"NADIE DIRIGE A LAS PALABRAS"

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NADIE DIRIGE A LAS PALABRAS

Begoña leonardo


Obra registrada Autora: BegoĂąa Leonardo TĂ­tulo: Nadie dirige las palabras


Para Adriana, que me regala la vida a cada instante siendo mi hija, mi aliada, mi amiga, mi cómplice. Y por supuesto mi crítica más feroz. Gracias, te quiero.


AGRADEZCO A:

José A. Rodríguez, su apoyo incondicional y su cariño. MJ. Romero, su atenta mirada. Sois muchas las personas que en este último año, os habéis asomado a mis letras desde “Dad al aire mi voz”, y que con vuestro aliento diario, me habéis regalado la confianza que necesitaban mis versos. Tampoco me puedo olvidar, de los administradores de los blogs, que me han acogido con tanto respeto en sus espacios y de los editores de las publicaciones, que han dado oportunidad a mis relatos, poemas y artículos incluyéndolos entre sus páginas. Mi cariño y gratitud por tanto, para tod@s.

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NOTA DE LA AUTORA: Este poemario está escrito en 1998, tiene ya unos añitos. Lo he elegido porque considero que se merece una oportunidad. Soy consciente de que he evolucionado tras un tiempo de de dicación exclusiva a la literatura, pero mi manera de enfrentarme al verso es la misma. En Dad al aire mi voz he publicado pequeños pellizcos de él, que a pesar de estar concebido como un todo, también se pueden extraer y disfrutar los poemas de manera independiente. Cuando nació, formó parte de un proyecto creativo donde la palabra, su expresión oral, tenía gran protagonismo y que me dio muchas satisfacciones. Posteriormente lo lancé a un concurso del que nunca supe, recuerdo que en Toledo. Ahora, teniendo esta oportunidad, valoré los trabajos más recientes, pero al fin me decidí por este pequeñito, “Nadie dirige las palabras” que se puede hacer más grande cuando te asomes y lo leas.

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“NADIE DIRIGE A LAS PALABRAS”

“Frágiles, persistentes, tercas, permanecen las palabras escritas, quien lo hubiese pensado, con su apariencia momentánea y mínima, su caprichoso existir tan lejos de la realidad o de lo que entonces como realidad se imponía” JUAN LUIS PANERO

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I

Deja que me salve la palabra, una vez más me apoyo abandonada a la quietud impenitente sonora maravilla primera... Deja que atrape en el aire el soplo repentino la ráfaga atrevida el sonido minúsculo... Arrepiéntete pretendes que calle el poeta. Nadie dirige a las palabras llegan se van suben y palpitan a un ritmo libre, prolongan la agonía del que no quiere escuchar. Déjame la luz que tanto ansío necesito la verdad necesito el sosiego en mi sentir agitado por el latido del mundo vestido de lodo. -5-


Vete, eres el lacayo preferido el sirviente mĂĄs fiel el traidor mĂĄs consecuente. Sin ti, la palabra arrojada caerĂ­a a mis pies contigo se mancilla al pensarla.

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II

Derramo soledades buscando el camino y al amparo que reclamo aflora un desesperado grito. Y sueño arder en la pasión original y me he manchado con instrumentos infectos con mecanismos de desguace y he pecado, no me arrepiento. He llorado y he sufrido por seres que son del mundo, de fuera. Creo en el hombre. Aquí no hay hombres, tengo fe, recuperaré la palabra primera. Busco el origen por ello he de invertir la vida, la tengo que empeñar. Ofrezco: soledad consuelo, entrego en fianza la palabra amor. -7-


III

No te vayas y si te vas deja la palabra derrámala no inventes excusas, es en vano tratar de perseguir sueños de desconocidos. Déjame a oscuras escondido tengo un don un acento imposible un posible fin, un placer cotidiano que me ata a la vida. Tengo la palabra y tengo tantas palabras para llenar mis días... Tengo la palabra origen tengo la palabra vida tengo la palabra libertad. Un cóctel de palabras que prosperan a cada segundo paseándose por el futuro que profético sostengo en mi memoria. Si te vas déjame la palabra más usada -8-


la más ajada la más olvidada, la recogeré la recompondré para mí, será a estrenar.

