las 4 estaciones en poesía

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Estación Quilmes - año 2012

las

Pinturas de tapa: Giuseppe Arcimboldo

4 estaciones en poesía

cuaderno de poesía


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UN VERANO Hago muecas a veces para no tener cara de tristeza para olvidarme amor para ahuyentar mis duros mis crueles pensamientos. Cómo he de hacer amor para vivir aún para sufrir aún este verano. Pesa mucho me pesa como si el mar pesara con su bloque tremendo sobre mi espalda me hunde en la más negra tierra del dolor y me deja ahí deshecha amor sola ahí tu abandono.

Idea Vilariño Uruguay (1920 – 2009) En: Poesía Completa Ed. Cal y Canto – 2010 Poeta, ensayista y crítica literaria uruguaya perteneciente al grupo de escritores denominado Generación del 45. Obra poética: “La suplicante” (1945); “Cielo Cielo” (1947); “Paraíso perdido” (1949); “ Por aire sucio” (1950); “Nocturnos” (1955); “Poemas de amor” (1957); “Pobre Mundo” (1966); “Poesía” (1970); “ No” (1980);“ Canciones” (1993); “Poesía 1945-1990” (1994); “Poesía completa” (2002)


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VERANO Otra vez mi casa en la puerta oscura; la parte clara del verano. El mismo, el esperado, el que nadie conoce. Como este ritmo mío, quebrado en las palabras de todos. Quebrado. Pero tampoco soy yo quien tiene tus ojos. Tampoco soy yo quien oye la alcancía. En el centro de la palmera roen oro; y las ásperas palmas balancean unas vainas doradas con semillas que estallan y algo amarillo cae suavemente y colma todavía la plenitud de nuestro balbuceo. ¿Qué cara de las monedas consultamos? ¿Cuál esfinge sin párpados sólo con indiferencia nos alcanza? Sin embargo, calcábamos con el lápiz mocho en el papel de diario y en los bordes del cuaderno, las infinitas caras y las cecas. Y la moneda con la cara de una Señora de párpados entrecerrados. Arturo Carrera (Murmura lo que olvidamos. Argentino – 1948 Ronronea lo que dijimos.) De: Potlatch Ed. Interzona – 2004 Nació en Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires. Es ensayista y traductor de poesía. Obra Poética: “Escrito con un nictógrafo”, 1972; “Momento de simetría”, 1973; “Oro”, 1975; “Ciudad del colibrí: osario de enanas”, 1982 (antología); “La partera canta”, 1982; “Arturo y yo”, 1983; “Mi padre”, 1985; “Animaciones suspendidas, 1986; “Ticket”, 1987; “Children's corner”, 1989; “Negritos”, 1993; “La banda oscura de Alejandro”, 1994; “El vespertillo de las parcas”, 1997; “La construcción del espejo”, 2000; “Tratado de las sensaciones”, 2002; “Carpe Diem”, 2003; “El coco”, 2003; “Pizarrón”, 2004; “Noche y día”, 2005; “La inocencia”, 2006; “Fotos imaginarias con nieve de verdad”, 2008; “Las cuatro estaciones”, 2008.


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Verano

Arde la calle y la basura El humo y el polvo ascienden mezclados lento penacho de la hoguera petrificada, vuelo de espuma negra, cristal de sol sucio. Seco incendio del verano. Hasta la sombra de la higuera arde sobre la última mirada del agua muerta.

José Adán Cautelar Honduras – 1941 En: Anillo de silencio Centroamérica en la poesía Ed. Desde la Gente – 2009

Publicó “Entretanto” (1979) y “Poema estacional” (1989). Textos suyos han sido incluidos en las compilaciones “Poesía contemporánea de Centroamérica” (1983) y “Poesía contemporánea de la América Central” (1995)


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OTOÑAR

Hay que hacerlo con gran respeto por las hojas. Su amarillo es un resto de sol y dice que el alma es un ejercicio del alma. Si no, se le va el techo y las tormentas embarran el lenguaje. De ahí no nacen hombre ni mujer, apenas espejos de las grietas sin luz lunar ni humo que esconda puertas mal cerradas. Lo que se oxida es el recuerdo de uno mismo en vociferaciones de la frase. alguien riega los astros y la madera crece.

