El Complejo Minero romano de lapis specularis de Noblejas (Toledo). Topografía de una realidad Arqu

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Bernárdez Gómez et al. (2021)

Gota a gota, nº 24 (2021): 17-26

SECCIÓN EXPLORACIONES

EL COMPLEJO MINERO ROMANO DE LAPIS SPECULARIS DE NOBLEJAS (TOLEDO). TOPOGRAFÍA DE UNA REALIDAD ARQUEOLÓGICA María José Bernárdez Gómez1, 2, Juan Carlos Guisado di Monti1, 2, José Francisco Gallardo Bernal2, 3, José Martínez Hernández2, 3, Alejandro Navares Martín2 y Fernando Villaverde Mora2,3 1

Museo Histórico Minero D. Felipe de Borbón y Grecia (ETSIM-Minas de Madrid). Emails: mjbernardez@gmail.com - jcguisado@lapisspecularis.org 2 Proyecto “Cien Mil Pasos Alrededor de Segóbriga” - Equipo de Investigación Lapis Specularis. Email: alejandronavares@lapisspecularis.org 3 Agrupación Espeleológica GET. Emails: josef.gallardobernal@gmail.com josemartinezhe@yahoo.es fvillaverde@lapisspecularis.org

RESUMEN: En este artículo se muestra una parte del estudio e investigación que se llevó a cabo en las minas romanas de lapis specularis de la localidad toledana de Noblejas. Especialmente, la aportación topográfica de los minados que componen este conjunto minero, su descripción y el contexto de unas cavidades catalogadas y protegidas como yacimientos arqueológicos. PALABRAS CLAVE: Patrimonio arqueológico, lapis specularis, complejo minero, minas romanas, Noblejas.

ABSTRACT: This article shows a part of the study and research that was carried out in the roman mines of lapis specularis of Noblejas (Toledo, Spain). Especially, the topographic contribution of the mines that make up this mining complex, their description and the context of some cavities cataloged and protected as archaeological sites. KEY WORDS: Archaeological heritage, lapis specularis, mining complex, roman mine, Noblejas.

Este trabajo ha sido publicado on-line con fecha 02/06/2021 Se citará como: BERNÁRDEZ GÓMEZ, M., GUISADO DI MONTI, J. C., GALLARDO BERNAL, J. F., MARTÍNEZ HERNÁNDEZ, J., NAVARES MARTÍN, A. y VILLAVERDE MORA, F., 2021. El complejo minero romano de lapis specularis de Noblejas (Toledo). Topografía de una realidad arqueológica. Gota a gota, nº 24: 17-26. Grupo de Espeleología de Villacarrillo, G.E.V. (ed.)

INTRODUCCIÓN Los minados romanos de lapis specularis de “Noblejas” (N), se localizan en el término toledano de Noblejas, a unos cinco kilómetros al norte de esta población, en una zona montuosa de pronunciada pendiente y relieve erosionado, con barrancos, cárcavas, pequeños arroyos y escorrentías que se canalizan en dirección hacia la inmediata depresión del río Tajo. Las minas se encuentran en un terreno en donde abundan los afloramientos yesíferos, junto a formaciones de margas y materiales de aluvión (arenas, gravas, y arcillas de diversas tonalidades), en un espacio geomorfológico que conforma una pequeña área de transición intermedia entre la Fosa del Tajo y la Mesa de Ocaña. © G.E.V. ISSN 2340-1346

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Cristal de lapis specularis en el interior de las minas romanas de Noblejas (Toledo). Imagen: J. F. Gallardo

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La vegetación del lugar es básicamente esteparia, con matorrales, retamales y otras especies arbustivas de monte bajo, en el que los espartizales son la vegetación predominante. Paisajísticamente y, como especie arbórea, los cultivos de olivos son la tónica general. En cuanto a su valoración medioambiental, todo el conjunto minero se incluye en un ámbito natural protegido y de especial interés, dentro de la Red Natura 2000 Europea, con la catalogación de Zona Especial de Conservación (ZEC) de “Yesares del Valle del Tajo” (ES4250009). Los yesares, son substratos muy selectivos que albergan comunidades vegetales específicas, denominadas gipsícolas, que poseen un elevado número de plantas endémicas y protegidas, por lo que tienen carácter de hábitat prioritario y protección en la vigente Directiva 92/43/CEE.

aproximadamente. No obstante, su número podría ser mucho mayor al documentado hasta ahora, ya que la realidad actual, se encuentra condicionada por el soterramiento y pérdida por deterioro de estas cavidades, tanto de forma natural por el paso del tiempo, como por el cierre intencionado y la alteración de las mismas por la mano del hombre a lo largo de los siglos.

