Almadrabas

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A l m a d r ab a s e l m i l e n ar i o ar t e d e l a p e s c a d e l at Ăş n


Almadrabas el milenario arte de la pesca del atĂşn


© Excma. Diputación Provincial de Alicante Edita:

Área de Promoción y Desarrollo Local Excma. Diputación Provincial de Alicante

Colabora: Asociación Española de Ciudades de la Pesca -AECIPEPara esta edición: © Textos: Juan Díaz Ortuño © Dibujos e Infografía: Carlos Díe Bañuls © Fotografía: Ignacio Álvarez-Ossorio Ramos Depósito Legal: Diseño y Maquetación: NIPPERS Comunicación Asesoramiento Técnico: Editorial Caimari Impresión:


Almadrabas el milenario arte de la pesca del atún

Te x t o s Ju a n D í a z O r t u ñ o

D i b u j o e I n fo g r a f í a Carlos Díe Bañuls Fo t o g r a f í a I g n ac i o Á l va re z - O s s or i o R a m o s


Índice

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Saluda del Presidente de la Diputación de Alicante José Joaquín Ripoll Serrano

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Saluda del Diputado Provincial de Promoción y Desarrollo Local Juan Roselló Martínez

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Introducción: Juan Díaz Ortuño

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I - La pesca en el Mediterráneo

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II - El atún; la pesca del atún 023 - El atún 031 - La pesca del atún

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III - Otros túnidos de la almadraba

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IV - La almadraba, un milenario arte de pesca 041 - La jábega 042 - La almadraba 045 - Los inicios de la almadraba

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V - Tipos de almadraba 050 - Almadraba de Vista y Tiro 052 - Almadraba de Monte y Leva 053 - Almadraba de Buche, de Copo o de Pap

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VI - Artes menores del atún 059 - Almadrabilla, mussolera, flotante, andanones y filaeros

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VII - Materiales para calar la almadraba

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VIII - Los barcos de la almadraba

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IX - La campaña de la almadraba

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X - El trabajo en la almadraba

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XI - La Chanca

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XII - El ronqueo del atún XIII - La Salazón 082 - El garum

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XIV - Las bondades nutricionales del atún de almadraba

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XV - Las almadrabas de las costas alicantinas 087 - Especificidades de las costas alicantinas 091 - Primeras pesquerías del atún 093 - Las factorías de la costas alicantinas 095 - Las almadrabas de la Casa de Medinaceli 102 - Las almadrabas desde la abolición de los señoríos

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XVI - Las almadrabas alicantinas 105 - La almadraba de Dénia 106 - La almadraba de Jávea 107 - La almadraba de Moraira 107 - La almadraba de Calpe

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109 - La almadraba de Altea 109 - La almadraba de Benidorm 111 - La almadraba de La Vila 112 - La almadraba de El Campello 113 - La almadraba de Alicante 114 - La almadraba de Santa Pola 114 - La almadraba de Tabarca 115 - Las almadrabas de los cabos Cervera y Roig 115 - Artes menores: Lisera y Moruna 116 - La pesca del atún en Torrevieja y Guardamar 119

XVII - La temporada de la almadraba

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XVIII - Redes y cabuyerías alicantinas 123 - Esparto y cáñamo en la provincia

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XIX - La almadraba del siglo XXI

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XX - Gentes de la almadraba 135 - Las sagas almadraberas de la provincia de Alicante

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XXI - Glosario de términos de la almadraba

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XXII - Historias de la almadraba; cuentos y leyendas

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XXIII - Toponímia alicantina relacionada con la almadraba

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XXIV - Gastronomía de la almadraba

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XXV - La almadraba; un macrocosmos. Album de fotos

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XXVI - Bibliografía


Almadrabas

Saluda La excepcionalidad de la provincia de Alicante es de sobra conocida y está fuera de toda duda. A su universo de paisajes, gentes y actividades unimos con frecuencia peculiaridades que engrandecen aún más el acervo de realidades que atesora. La almadraba es una de ellas. Si bien hoy en día este arte de pesca es un reciente recuerdo en la provincia, hace unas décadas fue uno de nuestros más destacados motores industriales y de ocupación laboral. La almadraba es un mundo que encierra la pesca del atún, la temporada de actividad y las labores previas y posteriores a la misma. Hasta ocho meses en nuestras costas y fuera de ellas que han dejado un importante sustrato cultural que llega hasta nuestros días. No debemos olvidar que el nombre “Alicante”, que nos une como provincia, fue en su momento marchamo de calidad de gentes, materiales y capacidades en el mundo de la almadraba. Desde arráeces y marinería, a esparto y cáñamo para cabuyería, las gentes de la provincia de Alicante, de la costa y del interior, supieron marcar las fórmulas de trabajo en la milenaria captura de los atunes y, al mismo tiempo, dejar las bases de la industria de la salazón que aún hoy tantos placeres y éxitos gastronómicos nos brinda. Queremos que hoy siga siéndolo. Agraciados con unas inmejorables condiciones naturales supimos entender aquél arte que llegó desde los confines del Mediterráneo oriental y hacerlo grande y nuestro. A la par que el garum y la mojama nos fue dando nombre en los tiempos clásicos, conseguimos tal dominio del arte de la almadraba que nuestros marinos “levantiscos” fueron los más solicitados a la hora de los calamentos desde Italia a Marruecos, y todo el Mediterráneo y Atlántico español, hasta hoy en día. También nuestras industrias rederas tienen su protagonismo en la aventura. Toda la provincia se sumó de una forma u otra a la Almadraba: marinos, redes, salazón. A pocas fechas de que se decida el futuro de las capturas del atún rojo que puede acabar con una arte milenario, la Diputación de Alicante quiere desde estas páginas brindar un merecido homenaje a todas las gentes de la provincia, hombres, mujeres, ancianos y niños que hicieron de la Almadraba una forma de vida y llevaron en la proa de sus acciones siempre el nombre de esta tierra.

José Joaquín Ripoll Serrano Presidente de la Diputación de Alicante y de la Asociación Española de Ciudades de la Pesca -AECIPE-

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Almadrabas

Saluda La Almadraba, para las gentes de la provincia de Alicante, tiene un atractivo especial. Hasta los años cincuenta del siglo XX funcionaron nuestras almadrabas -Denia, Calpe, Benidorm, Villajoyosa y Tabarca-, y sabíamos del espectáculo de la pesca del atún y de las bondades gastronómicas que atesora. Aún hoy en algunos de nuestros puertos es posible ver la magnificencia del coloso de los mares: el atún rojo salvaje. Alertados de la posibilidad de que pueda cesar el noble arte de la pesca del atún con almadraba y sabedores de todo lo que encierra ese mundo, desde el área de Promoción y Desarrollo Local hemos querido sacar a la luz los fascinantes pasajes de esta aventura en la que las gentes de la provincia de Alicante consiguieron, a base de buen trabajo y mejores condiciones, hacerse con un puesto de honor, labrado en oro, que aún en los inicios del siglos XXI mantienen. Un prestigio que merece la pena reconocer y mantener. Son más de tres mil años de tradición. Las huellas del pasado perviven en nuestro litoral: ahí están las factorías romanas de salazón de las costas alicantinas. Un orgullo que exhibimos. Y también los ameradores donde se preparaba el esparto y el cáñamo; y el pal y las sendas donde se fabricaba piola y abacá para cabuyería; y las calles donde se confeccionaban las redes, y las explanadas donde se amontaban las anclas en espera de ser caladas. Es historia tangible de la tradición marinera de la provincia que completan nombres de leyenda y realidad, nuestros arráeces y marineros que aún hoy siguen siendo los más renombrados en las almadrabas que aún se calan en el sur de Italia, norte de Túnez y Marruecos y sur de España. Porque cuando aquí dejamos de calar las artes aún nuestras gentes de la mar siguieron, como hacían desde el siglo XVIII, calando las mayores almadrabas más allá de las Columnas de Hércules, como nos enseñaron los fenicios. La pesca del atún va de norte a sur de la provincia, de Denia a Torrevieja. Aún perduran topónimos y nombres de artes; pero ya es un recuerdo la almadraba. Esta obra contribuirá a mantener vivo el recuerdo de las gentes de la almadraba de la provincia de Alicante, una provincia que vivió con máxima dedicación una aventura comercial donde el hombre, con su ingenio, consiguió un método eficaz para asegurarse la subsistencia sin medrar en la supervivencia de la especie marina. Una lección que no deberíamos olvidar.

Juan Roselló Martínez Diputado de Promoción y Desarrollo Local

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Almadrabas Introducción

Juan Díaz Ortuño Periodista y Geógrafo El presente trabajo pretende ser un sincero homenaje a las gentes de la almadraba y al atún rojo, el gran protagonista, al que las flotas esquilman y pueden llegar a conseguir, en breve, que cierre este milenario arte de pesca que es, en sí, una cultura: un mundo al que tantos hombres y mujeres de estas costas alicantinas contribuyeron con su esfuerzo y dedicación. Arráeces y marineros, pacientes esposas siempre laboriosas en el hilado y tejido de redes, gentes que picaban esparto y embreaban redes, varillas que contaban atunes o bateleros que los subían a bordo, a los que halaban redes y a los que aportaban la sal, a los que trenzaban esparto y rastrillaban cáñamo. A tantas gentes de esta provincia que innovaron en el arte y marcaron toda una etapa de la almadraba por el Mediterráneo y hasta más allá de las columnas de Hércules. A todos ellos, nuestro sincero agradecimiento por permitirnos descubrir, desde estas páginas, algunos retazos de su mundo. A los autores consultados agradecemos que nos despejaran el camino. A los Ayuntamientos les pedimos que preserven aquellos trozos de la historia y la cultura local que las gentes de la almadraba alicantina construyeron con su esfuerzo y entrega. A la Diputación Provincial, Ayuntamiento de Ayuntamientos, le agradecemos la oportunidad de haber comprendido lo que fue la Almadraba para esta provincia. Y a los Gobiernos, en especial al del Reino de España, les urgimos a que luchen por preservar el atún rojo en el Mediterráneo y el Atlántico Oriental, pero que no permitan que mueran las almadrabas. Así pues, Bon vent i bona barca, almadravers

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Almadrabas

La Almadraba De la ciudad submarina de cáñamo y esparto, sus lugares, sus cosas y sus gentes

La almadraba es un universo de realidades donde el protagonismo corresponde tanto al hombre como al atún. Del hombre, el ingenio y la tenacidad; del atún su majestuosidad y utilidad. Ambos han construido esta historia que para la provincia de Alicante lo engloba todo: desde el esparto y el cáñamo, a los hombres y mujeres que han dedicado su vida a la almadraba, e incluso a la salazón y la gastronomía, que bien culmina hoy en la tradicional y muy alicantina coca amb tonyina1. Cuando comienzan la red, nacen los peces que la han de romper2 La almadraba, para Alicante, supuso una absoluta dedicación y un total reconocimiento. Se inicia la andadura con la recolección tortuosa de las fibras vegetales de esparto en la mata, palabra que -veremos- nos llevará al nombre del arte de pesca: almadraba. Luego llegará el trabajo de la fibra, el hilado, el pal y las sendas: las redes y la cabuyería. La madera para barcos, remos, cloques, pipas y toneles; hasta parales. La sal de nuestras ancestrales salinas para la conservación del producto y la realidad de las salsas que surgían para deleite de históricos paladares. Y, como no, de las gentes alicantinas; las gentes de mar de la provincia de Alicante. Desde estas costas salieron los más solicitados marinos de la almadraba: los que mejor sabían calar el arte, avistar el cardumen, izar el copo, seleccionar los atunes, usar el cuchillo, procesar las piezas y prepararlo para degustarlo, sentirlo y vivirlo. Y también las gentes que disfrutaban con el final de la almadraba, la fiesta, tras una temporada, casi anual, de sensaciones, trabajos y emociones. De la almadraba, leyenda, historia y realidad, han surgido estas páginas. + Plato típico de Alicante a base atún de sorra, harina candeal, agua, aceite, sal, pimentón dulce, anís seco de, cebollas, piñones y pimienta.

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Dicho popular en la comarca alicantina de La Marina alicantina

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La almadraba es un arte para la pesca masiva de diversas especies de peces migradores, como túnidos (atún y albacora), escómbridos (caballa), áuxidos (melva), cíbidos (bonito) y algunos otros que les acompañan. La almadraba es como una ciudad submarina, otrora de esparto y cáñamo, hoy de sintéticos y acero; un conjunto geométrico que marcó impronta en el Mediterráneo y en las bocas atlánticas, y que para la provincia de Alicante significó una importante fuente de ingresos y un oficio en el que demostrar la valía de sus gentes. El atún, mitificado desde la antigüedad, y la capacidad del hombre convirtieron una etapa del año en motivo reiterado de competición económica que, de no remediarse, tiene los días contados.

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Almadrabas

I - La pesca en el Mediterráneo Especificidades, reglamentación y especies El Mediterráneo constituye un mundo en miniatura. Un mar interior cuyas olas salpican todo tipo riberas, con toda clase de tierras y todo tipo de climas: fértiles planicies, desiertos estériles, montañas coronadas de nieve, islas, penínsulas, ciudades… e incluso otros mares menores. Ha sido lugar de encuentro de culturas, campo de batalla de razas y naciones y objetivo de las tres grandes religiones: cristianismo, judaísmo e Islam3. Pero, sobre todo, el Mediterráneo ha sido un pueblo de sociedades de marinos y viajeros, de pescadores, agricultores y pastores, siempre complementarios y siempre enfrascados en rivalidades y conflictos. El Mediterráneo no es más que una red de ciudades, unidas entre sí por este mar, que prestan especial atención al comercio y a sus culturas. Dicen que las aguas del Mediterráneo son, geológicamente hablando, demasiado antiguas; están biológicamente muy agotadas4. Por eso se cree que la pesca se resuelve en las plataformas continentales. Tal vez por ello, la pesca en el Mediterráneo, siempre costanera, es, más que una actividad económica, parte de una cultura y de un arte de vivir. Así se fundamenta que regiones enteras llegaron a constituirse, y se han desarrollado, en torno a la pequeña actividad pesquera, tradicional negocio familiar, en cuyo entorno se aprendía el oficio; una tradición de siglos que es cultura. Es más, al amparo de la pesca se han llegado a formar ciudades en este Mediterráneo. La almadraba, el mundo que nos ocupa, no generó ciudades en sí por el carácter estacional de la campaña, pero alumbró pequeñas poblaciones como Conil, es España, o Porto Torres, en Cerdeña, que con el tiempo mudaron a estructura permanente de población. El Mediterráneo es un mar semicerrado. Su configuración geológica le otorga importantes profundidades -5.121 metros, en la Fosa de Matapan, Grecia- y ofrece, salvo en el Adriático y el Egeo, una estrecha plataforma continental (entre 0 y 200 metros discurre el 24% de la estructura marina sumergida). Esta conjunción de características, insisten los expertos, no puede garantizar la subsistencia de grandes poblaciones de animales marinos y determina los tipos de pesca que se practican. Es fundamental en este conjunto de peculiaridades la influencia de la corriente atlántica, a través del Estrecho de Gibraltar, por donde llegan los grandes pelágicos migradores -atún rojo, bonito y melva- ampliamente difundidos por todas las zonas marinas, que buscan estas corrientes mediterráneo-atlánticas superficiales y profundas, estos vientos tan propios, las temperaturas que ofrecen estas aguas y sus inigualables algueros como lugares de alimentación y reposo.

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David Abulafia, El Mediterráneo en la Historia Comunidad Oceanógrafos sin fronteras y diversos autores

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La pesca costera, de corta salida, representa el 80% de la flota del Mediterráneo y compite en especies con arrastreros (demersales5, pelágicos6 y cerqueros7) generando situaciones de sobreexplotación, incluso de las especies migratorias. En volumen, los desembarques pesqueros del Mediterráneo representan sólo el 12% del total comunitario y, al mismo tiempo, suman más del 42% de los puestos de trabajo europeo en el sector de las capturas. Los recursos pesqueros del Mediterráneo son objeto de sobreexplotación, pero no parece que las poblaciones se encuentren en inminente peligro de colapso gracias a las políticas que se están aplicando y a la generosa contribución de las comunidades de pescadores. Una única especie, el atún rojo, es la más amenazada y lo drástico de las medidas de preservación son tan contundentes y peligrosas como la pesca pirática que sobre ella se desarrolla. + La pesca española en el Mediterráneo va ligada a las primeras poblaciones costeras, aunque arranca, básicamente, con la colonización púnica de nuestras costas sudorientales. Los fenicios trajeron las técnicas industriales y las primeras almadrabas entraron en la historia, generándose a partir de entonces un activo comercio tanto con los centros urbanos púnicos como de la Hélade. Con Roma, las almadrabas y factorías de nuestras costas se potenciaron y ampliaron: todo el Mediterráneo fue centro comercial del producto de nuestras pesquerías, que cejaron en actividad con la caída del Imperio y ante la llegada de invasores bárbaros. Los musulmanes, que su periplo mediterráneo norteafricano fueron conociendo detalles de este arte, mantuvieron y perfeccionaron algunas. En la Alta Edad Media se reactivan y fue en la Baja Edad Media cuando se produce la eclosión de las almadrabas por la demanda alimenticia de las poblaciones cristianizadas de la península, ya que por aquellos tiempos se contaban casi 150 días de abstinencia al año8. La Corona de Aragón, hegemónica en el Mediterráneo Occidental, expandió las técnicas y los productos de la almadraba en ambas direcciones. Los duques de Gandía concedieron, inicialmente, varias licencias en las costas de Cerdeña, Sicilia e Italia y luego trajeron aquí las experiencias de allí. En la Baja Andalucía, donde los reyes cristianos concedieron derechos nobiliarios sobre la explotación de salinas y almadrabas árabes, se consiguieron importantes producciones y las mejores cuotas de mercado. 5 Con redes arrastradas que operan en el fondo marino Con redes de arrastre remolcadas en la columna de agua 7 Con redes que cercan bancos de peces J Besançon, Geografía de la Pesca. Ed. Guillamard, París, 1965 6

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Y así siguió, entre altibajos, el mundo de la almadraba hasta la llegada del siglo XVIII en que nuevamente se produce un auge favorecido por los ministros borbónicos y la irrupción de los comerciantes catalanes y valencianos por todas las costas de la península. En el XIX expandimos nuestras técnicas sobre las almadrabas del norte de África y en el siglo XX asistimos al estancamiento de las pesquerías mediterráneas, necesariamente limitadas por las escasas posibilidades de sus reducidos y, ya bastante, agotados caladeros y a la obsesión por las capturas de atún. El hombre, comenzó a actuar: se tomaron medidas legislativas sobre las almadrabas. La Ley de Puertos de 7 de Mayo de 1880, en sus artículos 42 y 53, otorgaba a las Comandancias de Marina competencia en la corrección de los calamentos y la propia concesión. El Real Decreto del 9 de julio de 1908 establecía el Reglamento para la pesca con el arte denominado “almadraba”, y el 16 de enero de 1919 se transfería al Ministerio de Fomento las concesiones, aunque el de Marina mantenía la vigilancia de los calamentos y las cuestiones de Policía de navegación. En 1921 se proclama una nueva reglamentación y el 4 de julio de 1924, bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera, el Ministerio de Marina asume, de nuevo, la totalidad de las competencias de la almadraba a través de una Dirección General de Pesca (1924). Las reglamentaciones sucesivas -Ley General de Puertos, de 19 de enero de 1928, y la Real Orden de 26 de febrero de 1930- ya dieron paso al capítulo de Industrias Marítimas, en donde incardinaron la almadraba. + Los claros síntomas de agotamiento de los caladeros son el principal problema del Mediterráneo. En la actualidad, ya en el siglo XXI, la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM, creada en 1949) es el ente gestor de las medidas de control y conservación de la pesca en este mar. Desde mayo de 2004 los países ribereños del Mediterráneo tienen reglamentaciones para este ámbito pesquero como la selectividad de la pesca (tamaños), la gestión de las poblaciones (paradas biológicas para favorecer la reproducción y los primeros meses de desarrollo), los planes comunitarios y nacionales de gestión, el control de las actividades, las artes selectivas y los programas de protección de fondos. Todo ello en colaboración científica con la FAO9. Además del Departamento de Pesca y Acuicultura de esta organización internacional de las Naciones Unidas, se controla la pesca del atún a través de organismos autónomos como la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT/CICAA), la Comisión del Atún del Océano Índico (IOTC), el Secretariado de la Comunidad Pacífica del Programa de Pesca de Altura (SPC) y la Comisión Interamericana del Atún Tropical (IATT). Aún con el control de estos organismos, se capturan atunes en exceso. +

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Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

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El atún rojo que habita el Mediterráneo y el Atlántico Este se consideraba ya sobreexplotado en la década de 1970. No obstante, la situación actual de alarma por sobreexplotación ha sido detonada por el fuerte desarrollo de las capturas experimentado tras la llegada de las flotas industriales de cerco, a partir de la década de 1980 -potenciadas mediante fuertes subvenciones públicas en los países comunitarios-, y la implantación masiva de las granjas de atún (para engorde y engrasado) a partir de 1996. Estas nuevas prácticas pesqueras, apoyadas en la tecnología, están dando el golpe de gracia a esta emblemática especie que en el Mediterráneo, de siempre, ha unido pueblos. El atún, que fuera elemento clave en las civilizaciones mediterráneas durante milenios, pasa ahora un momento delicado. La pervivencia de un sistema de pesca sostenible -la almadraba- que ha subsistido de forma ininterrumpida durante al menos 3.000 años, atraviesa por uno de los momentos más delicados. Así, en el siglo XXI, el atún pasa de estar en las monedas clásicas a figurar, posiblemente, en la lista de especies a proteger. El atún rojo, desde 2008, tiene un programa de alta vigilancia que persigue una reducción progresiva de las opciones de pesca con periodos de veda, tamaños mínimos de captura y localización. El control descansa en un programa de seguimiento del pescado. La pesca del atún rojo no se limita a los cerqueros; hoy todos siguen el mismo control. Las poblaciones de atún son explotadas, de manera más clásica, por los palangreros10, las almadrabas y los arrastreros pelágicos. Últimamente ha entrado en liza, y ya supone el 80% de la producción, la dinámica <cerqueros-criaderos de engorde> que captura el atún (entre marzo y junio, hasta la entrada en vigor de la veda biológica) con red de cerco y lo trasladan, en jaula marina móvil, que desplazan a velocidad reducida (entre 1 y 3 nudos), a la granja, donde se les alimenta con pescado pelágico congelado hasta que alcanzan el tamaño comercial y la demanda los precisa, sacrificándolos para su comercialización. En la actualidad el atún rojo salvaje supone tan sólo el 3% de las capturas mediterráneas, pero su importancia económica sigue siendo alta debido a la fuerte demanda internacional. La cuota española en la campaña de 2009 ha sido de algo más de 4 millones de kilos (4.116.500’- kilogramos) de los que a la hora de cerrar esta edición (20 de octubre de 2009) se habían capturado en las nueve almadrabas en activo del Sur de España un total de 1.209.166’- millones de kilos, la totalidad de la cuota asignada al arte. Después de más de tres milenios de explotación, el atún rojo del Atlántico oriental y el Mediterráneo está al borde de la extinción. WWF/Adena es contundente en ello. No ha mucho -2006- la organización insistía en que bastaron diez años de desarrollo descontrolado de la industria de pesca al cerco y engorde de atún en el Mediterráneo para poner a esta especie en peligro; “la pesquería se agota sin que la Unión Europea ni los Estados Miembro hagan nada por evitarlo”, sentenciaba el informe. “Se ignoran las denuncias de pescadores artesanales, científicos, comerciantes de pescado, cadenas distribución, de organizaciones ecologistas y de decenas de miles de ciudadanos”, denunciaba la organización. El desastre en la gestión y control de la pesquería de atún rojo es el ejemplo más ilustrativo de la crisis pesquera glo10

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Buques especializados en la pesca mediante palangre, arte de pesca consistente en una línea principal con anzuelos anudados que le lanza al mar, posicionándose en fondo, superficie o media agua. Es el método de pesca más selectivo y ecológico, aunque la línea principal pueda tener kilómetros de longitud.


bal, lo que se ha venido a denominar “la locura de la pesca”, mostrando, el atún, una de las tasas de pesca ilegal más elevadas del mundo. No se trata de buques con banderas de conveniencia o “buques pirata” provenientes de lejanos países, no. Los principales responsables son países comunitarios incapaces de controlar sus propias flotas que pescan ilegalmente para satisfacer la demanda de este producto en el mercado internacional, principalmente en Japón, la propia UE, China y EE.UU. En el año 2006 WWF/Adena estimó que se pescaban más de 50.000 toneladas, casi un 50 % más de la cuota de 32.000 toneladas establecida por la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT); siendo flotas como la francesa, la italiana o la libia, las más implicadas en la pesca ilegal. Ese mismo año, los científicos de ICCAT alertaron sobre la crítica situación de la pesquería, advirtiendo que era necesario un cambio drástico en su gestión para salvarla. Entre las draconianas medidas propuestas entonces como imprescindibles: cerrar la pesquería durante la época de reproducción (mayo, junio y julio) y no pescar más de 15.000 toneladas. Ignorando totalmente las advertencias de los científicos ICCAT estableció un nuevo plan de gestión para el atún rojo, en noviembre de 2006, que permitió pescar 29.500 toneladas y mantuvo abierta la pesca de cerco en los principales meses de reproducción (mayo y junio). En 2007 continuó la pesca ilegal masiva. Las almadrabas en activo (las gaditanas) redujeron sus capturas en un 80% y en el caladero de Baleares, tradicionalmente el más importante del mundo, las capturas cayeron en un 85%11. Según los expertos, el atún rojo está claramente en declive: en 2006 la población de adultos reproductores era tan sólo un 48% de la existente en 1970, frente a un 36% en la actualidad12. Los veintisiete Gobiernos de la UE, con España a la cabeza, han rechazado en septiembre de 2009, a nivel técnico, la propuesta de la Comisión Europea de prohibir el comercio internacional de la especie, cuya población se ha reducido hasta en un 74% en los últimos 50 años, según la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT). Los informes científicos de ICCAT indican que un 60% de esa caída se ha producido en los últimos diez años13. España y otros cinco países mediterráneos (Chipre, Grecia, Italia, Malta y Francia) se opusieron el lunes 21 de septiembre de 2009 a la propuesta de Bruselas, que pretendía promover la protección global de la especie a nivel internacional, primero en ICCAT (el organismo internacional que decide cuotas de pesca) y después en el foro que identifica las especies en peligro de extinción, la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). Mark Breddy, portavoz comunitario de Greenpeace, asegura que “algunos estudios científicos alertan del colapso de la especie en 2012”. En la reunión de Mónaco se planteó clasificar al atún como pez “en peligro” dentro de un apartado determinado (el Anexo I) de la Convención CITES. Esta propuesta deberá negociarse en una reunión que celebrarán en marzo de 2010, en Doha (Qatar), los países del mundo que han suscrito CITES. De momento, Bruselas no puede proponer la prohibición, pendiente de protocolos internacionales y del proceder del Secretariado de CITES, de cara a la cita de Doha, y tampoco para la previa del inmediato mes de noviembre en Brasil. 11 12 13

WWF/Adena. La carrera del último atún rojo Diario Levante-EMV; 31.10.2008 Diario Público; 22.09.2009

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Las almadrabas se enfrentan en los próximos meses a su inmediata desaparición. La pesca artesanal, la almadraba, pagará la voracidad de los buques factoría y de las capturas piratas de atún rojo. Las almadrabas aún en funcionamiento, una fórmula milenaria sostenible y controlada de capturar el atún, tendrán que dejar de funcionar si sale adelante una propuesta lanzada por el Principado de Mónaco. Desde WWWF se insiste en que ICCAT viene fracasando en la protección desde la cita de Nueva Orleans (2003). Sobre las almadrabas se dice que “pagarán justos por pecadores; si el atún entra en el CITES no hay excepciones. Terminarán las almadrabas”. Habría una salida, se dice desde WWWF: no incluir el atún rojo en el Anexo I del CITES, que supone la prohibición total, sino en el Anexo II, que se refiere a restricciones con férreo control. Esto daría a las almadrabas un margen. WWWF es rotunda: “O esto se toma serio o la pesca de atún desaparecerá no porque no haya atunes, sino porque habrá tan pocos que no merecerá la pena invertir en capturarlos”14. En la actualidad están en vigor las normas del ICCAT; el Reglamento (CE) nº 302/2009, de 6 de Abril, por el que se establece el plan de recuperación plurianual para el atún rojo en el Atlántico Oriental y en el Mediterráneo, que modifica el Reglamento (CE) nº 43/2009 y deroga el Reglamento (CE) nº 1559/207; la Orden ARM nº 1224/2008, de 29 de Abril, por la que se regulan las pesquerías de atún rojo, publicada en el BOE nº 105, del jueves 1º de Mayo de 2008; la Orden ARM nº 956/2009, de 16 de Abril, que modifica la anterior; la Orden ARM nº 1098/2009 que corrige los errores de la anterior; la Resolución de la Dirección General de Pesca por la que se establecen las disposiciones de aplicación del Plan del Atún Rojo para 2009, de 30 de Abril; y los Anexos de Resolución III y V que contienen normas específicas para las almadrabas y para los puertos donde se desembarque y trasborde atún rojo, que paras las costas alicantinas son los de Calpe y Jávea. No hay autorización para desembarcar atunes de almadraba y procedentes de granjas de engorde.

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Pedro Ingelmo, Europa SUR; 28.09.2009


Almadrabas

II - El atún; la pesca del atún El atún El atún es un pez ciclostomo15 del género acantopterigio16 que, como especie del reino animal, clasificamos como: División Chordata; Clase Aptinopterygii; Orden Perciformes, Familia Scombridae y Género Thunnus. Su nombre científico es Thunnus Thynnus. Antiguamente se le nombraba de muchas maneras: se dice que del hebreo Thanin derivó el griego Thynnos y de este pasó al latín Thybanus y Thunnus, de donde se llega al morisco Tún, al francés Ton y al español Atún. Anatómicamente, una de las características comunes a los túnidos es la presencia de dos aletas dorsales, generalmente bien separadas. La primera está soportada por espinas y la segunda por cartílagos blandos. Su cuerpo es rechoncho y está enteramente cubierto de escamas, mayores en la parte anterior que las del resto. Posee un dorso azul oscuro y un vientre plateado, sin manchas, que le permite mimetizarse con el medio acuático. En los ejemplares jóvenes se presentan líneas verticales y puntos claros en la parte baja del cuerpo. Las aletas son de color gris azulado. Su talla llega has los seis metros y su peso puede llegar a alcanzar los 900 kilogramos. Es un pez emigrante y pelágico, que nada cerca de la superficie formando pequeños bancos o cardúmenes de hasta tres mil individuos. Busca aguas con temperaturas superiores a los 10ºC (de 17 a 33ºC) y alcanza la madurez sexual a los 4 ó 5 años, cuando mide algo más de un metro y pesa entre 16 y 27 kilogramos. Se estima que su vida media es de 15 años17 supeAnatomía del atún rándolos tranquilamente. Pez cilíndrico o oblongo Esqueleto óseo, mandíbula superior móvil, branquias pectiformes y radios, de la aleta dorsal, espinosos y sencillos 17 Guía de los peces de mar del Atlántico y del Mediterráneo 15 16

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Sus características morfológicas les permiten ser unos excelentes nadadores, habiéndose medido velocidades puntuales de hasta setenta kilómetros por hora y distancias recorridas de cincuenta kilómetros diarios. Su cuerpo es fusiforme18; la cabeza es pronuncia, triangular, y su boca es relativamente pequeña respecto de su desarrollo craneal; está hendida hasta la altura de los ojos y dotada de pequeños dientes aterciopelados en el vómer y los palatinos. Su piel es dura y resistente, cubierta de pequeñas escamas lisas. Presentan dos aletas dorsales muy próximas, rígidas y robustas, y una aleta caudal, con forma de arco, terminada en una sucesión puntiaguda. Se mueve continuamente, para no hundirse. Su cuerpo es muy pesado debido a la fortaleza y compacidad de sus músculos y a que su vejiga natatoria es muy reducida. Su metabolismo, pues, es muy alto y sus branquias disponen de un eficientísimo sistema para extraer el oxígeno disuelto en el agua marina. Por su comportamiento, es un pez emigratorio periódico, puramente estacional, y sin lugares fijos, que desarrolla tres formas emigratorias: la errática trófica (en busca de alimento) basada en su voracidad, la genética “nupcial” (a perpetuarse) y la metagenética (de regreso de ambas). En la errática trófica ansía alimentación, en la genética está de viaje en evolutivo en proceso de maduración de sus gónadas, y en la metagenética es un pez casi extenuado. Según Odón de Buen y del Cos19, el atún anuncia su presencia en el Mediterráneo en el mes de febrero y va penetrando en él hasta que llegado junio comienzan a desandar el camino para dejar estas aguas a finales de noviembre. El atún rojo atlántico -thunnus thynnus- entra cada primavera en el Mediterráneo para reproducirse. Vuelve a sus zonas de nacimiento. Más recientemente, de las investigaciones de las universidades mediterráneas y del ICCAT se deduce que en lo que a España se refiere, los atunes maduros se presentan frente a las costas del sureste desde abril a junio, inclusive, y En forma de huso: alargado, con sus extremidades más estrechas que el centro; elipsoide alargado. 19 Odón de Buen y del Cos (1863-1945). Eminente naturalista; padre de la Oceanografía española.

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Recorridos de entrada, áreas de puesta del atún y viaje de retorno después de la puesta. R. FOLCH, Sèrie Mediterrània, cap. “Peix de pas”, Televisió de Catalunya, SA i Fundació “la Caixa”, 1988. son los llamados atunes de derecho. Procedentes del Atlántico, unos siguen una ruta cercana a las costas del Algarve, prosiguiendo por las costas onubenses y gaditanas hasta alcanzar el Estrecho de Gibraltar, mientras que la otra ruta sigue la costa noroccidental africana hasta llegar al Estrecho, para dirigirse ambas a sus cuatro zonas de puestas que parecen situarse al sur de las Baleares, en las costas occidentales de Cerdeña y Sicilia, el litoral tunecino y la parte meridional del mar Tirreno. El atún rojo del Atlántico desova probablemente en toda la cuenca del Mediterráneo, salvo al noroeste del Mediterráneo y en el Mar Adriático, y tal vez el Mar de Alborán. Estudios recientes confirman que las aguas en torno a Baleares y Sicilia son las zonas más importantes de desove para el atún rojo del Atlántico. De junio a septiembre tiene lugar un nuevo paso de atunes, los llamados atunes de revés, procedentes del Mediterráneo, los cuales ya se han reproducido para dirigirse al Atlántico, mar abierto, para alimentarse. Según algunos capitanes de almadraba en Marruecos, existe un atún nativo en las costas de Libia que realiza las migraciones de occidente a oriente y viceversa, y no sale del Mediterráneo20. Los atunes alcanzan su madurez sexual a los cuatro años. Se sabe poco acerca de su reproducción. Ahora bien, en el momento del desove, la hembra se separa del cardumen21 y desova. Una gota de grasa permite flotar a los huevos. Entonces el macho también se separa y los fecunda lanzándoles esperma. En sus primeros desoves las hembras llegan poner un millón de huevos, alcanzado, entre los quince y veinte años de vida, puestas de cuarenta y cinco millones de huevos. Estas puestas sirven de alimento a los propios atunes y otras especies, por lo que la viabilidad es reducida. FAO. Jamahiriya Árabe Libia y Ecoestrategia, foro económico y ambiental También llamado banco de peces, es un conjunto de peces similares. Se reserva el término "banco" para grupos de la misma especie, nadando en una alta sincronización y de manera polarizada.

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En tan solo dos días nacen las larvas, de apenas tres milímetros de longitud, que se alimentará al principio de la yema y posteriormente de plancton. Los estudios apuntan a un crecimiento de un milímetro al día hasta alcanzar, los adultos más longevos, los tres metros de longitud. Los juveniles de atún se llaman, como dijimos, cordilas. Nace el atún como mínima larva y al año mide más de cincuenta centímetros, llegando a pesar más de tres kilogramos. A los dos años, supera los ochenta centímetros de longitud y sobrepasa la decena de kilos. Entre los nueve y los trece años llega a su etapa de esplendor, con tallaje superior a los dos metros y pesos que oscilan entre los 175 y los 300 kilogramos. Puede llegar a vivir hasta veinte años. En cuanto superan la fase de larvas, les llamamos cordilas; cachorretas en cuanto superan los cinco kilos de peso; albacoras, cuando pesan más de diez kilos, atunarros cuando pasan de cincuenta kilos y atún, propiamente dicho, al alcanzar el centenar de kilos. Por no tener vejiga natatoria necesita estar en continuo movimiento, descansando en algueros y lugares poco profundos. Es muy tímido y huye, con celeridad, ante obstáculos, ruidos y luces. Gusta de incardinarse en el seno de las corrientes marinas y navegar a favor de los vientos, por lo que, veremos, es fundamental en su captura conocer ambos vectores marinos. El atún persigue, para alimentarse, a cardúmenes de jureles, sardinas, boquerones y bogas. Los bancos de estos peces anuncian de por sí la llegada del atún.

Larva (arriba( y alevín (abajo) de atún rojo

+ El atún, en general, está muy repartido por todos los mares y todas las culturas y civilizaciones los han conocido y han hecho uso de él. Desde la más remota antigüedad ha sido un pescado muy popular y hoy en día, aún en la primera década del siglo XXI, es clave en la alimentación de buena parte del mundo. Esa popularidad lo está llevando al borde de su extinción. Se pesca por todo el mundo. No hay una única razón que pueda explicar la gran aceptación del atún por parte del consumidor, por un lado, y su creciente explotación industrial y comercial, por otro. Son varias, y entre ellas destacamos el aprovechamiento de la mayor parte de su carne, su alto valor proteínico, su excelente sabor y su gran ductilidad para ser empleado como ingrediente de otros innumerables platos.

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da em land qa ultEl Es atún rojo está considerado como una especie en grave peligro de extinción. Ya en 1966 la FAO preparó y puso a la firma un Convenio Internacional para la Conservación del Atún Atlántico que entró en vigor el 21 de marzo de 1969. Desde entonces se han realizado multitud de reuniones para diseñar acciones correctivas que, bien por los intereses contrapuestos de los países firmantes del Convenio, bien por la dificultad existente para controlar las actividades pesqueras en alta mar, han tenido poco efecto. Es tal su aceptación que se puede hablar a las claras de la existencia de la Industria del Atún, y hay que pensar inmediatamente en la interrelación de dos grandes sectores: el sector extractivo (flota atunera) y el sector transformador (sector conservero, congelador y comercializador). La relación de complementariedad y dependencia entre ambos es incuestionable. + Nutricionalmente el atún es bastante completo. En cada 100 gramos de producto fresco tenemos 23 gramos de proteínas, 6’2 gramos de grasas, y 55 miligramos de colesterol. En relación con la grasa, hay que destacar que su contenido depende de la zona del cuerpo en la que se deposite: es mínima en las zonas del lomo y de la aleta caudal (6-10%) y es máxima en la zona ventral 28%). Otros factores que condicionan las proporciones de grasa corporal, hasta alcanzar valores del 15-20%, son la estacionalidad (mayores en octubre-noviembre) y la latitud, incrementándose por encima de 40ºN. Por estas proporciones de grasa es por lo que el atún se considera un pescado azul. La grasa del atún está integrada por ácidos grasos poliinsaturados (2,2% del peso total), saturados (1,8% del peso total) y monoinsaturados (1,6% del peso total)22. En los ácidos grasos poliinsaturados predominan los llamados ácidos grasos de la serie Omega-3. + La relación entre el atún y el hombre se conoce desde el principio de los tiempos. Fue un vector civilizador del ámbito mediterráneo; tanto que llegó a aparecer en las monedas de diversas ciudades ribereñas lo que nos da idea de su importancia cultural y gastronómica. Tras su pesca surgió la necesidad de su conservación a través del aceite o de la sal. Para ello se llegaron a fundar factorías que, con los años dieron lugar a enclaves de población, en las costas de este mar de culturas. Su carne grasa, muy apreciada desde la remota antigüedad, convirtió al atún en objetivo preferente de las civilizaciones de este mar. Se le mitificó. Se le llamó “cerdo de mar”, por el aprovechamiento que de todo él se hacía, y se decía que se alimentaba de bellotas que llegaban a crecer tanto en el fondo del mar como en las playas a ambos lados de las columOrganización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Tírtamo de Ereso, apodado Teofrasto (por Aristóteles). En su famoso libro Sistema Naturae hizo la primera clasificación sistemática de las plantas basada en sus propiedades medicas

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Proporciones de las capturas de atún realizadas durante el año 2007 por diferentes países. (Fuente FAO) nas de Hércules. Y parece, incluso, que hasta tenían razón. Siguiendo a Teofrasto23 se ha dado con algunas algas -Halydris Siliquosa, Sargassum Spee/Focus Spee- que tienen una especie de bolsas de aire en sus ramificaciones que a las gentes de la antigüedad pudieron bien parecerles frutos e incluso bellotas. La Halydris, por ejemplo, en alemán se llama “alga de roble marino” (Meereichentang). Se decía en la antigüedad que los atunes comían múrices24 (aspecto hoy poco investigado), moluscos muy habituales en los algueros. Tal vez esa costumbre les hiciera creer que comían “bellotas” en esos “robles marinos”. Además el múrice ha estado desde siempre muy ligado a la almadraba. La materia prima principal para la obtención de la púrpura25 en aquellos tiempos fueron los múrices purpúreos, y los pescadores se las ingeniaron para que atunes y múrices compartieran reclusión en las factorías; hubo pues criaderos de múrices tanto para la obtención de púrpura como para la alimentación de atunes. Molusco gasterópodo marino, de concha grande, que segrega una sustancia de color púrpura que se utilizaba para teñir 25 La púrpura de Tiro (griego: porphyra, latín: púrpura), también conocida como púrpura real o púrpura imperial, es un colorante o tinte, cuyo tono es una mezcla entre rojo y morado, usado por los antiguos fenicios en la ciudad de Tiro. Se cree que ya se utilizaba en Creta hacia el año 1600 a. C. El tinte consiste en una mucosidad o secreción de la glándula hipobranquial de un caracol de mar carnívoro de tamaño medio, el gasterópodo marino Murex brandaris, una especie de la familia Muricidae, del género Murex. El púrpura es un color violáceo preferentemente oscuro. Este tinte se obtenía antiguamente de algunas especies de moluscos gasterópodos del género murex (una de cuyas especies se conoce con el nombre de «cañadilla» o «cañaílla»). La púrpura de Tarento era violeta y se obtenía del Múrex trunculus. 26 Fdez Uriel. La producción de la púrpura en el entorno del círculo del Estrecho de Gibraltar. El Estado de la Cuestión. 24

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Salazón y fabricación de púrpura, ambas industrias, utilizan las mismas instalaciones y tenían las mismas necesidades, complementando los tiempos estacionales de facturación26. En la remota antigüedad al atún se le tenía hasta incluso fe. Se creía que con su consumo se curaban ciertos males. Pedanio Dioscórides (40 dC-90 dC) lo recomendaba como antídoto a las mordeduras de serpientes. El médico Aftalo (siglo II aC), lo sugería como remedio de úlceras. Galeno de Pérgamo (129/130 dC-200/216 dC) aseguraba que proporcionaba robustez a los niños, y el mejor naturalista de la antigüedad, Cayo Plinio Cecilio Segundo (Plinio el Joven, 62 dC-113 dC), lo tenía como remedio eficaz contra la rabia27.