Juan Gelman Argentino – 1930 De: Mundar Ed. Seix Barral – 2007 Nace en Buenos Aires en 1930. Publicó decenas de libros de poesías entre los que se encuentran: Violín y otras cuestiones, "El juego en que andamos", "Gotán", "Cólera buey", "Los poemas de Sidney West", "Interrupciones I y II", "Carta a mi madre" y "Mundar". Obtuvo los Premios Juan Rulfo (2000), el Reina Sofía y el Premio Cervantes (2007). Actualmente reside en México.


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OTOÑO

En llamas, en otoños incendiados, arde a veces mi corazón, puro y solo. El viento lo despierta, toca su centro y lo suspende en luz que sonríe para nadie: ¡cuánta belleza suelta! Busco unas manos, una presencia, un cuerpo, lo que rompe los muros y hace nacer las formas embriagadas, un roce, un son, un giro, un ala apenas; busco dentro mí, huesos, violines intocados, vértebras delicadas y sombrías, labios que sueñan labios, manos que sueñan pájaros... Y algo que no se sabe y dice «nunca» cae del cielo, de ti, mi Dios y mi adversario.

Octavio Paz México (1914 – 1998)

Fue poeta, escritor, ensayista y diplomático mexicano, Premio Nobel de Literatura 1990. Se le considera uno de los más grandes escritores del siglo XX y uno de los grandes poetas hispanos de todos los tiempos. Su extensa obra abarcó géneros diversos, entre los que sobresalieron textos poéticos, el ensayo y traducciones.


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EN EL OTOÑO LLUVIOSO Llueve sobre la hoja verde, jugosa, sin tiempo ni memoria. Llueve desde todo el sueño, y se moja el árbol y el centro angustioso de mi corazón. Hay algunas ramas amarillas sobre el empapado césped, brillantes y perdidas como un pájaro lejos de su bandada. La lluvia las lava y resplandecen con una luz suave y distraída. Estoy mirando llover y el frío humedece mi rostro, igual que una hoja que descanse indemne sobre otra, despegada. Se cierne el agua y cantan los pájaros, pero sigue helándose el campo, tercamente, como una idea sin fin, de hastío. ¡Y el otoño ya va tirando sus nubes por la llanura!

Ricardo Molinari Argentino (1898 – 1996) En: La mejor poesía Ed. Planeta – 2000 Muy joven editó su primer libro “El imaginero”, cuyo lenguaje poético hizo que los intelectuales lo reconocieran como unos de los grandes poetas de la época. Junto a Borges y Leopoldo Marechal, integró el grupo literario reunido alrededor de la revistas Martín Fierro, Inicial y Cuadernos del plata.


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INVIERNO PARA BEBERLO

El invierno ha llegado al llamado de alguien Y las miradas emigran hacia los calores conocidos Esta noche el viento arrastra sus chales de viento Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las avenidas Oíd crepitar el arco iris mojado Bajo el peso de los pájaros se ha plegado La amargura teme a las intemperies Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis Sacudiendo siempre ese abanico vegetal Seducciones de antesala en grado de aguardiente Alejemos en seguida el coche de las nieves Bebo lentamente tus miradas de justas calorías El salón se hincha con el vapor de las bocas Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara Y hay moscas Sobre los suspiros petrificados Los ojos están llenos de un líquido viajero Y cada ojo tiene un perfume especial El silencio es una planta que brota al interior Si el corazón conserva su calefacción igual Afuera se acerca el coche de las nieves Trayendo su termómetro de ultratumba Y me adormezco con el ruido del piano lunar Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia Cae Nieve con gusto a universo Cae Nieve que huele a mar Cae Nieve perfecta de los violines Cae La nieve sobre las mariposas Cae Nieve en copos de olores La nieve en tubo inconsistente Cae