Plano General de situación del complejo minero romano de lapis specularis de Noblejas (N). Dibujo: F. Villaverde La vegetación de la zona es básicamente esteparia, con matorrales, retamales y otras especies arbustivas de pequeño porte. Imagen: J. F. Gallardo

Este conjunto de minas romanas de Noblejas es también un yacimiento arqueológico reconocido e inventariado como tal, así como protegido por la legislación patrimonial vigente. La documentación y acreditación como minados romanos históricos del complejo, consta desde la realización de la Carta Arqueológica del municipio en 1999 y su identificación por Vasilis Tsiolis, (Carta Arqueológica de Noblejas: Yacimiento Arqueológico n.º 26 “Cueva del General Villacampa“), así como en las sucesivas revisiones que se han realizado de la misma. Por nuestra parte, nuestro equipo de trabajo ha intervenido en la investigación y estudio de estos minados dentro de los proyectos de investigación arqueológica y sistemática de la JCCM sobre la minería romana del lapis specularis, durante los años 2005 a 2009. Contando con los preceptivos permisos de intervención, al tratarse de un bien de carácter patrimonial y, por tanto, sujeto en cualquier tipo de actividad sobre el mismo a la autorización arqueológica pertinente por parte de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Por otro lado, el marco geológico de la zona se corresponde con la denominada Cuenca de Madrid, la cual, junto a la Cuenca de Loranca-Huete o Depresión Intermedia, forma parte de la unidad mayor conocida como Cuenca del Tajo. La cuenca geológica del Tajo es donde litológicamente, en los ambientes de sedimentación del Terciario y en la serie del Mioceno Inferior, se hallan los yesos especulares que fueron explotados y trabajados en época romana mediante minería subterránea. Así, en la subcuenca geológica del LorancaHuete y en la provincia de Cuenca, hemos podido identificar e investigar hasta veintitrés complejos mineros romanos de yeso especular, mientras que en la subcuenca de Madrid y más concretamente en la provincia de Toledo, se ha localizado un único grupo o complejo minero de lapis specularis, el cual se corresponde con las minas romanas de Noblejas, objeto de este artículo. El complejo minero romano de Noblejas lo componen un total de seis minados e indicios mineros de lapis specularis, cercanos entre sí y distribuidos en un espacio de unas 40 ha © G.E.V. ISSN 2340-1346

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ción por la que, sin duda, se canalizarían también los cargamentos de lapis specularis para su comercialización, sobre todo hacia los puertos del levante. Al igual que no podemos descartar el transporte parcial por vía fluvial del recurso minero, como método más económico que el porte terrestre y aprovechando la posible navegabilidad potencial del Tajo, especialmente en dirección hacia la urbe de Toledo. Los enclaves poblacionales de época romana más próximos a estas minas, se sitúan igualmente en la inmediata vega del Tajo. Se trata de las típicas villas romanas de carácter agropecuario, que aprovechan la fertilidad del valle y sus posibilidades, como es el caso de las villas de La Aldehuela y Torrique, a pocos kilómetros al norte del complejo minero de Noblejas. Otros yacimientos cercanos y relacionados también con el momento de producción de las explotaciones, serían el gran asentamiento romano de Los Villares de Ocaña y el poblado romano de Las Caleras, entre Noblejas y Villarubia de Santiago, ambos contiguos a la calzada. Igualmente, y cercano a la villa romana de Torrique, conviene señalar, por sus características, el yacimiento de La Veguilla, en el que estos restos romanos y sus instalaciones junto al curso de río, podrían estar relacionados con el transporte fluvial del mineral que antes mencionábamos (Tsiolis 2018: 24).

