conducía a una trampa organizada por la policía. Verger era una simple medida correctiva para erradicar a todos los grupos de cazarrecompensas que se han formado los últimos meses. Sólo eso. ―¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ―Porque otros estarían tras la cabeza de ese sujeto. No solamente tú. ―¡Imbécil! ¡Yo no estoy detrás de una recompensa! ¡Estoy tras el hombre! ―¡Idiota! ―Spider Monkey soltó una carcajada―. Ya te lo dije: Verger no existe. Es sólo una jugarreta de la policía. Las sirenas de policía se escuchaban demasiado cerca. Se oyeron portezuelas azotarse e indicaciones de desplegarse por los alrededores buscando a todo hombre armado que pudieran encontrar. ―Parece que se nos acabó el tiempo, hombre ―bromeó Spider Monkey, todavía

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en el piso―. Ahora nos torcerán a ambos y nos llevarán a la prisión por armar escándalo en la ciudad cuando no hay evento ni misión en curso. ¿Sabes lo que eso significa? Michael lo sabía: al menos una semana de cuenta bloqueada, lo que retrasaría su búsqueda. En siete días la información que buscaba podía cambiar, y tendría que iniciar desde el principio nuevamente. ―Hay dos caminos para evadir la penalización que nos aguarda, según tengo entendido ―dijo Michael, dejando caer la escopeta―. ¿Sabes cuáles son? Spider Monkey lo sabía, pero no quería decirlo. Como el infeliz no contestaba, Michael se acercó hasta donde se encontraba el Desert Eagle tirado y lo recogió con toda la parsimonia del mundo. ―O-oye… ¿Qué haces? ―preguntó Spider Monkey, alarmado. ―Te estoy haciendo un favor. ―Y sin esperar respuesta, Michael le voló la cabeza a Spider Monkey con su propia arma. En el lugar donde Spider Monkey estuvo apenas unos segundos antes, apareció una cruz negra. Ahora solo, Michael procedió a ocultarse en el callejón para realizar una llamada. No tenía caso que intentara salir por alguno de los extremos con la policía en los alrededores, así que optó por solicitar instrucciones. ―Diga ―solicitó una voz monótona en el auricular. Michael pulsó el botón el micrófono y fue directo al grano. ―Spider Monkey afirma que Verger es una contraseña que dirige al jugador hacia una trampa ―explicó. ―¿No te dijo nada más? ―Negativo. Estudié sus facciones en el momento de su explicación y no encontré rasgo alguno que me indicara que estaba

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mintiendo. Decía la verdad. El hombre al otro lado de la línea suspiró. ―Entonces parece que nos condujeron a un callejón sin salida ―concluyó―. Es mejor que lo dejes. ―Entendido, señor. ―¡Por aquí! ―gritó alguien desde el fondo del callejón―. ¡Los disparos provinieron de aquí! ―¿Quién habla? ―preguntó el hombre de la línea. ―Problemas menores, señor. Espero instrucciones ―respondió Michael. ―Desconéctate. Da la misión como exitosa, aunque sólo sirviera para confirmar nuestras sospechas. Tendremos que hablar sobre una posible nueva incursión más adelante. ―Entendido. ―Buen trabajo, soldado ―felicitó y se cortó la comunicación. Ahora con las órdenes recibidas, Michael agitó la mano izquierda en línea vertical. Frente a él apareció una pantalla luminosa que le mostraba las opciones del menú de cuenta del juego. Sin vacilar ni pensar en nada más, Michael pulsó la opción que rezaba «Cerrar sesión». Un halo luminiscente lo rodeó y se desvaneció en el acto, ante la mirada atónita de cuatro oficiales que no pudieron darle alcance. Según el hombre de la línea, la misión había sido exitosa, pero Michael esperaba poder volver pronto para seguir investigando. Verger era una mentira; lo aceptó a regañadientes. Pero aunque se tratara de un simple videojuego, muchas otras cosas podían suceder. Quizá esta no sea la última incursión de Michael Riddell como jugador, pero también existía la posibilidad de que lo fuera.


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El corazón del fantasma

E

l ojo interior de Avessa le mostró la manada de peces Hagores antes de que estos aparecieran frente a su nave.

Los malditos peces parecían una plaga sin fin. Viajaban por el espacio en manadas con sus cuerpos metálicos impulsados por gases fosforescentes. Se dirigieron a la nave pero en el último momento cambiaron de dirección.

―Atentos. Se acerca otra manada. Avessa se comunicó con los pilotos de la nave con su voz interior. Desde luego no se equivocó. Era una manada excesivamente numerosa. Tendría que utilizar toda su capacidad de previsión para no salir dañados. ―Preparen maniobras evasivas nivel ochenta.

Avessa provenía del planeta URBO. Su especie era conocida por su capacidad telepática. No tenían ojos físicos pero si un ojo interior. Avessa era de color verdoso, cabeza pequeña y cuello largo. Sus alas transparentes y amarillentas demostraban que era una hembra y como todas las hembras de su planeta era líder.

Ese comportamiento no era normal. Los peces Hagores no se alejaban mucho de la nebulosa donde se reproducían. A menos que persiguieran un enemigo o huyeran de algo. Entrar en sus mentes era inútil debido a que se comportaban netamente por medio de instintos.

La nave a su cargo transportaba diversos materiales que comercializaban en planetas Arcturianos. Sus naves no eran muy veloces por lo que los viajes siempre eran largos. Y últimamente los peces Hagores se estaban viendo con mayor regularidad. Estrellarse con ellos era peligroso pues viajaban en manadas numerosas y tropezar con uno era como tropezarse con una corriente de metal que terminaba despedazando lo que podía, incluso un caparazón tan fuerte como los fabricados en URBO.

En menos de un minuto su nave se vio rodeada de peces Hagores que pasaban como destellos imparables. Avessa se preocupó pues no vio en su mente el fin de esa nube metálica.

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―Tenemos que salir de aquí. Era inútil seguir adelante. A contra corriente terminarían por despedazarlos. ―Den media vuelta. Sigan la dirección de la manada. A la menor oportunidad salgamos de aquí.


Pero no encontraban una oportunidad. Los peces los rodeaban apretadamente. La forma de la nave que la manada perseguía vino a su mente de forma borrosa. Avessa no conocía su origen pero estaba cerca. Era evasiva. Su tripulación debía ser la mejor en el universo para poder evitar por tanto tiempo a los peces. Avessa veía la forma borrosa moverse con una rapidez única. Retrocedía y daba la vuelta sin un momento de vacilación. De repente un rayo azul atravesó la nube de peces desintegrando lo que encontraba a su paso. ―¡Un cañón antipartículas! Avessa no podía creer que una nave tan rápida estuviera equipada con un arma así. Se esforzó más en llevar su ojo al interior de esa nave y comunicarse con su tripulación de tal manera que no les dispararan. Adentro había algo. Algo extraño. Ella no pudo identificar que especie tripulaba la nave. Era como un vacío y no. Sea lo que fuera que pilotaba la nave era tan vasto como una galaxia, a pesar de estar comprimido en un cuerpo. Avessa lo sintió. Lo que estaba en la nave la estaba mirando a ella. Los peces Hagores rompieron la cubierta de la nave de Avessa y los propulsores se averiaron. Avessa no temía a los peces sino a la nave desconocida. Su nave explotó. Cuando era un huevo Avessa escuchaba los pensamientos de su madre. Era una voz interior tranquilizante y siempre en momentos angustiantes ella volvía a escucharla. Avessa despertó y se encontró sumergida en un líquido viscoso rojo. Le faltaba uno de sus brazos. Movió el brazo que le quedaba y tocó una superficie dura y transparente. Con su ojo interior vio que estaba dentro de una cápsula. No pudo ver nada más que la habitación en la que se encontraba. ―Has despertado.

La voz interior era agresiva. Avessa pudo comunicarse con algo de esfuerzo. ―¿Quién eres? ―Estás en mi nave. Soy el capitán Gale Croatoan. Entonces lo vio por fin. Lo vio porque él lo quería. Estaba segura de eso. Era un sujeto más bajo que ella. Su apariencia era parecida a la de los Arcturianos, con dos ojos, una boca y esa cosa con dos agujeros en el medio. Nariz, se llamaba nariz. Su cabeza estaba cubierta de pelo como la de los Arcturianos. Sin embargo Avessa sabía que era mentira. Su imagen no era real. Aquel sujeto era algo más que un Arcturiano. ¿Un terrícola? No era posible. Los terrícolas eran una especie inferior entre las cuatro especies dominantes del universo consistente. ―No intentes entrar en mi cabeza. Te

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harás daño.

derivado semejante al de la nave.