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IV

Disfruto de la tranquila sobriedad que me deja tu ausencia. Al fin te vas tu rastro embriagado me pide perdón tu secuencia abrumadora me transporta y me hace flotar, el aroma que la memoria recogió distraídamente el día último. Coloco las palabras en fila según me brotan no quiero controlar a mi corazón y la razón me obliga a seguir. Apártate de veras deja libre mi vida ocúpate de mariposas de colores. Se me ocurren tantas nimiedades cuando te recuerdo. Eres un giro perdido en el aire una voltereta que olvidó aquel trapecista tan ligero... - 10 -


V

Y ahora, tú sí, tú. Súbete a mi vida te regalaré las palabras que tanto he contenido las que guardan lo más íntimo las que devoran la soledad. Te recuerdo que sin mí tendrás mundo y conmigo la libertad, tendrás lo que mueve la ilusión lo que agita las conciencias lo que convence al fugitivo, tendrás amor. Quédate entonces con las palabras.

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VI

Yo no tengo proyectos mi proyecto es vivir yo no tengo ambiciones mi ambición es sentir. No busco el dinero tan sólo quiero palabras para llenarlas para crecerlas para aprenderlas, para que me hagan crecer... Un rosario de letras un corro perfecto un coro de peregrinos un continuo peregrinaje. Un milagro sonoro que me de la vida cuando crea que muero. Sólo palabras sólo la fe en la palabra en su fuerza la fuente de la que mana lo único, la antigua voracidad que ahora demuestro.

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VII

Consumo la felicidad regalada atrapo presurosa el asombro natural en los ojos de cualquier infante que juega ajeno a los pensamientos que me visitan. Consumo la serenidad del anciano que pausado intenta apurar la vida y respira un aire calmado directamente llegado de las nubes del lugar del que proceden las palabras. Las nubes algodones pulcrísimos figuras irrepetibles pintadas de blanco. Fabrico un universo un legado de palabras con ellas arrojo al vacío todas las miserias arrojo arrebatada también las palabras dañinas que no quiero escuchar - 13 -


luego, me arrepiento. Prisionera sería sino las gritara si con ellas no me librara de lo que me oprime el pecho de lo que me corta la respiración de lo que consume mi cerebro... Embriagarme de palabras albergarlas en mi corazón, pero sólo, las que consigan expresar lo más hondo.

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VIII

Y me agarraré fuerte más fuerte que en la noche cuando me aferro a la pequeña claridad que permiten las estrellas. Sálvame sálvame de nuevo. No quiero caer y tengo miedo. Dibújame la soledad en ese apartado rincón al que maldices, pero que a mí me da la calma el descanso el lecho. Si me abandono al sueño si encuentro en él la luz que ahora me falta... Déjame soy una niña rota rota y perdida cuando me abandona la musa que me dicta la luz que me acompaña - 15 -


la luminosa aparici贸n que repentina ocupa mi mente y la hace explotar. Rota y perdida si no tengo palabras.

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IX

Y me apena el dolor que padece cuando amanece el día si no consigo pronunciar tu nombre. Tengo entonces que aliarme con el sol que asirme a la palabra primera. Y me agoto en lugares desconocidos... Si tu nombre no está tu tampoco existes. Le pongo nombre a todo lo que me hace feliz a lo que me da la libertad a lo que hace que mi corazón se precipite. Un aluvión de letras de sílabas un alud de sonidos un ritmo que me transporta desde mi yo consciente al yo subconsciente que contiene a las palabras. - 17 -


El yo poeta el yo creador el ser al que casi desconozco el ser que reconozco casi el que me invade como por accidente y me da la vida.

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X

Quiero auscultar tu pecho aliviar el ritmo real de tu corazón creer de nuevo que lo que suena es poesía. Latidos con un son perfecto mi canción preferida sin que nada le sobre sin que ninguna nota le haga falta. Serás el músico errante que interpreta la melodía de la reconciliación... Ahora el tedio se apodera de mí por completo el esplín inacabable ese estado que se presenta eterno en las tardes en las que no se me ocurre nada en las que me desahucian las palabras a las que hastío de repente. La condena a la que soy sometida un castigo inhumano que me deja - 19 -


abatida alineada sin poder ofrecerte ni siquiera el verso más ramplón. Dónde encuentro ahora la inspiración que me falta dónde el alimento dónde el sustento que consumen las palabras que se cansan que se atrancan a las que les falta el fluido. Y por dónde ningún hueco ninguna cavidad ningún agujero... Me tenso me obtuso se me enquista la razón la sin razón me acecha. Por dónde el combustible dónde la ranura... Y tengo que mantener la máquina a punto La tengo que alimentar ...De repente estaba ahí delante. - 20 -


la fuente de la que mana lo que hay que beber no se seca nunca pero es caprichosa se oculta, me hace sufrir me hace desesperar llegar al lĂ­mite y perder la cordura.

