Vencer al miedo Hoy es el último día. Hoy y mañana. Esto es un comienzo, pero también un final. Vamos a perdernos, sin decir a nadie a donde vamos. Hoy me dejaré poseer por el diablo, remataré a dios a tiros. En un mundo que nada está ni bien ni mal. A mi no me importa ni ella ni él. Hagamos algo de lo que nos arrepentiremos. Cometamos adulterio. Escucha lo que te dice tu subconsciente. Lo impronunciable hoy es pronunciable. Aquí no hay cabida para nada. Dejaré de caminar cabizbaja. Adiós a este mundo lleno de comemierdas, lameculos y cobardes. Abrimos las posibilidades. Hoy comeré con hambre, beberé con sed, reiré si me hace gracia, follaré con deseo y mataré de odio. No seré amable contigo, te arrepentirás de haberme conocido. Diré que me repugna tu presencia, que yo no te hubiera parido. Saltaré del precipicio más alto, al mar más profundo. Lo sentiré todo. Dejaré de fingir. Deshacerme de esta lobotomía a la que esta sometida mi cuerpo. Te escupiré a la cara si me da la gana, cual canalla. Que hablen, bien o mal, que hablen, porque es lo único que ellos tienen.
Me fundiré en un orgasmo sinfín, ahora seré yo quien te penetre vehemente hasta el fondo. Puede que sea doloroso. O necesites más anestesia que un pelirrojo. Hoy me convierto en un sabelotodo. No me preocuparé por nadie, seré egoísta. Hoy no tengo conciencia. Dejaré que todo lo que tengo dentro salga. Esputaré todo lo que me pesa en la conciencia. Quítamelo de encima. Para qué cargar con ella. Yo ya no la quiero, que algún otro se haga cargo de ella. Dejar tu interior vacío. Esto es un desahucio moral. Aceptar que lo has hecho mal. No hay tiempo para dramatizar. Esos hechos son tu vida. Que nuestra educación no nos determine, que nos deje fluir libre. Vamos a hacer uso de todo aquello que necesitemos para escaparnos. No mirar atrás. Dejar a un lado los planteamientos, seguir el instinto. Esto no es nada, y lo es todo. Pero tan sólo quedará en un experimento. Puede participar cualquiera, y traer a quienquiera. No tengas miedo. No dejes que ello te venza, que no te obstaculice. Porque piensa, si no tuvieras miedo,
¿Tu que harías compañero?
Somos limbo, un colectivo de creativos que nos movemos
dentro de los diferentes ámbitos de la comunicación. Tenemos el propósito de acercar el diseño a un entorno inteligible para todos, cercano. Del pueblo y para el pueblo. No somos activistas, ni artistas, ni siquiera nos hemos marcado un fin, pero no sabemos estar quietos.
limbo
es el lugar donde se separan la vocación y el oficio, el arte y la comunicación, la cultura y el comercio, los sueños y la realidad, la idea y la herramienta. Limbo es la frontera entre dos mundos que coexisten y se complementan, un lugar al que apenas acabamos de llegar.
Ponemos el primer clavo con la voluntad de construir algo
propio: una nave que nos mantenga a flote y que nos permita permanecer unidos; un espacio en el que podamos expresarnos, compartir ideas, crear libremente sin normas ni modelos preestablecidos; un territorio para cultivar nuestras inquietudes, sin presiones ajenas; un laboratorio de pruebas chifladas.
Queremos
reclamar un cambio en la devaluada percepción social que recibe nuestro trabajo; descartar el uso desmesurado y acrítico de la técnica como fin del proyecto y recuperar su verdadera esencia: la idea. Aportar nuestro pequeño granito de arena en proyectos que ayuden a mejorar nuestro entorno.
Sabemos que el diseño no sería lo que es sin la coexistencia
con el arte. Ambos son mundos que entrecruzan sus caminos y a veces resulta complicado saber dónde acaba uno y dónde empieza el otro. Somos conscientes de que no somos artistas ni tampoco pretendemos serlo. Pero, desde aquí, reivindicamos nuestro derecho a explorar, a absorber y a recorrer las derivas del arte como estrategia de aprendizaje para abordar, en cada momento, los problemas y retos de nuestra actividad como diseñadores.
Aunque dicen que los comienzos son difíciles, no tenemos miedo a lanzarnos de cabeza sobre el lienzo en blanco MUNDO PARA IRSE DE ESTE
Hace un día fantástico