Era verdad. Era doloroso siquiera conectarse con su mente.

El interior de X-Goma era oscuro, lleno de pasillos. El capitán la llevó a una cámara circular. En el centro había una mesa y lo que había allí era algo increíble. Parecían rocas de color rojo. Brillaban en su interior como si estuvieran vivas. Y eso era lo que había sorprendido a Avessa. Estaban de alguna forma vivas de verdad.

―¿Qué pasó con los peces? ¿Y mí nave? ―Maté varios cientos de peces pero fue como nada en comparación con la cantidad que había. Los llevé lejos de los restos de tu nave y activé el camuflaje para que no me vieran. Regresé y solo tú estabas con vida. Por suerte. ―¿Por qué causa le perseguían? Esa pregunta quedó sin respuesta, pero Avessa sabía que los peces nunca atacaban primero. Ella hizo otra pregunta. ―¿Por qué me salvó? ―Eres talentosa. Tu telepatía llegó hasta mi nave. No me gusta que el talento se desperdicie. Ahora descansa. Fue como si su mente se apagara y Avessa no la pudo encontrar por ningún lado. Gale Croatoan. Ese nombre le era conocido. Si no se equivocaba era el afamado capitán de la misteriosa nave X-Goma. En su planeta nadie lo había visto nunca por lo que era solo un mito. Un héroe que luchaba contra fantasmas intergalácticos. Avessa viajó alguna vez a la región media del espacio y tuvo la oportunidad de ver uno de esos monstruos, esos fantasmas. Eran semejantes a una nube electromagnética aunque en realidad era energía oscura, según se creía. Solo un monstruo podía vencer a un monstruo como ese. Avessa pudo salir de la cápsula en poco tiempo. El capitán le avisó que no corría peligro, que la única perdida que tenía era su brazo. Avessa no pensaba así. Había perdido su nave y su tripulación. ―He pensado mucho en ti. Creo que tienes el talento propio para lo que necesito. Ven conmigo. Avessa siguió al capitán. Él llevaba puesta una armadura de metal o algún material

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―¿Qué es eso? ―Son corazones de fantasmas intergalácticos que he vencido. Estoy seguro de que además de ser su energía vital también los utilizan para entrar a este mundo. ―¿Desde la zona fantasma? ―Sí. Así le han llamado. ―¿Qué eres tú? Avessa sintió que la pregunta molestó al Capitán. Que por cierto, se había presentado como capitán pero no había tripulación por ningún lado. ―Disculpe. Esa pregunta fue grosera. ―Me alegra que haya aún cortesía en este universo. Yo tuve la cortesía de salvarte ahora podrás hacerme un favor y cuando termines serás libre de marcharte a tu planeta. ―¿Qué necesita? ―Necesito que despiertes uno de esos corazones. Eso abrirá el portal y yo entraré a la zona fantasma. Yo no he podido despertarlos, me rechazan por razones que no vienen al caso, pero contigo funcionará. ―¿No es peligroso? ―Vivir es siempre peligroso. Avessa nunca olvidaría lo que vino después. Formaría parte importante de su vida como la voz interior de su madre. El capitán le cedió una de sus pequeñas naves de apoyo y liberó uno de los corazones al espacio. El más grande y brillante.


Avessa se alejó lo más que pudo sin perder de vista el corazón fantasma. X-Goma orbitó cerca de ella. ―Empieza Avessa. Ella lo hizo. Empujó su ojo al interior del corazón. Hubieron barreras que tuvo que romper. Imágenes confusas que llenaron su mente. Y al fin llegó al centro de la vida y se despertó. Fue magnifico. El corazón explotó pero no como una nave o una estrella. Su explosión fue como el nacimiento de una galaxia. Creció lenta y progresivamente con forma circular y multicolor. Miles de destellos fueron desapareciendo poco a poco y el centro de la esfera se tornó negra. Avessa se percató a tiempo que su nave estaba siendo arrastrada hacia ese centro oscuro. Navegó en contra de esa fuerza que la atraía. Por último vio a la portentosa nave XGoma entrar a toda velocidad al portal de la muerte. Se cerró inmediatamente después. Avessa regresó a su planeta con la nave de apoyo. En URBO se sorprendieron al conocer su historia. Gracias a esa nave pudieron mejorar su tecnología que hasta entonces era una pobre imitación de las Arcturianas con botones y monitores. Mientras que la nave de Avessa se podía pilotear mentalmente, lo cual mejoró mucho su navegación hasta llegar a ser la mejor tecnología en viajes espaciales. Había algo que Avessa encontró en esa nave y no contó a los suyos: Un corazón de fantasma. Sin duda dejado allí por el Capitán Croatoan. Avessa lo escondió en un planeta pequeño y desierto de un sistema cercano. Era peligroso si los suyos pretendían experimentar con eso. Ocultó su ubicación en lo más profundo de su mente hasta que ella misma creyó olvidarlo. ―El universo no volvería a tener noticia del capitán Gale Croatoan por muchísimo tiempo.

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¡Ayúdame!


CAPÍTULO 1 SÁBADO DE FIESTA

S

e hizo como Sam lo había dicho, al día siguiente, y sin más antelación, fueron a recoger las pertenencias de Joshua. Sólo fueron Sam y Susan, Marina se quedó en casa preparando la comida del día, y Aidé tenía que realizar una investigación escolar. Fueron en transporte público, y regresaron de la misma manera. Únicamente fueron tres maletas, un par para su ropa, y una más para el resto de pertenencias. En realidad, no fue difícil ir y venir. Joshua habló con la señora, diciéndole que se iba a ir, y a pesar de que aún tenía un par de meses más de depósito, ella se negó rotundamente en devolverle el dinero. Sabían que cualquier esfuerzo inmediato iba a ser infructífero, así que con la molestia que sentían, se fueron de ahí. De eso ya había pasado una semana. Le había costado acoplarse en una casa con cuatro, hasta el momento, desconocidas. Tuvo que aprender las reglas de la casa, la repartición de labores y cosas similares. Sin embargo era bastante cómodo, cerca de ahí había una parada de autobuses de la ciudad, una ruta bastante mejor cuidada que los que eran llamados «foráneos». Desde ahí llegaba de manera directa a la universidad, y de regreso de la oficina sólo tenía que tomar otra ruta que tampoco lo dejaba muy retirado. Ellas eran bastante amables y, en cierta medida, responsables. Aunque la casa parecía tener suficientes cuartos, ellas dormían de dos: Aidé con Susan en un cuarto, y Sam y Marina en otro. Además, se había percatado como sus nuevas compañeras estaban fuera de casa la mayor parte del día: Sam era la que tenía el horario más irregular, en realidad no sabía a qué se refería con ser una «repartidora», sólo sabía que podía verla una vez despertar a medio día y regresar en cuatro horas, para en otras veces estar más de doce horas afue-

ra. Susan, por su parte, estudiaba en una universidad técnica, y por las tardes realiza labores diversas para sacar un dinero extra, no es que supiera qué hacía exactamente, ni tampoco que fuese de su incumbencia. Marina tenía un trabajo estable, pero que ―declaraba― le absorbía mucho tiempo, sin embargo siempre estaba antes de las cuatro para tener la comida lista para todos. Finalmente, Aidé sólo se dedicaba de lleno a la universidad, sin embargo sólo llegaba de ésta para encerrarse en su cuarto a leer o hacer tarea. Viéndolas con una vida tan ajetreada, no se sentía tan mal de su propia vida, que le exigía hasta doce horas de dedicación diaria, primero en la universidad y luego en el trabajo. El esquema de repartición de labores funcionaba bien, y hacía que la casa se mantuviera limpia. A él ya le había tocado un par de veces lavar los trastes, eso sí, la ropa se lavaba por separado. Aunque apenas llevaba ahí una semana y no había tenido la necesidad de ayudar más. Como dedujo el día que llegó, al fondo de la casa había un pequeño jardín al aire libre, con un pasto bastante bien cuidado y un solo árbol de buen tamaño. Al instante se sintió confortable en ese lugar ya que donde vivía también tenía un jardín así, aunque un poco más grande. Cuando tenía tiempo libre y quería ―o tenía― que leer, iba ahí, acomodándose debajo de la sombra del árbol; ese día no era la excepción. El libro que estaba leyendo en ese momento era un poco difícil para sus conocimientos, pertenecía a un famoso sociólogo francés, uno de los que se consideraban padres de esa ciencia. Estaba bastante entretenido tratando de entender la lectura, que no escuchó a cierta persona acercarse, sino hasta que estaba justo enfrente de él. Volteó en el justo momento que ella abrió la boca para saludar: ―¿Está interesante eso que estás leyendo? ―preguntó la extrovertida Susan con una sonrisa amigable.