Concha de Murex brandaris.

Ya entonces se le estudió con detalle. Aristóteles (384 aC-322 aC) inició el interés por él y sus migraciones. El sofista y retórico romano Claudio Eliano (175 dC-235 dC), en De Natura Animalium, llega a señalar que esos viajes respondían al cambio de la intensidad de la luz en las diferentes estaciones del año. Y, obviamente, se dieron cuenta que el atún se aproxima a la costa cuando va a desovar en el Mediterráneo, y sin embargo lo hace en menor medida cuando regresa al Atlántico. En busca de explicación sobre este proceder, San Isidoro (560-463), obispo, teólogo y cronista, señala que el atún entra al Mediterráneo por el flanco derecho y sale por el izquierdo porque “con el ojo derecho ve más que con el izquierdo”28. Se le trató gastronómicamente. Archestrato de Gela (¿?-330 aC), el efímero emperador Aulo Vitelio Germánico (15 dC-69 dC) y el excéntrico Marcus Gavius Apicius, gastrónomo romano del siglo I, se ocuparon de la parte culinaria y dieron consejos y recetas para prepararlo. Desde ellos sabemos que no es lo mismo el graso atún “de ida”, cuando va a desovar al Mediterráneo, que el extenuado atún “de vuelta”, cuando ha desovado y regresa al Atlántico. Cuando “va”, el animal está gordo y compacto, tiene mucha grasa, y sin embargo, cuando “vuelve” está flaco, sin grasa y seco. Los pescadores deportivos saben perfectamente que es imposible pescar con caña un atún “de ida”, y sin embargo el de “vuelta” es más fácil que pique. Con el atún de vuelta, explicaban, se elabora una excelente mojama29. +

Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. Página 102 Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. Página 92 29 Mojama, del árabe clásico mu_amma‘, ‘hecho cera’) es una salazón muy apreciada del atún, hecha con los lomos del descargamento y el descargado (bajo los lomos, simétricos) tras sufrir un proceso de curación en salazón y oreo. 27 28

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Como ya hemos señalado, se trata de un pez de dorso azul oscuro, azulado en los flancos y plateado en el vientre, con reflejos irisados, típico de peces pelágicos. Es uno de los más evolucionados y más poderoso de nuestros mares. Su sistema de intercambio de calor en su corriente sanguínea le permite mantener una temperatura interna de 21ºC, superior a la del agua del mar que le rodea, lo que beneficia su calidad. Su carnes, muy apreciada en fresco y en conserva es rica en vitaminas A y B, es roja o rasada y su calidad es variable dependiendo de su localización en el cuerpo.

Rutas de migración y zonas de reproducción del Atún rojo del Atlántico y distribución de las artes de pesca en el Mar Mediterráneo. WWF

Son los atunes, como ya adelantaron los más ancestrales naturalistas, muy sensibles a los cambios estacionales de temperatura, salinidad y turbidez de las aguas y, principalmente, a las variaciones en la cantidad de alimento, pudiendo descender hasta los cuatrocientos metros de profundidad para comer. Son extremadamente voraces; son eurítrofos: comen todo aquello que tenga aspecto de presa en movimiento. En su alimentación responde a dos estímulos: el visual y el olfativo. El visual se debe al brillo, la talla y el movimiento de sus presas; a los colores brillantes y a los destellos. Responden, olfativamente, Han logrado una adaptación total al medio marino en que se desenvuelven y se le otorga la consideración de “especie cosmopolita”, aunque sólo se conocen dos zonas de puesta: el Golfo de México y el Mar Mediterráneo. El más fino y apreciado es el llamado atún blanco, obtenido del albacora (Thunnus alalunga), bonito del norte en España y germon en Francia. No menos apreciado resulta el atún de aleta amarilla-yellowfin (Thunnus albacares), el albacore francés, de carnes menos blanca. En otras latitudes se aprecia también el atún de aleta azul-bluefin

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En forma de huso: alargado, con sus extremidades más estrechas que el centro; elipsoide alargado.


La pesca del atún Las artes de pesca se dividen en aparejos y redes. En nuestro caso, nos centramos en las redes. Tradicionalmente al atún, durante milenios, se le ha entrado con artes de pesca de línea de mano y artes de playa, con redes, como la almadraba. Las redes pueden ser móviles (de arrastre), de cerco (jábega y otras) y fijas (trasmallo30). A este último grupo, con variantes, pertenece el arte de la almadraba, pues engloba un conjunto de redes y embarcaciones colocadas al paso del atún. En las costas de España se ha pescado y se pesca el atún con diferentes artes: atunera, tonnaira, jábega, almadraba, curricán y palangre. Su captura y salazón se remonta arqueológicamente al segundo milenio antes de Cristo. Los fenicios debieron conocer su pesca e industrialización en el Extremo Oriente, especialmente en el Bósforo31, y lo trasladaron por todo el Mediterráneo. Las referencias más antiguas del atún, su pesca y salazón en las costas españolas parece que se encuentran en fragmentos del autor ático de comedias Eupolis (446 aC-441 aC)32 y en el comediógrafo Antífanes (408 aC-334 aC). También Aristóteles, en diversos pasajes de sus obras, se sintió cautivado por los atunes y dio innumerables referencias del viaje de los fenicios en su búsqueda, hasta más allá de las Columnas de Hércules. Contó que las capturas eran preparadas en salazón en Cartago y exportadas por todo el Mediterráneo. El médico Hicesio33 (siglo I aC) elogió el consumo de esta salazón en tierras costeras de la península ibérica y recomienda el consumo de este pescado graso para los enfermos. Plinio el Viejo (24 dC-73 dC) señala con perfección el viaje de los atunes al Mediterráneo, penetrando por el Porthmos (Gibraltar). Oppiano de Anazarbo (o de Corycus; 50 dC- ¿?), autor de la Haliéutica34, describe su pesca desde Gibraltar por los íberos, orgullosos de su fuerza- al Mar Negro, pasando por la desembocadura del Ródano y Sicilia, medianEs un arte de pesca constituida por tres paños de red colocados superpuestos, de manera que mientras los dos exteriores tienen la misma luz de malla, el central es más tupido y de mayores dimensiones, de manera que al montarse los tres conjuntamente sobre las relingas se forman bolsas en el paño central, en las que quedan atrapados los peces (se "enmallan"). En los extremos de cada una de las piezas existen los correspondientes matafiones, que sirven para engarzar unas piezas a otras. La pesca con trasmallo se basa en que los peces en sus desplazamientos no perciben la red con lo que al tropezar con ella empujan el paño tupido formando bolsas de las que ya no pueden salir 31 Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. 32 José María Blázquez, Historia económica de la Hispania Romana. Eupolis fue contemporáneo de Aristófanes 33 Hicesius, médico griego que vivió probablemente a finales del siglo I aC, anterior a Estrabón seguidor de Erasístrato y muy citado por Critón. Fue cabeza de una escuela de la medicina de la época. 34 Oppiano de Anazarbo; Tratado de Pesca 30

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te barcas y redes. El procedimiento era común en todo el Mediterráneo, siempre en lugares de costa escarpada, poco expuesto a los vientos: “el lugar debe tener un adecuado equilibrio entre el cielo abierto y abrigados lugares”35. La pesca del atún, y la consiguiente industrialización de sus productos para su consumo y conservación, constituye un sector económico en toda regla. Claudio Eliano narró momentos épicos de su captura y preparación para conserva de pescados y huevas, tradición que iniciaron los egipcios, muy difundidas por toda el área desde el siglo VII aC., por fenicios (en Tartessos y el sur peninsular) y griegos (costas levantinas), como destaca Rufo Festo Avieno (s. IV dC) en su celebérrima Ora Maritima36. La arqueología en tierra -vestigios y restos de las industrias de la salazónviene a corroborar lo expuesto en las ancestrales fuentes literarias consultadas por los investigadores. Así, encontramos en estas latitudes nuestras restos arqueológicos y evidencias en Denia, en Jávea (Punta del Arenal y Punta del Castell), en la Ensenada del Portixol (Cap Negret), entre Calpe y Peñón de Ifach, en El Campello (l’Illeta, Banyets de la Reina), en el Tossal de Manises, en Santa Pola y la isla Tabarca. + La verdadera explotación de las pesquerías peninsulares del atún comienEl Campello (Illeta, Banyets de la Reina) za con la llegada de Roma a la península (218 aC), que intensifica todo tipo de producciones de Hispania, y se mantiene hasta el siglo V, cuando los escandinavos vándalos silingos y los alanos iranios ocuparon las tierras mediterráneas de la almadraba y la salazón, relegando la práctica al consumo interno, toda vez que cesa el comercio. La invasión árabe relanza las almadrabas de tiro en las costas de Levante y Andalucía, que se expanden con la Reconquista, a través de la Orden de Santiago y de los Guzmanes, primero Condes de Niebla (1369) y luego ya Duques de Medina-Sidonia (1445). Esta casa, Medina-Sidonia, lideró, por pri35 Henry Ambossit y otros; literal. Ora Maritima ("Las costas marítimas") es un importante texto de geografía descriptiva de la Hispania prerromana. Escrita en verso, en el siglo IV d. C., se basa en textos más antiguos, probablemente del siglo VI a. C. 36

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vilegio real, la cala de Almadrabas y el comercio de la salazón por Andalucía e incluso partes de Levante, con diversos altibajos y empresas, hasta la creación en 1928 (28 de marzo) del Consorcio Nacional Almadrabero (CNA) en un intento serio que se hizo de racionalizar sector y producción, ante el descenso de captura, manteniéndose en activo hasta el 21 de marzo de 1972 en que el Consejo de Ministros de entonces lo disuelve. Llegados aquí conviene señalar que la almadraba se caló en otras costas españolas no mediterráneas o del Estrecho, como las gallegas y las vascas. A las costas vascas llegarían de manos de italianos y franceses hacia 153837, aunque hay referencias de “otras redes barrederas” locales ya por aquellos días de propiedad de los señores de Zarautz. De aquellas almadrabas vascas hay un apunte de 1542 en que “el capitán Martín de Hondarra, de Orio, denunció ante la Chancillería a las villas de Zarautz y Getaria y a los arrendatarios de sus respectivas pesquerías que utilizaban la almadraba. En 1545 prohibieron el uso de las redes barrederas y almadrabas, en atención a los daños que ocasionaban a la pesca. En 1546 se procedió a requisar dichas redes en Getaria y Zarautz, imponiendo multas a sus propietarios que habían hecho caso omiso a la prohibición”38. En la actualidad, la pesca del atún en nuestras latitudes está bajo una estricta reglamentación emanada de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), de la Unión Europea y del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Medio Marino, que establece las disposiciones pertinentes y los anexos de resolución consecuentes. La cuota española de atún rojo para 2009 es de 4’1 millones de kilos a repartir entre las almadrabas (26’4%), la Flota de cebo vivo del Cantábrico, la Flota de cañas y líneas de mano del Estrecho, la Flota de Cerco del Mediterráneo, las flotas de palangre y líneas de mano, la Flota de captura accesorias y pesca recreativa y una cantidad sometida a procedimiento administrativo.

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Xabier Alberdi. La pesca en el litoral de Guipúzcoa durante la Edad Moderna

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Almadrabas

III - Otros túnidos de la almadraba Son muchas las especies que bajo el nombre genérico de “atún” se capturaban y capturan en las almadrabas. En las referencias a la pesca del atún hasta bien entrado el siglo XX se engloban varias especies de la familia de los escómbridos39: desde melvas (Auxis thazard) a albacoras (Thunnus Alalunga), pasando por listados (Euthynnus Pelamis), bonitos (Pelamis sarda/Sarda sarda) y patudos (Thunnus atlanticus-Germo obesus). Incluso algunos peces espada (Xiphias glaudius), corvinas (Argyrosomus regius), bacoretas (Euthynnus alletteratus) y lechas (Seriola durmerilli). Atendiendo a la legislación vigente, estos son los túnidos habituales que se capturan de la almadraba.

Albacora/Atún blanco (Thunnus Alalunga): La albacora se caracteriza por la excepcional longitud de sus pectorales que llegan hasta más allá del extremo de la segunda dorsal. Su vejiga natatoria está bien desarrollada y, al contrario de los otros atunes, su carne es blanca y no roja. Su dorso es azul oscuro y su vientre plateado, con ambos colores generalmente separados por una banda de azul iridiscente. Los ejemplares jóvenes se presentan sin bandas ni puntos claros en los flancos y el vientre. Las aletas son amarillentas orladas de blanco. Presenta pínulas40 amarillas orladas de negro. Su cuerpo fusiforme se adelgaza por detrás más bruscamente que el del atún rojo. Los jóvenes tienen una aleta pectoral de igual longitud a la del patudo. Su talla de adulto es unos 120 centímetros y su peso de unos 30 Kilogramos. Es una especie más termófila, que no suele encontrarse en aguas cuya temperatura sea inferior a 15ºC. En ambos hemisferios, el límite, que sólo franquea raramente, se sitúa a la altura del paralelo 40. Es raro encontrarlo en aguas europeas al norte del golfo de Vizcaya. Los jóvenes se encuentran sobre todo cerca de la superficie; los adultos, a profundidades mayores de 100 metros. Emprenden grandes migraciones, alcanzando distancias de hasta 30 kilómetros diarios.

Melva y Melveta (Auxis Thazard y Auxis Rochei): Pescado azul de la familia de los atunes, de cuerpo robusto, alargado, y redondeado, con el hocico corto. Su piel es muy dura y fuerte. Carece de escamas, excepto en el coselete (tórax 39 Los escómbridos son una familia de peces teleóstomos, del orden de los perciformes, de cuerpo alargado, más o menos comprimido, con frecuencia plateado, desnudo o con escamas pequeñas, algunas veces con lína lateral de placas óseas aquilladas, los ejemplo, el chicharro, generalmente con aleta caudal en media luna 40 Aleta pequeña o partes destacadas de una aleta

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del pescado) donde dispone de al menos 6 grandes escamas bajo el origen de la segunda aleta dorsal. Las dos aletas dorsales se encuentran muy separadas, las pectorales son de reducido tamaño sin llegar a la línea vertical del área sin escamas. Su dorso es de color azulado, con los flancos y vientre plateados. Puede alcanzar los 50 centímetros y un peso de 1,5 kilogramos. Cuando no alcanza los 600 gramos se denomina melva canutera. Su consumo se remonta al período romano, extendiéndose su pesca y comercialización principalmente a partir de la obtención de salazones en las factorías costeras.

Bacoreta/Falsa Albacora (Euthynnus alletteratus): De la familia de los túnidos, tiene el dorso de color azul oscuro y marcado por detrás por manchas y líneas sinuosas oscuras. Bajo las pectorales, posee algunas manchas negras oceladas, variables en número y en intensidad. Las aletas pectorales y ventrales son cortas y gruesas, de color grisáceo, y las dos aletas dorsales están separadas en la base por un pequeño intersticio. Sus dientes son pequeños y cónicos. No posee vejiga natatoria. Su presencia es muy a menudo señalizada por las gaviotas u otras aves marinas que se juntan en importantes averíos. Su carne no es muy preciada.

Bonito (Sarda sarda): Es un sárdido depredador de la familia de los escómbridos emparentado con el atún y la caballa. Su cuerpo tiene forma hidrodinámica y es de color azul plateado con diminutas escamas y dos aletas dorsales. La aleta dorsal trasera y la aleta anal van seguidas de varias aletas pequeñas. Su carne tiene una textura firme y un color oscuro tiene una cantidad moderada de grasa. Puede pesar hasta 10 Kilogramos y alcanzar una longitud de más de un metro. El bonito se diferencia del atún principalmente por la longitud de

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la aleta pectoral, que en el bonito es bastante más larga, así como por las rayas oblicuas de color oscuro que el bonito presenta a ambos lados de la zona dorsal.

Lecha/Seriola (Seriola durmerillii): Pez teleósteo perteneciente a la familia de los Carángidos que se caracteriza por tener un cuerpo oblongo, algo alargado y ligeramente comprimido. Su cabeza es de perfil curvo y en su rostro cónico destaca la boca, bastante grande. De las dos aletas dorsales, la primera es baja y de perfil redondeado, mientras que la segunda tiene la parte anterior elevada en forma de lóbulo agudo, al igual que la anal, ésta última precedida por dos espinas. La aleta caudal está profundamente bifurcada. Su color, gris amarillento, incluso azul verdoso, en el dorso y flancos, cambia a blanco plateado en el vientre. Los juveniles presentan cinco bandas transversales negras en los flancos. Es un cazador activo que se alimenta de peces e invertebrados. De modo de vida pelágico, prefiere vivir en aguas superficiales de alta mar, aunque en la época reproductora, primavera y verano, se aproxima a la costa y se agrupa en bancos antes de regresar a alta mar en invierno. Los individuos jóvenes aparecen algunas veces bajo el sombrero de las medusas.

Corvina (Argyrosomus regius): Cuerpo alargado con el hocico redondeado, la boca es ancha con los dientes pequeños y puntiagudos. De color gris plateado aclarándose algo por los laterales que pueden tener reflejos dorados, el vientre es plateado claro. El borde de la cola es prácticamente recto. Mancha oscura poco diferenciada sobre el oérculo. Interior de la boca amarillo dorado. Las escamas son grandes y las tiene también en la cabeza, aunque estas son más pequeñas. En zonas de arena, fango, praderas de fanerógamas marinas, interfases arena-fanerógamas. Los alevines hasta el tamaño de “corvinata”, se encuentran en estuarios y en las Marismas como las del Odiel. Donde encuentra refugio y alimento hasta marchar al mar. También los adultos frecuentan estas marismas abiertas al mar, aunque cada vez en menor medida.

Rabil/Atún de aleta amarilla (Thunnus Albacares): Túnido de cuerpo fusiforme, más estilizado que otros atunes. Tanto la cabeza como sus ojos son pequeños, la segunda aleta dorsal y la anal son las más largas de todos los atunes. Durante su madurez alcanzan mayor tamaño. Posee vejiga natatoria. Sus aletas pectorales suelen sobrepasar el nacimiento de la segunda aleta dorsal, pero no van más allá del final de su base. En la zona dorsal posee bandas laterales de color azules y amarillas; la zona inferior y ventral es de color plata, presentando cadenas de rayas verticales alterna-

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das con puntos. La segunda aleta dorsal y la anal son de color amarillo. Las pínulas son de brillante color amarillo limón, con los bordes negros. Estos toques amarillos le dan nombre a la especie. Su hábitat habitual son las aguas cálidas, siendo la especie de atún más tropical. Los ejemplares más jóvenes suelen formar grandes bancos cerca de la superficie, mientras que los adultos prefieren las profundidades, aunque en ciertos casos se les ve cerca de la superficie. Estos bancos suelen mezclarse con otras especies, principalmente atunes listados.

Patudo/Big eye (Thunnus obesus): El patudo es de cuerpo muy robusto y ojos bastante grandes. La aleta pectoral alcanza a la segunda aleta dorsal. El borde de la superficie de la zona ventral suele ser estriada, y el lóbulo central más grande que sus otros dos lóbulos. Posee vejiga natatoria. La primera aleta dorsal es de color amarillo intenso, la segunda aleta dorsal y la anal son marrones o amarillentas con estrechos bordes negros. Sus pínulas son amarillas con los bordes negruzcos. Normalmente no poseen marcas en el cuerpo, pero en individuos vivos se observa una banda lateral de color azul iridiscente a ambos lados. La mayoría de los ejemplares que pueblan las aguas americanas del Atlántico suelen sobrepasar los 45 kilos. Las pínulas son amarillas. Los jóvenes están marcados por manchas y estrías claras por la parte inferior del cuerpo. Suelen alcanzar los 100 kilos.

Pez espada (Xiphias gladius): Estos grandes peces llegan en ocasiones a ser capturados por la almadraba. Son predadores altamente migratorios que entran en los circuitos de los túnidos. Se caracterizan por su pico largo y aplanado, diferente del de sus parientes, los marlines, que es cónico. El pez espada constituye la única especie perteneciente a la familia Xiphiidae. Son estilizados y tienen la característica de perder todos sus dientes y escamas en su etapa adulta. Alcanzan un tamaño máximo superior a los 4 metros y su peso puede sobrepasar los 590 kilogramos. El pez espada es conocido comúnmente como “el gladiador” (de allí el epíteto gladius), debido a la forma de su cuerpo y a la similitud de su pico con una espada, el cual utiliza como arma tanto para atacar a sus presas, como para defenderse de sus depredadores naturales. En ocasiones,

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también se le denomina “emperador”, a pesar de que este nombre se refiere también a una especie bien distinta, Luvarus imperialis, y “espadarte” y “arrúa” en costas valencianas. El atún es perseguido por el pez espada y, por ello, es un aliado a la hora de dirigirlos hacia el arte de la almadraba, aunque algunos queden encerrados en ellas. Pero en sus viajes migratorios el atún es también acompañado por delfines y ballenatos.

Marrajo (Isurus oxyrinchus), en las almadrabas de levante: El tiburon mako, marrajo común o marrajo de aleta corta es un tiburón de la familia Lamniade. Presenta un cuerpo fusiforme, robusto, macizo y muy hidrodinámico. Su hocico es cónico y puntiagudo y la boca es grande y estrecha, en forma de “u” con amplios diastemas separando las hemimandíbulas. Los ojos son redondos, negros y de tamaño mediano. Aletas escapulares medianas, de extremo ligeramente redondeado. Primera dorsal mediana y de extremo ligeramente redondeado, con su origen justo por detrás de las escapulares; segunda dorsal y anal diminutas, ambas enfrentadas. Aleta caudal grande de lóbulos anchos y en forma de media luna, con el lóbulo superior ligeramente más grande que el inferior. Hendiduras branquiales grandes, cinco pares en total. Pedúnculo caudal deprimido y ensanchado por grandes quillas laterales muy largas. Los dientes son grandes,de cúspide ancha (en los adultos) y flexionada, con los bordes lisos, el tercer diente superior es diminuto e inclinado seguido de diastema. Es de color azul oscuro en el dorso, más claro en los costados y blanco puro en el vientre.

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Almadrabas

IV - La almadraba. Un milenario Arte de Pesca La pesca del atún originariamente se hacía desde tierra. Poco a poco el hombre fue avanzando en su capacidad de hacerse a la mar y seguir pescando. El paso de los tiempos fue dando origen a artes y modalidades que permitían más y mejores capturas.

La Jábega La jábega es un arte de red de cerco y tiro, cobrada desde la playa, muy utilizada en otros tiempos en las costas europeas hasta su prohibición41. En el Mediterráneo también se le llama xàbec y xàbega. Su nombre, dicen los expertos, viene de la palabra árabe sabaka, que significa precisamente red. Es un arte de pesca tradicional fruto de la necesidad y del ingenio. De necesidad e ingenio dependía en ocasiones el sustento de los pueblos costeros. Era necesaria la colaboración de mucho personal para llevar a cabo la pesquera con la jábega. Consiste en un par de cabos, con más de cien brazas de largo, que disponen de un copo central y dos bandas, de las cuales se tira de tierra por medio de cabos sumamente largos. Llevaban anudados en sus extremos un copo de red provisto de plomos y boyas que mantenían abierta su boca mientras es arrastrado por el fondo de las playas. Se la conoce también como alcabala, alcoba, bol, boliche, cazarete, cingleta, copo, jabegote y marengo.

Sáñez Reguart. La recogida de la Jábega

La jábega fue la antecesora de las modernas almadrabas de vista y tiro y, como éstas, era utilizada antiguamente para la captura de atunes. Para calarla se necesitaba de la ayuda de vigías apostados en atalayas o cumbres elevadas. El vigía, al advertir el banco de peces, avisaba a los jabegueros de la presencia. 41 La sobreexplotación de los caladeros y los efectos sobre los fondos marinos motivaron la prohibición del arte de pesca de la jabega en los años cuarenta.

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Para calarla se debía disponer de barcas para formar una especie de semicírculo. Cuando el vigía avisaba, mediante banderolas, las barcas procedían a cercar el banco de atunes largando una red llamada azadal, cuya misión era retener a los atunes. Mientras esto se producía otra barca salía desde la orilla e iba tendiendo otra nueva red, mucho más fuerte, llamada jábega de la cual, una vez cercados los atunes, se tiraba desde tierra por sus dos cabos acercando poco a poco los atunes a tierra. Llegado el momento se metían en la red hombres armados de cloques y arpones que iban sacando los atunes y arrimándolos a tierra para darles muerte42. También recibe este nombre un tipo de embarcación. Las primeras almadrabes son claramente similares a este arte.

La Almadraba La almadraba es un arte mediterránea de pesca para el atún que recibe distintos nombres según al área donde se cale: almadraba en España, armaçäo en Portugal; tonnare e Italia, Sicilia y Cerdeña; atunara y madragues en diversas partes de las costas mediterráneas españolas, por encima del Golfo de Valencia. La pesca del atún por medio de almadrabas se incluye antropológicamente en la Ergología o estudios de Cultura material. La almadraba es un artificio ideado y perfeccionado para poder obtener alimentos masiva y eficazmente al tiempo que transformar esos recursos naturales. Pero además, la almadraba, como instrumento humano, serviría como medio de adquisición de grandes riquezas, obtención de poder y prestigio; como herramienta de opresión hasta finales del XIX en un constante afán de unas poquísimas familias nobiliarias para poseerlas en exclusividad, amén de que con ellas se tejiera un complicado aparato legislativo de órdenes, decretos, reglamentos y privilegios. De todo hubo en “las almadrabas del Duque”; de los duques de Medina-Sidonia o de Medinaceli. La almadraba excede el sentido puramente económico o mercantil de la pesca. Añade la vertiente etnológica y cultural, que afecta a las sociedades, porque en el arte les implica, como veremos, desde casi todos los puntos de vista. En esta técnica no es el hombre en sí quien busca la pesca, sino el que pone los medios para que los bancos de atunes se introduzcan en el laberinto fijado en el mar para, entonces, ir a su captura. + Aunque todos se inclinan por el origen árabe de la palabra “almadraba” llegada desde “madracva”, “madraqua” y “madrava”43 -e incluso Diego de Urrea44 apunta a “medraba”-, algunos eruditos del siglo XVIII se inclinaron por un origen latino en torno a la palabra “madraque”, “almadraque” (red), “mataracium”, “almatracium” y “almatratum”45. Luis Moñino. La Jábega. Revista Documental de Historia, nº 16 (1996) 43 Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina, página 21 44 Eminente erudito y traductor de finales del XVI Manuel Quero. La pesca con artes de almadraba en el Estrecho de Gibraltar 42

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Pero los estudiosos de la época fueron más lejos. El Padre Sarmiento, el benedictino fray Martín Sarmiento (nacido Pedro José García Balboa; 1695-1772), a principios del XVIII, asegura que deriva “almadraque” de la palabra “mulla”, citando a Publio Ovidio Nasón (43 aC-17 dC), como “tejido de juncos”. Por su parte, el benidormense Pere María Orts i Berdín46 se retrotrae hasta la palabra “marta”, y la sitúa en textos del siglo I aC de Marco Terencio Varrón (116 aC-17 dC). Manuel Oliver Narbona47, de sus investigaciones antropológicas, introduce la palabra latina “matta” y la raíz árabe “madrar”, de pesquería, a la que suma “medraba” (de encerrar), así como “mazhraba” y “doraba” (de golpear), en referencia a la palabra greco-romara “madraaqua”, majada (redil) o aprisco (corral), pero ambas referidas al agua. Manuel Quero Oliván48 consigue las referencias ya citadas de “macta” y “matta”, y de ahí entra en la novedad de la palabra “natta” (estructura de juncos entretejidos). De “matta”, se apunta, viene la palabra “estera”49, de la que derivará “manta” (colcha), mientras que de “natta” llegará nuestro arte de la almadraba. Cita Quero, entonces, el Diccionario Histórico de las Artes de la Pesca Nacional50 (1791) donde vuelven a citar al Padre Sarmiento que, a instancias del Duque de Medina-Sidonia, investiga etimológicamente la palabra “almadraba” y señala que no necesariamente, por contener el prefijo “al”, debe tener un origen arábigo. Señala el benedictino la existencia de voces que empiezan por “al” y son latinas. Cita también el origen de la palabra en “macta”, que derivará en la “mata” de hierba y, de ahí, a lo tejido con fibras naturales, como algunas variedades del hibisco/malvavisco para tejer cestos o el junco para las esterillas. Y así concluye el fraile e su explicación dieciochesca al duque: “Entiendo el origen de la voz almadraba, y dexando que abunden en su sentido los que la suponen arábiga, voy a explicar su significación. Llámase Almadraba todo género de aparejos de redes, barcos, garfios y cuchillos para pescar los atunes”. Salomónico y universal el padre Sarmiento zanjó la discusión etimológica. Pero llega a profundizar más el benedictino en su explicación y entra en algunos otros aspectos de las artes de pesca -y en la pesca en sí-, como que de la palabra “cete”, pez grande, surge “cetaria”, señalando las pesquerías de peces grandes, y, por este camino, también llega al ámbito de la almadraba. Y aquí se apoya en Quinto Horacio Flaco (Horacio, 65 aC-8 aC) y en Cayo Plinio Cecilio Segundo (Plinio el Viejo, 23 dC-79 dC) que aplican el término “cetaria” (vivero) al depósito de peces vivos capturado en la almadraba, aunque los modernos investigadores llevan este término a la actividad fabril y las instalaciones para la salazón. Mucho más estandarizado está admitir que almadraba procede del árabe hispánico “al-mah-daraba”51 como “lugar donde se golpea o lucha”, en referencia a la “levantá/levantada” del copo.

Erudito benidormer, padre del académico Pere María Orts i Bosch, autor de Apuntes históricos de Benidorm; 1892 Catedrático jubilado de Antropología de la UA y ex vicerrector de Extensión Universitaria de la UMH. 48 La pesca con artes de almadraba en el Estrecho de Gibraltar 49 Tejido grueso de esparto, juncos o palma que sirve sobre todo para cubrir partes del suelo 50 Escrito por el Comisario Real de Guerra de Marina, don Antonio Sánchez Reguart 51 Lourdes Miró, en Las almadrabas de las Costa de Huelva en el siglo XIX 52 Lugar donde se trabaja el atún en tierra. Deriva de chianca, mesa para cortar el atún (Francesc-Xavier Llorca Ibi; “Resúm del lèxic del salat, la salaò i la tonyina”) 46 47

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Otro nombre común es el de “atunara” (de “atún”), siempre referido a almadraba como lugar “de pesca de atunes o instalación para ello”. Varios topónimos en Andalucía se refieren así, atunara, a barrios y playas donde se instalaron las chancas52 de la almadraba y las torres desde donde se avistaba el cardumen de atunes. Sea como fuere el origen de la palabra, almadraba viene referida a las artes destinadas a copar atunes en el 53

Mediterráneo, bien al paso o al retorno atlántico (almadrabas “de derecho” y “de revés”), en su viaje a la freza en torno a junio. Y también al conjunto de barcos y redes, y también al lugar de la costa donde se ubica la factoría del proceso del salado del atún. La almadraba es un todo. Resumiendo, consiste la almadraba en un laberinto de redes para capturar atunes; una ciudad submarina de hecha de cáñamo y esparto54; un toril, como el de las plazas de toros, previo a la lidia. + La almadraba se instala cerca de la costa, al paso migratorio de los atunes que entran a desovar en el Mediterráneo por sus altas temperaturas, elevada salinidad y corrientes que favorecen la movilidad del esperma hacia la freza para la fertilización de los huevos; y a la salida de éstos, al acabar el proceso. Es una modalidad de pesca pasiva, e incluso selectiva, a la hora de la captura. Hubo almadrabas a lo largo de toda la costa mediterránea española de Levante y Andalucía desde tiempos antiguos, como en otros puntos del Mediterráneo. Como quiera que sea, las almadrabas han sido consideradas siempre como un asunto importante en la legislación y en la administración marítima por la importancia de la pesca en la prosperidad de un país, máxime cuando se trata de una actividad que repercute en la riqueza pública, lo que desde los primeros momentos obligó a dictar providencias y a publicar leyes, ordenanzas y reglamentos para este ramo de la industria, que a fin de cuentas es. Muy antiguo fue en España, ya los hemos señalado, el privilegio nobiliario exclusivo, por regalías55, de la pesca con almadraba. Ese privilegio llegó también a la hora de emplear sólo a los matriculados en los libros de Matrículas de Mar56 con jurisdicción exclusiva del Rey, hasta la llegada de los Gremios de Pescadores” (hacia 1830) -surgidos desde las Cofradías de Pescadores, estructura asociativa de socorro netamente española auspiciada por la Iglesia,

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53 Acto de verter los huevos por las hembras. También se llama así a la nube de huevos que resulta del acto. Luís Rosales. Un rostro en cada ola. Melilla, 1982. Ed. Rusadir. Ayuntamiento de Melilla. Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla. 55 Derechos provenientes de la soberanía de los reyes. Cesiones de la Corona 56 Desde 1737 57 La Cofradía de Pescadores de Tortosa, Tarragona, es de 1116 58 Ángel Cervera de Paz. Tesis doctoral. Análisis Estratégico de las Cofradías de Pescadores en el marco de la Economía Social; 2006 59 25 libras; aproximadamente 12 kilogramos 60 Lorenzo Arrazola y otros.


bajo la advocación de San Telmo y frente al Rey y los señores feudales, que nacen en el siglo XI 57- con el objetivo de “unión y exclusivismo en el trabajo”58, aunque con la obligación de subastar lo obtenido de la pesca y mover la economía local. En los primero tiempos de los nuevos arrendamientos de la almadraba, la mitad líquida de los productos de subasta, o un real de vellón por cada arroba59 de pescado, correspondía a la Marina de Guerra60.

Los inicios de la almadraba L’almadrava, vol mar brava

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Si en un principio estas pesquerías eran de ámbito tribal, con el tiempo devengaron en una estructura comercial para las culturas orientales del Mediterráneo. Comenzaron los fenicios, expandiendo un arte que conocieron en el Bósforo, y Cartago heredó su comercio. Con el Imperio Romano ya entramos en otra etapa de la realidad socio-industrial de la almadraba. Con la romanización comienza la cuestión de las concesiones administrativas. Las normas jurídicas relacionadas con las almadrabas fueron abundantes en Roma. Dado que debería existir una gran competencia a la hora de calar las redes o poseer puntos de vigía para avistar los atunes, es muy probable que la costa estuviera bien dividida en forma de concesiones62. Los propietarios de tierras costeras podrían tender las almadrabas o bien podrían arrendar sus derechos. En algunos textos antiguos se señalan las grandes concesiones en amplísimas extensiones de las costas de Hispania. Con el tiempo estas concesiones llegaron a procurar grandes ganancias a las familias aristocráticas romanas con posesiones costeras y se llegó a prohibir pescar a cualquier individuo durante la época en que se pescaba en las almadrabas para que no tuvieran más remedio que trabajar en ellas, en beneficio de los señores y no perjudicar las capturas. Escasa aportación hizo la España visigoda a la cultura pesquera, más allá de la singular obra de Isidoro de Sevilla, que describió los modos de pesca de la época y las características etimológicas de varias especies, entre ellas, del atún rojo, basado casi todo en la información previa recibida de sus antecesores griegos y romanos. Cuando los árabes inician la invasión de los países ribereños del Mediterráneo, por el sur, a su llegada al Magreb se interesan por la pesquería del atún allí existente y la preservación de su carne mediante la sal, con conocimientos aportados desde Egipto, añadiendo ellos su ciencia sobre ingeniería pesquera y así, perfeccionan las redes y las almadrabas, apareciendo por primera vez las raberas diferentes: la de tierra y la de afuera. Es entonces cuando verdaderamente se puede hablar con propiedad de la almadraba y su más preciado producto, la mojama. 61 62

Dicho calpino; de Calpe. La almadraba quiere mar brava Joaquín Fernández. Consideraciones sobre la pesca romana en Hispania

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Esta cultura basada en el atún pasó nuevamente a la Península Ibérica, revalorizando las zonas salineras, cuyos dueños comercializaban sal para la preservación de la carne de atún, lo que facilitó la presencia de la salazón de atún en toda España, incluyendo la cristiana. Durante más de quinientos años, el atún fue el pescado más consumido en interior peninsular, sabiamente comerciado desde las almadrabas de al-Andalus. Al-Mahalli, geógrafo almeriense del siglo XII, relataba en sus crónicas el tránsito de los atunes por el Estrecho, las fechas de paso y de retorno, los lugares de pesca, su consumo, etc., pero cuando llega el momento de dar cifras dice que era tal la abundancia que “la cantidad sólo Alá la conoce”: “Los atunes cruzan el Estrecho de Gibraltar y llegan hasta la isla de Creta (...) desde su origen, en el Océano que baña el África Negra (...) Durante todo el mes de mayo siguen el mismo sentido y a primeros de junio emprenden el regreso a su lugar de origen. Se les pesca en Al-Andalus en el lugar llamado Qant.b.k (Quantir, Isla de las Palomas -Tarifa-) delante de la roca conocida por Hayar al Ayyil (Peña del Ciervo) al oeste de Yazirat al-jadra (Algeciras) y se pescaba entre ella y Yazirat Tarif (Tarifa) tantos atunes que sólo Dios sabe. No hay un pez más grueso y sabroso. No se come fresco nada más que en Al-Andalus. A veces se seca, se guarda y se exporta como mojama a todos los confines de la tierra” 63. La conquista de los territorios musulmanes por los cristianos trajo consigo la expropiación de los bienes y empresas islámicas, incluyendo las almadrabas, las salinas y las infraestructuras en tierra, aunque no cambió mucho la estructura concesional. En el siglo XIII, como ya señalamos, las almadrabas seguían siendo una concesión, una regalía, como tantas otras de un recurso del Patrimonio Real. Mediado el siglo XIII, el rey Sancho IV de Castilla y León, nieto de Jaime I “El Conquistador”, concede el privilegio de la captura y explotación de la almadraba, para sí y sus descendientes, a Alonso Pérez de Guzmán, “Guzmán el Bueno”, Señor de Sanlúcar de Barrameda y conde de Niebla, al que se considera fundador de la Casa de Medina-Sidonia. A partir de ahí, algunas se enajenaron como gratificaciones en compensación a los servicios prestados a la Corona hacia nobles, comerciantes y Órdenes Religiosas, pero las casas ducales de Medina-Sidonia (Andalucía) y Medinaceli (Levante) terminaron por poseerlas todas las del sur y de Levante. Hasta llegar al XIX siempre se habló, por Levante y por el Sur, de “las almadrabas del Duque”, y a fe que era verdad. En el siglo XVIII el monopolio almadrabero fue confirmado y los duques extendieron las pesquerías a más puntos del litoral. Los duques de Medina-Sidonia explotaban directamente las principales y sólo cedían la explotación de las menores y más alejadas. Sin embargo, los titulares del Marquesado de Denia y de la Casa de Medinaceli, titulares de buena parte de las almadrabas de Levante, eran más dados a ceder la explotación. El régimen de arriendo 64, fue el más común de explotación. Los arrendamientos casi siempre se estipularon en una cantidad fija de dinero, muy variable en función del rendimiento de la empresa, y por tiempo no superior a un lustro65. Pero también las hubo almadrabas de titularidad municipal. Siempre en aguas de Murcia y Almería, como la de Escombreras -que formaba parte de los bienes propios de la ciudad de Cartagena-, o las almadrabas de Lorca y

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63 Enrique González Cravioto. Descripciones de la Tarifa musulmana Régimen por el que se cede o adquiriere el uso o aprovechamiento temporal de cosas, obras o servicios, a cambio de un precio y de su devolución en perfecto estado tras la extinción del contrato de arrendamiento. 65 Vázquez Lijó. La reactivación de las almadrabas…


Mazarrón, caladas ambas en aguas de Mazarrón. También la ciudad de Almería poseía este derecho para calar entre el Cabo de Gata y Roquetas de mar, en claro atentado contra la Casa de Medina-Sidonia. Ya en el siglo XVIII se permitió a particulares armar almadrabas y se crearon las primeras compañías, que accedieron en mejores condiciones a la sal y a las anclas de desecho de los arsenales militares. Así llegaron las almadrabas a las costas baleáricas y catalanas. Allí donde las aguas aventuraban la capacidad de captura de atunes y la cercanía de salinas aseguraba el proceso de la salazón se calaba una almadraba. Entonces, las salinas se convirtieron en elemento estratégico, también de regalía de explotación y consecución de pingües beneficios, hasta que el rey Felipe II, en 1564, las incorporó al patrimonio de la Corona. Constituían eslabones básicos en el sistema pesquero por su importancia en la viabilidad de la cadena alimenticia y la posibilidad de arruinar el trabajo de las comunidades pesqueras del reino, pero, sobre todo, eran una descomunal fuente de ingresos.