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XI

El discurso del caminante el discurso del que está vivo del vulnerable. Un ser solitario que transita este mundo el paseante más disciplinado el sabio. Un ser que conserva el pasado sujeto en la memoria y el futuro prendido en el corazón. El peregrino el que embriaga las soledades el tahúr que reparte las palabras amigas fieles que nos regalan la risa el llanto el sueño la vida. Esas que cuando no cabe más polvo en los zapatos ni en la boca ni en la razón... Nos recuerdan que rendirse es una derrota para el que teme - 22 -


un fracaso para el que duda y que el miedo es una compañía nada eventual para los mortales. Caer agudiza el instinto... Saber de tus fatigas es sencillo para el caminante rastreador polvoriento que abre senderos a latidos a golpes de corazón sobre la tierra inhóspita tierra roja que viste el paisaje que yo veo. Aquí me tienes recógeme ahora cuando descubro el canto ahogado de la tierra que piso de la que sale a buscarme y conoce de mí el pasado el futuro con sólo mirar mi día. Aprendí el discurso de caminante a terrones a puñados de palabras punzadas en corazones rotos y todas reunidas en torno a la tierra mágica - 23 -


sonrĂ­en a los caminos me dan la bienvenida me acogen en el seno rojo amarillo ocre... Me regalan el ĂĄnimo que sostenido afila la luz que me incita a seguir.

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XII Si me hablas si pronuncias una palabra y otra y una tercera que empuje. Y así si me hablas... Si me hablas si permites que las palabras broten como la música que alborota el alma como la verbena de primaveras de amapolas que me inunde sagrada, invadiendo los sentidos que se salen que rebosan que hacen explotar la cabeza el corazón la garganta. Si me hablas los latidos como sones pulidos cincelados pulsados en el corazón no se aguantarán no se sujetarán no se podrán dominar. Es el milagro - 25 -


si me hablas. Te intuía intuía de manera premonitoria tu existencia paralela deseaba mirarme en tus ojos con el descaro del desconocido. Te buscaba en todos lo brotes creía firmemente en la palabra que irrumpía entre todos los silencios, en la posibilidad... Escucharte Si me hablas saldré de mí perdida. Reclamaré el sustento reclamaré la melodía que me puedas dedicar reclamaré el placer inconfesable de oírte. Si me hablas dirige bien la voz enfócala, si esculpes en tu garganta los sonidos que la lengua tamice y lance recogeré en el aire la belleza el alimento que sacie el hambre ancestral que padezco. - 26 -


Te saturas de contenidos del mundo que te rodea de la contradicción que apresa las almas de los que pululan sin sentido sin destino... Apóyate en las palabras que pronuncio, ahora atiéndeme tiéndeme la mano, dame tus ojos indefinido su color definida su intensidad. Y atraviésame con el destello de tu sonrisa peregrina. Si me hablas abandónate déjate llevar sólo tienes que permitir a los sonidos que te ocupan la garganta que broten sin medida que habiten libres el espacio... Les he reservado el hueco más grande que disponible conservo en la caja secreta que vibra en mi pecho. - 27 -


XIII

Soñé una noche toda. Que desprendida se confundía mi alma libre en un vuelo sin destino. Que tú me tendías un cuerpo desnudo y no decías nada. También enmudecida asombrada rodaba una lágrima y mis ojos ya no cumplían su misión. No caer, con eso basta... Alguien que también volaba me aconsejó: -Dirígete al cielo y busca... En un cielo tan vacío como el mundo del que vengo dónde está la palabra primera dónde ésa a la que persigo por toda la eternidad...

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XIV

Pero la hija de un guerrero nunca llora la hija del Sol si llora serán lágrimas de fuego de oro. Amarillas lágrimas que queman. Pero la hija del Sol tiene frío. -Si no quieres volar déjate caer alguien me aconseja... Y toneladas de palabras del absurdo se precipitan en la caída empujando a las ideas. -Dónde vas hija de la ira y el amor ese al que temes es muy pequeño y ya no le quedan palabras para escoger. -Si tu quieres la primera, vuela...

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ZAMORA, ABRIL 1998



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