Limbo Colectivo ya ha nacido, y su nacimiento representa un nuevo comienzo. El comienzo de una nueva vida que se basa en una idea simple: transmitir aquellas emociones e inquietudes que conviven con él en su día a día. Pero desde que ha nacido no ha parado de llorar. ¿Será que no está a gusto con la época en la que le ha tocado vivir? ¡El panorama social, político y económico actual han hecho que se le salten las lágrimas! Por eso hemos querido enfocar nuestro segundo número de Limbo Colectivo en un acto normal y fisiológico: LLORAR La tristeza, el desconsuelo, la angustia, la alegría, la emoción, la euforia, el triunfo, el dolor, la congoja... La vida nos presenta diferentes razones que nos provocan el llanto, pero entonces...
¿A ti qué te hace llorar? Limbo Colectivo
Javier de Riba
Maria Rodriguez
RaĂşl Maldonado
Fran Chรกvez
LLORAR ES RESISTIR Llorar se define genéricamente como una "reacción a un estado emocionado"; es entonces una de las manifestaciones más profundas y puras de la sensibilidad. Es la expresión de nuestro núcleo emocional, lo que contribuye más que cualquier otra cosa a definir nuestra manera de ser en el mundo. Es manifestación de pathos: quienes inventaron la palabra tenían muy clara la profunda cercanía y continuidad conceptual entre las ideas de sentimiento, sufrimiento y pasión. Llorar, en este sentido, es mucho más que una manifestación de fragilidad: es, paradójicamente, un acto de resistencia -la creación de un limbo, de un espacio de autonomía- hacia lo superficial y lo frívolo que nos rodea. Lo frívolo, decía un filósofo italiano en los años Setenta, no es en el fondo nada más que "la separación de un signo de su referente". La cultura del hiperconsumo contemporáneo aprovecha justamente esta separación: nos propone simulacros, imágenes y patrones estereotipados, cuidadosamente vaciados de contenido. Estos simulacros nos atrofian en nuestra actitud crítica: nos quitan la capacidad de sentir y con ello de pensar. La división entre la esfera emocional y la intelectual, entre "mente" y "corazón", es una de las más enraizadas y equivocadas convicciones de nuestra cultura occidental (quizás incluso más que la de la división entre "alma" y "cuerpo"). No se puede pensar sin sentir. Es más: pensar es sentir, y al revés. Que este llorar, pues, sea la expresión negativa de una desilusión o la expresión positiva de una ilusión, no es lo que más importa: detrás y delante de cada desilusión hay una ilusión. Es decir, quien se desilusiona por algo ha sido capaz de ilusionarse, y por eso es capaz de volverse a ilusionar en futuro. A ese respecto, siempre me ha llamado la atención el abanico de sentidos que la palabra ilusión tiene en lengua española. En mi idioma, el italiano, illusione es únicamente algo que se creía verdadero y que no lo es, y que por ello acaba decepcionando. En castellano, sin embargo, la palabra tiene que ver también con una idea de esperanza, de futuro: un futuro que "hace ilusión", según la expresión común. Adquiere pues, en este sentido, un significado progresivo, literalmente proyectual (proyectar: "echar hacia delante" en latín): la ilusión es el sentimiento de un niño -y de quien es capaz de seguir animándose como un niño- que mira hacia delante, hacia un sueño que quiere convertir en realidad. Así, no hay verdadera energía creativa sin ilusión, la herramienta con la que podemos dejar las huellas de nuestro paso en el mundo y dar forma concreta a nuestras aspiraciones, personales o colectivas. No paremos de ilusionarnos... e incluso de llorar, como los niños. Así seremos capaces de proyectar, de diseñar otros mundos posibles, y quizás también de contribuir a mejorar él que pisamos en nuestro día a día. Ramón Rispoli
Oscar Cabezas
Marc Domenech
Felipe Ayala
Alain Therรถck
Albert Duran
Marco Gasser
David Ricart
Blanca Fenrnรกndez
Chema Peral
Hernรกn en H
Pedro Barbosa
DE CEBOLLAS Y REPLICANTES PORQUÉ HACEMOS LLORAR Porque nos parten, nos hacen daùo y es entonces que nos entristecemos sobremanera. Destruyen nuestra unidad y dignidad. Es por eso que soltamos un vapor irritante, åcido sulfúrico. En última instancia son nuestros compuestos de azufre los que hacen llorar desconsoladamente. Esto fue descubierto en el 2002 por un japonÊs. Existen variedades que tienen menos problemas con el dolor ajeno, que hacen llorar menos porque, probablemente, han sufrido alguna mutación que ha disminuido el proceso. Curiosamente se ha comprobado que la salinidad de las lågrimas es aproximadamente la misma que la del agua de los ocÊanos algo que, según algunos, es una reminiscencia de que nuestros remotos ancestros salieron del mar. TRUCOS PARA NO HACER LLORAR, QUÉ PODEMOS HACER Para evitar la irritación y el lagrimeo en los mientras nos parten para que las reacciones no ajenos. Son remedios caseros que no solucionan
PARA QUE NO LAGRIMEEN POR NUESTRA CULPA demĂĄs se sugieren varias fĂłrmulas: mantener la humedad se produzcan y los vapores no lleguen a los ojos totalmente el problema, pero ayudan.