CONTEXTO ARQUEOLÓGICO DE LOS MINADOS Y SU DEVENIR HISTÓRICO Los minados de Noblejas son, como hemos mencionado, una explotación minera de época romana de yeso especular, una variedad del yeso cristalino conocida popularmente como espejuelo, y en latín como lapis specularis. El tamaño de los cristales de yeso y su excepcional transparencia, hacían de este material un recurso muy demandado y de múltiples usos, aunque su utilidad principal, en tiempos de su explotación, sería su aplicación como cristal de ventanales y vanos en todo tipo de construcciones arquitectónicas públicas y privadas. En el Imperio Romano estas labores mineras del lapis specularis se llevaron a cabo durante los siglos I y II d. C., hasta su sustitución y remplazo por el vidrio. Varios fueron los lugares del Imperio que explotarían el recurso minero, si bien las mayores y mejores explotaciones por la cantidad y calidad del cristal, se desarrollaron en Hispania, en áreas de las actuales comunidades de Andalucía (Almería) y Castilla-La Mancha (Cuenca y Toledo). La organización y articulación romana de las explotaciones mineras de lapis specularis, tuvo por base para la implementación de esta minería en los territorios mencionados a los llamados “Complejos Mineros”. En nuestro caso, el complejo minero toledano de Noblejas, constituye una zona minera menor y bastante alejada de la zona principal de explotación en la provincia de Cuenca, en torno a la ciudad hispanorromana de Segóbriga, pero lo suficientemente interesante para ser beneficiada y puesta en labor.

Cristal de yeso especular de los minados de Noblejas. Imagen: J. F. Gallardo

Con respecto a su contexto arqueológico, los minados de Noblejas se encuentran próximos a la calzada romana que, un poco más al sur, conectaba la ciudad de Segóbriga con el Toletum romano. Una vía de comunica© G.E.V. ISSN 2340-1346

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La precisión de las picadas hechas por los mineros romanos nos da una idea de la calidad de su trabajo. Imagen: J. Martínez

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En cuanto al complejo minero romano de Noblejas, en el año 2007, y en relación con el planteamiento urbanístico de una promoción residencial inmobiliaria cercana a las minas, se realizaron unos sondeos arqueológicos en la mina principal del conjunto y en un pozo minero cercano. Entre los restos hallados en las escombreras, se documentaron fragmentos de cerámica romana común y cerámica pintada de tradición indígena, junto a sigillatas hispánicas y gálicas. Así como algunos restos trabajados de placas de yeso especular y varias vértebras humanas de individuos jóvenes (Urbina y Urquijo 2010: 9-10). La información cronológica que proporcionan estos materiales, al igual que los hallados en las prospecciones y otras intervenciones en las minas romanas de Noblejas, corroboran también la etapa de explotación de estas minas en época Altoimperial romana, a semejanza con el resto de la minería romana del lapis specularis de Cuenca y Almería. Tras la explotación romana y el abandono de las labores, el devenir histórico de estas explotaciones quedaría relegado al aprovechamiento circunstancial de sus escombreras de yeso y espacios mineros. Por lo que no volveremos a saber nada de estas minas hasta finales del siglo XVIII, donde de nuevo tendremos noticias de las mismas, ya en otras circunstancias. La primera cita literaria sobre los minados de Noblejas y más concretamente sobre su mina principal, la encontramos en 1784 en las llamadas Descripciones o Relaciones del Cardenal Lorenzana. Se trata de un cuestionario religioso en el que, en la población toledana de Noblejas, se describe una cueva del mismo nombre y de largas proporciones, “…de la que nadie ha podido conocer su fin…” (Porres et al., 1989). La cueva o más bien el minado, volverá a mencionarse con motivo del decimonónico alzamiento republicano de 1868, llevado a cabo por el brigadier Manuel Villacampa del Castillo. Este militar, protagonizó una sublevación en Madrid contra la Restauración Borbónica, lo que le llevó a huir de la capital tras fallar en el intento y refugiarse en la zona de Noblejas, en donde sería detenido en el paraje del Molino de la Aldehuela. La prensa escrita de la época, relató detalladamente el suceso y las circunstancias del apresamiento del famoso General, escondido en una cavidad cercana al molino, lo que motivó que, desde entonces, la cueva principal de la localidad pasara a identificarse como “Cueva del General Villacampa”, (Periódicos: El País – Diario Republicano – Madrid © G.E.V. ISSN 2340-1346