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Portaba un vestido que le llegaba a medio muslo y que tenía un escote poco marcado. Para el calor era una buena vestimenta, sin embargo era un poco reveladora, y por un momento la sangre subió a su cabeza al pensar en que era una chica que a pesar de no tener una complexión de modelo, era bastante atractiva. ―Bastante, diría yo, sin embargo está un poco difícil de entender ―respondió sin demorarse mucho. ―Oh, ya veo. ―Hizo una pausa, como meditando, a punto de declarar algo―. Entonces, ¿estás muy ocupado? ―Sólo un poco, ¿por qué? ―Es que quería ver si me podrías acompañar a comprar un par de cosas ―peticionó amablemente. ―¿Qué tipo de cosas? No pudo evitar preguntar eso, si era arrastrado a una compra de media hora entre prendas de vestir, se tendría que quitar la vida. ―Diversas cosas… ―Hizo una mueca de incomodidad por la pregunta―. Es que no me gusta comprar a solas y todas están ocupadas hoy: Sam está haciendo un encargo, Marina dice que no dejará su «platillo especial», y mi pequeña Aidé está presionada con sus tareas. ―¿Y tú no tienes tarea? ―preguntó el joven con una sonrisa inquisidora, pero bromista. ―Un poco… ¡pero ese no es el tema! Este es un momento perfecto para conocernos un poco más, y quizá te lleve a conocer unos bares o cafés donde puedas conquistar a una damisela ―declaró, haciendo un énfasis bromista en lo último―. ¿O tienes novia? ―No, de momento estoy soltero. ―¡Ves! Te conviene venir conmigo, ¿sí me acompañarás? ―Cada vez se mostraba más emocionada, pero al mismo tiempo, desesperada. ―Bien, bien. Te acompañaré, sólo espe-

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ro no demoremos mucho. ―¡Trataré de que así sea! ―afirmó para luego jalar a Joshua de la mano, obligándolo a levantarse―. Vamos, que hay poco tiempo. Él obedeció y fue a ponerse un poco de ropa de calle, ya que hasta el momento estaba en ropa deportiva y sandalias, debido a la comodidad. No tardaron ni quince minutos y ya estaban saliendo de la casa. Susan con una mirada de evidente emoción, y Joshua con una sutil mirada de resignación. ―Te juro que será divertido, no te preocupes. Las calles aledañas a la casa eran tranquilas. El vecindario era ya un poco antiguo, que a simple vista podría dar un poco de desconfianza, sin embargo era bastante tranquilo. A lo largo de los años, cerca de ahí se habían ido construyendo diversos proyectos, uno de ellos era uno de los tantos centros comerciales que inundan la ciudad, ubicado a no más de veinte minutos caminando. Era un edificio grande, de tres pisos, con una fachada moderna y un gran estacionamiento; la variedad de negocios era inmensa, desde restaurantes, hasta tiendas de ropa, además de un gran cinema. En realidad a Joshua le desesperaban ese tipo de lugares: en primera instancia prefería los pequeños lugares como los que había en su pueblo natal; en segunda, esos lugares tienden a ser un poco caros; y en tercera, le desesperaba como ciertas personas ahí veían todos los demás por debajo de ellos. Sin embargo sólo iba a acompañarla, no ha gastar dinero, ni a soportar gente molesta.



Complejo de Inferioridad


CAPÍTULO 1

A

l entrar en aquella tienda, comprobó que la suerte no le sonreía. Todas las maquinas estaban ocupadas, había una fiesta de cumpleaños en el sitio y estaba infestado de chiquillos con sus padres. Mal día para querer robarle a alguno. Al final, decidió gastar su tiempo en el videojuego más mierda: uno del siglo pasado donde había que derrotar naves extraterrestres con un cañón que solo concedía un tiro a la vez. ―¡Asquerosa, porquería! ―gruñía entre dientes, furioso. ―El juego no parece tan malo como para enfadarse así. ―¿Ah? Un muchacho estaba observándolo, extrañado. ¿Cuánto tiempo había estado ahí? No lo había notado. Se quedó en silencio, mirando sus zapatos. ¿Eran nuevos? Su ropa era impecable, sus manos parecían bastante delicadas, no parecía hacer esfuerzo físico con ellas, vamos, ni parecía que las usara. Siguió examinándolo con la mirada, llevaba un uniforme muy elegante, y nuevo. «Maldito niño rico, seguro y tus padres te compran todo, bastardo», pensó de inmediato. Incluso al verle el rostro, comprobó lo que estaba pensando; el muchacho no parecía rebasar los dieciséis años, su cabello era café claro; no, rubio oscuro y tenía unos expresivos ojos grises, su semblante era tranquilo, e incluso sonreía, definitivamente se trataba de un niño de buena posición económica. Daban ganas de patearlo solo con verlo. Eran las siete de la mañana y mientras Butch sufría a esa hora peleando con un chico en la escuela, del otro lado de la ciudad las cosas se tornaban más agradables. De una gran y elegante casa salía un joven preparado para irse a la escuela, su rostro

dibujaba una gran sonrisa mientras con un efusivo ademán se despedía de sus padres. Llevaba además de su maletín, una libreta en las manos. Corría como todos los días para encontrarse a sus amigos más rápido, pues le incomodaba ir solo a la escuela y él no se sentía capaz de pedirles a sus padres que lo llevaran, ya era mayor, debía preocuparse por otro tipo de cosas y dejarlos tranquilos. Mientras corría, no pudo evitar toparse con una tienda de videojuegos al otro lado de la calle, se dispuso a cruzar para ver el lugar, nunca había visto una tienda así y le había emocionado. En el vidrio de la ventana podía verse el reflejo de aquel joven: su cabello era rubio y algo despeinado, de ojos grises y expresivos, de tez blanca y el rostro ligeramente adornado con pecas. Se había entretenido bastante viendo todo el lugar desde la ventana, hasta que el dueño de la tienda, desde adentro, le hizo un ademan para que se retirara. ―¡Lo siento! ¡Mil disculpas! El muchacho rio y decidió seguir su camino a la escuela, no deseaba llegar tarde y además debía encontrarse con sus amigos. ―Christ, ¡hola! ―Uno de sus amigos, un chico de cabello castaño y ojos azules lo encontró en el camino―. ¿Por qué vas tan distraído? ¿Y ahora que llamó tu atención? ―Oh, no es nada. ―Sonrió un poco, respondiéndole a su amigo―. Esa tienda se ve interesante, sería bueno ir todos un día. ― Pues… yo no la había visto, ¿es nueva? ―Creo que no, ¡pero luce bastante bien! ―Cuando veamos a los demás nos ponemos de acuerdo para ir esta tarde, sería bueno después de este día de exámenes. ―Se llevó una mano al entrecejo, como prediciendo lo mal que le iba a ir. No tardó mucho para encontrarse con alguien más en el camino, una jovencita pelirroja bastante guapa, que al mirarlos los reconoció al instante.

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―¡Ey, hola! ―saludó la joven mientras se acercaba a ambos chicos―. Deberíamos apurarnos para llegar a la escuela, no quiero que me pongan un retardo y me quiten el examen ―Los observó con preocupación. ―Estoy de acuerdo ―dijo a la chica, y luego volteó hacia el rubio―. Christ, más tarde entramos a los videojuegos, hay que concentrarnos en lo importante. ―Supongo que tienen razón, ¡hay que correr! No tardaron más de diez minutos en llegar a la escuela. Era un lugar enorme, muy cuidado y elegante. Era la escuela privada más importante de la ciudad, donde todo era pulcro y disciplinado. Los tres chicos llegaron a tiempo, pues justo después de que entraron, los portones se cerraron. ―Justo a tiempo… ―murmuró el rubio, con una leve sonrisa y, acto seguido, se dirigió con sus amigos a hacer el primer examen del día. Mientras el profesor repartía los exámenes, Christ sentía algo en su mente, sentía que todo era demasiado tranquilo desde que tenía memoria. Desde que vio aquella tienda de videojuegos, donde algunos parecían molestos, otros alegres, e incluso otros aburridos, comenzó a preguntarse a sí mismo: «¿Todas las personas en la ciudad serán igual que las que conozco?». No dejaba de darle vueltas a eso una y otra vez, era como un torbellino. Sin embargo, por fuera, lucía igual o más tranquilo que antes. Tenía una habilidad enorme para ocultar sus emociones cuando éstas eran negativas, haciéndole parecer un muchacho optimista todo el tiempo. Incluso hubo una temporada en el que estuvo enfermo, nunca quiso decirle a nadie que clase de padecimiento tenía, pero jamás estuvo solo pues sus amigos lo acompañaron todo el tiempo. Al final logró curarse y en ningún momento decayó o flaqueó ante alguien, su confianza y alegría estuvieron presentes siempre. Pasaron las horas, y con ellas, los exá-