Almadraba Cap de Terme, en l’Hospitalet de l’Infant (Sáñez Reguart, 1791)

Además, la almadraba impulsó el cabotaje del transporte de sal y de corcho de los alcornoques hacia los puntos de producción de la salazón atunera y, también, la aparición de los alfolíes66, así como una cultura de preservación en sal hasta la extinción del impuesto sobre la sal, en 1882, que cambió un poco el escenario industrial de la salazón. La Real Cédula de 5 de octubre de 1607 organiza la Matrícula de Mar67, en tiempos del rey Felipe III. Reservaba, en exclusiva, la actividad pesquera a los matriculados a cambio de sus servicios a la Marina de Guerra. Almacenes de sal. En el concepto bíblico, el alfolí era una especie de receptáculo o granero que se usaba para que el pueblo de Israel depositara sus ofrendas y diezmos de todas sus cosechas. Y de ahí deriva a almacén en general. 67 Ordenanzas de Matrícula de Mar. 1737; Ordenanzas del Infante Almirante. “…cuan de mi real agrado sería, que se alistase, y matriculase toda la Gente de Mar de mis Dominios, para reducirla á un Gremio separado, y distinguido con honras, franquezas, y privilegios; y para que empezasen á lograrlos, concedí por mi Real Orden de veintinueve de Agosto de mil setecientos y veintiséis á toda la Gente de Mar que sé alistase, la libertad de no entrar en sorteo de quintas, para la recluta, ó aumento de mis Ejércitos de Tierra, y ofrecí concederles otras gracias… y que solo el gremio de la Gente de mar, matriculada en todas las Costas de mis Reinos, es razón que se utilice de las conveniencias, y lucros, que resultan del trabajo de su ejercicio: Mando, y ordeno, que ninguno, que no sea matriculado pueda servir en las embarcaciones de resguardo de mis Reales Rentas… y que tampoco será licito á ninguno, que no esté matriculado, pescar con embarcación y arte en ninguno de los Puertos, Playas, Bahías, Ensenadas, Hadas, desembocaduras de Ríos, ni Golfos de ellos, porque mi Real voluntad es.” En 1873 se abolió. 66

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Los conflictos militares de finales del XVIII provocaron un descenso del número de matriculados, enrolados en los navíos de Su Majestad, y se hubo de recurrir o otras gentes vinculadas a la mar, pero no pescadores avezados. Entonces comenzaron los problemas de explotación directa y se produjo una cierta reconversión del sector. Se contrataba a personal no matriculado y se hubo de reorganizar el sistema. La tradición pesquera de la almadraba estaba cambiando al despuntar el siglo XIX y la Nueva Ordenanza de Matrícula de Mar (1802) llegaba a proponer la anulación de los “privilegios inmemoriales” para favorecer que “los matriculados gozaran de entera libertad para establecer por su cuenta Almadrabas”. Tras su publicación, Carlos IV prohibió el cobro de alcabalas68 a los pescadores de la zona de influencia de la almadraba que se dedicaban a la pesca y se elaboró el primer dictamen sobre viabilidad de la pesquera para saber si se mantenían los privilegios. Finalmente, el 6 de agosto de 1811, las Cortes de Cádiz abolieron las regalías de jurisdicción y los privilegios de pesca por real decreto, produciéndose importantísimos cambios de localización y ceses temporales de las almadrabas tradicionales. La Secretaría de Marina de entonces se las tuvo muy duras con los pleitos interpuestos por la Casa de Medina-Sidonia que poseía las más rentables de las aguas nacionales. El descubrimiento del método de establecer las conservas, más allá de la salazón, por Nicolás Appert (1803)69 y la posterior pasteurización (1864)70 representaron un momento de auge para la almadraba. El atún tenía más y mejores salidas.

La alcabala era el impuesto más importante desde el siglo XI. Era un impuesto indirecto que gravaba las compraventas, y todo tipo de transferencias; consistía entre un 5 y un 10 % del valor de las cosas enajenadas. 69 En 1.803 Nicolás Appert obtiene el premio tras la aprobación del Consejo de Salud de Brest. Las primeras conservas se envasaban en botes de cristal, el envase de hojalata fue un invento del inglés llamado Peter Durand, patentado en 1.810. 70 En 1864, el químico francés Louis Pasteur creó el proceso que lleva su nombre y que se conoce en la actualidad como pasteurización, que se usa para destruir microorganismos dañinos en productos comestibles. Posteriormente, los productos se sellan herméticamente con fines de seguridad. El avance científico de Pasteur mejoró la calidad de vida al permitir que los productos envasados pudieran transportarse sin descomponerse. 68

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Almadrabas

V - Tipos de almadrabas La palabra almadraba se aplica indistintamente al arte de pesca de atunes y al sitio donde se verificaba esa pesca. En el primer sentido comprende los barcos, las redes y los armazones que se colocan al paso de los atunes, por medio de anclas, piedras, cabos, cables y corchos que aseguren el arte. En la segunda acepción significa el sitio y por ende su ubicación geográfica. Finalmente se centra en la estructura en tierra. Pero, centrémonos en la mar y la pesca del atún. La técnica almadrabera se sustenta en el aprovechamiento de unas condiciones naturales del medio para obtener fines útiles a través de un artilugio que se basa en la simulación y el engaño. Así se usa la red como obstáculo para cambiar rumbos. La red está embreada para no despertar excesivas sospechas al atún, en su mimetización con el medio, en una técnica que tiende a mantener con vida el mayor tiempo posible a las capturas. Una técnica, la almadraba, basada en una observación profunda de la naturaleza, de los animales y de sus medios, lo que proporciona al hombre la capacidad de ordenar el arte hacia la obtención máxima de beneficios sin esquilmación del ecosistema71. En realidad, la almadraba es una forma cultural, en cuanto que artificio y técnica inventada y perfeccionada por el hombre es y que es transmitida a sus descendientes para fines específicamente humanos. Tanto el Diccionario Histórico de los Artes de la Pesca Nacional (Antonio Sánchez Reguart, 1791) como el Diccionario de Artes de Pesca de España y sus Posesiones (Benigno Rodríguez Santamaría, 1923) señalan cuatro tipos de almadraba: de Tiro (o Vista), de Monteleva, de Buche y de Sedal, aunque esta última, coinciden todos los autores consultados, es un arte menor como la almadrabilla72 y la jábega73 (o Arte Real) y otras varias derivadas.

Almadraba de Vista y Tiro Es el precedente en el tiempo de todos los demás géneros de almadrabas. Es, prácticamente, lo mismo que la jábega. No tienen calamento o armazón fijo alguno echado previamente en el agua o puesto previamente en el mar. Está Manuel Oliver. Faenando la Mar. Pesca en las costas alicantinas, páginas 127 y 128 Almadrabilla: Arte de red formada por paños de forma rectangular. La relinga superior está provista de flotadores y la inferior de plomos. Consta de una rabera de tierra y otra de fuera en forma de «seis». Las dimensiones mínimas de las mallas no serán inferiores a 200 milímetros. La longitud máxima del arte será de 200 metros. ORDEN APA/37/2007, de 15 de enero por la que se regula la pesca con artes fijos y artes menores en el Mediterráneo. BOE, nº 18, de 20 de enero de 2007 73 Arte de red de cerco y tiro (cobrada desde la playa). Recibe su nombre de la red homónima que se utiliza y viene de la palabra árabe sabaka, que significa precisamente red. 71 72

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constituida por un conjunto de redes que transportan varias embarcaciones, dispuestas de forma estratégica y que salen al mar en el momento del paso de los atunes, avistados por vigías, para cercar con ellas la pesca. En los expedientes antiguos se le señala “arte de arrastre”74. Se calaba cuando desde una torre o altozano de la costa, la atumnara, se daba la señal de avistamiento al paso de alguna concentración de atunes. Su forma de actuar consistía en dirigirse en barca y a fuerza de remos a calar una red con un extremo en tierra, sedal, para cortar el paso del cardumen, rodeándolo para llevar el otro extremo a tierra. A partir de ese momento se recogía la red tirando de ambos lados desde la playa. Para asegurar que los peces no escapasen de este primer cerco por la posible rotura de éste, se calaba una segunda red alrededor de la primera, llamada cinta, que se recogía de la misma manera. Hay quien incluso cita una tercera red, boliche, para completar a la cinta y como medida de atajar a los atunes en su camino. Al acercarlos a la playa, en zona de poca profundidad, los atunes eran golpeados por los pescadores para poder capturarlos. El sedal consiste en un recio cabo de cáñamo entintando que lleva cosidas ocho piezas, llamadas piernas, de 30 brazas de largo (unos 50 metros). Su relinga superior va provista de una serie de corchos y la inferior va lastrada, con plomo, para mantenerla sumergida, pero sin llegar a hundir los corchos. El conjunto pesa unos 250 kilos. En la almadraba de vista se utilizaban hasta tres sedales unidos. También se disponía de sedales de segunda, por si mientras estaban en plena operación se avistaba otro cardumen. La cinta era similar al sedal pero más tupida, Estaba fabricada con hilo gordo de piola75. Cada banda tenía unas 200 brazas de longitud (340 metros) y 8 brazas de peralto (o altura; 13 metros). Su copo, de tipo trasmallo, tenía 30 brazas de longitud (50 metros). Su objetivo era ir por la banda que daba al mar para envolver el sedal de tal forma que, en caso de rotura de éste, impedir que los atunes escaparan. En la embarcación que lanzaba la cinta iba el Armador Mayor que era quien dirigía la operación en el mar.

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Carles Llorca. Almadraba, salazón y cocina.


En cada punta del sedal quedaba un capitán, y en el centro de la playa, otros dos, siempre pendientes de las señales de la atalaya. Al recinto de playa conformado por el cierre del sedal en tierra, donde quedan atrapados los atunes, le llaman jardín. Cuando el jardín se encontraba en una zona con una profundidad de unas 4 brazas (6’6 metros) se calaba en su interior un boliche y se retiraban las demás redes y ya en el boliche se cogían los atunes a mano o con croques76. En tierra esperan los cargadores que arrastran los atunes desde la arena al carro que los llevaba a la subasta o a la Chanca. Las almadrabas de tiro y vista sólo pescaban atún en días de mucho paso y ante el avistamiento de los torreros. Son rastreras, a fondo, y al operarlas arrasan y destruyen los fondos donde se abrigan los peces. En una descripción de 1847 de un documento77 de la Armada se detallan los pormenores de una de estas almadrabas de tiro: “Estos armamentos constan de 18 barcas Jávegas78 de costa con 7 sedales para encerrarlos, 6 cintillos para matarlos después de estar encerrados y echarlos en tierra, 3 cintas para acudir a los mayores golpes del pescado, con sus calones79 que ordinariamente son 3. El número de hombres que se ocupan en las embarcaciones y calones es de 184 aproximadamente, y además un Director de playa, un Contador y un segundo, un Armador mayor y 3 segundos, un Atalaya mayor y 7 segundos, 3 arraeces destinados uno para el gremio de fileros, otro para el de caladores y el último para los ventureros; y además 3 Cuchillas, Guarda de barcas y Chancas”.

Todo tipo de hilo manejado para fabricar redes; cabo pequeño formado de dos o tres filásticas. Garfio con hilo para sacar atunes del copo. Ver Glosario de términos almadraberos. 77 Capitán Camilo Ledesma. Informe del Capitán de Marina. 1847 Playa de Zahara 78 Barca que tiene una eslora de unos 6 metros y una manga de 1,80, con un peso que oscila entre 850 y 1.000 kilos. Alcanzan considerable rapidez, tanto por el diseño de la proa, como por su poco calado. Son desplazadas por ocho remeros y un remo guía o "espailla" que hace de timón y es gobernado por el patrón o "mandaor". 79 Palo redondo que sirve para mantener extendidas las redes, colgándolas de él por uno de sus costados. 75 76

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Son aquellas que se arman de firme y de una sola vez al aproximarse el tiempo del paso de los atunes -tanto de ida como de venida-, y no se levantan ni recogen hasta que se ve concluida la temporada. Todo el arte está fijo en el fondo del mar y en tierra firme. Según el Diccionario Histórico de las Artes de Pesca Nacional, de finales del XVIII, las almadrabas de Tabarca y Benidorm eran de este tipo. Hay indicios de que ya fueron utilizadas en tiempos del Imperio Romano80.

Almadraba de Monte y Leva El conjunto, pues, es de redes fijas, recogiéndose periódicamente la cámara final, cuando han entrado un número considerable de ejemplares. Tenían una embarcación siempre en el mar, llamada vigilante, que era la encargada de avisar, mediante banderas, de la presencia de atunes en el cuadro. Al aviso, salían desde la playa las embarcaciones a calar el copo para efectuar la levantada de la pesca encerrada en el cuadro81. Sus partes más importantes son “bordonal”, “copo/cámara”, “farátigo” (donde está la boca de la almadraba) y “cámara”, de donde salen dos redes exteriores llamadas “rebote/reboto” y “corbacho”, llegando a tener algunas una tercera red llamada “traidor”, entre el farátigo y la cámara. Se unía a tierra por una red que arrancaba del bordonal. El arte se fijaba al fondo marino mediante las típicas anclas de almadraba, las mascaranas, grandes anclones, dos a dos, en total ocho, en los grandes ángulos y diecisiete grandes anclas más para el reboto, en el corbacho y en arte. Además las piedras de lastre, veinte en total, en cola, corbacho y arte. Al menos siete barcos la servían: el “batel”, en el bordonal, el “mojarra”, en el farátigo, y sobre el copo se situaban el “mirador”, el “caparraiz”, el “bordonal” y hasta dos “ayudas”. 80

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Joaquín Fernández. Consideraciones sobre la pesca romana en Hispania 81 Carles Llorca. Almadraba, salazón y cocina


Las almadrabas que se calaban en Levante eran de monte y leva. Tenían legislación inicial especial desde 1828 y disposiciones posteriores que prohibían la pesca a dos millas de distancia por el lado de entrada de los atunes. Cuenta Manuel Oliver82 que de las opiniones de los viejos arráeces y marinos de almadrabas de Tabarca, La Vila y Benidorm, que las almadrabas de monte y leva, “por la mañana se monta y por la tarde se leva”. En estas almadrabas no había propiamente copo, sino sólo cámara y especie de buche, que era donde se recogían los atunes, arrastrándose entonces con barca hasta la playa, hasta hacerlos embarrancar en la arena, procediendo entonces a sacarlos a tierra por medio de garfios. Son, en parte, almadrabas de monte y leva más tecnificadas. Tienen cierta porción de su armadura de firme y otra porción de redes sueltas -rabera de cola- que son ceñidas por embarcaciones específicas que acorralan el cardumen conforme se realiza la pesquera. Se les conocía como “artes de ancla”.

Almadraba de Buche, Copo o Pap La almadraba siempre fue evolucionando. Los almadraberos incluían novedades buscando la máxima rentabilidad. Es un arte fruto del ingenio y las experiencias acumuladas por los arráeces sobre cada lugar con vistas a dar más seguridad al arte y obtener mejores capturas. Aunque la ideada surgió en el Mediterráneo, se caló la primera de estas almadrabas en el Terrón (Huelva)83 por arraeces de Benidorm contratados por el duque de Medina Sidonia84 Las almadrabas de buche constan de una parte de redes fijas con una cámara final, el copo o buche, y una parte móvil que se cerraba al entrar el cardumen de peces. Son más costosas de armar, pero consiguen mayores rendimientos ya que además proporcionan otros túnidos que acompañan, como albacoras, bonitos, melvas, corvinas y otros pescados. En 1817 eran almadrabas de buche las que se calaban en Benidorm, Villajoyosa, Calpe, Tabarca, Alicante y Aguamarga. Eran y son hoy en día de este tipo las almadrabas de Poniente, las Atlánticas. Desde 1828 contaban con legislación propia y se llegaron a prohibir en 1837 tras diversos pleitos con pescadores de la zona, aunque se restablecieron a partir de 1844, por Real Decreto85. Se debía guardar escrupulosamente la veda de todo tipo de pesca a dos millas del calamento, lo que motivo numerosos conflictos. Según su uso, este tipo de almadraba puede ser, a su vez, de paso o venida, que se cala para interceptar a los peces cargados de grasa (hasta un 25% de su peso) que viajan para desovar (migración genética del Atlántico hacia el Mediterráneo), por lo que reciben el nombre de atunes de derecho (abril-junio); y de paso y retorno, armada para pescar entre julio y septiembre cuando el atún (atún de revés) regresa al Atlántico (con un 3% máximo de grasa) tras el desove (migración trófica o post reproductora).

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Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. Santos García. Las almadrabas gaditanas, entre el señorío y el liberalismo. Carles Llorca. Almadraba, salazón y cocina. Lorenzo Arrazola y otros.

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Fases de actuación de una almadraba de buche. La parte móvil de las redes se cierra y empuja el banco de peces hasta el buche donde se procederá a la "sacada" La almadraba de buche, describe Manuel Oliver, consta de dos partes fundamentales: el cuadro, compuesto de cámara -que termina en la testa de cámara-, buche y copo, y las dos raberas (rabera de dentro, o de tierra, y rabera de fuera, mar adentro). Donde se unen raberas y cuadro están las bocas, cuyas aberturas se llaman bien de boca. Están formadas por dos redes rectangulares llamadas endiches86 -de origen portugués, que sustituyeron la tradicional “puerta valenciana”87-, y su unión se conoce como argollón. Las bocas se fijan a través del cabresto. El buche puede estar dividido en dos por la puerta de bordonal, semejante a la puerta mojarcio, que es la que separa buche y copo. Las puertas llevan redes triangulares a los lados, las llamadas blancas (de fuera y de tierra), que impiden que los atunes escapen por las uniones. El copo se aguante por medio de ballestas y contraballestas en los ángulos, y su fondo lo componen redes de diverso mallaje llamadas matador, safina clara y safina espesa, aunque algunas almadrabas se reforzaban con redes más tupidas, como la corona y el cielo Recoge Manuel Oliver en Faenando la Mar. Pesca en las costas alicantinas, que los viejos arráeces, marinos y pescadores de almadraba de Benidorm, Tabarca y La Vila señalan que las más antiguas no tenían endiches en las bocas, empleando una red de cortina llamada Puerta del Frate. 87 Carles Llorca. Historia Marinera de Benidorm 86

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(cel, en valenciano). Este conjunto se sujeta por su relinga superior a las barcas y se van subiendo a brazo hasta dejar las capturas a flor de agua. Fuera del cuadro están la legítima y la contralegítima que sirven para encauzar los atunes. De ellas parte la rabera de fuera, que termina en redes llamadas testa y bichero, encargadas de cortar el paso a los atunes. Debido a su gran extensión, desorienta al animal, conduciéndolo hacia el cuadro. En el cuadro, compuesto por varias zonas a modo de compartimentos comunicados, el atún acaba en el denominado copo, desde el que se extraen los animales. A esta operación se la denomina “copejear” o “copejar”. Las raberas, como señalamos, son una serie de redes dispuestas verticalmente, cuya misión es guiar a los atunes hacia el cuadro. Existen dos raberas: la rabera de fuera y la rabera de tierra. Pueden tener varios kilómetros de longitud. La rabera de fuera hace de embudo, obligando a los atunes a dirigirse hacia la zona entre tierra y la almadraba. Dependiendo de sí se utiliza para capturar atún de derecho o atún de revés, la rabera de fuera se coloca en un extremo u otro del cuadro. La rabera de tierra se sitúa transversalmente a la costa y es la que corta el paso al atún obligándolo a dirigirse hacia el cuadro. La rabera de tierra suele llegar a tener más de tres mil metros y si el arte no está muy alejado de tierra se amarra a una argolla o piedra en tierra. El atún, en su viaje aventurero, “choca” con la rabera de tierra y seguirá esa pared vertical de redes hasta desembocar en el cuadro y la boca de la almadraba. En caso de no entrar, y escapar, irá encontrándose redes -legítima y contralegítima- cuyo objetivo es hacerle desistir de su huida y obligarle a retornar a la boca. Si el atún aún las evitara, tropezaría con el nuevo muro que presenta la rabera de fuera que, por su longitud, inducirá al atún a regresar hacia el cuadro. El cuadro es la parte principal, es la zona donde quedan atrapados los atunes. Sus dimensiones son enormes, más de 300 metros de largo y un ancho que va desde unos 16 hasta más de 50 metros, dependiendo de la zona. El cuadro está dividido en cuatro zonas: cámara, buche, bordonal y copo. Pero no siempre fue así. La división

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inicial del siglo XVIII era de cámara, buche y copo, o cámara de la muerte. El perfeccionamiento mediterráneo creó un nuevo compartimento entre buche y copo, el bordonal, para impedir las fugas que se producían camino de la levantada. Entre la cámara y el buche existe una puerta de más de 30 metros llamada boca por la que entran los atunes. Suelen tener dos bocas, una a cada lado de la rabera de tierra, que se abren o cierran dependiendo de sí la captura será de atún del revés o del derecho. La cámara, de redes de 30 centímetros de malla, tiene unos 60 metros de longitud. De ahí los atunes pasan al Buche, de unos 90 metros de longitud, y de igual tipo de malla que la cámara. En el fondo de esta existe una red (puerta del bordonal) que al levantarla aísla al atún impidiéndole volver hacia atrás; el atún penetra en el bordonal, la antecámara del copo. Tiene una red caída al fondo que, como en la anterior cámara, lo empuja al copo e impide su salida; se llama puerta del copo. Por último, el atún pasa al copo, la parte más estrecha y la única que tiene un fondo formado por redes que se izan para su captura. Una vez el atún en la cámara, hay que Mallaje de las distintas redes empleadas en la almadraba. L Bellón (1923) llevarlo hasta el copo para recogerlo y subirlo a los barcos; para lo cual existe una red vertical llamada colador que, tirada por medio de dos barcas, arrastra al atún desde la cámara hasta el copo. Cuando los atunes quedan atrapados en el copo, se levanta poco a poco la red de fondo hasta que el atún se queda sin apenas agua, momento en que, por medio de arpones, se van subiendo a las embarcaciones que previamente se han situado alrededor del copo88. En un documento89 de 1837 se detalla que para instalarla se necesitan “30 anclas de fierro; 60 rozones de lo mismo; 8 cables de cáñamo, 14 piezas de red de cáñamo; 1.000 piezas de red de esparto, cables, betas, cuerdas, piolas y demás de cáñamo y esparto en considerable cantidad; 250 quintales de corcho; y además utensilios y enseres de muchas y distintas clases. También son menester un batel, una fragata y 12 ó 14 embarcaciones de distintas clases y tamaños… son igualmente necesarios de 120 a 130 hombres escogidos de mar, con un 1º, 2º y 3er arráez, armador mayor, patrones, marineros, buzo, maestranza, cuchillas y saladores, contador y otros empleados; y además todo el establecimiento de tierra, como chancas, pilas de salar, y alojamientos, almacenes, tinglados, etc.”.

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88 Texto de José Mª Pérez Moreno y José Luis Flores Paniego Capitán Laureano del Olmo. Informe del Capitán de Marina. 1847


En cuanto a su funcionamiento, calada la almadraba, un barco ocupa la boca o legítima con una red a bordo llamada colador (en las de buche hay varias redes y cabos que se utilizan para los mismos fines pero con distinto nombre, según los puertos). El patrón, de bruces en la popa, vigila los peces que entran hasta que el capitán de la sacada pregunta, con un silbato, la cantidad que puede haber. El primer patrón contesta con señas de dedos o manos, suficiente para que el capitán sepa el número de atunes. Si éste es excesivo para meterlos de una vez en el copo, otro barco, con otra red igual que la anterior llamada colador chico, deja pasar al copo la cantidad deseada, dejando el resto de los peces fuera, pero siempre dentro de las redes de la almadraba. Al servicio de la almadraba está la Barca puerta -también llamada Sacada o Llaut de Cop, según los sitios- que levanta la puerta del copo, la Testa o Mojarra, en la misma testa; los Cantos también llamados Fragatas o Batelesque son las barcas de acotejar, y otras menores como las Barcas de Ahorrar, que son las que dirigen los atunes al copo. Una vez que los atunes están en el copo, se suspenden las bolinas90, que terminan en pies de gallo fijos en el fondo del mar. Así, se cobra la red del lecho marítimo, por las bandas, estirando y levantando el fondo, para obligar al pescado a salir a flote para ser copejeado o enganchado con los berres, que son fuertes ganchos de acero con una anilla en el codillo y una gaza de cabo delgado que termina en la muñeca de los hombres. Cuentan que el pescador usa la mano izquierda para agarrar los obenques o cuerdas fijas del barco de copejear. Con la derecha, tira el gancho al atún para acertar, casi siempre, en el ojo del pez que, al sentirse herido, salta, prácticamente sólo y sin darse cuenta, al barco. Esta operación queda en manos de gente joven y fuerte, para que, aunque el atún se desenganche, siempre quede sujeto el gancho por la rabiza en la mano del pescador. Las muchas narraciones existentes sobre el momento clímax de la almadraba señalan que cuando el número de atunes es muy elevado, y están encerrados en un espacio muy reducido, intentan romper las redes de la almadraba. Para ello, corren de un lado a otro y hacen saltar el agua que, en ocasiones, entra en las embarcaciones. Dan tan-

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Plomada que resulta básica al cobrar la red por las bandas

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tas vueltas y se asustan de tal forma por el griterío de las personas que rodean el copo, que acaban por cansarse y disminuyen las dificultades para atraparlos. Los atunes más grandes, que superan los 300 kilos de peso, se suben a bordo utilizando un aparejo que se coloca en la parte superior del palo de uno de los barcos de mayor porte. Aunque, en la mayoría de las ocasiones, son entre tres y cuatro hombres los que aúnan fuerzas para, agarrando el pez por diversos sitios, lo introducen, aún vivo, dentro de la nave. Con el objeto de que en la mar no se estorben unas almadrabas a otras, el reglamento exige, entre artes, una distancia de tres millas, prohibiéndose pescar a menos de otras tres millas de cada almadraba, distancia suficiente para que los atunes no se distraigan y se desvíen de la entrada del arte.

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VI - Artes menores del atún Almadrabilla, mussolera, flotante, andanones y filaeros La almadrabilla es un arte menor de Levante y las Baleares91. No es una almadraba en sí, no se dedica a la captura de atunes, pero tiene una estructura que se asemeja a ese arte. Pueden ser de dos clases principales: de fondo o flotantes y de superficie y deriva. Los investigadores clásicos insisten en que tal nombre no pude darse más que a las almadrabas de menor porte o poca complicación. Sáñez Reguart dice que tal nombre debe ser para las de superficie y las describe como “una red rectangular con dos mitades diferentes de mallaje, con corchos en superficie y plomos y piedras en el fondo, que para manejarse precisa de cinco barcos. Se cala junto a la costa, cogiéndose de trecho en trecho a estacas clavadas hasta casi la mitad de la red. El centro de la misma reposa en un barco que hace de testa y, desde él, la otra mitad de la red vuelve paralela a la costa cogida a otros dos barcos”. En el boquete sin red se sitúa una barca “mirador” que vigila la entrada de peces y avisa para que se cierre el copo y se cobren las redes. También cuenta con un extremo en tierra bien sujeto. Carles Llorca va a más y la describe en su mínima expresión como “un arte fijo de reducidas dimensiones para llobarros (lubina), sardinas, lisas y mújoles, que consta de copo y rabera”. El cuadro tenía entre ochenta y cien metros de longitud y la boca medía unos sesenta metros. Las redes eran de esparto en la rabera y de cáñamo en el copo. Se calaban del primero de febrero al treinta de junio y daban trabajo a seis u ocho personas92. Precisaba también de atalaya, o mirador, para detectar el cardumen de pescado.

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Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. Carles Llorca, Historia marinera de Benidorm

Almadrabilla del Rincón de Loix. Dibujo original de Pedro Soriano Barceló, en Historia Marinera de Benidorm

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Presenta como problema que el pescado solía quedarse entre las mallas, asfixiarse y tener que ser sacado con unos anzuelos especiales. Se calaban, con cierta asiduidad, en Benidorm, La Vila y Moraira En los años 20, del siglo XX, este tipo de arte venía a costar unos 70.000 euros de hoy93. La mussolera es un arte para capturar musolas y otros peces. Consta de una red rectangular de quince o veinte piezas de veinticinco metros de largo y una braza de altura que se cala con gallos, terminando en una especie de caracol. Son artes muy prácticos para capturar lisas94, verderoles95 y otras especies como la musola o cazón (Mustelus mustelus), un elasmobranquio como los tiburones. La flotante, de superficie o de deriva, es una red grande, de unos quinientos metros de longitud por quince o veinte de alto, suspendida con corchos y débilmente lastrada, cogida a una barca que la va llevando. El pescado, al encontrarse con ella, se enmalla, siendo recogido con un bichero. En los años veinte del siglo XX venía costar el equivalente de unos 26.000 euros de hoy96. Los andanones, o volantas, es un arte menor típico de las costas más surestinas de levante. Se trata de panas de corcho a las que se adherían unas ramas de pino, cuya finalidad era proporcionar abrigo a bancos de pequeños peces a los que busca ansioso el atún en su alimentación. Cuando el atún atacaba a los peces refugiados se procedía a su captura con redes, bicheros y anzuelos. El filaero es un arte menor que procede de la descomposición de la volanta, cuando las ramas de pino se van hundiendo.

Tabla de conversión del valor de la peseta y su depreciación y valoración con los años. Anuarios de El País y El Mundo 94 Mugil sp. y Chelon labrosus. Engloba varias especies muy difíciles de distinguir entre sí. Tiene una coloración gris con tonos azulados o verduscos, posee un brillo metálico. Pueden llegar a medir hasta 1 metro, pero normalmente sólo alcanzan 50 cm. Se suele confundir muy a menudo con las lubinas, aunque se diferencia claramente por su boca. Los Mugílidos tienen los labios más gruesos y no tienen la mancha negra sobre el opérculo. Vive muy cerca siempre de la costa y puede aparecer en aguas dulces o salobres, muy a menudo se encuentra en aguas impuras donde se alimentan de residuos orgánicos. 95 Serviola; pez limón. Seriola dumerilii 96 Tabla de conversión del valor de la peseta y su depreciación y valoración con los años. Anuarios de El País y El Mundo 93

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VII - Materiales para calar la almadraba Siguiendo a varios autores -Sáñez Reguart, Rodríguez Santamaría, Moñino, Albentosa, Miranda, Oliver Narbona y otros- y la Revista Ibérica97, los materiales necesarios para calar una almadraba fija eran cuantiosos. En 1927 venían a costar más de 1’2 millones de pesetas de entonces, que equivaldrían a unos 1’06 millones de euros de hoy 98. Del resumen general de las fuentes consultadas, se usaron los siguientes materiales: Abacá 99.- 15.000 kilos de cabuyería específica en arriganes de 1’5 pulgadas y 3 cordones; cuatro betas100 de 3 pulgadas y 122 metros; seis betas de 2 pulgadas y 122 m.; 272 orinques Cairo de 6 pulgadas y 35 metros. Anclas y rezones.- 300 anclas de 8 a 16 quintales cada una; 12 rezones (anclas grandes) de 80 a 150 kilos y 7 gatas (anclas de una sola uña). Barcos.- Como mínimo, 1, testa o cabeza de cuadro; 1, sacada, donde el capitán dirige la levantada del copo; 2 de copejear; 2 de aboyar; 3 lanchas; 2 atajos y 1 insurrecto. Boyas.- 80 barriles boyas y diversos sacos de red o perros (varios corchos dentro de un saco de red vieja), amarrados por el centro, formando una cintura, que suspenden los ángulos del cuadrado. Cables de alambre.- En total, 934 cabos de alambre de acero galvanizado al crisol, con guardacabos en los dos extremos y grilletes para la resistencia de cada cabo, según su fuerza. Cadena.- 15.000 kilos de cadena para hacer de plomo. Cáñamo.- 352 arrobas de piola para la cámara de la muerte; 400 arrobas para safinas; 170 arrobas para buche; 70 arrobas para puertas; 24 arrobas para endiches; 35 arrobas para palmatorres; 120 arrobas para atos y 60 arrobas en rama. En total, 1.231 arrobas de piola, más 4 cabos de 70 metros y pulgada y media. Revistaiberica.com. Revista de Turismo, Viajes y Vacaciones. Conil, Arte del Atún. 1923 Tabla de conversión del valor de la peseta y su depreciación y valoración con los años. Anuarios de El País y El Mundo. 99 (Musa textilis) planta herbácea de gran porte, de la familia de las musáceas, nativa de Borneo y Filipinas. Sus fibras son particularmente resistentes al agua salada, a través de los años se ha usado para fabricar redes de pesca. Por ende, cabuyería específica. Piezas de cáñamo de Manila; planta herbácea de gran porte cuyas fibras son muy apreciadas por resistencia y durabilidad. 100 Tipo de cordel. 97 98

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Espartería.- 10.000 kilos de piola rastrillada de 4 hilos; 300 paquetes de filete; 120 docenas de escarapones de 4 hilos; 60 docenas de escarapones de 3 hilos; 50 docenas de escarapones de 2 hilos; 40 docenas de cinquenas de 4 hilos y 35 metros; 125 cabos de 10 pulgadas y 78 metros; 30 betas de rastrillado de 100 metros y 3 pulgadas. Otros.- 1.200 quintales de corcho para pandas; 50 pares de remos; 300 bicheros de mano y alcance; 8 cuadernales; 8 motones de dos ojos; 30 cubetas para achicar; 60 vertedores de madera; 8 gavietes con roldana de hierro; 30 palos de andariveles; 2 calderas para alquitranar; 50 barriles de alquitrán dulce y 6 de alquitrán mineral; 500 toletes para bogar; 50 parales para varar los barcos; 4 faroles de situación; 3 barrenas y 6 hachas. Por término medio, sólo el copo de una almadraba de buche lleva unas 800 arrobas101 de piola, y se divide en puerta sotana, con malla de 25 centímetros para el lado del cuadrado; puerta de copo y media puerta, de igual malla; sufina, con malla de 15 centímetros al inicio y 10 centímetros al final; contra-corona, con malla de 8 centímetros, y corona, con malla de 7 centímetros (estas dos últimas forman la cámara de la muerte). Hay incluso documentación sobre las necesidades del montaje, el material y el coste económico que el conjunto representa. Segundo Ríos (Universidad de Santiago de Compostela), en “Evolución de la gran empresa almadrabero-conservera andaluza entre 1919 y 1936: Génesis y primeros pasos del Consorcio Nacional Almadrabero” los detalla, señalando los cálculos de Miranda y Rivera102, en 1927, sobre la almadraba de Punta de Isla y aplica el canon bajo lo reflejado en el Anuario Estadístico de España, en ese año, para las almadrabas suratlánticas, señalando un coste de 1.600.160’00 pesetas de entonces, algo más de 1’4 millones euros de hoy. 101

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Medida de masa equivalente a la cuarta parte de un quintal: 25 libras. Equivalía a 11’5 kilos en Castilla y 12’5 kilos en Aragón. Álvaro de Miranda y Rivera. La pesca del atún en España. En Resultados de las campañas realizadas por acuerdos internacionales, dirigido por Odón de Bien. 1927


Almadrabas

VIII - Los barcos de la almadraba Para la pesca denominada de almadraba se utilizan una serie de embarcaciones muy específicas para tal fin. Algunas ya han sido señaladas. Dentro de las embarcaciones almadraberas podemos distinguir los siguientes tipos: Testa: Embarcación sin propulsión que se sitúa en el extremo del copo durante la levantada. En ella se va almacenando la pesca. (16 metros de eslora, 5 de manga y 1,5 de puntal) Esta provista de dos palos que pueden ser retirados para ser calado el arte indistintamente por ambas bandas. Sacada o Batel: Una por almadraba. Es el barco desde donde el capitán de mar dirige toda la levantada. No tiene propulsión. Desde ella se va levantando la red del copo para sacar a flote los atunes, suele tener viradores mecánicos para ayudar a levantar la red. Similar a la Testa, está provista de siete palos grandes en la línea de crujía. Lanchones de “copejador” o barcos de canto: Son los barcos que se colocan alrededor del copo. Se utilizan también para llevar la pesca a tierra. Los barcos que se colocan a ambos lados de la testa se denominan “acopejadores” (acopejador de tierra y acopejador de fuera) y los que se sitúan junto a estos, testillas. Los acopejadores llevan dos palos y suelen tener dimensiones similares a las testa; las testillas con algo menores. Ninguno tiene propulsión mecánica.

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Barcos de atajo y lanchas: Son las embarcaciones que se emplean para hacer el barrido de la cámara, el buche y el bordonal: También trabajan en funciones de calado del arte y su leva. En cada almadraba hay alrededor de seis u ocho barcos de este tipo. Sus nombres y funciones son lancha de bordonal, lancha del arráez, lancha del sotarráez, atajo, insurrecto y tapabocas: Lancha de bordonal: Se emplea para levantar la puerta de bordonal. Dispone de siete bancos corridos para bogar. Lancha del arráez: Se emplea también para levantar la puerta del copo; Dispone de siete bancos para bogar y un palo levadizo que puede utilizarse con un aparejo. No lleva motor para su propulsión, si bien, tiene una maquinilla (virador) movida por un pequeño motor de gasolina. Lancha del Sotarráez: Ayuda también en muchas maniobras del arte y su leva. Dispone de seis bancos fijos y dos levadizos para bogar. Como la del arráez, dispone de un palo levadizo para utilizar con un aparejo y su correspondiente virador. Atajo Grande y chico. Llevan cinco o seis bancos para bogar y una bancada para colocar el arte; trabajan en todas las maniobras del arte. Insurrecto. Se ocupa de “empandar” (colocar las boyas) y maniobras de este tipo. También se ocupa de la reparación de las redes y sólo en casos muy puntuales acude a la levantada. Lleva seis bancos para los remos. Tapabocas: Tiene como misión fundamental el tapar la boca del cuadradillo mediante una red de atajo, cuando entran los atunes en cantidad regular. Falucho. Son embarcaciones a motor que remolcan al resto de los barcos de la almadraba en todos sus movimientos de transporte, fondeo y leva de redes y anclas e incluso las capturas de pescado. Cada almadraba dispone de tres a cinco faluchos. Durante el periodo que dura calada la almadraba existe un falucho que hace las funciones de vigilancia del arte. En la actualidad, sus bodegas han sido adaptadas como viveros de aguanieve para mejor transporte del pescado y que cuentan en cubierta con grúas hidráulicas para su manejo, además del clásico gaviete en la proa (a babor). Barco de luz o cardinal: Es un artefacto flotante que sirve para la señalización y balizamiento de la almadraba. Estos barcos quedan fondeados en la mar para señalar los puntos cardinales por los que hay que navegar para sortear la almadraba. En cada almadraba, dependiendo de su situación, se utilizan tres o cuatro embarcaciones de este tipo, aunque en la actualidad se están sustituyendo por boyas de gran tamaño con indicación luminosa.

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Botes auxiliares: Botes a remo que se utilizan en diferentes maniobras, entre ellas, desplazar al arráez, al sotarráez y a los buceadores. Cada almadraba tiene a su disposición alrededor de cinco o seis de estos pequeños botes; a algunos se les acopla un pequeño motor fueraborda para facilitar las maniobras y desplazamientos del personal entre barcos. Los botes son utilizados en la levantada para ayudar a que entren en el copo los atunes mediante la utilización de foques, que son unos paños de color blanco que estos botes meten en la testa de la cámara para que los atunes al verlos los confundan con orcas, su principal y más temido depredador, y naden hacia el copo. En el litoral alicantino las embarcaciones adoptaban el nombre propio de Llaut de Cop (testa), Datol, Fregata, Moxarra, Naqueta, Barqueta, Cua y Traginer, respectivamente siempre al mando de un patrón y un probel (proel). La principal diferencia reside en que las barcas de acotejar no usaban palos o esteribeles para izar la levantá103. También tenían nombres propios levantinos los marineros de la almadraba. Todos eran mariners y los acopejadores eran copejadors, pero además entraban en nómina los guardens de nit, que custodiaban el arte de noche, los mariners de terre, que recibían las capturas, los varillas, que contaban el atún, y el Administrador de mar que hacía el recuento en el momento del desembarco.

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Manuel Oliver. Faenando la Mar. Pesca en las costas alicantinas.

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Almadrabas

IX - La campaña de la almadraba Las tres etapas bien diferenciadas de las que se compone una campaña almadrabera son el calamento, la pesca y la leva. El Calamento. Las almadrabas se empiezan a calar o colocar dos meses antes de comenzar la temporada de pesca, puesto que es un arte muy complejo y requiere de muchas horas de trabajo para su instalación. La Pesca. Las capturas de las almadrabas dependen de que algunos atunes decidan acercarse hasta la costa así como de la abundancia del recurso y factores climatológicos tales como la limpieza, transparencia y temperatura de las aguas, la fase lunar, las mareas, los vientos, etc. Todas estas cuestiones son determinantes en el comportamiento de los atunes. Al ser la almadraba un arte fijo y bastante cercano a la costa, sólo un pequeñísimo porcentaje de la población total de atunes que migran puede ser capturado, siempre y cuando en ese mes y medio “teórico” de paso del atún por las aguas del Estrecho de Gibraltar no se den condiciones climatológicas adveras. La Leva. Al ser la almadraba un arte de pesca muy estacional, suele coincidir casi todos los años en la misma fecha la “leva de la Almadraba” que viene a durar otros dos meses y consiste en retirar de la mar todos los enseres que la componían -en superficie y en el fondo marino-, para reparar los daños que pudieran producirse por la pesca, la acción de los grandes peces y la dinámica marina de la zona, para realizar labores de mantenimiento, y reponer todos los años las pérdidas producidas durante la permanencia del arte en el mar.

El calamento de la almadraba Es, coinciden todos los autores y marineros consultados, un proceso muy complejo. Requiere de un conjunto de saberes técnicos especializados que sólo se aprenden en el mar y se transmitían, familiarmente, los arráeces entre sí. Por ello, “uno de los aspectos más destacados para la gestión de una almadraba es la selección de sus artífices intelectuales, es decir, la elección de los capitanes”104. Los arráeces de la comarca de La Marina destacaron sobre todos los demás. El conocimiento adecuado del arte, de las corrientes, de los lugares costaneros y de los vientos “es un patrimonio que se puede restringir al ámbito cultural levantino, y en particular a su población, hoy especializada en el turismo de playa, pero que fue sede histórica de almadrabas y que surtió de técnicos a las almadrabas atlánticas andaluzas cuando éstas se erigieron únicas en el litoral español” 105; de los marinos de Benidorm.