Isa Quiles
Enfriarnos de 30 a 60 minutos en agua con hielo. Concernos en limĂłn. La mejor respuesta: &XDQGR QRV SDUWDQ TXH VHD FRQ XQ FXFKLOOR ELHQ DÂşODGR (V GRORURVR SHUR HV XQ GRORU ÂşQR AVANCES CIENTĂ?FICOS 8Q HTXLSR GH FLHQWtÂşFRV GH 1XHYD =HODQGD \ -DSyQ H[SOLFDURQ FyPR KDEtDQ GHVDFWLYDGR HO JHQ GH OD enzima que provoca el lagrimeo en los demĂĄs. Han diseĂąado la manera para que no provoquemos lĂĄgrimas. Lo han hecho mediante ingenierĂa genĂŠtica. Han conseguido silenciar los genes que sintetizan algunos GH QXHVWURV FRPSXHVWRV TXtPLFRV HVHQFLDOHV SDUD TXH VH IRUPH OD VXVWDQFLD ODFULPyJHQD 1R REVWDQWH D~Q OR WLHQHQ TXH PHMRUDU ORV FLHQWtÂşFRV KDQ DGPLWLGR TXH KHPRV SHUGLGR SDUWH GH QXHVWUD HQWLGDG tambiĂŠn parte de nuestro sistema defensivo y que desprovisto de ĂŠl podemos ser atacados por otros agentes externos. Pero calculan que en 10 Ăł 15 aĂąos habremos mejorado y podremos evitar hacer llorar. -----------------)XHQWH HO FRQWHQLGR HVWi VDFDGR GH EORJV FLHQWtÂşFRV \ JDVWURQyPLFRV Blade Runner: LĂĄgrimas en la lluvia / La puerta de Tannhäuser KWWS ZZZ \RXWXEH FRP ZDWFK"Y ] J X7 1 ;4
Natalia Otero
Nakadaska
Llorar. Sentir. Vivir. A principios de octubre de 2010, a raíz de una convocatoria online, un conjunto de jóvenes de Barcelona y cercanías deciden poner en marcha un grupo creativo. Quieren compartir inquietudes, intercambiar conocimientos y experimentar con el Arte en proyectos de todo tipo: audiovisual, fotografía, performance.... Así nace Nakadaska. Poco a poco, un pequeño grupo se consolida y se interesa por las emociones como fuente de inspiración. De manera autodidacta, exploran la esencia sensible del hombre y lo hacen a través del cuerpo y una estética minimalista. Hoy, Nakadaska es asociación de la Universidad Pompeu Fabra y grupo residente en la Nau Ivanow, donde presenta su primera obra de teatro. Se trata de "inmerso: agua y sombras", una reflexión sobre el miedo como una emoción polifacética y universal. En un espacio casi vacío, cinco individuos expresan lo que les perturba con el cuerpo, palabras y diversos objetos. La imagen que ilustra esta página es de uno de los ensayos de la obra, que el equipo sigue preparando con esfuerzo (y nervios) para que pueda verse los días 20, 21 y 22 de junio a las 21h en la Nau Ivanow. Esta es la historia que hay detrás de la fotografía: cada ensayo de “inmerso: agua y sombras” es un nuevo enfrentamiento con los miedos que los miembros de Nakadaska han querido explorar en esta obra, una nueva oportunidad para que el cuerpo y el habla se conjuguen en una expresión de vulnerabilidad, de auténtica humanidad. Así, cada pase es un acto de sinceridad. El regreso a un estado primario en el que la sensibilidad aflora. En Nakadaska nos gusta trabajar las expresiones básicas, aquellas acciones y vivencias universales que todos hemos experimentado en algún momento y que vengamos de donde vengamos, y seamos como seamos, nos unen de algún modo. ¿Y qué hay más universal que llorar? Ese momento es ambiguo: a veces, doloroso; otras, feliz. Pero