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menes. Christ era un chico muy listo y por fortuna había terminado con todos antes de la hora de salida, por lo cual decidieron dejarle ir temprano a casa. ―Ey, Harry… ―le murmuró a su amigo, antes de marcharse―, ¿podrían alcanzarme en la tienda que vimos esta mañana? ―Claro, pero no es seguro. Es probable que salgamos de aquí muy tarde o demasiado cansados. Adelántate de todas formas y yo te aviso por celular si nos animamos los muchachos y yo. Un chico rubio y de ojos verdes interrumpió la breve charla de los dos al escucharlos. ―Pero hoy tenemos práctica de soccer, no podemos darnos el lujo de salirnos temprano. ―¿Soccer? ¿Entonces también habrá de voleibol? ―preguntaron los muchachos al unísono. ―No ―respondió el joven―, de voleibol no habrá durante una semana pues no habrá torneo y nos dieron permiso de descansar para los exámenes. ―Oh, ya veo. ―Se decepcionó un poco, pero aun así seguía sonriendo como siempre―. Vale, yo iré y los espero mientras terminan en sus clubes. Dicho esto, se despidió de todos sus amigos y se encaminó hacia la tienda, deseoso de saber qué clase de juegos había ahí. Transitaba despacio, pues quería disfrutar de la vista en el camino, como no acostumbraba a caminar solo, necesitaba entretenerse para olvidar eso. Y una vez poniendo atención a su alrededor, notó que había muchas cosas que había ignorado días antes, como un restaurante de comida rápida, una panadería, una escuela pequeña de inglés, incluso una tienda deportiva...


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Vermillion


CAPÍTULO 3 SENSACIONES

A

lan había olvidado por completo la última vez que caminó por la calle en compañía de una chica, especialmente tan linda como lo era Chitose Haruka. Tener aquella conversación con ella en el salón fue lo mejor, pero ahora que no estaban bajo la furtiva mirada de sus compañeros era mucho mejor. Podían hablar cuanto quisieran y de la forma que les diera la gana. Mientras hablaban, empezaba a conocerla de una forma que no creía posible, ni aun antes de que su familia tomara la decisión de mudarse a Japón. Y le alegraba imaginar que tal vez la joven Haruka sería la primera amiga que tendría que tanto le hacía falta en ese nuevo mundo para sentirse aceptado. Chitose era muy elocuente, pero también sabía escuchar. No le hablaría de las cosas que le preocupaban desde el primer día todavía, aunque tenía la impresión de que no tardaría mucho en contarle algunos de sus secretos. Esa chica era tan buena persona que acabaría por hacerlo de todos modos. ―Supongo que es hora de que me despida ―dijo Chitose, deteniéndose de repente a pocos metros de llegar a una esquina. ―¿De verdad? ―Alan estaba muy sorprendido de que el tiempo hubiera transcurrido tan rápido y la distancia se acortara enseguida. ―Ya voy tarde para regresar a casa y seguramente mis padres estarán muy preocupados. ―¿Son muy estrictos? ―Claro que no. ―Chitose agitó las manos―. Es sólo que no me gusta preocuparlos demasiado. Ya sabes cómo son los padres cuando tienen una hija única. ―Eso no lo sabía ―informó Alan.

Chitose soltó una risita. ―Nunca me lo preguntaste ―dijo. Alan recapituló toda la charla. Hablaron de la comida que les gustaba a los dos, pasando luego a las atracciones turísticas de sus respectivas ciudades, hasta acabar en cuáles eran sus pasatiempos preferidos. Al chico le sorprendió la facilidad con que Chitose le contó que su mayor pasión era la lectura, disfrutando de cualquier texto que contuviera un tema interesante o una trama bien narrada, como lo era en el caso de las novelas. Y ciertamente, tras todo de cuanto hablaron las últimas tres o cuatro horas ―el reloj careció de importancia para Alan mientras hablaba con ella―, nunca le preguntó algo así. Chitose se adelantó unos pasos, alargando la distancia entre ambos. Posiblemente doblaría en la esquina, hacia la derecha, para dirigirse a su hogar. ―Me dio mucho gusto platicar contigo ―comentó la chica, girando hacia Alan―. Espero que mañana podamos charlar nuevamente en la escuela. ―Igual yo ―dijo Alan, deseoso de preguntarle una cosa más―. ¿Crees que tus padres se molestasen en que sepa dónde vives? Chitose no comprendió. ―¿Qué quieres decir? ―Me refiero a que, si no es mucha impertinencia, me gustaría saber cuál es tu dirección. La chica, de largos y ondulados cabellos, esbozó una sonrisa pícara. Semejante gesto puso nervioso al joven Perrish. ―¿Estás tratando de ligarme, chico travieso? ―quiso saber Chitose, tratando de imitar el acento de una actriz americana. Alan se ruborizó. No creía que ella llegara a pensar algo así. De hecho, ni a él se le había ocurrido. ―Algún día te dejaré acompañarme a mi

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casa, pero será hasta que nos conozcamos más, ¿de acuerdo? ―agregó Chitose, con su acento habitual. ―Muy bien ―aceptó Alan―. Espero llevarme bien contigo. ―Eso espero yo también, así que ahora date la vuelta y vete a casa. Mañana nos veremos en la escuela. Y antes de que Alan pudiera agregar algo más, Chitose se dio media vuelta y echó a andar a paso enérgico hacia la esquina. En cierto instante, mientras admiraba el tono avellana del cabello de Chitose ondeando al viento, Alan pensó que trotaría como en alguna escena de los seriales de adolescentes. No fue así, pero hubiera sido grandioso. Después de que Chitose se perdiera en la esquina, Alan simplemente se giró sobre sus talones y regresó sobre la marcha recorrida. Con las manos en los bolsillos y una radiante sonrisa de satisfacción en el rostro, se dio cuenta de que se había desviado demasiado del camino a casa. De vuelta en casa, su madre le preguntó por qué demoró tanto en regresar, a lo que Alan simplemente contestó: ―Creo que hoy he hecho una nueva amiga. Oír eso llenó de gusto a su madre, quien empezaba a creer que Alan permanecería en el anonimato hasta que se graduara. ―Es normal ―le decía a su marido por las noches―. Es sólo que nuestro hijo no logra adaptarse a su nuevo ambiente. Cómo si ella estuviera enterada de que Alan todavía no olvidaba la voz, y que incluso la escuchó el primer día en que entró a su nuevo salón de clases. Tras pasar de largo por la sala, Alan subió las escaleras y recorrió el corto pasillo del primer piso, hacia su habitación. Al llegar, se detuvo unos momentos frente a la puerta y entró.

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Su cuarto, perfectamente ordenado y limpio, lucía tal cual lo dejó aquella mañana ―por alguna curiosa razón, casi siempre tenía la sensación de que sus cosas cambiaban de sitio sin motivo, o tal vez lo hacía él mismo sin recordarlo después―: El escritorio se hallaba situado junto a la ventana, a la izquierda. Encima de éste, se encontraba una pequeña repisa donde tenía acomodada su preciosa colección de CDs de rock, clasificada celosamente en orden alfabético. El armario se situaba al lado de su cama, la cual estaba posicionada al este de la habitación, de modo que la ventana quedara a un costado. Y el póster, con una gran «S» tribal rodeada por una estrella de varias puntas, colgaba sobre la cama, resguardando el sueño del joven Perrish como una especie de aberrante atrapasueños. «Si tan sólo supiera si a alguno de mis compañeros le gustara esa misma banda», pensó suspirando. Lanzó su mochila al pie del escritorio, creyendo que a su habitación le hacía falta algo más. No logró dar con ello, así que se desplomó sobre la cama sin darle más importancia. Aun cuando el día fue grandioso, estaba hecho polvo. Quería descansar y luego hacer su tarea. Sin embargo, en ningún momento pensó en la discusión entre Chitose y aquella otra chica. A Alan le parecía que se llamaba Izumi Yoshino, o algo parecido; no tuvo el distinguido honor de su charla. Luego llegaría el momento para hablar de eso, de todas formas. Mientras tanto, sus padres se encontraban en la sala. La señora Perrish estaba tan emocionada, casi como su hijo con su «nueva amiga», de que pareciera que la vida plena que tanto habían deseado por fin estaba llegando.