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David Florido del Corra. La almadraba como sistema cultural de pesca. David Florido del Corra. La almadraba como sistema cultural de pesca.

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Hasta mediados los años cincuenta del siglo XX las indicaciones visuales y las anotaciones de los capitanes de almadraba resultaban decisorias para el calamento. Hoy en día con la tecnología existente resulta muy fácil identificarlas y posicionarlas geográficamente en coordenadas. Antaño no se fue tan exigente en este aspecto, pero hoy, se exige una exactitud, por cuestiones de navegación, aunque se permite un ligero margen. La almadraba se considerará situada en la zona para la que ha sido autorizada cuando el centro del mojarcio se encuentre en el punto determinado por las coordenadas fijadas en la licencia de pesca, admitiéndose un error máximo de 200 metros, siempre que con ello no se amplíe la distancia de separación de la costa y no se sitúe por fuera de la concesión de ocupación del dominio público106. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, a través de la Secretaría General de Pesca Marítima, fijará la situación del centro del mojarcio, que habrá de ser único para la pesca de paso y para la de retorno en almadrabas autorizadas para operar en ambos sentidos. A petición del titular de la licencia podrán autorizarse cambios en la situación de la almadraba cuando las condiciones del fondeo, de las corrientes o cualquier otra circunstancia puedan afectar a la seguridad del calamento. Estos cambios de situación no podrán suponer que la almadraba se sitúe fuera de la concesión de ocupación del dominio público. Además, la almadraba se balizará de acuerdo con lo previsto en el artículo 25 de la Ley 27/1992, de 24 de noviembre, de Puertos del Estado y de la Marina Mercante.

La levantada (levantá / levà) Cuando los atunes superan la puerta de mojarcio, se cierra ésta, a la orden del arráez, con las blancas, y los atunes quedan en el copo. Con su bandera el arráez indica, según la altura a la que la levante, la cantidad de atunes que han quedado encerrados y que es, a la vez, señal a acopejadores y gentes de tierra de la faena en capturas que les espera. Comienza entonces la levantada. La barca de arráez, junto con las que con ella han ido ahorrando107 atunes por dentro -las del sotarráez y marinero-, van avanzando hasta la testa del copo al tiempo que se iza la red de fondo, acercándose así a las barcas que estén en los tres lados del copo por fuera (testa y cantos o acopejadores de fuera y de tierra), formando un polígono, que cada vez se irá cerrando más, conforme se levantan, desde todos los barcos, las safinas, clara y la espesa, y la corona, quedando los peces en la matador y comenzando el proceso completo de acotejar. Cuando levantada la última red queda el atún a flor de agua, se utilizan los bicheros y cloques para izarlos a bordo, llegándose a coger por las aletas dorsales y lanzarlos al fondo de las embarcaciones. Terminada la operación y mientras las auxiliares llevan el pescado a tierra, se bajan las redes al fondo y se levantan las puertas para proceder a repetir la operación.

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ORDEN APA/62/2003, de 20 de enero, por la que se regula el ejercicio de la actividad pesquera con arte de almadraba y la concesión de las licencias. 107 Acción de dirigir los atunes desde la superficie, mediante artilugios, hacia otros lugares de la almadraba


Almadrabas

X - El trabajo en la almadraba Las almadrabas han tenido y aún tienen gran importancia porque movilizan gran cantidad de mano de obra y proporcionan buenos recursos económicos. Ya no es como antaño, pero siguen siendo un motor económico. El trabajo principal requería y requiere especialización y pericia en varios oficios de la mar, pero también precisaba de una extensa relación de mano de obra sin especialización alguna, atraída por el dinero ganado con rapidez, aunque con un duro trabajo. La importancia social, económica y demográfica de la almadraba radicó además en la estacionalidad recurrente que terminó por condicionar la vida de algunas localidades o a fijar, incluso, una población al territorio, como ha ocurrido, principalmente, en puntos de las costas andaluzas108. La minoría dominante -las casas ducales del ayer y las oligarquías adineradas luego- se hicieron cargo de su explotación estableciendo modelos sociopolíticos de raigambre mediterránea con un patronazgo de corte caciquil y dependencia personal sobre obreros y familias109, aunque en ocasiones ese patronazgo sirviera para copar labores en otros lugares en beneficios de un clan geográfico que le acompañaba por razones de parentesco o confianza. La almadraba conformó núcleos de trabajo caracterizados por las duras condiciones de vida y con categorizaciones sociales externas hacia los pescadores, siempre volcados con la mar, y sus familias, siempre pendientes de la mar. De los documentos y actas notariales, y de la documentación del Archivo de la Casa de Medina Sidonia y otros archivos, sabemos que tenía la almadraba panadería, con panadero y amasadores contratados, mozos de carnicería, lavandera, barbero y aguadores. Al comer todos por cuenta de la empresa, se almacenaba el cereal de panificación y la cebada de las caballerías en silos propios. Los oficiales recibían doble ración, pero el conjunto recibía un cuartillo de vino y un pan al día, así como su ración alimenticia diaria a base de caldero, con pescado del día, ajos, cebollas y legumbres. También, reflejan los documentos, recibían libra y media de carne a la semana. La almadraba fue un primer foco de socialización y aprendizaje en el trajín de la mar para muchas familias. Si bien las mujeres estaban apartadas de las faenas extractivas110, participaban, como los niños, en todas las labores menores. La edad no era factor limitante; había un trabajo y un cometido para cada edad, sexo y condición.

108 Barbate; desde los años setenta del siglo XIX, a partir de un foco poblacional de pescadores que trabajaban en la almadraba y que terminan practicando, además, otras artes de pesca para seguir en el lugar. 109 David Florido del Corral. La almadraba como sistema cultural de pesca. 110 En la almadraba de Tabarca figuró una mujer inscrita a principios del siglo XX. La Almadraba de Tabarca.

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Existían numerosas categorías laborales, estrictamente jerarquizadas, con funciones muy especializadas, tanto en tierra como en la mar, y formas de retribución igualmente diferenciadas jerárquicamente, en un sistema de control del trabajo extraordinariamente eficaz y característico del Antiguo Régimen111. La Chanca, el colofón de la primera actividad con el atún, llegó a ser la conjunción eficaz de factoría y espacio vital de las familias, albergándolas en régimen cuartelero y modelo de segregación espacial y social. El arráez, el capitán, extendía el cargo laboral más allá de las faenas y era, al final, el intermediario entre el armador (nobiliario o dinerario) y la fuerza laboral y sus familias hasta en favores y recursos. La almadraba impulsó migraciones de fuerza de trabajo especializada. Al principio, cualquiera valía para halar redes o echar sal. La aglomeración de gentes en busca de fortuna movilizaba también un pequeño séquito de taberneros, tahúres, prostitutas y otras gentes que se sumaban a la migración en busca fácil de ganancias por males artes. Con el tiempo y hasta bien entrado el siglo XIX, las especializaciones fueron una constante, en una y otra líneas. La “almadraba” era también un tiempo de trabajo y un espacio limitado donde se desarrollaban las labores propias de la preparación del pescado más allá de la propia época de la pesca. Las almadrabas, a pesar de su temporalidad, tenían empleados todo el año y empleos anuales relacionados con ella. Recordemos que ya en el frío enero había que preparar todo cuanto fuera necesario para armar y calar el arte en primavera, y al final de la campaña, tras el verano, había que levantar, reparar y almacenar el arte, prorrogándose las labores en el tiempo hasta el mes de noviembre. En lo puramente económico hemos de señalar que en la almadraba, ya en el XVIII, entró la lógica económica precapitalista con incentivos sobre capturas y ritmo de las mismas, situación que no se prodigaba en otros campos Así pues, la almadraba representaba y aún representa producción e intercambio comercial a través de la exportación de un producto de gran valor alimenticio, el atún, a diferentes puntos de Europa, América y Asia, junto al contrapunto de capitales puestos en plazas financieras y suculentos pagos al contado. Revela la historia de la almadraba los vínculos, armonía y conflictos, siempre existentes entre el poder señorial y dinerario con las gentes del lugar. También fueron las almadrabas, lo hemos dejado traslucir, un mundo social de pícaros, bandidos y marginados. Miguel de Cervantes112 lo retrató en sus obras. A los marinos de oficio y profesionales de las más diversas disciplinas propias de aquella aventura comercial se unían los ventureros113. Se necesitaba abundante mano de obra, y acogiéndose a bulas y privilegios llegaban a la almadraba trileros, truhanes, putas, e incluso asesinos convictos, dispuestos a cambiar su adversa fortuna en el duro trabajo del arrastre de las artes, el despiece y la salazón que por dos meses, Se denomina Antiguo Régimen al conjunto de costumbres e instituciones políticas y económicas existentes en Europa hasta fines del siglo XVIII El “Finibusterre de la picaresca”; Cervantes en “La ilustre fregona”. “No os llaméis pícaros si no habéis cursado dos cursos en la academia de pesca de los atunes”. 113 Se llamaba así a los que estaban dispuestos a trabajar en cualquier cosa; también a los aventureros y a los pícaros que se enrolaban en la campaña de la almadraba

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como mínimo, les garantizaba rancho, de la pesca, vino a granel y paga anticipada. Entre el 7% y el 8% de lo generado en la almadraba se destinaba al salario114 y eso representaba un dinero muy goloso. + El coste de preparación de la almadraba siempre quedaba reflejado en los libros. El proceso era lento. En invierno se tejían redes y sogas, con cáñamo de Alicante115, se reparaban las barcas, se preparaban los remos, se trabajaban las duelas116 de las botas y se procedía al acopio de materiales y alimentos. Al acercarse la primavera se buscaba y contrataba a las tripulaciones y ventureros. La temporada de la “almadraba” suponía de cuarenta a sesenta días de trabajo irregular, nunca menos de doce horas al día, en barcos o a pie de playa, en la Chanca, preparando y salando los atunes. Con la introducción de las almadrabas de buche comenzó la contratación de los expertos marinos de levante, en especial de Benidorm. En 1785 el duque de Medina Sidonia contrata los servicios del arráez de Benidorm Josep Ortuño, avalado por su fama. Al poco se les fueron uniendo en esos cometidos por las almadrabas del duque los apellidos benidormeros Orts, Llorca, Pérez, Lledó, Bayona, Such, Zaragoza y Barceló. Josep Ortuño y Gregorio Pérez, los iniciadores de la aventura, fueron con el tiempo los arrendatarios de las principales almadrabas gaditanas. Y a pesar de ello, la almadraba de buche no era calada en Benidorm. Francesc-Xavier Llorca Ibi, en sus estudios sobre el atún y el léxico de las almadrabas señala que “las labores de almadraba se dejaban para los levantinos -alicantinos principalmente- y para los descendientes de éstos afincados en La Higuerita (isla Cristina)” y María Julia Valero Palmero, en su trabajo sobre “La pesca en la costa de Murcia” (1972) apunta que las almadrabas “las dominaban los de Benidorm y eran propiedad de los de Villajoyosa”. Entraremos en ello más adelante. Aquí llegados, es interesante destacar que no sólo las Casas Ducales y los empresarios particulares, que se hicieron cargo de las almadrabas tras la abolición de los privilegios, contrataban arráeces de Benidorm para los calamentos del Estrecho y del Norte de África. También el Consorcio Nacional almadrabero los contrató, y también lo hicieron compañías tunecinas, francesas e italianas hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX.

DEL ARRIENDO DE LAS ALMADRABAS Como el calamento de la almadraba resultaba muy caro, una vez que fueron opción de las Cofradías de Pescadores éstas se vieron en la necesidad pactada de recurrir a su arriendo. Se convirtió el calar el arte, por su coste, en una obligación onerosa y había que recurrir al arriendo de la almadraba; el arriendo del disfrute de la pesca. Así, se subastaba el derecho y el montante obtenido en la subasta -y por tercios- se lo repartían la cofradía del lugar, la Marina y Hacienda. Diversos autores coinciden en este aspecto. Diversos autores lo corroboran. 116 Tabla de madera para la tonelería. Debe ser cortada, labrada, moldeada, canteada (para formar las testas) y armada en el casco del tonel, colocándola en el aro. 114 115

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Debía verificarse el arriendo en pública subasta, mediante edicto y llamando a los lidiadores. Verificado el remate se establecía un acta y se llevaba a escritura pública, marcando una fianza sobre los perjuicios que experimentasen los intereses reales y gremiales. En cuanto se entregaba la fianza, el arrendatario tomaba posesión. En las almadrabas de Levante se verificaba la posesión el 1º de febrero, antes de comenzar la temporada; ésta se daba por finalizada el 1º de junio. En las costas de Levante este procedimiento era solamente para las almadrabas de paso y por tiempo de un año, prorrogable en ciertos casos, terminando por serlo por dos años; nunca para las de vuelta. Las primeras subastas se realizaban “a candela matada”; aceptándose propuestas hasta que se consumiera la vela encendida al comienzo de la subasta119. Con el tiempo llegaron ya a ser en plica cerrada. El empresario arrendador debía observar las condiciones estipuladas en la subasta y el pago a los empleados conforme lo pactado y hasta en dos plazos, a principio y fin del calamento. Este incumplimiento anulaba las opciones de arrendamiento. Los reglamentos estipulaban unas cantidades que podían ser incentivadas, y atendían algunos detalles sociales como que “por cada diez trabajadores hábiles se debía emplear un veterano”. Hacia 1824 comenzó el ocaso de las almadrabas de Levante y hubo, en los años sucesivos, ausencia de licitadores en muchas subastas e incluso precios irrisorios por el calamento de algunas de ellas que evidenciaban el declive de una pesquera que sólo se mantuvo en Calpe, Benidorm, Villajoyosa y Tabarca hasta los años cincuenta del siglo XX.

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Carles Llorca. Almadraba, salazón y cocina.


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XI - La Chanca La Chanca es el lugar donde se trata el atún una vez llega a tierra; es donde sufre todo el proceso que le lleva a la transformación en salazón. Es una instalación fabril, desde el primer momento, aunque su nombre aluda a la mesa o bancada inicial para eviscerar y escalar120 el atún. Una vez el atún en tierra se llevaba a la chanca donde se separan tres partes: atún de calderada, que es el que correspondía a los trabajadores de la almadraba; atún de venta, el que se vende en fresco, que se lleva a las lonjas para ser vendido en subasta a la baja, y atún de comercio, el que se destina al tratamiento artesanal (o industrial). Antiguamente sólo se salaba o se ahumaba. Ya en el siglo XIX comenzó el proceso industrial por el que se comenzó a escabechar y a cocer, para conservar en aceites. El proceso de salazón se llevaba a cabo en la Chanca, la factoría de salazón siempre adjunta a la almadraba. Precisaba la Chanca de suministro de agua limpia, acopio de sal e infraestructuras cercanas de un alfar que produjera las vasijas de barro o de una tonelería que suministrara las pipas121 necesarias para el envasado del producto final. Reconstrucción en 3D de la factoría santapolera de “La Picola” 120 121

Cortar el atún Tonelería específica para colocar las piezas de atún en salazón.

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La chanca consistía, originariamente, en un espacio para el despiece donde el atún, llegado de la playa o desembarcado, era descabezado y eviscerado, pasando, una vez desangrado, a la zona de corte y de ahí a las pilas de maceración. Poco a poco fue adquiriendo infraestructura. Junto al espacio original se encontraban la pila, o pilas, de producción del garum, donde se maceraban en salmuera vísceras de atún y otros pescados azules en un proceso que después detallaremos. En la antigüedad las piezas saladas y el garum obtenido eran introducidos para su comercialización en ánforas de líquido y pipas de producto, que eran almacenadas en la propia chanca en espera de la comercialización.

Patio

Mosaico

Balsas

Salas de Limpieza

Balsas

Reconstrucción en planta de la factoría santapolera de “La Picola”

Un funcionario siempre daba cuenta de las entradas de pescado, sal, ánforas y toneles, así como de las salidas de producto elaborado. Con el tiempo la chanca fue adquiriendo entidad y edificaciones. Algunas llegaron a estar amuralladas -el “Castillo” de Zahara- y el recinto incluía habitaciones para el personal que atendía el arte de la almadraba y la chanca, llegando a alcanzar, alguna de ellas, estructura fordista ya en el siglo XIX. En el Archivo del Reino de Valencia se conserva un documento122 que describe la chanca de Denia en 1839, situada en la Playa de la Almadraba, no lejos de la desembocadura del río Girona. “Constaba de una planta principal, con un torre-

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B. Letra B, 396; año 1839


Reconstrucción en 3D de la factoría santapolera de “La Picola” ón de defensa a la derecha y otra ala más pequeña a su izquierda. El edificio principal tiene un gran zaguán123 y sobre él, en entreplanta, una habitación para la dirección, otra sala, una chimenea y lugar para almacenes. El torreón tenía un cañón de hierro desmontado. Sigue un patio central de 2 por 3 varas124 y a su alrededor: tres balsas de salazón de 6 por 3 centímetros de vara; cuatro almacenes; un buen molino de sal y las habitaciones para el clérigo. A la izquierda del edificio principal hay otro patio algo menor y junto a él la Iglesia. El otro edificio adosado son caballerizas”. + En estas costas alicantinas no podemos atestiguar, ante los vestigios de factorías de salazón y chancas, una presencia cultural estable anterior a la romana. Ni griegos, ni fenicios, ni cartagineses dejaron un substrato arqueológico previo a las factorías romanas. Lo cuál no quiere decir ni que no capturaran atunes ni que no hubiera proceso de salazón. No hay duda de que la salazón existía desde el siglo V aC., pero no hay coincidencias entre los posibles lugares íberos de salazón y las factorías romanas; en ellas no hay restos anteriores. Es más, coinciden los historiadores en que no hubo en nuestro litoral verdaderas colonias greco-fenicias y la colonización cartaginesa, que fue militar, es tardía. Plantea Manuel Portal, vestíbulo, porche, recibidor, atrio, galería, pórtico, entrada Unidad de longitud española antigua que equivalía a 3 pies. Dado que la longitud del pie (patrón de los sistemas métricos arcaicos) variaba, la longitud de la vara oscilaba en los distintos territorios de España, entre 0,8380 metros de la vara mexicana y los 0,7704 metros de la vara aragonesa, la más empleada era la vara castellana. La vara castellana, o de Burgos, medía 0,8350 m, y estaba dividida en dos codos, tres pies o cuatro palmos. 123 124

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Oliver que para los íberos lo de la pesca y salazón del atún fue una pura actividad doméstica que fenicios y griegos mejoraron y comercializaron. Así, en Denia y en Jávea, en la ensenada del Portixol, entre Calpe y su Peñón, en la Isleta de El Campello, en el Tossal de Manises, en Santa Pola, en la Isla de Tabarca y en Punta Piles, cerca de Torrevieja, hay “Baños de la Reina” o estructuras similares que evidencian una incipiente actividad en el tratamiento de la pesca previa a la romanización. Luego, en tiempos de Roma, la correspondencia de estos lugares de salazón con almadrabas documentadas resultará asombrosa.

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Hipotética, idealizada y actualizada reconstrucción de una Chanca. 1.- Sala de descabezado, evisceración, despiece y saladura; 2.- pilas de producción de garum; 3.- depósito de sal; 4.- envasado; 5.- producto acabado

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XII - El ronqueo del atún El despiece del atún que se desarrollaba en la Chanca es toda una liturgia. Del ruido al cortar el animal, espinazo por medio, para liberar las excelentes piezas cárnicas arranca esta palabra, “ronqueo”. Del “cuchillo” medieval, el encargado de dar los cortes precisos para desangrar el atún y desarrollar el despiece, hemos pasado al “ronqueador” de hoy, que realiza esa operación con especial cuidado para obtener la mayor cantidad de piezas de la mejor calidad posible. Dicen lo expertos en las zonas alicantinas de la salazón que del atún se extraen quince piezas: mormo, morrillo, tarantelo, faseras, descargado, descargamento, tronco, tonyina de sorra, cola, espineta blanca, tripas (budellet), buche (bull), huevas, recortes y sangatxo125.

Vayamos por partes. Mormo

Morrillo

Solomillo

Lomo

Cola Negra

Espineta Negra

Parpatana Galeta

Ventrecha o ijar

Tarantelo

Ronqueo del atún 125 Músculos oscuros de baja calidad; la parte oscura de las faldas que se ensangrientan con facilidad

Cola Blanca

Espineta Blanca

La primera operación es el descabezado, es decir, se corta la cabeza al atún. Acto seguido, se suele sacar de la cabeza del atún 3 partes exquisitas y muy buscadas: los morrillos (las dos partes superiores de la cabeza), los mormos (dos, debajo de los morrillos) y los contramormos (las partes laterales de la cabeza). De la cabeza se saca también los morros o carrilladas, también llamadas facera, galete y cococha.

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El ronqueador continúa con el cuerpo del atún: se hace un corte en la barriga para obtener las huevas y extraer el estomago. Luego practica dos cortes paralelos a un lado y otro de la espina dorsal y otros dos longitudinales con los que el atún queda dividido en 4. Empieza a despiezar la parte más cercana a la cabeza y luego la cola, así como la tarantela, la parte que se sitúa antes de la ventresca. Después, hay mil cortes más, todos magníficos y distintos. Nada se desperdicia. Se hace el ronqueo del atún y se extraen el plato, el descargado, el descargamento, la cola negra, la cola blanca, las huevas, la ventresca o íjar, el tarantelo, la espineta negra, el solomillo, la espineta blanca, el espinazo y el buche. La mojama, las huevas, las tripas y el buche no serán material de salazón propiamente dicho, al no pasar por las pilas de salado, pero siguen su propio proceso. Del atún, al igual que de la ballena y del cerdo, se aprovecha prácticamente todo. Así, de cada 100 kilos de peso bruto de un atún es posible obtener 61 kilos de carne para salazón y conserva, 8 kilos de otras carnes más inferiores, que no se salan y salen a los mercados, y 4 kilos entre el buche y los intestinos que salados tienen su mercado. Cabeza, espina y aletas vienen a sumar los 27 kilos restantes y se suelen destinar a abono agrícola, guano que en algún momento también se le llamó, y para pienso de las piscifactorías. De cada uno de estos trozos, de los lomos del descargamento y del descargado se extraen varias tiras de entre 35 y 45 centímetros de largo por cuatro centímetros de grueso y ocho centímetros de ancho que se lavan y colocan al sol hasta que estén curadas. El producto que se obtiene es la mojama. El proceso completo de elaboración dura un par de meses. Otra exquisitez la constituyen las huevas del atún; de grano en las hembras y “de leche” (semen) en los machos.

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XIII - La Salazón La historia y evolución de la pesca en general y de la almadraba en particular va inevitablemente ligada a la salazón, uno de los métodos de conserva alimentaria más extendidos. A su vez, la historia de la salazón va ligada a la sal, que si bien hoy en día es algo en lo que casi no reparamos, antaño fue elemento fundamental para la conservación de los alimentos y por ello su posesión y comercio tuvo diversos tratamientos administrativos, siendo fuente de poder y riqueza. El pescado en salazón ha sido hasta el siglo XIX un producto hegemónico en materia de alimentación. Sólo la llegada de las conservas y del frío artificial lo ha relegado. En la Edad del Bronce (3.000 años atrás, en el Mediterráneo) parece que el hombre ya conocía las virtudes de la salazón pues hay evidentes indicios de un comercio de pescado salado y seco. Los fenicios traen hasta nuestras costas la pasión por la captura y salazón del atún, la caballa, el jurel e incluso la sardina, naciendo un próspero comercio hacia las principales polis del Mediterráneo oriental, cuestión que se incrementa con la romanización del mar en la irrupción del Imperio. Como ya hemos señalado para la almadraba, la caída de Roma acabó con el consumo masivo y quedó sumida, muchas décadas, en cuestiones de supervivencia. En tiempos de Roma, la salazón se efectuaba con pescados enteros o limpios, sin espinas, según el tamaño, o en trozos. Pescados o trozos de pescado eran sumergidos en sal, en cubetas o cajas de madera a propósito (salsamentarii cadi126). Allí lo dejaban el tiempo para que no se pudriera y luego se sacaba y se colocaba en vasijas de barro (salsamentaria vasa) para el consumo local o para ser enviado por tierra o mar a diferentes destinos. Algunos eminentes romanos detestaban el pescado en salazón, pero se fue haciendo un hueco gastronómico de importancia. El gaditano Columela127 recomendaba consumir el pescado fresco frente a otros peces “consumidos por la sal” o “sardinas podridas128”. Con los nombre de muriatica salsa, utilizado por Plauto, salsa, utilizado por Apicio o, con mayor frecuencia, salsamenta, utilizado por Varron y Columela, se designaba en tiempos de Roma la salazón de pescado. El nombre de salsamentum se le daba al pescado salado o salpresado129. Los vendedores de pescado en salazón eran conocidos con el nombre de salsamentarii, nombre que también designaba a los dependientes, fabricantes y otros operarios o comerciantes relacionados con la salazón.

Plinio. Historia Naturalis; en J. Fernández. Consideraciones sobre la pesca romana en Hispania Lucius Junius Moderatus, apodado Columela, nacido en Gades (Cádiz) a principios de la Era Cristiana, amigo de Séneca y tribuno en Siria. Su obra está considerada como el repertorio más amplio y documentado sobre agricultura romana y ella entraban las cuestiones de la pesca. 128 Columela. Doce libros de Agricultura; en J. Fernández. Consideraciones sobre la pesca romana en Hispania 126 127

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Aderezar con sal [un alimento] prensándolo para que se conserve.

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Tras Roma, árabes y judíos gustaban de la salazón y ello revivió un poco el arte, pero será tras la Reconquista cuando cobre un especial papel en la dieta cuaresmal y de abstinencia de los reinos cristianos, y la sal recuperó un protagonismo que, con altibajos, ha mantenido hasta hoy en día. Tal era la importancia del condimento en la conservación de alimentos que en 1386 las salinas pasaron a ser propiedad de la Corona. En 1564 el rey Felipe II se apropió, para el Real Patrimonio, de la totalidad de ellas, pues muchas -conseguidas como regalías en el proceso de la Reconquista- permanecían aún en manos privadas. Como representaba una gran fuente de ingresos, en 1586 se obligó a todos los que se dedicaban a la conservación a comprar sal del Real Patrimonio.

Salazón en la almadraba de Conil a mediados del siglo XVI, según el grabado de Georgius Hoefnagle para el libro “Civitatis Orbis Terrarum”

La salazón consiste en un proceso que elimina la mayor parte del agua del músculo, limitando el crecimiento de las bacterias, y sustituyéndola por la sal, bien en seco (pescados magros), bien en húmedo (pescados grasos), en salmuera, donde se absorbe la suficiente sal para detener el crecimiento de las bacterias (en un proceso llamado maduración, que se utiliza en pescados azules como los que nos ocupan) y evitar en enranciamiento de las grasas, o bien en un proceso mixto a través de una salmuera mixta de agua y sangre procedente del propio pescado. La salazón proporciona firmeza a la textura del pescado, proporciona un agradable sabor salado y lo conserva. Para ello es fundamental la sal. Al principio de los tiempos, la salazón se realizaba en pescados completos. Poco después se determinó eviscerarlos130 y quitarles las cabezas, con lo que se conseguía un producto más refinado ya que no se producían alteraciones en el proceso en ausencia de fuentes contaminantes como los intestinos y las branquias. La calidad de la sal es también fundamental. Su pureza afecta a las características organolépticas131 del pescado curado en salazón. Se dice que se utiliza “sal gorda” para salar la primera vez y “sal de medio gramo” para empipar132. 130 131

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Retirada de las vísceras; principalmente de los intestinos y su carga microbiana. Propiedades de un producto susceptibles de ser percibidas por los sentidos: olor, color y sabor o retrogusto. 132 Proceso de colocar la salazón en las pipas


Había diferentes formas de salar, en función de la clase de pescado graso que fuera, el tiempo de secado y la parte del pescado Los envases para la salazón tienen también una importancia capital. De las pilas iniciales en roca, o de mampostería revestida, pasamos a los toneles y sus variantes133, de madera, donde se colocaba capas de pescado y de sal, con un peso en la tapa que provocará la salida del aire residual. El proceso generaba una salmuera natural, dependiendo del grosor del pescado o de la pieza, del grado de frescura inicial, de la pureza de la sal, del contenido graso del pescado y de la temperatura exterior. La salmuera generada servía para la elaboración del garum, el muria134 y el alex (hallex, hallec)135. La determinación del punto exacto de maduración era función del maestro saladero. El muria, por ejemplo, se lograba por fermentación de vísceras y branquias de atún con su propia sangre y salmuera. En tiempos de Roma el producto salado final se introducía en ánforas, que se tapaban con un disco de tierra cocida, y se grababa la inscripción correspondiente identificara el contenido. Hoy en día, la base del proceso de salazón sigue siendo como la del V milenio a. C. para conservar pescado u otros alimentos. Sigue siendo una deshidratación parcial del producto con la que se consigue el refuerzo de su sabor y la inhibición de ciertas bacterias. Se realiza mediante la utilización de sal o salmueras (soluciones concentradas de sal). El proceso tradicional para alcanzar esta preparación consiste en el limpiado (evisceración y sección de la carne), el apilado (en capas, entre capas de sal), colocación del peso (equivalente a algo más de la mitad de la cantidad real de pescado puesto a salar), el reposado (semana y media o el tiempo indicado por el maestro secador), el lavado (con agua y vinagre para retirar la sal exterior) y el oreado (en ausencia de luz o incidencia solar por un tiempo que determina el maestro oreador, dependiendo del clima). Actualmente el proceso para obtener algunas salazones difiere sólo en tiempos y materiales utilizados. En preparaciones como hueva o mojama las capas permanecen en reposo durante 24 horas, tras las que tiene lugar el lavado y su introducción en prensas que escurren el agua. Tras pasar por el secadero se envasan al vacío. El secado tiene lugar en la secadora, una habitación aislada con extractor de humedad que aplica calor seco (su uso es exigido por sanidad).

133 Tonel: de unos mil litros, se convirtió en unidad de capacidad. Barril, tonel de menor capacidad; Pipa, tonel de unos 400 kilos/500 litros (2 pipas = 1 tonel); _ Pipa es un recipiente de 200 kilos/250 litros y una cuarterola es de 100 kilos/125 litros. Al tonel también se le llamó Bota y Barrica. Cuba es el tonel de capacidad superior a todos los demás. [Manual de Tonelería; sección Almadraba; Siglo XVII] 134 Salmuera de atún selecta 135 Garum de peor calidad y olor agrio utilizado en otros menesteres culinarios (1 ) Región de Murcia. Salazones. Valor Nutricional

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En el caso de los pescados de almadraba, señalar que del atún se aprovechan en salazón todas sus partes obteniéndose diversos productos.

El garum / garo Dependiendo de la factoría, el garo tenía un toque característico. No es una invención romana. Tiene, al parecer, un origen egipcio -o de una cultura incluso más oriental-, siendo adaptado por los griegos para un consumo más racional. Pero son los romanos los que la encumbraron culinariamente. De las costas de Hispania llegaba a Roma el más exquisito a tenor de las alabanzas de los maestros gastronómicos de la época. Con la caída del Imperio Romano va a ir desapareciendo, pero conocemos referencias españolas de esta salsa de aderezo aún en el siglo XVII, y hasta en Turquía hay referencias a ella en los primeros años del siglo XX136. El garo de caballa, cuentan otros reputados gastrónomos, era el más apreciado, pero cualquier pescado azul entraba en la composición genérica del garo, siempre macerado en abundancia de salmuera y presencia de hierbas aromáticas como hinojo, cilantro, eneldo y hierbabuena, e incluso apio, así como de camarones, quisquillas, ostras y almejas, que apuntan otros investigadores. El conjunto se maceraba al sol durante el verano y después era filtrado, obteniendo, cuando menos, el preciado “liquamen”, un excelente saborizante de las comidas, y una pasta de menos calidad también demandada, el “hallec”. Por lo general, se trata de un compuesto industrial de peces azules grasos y vísceras (incluso sangre) de atunes, de ahí que se elaborara en las chancas de salazón del atún de almadraba, utilizando la salmuera del proceso de salazón. Sobre el garum y la receta de su fabricación, mejor que el texto recogido en las Geoponicas137 de Paladio, apunta Joaquín Fernández en sus “Consideraciones sobre la pesca romana en Hispania”, es la que reseña Gargilius Martialis138, que dice así: Se toma pescado graso, salmones, anguilas, alosas, sardinas..y, con esos peces, hierbas aromáticas secas y sal, se hace la preparación siguiente: se escoge un recipiente sólido y bien pesado con una capacidad de tres o cuatro celemines (26 a 35 litros) y se toman hierbas secas muy olorosas, tanto silvestres como cultivadas, hinojo silvestre, cilantro, hinojo cultivado, apio, ajedrea, salvia, ruda, menta, menta salvaje, levístico, menta poleo, tomillo, orégano, betónica, amapolas, que se disponen en el fondo del recipiente. Después se coloca otra capa de pescado, enteros si son pequeños, cortados en trozos si son grandes. Por encima se cubre con una tercera capa de un espesor de dos dedos, hecha de sal. Se llenará así el recipiente hasta el borde alternando estas tres capas de hierbas, de pescado y de sal, se cerrará con una tapadera y se dejará así siete días. A continuación, durante veinte 136 Carlos Azcoytia. Historia y elaboración del mítico garum. Rutilio Tauro Emiliano Paladio, también llamado simplemente Paladio, fue un escritor y agrónomo romano del siglo IV. No se conocen detalles de su vida. Sin embargo, parte de su obra ha llegado hasta nuestros tiempos. Su tratado y almanaque sobre agricultura en 14 libros, conocido como "Opus agriculturae", o "Geoponicas", es una compilación que aborda con gran detalle cuestiones sobre los cultivos (en particular, el olivo y la vid), sobre ingeniería (construcciones rurales, acueductos), sobre cuidado del ganado y sobre mejoras en la producción de vinos y quesos. 138 Quintus Gargilius Martialis (siglo II aC); autor de diversos tratados de agronomía y medicina 137

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días sucesivo, se removerá esta mezcla hasta el fondo. Al cabo de ese tiempo, se recogerá el líquido que se escurra. Líquido éste que una vez filtrado se vertía en tinajas o en ánforas para su conservación y exportación. Luego, en las cocinas del Imperio, se utilizaba como condimento. Conviene aquí destacar que para acelerar su fabricación se calentaba la mezcla en marmitas, utilizando incluso salas caldeadas, lo que activaba la evaporación del agua. Por ello, consideramos que, muchas de las llamadas “termas” localizadas en las factorías (Baños de la Reina de Jávea, Calpe y El Campello) no fueran otra cosa que salas de desecación de salsas y estaban, como las termas tradicionales, provistas de horno, hipocausto139 y lugar de enfriamiento140. A pesar de que parece tratarse de “pescado en proceso de putrefacción”, en realidad es un proceso de autodigestión del pescado por las diastasas de su propio tubo digestivo, en presencia de un antiséptico, la sal, que impedía la putrefacción. A esta autolisis se añade una cierta fermentación microbiana que provoca la maduración de la masa, de forma parecida a la que provoca la fermentación de los quesos. El compuesto final está absolutamente esterilizado. Las salsas se guardaban en jarras de barro alargado y ánforas sin asas que, en ocasiones, se han confundido con ungüentos, aunque estaban identificadas con el nombre del contenido y el lugar de procedencia. Por los hallazgos de pecios de embarcaciones cargadas con ánforas con Garum y salazones se conoce que los principales preparados para la exportación, de la lectura de las inscripciones en las ánforas, eran el Garum Escogido (liquamen puro), el Garum Scombri (de caballa), el Garum Selecto (Liquamina, liquamen diluido), la Salmuera de atún selecta (Muria) y la Salmuera de atún corriente (Muria Secunda o hallec).

139 140

Sistema romano de calefacción del suelo Coinciden en ello varios autores consultados.

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XIV - Las bondades nutricionales del atún El atún salvaje de almadraba es una especie pesquera de gran aceptación por el consumidor. Se trata de un pescado con un alto contenido en compuestos nutritivos, por tanto constituye un alimento de elevada calidad nutricional141. Las proteínas del atún de almadraba contienen los aminoácidos esenciales requeridos por el organismo. Presenta un importante contenido en vitaminas y minerales. La presencia de ácidos grasos poliinsaturados hace que su consumo se relacione con una disminución en los accidentes cardiovasculares. De un modo más detallado se puede destacar qué es lo que aporta este tipo de pescado en la dieta. El atún salvaje de almadraba es un alimento proteico que aporta, fundamentalmente, proteínas de alto valor biológico, fácilmente asimilables. Su calidad nutricional es equivalente a la de la carne, al tiempo que su digestión se realiza con mayor rapidez. Entre los aminoácidos que abundan en la proteína de este pescado se encuentran la lisina142, muy necesaria para los niños en crecimiento, y el triptófano143, imprescindible para la formación de la sangre. Un dato muy destacable del atún de almadraba es su aporte en grasa por la gran proporción de ácidos grasos Omega-3144. El consumo de alimentos ricos en estos ácidos grasos está relacionado con una reducción de los niveles de triglicéridos en sangre, disminución de la presión arterial, disminución del riesgo de trombosis así como sus propiedades anticancerígenas y antiinflamatorias. Incluso parece ser que intervienen en el desarrollo cerebral del feto, por lo que su consumo durante el embarazo resulta más que recomendable. El estado de engrasamiento de los atunes cuando son capturados en las almadrabas puede considerarse inmejorable, tanto por su forma de captura como por la cercanía de las almadrabas a los puertos pesqueros (tiempo máximo desde la captura al despiece oscila en torna a la hora), de hecho es éste uno de los parámetros más valorados por los merca141

Organización de Productores Pesqueros de Almadraba. (página web: almadrabasandaluzas.com)

142

Es uno de los 8 aminoácidos esenciales para los seres humanos. Como aminoácido esencial, la

lisina no se sintetiza en el organismo y, por consiguiente, debe ser ingerida como lisina o como proteínas que contengan lisina. Los requerimientos de lisina son de 1,5 g al día. 143

Es un aminoácido esencial en la nutrición humana. Es esencial para promover la liberación del

neurotransmisor serotonina, involucrado en la regulación del sueño y el placer. 144

Los ácidos grasos omega-3 son ácidos grasos esenciales (el organismo humano no los produce

internamente), poliinsaturados, que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados (por regla general pescado azul), y en algunas fuentes vegetales.

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dos internacionales. Y lo que es aún más importante: la grasa del atún de almadraba es una grasa natural, no conseguida artificialmente como ocurre con los atunes de las granjas de engorde que son engrasados artificialmente. Entre los beneficios para la salud que supone el consumo de atún de almadraba, destacamos su aporte en vitaminas: fundamentalmente vitamina A145, así como vitamina D146, tiamina147 y niacina148. La vitamina A ayuda a la formación y el mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos, de las membranas mucosas y de la piel. La vitamina D estimula la absorción del calcio en el cuerpo, el cual es un elemento esencial para el desarrollo y mantenimiento de dientes y huesos sanos. El calcio también es importante para las células. La tiamina (vitamina B1) es esencial para el funcionamiento del corazón, músculos y sistema nervioso. La niacina (vitamina B3) interviene en el funcionamiento del sistema digestivo, piel y nervios. También es importante en la conversión de los alimentos en energía. Finalmente cabe resaltar el aporte de minerales que las carnes de los atunes de almadraba brindan a los consumidores. Son de destacar el yodo150 y el hierro151.

145 Retinol; ácido retinoico. Es una vitamina liposoluble. Es un heterolípido insaponificable del grupo de los esteroides. Se le llama también vitamina del raquitismo ya que su déficit provoca esta enfermedad. 147 Vitamina B1. 148 Vitamina B3 ó Vitamina PP. 150 La glándula tiroides fabrica las hormonas tiroxina y triyodotironina, que contienen yodo. 151 Aunque solo existe en pequeñas cantidades en los seres vivos, el hierro ha asumido un papel vital en el crecimiento y en la supervivencia de los mismos y es necesario no solo para lograr una adecuada oxigenación tisular sino también para el metabolismo de la mayor parte de las células. 146

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XV - Las almadrabas de la costa alicantina Especificidades de las costas alicantinas Los doscientos diez kilómetros de la costa alicantina son una amalgama de posibilidades. De los testimonios de los clásicos se deduce que desde el Cabo de San Antonio al Cabo de Palos se pescaba masivamente peces emigrantes y se industrializaba su captura, aunque no siempre podamos corroborar arqueológicamente tal realidad. El profesor Quereda Sala, en sus tesis sobre La Marina, deja bien claro que las condiciones naturales obligaron desde siempre a las gentes de este litoral a las faenas del mar. Las costas acantiladas con frontales superiores a los diez metros de altura y base en aguas profundas, con corrientes que arrastren materiales, se reducen al cabo de La Nao y algunos puntos de las Marinas donde las estribaciones de los sistemas béticos se funden con el Mediterráneo. En el Marquesat, exceptuando las llanadas del río Girona, al Norte de Denia, y las del río Xaló -o Gorgosen Jávea, la costa es abrupta y brava, con intensa articulación entre acantilados e islotes -el Portitxol y l’Escull- que protegen playas y calas. Aguas abajo del Marquesat dianense sigue la costa erosionada y fracturada, con nuevos islotes -Descubridor-, calas, escollos, breves arenales y playas de gravas hasta Moraira, destacando la pedregosa playa de La Granadella, con los morros del Pino y del Castell.