siempre un tránsito: entre la ocultación y la revelación. Entre no decir nada y conservar algo dentro, y dejar que ese algo se derrame por tus mejillas irremediablemente. ¿Por qué? ¿Por qué llorar? Porque merece la pena luchar. Porque merece la pena cambiar. A veces, sencillamente, porque necesitamos emocionarnos para seguir vivos. Llorar es un acto liberador. Nos permite sentir. Y no hay otra forma de ser humano que sabiendo que, a pesar de todo, aún puedes hacerlo. www.inmersonakadaska.wordpress.com www. factory.com
Ivan L贸pez
Violeta Nogueras
Carta de auxilio Y de repente todo cambia. Todo empieza a temblar. Me hundo en un agujero que carece de luz. No hay nada a lo que me pueda aferrar. El aire no entra en mi cuerpo. Mi garganta, revela alergia a tu falta. Pido auxilio, ruego que el dolor cese. Me golpeo con fuerza para que otro dolor, intenso, oculte la falta de afecto interior. No como, no duermo... no vivo. He bajado al infierno. No todo el mundo encuentra en vida al diablo, y hace el amor con él. El trato no era complicado, no había espacio para la mentira. Pero para ti lo fue. Jure que no confiaría, no encontré integridad en ti y ¡cuánta razón llevaba! Pero lo que yo no pude predecir, era la carencia con la que me encontraría. De repente me viene a la cabeza lo dicho por mi padre, que lo único que realmente me haría daño, no sería ninguna criatura animada, que hay que temer del bípedo cercano. Ojalá, ojalá, nunca te hubiera conocido. Lo que anteriormente me dio vida ahora me la quita. Saco de la esperanza que aún me queda la energía, la fuerza para encarar el día a día. Dejo a un lado el pijama, y el llorar. Salgo a la calle. Vuelvo a encajar cada pieza en el lugar apropiado, recompongo mi alma, oculto la cicatriz que me has dejado abierta. Finjo que me encuentro fuerte otra vez. Que nada puede hacerme daño. Me entrego a cualquier alma, a cualquier alma que me pueda dar el calor que me falta. El tiempo avanza y parece que todo vuelve a la normalidad. De todo lo malo extraigo algo bueno. Mi corazón funciona. La felicidad ya no parece tan lejana. Puedo alcanzarla. Pero al tener nuevamente noticia de ti, todo lo olvidado, vuelve a reflotar. La bomba torna a detonar. Me derrumbo, no aguanto otro golpe. Vuelve a faltarme el aire, y otra vez ruego un antídoto para eliminar el exánime ahogamiento.
Anne Uriarte
Sheila kero
Eme de M
Sergi MondĂŠjar
Tenemos el correo disponible para cualquier cosa. Cada día lo miramos con la ilusión de encontrar nuevas ideas, aportaciones e incluso críticas. somoslimbo@gmail.com
En nombre de Limbo Colectivo, queremos dar las gracias en primer lugar a Bau Escola Superior de Disseny por las impresiones del fanzine. A todas las personas que han colaborado con nosotros en este número mostrándonos una pequeña parte de su talento. A Ramón por haber colaborado y por su disposición y ayuda constante. Y muy en especial a Mara, por su interés, apoyo e implicación y por hacernos mucho más fácil el nacimiento de este nuevo número.