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Nieve a paso de flor Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo Simiente de sonido de campanas Sobre los naufragios más lejanos Calentad vuestros suspiros en los bolsillos Que el cielo peina sus nubes antiguas Siguiendo los gestos de nuestras manos Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío El cielo emblanquece nuestra atmósfera Entre las palabras heladas a medio camino Ahora que el patriarca se ha dormido La nieve se desliza se desliza se desliza Desde su barba pulida

Vicente Huidobro Chile (1893 – 1948) De Automne régulier, 1925

Antes de cumplir los veinte años publicó su primer libro de poemas, «Ecos del alma». Es considerado como uno de los poetas vanguardistas más importantes de la primera mitad del siglo XX. Creó y difundió con mucho éxito la corriente del «Creacionismo», en la que se resume lo mejor del cubismo y el futurismo.


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PAISAJE DE UNA NOCHE DE INVIERNO

Hace frío. El sin trabajo recibe los beneficios del viento. Todavía no suena la sirena ni el olor de la tinta se ha secado en los diarios. Hace frío en la cara. Una mujer duerme. Se cobija con diarios. ¿Qué recordará? ¿Qué sueña el abandono? La música de la noche es un tren de carga. La avenida está casi desierta. Las luces iluminan el vacío. Pero las grandes construcciones se mantienen de pie como los árboles. No agitan las copas. No brindan por nadie. Se levanta la solapa del abrigo. Realmente hace frío. Hay bastante soledad para llenar un vaso. El ruido de sus pasos suena muy lejos. Los afiches le sonríen como si supieran dónde va.

Eduardo Mileo Argentino – 1953 En: “200 años de poesía argentina” Ed. Alfaguara - 2010 Editó los libros Quítame estas cruces (Ediciones del Escuerzo, 1982), Tiendas de campaña (Trocadero, 1985), Dos épicas (con Alberto Muñoz, Filofalsía, 1987), Puerto depuesto (Ultimo Reino, 1987), Mujeres (Ultimo Reino, 1989), Misa negra (con Alberto Muñoz, Ultimo Reino, 1992) y Poema del amor triste


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CANCIÓN DE INVIERNO Es día de frío y llegas a casa vienes de la tarde cansada de un jueves los muebles tu perro y millones de ojos están como siempre esperando tu vuelta en la que presientes que nada ha cambiado te espera lo mismo, el sueño ha pasado. Recoges tu pelo tan libre en la tarde quizás porque alguien nunca lo vio preso te sientas y cenas y todas las culpas te dan con un peso mayor que tus fuerzas y pugnan tus ojos y esta tarde loca hasta que eres débil y tapas tu boca Cuando todo pasa te crees segura mientras con tus horas revuelves cenizas presientes muy dentro pasiones prohibidas no importa mentirse para ser felices hasta que un deseo se meta en tu lecho mas ¿qué estás pensando? te tapas el pecho. Pero necesitas quedar bien con todo todo que no sea bien contigo misma la angustia es el precio de ser uno mismo mejor ser felices como nuestros padres y hacer de la lástima amores eternos hasta que a la larga te tape el invierno.

Silvio Rodríguez Domínguez Cuba - 1946 En Cd: Tríptico - 1984 Músico, poeta y cantautor cubano. Exponente de la música cubana surgida con la revolución, Silvio es uno de los cantautores cubanos con más relevancia internacional. Junto con Pablo Milanés, Noel Nicola y otros músicos crearon el movimiento de la nueva trova cubana.