Antonio José Cavanilles. Mapa del Reyno de Valenciano. 1795

Desde la playa arenosa de Moraira hasta Calpe hay predominio de acantilado bajo recortado de calas -Fustera y Gallicant-, salientes -Punta de les Bassetes- y escollos. Entre la playa calpinas de la Fossa y el Arenal se alza la mole cali-

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za del Penyal d’Ifach, para seguir el derrotero costero en acantilado bajo, con playas discontinuas, hasta el Morro de Toix, por donde la Sierra de Bernia se desploma al Mediterráneo en una conjunción única entre la cala Gasparet, la Punta del Mascarat y la Barra de la Galera, para darle entrada a la gran bahía de Altea, que discurre entre cantiles bajos y explanadas de guijarros -tras la marca de l’Illot de l’Olla-, y permite desaguar al río Guadalest-Algar. De inmediato, en nuestro camino al sur, irrumpen las Penyas de l’Arabí, los seis kilómetros de la Serra Gelada; un acantilado tipo plunging de más de 300 metros de altura, entre la Punta Bombarda (l’Alfàs del Pi) y el Racó de l’Oix (Benidorm), antesala de la Playa de Levante de Benidorm (Playa de las Llosas, Playa de la Chanca), de finísima arena, a la que sigue la Playa de Poniente al superar el promontorio de la Punta Canfali, que es el cerro del Castell, y la caleta del Mal Pas que conformara en los años veinte, del siglo XX, el espigón del puerto, hoy Estación Náutica. Cierra Poniente el Tossal y tras él se abre la Cala Morales (Cala de Finestrat), tras la que el litoral vuelve a elevarse abruptamente hasta llegar a la desembocadura del río Torres, con su flecha protodeltaica entre cordones de guijarros, para elevarse de nuevo, abriendo caletas, hasta l’Alcocó, donde se construyera el puerto de La Vila. Luego siguen más playas de cantos rompiendo el frente acantilado menor: del Moro, del Paradís, del cabo de la Noina, del Buen Nombre y del Charco/Xarco. Y entre las torres del Barranco de Aigües y del Charco, las calas del Perxeret y de la Venta (Lanuza). El litoral, camino del Sur, se articula y se complica más en la Coveta Fumà, y en El Campello, entre las playas de “La Maldraba” y Poniente se encuentra l’Illeta/Els Banyets, de acantilado medio, siguiendo la playa del Carritxar y el Río Seco/Sec. Desde este punto y hasta el mojón con Murcia se irán alternando pequeños acantilados que permiten playas y calas. En este conjunto suresteño destacan el Cabo de las Huertas, antaño llamado Verónica y Alcodre/Alodre152, Cabo de Santa Pola (de l’Aljub o del Aljibe) -por frente la Isla de Tabarca (Isla Plana, Nueva Tabarca o Isla de Santa Pola) y sus escollos-, Cabo Cervera, Punta Margalló, Punta Prima, Cabo Roig, Punta del Cuervo y Punta de la Horadada, encerrando las playas de Muchavista y San Juan (Playa de la Huerta), la Almadraba, la Albufereta, el Postiguet, de Babel, de Agua Amarga y de los Arenales del Sol (Saladares del Sol), y las calas de los Borrachos y Calabarda, hasta los seif 153 dunares de Guardamar, por donde desemboca el río Segura, y los arenales de La Mata y Torrevieja (playas de los Locos, del Cura, del Acequión y de los Muertos) para cerrar en baluartes rocosos donde se abren las calas Piteras, Ferris, de la Mosca, Redonda, del Ríos Seco, del Pocico y del Rincón, hasta la playa del Sacanit, ya murciana. En todo este conjunto, y casi desde siempre, sólo aparecen trece núcleos vinculados a la pesca, y todos sabiendo de atunes, almadrabas y salazón por unos u otros motivos: Denia, Jávea, Moraira, Calpe, Altea, Benidorm, Villajoyosa, El Campello, Alicante, Tabarca, Santa Pola, Guardamar y Torrevieja. No hay grandes profundidades, la plataforma continental es buena y las exiguas mareas, los vientos dominantes, las corrientes y los oleajes son, por lo general, poco importantes. Cierto es que en la zona de los cabos, las profundidades

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152 V. Rosselló y Derroteros. Conjunto de dunas cuyas crestas se extienden paralelamente a la dirección del viento, incluso decenas de kilómetros


son importantes, pero lo plataforma continental se ensancha incluso en Sierra Helada y los cabos de las Huertas y Santa Pola, así como en la desembocadura del Segura. Las menores profundidades aparecen frente a Javea, Benidorm, La Vila, El Campello, San Juan, Sur de Alicante, Santa Pola y a partir de Pilar de la Horadada. Los fondos son principalmente arenosos con poca profundidad, fangosos sobre los veinte metros y con algueros alredor de la treintena. Al Norte de Denia se localiza, por ejemplo, un dilatado algar llamado “Algar de la Almadraba”154. Las mareas no constituyen una fuerza obrante sobre la circulación general en las costas de Alicante. La onda atlántica se detiene y se amortigua en Gibraltar hasta en 1’20 metros, sin penetrar en el Mediterráneo que sólo registra ondas menores y autónomas, muy débiles, de apenas unas pocas decenas de centímetros (entre los 15 de la pleamar y los 20 de la bajamar, con máximos de 50 cm)155. Las corrientes marinas son paralelas o longitudinales a este litoral, con dirección noreste-suroeste hasta el cabo de San Antonio, donde se desvían mar adentro; hacia mayo junio la dirección principal es sursuroeste-noroeste156. Las aguas atlánticas se elevan en dirección sureste, lamiendo la costa alicantina, pero entre Cabo de Palos y San Antonio se dividen en dos ramales, uno toma la dirección de las Pitiusas157 y otra, que remonta San Antonio, se dirige hacia tierra o va al sureste, uniéndose a la corrientes antes citada. Esto ha sido fundamental para la almadraba tiempos atrás, perro hemos de partir de la bases contrapuestas a tenor de los expertos. Por un lado, “tenemos un litoral de muy pocas condiciones marineras con un bajísimo índice de articulación y por otro “la estructura privilegiada que para la pesca tiene nuestra provincia”158. En tiempos antiguos los abrigos naturales, claramente mediocres, se reducían a Benidorm, Calpe, Moraira y tal vez Denia”159. En cuanto a los vientos dominantes, en primavera y verano son los de Levante y Lebeche160; mientras que durante el otoño y el invierno predominan los vientos del primer y cuarto cuadrante (Norte, Maestral161 y Poniente). La velocidad media de los vientos en este rincón del Mediterráneo no es muy alta (del orden de los 21 Km/h durante el día y de los 17 Km/h por la noche), lo que viene a indicar una real bondad del régimen de vientos imperante en la zona, aunque a veces se registren velocidades importantes, pero muy pocos días al año, en el mes de marzo162.

154 155 156 157 158 159 160 161 162

Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. Página 193 Margalef y Herrera. El nivel del mar en Castellón. Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. página 35 Ibiza y Fermentara. También los islotes de Espalmador, Espartell y otros. Estela Camarasa. La Pesca en la Provincia de Alicante Vicenç Rosselló Verger. El litoral valencià Viento que sopla del SW; anuncia la llegada de la depresión que lo provoca Viento del Norte, e incluso del Noroeste, frío, seco y violento Vicenç Rosselló Verger. El litoral valencià

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El oleaje suele estar en conexión con los vientos, por lo que predominan las olas casi perpendiculares al litoral, generando sólo marejadillas, salvo en temporales con vientos del Noreste y del Este. Aunque según en geógrafo Vicenç Rosselló, citado por Narbona y otros, algunas veces se originan temporales con vientos del Sureste o del Este-Sureste que producen olas de envergadura. Las corrientes en este mar siguen una doble estructura según el lado oriental u occidental, siendo la divisoria la línea imaginaria entre el tunecino Cabo Bon y el siciliano Cabo Granitola, en el Estrecho de Sicilia. Al Este de esa línea el movimiento del agua es contrario a las agujas del reloj. Las corrientes generales del Mediterráneo, por irrelevantes que resulten, dependen de varios agentes: rotación terrestre, depresión atmosférica, calentamiento diurno, enfriamiento nocturno y salinidad, que provocará una circulación vertical de caída de aguas pesadas y emersión de las más ligeras. Así, Rosselló destaca la existencia de corrientes paralelas al litoral, con dirección NoresteVientos Suroeste hasta el Cabo de San Corrientes Antonio. A partir de las Marinas las corrientes van mar adentro. Los Derroteros163 indican también que Corrientes y Vientos dominantes la corriente atlántica se eleva en dirección Sureste lamiendo las costas alicantinas, pero ante el Cabo de San Antonio se divide en dos ramas, una que remontar el cabo y de adentra en el Golfo de Valencia y otra que se dirige hacia las Islas Baleares.

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Armada Española. Derrotero, Nº 3, Tomo I (Costas del Mediterráneo; desde Punta Europa a la frontera con Francia); 2007


Las primeras pesquerías del atún Y ahora que sabemos como funciona el Mediterráneo y que el atún sigue esas corrientes y las influencias de los vientos, centrémonos en su milenaria pesca en nuestras costas alicantinas. Entrando en lo concreto y, ahora que tan de moda están las cuestiones del cambio climático, referir una terrible época de sequía dejó desiertas estas tierras mediterráneas en torno al siglo VI aC., como atestigua el Periplo Masiliense164. Y en esa línea apuntar que los ciclos del atún han sido relacionados históricamente con los periodos de sequías mediterráneas. Con esta salvedad y el regreso de la bonanza climatológica se desarrolla una cultura ibérica, ya de claras influencias púnica, pero ibérica. Entonces comienzan las descripciones. Poblamientos contestanos hubo en la costa, pero de ellos no sabemos nada. Parece ser que en la biblioteca del rey Juba II de Numidia165 (Mauritania, Argelia y Marruecos de hoy; 52 aC-24 dC), heredera de la documentación fenicia de Cartago, se conservarían las descripciones costeras españolas y de las factorías púnicas de estas costas, pero desapareció. Lo más antiguo de que disponemos, en cuanto a noticias, es de los viajeros y geógrafos griegos. Desde los siglos VI y V aC describen perfectamente nuestra costa, lo que evidencia algún contacto serio con la misma en aquellos tiempos. Pero de repente surge un vacío, en el siglo IV aC, que se prolonga hasta finales del siglo III aC, que es cuando Iberia será conocida a fondo por las gentes del Imperio Romano, con la misma intensidad con la que iba avanzando su conquista y romanización. La arqueóloga sueca Solveig Nordström166 admite que “la mayor parte de lo atribuido a los fenicios en España es cartaginés” y que fueron “los cartagineses los que introdujeron la fabricación del garum en España”, fabricación que los romanos hicieron suya. El arqueólogo Enrique Llobregat contundentemente confirma que bajo los bárcidas167 hubo cartagineses en estas tierras, pero en una invasión militar con mínimo contacto cultural. Así pues, hay restos griegos, pero no hubo colonias griegas; no hay material púnico, porque no hubo colonias púnicas. Lo que sí se dio hasta fechas bastante avanzadas, fue la importación de objetos griegos a través del emporium cartaginés de la isleña Ebusos (Ibiza)”168. 164 Documento antiguo que consistía en una lista de puertos y otros puntos costeros, ordenados geográficamente y con la distancia aproximada entre ellos y descripción de las desérticas y ardientes costas. Era utilizado por navegantes fenicios, griegos y romanos. 165 Fue llevado a Roma por Cayo Julio César. Recibió una educación romana en latín y en griego, romanizándose e incluso obteniendo la ciudadanía romana. Se dedicó al estudio y se convirtió en uno de los ciudadanos romanos con mejor educación. A la edad de 20 años escribió su primera obra titulada Arqueología romana. Disfrutó del favor de César y Octavio Augusto quien le restituyó como rey de Numidia entre los años 29-27 aC., convirtiéndose en un fiel aliado de Roma. 166 Los cartagineses en la costa alicantina. 167 Dinastía cartaginesa fundada por Amílcar Barca quien conquistó gran parte de Iberia y fue el padre de los Bárcidas más importantes. Entre sus hijos: Aníbal, comandante del ejército cartaginés, luego del mando de su cuñado -Asdrúbal el Bello-, que comenzó la Segunda Guerra Púnica (218 aC-201 aC) al atacar la ciudad de Sagunto, Asdrúbal, que se quedó al mando en Iberia cuando su hermano Aníbal partió a la conquista de Roma, y Magón que acompañó a Aníbal en aquella aventura. Sólo hay constancia histórica de cinco hijos: los tres citados y dos mujeres: Sapanibal y Salambua, la Salambó de Gustave Flauvert en la novela homónima. 168 Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina.

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Estrabón169 (63 aC-24 dC) aprovechará los datos facilitados por los historiadores y viajeros griegos Polibio, Artemísoro, Asclepíades y Poseidonio para escribir, durante el reinado de Augusto (27 aC-14 dC), su famosa “Geografía”, cuyo III libro está íntegramente dedicado a Iberia. Bien entrado el siglo I, el hispano-romano Pomponio Mela escribiría la “Corografía”, la más vieja descripción del mundo antiguo en lengua latina, por lo que también nos resultarán muy valiosas sus noticias sobre España. Algo parecido ocurre con la “Historia Natural”, de Plinio el Viejo, de la misma época e idioma, cuyos tomos III y IV están llenos de referencias a España. Estrabón nos dice que Iberia era “un país poco habitable”. La superficie de la Península Ibérica la compara a la de una piel de buey extendida, pero en contradicción con su primera idea nos dirá que “la felicidad, el clima y la riqueza” atrajeron a Hércules, a los fenicios y a los romanos, que conocieron antes el Levante y Sur peninsular que el resto. Del Cabo de Palos hacia el norte sitúa Estrabón a los oretanos -otros, a los bastetanos- y dice que por aquí, por estas costas nuestras, se asomaban al mar los montes de la Oróspeda (Sistemas Béticos) y que el clima era benigno y húmedo. Va a más y señala que “partiendo de la región de Calpe, cruza la Bastetania170 y el país de los oretanos171 una cordillera cubierta de densos bosques y corpulentos árboles, que separa la zona costera de la interior”. Añade que el olivo, la vid, la higuera y otras plantas semejantes crecen en las costas ibéricas que bordean el Mare Nostrum, del que apunta que sus costas abarcan cuatro mil estadios172, habiendo mil doscientos estadios de Cartagena a Calpe, y otros tantos de Cartagena a las desembocaduras del Ebro. En cuanto a Islas, Estrabón nos narra cómo arribando a Cartagena se ve la isla Scombraria (Escombreras, frente a la rada de Cartagena) -isla de los escombros-, donde se produce el mejor “garum”. En otro lugar de esta costa alicantina, Estrabón enumera dos islas más, la Isla Planesia (¿Tabarca?) y la Isla Plumbaria (¿Isla de Benidorm?). Hay que destacar que Estrabón no nos cita ninguna colonia o factoría fenicia en el litoral de la provincia de Alicante. Asegura, en cambio, que éste fue el litoral preferido por los griegos, y así señala -aunque hoy sabemos que no hubo ni presencia estable fenicia o griega como tal- que las colonias griegas, en las costas de Alicante, eran tres: Hemeroscopion, Alontis (Alone, Villajoyosa) y Akra Leuké (Alicante) en su viaje descriptivo de descenso costanero. A una de ellas, a Denia, se refiere, cuando dice: “Entre el Júcar y Cartagena, no muy lejos del río, hay tres fundaciones de los masaliotas173; de ellas la más conocida es Hemeroscopion (Denia), que tiene sobre el promontorio un santuario dedicado a Artemis Efesia, muy venerado; Quinto Sertorio174 estableció allí su base marítima. Es un lugar muy defendido y apto para nido de piratas; de lejos es visible para los que se acercan navegando. Su nombre es Dianion, es decir, Artemision”, y aquí el arqueólogo García y Bellido175 apunta que junto a la colonia griega, existía otra pequeña colonia ibérica de nombre Diniu, que los romanos adoptaron y transformaron en Dianium.

Geógrafo e historiador griego que aprovechando la pax romana( 29 dC- 180 dC) recorrió las tierras del Ecúmene (conjunto del mundo conocido) 170 Antigua región de la provincia romana de Tarraco, en el sureste de la Península Ibérica 171 Entre Sierra Morena y el Guadiana 172 Un estadio romano = 185’7 metros 173 Territorio entre Liguria (Génova) e Hispania, cuya capital era la actual Marsella, de neta influencia griega. 174 Político y militar romano de la época final de la República (509 aC-27 aC), célebre por su lucha contra Lucio Cornelio Sila Felix (138 aC-78 aC) que dirigió en Hispania. 175 Antonio García y Bellido. Las colonizaciones púnica y griega en la Península Ibérica

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Estrabón, sobre las colonias fenicias de Hispania, afirma que fueron las más remuneradoras de Europa. En muchos y abundantes detalles de estas tierras señala que tiene sal fósil y muchas corrientes de ríos salados excelentes para los talleres de salazón que producen excelentes salmueras y, finalmente, apunta a que “los atunes que llegan del Mar Exterior son gordos y grasosos, pues se nutren de bellotas de cierta encina que crece junto al mar”. Finalmente cita el esparto como base de la industria redera que tan buenas capturas consigue. A pesar de todos estos condicionantes positivos para la pesca del atún, la actividad importante respecto de la almadraba y la salazón no llegará en nuestras costas hasta la romanización. Antes, la pesca del atún y el proceso de salado debió ser una inmemorial práctica cultural autóctona, con nula vinculación a fenicios y alguna afección a griegos massaliotas. Sin duda, coinciden los estudiosos, existieron factorías pre-romanas, pero el auge de las mismas es, sin lugar a dudas, post-barcida176. En el litoral alicantino existieron factorías romanas perfectamente conocidas: Javea -datada al menos desde la mitad del siglo I aC-, Calpe, El Campello y Tossal de Manises (junto a la alicantina playa de la Albufereta). También Santa Pola y, posiblemente, Tabarca y otros lugares en las desembocaduras de los ríos Girona y Segura Las almadrabas y factorías romanas de las costas alicantinas dejaron de funcionar, como las demás de la Península y Norte de África, en el siglo III dC en medio de las crisis políticas, económicas y sociales que afectaron a la Hispania romana y al Imperio. Algunas, como la de Jávea, parece que volvieron a la actividad en el siglo IV (testimonios cerámicos lo evidencian), para volver a desaparecer con las invasiones germanas.

Las factorías de las costas alicantinas Tres factores fueron determinantes para el desarrollo que tuvo la almadraba y la salazón en las costas alicantinas: la riqueza en cuanto a pesca se refiere, la fácil disponibilidad de sal para su conservación y consecuente actividad comercial tanto para el abastecimiento del interior peninsular como la exportación y, por último, el bajo costo que tenía este tipo de productos básicos y el alto precio final que conseguía la producción. Junto a la salazón de atún se elaboraban otros productos de elevada calidad y alto precio, como el “horaïon y la cybia”177, que se obtenían de las partes magras del atún. Otro producto importante que se elaboraba en las factorías salazoneras alicantinas era el “garum”, una de las bases fundamentales de la cocina romana, en la que alcanzaba precios altísimos comparables a la de los perfumes, pagándose 500 monedas de plata por un “congio de garum” 178. Hay toponimia costera por todo el litoral alicantino que evidencia estas prácticas, pero hay más que evidentes restos arqueológicos de factorías ibéricas y romanas para estos menesteres. Así, en Santa Pola, en el yacimiento de “La Picola” Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. p. 106 Información de Salazones Vicente Leal, SL 178 Ciuna i Tertulia. La Salazón, arte milenario en nuestras costas. Salazones Vicente Leal SL 176 177

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encontramos restos arqueológicos fechados entre el 450 aC y el 350 aC, incluso unos saladares romanos del siglo I aC, indicadores de una actividad pesquera y comercial de producción del garum179. Y para la fabricación del garum la materia prima son los escómbridos, como el atún. A partir del número y ubicación de factorías, y también de las torres defensivas mandadas construir para defender las pesquerías, podemos establecer las almadrabas que se han calado históricamente. Y así, factorías y todos aquellos lugares que conocemos como “Baños de la Reina”, siguiendo la costa alicantina de norte a sur encontramos vestigios de factorías en la desembocadura del río Girona/río Albergal (en aldea de Miraflor), en la Punta del Arenal/Muntanyar, en La Fontana y el Arenal, en Jávea; en la Punta del Castell, en Moraira; en la Ensenada del Portixol; en Calpe; en l’Illeta de El Campello; en el Tossal de Manises, en Alicante; en La Picola, Santa Pola; en Tabarca y en Punta Pilas, entre el Cabo Cervera y Torrevieja. Las torres fueron: Denia (1356), Tabarca (1370), Cap Cerver (1360), Cap Roig y Cala Cornuda (1360), así como las de Jávea, Moraira, Calpe, Benidorm, El Campello y las Huertas. En el siglo XVI, con cargo al impuesto sobre la seda, se reconstruirán y reforzarán estas y otras torres que entrarán en esta historia como la Torre del Cap Alcodre (Cabo de las Huertas) y la Torre de la Cala del Charco. + Cuando a lo largo de la costa alicantina, en Javea, Calpe o El Campello, nos encontramos con topónimos como “Los Baños de la Reina”, todos ellos hacen referencia a “granjas marinas” romanas para el mantenimiento de las capturas o la producción acuícola de especies de uso industrial. El impuesto que exigía el fisco romano sobre este tipo de pesquerías acredita su existencia en aquel tiempo. El gaditano Lucius Junius Moderatus, Columela, explicó cómo debían ser esas granjas marinas. Recomienda para su construcción que se talle en la roca o bien que se haga en el litoral de obra. Sugiere Columela180 que el estanque tenga una serie de cuevas en el fondo, y señala la necesidad de huecos a todo lo largo del estanque para la salida y entrada de agua, de forma que “sea cual sea el punto por donde empuje una

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178 Salsa de pescado hecha de vísceras fermentadas de pescado, branquias, suero y sangre del atún mezcladas con sal en proporción y se secaban al sol durante algo más de dos meses. Era considerada por los habitantes de la antigua Roma como un alimento afrodisíaco, solamente consumido por las capas altas de la sociedad. Proporcionaba un sabor salado a los alimentos. 179 Joaquín Fernández. Consideraciones sobre la pesca romana en Hispania. Citando siempre Columela. Los Doce Libros de Agricultura (Traducción de J.M. Álvarez de Sotomayor) Madrid, Miguel Burgos, 1824


ola, hay salida libre por la parte opuesta”. La renovación del agua y su oxigenación era primordial para mantener vivos los peces: “Convendrá recordar que se claven en las bocas de los canalillos por los que desagua la piscina, rejillas de bronce con pequeños agujeros, para impedir la huida de los peces”. Para completar el ambiente marino, Columela indica la necesidad de incluir en la piscina rocas recubiertas con algas para “reproducir el aspecto del mar cuanto sea capaz de imaginar el ingenio humano”. Las medidas de seguridad se extremaban cuando batía muy fuerte el oleaje, circunstancia que podía provocar la salida de los peces cautivos. Para ello se suplementaba el estanque con rejas que sobresalían del muro y del agua. Incluso se llegaban a diseñar unos diques de escollera para impedir con ellos el paso del oleaje impetuoso. “Una vez dispuestos los establos según este procedimientos, introduciremos en ellos el ganado acuático”, decía Columela, quien ponderaba además el tipo de alimento que había que suministrar a los peces en el criadero: “salsas de pescado estropeado, arenques corroídos por la sal, sardinas podridas, agallas de sauros, o cualquier parte de los intestinos del atún joven y del lacertus, o también vísceras de caballa, de cazón y de elacata”. Los higos, también se consideraban alimento de los estanques. Por último otra importante parte de la dieta estaba constituida por peces frescos como el sábalo, el gobio o peces menudos. Esta alimentación era muy necesaria según Columela “pues si el pez no engorda a base de los alimentos que le suministre el dueño, cuando se le lleve al mercado, su escualidez revela que no se le ha pescado en mar abierto, sino que procede del cautiverio, por lo que baja muchísimo de precio”.

Las almadrabas de la Casa de Medinaceli Hay un absoluto convencimiento de que con la dominación musulmana volvieron las almadrabas a la actividad y con la repoblación cristiana, gracias a los periodos de abstinencia que dominaron la vida española durante siglos; llega la Edad de Oro de la almadraba. En los documentos de aquellos días se citan las “piscarias” de estas costas levantinas. Y las “piscarias” parece que son las “pesquerías” en general. Entonces, es la presunción la que nos lleva a que en esas pesquerías se utilizaba algún tipo de jábega y almadraba por la reactivación económica constatada de las factorías de salazón existentes. El canciller López de Ayala181 señala la existencia de almadrabas en activo en las costas del Reino de Valencia cuando la Guerra de los Pedros (Pedro I de Castilla y Pedro IV de Aragón, 1356-1369), -iniciada al ver el rey castellano cómo unas naves catalanas, del rey aragonés, apresaban barcos genoveses mientras el veía pescar atunes en Sanlúcar182-, pero no las identifica. El profesor Quereda Sala, en sus tesis sobre la comarca de La Marina, nos dice que en Benidorm, en el siglo XIV se calaba “un tonnayre” que pertenecía a los duques de Gandía.

181 Pedro López de Ayala (1322-1497). Cuando contaba poco más de 20 años, entró al servicio de Pedro I de Castilla. En 1359 navegó a lo largo del litoral valenciano y catalán en calidad de Capitán de su flota 182 Olmedilla, Fdez Nicho, Regual, Oliver y otros autores.

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No precisa Quereda la fecha, pero del 12 de enero de 1403 es la primera referencia a la almadraba. En tal fecha el duque de Gandía, Alfonso de Aragón y Foix (Alfonso IV de Ribagorza, 1332-1412) recibe la queja de los vecinos de Altea y Calpe por los daños que les producen unas artes, llamadas “tonayres”, prohibiendo el duque su uso en los mares de Calpe y Altea183. Así, por este documento y otras reseñas consultadas en artículos aparecidos en distintas revistas de Fiestas Patronales de los pueblos de las Comarcas de la Marina Alta y la Marina Baja, sabemos que a principios del XV se pesca con almadraba -de vista y tiro, y tal vez de monte y leva- en estas aguas de Altea y Calpe, y de Denia, de Benidorm, de La Vila y de El Campello. El académico benidormer de la Real de San Carlos184 Pere María Orts, al transcribir un documento fechado el seis de marzo de 1403 nos dice que “se permite pescar ab tonnayres i altres qualsevols arts durante la cuaresma” en “Denia, Exabea, Calp, Altea i Benidorm”, y en otro, del dos de marzo de 1405, se apunta a que se produjo la prohibición de esa pesca el año anterior en esos mismos “mares” pero que en ese año de 1405 se permite esa pesca en Benidorm “de abril a mayo, ni un día antes ni después”185. La más brillante descripción de las almadrabas de aquellos días se debe al cosmógrafo y matemático Pedro de Medina (1493-1567), autoridad de la Casa de la Contratación (Casa y Audiencia de Indias) de Sevilla y autor de El arte de navegar (1545), quien en su Libro de las Grandezas y Cosas Memorables de España (1549) hace unas fantásticas y muy precisas descripciones del arte la almadraba y de su importancia. De las de Levante, sólo apunta su existencia. No obstante, no será hasta el reinado de Felipe II (rey entre 1556 y 1598) cuando las almadrabas adquieran real importancia en toda España, y por ende en la mitad sur del Reino de Valencia. Y es, precisamente, en el siglo XVI, cuando este arte de pesca ya rentaba cantidades descomunales a los duques de Medina Sidonia, cuando -por agravio- los duques de Gandía (duques de Lema y de marqueses de Llombay) consiguen del rey Felipe II privilegio, para ellos y sus descendientes, sobre “la peysca de les tonyines en els mars del prt. Regne”186 de Valencia que posteriormente se haría extensiva a Cataluña, el Rosellón y Cerdeña, para que pueda pescar atunes “con un nuevo artificio o ingenio, que dice haber inventado el perceptor de la regalía, cuyo precio es de 7.500 ducados”187 que perece llegado de Sicilia (almadrabas de copo). Centrándonos: será el 19 de junio de 1577 cuando Felipe II, en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, firme el “Privilegi Real fechendi a favor del Magnific Hierony Salvador menor… en los meses de abril, mayo y junio… por espa-

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183 Archivo del Reino de Valencia. Mestre Racional nº 9569, folio 42, vuelto. La Real Academia de Bellas Artes de San Carlos es una corporación cultural de interés público y duración indefinida. Fue reconocida por Real Despacho del rey Don Carlos III, el 14 de febrero de 1768. En 1989, fue reconocida por la Generalitat Valenciana como primera institución consultiva de la Comunidad Valenciana. 185 F X Llorca Ibi, El llenguatje mariner de la Marina 186 19 de junio de 1577, Archivo del Reino de Valencia. Llibre Provincial 1190 folio 276 r. a 278 vuelto. 187 Manuel Oliver Narbona. Faenando la Mar. Pesca en las costas alicantinas, pagina 108


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zio de diez años…” con la condición de pagar a la Regia Corte “medio diezmo”189 de todos los atunes, “en el que se comprenda el tercio diezmo que corresponde a la Corte; a la Iglesia, los dos tercios diezmo que se le deben”. A partir de aquél mes de junio de 1577 el propio monarca, y su hijo después, sentirá un repentino interés por el “nuevo artificio” y los pingües beneficios que producen las capturas de atún. Al año siguiente, el rey le amplía el privilegio de exclusividad a Jerónimo Salvador, y encarga a los ilustrados de la época diversos memoriales sobre el particular del arte y sus repercusiones económicas. Es fundamental, destaca Oliver Narbona, el memorial de Pedro Gámir de Villaespesa, de 1589. Se trata de una “relación completísima de diez años de almadrabas en estas costas, donde se exponen sus pérdidas y ganancias, los lugares donde podían ponerse, y dónde había, y relación de los daños inferidos al Real Patrimonio por los arrendamientos”. Por él, sabemos que en el siglo XVI se calaron almadrabas en Calpe, Moraira, Benidorm, Villajoyosa y Jávea, y que podían calarse en Denia, Cabo de San Antón, Cala Sardinera y La Granadella (Jávea), Moraira, Calpe, Gallicante, Clot del Albir, Benidorm, Cabo Huertas, Agua Amarga, Santa Pola, Cap Sever (Cabo Cervera), Cap Roig y Cala del Lleny, que en otras temporadas se habían calados. Ya no aparecerá citada la villa de Altea y su almadraba, como lo hacía a principios del siglo XV. En el informe Gámir localiza el calamento de las almadrabas siempre cerca o inmediato a las veteranas factorías romanas de la costa alicantina y llega a indicar “ganancias de más de un millón de libras”190. Así presupuestaba unos ingresos de 1’2 millones de libras por el periodo y cuantificaba que los gastos de montaje, señalando que el calamento solo suponía 2.000 libras. Se lamentaba que al Patrimonio Real sólo llegaran 1.750 libras anuales y criticaba las desmesuradas ganancias extraordinarias que obtenía el concesionario, 30.000 libras reconocidas al año191, pudiendo a llegar a las 800.000 libras en el tiempo que restaba de concesión. Arremetía Gámir contra el monopolismo en su informe, al tiempo que denunciaba que la extensa nómina de marinería que las atendía recibía mínimos salarios y porcentajes. Y por Gámir sabemos que la primera almadraba de esta real concesión, atendida por sicilianos, se puso en 1579 en Moraira, pero no fue la empresa todo lo exitosa que se esperaba. Al año siguiente se cala almadraba en Calpe, con arráez extranjero, y se vuelve a pescar poco por haberla puesto tarde y por desconocer la costa. En 1589 son ya dieciséis las almadrabas instaladas en las costas del Reino de Valencia (en Castellón y Alicante) y de Murcia, a pesar de la inseguridad de la piratería berberisca. Este era el más grave de los problemas, junto a los tempo-

Archivo del Reino de Valencia. Lletres i Privilegiis, años 1576 a 15779. Libro 1,19; antes, volumen 47, folios 276 r. a 178 v. 189 Medio diezmo; la mitad del diezmo. Diezmo (del latín decimus, décimo) impuesto del diez por ciento (la décima parte de todas las ganancias) que se debía pagar al rey o a la Iglesia. Según la RAE, es el derecho del diez por ciento que se pagaba al rey sobre el valor de las mercaderías que se traficaban y llegaban a los puertos, o entraban y pasaban de un reino a otro. 190 1 libra valenciana equivalían a 20 sueldos y 2 dineros; equivalentes a 3’33 pesetas de 1868. 191 Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. 188

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rales de mar. La almadraba de Benidorm fue atacada por los piratas turcos en el mismo año de su calado, 1580 y la de Calpe fue asaltada y destruida por bajeles tunecinos en 1589. A partir de 1590 las noticias sobre las almadrabas en la documentación de la Bailía General192 y su Mestre Racional son constantes a través de relaciones, memoriales, inspecciones y cobros de arrendamientos, así como por los pleitos y litigios, amén del memorial del viejo impuesto sobre las importaciones de atún193 que evidencia, en botas y barriles, la comercialización de la salazón de atún, y del “Llibre de Peixca” de los puertos de Valencia y Alicante. El Administrador General de las Almadrabas del Reino de Valencia, Aloy Roca, en su visita a la almadraba de Javea del 27 de enero de 1592 se hace acompañar de los dos arráeces sicilianos para comprobar el funcionamiento y rendimiento de las almadrabas de copo, que como almadrabas de buche se conocerán primero en estas latitudes alicantinas. La documentación aportada recalca los informes de la década de Gámir sobre los grandes beneficios que proporcionan al concesionario, las pocas rentas que reporta al Patrimonio Real y el poco salario que percibe la marinería. La administración de la Hacienda Real, tras la conquista de Valencia por Jaime I quedó encomendada al Baile de Valencia, dependiente del monarca y a la red de bailes locales supeditados a aquél. Aunque sus orígenes se remontan a Jaime I, sus competencias fueron consolidadas en el marco de la reforma administrativa emprendida por Pedro el Grande en 1283. Correspondía al Baile General de Reino de Valencia discernir el derecho entre el fisco y los particulares y administrar el Patrimonio Real. 193 Repartiment de les tonyines. En la Taula del Peatge, en 1599, se pagó por 5.180 barriles provenientes de “Dels almadraves del Duc Dénia”

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En busca de una mayor rentabilidad, la Casa Ducal de Medinaceli, poco a poco irá sustituyendo a los arreases sicilianos por gentes del lugar, en especial de Benidorm y La Vila, que eran mucho más baratos y que en poco tiempo consiguieron la mayor rentabilidad en la pesquería, con gran satisfacción de la casa ducal y, tras los memorándums, del Real Patrimonio. Ante la mejoría de las rentas reales en rey Felipe III se interesó por la almadraba. Y así, señala el académico benidormer Pere María Orts i Bosch, a raíz de la exitosa expedición real a Javea y Denia de 1599, para la pesca del atún en las almadrabas, obtuvo Francisco Gómez de Sandoval-Rojas y Borja, quinto marqués de Denia, primer marqués de Cea, sumiller de Corps, caballerizo mayor, primer duque de Lerma (desde 1599), primer ministro y valido del rey, el privilegio de explotar las diecisiete almadrabas del Reino de Valencia, entre Peñíscola y Orihuela, para la Casa de Medinaceli. En otro de sus repetidos viajes a Denia, el nuevo el rey Felipe III, en 1603, concedería al duque de Denia un nuevo privilegio de exclusividad para calar “cetaria, vulgo almadrabas” más allá de sus dominios. Extrañamente Escolano194, hacia 1610, sólo llega a citar tres almadrabas en el Reino de Valencia: Denia, Jávea y Alicante. Pero de 1649 existen en el importante señorío de Elche, Realengo de los Cárdenas, los llamados “Capítols de la Sisa del Peix de l’Almadrava” -que se remontan muchos años atrás-, señalan a las claras que también al sur de Alicante se calaban almadrabas y bien que tributaban al señorío. Este desbarajuste de datos, de justicia es señalarlo, coincidió con la irrupción de la Pequeña Edad del Hielo195, que se dejó sentir con saña también en los mares y océanos, e incluso con otro hecho levantino de alcance, como es la expulsión de los moriscos, que dejó sin mano de obra algunas pesquería, pues los marinos debían servir en la flota del Rey, siempre en campañas militares. También es de justicia destacar que el siglo XVII, señalan los modernos investigadores, acusó el exceso de pesca del siglo anterior y los sumó a los fenómenos climáticos ya señalados y a la irrupción de la pesca de arrastre de fondo en las costas de Levante y Cataluña196. La recuperación de la obra de Bernardo de Ulloa (1682-1740), uno de los máximos representantes del mercantilismo español -quien hoy sería un prestigioso economista-, ilustra que en 1730 las pesquerías levantinas habían caído en picado, tanto como las nacionales en general. Eran tan escasas que había exceso de marinos para servir en la Armada. Para pescar, había que estar “matriculado” para servir en la marina militar. Por ello, anima Ulloa a las autoridades a incrementar las pesquerías y la salazón, como antaño, bajando los impuestos. Era tal la situación, sentencia, que pesaba más el desánimo que la real ausencia de capturas. Así, en 1750 se rebaja el precio de la sal para salazón y se dispensa del pago de derechos de aduana. Y en 1760 se declara la pesca franca y se permite a comunidades y particulares calar almadrabas, lo que lleva a catalanes y valencianos a Galicia y Andalucía para centrarse en esta pesca.

Gaspar Juan Escolano. Década primera de la insigne y coronada Ciudad y Reyno de Valencia. València, 1610-1611, 3 vols. 195 Bajada general de temperaturas entre 1600 y 1850 (aproximadamente). 196 JC Arbex: Dos siglos de pesquerías: La Pesca en España del siglo XVI al XVIII 194

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En esta fase de recuperar actividad pesquera la almadraba de la Isla de Tabarca se instala en 1770, coincidiendo con la llegada de sus primeros pobladores desde la tunecina Isla de Tabarka. Fue una de las propuestas de subsistencia que trasladó el obispo de Orihuela al conde de Aranda para la viabilidad de la presencia humana en la isla y la recuperación de la actividad marítima tan necesaria para la alimentación. El ya citado Diccionario Histórico de Sáñez señala la almadraba tabarquina en 1791, de monte y leva, con veinticinco hombres y dos oficiales. El almirante Julio Guillén Tato (1897-1972), benidormer de adopción, director que fue del Museo Naval de Madrid, Académico de la Historia y de la Lengua, en su comunicación de abril de 1971 al Primer Congreso de Historia del País Valencià señala que “el arte de la almadraba se dio desde muy antiguo en las costas de Cataluña, mientras que en Valencia sólo se conoció, en los albores del siglo XVIII, la almadraba de Cullera. En las costas de Alicante, en 1791, eran importantes las almadrabas de Moraira, Calp, Racó de l’Albir, Penyes de l’Arabí, Bol Nou, Torre del Xarco, Torre de l’Aigua, Colomeret i Paradís”.197 Y algunos otros efectos positivos generaron las comunicaciones de Ulloa porque en 1797 el botánico Antonio José Cavanilles198 cita la existencia de Almadrabas en Denia, Jávea, Cabo Blanco, Calpe, Benidorm, La Vila y Tabarca, y elogia a los arraeces de Benidorm, conocedores del arte de la almadraba desde tiempos pretéritos: “… tienen los de Benidorm una fuente de riqueza en el mar. Ocupados desde tiempo inmemorial en la pesca del atún, conocen á fondo las maniobras de tender las almadrabas ó redes para coger más atunes en un tiempo determinado: saben con preferencia á otros prácticos, y notan los atunes que van entrando en los sitios que les tienen preparados para que no se escapen. Y como tienen la reputación bien sentada de ser ellos los mas diestros de la costa, tambien son ellos los escogido pata tender los ocho almadrabas que hay desde Tortosa a Cartagena. Salen regularmente a esta pesca 150 hombres, que en quatro meses ahorran cada uno 600 reales; y ademas otros ocho con el nombre de Arraez o Capitanes, que tienen el séptimo de lo que se pesca en la temporada; y un doblado número de subalternos, volviendo después todos bien recompensados. Causa admiración que un animal tan corpulento como el atun tema pasar por entre cuerdas distantes entre sí algunas varas; pero tambien es admirable el tino de aquellos pescadores, que dan al atun el golpe de tal modo, que le obligan á que él mismo salte al barco, aprovechando sus postreras fuerzas para quedar muerto á los pies del que lo hirió.” 199 La fama de los arraeces de Benidorm estaba tan acreditada que, como ya hemos señalado, en 1785 el duque de Medina-Sidonia contrató al arráez benidormer Josep Ortuño para dirigir su principal almadraba, la de Barbate. Comenzó así un periplo de capitanes de mar de Benidorm dirigiendo las almadrabas del Mediterráneo y del Atlántico oriental, incluso en Túnez y Marruecos. Y con los de Benidorm, fueron los de Altea, Villajoyosa y Alicante. Tal era la famas de estos marinos que Chrétien Auguste Fischer en su “Description de Valènce”, 1804, dedica continuos elogios a estos hombres de mar, al llegar al punto de origen de la fama, la almadraba de Benidorm, comer197 Carlos Llorca. Historia marinera de Benidorm Antonio José Cavanilles (1745-1804). Observaciones sobre la Historia Natural, Geografía, Agricultura, Población y Frutos del Reino de Valencia. Madrid, 1797 199 Antonio José Cavanilles. Libro Quarto. Sur ó Tierras Meridionales del Reyno de Valencia. Página 242

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cializada en exclusiva, en aquellos años, por el francés Labbedie200, señalando la bondad de los jornales que recibían por su dominio de la almadraba y una migración gaviota -de ida y vuelta- de estos excelentes hombres de mar. De hecho, hasta las fiestas patronales de Benidorm se acomodaron al regreso de los hombres de la almadraba y el mar, pasando de marzo a noviembre.