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(19 de septiembre de 1886), La Verdad – Santander (26 de septiembre de 1886), El Diario de Córdoba – Córdoba (26 de Septiembre 1886), etc.). Posteriormente, a comienzos del siglo XX, en el año 1908 y por otra noticia de prensa conmemorativa del 40 aniversario del pronunciamiento de Villacampa (Artículo de Pedro de Répide, en El Liberal – Madrid, 4 de Septiembre de 1908), sabemos que la cueva era anteriormente conocida con los nombres de “Cueva del Fraile” y “Cueva de los Espejuelos”. Así como que el lugar en que se encontraba la cavidad, recibía también el topónimo de “Cerros del Canónigo”. En las últimas décadas del siglo XX, la cueva de Villacampa fue modificada y ampliada en su entrada y en sus galerías para adaptarla al cultivo del champiñón, lo que alteró en parte su morfología original de época romana. Sería también en los años setenta del siglo pasado, cuando se efectuó la primera topografía y representación gráfica que conocemos de la cavidad, realizada por el antiguo y hoy extinto grupo espeleológico de las Hermandades del Trabajo (GES.HHT: Topografía de Adolfo Molina, Jorge de Castro y Ángel de la Rosa).

Algunas de las galerías de la mina N.3 fueron abandonadas a poco de iniciarse, al desaparecer las vetas de lapis specularis. Imagen: J. Martínez

En fechas más recientes y en la actualidad, la cueva ha empezado a ser más conocida tras su identificación arqueológica como una mina romana de lapis specularis y, sobre todo últimamente, por la pretendida identificación del lugar para algunos, como la posible “Cueva de Sopeña”. Esta última, era una cavidad relacionada con la visionaria Lucrecia de León y sus predicciones oníricas sobre una cueva artificial mandada construir por ella con ese nombre en el siglo XVI. Al parecer, en ese lugar, y previo pago, encontrarían refugio y salvación los nobles y otros personajes de la corte, de su profética invasión de España por Turcos e Ingleses. Este episodio, acabó en un proceso

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inquisitorial a Lucrecia de León, con pena de cárcel, y la desaparición de la protagonista tras cumplir la condena.

specularis, cuyas características referiremos a continuación. DESCRIPCIÓN DE LOS MINADOS ROMANOS DE LAPIS SPECULARIS DE NOBLEJAS En cuanto a la identificación y caracterización morfológica de las minas romanas de lapis specularis de Noblejas, los datos informativos y la descripción de estos minados son los siguientes: Mina romana de lapis specularis de la Cueva del General Villacampa (N.1) X= 463.104, Y= 4431.097, Z=596,60 m

En algunos de los mejores cristales de la mina N.1 hay incisas marcas que han ido dejando algunos de sus visitantes. Imagen: J. Martínez

La Mina del General Villacampa es la mayor y más importante de Noblejas. El sobrenombre de “Cueva Larga”, con el que figura también en algunos mapas del siglo XIX, testimonia su recorrido subterráneo superior con respecto al resto de los minados conocidos del conjunto, con un desarrollo actual topografiado de 229,36 m. La mina cuenta actualmente con dos accesos, una entrada horizontal de grandes dimensiones (Punto 17 - Acceso II), al que precede una amplia trinchera excavada en el siglo XX, para facilitar los trabajos del cultivo de champiñón en la cueva. El otro acceso es un pequeño pozo vertical de 3,40 m de caída y un diámetro de 2 x 0,80 m (Punto 0 - Acceso I), realizado también en época contemporánea y que tiene que ver con la aireación interior

La interpretación de la cavidad de Noblejas como Cueva Sopeña, está motivada por la existencia de un paraje cercano a las minas del mismo nombre, aunque tal designio es difícil que se corresponda con el lugar por múltiples motivos. Sin embargo, la sugerencia mistérica del buscado y enigmático enclave que lo identifica con la cueva de Noblejas, como posibilidad, ha concentrado el interés actual por la mina de aficionados a lo esotérico y a los pretendidos lugares mágicos, incluso con su emisión en programas televisivos. Con todo, la mina de Villacampa de Noblejas no es un hecho aislado como cavidad, sino que como hemos visto, forma parte, junto con otras minas, de un conjunto mayor de explotaciones mineras romanas de lapis

Mina romana de lapis specularis de “La Cueva del General Villacampa” (N.1) y pozo (N.2). Dibujo: A. Navares y F. Villaverde

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necesaria para el referido cultivo. Este pozo se encuentra actualmente vallado por seguridad y en el mismo hemos situado la cota de arranque de la topografía de la mina, que presenta un desnivel máximo de -4.84 metros.

materiales que provienen sin duda del exterior. Por lo que parece que, posiblemente, el desarrollo de la cavidad tuviera continuidad y confluyera con el pozo minero N.2, al que nos referiremos a continuación.