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Fábula barrial: PRIMAVERA

Un hombre joven (EL PIANTAO lo llamaban en el barrio), matarife en un pulcro frigorífico del sur, cayó en el hábito de soñar, en los atardeceres de los perturbados equinoccios, que tenía relaciones carnales con equívocas flores que hubieran desertado de consabidos bellos jardines (a quienes él consideraba impúdicos antros de clausura). Los pétalos acariciantes lo amaron, entonces; era un roce fluido como la brisa que aleatoriamente se desliza en esta zona. La violencia de la penetración sexual fue abolida; sólo la perduración de una tibieza epidérmica lo elevaba de su fervor encelado, de su cruenta tarea, de su abusivo fumar. Las constelaciones fueron ignoradas. La Cruz del Sur fue mera resonancia de palabras; el viraje ritual, en el sortilegio que octubre emana de esplendor floral y su lenta extinción lo instalaron en el círculo de la magia obsesiva de lo Único. Cuando fue acusado por el Sindicato de los Republicanos Anestesiados y por la Asociación Progresista de Argentina Machista (APAM), fue condenado a ser recluido entre las rejas de un poema: ominoso ostracismo del que no se vuelve.


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Pero, en prisión, forjó el sentido de su muerte; la procreación de la danza de las imágenes en la emersión fulgente de la niñez, en la explosión florida, y de sus contemporáneos, los agitados, pálidos seres; en la altiva petalización de los actos; en la insurgencia del óvulo del limo, levemente violenta, de la historia, donde somos todos en lo Único.

Aldo Oliva Argentino (1927 – 2000) De: “Ese general Belgrano y otros poemas” (2000) En: Otro río que pasa. Ed. Bajo la Luna – 2010 Nació en Rosario, el 27 de enero de 1927. En 1986, y a los 59 años, publicó su primer libro, “César en Dyrrachium”. “De fascinatione”, su segundo libro, aparece 11 años más tarde, en 1997. En 1999 da a conocer “Ese general Belgrano y otros poemas”. Muere el 22 de octubre del 2000, en Rosario, a los 73 años. Es reconocido entre las grandes figuras de la poesía de la generación del 50


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TARDE DE PRIMAVERA O DE OTOÑO

Tarde de primavera o de otoño de principios de Febrero? Grillos en la limpidez llovida, tan pura que nos duele. - Oh, Rimbaud frente al vacío apenas dorado, a la nada encantada e infinita, resplandor extraño y casi triste de unas verdes presencias que esperan el mensaje de los espíritus que volverán dentro de algunos momentos. Dónde están los pájaros ahora? En esta tarde recuerdo la otra. Niebla luminosa sobre las fachadas, sobre el pasto, sobre los árboles a las 4. Una felicidad súbita e interior de un resplandor inmóvil como un ángel que sonriera para nadie apenas, muy apenas traspuesto el límite de la siesta de Enero.

Juan L. Ortiz Argentino (1896 – 1978) De: El álamo y el viento – 1947 Ed. Bajo la luna – 2010 Juan Laurentino Ortiz, también conocido simplemente como Juanele, nació el 11 de junio de 1892 en Puerto Ruiz, provincia de Entre Ríos.


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PRIMAVERA TUBEROSA Esta vez, arrastrando briosa sus pobrezas al sesgo de mi pompa delantera, coteja su coturno con mi traspié sin taco, la primavera exacta de picotón de buitre. La perdí en cuanto tela de mis despilfarros, juguéla en cuanto pomo de mi aplauso; el termómetro puesto, puesto el fin, puesto el gusano, contusa mi doblez del otro día, aguardéla al arrullo de un grillo fugitivo y despedíla uñoso, somático, sufrido. Veces latentes de astro, ocasiones de ser gallina negra, entabló la bandida primavera con mi chusma de aprietos, con mis apocamientos en camisa, mi derecho soviético y mi gorra. Veces las del bocado lauríneo, con símbolos, tabaco, mundo y carne, deglución translaticia bajo palio, al son de los testículos cantores; talentoso torrente el de mi suave suavidad, rebatible a pedradas, ganable con tan sólo suspirar... Flora de estilo, plena, citada en fangos de honor por rosas auditivas... Respingo, coz, patada sencilla, triquiñuela adorada... Cantan... Sudan... César Vallejo Perú (1896 – 1938) En: Poemas Humanos Ed. Losada – 1994 César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, en la zona andina norte del Perú, en el seno de una familia con raíces españolas e indígenas.


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