La almadraba desde la abolición de los Señoríos El Marquesado de Denia pasará a la Corona, por Real Orden, el 8 de enero de 1804. Hacienda tomó posesión de todo lo que pertenecía al Duque el 27 de junio de 1805, aunque los pleitos se prolongaron por las producciones de las almadrabas y los gobiernos napoleónicos hubieron de terciar en el asunto, a pesar de su breve estancia en el poder, por sus pingües ganancias. El desmantelamiento de los privilegios los inician las Cortes de Cádiz (1810-1814) y lo continuará el rey Fernando VII, concluyéndose el proceso el veinte de marzo de 1817. Se plasmó en una Real Orden, de 1828, que organizó las pesquerías y su arrendamiento a los gremios de mar. En nuestro caso de la costa alicantina, la Casa de Medinaceli perdió sus prerrogativas de calamento, como la Casa de Medina Sidonia, pero no la posibilidad de alquilar los enseres precisos, “que eran de su propiedad”, para los calamentos, con lo que siguieron obteniendo rentas elevadísimas durante varios años más; al menos hasta 1848, a tenor de las actas notariales. La abolición de los señoríos en el XIX hará que se trate extensamente de las rentas de éstos sobre las almadrabas y que se investiguen las posibilidades de éxito de las que se calaban en las costas alicantinas. Los cronistas de la época son eficaces notarios fascinados por aquellos momentos. El Baile General de Valencia en 1839 y 1840 solicita información de las que fueron almadrabas del duque de Gandía y obtiene por respuesta que sigue invirtiendo el duque en las de Calpe y Benidorm, de las que obtiene beneficios, y arrienda la de Denia. En 1866 la ausencia de licitadores para calar almadrabas y los bajos precios por las que se adjudicaron unas pocas, demostraban a las claras el declive de la pesquera, aunque en 1867 se documenta que las almadrabas caladas en el litoral valenciano proporcionaban más de 500 toneladas de pescado, cantidad que representaba, aproximadamente, la mitad de las capturas del momento201 en estas costas levantinas. ¿Cómo debía ser antes? Ante la caída del número de almadrabas y capturas en 1866, la Comisión Permanente de Pesca defendía este arte de pesca por ser selectivo y no perjudicial para la reproducción de las especies. Por ello impulsa un Reglamento para el C. Llorca. Historia marinera de Benidorm Rafael Viruela Martínez. Expansión y crisis de la actividad pesquera valenciana en el siglo XIX 200

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régimen y disfrute de las almadrabas, en ese año, señalando la posibilidad de crear nuevos establecimientos. El proyecto interesaba al Gobierno por ser sustancial fuente de ingresos, ya que eran propiedad del Estado -concedía su usufructo en pública subasta por periodos de cuatro años, prorrogables de dos en dos hasta un máximo de dieciséis- y la licitación se fijaba en función de los rendimientos de años anteriores. Pero la crisis era ya total. El cronista decimonónico de la ciudad de Alicante Rafael Viravens Pastor (1836-1908) señalaba en 1876 que la almadraba de Tabarca se calaba entre la Isla y el escollo de la Galera y que “la pesca de atunes con almadraba es la más abundante que se conoce en las costas alicantinas”, aunque su ocaso comenzó, dice, en torno a 1824 debido a “los complicados trámites para calar las almadrabas, el elevado precio de la sal y el costo de los arrastres”. El comercio de la pesca salada era uno de los fundamentos económicos de la provincia de Alicante en los siglos XVIII y XIX. La situación de la capital respecto a Castilla posibilitaba la comercialización hacia el interior de las salazones, cuya aceptación entre las clases populares era enorme, en especial durante la cuaresma, por su precio, fácil conservación y aporte de proteínas. Los testimonios sobre la presencia de arrieros castellanos con trigo y su posterior regreso con salazón, son constantes a lo largo del XVIII y, ya en su segunda mitad, el corregidor de Madrid solicitaba anualmente al de Alicante que se fijaran edictos en esa ciudad para que los comerciantes en saladura acudieran a la Corte como postores en el abasto de la salazón de la capital. El papel del puerto de Alicante como centro distribuidor de salazones a Castilla se remonta en la documentación al siglo XVI; ya en 1578 se registran llegadas de bacalao inglés a puerto con destino al interior peninsular, a las que se suman las producciones provinciales de la almadraba. Será, no obstante, en la segunda mitad del XVIII cuando Alicante se convierta en el principal foco de atracción del bacalao de Terranova que llega a España y la industria salazonera provincial la que comercializa la importación, sumándola a las excelencias locales de hueva y mojama. Al comenzar el siglo XX se consideraba a Alicante como la capital comercial de la industria salazonera y acreditados comercios de toda España comercializaban “mojama de Alicante”.

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En 1923 se calaban en las costas mediterráneas españolas treinta y dos almadrabas; cuatro en las alicantinas, con desigual fortuna y en claros síntomas de declive de la explotación. En la Estadística de Pesca de 1949 se citan como almadrabas en activo en la provincia de Alicante las de Benidorm, Isla de Tabarca, Cala del Charco y Cala Sardinera, las mismas cuatro de los años veinte. En la Reseña Estadística de la provincia de Alicante de 1958 se evidencia su ya práctica desaparición. Las últimas almadrabas de la provincia fueron las de Ifach, en Calpe (1945); Cala Sardinera, en Denia (1953); Cala del Charco, en Villajoyosa (1954), Benidorm (1955), y la de la Isla de Tabarca, en 1960. + Una de las características de las almadrabas de levante, señala Manuel Oliver en sus trabajos, es la red llamada cel –cielo- que servía para capturar el pescado de poco tamaño y que se calaba justo encima de la red del copo. Era una fina malla que levantaba melvas, lechas, sardinas202 y jureles203 que servían para la comida de los pescadores y un sueldo adicional con sus capturas.

Sardina pilchardus, pez pelágico (que vive lejos de la costa) y gregario de la familia de los clupeidos, que viaja por diferentes capas de agua y cuyo contenido graso le identifica como pescado azule, y está estrechamente emparentado con la anchoa y el arenque. 203 Trachurus trachurus, pez pelágico, emigrante, que vive en bancos. También conocido como chicharro o jurel negro, pertenece a la familia de los Carangidos, orden Peciformes. Es un pescado azul. 202

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Almadrabas

XVI - Las almadrabas de la costa alicantina Su situación geográfica La almadraba de Denia Denia, la Hemerescopion de Estrabón, el puerto importante de la romanización de Hispania -Dianium- y la cabeza de taifa -Daniyya-, tuvo almadraba importante de pesquería y chanca. Debió iniciarse con la Diniu ibérica o la Hemerescopeion massaliota (Atalaya del día), pero su esplendor llega bajo la Casa de Medinaceli, los Rojas y Sandoval, duque de Lerma y marqueses de Denia, hacia 1431, propietarios de la regalía de toda esta costa alicantina. Se calaba por la desembocadura del río Girona o Alvergar, y las chancas se centraban en la playa norte, cerca de la desembocadura, y a orillas del inmediato río Molinell. Ya la Carta Pobla (1257) cita las pesquerías y el geógrafo árabe Yacut (Abu-abd-Allah; 1178-1227) referencia la importancia de su puerto, de nombre Al-Summan204, en la actividad comercial que representaba, pues de él salía la salazón hacia los puertos de Alicante y Valencia, como demuestran los Libros de Peaje de Mar. Felipe III (1578-1621) disfrutó en varias ocasiones de la pesca en esta almadraba. El norte de Denia, frente a la Playa y la Punta de la Almadraba, se localiza un espléndido algar, rodeado de arenales y cercado de guijarros. Los algares son uno de los puntos preferidos por los atunes para comer y descansar. Ese lugar es lugar de encuentro de corrientes marinas (meridionales y septentrionales) y los atunes migran en el seno de las corrientes. Además, los inmediatos ríos Gorgos/Xaló, Molinell y Girona/Albergar aportaban agua suficiente para las labores de la chanca y los saladares colindantes, ahora desconocidos, abundaban hasta en la toponimia local. La Guerra de Sucesión (1701-17123) postra la actividad dianense aunque se mantendrá activa hasya finales del XIX.

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M. Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas.

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La almadraba de Jávea Se apunta incluso que el nombre de la villa marinera, Javea, viene de jábega, un arte menor de cerco. Además, tenemos constatada la existencia de factorías romanas de salazón en la Punta del Arenal y en el Castell. La almadraba de Javea se calaban en Cala Sardinera, en el Portixol y en la Granadella. A falta de algueros, pero camino de ellos, la costa brava y articulada de Javea se ofrece al calamento de almadrabas. Así, la Punta Albox o el Morro del Castell, la Granadella, la Calla Blanca, el Portixol y Sardinera son enclaves óptimos con fondos de roca, sorteados de arenales, ideales para el arte, aunque corrientes y vientos dificultan las labores, en especial los del primer cuadrante. Tal vez por ello, la almadraba de Javea se cambiaba continuamente de ubicación y no siempre ofrecía los espectaculares resultados de otras. En 1583 se instala la primera almadraba de retorno en Cala Sardinera, “sacándose grandes ganancias”205, aunque en 1584 resultara un fracaso por las tormentas. Funcionaban aquí mejor las almadrabas de retorno y las de calas, frente a las de ida y morros que en ocasiones eran arrancadas por las fuertes corrientes206. Esta almadraba estuvo bastante asociada a la de Benidorm. En 1585 se calaba la de paso en Benidorm y la de retorno en Jávea, y en 1586, y en 1587, aunque no dio tiempo a calar convenientemente la de retorno javiense. También en 1588, pero con el incidente de haber perdido todo el arte de esparto en Cala Sardinera, cuyo coste, se cuantifica documentalmente, en 4.791 reales. A pesar de desastre, con el producto de la pesquera benidormense se pudo compensar la pérdida. En 1589, hasta donde llega el relato de Pedro Gámir, al tándem Benidorm-Jávea se unieron Calpe y Gallicante, copando todo el trayecto de la migración del atún, consiguiendo grandes ganancias, pero sufriendo las razzias piráticas. Para la factoría de Javea también el río Gorgos/Xaló, a través de un ramal que desagua por la Fontana (que también fue un ullal207), proporcionaba agua dulce y las ancestrales salinas de la bahía javiense proporcionaban la sal para el procesado de la salazón en el paraje conocido como El Salobre donde se localiza una vieja canalización, la Séquia de la Nòria, que, atravesando la restinga fósil del Muntanyar Alt, comunicaba la depresión de El Salobre con el mar. Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. Manuel Oliver. Almadrabas de la costa alicantina. 207 Afloramiento de aguas dulces subterráneas que brotan en el contacto de relieves calizos con llanuras costeras de arcillas, arenas o gravas, a ras de suelo, pudiendo original pequeñas lagunas de aguas claras y formas sumamente redondeadas en superficie. 205 206

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La almadraba de Moraira Ya señalamos que en Moraira se ensancha la plataforma continental, con fondos de piedra y escollos, y con ausencia de incidentes con corrientes marinas. Nunca, dicen, fue un lugar ideal para calar almadrabas, pero las que se calaron tuvieron su importancia. Moraira fue lugar de pescadores y marinos (por aquí se exportaban las pasas y almendras de la inmediata Teulada y sus campos) y se centró posteriormente en artes menores. Disponía de salinas en la Torre del Mar. Le cabe el honor de haber sido, en 1579, el lugar de calamento de la primera almadraba de buche, por sicilianos, con arreglo a las nuevas concesiones reales hacia el Marquesado de Denia. Se caló en la Punta de Gallicant, cerca del Cabo de La Nao, y no resultó un éxito. La amenaza de los piratas de Berbería se debió contrarrestar, desde el XVII, con las artillería que el Castell de Moraira y la Torre del Cap d’Or consiguieron dotarse. Desde esta almadraba hacia el Sur, todas se calarán en puntos bajos, ensenadas y playas abiertas a mediodía, donde las corrientes eran moderadas y de doble sentido, aunque predominen las del Suroeste-Nor-Noreste, donde abundan los algueros y donde los vientos de xaloc208 y levante favorecen, indistintamente, con las corrientes la llegada de peces emigrantes.

La almadraba de Calpe Moraira pertenecía a la Baronía de Calpe, pero la propia villa tuvo su almadraba en la Playa de la Fossa. La ensenada de Calpe tiene dos millas y media de abra sobre fondos de arena y alga, señala el presbítero Vicente Llopis Bertoméu en su descripción de la villa en los años cincuenta, del siglo XX, señalando que “la almadraba de Calpe es la más antigua del mundo”. La tradición apunta a que debió ser importante toda vez que se conserva una factoría de salazón, “los baños de la reina”, descrita ya por Escolano209 en 1610. Lo que sí sabemos es que en 1589 disponía de almadraba calada y chanca en funcionamiento, que en 1592 cesaron ambas, momentáneamente, en actividad.

208 Leveche, Sirocco, Scirocco, Xaloc, Jugo y Siroc Mediterráneo es un viento que viene desde el Sáhara y llega a velocidades de huracán en el norte de África y el sur de Europa. Normalmente lleva polvo rojo del Sáhara y está asociado con las tormentas y fuertes lluvias, el viento es muy fuerte, durante alrededor de 4 días. 209 Gaspar Juan Esolano (1560-1619), eclesiástico y cronista. Es autor de unas Décadas de la historia de Valencia (1610-1611), obra clásica de la historiografía valenciana que ofrece abundante información sobre la economía del reino de Valencia, sus instituciones y su geografía.

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Algunos mantienen que la almadraba se calaba frente al Peñón d’Ifach, elemento fundamental que altera el natural flujo de corrientes y pesquería de ida, hacia arriba, como de retorno, al tiempo que se calaba otra en la Raconada de Gallicante. El botánico Cavanilles, en 1792, participó en la excavación del conjunto de la villa romana y la factoría, confundiendo las pilas para mantener vivo el pescado con lugares de baño. Las crónicas calpinas cuentan que en el siglo XVII, por Cuaresma, llegaban a Calpe las gentes a trabajar en la almadraba, del orden de los doscientos anuales, pero ya en XX el declive es notorio. En 1924 trabajaban en la almadraba calpina veintinueve hombres que cobraron 24.000 pesetas por la temporada en la que se consiguieron 37.400 kilogramos de pescado que representó un valor de 60.421 pesetas. En 1943 se arrienda la almadraba calpina, por una década y por última vez, a Santos Galán Arrabal, de Pesquerías de Llevant210. Los Farach de Benidorm fueron también armadores de la almadraba calpina que se inició a finales del XVI y estuvo activa hasta la década de los cincuenta. Las salinas calpinas proporcionaban la sal a la chanca, bien en su actual emplazamiento o las del paraje conocido como l’Enchinet211. El agua provenía de las ramblas montanas que desaguan aún, esporádicamente en sus platas. Un alfar próximo proveía de ánforas para el garum y sus variantes.

Ilustración sobre los Baños de la Reina en la obra de Cavanilles 209

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La salinas calpinas ya fueron arrendadas por el rey Conqueridor, Jaume I, el 13 de junio de 1260 a Bernat de Clora y sus descendientes, y en 1263 a Guillermo de Narbona212. Funcionaron ininterrumpidamente hasta 1750 en que se abandonan. Su remodelación y factorización se llevó a cabo en 1917 por el industrial Vicente Buigues, cuya sociedad las explotó hasta 1972. Dejaron de funcionar en 1988 y desde 1993 son zona marítimo-terrestre.

Gaspar Juan Esolano (1560-1619), eclesiástico y cronista. Es autor de unas Décadas de la historia de Valencia (1610-1611), obra clásica de la historiografía valenciana que ofrece abundante información sobre la economía del reino de Valencia, sus instituciones y su geografía. 210 Andrés Ortolá. Las almadrabas de Calpe 211 Andrés Ortolá, Los Baños de la Reina. 212 Andrés Ortolá. Las salinas de Calpe


La almadraba de Altea o de El Albir Aunque se cita la almadraba alteana en el siglo XV, poco más sabemos de ella. Pudiera ocurrir que como Calpe fuera afecto a la provincia marítima de Altea (siglo XVII) tal vez se pudiera pensar alguna referencia a ella, aunque es claro el calamento en Moraira, que también lo era. Por ello concluimos que después de aquellas primeras almadrabas del XV poco más que artes menores se calarían en la bahía altena. La referencia a la almadraba de El Albir pudo hacerse sobre una que se caló, mediado el XVIII, en la Punta Bombarda, pero no hemos localizado ninguna referencia más al arte mayor de la almadraba y si varias de artes menores.

La almadraba de Benidorm La dedicación al arte de la almadraba cubrió de fama a las gentes de Benidorm. En la Carta Pobla, otorgada por Bernat d’En Sarrià, Señor de Montjuic, en 1325, ya se hacen referencias a la “pesquería de Albalat”. La tradición almadrabera era antigua en la villa. El Padre Belda213 asegura la existencia de una factoría de salazón en el Tossal de Polop214 (Tossal de la Cala) entre los siglos II y IV aC junto a plomos, anzuelos y restos de ánforas. Por Pedro Gámir sabemos que se caló, por sicilianos, una de buche en 1580, “en la que se capturaron bastantes peces, aunque ningún bonito, porque aún no sabían pescarlos los sicilianos”215, y otra en 1581, siendo capturados los almadraberos por una razzia berberisca. El miedo hizo que no volviera a calarse en 1582, pero en 1583 se cala nuevamente, con buenos resultados, y se instaura un porcentaje sobre el monto de capturas para incentivar a la marinería.

Almadraba de Benidorm en 1786, según el grabado de Sáñez Reguart en su Diccionario Histórico de las Artes de Pesca (1791)

212 Pascual Ignacio María Belda, Sacerdote del Sagrado Corazón de Jesús. Prestigioso humanista y arqueólogo 214 Manuel Oliver. Las almadrabas de la costa alicantina. 215 Manuel Oliver. Las almadrabas de la costa alicantina.

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Documentalmente se cita una única almadraba en Benidorm en el siglo XIV y posteriores, pero que se calaba en diversos lugares. Poseía “rabera” que no debía extenderse más allá de la Torre del Aguiló para permitir otras artes de pesca en zonas anteriores y posteriores. En pocas millas de costa se calaban hasta tres almadrabas entre el río Torres y las Penyas de l’Arabí (Sierra Helada). Los litigios entre pescadores y almadraberos hacían que no se permitiera en algunos años el calamento de este arte. Normalmente, la almadraba partía de la misma costa, que no desde barcos, y en el caso de Benidorm lo hacía bien desde la playa de la Xanca (hoy de Levante) o desde las rocas del Castillo (Punta Canfali), o de las del Rincón de l’Oix. Cavanilles, en la última década del XVIII, narra que todos los años salían del pueblo ciento cincuenta pescadores y ocho arráeces para servir y montar las ocho almadrabas que había desde Tortosa a Cartagena y al poco, todas las almadrabas del sur de España. Sáñez Reguart por la misma década señaló la pertenencia de la almadraba de Benidorm a los Medinaceli, y que se armaba a primeros de febrero hasta el 15 o 20 de junio (de paso), servida por unos cuarenta hombres, que obtenían el 7% del producto de la pesca. En 1795 un 14% de la población trabajaba directamente en la almadraba, sin computar la que de dedicaba a labores de cordelería, redes y mantenimiento. Un porcentaje muy superior se dedicaba a otras tareas de la mar (cabotaje, guardacostas, etc.); prácticamente el 50% de los varones estaban matriculados. Carles Llorca es claro: “pesca, comercio de cabotaje, almadraba e incipiente corsarismo son los cuatro pilares sobre los que se sostiene la economía de Benidorm”. Los almacenes de material de la almadraba, el Real que se decía, se ubicaban en el Racó de l’Oix/Rincón de Loix, cuyo nombre viene, del “Rincón mal olor” (de “l’oix”, “la pudor” en valencià), desprendido al poner a secar las redes tras la temporada de almadraba216. La sal se obtenía de unas elementales salinas en la partida El Saladar. La playa de Levante, especialmente, es una vieja restinga de una pequeña albufera abastecida por barrancos y afloramientos salobres, aguas salmayas que se siguen llamando en Benidorm. También, y como sustento local, se calaba la “almadrabilla” del Racó de L’Oix, que en realidad era una mujolera 217. Así, documentalmente, en 1858, hay constancia de la solicitud de Joaquín Barceló para calarla y “servir de sostén a algunos matriculados, con sus familias, que por su avanzada edad se ven privados de emplearse en la navegación”. Incluso en la bahía de Benidorm se calaban artes aún menores, como les “madravetes” (mujoleras mínimas). La almadraba de monte y leva de Benidorm, cuyos documentos testimoniales arrancan en el siglo XIV, cesó su actividad el día de San Pedro de 1955 al echar el copo en tierra y celebrar la tradicional fiesta.

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Pepe Bayona y Pedro Zaragoza Orts, de nuestras conversaciones sobre Benidorm. 217 Arte menor para la captura de llobarros, sardinas, lisas y mújoles.


La almadraba de Villajoyosa El Censo de Floridablanca (1787)218 ya indica la dedicación “a la jábega y otras modalidades de pesca” de la inmensa mayoría de la población vilera. Madoz, en su Diccionario (1845-1850), dice de La Vila que las mujeres eran hábiles con el esparto fabricando redes y que disponía la localidad de dos almadrabas. En 1880, el 61% de la población de dedica a las labores de mar y el 21% eran hiladores, rederos y calafates. La dedicación vilera era total. En el Archivo Álvaro de Bazán, en El Viso del Marqués, se documenta a las claras sólo dos almadrabas, pero que se calaba en varios puntos219 del litoral vilero en función de los años y los armadores: en la Punta de Cocó/Alcocó, hoy puerto, en la Playa del río Torres/Río de Sella, en el Paraix/Paradís y en la Cala del Xarco. Concluye Llorca Baus que las referencias a Río Torres, Morro y Paraix corresponden a una misma almadraba. La historia, de las almadrabas de la Vila, cuando menos, se remonta al siglo XVI. Carlos V concedió derecho a calar almadraba de copo en la Punta del Alcocó a sabiendas de que no había en localidad ni arráeces ni hombres expertos en su uso220. La de 1582, calada en la Punta del Cocó, se dedica a la pesca de bonitos, y fue vendida a “Antonio Jaynce por cuatro mil quatrozientas libras”221. Las almadrabas de La Vila partía desde la misma playa del Paraix (hoy Paraís) o desde la fecha protodeltaica de la desembocadura del río Torres. Se amarraba la rabera a grandes hierros clavados en la arena o en la misma roca. Aún, hasta hace pocas fechas -dicen-, podía verse la gran argolla de la Cala del Xarco/Charco, sólidamente cogida a la roca sobre la que se levanta la torre de vigía, donde se amarraba la rabera de tierra. También del agua emerge una sólida roca, inmediata a la costa, que por su forma bien pudiera haber sido agarradero. Con el tiempo, La Vila contó con experto arráeces y marineros pero, principalmente, armadores de este arte cuyos nombres son parte consustancial de la almadraba. A principios del XIX aún se citan dos almadrabas con 31 embarcaciones y una intensa actividad en el trabajo de cordelería de esparto, redes y velas. Pero mientras decrece la rentabilidad pesquera de la almadraba en la costa alicantina una sociedad familiar vilera, Lloret y Llinares, tomará el arriendo de las principales almadrabas del Mediterráneo y de las puertas del Atlántico, con arráeces de Benidorm y marineros de La Vila, Calpe y Benidorm, hasta la práctica desaparición de las almadrabas alicantinas222. En la Playa de los Estudiantes y en la Cala del Charco también hay referencias al calado de almadrabillas.

Censo ordenado por José Moñino, como ministro de “Asuntos Exteriores” (Secretario del Despacho de Estado) en tiempos del rey Carlos III, entre 1785 y 1787 219 Carles Llorca. La vila del mar y el mar de La Vila 220 Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. 221 Manuel Olivar. Almadrabas de la costa alicantina. 222 Bellido, Oliver, Llorca, Orts y otros autores. 218

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La almadraba y la factoría de El Campello En un promontorio que se adentra en el mar -l’Illeta- se localizan los restos de una factoría inmediata a una playa, llamada de La Maldraba, que podría insinuar la presencia de una de ellas. L’Illeta dejó de ser isla en 1943 con la construcción de un istmo de tierra, aunque originariamente debió ser una mínima península. Las erosiones, eólica y marina, junto a la dejadez de cientos de años han borrado parte de su esplendor, que en la actualidad se recupera. Disponía la factoría de alfar propio y se documenta la producción de garum aunque el lugar parezca no apto para calar almadrabas, según recoge Oliver Narbona (1982) de los propios pescadores de El Campello. Se abren entonces dos posibilidades. Bien que trajeran capturas de la almadraba del Cabo de las Huertas, cuyas raberas no quedarías muy lejos, o que se calaran artes menores (almadrabilla, moruna, jábega) para abastecer la factoría. Ello explicaría, incluso, el abandono que sufrió. No obstante, hemos de señalar que hay abundante documentación sobre solicitudes para calar almadrabas en torno del Barranco de L’Illeta dels Banyets de la Reina, El Campello Aguas, a la Torre de Aguas, a la Coveta Fumá, al Colomeret y a la Cala Perchel. Algunas de estas solicitudes, esporádicamente, tuvieron calamento. Un documento de 1862 expone las serias dificultades de rentabilidad económica que entraña que en treinta y tres millas náuticas se calaran siete almadrabas: Tabarca, Calapunta, Colomeret, Charco, Benidorm, Calpe y La Granadella223.

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Carles Llorca: Almadraba, salazón y cocina


La almadraba de Alicante Los dos lugares almadraberos por excelencia son el Cabo de las Huertas (Cabo Verónica, Cabo de la Santa Faz, Cabo Alcodre y Cabo Alodre) y la playa de Agua Amarga, al norte y al sur de la ciudad. A la almadraba del Cabo de las Huertas se la referencia documentalmente como Almadraba de Calapunta. La costa del cabo es de cantil bajo, excepto en la llamada Playa de la Almadraba, y encierra un amplio alguero surcado por buenas corrientes. La costa de Agua Amarga carece de accidentes prelitorales notables pero sus fondos son de arena y algas. Además está muy abierta a los vientos de Levante, lo que la convertía en muy apta para el calamento de retorno. Mientras que de la almadraba del Cabo de las Huertas hay escuetas referencias hasta mediados del XVIII, la almadraba de Agua Amarga está bastante más documentada: a finales del siglo XVIII la calaba la Cofradía de San Jaime y San Andrés. En el saladar de Agua Amarga se obtenía la sal. En la propia ciudad de Alicante, a finales del XVI, entre 1551 y 1591 -en que se finalizaron las obras-, se construyó el Alfolí de la Sal224, Casa del Rey, junto a la Plaza de las Barcas (hoy Plaza de Gabriel Miró), en las inmediaciones, entonces, del Puerto de Alicante, donde se almacenaba la sal proveniente de la laguna de La Mata apara atender los requerimientos de la salazón del pescado de estas almadrabas y otras necesidades de comercio y portuarias. En el solar que ocupara este alfolí se edificó en 1920 la Casa de Correos.

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Alfolí de la Sal. Alfolí; almacén de sal. De al-Hurí, alhorín, granero, pósito

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La almadraba de Santa Pola En el yacimiento íbero-romano de la Picola existen restos de una factoría de salazón, desde el 450 aC. Pero las referencias netas a la almadraba del Lloc Nou (Santa Pola) son de finales del XVI. De hecho, para su protección, y la de la población, Bernardino de Cárdenas, duque y señor de Elche, virrey de Navarra y capitán general de Valencina, coloca, en 1557, la primera piedra del Castillo de Santa Pola. La toponimia costera evidencia el calamento de la almadraba, pero pocas referencias más.

La almadraba de Tabarca Tabarca es una isla-domo225, rodeada de escollos, que emerge en el conjunto de una depresión marina llamada Baix de la Nau, frente al Cap de l’Aljub y Santa Pola. La isla está al paso de las corrientes en una latitud transitoria entre aguas septentrionales y meridionales. Aparece documentada la almadraba de Tabarca varias veces, en el XVIII como Almadraba de los Farallones226. Se calaba la almadraba, desde 1770, frente al peñón de La Galera, en la división de los arrecifes, a una milla náutica mar adentro, en dirección Sureste. En 1791, Sáñez Reguart señala que la almadraba tabarquina es del tipo de monte y leva, con veinticinco hombres y dos oficiales. Trabajaban en ella marineros de La Vila y Benidorm, pero con el tiempo fueron entrando los isleños227. Por falta de agua y salinas, la pesca, de siempre, se trasladaba al continente. En el siglo XIX pertenecía la almadraba al Gremio de Pescadores de Sant Jaume, de Alicante, y en 1831 se concede su explotación al vecino de Benidorm Miguel Orts, pasando el negocio, en 1898, a la sociedad vilera Lloret i Llinares, quienes obtendrán en 1913 el máximo rendimiento económico del arte. Antonio Más i Miralles, sobre fuentes de Manuel Chacopino, detalla el calamento de la almadraba de Tabarca: “De la Galera hasta fora, hasta 1000 metros, axò era la cua. Después venia el quadro, un puesto que dien l´anditxe, era per on passaven les tonyines pa arribar al cop. Allí havia una barca, que era el bateo, i el capità enmig i una atra que era la fragata. S´encarsellava de llevant i quan arribava al cap, dia isa, i tiraven de les cordes. Primer plegaven una sàrsia més fina que era el cop, después venia una sàrsia con el dit de grossa que era el mataor, i ahí anaven les tonyines. Havien 3 o 4 hómens que des d´unes embarcacions i en ganxos s´agarraven dels aparejos i tiraven dins de la barca. A voltes en mataven 500 o 600. Pescaven també melves i pex menut en la sàrsia que tenia un cel molt finet. També estaven les àncores. Havia una àncora gariquenya que guantava la cua i 50 o 60 més pa aguantar les atres parts de la cua. Se´n gastaven més de 100 àncores.” 225

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Abombamiento anticlinal muy corto, cuyo eje se hunde en sus extremos 226 Carles Llorca y otros 227 M. Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. p. 120


Las referencias pesqueras de atún en Tabarca quedan recogidas en los Llibres de Consells del Archivo Municipal de Elche228 que señalan la descarga de la pesquera en el Puerto del Cap de l’Aljub (Santa Pola), aunque la isla tenía una factoría donde se secaba y salaba parte del atún antes de trasladarlo a Santa Pola y Alicante. Entre 1939 y 1960 operó de forma continuada (con las excepción de los años 1957 y 1959), entre el 1º de febrero y el 30 de octubre, con buenas capturas hasta 1948 en que comenzó el lento declive. Fue la última almadraba alicantina en cerrar, tras la temporada de 1960.

Las almadrabas de Cabo Cervera y Roig Señala Oliver Narbona (1982 y 1995) que en Cap Cerver/Cabo Cervera y en Cap Roig/Cabo Rojo, así como en la Cala de Lleny (Cala del Sinet de Siney) cercana a Guardamar, se dan las circunstancias adecuadas para que se calaran almadrabas, por tratarse de costas de acantilados medios, con calas arenosas en sus extremos, ausencia de accidentes pre-litorales y fondos con alternancia de cascajos, arenas y algueros inmersos en el camino de las corrientes marinas. Pero nada más. Hay ancestrales referencias pero nula documentación y menor memoria de los pescadores locales al respecto de un arte importante como la almadraba, aunque sí de artes menores.

Artes Menores La Llisera o Moruna La llisera tiene conjunción de una mínima almadraba apta para la captura de dentons229 (Dentex dentex) y lechas (Seriola durmerillii), siempre con procedimiento “de vista”. Requerían por ello el montaje de torretas para vigilar el paso del cardumen y poder rodearlos con la red. En Benidorm, al final del Rincón de Loix, se ubica una llisera en la denominada Punta Llisera, señalan Manuel Oliver y el erudito local José “Pepe” Bayona230, recibiendo el accidente geográfico este nombre por usarse allí este tipo de arte, que también se calaba un poco más al norte en el paraje llamado La Creveta.

García Mas y Léon Nicolás. L’almadrava Isla de Tabarca También llamado Dentol, tiene una coloración de fondo verdosa en los jóvenes y algo rojiza en los adultos, tiene unas manchitas azuladas brillantes y a veces presenta un bandeado oscuro transversal. Tiene unos dientes muy grandes, de ahí su nombre. Vive sobre fondos de roca o de arena, desde la línea costera hasta unos 30 metros de profundidad. Los más grandes poseen un abultamiento cefálico que les da un extraño aspecto. Su forma de caza es al acecho. Su dieta es variada como depredador, siendo muy goloso por el calamar. 230 Notas manuscritas de Pepe Bayona para la edición de Benidormeries 228 229

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A la “llisera” también se le llama “moruna”, aunque este término se adjudicara también a algunos tipos de almadrabas menores de tiro y monte y leva, lo que induce a confusión. Consta la llisera/moruna de dos, o tres, piezas extensas de red que terminan conformando un caracol. Una de las piezas que se abre en el centro del conjunto se llama “travesía”.

La pesca del atún en Torrevieja y Guardamar. Andanones y “filaero” Cuenta Andrés Javaloy231 que en los años veinte del siglo XX, en Torrevieja -a partir del 30 de abril-, la familia Rojas y otras sagas marineras torrevejenses empezaban a salir al mar a calar las panas. Las panas se componían básicamente de unas ramas de pino, que flotaban emergiendo la parte leñosa y manteniendo sumergidas las ramas menores y las acículas, cuya finalidad única era proporcionar abrigo a bancos de pequeños jureles que se cobijaban entre ellas huyendo de los túnidos depredadores. Estas ramas, que flotaban en el agua junto a grandes planchas de corchos con banderolas, se fijaban al fondo mediante grandes lastras de piedra y cabos de esparto, unas 25 brazas más largos que la profundidad existente. Calaban los torrevejenses cincuenta o sesenta de estas panas formando lo que llamaban andanones. Lo hacían a unas doce millas de la costa de Torrevieja e incluso frente al Cabo Cervera, en tan solo quince metros de sonda. Hacia mediados de mayo los pescadores se hacían a la mar en la madrugada, a vela, aprovechando la brisa de tierra, y en unas dos o tres horas de navegación llegaban a la zona donde tenían caladas las panas. Para localizarlas les bastaban las señas (enfilaciones) y si estas no se veían, con la ayuda de una sonda formada por una plomada y cordel, con el tiempo de navegación y el rumbo aproximado daban con ellas. Las dotes marineras de aquellos hombres les hacían navegar, a veces, orientándose tan solo en “como caía la mar a la salida de Torrevieja” y en qué ángulo debían tomar las olas para llevar el rumbo adecuado. Al llegar a los andanones, recorrían las panas para comprobar en donde se habían cobijado los cardúmenes de pequeños jureles y si había ya melvas o atunes cebándose con ellos. Al principio de la temporada era la melva la protagonista de sus pesqueras. Los jureles se capturaban para mantenerlos vivos en baldes, para cebo y anguado232. Otro ramaje amarrado en popa y lastrado, al que llamaban “despoblador”, servía para mantener a los jureles en torno al barco mientras navegaban a poca velocidad como reclamo al atún que se metía bajo el barco en busca de jureles, y eran capturados a garfio. A Javaloy. Historia de la pesca en Torrevieja Acción previa que realiza el pescador, antes de lanzar sus artes, arrojando al agua cualquier tipo de carnada, a fin de que los peces, atraídos por el cebo que se les ofrece, acudan rápidos y en cantidad al lugar elegido para su captura, de modo que se propicie una abundante y pronta pesca. Esta carnada suele prepararse mezclando todo tipo de desechos de pescado, incluyen-

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Cuando las panas llevaban cierto tiempo en el agua, las ramas de pino se “ameraban” y tendían a hundirse por lo que las retiraban, entrando en liza entonces otra modalidad de pesca del atún, esta vez con carnada muerta y haciendo rastro navegando muy despacio, en vez de dejar el barco a la deriva como antes. Solo paraban cuando daban con el atún o lo intuían por el vuelo en picado de las gaviotas. Utilizaban un aparejo muy semejante al que emplean actualmente los pescadores artesanales de atún. Le llaman “caloma” o “filaero”. Se componía el “filaero” de unos doscientos metros de lienzos de cáñamo, adujados cuidadosamente en un capazo, con el chicote terminal saliendo por un lado para poder empalmar ahí, en un momento dado, otro cabo más grueso. En Guardamar, además, se utilizaba "la moruna" o “almadrabillo”, por su similitud con la Almadraba, pero más pequeña. Otro tipo de arte de trampa, que al igual que "la moruna" la introdujeron los pescadores de San Pedro del Pinatar, era “la pantosa"233, a modo de encañizada horizontal. Este arte ya ha desaparecido y no queda más constancia que los testimonios de los viejos pescadores que oyeron hablar de él.

do las raspas y las cabezas, macerándolos y aglutinándolos con miga de pan, arena o tierra, para que de este modo sea mayor su densidad y su mismo peso haga que este amasijo heterogéneo se vaya hacia el fondo del mar y no quede flotando en su superficie, ya que en este caso pasaría desapercibido para los peces, cuya atención se desea atraer, despertando en ellos su voracidad. A este tipo de camada le llaman los marineros "anguao" (por “anguado”) y al acto de verterlo sobre el agua lo denomina, indistintamente, "anguar" o "echar anguao”. 233 Sistema de encañizada

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XVII - La temporada de la almadraba Entre los meses de febrero y agosto entran en el Mediterráneo, por el Estrecho de Gibraltar, los cardúmenes de atunes que han permanecido durante el invierno en el Círculo Polar Ártico y en las costas noruegas y vienen a desovar al Mediterráneo, dado que aquí la temperatura, la salinidad y las corrientes marinas favorecen la movilidad del esperma hacia la freza de huevos. Por lo general, el tiempo de trabajo en la almadraba, que es puramente artesanal, se divide en calamento, pesca, leva y mantenimiento. El calamento o montaje de las almadrabas de paso o venida se inicia en los últimos días de marzo empleando redes con luz de malla de treinta centímetros, que dejan salir a los atunes de menos peso, reforzadas con kilómetros de cables, fijados al fondo mediante grandes anclas y mantenidas en posición vertical mediante grandes flotadores de corcho. La migración del atún rojo se realiza de forma jerarquizada de tal forma que en avanzadilla van los atunes más grandes. Navegan en torno a una profundidad de unos sesenta metros, donde se encuentra la termoclina de primavera que separa aguas atlánticas de mediterráneas puras, pero aún en la corriente de entrada atlántica. Al acercarse a la costa lo hacen a mucha menor profundidad, al igual que la termoclina. En el tiempo de espera hasta calar la siguiente almadraba, el trabajo, como hemos señalado, era de preparación y mantenimiento del calamento y reparación de los posibles desperfecto. De cinco a nueve días antes de armar la almadraba de ida, en el mes de enero, todo el material se trasladaba al Real234. El día de la calada se comenzaba por colocar todo el esqueleto submarino de la almadraba en el fondo marino y, a continuación, se procedía al tendido aéreo soportado por al menos unos siete mil kilos de corcho. Después se colocaban las redes sobre los cables y por último el copo. Todo este proceso resumido en pocas líneas podía durar dos meses y se consideraba, en las costas alicantinas, que el día de San Pedro, 29 de junio, todo el conjunto “de ida” debía estar fuera del agua. La almadraba de retorno se calaba hacia el 20 de septiembre y se levantaba con el final del mes de octubre.

234 Lugar a pie de playa donde se amontonaba el material de la almadraba previo a su calamento; con el tiempo devengó en construcción sólida en una anexo del conjunto factorial que representaba la Chanca

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El régimen de trabajo de la almadraba era intenso. En plena época, a las cuatro en punto, el “despertaor” llamaba a la gente al trabajo y se reunía a todos los almadraberos en la Chanca o en el Real para salir a la mar. El de “despertador” era un cargo más del entramado administrativo de la gran empresa que era la almadraba y tenía una remuneración extra por ese cometido. Mientras tanto, en la madrugada aún, los guardias de noche repasaban el arte para comprobar sus condiciones. Sobre las seis de la mañana los marineros se hacían a la mar y cada barca ocupaba su lugar a la espera de las órdenes del arráez para realizar la primera levantá. Aún esa misma mañana se efectuaba una segunda levantá y se volvía a la playa con las capturas, que eran enviadas a la chanca, y a comer. La comida consistía en un caldero realizado con el pescado menor de la primera levantada del cel. El resto del pescado que no se utilizaba en la chanca era vendido para proporcionar los ingresos diarios y para comprar la comida del grupo. Tras un descanso a pie de playa, hacia las tres de la tarde se volvía a la almadraba para repasar las redes y efectuar una posible tercera levantada, tras lo que se volvía a tierra, a desembarcar la pesquera final y avituallarse de cara al día siguiente. El documento más completo que hemos consultado sobre el funcionamiento y las retribuciones de la almadraba lo ofrece Carles Llorca Baus y pertenece al notario de Ampurias, Juan Salamó. Es del siglo XVIII. Señala que “por cada diez trabajadores hábiles se contratará un veterano, cuando menos, pero ningún hombre terrestre235 salvo cuando falten y cuando aún estos trabajen por la mitad del jornal”. Al arráez, “si no hay convenio, 300 reales de vellón el día del calamento, pescado y ración de pan todo el tiempo de la pesquera, una arroba de aceite y el 3% de la pesca sin salar”. Al sotarráez, “pescado y ración de pan para comer con el arráez, una arroba de aceite y el 3% de la pesca sin salar, a repartir con el marinero”. En cuanto a la gente de la almadraba, incluido el marinero, “ganará toda por igual, hábiles y veteranos, un jornal de 7 reales de vellón por semana, en mano propia, y la ‘raspa’236”. A la gente de la almadraba “se le gratificará, si no se pacta lo contrario, por trabajos extraordinarios. En los días donde se den más de 120 arrobas de bonito dará también el empresario una arroba por cada 4 hombres y si llegasen a las 300 arrobas, una por cada dos”. El acta notarial va a más: “las huevas de toda la pesca, si no se tratase en contra, serán divididas en cuatro partes: dos para el empresario, una para el arráez y el sotarráez, y la restante por la gente de la almadraba”. Pero hace una salvedad: “Se exceptúan las de melva que serán del empresario”. Se completa el documento señalando que “los despojos de gañiles237 y las cabezas de emperador serán para los pescadores”

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Hombre de tierra, generalmente bracero de labranza, sin ninguna cualidad marinera 236 1 melva por cada 200 que se pescaran 237 Gañiles: espineta


En las primeros décadas del siglo XX el jornal del marino era ya de 2’50 pesetas diarias, llegando a las 30 pesetas diarias en la década de los cincuenta con se terminan las almadrabas alicantinas. Además, se recibía una parte de los beneficios de la pesca. Si bien se comenzó con el reparto del 7 u 8% de los beneficios de las capturas para todo el personal de la almadraba con sus desgloses pactados previamente, en el siglo XX los marineros se repartían el 5% de base beneficio y otro 5% correspondía a los tres arráeces a razón de un 3% para el arráez, un 1’5% para el sotarráez y un 0’5% para el marinero. Todo el equipo ganaba, además, el gañil que saliera de la red cel, dividiéndose a partes iguales, y si alguno quedaba sin nada era el primero en la división del día siguiente238. Solían hacerse, como máximo, tres levantás al día, dos por la mañana y una por la tarde. Entre la primera y la segunda levantás solía mediar el tiempo de “fumar un cigarrillo liado a mano”239. Cada tres meses, como máximo, se reparaba todo el arte, retirando las redes, reparando los desperfectos, corrigiendo los corchos y reemplazando la cabuyería. El copo se repasaba mensualmente. Terminadas las dos temporadas se recogía todo el material y se limpiaba, alquitranándose las redes antes de dejarlas preparadas para la siguiente temporada. + Otra faena preparatoria del arte solía ser la preparación de de los maniones 262 o lastres que fijaban al fondo la almadraba. Fundamental era la composición de la piedra, para que el agua marina no la alterara, disolviéndola, y para que pudiera ser amarrada al cabo que la sumergiría e izaría con absoluta seguridad y garantía en calarla y recuperarla. Así, para la almadraba de Benidorm se sacaba la piedra de Sierra Helada263, pudiendo, hasta hace bien poco, advertirse el lugar exacto de la cantera sonde se cortaban los “pedrelos”.