Superando una estrechez en “La Cueva del General Villacampa” (N.1). Imagen: J. Martínez

Mina romana de lapis specularis de “La Cueva del General Villacampa” (N.1). Imagen: J. Martínez

En la actualidad, tanto la mina como el pozo minero mantienen unas colmataciones que impiden su comunicación física. Si bien, y según nuestros datos topográficos, entre la estación 64 y el pozo N.2 existen tan sólo unos 5,5 m de distancia entre ambos puntos. Así como con respecto a las cotas, el fondo actual del pozo N.2 se encuentra únicamente a 0,98 m por encima de la estación de referencia de la Mina de Villacampa.

La mina se distribuye en un único nivel y se accede a ella cómodamente por la trinchera mencionada (de 11,86 m de longitud y entre 1,90 y 2,45 m de ancho). Tras ese tramo, se entra en la cavidad a través de una gran sala de la que parten las galerías mineras, que se bifurcan en dos orientaciones preferentes y hacia ambos lados (NO/SE). El desarrollo del minado es prácticamente horizontal, donde la altura de las bóvedas y el ancho de las galerías, permiten un fácil y cómodo recorrido, sin peligro por riesgo de caídas o derrumbamientos. Es de destacar igualmente, la consistencia especialmente pulverulenta de sus suelos, producto de la desecación del ambiente por la forzada circulación del aire de los accesos de la mina. En el interior minero, se aprecia un cúmulo importante de mantillo prácticamente por toda la mina, a consecuencia del ya mencionado cultivo de champiñón, con espesores de hasta 35 cm en algunas zonas. Las modificaciones realizadas para facilitar los cultivos afectaron la morfología original de época romana, al ampliarse los espacios de salas y galerías, pudiendo apreciarse en los hastiales de la mina, las marcas dejadas por las herramientas modernas durante los trabajos, muy distintas a las señales del instrumental minero de época romana. La orientación principal del minado del General Villacampa presenta un desarrollo en disposición claramente hacia el sureste. En su progresión interna y a partir de la estación 64, existe un derrumbe importante que nos impide seguir avanzando, pese a que es evidente la continuación de la mina en esa trayectoria. Justo en ese punto y en la zona, hoy encontramos huesos de animales junto a otros restos © G.E.V. ISSN 2340-1346

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Pozo de la Mina del General Villacampa (N.2) X= 463.093, Y= 4431.096, Z=599,90 m

Rodaje de Televisión Castilla-La Mancha con el equipo de investigación en el pozo N.2. Imagen: J. F. Gallardo

El pozo minero N.2 tiene una sección cuadrangular (1,40 x 1,40 m), y actualmente una profundidad de 6,60 m. Se encuentra a unos 50 m de la entrada principal de la mina N.1, con la que al parecer estuvo comunicada interiormente, hasta hace relativamente poco, tal como testimonian también algunas de las personas mayores del pueblo. Las paredes del pozo presentan unas superficies lisas y bien conservadas en su

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Mina romana de lapis specularis de los Olivos (N.3), en el complejo minero de Noblejas. Dibujo: A. Navares y F. Villaverde

tramo superior, mientras que su aspecto es irregular en los dos tercios de sus tramos inferiores, en los que se han producido derrumbes y desmoronamientos que han acabado por colmatar la obvia continuidad vertical del conducto y su posible comunicación interior. A día de hoy, el pozo está cerrado con una valla metálica perimetral de seguridad de 3,57 m de lado. Mina romana de lapis specularis de los Olivos (N.3) X= 463.282, Y= 4431.084, Z=608,30 m La mina de lapis specularis de Los Olivos (N.3), se encuentra a unos 175 m en línea recta de la cueva del General Villacampa y al este de la misma (rumbo 92/272º entre ambas minas). Es la segunda cavidad más importante del complejo minero y tiene un desarrollo subterráneo total de 56,20 m. Su configuración mantiene también una tendencia lineal y, como la mina de Villacampa, consta de un único nivel, horizontal y prácticamente plano, ya que el desnivel entre los puntos extremos (entrada y el punto más bajo de la mina) es de tan solo 3,47 m. La localización de la entrada del minado no es sencilla, pues aparece rodeada por grandes plantones de esparto que ocultan la cavidad, y se sitúa en el fondo de una hondonada artificial de 2 m de profundidad. Tras descender esta depresión, podremos acceder a la mina propiamente dicha a través de una gatera de unos 7 m de longitud, que nos obliga a progresar reptando hasta llegar a un anchurón de 3 x 5 m, en el que encontraremos dos grandes bloques y la altura suficiente para © G.E.V. ISSN 2340-1346