OCRE


CAPÍTULO 8

hacer mucho esfuerzo por dos semanas», esas fueron las palabras del doctor.

―Estoy completamente seguro que hacer esto no es bueno para mi salud.

Aunque claro, no puedo darme el lujo de descansar por tanto tiempo. Después de todo tengo que limpiar el departamento y asistir a clases, además, me encuentro a mitad de semana de evaluaciones. No he sufrido alguna especie de efecto secundario por el golpe, así que le pedí a mi tutora que prosiguiéramos estudiando pero, creo que el incidente la volvió mucho más estricta por alguna razón.

―Deja de lloriquear, ¿crees que por un simple golpe sería más suave contigo?

―Está bien, ¿quieres detenerlo, no es así? ―dice la persona junto a mí.

LO QUE QUIERO

―E

s demasiado sencillo. Sólo debes recordar la fórmula.

―Para este punto, en verdad no espero nada de piedad proveniente de ti. Por eso nunca vas a conseguir pareja. ―¡Concéntrate en el problema, no en mis relaciones intrapersonales! ―¡Esper… espera! ¡Duele, discúlpame, por favor! ―Ericka aprovecha la situación para presionar mi cabeza fuertemente con sus manos. Una vez que se detiene, vuelvo a hablar―: Oye, dime una vez más el motivo por el que me encuentro de cabeza, resolviendo problemas de física. ―No podrás contestar a menos que sientas la fuerza de gravedad en todo su esplendor. ―¡¿Qué clase de respuesta estúpida es esa? Comprendo la fuerza de gravedad muy bien, además, sigo pensando que no deberías estrujar mi cabeza, ¡mucho menos que yo esté de cabeza cuando aún tengo vendajes! Seguramente más de uno se pregunta qué demonios ocurre, bueno, simplemente diré: «Tutorías con la hermana mayor de mi ex amiga imaginaria». Ha pasado poco más de una semana desde aquél accidente… Para resumir, digamos que la magnitud del golpe no fue tan grande como había pensado. En otras palabras, después de ser diagnosticado por un médico, resulta que padecía una ligera contusión; nada que el tiempo no pudiera curar. «Te vendaremos la cabeza y procura no

―Correcto. ―Bien, si me impresionas con las calificaciones que ya obtuviste, puedo bajar el nivel de estudio. ―Me ha puesto en un predicamento, a pesar de haber mejorado lo suficiente como para aprobar, no creo que la convenza a menos que saque una nota casi perfecta. ―Mejor dejémoslo por el día de hoy ―digo, intentando librarme del problema. ―Por supuesto que no, y por tu indisciplina subiré la dificultad. ¿Estamos en alguna clase de juego o algo así? ―Ericka, olvidas que también debes estudiar. ―Por primera vez desde que llegó al lugar, la hermana mayor de todas las Guerrero, habla. ―Maldición, lo olvidé por completo. Sólo faltan tres semanas para los exámenes ―dice mi tutora mientras corre a su habitación. ―Hola… profesora Ericka, olvida a su estudiante ―susurro. ―Eres libre, por hoy no creo que recuerde tu existencia ―Erica sonríe. ―S-supongo que tienes razón. ―Suspiro. Me pongo de pie, tomo mis cosas, y camino hacia la salida―. Bueno, me voy. Gracias por todo. Salgo del lugar. Nada ha cambiado des-

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de el accidente, suponía que Erika estaría agradecida por salvarla indirectamente y, olvidaría su distancia conmigo, pero no ha ocurrido ningún cambio, en verdad no entiendo su rechazo excesivo hacia mí. Me siento realmente desconcertado. Finaliza el examen de la tercera hora, dios, eso fue realmente difícil. Estiro mis brazos para despertar mi adormilado cuerpo. Hay que ser positivos, podré descansar todo lo que quiera durante el fin de semana. El pensamiento me pone de buen humor, después de todo, mi fastidiosa hermana estará visitando a mis padres. Por mi parte, pude librarme con el pretexto de tener una prueba muy importante el lunes. Así que no hay ningún problema. Con el ánimo restaurado, busco en la mochila el libro que ocuparé en la siguiente hora, sin embargo, llama mi atención una pequeña nota que se encuentra pegada en la pasta frontal. ¿Es otra nota de Erika?, me pregunto. ―Veamos, «Te espero en la estación del subterráneo después de clases». ―Al leer el contenido, me doy cuenta de algo que llama mi atención. Esta letra es de Brenda, ¿no? Es decir, ¿es una falsificación? Cuando ella tiene algo que decirme, siempre habla directamente. No obstante, creo que esto lo hizo una vez durante la secundaria, al final no me contó nada, pero establecimos que esta sería la manera al momento de hablar de algo importante. ¿Podría ser que finalmente está dispuesta a corresponder mi amor? Cómo no, ¡deja tus estúpidas fantasías sin sentido, Leonardo, podría ser algún problema serio! Decido ir hacia el salón de mi amiga castaña, sería mejor platicar cuanto antes de cualquiera que sea la situación. Cuando arribo al lugar, me informan que Brenda se encuentra ausente. Esto no me gusta.

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Finalmente, llega el fin de las clases y salgo del lugar lo más rápido que puedo. Una vez en la entrada del subterráneo, comienzo a buscar a Brenda con la mirada, sin embargo, no la veo por ningún lado. De pronto, logro identificar a alguien, para mi desgracia se trata de la persona más inoportuna en una situación así. Suspiro mientras rasco mi cabeza, comienzo a caminar hacia ella. ―Dios, ¿no podrías haber marcado a mi celular como la última vez? ―reclamo, enfadado. ―¿De qué estás hablando? ―responde la chica frente a mí, lleva cruzada una mochila tipo portafolio. ―Escucha, Paola. Entiendo que tu objetivo es importante y todo, pero te ruego no hagas ese tipo de bromas. Por un momento pensé que tendría que lidiar con algo serio. ―A pesar que la chica de nieve me mira con su habitual indiferencia, tengo la sensación que mis palabras le resultan extrañas. Aun así, decido no hablar más del tema y prosigo con la conversación―. Y bien, ¿qué es lo que quieres? ―Antes que nada, ¿qué ocurrió contigo? ―¿Hablas de las vendas? Bueno, sufrí un ligero accidente y… ―No me refiero a eso. ¿Cuál es el plan? Has tenido el tiempo suficiente para idear todo lo que se debe hacer. ―Mismo uniforme de secundaria, misma actitud fría de siempre. ―Sobre eso… en realidad, no he pensado en nada. Siquiera sabía si seguías viva, no supe nada de ti desde lo ocurrido en el parque. ―Tu ineptitud sólo genera contratiempos.



La ni単a...


CAPÍTULO 13 CHIYO

A

l tiempo de haber regresado a la Casa, llegó un mensajero del Rey Demonio portando un mandato oficial. El documento indicaba, con hermosa caligrafía púrpura, la fecha en que debía presentarme en la fortaleza para continuar mi instrucción militar. A pesar de su breve información, era difícil apartar la vista del pequeño conjunto de tinta y no quedarse deslumbrado por la elegancia de cada trazo. Incluso la suave poesía de Wei Binlang resultaba una imagen tosca al lado de aquellas líneas, tan finamente dispuestas que debían ser parte de un encantamiento. Yo nunca podría hacer algo tan magnífico con un pincel, menos en ese momento en que los magullones de mis manos apenas me permitían alimentarme con decencia. Sabía que no estaba en condiciones de volver a la fortaleza. Aunque había soportado cada enfrentamiento y era una excelente época para pescar y atrapar bestiecillas en el bosque, llevaba días sin poner un pie fuera de mi habitación. Era molesto admitir, que aunque podía recordar las grandes gestas y la gran travesía del legendario Zanji, nunca puse el mismo esfuerzo en memorizar las hierbas fundamentales ni los principios del qi. Mis habilidades de curación se limitaban a amarrar vendas y limpiar mis heridas, pero no sabía tratar ningún tipo de contusión, inflamación o fiebre. Rama tampoco me prestaba utilidad en ese sentido. Aunque conociera unas cuantas medicinas, jamás habría tomado algo de la Casa, ni siquiera en caso de necesitarlo él mismo. De cualquier forma, el principal error era mío: siempre dependí del conocimiento de otros demonios y mis recuerdos sobre sus métodos tampoco eran tan claros para mejorar mi situación. Sabía, sí, que carecía de un elemento fundamental, y es que no podía darme el lujo de guardar reposo y esperar a que mis heridas sana-