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Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. Página 119 Manuel Oliver. Faenando la mar. Pesca en las costas alicantinas. Página 116

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XVIII - Redes y cabuyerías alicantinas Esparto y cáñamo en la provincia En tierra firme se desarrollan tareas propias del mantenimiento de las redes y los cabos que componían la almadraba, así como de la confección de la fibra con la que se hacían las cordelerías. En muchas localidades alicantinas vinculadas a la almadraba existen topónimos urbanos y geográficos que evidencian esta actividad. Es el caso de las calles Pal de Benidorm o de La Vila Joiosa. El Pal era el lugar donde se confeccionaban las cordelerías de esparto y cáñamo necesarias. También, como no, todas aquellos espacios geográficos vinculados al esparto y al cáñamo, como “amerador240”, “senda” y otras más. Quant Puig Campana té capell, pica espart i fes cordell 241 Las playas de La Vila, junto a las murallas, las rompientes frente a los almacenes de la Compañía en Tabarca o el Carreró dels Gats en Benidorm fueron epicentro de la actividad de la Almadraba desde la Navidad hasta el mes de febrero, con los husilleros242 remendando y cosiendo redes de esparto y cáñamo con los malleros243 y las mujeres y los niños colaborando en esas tareas, hasta en el tintado y embreado. De los espartales y cañamales de la provincia se obtenía la materia prima que era normalmente trabajada a destajo y a domicilio, construyendo soga de abacá y albardín244, con las que posteriormente se realizaban redes y cabos, bajo la dirección de maestros de cordelaje, siendo, desde muy antiguo, muy famosos los talleres de La Vila y Callosa de Segura. Llegados aquí es necesario insistir en los méritos de estas dos localidades alicantinas volcadas en esta producción. Se trata de los municipios rederos por excelencia que llevaron el nombre de “Alicante” a la Historia de la Almadraba. Los espartos y cáñamos alicantinos, en cabos y redes, fabricados en La Vila Joiosa y Callosa de Segura no pueden quedar fuera de esta reseña. 240 Balsa o depresión del terreno donde se ponía a remojo el esparto; incluso zona de la playa para el mismo cometido. 241 Dicho popular de Benidorm y La Vila Joiosa. El Puig Campana (1406 m, a tan sólo 10 km. de la costa) es la emblemática montaña que preside el territorio. Cuando El Puig Campana tiene sombrero (de nubes), pica esparto y haz cuerda 242 Los que empleaban el usillo o aguja de red. 243 Tablillas de forma rectangular o cilíndrica (aunque ésta más en desuso), que sirven tanto de punto de apoyo para hacer el nudo, como para uniformar el tamaño de las mallas en cada paño de red. 244 Nombre popular de una especie de esparto. Planta herbácea o mata de la familia de las gramíneas, de rizoma rastrero parecido al esparto, que puede alcanzar 50 cm de altura y cuya área se extiende por las regiones mediterráneas. Con las fibras que produce el albardín se fabrican albardas y sogas de cabuyería.

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Pomponio Mela (siglo I) asegura que el esparto no se comenzó a utilizar en cuerdas y redes en Hispania hasta las Guerras Púnicas (264 aC – 146 aC). Contemporáneo del emperador Claudio (10 aC – 54 dC) y natural de Algeciras, debió de saber sobre el empleo de esta cordelería en el arte de la almadraba de vista y tiro de aquellas aguas. El geógrafo griego Estrabón (64 aC – 24 dC) llamó a estas tierras surestinas nuestras Campus Spartarius (campos de esparto), aunque se lo adjudicara por excelencia a Cartagena. El caso es que el esparto, primero, y el cáñamo después, fueron fundamentales en la cabuyería náutica desde los primeros tiempos. En tiempos de la Grecia clásica, el cordaje realizado en el Mediterráneo oriental se confeccionó probablemente con el concurso de una planta parecida al esparto llamada Ginesta (Spartum junceum) a la que los griegos llamaban sparton. La fuente primordial para certificar esta afirmación se encentra en los textos de Plinio El Viejo que diferenciaba claramente las cuerdas realizadas en Grecia con esta planta, de las realizadas por los cartagineses en la Península Ibérica con esparto español. En la misma línea se manifestaba Aulo Gelio245 (123 aC-165 aC) quien, además, había vivido bastantes años Aguja de coser redes en Grecia, lo que le confiere una especial credibilidad por su cercanía a la cuestión material de las fibras. En su obra Noctes Atticae, Gelio, refería que el esparto que citaba Homero en la La Iliada y La Odisea serían plantas propias de la misma tierra griega y no se trataba del esparto español que en aquella época no tenía arribada comercial a esas latitudes. Si en la Serra Gelà ix boira i Bèrnia porta capell, no t´apartes molt de casa, pica espart i fes cordell 246 Esparto es el nombre con el que se conoce en España a unas fibras obtenidas de diversas plantas silvestres del grupo de las gramíneas, así como a las plantas mismas. La más popular es la Stipa tenacissima, también denominado “atocha”, y el albardín, Lygeum spartum, o esparto basto. Sus formaciones naturales se denominan espartales, atochares y albardinales, respectivamente, y son representativas de la vegetación característica de los ambientes esteparios, o pseudoesteparios, ibéricos. En la Cueva de la Araña, en le Macizo del Carroig, (Barranco del Hongares, en Bicorp), ya hay pinturas rupestres con cuerdas que apuntan al cáñamo247. El esparto ya estaba por aquí arraigado a finales del Neolítico. Jurista romano, autor de Noches Áticas, un tratado de historia, geometría, gramática y filosofía sobre el territorio que une Atenas con El Pireo, en la Ática. 246 Dicho popular de La Marina. Si la Sierra Helada está con niebla y la Sierra de Bérnia tiene sombrero (de nubes), no te alejes mucho de casa, pica esparto y haz cuerda. Sierra Helada es el farallón montañoso de 6 kilómetros de longitud (438 m de altura máxima, en acantilado Plunging) entre Benidorm y la Playa del Albir. La Sierra de Bérnia es el final de los Sistemas Béticos en la provincia, hasta el borde del mar, delimitando Marina Alta y Marina Baixa. 247 Manuel Díaz. El empleo del esparto en la cordelaría naval española. 245

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Con la romanización llegó el cáñamo, pero en cuestiones de mar, hasta los romanos prefirieron el esparto español. El esparto español, a tenor de los entendidos, supera en calidad al de todos los países mediterráneos, ya que contienen un mayor porcentaje de celulosa, y su fibra es mucho más fina, por ejemplo, que la de su homólogo argelino, nuestro segundo competidor en calidad. Su recolección ha sido tradicionalmente realizada a mano, resultando un trabajo duro y costoso, apenas mecanizado, un factor decisivo para que actualmente sea una actividad casi obsoleta a nivel nacional. La subasta del esparto de los montes del Término Municipal de La Vila Joiosa constituyó una de las principales fuentes de ingreso del municipio. El esparto se utiliza recién cogido, esparto verde, o trabajado, esparto cocido, para confeccionar hilados de diversas características para cordelerías y redes. El proceso para este esparto cocido es complejo. Una vez Husillo para reparación de redes recogidos los manojos, se dejan secar. Para ello, se atan 248 los espartos y se abren las garbas para que se aireen bien; después se ponen a la sombra y cuando están secos se introducen en una balsa de agua (los llamados cocedores) donde permanecen tres semanas. Pasado ese tiempo se secan bien al sol para evitar que cojan humedad. Luego se ha de proceder al picado en los mazos, el rastrillado y el hilado en las ruedas para la elaboración de cordeles y otros productos. La prohibición de los ameradores de esparto, por sus condicionantes medioambientales, ya para la época, llevó al auge del cáñamo. + Cáñamo o cáñamo industrial es el nombre que reciben las variedades de la Cannabis sativa y, también, el nombre de la fibra que se obtiene de ellas, que tiene, entre otros, inveterados usos textiles. Por sus virtudes esta planta acompañó al ser humano a lo largo de prácticamente toda su historia. En China se tienen referencias de su explotación desde hace unos ocho mil años y su llegada a Europa se produce con los Hunos249, extendiéndose por toda la ribera mediterránea, aunque Herodoto de Halicarnaso (484 aC-425 aC) lo sitúa ya en la Tracia250. Publio Virgilio Marón (79 aC-19 a C) recoge en La Eneida251 la primera información sobre unas cuerdas que posiblemente podrían haber sido de cáñamo, basándonos en que él utilizaba la palabra “stuppea” (stuppa, estopa) para referirse a la materia prima de las cuerdas que sirvieron a los troyanos para introducir la ofrenda envenenada que en forma de caballo de madera le dejaron los griegos. Gavillas, haces. Confederación de tribus euroasiáticas, muchas de ellas de los más diversos orígenes, unidas por una aristocracia que hablaba una lengua túrquica. Este grupo humano apareció en Europa en el siglo IV, y su máximo exponente fue Atila el Huno. Los hunos fueron llamados bárbaros por los romanos, a los que invadieron entre los siglos IV y V 250 Región del sureste de Europa, en la península de los Balcanes, al norte del Mar Egeo, enclavada en Bulgaria, Grecia y la Turquía europea 251 Epopeya escrita en latín en el Siglo I aC. por encargo del emperador Augusto, con el fin de glorificar, atribuyendo un origen mítico al Imperio que con él se iniciaba. Virgilio reelaboró los poemas homéricos, tomando como punto de partida la guerra de Troya y su destrucción, y colocó la fundación de Roma como un acontecimiento ocurrido a la manera de los legendarios mitos griegos 248 249

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En España se cultivó durante siglos con reconocimiento oficial especial, sirviendo para la confección de vestidos, velas navales y piezas de barcos, cordajes y hasta papel. La variopinta utilidad del cáñamo y su calidad le valió en algunas épocas la consideración de planta sagrada que potencia la evolución del ser humano. Desde el siglo V aC. hasta finales del siglo XIX el 90% de las cuerdas y velas para navegación y muchas redes de pesca se hacían con cáñamo. Hoy sigue siendo muy utilizado en muchas embarcaciones por su gran resistencia a la humedad y a las variaciones climáticas. La disminución de su cultivo en los países industrializados comenzó a raíz de una confusa política de prohibición de la marihuana, que afectó también al cáñamo industrial, en los años 30 del siglo XX. Probablemente fue una campaña puesta en marcha por los intereses opuestos de ciertos sectores industriales estadounidenses para potenciar otros materiales como el nailon para los que las plantas de cannabis eran un fuerte competidor En el sur de la provincia de Alicante se localiza Callosa de Segura, la “Ciudad del Cáñamo”, cuya historia y economía estuvieron vinculadas al él desde la Edad Media. Del siglo XIII hay ya importantes referencias a este cultivo y su proceso en la Vega Baja del río Segura. Alfonso X, a mediados del XVIII, ya prohibió los vertidos de las balsas de cocción de estas fibras a las corrientes de agua por los problemas que ocasionaban, y del siglo XVIII son los Diezmos del Cáñamo en Callosa (1723) Cesto de mimbre con cabullería fina y la existencia de hasta veinticinco talleres de con(Museo del Mar y la Sal, Torrevieja) fección de diversos productos manufactureros del cáñamo (1787)252. En Callosa de Segura, tradicionalmente, se ha localizado la mayor producción española de hilos, cabos y redes, tanto de cáñamo como de fibras sintéticas. En su oferta cultural la localidad cuenta con la "Escuela de los Trabajos del Cáñamo", en la que se enseña todo el proceso, desde la plantación de la semilla, hasta la producción de hilos y cuerdas. El proceso comenzaba con la recogida del cáñamo, tras la siega, dejando las garbas cuatro días al sol, por cada lado. Tras ello se procedía a jargolar253 y a jimensar254. Después se transportaban las garbas a las balsas (embalsado) donde se sumergían durante varios días para permitir la separación de las fibras (cocción) en un proceso prác252 Roque F Albert. La industria del cáñamo en Callosa de Segura Operación que consiste en golpear las garbas para retirar la parte leñosa Operación que consiste en golpear las garbas para que suelten la simiente, los cañamones, y seleccionarlos para la próxima cosecha. La acción de llama “la jimiensa”. 253

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tico de putrefacción. Luego se sacaban de la balsa y se procedía al agramado, que es la separación de la parte fibrosa y la leñosa, mediante una máquina artesanal llamada agramadora ó gramaera. Señala Albert Lucas una investigación realizada en la que se pondera la necesidad de un millar de golpes a una graba de cinco kilogramos para la obtención de medio kilogramo de fibra, que se disponía en mazos y cada cuatro o seis mazos conformaban un fardo, llegándose a producir hasta 6 tipos de fibrado de cáñamo, según usos. A continuación se realizaba el espadado (separación de las fibras) golpeando las nuevas garbas realizadas para que desprendiese los últimos restos de agramizas (impurezas de la fibra), y tras ello se procedía al “peinado” manual en una operación llamada rastrillado. Esta operación, absolutamente manual al principio, se efectuaba en una artesanal tabla dotada de una seria de clavos donde se obtenían tres tipos de fibra para hilado: canal, para hilatura fina; leva, que se volvía a rastrillar hasta tres veces más para tres productos de hilado más basto (clarillo, terceta y cuarta) y aplicable a la redería y cabuyería; y estopa, la fibra desechable que obtuvo otros usos con el tiempo. De un quintal de garbas (43’750 kilogramos) se obtenían 28 kilogramos de fibra canal, 9 kilogramos de clarillo y 4 kilogramos de estopa. También 2’750 kilogramos de agramizas255. Una vez rastrillado ya estaba el cáñamo original dispuesto para el hilado, operación que convierte las fibras de cáñamo en hilos con los que se confeccionaban las redes por anudación de hilos mediante tablillas especiales que marcan el mallado. Una vez confeccionadas las redes con el mallaje Enrollador de cabos preciso, para cada uso, se debía proceder a su entintado, (Museo del Mar y la Sal, Torrevieja) usándose la brea256 como fortalecedor de las cuerdas y los nudos. Una vez confeccionadas las redes se bañaban en una mezcla de brea, pez257, sebo258 y aceite de pescado259, que, además de fortalecerlas, les proporcionaba un color obscuro disimulador. Por su parte, Villajoyosa, La Vila Joiosa, tal vez con menos fama, no le va a la zaga en este proceso industrial de cabuyería y redes. La necesidad de redes para la almadraba y la pesca hará que más de un tercio de la población Roque F Albert. La industria del cáñamo en Callosa de Segura Sustancia viscosa que se obtiene de varias coníferas, carbón mineral, destilación de alquitranes y otras materias orgánicas. 257 Sustancia resinosa, sólida, lustrosa, quebradiza y de color pardo amarillento, que se obtiene echando en agua fría el residuo que deja la trementina o el alquitrán al acabar de sacarle el aguarrás y se utiliza como impermeabilizante. 258 Grasa sólida y dura que se extrae de algunos animales. 259 Se obtiene por tratamiento del líquido procedente del prensado de piezas de pescado, después de haber sido sometido a operaciones de separación y centrifugación. Da coloración, principalmente. 255 256

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vilera se dedicara a la confección de redes hasta bien entrado el siglo XX. Las redes de La Vila se hicieron famosas en todo el país. Trabajaron primero el esparto, luego el cáñamo, después el “abacá” y hasta el coco antes de llegar al sintético. Jaume Seguí inventó en La Vila nuevas formas de redes -“menguada” y “Charleston”- y otros vileros enseñaron a construirlas y usarlas por toda España. Y llegan aquí por derecho propio y como reconocimiento a los trabajadores víctimas del procesado de ambas fibras. La estipatosis -o espartosis- y la canabiosis mermaron la salud de muchos de ellos durante siglos. Se trata de procesos neumolíticos, por inhalación de polvo durante el laboreo de la fibra, que hasta la llegada del siglo XX no tuvieron ni estudio clínico y ni tratamientos paliativos; amén de los problemas que el estanco de aguas de los ameradores traían, como las tercianas260 o paludismo. La Primera Guerra Mundial eliminó la competencia redera anglobelga y permitió la expansión de la industria redera nacional establecida, principalmente, en Callosa de Segura y La Vila Joiosa, desde donde salieron decenas de vileros a ser representantes de su industria por los puertos pesqueros de medio mundo. Se trabajaba la materia procesada ya hilo, en el pal y las sendas. Cada senda tenía su pal para fabricar redes, filásticas y piolas. El hilo más grueso que se fabricaba se llamaba piola y el más fino larache. En las sendas se elaboraban las mallaetas que configurarían las redes. En el pal se estiraban las redes y se tintaban con el cocimiento, en grandes calderas, con corteza de pino triturada (rosca) y alquitrán tratado (mixtura), del conjunto de redes que se oscurecían con este tratamiento. El objetivo del cocimiento y la tintura era preparar la red para que la grasa del pescado nos las destruyera, al tiempo que las hacía más flexibles y dúctiles. Fueron muchos los nombres de los grandes maestros del hilado, cabdelladores. Entre los grandes expertos en este arte redero señalaremos en estas páginas a Lorenzo Llinares El Sordo y a Pedro Zaragoza El Capote, de quien dicen que nunca, en sus muchos años de labor, rompió un hilo en el proceso261. De las sendas se pasó a las instalaciones fabriles y a los grandes nombres de la industria redera que para el caso de La Vila citaremos al industrial León Marco Prades.

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Se llamaban así por tratarse de procesos febriles que atacaban cada 3 días, y remitían. Se asoció al aire emanado en estancos de agua, como los putrefactos ameradores, hasta ser achacado al plasmodium que inocula el mosquito anopheles. 261 Carles Lorca. El mar de La Vila, La Vila del Mar Piedra labrada que por peso fijan al fondo arenoso una pieza de red o cabuyería en general. También se les llamaba “pedrelos”. 263 Manuel Oliver Narbona. Faenando la Mar. Pesca en las costas alicantinas


Almadrabas

XIX - La almadraba del Siglo XXI La almadraba hoy es sólo una sombra de lo que fue. Muchos condicionantes han llevado a que sólo se calen hoy en aguas sureño atlánticas en España. Al menos este año de 2009, ha habido ocho almadrabas en activo, que en el mes de julio terminaron la temporada para no sobrepasar el cupo concedido. Ésta, la temporada de 2009, ha sido excepcional264. Hacía años que no entraban tantos atunes y en muchas de las jornadas pesqueras los han tenido que dejar pasar para mantenerse en el cupo; incluso abrir el copo. Del orden de mil quinientos ejemplares en los días finales de la ahora efímera campaña se han dejado escapar.

En el Mediterráneo occidental y Atlántico oriental hay operando veinticinco almadrabas más265: dieciocho marroquíes, seis italianas y 1 portuguesa. Treinta y tres en total, afecta a la misma suerte que las españolas. A pesar de las cifras de este año, y ante el descenso de capturas constatado al inicio de la segunda mitad del siglo XX, la FAO, en 1966, puso a la firma, como dijimos, el Convenio Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, que entró en vigor el 21 de marzo de 1969. Desde entonces, un rosario de reuniones y medidas no han logrado paliar el descenso generalizado en las capturas en las artes clásicas, mientras se han desorbitado las capturas tecnológicas de las grandes flotas. 264 265

Almudena Martín. Sitou.es; 7 de julio de 2009 ICCAT. Traspers

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Además, la almadraba hoy está híper regulada; atada, atenazada. Ha perdido el hálito de aventura. No se calan a más de seis millas de la costa y la rabera de fuera podrá tener como máximo dos mil metros. Son necesarias cinco millas entre mojarcios de almadrabas colindantes. No se calarán otras artes dos millas por delante y una milla por detrás de la almadraba. Las licencias, una vez valoradas, las otorga el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino a través de la Secretaría General del Mar, con vigencia anual aunque prorrogable hasta un máximo de diez años, si las condiciones de la especie lo permiten y en función de los acuerdos internacionales. Las especies capturadas, su número de ejemplares y el peso, deben ser inscritas en el Registro de Capturas y comunicadas inmediatamente, con un máximo de cuarenta y ocho horas desde la levantada, y atender cualquier requerimiento sobre cese de capturas a fin de mantenerse en las cuotas. El desembarco debe hacerse en el puerto designado al efecto y si hay transferencia a buques de terceros países debe haber constancia documental (declaración CICAA y DCA266, autorización DGP y etiquetas) y presencia de observadores autorizados que las confirmen Incluso hay un capítulo -el título V de la Ley 3/2001, de 26 de marzo, de Pesca Marítima del Estado- que estipula las infracciones almadraberas y aplica sanciones. Tal vez se hace ahora, por legislación comunitaria e internacional, lo que tuvo que haber hecho aquél Consorcio Nacional Almadrabero que murió de incapacidad al permitir que este mundo pasara de la indolencia nobiliaria a la de cierta oligarquía económica que nunca entendió el mundo de las gentes del atún. Desde 2006 ha estado funcionando el Plan de Recuperación para el atún rojo del Atlántico Oriental y del Mediterráneo con medidas de gestión y control que, a falta de eficacia se enmendaron en 2008 y, a tenor de las nuevas convocatorias de reuniones para nuevas resoluciones, no han funcionado. No se ataja el problema real de las grandes flotas. 2009 ha sido un ”buen” año, a pesar de que se redujo el cupo en un 40%. Tanto de bueno ha sido, que acabando mayo sólo una, de las cuatro almadrabas gaditanas, seguía en campaña. Barbate, Conil y Zahara ya habían alcanzado el cupo máximo267, estaba su personal cruzado de brazos… y los atunes seguían entrando en el arte. Aún faltaban tres semanas para completar la campaña de la que dependen cuatrocientas familias gaditanas. Por el contrario, en 2008 no se pudo cubrir el cupo de capturas. Aún así, sepamos que las estimaciones señalan que únicamente el 0’01% de los atunes que migran por el Estrecho recalan en las almadrabas268. Los almadraberos están unidos en la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba. Las Organizaciones de Productores Pesqueros (OPP) son los interlocutores válidos entre las distintas Administraciones pesqueras y el Sector Pesquero propiamente dicho. La Organización de Productores Pesqueros de Almadrabas, la OPP51, es una Asociación entre cuyos fines se encuentra el de garantizar el ejercicio racional y sostenible de la pesca con el arte 266 Documento de Capturas de Atún rojo Diario La Voz, Cádiz. 28 de Mayo de 2009 Instituto Roche. Rincón del Gastrónomada. Preparando la llegada del atún rojo de almadraba. Coordinada: Facultad Medicina. Universidad de Granada 267

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de Almadraba y hacer cumplir el Reglamento Comunitario nº 2371/2002 sobre la conservación y la explotación sostenible de los Recursos pesqueros en virtud de la Política Pesquera Común (PPC). Una de las actuaciones mas destacadas de la OPP51 ha sido la creación de la Marca de Calidad Certificada “Atún Salvaje de Almadraba del Sur de España” (A.S.A.S.E.), otorgada por la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía como distintivo de Calidad Certificada. Con esta Marca se pretende distinguir el atún procedente de almadraba del resto de atunes capturados y producidos mediante otras técnicas y artes de pesca. El atún rojo de Almadraba tiene un alto valor nutricional y es reconocido como uno de los mejores manjares, hoy por hoy, de las costas andaluzas. No obstante, en marzo de 2010, en Qatar, el atún rojo puede pasar a ser una especie protegida, en la reunión de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES). Mónaco lanzó la propuesta y la Comisión Europea ha determinado que tiene fundamento y recomendado a la UE que la suscriba provisionalmente, a la espera de informes científicos de urgencia que confirmen o rebatan que la especie se encamina al colapso. Si el atún rojo entrara en el anexo I de la CITES su comercio internacional quedaría prohibido. España ha hecho los deberes y seguramente sea el Estado con la legislación más severa. Y el más vigilante. Incluir el atún rojo en la CITES sería una medida desproporcionada que castigaría una cultura responsable y sostenible. Vemos asombrados los aumentos de las capturas oceánicas de atunes, mientras las de almadraba están cada vez más condicionadas. Se insiste en el peligro de extinción de la especie por sus desmesuradas capturas y terminan pagando los que menos expolian el mar. El profesor José Carlos García269 sostiene que “no es que haya menos atunes; es que se acercan menos a las costas”270 porque sus aguas ya no son tan limpias. En ello coincide el veterano benidormer Vicente Zaragoza, arráez que aún sienta cátedra sobre el atún, que en un reportaje de la revista del IEO de diciembre de 2008 pontificaba: “Más o menos hasta las 12 millas de costa, la pesca está totalmente condenada. Los peces no se acercan como antes debido a la calidad de las aguas. La prueba es que todas las almadrabas que existían en la costa mediterránea española han desaparecido. Los que hemos trabajado toda la vida con el atún sabemos que necesita aguas limpias. Cuando el agua está limpia, el atún se deja ver”271. Pero no sólo es la turbidez por el uso turístico y económico de las aguas costeras. Las almadrabas de hoy se enfrentan a un enemigo hasta hace bien poco desconocido: la energía eólica. El atún, se intuía ya en la remota antigüedad pero hoy se sabe hoy con seguridad, es especialmente sensible a los cambos electromagnéticos. Los aerogeneradores de los parques eólicos entorpecen las migraciones y los proyectos tarifeños terminarán por darle la puntilla a la almadraba si no lo hace el CITES. Un último capítulo negativo lo producen las granjas de engorde que ya, en 2007, proporcionaron más de 26.000 TM de atunes272 a los grandes compradores internacionales en directa competencia, por menor precio y más baja calidad, con el atún de las almadrabas. 269 270 271 272

José C García es profesor de Biología de la Universidad de Sevilla, internacionalmente premiado por sus estudios del atún. Isla Cristina Digital; 17 de septiembre de 2008 IEO, nº 11; diciembre de 2008 Advanced Tuna Ranching, 2007

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Mantiene WWF/Adena que la población de atún rojo ha descendido en un 80 % en las últimas tres décadas; en el año 2000 la Comisión para la Conservación del Atún Atlántico (CICAA) estimó que la mortalidad por pesca era 2,5 veces superior al nivel máximo compatible con la reproducción adecuada de la población. En 2002, se alcanzó una producción que cubría el 78% de las importaciones japonesas de atún rojo desde el Mediterráneo (14.558 TM). En 2003, se introdujeron entre 21.000 y 25.000 toneladas de Principales granjas de engorde de atún rojo atún salvaje en jaulas en el Mediterráneo. El fuerte incremento de atún engordado en los últimos años provocó ya la saturación del mercado japonés en 2003, por lo que la gestión actual de esta actividad de granjas de engorde tampoco se justifica desde un punto de vista estrictamente económico y perjudica gravemente a las pesquerías tradicionales de almadraba, palangre o caña273. Ya en 2008 diversos grupos políticos europeos, e incluso el Grupo Parlamentario Mixto del Senado español274, solicitaron a la Unión Europea interrumpir las ayudas a la industria del engorde del atún, porque no se trata de un proceso de acuicultura, y que se prohíban las instalaciones de nuevas granjas. Estas granjas no albergan animales nacidos en cautividad, sino ejemplares salvajes que en su gran mayoría adultos, de ordinario antes de desovar, que tras ser capturados con enormes redes rectangulares, son trasladados a las jaulas donde no llegan ni a reproducirse. La técnica del engrase del atún nació en Australia en 1990 de donde la importaron los emigrantes croatas a Europa en 1996, para aparecer poco después en España, en el litoral murciano (1996), y en otros países como Túnez y Malta. El engrase del atún rojo contiene nuevos factores que se deben tener en cuenta a la hora de evaluar el impacto ambiental. Se observa un impacto ambiental en las comunidades bentónicas localizado tanto a nivel espacial como temporal. Existe una correlación lineal entre la distancia de la granja y los cambios faunísticos y químicos del sedimento275. Tras ser capturados a miles por los barcos cerqueros, los atunes son introducidos en mallas cerradas y trasladados por remolcadores, a poca velocidad, hasta las jaulas de engorde. Estas jaulas miden entre 30 y 60 metros de diámeGreeenpeace. El estado del atún rojo en el Mediterráneo 274 Moción 661/000001; de 19 de mayo de 2008 Vita, R.; Marín, A.; Cesar, A. y Marín, L. El impacto ambiental del cultivo del atún rojo (Thunnus Thynnus Thynnus) sobre las comunidades bentónicas. Universidad de Murcia 273

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tro, y se calan a unos 20 metros de profundidad. Tienen forma circular o hexagonal. El sistema cerrado de redes se mantiene mediante un importante sistema de flotadores. Cada granja posee entre 3 y 10 jaulas, alejadas unas pocas millas de la costa. Cada jaula es capaz de contener varios cientos de ejemplares que son alimentados regularmente con pescado -anchoa, alacha, caballa y arenque- capturado ex profeso para ello, esquilmando caladeros. Para producir un kilo de atún rojo, mediante este sistema, se necesitan de diez a veinticinco kilos de pescado menudo276, relación de 20 a 1. Además, esta sobrepesca está afectando a los delfines. Y no queremos abandonar la actualidad de la almadraba sin acercarnos a los últimos logros científicos de reproducción -excepcional- del atún rojo en cautividad logrado inicialmente por japoneses (2002) y, mucho más excepcional- de manera continuada, por científicos españoles que han conseguido fertilizar in vitro huevos procedentes de atunes cautivos en los corrales de engrase. Ello abrió hace muy pocas fechas el camino de la reproducción en cautividad del atún rojo a partir de huevos obtenidos de ejemplares cautivos. Así, entre los días 29 de junio y 1 de julio de 2009 en el Centro Oceanográfico de Murcia del Instituto Español de Oceanografía (IEO) se han conseguido varias puestas de más de 5 millones de huevos viables de atún rojo277. Este logro, obtenido en las instalaciones que el proyecto tiene en El Gorguel (Cartagena), es el paso fundamental e imprescindible para cerrar el ciclo biológico del atún rojo en cautividad y poderlo producir mediante acuicultura. Esto se había intentado, sin éxito, en muchos países. Aquí se ha conseguido que las hembras de atún rojo atlántico cautivas pusieran huevos y que los machos los fecundaran. Anteriormente, como mucho, se había conseguido que las hembras pusieran una cantidad escasa de huevos viables, susceptibles de convertirse en larvas de atún rojo y desarrollarse. Este éxito de esta operación y de la ciencia española cambia la situación y abre las puertas al cultivo del atún rojo y su producción mediante la acuicultura, si bien todavía deben resolverse los problemas que, de seguro, se darán en el proceso de crecimienTipo de copépodo to de los atunes nacidos en cautividad. Las instalaciones de El Gorguel (Cartagena) están gestionadas por la empresa Tuna Graso, socia del proyecto SELFDOTT y perteneciente al Grupo Ricardo Fuentes. Diariamente, se siguen produciendo puestas. El proyecto europeo de investigación SELFDOTT, liderado por el IEO y que pretende la domesticación del atún rojo y que de verdad sea una práctica de acuicultura. El proyecto está cofinanciado por el 7º Programa Marco de la Unión Europea. También, en este sentido, citar la realidad del proyecto “Futuna Blue”278 que ha conseguido en El Puerto de Santa María, Cádiz, la cría en cautividad de atunes con tecnología del holding danés Uniaqua que aborda el ciclo completo de la vida del atún rojo. La alimentación se consigue con copépodos279 que la misma factoría produce. Mas mar; 02.05.2008 InfoCAMPO. 07.07.2009 (Nota informativa del IEO) 278 Diario de Cádiz, 26.03.2008 y futunablue.org 279 Los copépodos son una subclase de crustáceos maxilópodos de tamaño muy pequeño, entre 1 y 5 mm. Carecen de caparazón, y su desarrollo se inicia a partir de una larva nauplio. Son tan abundantes en el agua de mar, que cualquier muestra de plancton tiene siempre ejemplares de este grupo. 276 277

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Finalmente señalar dos grandes aciertos. En Isla Cristina (Huelva), La Muy Noble Sociedad de Amigos del Atún Thunnus Thynnus y Amantes del Vino280 cada mes de septiembre celebra -y van ocho- el Encuentro de Capitanes de Almadraba (Arráez y Sotarráez) que reúne a la práctica totalidad de los Capitanes de Almadrabas de España, Portugal, Japón y Marruecos, junto con algunos de los científicos expertos en el mundo del atún y todo lo que le rodea, así como a su pesca en general. Además, celebran un homenaje a la mojama y una muestra culinaria del atún con la Semana Gastronómica del Atún. En Barbate, a las puertas del estrecho de Gibraltar, se encuentra en Centro de Interpretación del Atún de Almadraba (CIAA)280 bis que además de mostrar la historia y realidad de este mundo del atún organiza, todo el año y con distinta intensidad, “la Ruta de la Almadraba” con salida en barco hacia las almadrabas de Barbate y Zahara de los Atunes (Cabo de Plata) y la geografía almadrabera ente el Cabo de Trafalgar y la Punta Camarinal.

C/Cine Victoria, 2. 21410 Isla Cristina (Huelva). www.amigosdelatun.com; amigosdelatun@amigosdelatun.com 280 bis Centro de Interpretación del Atún de Almadraba. Puerto Deportivo de Barbate. 11006 Barbate (Cádiz). Teléfono: 670 94 68 79. web: http://www.atunalmadraba.es; Correo electrónico: info@atunalmadraba.es 279

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Almadrabas

XX - Gentes de la almadraba Las sagas almadraberas de Benidorm y La Vila Era consustancial, especialmente, con Benidorm y La Vila Joiosa que sus gentes salieran a calar almadrabas. La diáspora de especialistas se producirá en el siglo XVIII y se prolongará hasta bien entrado el siglo XX. Cuando no en la almadraba, lo hacían como fomentadores281 de pesca y salazón y gestores de los Alfolines de la Sal, o expertos en cuestiones de redes, tan fundamentales en este arte. Nadie nacido en estas dos ciudades debería ser ajeno a la noble palabra almadraba. Aún quedan unos pocos supervivientes de lo que fuera la aventura de la almadraba, pero si muchos familiares que vivieron aquellas experiencias. En febrero comenzaba la diáspora, que duraba de seis a ocho meses, desde Rosas a Isla Cristina. Los arráeces se llevaban con ellos a buena parte de la marinería local que emplearían en aquellas empresas. El éxito de la temporada almadrabera afectaba fuertemente la economía local. Casi todo el tejido social de estas dos localidades estaba implicado en la almadraba. Los que no iban, confeccionaban redes y utensilios. Todos dependían del éxito o no de la aventura. En el siglo XIX hay tres temporadas desastrosas: 1822 (el año del hambre), 1844 y 1845; muchos se replantearon seguir con la pesquera. La aventura benidormera es conocida en las costas peninsulares españolas y norteafricanas, pero su experiencia les llevó también a las Baleares. En aquellas islas sabemos que en 1798 el arráez benidormer José Pérez solicita el calamento en Els Freus ibicencos; en 1847 el arráez benidormer José Lanuza solicita permiso para calar entre el Cabo Regana y Clas Mostar, en Mallorca, y el arráez Pedro Bayona y Llorca, en 1881, lo harán en Llucmajor, en Cap Enderrocat282. Y mantuvieron algunos años aquellas concesiones. El arráez benidormer Jaime Pérez Zaragoza283 ha señalado a diversas publicaciones que los hijos de Benidorm han calado almadrabas en 57 lugares distintos a la largo de la ancestral vida de esta arte. No obstante, investigaciones posteriores llegan a 65 almadrabas caladas por hijos de Benidorm en Rosas, Barcelona, Palamós, Tarragona, l’Ametlla, Vinaroz, Valencia, Baleares (Els Freus, Formentera, Cabo Regana, Cala Mostar y Cap Enderrocat), Torrevieja, Aguilas, Almería, Málaga, Algeciras, Tarifa, Cádiz, Cartaya e Isla Cristina.

281 Negociantes, pilotos de cabotaje y pescadores que impulsaban el desarrollo de las pesquerías del XVIII. Gestionaban el espacio marítimo local, utilizaban el producto, que comercializaban, y en el viaje de retorno comerciaban con otras mercaderías como sal, madera, corteza de pino, hilo y redes. 282 Carles Llorca. Historia marinera de Benidorm 283 Amigos del Atún

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Uno de los grandes arráeces de Benidorm, Vicente Zaragoza Casamayor, cuenta Carles Llorca en sus estudios sobre los almadraberos benidormenses, tenía tal domino del arte que en 1987 caló el cuadro de la almadraba de Barbate en el lugar exacto y “a fosques”284; en medio de una densa niebla que impedía divisar las enfilaciones de la costa que se utilizan como señales del lugar. Vicente Zaragoza concedía a finales de 2008 una entrevista a la revista del Instituto Español de Oceanografía285, bien conducida por José Miguel De la Serna, donde el benidormer sustanciaba: “al atún hay que saber buscarlo y seducirlo para llevarlo a las redes. Al atún hay que saber rescatarlo”. La almadraba, el arte, la definía como un complejo mundo de sencilla definición: “no son más que unos atajos por donde se trata de conducir los peces para luego concentrarlos en un mismo sitio y pescarlos”. Contaba sus inicios, con 14 años y de la mano de su padre, otro arráez, y relataba historias de la almadraba con fundamento. Contaba que el Duque de MedinaSidonia utilizaba presos de las cárceles de Sevilla, o mendigos y maleantes de Madrid, como mano de obra barata, que bajaban a la costa a trabajar en las almadrabas. Tal era la fama de aquellos primeros almadraberos, que de ese ladino oficio de “ir a la conquista de tunes”, nació la palabra “tunante”. La situación, explicaba, se hizo tan insostenible en la zona que el duque se Cala Enderrocat, Mallorca. vio forzado a traer mano de obra de Levante Almadraba de Monte y Leva de Pedro Bayona y Llorca ya que, gracias a su técnica más depurada, necesitaban menos personal para calar la almadraba. Y así llegaron los de Benidorm, La Vila y Calpe a las almadrabas andaluzas. Era una vida dura y con pocos medios. Ante los materiales de hoy contaba: “teníamos el cáñamo, de una vida muy limitada, que después de un tiempo se deshacía y no quedaba nada de él”. Desde su cátedra de sabiduría señalaba que con el paso del tiempo no ha mermado la dureza del trabajo y su dilación en el tiempo: “aún ahora, la almadraba tiene muchísimo trabajo de mantenimiento: hay que revisarle las redes, la flotabilidad, llevar determinadas anclas a su sitio pues pueden garrear y desplazarse” rompiendo la perfecta disposición del arte.

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A oscuras, en lengua valenciana IEO, nº 11; diciembre de 2008

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Apodos que ilustraron sagas aún perduran en el acerbo local: Blats, Beato, Blancs, Caberes, Cadenes, Candelaria (Roig de la Candelària), Catarros, Cerveres, Fenolls, Gats, Galianes, Xixos, Malaïts, Paltra, Rabosots, Tudeles y La Sal. La competencia profesional entre ellos era altísima y competían en sabiduría marinera. Las listas de arraeces y sotarraeces son larguísimas. A pesar de incurrir el olvidos citaremos a los “clásicos”: a los benidormers Antoni Almiñana “Toni Tudela”, Vicente Pérez “Xarrina”, Francisco y Pedro Barceló Orts, Pedro Bayona, Domingo Beches, Pedro Bayona Barceló, Pedro y Miguel Bayona Bayona, Miguel Pérez Zaragoza “El Besó”, Francisco Llinares “Quico Maripepa”, Vicente Llorca “Garullo” y Jaime y Miguel Pérez Zaragoza, ambos “La Sal”, y también a los vileros Jaime Llorca “Furrier”, Jaime Llorca, Jaume Mingot “El Pero”, Miguel Soldevila, Cristóbal y Jaime Zaragoza, Jerónimo Nogueroles “La Flor” y Marcos Climent. También a los vileros Tomás Mayor, Álvaro Lloret Esquerdo, Juan Lloret Vives, Pablo Soler Soriano, Cosme Lloret Galiana, Felipe Llinares Pérez y la famosa sociedad Lloret y Llinares, de Juan Lloret y Jaume y Pedro Llinares. Pero no todos los hijos de Benidorm y La Vila se implicaron en el calamento, otros fueron destacados administradores, armadores y accionistas de las almadrabas, como Francisco Farach, Juan Llinares, Pedro Vaello, José Cortés, Simeón Ferrer, Francisco Pérez Llorca, Jacinto Vaello, Nicolás Morales, Maximiliano Llorca, Jaime Pérez y Francisco Llorca. Ya en segunda mitad del siglo XX, casi olvidado el auge almadrabero, se sumaron, muchos de estos apellidos, al boom turístico que vivía la zona. Así surgieron, por ejemplo, en Benidorm los hoteles Voramar y Agir, cuyo nombre recuerda el pasado almadrabero en Agadir.

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Almadrabas

XXI - Glosario de términos almadraberos Abacá

Cáñamo de Guinea y la India que se cultivó en Callosa de Segura y producía una cordelería muy apreciada.

Acopejar (acotejar) Izar las redes y sacar la pesca de las redes. Acopejador

Barco que se coloca alrededor del copo y se utilizan para llevar la pesca a tierra. Se dice también del marinero que iza las redes y saca la pesca de las redes.

Acurrullador

Chiquillería que recibía y recogía la red hasta adujarla286.