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Mina romana de lapis specularis de los Olivos (N.3). En las paredes aún se pueden apreciar cristales de gran belleza. Imagen: J. Martínez

recuperar la posición erguida. A partir de este punto, se puede avanzar sin mucha dificultad hasta llegar a una sala interior, a la que puede accederse por una ventana a ras del suelo o bordeando un enorme pilar en una de las galerías, donde se aprecian claramente las huellas de las picadas romanas en sentido

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vertical. Desde la sala, la galería principal continúa otros 25 m más, hasta alcanzar el nivel más bajo y el final del minado. La mina de los Olivos tiene una orientación clara hacia el oeste, buscando y siguiendo el filón de yesos explotables. En esta mina no se detecta la presencia de pozos, salvo el desnivel de la entrada, pero a lo largo de su recorrido sí que se localizan signos evidentes del trabajo minero romano, como son lucernarios o pilares de sustentación de las bóvedas mineras. La mina pasa prácticamente desapercibida en el paisaje y al contrario que la mina de Villacampa, no ha sido alterada y se encuentra en un buen estado de conservación en la actualidad. Queremos aquí expresar nuestro agradecimiento personal a José Antonio FernándezAvilés y a Celestino Pérez, vecinos del pueblo de Noblejas, por su disponibilidad siempre a acompañarnos a los minados de lapis specularis de Noblejas y enseñarnos el emplazamiento también de la mina de “Los Olivos” (N.3), ya en el año 2005.

de 0,97 x 0,61 m en el tramo final. La de la derecha pasa casi desapercibida, poco más de 1 m de longitud y una sección de 1,10 x 0,62 m. En toda la cavidad se aprecian manchas negras de humo en sus paredes y techos, debido a las hogueras que se han realizado en el lugar.

Cueva del Camino de Torrique (N.4). Dibujo: F. Villaverde

Pozo del Bidón (N.5) X=462.891, Y=4430.838, Z=618,90 m En medio de un olivar, separado de las minas principales del complejo por el barranco del Molino y por encima de la Cueva del Camino de Torrique, se abre un pozo circular de 50 cm de diámetro al que hemos denominado “Pozo del Bidón”, por cubrir su entrada, para evitar caídas, un viejo bidón de hierro oxidado. El pozo tiene unos 3 m de profundidad, coincidiendo en la vertical de su final con una diaclasa natural del terreno de 6 m de largo, impenetrable por ambos extremos. Tras su exploración, pudimos confirmar que no existe ningún indicio de trabajo de minería romana y que se trata de una pequeña cavidad natural, desarrollada en arcillas y yesos, aunque muy próxima a la mina de la Cueva del Camino de Torrique.

Mina romana de lapis specularis de la Cueva del Camino de Torrique (N.4) X=462.938, Y=4430.867, Z=606,50 m

Trabajos de toma de datos en la cueva del Camino de Torrique (N.4). Imagen: J. F. Gallardo

La mina de la Cueva del Camino de Torrique (N.4), es una pequeña cavidad situada en la margen izquierda del barranco del Molino. La entrada es relativamente cómoda, con 1,89 m de altura y 1,84 m de anchura, para luego, progresivamente, y según nos internamos, ir reduciendo sus dimensiones, hasta que es imposible el paso por los rellenos acumulados. A esta cavidad se accede directamente por una cámara, que se bifurca más adelante en dos ramales relativamente cortos, que acaban cegándose por la colmatación. La galería de la izquierda tiene 5 m de longitud y un ensanchamiento en el tramo intermedio, con una sección © G.E.V. ISSN 2340-1346

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Exploración del “pozo del Bidón” (N.5). Cavidad natural del término de Noblejas. Imagen: J. F. Gallardo

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Indicio de Pozo minero romano de lapis specularis (N.6) X=463.165, Y=4431.251, Z=601,70 m

producción y tener una ratio de explotación menor que en el resto de los complejos mineros conocidos.