ran. El tiempo no era una opción, si a mi padre se le ocurría incendiar mis pertenencias, debía correr y actuar, aunque cada pisada fuera un tormento y sintiera mis músculos desgarrarse por el esfuerzo. Cuando la noche estaba en calma, intentaba refugiarme en el sueño, olvidar el dolor palpitante y el escozor de las cicatrices. Algunas veces lo conseguía, mi mente se alejaba del presente y volvía atrás, a las grandes celebraciones de la Casa, cuando eran tantos los invitados que incluso los jardines se llenaban. En mis sueños, siempre estaba intentando hacerme espacio entre los comensales para alcanzar una parte del banquete, pero nunca lo conseguía. Mientras ellos degustaban enormes raciones de manjares, yo era aplastado por capas de nobles que apenas me dejaban poner un dedo en las brillantes bandejas. Despertaba muy mal, sintiendo el vacío en mi estómago y en mi caja de provisiones. Aunque mi padre no tuviera intención de matarme, estaba acabado. No podía imaginarme haciendo algo como regresar a la fortaleza. Así que dejé el hermoso mandato para que juntara polvo sobre el escritorio y me concentré en una idea que llevaba considerando hace un tiempo. Ya que mi primera necesidad era calmar el hambre, me había planteado seriamente entrar a hurtadillas en las cocinas y tomar todo lo que pudiera cargar. Si hubiese estado en condiciones normales, nunca habría llegado a una resolución tan desvergonzada, ni siquiera habría soportado el hecho de pensarlo. Pero la necesidad me hizo ver que ciertos valores solo existían para quienes podían permitírselos, y la nobleza era una de las cosas más inútiles para quien arriesgaba su supervivencia. Para entonces, ya había hecho el viaje en el interior de mi mente. Había fantaseado con alacenas repletas de delicias, tiras de carne ahumada, guiso en las ollas, miel y fruta en almíbar, enormes fuentes colmadas de un sabroso banquete. Estaba dispuesto a arruinar cualquier concepto elevado que tuviera de mí mismo con tal de tomar una parte de aquello.

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Antes del mediodía entraría a la Casa, aprovechando el momento en que las cocineras terminaban de recoger y limpiar el desayuno. Una hora antes de llevar a cabo mi plan, intenté ponerme de pie y avanzar hasta la puerta. No conseguí avanzar dos pasos, para terminar dando resoplidos y apoyándome contra la pared contigua. El dolor me estaba matando. No podría hacerlo de esa forma, probablemente tendría que avanzar a rastras, algo que a esas alturas me importaba muy poco. Entonces escuché un ruido entre las tablas rotas, algo que caía al interior de la habitación. Pensé que podía ser un nuevo ataque, y volteé con rapidez. Pero lo que vi me dejó perplejo. No era más que un simple saquito de arpillera, amarrado con un cordón de lana. Tenía el tamaño de mi puño y cuando logré llegar hasta él, noté que sonaba como si estuviera lleno de semillas. Lo abrí con una vaga ilusión y descubrí que se trataba de frutos secos. Tenían un sabor intenso y agradable, inmediatamente me hicieron sentir mejor. Mientras los devoraba, sin pensar en nada más, oí otra vez ese sonido. Un nuevo saquito había caído desde un agujero de la pared. —¡Ey! —llamé. Del otro lado se escuchó algo derrumbarse y pisadas huyendo. —¡Espera! Me arrastré hacia el lugar donde provenía el sonido. Quien fuera el demonio que trataba de ayudarme, no podía permitir que se alejara. Podía ser mi única oportunidad para conseguir medicina. Con esfuerzo llegué hasta el otro agujero en la pared y traté de mirar hacia afuera, pero no divisé a nadie. Pensé en salir para cerciorarme, cuando sentí crujir el suelo a mi espalda. En la entrada de mi habitación había una presencia demasiado fuerte para ser ignorada. Me quedé paralizado y alcancé a atisbar de reojo la sombra de mi padre. Él parecía intrigado con algo más, su vista pasó sobre el saquito de arpillera y siguió una trayectoria imaginaria hasta un horizonte que yo no al-

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cancé a percibir. —¿Comprendes cuál es tu situación, Arangi? —dijo. —Sí, señor, soy una completa escoria. —Eres un invasor. ¿Crees que puedo perdonar a quien confabula con un invasor? Me quedé mudo, sintiendo el peso de su sentencia. —Incluso si no te importa sacrificar a mis esclavos, es decepcionante que dependas de otros para algo que podrías hacer por ti mismo. Tomé aire y me afirmé de la pared para levantarme y mirarlo a la cara. —¿Va a seguir hablando o quiere terminar con esto de una vez? Algo que aprendí durante ese tiempo, fue a soportar la desesperación. No podía evitar el miedo de ser aniquilado, y esa sensación extrema arrancaba de mí un impulso primitivo que se desbordaba sin control. El día en que comenzó todo, y yo era incapaz de herir a mi padre, me resultaba tan distante que ya no recordaba de dónde provenía esa restricción. Ya no me importaba clavar mis colmillos y desgarrar su piel, no había un filtro ni un límite y era consciente de que cada fibra de mi cuerpo estaba concentrada en una única cosa: destruir. Era una bestia moribunda y rabiosa. El tiempo que podía durar en ese estado, sin embargo, era limitado. En cuanto acababa la vorágine, mis fuerzas se agotaban y ya no era capaz de moverme. Al final mi padre siempre terminaba poniéndome en mi lugar y marcaba un recordatorio en las paredes de la diferencia entre nuestro poder. Esa vez no fue diferente.


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La paradoja...


ANDROIDE DE ANDRAJO PARTE II

6

A

pagaba la computadora únicamente cuando iba a dormir; siendo exacto, apagaba el monitor. Desde que volví de lo de Franco pasaba los días frente a la pantalla, hora tras hora. Si bien la mayor parte del tiempo lo invertía en lo de siempre, de vez en cuando, cada cierta cantidad de horas, revisaba mi correo electrónico y chequeaba las peticiones de ayuda. El caso de Franco me había dejado un mal sabor de boca. Al final había cumplido su verdadero deseo ―de una manera más indirecta―, pero no recibí ni un «gracias». Tuvo un día entre reencontrarse con sus hijos y morir y no se dignó en enviarme siquiera un mail. Sentía que faltaba una conclusión de verdad. «En la noche en que la exesposa de Franco desapareció misteriosamente, Franco se reunió con sus hijos y juntos lloraron. Entre la niebla y sin ruido, Dios se fue». Era una resolución sosa tras un clímax soso; y ese Dios no era nadie para hacer salidas tan geniales. Hubo un día que decidí ponerle fin a la mediocre búsqueda que realizaba y leí correos durante horas, días. Había oscurecido hace mucho y prender la luz era mucho lío, así que en la habitación se veía solamente lo iluminado por el monitor. No podía mantener mi espalda recta por el cansancio, y mis ojos comenzaron a doler. El escritorio de la computadora estaba lleno de latas y botellas vacías que en un momento se me ocurrió botar, pero noté lo estilísticas que se veían y las dejé ahí. Estaba en un estado deplorable. «Dios de siglo XXI». A un lado de la computadora Endré dormía en una silla Sacco. Ella solía salir a ra-

tos, pero la mayor parte del tiempo me hacía compañía. Andre traía comida y bebida cuando lo llamaba. Aquel día se sentía como cualquier otro. Leía cada correo rápidamente. Le daba un vistazo a las primeras líneas y seguía al siguiente. Endré se levantó de su silla y se sentó en mis piernas, perpendicular a mí, sus rodillas en mi brazo derecho y su cuello en mi izquierdo. Su cabeza pendía lánguida. «Cuando Dios de siglo XXI es un adolescente». ―¿Aún sigues ―preguntó Endré.

revisando

correos?

―Sí. Esto no tiene fin, llegan miles por segundo. Con el cursor sobre la flecha hacia abajo, me había acostumbrado tanto a este tedioso trabajo que los clics tenían ritmo. Clic. Un silencio de tres segundos. Clic. Un silencio de tres segundos. Clic. Clic. Clic. ―¿Qué buscas? ―Algo que de verdad necesite ayuda. La gente escribe por problemas tontos, te juro que mientras más leo, más estúpidas me parecen las personas. Una gran parte de estas plegarias son peticiones por paz mundial, felicidad eterna y cosas así. Otra parte quiere cosas insípidas como curar enfermedades o ayudar poblaciones de tercer mundo. Mis únicos conocimientos de biología y química son trivialidades desparramadas. ¿Ayudar ciudades de tercer mundo? ¿Dónde está el reto en ir y tirar miles de billetes sobre aquellos suelos de tierra? La última parte, la más grande, es solo basura. ¡Un tipo quería mi ayuda porque su papá no le dejaba ir a una fiesta! Los países de primer mundo se ganarán un par de plagas si sigo encontrando correos así. Clic.