Administrador Mar

de Gerente de la Almadraba.

Administrador la Chanca

de Encargado de las pilas donde se sala el pescado. Velaba por el proceso de salado y la limpieza de las pilas.

Administrador la sal

de Encargado de la sal. Puesto clave ya que el precio de la sal determinaría parte del beneficio final.

Ahorrar

Acción de empujar los peces hacia el copo.

Almadraba

Arte de trampa, de red, fijo y calado al fondo, empleado, principalmente, para la pesca de túnidos, constituido por un conjunto de redes, cables y cabos que forman una trampa que al estar situada en zonas de paso de los cardúmenes sirve para conducirlos a un recinto sin salida, desde donde se extraen. La estructura de una almadraba se compone de elementos de anclaje que sostienen el cuadro, legítimas, contralegítimas y raberas.

Almozéro (almócero)

Encargado de llevar la comida a los marineros embarcados

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Adujar: recoger un cabo formando adujas o vueltas

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Almokaén

El que gobernaba cada una de las barcas del Sedal. 3 por almadraba.

Amaradilla

Lo que sujeta el arte

Ancla de la onza

Primer ancla del calamento de la almadraba. Se colocaba en lo que sería el argollón de boca, el inicial, y el armador-propietario entregaba una onza de oro al arráez, símbolo del comienzo del calamento. Es la última en ser retirada del mar.

Antitola

Parte superior del anclaje.

Arganeo

Parte del ancla o rexón.

Armado

Partes de una almadraba. Armado superior donde se montan los flotadores con las bolinas a las mallas de red. Armado inferior formado por una cadena con los junquillos a las mallas de red.

Armador Mayor

Capitán en Mar que dirige las operaciones en la almadraba de tiro.

Armador Menor

Capitán en tierra que dirige las operaciones en las almadrabas de tiro.

Arráez

Capitán de Mar. Experto en localizar las marcas exactas para armar, en la forma adecuada, la almadraba. De él dependía todo el éxito a la hora de construir, armar, calar y trabajar el arte.

Arráez cristiano

Capitán en Mar al mando de un grupo de esclavos moros.

Arrás

Arráez; siempre se ha dicho así por los costas alicantinas.

Arrizanes

Cables mixtos de amarre del arte con corona interior de acero galvanizado.

Atajo

Embarcación para hacer los barridos de la cámara, el buche y el bordonal; también en funciones de calado del arte y su leva. Hay dos: el grande y el chico. También se conoce como atajo la parte de red de una almadraba, usada para empujar los peces de la cámara, buche y bordonal, para introducirlos en el copo final.

Atalaya

Avistador de cardúmenes de atunes desde una atalaya u otero; gente de privilegiada vista a la también se les llamaba “torrero”. Avisaban con banderas. Estructura elevada.

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Ato

Lado mayor del rectángulo que forma el cuadro de una almadraba.

Atunarro

Atún grande.

Atún de calderada Atún de tamaño menor destinado al caldero de rancho de los almadraberos. Atún majadero

Atún que no quiere entrar en el arte.

Atunera

Anzuelo grande para la pesca de atunes.

Atunero

Persona que pesca o comercializa atunes.

Aventureros

Los que trabajan en la almadraba; también ventureros.

Avería

Rotura de las redes.

Ballesta

Pinza en la que se coloca las tiras de mojama fresca para su secado.

Ballestas

Partes que sostienen y fijan la red a las embarcaciones.

Barco de Canto

Lanchones de “copejador” o barcos de canto: Son los barcos que se colocan alrededor del copo. Se utilizan también para llevar la pesca a tierra. Los barcos que se colocan a ambos lados de la testa se denominan “acopejadores” (acopejador de tierra y acopejador de fuera) y los que se sitúan junto a estos, testillas. Los acopejadores llevan dos palos y suelen tener dimensiones similares a las testa; las testillas con algo menores. Ninguno tiene propulsión mecánica.

Basseta

Capazo ovalado donde se lleva el desayuno el almadrabero de Levante.

Bastimentero

Empleado de la almadraba que pesaba y repartía el pan entre la gente de la almadraba.

Batel

Barco desde donde el capitán 1º dirige toda la levantada. Similar a la Testa, está provista de siete palos grandes en la línea de crujía. También se le llama Sacada.

Berre

Cloque o croque; arpón de mano.

Beta

Tipo de cordel entre los grosores de la piola y la maroma.

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Bichero

Gancho para izar el atún.

Bien de boca

Conjunto de redes en la apertura de las bocas de la almadraba; donde se unen raberas y cuadro.

Blancas

Redes triangulares a los lados de las puertas de las cámaras: blanca de dentro y blanca de fuera.

Boca

Parte de una almadraba, de sección triangular con dos endiches, que permiten la entrada de atunes de frente, pero no la salida del cuadro.

Bol

Acción de calar un arte haciendo un círculo.

Boliche

Red de la almadraba de 30 brazas de largo (50 m) por 25 brazas (42 m) de calado. También se llamada así a la embarcación que con 6 remeros, un patrón y un calador, lanzaban 6 de estas redes.

Bolichero

Encargado de lanzar los boliches, redes de la almadraba, desde embarcación.

Bolina

Plomada que termina en pies de gallo fijos al fondo y que resulta básica al cobrar la red por las bandas; Hilo que une las mallas de red a los cabos en el armado superior de una almadraba.

Bordonal

Antecámara del copo; dispone de puertas.

Bosque

Lugar de la chanca donde se cuelgan los atunes para su desangrado.

Bota

Recipiente de madera para envasar salazón de pescado.

Boya

Flotador de la red.

Braza

Medida de longitud usada en la mar por los pescadores, que equivale en España a 1,67 metros.

Brebión

Niño encargado de halar287 y acurrullar288 las redes. Los brebiones estaban a las órdenes de un arráez de avanzada edad que ya no participa en labores de mar.

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288

287 Tirar hacia sí de una cosa. Desenvergar las redes y recogerlas.


Buche

Uno de los compartimentos que forman parte del cuadro, de forma rectangular, con redes verticales, donde permanecen los túnidos hasta su paso al copo.

Bull

Salazón o tripas del atún secas, que se usa en cocina. Hay que cocerla, limpiarla y dejarla en remojo varias horas, para elaborar el plato de bull, al estilo de los callos.

Cabecera

El que metía, desde tierra, la cinta en la barca y se embarcaba para calarla.

Cabestrero

Servidor de la almadraba y de las barcas.

Cabo

Hoy, cable de acero alquitranado, que remata los chicotes con dos guardacabos, en el armado superior de una almadraba.

Cabresto

Cable que separa a la cámara del buche en una almadraba.

Cachondeo

Fiesta de final de la temporada de la almadraba que se hacía en las orillas del río Cachón, en Zahara de los Atunes.

Cachorreta

Atunillo o atún pequeño de 5 o 6 kilos de peso.

Calahonda

Mar abierto al final de la rabera.

Calamento

Acción de calar la almadraba.

Callejón

Túnel que une el cuadro de una almadraba con la piscina de engorde, en las almadrabas de revés.

Cámara

Reducto donde permanecen los túnidos y que dispone de hasta tres redes a la deriva -rebote, corbacho y traidor- para ayudar en el arte.

Cámara de la muerte

Copo; último es un espacio troncocónico provisto en su fondo de una red de malla densa que, al ser izada hasta la superficie, permitirá la captura de los atunes por los pescadores.

Cana

Unidad de longitud empleada en el armamento de la almadraba; 1 cana equivalente a 1,80 metros.

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Cantos

Cables principales que sostienen el cuadro de una almadraba.

Canutera

Nombre que también se le da a la melva.

CardumenCargumen

Banco de atunes.

Caparraez

Sotarráez.

Capitán de Almadraba

Al mando de la pesquera; era el encargado de la venta de las capturas.

Cardinal

Artefacto flotante que sirve para la señalización y balizamiento de la almadraba.

Carretero

El que llevaba los carros de bueyes cargados de atunes desde la playa al destrozadero y a la Chanca.

Cel

Fina malla que se calaba justo encima del copo y en su levantada sacaba melvas, lechas, sardinas y jureles para alimentación de los trabajadores y sobresueldo con su venta. (ver “cielo”).

Cervateria

Enganches del arte.

Cielo

Red muy tupida de fondo de almadraba; cel, en valenciano.

Cinta

Línea de red que cubre la rotura del sedal en las almadrabas de tiro.

Cloque ó Cocle

Garfio unido a un cabo, mediante anilla, que va anudado a la muñeca del pescador, que se lanza al copo para sacar atunes.

Cloqueador

El que usa el cloque.

Colas (blanca y negra)

Partes del atún; partes finales en sus planos superior (negra) e inferior (blanca) y situadas junto a la aleta caudal. Para guisos y salazones.

Colador

Red vertical que obliga a los atunes del bordonal a entrar en el copo.

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Colina

Cabo unido al mojarcio que desciende verticalmente para unirse con el borde superior de la red caída en el fondo (puerta mojarcio o del copo) que sirve para izar esta puerta una vez que los atunes entran en el copo.

Contraballesta

Ballesta de la parte de fuera; ver “ballestas”.

Contralegítima

Red vertical cuya misión es conducir las capturas hacia la boca de la almadraba. Actúa en conjunción con la legítima.

Contramormo

Pequeña porción de carne de atún situada anteriormente al mormo y debajo del morrillo de características culinarias semejantes al primero.

Copo

Cámara de la muerte; último es un espacio troncocónico provisto en su fondo de una red de malla densa que, al ser izada hasta la superficie, permitirá la captura de los atunes por los pescadores.

Corchero

El que pone los corchos.

Cotelo

Red que impide el paso libre de los túnidos en las cámaras.

Corona

Tupida red de fondo de almadraba.

Croque

Ver “Cloque”.

Cuadrillo

Parte auxiliar del cuadro de una almadraba, con figura de número siete. Es anterior a la cámara y está tras la legítima.

Cuadro

Recinto cerrado, de forma rectangular, que constituye el cuerpo de la almadraba y se sitúa paralelo a la costa.

Cuartel

Parte de la rabera de tierra de una almadraba que tiene forma de siete, anterior a la cámara y tras la legítima.

Cuchilla

Hombre diestro en el manejo de los cuchillos que descuartizaba los atunes. Al menos 3 por almadraba.

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Chanca

Pila donde se sala el atún. Por extensión, factoría donde se prepara el atún en salazón.

Chapar

Golpear el agua o la cubierta de los botes asustando a los atunes para dirigirlos al copo.

Checle

Especie de cloque.

Chicote

Extremo de un cabo; todo cabo tiene 2 chicotes.

Descabezado

Proceso por el que se separa la cabeza del resto de la pieza.

Descargado

Parte del atún situada bajo el descargamento y que está unida internamente a la ventresca. Se usa para salar y transformar en mojama.

Descargamento

Parte del atún situada sobre el descargado y debajo del lomo. Con esta pieza se elabora la mojama.

Despertador

Empleado de la almadraba que llama al trabajo.

Desmallar

Sacar el pescado de las redes.

Empadar

Colocar boyas en la almadraba.

Empipar

Meter en pipas la salazón.

Endiches

Redes rectangulares que conforman el bien de boca, en las bocas de la almadraba.

Entremar

Color específico del agua al paso del atún.

Escalar

Proceso de limpiar y ordenar el atún, en la chanca o nave, antes de eviscerarlo, cortarlo y prepararlo para que los ronqueadores lo despiecen.

Escribano

Encargado de llevar por escrito la contaduría formal de las ventas.

Espinazo

Espina central o columna vertebral del atún.

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Espineta blanca

Pieza de carne de la parte inferior del atún que va desde el ombligo a la cola.

Espineta negra

Pieza de carne de la parte superior del atún que va desde la cabeza a la cola y se encuentra situada entre el lomo y el solomillo.

Estaribeles

Palos de las barcas de acotejar.

Estornino

Escómbrido. Tonino o tomnino, variedad de verdel o caballa.

Eviscerar

Extraer las vísceras del atún

Facera

Porción del tejido muscular y conjuntivo del atún situada en la porción posterior a los ojos del atún y equivalente a la careta de los mamíferos.

Falseta

Hilo que sujeta la lienza cogida al costado del barco, que se rompe cuando se captura un atún y, por el ruido producido, avisa a los tripulantes del pesquero. Forma parte de los aparejos verticales de los barcos atuneros cañeros que pescan a la machucha.

Falucho

Embarcaciones a motor que remolca al resto de los barcos de la almadraba en todos sus movimientos de transporte, fondeo y leva de redes y anclas e incluso las capturas de pescado.

Farátigo

Parte de la almadraba donde se ubican las bocas.

Foque

Vela rectangular que se utiliza para echar a los atunes de la cámara del cuerpo de una almadraba.

Forja

Sobrante de red que se pone en la armadura de una almadraba.

Galete

Hueso del atún, equivalente al hioides de los mamíferos, junto al tejido muscular, conjuntivo y graso que lo rodea. Está situado en la unión entre cabeza y cuerpo del atún.

Gañil

Parte del atún.

Garrapata

Voz que lanza el arráez para que se lancen al copo, ya izado, para sacar atunes.

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Gata

Ancla especial

Huevas de grano

Huevas del atún situadas simétricamente en la cavidad ventral del atún hembra habitualmente se prensan para su consumo en salazón.

Huevas de leche

Huevas de atún en dos grandes bolsas de semen situadas en la cavidad ventral del atún macho. Habitualmente se toman en fritura o cocidas aliñadas.

Halar

Levantar las redes; ver “jalar”

Ijada

Pieza de carne con patentes vetas de grasa que recubre el vientre por su parte exterior y se extiende desde la parpatana hasta la parte inferior del inicio del tarantelo externamente al descargado. También se le llama Ventresca y Ventrescha.

Insurrecto

Embarcación menor para empadar y remendar redes.

Izar

Levar redes.

Jalar

En el argot almadrabero, jalar o halar (con h aspirada) significa tirar de un cabo o red. Los almadraberos al grito de ¡jala!, ¡jala!, ¡jala!, van tirando de la red desde la sacada para alzar los atunes a los barcos acopejadores.

Jarcia

Nombre general con que se denomina al conjunto de cables y cabos.

Jardín

Recinto que conforma el sedal al ser arrastrado a la playa donde queda el copo de los atunes.

Junco

Nombre que se le da también al túnido rabil, más conocido por atún claro.

Junquillo

Hilo que une las mallas de la red con la cabeza en el armado inferior de una almadraba.

Jurel

Pez marino, alimento favorito del atún.

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Lancha de Bordonal

Embarcación para levantar la puerta de bordonal.

Lancha del Arráez

Embarcación del arráez que se emplea también para levantar la puerta del copo.

Lancha del Sotarráez

Embarcación del Sotarráez que ayuda en muchas maniobras del arte y su leva.

Legítima

Red vertical cuya misión es conducir las capturas hacia la boca de la almadraba. Actúa en conjunción con la contralegítima.

Lengua

Lado menor del cuartel de la rabera de tierra, orientada hacia la boca del cuadro de una almadraba.

Levantada

También llamada por los almadraberos “la levantá”, es la operación de levantar los atunes que han entrado en el copo. Se coloca una embarcación llamada “sacada” junto al mojarcio del copo, desde la que los almadraberos van jalando de la red hasta dejar a los atunes sin apenas agua para ser fácilmente capturados por los barcos acopejadores situados alrededor del copo.

Lomo

Parte del atún. Gran músculo que desciende desde la parpatana y sobre la ventresca hasta llegar a la parte superior del tarantelo. Pieza noble por excelencia para consumir cruda o a la brasa poco hecho. También se le llama plato

Mandón

Armador de la almadraba de tiro que iba a caballo en tierra dando órdenes de un lado a otro del sedal en tierra.

Manión

Piedra labrada que por peso fija al fondo arenoso una pieza de red o cabuyería en general.

Marinero

Ayudante del sotarráez; tercero en el mando.

Marrajo

Pez marino, de la familia de los tiburones o escualos, depredador de atunes. Curiosamente se comercializa su carne engañosamente como si fuera la del atún, por su color rojiza acaramelada. De sus lomos se obtiene una mojama más clara y de inferior calidad que la del atún.

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Mascarana

Ancla de almadraba.

Matar

Capturar atunes (o peces, en general); no es dar muerte. Las gentes de la almadraba, y las de mar, no emplean nunca el verbo “pescar”.

Miar

Pujar por un lote en la subasta. El primero en decir “mío” se adjudicaba el lote. Si se producían dos “mías” al mismo tiempo, se dividía el lote en partes iguales o con moneda al aire, se adjudicaba.

Mirador

Vigía de capturas.

Mojama

Parte del atún; salazón muy apreciada del atún, hecha con los lomos del descargamento y el descargado. Del árabe musama o seco, producto de la salazón del atún. Pieza sólida de carne sumergida en sal durante veinticuatro horas, purgada en agua un día y oreada varios, hasta coger su punto, en brisa marina. Se comercializa en piezas alargadas de casi un metro por unos ocho centímetros de ancho y grueso menor.

Mojarcio

Cable del que cuelgan varios cabos, separa al buche del copo y constituye el punto de intersección de las líneas o puntos que, desde tierra, señalan la situación de la almadraba según las coordenadas establecidas, constituyendo el centro de la almadraba y punto de arranque para el calamento de la misma.

Mojarcio del copo

En el argot almadrabero se le conoce como “la cruz”, es el cable situado entre el buche y el copo que sujeta las puertas del copo.

Monteleva

Tipo de almadraba.

Mormo

Porción de carne del atún parecida a un solomillo de cerdo, situada debajo del morrillo y que por su parte anterior se continúa con el contramormo. Es de textura fina y delicada con muy adecuado equilibrio entre músculo y grasa por lo que se tiene gran versatilidad en cocina, sobre todo para guisos y escabeches.

Morrillo

Porción de carne del atún que recubre la porción superior de la cabeza. Es muy rica en grasa por lo cual su mejor preparación es asada.

Moruna

Arte menor; tipo de almadrabilla.

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Mozo de pila

Limpiador de las pilas de salado de la Chanca.

Muerto

Boya que señala el punto de amarre del elemento de fondeo en una almadraba.

Mujolera

Arte menor para la captura de llobarros, sardinas, lisas y mújoles

Ojón

Atún blanco, albacora o bonito de altura.

Orca

Pez marino, ballena depredadora de atunes, que les ataca mordiéndoles en el vientre.

Orinque

Es el cabo que se amarra por un chicote al ancla y por el otro a una boya. Nos recuerda la ubicación del ancla y facilita la labor de recuperación de ésta si se queda enrocada.

Palmatorre

Primer cuartel de la rabera de tierra de una almadraba.

Palmatorres

Empalmes entre redes.

Palomera

Unión de los guardacabos de dos cabos con anillas y grilletes, en las almadrabas.

Pana

Trozo de corcho que se coloca en la relinga.

Panda

Pana.

Pandullar

Poner corchos.

Paral

Pieza de madera sobre la que se deslizan las embarcaciones en la arena de la playa, arrastrando o rozando la quilla. Cuando esas maderas son redonda se les llama rolletes.

Paralelo

El que ponía los parales para botar y varar los barcos. A las órdenes del Veedor .

Parpatana

Parte del atún que se obtiene durante el ronqueo al separar la cabeza del cuerpo. Contiene la mandíbula inferior y el collar del cuello.

Perros

Boyas realizadas por unión desorganizada de corchos; Flotador rectangular de grandes dimensiones que se coloca en los cantos y testas de una almadraba.

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Pesca de paso o de derecho

Es la pesca que se produce situando el arte de almadraba de forma tal que permite interceptar la migración genética del atún rojo, desde el océano Atlántico al mar Mediterráneo, bordeando las costas de la Península Ibérica y del norte de África.

Pesca de revés o de retorno

Es la pesca que se produce situando el arte de almadraba de forma tal que permite interceptar la migración trófica del atún rojo, realizada en sentido contrario al de la migración genética.

Pesos

Los que tiran de la red hacia el fondo.

Pesquero

Lugar donde se encuentra calada la almadraba.

Petero

Operario que quita la piel de las piezas de atún.

Piola

En general, todo tipo de hilo manejado para construir las redes. En particular, cabo delgado de unos 3 hilos torcidos a la izquierda, de unos 12 mm de grosor; la piola podía ser blanca o alquitranada.

Pipa

Recipiente de madera para envasar salazón de pescado.

Plato

Parte del atún. Gran músculo que desciende desde la parpatana y sobre la ventresca hasta llegar a la parte superior del tarantelo. Pieza noble por excelencia para consumir cruda o a la brasa poco hecho. También se le llama lomo.

Plomos

Pesos.

Puerta

Entrada a partes del arte (bordonal, mojarcio, copo, etc.)

Puerta sotana

Puerta de la almadraba por el lado del cuadro; a sotavento-

Quadrillo

Tipo de red.

Rabera

Largos brazos de red a ambos lados de una almadraba. La rabera de tierra compuesta de cuarteles, va del cuerpo principal a la costa; y la rabera de fuera se adentra a altamar.

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Real

Lugar a pie de playa donde se amontonaba el material de la almadraba previo a su calamento.

Raspa

Gratificación a las gentes de la almadraba consistente en una pieza de melva por cada 200 melvas que se capturan.

Rebotos

Corcho sostén de red.

Red Matador

Red con la que se acopeja.

Relinga

Cada una de las cuerdas o sogas donde se colocan los plomos y corchos para que se sostengan las redes en el agua.

Remero de tierra

El que lleva la cala o cuerda y la mete en las barcas.

Repío

Movimiento del agua al paso del atún.

Retorno

Calamento del arte para los atunes de salida al Atlántico.

Rexones

Anclas muy grandes para fijar la almadraba al fondo.

Ronqueador

Especialista en el despiece de las distintas partes o carnes del atún.

Ronqueo

Corte específico y despiece del atún.

Sacada

Lo que se captura cada vez que se produce la levantada. También, barco desde donde el capitán 1º dirige toda la levantada, similar a la Testa, la sacada está provista de siete palos grandes en la línea de crujía. También se le llama Batel.

Safina

Red del arte; hay dos: safina clara y safina espesa.

Salabardos

Arte o saco de red con un largo mango que, ayudado de un , sirve para sacar las piezas menores del copo de entre 30 y 50 kilos.

Salador

Encargado de repartir la sal por las pilas en la operación de salado, a las órdenes de un arráez. De 6 a 8 por almadraba.

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Salazón

Método de conservar el atún por acción de la sal común, bien directamente una vez prensado el trozo de pescado y secado al aire marino y al sol o sumergido en salmuera con alta concentración de sal. Salazones tradicionales son la mojama y la hueva de atún. En el caso de la ijada de atún o parte baja del vientre, primero se sala y luego se sumerge en aceite de oliva.

Sangacho

Parte más oscura de la carne del atún que forma una franja vecina al espinazo y cuyo sabor marino es muy potente además de por que su alto contenido en sangre se oxida con facilidad.

Sedal

Cabo recio de cáñamo entintado, como la red, que lleva los boliches de la almadraba de tiro. En su relinga superior lleva corchos y en la inferior lastre.

Segundo

Sotarráez, caparráez.

Solomillo

Tira superior del lomo que contiene menor proporción de grasa.

Sorra

Nombre que se le da a la ijada o parte del estómago del atún en la costa valenciana, una vez salado, sin curar al aire y conservado en aceite de oliva.

Sotarráez

Ayudante del arráez; segundo en el mando.

Sufina

Tipo de red.

Tabapocas

Red de cierre. También, embarcación menor cuya misión es tapar la boca del cuadro mediante una red de atajo.

Tarantelo

Parte del atún. Masa triangular de músculo que está sobre la ventresca y el descargado en posición anterior a la cola blanca. Se consume fundamentalmente formando parte de guisos, salsas y escabeches.

Tasarte

Túnido de unos 70 cm., de longitud, que suele pesar unos 10 kilos. El nombre científico de su especie es orcynopsis unicolor.

Tercero

Tercer arráez.

Terrestre

Hombre de tierra, generalmente bracero de labranza, sin ninguna cualidad marinera.

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Testa

Final de red. También, embarcación del extremo del copo durante la levantada, donde se almacena la pesca. En ella va el capitán de Mar.

Testilla

Sostenes intermedios de las redes. También, embarcación menor que se coloca en el copo junto a los acopejadores y la testa.

Tesorero

Contable de la almadraba.

Tonaira / e

Forma de almadraba. Arte muy antigua, de malla de cáñamo furete, dedicada a la captura de atunes.

Torrero

Avistador de cardúmenes de atunes desde una atalaya u otero; gente de privilegiada vista a la también se les llamaba “atalaya”. Avisaban con banderas.

TRAP

Código del arte de la almadraba para el ICCAT.

Tripa

Parte interna del atún, que se consume una vez bien limpia en guisos. Secas y saladas para guisarlas se le conoce como bull en algunos lugares.

Tunante

Pícaro o bribón, que venía de todas partes a las pesquerías andaluzas de atún.

Tunara

Forma de almadraba.

Varilla

Ayudante del contador.

Veedor

Jefe de los paralelos; gobernaba la playa.

Ventresca

Pieza de carne de atún con patentes vetas de grasa que recubre el vientre por su parte exterior y se extiende desde la parpatana hasta la parte inferior del inicio del tarantelo externamente al descargado. También se le llama Ventrescha e ijada.

Ventrescha

Ventresca.

Venturero

Temporero de fortuna que acude a las labores de la almadraba.

Vigilante

El que cuida del arte. También se denomina así a la embarcación que vigila, en las almadrabas de Monte y Leva, la entrada de atunes en el cuadro.

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Almadrabas

XXII - Historias de la almadraba A lo largo de todo el siglo XV empiezan a detectarse en nuestras aguas alicantinas las típicas leyendas de los grandes peces que destrozaban las artes y que son comunes a todos los lugares almadraberos. De Tabarca llega una de las más arraigadas historias. Tabarca tiene al sur de la isla una gruta que se interna unos cien metros en el subsuelo de la misma y en la que penetran las aguas del mar y las pequeñas embarcaciones de poco calado. Esta caverna se llama "La Cova del Llop Marí", porque a ella venía ese mamífero marino, “que es grande y feroz”, de cuerpo liso y viscoso, y su boca, contaban, está armada de dientes de varios tamaños y formas 289. Aprovechando la oscuridad de la noche, los habitantes de Tabarca se atreven a penetrar en la gruta y, tirando al mar sus anzuelos, pescan al Llop Marí. La cueva es de aspecto fantástico, y entre las estalactitas que cuelgan de la techumbre se ven concavidades donde se recogen las gaviotas. A finales del siglo XIX, la gruta recibió la visita de dos enormes lobos marinos. Allí se cobijaron para recibir el nacimiento de su primer hijo. Pero los isleños consideraron aquello una invasión y un peligro, pues iban a destruir las redes y a comerse la pesca. Esperaron a una noche de luna llena e intentaron atrapar a la pareja por sorpresa. El miedo precipitó el parto de la hembra, cuya cría nació muerta. Fue tal su tristeza que también la madre murió. Y el padre, en su soledad más angustiosa, lanzó aullidos de dolor y de rabia que perforaron los tímpanos de los isleños durante tres días. El tiempo que tardó en morir Hay habitantes de Tabarca que afirman que su cadáver está aún en las profundidades. Y las noches de luna llena, desde la gruta, lanza ayes lastimeros que se escuchan desde la misma Santa Pola. Pero luego, en el mar, se forma una procesión de lecholas, calamares, lisas, sepias, salmonetes y langostas, que asisten a un curioso cortejo fúnebre. Y en el fondo de la gruta, se extienden como alfombra, las algas, esponjas, petrosias y axineles. Un funeral en honor a aquel gran lobo marino que murió de soledad añorando a su familia... Y que aprendió a llorar después de muerto. +

El paisaje árido y rocoso del desierto de Alfama, en el Bajo Ebro, se destinó a la agricultura de secano, al olivo, y a los bosques de pinos, pero su litoral, caracterizado por acantilados de moderada altura y calas considerables, algunas de ellas formadas en la desembocadura de los barrancos despertaron el interés de los arráces de Benidorm para La foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus) o lobo marino es uno de los pinnipedos más raros que existen. En grave peligro de extinción, antaño poblaba las aguas de todo el Mediterráneo y del Atlántico norteafricano 289

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extender la almadraba. Parece que hacia 1775 desembarcó en la entonces desierta cala de L’Ametlla un pescador procedente de Benidorm apellidado Gallart (o Gallard). La elección del lugar se debió a la protección natural que proporcionaba la pequeña cala y la, no menos interesante, de un viejo torreón abandonado, situado a levante, donde podía guarecerse. Gallart edificó un cobertizo de piedra y barro para conservar y teñir las redes y, en sucesivos viajes llegaron con él otros pescadores procedentes de Valencia, Benidorm y Villajoyosa, que se instalaron aquí para pescar, primero y comerciar, después, con Cambrils, Reus y Tarragona. Con el tiempo aquél territorio devengó, con la llegada del ferrocarril (1863), en una población, l’Ametlla de Mar cuyos habitantes se siguen llamando caleros, en recuerdo de la cala aquella en que Gallard fundara su chanca. La Playa de la Almadraba recuerda aquella experiencia. De siempre ha habido una excelente relación entre las poblaciones de Benidorm y l’Ametlla de Mar. Igualmente es notable la existencia de creencias, entre las gentes de la almadraba, de que los años bisiestos son buenos para la pesca, coincidiendo con la reforma gregoriana del calendario (1049-1054) + En su libro "Almadrabas, salazón y cocina", Carles Llorca refiere la anécdota de un atalayero que exclamó al ver acercarse una bandada de atunes: "¡Vienen 160 atunes, y uno tuerto!". El vigía no se equivoco, porque uno de los peces se desviaba continuamente del rumbo de sus compañeros y, al capturarse, se pudo comprobar el hecho: un atún estaba tuerto. + Desde tiempos de la Gaceta de Madrid (1697) se han venido publicando las estadísticas de capturas que se reflejaban en las Bailías y organismos del Real Patrimonio y la Hacienda Pública, así como de las Comandancias de Marina que en sus Derroteros han venido incluyendo los lugares de calamento de las almadrabas para aviso de navegantes. + Los restos de piel atún se enviaban a Alcoy para hacer papel de estraza290 y guano. +

290

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Manuel Oliver Narbona. Faenando la Mar. Pesca en las costas alicantinas. Página 110


Era tal la afluencia de gentes de mar de la provincia a la almadraba de Algeciras que el barrio de los pescadores aún se conoce como “Barrio del Arroz”. +

Entre 1916 y 1919 no se caló la almadraba de Tabarca. Antoni Mas, en su “Arxiu sobre la història oral de l’illa de Tabarca” cuenta que en 1924 el entonces director general de Pesca, imaginamos que, al detectar el vacío estadístico se interesa por los motivos de esas ausencia. El concesionario de la almadraba, Felipe Llinares Pérez, le respondió que “por la Guerra europea”. Pero no cabe duda de que si no se caló la almadraba, se seguiría pescando el atún. Es muy interesante la modalidad de pesca con vara (amb vara) que describen los profesores Alfred García Mas y José Luis León Nicolás en un documentadísimo trabajo sobre la almadraba tabarquina, con detalles de Felipe Manzona Ruso. Se necesitaba una boya de corcho, cordel de esparto y un ramo grande de pino, a modo de los andanones. “Los pescadores en los primeros días del mes de Junio, a unas tres millas de la costa, calan unas boyas grandes de corcho, con un pedral en el otro extremo, cuya boya por debajo de ella, a los siete u ocho metros, lleva un ramo grande de pino, el cual sirve de amparo y de abrigo al pequeño jurel. Al cabo de un mes, los pescadores que se dedican a dicha pesca provistos de unas varas de morera a las cuales van adheridas los volantines se dirigen al lugar de las mismas y levantando una de ellas quitan el ramo y lo colocan en la misma popa del barco, llevándole a remolque y todo el jurel pequeño que se ha criado al abrigo del mismo sigue caminando en pos de dicho ramo. Cuando los atunes atacan a los jureles éstos se agrupan formando una pelota y el Patrón con un salabre de una longitud de dos metros con un aro de veinticinco centímetros, va cogiendo a los jureles utilizándolos para la pesca del atún. Allí se criava el sorellet. Agarràvem unes boies i anàvem a les Salines i embarcàvem rams de pins, i calàvem 12 o 14 boies, i a unes 8 braces dexàvem el ram i se poblava de sorellet menut. Entonces, traíem el sorellet de la pana. El llaüt tenia un escalament de 20 a 25 braces. Traíem el ram que s´havia poblat de sorellet i en dexaven un atre per a que se´n fera més. Issàven el ram a unes 8 braces, que és lo que poem vore amb la vista, veíem el sorellet i entonces issàvem la vela i a poc a poc mo n´anàvem a passejar pel canal. I quan venien les tonyines que tenien fam, mosatros ho sabíem perque el sorellet venia a amagar-se baix de l´embarcació. Si no havia vent, tiràvem en rems i dexàvem el ram a uns pams pa que les tonyines se menjaren el sorellet. Quan ja havien menjat, les pescàvem en una verga de mangraner i una ença i en un ham de piano. Quan les tonyines estaven encarnissaes, garràvem el sorellet en un salobre, el posàvem, en l´ham i a pescar tonyines. Això era la gambalà. Hasta a últims de julio que el sorellet ja estava gros i fugia i les tonyines no passaven ja»”

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+ El arráez benidormer José Zaragoza Orts, Roig de la Candelaria, es el protagonista de la obra de Luis Rosales “La Carta Entera. La Almadraba”, publicada en 1980 sobre la pesca del atún en Barbate en los años sesenta. Lo hace figurar como Antonio Zaragoza. + Las almadrabas suratlánticas españolas eran las que surtían de atún para salazón a las empresas alicantinas en el siglo XIX. (Diario “El Canfali”, 1º de julio de 1883). + “De la Ceca a la Meca” es un dicho popular que arranca en la Fábrica de la Moneda de Sevilla, la Ceca, y llega hasta Caños de Meca, en plena zona almadrabera. Año tras año, la flor de la picaresca sevillana peregrinaba de la a Caños de Meca para empuñar el 'bichero' que permitía izar atunes, pesados y sacarse sus buenos dineros. + Casi idéntico origen tiene la frase “salir tarifando”; salir a uña de caballo de la Sevilla pícara con destino a las almadrabas de Tarifa donde, como en Legión, cuando su fundación, no preguntaban nada, si había ganas de trabajar y ganarse el jornal. + El último arráez de Benidorm, Miguel Soldevila Lloret, junto al también arráez benidormer Jaume Pérez, son los autores de las más fascinantes maquetas de almadrabas que se exhiben en los Museos Marítimos de Barcelona y Cartagena. + Incluso hay un vocabulario específico sobre el atún en el Mediterráneo, vocabulario tonnaresco, que ha sido adaptado al japonés y su veneración por el atún.

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XXIII - Toponimia costera alicantina relacionada con la almadraba No es precisamente esta provincia la que en sus costas tenga más topónimos relativos a la almadraba y su mundo. Como “Playa de la Almadraba” encontramos cinco casos en las localidades de Els Poblets, Denia, Villajoyosa, el Campello (“La Meldraba”) y Alicante, entre el Cabo de las Huertas y la playa de la Albufereta. La Playa de Levante de Benidorm fue hasta los años cuarenta del siglo XX conocida como la Playa de la Xanca/Chanca (y del Llosar de Llevant) y en La Marina (Elche) es bien conocida la Playa de Les Pesqueres En Denia, limitando con Els Poblets, se ubica la Punta de la Almadraba, históricamente muy relacionada con este arte de pesca y, mar adentro, el algar de la Almadraba. Hay yacimientos romanos inmediatos a la costa, siempre relacionados con una actividad del mundo de la almadraba. Es el caso “La Almadraba”, junto a la aldea de Mirarrosa, en Els Poblets, y los llamados “Baños de la Reina” en Jávea, Calpe y El Campello. El Tossal de Manises, junto a la Albufereta alicantina tiene alguna referencia y algo más alejada de la inmediata costa está el yacimiento de “La Picola” en Santa Pola, muy volcado con la industriosidad de la pesca y salazón del atún. En Denia, una torre defensiva, junto a la desembocadura del río Girona, lleva por nombre “Torre de la Almadraba” y se ubica junto a los resto de una antigua chanca. Llegó a tener tres alturas y alcanzar los doce metros, sobre los seis metros de diámetro de su base. Otras muchas torres han tenido cometido de defensa de esta pesquería, pero su nombre no alude a ella En Javea, la Cala del Cap Sant Martí, también llamada Cala Sardinera, habitual de la almadraba, figura en numerosos planos y derroteros antiguos como Cala Almadraba. El Albir, l’Alfàs del Pi, y en El Campello, localizamos calas relacionadas con el esparto para la confección de cabos y redes. Son las Cala Amerador de El Albir y la Playa del Amerador de El Campello. Con la actividad redera tenemos las calles Pal y del Pal, bien señaladas en los callejeros de Benidorm, La Vila y El Campello. Hay algunas referencias que consideramos menores a lugares de obtención de la sal -saladares-, acequias que suministraban agua, partidas donde se efectuaban trabajos y lugares ocupados por las sendas de trabajo del hilado, así como espartales y cáñamales.

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XXIV - Gastronomía de la almadraba El atún ha sido para la humanidad un alimento de primer orden, de gran calidad y de inmejorables propiedades alimenticias, saludables y gastronómicas. Y por poner un inicio, hablamos desde la sofisticación (para la época) del “Garum” romano, hasta los platos de alta cocina que hoy podemos encontrar en los mejores restaurantes de todo el mundo, aunque convendría realizar una puntualización especial a los platos asiáticos, especialmente japoneses, que elaborados con las más selectas partes del mejor atún, representan probablemente hoy día la máxima expresión en la cocina o preparación del atún, pero todo ello, sin dejar de lado las más sencillas y sabrosas preparaciones a la plancha, al horno, a la parrilla… o sus conservas, como la ventresca, el lomo… o los guisos tradicionales, ya se sabe; si se dispone de un buen tronco de atún pueden elaborarse magníficos estofados con tomate y cebolla… o crudo, simplemente macerado con cebolla y limón. La gastronomía, la cocina del atún, es todo un mundo para disfrutar y muchas veces, por descubrir. A modo de orientación, y sin entrar en modos de elaboración o productos, relacionamos sin mayor orden, toda una seria de platos y recetas que tienen al atún como el principal elemento en su elaboración. Platos de Atún: Atún a la plancha. Atún en manteca. Salmorejo con atún fresco. Coca amb tonyina. Brocheta de atún rojo de almadraba, tomate seco de Sicilia y jamón ibérico. Mormo de atún encebollado al estilo de Barbate. Filetes de atún a la miel. Atún dulce. Atún a la sidra. Atún encebollado. Contramormo de atún en escabeche de naranja agria. Atún en salmorejo. Atún mechado. Atún con salsa de gambas. Atún al pomelo. Atún encebollado con cerveza. Tosta de atún y huevo duro. Lazos con atún. Lasaña de atún. Lenguado con atún. Ensalada de atún. Atún a la sidra. Atún rojo al All i oli. Atún Mechado andaluz. Atún mechado levantino. Asado de atún. Pastel de Atún. Atún en escabeche. Pasta con atún, anchoas y alcaparras. Ensalada campera con atún. Ensalada de Atún, Bacalao y Escarola. Ensalada de bacalao y atún. Ensalada de garbanzos y atún. Ensalada de macarrones y atún. Aguacates rellenos de queso Idiazábal y atún. Tomates rellenos de atún. Cebollas rellenas de atún. Pipirrana. Empanada Murciana. Ensaladilla rusa. Coca amb tomaca y atún en aceite. Ceviche de pescado. Nogts de atún. Atún con cus-cus. Gulas con atún. Pimientos de atún a la Virginia. Marmitako de atún. Atún macerado al limón. Carpaccio de atún. Atún a la parrilla. Ensalada de atún con pepino.

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Huevos rellenos de atún. Arepa ala tunette. Tarta de atún. Bocaditos de Tomate y atún. Paella de ventresca fresca de atún. Atún mechado. Atún a la plancha. Crepes de atún. Espaguetis con gambas y atún. Buñuelos de atún. Fideos con atún. Paté de atún. Tallarines con atún. Albóndigas de atún. Mouse de atún. Atún con salsa de aguacate... La mayoría de estos platos se pueden realizar con cualquier otra especie que se pesca en la almadraba, como puede ser el bonito, la melva, la albacora, la bacoreta, la lecha, el patudo, el emperador y en algunas ocasiones, incluso el marrajo.

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XXV - Macrocosmos de la almadraba Album de fotos - Un dĂ­a de pesca en la Almadraba

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La salida del sol pilla a los almadraberos navegando rumbo a la almadraba

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Todo estรก dispuesto en el inmenso laberinto de la almadraba


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En trabajo en la almadraba es un complejo trabajo de equipo, donde cada uno de sus componentes sabe perfectamente cual es su tarea

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A golpe de remo, cada barca se coloca en el sitio preciso dentro del complejo entramado de la almadraba

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Cada uno en su puesto, los almadraberos preparan los aparejos para la muerte de los atunes

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La placidez de las aguas, mientras se preparan las redes, contrasta con el hervidero en que se convertiran en cuesti贸n de minutos

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Poco a poco se va izando el copo, estrechando el cerco donde han caido los atunes

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El agua parece hervir con el frenesĂ­ de los atunes


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Y comienza la pesca en la almadraba


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Los gran atunes luchan con todas sus fuerzas poniendo en serias dificultades a los almadraberos a la hora de matarlos, ayudados de garfios y bicheros

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Es necesario el concurso de varios hombres para izar a cubierta atunes que pueden pasar del centenar de kilos

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Tras horas de lucha, los Ăşltimos atunes apenas ofrecen resistencia

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Los Ăşltimos atunes que aĂşn permanecen en el copo, extenuados por horas de lucha, hacen necesario que los almadraberos se metan en las aguas para, uno a uno, llevarlos hasta las barcas

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La jornada acaba con el trasiego de los atunes a los barcos -acopejadores- que los llevarรกn hasta la lonja

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ESTE TEXTO SE FINALIZÓ EL 12 DE OCTUBRE DE 2009, FIESTA NACIONAL DE ESPAÑA, A LAS 19’10 h.

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