El pozo minero N.6 se localiza a poco más de 200 m al norte de la entrada de la mina del General Villacampa, siendo el indicio minero más septentrional del complejo. Al encontrarse totalmente colmatado, sólo es posible su identificación por la escombrera de espejuelo que tiene alrededor de su perímetro y por la depresión cuadrangular de lo que sería su inicio. Su situación en lo alto de una cárcava, hace prever que formaría parte de un posible minado de lapis specularis, que se encontraría en sus cercanías y con el que estaría relacionado.

Detalle de un lucernario en la mina romana de lapis specularis de los Olivos (N.3). Imagen: J. Martínez

Con el fin de la explotación de época romana, las minas han continuado su devenir histórico hasta el presente, donde su identificación arqueológica como minados romanos y otras referencias como cavidades asociadas a leyendas y a posibles lugares mágicos, han atraído la curiosidad y el interés general por las mismas. Sin embargo, pese a tratarse de un patrimonio cultural y medioambiental de alto valor y protegido, la popularidad actual de las minas y las visitas incontroladas por parte de todo tipo de gente a los minados, han derivado en que las cavidades hayan sufrido un alto deterioro, causando daños que ponen en peligro su integridad y su futura conservación. Así, el interior minero se ha visto afectado por un uso inadecuado de las cavidades, donde junto a la basura dejada en su interior por todo tipo de curiosos y visitantes, y los restos de velas y otros residuos de supuestos rituales llevados a cabo en el lugar, hay que sumar las prácticas de los juegos de geocaching (con pistas enterradas con los más variados objetos).

Indicio de un pozo de lapis specularis (N.6), en el complejo minero de Noblejas. Imagen: J. F. Gallardo

CONCLUSIONES Las minas del complejo minero de Noblejas, se localizan en las zonas de yesares de esta localidad, próximas al valle del río Tajo, y constituyen el conjunto más occidental de las explotaciones mineras conocidas de lapis specularis de época romana en Hispania. Estos minados son de pequeño tamaño, con un desarrollo interno bastante limitado y de un único nivel. Se trata, en todo caso, de una minería subterránea, que utiliza como sistema de explotación el método de cámara y pilares, con el despliegue de una red de galerías y pozos de extracción en pos de la veta del mineral. Las dos minas más grandes del complejo tienen como característica común su estructura básicamente lineal, que en nada se parece al trazado laberíntico tan frecuente en la mayoría de los minados romanos de lapis specularis de Castilla-La Mancha. Por lo general, los cristales de las minas de Noblejas conforman pequeñas bolsadas de mineral y son de menor tamaño que lo habitual, de manera que la extracción minera parece ser inferior en su © G.E.V. ISSN 2340-1346

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Documentando una de las zonas más interesantes de la mina de los Olivos (N.3). Imagen: J. F. Gallardo

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Las cavidades han sido también objeto de interés por grupos de espeleología deportiva, alguno de los cuales no ha dudado en excavar en su interior buscando continuidades en las galerías mineras romanas, obviando que se trata de un yacimiento arqueológico protegido por la ley y que, por tanto, toda actividad que se desarrolle en estos ámbitos, debe de estar regulada por permisos pertinentes y específicos de intervención arqueológica. Se trata de una injerencia que obviamente perjudica y menoscaba la protección de los minados históricos, con el riesgo y afección patrimonial, por la intromisión, que esto supone. La vulnerabilidad de estos minados romanos, como patrimonio histórico y arqueológico, exige un tratamiento y salvaguarda más allá del abandono al que se encuentran expuestos en las situaciones y circunstancias actuales. Sólo así podríamos garantizar su integridad y el legado futuro de su identidad como lo que realmente son, un patrimonio subterráneo de gran valor y a proteger, en el que la continuación de su estudio e investigación adecuada sin duda permitirían contextualizar su correcta valoración e importancia.

Debemos recordar que nos hallamos en un yacimiento arqueológico y que hay que contar con los permisos correspondientes para realizar cualquier tipo de excavación. Imagen: J. Martínez

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© G.E.V. ISSN 2340-1346

Depósito Legal: J 1405-2012

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