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Clic.

Y el remate: ella ya no puede más.

Clic.

«Oh, oh, oh, ya vienen los rencores personales».

―¿No era ese correo de la misma persona? ―¿Ah? ―Dirigí mi mirada a Endré, cuya cabeza ya no colgaba. ―Has pasado varios correos que tenían el mismo asunto. ―Ni idea, ya ni leo los asuntos. Regresé a los mensajes anteriores y noté que, en efecto, el mismo asunto se repetía cada varios mensajes: «SEÑOR POR FAVOR AYUDA A MI HIJO». ―Tienen el mismo remitente y todo. Muchas personas enviaban su petición más de una vez. Como los más perezosos solo reenviaban el mensaje era común ver repeticiones. Sin embargo, aquel mensaje, con las mayúsculas y sin la coma, se repetía cientos de veces. Con mi mala memoria solo pude recordar que la primera vez que vi el mensaje fue un par de horas atrás. Nunca me llamó la atención, pero viendo la dedicación puesta, decidí darle un intento y leerlo completo. Endré estaba en su mundo, con sus brazos estirados hacia atrás y la cabeza colgando de nuevo. Una vez terminado, aparté mis manos del escritorio y dejé a la carta sumergirse en mi mente. Lentamente intenté encontrar un sabor a la situación. ―¿Y qué es lo que quiere? ―preguntó Endré después de un momento de silencio. ―Ni idea.

Endré no dio ninguna clase de comentario y esperó a que continuara. ―No dice qué tipo de ayuda necesita. Entré toda la palabrería barata no propuso ni una sola solución. Ahora, lo que me molesta es como se victimiza. Habla sobre como nadie ha podido hacer nada y como se ha vuelto un problema insoportable y como no es culpa de su hijo ni de ella. Hasta ahí no hay lío, pero es la manera en que finaliza la carta, «por favor, ya no puedo soportarlo, estoy a mi límite, he tratado una y otra vez y no puedo más», lo que convierte su mensaje en algo egocéntrico; si vuelves a leerlo con su frase final en mente, es como si todo el problema girara alrededor de ella: y ella fuera la víctima principal. Qué horrible. «Es curioso verte comentar sobre eso, viendo que todas las aventuras por las que has pasado han sido por culpa de tu egocentrismo». Moví el cursor sobre el botón de inicio y lo dejé ahí. Pensándolo bien, cuando regresara volvería a ahí. Solo era necesario apagar el monitor. ―¿Entonces? ―habló finalmente Endré. ―Tampoco es como si defendiera a su hijo, que de seguro también ha de ser una verga ―me levanté después de Endré y estiré mis brazos―, solo que estoy con el humor necesario para ir y actuar como un verdadero héroe.

Suspiré. «Ese es nuestro André clásico. Con el tiempo se hace más inútil». ―Obviamente hay un problema ―continué tras un respiro―. Es algo con el hijo, pero esta tipa es muy vaga. Dice que su hijo está mal, blablablá, es un buen chico, blablablá, no es su culpa, blablablá, ha intentado de todo, blablablá. ―Me detuve un momento, dejé el tonó burlesco a un lado y hablé con un poco más de seriedad―.

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Deja de reírte. La ciudad parecía ser una capital por su tamaño...



Delta City (Crónicas) «La única verdad es la realidad».

Isaac Asimov

Del autor de « Memorias Japón » y « Entre el Cielo y el Infierno » una obra que te enganchará si te atreves a descubrirla desde adentro.


CRÓNICA 1 ATAQUES

CAPÍTULO 11 SEPARADOS CAEREMOS

H

acía poco menos de dos meses Lightning se encontraba llevando un rumbo incierto. Cansado de huir, cansado de todo, había perdido toda esperanza. El claro en aquel bosque, en el cual había caído tras su último escape, estaba lleno de neblina y hacía frío. Se dejó caer en el suelo frío y húmedo. Ya se había rendido. Entonces una luz azulada brilló cerca de él. Le parecía imposible que lo hubieran podido seguir, pero ya no tenía fuerzas para moverse. Giró la cabeza para, al menos, ver quien acabaría con él. Esto era si no lo tomaban prisionero para alguno de los experimentos que se rumoraba le hacían a los mutantes como él. Su poder sobre la electricidad seguro que le daría un lugar como algún generador de energía gratis. Incluso esta perspectiva no lo motivó a moverse. O quizás fue el hecho de que, para cuando este pensamiento surcó su mente, la luz azulada ya se había extinguido y la persona que llegó hacía él era alguien que bien conocía, si bien no en persona. ―Te seré sincero, esta no es la peor circunstancia donde he encontrado a alguien. ―El joven se puso de cuclillas mientras lo miraba animado―. Y no serás el último. ―Sonrió y volvió a ponerse en pie―. Atiéndanlo bien. Gateway… Estaba donde calculé. En cinco minutos abre otro portal. Es hora de que volver a Delta City. Lightning pudo percibir a más personas cerca moviéndose. Entonces, una chica pelirroja entró en su rango de visión, se acercó y puso sus manos sobre él. Pudo sentir calor expandiéndose desde el punto donde sus dedos lo tocaban. Un segundo joven se

acercó, pero se limitó a mirarlo fijamente. Lightning ya lo había visto antes en un noticiero, era según había oído, un psíquico peligroso pero no recordaba su nombre. ―Estará bien ―declaró animada, la chica―. Sólo está agotado y con la primera etapa de hipotermia. ―Su mente está bien también ―comentó el joven a su lado―. Así que podría retirarme. ―Quédate, Psy-Lock ―le ordenó el primero―. Gateway nos abrirá el camino apenas termine de analizarlo. ―¿Por qué me ayudas? ―preguntó Lightning de pronto. ―Porque nadie más lo hará ―respondió el joven mirándolo fijamente con sus ojos azules―. Y eso me causa indignación. Verás, yo hago lo que nadie más quiere hacer, bien sea por miedo o inacción. Voy a reunirlos a todos y a demostrar que se puede vivir en paz. Tú eres uno de los primeros, pronto vendrán más. ―¿A dónde? ―A Delta City, desde luego. ―Entonces lo que decían de ti era cierto. ―Depende de lo que digan de mí. ―Eres Powermind, el santo patrono de los mutantes. Powermind rio y sus compañeros también lo hicieron. ―No, amigo ―replicó con una sonrisa―. Sólo soy un simple hombre de ciencia que quiere ayudar a los súper humanos e incluso a los que no lo son. Lightning sonrió. No estuvo seguro de en qué momento cayó dormido. El recién llegado pasó entonces al menos un par de semanas bajo la tutoría de Po-

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wermind y sus allegados en Delta City aprendiendo diferentes datos, algunos que desconocía por completo y, además, confirmó algunos que ya suponía. Aprendió a usar sus poderes de forma eficaz y se volvió más fuerte de lo que había sido nunca. Entonces, tras haber pasado un mes, se le asignó una misión, su primera misión. ―Necesito que encuentres a renegados y los tengas vigilados ―le había dicho Powermind desplegando en una pantalla varias fotos de diferentes individuos―. Descuida. No creo que corras mucho peligro, he arreglado que tengas todas las facilidades para subsistir. Pero debes saber que no te asignaré ningún canal de comunicación porque podría delatarte y es esencial que ellos te crean de su lado. ―Hace una pausa antes de seguir. Abre un mapa en la pantalla y marca un punto―. En el caso que tu posición se vea comprometida tus poderes te permitirán un escape rápido. Ve al punto de recuperación 23 y espera. ―Nada mal. ―Había admitido Lightning―. Pero, sé lo que algunos de esos sujetos hacen para vivir y realmente no quisiera tener que matar a alguien. ―Gente morirá de todos modos. Tus poderes al menos te permiten no necesariamente optar por fuerza letal. Úsalos bien y no tienes qué temer. ―Lo haré entonces, amigo. ―Gracias, aprecio tu disposición. ―¿Y si decía que no? ―Hubiera apreciado tu sinceridad. Ambos sueltan una pequeña carcajada. Y así acabó en un tranquilo departamento en un barrio apartado de la ciudad. Allí estuvo un tiempo, escuchando diversos rumores y hasta haciendo algunos trabajos particulares ―nada demasiado destructivo al menos―. Hasta que un día, hacía un mes, escuchó que alguien llamado Heatwave buscaba apoyo…

