Chilena o cueca tradicional

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PARTE I: ESTUDIO CONCEPTUAL

E11 descubrimiento de que las jarchas serian formas liricas pre musulmanas y, por lo tanto, que la lirica antecede a la kpica en el panorama literario espar?ol, fue considerado como

“sensacional” por 10s estudiosos. “

Los grandes romanistas Menendez Pidal y DBmaso Alonso echaron a1 vuelo las ante la aparici6n de una temprana lirica romance peninsular. Y 10s arabistas hispanos exultaron ante la comprobaci6n que obtenia la teoria del viejo nnaestro Uuli5n Riberal sobre la influencia ejercida en la lirica hispano-Brabe por Uma lirica hispano-cristiana ...El estudio de la lirica hispano-irabe provocado por e1 descubrimiento de las jarchas ha permitido ademis comprobar que, como la 1t2ngua y la mGsica de 10s hispanos anteislimicos habian influido en la lengua y en la mhsica de sus dominadores, asi tambien la lirica de aquellos influy6 en la dle 10s conquistadores orientales. Si a comienzos del siglo X habia contribuido a1 nlacimiento de la muwassaha, la presi6n sobre ksta de la lirica Brabe clBsica dletermin6 la absorci6n por ella de la vieja estrofa y el triunfo de las jarchas aribigas. Y la presi6n de lo popular dio origen a la simplificacibn de la fivluwassaha en el zkjel, estrofa en lengua vulgar que iba a alcanzar gran boga en AJ-Andalus y tambikn en Oriente, e incluso en la Espada cristiana y en la Europa accidental” (Sinchez-Albornoz 1974:56-63). C ampanas

R ecientemente, el espadol Rodrigo De Zayas sedala que la jarcha (kharjht)establece “de una vez para siempre la existencia de un genero poktico lirico, de forma estr6fica y en lengua aljamiada - es decir, lengua romance hablada por 10s musulmanes andaluces - antes de la aparici6n de 10s primeros trovadores” (De Zayas 1989:40). Navarrete, por su parte, reitera que “la jarcha es espadola y que debi6 ser una composici6n mBs extensa, de indole popular, que fue, ademis, preexistente o cuando menos coexistente con la muwassaha. Que 10s autores Brabes tomaron estas composiciones y restos de ellas las incorporaron a sus poemas que la posteridad ha conocido como las muwassahas, de carkter bilingue” (Navarrete 1978:18). Finalmente, Garcia G6mez establece cinco reglas basicas que deben cumplir las jarchas: ‘la. La jarcha ha de ser sorprendente y electrizante. 2a. Ha de ser en estilo directo, o sea, puesta en boca de alguien. 3a. Ha de estar por lo comtin en lengua mlgar Brabe, en argot o en lengua vulgar romance, pues estari en Brabe clBsico en casos contados y tratBndose de poemas panegiricos. 4a. Como la jarcha es la esencia de la muwassaha, debe componerse antes que &a, y ksta se ajustarB luego a ella como a un pie forzado. 5a. Si el poeta no es capaz de componer una buena jarcha, serB mejor que tome una ajena’ (Cit. en HGEA,IV 1984:366). De ahi que la jarcha, el qufl final de la muwassaha, sea, segfin Ibn Sana 1-Mulk ‘el aroma de la muwassaha y su sal y su azkar y su almizcle y su Bmbar gris’ (Cit. en Nykl 1933:388).

ZCjel Sobre el zkjel se ha escrito bastante, especialmente porque 335 de las 402 Cantigas de Alfonso X El Sabio estBn escritas en esta forma, que se ha proyectado posteriormente en el villancico. Emilio Garcia G6mez encontr6 en la Enciclopedia de Tifasi un pasaje donde se lee: ‘El canto de las gentes de al-Andalus era en lo antiguo, o bien por el estilo de 10s cristianos, o bien por el estilo de 10s camelleros Brabes, sin que tuvieran normas sobre las cuales basarse

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