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El ataque de Killer Freeze golpea la pared tras Lightning, quien tuvo suerte de poder volverse electricidad rápidamente. Al voltear un momento y ver la cantidad de hielo que se formó al impacto le parece que el ser golpeado no hubiera sido una buena alternativa. ―No es momento para pelear, Killer Freeze ―grita Lightning eludiendo sus ataques convirtiéndose en electricidad una vez tras otra. ―¡Eres un traidor! ―grita esta mientras prosigue con sus ataques sin parar. ―Lo siento, entonces ―dice él mientras se transforma en electricidad para rodearla y darle una descarga por la espalda. Mientras ella cae al piso, él toma forma humana de nuevo y se dirige a ambos agentes. ―Tenemos que contactar con Powermind ―les pide―. No tengo canales de comunicación, pero si está afuera pueden decirle que… ―No vamos a entregarles a los mutados que tenemos aquí ―lo corta el teniente Cicerone―. Así que si esperas que nos demos la mano y olvidemos que entraron aquí sin… ―Entonces tendré que hacerlo a la fuerza ―le interrumpe a su vez Lightning con un chispeante despliegue de electricidad en sus palmas. ―Sólo inténtalo ―dice el teniente mientras le apunta su arma a la cara. ―¡Ya basta ustedes dos! ―les llega la voz de la agente Igras, ambos giran para verla ponerse en pie, aún luce algo conmocionada por el ataque anterior de Lightning, pero no deja su mirada seria―. Debemos contenerlos...



¡Publicítame! RyuAbel

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i nombre es Abbi y agradezco mucho que me visiten y vean mis dibujos, hay muchas cosas que pueden parecerles interesantes como: comics, lectura, tiras cortas, dibujos propios y fanarts.

¡Gracias por el apoyo!

Dingo Lunar

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es presentamos a Dingo Lunar. Un artista que apenas comienza en la red, pero que ya lleva una experiencia detrás bastante interesante.

No se pierdan sus ilustraciones, además de sus comentarios, visitando su página y regalándole un like. ¡Apóyenlo, no se arrepentirán!

¡¿Y qué esperas?! ¡Tú también puedes aparecer aquí! Ya seas escritor, ilustrador o tengas un proyecto afín. Sólo envía una pequeña reseña de entre 100 y 200 palabras a nuestro correo electrónico (revistazonafantasma@gmail.com), acompañado del nombre de tu nombre de autor, del enlace (o enlaces) a tu página de autor y una imagen de perfil. ¡Es todo! Tú quieres que el mundo te conozca. Nosotros queremos ayudar a que eso suceda. Más información...

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icas Crít Y más...

To Re ps se ña s


Staff Dirección Editorial Dante Locke (Fabian Ramos) Midnigthmoon (Dario Carazo) Edición MidnightMoon

Autores

La sustituta H Lima Edición por MidnightMoon El mecánico Drake Epsilon Promesa Marcus Seeren

KyoKyo-kun La niña que tocaba el guzheng Sameq La paradoja del humano solipsista André Espinoza Delta City (Crónicas) «Drake Epsilon»

Articulistas

Drake Epsilon The Death Shadow H. Lima Autómata Independiente MidnightMoon

La misión Fenrir W. Fang Gale Croatoan y el corazón del fantasma BNU ¡Ayúdame Skade Hjarataiss Complejo de Inferioridad Ryu Abel Vermillion Fenrir W. Fang Odio las comedías románticas escolares

Nuestra pasada edición

La revista de Junio 2014. Con portada de manos de Ryu Abel. Estreno de ¡Ayúdame!, de Skade Hjartaiss; así como Complejo de Inferioridad, de Ryu Abel. Especial sobre el E3. Información de la Light Time Cup. El one-shot El Nigromante, de Yuki Mashiro. ¡Continuación de nuestras historias y más! Noviembre: 3197 + 136 Descargas


Colaboraciones Autómata Independiente (Deviantart)

Rey Espectro (Deviantart)

BNU

SSQ (Deviantart)

H. Lima

Van Reke (Deviantart) Ilustradora autora de Lexa que nos ha ayu-

Ilustrador de gran habilidad con un estilo un poco más realista. Ilustrador de ¡No soy yo, son ustedes!. Colaborador en este número de la imagen doble del índice, así como de su artículo sobre consejos para el escritor principiante. Un viejo conocido de la revista. En este número continúa la historia que nos ha ido compartiendo ahora con «Gale Croatoan y el corazón del fantasma».

Un autor un poco conocido para nosotros, ya que hemos mantenido contacto un par de veces por correo. En este número colaboró con un cuento, así como otro artículo de su serie.

Junio Deer (Facebook)

Ilustrador talentoso, pero poco conocido. Que en este número nos deleitó con su primer proyecto de historieta: God Lunch.

Marcus Seeren

Escritor reservado que no nos dijo mucho sobre él y que en este número nos aporta una relato llamado Promesa.

Marta «Lunática» Navarro (Deviantart)

Ilustrador talentoso que hace poco se unió al staff luego de colaborar repetidas veces con nosotros. En este número vemos de su parte la imagen doble en la sección de «Redes Sociales», además de la imagen promocional de la 3° Light Time Cup. Ilustradora autora de La niña que tocaba el guzheng. En este número colaboró con nosotros con esta hermosa portada que vemos.

dado en múltiples ocasiones con ilustraciones tanto para portadas como publicidad.

Vito A. Corleone (Deviantart)

Ilustradora que hace poco se unió al staff de la revista y que ya nos ha ayudado con portadas de la misma. Autora del webcomic Tlazohtlaliztli.

Yuki Mashiro (Facebook)

Ilustradora que hace poco se unió a nuestro equipo. Ayudando con las ilustraciones de Vermillion. Y que en este número colabora con la chica que aparece en la sección de «Editorial», debajo de nuestra bienvenida.

Ilustradora oficial de la revista. Creadora de promocionales y portadas, como la imagen de la Primea Antología de Cuentos. En este número vemos la ilustración en la hoja de staff.

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Un ilustrador que no nos dijo nada de él, pero que colaboró con la imagen que vemos en la sección de afiliados dentro de «Editorial».

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Créditos «characters» por SuperFantastic Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 14)

«Maastricht» por Bert Kaufmann Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada y con ajustes de color de la original (Página 85)

«always know where your towel is» por Benjamin Balázs Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 18)

«A Walk With Your Sweetheart :)» por Natesh Ramasamy Licenciada bajo CC BY 2.0 Con ajustes de color de la original (Página 90)

«Corpo Automi Robot» por Bruno Cordioli Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 60 y 61)

«321.» por Deb Stgo Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 97)

«Cogs and Pliers» por Kevan Davis Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 64)

«What a Pleasure It Is to Fall in Love With the City of Minneapolis» por JFXie Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 102)

«Couple» por Dragunsk Usf Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 66) «North Broad Street from Philadelphia's City Hall Tower» por Dragunsk Usf Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 68) «Good Bye Blue Sky...» por Thomas Leuthard Licenciada bajo CC BY 2.0 Recortada de la original (Página 78) «Calm depths of the meditation garden, a koi pond with white lotus lily, lily pads, stones, flower pot, pine trees, elephant ear » por Wonderlane Licenciada bajo CC BY 2.0 (Página 81)

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«Free to use Backgrounds : Blue And White» por HanpanTheAwesome Licenciada bajo CC BY 2.0 Redimensionada de la original (Página 107)


Página Final Fenrir W. Fang: ¿Qué tal, camarada? Antes que nada, quiero agradecer la colaboración de todos mis compañeros, cuyo esfuerzo constante logra que salga la revista mes a mes. Creo que este mes no he echado tanto la flojera como en las ediciones anteriores *risas*.

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De cualquier modo, me es muy grato poder seguir adelante junto a ellos. Entre todos podemos lograr grandes cosas si nos organizamos y ponemos de acuerdo, ¿no? Espero que hayan disfrutado esta edición tal y como yo disfruté al momento de colaborar (y no lo digo por las tazas de café y las desveladas que nos tomó a más de uno, enserio). Me gustaría que nos acompañes el próximo mes. Entre tú y yo, nunca sabemos lo que podemos encontrarnos mientras estamos leyendo tranquilamente, sentados en nuestro sillón favorito. Muchas gracias, querido lector, por tomarte un tiempo para leer nuestro trabajo. Al fin y al cabo, estamos para mostrarte lo que nuestra imaginación nos muestra a nosotros. Es genial compartir esa ventana nuestra contigo. Por cierto, ¿ya enviaste tu trabajo para la Light Time Cup? ¡¿No?! Pues date prisa, que queda poco tiempo. No querrás quedarte con las ganas de mostrar tu talento. Hasta la próxima.

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